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EL “CUADERNO DE BITÁCORA”
Esa memoria es un entramado que se conforma con diversos “textos” de los cuales es
posible aprender: el texto de nuestras propias experiencias, de nuestras formas de
pensar y de nuestra toma de posiciones frente a temas y problemas; el texto del
diálogo y de la construcción grupal y del intercambio colectivo; el texto de las
referencias conceptuales que se vayan produciendo... Seguramente, cada tema o
problema que se trabaje abrirá muchas líneas de ejemplificación, de
complementación, desde otras redes de experiencia, desde otras formas de pensar,
desde otros textos, desde producciones diversas...
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Ese entramado va adquiriendo una forma propia en cada uno de nosotros, de acuerdo
a los propios procesos de conocimiento, a sus modos de expresión y de compromiso
con el saber, a sus formas de construir lo que llamamos un Cuaderno de Bitácora. El
Cuaderno de Bitácora, como una especie de intertexto, se enriquecerá con el entramado
que cada uno vaya construyendo, con aportes hechos con libertad, con referencias al
contexto e incluso a la vida de cada uno. El sentido de producir un Cuaderno de
Bitácora es que cada una y cada uno vaya registrando los entretelones subjetivos y
reflexivos, relatando momentos que devienen trascendentes para el proceso,
trayendo –o no- a colación modos de pensar, experiencias y posicionamientos de
tradiciones pedagógicas o de compañeros de caminos; y hacerlo con cierta
autonomía y sin quedar atrapado en la rutina de escribir lo dicho por otros.
Bibliografía:
Bergson, Henri, La evolución creadora, Barcelona, Planeta-Agostini, 1985.
De Certeau, Michel, La invención de lo cotidiano. I. Artes de hacer, México, Universidad
Iberoamericana, 1996.
Foucault, Michel, Genealogía del racismo, Montevideo, Nordan-Altamira, 1993.
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2 Como se sabe, la horda primitiva estaba dirigida 3De modo similar, EE.UU., al finalizar la Segunda
por el macho todopoderoso que tenía el Guerra Mundial, obliga al Emperador japonés a
monopolio del poder sexual y mantenía a los hijos declarar públicamente que él no es Dios, lo que
bajo su dominio. Un día los hijos matan al padre y permite el origen de un nuevo tipo de institución
se lo comen, y como sienten culpa, erigen un tótem social, de un nuevo tipo de “ley”.
idealizando al padre asesinado.
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Bibliografía:
Argumedo, Alcira, Los silencios y las voces
en América Latina, Buenos Aires,
Ediciones del Pensamiento Nacional,
1996.
Castoriadis, Cornelius, La institución
imaginaria de la sociedad, Vol. 2, Buenos
Aires, Tusquets, 1993.
Enriquez, Eugene, La institución y las
organizaciones en la educación y la
formación, Bs. As., Novedades
Educativas, 2002.
Fernández, Lidia, Las instituciones
educativas, Bs. As., Paidós, 1994.
Frigerio, Graciela; M. Poggi, y G.
Tiramonti, Las instituciones educativas:
cara y ceca, Buenos Aires, Troquel, 1992.
Lewkowicz, Ignacio, Pensar sin Estado,
Buenos Aires, Paidós, 2004.
Marcuse, Herbert, Eros y Civilización,
Barcelona, Ariel, 1981.
Marí, Enrique, “Racionalidad e
imaginario social en el discurso del
orden”, en AA.VV., Derecho y
Psicoanálisis. Teoría de las ficciones y
función dogmática. Bs. As., Hachette,
1987.
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Bibliografía
Arendt, Hannah, La condición humana,
Barcelona, Paidós, 1993.
Bauman, Zygmunt, “De peregrino a
turista, o una breve historia de la
identidad”, en S. Hall y P. du Gay
(comps.), Cuestiones de identidad cultural,
Buenos Aires, Amorrortu, 2003.
De Alba, Alicia, “Prólogo”, en P.
McLaren, Multiculturalismo
revolucionario, México, Siglo XXI, 1998.
Duschatzky, Silvia, 1999, La escuela como
frontera, Bs. As, Paidós, 1999.
Maffesoli, Michel, El nomadismo.
Vagabundeos iniciáticos, Fondo de
Cultura Económica, México, 2004.
Maffesoli, Michel, Elogio de la razón
sensible: una visión intuitiva del mundo
contemporáneo, Barcelona, Paidós, 1997.
McLaren, Peter, La escuela como un
performance ritual, México, Siglo XXI,
1995.
