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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 5
MAPA CONCEPTUAL ...................................................................................................... 8
Unidad 1: Modelos de intervención: consideraciones previas ....................................... 10
Introducción ....................................................................................................................... 10
Mapa conceptual de la unidad ............................................................................................ 12
1.1.¿Qué es un modelo de intervención? ............................................................................. 13
1.1.1.Generalidades de los modelos de intervención psicosocial en atención a víctimas del
conflicto armado. ...................................................................................................................... 13
1.1.2.Modelos basados en el concepto de trauma y críticas al TEPT ...................................... 15
1.1.3.Concepto de trauma psicosocial en Martín-Baró ............................................................ 16
1.1.4. Aspectos para la reflexión y el debate. ........................................................................... 17
1.2. Enfoques transversales en el trabajo con víctimas ......................................................... 18
1.2.1. Acción sin daño............................................................................................................... 18
1.2.2. Enfoque diferencial ......................................................................................................... 21
1.2.3. Enfoque de derechos...................................................................................................... 26
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FICHA TÉCNICA-IDENTIFICACIÓN
Número de créditos: 2
INTRODUCCIÓN
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énfasis tiene que ver con la actualidad de dicha problemática en el contexto nacional,
la magnitud de las afectaciones generadas y la necesidad existente en el campo laboral
de contar con profesionales cualificados en el tema, que asuman de forma responsable
y pertinente los procesos de intervención con dicha población.
Intencionalidades formativas
PROPÓSITOS
OBJETIVOS
COMPETENCIAS
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METAS
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MAPA CONCEPTUAL
Reflexión centrada en
A partir de
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Objetivos específicos
Introducción
Esta unidad presentará elementos que dan claridad y limitan los alcances de lo que se
entiende por modelos de intervención. A su vez abordará aspectos que se deben tener
en cuenta en cualquier tipo de intervención con población víctima del conflicto armado.
Por lo anterior, los contenidos aquí desarrollados serán elementos clave para la
reflexión y el análisis de los modelos de intervención, en experiencias específicas, que
se plantearán en las unidades siguientes.
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MODELO DE INTERVENCIÓN
PSICOSOCIAL
culturalmente un reconocimiento a la
distintas, poner a las necesidad de trascender los
víctimas en un lugar modelos médicos y
pasivo frente al enfocarse en las condiciones
proceso. contextuales y necesidades
de las personas afectadas
por la guerra.
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En términos generales se puede decir que un modelo es: una interpretación específica
respecto a las consecuencias y afectaciones generadas en una población debido a la
ocurrencia de determinado evento. En este caso se reflexionará entorno a la violencia
política y su impacto en las personas y comunidades que se han visto afectadas de
alguna forma por ella. Por lo tanto, se puede considerar que:
Dentro de las posturas revisadas se puede encontrar entonces que en la elección del
modelo pueden influir aspectos como el contexto, la formación profesional de quien lo
aplica, las exigencias de los programas o agencias de cooperación, entre otros
factores. Para Jaramillo (1996) los modelos de atención psicosocial se pueden
distinguir en cuatro grupos: a). Los que consideran la intervención psicosocial como
acciones aisladas tendientes a la recuperación individual, bien sea con acciones
orientadas hacia lo psicológico o hacia lo social; b). Los de corte psicologista, en los
que se enfatiza la aplicación de los modelos psicológicos, psiquiátricos y terapéuticos
de forma individual y se abordan principalmente las afectaciones sobre cada persona,
considerando que con el abordaje individual se logrará posteriormente un cambio a
nivel social o en la comunidad en particular; c). Los comunitaristas, que contrario al
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ítem anterior, se centran en los factores sociales y consideran que al intervenir los
factores generales y que afectan al grueso de la población se logrará también un
bienestar individual; d). finamente, expone la visión holística como aquella que
integra las miradas anteriormente expuestas, le da peso a las condiciones sociales,
históricas y culturales en las que se relacionan las personas y cómo éstas influyen en
su bienestar, planteando así que se requiere tanto la atención individual como el
trabajo con la comunidad y la sociedad en general para procurar, además de una
recuperación individual, la garantía de la satisfacción de las necesidades básicas y la
protección y restitución de los derechos vulnerados.
Por su parte, Castaño (1996) señala que la elección en el trabajo psicosocial tiene que
ver con una apuesta ética y política en la que, independientemente de la filiación
teórica o predilección de estrategias de intervención, ―reconozcamos el efecto
profundamente destructivo de la violación de Derechos Humanos, de la guerra y de la
violencia sociopolítica sobre la persona en sí misma, y sobre su ser social‖ (Pág. 45).
Agrega, además, que este trabajo psicosocial tiene que partir de una condición de
respeto hacia los afectados, procurando conocer su cultura, sus condiciones sociales,
reconociendo su sufrimiento y evitando imponer ideas o prejuicios sobre lo que es
mejor para ellos y así no vulnerar con esto su autonomía.
Carlos Martín Beristain (1999) señala que las intervenciones deben estar del lado de la
gente, es decir, no aislarla del contexto social en el que ocurren los hechos, no
desconocer sus formas de vida y acción colectiva pues en ello pueden radicar mayores
o menores condiciones de bienestar. Respecto a la identificación de las necesidades en
la población, este autor resalta la importancia de dos aspectos a saber: en primer
lugar, conocer su cultura, su historia previa a los hechos de los cuales fueron víctimas,
sus formas de relacionarse, sus tradiciones; y, en segundo lugar, poner el foco en la
situación específica que tuvieron que enfrentar. Con ello se evita caer en
reduccionismos psicológicos que consideren que las reacciones de las personas tienen
que ver con un factor individual o rasgo de personalidad, y se podrá tener una visión
más completa para realmente comprender cómo los hechos afectan a la gente, cómo
pueden o no desestructurar su visión del mundo, su seguridad y confianza en ellos
mismos y en los otros, y cuáles son los recursos con los que cuentan, bien sea
individuales, familiares o colectivos para afrontar la situación.
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Por trauma se puede entender la huella (física o psíquica) que deja la vivencia de un
hecho en particular, que tiene un carácter abrupto y una fuerte exigencia de
afrontamiento. Así un evento traumático puede ser un accidente automovilístico, la
muerte de un ser querido, un episodio de violencia intrafamiliar, una catástrofe
natural, o, un secuestro, la desaparición forzada de un ser querido, el presenciar una
masacre, el desplazamiento forzado y un sinnúmero de hechos que ocurren en el
marco del conflicto armado.
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Teniendo en cuenta esta particularidad el mismo autor señala, respecto al modelo con
el cual se debe intervenir en esta situación, que
Los modelos de intervención con víctimas del conflicto armado y la violencia política
pueden llegar a ser tan diversos como cuantos profesionales existan. Es decir, cada
profesional que acompaña o cada equipo que realiza un trabajo con personas o
comunidades afectadas puede tener su propia concepción respecto a la situación a la
que se enfrentan y su propio modelo de intervención.
Ha preponderado una visión médica hacia las afectaciones de las personas que han
tenido que vivir situaciones de gran exigencia emocional, de tensión y de terror, y que
han visto el menoscabo de sus condiciones de vida y vulnerados sus derechos. Ante
esta postura se hacen críticas respecto a que:
basados en un modelo del trauma y contando con el TEPT como guía para la
intervención, se pone a las personas víctimas como sujetos pasivos, se les niega la
posibilidad de comprender las características históricas, sociales y políticas de la
situación que enfrentan y que los afecta directamente, se reduce su capacidad de
agencia y el empoderamiento que cada uno puede tener, disociando el plano individual
del plano social.
El contexto social y político en que ocurren los hechos y violaciones a los derechos
humanos en el conflicto armado, supone una carga aún más grande de tramitar para
las personas afectadas. Saber que hay una intencionalidad en causar daño por parte
del perpetrador, que el causante es otro ser humano, sufrir más de un hecho
victimizante y, como en muchos casos, perder o ver afectadas las redes de apoyo
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Finalmente, puede concluirse que no hay modelos estándar, las dinámicas del conflicto
armado son tan variadas y generan tantas repercusiones en la gente que cada caso
merece una atención particular y un abordaje especial. La elección de cuál modelo
aplicar, tendría que estar basada en una postura crítica y reflexiva frente al contexto
de ocurrencia de los hechos, las condiciones previas de las personas y comunidades,
los valores, tradiciones y formas culturales propias, el grado y tipo de afectación en
relación con estos elementos contextuales, los mecanismos y recursos de
afrontamiento con los que cuenta la comunidad, y sobre todo, la identificación de las
necesidades, a partir de la voz, el conocimiento y la capacidad de transformación
propio de la población que se acompaña.
Por acción sin daño se reconoce un enfoque de trabajo que fue enunciado inicialmente
en la década de los 90 por Mary B. Anderson, quien participaba en diversos proyectos
de ayuda humanitaria en Asia y África, pero solo hacia la década de 2000 se empieza a
conocer, debatir e introducir en el trabajo que se desarrolla en Colombia de
acompañamiento a diversas poblaciones, siendo más considerado en el campo de
trabajo con población víctima del conflicto armado.
