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TRABAJO FINAL

Lingüística 2º

Mª DE LOS ÁNGELES,
GUZMÁN JIMÉNEZ
El objetivo principal de este trabajo es ver la relación entre el lenguaje de los
humanos y su cerebro, qué y cómo están unidos en el ser humano. A partir de los
dos vídeos proporcionados, he extraído y dividido la información que he encontrado
en tres bloques principales, “Evolución del Cerebro Humano”, “Origen del Lenguaje”
y “Funciones y Zonas Cerebrales”. A continuación, estos temas serán desarrollados
en el mismo orden mencionados pero antes voy definir los conceptos cerebro y
lenguaje para tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de ambos.

El lenguaje es un objeto lingüístico con elementos como la sintaxis y los


fonemas, entre otros, que se estudia en Humanidades. Mientras que el cerebro es la
fábrica del lenguaje, hace de puente entre las cosas que aprendemos y estas
nociones representadas en el cerebro.

Evolución del Cerebro Humano.

El cerebro del ser humano se ha ido transformando durante miles de años


para llegar hasta el que tenemos actualmente. Esta evolución es clave a la hora de
hablar sobre el origen del lenguaje.

Lo que nos convierte en seres humanos modernos empezó a aparecer con el


Australopitecino hace cuatro millones de años. Gracias a las marcas que se han
quedado en el cráneo de los homínidos, podemos reconstruir las formas que tenía
los cerebros a lo largo de la historia, ya que no hay ninguno original que se pueda
manipular y estudiar en la actualidad. Observando estos surcos en los cráneos, se
cree que, en los primeros estadios de la evolución humana, se desarrolló una forma
de pensamiento asociativa. Esto es porque se han comparado los cráneos de un
Australopitecino y un chimpancé y se han encontrado dos zonas situadas
aproximadamente en el mismo lugar en ambos pero con tamaños bastantemente
diferenciados. El surco semilunar, que se encuentra en la parte posterior del cerebro
donde se reciben las imágenes visuales desde los ojos, es más pequeño en el ser
humano que en los chimpancés, el cual lo tienen un poco más adelantado. Sin
embargo, la zona que se encuentra justo delante del surco semilunar y que es muy
importante para hacer asociaciones, es más grande en los humanos. Este
crecimiento de la zona de asociación en los primeros periodos de la evolución
humana indica que aunque ambos, el chimpancés y el Australopitecino, tenía
prácticamente el mismo tamaño de cerebros, este último era capaz de incorporar
mucha más información sobre el medio. Este descubrimiento es la razón por la que
se piensa que en los primeros pasos de la evolución contábamos con una forma de
pensamiento asociativa.

El tamaño del cerebro también es algo que ha ido cambiando a medida que el
ser humano iba evolucionando. Los seres humanos nacemos con un tamaño de
cerebro muy por debajo al común entre otros mamíferos, ya que nosotros nacemos
aproximadamente con la cuarta parte del tamaño de un cerebro adulto. Se cree que
esto se debe a que las hembras homínidas no tenían la energía suficiente para traer
al mundo un bebé con un cerebro de gran tamaño. También, aunque las hembras
tuvieran la energía, el hecho de ser bípedos influyó en este cambio de tamaño
cerebral, ya que la pelvis que tenemos es demasiado estrecha como para dar a luz a
bebés con cerebros grandes. Sin embargo, si se conciben niños con cerebros más
pequeños, este problema se resolvería y, además, esto resultaría en que el cerebro
debería evolucionar para estar más expuesto a estímulos y crecer. El desarrollo del
cerebro humano tras el nacimiento tiene un papel muy importante en nuestra
capacidad para adoptar un lenguaje complejo porque, en general, se desarrollan las
conexiones cerebrales cuando la persona interactúa con su medio (sus padres,
grupo social, etc.). Esta capacidad de los seres bípedos de desarrollar el cerebro
tras el nacimiento, desembocó en la aparición de mecanismos cerebrales que
condujeron al habla.

Origen del Lenguaje.

Cuando los humanos comenzamos a vivir en comunidad, descubrimos las


palabras y adquirimos la capacidad de formar frases y ganamos una nueva
conciencia. La mayor parte de nuestra conciencia está formada por un flujo de
pensamientos en forma de palabras. Tenemos la capacidad de compartir nuestra
conciencia con otros mediante los idiomas. Todos los niños, salvo excepciones,
tienen la capacidad innata de aprender su lengua y aprender a comunicarse
instintivamente.

Un estudio sitúa el origen común de todas las lenguas en el África


subsahariana y se piensa que, el lenguaje, fue una de las innovaciones que nos
permitió emigrar y expandirnos por la todo el planeta. El lenguaje es un laberinto de
conceptos que nace y crece en nuestro cerebro, es una de las facultades del
complejo sistema de nuestra mente.