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Reconocimiento del
mundo cultural
Otros espacios
Escuela
(espacio social,
institución,
micropolítica
cultural)
Otros espacios
Re-lectura / re-escritura
Maestro como pedagogo y trabajador de la cultura
Cuaderno de bitácora
“ Aproximación… ”
(Herramientas) Descripción densa
Otros espacios
Escuela
(espacio social,
institución,
micropolítica
cultural)
Otros espacios
Re-lectura / re-escritura
Maestro como pedagogo y trabajador de la cultura
Tenemos que producir discurso pedagógico sobre esta comprensión que vayamos
logrando, sin apurarnos a dar respuestas desde el sentido común o desde discursos
producidos desde fuera. Lo clave es poder realizar lecturas de la realidad y no
repetición de lecturas ya hechas. O, como decía Arturo Jauretche, mirar la realidad
con ojos propios.
Las dos líneas de producción van a desembocar en un producto, que es un documento
que presentarán los y las alumnas de 1º Año.
Cuaderno de bitácora
“ Aproximación… ”
(Herramientas) Descripción densa
Otros espacios
problematizar
des-naturalizar
Escuela
(espacio social,
institución, problemáticas / disputas
micropolítica por el sentido
cultural)
Otros espacios
Re-lectura / re-escritura
Maestro como pedagogo y trabajador de la cultura
En la escuela nos encontramos con ciertos sentidos que han sido naturalizados. De
lo que se trata es de problematizar, de des-naturalizar esos sentidos.
Desde allí, la propuesta es que las alumnas y los alumnos construyan una interpelación
a la escuela, pero también a las organizaciones, instituciones y espacios de la
comunidad, que se genera a partir del reconocimiento del mundo cultural escolar y
de las pugnas de sentidos que en ella se producen.
Cuaderno de bitácora
“ Aproximación… ”
(Herramientas) Descripción densa
Otros espacios
problematizar
des-naturalizar interpelación
Escuela
(espacio social, escuela,
institución, problemáticas / disputas
organizaciones
micropolítica por el sentido
cultural)
instituciones
espacios
Otros espacios
Re-lectura / re-escritura
Maestro como pedagogo y trabajador de la cultura
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Herramientas de la Práctica:
El enfoque metodológico del Campo de la Práctica
En cuanto a las Herramientas de la Práctica, en 1º Año se propone una Aproximación
y análisis cualitativo institucional. Como sabemos, el enfoque cualitativo tiene
diferencias básicas respecto del cuantitativo, como las que se presentan a
continuación:
Sin embargo, ambos enfoques o perspectivas (formas de enfocar o mirar) tienen que
combinarse para lograr un conocimiento más ajustado o que obtenga mayor certeza.
Muchas veces calificamos como “anómalas” a las conductas de los alumnos, por
ejemplo; en tiempos de complejidad, aquellas prácticas que son incomprensibles
desde nuestros parámetros, rápidamente desde la escuela las tachamos de anómalas
o anormales. Y de hecho, a veces, reclamamos más personal para los gabinetes
psicopedagógicos. De lo que se trata, en cambio, es de comprender qué significados
tienen esas prácticas o esas conductas para los adolescentes en el mundo sociocultural
en el que viven.
No pretendemos “sacar una foto” de la escuela; una foto no nos dice demasiado sobre
desde qué sentidos o significados cada sujeto está actuando en ese espacio escolar.
Trabajaremos con la idea de fotografía, pero preguntándonos por la mirada que saca
la foto (recordemos La cámara lúcida, de Roland Barthes) y por el significado de las
acciones, los posicionamientos, las relaciones, las prácticas, las resistencias, etc.
el anális is de la cultura ha
los s ignificados tienen de bus car y comprender
validez en el entorno es as s ignificaciones
donde s e producen
El desafío de la descripción densa será captar las redes de significación tejidas por
quienes pertenecen a una cultura. “Redes de significación” es algo similar a lo que
Freire llamaba “universo vocabular” (códigos, lenguajes, ideas, compartidas por
algunos, no siempre por todos). Es decir, debemos partir del reconocimiento de esas
redes de significación. La cultura misma, dice Clifford Geertz, es una urdimbre
simbólica, es una urdimbre de significaciones.
Los significados tienen validez en el mundo cultural donde se producen. Por eso
existe esa distancia entre los significados que otorgan a las actividades escolares los
maestros y los que otorgan los niños. En nuestra época es muy fuerte esa ruptura
entre los campos de significación de distintas generaciones.
Lo clave es reconocer que el ser humano está inserto en tramas de significación que
él mismo ha tejido. El análisis de la cultura, entonces, no pretende explicar
causalmente de los “fenómenos”, sino buscar y comprender esas significaciones.