En la sistematización que hace esta autora en el libro ―Acción sin daño: cómo la ayuda
humanitaria puede apoyar la paz o la guerra‖ (2009), se reflexiona respecto a cuáles
son los impactos de la ayuda humanitaria teniendo en cuenta que ésta no es ni buena
ni necesaria en sí misma. Es decir, el acudir a algún lugar afectado por el conflicto
armado, contar con equipos de profesionales para atender un sinnúmero de
situaciones, no necesariamente garantiza que se realice una intervención favorable a
las necesidades de la comunidad. Incluso, el que desde la lógica de la asistencia
humanitaria se considere que es necesario llevar a cabo allí alguna intervención no
quiere decir que para dicha comunidad la intervención sea efectivamente necesaria.
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Esto se puede entender partiendo del dicho popular ―una imagen vale más que mil
palabras‖. Es decir, aunque no se haga explicito, las actuaciones en campo transmiten
un mensaje respecto a las posturas éticas de quienes acompañan. Entre las que se
proponen, las más frecuentes y que muchas veces pueden pasar desapercibidas o no
ser consideradas como acciones que ameritan revisión, pueden contarse:
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Teniendo presente esta claridad cabe plantear algunos casos en los que es importante
hacer un análisis específico de la situación así como una propuesta de
acompañamiento correspondiente con ellos:
Condiciones de género
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Los casos de violencia sexual como forma de demostrar poderío o como forma de
dar un golpe al bando enemigo exigen procesos especiales de acompañamiento.
Son casos que requieren el máximo de sensibilidad pues generan un gran impacto
en las víctimas que sufren un menoscabo considerable de su dignidad, ven alterada
su confianza para establecer contacto con otras personas y muchas veces son
estigmatizadas y hasta señaladas como culpables por lo sucedido. Es decir, son
victimizaciones invisibilizadas y silenciadas.
Lo anterior evidencia, además del fuerte arraigo machista y patriarcal, cómo las
relaciones sociales y las expresiones más íntimas de las mismas se ven también
permeadas por las lógicas de la guerra: el dominio de unos sobre otros, la violencia
y demostración de fuerza para imponer la voluntad propia, el desconocimiento y
subvaloración de otras formas de ser y estar en el mundo. (Ruta pacífica de las
mujeres, 2008)
En este sentido, el impacto que sobre las mujeres tiene la vivencia en un contexto
de conflicto armado, implica tener en cuenta lo que ocurre en el ámbito familiar,
como espacio en el que se mantiene y reproduce la ideología dominante.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
A esta relación entre las violencias, en el ámbito público y privado, a las que son
sometidas las mujeres, las denomina la Ruta Pacífica de las Mujeres (2013) como
continuum de las violencias, en el sentido de reconocer que son diversas las
modalidades: física, psicológica, simbólica, económica, social, cultural; y que así
mismo son diversas las esferas afectadas: individual, familiar y social. Por ello,
enfatizan en que el fin de la guerra no implica el fin de las violencias contra las
mujeres.
Este panorama, abre la puerta entonces a pensar sobre cuáles son los factores que
entran en juego cuando se habla de procesos de intervención psicosocial con
mujeres y con enfoque de género en contextos de conflicto armado, qué aspectos
favorecen o dificultan su participación en dichos procesos, hacia dónde deben estar
orientados, qué repercusión tienen los procesos colectivos para la esfera individual
de las mujeres y viceversa. Todo lo anterior, partiendo de que el conflicto armado
y la violencia hacia las mujeres es una condición que transversaliza sus vivencias, y
que por lo tanto, el enfoque de género debe aportar a la comprensión e
intervención de sus impactos en diversos ámbitos, es decir, debe considerar el
continuum de las violencias que recae sobre ellas.
Desaparición forzada
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
es tal vez uno de los hechos victimizantes más complejos para tramitar. Es una
situación que se perpetúa porque se somete a los familiares a una espera continua
e incertidumbre permanente, allí el hecho victimizante no cesa hasta no conocer la
verdad de los hechos y encontrar el cuerpo del ser querido. Muchas veces está
acompañado del silencio y la decisión de no denunciar la desaparición por temor a
las represalias, lo cual incrementa el sufrimiento y agrega sentimientos de culpa
por no hacer nada para procurar el regreso del familiar desaparecido. Otro
agravante para la situación de quienes enfrentan estos hechos tiene que ver con la
estigmatización y muchas veces rechazo social hacia la persona que fue
desaparecida, pues se suele pensar que ―si le pasó, fue por algo‖. En estos casos
de desaparición forzada, no hay lugar al duelo hasta no conocer el paradero o la
verdad sobre la suerte del ser querido, incluso conociendo de la muerte de éste,
muchas veces no es posible recuperar su cuerpo y esto implica que el sufrimiento
se mantenga. El manejo de la información, las tensiones familiares por decidir
buscar o no buscar, son otras de las tantas condiciones que es importante tener en
cuenta al abordar casos de desaparición forzada.
En estos casos, además de los impactos de las acciones violentas por parte de los
actores armados, es pertinente considerar el lugar de exclusión que
sistemáticamente han ocupado estas comunidades, al conflicto armado se suma el
abandono estatal, el racismo y discriminación que niega el lugar de ciudadanos que
le corresponde a estas poblaciones. Actuar sin considerar sus particularidades
puede suponer una acción igualmente perjudicial y representar una posición
hegemónica que introduce formas de actuar contrarias a su cultura. El respeto por
su autonomía territorial, implica también respeto por su autonomía en la toma de
decisiones y en la inclusión de sus factores identitarios en los procesos de
reparación y reconstrucción de sus comunidades. Ello implica la implementación de
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Boaventura de Sousa:
De esta manera, cobra fundamental relevancia para el caso de las víctimas la exigencia
de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación, pues tienen una repercusión
directa en la mitigación de los impactos y daños producidos por las violaciones a los
derechos humanos que han tenido que padecer, es decir, tienen grandes implicaciones
psicosociales para las víctimas y la sociedad en su conjunto.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Por su parte, el derecho a la justicia tiene que ver con que se lleven a cabo procesos
de investigación, procesamiento y condena a los responsables de las violaciones a los
derechos humanos, no sólo a los individuos y responsables materiales sino también a
aquellas personas y estructuras que en las esferas políticas y económicas propiciaron o
validaron tales formas de actuar, manteniendo así las dinámicas del conflicto. El efecto
de esta medida sobre las víctimas tiene que ver con el restablecimiento de la confianza
en las instituciones y mecanismos de protección establecidos, desconfianza que está
muchas veces en la base del surgimiento de diferentes conflictos sociales.
Esto implica que no es suficiente con el reconocimiento de los derechos de las víctimas
y las implicaciones que esto tiene en su bienestar subjetivo, ni con hacer un llamado a
la sociedad en general para la garantía de los mismos. Por el contrario, el enfoque de
derechos, debe dar lugar al posicionamiento de las víctimas como actores clave en la
definición de políticas y acciones que les afectan. Es decir, se debe potenciar su propio
reconocimiento como sujetos políticos, reconocimiento que les permita participar y
ejercer su rol activo de ciudadanos.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Reflexiones y recomendaciones
Como cierre a esta unidad es importante pensar sobre la responsabilidad que, como
profesional de las ciencias sociales y humanas o de cualquier otro campo, se tiene para
aportar a la transformación de los contextos sociales en los que se encuentran
inmersas las personas y procesos organizativos que se acompañan.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Síntesis de la unidad
A pesar de no haber un único modelo sí existen unos enfoques que es preciso incluir de
forma permanente en cualquier tipo de acción que se desarrolle con la población
víctima. Estos enfoques son: acción sin daño, enfoque diferencial y enfoque de
derechos. La acción sin daño hace referencia a la necesidad de procurar que la
intervención que se realiza no ocasiones nuevas victimizaciones o incremente el
sufrimiento de las víctimas aun cuando se obre con buena voluntad y, en este sentido,
monitorear y evaluar permanentemente cuáles son esos factores institucionales o
personales que podrían llegar en algún momento a ser dañinos. El enfoque diferencial
tiene que ver con la identificación de los impactos según características específicas de
la población o del hecho victimizante y cómo en cada caso el acompañamiento puede
orientarse de forma diferente para abordar las principales necesidades que la situación
plantea. Finalmente el enfoque de derechos hace referencia al reconocimiento de las
víctimas del conflicto armado como ciudadanos y sujetos de derechos, haciendo
especial énfasis en sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación, que pueden
transitar un camino que del dolor conduzca a su reconocimiento como sujetos políticos
con participación e incidencia en diferentes esferas de la vida pública y comunitaria.
Así se puede concluir planteando que todas aquellas acciones que se establezcan en el
proceso de acompañamiento a población víctima del conflicto armado deben estar lo
suficientemente articuladas y contextualizadas con sus necesidades (determinadas por
ellos mismos), recursos y capacidades para que el modelo de intervención que se
aplique sea sanador, transformador, aporte a la recuperación emocional de las
víctimas, a la reconstrucción del tejido social y a la reivindicación de sus derechos.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Los modelos de intervención deberán pensarse en función de atender las afectaciones sufridas
por las víctimas en todos los ámbitos, por ello es que se hace difícil hablar de un único modelo
o ruta de intervención.
