INESTABILIDAD IRREFLEXIVA GENERADORA DE INESTABILIDAD.

EL PRESIDENTE ELECTO EXPERIMENTA.

Ricardo Caballero de la Rosa

El método de trabajo de Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, es el

experimento y el dicho social coloquial a través de la generación de ecos inestables que
luego defiende, corrige, matiza, pondera, de un modo irreflexivo. Es el líder que actúa
promoviendo desde su inestable discurso la generación de expectativas que den luz de
hacia dónde debe avanzar la “cuarta transformación”, hoy movimiento de envergadura
pública aunque sin claro propósito social objetivo.

La cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, las improbables

sugerencias respecto a la atenuación de los procesos fiscalizadores, las complicaciones
que desataría para la operación de las empresas la retención del impuesto al valor
agregado y, últimamente, la revisión para cancelar los cobros de las comisiones por
parte de los bancos, son medidas que pueden o no avanzar hacia su ejecución, pero son,
ante todo, inestabilidades traídas desde la política que buscan inestabilidades en
mercados, relaciones fiscales, capacidad de pago e inversión, flujos financieros.

La mejor definición de los mercados es hoy inestabilidad. Capacidad de pago o

incapacidad se traduce en un fenómeno que moviliza ganancias, producción de bienes,
prestación de servicios y precios. Cualquier prestación proveniente de la política genera,
como ya hemos experimentado en el caso de nuestro país, mayor inestabilidad que
obliga a replantear expectativas y preparar el camino hacia otras decisiones.

¿Por qué lo puede hacer el presidente electo? Porque está probando, “monitoreando” y
pulsando qué tanta inestabilidad crea una extraña inestabilidad política entre los
inestables, a la manera de declaraciones al parecer inconexas, ocurrentes y criticables
como fuera de contexto y alejadas de toda pragmática económica.

El presidente electo López disfruta de un gran capital de confianza que le ha otorgado

la pasada elección constitucional. Se cree y se sabe poseedor de un respaldo de
confianza que lo motiva a decir y a desdecirse o desdecir a sus colaboradores. El chiste
convertido en política. Prueba el valor de su palabra mediante la observación de qué
tanta inestabilidad genera su expresión conflictiva, por ejemplo, en mercados, fisco,
flujos financieros, inversiones. Se crea de este modo un eco avasallador peligroso.

Para estar en posición de decidir se crea el señor López Obrador un conjunto de

premisas ligadas a qué tanto puede mover, cambiar, modificar, y en dónde puede
hacerlo. La “cuarta transformación” comienza por un fino palillo de dientes que busca
con qué botana empezar y, luego, con qué comida sellar y descansar la batalla. El riesgo
es crear tanta inestabilidad que ésta devenga crisis, insospechada, emergente y de
consecuencias inmanejables. Es el temor de nosotros los observadores, los internos y
los externos, mejor pertrechados por el capital que manejan y mueven.
Qué tanto temor, qué tanta angustia, qué tanta complicación puede generarse para
colmar las ganas históricas y políticas de atender a los desvalidos y pobres, al pueblo,
como lo ofreció en la campaña. La estrategia es ver hasta dónde aguantan sectores,
empresas, contribuyentes, bancos, revisores, fiscalizadores. Es una táctica en el marco
de la estrategia de reconducir las inestabilidades desde la inestable declaración
callejera, en medios, con el mismo vigor de un político que sólo se siente bien en medio
del mitin y el aplauso. Las fintas para preparar el golpe.

La calle y la declaración pública en la que se mueve el presidente electo y con la que se

promueve desde que ganó la elección, son constancia de su gran confianza en sí mismo
y en su valor democrático. El riesgo es ver qué tanta vehemencia le inspira como para
creerse el guía de un movimiento que trata de sentar objetivos. Se sabe líder, pero aún
no sabe por dónde, hasta dónde afectar y dañar, a quien y a quienes, de dónde tomar y
a dónde llevar. Debe llevarla a los hechos a la “mafia del poder”. Por eso prueba para
preparar el camino que iniciará pronto.