Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Por ejemplo, cuando se les preguntó acerca de Dios, sólo el 77% de los que se
identificaban como evangélicos estuvieron de acuerdo en que Dios es un ser
perfecto y que no puede cometer errores.
Cuando se les preguntó si Dios era quien determinaba todas las cosas que
sucedían en la creación, el 31% de los evangélicos entrevistados estuvieron en
desacuerdo con el postulado, indicando que Dios no estaba en control de
todo sino que Él simplemente tiene un conocimiento previo de lo que va a
suceder.
1http://ligonier-static-media.s3.amazonaws.com/uploads/thestateoftheology/TheStateOfTheology-
Whitepaper.pdf
2
Cuando se les preguntó si Dios era el autor de la Escritura sólo el 77% de los
que se consideraban evangélicos estuvieron de acuerdo. Cuando se les
entrevistó acerca de la doctrina de la Trinidad sólo el 50% estuvo de acuerdo
con la doctrina ortodoxa de la Iglesia: un Dios en tres personas.
Cuando se les preguntó si Jesús era Dios verdadero y hombre verdadero sólo
el 77% de los evangélicos estuvieron de acuerdo con la doctrina. Además, el
38% de los evangélicos enrevistados piensan que el hombre debe contribuir
por sus propios esfuerzos a su salvación.
Y los invito a estudiar el documento que está publicado en internet para que
hagan su propio análisis. Pero, es claro que la enfermedad que ha plagado al
Cristianismo en los últimos años es la ignorancia bíblica.
Qué somos? Qué creemos? Qué es lo que nos une? Cómo entendemos las
Escrituras? Todas estas son preguntas importantes y relevantes para el
Cristianismo de nuestros días.
“Yo soy cristiano,” dicen muchos, “no trate de encerrarme bajo ningún tipo de
nomenclaturas.” Bueno, pero la pregunta que surge es la siguiente: qué tipo de
cristiano es usted? “Bueno el que cree en Dios.” En cuál Dios? “En el Padre de
Jesús.” De cuál Jesús? “Bueno, en el Jesús de la Biblia.” Y qué cree usted del Jesús
de la Biblia; o del Dios de la Biblia? Es más, qué cree usted de la Biblia
misma?
Esas son las preguntas que debemos responder. Porque la realidad es que
todos los cristianos tienen un sistema doctrinal que los caracteriza y que debe
ser examinado, confrontado y conformado según las enseñanzas de la Biblia.
3
Esa debe ser la meta de todo cristiano: que sus creencias sean lo más
consistentes con lo que Dios ha dicho en Su Palabra. Si esto no es así, pues el
deber del creyente es rechazar lo que cree y aceptar lo que establece la Biblia.
Porqué soy Bautista Reformado, entonces? Esa fue la pregunta que nos
hicimos hace un año. Y la respuesta que les quise mostrar fue la siguiente:
porque nuestro entendimiento de las Escrituras, a pesar de que no es perfecto
y de que necesitará siempre ser reformado según la Biblia, es el más
consistente con ella.
Como les dije hace un año: entre más entendamos porqué somos lo que
somos, más fuertes seremos como iglesia y mejor podremos servirle al Señor
en Sus propósitos para glorificarse a Sí mismo por medio de nosotros.
Y con esa meta vamos a definir primero la teología federal; luego, definiremos
el término “pacto;” demostraremos su fundamento bíblico; examinaremos los
diferentes pactos bíblicos.
Teología Federal
I. Definición
2 http://www.spurgeon.org/sermons/1186.htm
4
Walter Chantry un pastor Bautista Reformado, escribiendo acerca de la
teología federal escribió lo siguiente,
“La médula está en el centro de los huesos que dan forma a nuestro cuerpo. Así la
doctrina de los pactos se encuentra en el centro de la teología, y la salud de cualquier
sistema teológico depende de su entendimiento de esta verdad.” 3
Y este estudio lucha por mostrar como es por medio de los pactos que Dios
se glorifica a Sí mismo en Su obra para salvar pecadores por medio de
Jesucristo.
La Biblia no es una coleción de historias, sino una sola historia con una
dirección progresiva, puntual (es decir, que tiene una meta o un propósito), y
los pactos, como desmotraremos a lo largo de este estudio, son los elementos
que unen esa historia.
“La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las
criaturas racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas no
3 Walter Chantry. The Covenants of Works and Grace. Kindle-Loc 17
5
podrán nunca llegar a vida espiritual, si no es por alguna condescendencia voluntaria
de parte de Dios, habiéndole placido a Éste expresarla por medio de un pacto.” 4
4 Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689. Capítulo 7, párrafo 1.
5 http://lema.rae.es/drae/?val=juramento
6
continúa con su argumento para demostrar que ese acto divino ocurrió para
nuestro beneficio,
“para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta,
tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros.”
Además, la Biblia es clara en que el hombre (i.e. Israel en el caso del Antiguo
Pacto) está relacionado con Dios por pactos. Jeremías 31: 32 dice,
“No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo marido para
ellos, dice Jehová.”
7
En la antigüedad las naciones, los reinos y los imperios buscaban expandir sus
territorios. Esto lo hacían, como vimos la semana pasada, conquistando
naciones más débiles.
La simple lectura de la Biblia nos comprueba que ese término es usado muy
frecuentemente en las Escrituras. La Biblia, como dijimos, fue escrita en ese
mundo de pactos y tratados.
El término suntheke se basaba en la idea de una igualdad legal de las partes que
entraban en un pacto, y como veremos en unos momentos, ese no era el
término que describía con mayor fidelidad la verdad bíblica. La preferencia,
entonces, por el término diatheke quizás haya ocurrido por el entendimiento
que tenían los traductores del concepto de pacto en las Escrituras.
6 Alberto Bernabé. Historia y leyes de los Hititas. Página 53
https://books.google.co.cr/books?id=9O8VaXP7lr0C&pg=PA53&lpg=PA53&dq=tratados+imperiales+de
+vasallaje&source=bl&ots=2xur2D9OJ8&sig=h7XDd7aUHgXtZ85TJk2mIbV4F7w&hl=en&sa=X&ei=9g-
yVIi-GsP7sASTsoDgAw&redir_esc=y#v=onepage&q=tratados%20imperiales%20de%20vasallaje&f=false
8
Muchas definiciones se han dado a lo largo de la historia para intentar definir
este concepto bíblico. Robert Rollock (1555-1599) lo definió como, “una
promesa bajo cierta condición.”
William Ames (1576-1633) lo definió como, “un tipo de transacción de Dios con la
criatura por medio de la cual Dios ordena, promete, amenaza, y cumple; y la criatura se ata
a sí misma en obediencia a las demandas de Dios.” 7
“Un pacto es un arreglo dado soberanamente por Dios, con estipulaciones o sanciones,
por medio del cual el hombre puede ser bendecido.” 9
Por lo tanto, para los bautistas particulares del siglo XVII como Nehemías
Coxe, un pacto se trataba de “una declaración del soberano placer divino concerniente a
los beneficios que Él derramaría sobre los hombres, a la comunión que ellos tendrían con
Él, y a la manera y a los medios por los cuales estos beneficios serían disfrutados por ellos.”
10
9
quien unilateralmente dicta los términos del acuerdo.
2. Tienen estipulaciones y sanciones: Es decir, cada pacto en la Escritura
está conformado por regulaciones que Dios le da a los hombres por
medio de las cuales les ordena hacer ciertas cosas, y también contienen
sanciones, promesas o amenazas para el hombre que cumple o no con
lo establecido por el Señor. [Esto es evidente en todos los pactos en
la Biblia: Opera, Salutis, Gratis]
3. Existe una relación entre las estipulaciones y las sanciones: Es decir,
existe una relación entre lo que el hombre debe hacer y las bendiciones
de Dios para él. Y esto, como veremos cuando estudiemos los
diferentes pactos, es vital en la teología federal.
4. Son permanentes: Cuando Dios hace un pacto con la criatura cada
elemento del pacto debe ser perfectamente satisfecho mediante el
perfecto cumplimiento de las estipulaciones del pacto, de otro modo el
pacto continúa vigente (i.e. Vigencia del pacto de obras).
Características
Relación: Dios no le dice a Israel que deben obedecer con el fin de obtener
vida eterna. La ley les fue dada porque Dios los había rescatado de Egipto
10
Características
3. Nuevo Pacto (Hebreos 10: 15-22): Según la Biblia éste era un pacto muy
diferente; uno que no podría ser quebrantado a diferencia del mosaico
(Jeremías 31: 31-33; Ezequiel 36: 22-32).
Características
Lo que veremos es que cada pacto desde la caída de Adán expresa el principio
divino de salvación por gracia, no por obras, particularmente para Su pueblo.
El camino de salvación, por lo tanto, siempre ha sido el mismo en todos.
V. Cabeza Federal
11
Adán, como veremos, fue la cabeza federal del pacto Adánico; Abraham, la
cabeza del pacto Abrahámico; David la del pacto Davídico; y Jesús, el
representante del Nuevo Pacto.
Lo que debemos saber en este momento es que Dios siempre establece Sus
pactos con una cabeza federal determinada por Él mismo. Adán fue el
representante de la humanidad porque así lo quiso Dios; lo mismo Abraham,
Noé, etc.
Por ejemplo, todos los hombres estamos bajo el pacto de obras simplemente
por el hecho de que Adán al ser nuestro primer padre actuó, por la voluntad
de Dios, como nuestro representante. Eso nos hace miembros del pacto de
obras y receptores de sus sanciones.
12
La Hermenéutica de nuestra Teología Federal
Y la teología federal, como hemos dicho, tiene que ver con el estudio de esos
pactos que Dios ha hecho con los hombres a lo largo de la historia humana y
que nos han sido revelados a nosotros en las Escrituras.
No tiene que ver con el estudio de todos los pactos bíblicos, sino de los pactos
divinos. Es decir, la teología pactual no tiene que ver con el estudio de los
pactos entre los hombres en la historia bíblica. Sin embargo, la comprensión
de estos arreglos es importante para el correcto entendimiento federal.
La Biblia declara que todo lo que Dios ha hecho desde la eternidad ha tenido
el único y más grande propósito de glorificarle a Él, el ser más supremo del
universo.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios,” dice el Salmo 19. La formación del pueblo
de Israel, declara el Señor en Isaías 43:7, fue para la gloria de Dios. La
destrucción de faraón y los egipcios fue para glorificarse a Sí mismo, como
hemos visto con el pastor Eric, demostrándole a los hombres que no hay otro
13
dios más que Él. Y nuestra propia salvación, dice Pablo a la iglesia en Roma,
fue para “hacer notorias las riquezas de Su gloria.” 11
El universo no llegó a existir por casualidad. Dios no creó todas las cosas por
capricho. La Biblia nos declara que Dios tenía un propósito. Dios, afirma la
Biblia, creó el universo con el fin de glorificarse a Sí mismo en la salvación de
pecadores.
Es decir, la lectura bíblica nos debe demostrar que Dios planificó toda la
creación para salvar pecadores para Su gloria; y que Él ha llevado a cabo o ha
estado desarrollando este maravilloso plan de redención progresivamente a lo
largo de la historia de la humanidad. Y lo que sostiene ese plan de salvación,
lo que lo une y le da forma, son esos pactos divinos.
Entonces, es por ello que el día de hoy vamos a estudiar los principios
hermenéuticos o de interpretación necesarios para tener un correcto
entendimiento de la teología federal. Y vamos también a ver como difieren
algunos sistemas teológicos de nosotros, especíicamente por su inconsistencia
al aplicar esos principios hermenéuticos básicos.
Los reformadores, entonces, lucharon no sólo para que las personas tuvieran
acceso a la Biblia, sino que también se dedicaron a estudiarla y a enseñar los
11Romanos 9:23
12Durante la Edad Media, por ejemplo, la Biblia se encontraba traducida y era predicada en latín, a pesar de
que la gran mayoría de las personas que asistían a las Iglesias no entendían el idioma.
14
principios fundamentales para que todos los hombres, no sólo los sacerdotes
como era la creencia Católico Romana, pudieran estudiarla y entenderla.
Ahora, esto parece obvio, pero no lo es. Existen sistemas teológicos como la
Teología del Nuevo Pacto, por ejemplo, que a pesar de que creen que el
Antiguo Testamento es la palabra inspirada por Dios, argumentan que el
15
Antiguo Testamento no es para el creyente del nuevo pacto. Por ejemplo,
después de hacer la lista de los libros que son inspirados, tanto del Antiguo
como del Nuevo Testamento, nuestra confesión dice,
“La autoridad de las Santas Escrituras,; por la que ellas deben ser creidas y
obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente del
de Dios (quien en si mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas porque
son la palabra de Dios.” 13
Por ejemplo, Booz le dice a Rut, “Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea
cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.” 14
Debemos entender, entonces, que Dios tiene alas? No! La interpretación
literal no implica que debemos tomar las palabras de Booz así, sino que
debemos interpretarlas como lo que son: una metáfora.
Porqué sabemos que es una metáfora? Porque la misma Escritura afirma que
Dios es espíritu. 15
Pero, además, la Biblia debe ser interpretada gramáticamente según las lenguas
originales en las que fue escrita; e históricamente, es decir, prestando atención
al contexto histórico en el que fue escrito un texto particular. Para ello es
importante entender las costumbres, el lenguaje, etc, antes de aplicar la
enseñanza bíblica a nuestras vidas.
Y a pesar de que muchos estamos de acuerdo con este principio existen, por
ejemplo, los dispensacionalistas con su entendimiento doble de ciertas
profecías bíblicas, uno carnal y otro espiritual, como veremos.
13 CBL 1. 4
14 Rut 2:12
15 Juan 4:24
16
Es decir, si tenemos dudas sobre el correcto entendimiento de un pasaje de la
Biblia debemos estudiar si la Biblia misma enseña algo al respecto en otro
lugar. Si esto es así, entonces, debe ser la Biblia la que interprete ese pasaje y
no permitir que nuestras tradiciones humanas guíen nuestra interpretación.
Es por ello que los Bautistas Particulares del siglo XVII redactaron en el
primer capítulo de nuestra confesión lo siguiente,
“La regla infalible para interpretar la; Biblia, es la Biblia misma, y por tanto,
cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera
(cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por
otros pasajes que hablan con más claridad del asunto.” 16
El error ocurre, por ejemplo, entre los católicos romanos y su falsa doctrina
de la justificación por obras. La Iglesia Católico Romana afirma que el hombre
es justificado por fe y por obras. Es más, el concilio de Trento anatemizó a
todos los protestantes afirmando,
“Si alguien dice, que sólo por la fe el impío es justificado; queriendo decir, que nada
más es requerido para co-operar para obtener la gracia de la Justificación, y que no es
necesario que él se prepara y disponga por el movimiento de su propia voluntad; sea
anatema.” 17
Y uno de los pasajes usados por los católicos para justificar esta doctrina es
Santiago 2. Pero, si estamos estudiando la doctrina de la justificación, es
prudente ir a un pasaje que tiene que ver con la fe y no con la justificación?
De qué está hablando Santiago en el capítulo 2 de su carta? De la fe o de la
justificación? De la fe.
4. La perspicuidad de las Escrituras. Esto quiere decir que las Escrituras son
suficientemente claras en los temas esenciales para la fe y la práctica
necesarios para la vida del creyente. El Salmo 119:130 dice,
17
Es por ello que nuestra confesión afirma en el capítulo 1, párrafo 7,
18 Augustine. Anti-Pelagian Writings. Capítulo 27. XV. http://www.ccel.org/ccel/schaff/npnf105.xi.xxx.html
18
7. La finalidad y claridad del Nuevo Testamento. Además, es necesario
comprender que una correcta interpretación de la Biblia implica ver al Nuevo
Testamento como la más clara y la final revelación de Dios.
Es decir, el Nuevo Testamento debe ser entendido como más claro que el
Antiguo por la razón de que el Nuevo es el que interpreta los tipos y las
sombras del Antiguo Testamento.
Para los reformadores este principio excluía que se hiciera del AT la autoridad
final en cuanto a su propia interpretación. No es sano, entonces, fue el
argumento de la Reforma hacer inferencias del AT y aplicarlas a la iglesia del
nuevo pacto.
19 Louis Berkhof. Principios de Interpretación Bíblica. Página 127
20 Lorraine Boettner. Roman Catholicism. Página 48
19
Los presbiterianos y bautistas aplicando consistentemente este principio
entendieron que los elementos en la adoración a Dios que debían ser
practicados por las iglesias eran exclusivamente aquellos que habían sido
expresamente prescritos por Dios para la Iglesia: la predicación, oración,
escuchar la Palabra de Dios, la enseñanza y la admonición por medio de
salmos, himnos y cánticos espirituales, así como la adecuada administración de
las ordenanzas (Cena del Señor y bautismo).
Por ejemplo, su error en cuanto al uso de este principio los lleva a enseñar la
venida de un futuro reino milenial en donde los judíos reinarán, se re-edificará
el templo y se reinstaurarán los sacrificios del Antiguo Testamento. Y no
permiten que el Nuevo Testamento hable cuando afirma que esas profecías
fueron cumplidas en Cristo quien entró a un tabernáculo mucho mejor, no
hecho con manos, para ofrecer Su sacrificio y abrogar la necesidad de algún
otro (Hebreos 9).
21 David Kingdon. Children of Abraham. Página 48
22 Ver Hebreos 8-10.
20
La correcta interpretación tipológica de la Biblia pone la prioridad en el
Nuevo Testamento como el intérprete final del Antiguo Testamento, en lugar
de hacer del Antiguo su propio intérprete de su cumplimiento en el Nuevo
Testamento.
En la Inglaterra de los siglos XVI y XVII muchos dentro del clero de la Iglesia
Anglicana viendo la terrible situación en la que se encontraba la iglesia
buscaron ser fieles a estos principios de interpretación de la Escritura que
habían sido pulidos durante la Reforma Protestante.
Y fue intentando tener una doctrina consistente con la Biblia que tuvieron que
separarse de la Iglesia Anglicana. Y de ese movimiento separatista puritano del
siglo XVII surgieron los Bautistas Particulares.
21
Los Bautistas particulares consideraron que su aplicación de esos principios
hermenéuticos era muchísimo más consistente que la de sus hermanos
presbiterianos o congregacionalistas. Ellos estaban convencidos que su
manera de abordar la Escritura era más fiel a esos principios de interpretación
y por lo tanto siempre se consideraron hijos de la Reforma.
Sin embargo, a pesar de que este nombre –Bautista Reformado- le fue dado a
iglesias bautistas calvinistas aparentemente en la década de los 50’s por los
mismos presbiterianos del Seminario Teológico de Westminster en Estados
Unidos, creemos que ese nombre no es una mala representación para lo que
creemos y para lo que somos.
