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Medicamentos
En el tratamiento del asma bronquial se utilizan principalmente dos grupos de medicamentos:
Medicamentos broncodilatadores
Medicamentos antiinflamatorios
Los antiinflamatorios tratan la inflamación de las mucosas como causa real del asma. Las
sustancias del grupo de los corticosteroides (por
ejemplo, budesónida, fluticasona, mometasona) hacen que la inflamación y la formación de
moco en las vías respiratorias disminuyan. Por lo general, los asmáticos inhalan los
corticosteroides para el tratamiento, de este modo las sustancias activas alcanzan su meta
directamente disminuyendo los efectos secundarios. Los corticosteroides son los
componentes esenciales del tratamiento a largo plazo del asma.
Las sustancias activas como el ácido cromoglícico o el nedocromilo hacen que los mastocitos
de la mucosa bronquial sean menos sensibles. Los mastocitos son células del sistema
inmunitario que participan en las reacciones inflamatorias. No obstante, el ácido cromoglícico
o el nedocromil se usan en pocas ocasiones. Por el contrario, los antileucotrienos (como la
sustancia activa montelukast) adquieren cada vez más importancia. Estos medicamentos van
dirigidos contra los leucotrienos, sustancias mensajeras que también son responsables de las
reacciones inflamatorias de la mucosa bronquial. En adultos se recomiendan los
antileucotrienos en el tratamiento a largo plazo del asma de grado medio y severo (en
combinación con corticosteroides o agonistas adrenérgicos beta-2). En niños entre los 2 y los
14 años, el montelukast también se admite sin esta combinación. Esto es sobre todo
recomendable cuando los niños no pueden inhalar ningún corticosteroide o si se manifiestan
los efectos secundarios de los corticosteroides, como retraso en el crecimiento.
Inhalación
Las sustancias broncodilatadoras para tratar los síntomas del asma se presentan en dos
formatos: para inhalar o para tomar por vía oral en forma de cápsulas o pastillas
(comprimidos). En la medida de lo posible, se dará preferencia a los medicamentos en formato
inhalador. En lugar de viajar a través del riego sanguíneo, como cuando tomamos pastillas o
cápsulas, al inhalar la sustancia, esta llega directamente a los bronquios, que es donde se
sitúa el foco inflamatorio. De este modo, el tratamiento es selectivo y los efectos secundarios
mínimos.
Aerosol en polvo seco: el asmático aspira un polvo junto con la sustancia activa. El
medicamento se halla en un disco dispensador o giratorio.
La técnica inhaladora varía en los diferentes métodos y es necesario que el afectado la
aprenda. En niños y embarazadas con asma bronquial es necesaria mucha precaución. En
estos casos los afectados (en su caso los padres) junto con el médico evalúan de forma
exacta las ventajas y desventajas del tratamiento y aclaran si son necesarias medidas de
precaución especiales.
Por otro lado, la técnica de respiración con los labios fruncidos es una medida útil en caso
de ataque de asma. En un ataque de asma grave, es posible que los afectados deban acudir
al hospital. Allí recibirán un agonista adrenérgico beta-2 de efecto a corto plazo y
corticosteroides ya sea por vía oral o intravenosa. En casos graves, también puede ser
necesaria la respiración artificial.
En el asma mal incontrolado el médico receta, además de las medidas indicadas para el
asma controlado parcialmente, corticosteroides en pastillas o, en caso de asma alérgico,
un anticuerpocontra la inmunoglobulina E. Es probable que también sean necesarios otros
medicamentos para el tratamiento a largo plazo de un asma no controlado.
Para la elección del tratamiento lo decisivo no es la gravedad del asma, sino el control efectivo
o no de la enfermedad. Así, en caso de asma leve puede ser necesario inicialmente un
tratamiento medicamentoso hasta que se halle bajo control.
El esquema escalonado ofrece una visión sobre las diferentes opciones de tratamiento
atendiendo a la sintomatología y gravedad. Las fases del tratamiento no están clasificadas por
la gravedad del asma, salvo en el caso de asmáticos que todavía no hayan recibido
tratamiento. El médico escoge la fase adecuada del tratamiento según el grado de control del
asma. Así, el médico o el afectado pueden adoptar dos enfoques en cuanto a las medidas
terapéuticas: