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COLECCION JUAN PABLOS Il Carta enviada desde Ja isla de Cuba, de India, en ta cual 20 abla de ciudades, gentes y animales encontrado: nuevamente en ol ailo 1519 por lor espales Carta enviada desde ta tala de Guha, de India, en fa cual se halla de riudades, gentes yanimales encontrados huevamente ett el afta | 1519 poor Los espa | fioles. EDITORIAL JUAN PABLOS, S. .A } MEXICO MCMLXXI DR. © Feitorial Juan Pablos,$. A. Acapuleo 50, México 7, D. F Impreio y hecho en México Printed snd made ia. Mexico Carta enviada desde la isla de Cuba, de India en la cual se habla de ciudades, gentes y animales encontrados nuevamente en el aito 1519 por los espatoles, No 8b CONSIGNA lugar ni fecha de imptesién, En la Gitima pagina dice: “En una de aquellas islas empezamos a preparat 8 grandes navies, listos nuevamente a salir con més gente paca establecernos cn algin lugar. Pensamos salir en los primetos dias de febrero del alo MDXX FINIS VS. Esta fecha ha hecho que se considere a este impreso, como cditado en el aflo de 1520, Asi Henry Hattise lo registra en sus Adiciones de 1872 con el néimero 60, pégina 75, como correspon- dente a 1520. Federico Gémez de Orozco, en Ia nota atimero 20, pigina 118, del Catélogo de la Coleccién de manuscrtos de Joaquin Garcia Icabalceta, publicado en 1927, decia que hasta esa fecha era cl impreso que parecia ser el mis antiguo referente al descubsi- ‘miento de México (Yucatin). Dice ademés que su hermano Gus- tavo Gémez de Orozco ley6 una monografia sobre este folleto en el Congreso de Geografia reunido en México en 1921, En la Mex moria del Congreso no se menciona. Henry R. Wagner en The discovery of New Spain in 1318, piensa que fue impresa antes del Iinerario En ella se habla de Carlos V como Rey de Espatia, mas no ‘como Emperador de Alemania, cargo que tuvo a partic del 28 de junio de 1519. Las noticias las recibfo en Barcelona en julio 24 de 1519. Segin Oviedo en mayo de 1519. Hay que advettir que la Carta contiene dos fechas erréneas, a primera al principio cuando habla de la salida de la expedicién de Grijalva en primero de mayo de 1519, pues es obvio que esto 8 {JORGE Gunna Lacon sucedié en 1518, La segunda, en el Gltimo parrafo del impreso en aque reficiéndose a la expedicién de Cortés dice 1520, en lugar de 1519. a verdad es que no existen datos suficientes para fechar este Jmpreso dados los errores de cronologia que consigna, me inclino f creer que es posterior a 1520. Es en mi poder un microfilm de este impreso, obtenido en Ia Biblioteca Marciana de Venecia, que es el iinico cjemplar que se conoce, y que esté registrado como sigue: Miscelinea 1873 No. 14 No. 115 114.10 Rati 769. En la portada aparece una xilografia que representa a las naves ‘de Grijalva frente a las cosas mexicanas (Yucatin), muy intere- sinte porque es la primera visién de Ia tierra mexicina Esti escrito en un dialeclo italiano. A este respecto nos dice H, R. Wagner, que el Profs. M. B. Jones experto en italiano no pudo decit «cul de ellos corespondia, pero que no era ni toscano Ta traduceiin del latin al castellano Ia hizo Assunta An- gelucc Jorge Gueria Lacroix REFERENCIAS Henry. Biblioteca Americana Vetustiina. Madrid, 1938. Adicio: i No. 60, p. 75. Gimez de Oroxco, Fedeica. Catlogo de Ja Colecciém de manuserits de Joaquin Garcla'Ieabaleete relatives a bistria de Amica, Msieo. Relaciones Betcores, 1927. Monografia bibliogéficas mexicanas No.9, pp 116 y 8 Bernal, Inacio. Bibliografia de argueoogia y