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Fuentes, que vivió desde dentro el proceso y que tenía relación con los acusados y
con el propio Fidel Castro, sostiene que los fusilamientos fueron consecuencia de
dos situaciones bien distintas. Por un lado eran la respuesta del dictador cubano a
la perestroika que preparaba Gorbachov en la Unión Soviética. El otro factor
desencadenante fue que Fidel se sentía cogido por los americanos: "Sabía todo
sobre las operaciones de narcotráfico que montaba el Ministerio del Interior",
aclaró.
A Dulces guerreros cubanos le seguirán dos libros más que serán la continuación
sobre la historia más reciente de Cuba.
Pedro Schwarze
Sin embargo, las verdaderas razones de Fidel Castro para haber ordenado la
muerte de cuatro de sus mejores hombres eran muy distintas a las esgrimidas
oficialmente.
Pero tras los hechos de 1989 rompió con el régimen y tomó la decisión de salir de
Cuba, deseo que logró en 1994 gracias a la mediación del escritor colombiano
Gabriel García Márquez y el entonces Presidente mexicano Raúl Salinas de
Gortari.
Como él mismo bien dice en el prefacio del libro "soy hasta el momento el único
personaje del hardcore fidelista que ha escapado de las manos del Comandante".
Una vez que Castro dejó Chile, el dirigente cubano le encargó a de la Guardia que
se encargara de la protección del embajador cubano. "Quedó responsabilizado por
Fidel de que Mario García Incháustegui, embajador de Cuba en Chile, no le pasara
nada durante su estancia como embajador".
Pero también fue comisionado para que hiciera "el estudio militar de Santiago de
Chile y los planes de introducción clandestina del armamento que se le entregaba
a los partidos de la Unidad Popular", explica el primero de los informes.
Así Fuentes revela, por ejemplo, la adicción crónica de Raúl Castro al alcohol. De
hecho, es durante una borrachera del segundo hombre de Cuba, en la casa del
escritor, donde sale a la luz la explicación de algunas de las maniobras más
ignoradas del régimen: las operaciones de narcotráfico, autorizadas por el mismo
Fidel y utilizadas como un arma "política y no económica".
Fuentes escribe que las autoridades cobraban peaje a las embarcaciones del
narcotráfico y que incluso "hay compromisos con algunos amigos colombianos
para evitar que otros colombianos hagan una feliz travesía dentro de los límites de
las aguas territoriales cubanas que suelen ser ampliadas o estrechadas de
acuerdo con los intereses operativos".
"Fidel -afirma Raúl- dice que éste es un asunto que debe hacerse con mucho
cuidado y con tacto. Fidel dice que en definitiva todas las guerras coloniales en
Asia se hicieron con opio. Entonces nada más justo que los pueblos devolvamos la
acción, como venganza histórica".