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Reflexiones sobre la pobreza: entrevista a Majid Rahnema

Luca Martinelli - 04-julio-2006 - num.509


ciepac, Milán, Italia
Resumen: En una entrevista realizada por el periodista italiano y colaborador de Ciepac Luca
Martinelli para la revista italiana Altreconomía (www.altreconomia.it), el pensador Majid
Rahnema, colega y colaborador de Ivan Illich, nos ofrece reflexiones sobre nuevas formas de
pensar la pobreza, concepto totalmente relativo, creado y definido socialmente. Nacido en
Irán en 1924, Majid Rahnema hoy vive en Francia. Ministro de Cultura en su país hasta
finales de los años 60, luego diplomático y funcionario de las Naciones Unidas (trabajó para
UNESCO y PNUD), y enviado a Ruanda durante la guerra civil, pudo conocer de cerca la
contradicción entre desarrollo y pobreza. Sus libro más reciente es Quand la misère chasse la
pauvreté (Cuando la miseria caza la pobreza), publicado en 2003.
Logramos entrevistar a Rahnema en Lucca, Italia, donde participó en un seminario "Política
sin el poder en una sociedad de convivencia" patrocinado por la Escuela por la Paz de la
Provincia de Lucca.
Su libro es el resultado de una larga investigación política, económica y social sobre el
concepto de "pobreza". Es el resultado de una vida entera dedicada a trabajar junto a
los pobres y a su pobreza. ¿Cuál es la conclusión más importante de su trabajo?
Una conclusión casi unánime a la que han llegado los historiadores de la pobreza es que este
concepto es demasiado relativo, general y específico a una cultura para que tenga una
acepción a nivel universal. Por tanto es imposible e inútil tener una conversación seria sobre
el tema si primero no nos ponemos de acuerdo sobre el significado del término. Por eso
dedico tres capítulos de mi libro a este asunto. Históricamente se han dado cientos de
significados a distintas formas de precariedad, pobreza y privaciones, y la misma palabra
puede significar muchas cosas diferentes o encontradas. Me pareció necesario, por tanto,
revisar la historia o, mejor, la arqueología de la palabra. El ejercicio me llevó entonces,
primero, a reconocer al menos tres categorías distintas de la pobreza como tal y, segundo, a
ver con claridad la irrelevancia y el peligro de confundir la pobreza con la indigencia o la
miseria. Hoy me doy cuenta, más que nunca, que habría que evitar esta confusión no sólo por
razones semánticas y epistemológicas, sino también por su uso en asuntos de política y sus
consecuencias dañinas para la vida de los pobres.
Otra importante sugerencia de su libro, basada en su propia experiencia, es que en el
pasado, ser pobre no era una "cosa mala", como hoy estamos acostumbrados a pensar.
A mi entender la pobreza puede ser observada y estudiada como una expresión de la
precariedad o un conjunto de "carencias", incluyendo la ausencia de cosas necesarias para una
vida humana digna y para satisfacer las necesidades básicas de alimentos, vivienda, salud, etc.
Sin embargo, el problema de esta perspectiva es que "carencias" o "necesidades" no pueden
ser definidas universalmente, ya que dependen de la manera en que distintas personas o
grupos definan estos términos, y también dependen de la manera en que tales necesidades
sean satisfechas en cada caso en particular. En otras palabras, las necesidades que uno tiene en
su vida y la manera en que se satisfacen dependen de la manera en que la pobreza y la riqueza
sean definidas por personas diferentes. Por ejemplo, San Francisco [de Asís] y Gandhi tenían
perspectivas muy diferentes de sus "carencias" y "necesidades", en comparación con la
mayoría de la gente que vive hoy en sociedades de consumo. Por tanto, desde esta
perspectiva, la pobreza podría ser algo "bueno" o "malo", dependiendo de la manera en que
las personas perciban sus riquezas y pobrezas, y también de las posibilidades reales de esas
personas de satisfacer sus necesidades en las mejores condiciones. Entre las sociedades
antiguas, las llamadas necesidades básicas de los pobres era aún más modestas y de
convivencia. Las relaciones sociales de cada persona, enriquecidas mutuamente con el resto
de la comunidad, también tenían un rol importante para la satisfacción de esas necesidades.