enografia. México. INAH, 1962, Fic 6740, p. 373. ‘The Cortes Society, 1942, p. 7. Littera mgdata della Fnfulade Ly bad ndiainlaquale fe cotie neodelemfule Litta Sente et animali novamente trouate de lanno. B.9.xix pli Spognel le tipert deainigliarie eli noltrinavighieranodentto det emaredela diftainfula Capeton ppacio de tre mighere Ke noftycbarche rimafenoacitolamarina cécerticom pa gnichele gunrdasino: equacto pezide areeghatia enui andaffimo verfo vna ged torrealiae forte che exa fora'del mar va migltoe vencro hindiicScertekarcheale noftre barche cévno olotirode artelaria fenzache faceffenoma fe freno fpauétati de fumil cofaaloro incogmita che hetbe ‘no cato tornar ala via che havevanofattoe nu cominza moa bombardare a torree quelh che eranodétrofugero ‘noe faffaronola dittatorree nui fa pighan ofenza acfele alchiare nui volitiere hancffimovedicato lamorce de af hii xpiani che furno mort 6 loignor FrcefcodaCee daa primo trouatorede quelle nfule:ma fupur acordato che nui doueffemoandar 6 diote coli tornamoa itarcare ¢e4da{Timoa vn populo che fechiamade lazaro dcue ne fe ccnoatfricarezee recéciaffemo lenauce pighamoag cle gna pil fuoco:E vnalero ds troudo vracarauelacé vidlva, gliache mandauaanuilo fignor Dego velafque= foccte née dela infuladecubacredédoche haucffere populara. inaualche locoe ne diffenocheeranonella ditta infula de cube quarroaleri nauiglii pvenise innoltrofoécorfoeco fine tornamoala dita fala decutu douc foffimo recepuri, dali noftvi né reopo velunticra pehené havevarrocomin ciaroa popular vna dequeltc infuleo merteuamoin ordi ne otto nauiglti grofft pdar fa voleacé piu gentea popu fh inlchebon lococredemo ferala noltra particaa prin cipio del mefede Febrarodelanno.M.D.XX. FINTS, vs ARTA ENVIADA DESDE LA ISLA DE CUBA, DE INDIA, EN LA CUAL SE HABLA DE CIUDADES, GENTES Y ANIMALES ENCONTRADOS NUEVAMENTE EN EL ASO DE 1519 POR LOS ESPAROLES * EI primero de mayo del presente afio, 1519, el sefior Juan de Grijalba pastié con doscientos soldados de infanteria de la isla de Cuba en dos embarcaciones, una era un berganti. Después de tres dias descubrimos tierra, anclamos y fuimos hacia tierra y apenas Llegamos vimos una pequefia montafia, una casa blanca, y algunas otras cubiertas de paja, con un gran arco triunfal. 'Y ya que aquel era el dia de la Santa Cruz, llamamos a ese ugar Santa Cruz, anduvimos un poco mis adelante, viendo a un lado de Ia tierra tres canoas que usaban los indios para la na- ‘vegaci6n saltamos a tierra, y fuimos a la casa citada, Ia cual era tuna torre completamente redonda, con 35 brazas de altura y 200 ppalmos de largo, con una escalera de caracol, sobre la cual estaba tuna galeria donde se encontraban algunas figuras marméreas de ‘005 y de monos, las cuales son sus fdolos y doses. Los hombres de aquella tierra son idélatras, y mientras esti- amos viendo, Llegaron algunos indios, entre los cuales uno ya viejo, con los dedos de los pies cortados; apenas subié sobre la torre comenzé a recitar una cancién, tomé una luz y la puso sobre una estatua, después puso sobre Ia flama una goma hecha a la manera del incienso, la flama empez6 a desprender un humo per- Traduccin de Assunta Angelucc ee a eed 26 ‘CARTA BIIADA DESDE LA ISLA BH CUBA DE INDIA fumado y agradable como de flor o de incienso, después bajé, dio a nuestro capitin y a nosotros algunos pedazos parecidos a la cata de anticar, que acercados al fuego comenzaron a quemarse como cuerda y su humo era muy agradable Dicho viejo canté de rodillas y a nuestro parecer llamé a dichos idolos con