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Examen ignaciano cotidiano

Antes de comenzar con el tema te dejo una imagen


y esta oración que refleja lo que vamos a trabajar:

Oración (Antoine de Saint-Exupéry)

No pido milagros y visiones, Señor,


pido la fuerza para la vida diaria.
Enséñame el arte de los pequeños pasos.

Hazme hábil y creativo para notar a tiempo,


en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida
los conocimientos y experiencias que me atañen todo debe salir bien.
personalmente. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades,
las derrotas y los fracasos son oportunidades
Ayúdame a distribuir correctamente en la vida para crecer y madurar.
mí tiempo: dame la capacidad de distinguir
lo esencial de lo secundario. Envíame en el momento justo a alguien
que tenga el valor de decirme la verdad con amor.
Te pido fuerza, auto-control y equilibrio
para no dejarme llevar por la vida y Haz de mí un ser humano que se sienta
organizar sabiamente el curso del día. unido a los que sufren.
Permíteme entregarles en el momento
Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente preciso un instante de bondad,
lo mejor posible, y a reconocer que con o sin palabras.
esta hora es la más importante.
No me des lo que yo pido, sino lo que necesito.
En tus manos me entrego.
¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!

Otra herramienta que nos ayuda a descubrirnos y descubrir el deseo de Dios, que
siempre tienen que ver con el bien personal y con la construcción del Reino, es el
examen ignaciano cotidiano. Nos ayuda a introducirnos en la dinámica de Dios que es
la dinámica de la vida en abundancia para cada persona.

Aunque discernir es un proceso, es un arte, es una actitud vital y, fundamentalmente


es una gracia, implica una metodología que ayude a disponerse a reconocer a Dios, y
sobre todo, que entrene en volver hábito en cada persona, el modo de Él, a volver
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nuestros sus gustos, a empalmar sus deseos con los propios. Dentro de esta
metodología, consideramos el examen cotidiano, un medio bastante eficaz para
lograrlo.

¿ QUÉ NO ES ?
El examen cotidiano no es hacer una lista de pecados que hicimos durante el día aunque
incluyamos esta realidad en nuestro recorrido.Por lo tanto buscamos ante todo ”el paso
de Dios por nuestra vida” y a partir de esto responderle sabiendo que es camino de
plenitud y entrega generosa.

¿QUÉ ES?
Es hacer un recorrido de lo que experimentamos durante el día.Nos fijamos sobre todo
en los sentimientos y estados de ánimo que a lo largo del día fueron apareciendo y a
partir de estos sentimientos descubrir de donde vinieron y a que nos llevaron.
Esto nos va a permitir conocer nuestras fortalezas, lo que viene de Dios y nos abre el
corazón a la alegría , la paz y sobre todo a Su compañía y a el de las personas o al
contrario nos va a permitir conocer nuestras debilidades, límites y sobre todo aquello
que nos cierra a Dios y a los otros y nos produce tristeza o desánimo.Este conocimiento
nos va a ayudar a dar pasos concretos y realistas para crecer en el seguimiento.

COSAS A TENER EN CUENTA:


 Lo visto a partir de este examen confrontarlo con el acompañante.
 Ignacio va a utilizar varios términos descriptivos: consolación y desolación que
son estados de ánimo y va hablar de buen espíritu o moción y mal espíritu o
tentación al referirse que tipo de sentimiento experimentamos.(Esta es una
descripción general para comenzar, después uno va ir descubriendo muchos
matices)
o Consolación: Es el estado de animo don experimento alegria,paz, gozo,
generosidad, gusto por Dios y sus cosas, deseo de vincularme con los
otros.
o Desolación: Es el estado de ánimo contrario a la consolación, es decir,
turbación, desgano, tristeza,cerrazón, hastío en el vínculo con Dios, con
los otros y con uno mismo.
o Buen espíritu o moción: es todo impulso,invitación o camino que me lleva
a Dios
o Mal espíritu o tentación: Es todo impulso, invitación que me aleja de
Dios.
o Hay a a veces mociones acompañadas con sentimientos que no son de
consolación o tentaciones acompañadas con sentimientos de
consolación.Es importante ver a donde me lleva esta invitación. Por eso
siempre es importante charlar con el acompañante y a medida que le
tomemos el ritmo será más fácil descubrir si algo es de Dios o no.
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¿CÓMO HACERLO?