Esto me lleva a otra dimensión de la pobreza, quiero decir que la pobreza es como un manera
de vida , como un arte de ser y relacionarse con los demás, como todas las maneras y los
medios que los pobres utilizan para constantemente crear y redefinir sus riquezas. En lo
personal considero que es una manera de vivir con el otro muy superior; la pobreza que yo he
nombrado como "de convivencia" es "una buena cosa" en todas las circunstancias. Es el
mismo modo de vivir que Joseph Prud'homme, filósofo francés del siglo 19, llamó "la
condición normal de la humanidad en la civilización". Quizá no era "algo bueno" que las
sociedades antiguas carecieran de muchas comodidades materiales que nos facilitan la vida en
condiciones normales. Pero de todos modos las sociedades antiguas produjeron algunas de las
civilizaciones más importantes del mundo, y fue porque desarrollaron esta forma de vida de
convivencia basada en la simplicidad, la frugalidad, la reciprocidad, la solidaridad, el
compartir y la preocupación por el prójimo. Ahora bien, este tipo de pobreza semivoluntaria
era un ejemplo de su sentido común. Representaba una manera muy sabia y realista de
aprovecharse de todo lo que podían producir a fin de salir airosos en su lucha común contra la
necesidad. También era una manera de crear y conservar otras formas de riqueza inmaterial.
Todo esto nos facilita comprender lo que Marshall Sahlins de la Universidad de Chicago
quería decir cuando hizo su famosa declaración en el sentido de que la "pobreza es un invento
de la civilización" y que nunca existió en la edad de piedra. De hecho, durante miles de años
todos los pueblos de este mundo vivían normal y, con frecuencia, felizmente con muy pocas
cosas. Jamás se consideraban pobres.
Durante miles de años cada individuo era pobre en algún aspecto y rico en otro. Pobre y rico
se usaban como adjetivos. Transcurrieron miles de años para que la gente en el poder
describieran a un individuo como pobre, usando la palabra como sustantivo. Ahora, no
obstante las dificultades impuestas a las personas etiquetadas como pobres, su modo de vida,
como la acabo de describir, sigue siendo una de las más sabias y más éticas, pues se basa en el
respeto a los demás y a su entorno social y natural. Por estas razones, es una forma de vida
que, sin duda, representa una forma mucho más rica y humanitaria, en comparación con las
llamadas formas modernas de vivir, basadas en conceptos de competencia, búsqueda de
utilidades y en la dependencia que hay en muchas "necesidades" autodestructivas que han
creado las sociedades de consumo.
¿En qué se diferencia lo que usted llama "pobreza modernizada" de la "pobreza de
convivencia" que acaba de definir?
La época industrial hizo surgir una nueva forma de pobreza que he llamado "modernizada",
un término inventado por Ivan Illich. Esta variedad particular de pobreza es nueva en el
sentido de que representa una carrera sin fin entre las necesidades personales, creadas
socialmente, y las dificultades que el individuo enfrenta para encontrar los medios materiales
para satisfacer tales necesidades. Y eso en una realidad en donde los medios de subsistencia
son cada día más difíciles de encontrar, en particular para la mayoría de la gente cuya
principal fuente de ingreso es la venta de su fuerza de trabajo, a precios muy bajos. Esta
situación vuelve a la gente cada vez más dependiente del mercado y de las necesidades que
sigue creando. Ivan Illich comparó la situación de los pobres actuales al mito de Tántalos,
condenado a vivir en un paraíso rodeado de todo tipo de delicias, pero a quien se le negaba
siempre todo lo que pudiera satisfacer su hambre y sed.
Para Marx, si bien la economía capitalista representaba un sistema de producción mucho más
eficiente, en comparación con la economía de subsistencia, y que permitía a un número
creciente de personas satisfacer necesidades nuevas, también creaba lo que llamó el
proletariado: una clase nueva de personas enajenadas, que vendían su fuerza de trabajo como
única manera de evitar la miseria. Y debido a que esta nueva clase de personas había sido
desarraigada de su entorno de vida y despojada de sus autodefinidas maneras históricas y
culturales de ganarse el sustento, se enfrentaba continuamente a la miseria. [La economía
capitalista] creó masivamente, por primera vez, miseria e indigencia.