plegarias después nuestro capellén_preparé ‘un altar sobre tuna mesa y dijo misa y nosotros la escuchamos con devocién. ‘Nuestro capitin nos hizo rezar por la salud de nuestro rey ‘atélico de Espaiia, los indios después vinieron acompaiiados del vie, que nosotros creemos sea su sacetdote, trajeton gallinas, manzanas y puercos cocidos, entonces nuestro intéxprete dijo a los indios que buschbamas oro, llamado en sus fenguas “taquin” y les hicimos ver las cosas que habfamos traido de Espafa ‘Aquellos indios nos invitaron junto con nuestro capitin a tuna sala con las paredes de piedra y con el techo de paja y asf comimos las gallinas, conejos y licbres que abundan en aquella tierra Frente a la puerta habfa un pozo donde nuestra gente tomé el agua. ‘Los indios después se fueron y permanecimos solos y andu- vvimos visitando aquellas casts que tenian la base de una sola piedra y sobre estas piedras habia altos muros hechos de piedsa y de cal, y entre las calles se encontraba una orilla 0 un borde que parecfa antigua, ciertamente se puede decir que aquellos hom- bes tenfan un ingenio fecundo. “Vimos los edificios desde que Megamos a aquella isa BH olor agradable nos deleitaba de tal modo que muchos de nosotros habriamos habitado voluntariamente en aquella isla, si nuestro capitin nos hubiera dado el permiso de quedasnos. ‘Aquellos hombres viven haciendo negocio con carne de puer- 0, manzanas cocidss y con Ia miel. De hecho producen mucha miel, como en Espafa ‘En aquella isla no encontramos oro pero encontramos mucha fata y especialmente algunos melocotones que son muy grandes (ARTA, ENVIADA DESDE LA SLADE CURA DE INDIA a y pesan més de tres libras y durante ocho meses se encuentran fru: tos sobre los drboles. Mucha abundancia de pimienta y de ciertos animales lamados “utiss” Estos animales son como conejos con una gran cabeza y se comen asados 0 hervidos y tienen el sabor como las casts co- cidas; se encuentran también muchas otras frutas, Comimos un pan llamado “cazabi", entramos seis millas cen la isla, descubrimos que aquel pais era muy rico en érboles yen caza, es decir licbres, conejos corzos, puercos salvajes y otros animales. Desde aquella isla Hamada Santa Cruz, de la cual se ve otta isla Hamada Yucatin, pasamos asi a esta nueva isla, El siete del mismo mes partimos de Ia isla Hamada Santa Cruz y fuimos a la isla de Yucatén, la cual se encuentra a 15 mi- Ilas del golfo; tan grandes y habitadas, con casas hechas de piedra yaa, con torres tan altas, que nosotros, si el capitin lo consintiera Inubiéramos ido a aquella ciudad. Asi pasamos el dia y la noche sobre aquella costa. Al dia siguiente vimos una gran Ciudad que pareeia tener cerca de 4 000 fopatas. Descendimos a tierra y fuimos a una bahia que se en- nentra cercana a una gran torre, la ms alta que hay en aquella isla; pudimos ver y nos pareci6 un pueblo bastante grande, pero 1 caus de lo escarpado de aquellas montafas no pasamos mis adelante; y asi caminamos hasta el domingo por aquella costa, finalmente legamos a una isa llamada Cozumel, como habiamos terminado el agua y no encontramos persona alguna. ‘Tomamos agua de algunos pozos, algunos gruesos higos y carne. Después el martes fuimos en direccién de Yucatin, hacia Ia estrella del Norte. Sobre una montafia estaba un bello castillo. El cul, dijo el intxprete, era habitado por mujeres y no por hom- bres, las cuales son amazonas por generaciones. ‘Se vefan ottos pueblos, pero nuestro capitin quiso que ba- jframos a tierra para buscar un cietto sefior Iamado Cacique Lézato, el cual hizo muchos honores a Francisco Fernindez cuan- 28 CCARTA ENVIADA DESDE LA 15.4 DE COMA DH INDIA do hizo el primer vise y descubrié la peninsula de Yueatin; porque teniamos urgente necesidad de agua y por eso hicimos bajar a sl- _gunos compafiros a tierra. Pero no pudieron tomarla, Nuestio intésprete nos dijo que cestibamos cerca del pueblo de dicho rey, y asi nos fuimos y cami- ‘namos darante dos millas hasta una torre junto al mae. El capitan hizo armar cien hombres y levamos 5 piezas de attilleria y 12 cescopetas y asi bajamos a tierra ‘A la mafiana siguiente, muchos indios comenzaron a gritat Ya tocar algunos tambores junto a algunos guerseros bien arma- dos; nosotros nos escondimos en lugar seguro y algunos subieron sobre un “Dalto”, colocamos la atillesa en tiersa y la gente a pie. Apenas de dia, nuestos barcos pusieron en tierra cien hom: bes, vimos después un escuads6n de indios y nuestro capitin mand6 a su intérprete hacia ellos para que les dijera que nos otros no queriamos guerts, sino solamente agua y que después nos irfamos. Avanzamos hasta otra torre, pero los indios dijeron que segresieamos y toméramos agua en una ott pequefia fuen- te que habfamos dejado atrés de nosotros, pero el agua era tan ppoca que no la podiamos tomar. Nos dirigimos entonces, hacia ellos, en escuadetin, [Los indios, entonces, se detuvieron frente a nosotros @ uno © dos pasos de nuestro capitin, Habfan trafdo agua, una gallina ceroda y muchas otras vivas. El capitin les pidi6 oro y los indios Jes trajeron una méscara de madera dorada, dos pedazos de oro de poco valor y nos pidieron que nos fuéramos porque no que tian que bebiéscns agus. Aquel miso di en tarde viniron a divertrse con nosotros, trajeron pan que llamaban maiz, pero querian que aquella misma noche partiésemos, pero como n0s quedamos, entonces ellos hicieron guardia ‘A la matiana siguiente vinieron tres escoltas frente a nosotros con vestidos de diferentes colores. Traian muchos arcos de madera hechos a la manera de arcos ingleses, con los cuales titaron mu has flechas; nosotros nos detuvimos mientras Hegé un indio con el hijo del sefior de aquella peninsula. Nos dijo que nos fué- (CARTA DAVIDA DISDE LA 15.4 DE UMA BR INDIA 29 ramos y nuestro intérprete les dijo que no quetiamos guerra, {que al otro dia nos iriamos. Més tarde vinieron muchos hombres (indios) a ver nuestas armas Los hombres nuestros estaban inguietos porque el capitin ‘no los dejaba combatir con aquellos indios Al siguiente dia por la mafiana nos mandacon decit nuevs- mente que nos fuéramos y el capitin Jes respondi6 que no podia- ‘mos pair ripidamente, pero que nos dieran wn poco més de tiem po. Fills pusieron una teja con ciertos peefumes en medio de tn fuego y nos dijeron que nos fuéramos antes de que se tertninase hhumo, Fl capitin ordend hacer fuego con Ja artilleria y se dio muerte a tres indios. Después los nuestros saltaron a tierra hicie- ton algunos prisioneros con todos los fuses. ‘Los indios mataron @ uno de los nuestos ¢ hirieron 2 40, asi pactimos y regresamos a nuestro campamento y por aquel dia ya no vimos ningta iadio, porque tenian miedo’ de la arti- lerfa, para ellos desconocida. En la noche, vino un indio con tuna miscara de oro y nos dijo que quertan la paz, y que nosotros al contrasio tenfamos gran deseo de vengar Ia muerte de aquel hhombie. Después tleg6 oto indio diciendo see esclavo de aquel rey, hablé con nuestro intérprete y dio que alli habfa mu chas provinciss, una de las cuales estaba