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ENSAYO

FIN DEL ANÁLISIS


SOBRE LA TERMINACIÓN DE LA SITUACIÓN ANALITICA
COMO UN DUELO ANTICIPADO

Presenta:​ Jorge de Jesús Urtiaga Bobadilla

Bloque IV TÉCNICO

Maestría en Psicoterapia con enfoque Psicoanalítico

UNIVERSIDAD HUMANITAS, CAMPUS GUADALAJARA


14 de Septiembre, 2019

Mtro. Rafael Cano


jorge.bobadilla@humanitas.edu.mx
“ El destino de un buen analista es la nostalgia, la ausencia

y a la larga el olvido”- Etchegoyen.


Hablamos de muchas cosas dentro de una práctica analítica entre analista y analizando,

entre todas esas cosas hablamos del amor, amor que nace de una relación que se entreteje

dentro de un marco teórico establecido, con sus reglas y sus pautas. En un quehacer que en

principio se deriva de una entrevista preliminar, que conlleva al futuro analizando y su

futuro analista en un mundo parcialmente desconocido a su saber consciente dentro de su

psiquismo.

Es aquí en donde comienza esta oda al amor, a un amor objetal primario (Balint, 1950), que

si no perdido, por lo menos olvidado, sufrimos por la pérdida desde el momento en que

nacemos y es así donde todo nuestro padecer como sujetos cobra vida desde el primer

alarido o trauma que es el nacimiento (Rank, 1924). ​Es al momento de nacer donde surge

la fuente de las neurosis en el sujeto, pues envuelve en esto la fijación primordial por la

madre misma que no ha sido superada, misma que en el futuro será manifestada en la

represión primordial​. Balint refuerza esta hipótesis con la comparación del análisis como

un pasaje del amor objetal primario al amor genital maduro que representa un ​new

beginning​: ​el analizado siente que nace a una nueva vida, donde se mezclan sentimientos

de pena por la perdida felicidad.​(Balint, 1950)

Pero, por qué plantear el término de un análisis como una situación similar a la de un duelo

anticipado? Es empresa de este ensayo el tratar de elucidar esta interrogante con la finalidad

de esclarecer un poco la similitud de una pérdida literal, con una situación articulada desde

la técnica psicoanalítica. Me gustaría comenzar un poco con la experiencia personal de la

pérdida, cuando nos enfrentamos a esta, sea cual fuere su naturaleza, nos enfrentamos a lo

incierto, la incertidumbre y la angustia que son las fieles compañeras del duelo normal por
la pérdida de un ser querido. El sentimiento de desvalimiento al que se enfrenta el sujeto en

pérdida, encierra muchos matices sobre los cuales se entretejen las dudas sobre lo que

pasara por consiguiente, tanto con el mismo, como en la forma que se desarrollará el curso

de su propia vida sin el ser que ahora ya no le acompaña más en el campo físico. Primero se

comienza con la sensación de desprotección misma que se asemeja a la angustia por la

pérdida del amor objetal primario, y la inseguridad de no tener una pauta o un manual que

nos diga cuál es el siguiente paso; cabe mencionar que esto es solamente alusivo a una

pérdida de muerte en la cual el doliente debe de elaborar su duelo sobre una serie de pasos

que mucho han sido marcados dentro de los estudiosos de la tanatología y que han sido

parte de los procesos terapéuticos especializados en esta área. No ahondare en estas teorías

ya que lo que nos compete el día de hoy es llevar la práctica técnica del psicoanálisis de la

mano a los procesos de terminación. Pero me refiero a esto precisamente porque a mi punto

de vista es la misma situación antes mencionada, los mismos sentimientos y sensaciones se

pueden observar y experimentar dentro de este proceso donde se concluye con las sesiones,

las visitas semanales con el analista y se va apagando una llama lentamente, para

mostrarnos que cuando algo se extingue es porque se prepara el terreno para que algo

nuevo nazca sobre las cenizas que han quedado. Y es el aprendizaje mismo y la

comprensión que logra el sujeto analizado sobre su entorno y en particular sobre su

