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Tipos de anestesia:

1. ANESTESIA GENERAL

Es un estado reversible de inconsciencia caracterizado por amnesia, analgesia y supresión


de los reflejos (De Lamar, 2007). Los fármacos y agentes gaseosos que se utilizan para
inducir y mantener la anestesia tienen un efecto fisiológico profundo sobre los sistemas
orgánicos. En el SNC en mayor medida afecta las vías sensoriales entre el tálamo y la
corteza , deprimiendo el pensamiento consciente, el control motor, las percepciones, la
memoria y las sensaciones. Lo último en afectar son los centros en la médula oblonga son
las áreas cerebrales, con lo que se presenta inconsciencia, con depresión temporal tanto
de los centros respiratorios como los cardiovasculares. (Fell y Kirkbride, 2007).

 Agentes farmacológicos utilizados en la anestesia general

Agentes de uso intravenoso para inducción

Permiten una inducción más suave y rápida que la mayor parte de los agentes inhalables.
Las sustancias para inducción de acción corta y administración IV (p. ej., tiopentona,
propofol) inducen un sueño agradable, y la anestesia se mantiene durante el
procedimiento quirúrgico mediante el uso de una combinación de oxígeno, óxido nitroso
y agentes inhalables volátiles (p. ej., sevoflurano). (Brown y Edwards, 2007).

Agentes inhalables

Los agentes anestésicos inhalables volátiles y gaseosos siguen siendo populares para el
mantenimiento de la anestesia, y pueden utilizarse para inducirla en pacientes pediátricos
con el objetivo de evitar la necesidad de canalizarlos, lo cual puede ser traumático para
un niño.

Las sustancias inhalables incluyen óxido nitroso, que es incoloro, en esencia inodoro, y
el único gas anestésico inorgánico que tiene uso clínico. Aunque posee algunas
propiedades analgésicas, no mantiene la narcosis. La adición de un agente inhalable
volátil permite mantener al paciente en un estado de inconsciencia.

a) Inducción anestésica

La inducción se define como la administración de un fármaco o combinación de fármacos


que permite obtener un estado de anestesia general (Bryant y Knight, 2007). Es posible
recurrir a la oxigenación previa del paciente para prevenir la hipoxemia transitoria, que
puede presentarse antes de establecer una vía aérea efectiva e iniciar la ventilación.

Durante este periodo es importante que el medio se mantenga tan silencioso como sea
posible, a fin de que la inducción sea tranquila.

- Establecimiento de la vía aérea

Una vez que se induce la anestesia, el paciente pasa a través de una serie de fases. La
colocación de una vía aérea se convierte en ese momento en una prioridad. Según el tipo
de procedimiento que se lleva a cabo, la historia clínica del paciente y su condición.

Las vías respiratorias se dividen en dos porciones, la superior y la inferior, cuyo límite
físico sen encuentra en el nivel del cartílago cricoides (Chipas et al., 2005).

- Vías aéreas artificiales

Las vías aéreas artificiales incluyen vías aéreas bucofaríngeas o cánulas de Guedel, que
se utilizan para pacientes cuya lengua obstruye la vía aérea. Esto puede ocurrir cuando el
individuo pierde el tono muscular de las vías respiratorias superiores, lo cual hace que la
lengua y la epiglotis cuelguen hacia atrás y se apoyen sobre la pared posterior de la
faringe. Las cánulas de Guedel pueden usarse junto con otras maniobras, tales como el
levantamiento del mentón y la tracción de la mandíbula. También se dispone de vías
aéreas nasofaríngeas, que requieren lubricación antes de introducirse a través de la nariz
del paciente (Smith et al., 2007).