¿Puede usted definir en pocas palabras las diferencias básicas que distinguen a la
pobreza de la miseria y la indigencia?
Defino la miseria como una problemática social en la que los pobres pierden el cimiento, o el
"apoyo" que su particular forma de vivir y compartir les permite crear, a fin de arreglárselas
con la necesidad. Usando un concepto creado por Spinoza, la miseria representa la pérdida de
la potentia , la capacidad de actuar inherente a todo ser vivo. Es la capacidad innata de todo ser
humano de preservar la singular esencia humana. Cuando esta potentia es atacada, o dañada, o
de hecho se destruye por diferentes motivos, se despoja a los pobres de todas las formas
internas que tenían para sobreponerse a las dificultades que amenazan su vida. Se transforman
en personas desamparadas, a la deriva en un mar hostil, habiendo perdido la capacidad de
nadar. Así se vuelven dependientes ante cualquier ayuda que los demás les arrojen. Su
problemática es totalmente diferente de la de los pobres quienes, aun en las circunstancias
más trágicas, todavía cuentan con su potentia , pues ésta sigue con viva y en buenas
condiciones.
¿Qué piensa usted de lo que opina el Banco Mundial (BM) sobre la pobreza y de su
manera de ayudar a los pobres?
Aunque el BM es una institución con fines de lucro, demuestra una inusual dosis de
"compasión" por los pobres. Su problema, sin embargo, es que ha confundido
sistemáticamente la pobreza con la miseria y la indigencia. Esa confusión se nota con claridad
por la manera que define a los pobres. Para el BM, todos los pobres del mundo,
independientemente de su potentia y de las grandes riquezas de experiencia y sabiduría que
han heredado de sus culturas, quedan reducidos a entes económicos con un "ingreso" de uno o
dos dólares al día (los que ganan menos de 2 dólares al día quedan clasificados en una
categoría llamada "pobreza relativa", y los que ganan menos de un dólar al día pertenecen a la
categoría de "extrema pobreza"). Según los cálculos del BM, el 56% de la población mundial
es entonces pobre. Una acepción tan simplista de la pobreza dice mucho del concepto muy
economicista que el BM tiene de los pobres. A todos los tiende a reducir a solamente objetos
pasivos de la "ayuda" financiera, sea directamente mediante distintas formas de "asistencia", o
indirectamente a través de su integración en distintos procesos de "desarrollo" o
modernización. De hecho todas estas políticas hasta hoy han demostrado ser las causas
mismas del empobrecimiento o la proletarización. Es decir, al definir a los pobres como lo
hace, es obvio que el Banco Mundial se niega a considerarlos como el único grupo de
personas todavía capaz de ser el mejor agente de su propia liberación. Y como el único fin del
BM es integrarlos a sus propias estrategias capitalistas, termina desarraigando más a los
pobres de sus entornos sociales y humanos, despojándolos aún más de las formas autóctonas
que tienen para asegurarse unos ingresos.
¿Estoy en lo correcto al pensar que para usted la ayuda económica no es la principal
respuestas a los problemas de los pobres? Y, de ser así, ¿cómo pueden los miles de
millones de pobres en el mundo, en extrema necesidad de ayuda material, recuperar su
poder a fin de regenerar su vida de una forma humana?
Permítame esta aclaración sobre el lugar de la economía en la problemática de los pobres. Lo
que se llama economía de mercado, es decir, la economía productivista y orientada por la
tecnología, que hoy determina el destino [de los pobres], no tiene nada que ver con la
economía (oikonomia ) que bautizaron los griegos. La original tenía que ver con el suministrar
al hogar o a la comunidad lo que se necesitaba para el bienestar. Se nutría de las actividades
creativas de las mismas personas que necesitaban de esa economía. La actual economía es una
corrupción total de esta antigua economía "de subsistencia". