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Edóm en la Profecía -

¿Son Edomitas los Arabes?


Por Thomas Williamson
3131 S. Archer Avenue
Chicago, Illinois 60608

Edóm, una nación que consiste de los descendientes de Esaú, gemelo de Jacob e hijo
de Isaac y Rebeca, estaba ubicado al sureste de Judá, en una región montañosa que hoy día es la parte
suroeste del reino de Jordán.

Edóm algunas veces es nombrado Esaú (Malachías 1:3), Idumea, y monte de Seir (Ezequiel 35:3).
Todos estos nombres son intercambiables y se refieren a la misma nación, Edóm.

Genesis 36 describe el crecimiento rápido de Edóm. Deuteronomio 2:5 nos informa que el territorio
de Edóm no era parte de la tierra prometida a Israel y nunca sería parte: “No os metáis con ellos, porque no
os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie: porque yo he dado por heredad a Esaú el monte
de Seir.”

Ezequiel condenó a la nación de Edóm, diciendo, “Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste
a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su afflicción . . .” Ezequiel 35:5.

A través de los tiempos antiguos, los edomitas mostraron su enemistad contra los hebreos, cuando
rehusaron dar a Moisés y a su pueblo la autorización de pasar por el territorio de los edomitas en Números
20:14-22. Pero en el tiempo de Eliseo, los edomitas se juntaron con Israel y Judá en una alianza militaria, 2
Reyes 3:9. Luego, Judá derrotó a Edóm en una guerra, 2 Crónicos 25:5-12.

Las profecías mayores contra Edóm son hallados en Isaías 34, Jeremías 49:7-22, Ezequiel 25:12-14 y
35:1-15, y el libro de Abdías.

Isaías profetizó acerca del juicio de Dios contra Edóm cerca el año 700 AC, y Jeremías, Ezequiel y
Abdías rindieron sus profecías de sentencia pronto sobre Edóm cerca del año 600 AC.

Tiene un buen sentido buscar el cumplimiento de estas profecías contra Edóm en aquel período de
tiempo en la historia. No obstante, algunos han sugerido que estas profecías contra Edóm todavía no ha sido
cumplidas, y que su cumplimiento acontecerá en nuestro siglo, en el siglo 21.

Hay dos problemas grandes con esta teoría: 1. Los edomitas ya no existen. Es imposible castigar a un
pueblo que ya ha desaparecido de la faz de la tierra hace muchos siglos. 2. El profeta Malaquías,
escribiendo cerca del año 400 AC, habló del juicio de Dios contra Edóm como algo fenecido: “Y a Esaú
aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.”
Malaquías 1:3.

La historia muestra que los edomitas fueron saqueados por los ejércitos de los caldeos en la primer
parte de sexto siglo AC, y que al fin del sexto siglo AC los nabateos atacaron a los edomitas, echándoles
fuera de sus fortalezas en las montañas del monte de Seir, hasta el desierto de Negev al oeste.

Las profecías contra Edóm fueron completamente cumplidas, y no es necesario esperar el


cumplimiento de estas profecías otra vez, porque los edomitas ya no existen como nación ni grupo étnico.
Pero hay algunos que dicen, “Los árabes son edomitas, y ‘La maldición de Esaú’ está sobre los árabes
de hoy, ¿verdad?” La identificación de Edóm con los árabes es una creencia general y tradicional, pero no
hay ninguna base en las escrituras ni en la historia para esta creencia.

Los árabes son mencionados muchas veces en el Antiguo Testamento, como una nación
completamente distinta de los edomitas. Por ejemplo, el autor de las Crónicas menciona a Edóm en 2
Crónicas 8:17 y menciona a Arabia en 2 Crónicas 9:14. Los edomitas no fueron árabes, fueron edomitas.

Abdías profetizó que la casa de Esaú sería completamente destruida, versículo 18. Si estaba hablando
acerca de los árabes, la profecía de Abdías era falsa, porque los árabes todavía existen hoy. Si estaba
hablando acerca de los edomitas, como el mismo dijo (versículo 8), su profecía fue cumplido, puesto que
Edóm ha desaparecido como nación hace muchos siglos.

Un estudio de las obras de referencia normales no produce ninguna evidencia de conexión alguna
entre los edomitas y los árabes.

Si los edomitas no son árabes, que pasó con los edomitas? La respuesta se halla en el libro “Las
Antiguedades de los Judíos” por un historiador judío digno de confianza, Josefo, que escribió de las
conquistas de los judíos en el segundo siglo AC:

“Hyrcano tomó también Dora y Marissa, ciudades de Idumea, y conquistó a todos los idumeos, y
permitió a los idumeos permanecer en aquella tierra, con la condición de ser circuncidado y someterse a las
leyes de los judíos. Desearon permanecer en la tierra de sus antecedentes, y se sometieron a la circuncisión
y a todas las formas judías de vivir. Desde aquel tiempo hasta hoy, [los edomitas] eran nada más que
judíos.”