Hay distintos modos de hacerlo, de más sencillo a más profundo. Es importante usar el
que más me sirva ya sea porque me simplifica o porque no me confunde/enrieda o
porque me permite mirar más profundamente,etc. No siempre el mejor es el más
detalloso o exigente sino aquel que me ayuda a descubrir el paso de Dios y las
tentaciones que tuve durante el día.
Por eso te propongo diferentes modelos manteniendo siempre los momentos principal
que son: oración de comienzo, recorrido de lo sucedido en el día, oración(acción de
gracias, petición) y desafío para el día siguiente.
 1er paso: Oración de comienzo
Primero ante todo tiene que ser un encuentro con Dios, un momento de
oración en el que nos ponemos bajo su mirada para reconocer su paso.Por
eso nos ponemos en su presencia y le pedimos al Espíritu Santo que nos
asista con su gracia.
Un salmo que nos puede acompañar y pone en clima es el 113

 2do paso: Recorrido de los sucedido en el día


Hacer un recorrida y miradaa a los sentimientos y afectos día, y no sólo en los
momentos de oración, más me ocuparon.
A veces el no “recibir” las buenas mociones o el no “lanzar” las malas se
manifiesta en nosotros con cierta intranquilidad, incomodidad, amargura o
tristeza. Haríamos bien en atender este sentimiento de fondo que en sí no es
ningún pecado, pero que es causa de varios pecados y estados de ánimos que
tienen su raíz en el corazón, como dice el Evangelio
No sirve de nada arrepentirse y confesar las faltas de paciencia o de caridad, si
no se encuentran las raíces profundas que frecuentemente están en el fondo
de nuestro corazón.

 3er paso: Oración de acción de gracias, pedido de perdón y petición

Consiste en reconocer, ante Dios y ante la Iglesia, los dones que me ha dado Dios,
las gracias de él recibidas sin merecerlo de mi parte.
La acción de gracias a Dios, pone el hombre en un acto de agradecimiento al amor
y la misericordia de Dios, que se manifiesta en el repetido perdón.
Consiguientemente forma parte de la historia de cada uno, en diálogo con el Señor
que parte del amor que él nos tiene entonces, el pecado es visto sobre todo como
una ingratitud.
Mayor puede ser el sentimiento de alabanza si se agradecen beneficios recibidos
ese mismo día: cuanto más concreto y reciente es el beneficio recordado, mayor y
más profunda puede ser la gratitud que se experimenta.

Consiste en reconocer que, por nosotros mismos, no podemos salvarnos, sino


que es Dios quien nos salva.
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Este reconocimiento consiste en la contrición, que endereza el mal, y en el


propósito o resolución, que afirma el bien. La contrición mira al pasado y la
resolución al futuro: todo con la ayuda de la gracia de Dios.

 4to paso: Desafío para el día siguiente.


Esta resolución debo particularizarla, haciendo que recaiga sobre el o los puntos,
que en ese medio día me han llamado más la atención: debo enderezar la
tendencia que más me aparte de Dios o bien afirmar lo que más me acerca a él.

MODOS
1er modo

1. Me pongo en presencia de Dios. Hago un rato de silencio para acallar los


ruidos interiores y disponerme al diálogo y la escucha.
2. Invoco al Espíritu Santo para que me ilumine y guie y me ayude a recorrer
lo vivido en el día
3. Mirar por donde paso Dios durante la jornada. Voy recorriendo el día,
viendo las pequeñas y grandes presencias de Dios en las personas,
sucesos, sentimientos, lecturas, trabajo, etc.
4. Doy gracias reconociendo tanto bien recibido y tanto bien dado durante
este día.
5. Pido perdón por todo aquello….
6. A partir de lo anterior, me propongo una actitud para cambiar aquello
que no me ayuda en el seguimiento de Jesús.

