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Lingüística 2º
Mª DE LOS ÁNGELES,
GUZMÁN JIMÉNEZ
El objetivo principal de este trabajo es ver la relación entre el lenguaje de los
humanos y su cerebro, qué y cómo están unidos en el ser humano. A partir de los
dos vídeos proporcionados, he extraído y dividido la información que he encontrado
en tres bloques principales, “Evolución del Cerebro Humano”, “Origen del Lenguaje”
y “Funciones y Zonas Cerebrales”. A continuación, estos temas serán desarrollados
en el mismo orden mencionados pero antes voy definir los conceptos cerebro y
lenguaje para tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de ambos.
El tamaño del cerebro también es algo que ha ido cambiando a medida que el
ser humano iba evolucionando. Los seres humanos nacemos con un tamaño de
cerebro muy por debajo al común entre otros mamíferos, ya que nosotros nacemos
aproximadamente con la cuarta parte del tamaño de un cerebro adulto. Se cree que
esto se debe a que las hembras homínidas no tenían la energía suficiente para traer
al mundo un bebé con un cerebro de gran tamaño. También, aunque las hembras
tuvieran la energía, el hecho de ser bípedos influyó en este cambio de tamaño
cerebral, ya que la pelvis que tenemos es demasiado estrecha como para dar a luz a
bebés con cerebros grandes. Sin embargo, si se conciben niños con cerebros más
pequeños, este problema se resolvería y, además, esto resultaría en que el cerebro
debería evolucionar para estar más expuesto a estímulos y crecer. El desarrollo del
cerebro humano tras el nacimiento tiene un papel muy importante en nuestra
capacidad para adoptar un lenguaje complejo porque, en general, se desarrollan las
conexiones cerebrales cuando la persona interactúa con su medio (sus padres,
grupo social, etc.). Esta capacidad de los seres bípedos de desarrollar el cerebro
tras el nacimiento, desembocó en la aparición de mecanismos cerebrales que
condujeron al habla.
Antes, se pensaba que nacíamos sin nada y que era la cultura la que nos
daba la información. Sin embargo, gracias a la revolución lingüística de Chomsky en
la que se defendía que la mente no era una hoja en blanco, hoy en día se sabe que,
en lo que respecta al lenguaje, nuestro cerebro viene ya con su propio código. Las
palabras nacen con nosotros y desde ese momento habitan con nosotros, incluso
antes de hablar, ya contamos en nuestro interior con estructuras gramaticales y
fonemas. El neurólogo francés Paul Broca fue el primero en descubrir que las
palabras surgen de nuestro cerebro, hace unos 150 años. Se piensa que
aprendemos nuestra lengua materna antes de nacer y que el camino del lenguaje
empieza desde el vientre. El feto en las últimas tres semanas de gestación,
memoriza sonidos del exterior y al salir al mundo, ya muestra predilección por la voz
de su madre y el idioma de su entorno. A medida que vamos creciendo, el cerebro
se deshace de los sonidos que no están presentes en las lenguas que nos rodean
ya que son innecesarios. El lenguaje es complejo pero nos parece sencillo debido al
tipo de cerebro que tenemos. En el lenguaje, unas oraciones encajan dentro de otras
permitiéndonos decir exactamente lo que queremos transmitir. Esto nos permite
hablar de lo que queramos, poder decir cosas que no hemos oído nunca y
entenderlas y no estar limitados a un tipo de mensaje. No obstante, aunque el
lenguaje esté ya en nuestro cerebro, debemos contar con el gen FoxP2 para poder
hacer las realizaciones físicas y poder comunicarnos verbalmente. Se cree que este
gen mutó en el pasado y ayudó a construir las conexiones neuronales necesarias
para la realización de los movimientos de nuestros labios y lengua. Es probable que
esta mutación del gen coincidiera con la aparición del Homo sapiens en el África
subsahariana y que este, con esta nueva capacidad lingüística, se dispersara por
Europa y Asia.
Antes se pensaba que el lenguaje tenía una zona en el cerebro exclusiva para
él pero hoy en día se sabe que comparte mecanismos con otras habilidades que nos
caracterizan. Todo está interconectado, el lenguaje no solo está en un hemisferio,
sino que está por todos lados, en una red cerebral. Las áreas esenciales para
nuestras funciones lingüísticas están más concentradas en el cerebro de lo que se
piensa, hay más variabilidad individual y también más subdivisiones de las que se
creía. Los lugares involucrados en el lenguaje están muy concentrados. El cortés
está organizado en áreas separadas por diferentes funciones del lenguaje.