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C.I.: V-25.649.090.
Asignatura: Teodicea.
En repetidas ocasiones hemos ido aprendiendo sobre las vías del conocimiento de Dios,
especialmente enmarcadas por santo Tomás y sus cinco postulados gnoseológicos; mas, dentro
de las facultades humanas, nos podemos encontrar con la libertad que, al igual que la razón y
la voluntad, complementan el ser del hombre y la mujer, seres que no hemos sido arrojados,
sino que provenimos de Alguien y al cual tendemos. Pero ¿cómo puede la libertad orientarme
hacia el conocimiento de Dios?, ¿acaso Dios interviene en mis decisiones?
Xavier Zubiri, en su libro Naturaleza, Historia y Dios, hace un análisis con relación a la
libertad y, en especial, sobre la religación que anteriormente se señala. Pero, antes de
vislumbrar sus aportes, es menester comprender a qué corresponde la libertad, la cual ha tenido
diferentes visiones a lo largo de los siglos y de la historia de la humanidad. Para Kant la libertad
corresponde a la “independencia de la voluntad respecto de cuanto sea ajeno a la ley moral”
(Critica de la Razón Práctica, 1788); es decir, es una característica moral del ser humano,
ligada a la razón. De allí que la libertad se dé en cuanto se razone sobre el hecho a realizar: se
es libre en cuanto se medita y se actúa en relación a esta reflexión, en pos de un bien.
Ahora bien, Zubiri considera que la existencia humana se da por imposición: nadie escogió
venir o no a la existencia, sino que Alguien dio la orden de existir. Cabe señalar que, aunque
el ser humano aparenta estar lanzado en el mundo, este mismo Ser Superior da unas facultades
al hombre y a la mujer con las que deben interiorizar, desarrollarse y trascender. Todos
podemos mirar más allá y a eso se dirige la voluntad, por lo que la libertad también está
orientada hacia el mismo fin. Dios ha sembrado en el hombre un deseo de alcanzarle que,
aunque se desconozca su Ser, se manifiesta en la búsqueda del bien y de la felicidad: “Nos
hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Confesiones,
San Agustín).
Zubiri, de igual manera, alude que “no hay libertad sin fundamento. El ens fundamentale,
Dios, no es un límite extrínseco a la libertad, sino que esta fundamentalidad confiere al hombre
su ser libre”; y añade que la libertad “constituye al hombre en ser fundamentado” (Naturaleza,
Historia y Dios, 388)1. Es por ello que, con el aporte de este filósofo, se concluya que la libertad
tenga un sentido para el ser humano, encontrado especialmente en el encuentro con Dios, pues
“con la religación, la libertad es su máxima potencia, tanta que con ella se constituye su persona
1
Zubiri, X. (1974). Naturaleza, Historia y Dios [archivo PDF]. Madrid. Recuperado de:
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/LYM/NHG.pdf
propia, su propio ser, íntimo e interior a él, frente a todo, inclusive frente a su propia vida”
(NHD, 388).