en tuna isla, con hombres como nosotros, porque los indios tienen Ia frente amplia y la cabeza aguda, El indio nos dio las indicaciones necesarias sobre quella isla y dijo que aquel era un pueblo guerrero y comb tia con espadas, arcos de madera, y traban flechas que envene- naban con algunas hierbas. Nos suplicé de Hevarlo con nos ‘otros, pero el capitin no quiso y todos se fueron descontentos Nos embarcamos y navegamos hasta el dia 20 de mayo, después nos alejamos de aquella peninsula, porque no nos gus. taba, como aquella donde se encontraban higos, y nos dirigimos hacia 1a provincia del sefior Champot6a, provincia descubierta por Francisco Fernindez de Cérdoba, donde dej6 mucha gente Aquella isla estaba a XXXV millas de la del cacique Li aro, y cuando Megamos a una bella ciudad que es un puesto » (ARTA, NVIADA ISDE U4 SLA BE CUBA DE INDIA vvino el cacique Champotin, sefior de aquella isla, quien apenas nos vio nos invité al castillo, el cual es alto y esta situado sobre tuna pefia y las casas son de cal, pero el capitin no quiso que fuéramos, Continvamos nuestro viaje hasta un puerto que lamamos Puerto Deseado, porque hacia mucho que no habiamos encontra- do un puerto donde poder permanecer. Alli reparamos el navio y tomamos agua a nuestro gusto. Es un sitio bello y con peces y aves de caza, es deci, liebres, venados y conejos, Cerca del puerto hay un gran tio, por medio del cual, segin nuesteo intérprete, venfan mercaderes a tierra firme con su mescancia y al segresar, se abastecian de agua y Iefia, EL dia tres de junio partimos y encontramos otro rio. gran disimo que desembocaba en el mar, con tal impetuosidad, que adentrados seis millas en el mar, podiamos beber agua dulce, Ia cual venia de esa corsiente En aquel lugar encontramos cerca de 2.000 indios que pre paraban muchas armas, Nosotros echamos fuera un petro, el cual, apenas estuvo en tierra, los indios lo corretearon y no lo dejaron en paz hasta que no lo vieron muerto, Comenzaron a lanzamnos saetas y nosotros, les respondiamos con la attilleria. ‘Matamos un indio y entonces éstos se retiraron, Al din siguiente vinieron hacia nosotros més de cien canoas y una se adelant6 para saber qué es lo que querfamos y nuestro intérprete por orden de nuestro capitin dio a aquellos indios algunas camisas y al- ‘gunas otras prendas para calmarlos, Ya en el Puerto Deseado hablamos apresido a tres natu- rales y los indios de la canoa reconocieron a uno; un dia después vino el rey de aquella isla en su canoa y cuando estaba cerca, ‘nos dijo que hiciéramos subir a nuestro capitin en la canoa, ‘Tan pronto subié el capitin, el rey mand6 a los suyos que lo vistieran con un chaleco de oro fino y con pulseras y zapatos de oro y le puso en Ia cabeza una corona de oro, no de mucho valor. (CARTA NVIADA DESDE LA ILA DB CUDA BE INDtA a Nuestto capitin ordend que vistieran al rey con un saco de terciopelo, con un par de medias finas y con un gotro y con zapatos también de terciopelo. El rey pidi6 al capitin le devol- vieran uno de aquellos indios que habiamos tomado en Puerto Deseado, pero el capitin no quiso. Entonces el rey ofrecié que si esperaba un dia més podria pagar su peso en oro, pero el capitin se negé. Nos alejamos bastante disgustados, porque el capitin no ‘nos dej6 entrar en esta tierra, que nos habia parecido la mas bella de todas las que habiamos encontrado en esta isla llamada Po- Jontau y como era muy populosa, crefamos que fuera la ciudad principal. Los hombres de esta tierra son hermosos, con mucho pelo, bien