1. Inconsistencia presbiteriana:
“El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia
gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está expresamente expuesto en las
Escrituras, o se puede deducir de ellas por buena y necesaria consecuencia, y, a esta
revelación de su voluntad, nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu,
ni por las tradiciones de los hombres.” 23
23 Confesión de Fe de Westminster. Capítulo 1, párrafo 6.
22
Por ejemplo, escuchen lo que escribió Benjamín Warfield, un presbiteriano, en
uno de sus libros de teología con respecto al bautismo de infantes,
“Si tal garantía como esta fuera necesaria para justificar el uso que debemos tener
deberíamos dejarla incompletamente justificada. Pero la carencia de este expreso
mandamiento es algo tan lejano para prohibir el rito; y si la continuidad de la Iglesia
a lo largo de los siglos puede ser hecha buena, la orden para el bautismo de infantes no
debe ser buscado en el Nuevo Testamento sino en el Antiguo Testamento cuando la
iglesia fue instituida, y nada menos que una prohibición real de esto en el Nuevo
Testamento nos obligaría a omitirlo ahora.” 24
“Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria; y
para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o
implícitamente revelado en las Escrituras y, a esta revelación de su voluntad, nada
será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los
hombres.” 25
Si los hijos de los israelitas del Antiguo Pacto, receptores del pacto
Abrahámico, podían comer de la Pascua sólo por ser circuncidados, entonces,
24 B. B. Warfield. Studies in Theology. Página 399-400
25 Confesión Bautista de Londres de 1689. Capítulo 1, párrafo 6.
23
no deberían ser los presbiterianos más consistentes y admitir a la Cena del
Señor a sus hijos?
Bueno, Berkhof afirma que esto no debe ser así porque los niños no cumplen
con los requerimientos dados por el Nuevo Testamento para una
participación digna de la Cena: fe y la capacidad de realizarse un auto-examen.
26
26 Louis Berkhof. Systematic Theology. Página 656
24
Los Pactos Bíblicos
Y digo que es triste porque aún los bautistas generales del siglo XVII, aquellos
que creían en la doctrina de la expiación general de Cristo, entre otras cosas (es
decir, que creían que Cristo había muerto en la cruz para expiar los pecados de toda la
humanidad –de ahí su nombre “generales”), eran federalistas.
Pero, no cabe duda que nuestra confesión prueba sin lugar a dudas que
nuestros antepasados y nosotros tenemos un entendimiento pactual de la
Biblia.
Pero la realidad es que todos los pactos de Dios con los hombres que
encontramos en la Biblia están relacionados entre sí por esa única promesa de
salvación. Y es así, como veremos, que nuestros antepasados estuvieron en
línea, por así decirlo, con el pensamiento de los reformadores.
El pacto con Noé, por ejemplo, fue dado como el marco por el cual la
creación entera sería preservada por gracia hasta el cumplimiento de la
promesa hecha a Adán y Eva en el jardín del Edén.
El pacto Abrahámico fue dado para dar origen al pueblo del cual vendría ese
Redentor. El pacto Mosaico le otorgaba a ese pueblo las leyes para
establecerse como una nación y se le promete un rey, un profeta y un
25
sacerdote como ningún otro en Israel.
Es decir, lo que la Biblia nos muestra, como hemos dicho hasta ahora, es una
revelación progresiva de Dios para con Su pueblo por medio de pactos. Es
así como lo entendieron los Bautistas Particulares en el siglo XVII y es como
nosotros entendemos la enseñanza de la Biblia.
Pactos Bíblicos
Los reformadores les llamaron a estos tres pactos: el Pactum Salutis; el Pactum
ad Opera; y el Pactum Gratis. 27
27 Del latín: Pacto de la Redención; Pacto de Obras; y Pacto de Gracia.
26
Ahora, debemos tener claro que en ningún lugar la Biblia usa estos términos
(i. e Pacto de Gracia; o Pacto de Redención, o Pacto de Obras). Sin embargo,
el hecho de que no se encuentren en las Escrituras no quiere decir que su
enseñanza no esté presente en ella.
Bueno, lo mismo ocurre con la teología federal y con los diferentes pactos que
vemos en las Escrituras. El hecho de que la Biblia no emplee esos términos
no quita el hecho de que ella hable acerca de ellos.
“El pacto de Dios [el pacto de gracia] es revelado en el evangelio; en primer lugar a
Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer, y luego, paso a
paso hasta la entera revelación de salvación en el Nuevo Testamento. La salvación de
los elegidos esta basada en un pacto de redención que fue trazado en la eternidad entre
Dios Padre e Hijo, y es únicamente a través de la gracia dada en este pacto que todos
los descendientes del Adán caído, quienes han sido salvados, han obtenido vida e
inmortalidad bendita, pues los términos de bendición que aplicaban a Adán en su
estado de inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles aceptables ante
27
Dios.” 28
Y en este pacto, como bien lo aclara Blackburn, 29 el Padre requirió del Hijo
dos cosas:
A. La Base Bíblica
Ahora, todo esto no tendría validez si no es apoyado por las Escrituras. Pero,
28 CBL 1689. Capítulo 7. 3
29 Earl Blackburn. Covenant Theology. A Baptist Distinctive. Página 29
30 Ibid. Página 30
28
nuestra confianza es que el estudio de la Biblia demuestra todo lo que hemos
dicho respecto al Pacto de la Redención.
“Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amarías; porque yo de Dios he salido, y
he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió.” Juan 8: 42
“Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio
para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre
me ha enviado.” Juan 5: 36
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que
me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me
diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” Juan 6: 38-39
Entonces, lo primero que debemos notar de estos pasajes es que Jesús afirmó
que Él fue “enviado” para hacer algo. Este envío se dio en el cielo, pues afirmó
que había descendido del cielo, y fue voluntario. Sin embargo, fue el Padre
quien lo envió.
Ahora, si el Hijo vino de Su propia voluntad, pero fue enviado por el Padre,
esto implica que hubo un acuerdo entre ambos para llevar esto a cabo. Cierto?
Además, para completar esta obra de salvación el Espíritu Santo viene sobre
el Hijo en Su bautismo para darle poder con el fin de que pueda llevar a cabo
Su obra para lo que fue enviado por el Padre. Además, el Padre y el Hijo
envían al Espíritu Santo para continuar la obra de Cristo de llevar Su nombre
hasta lo último de la tierra.
El Espíritu Santo no fue forzado a hacer esto, sino que fue algo voluntario, y
por lo tanto demuestra ese arreglo intra-trinitario.
Segundo, este arreglo garantizó ciertas cosas. Por medio del rey David Dios
dijo,
“No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado
por mi santidad, y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, y su trono
como el sol delante de mí. Como la luna será firme para siempre, y como un testigo fiel
29
en el cielo.” Salmo 89: 34-37
“Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies…Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.” Salmo 110: 1,4
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras
en Su boca, y Él les hablará de todo lo que yo le mandare.” Deuteronomio 18:18
“El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía,
sino del Padre que me envió.” Juan 14: 24
“Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a Mí.” Lucas 22:29
El término que usa el Señor allí y que se traduce como asignar es el término
griego diatithemi, verbo relacionado con el sustantivo diatheke que significa
“pacto.” Jesús estaba afirmando que Dios el Padre le había pactado un reino a
Él.
Tercero, este pacto fue hecho en la eternidad, antes de que el tiempo fuese.
Por ejemplo, el Nuevo Testamento declara lo siguiente,
“sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado
en los postreros tiempos por amor de vosotros.” 1 Pedro 1: 19-20
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes
de la fundación del mundo.” Efesios 1: 3-4
30
Y Juan confirma finalmente esta verdad en Apocalipsis,
Literalmente, “desde antes de la fundación del mundo,” que no es otra cosa, como
vimos, que la eternidad, Cristo fue inmolado como el cordero de Dios para
salvar pecadores.
Entonces, la evidencia bíblica es clara para afirmar este pacto divino, el cual,
como dijimos al principio, es el fundamento para todo lo que Dios ha hecho
en el espacio y el tiempo. Es el pacto que le da sentido y del cual fluyen todos
los demás.
31Micah and Samuel Renihan. Reformed Baptist Covenant Theology and Biblical Theology. Página 1.
https://thelogcollege.files.wordpress.com/2012/11/rb-cov-theo-renihans.pdf
31
Se le ha llamado de diversas maneras: el pacto de la naturaleza; pacto de la
vida; pacto de la creación; pacto edénico o pacto adánico. Sin embargo, no fue
sino hasta finales del siglo XVI que se le dio formalmente el nombre del Pacto
de Obras. 32
“si un hombre falla en entender correctamente este pacto, él queda desorientado en todo
el estudio a fondo de aquella verdad que más le concierne conocer. Por lo tanto es
necesario que observemos con diligencia lo que el Espíritu Santo nos ha dejado
registrado para nuestra instrucción con respecto a este tema.” 33
A. La Base Histórica
Ireneo (c. 125-200 d.C), por ejemplo, uno de los padres de la Iglesia, afirmó lo
siguiente,
“Por esta razón cuatro pactos fueron dados a la raza humana, uno previo al diluvio,
bajo Adán; el segundo, posterior al diluvio, bajo Noé; el tercero, dando la ley, bajo
Moisés, y el cuarto, aquel que renueva al hombre, y reúne todas las cosas en él mismo
por medio del Evangeio, levantando y cargando hombres sobre sus alas hacia el reino
32 Este es el argumento de Pascal Denault en su obra, “The Distinctiveness of Baptist Covenant Theology.” Página 27
33 Nehemiah Coxe. Covenant Theology. From Adam to Christ. Página 42
34 Entre los opositores de este pacto se encuentra la Teología del Nuevo Pacto
32
celestial.” 35
Agustín de Hipona (c. 354-430 d.C), otro de los padres de la Iglesia, en una de
sus obras más famosas, “Ciudad de Dios,” hablando de los infantes dijo,
“aún todos los infantes, no personalmente en su propia vida, sino de acuerdo al común
origen de la raza humana, han quebrantado el pacto de Dios en aquel en quien
pecaron (Romanos 5:12,19)…Pues el primer pacto, que fue hecho con el primer
hombre, es justamente este: “En el día que de él comieres, ciertamente morirás.” 36
B. Definición
Ahora, a qué nos referimos con el “pacto de obras”? Bueno, nos referimos al
primer pacto hecho soberanamente por Dios con Adán en el cual Él probaría
su obediencia, no sólo a la ley que escribió en su corazón, sino a un
mandamiento positivo por el cual le ordenó no comer del fruto del árbol de la
ciencia del bien y del mal.
Adán entró a este pacto de una manera doble: como individuo, y como el
representante de su posteridad.
“Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre, varón y
hembra, con alma racional e inmortal, y en toda manera posible les preparó para una
vida en armonía con él. Fueron creados a su imagen, dotados de conocimiento, justicia
y santidad verdadera, teniendo la ley de Dios escrita en su corazón, y dotados del
35 Ireneo. Against Heresies. Libro III, XI, 8. http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf01.ix.iv.xii.html
36 Agustín. Ciudad de Dios. Libro XVI, capítulo 27. http://www.ccel.org/ccel/schaff/npnf102.iv.XVI.27.html
37 Génesis 2:17
33
poder de cumplirla; sin embargo, había la posibilidad de que la quebrantaran dejados
a la libertad de su voluntad que era mudable.” 38
Como criatura perfecta y santa tenía la posibilidad de andar con Dios, hablar y
aprender cada día más de Él. Ciertamente Dios le ha de haber dicho muchas
más cosas a Adán de lo que tenemos registrado en Génesis. Le ha de haber
contado, después de que lo hiciera despertar, como fue que creó a la mujer.
Por ese conocimiento fue que Adán le puso por nombre “Varona,” porque
ella era “hueso de mis huesos y carne de mi carne.” 39
38 CBL 1689. Capítulo IV, 2
39 Génesis 2:23
34
acusándola de ser algo injusto. “Porqué yo,” es su argumento, “voy a ser culpado
por lo que hizo otra persona?” Su argumento es que ellos hubieran hecho diferente
de haber estado en el jardín.
Ahora, esta ley que Dios le dio a Adán para probarlo, como dijimos hace unos
momentos, no fue sólo Su ley moral –los Diez Mandamientos- sino que fue
también un mandamiento positivo,
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás.” 40
Este era el mandamiento por el cual Adán sería probado para ver, si dejado a
su propia y hasta ese momento perfecta, santa, y mutable voluntad, obedecía o
no; para ver si obtendría la bendición o la condena.
Obedecer significaría obtener una mejor vida de la que ya tenía. “El hombre,”
escribió Nehemías Coxe, “era capaz y fue hecho para un grado mayor de felicidad de la
que gozaba inmediatamente.” 41
Lo que debemos reconocer es que Edén no era la meta para el hombre. Edén
era el lugar donde él sería probado. La meta era la vida eterna gozándose en
Dios. Pero, esto dependería de su obediencia al mandamiento de su Creador.
Más simplemente lo podemos definir como “una palabra visible.” Es decir, las
palabras y el lenguaje fueron hechos para ser escuchados. Luego se crearon los
símbolos para que esas palabras pudieran ser visualizadas. [Ejemplo usando
40 Génesis 2:16-17
41 Ibid. Página 47
42 Francis Turretin, Institutes of Elenctic Theology. 3:338.
35
la palabra “perro”]
“Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré de pacto perpetuo entre Dios y
todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.”
1. El Paraíso o el Huerto de Edén: Este fue un huerto, que como dice Génesis
2: 8, Dios plantó. Y después de haberlo creado Dios puso allí a Adán. Era ahí
donde Dios se reunía ocasionalmente con él y donde también tenía comunión
con él. Y Dios lo puso allí para que lo labrara y lo cuidara. 44
2. El árbol de la vida: En medio del huerto también fue puesto por Dios el
árbol d la vida. Dice Génesis 2:9, “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol
delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto.”
Este árbol servía como la palabra visible de la promesa de la vida eterna para
Adán si obedecía el mandamiento de Dios. Entendiéndolo prospectivamente
significaba al Hijo de Dios, la fuente de vida, puesto como Cristo, en el centro
del huerto, como Cristo es el centro de la salvación.
36
por Dios para él y su posteridad si obedecía.
3. El árbol de la ciencia del bien y del mal: Este árbol servía como la palabra
visible de la maldición por la desobediencia al mandato de Dios. Debemos
reconocer que ni el árbol en sí ni su fruto eran malos.
De hecho, la Biblia afirma que Dios vio todo lo que había creado, incluyendo
el árbol de la ciencia del bien y del mal, y dijo, “es bueno.” 45 El árbol, entonces,
no era malo. Simplemente en Su soberanía y sabiduría Dios decidió hacer de
ese árbol el sacramento por el cual le recordaría al hombre de lo que vendría
sobre él y su descendencia si desobedecía a Dios.
D. La Base Bíblica
“8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que
había formado. 9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista,
y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la
ciencia del bien y del mal. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
45 Génesis 1:31
37
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
Como dijimos, este no era en sí malo; pero lo fue porque Dios así lo quiso
hacer en la prohibición que le dio a Adán.
Y como un pacto no sólo había sido dado soberanamente por Dios, sino que
contenía promesas y sanciones. La sanción era la muerte y la promesa era la
vida eterna. Si Adán obedecía tendría como recompensa el poder comer del
árbol de la vida y así tener una comunión con Dios eterna y perpetua.
“Mas ellos, cual Adán46, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.”
Oseas admite, entonces, que Israel transgredió un pacto al igual que lo hizo
Adán.
Tercero, en ese pacto Adán no sólo actuó como individuo, pues él mismo
murió, sino que actuó como representante de toda su descendencia. El
apóstol Pablo afirma esta verdad cuando le dice a la Iglesia en Roma,
“12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues
antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de
pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no
pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de
venir.” 47
46 LBLA lo traduce, “Pero ellos, como Adán, han transgredido el pacto…”
47 Romanos 5: 12-14
38
Cuarto, la Biblia declara la realidad de esos sacramentos del pacto de obras.
En Génesis 3: 22-24 leemos lo siguiente,
“22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien
y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase
la tierra de que fue tomado. 24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del
huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados,
para guardar el camino del árbol de la vida.”
El hecho de que Dios lo echara del jardín y pusiera querubines con espadas de
fuego para que el hombre no pudiera tener acceso al árbol de la vida prueba
que este árbol servía como sacramento de las promesas que ahora había
perdido por su desobediencia.
La otra prueba de que ese árbol era un sacramento del pacto de obras lo
tenemos en la manera en la que el Nuevo Testamento hace alusión a ese árbol.
En Apocalipsis 2: 7 el apóstol Juan escribe las palabras del Señor cuando dijo,
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré
a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
Este árbol era un sacramento para recordar la seguridad de vida eterna que
obtendría Adán si cumplía las estipulaciones del pacto de obras, pero Cristo lo
usa como analogía del regalo que Él le daría a los fieles en los términos de
otro pacto.
Y con ese fin Dios le dio a Adán un mandamiento positivo: “mas del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás.” 48
48 Génesis 2:17
39
desobediencia a este mandamiento específico. Inmediatamente después de
haberle dado esa orden, el Señor le dijo: “porque el día que de él comieres,
[muriendo] ciertamente morirás.” 49
Ahí, había sido puesto por Dios con el fin de tener comunión con Él, de
reunirse con Él, ser instruido por Él, y para gozarse en Él. Sin embargo, esto
lo hacía ocasionalmente sólo cuando Dios venía a él. El resto del tiempo Adán
lo dedicaría, como leímos la semana pasada, a labrar y cuidar el jardín. 50
Es decir, lo que el pacto de obras nos enseña es que Adán iba a trabajar por
un premio, por una bendición, la cual era la vida eterna. No nos enseña, como
objetan algunos, que Adán debía trabajar para ganarse el amor de Dios. Dios
le amaba incondicionalmente. Adán era su hijo, era el representante de Su
imagen. El amor de Dios era un hecho para Adán.
40
premiarlo con la vida eterna.
El concepto es similar al padre que desea que su hijo, a quien ama, aprecie su
educación en una buena universidad y le dice que él le ayudará a pagar sus
estudios con la condición que él también trabaje para pagar la otra parte de
ellos.
Si el hijo trabaja, el padre pagará parte de sus estudios y obtendrá una buena
educación, un buen trabajo, un buen salario, y podrá tener una vida mucho
mejor. Si, por el contrario, el hijo se rehúsa a trabajar, el padre no pagará parte
de sus estudios, no irá a esa buena universidad, no obtendrá un buen trabajo y
tendrá una vida más complicada.
Pero, en ese pacto, como dijimos la semana pasada, Adán no sólo actuó en su
nombre, sino que actuó como representante de su posteridad, como leímos y
51 Nehemías Coxe. Covenant Theology. From Adam to Christ. Página 49
41
como veremos más adelante también en Romanos capítulo 5.
F. La Constitución de Adán
Es decir, Adán fue creado perfecto. Cuando Dios lo creó no había mancha
en él, no había ni un solo pecado en su corazón. Él era santo y justo.