William Whiston, el traductor de las obras de Josefo, añadió este comentario: “Esta historia de los
idumeos aceptando la circuncisión y la ley entera de los judíos, desde este tiempo (los días de Hyrcano” es
confirmada por su historia entera después. Esto, en la opinión de Josefo, les hizo proselitas de justicia, o
judíos enteros.” Desde aquel tiempo, los edomitas han sido parte de la nación judía. Algunos creen que los
edomitas hoy día pueden ser identicados entre los judíos sefardos, pero esto es una especulación.

El comentario “Wycliffe Bible Commentary,” en el capítulo acerca del libro de Abdías, confirma que
el juicio vino sobre Edóm in tiempos antiguos, comenzando con la invasión por los nabateos pronto después
del tiempo de Abdías:

“Pronto después de este tiempo, Edóm fue echado de su hogar antiguo por los nabateos, de modo que
era necesario moverse al lado oeste del Mar Muerto. Hebrón fue hecho la capital de su hogar nuevo en el
sur de Judá. Los macabeos, especialmente Juan Hyrcano (125 AC) conquistó a los edomitas y les forzó a
llegar a ser judíos. Al fin fueron destruidos con los judíos en 70 DC por el general romano Tito.”

(Según la “Enciclopedia Católica,” la conquista de los edomitas por Juan Hyrcano aconteció en el año
109 AC).

Los comentarios de Adam Clarke, Matthew Henry y “Jamieson, Fausset y Brown” están de acuerdo
que los profecías contra Edóm fueron cumplidas en parte por una invasión por el rey caldeo Nabucodonosor
en el sexto siglo AC, y en parte por los macabeos en el segundo siglo AC. Jeremías 25:21 especificamente
predice que Edóm sería humillado por Babilonia, el mismo reino que conquistó a Jerusalén 5 años antes de
la destrucción de Edóm.

Algunos comentadores creen que algunas de las profecías tempranas contra Edóm fueron cumplidas
por la invasión del rey asirio Senaquerib, cerca del año 700 AC. No hay evidencia alguna que estas
profecías contra Edóm han de ser cumplidas in tiempos modernos, o que pueden ser aplicadas a la crisis
corriente en el Medio Oriente.
Algunos han pensado que nunca habrá paz entre los judíos y los árabes en Palestina, basándose en la
afirmación de Ezequiel 35:5: “Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al
poder de la espada en el tiempo de su afflicción . . .”

Pero hemos visto que este versículo acerca de Edóm no tiene ninguna aplicación a los árabes, antiguos
ni modernos. La Biblia y la historia secular no revelan ninguna información acerca de una enemistad
inevitable entre los árabes y los judíos tras los siglos.

Tras los siglos, los judíos y los árabes han vivido en harmonía en el Medio Oriente. En varias
ocasiones, los judíos han huidos a las tierras de los árabes y los musulmanes, para escapar persecuciones por
los “cristianos” europeos, una gente supuestamente más iluminada.

Las luchas corrientes entre los judíos y los árabes empezaron al principio del siglo 20, con el
levantamiento del movimiento moderno zionista.

El la cuidad de Chicago, comunidades grandes de judíos y árabes viven juntos en un estado de


harmonía. En noviembre del año 2000, muchos judíos en Chicago se juntaron con árabes palestinos en
demostraciones pacíficas para condenar los sistemas del gobierno de Israel en los territorios ocupados de
Palestina.

No podemos saber si habrá paz pronto entre los judíos y los árabes en Palestina, pero no hay nada en
la Biblia que dice que tal estado de paz no puede acontecer.

Las profecías de Isaías, Jeremías, Ezequiel y Abdías contra Edóm no deben ser removidas fuera de su
propio contexto histórico, para aplicarlas contra pueblos modernos que no tiene ninguna conexión con
Edóm.

El propósito de estas profecías era asegurar a los judíos en el tiempo que fueron tomados cautivos a
Babilonia en el año 586 AC, que Jehová no iba a permitir que los edomitas codiciosos ocupasen la tierra de
los judíos. Jehová prometió que la tierra de Judá sería desocupada, y que la nación de Israel sería restaurada
en aquella tierra después de 70 años (Jeremías 25:11, 29:10, Daniel 9:2).

La aplicación de estas profecías para hoy es que no debemos ser orgullosos como los edomitas, que
creyeron que nunca sufrirían la ira de Jehová y que nunca serían derrotados en sus fortalezas en las
montañas. Además, no debemos ser codiciosos como los edomitas, y no debemos regocijarnos cuando el
juicio y el sufrimiento vienen sobre otras personas.

El destino de Edóm, y su desaparecimiento completo de entre las familias de las naciones, son
recuerdos poderosos de la justicia de Dios, su juicio, y el cumplimiento seguro de todo lo que El ha
prometido en su Palabra inspirada.

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