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JURISPRUDENCIA

Roj: SJSO 4097/2018 - ECLI: ES:JSO:2018:4097


Id Cendoj: 24115440012018100026
Órgano: Juzgado de lo Social
Sede: Ponferrada
Sección: 1
Fecha: 20/07/2018
Nº de Recurso: 213/2018
Nº de Resolución: 295/2018
Procedimiento: Social
Ponente: RAQUEL NIETO DOCIO
Tipo de Resolución: Sentencia

JDO. DE LO SOCIAL N. 1
PONFERRADA
SENTENCIA: 00295/2018
AVD HUERTAS DE SACRAMENTO 14 PLANTA 2 (EJECUCIONES SOCIAL 1-987451339-FAX 987 45 13 06)
Tfno: 987 45 1351-UPAD SOC
Fax: 987 45 1230-UPAD SOC
DSP DESPIDO/CESES EN GENERAL 0000213 /2018
Procedimiento especial sobre extinción de relación laboral 213/2018.
SENTENCIA nº 295/2018
Ponferrada, 20 de julio de 2018.
Juez: Raquel Nieto Docio.
Demandante: don Gaspar .
Letrada: Sra. Fernández Martínez.
Demandadas: - Laymar, S.A. y Laymar Neumáticos, S.L.
Letrado: Sr. González del Barrio.
- Fondo de Garantía Salarial.
Letrada: Sra. Manovel López.
Objeto del juicio: extinción indemnizada de contrato por incumplimiento empresarial y reclamación de
cantidad.

ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- El día 24 de abril de 2018 fue turnada a este juzgado la demanda formulada por don Gaspar frente
a Laymar, S.A. y Laymar Neumáticos, S.L. en la que solicitaba se dictase sentencia por la que se declarase
extinguida la relación laboral y se condenase solidariamente a las empresas al abono de la indemnización
correspondiente así como al pago de los salarios adeudados por importe de 6.391,01 euros, junto a los
intereses legalmente establecidos.
Segundo.- Admitida a trámite la demanda se señaló fecha para la celebración de los actos de conciliación y
juicio, los cuales tuvieron lugar el pasado 12 de julio.
Tercero.- Al juicio comparecieron las partes asistidas por Letrado.

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JURISPRUDENCIA

Dio comienzo con la fase de alegaciones que aprovechó la parte demandante para informar del pago de la
nómina de diciembre de 2017 y adicionar la reclamación de las de marzo a junio de 2018 junto a la extra de
abril de 2018, por lo que concretó la cantidad debida en 9.880,11 euros.
Tuvo lugar a continuación el trámite de contestación. La defensa de las empresas codemandadas interesó la
suspensión de la vista por cuanto se halla en trámite un expediente de regulación de empleo que podría verse
en peligro en caso de sentencia estimatoria de la demanda, suspensión a la que se opuso la parte demandante
y a la que no se dio curso por ausencia de amparo legal.
Seguidamente fue recibido el pleito a prueba.
Propuesta y practicada prueba de interrogatorio del actor y documental se formularon conclusiones, tras lo
que quedaron los autos vistos para sentencia.