La Biblia afirma que sin santidad “nadie verá al Señor,” 55y el primer hombre
hablaba cara a cara con Él, demostrando que antes de su caída Adán era
perfectamente santo.
Además, Proverbios 15:29 declara que “Jehová está lejos de los impíos.” El impío
no es otra cosa que el opuesto al santo y al justo. Mas lo que leemos en los
primeros dos capítulos de Génesis es que Dios tenía comunión con Adán y
que estaba, por el contrario, cerca de él.
Porqué? Bueno, porque Dios vio al hombre que había creado perfecto, santo
y justo. Adán no tenía mancha alguna en él. Y Dios se gozo al ver lo que había
creado.
42
desde niños que robar es pecado; que desobedecer a nuestros padres está mal;
que matar merece un castigo. Y lo sabemos, afirma Pablo, porque esto es algo
que tenemos por naturaleza: le ley de Dios escrita en nuestros corazones.
Porqué? Porque tenemos un común denominador: Adán.
“él fue dotado con aquel poder y rectitud de la naturaleza para no haber pecado ni
muerto nunca.” 58
Ahora, sólo para hacer una breve aclaración. Adán, como todos nosotros,
poseía un libre albedrío. Nosotros como bautistas reformados creemos que el
hombre tiene un libre albedrío. Los que digan que el calvinismo niega que los
hombres posean una voluntad y que son como “robots” no sabe nada de lo que
creemos y está hablando mentiras.
Sin embargo, debemos notar dos cosas sumamente importantes: primero, esa
libertad en la voluntad del primer hombre no le hacía libre de Dios. Es decir,
Dios continuaba siendo el Rey soberano; Sus decretos son los que gobiernan
el universo incluyendo la voluntad de este hombre perfecto. Adán no podía
58 Nehemías Coxe. Covenant Theology. From Adam to Christ. Página 50
59 Esto es lo que los reformadores llamaron non posse pecare, non posse mori y posse non pecare, posse non mori
60 CBL 1689. Capítulo IV, párrafo 2
43
nunca ser libre de Dios.
Si Adán hubiese sido libre de Dios, Dios hubiera dejado de ser Dios. Nada ni
nadie puede ser libre de Dios. Él es quien gobierna y “hace según Su voluntad en
el ejército del cielo y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga Su mano y le diga:
¿Qué haces?” 61Ni siquiera este perfecto Adán.
Ciertamente es difícil entender como es que esto puede ocurrir, pero es lo que
la Biblia enseña y por lo tanto es lo que debemos creer.
Algo que nos es extraño a todos los que por naturaleza descendemos de él.
Ahora, ese era Adán como Dios lo había creado. Pero que fue lo que sucedió
cuando fue probado por Dios en el pacto de obras? Leamos Génesis 3: 1-6,
61Daniel 4:35
62Lo que dice esta doctrina es que si el hombre ha de actuar, Dios ha de actuar. Si Dios actúa, entonces el
hombre actúa. C. Mathew McMahon. Covenant Theology made easy
44
“1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová
Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles
del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo
Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente
dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer
que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella.”
Lo que tenemos aquí es la narración del evento más trágico en la historia del
mundo. Habiendo sido creado perfecto y dejado a la libertad de su propia
voluntad para ser probado por Dios, Génesis 3 nos enseña que el hombre
decidió dejarse engañar por la serpiente y transgredir el mandamiento que Dios
le había dado.
Con su pecado Adán desechó el pacto hecho con Dios. Desechó el premio
que su Creador se había comprometido a darle. Su desobediencia implicó no
sólo perder el derecho a la vida eterna, sino que también cayó inmediatamente
bajo la condenación de Dios y bajo el poder del pecado. “Su transgresión,”
escribió Nehemías Coxe, “fue la total apostasía de Dios,” y más adelante escribió,
“y ahora en lugar de esa justicia original con la que fue adornado, no había nada en
él sino la abominable suciedad y horrida deformidad. Su mente fue cubierta, aún
poseída de la oscuridad infernal. El odio a Dios reinaba en su corazón y sus afectos
no eran más sujetos a la razón sino que se convirtieron en viles y rebeldes.” 63
Adán creyó la mentira de la serpiente. Pensó que iba a ser como Dios, que
lograría independizarse de Él. Pero, cuando comió del fruto del árbol
prohibido sus ojos fueron abiertos a la realidad. Y supo que Dios era Dios y
que él, por el contrario, era una criatura. Y ahora una criatura que se había
rebelado contra su Creador.
“7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos;
entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de
Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová
Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el
huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” 64
63 Nehemías Coxe. Covenant Theology. From Adam to Christ. Página 51
64 Génesis 3: 7-10
45
Adán estaba ahora bajo la condena de la ley por haber transgredido el pacto
de obras hecho con Dios. Dios vino al huerto, no como un ignorante –Él es
el Dios omnisapiente- sino como el Juez del universo dispuesto a castigar a
una criatura rebelde.
Una criatura que ahora odiaba a Dios, que no quería estar en Su presencia,
que prefería estar a solas en la oscuridad que con el Dios tres veces santo; una
criatura con una voluntad esclava al pecado, que en lugar de decir la verdad
admitiendo su pecado, prefirió culpar a Dios por su miseria.
“11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de
que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer:
¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.” 65
Así fue como Adán quebrantó, transgredió, o violó el pacto de obras. Así fue
como se rebeló contra su Dios.
G. El Resultado de la Caída
Adán se dio cuenta que Dios cumple Su palabra. Y que Él castiga al pecador, a
todo aquel que peca contra Su gloria y Su bondad. Y fue la muerte lo que
recibió.
Como lució, entonces, esa muerte por causa de su transgresión de ese primer
pacto.
Tener vida espiritual significa tener comunión con Dios. Tener vida espiritual
significa tener la capacidad de gozarse en y de obedecer la ley de Dios.
Pero, por su pecado lo que Adán obtuvo fue la muerte espiritual. Y esto es
65 Génesis 3: 11-13
46
evidente en su deseo de separarse vivir separado de Dios. Es también evidente
en su mentira y en su deseo de culpar a Dios por su pecado. Y es evidente en
la expulsión de Dios del jardín del Edén. Dios estaba expulsando a un rebelde
de Su presencia.
“Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una
espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de
la vida.”
La realidad es que el árbol no tenía un poder místico que le daría la vida eterna
a Adán. Era un árbol con un fruto. Dios era quien le podía dar la vida eterna a
nuestro padre Adán. Sólo Dios podía hacerlo.
En su condición actual Adán no podía hacer nada para obtener la vida eterna.
Cuando era perfecto tenía esa posibilidad, pero ahora, muerto espiritualmente,
corrompido por el pecado, le era imposible. El camino a Dios por las obras le
traería a Adán solamente la muerte.
Como decía un pastor, “intentar entrar al Edén por sus propios medios haría que los
querubines lo hicieran pedazos.” 66
66 Pastor Samuel Renihan en Twitter: https://twitter.com/sujetosalaroca/status/551155905174441984
47
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,”
escribió Pablo en Romanos 5:12. En su condición original Adán no debía
haber muerto. Como criatura perfecta no tendría porque morir. No había
razón para ello.
“12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues
antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de
pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no
pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de
venir.”
“17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en
vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la
justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los
muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así
como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida
eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.”
Entonces, con su pecado Adán nos trajo la muerte. El hecho de que todos
nosotros muramos prueba, no sólo que somos descendientes de Adán, pero
también que somos pecadores, pues si no lo fuésemos no tendríamos razón
para morir, pues Pablo afirmó en Romanos 5:12 que la muerte entró por el
pecado.
48
Si usted muere es prueba de que usted es hijo de Adán y que usted es un
pecador.
Pero, también su pecado nos trajo la muerte espiritual. Como Adán todos
nosotros estamos corrompidos por el pecado y lo mismo que hizo Adán es lo
que hacemos nosotros; en quien se convirtió Adán, es lo que somos nosotros
por naturaleza,
“9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya
hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10 Como está
escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, no hay quien busque a
Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.” 67
“Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que
nacieron.” 69 [Se ha preguntado usted porque mienten sus hijos?]
“1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y
éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” 70
“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres”
71
67 Romanos 3: 9-12
68 1 Reyes 8:46
69 Salmos 58:3
70 Efesios 2:1-3
71 Romanos 5:18
49
“19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los
hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia
voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de
los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está
con dolores de parto hasta ahora”
“Usted puede hacer esto o aquello para acercarse a Dios!” No! Usted, como Adán, no
puede hacer nada para acercarse a Dios. En Adán todos los hombres hemos
quebrantado el pacto de obras y por lo tanto todos estamos bajo la ira de
Dios, condenados al infierno. A menos que Dios haga algo.
50
III. Pactum Gratis: Pacto de Gracia
Adán había sido creado por Dios perfecto, santo y justo; había sido hecho a
Su imagen y semejanza, con el fin de ofrecerle por medio de un pacto de
obras la posibilidad de un futuro mejor.
Así, el Señor había pactado con el primer hombre darle la vida eterna si él
pasaba la prueba y obedecía el mandamiento de no comer del árbol de la
ciencia del bien y del mal. 72 Adán trabajaría para ganarse ese regalo de Dios.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también
a su marido, el cual comió así como ella.” 73
Fue así como Adán quebrantó el pacto de obras. Y cuando esto sucedió el
pecado de Adán cambió no sólo su relación con Dios, sino que también le
cambió a él.
1. Había roto su relación con Dios (ahora se escondía con temor de Él)
2. Lo había matado espiritualmente (buscaba echarle la culpa de su
transgresión a Dios)
3. Había roto su relación con su mujer (ya se avergonzaba en presencia de
ella)
4. Había roto su relación con la creación a la cual debía sojuzgar (la
creación ya no estaría sujeta a él).
72 Génesis 2:17
73 Génesis 3:6
51
Como dice nuestra confesión, Adán fue dado “a inexplicables miserias espirituales,
temporales y eternas.” 74
Por causa de su pecado la maldición de Dios llegó a él. Esto es lo que leemos
en Génesis 3: 16-19,
“16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con
dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol
de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y
comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
74 CBL 1689. Capítulo VI, Párrafo 3
75 Efesios 2:12
76 CBL 1689. Capítulo VI, Párrafo 4
52
revelación de salvación en el Nuevo Pacto.” 77
Sin embargo, la realidad bíblica es que luego de que Dios maldijera a Adán
nada cambió con respecto a la Ley y la responsabilidad del hombre de
obedecerla. Es decir, Dios requería del Adán muerto espiritualmente la
obediencia a Su ley.
“Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar
toda la ley.”
77 Ibid. Capítulo VII, Párrafo 3
53
continúa vigente para toda la descendencia de Adán. El argumento de Pablo
en la epístola a los Efesios es que todos los hombres por naturaleza están bajo
la ira de Dios. Porqué? Porque en Adán todos están bajo la condena del pacto
de obras.
Estando ese primer pacto vigente, todos los hombres lo han quebrantado en
Adán, quien como dijimos fuera nuestro representante, y lo continuamos
violando constantemente con nuestros propios pecados.
A pesar de que Dios no abolió este pacto, lo que sí abolió fue que el hombre
pudiera adquirir la vida eterna intentando obedecer la ley. En Su infinita
misericordia le plació a Dios no dejar al hombre en sus pecados. Es decir,
Dios no le siguió ofreciendo la vida eterna a los hombres si obedecían la Ley,
pues ahora les era imposible.
54
El pacto Adánico era, entonces, el mismo pacto de Gracia, igual que el pacto
Abrahámico, igual que el hecho con Moisés, y con David. Y aún más, era el
mismo pacto que fue hecho con el Señor Jesucristo.
“Por lo tanto, no hay dos pactos de gracia que difieran en sustancia, sino uno y el
mismo bajo varias dispensaciones.”
O el mismo William Ames, cuya teología sirvió como la base para la Primera
Confesión Bautista de Londres de 1644, quien escribió afirmando lo siguiente,
“El nuevo pacto es nuevo en relación con lo que existía desde el tiempo de Moisés y en
relación a la promesa hecha a los patriarcas. Pero no es nuevo en esencia sino en
forma…y por lo tanto viendo que ahí no apareció una diferencia integral, entre el
Nuevo Pacto y el Antiguo.” 80
78 CFW. Capítulo VII, Párrafo 5
79 Herman Witsius. The Economy of the Covenants. Página 411.
https://archive.org/stream/oeconomyofcovena01witsrich#page/410/mode/2up
80 William Ames. The Marrow of Theology. Capítulo XXXIX, Párrafo 4
55
Esta distinción entre la sustancia y la administración le permitió a los
pedobautistas afirmar la unidad del pacto de gracia sin negar las diferencias
entre los diversos pactos después de la caída; y también les sirvió para
justificar su enseñanza de una naturaleza mixta del pueblo de Dios, por medio
de la cual mezclaban en la membresía de la iglesia miembros regenerados y
otros no-regenerados. 81
Ese principio les permitió considerar a sus hijos como miembros del Pacto de
Gracia y les dio permiso para darles un lugar en la iglesia y recibir el sello,
antes, en el Antiguo Pacto la circuncisión, y ahora, según ellos, el bautismo.
“en parte por mi propia aversión a cualquier cosa que pareciera buscar la controversia
con aquellos que aman al Señor Jesús y que con sinceridad apoyan el interés
Protestante, a pesar de diferir conmigo en principio y práctica en algún punto
controversial. No hay nada que mi alma anhele más en la tierra que ver una unión
completa y de corazón de todos los que temen al Señor y se aferran a la Cabeza, a
pesar de diferir en sus sentimientos sobre algunas cosas de menor relevancia.” 82
56
pacto de Gracia por medio del cual Dios salva pecadores. Nuestra confesión
afirma lo siguiente en el párrafo 2 del capítulo 7,
Para los Bautistas Particulares, y para nosotros como sus herederos, el pacto
de Gracia había iniciado inmediatamente después de la caída. En el siguiente
párrafo de nuestra confesión se lee,
Sin embargo, a pesar de tener un gran deseo de mantener la unidad con los
pedobautistas, estudiando las Escrituras y aplicando los principios
hermenéuticos de la Reforma Protestante, tuvieron que llegar a rechazar el
modelo de un pacto bajo diferentes administraciones.
Los Bautistas veían una unidad en la sustancia del pacto de Gracia de Génesis
a Apocalipsis, pero no apoyaban la idea que los pactos del Antiguo
Testamento eran diferentes administraciones del mismo pacto de Gracia. Y
esto es evidente en la redacción del capítulo 7 de su confesión, pues a pesar de
que intentaron seguir lo más posible la CFW, este capítulo es quizás el que
contiene mayores cambios con respecto a aquella.
57
Escribió Coxe al respecto,
“También debe ser notado que a pesar que el Pacto de Gracia fue revelado hasta aquí
a Adán, sin embargo vemos en todo esto que no hubo una transacción pactual formal
y expresa con él. Aún menos fue el Pacto de Gracia establecido con él como persona
pública o representante de cualquier tipo.” 85
Owen demuestra la razón por la cual el pacto hecho con Adán no era el pacto
de Gracia. Él escribió diciendo,
No creemos que los pactos que precedieron al Nuevo Pacto fueran el pacto
de Gracia. Los que creemos es que eran pactos de gracia o pactos que iban
revelando paso a paso la promesa del Nuevo Pacto o el Pacto de Gracia. Esto
fue lo que expresó la Primera Confesión Bautista de Londres de 1644. En el
párrafo 10 afirmaba que,
“Debido a su carácter distinto, se le llama “un nuevo pacto.” Así es con respecto al
antiguo pacto hecho en Sinaí. Para ese fin por este pacto, aquí considerado, no se
entiende absolutamente la promesa de gracia dada a Adán; ni la dada a Abraham,
que contenía la sustancia de ella, la gracia exhibida en él, pero no la completa forma
de él como un pacto.” 87
85 Ibid. Página 57
86 Ibid. Página 185
87 Ibid. Página 239
58
Por eso es que hablamos de pactos de gracia revelados en el Antiguo
Testamento, revelando progresivamente por medio de sombras el Pacto de
Gracia concluido formalmente en el Nuevo Pacto hecho en Cristo Jesús.
Entonces, para contestar la pregunta que nos hicimos al inicio: Fue el pacto de
Gracia lo que Dios puso en marcha inmediatamente después de la caída de
Adán ejecutándolo bajo distintas administraciones o economías? ¿O fueron
diferentes pactos ejecutados progresivamente por medio de los cuales Dios
iba revelando Su gracia “paso a paso” hasta revelarla en todo su esplendor en el
Nuevo Pacto?
88 Tomado de www.1689federalism.com
59
distintos pactos, por medio de los cuales iba revelando Su gracia salvífica,
hasta concluir Su revelación en el Nuevo Pacto, el cual correspondería al
Pacto de Gracia.
60
IV. Pactos de Gracia: El Pacto Adánico
Como vimos la semana pasada, una vez que Adán quebrantó el Pacto de
Obras se encontró desprovisto de toda justicia, de toda santidad y de toda
perfección. Habiéndose convertido en un pecador se encontraba ahora bajo la
condenación de Dios, el Juez del universo.
Y fue ese Juez quien fue a su encuentro en el jardín del Edén a ejecutar la
sentencia dictada contra el que ahora era un criminal.
“6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también
a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos,
y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del
día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del
árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me
diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la
mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”
Adán y Eva pecan contra Dios, quebrantan el primer pacto hecho con Dios, y
como dijimos la semana pasada, son corrompidos por el pecado rompiendo
así su relación con Dios, consigo mismos, y con la creación que había estado
sujeta a ellos hasta ese momento.
Adán se esconde inmediatamente del Dios con quien amaba tener comunión;
y cuando es llamado a cuentas por Su Creador lo que hace es echarle la culpa a
Él por su pecado: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”
La mujer, por otro lado, hace exactamente lo mismo que su esposo: “La
serpiente me engañó, y comí.” Es como si le hubiera dicho al Señor, “Si no la
hubieras creado, no hubiera yo pecado contra Ti.”
61
padres por lo ocurrido, pero en la maldición a la serpiente Dios le abre al
hombre una puerta de esperanza al establecer una nueva fundación para poder
llegar a ser aceptado por Él,
“14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre
tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar.”
Fue por causa del Pacto de la Redención que Dios estaba en la libertad de no
ejecutar, como dije antes, todo el peso de la ley, sino que por el contrario
entrar en un pacto distinto con Adán.
Pero, cuáles son esas promesas hechas por Dios en este pacto con Adán?
62
para la humanidad.
Dios había prometido usar a la mujer para traer al mundo a Cristo. Luego,
la Biblia promete que esa simiente prometida en Génesis vendría de
Abraham (Gálatas 3:16); luego, que sería un Rey del linaje de David (2
63
Samuel 7). Para el final del Antiguo Testamento el pueblo de Dios estaba
esperando al Profeta, Rey, Sacerdote, Siervo, y Señor de todo el universo.
