Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Todos tenemos una cultura, pero la cultura del cielo comenzó desde
Génesis, cuando Dios creó el Edén y al hombre, instauró una cultura de
autoridad y de intimidad con el ser humano, a través de esta nosotros podemos
entender la autoridad y la intimidad con Él. Pero, a causa del pecado se dañó
todo, fue sacado del huerto del Edén.
El primer Adán falló, y llegó el postrer Adán para restaurar lo que se había
dañado. Jesús vino a la tierra a buscar y salvar lo que se había perdido; salvar
las almas y restaurar la cultura del cielo que se había perdido en el huerto del
Edén.
Como hijo de Dios, crea una cultura del Reino. Transmite el “ama a Dios
sobre todas las cosas”, “los diez mandamientos”.
Cuando el postrer Adán vino a la tierra, lo hizo sin corrupción, murió como un
cordero y reconciliando a la humanidad para tener intimidad con Dios. Resucitó
como un león, restaurando Su dominio en la tierra.
Con esto somos limpios, adquirimos una cultura nueva y como hijos, venimos a
ser embajador de Él para que Su cultura sea multiplicada.
Tu cultura no puede ser afectada por la del mundo, la tuya debe afectar a
la del mundo.
Tenemos que establecer la cultura que Jesús nos enseñó, una cultura de
honra y respeto. Hijos que honren a los mayores y a sus padres naturales y
espirituales.
Honra y respeto, me lleva a Eliseo y Elías, “para ser un Eliseo hay que servirle
a un Elías.” Elías es conocido como uno de los profetas más grandes de la
Biblia, Eliseo era sólo un servidor, pasó de ser un don nadie a ser el
portador de la doble unción, su secreto: establecer una cultura de honra y
respeto al hombre de Dios. (1 Reyes 19:19-21); no significa ser un
“chupamedias” es una honra servir al hombre y a la mujer de Dios.
Debemos ser como Eliseo, aquel que entiende el llamado de Dios en su vida,
y que sirve a su autoridad con honra, amor y respeto.
Uno de los mandamientos es:
Efesios 6:2-3 “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento
con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”
El primer mandamiento con promesa y es el más difícil, el honrar. Tenemos
que honrar a nuestros padres naturales y espirituales, porque ellos son o
fueron el instrumento de Dios para crear unos hábitos y una cultura del cielo.
Acá están las cuatro culturas: honra, respeto, compasión y amor. Todo
cristiano debería tener estas cuatro culturas, y si las reflejáramos afuera,
muchas cosas cambiarían.
La honra es siembra y cosecha.
Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea
la gloria por los siglos. Amén.”
Todo es por él y para él. Nuestra cultura del cielo es gracias a él, somos
embajadores del cielo por él.
Como hijos, nuestra cultura debe notarse, esas cuatro. Y así el que se
acerque será afectado y transformado por esta cultura. Nuestro idioma de fe,
debe afectar.