armados con arcos, como esos de los ingleses y com- baten con flechas, espadas y sodela Estos levaron a nuestro capitin algunas pequefas calderas de oro y otras cosas ricas, nosotros con mucho gusto hubiéramos entrado en aquella tierra si el capitin nos hubiera permitido, porque espersbamos recoger més de doscientos mil ducados de 010, Fuimos mas adelante y encontramos dos ios uno junto al otto, que llamamos de San Bernabé, porque aquel dia pasecta muy bello y agradable. Caminando por la costa vislumbramos algunas hogueras y uno de los nuestros que se habia acercado ds, dijo que veia a muchos indios, trae flechas y que andaban desnudos. Después, a seis millas de distancia, encontramos otra peque- fia isla que lamamos de los Sacrificios, con edificios antiguos hhechos de cal y de pequefias piedsas como si fueran los muros de Roma. Encontramos una casa similar a una torre y sobre ésta otro io mis pequefio, parecido a un castillo, amplio 15 brazas, di Fn Ja cima habia una tampa y sobre éta un leén de mée- ‘mol con la lengua de fuera y en la cabeza tenia una concavidad similar a una cazuela en la cual metian perfumes. Adelante tenia una concavidad como aquéllas de las iglesias donde se mete 2 ‘CARTA OVIADA DESDE LA ISLA DD CURK DE INDIA cl agua bendita y contenfa la sangre que parecta puesta de hacia tres dias, Estaban dos trancas con dos pedazos de telas ama- rtadas y de la otra parte habia un idolo que tenfa en la cabeza tuna bella pluma, Tenfa volteads Ia cara este idolo hacia un mon- tén de piedtas. Parecfan jévenes y tras de ellos otros dos indios aque parecian muertos hacia dos 0 tres dias, Los cuatro muertos no tenian ni el corazén ni las visceras, Cetca se encontraban muchos huesos de otros muertos, dos grandes haces de lefia de pino, dos sillas de mérmol y dos pilas grandes. El capitén, viendo esto, mandé a Ia nave por uno de los indios que habfamos aprchendido en aquella isla, para que explicara qué cosa signi- ficaba, ‘Aquel indio creyendo que querian matarlo, se desmay6 dos veces y al fin lo Hlevaron a la fuerza a la torre con el capi tin, Este indio explic6 al capitin que el rey de aquella isla sa- ctficaba a los enemigos presos, al idolo que él preferia. Primero los degollaban en aquel c1z0 donde estaba Ia san- ‘are, después les quitaban el coraz6n y luego los quemaban en honor de aquel idolo, Ta medio de estos restos, un compafiero nuestto encontrd dos jarrones de alabastro de gran valor, fruto de botines, que solian presentar al emperador Menos de diamantes de granci- simo valor. En aquella isla encontramos muchos arboles y fruta co: mestible, Al dia siguiente muchos indios enarbolando banderas, vi nieron al puerto, El capitin mand6 a su encuentro a un ofi con algonos hombres y un intérprete para saber qué quetian ‘Apenas descendieron a tierra, Ios indios les regalaron unos man- tos semejantes a las capas cardenalicas, TE oficial tes pidi6 o10 y Gstos prometieron levarlo. Por la tarde legaron tres indios con otros mantos. El capi- tin les regal6 algunos trajes. Dichosindios les dieron las gracias y prometieron llevar oro al dia siguiente ARTA ENVIADA DESDE 1A SLA DE CURA DB ANDI 2» ‘A In mafiana siguiente vinieron a la playa con banderas blancas. Fl capitin y muchos compafieros fueron a su encuentro. Estos indios portaban unas ramas de frboles y comenzaron 1a prepatar los alojamientos donde pudimos sentarnos y nos die- ron en la mano algunos pedazos de cafias con perfumes. Nos dieron para comer maiz y ciettos postres hechos con catne. ‘Tra jeton