- Intubación
Es posible establecer una vía aérea segura con el objetivo de proporcionar anestesia y
lograr el control urgente de las vías respiratorias mediante la inserción de una Cánula
Endotraqueal (CET). Esto implica que el anestesiólogo pase una sonda, bajo visión
directa obtenida con el uso de un laringoscopio, entre las cuerdas vocales y hacia el
interior de la tráquea. Esta cánula se conecta con el sistema de suministro de anestesia.
Se infla un manguito (globo) que se ubica en el extremo distal de la CET, para facilitar la
ventilación mediante presión positiva e impedir que el contenido del estómago se aspire
hacia los pulmones del paciente, fenómeno que puede provocar complicaciones
pulmonares graves.
Las indicaciones para la intubación incluyen:
 Pacientes en riesgo de broncoaspiración que requieren protección de la vía aérea (p.
ej., tiempo de ayuno desconocido, traumatismo, obesidad, obstrucción intestinal,
cesárea)
 Colocación de un paciente en posición para una cirugía en la que resulta vital
asegurar la vía aérea; posición sedente o prona.
 Procedimientos quirúrgicos específicos; oído, nariz y garganta, cara, cirugía
plástica o dental; en los que la vía aérea debe protegerse de la hemorragia en el sitio
quirúrgico, y también para facilita el acceso a éste.
 Cirugía abdominal que requiere relajación muscular y ventilación mecánica
 Cirugía torácica que requiere control específico de la ventilación, y en ocasiones
ventilación de un solo pulmón
 Pacientes con calificación de Mallampati clase III o IV, en quienes se anticipa una
vía aérea difícil (Fell y Kirkbride, 2007)

 Secuencia de inducción rápida

Es una técnica que sirve para asegurar la vía aérea con rapidez para reducir el riesgo de
broncoaspiración pulmonar del contenido gástrico.

El asistente del anestesiólogo realiza la maniobra de Sellick, usa los dedos para aplicar
presión sobre el cartílago cricoides, para desplazarlo con firmeza hacia atrás sobre los
cuerpos vertebrales cervicales que se ubican detrás y ocluir así el extremo superior del
esófago, lo cual previene la broncoaspiración del contenido gástrico (DeLamar, 2007).

Los pacientes deben ser advertidos de que sentirán presión sobre el cuello al tiempo que
se está induciendo la anestesia. Una vez que se establece la vía aérea, el paciente se coloca
en posición y se le coloca equipo adicional, como aparatos para calentamiento y
monitoreo.

b) Mantenimiento de la anestesia

Una vez que se induce al paciente y se asegura la vía aérea, la anestesia debe mantenerse
durante todo el procedimiento quirúrgico con la administración de una combinación de
oxígeno, gas de óxido nitroso y agentes volátiles (p. ej., sevoflurano). Los narcóticos y
los antieméticos son coadyuvantes que también pueden administrarse.
c) Recuperación de la anestesia general

Cuando el procedimiento está por terminar, se detiene la administración de agentes


inhalables, y se proporcionan fármacos para reversión en caso de que se hayan utilizando
relajantes musculares. Se trata de un periodo crucial en la atención del paciente, y el
personal de anestesia debe estar preparado con el equipo para desintubación, que incluye
un aparato para aspiración y suministro de oxígeno, en preparación para el periodo
posterior a la intubación.

Cuando se suspende la administración de todos los anestésicos y el paciente respira en


forma espontánea, se mantiene estable desde la perspectiva hemodinámica y responde a
órdenes, se lleva a cabo la desintubación. El anestesiólogo aspira la faringe y aplica
oxígeno al 100% para reemplazar la mezcla de gases y evitar los efectos de la hipoxia por
difusión. Se dispone de una jeringa para desinflar el globo de la CET y se lleva a cabo la
desintubación durante una inspiración, momento en que la laringe se dilata.

El tubo se retira siguiendo su eje curvo. Es posible que se requiera aspiración adicional
antes de que se coloque una mascarilla de oxígeno o puntas nasales. Después de esto se
transfiere al paciente desde la mesa quirúrgica hacia la camilla o la cama. Es posible
colocarlo en la posición lateral, a menos que el anestesiólogo esté convencido de que esto
no es necesario. El paciente se gira hacia un lado, con la pierna en la parte superior
flexionada y la que queda abajo en extensión; la cabeza se coloca de lado, de tal manera
que la lengua sea atraída hacia adelante por la gravedad, lo que evita la obstrucción de la
vía respiratoria (Fell y Kirkbride, 2007). Esta posición se conoce como posición para
recuperación.

2. ANESTESIA LOCAL

Grupo de procedimientos que implica la aplicación local de anestésicos (p. ej., lidocaína,
bupivacaína) para bloquear las vías sensoriales nerviosas, lo que permite la cirugía sin
dolor y sin pérdida de la conciencia. Estas técnicas incluyen la anestesia epidural y la
subaracnoidea, los bloqueos nerviosos periféricos, la infiltración local, la aplicación de
anestésicos locales en aerosol sobre las cuerdas vocales antes de la intubación, y el uso
local de geles anestésicos, que con frecuencia se usan antes de canalizar a los pacientes
pediátricos.
Estas técnicas son en particular útiles para pacientes con afecciones comórbidas que
contraindiquen el uso de la anestesia general. En muchos casos, pueden aplicarse junto
con la anestesia general, con lo que permiten cierto grado de alivio del dolor
posoperatorio.