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Para lograr esa descripción densa tenemos que asumir, en primer lugar, que esas
estructuras de significación son extrañas, evanescentes, irregulares, no explícitas;
están en permanente movimiento. Luego, tenemos algunas técnicas de trabajo
etnográfico:
el registro de lo relevado, pero no como una simple toma de notas que refleje
la realidad o nuestras interpretaciones personales sobre ella, sino como
desafío de “escribir la complejidad que se lee”; ese registro lo podemos hacer
en un diario de campo y en el cuaderno de bitácora;
C aptar y
c apturar el
“malentendido”
Dice Geertz que “la descripción densa es como tratar de leer un manuscrito extranjero,
borroso, plagado de elipsis, incoherencias, sospechosas enmiendas y comentarios
tendenciosos, y además escrito, no en grafías convencionales sino extrañas”. Sucede
que, habitualmente, entre los sentidos que diversos sujetos les dan a las cosas se
produce un malentendido. El objeto central de la descripción densa es captar y capturar
esos malentendidos, que revelan diferentes estructuras o campos de significación.
Para enriquecer este enfoque que se propone, les sugerimos leer el texto
Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura, de Cliffort Geertz
(1992).Ver ANEXO 1.
Vamos a presentarles algunas técnicas o ejercicios sencillos que nos permiten “relevar
significaciones”.
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Relato de vida
La vida de los adolescentes, aunque es corta, posee una riqueza infinita. Una de las
experiencias más hermosas de un adulto o un joven es una conversación con un
adolescente, varón o mujer. Y ahí no se trata de “empatarnos” sino de sorprendernos
o asombrarnos con esas cosas que ellos y ellas hacen, dicen, piensan, desean. Lo
interesante es dejarlos decir, creando un ambiente no ficticio para que se expresen.
Incluso, acompañarlos (en el caso de los trayectos cotidianos) simplemente
escuchándolos, mirándolos.
¡Qué interesante sería tener unos cuantos relatos de vida de adolescentes y luego
intercambiarlos con los compañeros del grupo!
Aunque son muchas (y otras) las diferencias entre “relato” e “historia” de vida, una
clave de la historia de vida es la posibilidad de poner en relación la biografía
particular con la gran historia.
Relato e historia de vida son técnicas útiles para recoger el discurso autobiográfico.
Ambas nos permiten comprender las prácticas, las ideas, los movimientos de un
actor, a partir de la relación con lo que “ha sido”, es decir, conectándolo con su
pasado en el que reconstruye las escenas y experiencias (y sus significados para él o
ella) que hoy lo hacen ser lo que es.
Pero, por lo general, los relatos de vida son meramente autobiográficos, mientras que
las historias de vida se refieren o procuran relevar las articulaciones entre las
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Sugerencia:
.
En estudios sobre la cultura suelen utilizarse, también, las historias de familia, para
reconocer las trayectorias históricas de toda una familia. Esas trayectorias pueden
ser: ocupacionales, educativas, espaciales (cambios de casa o de barrio), conyugales,
de consumos culturales, etc.
1. Siluetas humanas. Los significados sobre los otros (y sobre nosotros mismos) como
actores, podemos relevarlos a través del trabajo con siluetas humanas que dibujamos
en afiches. Por ejemplo, podemos trabajar con grupos de docentes y pedirles que:
La idea es proponer que en grupos escriban o dibujen describiendo qué tiene ese actor
(representado en la silueta) en la cabeza, qué tiene en los brazos, en las manos, en el
corazón, en la panza, en el sexo, en las piernas, en los pies…
Es interesante aquí cruzar las percepciones sobre el significado del ser docente que
tienen los propios maestros, a la hora de pensar en otros actores (niños, padres,
comunidad, etc.).
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Esta técnica es muy interesante trabajada con los niños. Por ejemplo, proponiendo
que un grupo trabaje la silueta del docente, otro del niño, otro de los padres, etc.
Suele ser sumamente interesante confrontar los afiches, por ejemplo, con la silueta
de la escuela que produjeron los maestros, con el que producen los niños. Así
también, los afiches sobre la comunidad, o sobre los saberes, las relaciones entre
ambas, etc.
La “mirada” en el video
Tal vez más difícil de trabajar (y también con cierta precaución institucional, las
debidas autorizaciones, etc.) es con el video-registro. La idea es que los alumnos o
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los maestros utilicen la cámara. Pedirles que filmen, por ejemplo durante 10 minutos,
cosas comos:
Claro que esta filmación la hace uno solo; aunque puede ser decidida en grupos. Lo
que revela son los modos con que miran los actores: cómo cargan a las imágenes con
sus significados y valores.
En tal caso, luego se pueden proyectar y trabajar sobre ellas con el grupo de alumnos
o docentes, e incluso confrontar lo que seleccionaron los distintos actores (adultos y
adolescentes). Es importante no poner énfasis en la calidad técnica de lo filmado,
sino en las miradas con que se mira el espacio escolar.
IMPORTANTE:
Cualquiera sea el formato elegido pondrán en juego
las herramientas propuestas.