Grupo de psicología social crítica (Ed.). (2010). Principios éticos para la atención
psicosocial. Revista De Estudios Sociales, (36), 127-131. Disponible en:
http://res.uniandes.edu.co/indexar.php?c=Revista+No+36
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Objetivos específicos
Introducción
La presente unidad engloba 4 casos de acompañamiento psicosocial en los que, por las
características del contexto, los hechos ocurridos, y las necesidades de la población, se
implementaron diferentes modelos de intervención, algunos más ventajosos que otros,
con el fin de aportar en la recuperación del bienestar de las personas afectadas y la
reconstrucción de los aspectos comunitarios deteriorados por la guerra. Todos los
casos hacen énfasis en las condiciones del contexto en que se dieron los hechos
violentos y que a su vez condujeron a la implementación de un determinado modelo,
en las características del modelo implementado y en las consecuencias de la aplicación
del mismo.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Mapa conceptual
Analizados a
partir de
A nivel individual,
familiar y colectivo-
comunitario Influidas por
Dinámicas
comunitarias,
características
culturales, formas
Formación profesional,
organizativas,
lineamientos
estrategias de
institucionales,
afrontamiento
capacidad crítica y
reflexiva
Elementos rastreados en
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Introducción
En la primera parte se exponen las generalidades del contexto, los actores y las causas
que derivaron en los hechos violentos que afectaron esta población, como elemento
fundamental para entender la importancia de las acciones llevadas a cabo después en
el marco del acompañamiento realizado. En la segunda parte se propone reflexionar
sobre las afectaciones generadas, haciendo énfasis en el concepto de comunidad y
cómo la violencia genera impactos más allá de lo individual, a partir de la aplicación de
modalidades y estrategias de terror que paralizan y fragmentan la capacidad de
movilización social, los lazos de solidaridad y confianza y menoscaban el bienestar
general de toda una población. En un tercer lugar se hace un reconocimiento teórico y
práctico de dos experiencias significativas y que han aportado en la reconstrucción del
tejido social en Trujillo, ellos son el Parque Monumento a las víctimas de Trujillo y la
Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo, enmarcados en lo que es la
reconstrucción de la memoria histórica y los procesos de exigibilidad de derechos de
las víctimas.
Finalmente se propone una reflexión respecto a los aspectos positivos de esta forma de
analizar la problemática y abordarla, es decir, las implicaciones del modelo
implementado y los puntos que aun merecen ser trabajados para procurar una
reparación integral, orientando con ello a la reflexión de los profesionales respecto a
las condiciones en las cuales se encuentran las poblaciones que pueden llegar a ser
objeto de su intervención.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Mapa conceptual
CASO TRUJILLO
El modelo de intervención
comprende
Parque Monumento
Reconstrucción de la
a las Víctimas Lugares de Memoria
memoria histórica
Asociación de Experiencias
Organización y
familiares de organizativas
Exigibilidad de derechos
Víctimas de Trujillo
—AFAVIT—
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Estas situaciones han determinado que cada grupo en confrontación desarrolle unas
formas de actuar según sus intereses y posición respecto al conflicto, es decir, que
ejerzan de forma intencional determinados mecanismos y modalidades de violencia en
contra de sus adversarios, pero sobre todo en contra de la población civil, con el fin de
dar un golpe al ―enemigo‖ en aquellos territorios controlados por este o de mantener y
afianzar el poder sobre la población en aquellos que ya dominan. Es así como la
población civil ha sido la gran afectada por los dispositivos y acciones empleadas por
todos los bandos, siendo víctimas de acciones como masacres, asesinatos selectivos,
desapariciones forzadas, tortura, secuestros, desplazamientos forzados y despojos,
ejecuciones extrajudiciales, amenazas, atentados a infraestructura, vías de
comunicación, entre otros.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Trujillo es un municipio ubicado en el norte del departamento del Valle del Cauca. La
relevancia para incluir dentro de esta unidad el modelo de atención psicosocial
empleado allí, radica en que, durante uno de los episodios de violencia que han
azotado el país,
Los hechos a los que se hace referencia cuando se menciona la Masacre de Trujillo se
han ubicado en un periodo de tiempo comprendido entre 1988 y 1994, lo cual no
quiere decir que antes o después no hayan ocurrido situaciones en el marco del
conflicto armado o que no se hayan generado nuevas victimizaciones a la población,
sino que es en este lapso en el que la violencia de los perpetradores se sintió con
mayor fuerza y en el que centraron todas sus acciones para lograr obtener el control y
sometimiento de la población.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Así pues, en el periodo comprendido entre 1988 y 1994 fue en el que se desplegó toda
una estrategia de alianza entre el paramilitarismo y las Fuerzas Armadas, camuflada
bajo la denominación de ―lucha contrainsurgente‖, que se centró en una
estigmatización y señalamiento de la población con la cual se justificaba y ocultaba la
comisión de los asesinatos selectivos y las desapariciones forzadas. Enfrentamientos
entre militares y guerrilleros servían como excusa para desarrollar acciones en contra
de civiles, para señalar de insurgentes a quienes eran posteriormente desaparecidos y
para desarticular los procesos comunitarios que aglutinaban a la población. Las
movilizaciones y exigencias ciudadanas eran la oportunidad perfecta para estigmatizar
a todo un municipio. Así fue como, además de propiciar la salida de la guerrilla del
ELN del territorio, se pretendió imponer una nueva visión de lo que sería el orden
deseable y la seguridad en el municipio, lo cual requería la eliminación por cualquier
medio de aquellas personas que pudieran cuestionar este propósito, impedir su
afianzamiento o que simplemente no concordaran con él.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Impactos y afectaciones
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Para profundizar puede consultarse el informe del Grupo de Memoria Histórica “Trujillo: una tragedia que
no cesa”, publicado en 2008.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Para iniciar es importante considerar qué se entiende por comunidad, qué era lo que
existía, qué fue lo que se destruyó y cómo repercute ello en las personas
sobrevivientes. Para Matiza Montero (2004), autora venezolana y reconocida en el
ámbito de la psicología comunitaria
Esta definición entraña un asunto clave y es la relación constante de los miembros del
grupo y la capacidad transformadora del mismo (a ello se refiere la potencialidad
social). Para ser comunidad no basta con que se comparta un territorio, importa más la
vivencia de una historia compartida, la experiencia en un contexto y condiciones
materiales de existencia similares. Este contexto e historia común posibilita que la
comunidad comparta una cultura, necesidades, intereses y proyectos. También resalta
en esta construcción el papel que juega el establecimiento de relaciones
interpersonales presentes, es decir, en las que hay que encontrarse con el otro, verse,
compartir espacios y acciones, pues ello va configurando el sentido de grupo y además
de identificar un ―yo-individuo‖, se identifica un ―nosotros-colectivo‖. A nivel
psicosocial esta construcción de comunidad lo que permite es la generación de un
historia común, que crea lazos de solidaridad, de unión y se mantiene cohesionada aun
cuando a su interior puedan existir diferencias. (Montero, 2008).
Tales características podían encontrarse en Trujillo, una población que, además del
territorio, compartía proyectos e intereses evidenciados en sus formas organizativas,
cooperativas, asociaciones campesinas y en su fuerte capacidad de movilización,
sumando a ello el factor de cohesión que aportaba el componente espiritual,
materializado en el acompañamiento y apoyo a sus procesos comunitarios por parte,
entre otros, del Padre Tiberio Fernández, líder espiritual y figura representativa de la
comunidad.
Este factor no puede ser ignorado a la hora de proponer algún tipo de intervención con
dicha población, pues ello representa un recurso de afrontamiento que hay que
potenciar, ya que está allí la red de apoyo que va a favorecer también los procesos
individuales de afrontamiento. Además, enfocar el acompañamiento hacia aquello que
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
La culpa, la angustia frente a los hechos futuros que pueden afectar en bienestar
individual y colectivo, la privatización del sufrimiento, y la imposibilidad incluso de
exigir justicia o por lo menos atreverse a buscar a los desaparecidos, son situaciones
que golpean y dificultan cualquier proceso de recuperación emocional o comunitario.
Tal control a partir del miedo es nombrado por Lira (2000) como ―intervención de la
subjetividad colectiva con fines de control político‖, y aunque sus elaboraciones
teóricas parten de la experiencia de dictadura militar en Chile, tanto las acciones
perpetradas en este caso en Trujillo, como las consecuencias sobre sus habitantes,
corresponden a la persistencia de este tipo de estrategias cuando se habla de control
en medio de la guerra.
2
La cursiva corresponde al texto original.
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Así, lo que se vio afectado no fue únicamente la vida de las personas y sus
dimensiones emocionales y subjetivas, el padecimiento fue también
material y al daño moral se sumó el empobrecimiento de la vida cotidiana.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Construir memoria histórica no tiene que ver únicamente con narrar y con escribir.
Hay multiplicidad de vías y de recursos que permiten mantener viva una historia y
resignificar aspectos de la misma. Los espacios físicos, la construcción de
monumentos, el otorgar un nombre que represente y sea significativo para las víctimas
a una calle, una institución, una plazoleta, entre otras tantas posibilidades, establece
ya un sitio de referencia que visibiliza la historia por contar y los hechos por denunciar.
Esto tiene un efecto simbólico en las personas, no sólo en las víctimas sino en todos
aquellos quienes concurren allí.