Pero, esa simiente debía ser un hombre como el primer Adán, para poder
redimir al hombre que estaba bajo la condenación divina por haber
quebrantado el pacto de obras. La simiente sería, “hijo de José, hijo de Elí,
hijo de Matat…hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.” 90
64
Adánico: Dios prometía a la mujer un descendiente que vendría a estar en
su lugar para recibir el castigo que ellos merecían.
“Justificados, pues, por la fe,” dice Pablo a los Romanos, “tenemos paz para con
Dios.” 93
Adán, por así decirlo, creyó a Dios y le fue contado por justicia.
Dios no había creado esas túnicas de la nada. Esas túnicas eran de pieles
93 Romanos 3:1
94 Génesis 2:23
95 Génesis 3:7
96 Génesis 3:21
65
de animales que Dios debió matar para poder vestir a Adán y a Eva. El
lenguaje aquí es el de un sacrificio hecho por Dios para vestir
apropiadamente al hombre pecador.
Era por esa justicia que pudieron pararse delante de Dios y estar en paz
con Él.
Adán y Eva no hicieron nada para que Dios hiciera todo esto por ellos. Todo
había sido por gracia. Ellos solamente fueron cubiertos por gracia por Dios.
“El pacto de gracia fue revelado hasta aquí a Adán, sin embargo vemos en todo esto
que no hubo un pacto formal con él. Aún menos, fue el Pacto de Gracia establecido
con él como una persona pública o representante de algún tipo. Sino que obtuvo interés
solamente por sí mismo por su propia fe en la gracia de Dios revelada en esta manera,
igual que aquellos de su posteridad que son salvos.” 97
La realidad es que esto no fue el Pacto de Gracia, como dice Coxe. Sino un
pacto de gracia, por medio del cual Dios estaba tipificando el Pacto de Gracia
venidero, el pacto que sería firmado con la sangre del representante de ese
pacto, Jesucristo.
“esta promesa de inestimable valor para nosotros. Ella contiene los elementos
esenciales de la promesa de redención que se desenvolverá y expandirá en las
generaciones que le siguen. En la misma ocasión que la maldición fue pronunciada
sobre Adán y Eva, la simiente del Evangelio fue echada dentro de la narrativa.” 98
El Pacto Noéico
66
enseñado esto a ellos? Bueno, su padre Adán. Pero, quién le había enseñado a
Adán que debía hacer esto? Dios mismo en su acto de enseñanza al hombre
en Génesis 3:21.
Es más, antes del diluvio, el pueblo de Dios sabía que existían animales
inmundos y animales limpios. Dios le dijo a Noé, “De todo animal limpio tomarás
siete parejas.” Cómo sabría Noé cuales animales eran limpios y cuales inmundos
si Dios no se lo había enseñado?
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos eran de continuo solamente el mal.”
99
“Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra.” 100
Todos menos los hijos de la mujer. Ellos sí andaban por fe; ellos sí esperaban
aún la simiente prometida en Génesis 3:15. Noten como le pone Lamec por
nombre a su hijo,
“Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su nombre Noé,
diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa
de la tierra que Jehová maldijo.” 101
“Éste,” era lo que pensó Lamec, “será quien nos libre de la maldición de Dios.” Esa
era la esperanza de ese hombre; en esa promesa estaba puesta su fe. No fue
así, es decir, no fue Noé quien salvaría al pueblo de Dios de la maldición, pero
si fue usado por Dios para raera, como veremos, una salvación temporal.
Y la maldad era tan grave en el mundo que Dios, como leemos en Génesis
6:3, decide acortar la vida del hombre a “ciento veinte años.” Pero, además, Dios
decide juzgar al mundo por su pecado. En Génesis 6:13 Dios le dice a Noé,
“He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos;
y he aquí que yo los destruiré con la tierra.”
99 Génesis 6:5
100 Génesis 6:12
101 Génesis 5:28-29
67
Haber hecho esto con Adán hubiera sido justo, pero por 1600 años Dios fue
paciente con el hombre hasta que llegó el punto de juzgarlo y destruirlo.
Todos excepto Noé, dice el relato. Porqué? Porque era diferente a los demás
en sí mismo? No, sino porque halló algo que no hallaron el resto de los
hombres.
A. El pacto establecido
Pero, detrás de ese juicio venidero, Dios había decidido hacer un pacto de
gracia con Noé, con el fin de salvarlo a él y a su familia. Leemos en Génesis
6:18-19,
“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las
mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especia
meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.”
Y en ese pacto Dios le indica a Noé que debe construir un arca. Le da órdenes
específicas para construirla y para la escogencia de los animales que debía
meter dentro. Y dice la Biblia que Noé lo hizo así: “E hizo Noé conforme a todo lo
68
que le mandó Jehová.” 102 Y dice el autor de la epístola a los Hebreos que lo hizo
por fe. 103
Dios, entonces, trae el diluvio, le ordena entrar dentro del arca a Noé, y por
cuarenta días y cuarenta noches descarga aguas torrenciales sobre la tierra que
destruyen todos los seres vivientes. Y todo por causa del pecado de los
hombres.
1. La salvación de Noé: Por causa de ese pacto, Dios había decidido derramar
Su gracia sobre Noé como lo hizo con Adán. Fue por gracia que Noé tuvo fe
para creer la Palabra de Dios y obedecer.
“Por la fe Noé,” dice Hebreos 11:7, “cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que
aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al
mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.”
Tengan presente el orden de las cosas: primero Noé creyó y luego obedeció. Y
entendiendo el orden establecido en el Nuevo Testamento, fue por gracia,
como le dijo Pablo a los Efesios, que le creyó a Dios. 104
Y digo esto porque quiero que vean que lo importante aquí es recordar que
aún este pacto contiene y desarrolla el principio de gracia, no de obras. Noé
hizo lo que hizo por gracia; y fue salvado por gracia, no por obras.
Y fue por esa gracia de Dios que experimentó salvación del juicio temporal de
Dios. Pero, entendiendo el Nuevo Testamento, podemos estar seguros que
esa salvación ilustraba su salvación eterna por gracia.
Una vez que el diluvio acabara, como veremos, Dios le ordenaría a Noé
multiplicarse. Esto con el fin de continuar preservando la existencia de un
pueblo que Él salvaría para Su gloria.
102 Génesis 7:5
103 Hebreos 11:7
104 Efesios 2:8
69
3. La llegada de la simiente particular prometida en Génesis 3:15: Noé fue
preservado por gracia en el pacto Noéico con el fin de traer al mundo a la
simiente prometida a la mujer. El pacto con Noé servía para mantener vigente
la promesa del Pacto de la Redención.
De nuevo, Lucas 3:36, afirma que Jesús es hijo de “Cainán, hijo de Arfaxad, hijo
de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec.”
Noé fue salvado y le fue ordenado reproducirse con el fin de traer al mundo al
Redentor de la humanidad. El arca tipificaría a ese Salvador por medio de
quien Dios salvaría al mundo de Su juicio por el pecado. Todos los que
estuvieran en Él, así como ocurrió con los que estuvieron en el arca, serían
beneficiados de esa gran salvación.
C. El pacto desarrollado
Qué pasó una vez que el diluvio cesó y las aguas descendieron? Dice Génesis
8: 18-20,
“18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra
según sus especies, salieron del arca. 20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de
todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.”
“21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a
maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es
malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.
22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el
calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. [Capítulo 9] 1 Bendijo Dios a Noé
y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2 El temor y el
miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos,
en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano
son entregados. 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como
las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su
sangre, no comeréis. 5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de
mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su
hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que derramare sangre de hombre, por el
hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y
70
multiplicaos en ella.” 105
Dios, entonces, revela aún más de su pacto con Noé, y le informa aún más de
los beneficios del mismo. Cómo cuáles?
1. Dios promete estabilidad en la tierra: “No volveré más a maldecir la tierra por
causa del hombre.” Es por ello que muchos le han llamado a este pacto un pacto
de gracia común. “Mientras la tierra permanezca,” dijo Dios, “no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.”
2. Dios le ordena a Noé y a sus hijos multiplicarse: Como había ocurrido con
Adán, Noé ahora debía reproducirse y poblar o “llenar” la tierra. No sólo,
como dijimos, para preservar al pueblo de Dios, sino para traer al Salvador del
mundo.
71
hombre.”
Con Adán Dios hizo un pacto de obras, le dio a comer de todo árbol –menos
uno, le dijo que debía fructificar y multiplicarse y luego se le dio la creación
para someterla a su señorío. Y fue puesto, luego, en medio del jardín del Edén
donde estaba el árbol del fruto prohibido.
Qué ocurrió luego de que Noé sale del arca y recibe las estipulaciones del
pacto?
“20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; 21 y bebió del vino,
y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.” 107
No pareciera una coincidencia que Noé plantara un árbol y pecara allí contra
Dios inmediatamente después de salir del arca.
Lo que deseo mostrarles es que Adán comenzó por obras, pero terminó con
la promesa de gracia que impidió que fuera destruido. Pero, Noé comenzó
con gracia debido a que estaba en la misma condición que su padre Adán
después de pecar en el jardín del Edén.
Y fue por ese principio de gracia que se le confirma un pacto a Noé similar al
pacto hecho con Adán, no sólo para recordarnos que el pacto de obras sigue
vigente, sino que también sirve para mostrarnos que ahora, para poder llevar a
cabo esas estipulaciones pactuales es necesaria la gracia divina.
107 Génesis 9:20-21
72
El pacto Noéico no es el pacto de Gracia, como es evidente. El pacto con
Noé fue un pacto con toda la creación. Noé no era quien salvaría a su pueblo
de la maldición divina; él no actuó como representante del Pacto de Gracia.
Noé apuntaba a Cristo el Redentor. El pacto Noéico era una promesa que
apuntaba al Nuevo Pacto de Cristo, el pacto de Gracia de Dios para salvar a
Su pueblo por medio de la fe en Su Hijo, para que todos los que estuvieran
por medio de esa fe en Él, fueran salvos del juicio venidero.
Cuál fue, entonces, ese sacramento, esa palabra visible, que Dios le dio a Noé
para confirmar la veracidad de Su promesa?
“12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y
todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13 Mi arco he puesto en
las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14 Y sucederá que
cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de
toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16 Estará el
arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser
viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es
la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.” 108
La señal visible de Dios para Noé y toda la humanidad de que el pacto Noéico
era una realidad fue el arco iris. Dios vería ese arco y se acrodaría de Sus
palabras a Noé.
Nosotros vemos el arco iris, y sabemos que Dios se acuerda de Su pacto. Más
aún, vemos el arco iris y recordamos que Dios se acordó de Su pacto y guardó
la tierra y preservó a la humanidad con el fin de traer al mundo al Salvador,
por medio del cual ha salvado perpetuamente a todos los que por la fe a Él se
acercan.
108 Génesis 9: 12-17
73
El Pacto Abrahámico
Una vez que Noé sale del arca lo que es evidente en la narración bíblica es la
continuación de los efectos del pecado de Adán sobre su posteridad.
Cuando Dios estableció el pacto Mosaico con Israel les dijo en Levítico 18:8,
“La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.” Y más
adelante les vuelve a repetir lo mismo, “Cualquiera que yaciere con la mujer de su
padre, la desnudez de su padre descubrió.” 111
Lo que hizo Cam, siendo el menor de los hijos de Noé, fue intentar suplantar
la autoridad que Dios le había dado a su padre. Su deseo fue el establecerse a
sí mismo como el patriarca de la humanidad, cuando esto le había sido dado a
Noé de parte de Dios. Y lo hizo acostándose con su madre aprovechando la
embriaguez de su padre.
“Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y
109 Génesis 9: 21-22
110 Génesis 9: 24
111 Levítico 20: 11
112 Génesis 9: 25
74
hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.” 113
Dios, como lo hizo en tiempos de Adán, y como lo hizo en tiempos de Noé,
viendo que “todo designio de los pensamientos del corazón de los hombres era de continuo
solamente el mal,” queriendo ellos hacerse un nombre para ellos mismos y no
glorificar el único nombre que merece ser glorificado en el universo, trae
juicio sobre la humanidad.
Y allí, en Babel, Dios dividió a la humanidad. Fue por esa razón que Heber,
descendiente de Sem, hijo de Noé, llamó a su hijo Peleg, que significa
“división,” “porque en sus días,” dice Génesis 9:25, “fue repartida la tierra.”
Los efectos del pecado de Adán, entonces, eran evidentes aún. Ni el paso de
los años, ni el diluvio habían hecho desaparecer lo que el primer hombre había
hecho en el jardín del Edén.
No sólo por la maldición de Dios a Canaán por el pecado de Cam fue que la
tierra le fue quitada a los canaaneos y entregada a Israel; sino que Sem había
sido apartado por Dios para ser el linaje entre la humanidad del que vendría el
Mesías. Escribió Lucas de la genealogía de Cristo en su evangelio,
“hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec” 115
Pero, también lo vemos en que fue en el lenguaje del linaje de Sem en el que
Dios decidió revelar Su Palabra. Los oráculos de Dios, como les llamó Pablo
en Romanos 3:1-2, fueron dados en el idioma de Heber, descendiente de Sem.
El resto de la humanidad, por lo tanto, no hallaron gracia delante de Dios, y
fueron esparcidos sin Dios y sin Su Palabra en el mundo.
113 Génesis 10: 4
114 Génesis 9: 26
115 Lucas 3: 36
75
De nuevo, es de suma importancia ver ese principio de gracia que se va
revelando progresivamente en la Escritura. Es ese principio lo que regula la
buena relación de Dios con los hombres y no el principio de obras.
Pero, a pesar de ser Abraham igual que todos los demás hombres en su
tiempo, Dios derramó Su gracia sobre él demostrado por medio la declaración
de promesas y un pacto hecho con él.
Y no sólo le hizo una nación muy grande; y no sólo lo bendijo con bienes
materiales y espirituales; sino que le hizo, como veremos más adelante,
instrumento para bendecir a las naciones. Todas las promesas de Dios a
Abram fueron cumplidas.
El relato en este capítulo de Génesis afirma que Abram hizo como el Señor le
116 Josué 24: 2
117 El apóstol Pablo afirma en Gálatas 3: 8, que ésta fue “la buena nueva” de Dios “a Abraham.”
76
había dicho, tomó a Sarai y a su sobrino Lot y se fue camino a la tierra de
Canaán. Y cuando llegaron ahí Dios le apareció a Abram por primera vez y le
dijo en el versículo 7, “A tu descendencia daré esta tierra.”
Ahora, esta es una aclaración y una expansión de la promesa que le había dado
anteriormente. No sólo le iba a hacer una nación muy grande; no sólo
engrandecería su nombre; y no sólo lo iba a usar para bendecir a las naciones,
sino que quien heredaría la tierra sería su descendencia.
Luego de haber rescatado a su sobrino Lot, quien había sido tomado preso
cuando 4 reyes hicieron guerra contra Bera y Birsa, reyes de Sodoma y
Gomorra y otros, y de haber recuperado todas las riquezas de esos reyes, el
rey de Sodoma llama a Abram y le ofrece recompensarlo.
77
Señor,
“Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi
casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado
prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.” 120
“4 No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y
le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así
será tu descendencia.”
Después de esto leemos que el Señor le dijo a Abram, “Yo soy Jehová, que te
saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor, Jehová,
¿en qué conoceré que la he de heredar?” 123 Lo que Abram desea es estar más firme
en esa fe por la que había sido ya justificado. Y Dios le concede su petición, y
leemos en los versículos 9 al 17,
“9 Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero
de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10 Y tomó él todo esto, y los partió
por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11 Y
descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba.
12 Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una
grande oscuridad cayó sobre él. 13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que
tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida
cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y
después de esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y
serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque
aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17 Y sucedió que
puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que
120 Génesis 15: 2-3
121 Génesis 15: 6
122 Nehemiah Coxe. Covenant Theology. From Adam to Christ. Página 87
123 Génesis 15: 7-8
78
pasaba por entre los animales divididos.”
Pues, esto era lo que Dios estaba haciendo en Génesis 15. Dios estaba
poniendo Su nombre, Su vida en juego, con el fin de asegurarle a Abram las
promesas hechas a él. Por lo cual leemos a partir del versículo 18,
“18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia
daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19 la tierra
de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los refaítas,
21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.”
79
sus propios medios, Sarai le dio a su sierva Agar para que por medio de ella
Abram tuviera un hijo.
Ese día Agar concibió un hijo al cual dio a luz cuando Abram tenía 86 años de
edad, Y le pusieron por nombre Ismael.
Trece años pasan, aparentemente Abram piensa que Ismael era el hijo por
medio del cual Dios cumpliría la promesa que le había dado años atrás. Pero,
Dios, ya no solamente por medio de Su voz, ahora le aparece a Abram para
revelarle aún más y confirmar Su pacto con él. Y Dios le dice en Génesis 17,
Trece años después, como dijimos, Dios le aparece a Abram con el fin de
confirmar el pacto que había hecho con él. El fin era progresar en Su
revelación de ese pacto.
Y allí Dios le promete: 1. una gran descendencia; 2. una realeza, y 3. una tierra.
Y para confirmar el pacto Dios le cambia el nombre de Abram a Abraham
que significa, “padre de una multitud.”
Es claro que Dios le estaba prometiendo a Abraham un reino. Noten que para
que un reino se constituya se requiere de una tierra, un pueblo, y un rey.
Bueno, esto fue precisamente lo que Dios prometió darle a Abraham. En
Canaán Abraham y su descendencia tendrían su reino.
Y esto es claro cuando vemos que las promesas hechas a Abraham tomaron la
forma de un pacto divino, como veremos inmediatamente, mucho tiempo
antes del requerimiento de la circuncisión.
80
Pero, noten la diferencia con lo que Dios le dice después al patriarca. Génesis
17: 9 al 14,
Es por lo que aquí leemos que se le ha llamado al pacto Abrahámico, “el pacto
de la Circuncisión,” siguiendo la descripción que hizo Esteban antes de ser
martirizado en Hechos 7: 8.
Ya no es, “re multiplicaré,” o “te daré,” sino, “tú guardarás,” o, “tú harás.” La
responsabilidad cambia de sujeto, pues ya no se trata de lo que Dios se
compromete a hacer, sino de lo que le corresponde hacer a Abraham y a su
descendencia después de él.
Y esto no es otra cosa que el pacto Mosaico destellando aquí como el paso
siguiente en las transacciones de Dios con Su pueblo. Lo que vemos ahí es un
vistazo rápido y previo del pacto con Moisés.
Ahora, lo que Abraham debía hacer era circuncidarse él y a todo varón que
descendiera de él. Y no en cualquier momento, sino al octavo día de nacido;
tanto el nacido en su casa como el comprado por dinero; y debía hacerlo, no
por un tiempo limitado, sino perpetuamente.
81
Cuál era el resultado de desobedecer este mandamiento de Dios en este pacto?
