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Cuenta la leyenda que Roma fue fundada por Rómulo y Remo, dos hermanos que habían sido

criados por una loba. Pero eso es solo una leyenda… Roma se fundó hace casi 2800 años
con las unión de varias aldeas de Italia. Al principio fue una monarquía, los que mandaban
eran los reyes, pero más tarde se convirtió en una república ¿Sabéis que es eso? Una
república es una forma de gobierno dónde no hay reyes sino que los políticos toman las
decisiones que creen convenientes. La república de Roma duró varios siglos hasta que hace
unos dos mil años empezó lo que conocemos como el Imperio Romano. En un Imperio todo el
poder está en manos de un emperador que es como un Rey de reyes. Los romanos
conquistaron todas las naciones del Mediterráneo: Grecia, Egipto, Siria, Francia, Alemania y
también los pueblo íberos y celtas de Hispania. Llegaron incluso a Britania lo que hoy es
Inglaterra. Pero… ¿Cómo vivían los romanos? La sociedad romana se dividía en varios
grupos. Los patricios eran los nobles, tenían mucho poder. Eran políticos y militares, hombres
ricos y poderosos. Por debajo de ellos estaban los plebeyos, el pueblo. Eran granjeros,
artesanos y trabajadores en general. Y ya por último en la parte más baja estaban los
esclavos que solían ser prisioneros de guerra. La guerra era una actividad muy importante
para los romanos. Sus ejércitos eran enormes y estaban formados por temibles soldados
llamados legionarios. Gracias a ellos conquistaron todos los rincones del mediterráneo. Los
romanos además eran grandes ingenieros y arquitectos y crearon ciudades muy ordenadas y
con muchas comodidades. Tenían acueductos para llevar el agua de un sitio a otro, puentes
para cruzar ríos, circos, teatros, balnearios ¡Y escuelas! ¡Los niños romanos iban al colegio,
como nosotros! También construyeron calzadas, que eran carreteras que permitían llegar de
un lado a otro del Imperio más fácilmente. El imperio romano acabó en el siglo quinto cuando
los germanos invadieron Roma. Fue en ese mismo instante, con la caída del Imperio, cuando
empezó la Edad Media. Pero esa ya es otra historia. Como siempre os decimos es
importantísimo conocer el pasado, para entender el presente y mejorar el futuro ¿no os
parece?
El Imperio Romano fue tan grande y extenso que cada vez era más difícil de gobernar y de
administrar. En los primeros años de la Era Cristiana, desde el inicio del Imperio Romano, con
el gobierno de Augusto, las relaciones entre Romanos y Germanos ¡habían sido amistosas!
Sin embargo, durante 400 años, en las fronteras formadas por los ríos Rhin y Danubio, fueron
avanzando lenta pero continuamente tanto Romanos como Germanos. ¡¿Pelea entre
vecinos?! Sí y no… En un momento el Ejército Romano logró reclutar soldados germanos para
que defendieran sus fronteras. A finales del siglo IV llegaron a las llanuras del Oriente europeo
los Hunos. Esta llegada inesperada hizo que los Germanos invadieran y ocuparan territorios
romanos. Por eso el Imperio quedó dividido en dos: El Imperio Romano de Occidente y El
Imperio Romano de Oriente, el primero con capital en Roma y el segundo con capital en
Bizancio. El Imperio Romano de Oriente pudo mantenerse hasta 1453, mientras que el
Imperio Romano de Occidente se mantuvo hasta el 476. Fueron hechos tan importantes que,
para muchos historiadores, el año 476 fue el fin de la Antigüedad y el inicio de la Edad Media,
mientras que el año 1453 fue el fin de la Edad Media y el inicio de la Modernidad. ¡Cambios de
época! El avance de los pueblos germanos provocó el debilitamiento del Imperio hasta que,
finalmente, cayó. Pero la caída del Imperio Romano no puede entenderse sólo por esta razón.
Las causas fueron varias: Con la entrada de los “bárbaros” al Ejército el sentimiento patriótico
se perdió. Además, administrar económicamente un Imperio tan grande como el Romano
implicaba muchos gastos. Esto llevó a la pobreza económica y los lujos que se daban los
Emperadores y funcionarios públicos mientras los sectores más bajos debían pagar cada vez
más impuestos empeoraron la situación.

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