Este es el caso, por ejemplo, del Monumento a las Victimas de la masacre de Trujillo,
allí sus familiares pueden volver a nombrar a sus seres queridos, a hablar de ellos,
tienen un lugar en el cual llevarles flores, y en el caso de quienes efectivamente
pudieron dar sepultura a sus seres queridos, es un lugar que permite la realización de
los ritos y prácticas culturales que dan paso a la elaboración del duelo. Es por lo tanto,
un lugar que tiene efectos simbólicos y reparadores, que redunda en el bienestar de
los sobrevivientes y es, al mismo tiempo, un espacio público que permite que otros
conozcan la historia, que aunque haya sido objeto de varios atentados por parte de
quienes quieren imponer el silencio y que aunque el Estado no se responsabilice de
cumplir los acuerdos que le corresponden en materia económica para su preservación,
se erige como evidencia de lo sucedido y de esa forma impide que se perpetúe el
olvido y se imponga la impunidad. 3
3
Para conocer una reseña del Parque Monumento se puede ingresar a:
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/multimedias/MemoriasExpresivasRecientes/Memoria_H/vall
edelcauca/parquemonumento/index.html
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Entonces, se puede decir que en Trujillo, el proceso de memoria ha tenido claro qué
recordar y para qué hacerlo. Ha sido principalmente una memoria desde las víctimas
que recoge las voces de su población frente a lo sucedido y sus consecuencias, una
memoria como práctica de resistencia que se opone al olvido o a la perpetuación de un
discurso que desconoce la dignidad de sus víctimas y legitima las acciones de los
46
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Se puede concluir diciendo entonces que la memoria no tiene que ver únicamente con
la reconstrucción o recopilación de relatos, sino que presenta un aporte a la
transformación subjetiva y colectiva de las personas y comunidades afectadas por la
guerra, que se manifiesta de diversas formas y todas con una función reparadora
(rituales, lugares emblemáticos, acciones de denuncia) para rescatar del olvido aquello
que pretende ser negado o no contado, con miras a que en el futuro no vuela a
reproducirse.
4
Como el Padre Javier Giraldo y la Hermana Maritze Trigos.
47
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Partiendo del contexto presentado se puede evidenciar entonces que los hechos
ocurridos en Trujillo fueron la aplicación sistemática de modalidades de violencia
atravesadas por el terror y la sevicia, provenientes de una alianza entre el narcotráfico
y la fuerza pública con un claro objetivo de control territorial, que finalmente benefició
a grandes industrias que se apropiaron de los predios despojados o abandonados por
los campesinos para el desarrollo de sus proyectos económicos.
Estos ataques ubicaron como blanco a la población de Trujillo en dos niveles: individual
y social. El potencial y fuerza de movilización de los movimientos campesinos y
formas organizativas de los mismos fue un objetivo a destruir para poder someter a la
población, y de igual forma se dirigieron acciones violentas contra personas o figuras
representativas para la población. Las afectaciones producidas, por lo tanto, fueron
48
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Ante este panorama, el primer paso que dio lugar a los procesos de reconstrucción en
Trujillo tuvo que ver con enfrentar el miedo y romper el silencio, esta condición
favoreció que el contacto entre las personas se restableciera y se empezaran a generar
otras acciones que fueron ayudando en el bienestar de las personas. El Parque
Monumento y la Organización de Víctimas son dos experiencias que repercuten en la
subjetividad de las personas y posibilitan procesos de recuperación emocional y
reconstrucción social. En este sentido, las acciones desarrolladas alrededor del Parque
Monumento permitieron que las víctimas volvieran a hablar libremente de sus
familiares, que les devolvieran la dignidad retornándoles el nombre y reconstruyendo
en arcilla sus rostros y cuerpos vulnerados por los hechos violentos, el dolor privado se
hizo público, se recuperó lo que la violencia arrebató, los desaparecidos se volvieron a
nombrar, las familias resignificaron la pérdida y muchos procesos de duelo se
pudieron completar. Algunas personas pudieron encontrar nuevamente un sentido para
su vida aportando al cuidado y protección de este espacio y, a nivel comunitario, se
restablecieron lazos de confianza y se reconstruyeron las redes de apoyo.
49
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Se puede iniciar planteando que en Trujillo el proceso está guiado por la fuerza de la
comunidad que la caracterizaba antes de los hechos y que ante un contexto de estos el
profesional que acompaña no puede hacer caso omiso de esta historia y estos
antecedentes sino que, por el contrario, debe procurar potenciarlos con el fin de que
ello revierta de forma positiva en la comunidad. Esto indica entonces que,
Por otro lado, respecto a las acciones llevadas a cabo allí, además del Parque
Monumento y de AFAVIT, existen otras iniciativas que han aportado a que la memoria
de Trujillo se mantenga viva y que pueden ser de interés y aportar elementos valiosos
a la hora de pensar en cómo acompañar una comunidad y cómo propiciar el
fortalecimiento de sus procesos, entre estos se pueden contar: el Informe Final de la
Comisión de Investigación de los Sucesos Violentos de Trujillo8, y los informes que ha
construido el Centro Nacional de Memoria Histórica. Sin embargo, los mencionados en
esta unidad cobran relevancia al ser procesos de construcción propia, al tener en
cuenta la iniciativa de los habitantes y víctimas de Trujillo y al favorecer con ellos su
recuperación emocional. Es decir, las necesidades e intereses de las víctimas se
constituyeron como hoja de ruta para el desarrollo de las acciones. Un ejemplo que
ilustra esta máxima en el caso de Trujillo es la decisión sobre el lugar de construcción
del Parque Monumento: En su momento, además del lugar en el que está construido,
se consideró realizarlo en una de las fincas en las cuales se cometieron muchos de los
horrores perpetrados a las víctimas, perteneciente a uno de los narcotraficantes
involucrados, ante lo cual hubo oposición por parte de los afectados y debió ser
dispuesto otro sitio. Sin embargo, también se hubiera podido optar por este lugar a
partir de la resignificación del mismo, como ha ocurrido con centros de tortura en las
5
Tomada de https://magdalenasporelcauca.files.wordpress.com/2010/01/trujillo-vez3-021.jpg
6
Tomada de https://poemasmyblog.files.wordpress.com/2010/02/trujillo-vez3-026.jpg
7
Tomada de http://4.bp.blogspot.com/-MmPywRW0mak/T5C5uzrEjmI/AAAAAAAAABQ/4tXE-
rBZFW0/s1600/Foto+5.png
8
Este informe, publicado en 1995, recogió la investigación y conclusiones respecto a los casos de violaciones
de Derechos Humanos ocurridas en trujuillo y presentadas en 1992 ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos. El mismo dio lugar a que se estableciera la responsabilidad del Estado en los hechos y
que éste tuviera que reconocerlo públicamente y emprender acciones tendientes a resarcir los daños. El
informe puede consultarse en:
http://issuu.com/comisionjusticiaypaz/docs/comision_de_investigacion_de_los_sucesos_violentos/5?e=0
50
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
dictaduras del cono sur (Argentina, Chile) en las que ahora funcionan Museos de la
Memoria, por ejemplo. Lo que se quiere resaltar es que aquí primó la intención y la
decisión de los familiares de las víctimas. Es decir,
En cuanto a otro punto de afectación, que fue el detrimento económico, faltan aún
esfuerzos por restablecer, mejorar o propiciar adecuadas condiciones de subsistencia
para los habitantes de Trujillo, varias de las ideas o propuestas productivas que se
trataron de implementar dentro de las medidas de reparación a la comunidad no
funcionaron y, como sucede en la mayoría de los casos, el aspecto económico continua
imponiendo limitantes para el desarrollo pleno de las personas.
Finalmente, es importante resaltar que como profesionales especialistas en gestión de
procesos psicosociales se debe tener la capacidad de reconocer diversas experiencias,
no para calcar acciones sino para entender las dinámicas de lo que puede ser una
construcción colectiva de cara al bienestar de la población acompañada, víctima o no.
2.1.5. Resumen.
51
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Blair, Elsa. (2010). La política punitiva del cuerpo: ―economía del castigo‖ o mecánica
del sufrimiento en Colombia. Estudios Políticos, 36, Instituto de
Estudios Políticos, Universidad de Antioquia, (pp. 39-66). Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/espo/n36/n36a3
Grupo de Memoria Histórica. (2008). Trujillo: Una tragedia que no cesa. Bogotá:
Imprenta Nacional.
Disponible en http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes-2008
Videos:
52
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Introducción
En el marco del conflicto armado, las poblaciones que han resultado más afectadas son
aquellas con condiciones de vulnerabilidad pre-existentes a los hechos violentos, como
las comunidades alejadas de los centros urbanos, en situación de marginación,
exclusión social y abandono estatal. En el contexto colombiano esta vulnerabilidad
aumenta cuando se trata también de comunidades con un arraigo étnico y cultural
diverso, como las comunidades indígenas y la población afro, por lo que las
consecuencias del conflicto armado generan otro tipo de impactos, repercusiones y
significaciones en su cotidianidad y forma de relacionarse. Para abordar estas
situaciones se toma como referencia entonces los casos de Bojayá (Colombia) y de
Guatemala, este último por presentar un ejemplo de cómo las acciones de guerra
afectaron a la población indígena fuertemente excluida y discriminada aun cuando
constituyen una franja significativa de la población nacional.