algunas otras cosas que parecfan hechas en Damasco. Fn aquel Iugar descansamos 10 dias y los indios todas Jas mafianas venfan a la playa para prepararnos los alojamien- tos, donde pudiéramos pasar el dia y frecuentemente abrazaban yy halagaban a nuestro capitan, ‘Su rey se llamaba Avando y el capitin le dijo, por medio de nuestto intérprete, que nosotros buscibamos oro y no otra Estos respondieron que lo Ilevarfan, ‘Al dia siguiente Ilevaron oro fundido. El capitin les dijo que quello era demasiado poco y que debian evar mucho mis. Al otto dia Ilevaron una méscara de oro y una estatua también de oro que representaba a un hombre de 12 aiios mis ‘© menos y otras joyas de diversos colores. EI capitén les trajo una muestra de oro no fundido ni pu rificado y les pregunt si tenian de ese metal. Fllos dijeron que si'y que en algunas montafias podia secogerse muchisimo, De esto dedujimos que aquella isla debia ser riqufsima, Aquellos indios fundian el oro en el fuego, en algunos hhornos y cazos hechos expresamente. ‘Nuestro capitin no queria que nosotros hablisemos con los indios y el Cacique no querfa que los indios hablaran con nos- ‘otros, peto ellos a escondidas venian y nos trafan oro y nosotros les dabamos perlas y vestidos. Los indios venian oculténdose, porque de otra forma su sefior les hubiera pegado. En aguella isla hay un gran rio en donde nos detuvimos. Fra una isla tan hermosa, que casi nos habfamos decidido a cestablecemnos alli, Pero el capitin no quiso y creo que hizo mal, a (CARTA ENVIADA DESDE LA ISLA BE CUBA DE INDIA Porque él se habrin convertido en sefior de aquel pats y cada tuno de nosotros habriamos sido pagados con 50 libras de oro. ‘Asi abandonamos a aquellos indios desesperados por nues- tea pastida. Lloraban como si hubiéramos sido sus parientes. Sa seor hizo venir a una india bien vestda y se la dio a ‘nuestro capitin, En esta ocasién. pudimos admirar las piedras preciosas que este hombre portaba y llevaba una que estimamos aque valia 2 000 ducados. Emperamos después a navegar y superamos la furia de aquellos ios A 30 millas de distancia vslombramos oa gran tlanura Yun gran pueblo, que lamamos “Almeria”, De ese pueblo vi- nieron hacia nosotros cuatro canoas y los indios que en ellas venian. nos supliceron que bajiramos y que fuéramos a su pa pues asi se sentitian muy Felice, pero como los otros navegantes estaban lejos no pudimos detenemos y continuamos Ia nave 4gxcién por otras 30 millas y Hegamos a un pueblo del cual ve- nian hacia nosotros 12 canoas. Venian felices porque nosotros teniamos solamente tres raves y crefan podernos someter a sus caprichos, pero cuando vieron nuestras armas y nuestros hombres, altos y robustos que no podian hacer lo que querfan, empezaron a lanzar flechas envenenadss y nosotros tiramos con la artilleria. Matamos a cuatro indios y destruimos una canos. Viendo esto, huyeron Querfamos sujetar a aquella mala gente, pero el capitin 10 quiso En aquel mismo dia, en ta tarde, con dos horas de sol to- davia, vimos una gran estrella que hendié el aire y dejé una hue en el cielo visible ain después del ocaso. Esta fue una se- fal de mal agiiero y por lo tanto se sompié la antena del navio. Anclamos y faimos hacia tietta de tal manera que 20 de nosotros caminamos 30 milla Reconocimos el rio de “grgialite” y entramos en el puesto de San Antonio porque tenfamos necesided de agua, Arreglamos (CARTA ENVIADA DESDE LA ISLA DE CUBA BE INDIA 3 Ja antena y nos quedamos ocho dias en este puerto que era un pequefio pais, pero ef