Ser cortado del pueblo de Dios. No circuncidarse o no circuncidar a su
descendencia al octavo día implicaba que esa persona debía ser excluida de la
membresía del pueblo de Dios. Porqué? Porque como dice el versículo 14, “ha
violado mi pacto.”
“15 Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas
Sara será su nombre. 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la
bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.
17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A
hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?
18 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 19 Respondió Dios:
Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y
confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.
20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré
fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él
una gran nación. 21 Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz
por este tiempo el año que viene. 22 Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar
con Abraham.”
Como dijimos antes, Abraham pensaba que Ismael era el hijo de la promesa.
Quizás creyó que la descendencia que Dios le había prometido vendría de su
carne, de sus esfuerzos, debido a la aparente tardanza de Dios. Noten las
palabras de Abraham en el versículo 18, “Ojalá Ismael viva delante de ti.”
Sería con ese hijo, Isaac, con quien Dios confirmaría Su pacto para los
descendientes de Abraham. “Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te
dará a luz por este tiempo el año que viene.” Éste, y no Ismael, sería quien traería
gozo y “risa,” como significa su nombre, a Abraham y Sara.
82
sino que en Isaac estaba separando aún más a los hijos circuncidados de
Abraham.
En este pacto Dios estaba poniendo una muralla entre las naciones del mundo
e Israel por medio de la circuncisión, y entre la misma descendencia de
Abraham.
Israel sería el pueblo de Dios entre todos los pueblos de la tierra, e Isaac, el
hijo sobrenatural de Abraham, sería el heredero de todas las promesas de Dios
entre los hijos circuncidados de Abraham. Génesis 17: 23-27,
“23 Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su
casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la
casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día,
como Dios le había dicho. 24 Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando
circuncidó la carne de su prepucio. 25 E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue
circuncidada la carne de su prepucio. 26 En el mismo día fueron circuncidados
Abraham e Ismael su hijo. 27 Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en
casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.”
Ahora, esto le fue confirmado a Abraham en Génesis 21. Moisés nos cuenta
que Sara descubre a Ismael burlándose de Isaac y le dice a su esposo, “Echa a
esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.” 124
124 Génesis 21: 10
83
Aparentemente Sara tenía más claras las palabras de Dios en su corazón que el
mismo Abraham, a quien le parecieron graves las palabras de su esposa. Pero,
Dios vuelve a Abraham y le confirma lo que le había prometido unos años
atrás, diciéndole en el versículo 12,
“No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere
Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.”
Porqué? Porque la promesa era para Isaac y no para todos los descendientes
carnales circuncidados de Abraham.
Ahora, sucedió unos años después que Dios vuelve a llamar a Abraham pero
esta vez con el propósito de probarle. Y leemos en Génesis 22: 1-2,
“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham.
Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien
amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes
que yo te diré.”
Esta era una verdadera prueba de su fe en Dios: entregar a su hijo para ser
sacrificado; al hijo de su vejez; a su hijo amado; su único hijo; el hijo de la
promesa; sacrificándolo él mismo, asumiendo el rol de sacerdote habiendo
sido ordenado por Dios. Esto representó la mayor prueba de su fe.
Tres días después, ya en Moriah, junto con Isaac, su hijo, tomó leña, hizo
todos los preparativos para el sacrificio a Jehová. Luego ató las manos de su
hijo, lo puso sobre el altar, tomó el cuchillo para matarlo, y de pronto, justo
antes de que el arma acabe con la vida de Isaac, Abraham oye una voz del
cielo que le dice,
El libro de Hebreos afirma que Abraham lo hizo creyendo que Dios, quien le
84
habría prometido años antes que en Isaac le daría todas Sus promesas, era
capaz de levantar a su hijo de entre los muertos luego del sacrificio.
Es decir, si Dios le había jurado que le daría una gran descendencia, una tierra
y reyes en Isaac, entonces, Dios lo resucitaría después del sacrificio. Dios era
incapaz de mentir! Él le había anunciado la buena nueva muchos años antes y
era incapaz de incumplirla.
“16 Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has
rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu
descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas
todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”
Por causa de su fe, le plació a Dios, confirmar una vez más la promesa del
Evangelio a Abraham. Porque no sólo le aseguró una vez más la certeza de las
bendiciones que recibiría de Dios; no sólo le aseguró multiplicarlo
grandemente; sino que sobre todo le volvió a recordar la promesa de aquella
simiente que heredaría la tierra y por medio de la cual bendeciría las naciones.
Los gnósticos, por ejemplo, debido a su entendimiento, entre otras cosas, del
125 Génesis 22: 13
85
mundo como algo inherentemente malo, rechazaron el Antiguo Testamento,
queriendo rechazar la revelación de Dios como el Creador del universo. Para
ellos había una clara y notoria discontinuidad entre la revelación del Antiguo
Testamento y la del Nuevo.
86
Testamento. Su federalismo estresa la continuidad en los pactos divinos.
Es decir, debido a que ellos creen que el pacto Abrahámico era una
administración del Pacto de Gracia, y que los hijos naturales de Abraham
eran, por lo tanto, parte del Pacto de Gracia, lo mismo debe ocurrir con los
hijos naturales de los creyentes, pues ellos –los creyentes- son parte del Nuevo
Pacto.
II. Dispensacionalismo
87
Y Dios tiene, según este sistema, dos propósitos distintos, uno para cada uno
de estos pueblos.
Pero, una vez que Dios haya acabado Su propósito con la Iglesia volverá a Su
objetivo principal cumpliendo las promesas físicas dadas a Abraham,
reconstruyendo así el templo y estableciendo el reinado de Cristo en el trono
de David por mil años.
Para recordar las palabras de este pacto leamos, entonces, Génesis 12: 1-3,7,
88
“4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5 Y no se
llamará más tu nombre Abram,[a] sino que será tu nombre Abraham,[b] porque te
he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6 Y te multiplicaré en gran manera, y
haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y
el de tu descendencia después de ti. 8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti,
la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios
de ellos. 9 Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y
tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10 Este es mi pacto, que guardaréis
entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de
entre vosotros. 11 Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal
del pacto entre mí y vosotros. 12 Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón
entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a
cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13 Debe ser circuncidado el nacido en
tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto
perpetuo. 14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su
prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.”
Como habíamos dicho este pacto incluía al menos cuatro promesas de Dios a
Abraham:
1. Una simiente
2. Una tierra de reposo
3. Que Abraham sería el padre de muchas naciones
4. Los hijos de Abraham serían el pueblo de Dios
“Dios hizo un doble pacto con Abraham, y la circuncisión no tenía relación con el
pacto de gracia, sino con el pacto legal que Dios hizo con la simiente natural de
Abraham.” 127
Membership. http://quod.lib.umich.edu/e/eebo/A47391.0001.001/1:1?rgn=div1;view=fulltext
89
misma idea diciendo,
“Abraham debe ser considerado en una doble capacidad: él es el padre de todos los
verdaderos creyentes y el padre y la raíz de la nación Israelita. Dios entró en pacto con
él por ambas simientes y debido a que ellos son formalmente distinguidos uno del otro,
su interés en el pacto debe ser necesariamente distinto y caer bajo una consideración
diferente.” 128
La clave, entonces, para entender las promesas hechas por Dios a Abraham se
encuentra en entender la dicotomía o el doble cumplimiento del pacto.
Sin embargo, debemos tener claro que el pacto Abrahámico no son dos
pactos, sino un solo pacto con dos lados. Una ilustración que nos ayuda a
entender esto es el de la moneda: el pacto Abrahámico es como una moneda
con dos lados distintos.
Ahora, porqué los Bautistas Particulares del siglo XVII interpretaron de esta
manera el pacto Abrahámico? Porque, fue esta manera de entender este pacto
lo que les hizo desechar el bautismo de niños y adoptar el bautismo de
creyentes. Fue esta manera de interpretar el pacto Abrahámico lo que les hizo
bautistas.
Bueno, no sólo entendieron esta dicotomía del pasaje en Génesis 17, cuyas
palabras hablan claramente de un pacto incondicional de parte de Dios; pero
también hay una parte condicional en ese mismo pacto.
90
argumentación contra los judaizantes. Ellos querían que los gentiles, ahora
creyentes en el Mesías judíos, volvieran a la ley mosaica. Y para defender a los
gentiles y atacar las malas enseñanzas judaizantes Pablo enseñó la naturaleza
doble del pacto Abrahámico.
“21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? 22 Porque está
escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23 Pero el
de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. 24 Lo cual es
una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos [literalmente: “son dos pactos”]129;
el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual,
pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26 Mas la Jerusalén de arriba, la
cual es madre de todos nosotros, es libre. 27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril,
tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. 28 Así que,
hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29 Pero como entonces el
que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así
también ahora. 30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo,
porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. 31 De manera,
hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.”
Lo primero que debemos notar es que Pablo está hablando del pacto
Abrahámico. Él está aclarando, inspirado por el Espíritu Santo, su
entendimiento del acuerdo que Dios hizo con Abraham en el Antiguo
Testamento.
Lo segundo que debemos ver es que lo hace presentando una alegoría. Él dice
en el versículo 24, “lo cual es una alegoría.” Y usa esta alegoría para mostrar las
diferencias entre los dos hijos de Abraham, Ismael e Isaac.
Lo otro que debemos tener claro es que Pablo afirma que el pacto
Abrahámico “son dos pactos.” Y esto lo hace ilustrándolo con dos mujeres, Agar
y Sara. Ellas, afirma el apóstol inspirado por el Espíritu Santo en el versículo
24, “son dos pactos.”
Entonces, no sólo eran los hijos de Abraham simbólicos, sino que sus
respectivas madres lo eran también.
129 Ver la traducción de la Biblia de las Américas de Gálatas 4:24
91
condicional hecho con Abraham, aquel pacto de obras que guiaba a los
hombres a la esclavitud.
De la misma manera, así como ocurrió con Ismael, la simiente natural y física
de Abraham, así mismo ocurre con todos los descendientes físicos de
Abraham que no han nacido de nuevo.
Y a pesar de que tanto él como su hermano Ismael eran hijos naturales del
mismo padre, sólo Isaac era el hijo de la promesa, mostrando así la gran
diferencia entre el pacto de obras y el pacto de gracia; ese doble pato hecho
con Abraham.
Interpretación de la Alegoría
Los judaizantes deseaban lograr que los gentiles, como hijos espirituales de
Abraham, se circuncidaran, volviendo así a la ley. Si no se circuncidaban, era
su argumento, dejarían de ser parte del pueblo de Dios como decía el pacto en
Génesis 17.
92
pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26 Mas la Jerusalén de arriba, la
cual es madre de todos nosotros, es libre. 27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril,
tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.”
Pablo, siendo un judío, entendía claramente que aún los judíos necesitaban
nacer de nuevo. Ser hijos naturales de Abraham sólo los ponía en la misma
categoría que Ismael. Cuando Pablo dice, “Echa fuera a la esclava y a su hijo,
porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre,” no está hablando de los
ismaelitas, sino de los israelitas.
Solamente los hijos de la promesa, aquellos que nacía del Espíritu; aquellos
que como Abraham eran por la fe; eran verdaderamente los hijos de
Abraham, y por lo tanto los herederos de todas las promesas de Dios a
Abraham. Sólo ellos eran el verdadero pueblo de Dios.
Gálatas 3: 7,
“Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”
“Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que
93
son hijos según la promesa son contados como descendientes.” 130
Y la evidencia, según Pablo, de que los israelitas estaban bajo el pacto de obras
y no el de gracia, era que estaban persiguiendo a la iglesia, de la misma manera
en la que Ismael persiguió a Isaac. Versículo 29, “Pero como entonces el que había
nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.”
V. Resúmen
Y por ser dos pactos en uno, debemos entender que tiene dos cumplimientos,
dos participantes, y dos condiciones. Por lo tanto, debemos tener gran
cuidado en no confundir ambos pactos, ni mezclarlos de alguna manera.
94
poderosa por Dios, según Génesis 15.
2. Tipos y Anti-tipos:
95
3. Incondicional y condicional
“13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que
sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14 Porque si los que son de la
ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15 Pues la ley produce
ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16 Por tanto, es por fe, para
que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no
solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham,
el cual es padre de todos nosotros.” 131
“Debe ser recordado que hubo dos pactos hechos con Abraham. Por el uno sus
descendientes naturales por medio de Isaac, fueron constituidos una nación, una
comunidad externa; por el otro sus descendientes espirituales fueron constituidos en
una iglesia, [invisible por supuesto, debido a que en ese entonces, la única organización
formal fue la de la ley]. Las partes del primer pacto, fueron Dios, y la nación; para el
otro, Dios, y Su verdadero pueblo. Las promesas del pacto nacional, eran bendiciones
nacionales; las promesas del pacto espiritual, eran bendiciones espirituales. La
condición para el uno era la circuncisión, y la obediencia a la ley; las condiciones para
131 Romanos 4: 13-16
96
el otro, eran y siempre han sido, fe en el Mesías, como la simiente de la mujer, el Hijo
de Dios, el Salvador del mundo. No puede haber mayor error que confundir el pacto
nacional con el pacto de gracia, y la nación fundada en uno, con la iglesia fundada en
el otro. La iglesia es por lo tanto, en su naturaleza esencial, una compañía de
creyentes, y no una sociedad externa, requiriendo meramente una profesión externa
como la condición de membresía.” 132
Sino que ellos unen esas dualidades dentro del mismo pacto de gracia
incluyendo dentro de él las realidades naturales y espirituales. Y por supuesto,
como hemos visto del testimonio del Nuevo Testamento, esta interpretación
no armoniza con el relato bíblico.
Para los Bautistas Particulares del siglo XVII no se trataba de dos pactos
formales. Ciertamente entendían la dicotomía del pacto Abrahámico, pero no
creían que el pacto Abrahámico fuera dos pactos formales. La razón es que
como hemos dicho antes, para nuestro entendimiento es que el pacto de
gracia no fue establecido con Abraham.
97
Bueno, la respuesta es simple: Jesucristo.
Bueno, Jesucristo no sólo fue circuncidado al octavo día, sino que vivió
perfectamente delante de Dios. Él vino a cumplir la Ley. Y no sólo eso, pues
también vino a soportar el castigo de la ley. Él cumplió las promesas
espirituales satisfaciendo los aspectos condicionales y naturales del pacto
Abrahámico.
Por ende, la salvación fue lograda por el cumplimiento del pacto de obras de
parte de Jesucristo, la verdadera simiente de Abraham. Los descendientes
naturales de Abraham fueron incapaces de guardar el pacto, excepto uno:
Jesús. Escribió Jeffrey Johnson,
“Lo que Cristo fue llamado a ser como la simiente de Abraham, los judíos pensaron
que ellos podían hacer como la simiente de Abraham. Consecuentemente, su
incredulidad fue la principal causa de su perdición. En resúmen, ellos debieron haber
confiado en el Mesías quein cumpliría la promesa Abrahámica en lugar de pensar que
98
ellos mismos eran su cumplimiento.” 133
133 Jeffrey Johnson. The Kingdom of God. Página 84
134 Ibid. Página 30
99
razón de que él era un creyente, y no por haber nacido en una familia especial.
“para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a
ellos la fe les sea contada por justicia.”
“[los hijos de creyentes] en virtud de que por la fe de sus padres entran en un pacto de
gracia, puesto que pertenecen a la misma iglesia visible que fue prometida a
Abraham, deben recibir la señal externa de pertenencia a esta iglesia. Esta señal es el
135 Romanos 4:11
100
bautismo con agua limpia en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Se enseña que los niños hijos de los creyentes o de padre o madre creyente son santos
porque Dios cuando introduce a un creyente al pacto y como tal a la iglesia visible,
introduce también a sus hijos, así ellos no sean todavía salvos o no hayan hecho
profesión de fe.”
El pacto bajo el que se encontraba Abraham era el pacto de Gracia por la fe.
Su circuncisión era evidencia de esto. Pero, sus hijos estaban bajo el pacto de
obras, y su circuncisión era prueba de ello, pues la circuncisión les obligaba a
cumplir toda la ley. De no hacerlo serían cortados del pueblo de Dios, pues
eran considerados violadores del pacto.
Porque el argumento pedobautista es que los hijos de los creyentes son “hijos
del pacto” de Gracia de la misma manera que lo fue la descendencia de
Abraham.
Por lo tanto, así como fueron circuncidados sus hijos, deben ser bautizados
los hijos de los creyentes del Nuevo Pacto y ser hechos miembros de la
Iglesia. Pero, esto es claramente un error.
101
Sus hijos naturales, como Ismael o como los hijos de Cetura a pesar de haber
sido circuncidados no entraron en el pacto de Gracia por la circuncisión. Ellos
continuaron estando bajo el pacto de obras como el resto de la raza humana.
Isaac fue el hijo que entró en el Pacto; pero no fue por su circuncisión, sino
porque él era el hijo de la promesa. Y como Isaac sólo entraron en el Pacto de
Gracia aquellos descendientes de Abraham que lo fueron por la fe como él,
no por su circuncisión.
Y tercero, Ismael fue circuncidado, así como los hijos de la segunda esposa de
Abraham, Cetura, fueron circuncidados. Pero, Génesis 25 dice, “Y Abraham
dio todo cuanto tenía a Isaac.” Porqué? Porque él era el hijo de la promesa por la
fe, no por la carne.
Es decir, los hijos de Abraham por la carne, que habían sido circuncidados, no
recibieron la circuncisión porque eran parte del pacto de Gracia, sino porque
eran parte del pacto de obras. Isaac recibió la bendición de su padre porque él
era el hijo de la promesa, no así sus hermanos.
Pero, como leímos en Gálatas 4:28, “hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de
la promesa.” Es por eso que no bautizamos incrédulos. Es por esa razón que no
aceptamos dentro de la membresía de la iglesia del Nuevo Pacto a individuos
que no tienen fe.
Porque para ser hijo de la promesa, y por ende un hijo espiritual de Abraham,
y por ende estar dentro del pacto de Gracia, se debe ser un creyente.
102
Mis hijos, sin fe, no están dentro del pacto de gracia por el simple hecho de
ser hijos de creyentes, como tampoco lo estuvieron los hijos carnales de
Abraham. Sólo por la fe podrán mis hijos encontrar parte en el pacto de
Gracia.
La mayor muestra de amor por parte de un padre creyente hacia sus hijos, no
es otorgándoles el bautismo, el cual es una ordenanza para la Iglesia del
Nuevo Pacto, sino predicarles constantemente el evangelio y orar por su
salvación.
El deber de todo padre cristiano es mostrarle a sus hijos que están por
naturaleza bajo la condenación del pacto de obras. Que ser descendientes de
padres cristianos no les confiere el derecho de ser parte del Pacto de Gracia. Y
enseñarles también su necesidad de estar bajo el Pacto de Gracia, al cual se
entra por la fe en el Señor Jesucristo.