53
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Mapa conceptual
DAÑOS SOCIOCULTURALES
Identificados en
Muertes que cuestionan las creencias básicas de las Violencia sexual contra las mujeres
personas
Desarrollo de prácticas y rituales de
forma clandestina para protegerse
Propuestas y recomendaciones de la
Comisión para el Esclarecimiento
Implementada Propuesta por Histórico.
por el Estado Bello, et al.
Elementos integradores de la cultura
maya en la puesta en marcha de
estrategias de reparación
Centrado en la reconstrucción
física del pueblo y la reparación Dificultades de socialización de la
económica de las víctimas información y participación de la
comunidad en las decisiones
Las afectaciones que se producen a raíz de las violaciones a los Derechos Humanos
implican diversas esferas de las personas y éstas no se ve afectadas únicamente en su
individualidad y ámbito privado, sino que con ello se afectan también sus relaciones
sociales y, la mayoría de las veces, su vida en comunidad. Estas afectaciones tienen
otras implicaciones cuando se trata de contextos multiculturales, por ejemplo en
comunidades afro e indígenas, o en aquellas que comparten una cosmovisión
particular, unas prácticas y tradiciones que se ven fuertemente vulneradas a raíz de los
hechos violentos. A estos impactos de orden sociocultural y los retos y dificultades que
plantea la realización de una intervención psicosocial en este panorama está referido el
presente apartado. Para este propósito se consideran como casos de análisis las
afectaciones producidas en las comunidades de Bojayá-Colombia y los hechos
ocurridos durante el conflicto armado en Guatemala. Para ello, en el análisis se tendrá
particularmente en cuenta la necesidad de aplicar un enfoque diferencial y tener
especial cuidado para no hacer una acción con daño.
55
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
HECHO IMPLICACIONES
Muerte de mujeres Se atenta contra la unidad familiar y comunitaria pues
las mujeres, madres y abuelas suelen ser el centro
articulador en las comunidades negras.
Muerte de Ancianos Se afecta la transmisión de saberes, se rompe con la
seguridad de que la muerte llega como consecuencia de
una larga vida o una penosa enfermedad; su papel de
sabios, su capacidad de interpretación de los sueños no
puede ser asumida por cualquier otro hombre pues son
habilidades que se adquieren por la edad y la experiencia
de vida. Se rompe entonces con la cadena de la vida y
las tradiciones propias de la comunidad.
Muerte de niños Cuestiona las lógicas y concepciones frente a la
invulnerabilidad de los niños en estos contextos por su
inocencia e indefensión, se genera culpabilidad en los
adultos por no poderlos proteger adecuadamente.
Desplazamiento forzado Impide la ritualización de la muerte, no sólo la
realización de un velorio sino la posibilidad de cantarle y
salir con el difunto por las calles del pueblo como es su
costumbre. Ello conlleva la afectación en el proceso de
duelo, la culpa por no poder realizar una acción de
dignificación de la persona ni poder cuidar de su cuerpo.
Despojo de Tierras El despojo se dio no solo por apropiación por parte de
terceros sino por imposibilidad de movilizarse hacia
cultivos y bosques para trabajarlos. Ocasionó
confinamiento de las comunidades, pérdida de identidad
respecto a las labores que desarrollaban, pérdida de
tradiciones al verse afectada la transmisión de saberes
en materia de cosecha y pesca, desnutrición por falta de
productos y capacidad de cultivar y pescar.
9
Los documentos mencionados son: Informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad. 2013. Y
Bojayá: La guerra sin límites, 2010.
56
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Los anteriores son hechos que cuestionan entonces todas las creencias básicas de las
personas afectadas, las confronta con la imposibilidad de controlar, prever o incidir
sobre el curso normal de la vida aun cuando no participen directamente de los hechos
violentos. Alrededor de esto, señala Bello (2005) que se gestan en las víctimas
sentimientos de culpa por su supervivencia a los hechos: culpa por no haber podido
proteger a quienes murieron, o incluso por estar vivos habiéndose encontrado en el
mismo lugar de la masacre, culpa también por no haber podido cumplir con los rituales
de paso de la vida a la muerte y no proporcionar siquiera un lugar digno de descanso a
aquellos que perecieron, pues el temor y la amenaza de nuevos ataques propiciaron el
desplazamiento de más de 800 familias de la zona.
57
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Relacionando esto con las actuaciones de los profesionales que son convocados a
atender a las poblaciones después de los hechos victimizantes, se puede decir que el
desconocimiento de su cultura (demostrado por el mismo Estado) o de las
implicaciones colectivas que puede tener una acción o la realización de un ritual, puede
suponer una doble victimización o la profundización de la condición de marginación y
exclusión de las comunidades, y muchas veces éstas, como en el caso de las
comunidades negras o indígenas, han estado tradicionalmente marginadas y han sido
desconocidas por la institucionalidad. En este sentido la deuda del Estado sería doble,
resarcir el tradicional abandono institucional que niega la satisfacción de los derechos
más básicos de las personas y resarcir el daño ocasionado por su omisión al no haber
prestado la protección necesaria a los habitantes para que el hecho no ocurriera.
Hasta 1996 Guatemala vivió un conflicto armado que dejó un sinnúmero de víctimas
en su población, cuyas razones no fueron muy distintas a las que han precipitado el
surgimiento de los conflictos en el resto de países latinoamericanos: una fuerte
fragmentación social, producto de la exclusión e incapacidad del Estado para propiciar
la participación política de todos los sectores que podrían tener cabida en un sistema
plenamente democrático, el uso de la fuerza y militarización de la vida cotidiana como
forma principal de resolución de conflictos, el abandono de la educación y la imperante
inequidad social. Ello sumado a la inestabilidad política que llevó al país a tener en su
historia reciente 6 golpes de estado y 15 gobiernos conformados por juntas militares,
como dice Pásara (2003), citando a Arévalo (1998), ―se trata de una sociedad que no
ha desarrollado las formas políticas que le permitan erradicar el recurso a la violencia
como instrumento de poder‖. (pág. 39)
58
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
De esta forma se pretendió aniquilar tanto física como moralmente a aquello que
representaba el ―enemigo‖ y la forma de hacerlo no era sólo combatiéndolo frente a
frente con las armas sino golpeando a la gente desarmada. Niños, mujeres, ancianos
y pueblos maya fueron sometidos a actos que vulneraron profundamente no sus
derechos y su cultura. La sevicia y la exposición pública de los crímenes se emplearon
para someter a la población, y las masacres fueron una modalidad frecuentemente
empleada por las fuerzas Estatales. Se crearon grupos paramilitares y se cooptaron
espacios de participación comunitaria y cargos de autoridad en las diversas
comunidades.
59
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Acciones transculturales
Con este nombre denomina Martín Beristain (1999)10, las interacciones que se llevan a
cabo en los procesos de acompañamiento o ayuda humanitaria por parte de equipos
internacionales o, podríamos pensarlo para el caso colombiano, de equipos
conformados por personas de otras regiones, teniendo en cuenta el carácter
multicultural del país.
Para que estas sean exitosas, no sólo en el sentido de lograr realizar las acciones, sino
que estas reporten beneficio para los receptores, es importante considerar algunos
10
Carlos Martín Beristain es Doctor en psicología, con una gran trayectoria práctica y aporte teórico en
materia de acompañamiento psicosocial a víctimas de la violencia política, situaciones de catástrofes
naturales o sociales y temas de Derechos Humanos. Ha realizado un trabajo constante en Colombia
acompañando y asesorando diversos proyectos y organizaciones de víctimas y de Derechos Humanos.
60
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
En este sentido, se señala que un aspecto necesario, y que facilita las posteriores
interacciones, es el hecho de esforzarse por conocer las tradiciones, símbolos, e incluso
por aprender el idioma o lengua propios del lugar, pues ello favorece el
establecimiento de un contacto más cercano y más cómodo, no sólo para el profesional
sino principalmente para la comunidad. Este reconocimiento de la experiencia y la
cosmovisión local, tendrá que posibilitar la reflexión y examen de los estereotipos y
prejuicios que pueden interferir con las acciones que se desarrollen. Entender cómo es
su forma de relacionarse puede favorecer el establecimiento de relaciones más
horizontales evitando con ello las relaciones de poder que ubican a las personas
receptoras de la ayuda en un lugar pasivo.
Entender las reacciones de la gente tiene que ver no sólo con reconocer sus
características culturales sino con identificar cómo el contexto les ha
afectado y ha determinado su forma de abordar las cosas, evitando así
generalizar y encasillar a una población por rasgos característicos de la
misma y caer en comportamientos racistas que limitan y sesgan el
acompañamiento, asumiendo posturas excluyentes o autoritarias.
Por ejemplo, expresiones como: ―los costeños son perezosos‖, ―los negros son
bullosos‖, ―los indígenas son displicentes‖ plantean una visión homogenizada de la
forma de relacionarse, desconociendo las particularidades que a nivel regional pueden
existir y que influyen en cómo la gente vive sus procesos y asume diversos hechos de
la vida. Poniéndolo en un caso concreto: En muchos casos de desplazamiento forzado
en los cuales hay un traslado de un entorno rural a un entorno urbano, es la madre o
las mujeres del hogar las que proveen económicamente y además asumen labores
domésticas en su casa. Un profesional que deba atender estos casos podría llegar a
generalizar un estereotipo respecto a que ―en los desplazados impera una visión
machista y autoritaria‖. Este análisis caería en un reduccionismo tal que se estaría
desconociendo aspectos como que muchos de los hombres, con el desplazamiento,
perdieron la posibilidad de desarrollar aquellas actividades que en su lugar de origen,
y según sus tradiciones, les permitían construir su identidad y ser los proveedores de
su familia, por ejemplo aquellas relacionadas con las labores de pesca o cultivo y que
en el contexto urbano resultan imposibles de realizar. Mientras que es más fácil que
sus esposas consigan empleo en asuntos generalmente relacionados con aspectos
domésticos. Lo que estaría allí en juego, más que una postura machista y autoritaria,
podría ser entonces un asunto de identidad alterada por la experiencia del
desplazamiento, en la que se podrían considerar diversas alternativas de
afrontamiento.
