El consumo mantenido y excesivo puede dañar el corazón porque el alcohol
es un tóxico para el músculo cardiaco, puede llegar a debilitar el corazón y causar una enfermedad denominada miocardiopatía dilatada (el corazón se dilata y disminuye la fuerza de "bombeo"), provocando en el paciente síntomas de insuficiencia cardiaca.
El único tratamiento eficaz de esta enfermedad es la
abstención absoluta de cualquier tipo de alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades. LOS DAÑOS DEL ALCOHOL EN EL HÍGADO SANO
Cuando se consume una gran cantidad de alcohol, el
acetaldehído se produce a mayor velocidad de la que el cuerpo es capaz de desactivarlo. Por eso se acumula en el hígado y es el que provoca los daños hepáticos. Con el tiempo se producen depósitos de grasa en los hepatocitos (las células hepáticas), lo que da lugar a la inflamación (hepatitis) y muerte de éstas células. Al intentar reparar los daños el hígado crea cicatrices (cirrosis). Éstas cicatrices pueden acabar desembocando en un cáncer de hígado. EN EL INTESTINO DELGADO.
El crecimiento de bacterias Gram negativas en
el intestino, las cuales son las causantes de la acumulación de endotoxinas. Además, el metabolismo del alcohol por las bacterias Gram negativas y las células epiteliales intestinales puede resultar en la acumulación de acetaldehído, que a su vez puede aumentar la permeabilidad intestinal a la endotoxina. La generación de óxido nítrico inducida por el alcohol también puede contribuir a una mayor permeabilidad a la endotoxina mediante la reacción con la tubulina, lo cual puede causar daño a microtúbulos del citoesqueleto y la subsiguiente alteración de la función de barrera intestinal. El aumento de la permeabilidad intestinal puede conducir a un aumento de la transferencia de endotoxinas desde el intestino al hígado y a la circulación en general en la que la endotoxina puede desencadenar cambios inflamatorios en el hígado y otros órganos. El alcohol también puede aumentar la permeabilidad intestinal a peptidoglicano que puede iniciar la respuesta inflamatoria en el hígado y otros órganos.
EFECTOS DEL ALCOHOL EN LA SANGRE.
el alcohol llega a la sangre (entre 30 y 90 minutos después de ser ingerido) se produce una disminución de los azúcares presentes en la circulación sanguínea, lo que provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico. El alcohol disminuye los niveles de vitamina B1 del organismo. Inhibe la producción de glóbulos blancos y rojos, determinando descenso de glóbulos blancos (leucopenia) y anemia macrocítica con aumento del tamaño de los hematíes. EFECTOS EN LOS PULMONES El alcohol también debilita los pulmones. Disminuye los niveles de óxido nítrico, un gas que nos protege contra infecciones bacterianas. A la larga lista de efectos perjudiciales producidos por el consumo excesivo de alcohol hay que añadir ahora uno nuevo. El riesgo de infección pulmonar EN El CEREBRO El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de un ataque al cerebro (que causa daño cerebral debido a un coágulo de sangre), El abuso de alcohol a largo plazo puede causar daño permanentemente a las células del cerebro. Esto puede hacer que te resulte difícil caminar, recordar o aprender cosas nuevas En la piel Los efectos van más lejos que la deshidratación: piel apagada, poros dilatados, manchas, flacidez y falta de flexibilidad son los resultados visibles del consumo de alcohol. ... Como se ha mencionado, el alcohol también conduce a la deshidratación, y como se sabe la piel seca es más propensa a las líneas finas. En el pancreas El alcohol es una de las principales causas que pueden lesionar el páncreas y el consumo a largo plazo junto a otros factores genéticos pueden llevar a un proceso inflamatorio crónico: Pancreatitis aguda y luego a una pancreatitis crónica (presencia de fibrosis), diabetes mellitus.