neurosis siendo esto por sí mismo el objetivo final del proceso psicoanalítico. Es el fin del

análisis el que promueve un proceso de duelo en el analizando como en el analista mismo;

ya que ​la terminación de este, lleva una doble pérdida, transferencial y real, de cualquier

forma es importante considerar que aun en el análisis más logrado siempre quedarán
restos de transferencia.​ ​ Un análisis que ha cursado satisfactoriamente debe desembocar en

una situación de duelo por el analista,​ ya que fue este mismo el que activo y reviso todos

los duelos de su vida comenzando por el primero y principal. (Etchegoyen, pág.600)

Muchas cuestiones y problemas son los que encierran este tema sobre si terminar el análisis

es posible o no lo es, y los puntos que se deben observar para poder dar este paso de

acuerdo a los diferentes teóricos de la corriente psicoanalítica; lo que Freud pauta como

objetivo de la terapia psicoanalítica se refiere a ​librar un ser humano de sus síntomas

neuróticos, de sus inhibiciones y anormalidades de carácter y se refiere a esto como un

​ abe mencionar que para llegar a este punto se han librado muchos
trabajo largo. C

obstáculos y se ha trabajado sobre muchas pulsiones que han jugado un papel fundamental

en dicha tarea, hablamos de la técnica psicoanalítica como un proceso que interrelaciona un

sujeto con el otro en un campo de uno a uno, un frente a frente donde para comenzar, la

transferencia juega un papel fundamental para que éste dé comienzo y de ahí se desarrolle

la relación de la pareja analítica. Es esta relación de amor la que mencionaba al comienzo,

aunque es establecida por el marco psicoanalítico y es elaborada con la finalidad de librar

dentro del proceso al analizado de sus represiones e inhibiciones cancelándolas por medio

de la asociación libre y la guía fundamental de la que se vale el analista con sus

interpretaciones y construcciones otorgadas, la que jugará el papel que mencionaba Otto

Rank en su “​fijación primordial”.​ Porque precisamente este es el papel en el que se

posiciona al analista cuando se juega su trabajo dentro del consultorio, papel otorgado por

el analizando y sobre el cual se entretejerá toda la trama que se avecina, posterior al

comienzo de un análisis.
Mencionaba al proceso de terminación al comienzo de las líneas de este ensayo como un

proceso de duelo anticipado, y esto lo plantee así por el hecho de que para terminar con un

análisis es importante tomar en cuenta una serie de indicadores, que funcionan como signos

que nos permitirán afirmar que el analizado esta por entrar o ya a entrado a esta etapa de

terminación y de esta forma prepararlo para el hecho de que su análisis ha terminado. No

esta de mas el considerar que dentro de este proceso se manifiesten angustias depresivas y

temores fóbicos o paranoides por el hecho que está por venir, el quedarse sin el analista;

sobrevendran momentos de avance e integración y algunos de inexplicable retroceso​.

Vuelvo a la pérdida primitiva, a la angustia que se instaura desde el momento en que

sufrimos al imaginar que perdemos a nuestra madre solo por el hecho de estar fuera de

nuestro campo visual en una edad donde nuestra maduración psíquica no ha concluido y

sigue en su proceso de desarrollo, esta información queda inscrita en nuestro inconsciente,

deja un surco, genera una huella mnémica que como bien sabemos trabajará en su

momento de ser repetida en una etapa consecuente, edificando la represión; represión a la

sensación de estar solo, sensación de abandono y de reconocernos frágiles, esto a sabiendas

que se afianzará en una serie de mecanismos con la finalidad de proteger el Yo del sujeto

de la angustia creciente por la situación de displacer experimentada con la pérdida que se

vive o se cree estar viviendo. Es este momento en el que identificamos el núcleo de la

angustia del analizando, la fuente de su neurosis y la abordamos desde ahí, para poder

manejar la transferencia sobre la cual representaremos el papel de ese objeto de amor

perdido y donde se desarrollará todo el proceso analítico. Ahora bien, desarrollado un poco