Esto permite reconocer entonces que en estos casos entran en juego aspectos como
las distintas formas de relacionarse entre hombres y mujeres, y las diferentes formas
de afrontar las pérdidas y tramitar el duelo. Sin embargo, cada vez más, la
occidentalización de la cultura impone que todo deba mirarse bajo los mismos
indicadores, y que aspectos como el duelo deban llevarse con total discreción, aceptar
las pérdidas de forma estoica y casi sin manifestación emocional, con resignación y
aceptación de lo vivido, contrario a formas más públicas de ritualizacion y
afrontamiento, propias de tradiciones y culturas específicas que deben poder contar
61
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Por ello, en muchos de los procesos, para lograr esta compenetración con la
comunidad es importante incluir en los equipos personas del territorio o que
conozcan sus sentidos. Cuando no se habla el mismo idioma es importante
contar con un traductor y, aun cuando se pertenezca al mismo país o a la
misma región, involucrar personas que tienen un mayor conocimiento y
pueden brindar un mayor acercamiento a las realidades en las que se
pretende acompañar, personas ejerzan papeles de liderazgo dentro de la
comunidad son una buena alternativa para lograr también la confianza de la
población.
Así pues, las principales fuentes de conflicto que enuncia Martín Beristain (1999), en
relación con el establecimiento de una adecuada comunicación con la población, se
ubican del lado de:
En relación con estas intervenciones, se partirá del análisis de este proceso realizado
por Bello, Martín, Millán, Pulido & Rojas (2005) en el que plantea varios puntos
importantes respecto al trabajo con dicha comunidad tres años después de los hechos
ocurridos.
62
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Un punto relevante que allí se señala tiene que ver con cómo el desarrollo de acciones
de reconstrucción, tanto física del territorio como emocional de las víctimas, debe
integrar las prácticas que para ellos son tradicionales y articulan su experiencia, es
decir, potenciar los recursos propios en la implementación de los modelos de
intervención. Por ejemplo, sus cantos, sus rezos, sus bailes y prácticas comunitarias
son un elemento favorable para construir memoria y reelaborar los hechos, con lo cual
se convierten además de tradición en un mecanismo de afrontamiento. Dar
continuidad a esto procura entonces que haya una articulación entre sus sentimientos
y los retos que impone el iniciar un camino de exigencias frente a las necesidades
surgidas de esta vivencia, se vuelve una experiencia colectiva como lo han sido la
mayoría de sus tradiciones y ayuda a construir una memoria ligada a los elementos
propios de su cultura.
Así pues se resalta que en la construcción de redes sociales de apoyo, lo que debería
primar allí no es que se llegue a generar unas nuevas bajo los conceptos
preestablecidos de lo que es una red de apoyo (conformar organizaciones, crear
estructuras, nombrar líderes, entre otras), que si bien es una acción necesaria, se
puede hacer con aquellas formas articuladoras y socializadoras preexistentes.
Contrastando este aspecto con el caso de Trujillo, abordado en el apartado anterior, se
puede establecer que en aquel municipio la reconstrucción de las redes sociales de
apoyo estaba del lado de la reconfiguración de las organizaciones comunitarias y la
capacidad de movilización que tenía su comunidad, mientras que en el caso de Bojayá
estaría más dado por la posibilidad de reconstruir aquellas dinámicas familiares
extensas, dadas no sólo por el parentesco sanguíneo sino también por los lazos de
compadrazgo y camaradería, reactivar las actividades ocupacionales que fortalecían
también la identidad de sus habitantes y permitían la aplicación de los saberes
tradicionales como las actividades de las mujeres bordadoras o las actividades
productivas relacionadas con la pesca y el cultivo. Ello aporta a volver a situar a las
personas en el lugar que ocupan en la vida comunitaria.
63
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Al respecto, decisiones como mantener un toque de queda para transitar por el río en
horas de la noche y hasta el amanecer, perjudicó las labores de pesca de quienes se
dedicaban a esta actividad, y la reconstrucción misma del caserío en un lugar distante
de la orilla del río impuso una barrera para la socialización de las mujeres que
departían mientras realizaban en él las labores de aseo de ropa y otros utensilios del
hogar. Estas decisiones, tomadas principalmente por las entidades estatales
encargadas de atender el caso, no se corresponden con estas propuestas articuladoras
de los saberes y las prácticas tradicionales en el afrontamiento de los hechos violentos.
Respecto a estos asuntos relacionados directamente con la reconstrucción y
reubicación de las familias y el impacto sobre sus formas de vida se pretende
profundizar con una mirada crítica a partir de una de las actividades de aprendizaje
propuestas para esta unidad.
Es preciso mencionar otro elemento al que se le asume como favorecedor en los casos
de reconstrucción del tejido social en una comunidad, y este es, la Memoria histórica.
En el caso de Bojayá se identifica un uso institucionalizado de la misma, pues el
gobierno nacional aprovechó que la responsabilidad directa por el hecho fue de las
FARC, para desconocer la responsabilidad que él mismo tenía de garantizar la
seguridad de la población, utilizando la situación para instaurar el discurso de poder y
de guerra que ha imperado, imponiendo la ―memoria como narración victimizante‖
(Bello et al., 2005, Pág. 169) que les permite obtener protagonismo a partir de la
misma.
64
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
66
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
medidas que se deben tomar para garantizar no sólo la adecuada reparación de las
víctimas y reconstrucción social del país, sino para lograr que la paz se mantenga en el
tiempo. De estas medidas, para el caso de las afectaciones psicosociales resaltan
aquellas destinadas a preservar la memoria de las víctimas, las medidas de reparación
y las orientadas a fomentar una cultura de respeto mutuo y observancia de los
derechos humanos.
Dentro de los aspectos que interesan al analizar las consideraciones sobre las que se
elaboran las recomendaciones, resalta por lo menos la nominación que se hace de las
víctimas como actores claves en el proceso que se entraría a desarrollar, ello
permitiría suponer que se tendrían que implementar mecanismos que aseguraran que
aquellas acciones dirigidas a su bienestar estuvieran orientadas por la consulta y el
consenso con las mismas. Así mismo resulta de vital importancia el reconocimiento
que hacen a la necesidad de fomentar una cultura del respeto, en tanto esto se
corresponde con una acción tendiente a erradicar el carácter racista, de exclusión y de
marginación social que se identificó como una de las causas del conflicto armado y
generadora de acciones que tendieron al exterminio del pueblo maya.
En relación con otras medidas para materializar esto se planteó como recomendación
instaurar acciones de conmemoración a las víctimas, relacionadas con la realización de
actos públicos, monumentos y asignación de nombres de personas víctimas a obras
como colegios, centros hospitalarios y vías públicas, agregando además que estas
deberían ser acordes a las tradiciones, formas de socialización y de memoria colectiva
de la comunidad maya, con lo cual se esperaría que dichos actos puedan tener la
connotación y el sentido apropiado para ser reparadores según las características
culturales del país en general y de las comunidades afectadas en particular.
67
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Sin embargo, en un análisis sobre este proceso, Sieder (2000) concluye que la
participación de la sociedad civil en la implementación de las recomendaciones no fue
suficiente, así como tampoco fue amplio el conocimiento que tuvieron respecto a los
contenidos de las mismas, es decir que no se cumplió aquel aspecto fundamental de
difundir, incluso en varios idiomas maya y con apoyo de la tradición oral, las
conclusiones y recomendaciones para la reparación, sumado a que siguen existiendo
problemas de concentración de la tierra y políticas económicas que empobrecen a la
mayoría de la población. Además el trabajo de las ONG’s, principalmente
internacionales, carece muchas veces de un conocimiento real y consolidado del área y
la población con la que trabajan, por lo cual señala que deberían enfatizar en el
fortalecimiento de las instituciones y grupos locales con las que desarrollan el trabajo
articulado. (Sieder, 2000)
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Uno de los elementos comunes tiene que ver con la marginación, exclusión y
condiciones de pobreza a las que las poblaciones mencionadas fueron sometidas por
parte de las instituciones de gobierno central, condición de abandono que las hace
particularmente vulnerables. Este olvido y abandono genera también un obstáculo para
cualquier proceso de intervención puesto que quienes se acercan a ella lo hacen desde
una mirada hegemónica y desconocedora de las realidades locales, como se ilustra en
el caso de Bojayá principalmente, ya que nunca existió un reconocimiento y exaltación
de estas formas culturales, que permitiera un conocimiento previo sobre las mismas y
que, a la vez, posibilitara que los profesionales las tengan en cuenta a la hora de
analizar los daños ocasionados y las estrategias de acción para mitigarlos.