Pero, no les confiere la ventaja de estar dentro del Nuevo Pacto que es por la
fe, en el cual una de sus ordenanzas es el bautismo. Para estar en el Pacto de
Gracia, como era necesario para todo judío descendiente de Abraham y
circuncidado en su carne, ellos deben creer.
Los hijos de la promesa, entonces, como lo fue con Isaac son determinados
por Dios y no por nacimiento. Son los que tienen la misma fe de Abraham los
que son sus hijos.
Sólo ello son los hijos de la promesa, los hijos de pacto. La membresía en el
Pacto de Gracia, y como veremos la próxima semana, en el Nuevo Pacto,
136 Juan 1: 13
103
viene por haber nacido de arriba y no por el nacimiento terrenal.
El Pacto Mosaico
El Pacto de Gracia no debe ser confundido con los demás pactos del Antiguo
Testamento. En ellos Dios estaba revelando, como hemos insistido, el pacto de
Gracia, pero ninguno de ellos era el Pacto de Gracia.
Puede el Pacto de Gracia ser condicional? Puede ser quebrantado? Puede una
persona que ha entrado en el Pacto de Gracia ser cortado de entre el pueblo
de Dios? Puede una persona que entrado en el pacto perderse?
Pero, si el pacto Abrahámico era el Pacto de Gracia, entonces, éste puede ser
quebrantado, uno de sus miembros puede ser cortado del pueblo de Dios, y
Cristo, quien es la cabeza federal de ese pacto puede perder a uno por el cual
vino a dar Su vida.
Cómo entender estos pactos del Antiguo testamento? Bueno, como hemos
anotado antes: como una progresión en la revelación divina del Pacto de
Gracia, el cual fue establecido exclusivamente por Cristo en el Nuevo Pacto.
Los pactos previos eran simplemente pactos que incluían el principio de obras
y el principio de gracia; pactos en los cuales se reveló progresivamente el
evangelio hasta el establecimiento del Nuevo Pacto.
104
levantado, los andamios, como ocurre en cualquier construcción fueron
desechados y eliminados.]
Dios, entonces, tenía un plan para la pequeña familia de Abraham. Con el fin
de separarse del mundo, Dios le ordenó a Abraham circuncidar a sus hijos. El
Señor había levantado una muralla de separación que serviría para proteger a
la simiente prometida.
Por ello, Abraham, a diferencia de Ismael que se casó con una egipcia, debía
ser muy cuidadoso acerca de la esposa para Isaac, su hijo. En Génesis 24,
toma al siervo más viejo de su casa y le dice, “no tomarás para mi hijo mujer de las
hijas de los canaaneos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela,
y tomarás mujer para mi hijo Isaac.” 137
Fue por ello que Isaac se casó con Rebeca, su pariente, la esposa escogida por
Dios. Y por medio de ella tuvo dos hijos gemelos: Esaú y Jacob. Ambos
circuncidados al octavo día como le había ordenado Dios a su padre
Abraham, pero muy diferentes uno del otro. Cada uno de ellos mostrando la
dicotomía del pacto Abrahámico, uno, Esaú, hijo natural de Abraham, y el
otro, Jacob, su hijo espiritual.
Esaú, como lo fue Ismael, fue desechado por Dios, a pesar de haber sido un
descendiente natural y circuncidado de Abraham. Jacob fue el hijo escogido
por Dios, para demostrar que no se trataba de la descendencia, sino del que
llamaba. 138
Y es con Jacob con quien Dios ratifica la promesa hecha a Abraham. Y esto
ocurrió en Peniel donde Dios le cambió su nombre a Israel. Era Israel y su
descendencia a los que Dios estaba separando del mundo.
105
Pero, de esta familia de Israel, no eran todos los que iban a ser privilegiados,
sino sólo uno de sus hijos: Judá. De él vendría esa simiente real que le había
sido prometida a Abraham. Justo antes de morir, Jacob bendice a sus hijos
diciendo lo siguiente de Judá,
“8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos
de tu padre se inclinarán a ti. 9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo
mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? 10 No
será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga
Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.” 139
Allí en Egipto, Israel se multiplicó en gran manera y fueron puestos bajo dura
servidumbre por 400 años, como Dios se lo había prometido a Abraham en
Génesis 15.
Sin embargo, a pesar de que todo Israel había olvidado a Dios, aún
permanecía un remanente que creía en la promesa hecha a Abraham. Los
padres de Moisés, se rehúsan a matar a su hijo, creyendo que de Israel vendría
la simiente prometida. Y Dios protege a Moisés llevándolo a la casa de Faraón
como uno de los hijos de la princesa de Egipto.
Israel clama a Dios por rescate y la Biblia dice que Dios los escucha; no por
ser ellos un pueblo piadoso, sino porque “se acordó de Su pacto con Abraham,
Isaac y Jacob.” 140 Israel no iba a ser destruido; Dios le había prometido una
simiente particular a Abraham. Y ese pacto era incondicional.
Con el fin de mostrarle a los Egipcios y a Israel que Él era el único Dios
verdadero; con el fin de mostrar Su gloria; con el fin de traer juicio a los
amorreos, trae diez plagas a la tierra de Egipto y hace juicio, como lo vimos,
sobre todos los dioses de esa nación.
Y al final los saca de Egipto con mano poderosa y los lleva por el desierto por
3 meses hasta que llegan el monte Sinaí.
139 Génesis 49: 8-10
140 Éxodo 2:24
106
Es allí, en el monte Sinaí, donde Dios estableció el pacto Mosaico -llamado así
por el mediador de ese acuerdo- o el pacto de la Ley. Y las primeras palabras
de Dios al pueblo de Israel las tenemos en Éxodo 19: 3-4,
“3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la
casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.”
La razón por la cual Israel debía atender a este pacto era por lo que Dios
acababa de hacer en medio de ellos. Ahora, cuando Moisés reflexiona en lo
ocurrido ese día, él le recuerda al pueblo en Deuteronomio 4:13,
“Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y
con Israel.” 141
Qué era lo que Israel debía oír? Qué significaba guardar el pacto? Bueno,
significaba poner por obra el contenido del pacto. De nuevo, en
Deuteronomio 4:13, Dios le dijo a Moisés que Él había anunciado Su pacto
con ellos, y le dice,
En Éxodo 34: 28, luego de confirmarle a Moisés que lo que estaba haciendo
era estableciendo Su pacto con ellos, dice,
“Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió
141 Éxodo 34: 27
107
agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.”
El contenido del pacto Mosaico era en esencia la Ley moral de Dios, los Diez
Mandamientos, las diez palabras de Dios para Israel. 142 Esa ley era la manera
en la que Dios le ordenaba a Israel vivir; era lo que la nación debía ser y hacer.
Y esa ley tenía que ver con la santidad: la santidad de la adoración a Dios; la
santidad de la Persona de Dios; la santidad del Nombre de Dios; la santidad
del día de Dios; la santidad de la autoridad; la santidad de la vida; la santidad
del matrimonio; la santidad de la propiedad; la santidad de la verdad; y la
santidad del corazón.
Sin embargo, a ese pacto, la torá, Dios le fue agregando, además de los Diez
Mandamientos, otras ordenanzas y regulaciones, leyes civiles y ceremoniales,
que Israel debía también obedecer, porque su Dios, quien los había sacado de
Egipto, se las había dado.
Las leyes civiles, por un lado, servirían para gobernar su estado como una
nación política en el mundo. Regían asuntos como los derechos de propiedad;
el trato que le debían dar a los deudores; el trato a los esclavos, o a los pobres,
etc.
Las leyes ceremoniales, por otro lado, le fueron dadas a Israel como un cuerpo
religioso con el fin, no sólo de separarlo del resto de las naciones, sino
también para enseñarles a ser una nación pura. Y esas leyes tenían que ver con
días religiosos, comidas, sacrificios, ofrendas, etc.
Ahora, no sólo debemos tener claro el contenido del pacto, sino también sus
términos. Es claro, como lo leemos en Éxodo 19, que el pacto de Dios con
Israel era condicional: “si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto,” entonces,
“vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos…”
Es decir, había una condición para poder obtener las promesas que Dios le
ofrecía a Israel en este pacto. Y esa condición era obedecer esa Ley moral que
Dios les había dado en los Diez Mandamientos. Y no sólo obedecer los Diez
Mandamientos, sino también el resto de leyes -613 en total- que Dios le dio a
Israel por medio de Moisés registradas en el Pentateuco.
142 Éxodo 20: 1-17
108
Ahora, esa obediencia debía ser algo corporativo más que individual. Esto lo
sabemos porque a pesar de que el pecado abundaba entre los individuos que
conformaban la nación de Israel, al final del libro de Josué, Dios afirma que
“Israel sirvió a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que
sobrevivieron a Josué.”
Es decir, a pesar de que hubo muchos que se rebelaron contra Jehová, Dios
aún afirmaba la fidelidad corporativa de Israel a Su pacto.
De vivir así, en obediencia a la Ley de Dios, Él traería sobre ellos todas las
bendiciones estipuladas en el pacto. Y esas bendiciones las tenemos resumidas
en Éxodo 23, Levítico 26 y Deuteronomio 28.
Ahí Dios promete darles una tierra próspera; hacerlos una nación numerosa; y
estar con ellos como su Dios, morando entre ellos de una manera especial.
Sin embargo, en el pacto habían tres promesas claras que Dios le daría a Su
pueblo si obedecían Su voz. Cuatro de ellas las encontramos en Éxodo 19,
una de ellas es una confirmación de la promesa hecha a Abraham, y la otra
confirmada más adelante por medio de Moisés.
Cuarto, serían una nación santa. Es decir, una nación separada por Dios de
entre las demás naciones del mundo. Su obediencia garantizaría distinguirse
como nación en cuanto a su pureza y piedad, reflejando así la santidad de
Dios.
109
Esto fue lo que entendieron en Éxodo 19 cuando experimentaron la gloria de
Dios llenando el monte Sinaí. Cuando vieron los truenos y relámpagos, y la
espesa nube, se aterrorizaron y le exigieron a Moisés en Éxodo 20:19 que
intercediera por ellos delante de Dios.
110
dado a Israel en relación con su vida en la tierra de Canaán.
Cuál era, entonces, el propósito de este pacto divino con Israel? De nuevo,
Éxodo 19: 5-6,
“vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”
Los animales que debían y no debían comer; el tipo de ropa que debían vestir;
la manera en la que debían y no debían acercarse a Dios; etc, sólo servían para
separarlos de las demás naciones de la tierra y proteger así la venida del
Mesías.
111
Y Dios cumplió estas promesas hechas a la nación de Israel. El Señor les dio
la tierra de Canaán, les hizo una nación numerosa, les dio reyes, sacerdotes, y
los separó de las demás naciones de la tierra. El Antiguo Testamento da
testimonio de la fidelidad de Dios al pacto Mosaico,
“Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que Él
había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo,
ha faltado.” 143
Moisés, por lo tanto, no era la cabeza federal del pacto Sinaítico, sino sólo
sirvió como su mediador. Dios le decía a Moisés lo que debía decirle al
pueblo; y luego él llevaba la respuesta del pueblo o sus plegarias al Señor. Era
él como mediador quien le enseñaba al pueblo la voluntad de Dios. En Éxodo
20:19 leemos,
“Y dijeron a Moisés [el pueblo de Israel]: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos;
pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.”
Qué diferencia con el Nuevo Pacto en el cual, como dice Jeremías 31: 31-33,
todos los beneficiarios conocerán a Dios “desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande.” 144
143 1 Reyes 8: 56
144 Jeremías 31: 34
112
La segunda característica del pacto Sinaítico es su solemnidad. Cuando el
pueblo escuchó las Palabras de Dios pronunciando Su pacto con ellos como
nación dijeron,
Israel estaba entrando en pacto con Dios, por lo que fue rociado con la sangre
de los animales. “He aquí,” dijo Moisés en Éxodo 24: 8, “la sangre del pacto que
Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.”
“Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre,
vivirá en ellos. Yo Jehová.”
La realidad era que ningún israelita y por ende, la nación, cumplieron o podían
guardar perfectamente el pacto. Una y otra vez Moisés le informa al pueblo y
le recuerda esta triste realidad. En Deuteronomio 9: 23, recordándoles lo que
sucedió cuando subieron de Cades-barnea les dijo,
145 Éxodo 19:8
113
“también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni
obedecisteis Su voz.”
“Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; porque son una generación
perversa, hijos infieles.” 146
Fue por esa realidad que Dios proveyó todo un sistema sacrificial, por gracia,
por medio del cual la nación pudiera ser perdonada por Dios por causa de
todos sus pecados y violaciones contra ese pacto.
“Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar
mis palabras, y se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa
de Judá invalidaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres.” 147
“Pon a tu boca trompeta. Cómo águila viene contra la casa de Jehová, porque
traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.” 148
114
Por medio de ese pacto Dios controlaría la ocupación de la tierra, los límites
de la nación, y regularía también la realeza. Todo esto con el fin de cumplir las
promesas hechas a Abraham. Sin embargo, podrían ser perdidas por la
desobediencia de Israel siendo éste un pacto condicional.
Y Dios lo hizo dándole a Israel los Diez Mandamientos. Esa Ley gobernaría al
pueblo natural de Abraham y regularía su vida en Canaán. Y ese pacto, desde
el punto de vista de nuestra teología federal no era otra cosa que una
elaboración más amplia del pacto que estaba en vigencia desde antes de
Abraham.
Es decir, para los Bautistas Particulares del siglo XVII el pacto Mosaico no era
otra cosa que la re-publicación del pacto de obras. No era el pacto de obras
hecho con Adán, sino su re-publicación; dado a Israel, no con el fin de ofrecer
la vida al receptor del pacto, sino con otro fin totalmente distinto.
115
2. Mostrar la gracia del Evangelio de Dios: El pacto en Sinaí no fue dado para
cambiar los corazones de los israelitas. Le lay no tenía que ver con el cambio
de actitudes internas, sino con la necesidad de un cambio de corazón. Pero, el
pacto Mosaico era inútil para lograr esto.
La ley moral de Dios serviría para confrontar a cada israelita con la realidad,
mostrándoles su incapacidad para amar a Dios con todos sus corazones. De
hecho, Pablo le llama “el ministerio de muerte,” en su segunda carta a los
Corintios. 150
El fin del pacto Sinaítico era llevar a Israel a Cristo. Este fue el argumento de
Pablo cuando habló del pacto Mosaico en Gálatas 3,
“10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues
escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el
libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios,
es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El
que hiciere estas cosas vivirá por ellas.”
Con qué fin fue dada, entonces, la ley, según el apóstol? Versículo 24, “De
manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la fe.”
Y esto era algo que le había sido predicado, según el autor de la epístola a los
Hebreos, a Israel. Él dijo, “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena
nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en
los que la oyeron.” 151
Es decir, Dios no le dio la Ley a Israel para que ellos buscaran su propia
justificación, sino para predicarles la necesidad de que buscaran la justicia que
viene por la fe en la simiente que le había sido prometida a su padre Abraham,
y a Eva antes que a él.
“En la economía Mosaica, hubo tal recuerdo del Pacto de Obras revivido, con sus
términos y sanciones, como este que es llamado el ministerio de muerte y
verdaderamente engendraba para esclavitud…Pero, aún la promesa Salvación por el
Mesías, habiendo sido hecha mucho antes no fue debilitada, sino que fue subordinada
a los propósitos Evangélicos; y también el Evangelio les fue predicado a ellos, sin
embargo menos claro en tipos y sombras, por medio de lo cual fueron instruidos a
buscar la justificación para vida prometida por Cristo, y a ser libertados de la
150 2 Corintios 3: 7
151 Hebreos 4:2
116
maldición de la ley por medio de Él.” 152
Y a pesar de que ese sistema era incapaz de hacer que Dios perdonara el
pecado del pueblo, sí sirvió para apuntar a Israel a aquel que llevaría sobre Su
cuerpo la culpa por el pecado, con el fin de que fueran justificados por la
misma fe de Abraham en el Mesías prometido.
Sin embargo, el pacto Mosaico serviría para ampliar aún más esa muralla de
separación entre Israel y el mundo. Y el fin de todo esto era cuidar el linaje del
Mesías. La simiente prometida sería un descendiente natural de Abraham, por
lo tanto, su descendencia debía permanecer separada de los demás.
Por ello, una de las señales de incredulidad de Israel, y por lo cual Dios los
castigó tan severamente, era cuando pecaban mezclándose con mujeres de los
pueblos paganos. Lo que le estaban diciendo a Dios era, “No creemos en la
necesidad de esa simiente;” o, “no queremos a esa simiente prometida.”
La Ley moral de Dios sirvió para separarlos aún más y proteger así el linaje del
Mesías.
Pero, también, por causa del Mesías, Israel debía comprender lo que era
requerido para estar reconciliados con Dios; para ser Su Pueblo, y que Él
fuera su Dios. Y lo que Dios requería de ellos era que fueran perfectos. Si
ellos iban a ser salvos, ellos debían cumplir el pacto de Obras que había sido
quebrantado en Edén.
Y en el pacto Mosaico Dios re-publicó ese pacto de obras que debía ser
cumplido. Israel tenía la lámpara para sus pies, pero el resto de las naciones
andaban en tinieblas. Y Dios se lo dio a Israel para que pudiera ser cumplido
por el Mesías prometido. Israel había sido puesto bajo la ley para que el
Mesías pudiera redimir a Su pueblo cumpliendo la ley.
Y aquí fue, como dijimos la semana pasada, donde se equivocó Israel. Ellos
152
117
habían creído, confiando en su circuncisión, confiando en su parentesco con
Abraham, que ellos eran la simiente prometida, e intentaron justificarse
cumpliendo la ley.
“El evangelio, escribió Jeffrey Johnson, “no dependía de la justicia de las múltiples
simientes de Abraham, sino que el evangelio dependía exclusivamente de la justicia de uno
de los descendientes particulares de Abraham-Jesucristo.” 153
Pero, también el pacto Mosaico fue dado porque las demandas del pacto de
Obras debían ser satisfechas. El pacto Mosaico, en su esencia que era la Ley
moral de Dios, le había sido dado a Israel para mostrarle el gran costo del
evangelio.
Sin embargo, el pacto Mosaico le fue dado a Israel para que un israelita, la
simiente prometida a la mujer y posteriormente a Abraham llevara en su
cuerpo las maldiciones de la ley con el fin de redimir y justificar a la
descendencia espiritual de Abraham y darle a ellos las bendiciones y promesas
del pacto Abrahámico.
“13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, 14 para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu.” 154
“4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de
que recibiésemos la adopción de hijos.” 155
118
VI. Conclusión
Bueno, como acabamos de ver, todo esto ocurrió por causa del Mesías. En Su
paciencia Dios toleró el pecado de Israel porque “cuando vino el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a Su Hijo,” la simiente que le prometió a la mujer y luego a
Abraham; “nacido de mujer,” una descendiente de Abraham; “y nacido bajo la ley,”
es decir, miembro del pueblo que fue conformado como nación en el pacto
Mosaico, un israelita.