2do modo

1. Ponerse en la presencia del Señor. Ayuda cualquier tipo de respiración y


relajamiento. Le pido al Señor que me ayude a desentrañar el día, que me dé su
luz para comprender cuál ha sido su revelación para mí este día. Es importante
pedir la gracia de ver nuestra vida desde su propio querer y no desde nuestras
compulsiones, voluntarismos o percepciones moralista del bueno/malo.

2. Recoger las vivencias internas del día. Se toma tiempo para revivir las vivencias
interiores del día. No fijándose únicamente en lo que pasó externamente, sino en
las sensaciones que me habitaron durante el día. Se miran… se reviven…

3. Escoger algo que me parezca una moción. Se toma algo del día que suene como
“a Dios”, que haya dado cierta tranquilidad, que se reconozca como una
invitación a la vida, y se analiza haciendo pasar esa experiencia por los seis
elementos constitutivos de un discernimiento: lo que me pasa, establecer
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circunstancias, hacer la relación con la propia psicología, ponderar el derrotero,


ver la reacción que se tuvo ante ella.

4. Hacer lo mismo que lo anterior con respecto a algo que suene a treta o trampa
del espíritu del mal en mí.

5. Analizar el momento presente con los mismos elementos. Es lo que


denominamos discernimiento en caliente. Ver lo que pasa en el momento que se
hace el examen permite hacerse consciente de la acción de Dios en diversos
tiempos, y facilita desentrañar las tretas para descubrir, en las mismas
circunstancias, invitaciones de Dios que no habían sido percibidas.

6. Ver qué es lo que, entonces, ha significado este día. Es el momento propio para
disponerse a irse haciendo cada vez más una persona integrada, puesto que el
camino de Dios siempre tiene que ver con la sanación de las heridas, y la
plenificación de las potencialidades, de tal manera que cada día se vaya siendo
más un instrumento al servicio de la venida del Reino. ¿Cuál es el mensaje que
Dios me ha querido dar? ¿Qué paso me invita el Señor a dar en concreto? ¿Por
dónde se me abre camino hacia el futuro? ¿Qué pequeñas cosas se me impone
realizar, emanadas de la fuerza con la que Dios me expresa sus deseos?

7. Terminar con una oración de acción de gracias y de petición de ayuda. Es el


momento de decirle a Dios que el hondo deseo personal es dejarse conducir por
Él… Es también el momento en el que puede descubrirse por dónde debe ir la
oración personal, por dónde hay que seguirle pidiendo al Señor, de lo que ya ha
venido dando.

Al Finalizar el examen es conveniente colocarle un nombre al día, que de alguna


manera le dé identidad. Este nombre es especialmente significativo en tiempo de
Ejercicios Espirituales.

Presentamos a continuación un esquema que puede ser útil para sistematizar el


examen del día:
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FECHA: __ / __ / __
1. Nombre del Día:

2. Revisión del día por dentro: (yuxtaponiendo las experiencia internas)

 Estado espiritual que prevaleció:

 Descripción:

3. Mociones principales del día…

Experiencia Ocasión Vinculación Derrotero Reacción Cotejamiento


psicológica
¿Qué me ¿Cuándo, en ¿De dónde ¿A dónde ¿Cómo ¿Con quién
pasa, qué qué me viene? me lleva? respondo? comparto?
experimento? circunstancia? (Alianza o
rechazo)

4. Tretas principales del día…

Experiencia Ocasión Vinculación Derrotero Reacción Cotejamiento


psicológica
¿Qué me ¿Cuándo, en ¿De dónde ¿A dónde ¿Cómo ¿Con quién
pasa, qué qué me viene? me lleva? vencerla? comparto?
experimento? circunstancia?

5. Discernimiento en caliente (en el momento)


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6. Mensaje del día

7. La tarea que brota del sentido del día (sirve para preparar la oración de otro
día)

8. Acción de gracias

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