HECHOS PROBADOS
Primero.- Desde el 2 de diciembre de 1974 hasta el 31 de marzo de 1996, don Gaspar , con DNI NUM000 ,
vino prestando servicios para Laymar, S.A. en su centro de trabajo de Columbrianos (León).
Entre el 1 de abril de 1996 y el 19 de junio de 2002 lo hizo para Laymar Neumáticos, S.L. como también del
21 de junio de 2002 al 31 de mayo de 2015.
Desde el 1 de junio de 2015 fue de nuevo contratado por Laymar, S.A. para la que sigue prestando servicios
en la actualidad.
En todo momento ha ostentado la categoría profesional de oficial de primera y percibe un salario diario de
60,33 euros, prorrateados las pagas extraordinarias.
Segundo.- Laymar, S.A. y Laymar Neumáticos, S.L. constituyen un grupo de empresas a efectos laborales
cuya actividad se rige por el Convenio Colectivo de ámbito provincial del sector Siderometalúrgico.
Tercero.- En marzo de 2017 Laymar, S.A. empezó a realizar pagos parciales de las nóminas a don Gaspar . Así,
desde dicha fecha le hizo los abonos que detalla el hecho cuarto de la demanda que damos por reproducidos.
Cuarto.- El 21 de diciembre de 2017 don Gaspar presentó papeleta de conciliación en reclamación de los
salarios de octubre, noviembre y paga extra de diciembre de 2017, cantidades que percibió con posterioridad.
El 23 de marzo de 2018 el trabajador presentó nueva papeleta de conciliación en reclamación de las nóminas
de diciembre de 2017, enero y febrero de 2018 por importe total de 3.972,99 euros.
El acto fue intentado sin efecto el 19 de abril de 2018, por incomparecencia de la empresa, y dio lugar a la
demanda origen de estos autos.
Quinto.- A la fecha de presentación de la demanda la empresa adeudaba, además, la nómina de marzo de
2018 y la paga extraordinaria de abril.
A la fecha de celebración del juicio había abonado la nómina de diciembre de 2017 (en mayo) y adeudaba el
resto de las cantidades reclamadas así como las nóminas de abril a junio de 2018.
Todo ello supone un importe de 9.880,11 euros conforme al desglose contenido en el hecho segundo de la
demanda y hoja de cálculo aportada por el demandante en la vista, que damos por reproducido.
Sexto.- El 10 de julio de 2018 la representación empresarial remitió un comunicado a los representantes
de los trabajadores informándoles de su intención de tramitar un expediente de regulación de empleo para
proceder al despido colectivo de los trabajadores de Laymar, S.A. y Laymar Neumáticos, S.L. y con el fin de
que constituyeran la comisión representativa pertinente.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.- El relato de hechos probados, que no ha generado controversia, resulta de la valoración de la prueba
de naturaleza personal y documental practicada.
Así, los datos personales y profesionales del demandante se han fijado a partir de sus documentos nº 1 a 5.
No ha sido discutido que las empresas conforman grupo laboral (véase documento nº 8 del trabajador) ni cuál
es el Convenio por el que se rige la relación laboral.
Los pagos efectuados por la empresa desde marzo de 2017 constan en el documento nº 6 del ramo de prueba
actor.

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JURISPRUDENCIA

La deuda actual, recordada por el trabajador, fue admitida por la empresa.