Fueron ellos, como leímos en Éxodo 19, quienes después de haber escuchado
el pacto de Dios juraron diciendo, “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.”
Inclusive, justo antes de entrar en la tierra de Canaán, estando frente a Josué,
juraron diciendo,
“Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses…serviremos a
Jehová, porque Él es nuestro Dios.” 156
Dios no mintió! Dios no quebrantó Su pacto hecho con Israel en Sinaí! Por el
contrario, fue Israel quien lo quebrantó! La única razón por la cual Dios no
desechó a la etnia de Israel como Su pueblo fue el Mesías que le había
prometido a Abraham.
Fue por causa del pacto de Gracia revelado a Abraham, por causa de la simiente
prometida, que Dios fue paciente con Israel y toleró su constante rebeldía y
sus constantes pecados en Su contra.
Pero, una vez venida la simiente; una vez ratificado el Nuevo Pacto con
Cristo; mediante Su muerte y Resurrección, Dios ya no tenía que seguir
tolerando a esa nación incrédula, por lo que fueron desechados. Cristo les
había profetizado que su reino les sería quitado y dado a un pueblo de
creyentes.
156 Josué 24: 16, 18
119
Y la prueba de que Dios había traído las maldiciones del pacto Mosaico
fueron evidentes en el año 70 cuando el general romano Tito entró en
Jerusalén y destruyó todo a su paso, incluyendo el templo. Dios había dejado
de ser Su Dios y ellos habían dejado de ser Su pueblo.
El Pacto Davídico
El libro de Jueces nos describe como se dio no sólo esa conquista, sino como
fue que Israel vivió estando en la tierra prometida. Y lo que leemos una y otra
vez es, “los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová.”
Pero, como queda claro al final del libro la mayor necesidad para ellos era un
157 Es interesante que esta rase se vuelve a repetir al final del libro en Jueces 21:25
120
rey fiel que pudiera gobernarlos, guiarlos y protegerlos. Esto fue lo que Dios
le había prometido a su padre Abraham, era lo que había profetizado por
medio de Jacob, y lo que les había recordado por medio de Moisés: “se
levantará cetro de Israel.” 158
El pecado estuvo en haber desechado la Ley de Dios con respecto al rey que
buscarían. En Deuteronomio 17 leemos que Dios les había dicho,
“14 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de
ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están
en mis alrededores; 15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios
escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a
hombre extranjero, que no sea tu hermano.”
Ellos no querían que Dios les escogiera un rey, sino que su deseo era
establecer ellos mismos un rey de su agrado. El rey debía, como les dijo el
Señor en Deuteronomio 17, liderar al pueblo a la santidad, evitando así la
degradación espiritual y moral del pueblo. Debía evitar que el pueblo volviera
espiritualmente a Egipto.
Y para ello cada rey debía tener una copia de la Ley y meditar de día y de
noche en ella. “La palabra de Dios,” escribió Jonty Rhodes, “sería el verdadero
poder detrás del trono.” 161
Pero, debido a que el pueblo de Israel no deseaba un rey así, Dios les dio a
Saúl, un benjaminita, un hombre atractivo a los ojos del pueblo, un hombre de
guerra, pero un hombre que no estimaba la Palabra de Dios.
Eventualmente Dios desecharía a Saúl y escogería para ser rey sobre Israel a
David, el pastor que sería rey. Y por medio del profeta Natán establece con él
un pacto, del cual leemos en 2 Samuel 7. Y el pacto surge del deseo de David
de construir una casa para Jehová.
158 Números 24:17
159 1 Samuel 8:5
160 Ibid
161 Jonty Rhodes. Covenants Made Simple. Página 83
121
Dios les había dado descanso en la tierra prometida, pero continuaba
morando, según el rey, en una tienda. El arca del pacto y la presencia de Dios
necesitaban de un lugar más permanente. Entonces, Dios envía a Natán y le
dice al rey,
“12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con
vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero mi misericordia no se
apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. 16 Y será
afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente. 17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así
habló Natán a David.” 162
“3 Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: 4 Para siempre
confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. Selah” 163
Ahora, cuáles eran las características de este pacto hecho por Dios con David?
Israel, entonces, sería bendecido o castigado según la fidelidad del rey al pacto
de Dios. Esto es lo que vemos una y otra vez durante los distintos reinados en
Israel. En 2 Samuel 24, por ejemplo, David peca contra Dios censando al
pueblo, y por causa del pecado del rey Dios envía la peste sobre Israel
matando a 70 mil hombres.
162 2 Samuel 7: 12-17
163 Salmo 89:3-4
122
Porqué? Porque el rey actuaba en representación del pueblo. Cuando él era
obediente las bendiciones de Dios venían sobre él y sobre el pueblo, pero
cuando él violaba el pacto, el pueblo sufría las consecuencias.
Segundo, era un pacto hecho con la casa de David. Es decir, no era un pacto
hecho con todas las tribus que descendieron de Abraham, sino solamente con
la tribu de Judá. Por medio de él vendría la bendición hecha por Jacob a Judá,
“No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga
Siloh; y a Él se congregarán los pueblos.” 164
Esa fue la razón por la cual Dios preservó a la tribu de Judá a pesar de haber
tenido reyes, descendientes de David, tan perversos como los del reino del
norte, el reino que estuvo conformado por las 10 tribus restantes de la nación,
luego de ser dividido Israel.
Esa es la razón, además, por la cual el libro de Reyes registra únicamente las
genealogías de los reyes de Judá. Porque esa era la tribu más importante, pues
de ella vendría el Mesías prometido.
La tercera característica del pacto Davídico es que tiene que ver con la
promesa incondicional de Dios con respecto al hijo de David. “Yo levantaré
después de ti,” le prometió Dios a David, “a uno de tu linaje.”
La esencia del pacto Davídico sería un hijo particular de David. A ese hijo, “el
cual procederá de tus entrañas,” Dios afirmaría su reino y el trono de su reino. Y
como si fuera poco Dios promete estar siempre con él. “Yo le seré a él padre,”
dijo Dios, “y él me será a mí hijo.”
Cuarto, sería este hijo quien edificaría casa a Jehová. Es decir, no sería David,
sino éste hijo prometido.
164 Génesis 49:10
123
Esto lo vemos en el contexto inmediato, pues si ese hijo de David hiciere el
mal, Dos le castigaría con vara de hombres y con azotes, como dice el
versículo 14.
Por otro lado, Salomón, el hijo de David reinó sobre su pueblo y fue él quien
le edificó casa a Jehová, como Él le había prometido a David. Fue Salomón
quien edificó un lugar con el fin de que Dios estableciera Su morada entre Su
pueblo para siempre.
Además, el reino que establecería este hijo suyo sería, por consecuencia,
eterno también. Es por eso que David dice en 2 Samuel 7:19, “Y aún te ha
parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por
venir.”
Y esto es claro cuando leemos los salmos del rey David. Él escribió de ese
hijo prometido que saldría de sus entrañas y que sería su Señor, su adonai,
como escribió de Él en el Salmo 110. 165
David entendió, entonces, que Dios no sólo estaba hablando de eventos que
ocurrirían en la proximidad de su vida, sino de algo que también ocurriría en
el futuro con uno de sus descendientes.
La sexta característica es que este pacto no sólo era incondicional, sino que
también contenía un grado de condicionalidad. Dios prometió
incondicionalmente traer un rey que establecería el reino de David
eternamente. Él lo había prometido y era lo que iba a hacer
incondicionalmente.
Ese era Su plan. David no tenía que hacer nada para que esta promesa se
cumpliera. Sin embargo, las promesas respecto a la descendencia natural de
David, Salomón y los demás reyes de Israel, y a las bendiciones para ellos
dependían de su obediencia a Dios. En el Salmo 132, Dios le confirmó la esta
165El término Adonai era un hebraísmo para referirse a Dios. Significa “señor” y fue usado con el fin de no
blasfemar el nombre de Dios: “Jehová”
124
condicionalidad a David,
“1 Así dijo Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra, 2 y
di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David,
tú, y tus siervos, y tu pueblo que entra por estas puertas. 3 Así ha dicho Jehová:
Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni
robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este
lugar. 4 Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en lugar de
David se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las
puertas de esta casa; ellos, y sus criados y su pueblo. 5 Mas si no oyereis estas
palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desierta. 6 Porque
así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y
como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades
deshabitadas. 7 Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán
tus cedros escogidos y los echarán en el fuego. 8 Y muchas gentes pasarán junto a esta
ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así Jehová con esta gran
ciudad? 9 Y se les responderá: Porque dejaron el pacto de Jehová su Dios, y adoraron
dioses ajenos y les sirvieron.” 167
Es por eso que David le encomienda estas palabras a su Hijo Salomón antes
de sucederlo en el trono,
Si los hijos de David desobedecían, entonces, Dios los quitaría del trono, y
siendo ellos los representantes de Israel, Dios castigaría al pueblo como
consecuencia del pecado del rey.
166 Salmo 132:11-12
167 Jeremías 22: 1-9
168 1 Reyes 2: 3-4
125
II. La Teología del Pacto Davídico
Para David la promesa de Dios era incondicional. Así fue como lo dijo el rey
al final de 2 Samuel 7,
Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo para que permanezca perpetuamente
delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la
casa de tu siervo para siempre.” 169
Pero, por otra lado, la promesa a los hijos de David era condicional. Ellos
debían obedecer los mandamientos de Dios, ese era el requisito para Salomón
y sus descendientes, si querían permanecer en el trono. Ninguno de los hijos
de Salomón tenían la seguridad de permanecer en el trono. El requisito para
permanecer perpetuamente en el trono era la obediencia perfecta a la Ley de
Dios.
169 2 Samuel 7: 29
126
sobrenatural, Jesucristo, quien vino del linaje de David. 170
Ninguna de las simientes naturales de David pudo cumplir con el requisito del
pacto Davídico. Todos ellos, desde Salomón hasta el último de los reyes de
Israel violaron el pacto con David. Al final de la vida de Salomón la Biblia
registra esta triste realidad,
Y el relato continúa diciendo que por causa del pecado de Salomón contra el
pacto Davídico, Dios se enojó contra él y dividió al reino de Israel en dos. Y
así como ocurrió con Salomón fue con todos sus descendientes. Ninguno de
ellos pudo cumplir las condiciones del pacto.
Sin embargo, por causa de su pecado el reino fue dividio y fue sucedido por
170 María, la madre del Señor Jesucristo era del linaje de David lo que le daba cumplimiento a la promesa del
pacto Davídico, pero José, su padre adoptivo, lo era también, confiriéndole a Jesús el derecho a reclamar el
trono de David (ver Mateo 1:16 y Lucas 3:23ff)
171 1 Reyes 11: 1-8
127
sus hijos pecadores quienes llevaron al final al pueblo de Israel al cautiverio.
Pero, fue Jesús quien verdaderamente estableció el reino de Dios. Fue Él
quien le dio verdadero reposo a Su pueblo de sus enemigos. Sólo Jesús es el
eterno Rey de Dios sentado en el trono de David.
Y fue por esa razón por la cual la muerte no tenía potestad sobre Él y por l
cual resucitó y asumió lo que era Su derecho, el trono de David. Este fue el
argumento de Pedro en su primer sermón en Pentecostés,
“24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible
que fuese retenido por ella. 25 Porque David dice de él: Veía al Señor siempre
delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.” 172
“29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió
y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo
profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en
cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo
antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni
su carne vio corrupción.” 173
La realidad es que para este tiempo Dios había cumplido todas Sus promesas.
Cuando Salomón tomó el trono dijo lo siguiente,
“24 Porque él señoreaba en toda la región al oeste del Eufrates, desde Tifsa hasta
Gaza, sobre todos los reyes al oeste del Eufrates; y tuvo paz por todos lados alrededor.
25 Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su
higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.” 174
Justo como lo había prometido a Abraham en Génesis 15, no sólo era Israel
tan grande como las estrellas del cielo, sino que ahora habitaba en la tierra
prometida. Es por eso que el rey, meditando en las promesas de Dios para el
pueblo dijo,
172 Hechos 2: 24-25
173 Hechos 2: 29-31
174 1 Reyes 4:20-21
128
“23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo
en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante
de ti con todo su corazón; 24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le
prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este
día.” 175
Dios fue fiel, no así Israel ni ninguno de sus reyes. Pero, a pesar de su
infidelidad el trono de David continuaba teniendo esperanza. Y esto por causa
del rey prometido. Hasta que viniera ese Rey la casa de Judá permanecería en
pie.
“El pacto Abrahámico prometía que ese niño sería el hijo de Abraham. En el pacto
Mosaico, aprendimos que el niño sería un profeta. Finalmente, el pacto Davídico
prometía que el profeta sería el hijo real de David. En cada pacto sucesivo, la
esperanza del evangelio se hacía cada vez más específica, de un hijo varón de la
humanidad a un hijo de Israel, y de un hijo de Israel a un hijo de David.” 176
El Nuevo Pacto
Ese plan no era otra cosa que el Pacto de la Redención; por el cual Dios
manifestaría Su infinita gloria redimiendo a un pueblo de entre una raza de
hombres pecadores, a los cuales el Padre había elegido en la eternidad, se los
había entregado en las manos a Su Hijo con el fin de que Él los redimiera
viniendo a la tierra, y en los cuales el Espíritu Santo haría esa salvación una
realidad.
Fue por causa de ese Pacto eterno que Dios creó el universo. Fue por ello que
Dios creó a Adán y a Eva. Fue por ello que hizo el Pacto de Obras con el
primer hombre. Fue por ello que hizo, luego de que Adán quebrantara por su
pecado el pacto en Edén, un nuevo pacto en el cual le reveló a él el Evangelio:
la promesa de una simiente proveniente de la mujer.
175 1 Reyes 8: 23-24
176 Jeffrey Johnson. The Kingdom of God. Página 226
129
Esa simiente vendría a deshacer todo lo que Satanás había hecho, pero sufriría
el castigo en sustitución de Adán y Eva.
Fue por causa de ese pacto eterno que Dios volvió a visitar a los
descendientes de Adán, quienes habiéndose rebelado contra Dios, merecían la
muerte. Y en Su gracia los visitó y preservó la vida de Noé y su familia. E hizo
un pacto con él de preservar el mundo para la llegada de esa simiente
prometida.
Fue por causa de ese pacto eterno que el Señor visitó a Abraham y por gracia
hizo un pacto con él en el cual le prometía primeramente una simiente
particular por medio de la cual Él bendeciría a las naciones. Pero un pacto,
también, que incluía hacer de su descendencia un gran reino en la tierra.
Por causa de esa promesa Dios se acordó de Israel cuando estaba bajo la dura
servidumbre de Egipto. Y lo sacó con mano poderosa y los llevó bajo Sus alas
hasta el monte Sinaí en donde hizo un pacto con ellos: Él los haría una nación
en su propia tierra bajo una constitución: Su ley.
Fue por ese pacto eterno que visitó a Israel e hizo pacto con David
progresando en esa revelación del Evangelio prometiéndole una simiente
particular que establecería el reino eternamente; pero también jurándole un
linaje de reyes. Esos hombres debían, como debió hacerlo el mismo David,
guiar espiritualmente a Israel evitando que volvieran espiritualmente a Egipto.
“70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71 De tras las
paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. 72 Y
los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus
manos.”
177 Ver Salmo 78: 10-11, 17, 21-22, 32, 37, 56; Jeremías 11:7-10; Oseas 8:1
130
Sin embargo, ni David, ni su hijo Salomón, ni ninguno de los otros reyes de
Israel lo hicieron. Desde David hasta Sedequías todos violaron el pacto hecho
por Dios con David, su padre.
Israel se había cortado, por su rebelión, de las bendiciones hechas por Dios a
Abraham. Por haber violado el pacto con Dios no sólo fue dividió el reino en
tiempos de Salomón, sino que también Dios los envió en cautiverio como
esclavos.
“25 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado, y a
todo incircunciso; 26 a Egipto y a Judá, a Edom y a los hijos de Amón y de Moab, y
a todos los arrinconados en el postrer rincón, los que moran en el desierto; porque
todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de
corazón.” 178
Un rey pasaba y otro nuevo subía al trono, pero todo continuaba igual. Aquel
que debía representar al pueblo delante de Dios llevaba cada vez más al
pueblo a la ruina espiritual.
“31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa
de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día
que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi
pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que
haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su
mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano,
diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos
hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me
178 Jeremías 9: 25-26
131
acordaré más de su pecado.”
Lo primero que debemos notar es que este pacto hecho por Dios es un “nuevo
pacto.” No se trata de una nueva administración del pacto antiguo, sino de un
pacto completamente nuevo: “no como el pacto que hice con sus padres,” es lo que
afirma el profeta en el versículo 32.
La ley del creyente, la ley de todo miembro de este Nuevo Pacto, que estaría
escrita en sus corazones, sería la misma Ley moral que Dios le había dado a
Israel en tablas de piedra en Sinaí.
Esto es lo que vemos en el libro de los Hechos. Allí Dios nos revela el Nuevo
Pacto siendo ejecutado en el tiempo y el espacio: los judíos, prosélitos y
gentiles, todos los miembros del Pacto recibiendo la promesa del Espíritu
179 Juan 3: 1-8
132
Santo.
4. Dios haría de los individuos del Pacto un pueblo en comunión con Él: El
profeta Jeremías lo dice así, “y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”
Este Pacto no promete individuos andando cada uno por su lado, sino en una
comunidad pactual, no sólo con Dios, sino unos con los otros.
5. Todos los miembros del Nuevo Pacto conocerán a Dios: En Jeremías 31:34
leemos, “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:
Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová.”
6. Dios perdonará los pecados de los miembros del Pacto: La promesa del
Nuevo Pacto es la remoción de todos los pecados de los individuos de ese
pueblo de Dios. Ezequiel 36:35 dice,
7. Dios dará una habitación eterna para los miembros del Nuevo Pacto: Como
le había prometido a Adán; como se lo prometió a Abraham; y como se lo
prometió a David, Dios proveería en este Nuevo Pacto la tierra prometida. Él,
dice Ezequiel 36:24,
133
“os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro
país.”
En Jeremías 32: 41, dice, “Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en
esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.” Esa tierra no es otra cosa
que la ciudad esperada por Abraham, “que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios.” 180
Ahora, si este pacto no era una nueva administración del pacto antiguo, como
dijimos, sino un “nuevo” pacto, entonces la pregunta que debemos responder
es: Qué hace de él algo nuevo?
“31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa
de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día
que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi
pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.”
Todo el lenguaje de Dios con respecto a este Nuevo Pacto es: “Yo os tomaré,”
“esparciré,” “Os daré,” “quitaré,” “pondré,” “haré,” “os guardaré,” “Multiplicaré,” etc.
181
“No lo hago por vosotros,” es lo que dice en Ezequiel 36: 22, “sino por causa de mi
santo nombre.”