Antes, se pensaba que nacíamos sin nada y que era la cultura la que nos
daba la información. Sin embargo, gracias a la revolución lingüística de Chomsky en
la que se defendía que la mente no era una hoja en blanco, hoy en día se sabe que,
en lo que respecta al lenguaje, nuestro cerebro viene ya con su propio código. Las
palabras nacen con nosotros y desde ese momento habitan con nosotros, incluso
antes de hablar, ya contamos en nuestro interior con estructuras gramaticales y
fonemas. El neurólogo francés Paul Broca fue el primero en descubrir que las
palabras surgen de nuestro cerebro, hace unos 150 años. Se piensa que
aprendemos nuestra lengua materna antes de nacer y que el camino del lenguaje
empieza desde el vientre. El feto en las últimas tres semanas de gestación,
memoriza sonidos del exterior y al salir al mundo, ya muestra predilección por la voz
de su madre y el idioma de su entorno. A medida que vamos creciendo, el cerebro
se deshace de los sonidos que no están presentes en las lenguas que nos rodean
ya que son innecesarios. El lenguaje es complejo pero nos parece sencillo debido al
tipo de cerebro que tenemos. En el lenguaje, unas oraciones encajan dentro de otras
permitiéndonos decir exactamente lo que queremos transmitir. Esto nos permite
hablar de lo que queramos, poder decir cosas que no hemos oído nunca y
entenderlas y no estar limitados a un tipo de mensaje. No obstante, aunque el
lenguaje esté ya en nuestro cerebro, debemos contar con el gen FoxP2 para poder
hacer las realizaciones físicas y poder comunicarnos verbalmente. Se cree que este
gen mutó en el pasado y ayudó a construir las conexiones neuronales necesarias
para la realización de los movimientos de nuestros labios y lengua. Es probable que
esta mutación del gen coincidiera con la aparición del Homo sapiens en el África
subsahariana y que este, con esta nueva capacidad lingüística, se dispersara por
Europa y Asia.

Funciones y Zonas del Cerebro:

El lenguaje es una cuestión en sí, pero con diferentes ramificaciones a


muchos aspectos del funcionamiento cerebral o cognitivo, ya que utiliza procesos
motores, ya que movemos los músculos de articulación al hablar, de memoria, ya
que saber un lenguaje es tener memoria de unas palabras y reglas y de decisión, ya
que elegimos las palabras que utilizamos.

Las palabras tienen la capacidad de combinarse sin límite, a este fenómeno


se le llama recursividad. Gracias a la recursividad, una persona podría pasarse toda
la vida diciendo una frase infinita, superponiendo y encajando oraciones. Se piensa
que esta capacidad, en realidad, no es un mecanismo del lenguaje, sino del cerebro,
ya que es desde donde brotan las palabras, y que es la base de la creatividad. Otra
capacidad con la que cuenta el cerebro es la de la llamada plasticidad. El
neurocientífico Mriganka Sur descubrió esta función, a finales de los años 90, y se
refiere a que algunas partes del cerebro pueden cambiar su función y adaptarse a
nuevos estímulos. Un claro ejemplo de esta plasticidad es el caso de las personas
ciegas y su sentido del tacto y oído, ya que como no pueden ver, desarrollan más
otros sentidos para poder compensar la pérdida de información visual.

Antes se pensaba que el lenguaje tenía una zona en el cerebro exclusiva para
él pero hoy en día se sabe que comparte mecanismos con otras habilidades que nos
caracterizan. Todo está interconectado, el lenguaje no solo está en un hemisferio,
sino que está por todos lados, en una red cerebral. Las áreas esenciales para
nuestras funciones lingüísticas están más concentradas en el cerebro de lo que se
piensa, hay más variabilidad individual y también más subdivisiones de las que se
creía. Los lugares involucrados en el lenguaje están muy concentrados. El cortés
está organizado en áreas separadas por diferentes funciones del lenguaje.

El doctor Paul Pierre Broca, estudió los cerebros post-mortem de varios


pacientes que habían sufrido una afasia y que como resultado de esta no eran
capaces de hablar pero sí de comprender. Al observar en detalle estos cerebros,
halló que todos sufrían una lesión en una zona del lóbulo frontal izquierdo del
cerebro, determinando que este lugar era el origen del lenguaje. Esta zona es ahora
llamada el área de Broca en su honor y gracias a este descubrimiento, se ha
encontrado una zona parecida en chimpancés. El área de Broca se activa, en el ser
humano, al usar lenguaje de signos y cuando se habla. Por otro lado, los
chimpancés se comunican usando sonidos y gestos también, al hacer esto durante
la comunicación, un área que se encuentra en una zona similar a la de Broca, se
activa.

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