el tema de la terminación del análisis y su similitud con la elaboración de un duelo


anticipado; es prudente elucidar los aspectos fundamentales que nos darán noticia de que

estamos ante una situación de término con el analizando. Freud menciona que para que

ocurra la situación de término de un análisis se deben dar por cumplidas dos condiciones, la

primera es que ​el paciente ya no padezca a causa de sus síntomas y haya superado sus

angustias así como sus inhibiciones, y la segunda es que el analista juzgue haber hecho

consciente al enfermo tanto de lo reprimido, esclarecido lo incomprensible y eliminado la

resistencia interior, al grado que este ya no tema que se repitan los procesos patológicos

en cuestión. ​Solo cuando esto no sea logrado por cuestiones externas estaremos hablando

de un análisis imperfecto o no terminado. Ferenczi menciona que ​la renuncia al análisis

constituye así la conclusión final de la situación infantil de frustración que está en la base

de la formación de síntomas.​ Como otros aspectos de los criterios de curación que

debemos observar a la hora de tomar la decisión de terminar un análisis está también la

escuela de la psicología del Yo de Hartmann que menciona que la ​terminación de un

análisis implica reforzar el área libre de conflicto y un funcionamiento yoico

suficientemente adaptativo,​ la escuela kleiniana nos dice que ​el término del análisis se

encuentra en la elaboración de las angustias depresivas;​ Lacan habla de que ​un buen

análisis sancionará la sujeción del sujeto al orden simbólico​ y Winnicott sostiene desde su

teoría que en este punto ​el analizado habrá adquirido su verdadero self, aceptando

suficientemente la desilusión reafirmando a sí mismo cuánto le debe a su madre.​ Todos

ellos correctos desde su punto de vista de ver y abordar la situación analítica están en lo

correcto, ya que comparten la visión de Freud sobre la finalidad de la terapia psicoanalítica

donde ​el propósito del psicoanálisis es fortalecer al Yo, hacerlo más independiente del
superyó, ensanchar su campo de percepción y ampliar su organización de manera que

pueda apropiarse de nuevos fragmentos del ello, con su máxima: Donde Ello era, Yo debo

devenir ( AE, 22, pp74).

Entonces es revisando la teoría donde nos damos cuenta y confirmamos que el padecer

psíquico del sujeto está en parte encadenado a la angustia que surge de la pérdida, podría

decirse que de la falta que tanto menciona Lacan en sus escritos, y es sobre esta falta donde

se construirá toda la base de trabajo de la situación analítica. El sujeto desconoce el núcleo

patógeno que lo lleva a manifestar su neurosis y por lo tanto desconoce los mecanismo de

defensa de los que se vale para sobrellevar sus angustias, y es labor del analista el trabajar

sobre los mismos así como tener el conocimiento y la pericia de llevar a cabo un trabajo lo

más claro que pueda para poder esclarecer los conflictos de manera oportuna y con el tacto

requerido por el analizando y de esta forma acompañarlo y prepararlo para la etapa de

término. Balint escribe algo que comparto, con respecto a un renacimiento que él llama new

beginning, término utilizado unos párrafos anteriores, menciona que ​el analizado siente que

se está despidiendo para siempre de algo muy querido y precioso, con toda la pena y el

duelo consiguientes. Este dolor se alivia, gracias al sentimiento de seguridad que emerge

​ s aquí donde el duelo por la pérdida cobra


de las nuevas posibilidades de una vida feliz. E

un sentido particular en el término de un psicoanálisis bien ejecutado de principio a fin,

sobre el cual el desarrollo del sujeto y la integración del Yo proporcionado por el resultado

del análisis, lo ha llevado a reconocerse a sí mismo y a reconocer la autonomía y la función

del analista, quitando el velo del amor transferencial y dando paso a la despedida desde un

amor maduro.
Freud,S(1976), O.C, Vol. XXIII, Buenos Aires: Amorrortu

Etchegoyen, H(1985), Los fundamentos de la técnica Psicoanalítica, Buenos Aires:

Amorrortu.

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