* El bloqueo nervioso central se refiere a la


administración de anestésicos locales dentro del espacio
subaracnoideo o epidural, estos bloquean los nervios que
salen de la médula espinal, situación que permite que áreas
grandes de la parte inferior del cuerpo pierdan sensación.

Estas técnicas son en particular útiles para la cirugía


abdominal y de extremidades inferiores.

 La anestesia subdural (subaracnoidea) hace referencia a la administración de una


dosis única de anestésico local de manera directa dentro del espacio subaracnoideo,
a de las vértebras lumbares L3-L4 o L5-L6, con lo que se bloquean las raíces
nerviosas que emergen de la médula espinal a partir de ese nivel y se produce la
pérdida de la sensibilidad en las regiones que inervan. El anestesiólogo introduce una
aguja raquídea hueca a través del espacio intervertebral hacia el espacio
subaracnoideo, hasta que aparecen algunas gotas de líquido cefalorraquídeo (LCR).
(DeLamar, 2007).
El anestésico local que se inyecta dentro del LCR puede originar complicaciones
tales como hipotensión por bloqueo de los nervios simpáticos que controlan el tono
vasomotor, lo cual produce vasodilatación.
Este efecto puede controlarse mediante la administración rápida de soluciones IV y
de adrenalina. Si el anestésico local alcanza de manera inadvertida los nervios que
controlan la respiración, es posible que el paciente requiera apoyo con ventilador.
Así, el paciente debe observarse de manera estrecha durante el periodo inmediato a
la inyección.
Durante el posoperatorio, algunos pacientes pueden referir cefalea intensa debida a
la fuga del LCR a través de la perforación en la duramadre. El paciente podría
necesitar mantenerse en posición supina durante 24 h y recibir soluciones IV
adicionales hasta que ceda la cefalea. En ocasiones, el anestesiólogo puede formar
un ‘parche hemático’, que implica la inyección de entre 5 y 20 mL de sangre dentro
del espacio epidural a la altura del sitio de punción, para sellar el orificio en la
duramadre (De-Lamar, 2007).
 La anestesia epidural implica la inyección continua o intermitente de anestésico
local a través de un catéter que se inserta a través del espacio intervertebral L3-L4 o
L5-L6 y dentro del espacio epidural.
El espacio epidural en realidad no está vacío, sino es un área llena con tejido adiposo
laxo, vasos linfáticos y sanguíneos, que se ubica entre la duramadre y el ligamento
amarillo (Bryant y Knight, 2007).
El anestesiólogo utiliza una aguja raquídea hueca Tuohy, montada en una jeringa
vacía, que tiene marcas a intervalos de 1 cm y cuenta con una punta Huber, que
permite dirigir un catéter fino a lo largo del eje del espacio epidural. Cuando la aguja
penetra el ligamento amarillo se percibe una pérdida súbita de la resistencia a la
presión sobre el émbolo de la jeringa, que indica al anestesiólogo que alcanzó la
localización correcta. El avance adicional de la jeringa produciría penetración de la
duramadre.
En ese momento, se inserta un catéter fino a través de la aguja y hacia adentro del
espacio epidural, y se inyecta el anestésico local. El catéter se fija al paciente y se
mantiene en su sitio para agregar dosis adicionales de anestésicos locales a intervalos
suficientes para conservar la eficacia del bloqueo. Esto puede continuar durante el
periodo posoperatorio como parte del plan para alivio del dolor en el paciente.
Al igual que en el caso de la anestesia subaracnoidea, el bloqueo epidural puede
inducir hipotensión, no obstante su inicio es más lento. Sin embargo, si se punciona
de manera inadvertida un vaso sanguíneo en este espacio y el anestésico local se
libera hacia el torrente sanguíneo es posible que se presenten hipotensión súbita y
profunda, convulsiones y afección respiratoria. De igual forma, se refieren dolor de
espalda y retención urinaria durante el periodo posoperatorio (Bryant y Knight, 2007;
DeLamar, 2007).