Ha aportado éste copia de las actas de conciliación y la empresa ha hecho lo propio con los comunicados
sobre el expediente de regulación de empleo.
Segundo.- Ejercita la parte actora una acción de resolución de contrato de trabajo, acumulada a la de
reclamación de las cantidades adeudadas, fundamentándola en la letra b) del artículo 50.1 del Estatuto de los
Trabajadores que recoge, como justa causa para la extinción del contrato de trabajo por voluntad del trabajador,
la falta de pago o retrasos continuados en el abono del salario pactado.
A ello se opone la defensa de la empresa que habla de retrasos, no de impagos y apela a motivos económicos
que los justifican, lo que ha motivado la promoción de un expediente de regulación de empleo.
La representación del Fondo de Garantía Salarial, que recuerda su responsabilidad indirecta en el pleito, nado
objeta a la demanda ni a la contestación.
Tercero.- Según reiterada jurisprudencia, para que la causa extintiva invocada tenga eficacia resolutoria es
preciso un incumplimiento que sea continuado y persistente, y calificable de grave y trascendente. Si bien no
es preciso que dicho incumplimiento obedezca a un propósito deliberado, no eximiendo del deber del pago
una situación económica adversa, ello no impide que, a afectos de valorar la su gravedad, se tengan en cuenta
las circunstancias de dolo o culpa que puedan haber rodeado la actuación empresarial.
El Tribunal Supremo, en sentencia de 22 de diciembre de 2008 manifestó: La evolución de la jurisprudencia de
esta Sala en materia de resolución del contrato de trabajo por la causa descrita en la letra b) del número primero
del artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores no ha sido siempre uniforme, como se evidencia en una primera
fase de la lectura de alguna sentencia como la de 7 de abril de 1987 , con cita de la doctrina anterior contenida
en las sentencias de 26 de marzo , 24 de abril y 30 de noviembre de 1985 , así como en las de 5 de mayo , 3
de noviembre y 4 de diciembre de 1986 , en la que se afirma que en "la aplicación del artículo 50 del Estatuto
de los Trabajadores deben ser valoradas las circunstancias concurrentes, por lo que ha de examinarse al igual
que en el supuesto de despido del trabajador, si existe incumplimiento contractual grave y culpable", añadiendo
que la norma del artículo 50.1.b) no es susceptible de aplicación extensiva, pues los retrasos en el abono de
la remuneración del trabajador, han de merecer como presupuesto o condición esencial la conceptuación de
gravedad y trascendencia continuadas, y que el retraso en el pago de los salarios han de ser motivados por culpa
del empresario, pues si "no concurre alguna de estas circunstancias, no se produce el incumplimiento grave y
culpable requerido para que se pueda dar lugar a la resolución de la relación laboral por voluntad o a instancia
del trabajador".
Demos un repaso a la evolución jurisprudencial en la materia.
La sentencia del Tribunal Supremo de 24 de octubre de 1988 ponderaba, a efectos del artículo 50.1.b) del
Estatuto de los Trabajadores, la situación económica cuando señalaba que "la conducta de la cooperativa no ha
respondido a una voluntad deliberada de incumplir sus obligaciones, sino que ha venido impuesta por su adversa
situación económica", por lo que no es lícita la posición de privilegio y de insolidaridad adoptada por el actor en
perjuicio de los demás socios cooperativistas y en consecuencia carece del derecho de solicitar la resolución
del contrato mediante indemnización al amparo del artículo 50 del Estatuto.
Y en la misma línea, las sentencias de 13 de febrero de 1984 y 16 de junio de 1987, en las que se valora
especialmente la existencia de un acuerdo de la empresa con los trabajadores para el abono con retraso, lo que
hacía que la deuda no fuese exigible y, por tanto, no se apreciaba la existencia de incumplimiento encuadrable
en el repetido precepto.
Esta línea jurisprudencial fue rectificada a partir de la sentencia de 24 de marzo de 1992 que, ya en el marco
del recurso de casación para la unificación de doctrina, inicia lo que pudiera denominarse una línea objetiva
clara, afirmándose que la extinción del contrato por la causa del artículo 50 no se produce por el dato de que el
incumplimiento empresarial sea culpable, sino que la culpabilidad no es requisito para generarlo", precisándose
que " si el empresario puede amparar sus dificultades económicas, a efectos de la suspensión o de la extinción
del contrato de toda o de parte de su plantilla, en el seguimiento del expediente administrativo del artículo 51 del
Estatuto de los Trabajadores , no puede eludir el deber principal que le incumbe con base en la difícil situación
económica por la que atraviesa. De ahí se concluye que es indiferente dentro del artículo 50, que el impago o
retraso continuado del salario venga determinado por la mala situación económica empresarial.
Este criterio ha sido reiterado en las sentencias posteriores de 29 de diciembre de 1994, 25 de noviembre
de 1995 -aunque en este caso el retraso de tres meses no tenía gravedad y continuidad suficientes para
la extinción-, 28 de septiembre de 1998 y 25 de enero de 1999, especificándose en esta última que para
determinar tal gravedad del incumplimiento debe valorarse exclusivamente si el retraso o impago es o no grave