Las situaciones enunciadas sirven también para realizar una lectura más profunda en
torno a la posibilidad real que se tiene de implementar una acción sin daño cuando se
abordan contextos de los cuales poco conocimiento se tiene, allí la formación
profesional no proporciona tantas herramientas como lo haría la compenetración con
dicha cultura, pues las formas académicas de entender el mundo y los modelos y
estrategias comúnmente socializados están basados principalmente en una lectura
―occidental‖ de las situaciones y las personas, es decir que no tiene en cuenta las
representaciones diversas que sobre un mismo aspecto pueden tener otras
comunidades, además la formación se imparte principalmente en las grandes ciudades
que muchas veces no se piensan las problemáticas más allá de los entornos urbanos
homogenizantes. Con ello no se pretende afirmar que hay que vivir allí y adoptar la
cultura y formas de vida como propias, sino por el contrario, entender la diferencia
como un punto de encuentro en el que se puede dialogar y socializar saberes.
70
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Por estas razones, la exposición de estos casos ha tendido más bien a explicar los
hechos y las posturas de quienes se han preguntado por lo transcultural, que a definir
cada acción realizada como correspondiente o no a estas premisas, pues se propone
realizar una reflexión colectiva a partir de los documentos que serán abordados en las
actividades de aprendizaje, con el fin precisamente de dar la palabra a las diferentes
lecturas y experiencias profesionales sobre el tema.
2.2.4. Resumen.
Los casos de Bojayá y Guatemala, como experiencias en las cuales hubo daños
culturales tras la vivencia de hechos relacionados con el conflicto armado, invita a
preguntarse cuáles son las causas que hacen que estas poblaciones tengan mayores
condiciones de vulnerabilidad y, en medio de ello, cuáles son las mejores estrategias
de intervención para procurar no vulnerarlos aún más.
Queda como conclusión que el abordaje desde esta perspectiva es aún una propuesta
incipiente, sobre todo en el medio colombiano y que, a pesar de las recomendaciones y
sistematizaciones de experiencias, siguen primando las exigencias y requerimientos
técnicos por parte de los equipos que acompañan sobre el reconocimiento y posibilidad
de incidencia de la población en el diseño de medidas para ser aplicadas a su propia
condición.
Reconocer que el país posee una diversidad étnica y cultural implica que se
hagan esfuerzos para que las actuaciones con estas comunidades
correspondan a lo que para ellos es significativo y esto pasa
necesariamente por dar la palabra a los sujetos y comunidades, por
ponerlos en el centro de la discusión y construcción de propuestas y por
integrar la perspectiva profesional a su forma de entender el mundo y
situarse en él.
71
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Grupo de Memoria Histórica. (2010). Bojayá: La guerra sin límites. Bogotá: Taurus.
Disponible en: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/2014-01-29-15-08-
26/bojaya-la-guerra-sin-limites
Londoño, N., et al. (2005). Salud mental en víctimas de la violencia armada en Bojayá
(Chocó, Colombia). Revista Colombiana De Psiquiatría, XXXIV(4), 493-505. Disponible
en: http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v34n4/v34n4a03.pdf
72
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Introducción
En esta síntesis resalta que la perspectiva de género fue fundamental para posibilitar
un trabajo psicosocial acorde al contexto y las consecuencias que se derivaron de las
condiciones de conflicto armado. Como se contextualizó en la primera unidad,
73
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Mapa conceptual
Caso Oriente Antioqueño
Caracterizado por
*Reconocimiento de causas
estructurales que generan
violencia
Las cuales
*Respeto y garantías hacia los
derechos de las víctimas para
que la reconciliación no se
convierta en impunidad
Aplicaron su formación
implementando Grupos de
Ayuda Mutua en todos los
municipios de la región
74
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Esto ilustra una vez más cómo los señalamientos por parte del paramilitarismo y el
mismo Estado, respecto a la vinculación de la población como apoyo de la insurgencia,
han propiciado los ataques contra la misma para procurar el control y apropiación de
75
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
los territorios, sobre todo, de aquellos que tienen alguna importancia estratégica para
la expansión de dichos grupos o porque representan una posibilidad de desarrollo
económico por su riqueza natural o por la posibilidad de instalar megaproyectos. En
aras de este objetivo estratégico se conoce ya la implementación de modalidades de
violencia que por los graves daños e impactos que generan sobre la población
posibilitan el dominio por parte de los grupos armados. Es así como se imponen las
masacres, amenazas, asesinatos selectivos y desplazamientos forzados como
mecanismos de terror que paralizan a la población y los dejan a merced de quienes
ostentan el poder de las armas. En este sentido, dice Rangel (1998), citado por el IPC
(2006) que
Así pues, el Oriente Antioqueño no fue ajeno al desarrollo y agudización del conflicto
que se dio en diversas zonas del país. La presencia de la insurgencia, las acciones
armadas del paramilitarismo y la ofensiva del Ejército, muchas veces en coordinación
con estos últimos, determinaron que la población civil quedara en medio de la lucha
por el poder y los territorios, siendo víctimas de las acciones violentas y sufriendo las
consecuencias de ser señalados y estigmatizados como colaboradores de uno u otro
bando. Al igual también que en otros casos, las principales víctimas fueron
campesinos, líderes comunitarios y mayoritariamente hombres.
76
MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
En este contexto, la función de las mujeres como sostén afectivo del hogar
supuso además la represión de sus sentimientos, la negación de espacios y
tiempos para tramitar sus duelos y demandar los cuidados y apoyos que
requieren. Varias mujeres mencionaron que ante sus hijos tuvieron que
mantenerse fuertes, contener sus lágrimas, ocultar hechos e inventar historias
a fin de protegerlos del sufrimiento y hacerles menos dura la experiencia y las
pérdidas. (Grupo de Memoria Histórica, 2013, pág., 306)
A pesar de la fuerte vulneración a los derechos humanos sufrida por la población del
Oriente Antioqueño, su historia de movilización y participación política se hizo sentir
también frente a estos hechos. A pesar del miedo y las intimidaciones surgieron
procesos en favor de la democratización, el respeto por los derechos y la promoción de
la paz. Una de estas iniciativas tiene que ver con la Asociación Regional de Mujeres del
Oriente antioqueño —AMOR— quienes además de su trabajo de participación política
generaron espacios para abordar las afectaciones emocionales de las mujeres,
propiciando un espacio de libre participación y escucha entre ellas, que además diera
paso a la construcción de una organización regional de víctimas del Oriente
Antioqueño. Esta iniciativa tuvo una orientación clara hacia los procesos de
reconciliación, con base en las experiencias de no-violencia para enfrentar la crisis
humanitaria propiciada por el conflicto armado y como camino para la promoción de la
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
convivencia.
La perspectiva de la reconciliación
El modelo implementado en el Oriente Antioqueño, con un enfoque orientado hacia la
reconciliación, parte de una apuesta por la generación de espacios de convivencia y
reestructuración de redes sociales deterioradas por la guerra.
Esto quiere decir que la apuesta por la reconciliación requiere de un trabajo sobre
varias condiciones, individuales y colectivas. A nivel psicosocial se hace referencia al
acompañamiento en el afrontamiento de las pérdidas y los dolores surgidos en la
guerra, y al respeto por la vivencia y las afectaciones personales de quienes resultaron
violentados en sus derechos y su calidad de vida. El paso inicial allí tiene que ver con
la recuperación de la dignidad de las víctimas, el reconocimiento a su sufrimiento y su
lugar como personas, que es el primer valor que les resulta arrebatado cuando el
poder del otro y de las armas se impone sobre ellos. En este camino entonces se
propende por la superación del miedo, la recuperación emocional, el reconocimiento de
lo vivido, y la apropiación de los derechos que como víctimas tienen. Es decir, los
componentes de verdad, justicia y reparación son fundamentales en el resarcimiento
del daño y, por lo tanto, en la real posibilidad de construcción de espacios de
convivencia.
Las víctimas tienen que ser entonces personas empoderadas de su propia vida para
poder llegar a hablar de convivencia en escenarios en que confluyen incluso
victimarios, y estos últimos tienen también que afrontar un proceso de reconocimiento
de sus responsabilidades para establecer relaciones simétricas en las que el poder
demostrado por unos, a partir del miedo y la violencia, no siga sometiendo a aquellos
otros menguados por sus actos.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Fue de allí y de la preocupación que manifestaban las mujeres por las afectaciones
emocionales y alteraciones en su vida cotidiana, a raíz del conflicto armado, que se
articularon esfuerzos entre el CINEP, Conciudadanía y la Asociación Regional de
Mujeres del Oriente Antioqueño —AMOR—, para generar unos espacios de escucha y
formación que permitieran potenciar las capacidades de las mujeres participantes en la
elaboración de sus vivencias y la promoción de espacios tendientes a la construcción
de paz, a la vez que se procuraba la reproducción de estos encuentros en los
diferentes municipios de la zona.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Estos grupos de mujeres serían entonces las que prestarían el apoyo psicosocial a
otras mujeres en otros municipios y procurarían la participación o conformación de
espacios locales y regionales de construcción de paz, con el fin de desarrollar acciones
también de incidencia que posibilitaran tanto el reconocimiento de las necesidades de
las víctimas como el establecimiento de condiciones de vida más favorables.