 Asistencia en el paciente con anestesia subaracnoidea o epidural

En ambas técnicas, los pacientes se colocan con la espalda arqueada para formar una letra
C, a fin de incrementar al máximo el espacio entre los procesos espinosos y facilitar el
acceso para la introducción de las agujas subaracnoideas o epidurales. Esta posición es
semejante a la que se utiliza para la punción lumbar (Williams, 2005). Para los pacientes
con discapacidad física, esta posición resulta difícil y es posible que se les siente en
posición erecta.

Antes de la administración de cualquiera de estos bloqueos es necesario llevar a cabo una


verificación rutinaria de la máquina para anestesia y del equipo necesario. Se inicia el
monitoreo, se establece un acceso IV y se obtienen parámetros iniciales, para determinar
las variaciones durante la administración del bloqueo regional. En muchos casos, los
pacientes reciben una combinación de anestesia regional y general, en particular en caso
de cirugía abdominal compleja, donde la estrategia regional podría permitir el control del
dolor posoperatorio.

El procedimiento para la inserción de la anestesia subaracnoidea y la epidural debe


llevarse a cabo utilizando una técnica aséptica. La enfermera anestesista apoya al
conjuntar todo el equipo necesario y dar soporte físico y emocional al paciente, quien
tiene gran probabilidad de estar despierto durante la aplicación de la anestesia regional.

Una vez aplicado el bloqueo, el paciente debe vigilarse en forma estrecha para descartar
cualquiera de las complicaciones mencionadas. La eficacia de bloqueo también debe
evaluarse antes de que inicie la cirugía.

El paciente debe recibir explicaciones y reafirmación todo el tiempo. Los pacientes deben
comprender que si bien la anestesia regional bloquea los estímulos dolorosos, aún podrán
sentir la presión que se ejerce sobre el área del procedimiento quirúrgico. También se les
administrarán fármacos (p. ej., midazolam) para mantenerlos somnolientos y no perciban
toda la actividad que ocurre en torno a ellos. Es posible la administración de oxígeno
mediante una mascarilla de Hudson o de puntas nasales. El personal quirúrgico y de
anestesia deben estar alertas para no producir ruido innecesario. Durante el
procedimiento, la enfermera puede sentarse a la cabecera del paciente y utilizar
comunicación verbal y no verbal para reducir la ansiedad de aquél. Es importante que el
personal de anestesia mantenga un monitoreo hemodinámico estrecho para detectar
cualquier complicación o efecto indeseable de la anestesia regional.

* Infiltración local

Para facilitar la cirugía menor o la inserción de dispositivos para monitoreo invasivo, se


utiliza un anestésico local mediante infiltración. Esto implica su inyección directa dentro
de los tejidos, para bloquear las vías sensitivas nerviosas, lo cual produce ausencia de
dolor, que puede persistir después del procedimiento y aportar al paciente alivio durante
algún periodo. Los pacientes deben mantenerse conscientes y alertas respecto de su medio
circundante, pero también puede proporcionarse sedación leve con base en su condición
(Bryant y Knight, 2007). Ejemplos de fármacos que se utilizan para la infiltración local
son lidocaína y bupivacaína.

* Anestesia regional

Las técnicas para la anestesia regional (con frecuencia denominada ‘bloqueo periférico’)
implican la inyección de fármacos en cualquier punto a lo largo de un nervio, lo cual
produce anestesia en la región distal del cuerpo sin pérdida de la conciencia (DeLamar,
2007). La anestesia regional puede administrarse mediante:

• Dosis única

• Bolos intermitentes; inyecciones de repetición o colocación de un catéter a permanencia


para repetir la administración

• Venoclisis continua mediante catéter

Los bloqueos regionales, que pueden inducirse mediante el uso de anestésicos locales (p.
ej., bupivacaína, lidocaína), incluyen:

• Extremidad superior; bloqueo del nervio axilar para cirugía de codo, antebrazo y mano

• Extremidad inferior; bloqueo del nervio femoral para el tratamiento de fracturas


femorales y cirugía de rodilla (Coventry, 2007).
ANEXOS
Anexo: Fases de la anestesia (modificadas de Guedel)
Respiración Pupilas Reflejos Oculares Vías respiratorias superiores

Anexo: Diferencia delos efectos de la anestesia subaracnoidea y la epidural

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