capitin no quiso que lo visitaramos. Des ppués de ocho dias, empezamos a navegar, pero cerca del mismo puerto se rompié una tabla de la nave, a tal punto que estiba- ‘mos en peligio de ahogarnos y por eso descendimos otra ver f tierra, ramos 30. Vimos algunos indios hacernos 1a sefal de acercarnos y al allegarnos ellos nos dieson hachas para costar lea y eran todas de oro. Estos indios en sefal de paz se saca- ban sangre de la lengua Las hachas pesaban en total 32 libras espafolas, porque 16 onzas forman una libra, El capitén dio a ellos algunas prendas que habiamos ela- borado. ‘Aqui hicimos haces de lefia y permanecimos 15 dias, Nues- tros hombres empezaron a ir a tierra y encontraron muchas fru- tas y los indios de aquel pafs no le hacfan mal a nadie. Un dia vagando por lacoste encontramos a dos indios de- gollados y sin el coraz6n. Tenian dos cadenas de oro en el cuello que pesaban cien ducados. Estaban cubiertos con algunas telas y nosotros tomamos las cadenas y dejamos las otras cosas Guatro de nosotros fuimos a aque! pueblo y nos recibieron muy bien. Regresamos a las naves llevando dos gallinas cada uno que nos habian sido regaladas. Después de haber permanecido alli 15 dfas, empezamos a navegar muy descontentos porque el capitin no nos habia per nitido ni establecemos en tierra sin combatir, ni hacer alguna cosa buena. “Apenas empezamos a navegar, por Ia gran fuerza del viento se rompié otra tabla de nuestro navio, por lo tanto, fue necesario regresar a tierra y descendimos bien armados. Portamos algunas piezas de attlleria, Mientras los barcos estaban en el mar y precisamente cerca de Ia isla de Champot6n, a tres millas de distancia, con algunos hhombees de guardia, nos dirigimos hacia una gran torse. Vinie- ron algunos hombres hasta nosotros en algunas barcas. Con un 6 Cu RVIADA DESDE LA IBLA DB CORA Dw NDNA solo tiro de artlleria y sin dafio alguno, se espantaron de tal atma y se segresaron. Empezamos a bombardear la torte libre y nosotros nos apoderamos de ella sin defensa alguna. Nosotros habtiamnos vengado con mucho gusto la muerte de algunos hombres, muertos cuando Hlegé el sefior Francisco de Cérdoba, primer descubridor de aquella isla, pero estaba deter- ‘minado que nosotros teniamos que estar con Dios y asi nos em- Darcamos de muevo. Fuimos a un pueblo llamado de Liézaro y alli nos recibieron muy bien. Arteglamos los barcos y tomamos agua y lefa para fuego. AL dia siguiente encontramos una carabela con algunas vituallas cnviadas por el sefor Diego Velazquez, Ingarteniente de la isla de Cuba, porque creia que nos habiamos establecido en algin sitio y nos dijeron que de Ia isla de Cubs Megurfan otras cuatro carabolas en nuestea ayuda, Pero regresamos a Cuba y fuimos recibidos no muy bien porque no habiamos empezado a poblat. En una de aquellas islas empezamos a preparat ocho grandes navios, listos nuevamente a salit con més gente para establecer- nos en agin lugar. Pensamos salir en los primeros dias de fe- breto del aiio MDXX. Intyoduccién, por Jorge Gurrla Lacroix Edici6n facsimilar de la Garta enviada desde Ja Isla de Cuba de India. f 5 ‘ Traduecién, por Assunta Angelucci, de la Carts enviada desde la Isla de Cuba de India ..... ee 25 ste libro se acabé de imprimi el dia 22 de Julio de 1972, ea los te Hers Hour oi México, S.A, calle 3, nim. 9-A, Naucalpan de Jalees Edo. de Mexico. La etic consta de 500 ejemple es numersdos, esivo al cudado Ade Jorge Gurtia Lacroxy Alfredo "ato, synoan 3Y

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