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JURISPRUDENCIA

o trascendente en relación con la obligación de pago puntual del salario (ex artículos 4.2 f ) y 29.1 del Estatuto
de los Trabajadores , partiendo de un criterio objetivo (independiente de la culpabilidad de la empresa), temporal
(continuado y persistente en el tiempo) y cuantitativo (montante de lo adeudado). La sentencia de 5 de abril
de 2001 señala incluso que ni siquiera la iniciación por la empresa de un expediente de regulación de empleo
es susceptible de enervar la acción resolutoria fundada en el artículo 50.1.b) del Estatuto de los Trabajadores ,
argumentado que ninguna previsión existe en este sentido en nuestro ordenamiento y que confiere esta acción
sin ninguna limitación.
Como recuerda la sentencia de 10 de junio de 2009 este Tribunal entiende que el requisito de la gravedad del
comportamiento es el que modela en cada caso la concurrencia del incumplimiento empresarial, y la culpabilidad
no solamente no es requisito para generarlo, sino que incluso es indiferente que el impago o retraso continuado
del salario venga determinado por la mala situación económica de la empresa. En este línea se mantiene que
para que prospere la causa resolutoria basada en «la falta de pago o retrasos continuados en el abono del
salario pactado», es necesaria -exclusivamente- la concurrencia del requisito de gravedad en el incumplimiento
empresarial, y a los efectos de determinar tal gravedad debe valorarse tan sólo si el retraso o impago es grave
o trascendente en relación con la obligación de pago puntual del salario ex artículos 4.2 f ) y 29.1 ET , partiendo
de un criterio objetivo (independiente de la culpabilidad de la empresa), temporal ( continuado y persistente en
el tiempo) y cuantitativo (montante de lo adeudado), por lo que concurre tal gravedad cuando el impago de los
salarios no es un mero retraso esporádico, sino un comportamiento persistente, de manera que la gravedad del
incumplimiento se manifiesta mediante una conducta continuada del deber de abonar los salarios debidos.
Seguidamente hemos de hacer aplicación de esta doctrina al caso que nos ocupa.
Lo primero que hemos de advertir es que, si bien hasta marzo de 2018 podíamos hablar de pagos parciales en
el pago desde abril estamos ante impagos (salvo la nómina de diciembre de 2017 abonada en mayo).
Y aunque tomemos en cuenta la delicada situación que atraviesa la empresa y su voluntad de regularizarla
mediante el oportuno expediente, lo cierto es que a fecha actual al trabajador se le adeudan todas las
retribuciones del año 2018 por importe cercano a los 10.000,00 euros, lo que da cuenta de la gravedad de
la situación que no puede sino justificar su pretensión tanto de extinción de la relación laboral cuanto de
reclamación de cantidad. Y ello ha de ser así por más que pueda comprometer el buen fin del expediente de
regulación de empleo pues no puede el empresario hacer reposar sobre el trabajador la responsabilidad que a
él incumbía sobre la gestión empresarial y el momento elegido para adoptar la medida reguladora del empleo.
Cuarto.- Dado el sentido estimatorio del fallo, procede fijar el derecho a la indemnización del actor señalada
en el art. 50.2 del Estatuto de los Trabajadores, esto es, la propia del despido improcedente, tomando como
referencia temporal la fecha de la presente resolución que determina la extinción del vínculo.
La Disposición Transitoria 5ª de la Ley 3/2012, de 6 de julio, establece que "La indemnización por despido
improcedente de los contratos formalizados con anterioridad al 12 de febrero de 2012 se calculará a razón
de 45 días de salario por año de servicio por el tiempo de prestación de servicios anterior a dicha fecha,
prorrateándose por meses los períodos de tiempo inferiores a un año, y a razón de 33 días de salario por año de
servicio por el tiempo de prestación de servicios posterior, prorrateándose igualmente por meses los períodos
de tiempo inferiores a un año. El importe indemnizatorio resultante no podrá ser superior a 720 días de salario,
salvo que del cálculo de la indemnización por el periodo anterior al 12 de febrero de 2012 resultase un número
de días superior, en cuyo caso se aplicará éste como importe indemnizatorio máximo, sin que dicho importe
pueda ser superior a 42 mensualidades, en ningún caso".
Teniendo en cuenta la antigüedad (2 de diciembre de 1974) y el salario día (60,33 euros), la indemnización
asciende, s.e.u.o., a 76.015,80 euros.

PARTE DISPOSITIVA
Estimo la demanda interpuesta por don Gaspar frente a Laymar, S.A. y Laymar Neumáticos, S.L.
En consecuencia, declaro extinguido el contrato de trabajo suscrito entre el trabajador y Laymar, S.A. a la
fecha de la presente resolución y condeno a ambas empresas solidariamente a abonar a don Gaspar una
indemnización por importe de 76.015,80 euros así como la cantidad de 9.880,11 euros, en concepto de salarios
adeudados, más el interés de demora del 10% sobre los conceptos salariales.
Con la intervención procesal del Fondo de Garantía Salarial.
Notifíquese la presente resolución a las partes haciéndoles saber su derecho a interponer contra la misma
RECURSO DE SUPLICACIÓN ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el

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cual podrán anunciar por comparecencia o por escrito ante este Juzgado en el plazo de CINCO DÍAS a partir
de su notificación.
Así por esta mi sentencia, que habrá de notificarse a las partes y de la que se deducirá testimonio para su
unión al expediente quedando el original en el libro de su clase, lo pronuncio, mando y firmo.

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