2. Todos los miembros del Nuevo Pacto serán transformados: Todos los
miembros tendrán sus pecados perdonados, serán regenerados, y conocerán
personalmente a Dios.
A diferencia del pacto antiguo en el cual por cada 12 Acabs, o por cada 20
180 Hebreos 11: 10
181 Ezequiel 36: 22-30
134
Manasés, o por cada 30 Corés, había uno de sus miembros que conocía
personalmente a Jehová; en este Nuevo Pacto esta sería una realidad para
todos los miembros.
Los hijos del profeta Elí, por ejemplo, conocían el nombre de Jehová; ellos
ministraban en Su nombre; pero, a pesar de ser miembros del pacto antiguo,
no le conocían.
Todos y cada uno de los miembros del Nuevo Pacto serían hijos espirituales
de Abraham por la fe. Su conexión con Dios no sería algo meramente
externo, no sería sólo de nombre, ni por ascendencia, sino que sería una
conexión interna, del corazón, por la fe.
Escribió J. R. Williamson,
“El fracaso del pueblo era descarado y continuo, y clamaba por un nuevo pueblo de
Dios, constituido por algo más que el nacimiento físico y una mera conexión externa
con Dios. Debía existir un pueblo que fuera el pueblo de Dios no sólo de nombre, sino
182 James White. The Newness of the New Covenant. Recovering a Covenantal Heritage. Página 363-364
135
del corazón también, un pueblo que, como una comunidad pactual estuviera marcado
por el conocimiento del Señor y la experiencia del perdón de pecados.” 183
Por lo tanto, así como el pacto antiguo incluía en su membresía a los hijos
circuncidados descendientes de Abraham, de la misma manera en el Nuevo
Pacto deben ser aceptados como miembros los hijos de los creyentes. Porqué?
Porque el Nuevo Pacto es simplemente una administración del mismo Pacto.
136
“Sin duda alguna Jeremías distingue el Nuevo Pacto como uno que no puede ser
quebantado…sería completamente internalizado…demostrando que Dios mismo
traería una transformación interna profunda en su pueblo pactual…Así que en el
pacto del que habló Jeremías la salvación vendría a cada participante. No habrían
excepciones.” 184
Es decir, para Pratt el cumplimiento del Nuevo Pacto se dará con la segunda
venida del Señor Jesucristo. En este tiempo el pacto es quebrantable y el
pueblo está conformado, como en el Antiguo Pacto, por una comunidad
mixta de personas, creyentes e incrédulos, siendo éstos últimos los hijos de los
creyentes.
Sin embargo, es esto consistente con las Escrituras? Habla la Biblia acerca del
establecimiento o futuro cumplimiento del Nuevo Pacto? Y la respuesta es
afirmativa.
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas.”
137
aún pendiente. De hecho, el tiempo verbal en el original indica una acción que
ya fue completada. 186
“26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de
los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día,
como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados,
y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí
mismo.” 188
186 El verbo se encuentra en tiempo presente
187 Hebreos 10: 19-22a
188 Hebreos 7: 26-27
138
Pero, el testimonio más claro lo tenemos en los Evangelios. Cuando el Señor
instituyó la Cena, Él le dijo a Sus discípulos,
“26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus
discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y
habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi
sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”
189
Ya no más un remanente, sino que ahora todos los miembros del pacto,
gracias a la obra perfecta de Cristo en la cruz, reciben todas las promesas, no
en un futuro, sino hoy por medio de la fe.
Cómo pudo Cristo hacer esto? Bueno, siendo Él mismo el verdadero Israel.
189 Mateo 26: 26-28
139
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.” 190
“De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce;
desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a
Babilonia hasta Cristo, catorce.”
Poco tiempo después de que Jesús naciera Herodes quiso matarlo. Un ángel
se le apareció a José y le dijo que se llevara a Él y a su madre a Egipto. Y
noten lo que escribe Mateo,
“y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor
por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” 191
Así como Dios declaró esto de Israel en el Antiguo Testamento, ahora, estaba
afirmando lo mismo del verdadero Israel, Jesucristo.
Pero, el Antiguo Testamento hablaba de Israel como la viña que fue plantada
por Dios. “Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos,” dijo Isaías 5:7, “es la casa de
190 Mateo 1:1
191 Mateo 2:15
192 Mateo 3:17
140
Israel.” Fue Dios quien la había plantado y fue Él quien la había cuidado. Pero,
esa viña fue hollada y consumida por ser una mala viña.
E. Conclusión
Entonces, la gloria del Nuevo Pacto es que Jesucristo vino a cumplir el pacto
de obras que fue quebrantado en Edén; fue quien vino a cumplir
verdaderamente el requisito de la circuncisión del pacto Abrahámico; quien
vino a cumplir perfectamente el pacto Mosaico; y quien vino a cumplir el
pacto Davídico en representación de Su pueblo.
“A pesar de que la narrativa histórica del Antiguo Testamento termina con fracaso,
lleva consigo la esperanza de la victoria. El reino de Dios permanecía en ruinas, pero
la simiente prometida de la mujer daba esperanza a todos aquellos que creyeran. El
pacto de obras sería cumplido, pues el segundo Adán establecería el reino de Dios
cumpliendo el mandato del pacto. El nuevo Adán sería el hijo de Abraham, el hijo
real de David, el nuevo Profeta, un Sacerdote Santo, y un Rey Justo. El reino de
Dios triunfaría sobre el reino de las tinieblas, pues este es el mensaje central del
Antiguo Testamento. Toda la historia de la redención en el Antiguo Testamento
apuntaba ultimadamente a una persona –Jesucristo.” 193
Por lo tanto, si alguien ha de ser salvo, debe estar unido al verdadero Israel
por medio de la fe. De otra manera se encuentra fuera del pueblo de Dios y
por lo tanto bajo la condenación del pacto de obras. En este Israel está la
gracia de Dios disponible para los que se acercan a Él por la fe.
Y el que está en este Israel, a diferencia del Israel del Antiguo Testamento,
será verdaderamente salvo.
193 Jeffrey Johnson. The Kingdom of God. Página 228
141
Las Implicaciones de Nuestra Teología Federal
Como les había dicho al inicio de este estudio, para Charles Spurgeon, el gran
predicador inglés del siglo XIX, el estudio de los pactos divinos era “la médula
de la divinidad.” Para este pastor “aquel que no conoce los pactos conoce casi nada del
evangelio de Cristo.”
“La médula está en el centro de los huesos que dan forma a nuestro cuerpo. Así la
doctrina de los pactos se encuentra en el centro de la teología, y la salud de cualquier
sistema teológico depende de su entendimiento de esta verdad.” 194
Ahora, si hay algo que debemos tener aún más claro es que nuestro
entendimiento de los pactos divinos trae consigo implicaciones teológicas y
doctrinales que nos hacen ser la iglesia que somos. Como les dije al inicio:
nosotros somos Bautistas Reformados, creemos lo que creemos, hacemos lo
que hacemos, precisamente por tener un entendimiento específico del
federalismo bíblico.
194 Walter Chantry. The Covenants of Works and Grace. Kindle-Loc 17
142
bíblica. Se trata de conocer, como dijo Graeme Goldsworthy, el gran panorama
de la revelación divina. 195
Fue por medio de la obra perfecta de Cristo en la cruz del Calvario que Dios
decidió glorificarse a Sí mismo, por lo tanto, es a Cristo a quien debemos
encontrar en las Escrituras y a quien debemos predicar.
“Él es,” como escribió Douglas van Dorn, “el Dios pactual del Antiguo
Testamento,” pero que aparece en el Nuevo Testamento, “en la carne.” 196
Nuestro federalismo nos debe mostrar con una mayor claridad al Dios de la
Biblia y nos debe llevar a Él en adoración.
195 Muchas definiciones se han dado al respecto. Sólo quiero citar algunas de ellas: “La teología bíblica es la rama
de la Teología Exegética que trata con el proceso de la auto-revelación de Dios depositada en la Biblia.” (Geerhardus Vos.
Citado por Vern Poythress en, “Kinds of Biblical Theology,” Westminster Journal of Theology 70 (2008):
130). “La teología bíblica…busca descubrir y articular la unidad de todos los textos bíblicos tomados juntos” (D. A. Carson
en New Dictionary of Biblical Theology. Página 100). “Desde la perspectiva del predicador evangélico, la teología bíblica
involucre la búsqueda por el gran retrato, o el gran panorama, de la revelación bíblica.” (Graeme Goldsworthy. Preaching
the Whole Bible as Christian Scripture. Página 22)
196 Douglas van Dorn. Covenant Theology. A Reformed Baptist Primer. Página 144
143
Es por ello que cuando le adoramos no lo hacemos de cualquier forma. No, si
éste es el Dios de la Biblia, entonces le adoraremos como Él desea ser
adorado.
Es decir, nuestra teología federal debe hacer de nosotros una iglesia regida por
lo que se conoce como el Principio Regulador de la Adoración. Nuestra
confesión lo dice de esta manera,
“el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por Él mismo, y está de
tal manera limitado por Su propia voluntad revelada que no se debe adorar a Dios
conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de
Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en
las Sagradas Escrituras.” 197
Es decir, conocer al Dios de los pactos, al Rey soberanos del universo, debe
llevarnos a adorarle conforme a lo que Dios nos ha mostrado en la Biblia. Es
Él quien decide los medios o elementos por medio de los cuales será adorado
por Su pueblo.
144
Porqué, entonces, adoramos a Dios como lo hacemos? Porqué no buscamos
ser como Nadab y Abiú, hijos de Aarón? Por causa de nuestro entendimiento
de los pactos divinos.
Saber lo que Dios ha hecho por nosotros y que planeó en la eternidad para Su
gloria debe llevar a todo cristiano, y especialmente a nosotros como Bautistas
Reformados, a buscar que la Palabra de Dios llegue hasta nuestros corazones
y cambie nuestra vida.
Pero, no sólo nos debe llevar a crecer en santidad, sino que nos debe llevar a
servirle a Dios de una manera distinta. De nuevo, Hebreos lo dice así; después
de haber mostrado la superioridad del Nuevo Pacto sobre el Antiguo, dice,
“Así que recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mdiante ella
sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.” 202
“Debe el cristiano temer a Dios?,” preguntó el pastor Eric hace dos semanas. Por
supuesto que sí. Pero, porqué? Por lo que nos ha mostrado de Sí mismo en el
Evangelio que fue revelado en los pactos divinos.
200 Hebreos 2:1
201 Ibid 2:3
202 Hebreos 12: 28
145
4. En nuestra doctrina de la Iglesia
Desde Adán y Eva; Abel y Set; Lamec y Noé; Sem y Heber; Abraham, Isaac y
Jacob; Moisés y Josué; David y todo el remanente espiritual de Israel, junto
con todos aquellos que han creído luego de Su ascención, forman juntos la
Iglesia.
Pero, sobre todo nuestro compromiso con esta iglesia local se debe
mostrar en buscar una membresía biblica. Es decir, debe ser nuestro
entendimiento federal lo que defina quienes deben ser miembros de esta
iglesia local.
146
Nuestro compromiso con la iglesia debe ser el de ser vigilantes de que
sólo se admitan a su membresía verdaderos creyentes. Eso fue lo que el
Señor Jesucristo le ordenó a Sus discípulos antes de subir al cielo. Él les
dijo,
Y cómo entendieron esto los apóstoles? Qué estos discípulos que debían
hacer eran sus hijos bebés como argumentan algunos presbiterianos? No,
sino que entendieron la gran comisión como la orden de hacer discípulos
de Cristo predicando el Evangelio yendo a las naciones, y que aquellos
que creyeran ese mensaje fueran bautizados y luego contados como
miembros de la Iglesia.
Eso es lo que nos muestra el libro de los Hechos. Pedro, por ejemplo,
por el poder del Espíritu Santo se levanta en Hechos 2, predica el
evangelio, y de pronto los hombres son convencidos de su pecado y
creyeron, y dice en Hechos 2: 41,
“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel
día como tres mil personas.”
“trataba de juntarse con los discípulos [de nuevo: discípulos de quien?]; pero todos
le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.” 205
147
importante para admitirlo en la iglesia. No fue hasta que Bernabé dio
testimonio de Pablo que la iglesia en Jerusalén lo aceptó y lo envió como
misionero.
Usar pasajes como Mateo 13, por ejemplo, para insistir en que la iglesia
es una comunidad mixta; o los pasajes en Hebreos que hablan de la
apostasía, para justificar la inclusión de incrédulos en la iglesia es
totalmente injustificada.
Como les dije, esto no lo podremos saber infaliblemente, pero debe ser
nuesro anhelo que esta iglesia local refleje lo más fielmente posible el
caracter del pueblo del Nuevo Pacto.
148
En Efesios 3:10 el apóstol Pablo afirmó que la “multiforme sabiduría de
Dios” fue dada a conocer “por medio de la iglesia.” Ese término “multiforme”
quiere decir literalmente, “multicolor.”
Todos los términos que usó el Antiguo Pacto para el pueblo físico de
Israel, ahora son usados para esta comunidad del Nuevo Pacto. Porqué?
Porqué afirmamos ser el Israel de Dios? Porque odiamos a los judíos?
Porque somos anti-semitas?
149
El verdadero Israel nunca estuvo constituído exclsuivamente por
descendientes naturales de Abraham. Este fue el argumento de Pablo en
Romanos 9. “Ha fallado la Palabra de Dios? Ha fallado el Pacto de Dios con
Israel? De seguro que sí porque muchos se están perdiendo.”
Es por causa de nuestra teología de los pactos divinos, no sólo por lo que nos
sujetamos a un principio regulador de la adoración, sino que buscamos
administrar apropiadamente los sacramentos dados en el Nuev Pacto.
210 Romanos 9: 6-7
211 Ibid. Página 148-149
150
“el Bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas que han sido positiva y
soberanamente instituidas por el Señor Jesús, el único legislador, para que continúen
en Su iglesia hasta el fin del mundo.” 212
Bautizar incrédulos, sean bebés o adultos, es, entonces, una violación del
Principio Regulador de la Adoración. Porqué? Porque estaríamos
realizando algo que no ha sido ordenado por el Señor. Este es el
Principio que tanto defienden con nosotros los presbiterianos, pero que
tan inconsistentemente violan.
212 CBL 1689. 28.1
213 Douglas van Dorn. Ibid. Página 152
214 Efesios 1:13; 4:30
215 Samuel Waldron. A Modern Exposition of the 1689 Baptist Confession of Faith. Página 351
216 Colosenses 2: 11-13
151
“La dificultad en este tema es que el bautismo por naturaleza involucra una
profesión de fe; esa es la manera en la que por la ordenanza de Cristo, Él debe
ser confesado delante de los hombres; pero los infantes son incapaces de hacer tales
confesiones; por lo tanto no son sujetos apropiados para el bautismo. O, para
afirmar el tema de otra forma: los sacramentos pertenecen a los miembros de la
iglesia; pero la iglesia es la compañía de creyentes; los infantes no pueden ejercer fe,
por lo tanto ellos no son miembros de la iglesia, y consecuentemente no deben ser
bautizados…Con el fin de justificar el bautismo de infantes, debemos alcanzar y
autenticar tal idea de la iglesia que permita incluir a los hijos de padres
creyentes.” 217
152
b. La Cena del Señor. Este sacramento, dado también por el Señor a la
iglesia, representa una comida perpetua con el fin de mantener la
esperanza y la expectación de la Iglesia en aquel día cuando Cristo
vuelva.
Por lo tanto, debe ser realizada por la iglesia reunida, cuando ésta se
reúna, pues representa también el compromiso que existe entre los
creyentes que son miembros de una comunidad de fe local. Por lo tanto,
si alguien no pertenece a una iglesia local, y si no están bajo el cuidado de
otro hermanos en la fe, esa persona no debería tomar del sacramento.
5. En nuestro evangelismo
219 J. R. Williamson. Ibid. Página 215
153
prometido será una realidad, que el creyente irá al mundo predicando con
confianza sabiendo que Dios salvará a Su pueblo.
af
Nuestros hijos
154
Análisis Histórico de la Teología Federal
Muchas de las doctrinas bíblicas que atesora la Iglesia han llegado hasta
nosotros mediante un desarrollo paulatino. Esto no quiere decir que estas
doctrinas no se encuentren claramente enseñadas en la Biblia, sino que se
encuentran dispersas a lo largo de las Escrituras y que pueden ser
comprendidas únicamente cuando estudiamos todos esos pasajes en conjunto
para derivar nuestra teología.
Esto no quiere decir que Pablo no creyera lo mismo que creemos nosotros
con respecto a Dios, pues si le pudieramos haber preguntado a Pablo si el
Padre es Dios, hubiera respondido afirmativamente. Si le hubiéramos
preguntado si Jesús es Dios igualmente hubiera respondido con un sí. Y si le
hubiéramos preguntado si el Espíritu Santo es Dios la respuesta habría sido la
misma. Y esto es evidente en sus escritos en el Nuevo Testamento.
Por ejemplo, la epístola de Bernabé escrita entre los años 70 y 135 d. C y que
trata sobre la relación entre el judaísmo y el Cristianismo habla claramente en
un lenguaje de pactos. Afirma, por ejemplo, que Moisés rompió las tablas del
pacto con el fin de que “el pacto del amado Jesús fuera sellado en nuestros corazones.”
155
220
Más adelante afirma que Moisés recibió el pacto de Dios como siervo, pero
que el Señor Jesús “nos lo dio directamente a nosotros para hacernos el pueblo de la
herencia, sufriendo por nosotros.” 221
Ireneo (202 d.C) habló de dos pactos (antiguo y nuevo) y de aquellos que eran
justos que tenían la Ley escrita en sus corazones y no en piedra. 222 Cipriano
quien muriera en el año 258 d. C dijo,
“la vieja circuncisión dio camino a la nueva, la circuncisión espiritual; la ley de Moisés
está cesando y una nueva ley es dada; existe ahora un nuevo pacto, y un nuevo
bautismo.” 223
“Todas las bendiciones que antes eran para los judíos son ahora para los Cristianos,
y los judíos deben unirse a la Iglesia para recibir el perdón de pecados.” 224
“Ahora, es cierto que muchos pactos verdaderos se les llama pactos de Dios, aparte de
los dos principales, el Viejo y el Nuevo, que cualquiera puede conocer leyéndolos. Pero
el primer pacto, hecho con el primer hombre, es ciertamente este: “En el día que
comiéres, ciertamente morirás.” 225
El argumento del patriarca es que todos los bebés son culpables de pecado
delante de Dios por haber quebrantado el pacto de obras en Adán, al igual
que toda la humanidad.
220 Epistle of Barnabas. 4.7 http://www.earlychristianwritings.com/text/barnabas-hoole.html
221 Ibid 14.4
222 Ireneus. Against Heresies. Libro 4.9.1
223 Cyprian. Treatise 12. Libro 1
224 Ibid
225 Saint Augustine. City of God. Página 688
156