Línea pedagógica: que implicaba los espacios de capacitación a las líderes para
que pudieran brindar apoyo a otras mujeres, fortalecer la organización a la que
pertenecían y adquirir herramientas para la participación en otros espacios de
construcción de paz. Se centró en unos principios pedagógicos que permitieran
la construcción conjunta y apropiación de los saberes a partir de la propia
experiencia de las mujeres, de manera que, partiendo de la identificación de las
consecuencias e impactos del contexto de violencia, pudieran reconocer
también su capacidad para la transformación de los mismos. Estos principios
fueron: ―Primero la persona‖, es decir, el reconocimiento a la integridad y
singularidad de cada participante; ―el conocimiento no se transmite, se
construye‖, con lo cual se hace referencia a la construcción colectiva a partir de
la reflexión que involucra la experiencia personal de los participantes; ―aprender
haciendo‖, sin partir de una concepción memorística del proceso formativo sino
por el contrario considerándolo como un espacio de reflexión de la propia
experiencia; ―nadie educa a otro, nadie se educa solo‖, hace alusión a la
interdependencia y la posibilidad de aprender al poner en diálogo diferentes
saberes académicos y vitales que incrementan no sólo su conocimiento teórico
sino también su autoestima y capacidades personales.
11
Para ampliar la información que se va a exponer a continuación se puede consultar el documento
completo en http://www.psicosocial.net/grupo-accion-comunitaria/centro-de-documentacion-gac/428-
entre-pasos-y-abrazos
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
De esta manera, no sólo se abarcaría la esfera individual de las participantes, sino que
se permitiría la generación de habilidades y se daría un impacto en lo personal, lo
familiar y lo sociopolítico. Por ello se consideró de vital importancia el desarrollo del
proceso a través del mecanismo grupal y con una perspectiva que ubicara las vivencias
y dificultades en un contexto social que no sólo afecta a quien sufre sino que altera las
relaciones de toda la población. Así, se permite que desde estos espacios, las
participantes generen solidaridad y reconstruyan redes de apoyo a partir de lo que
implica compartir con otro un sentir y reconocer que la guerra afectó de forma similar
a otras personas con las que tejen lazos de confianza.
En este sentido, la técnica central implementada fueron los Grupos de Ayuda Mutua —
GAM— que sirven como estrategia de soporte emocional y como fuente de generación
de mecanismos de resistencia. Las Promotoras de vida y Salud Mental —Provísame—
adquirían el compromiso entonces de formarse para implementar los GAM en sus
comunidades, transitaban un camino de reconocimiento como sujetos de derechos y se
fortalecían en la participación en diferentes espacios comunitarios.
Las habilidades que se lograron desarrollar en las participantes del proceso tienen que
ver con aspectos como: autocuidado (de la salud) y autoprotección (seguridad),
habilidades comunicativas, manejo de conflictos, coordinación de grupos, manejo de la
información, identificación de necesidades de atención terapéutica o especializada,
realización de análisis de contexto y diagnósticos, capacidad de incidir en espacios
sociales y comunitarios y de posicionar el tema de los derechos de las víctimas en los
mismos, entre otras.
Este trabajo en cadena posibilitó que se abarcara un gran número de personas además
de sus familias y que se tejiera una red de apoyo que iba configurando nuevamente un
tejido social maltrecho por la guerra.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
En relación con los efectos de esta propuesta sobre las mujeres participantes, se
pueden reconocer aspectos importantes en los siguientes testimonios, contenidos en el
libro ―Entre pasos y abrazos‖ del Cinep, Conciudadanía y AMOR (2007), que recopila la
experiencia y el trabajo implementado:
―Las PROVÍSAME son mujeres que acompañan nuestro dolor en grupos de
mujeres víctimas donde podemos hablar sin secretos. Son mujeres que nos dan
ánimo, nos enseñan, nos acompañan, nos dan cariño. Son mujeres que nos
tratan bien, nos quieren y escuchan.(TA)‖ (pág. 14)
―La PROVÍSAME es otra víctima que ya está más recuperada y nos motiva para
que nosotras también nos recuperemos (TA)‖. (Pág. 15)
―Ellas nos dan apoyo, y nosotras también les damos apoyo a ellas, porque ellas
también son víctimas (TA)‖. (Pág. 15)
―Para mí los Abrazos fueron un grupo de apoyo mutuo, donde todas éramos
amigas y no se diferenciaba la Provísame que estaba liderando el proceso del
resto de Abrazadas, sino que éramos todas como un grupo de apoyo que
siempre estábamos ahí. (P 02)‖ (Pág. 15)
―Los Abrazos yo siempre los disfruté al máximo, o sea, para mí era una dicha
hacer los Abrazos, porque observaba en las Abrazadas las mismas etapas de
sanación que yo he vivido. En el Abrazo nos sanamos juntas y crecemos como
personas. (P 03)‖ (Pág. 15)
Es de gran importancia resaltar cómo este enfoque, aun así, privilegia los derechos de
las víctimas y el reconocimiento de condiciones estructurales generadoras de violencia,
como aspectos que deben ser tratados con total rigurosidad, para no caer en un punto
de vista que considere la reconciliación como un proceso de perdón y olvido, situación
que de darse estaría contribuyendo más a la perpetuación de las relaciones de
inequidad e injusticia que han mantenido sometida a la mayoría de la población
colombiana.
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Sobre este punto recae entonces la necesidad de los profesionales de reflexionar sobre
las posturas éticas que asumen al trabajar en contextos de violencia política, sobre el
compromiso con la transformación social y cómo su ejercicio profesional aporta en ello,
pues implementar un modelo o una perspectiva de una forma acrítica y sin considerar
las repercusiones que el mismo puede tener a nivel subjetivo en las víctimas, puede
hacerlo quedar en un rol contrario al que se espera de su labor, profundizar con ello el
daño ocasionado y minar el camino para el reconocimiento de los derechos de las
víctimas.
Otro aspecto importante del modelo relacionado en esta unidad, tiene que ver con la
sistematicidad, trabajo en red y multidimensionalidad con que se implementó. Esto
permitió que el impacto no fuera únicamente sobre aquellas personas que ya contaban
con un liderazgo o participación en procesos de carácter socio político, sino que, con
las propias habilidades instauradas y potencializadas en las primeras mujeres
capacitadas como promotoras de vida y salud mental, se logró desdoblar el trabajo y
propiciar un espacio de encuentro, ayuda y formación en la mayoría de municipios de
la región afectados por el conflicto armado. En esta sistematicidad, un punto clave se
puede ubicar en la relación y coordinación interinstitucional que permitió materializar y
sostener durante un periodo de tiempo considerable la iniciativa para llevar a cabo las
diferentes fases del proceso. Este es un punto que vale la pena resaltar en tanto
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Desde este punto de vista el camino para las mujeres incluye entonces dos
elementos importantes: la recuperación emocional y afrontamiento de las
huellas dejadas por la violencia y la apertura de caminos de participación que
den reconocimiento al lugar que tienen en la defensa de sus derechos y
validen sus posturas como sujetos de transformación social.
2.3.4. Resumen
Así, esta propuesta formó y capacitó un grupo de mujeres como promotoras de vida y
salud mental —Provísame—, que asumieron el compromiso de desdoblar su labor
realizando grupos de ayuda mutua en los diferentes municipios de la región, y
fortalecer y promover la participación de las mujeres en organizaciones o espacios de
promoción de paz, convivencia y en pro de los derechos de las víctimas. Con ello se
aportó no sólo a la elaboración y tramitación del dolor sufrido sino que se recorrió un
camino de construcción de ciudadanía por parte de las mismas, reforzando así la
importancia de vincular diferentes ámbitos de la vida de las personas en los modelos
de intervención, pues las afectaciones de la guerra giran en torno no sólo a lo
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Villa, J., Tejada, C., Téllez, A., & Sánchez, N. (2007). Nombrar lo innombrable.
Reconciliación desde la perspectiva de las víctimas. Bogotá: CINEP. Disponible en:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Colombia/cinep/20100915105003/Nombrarloinno
mbrable.pdf
Síntesis de la unidad
También se resalta un punto crítico que tiene que ver con la perspectiva intercultural
que aun cuenta con poco desarrollo en nuestro país, debido no sólo al olvido al que
han sido sometidas las poblaciones afrocolombianas e indígenas, que no las ha hecho
sujetos de atención institucional, como por la predominante occidentalización y
homogenización del conocimiento en diversas áreas. Esto supone un especial reto
para los profesionales, pues una práctica desconocedora de la tradición y cultura de
una comunidad tiene a incrementar los daños y a ocasionar otros aún mayores.
Finalmente se puede concluir resaltando que todos los modelos presentados reafirman
que las afectaciones sufridas en el marco del conflicto armado se dan en los diversos
ámbitos de la vida de las personas (individual, familiar y comunitario) y que por lo
tanto las acciones a desarrollar deben estar enfocadas en todos ellos, pues son
aspectos interdependientes que, en la medida en que van siendo abordados, van
propiciando la movilización de recursos en todos ellos a la vez. Es responsabilidad del
profesional identificar entonces cuál es la mejor forma de hacerlo, dando voz a las
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MODELOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
Anderson, M. (2009). Acción sin daño: Cómo la ayuda humanitaria puede apoyar la
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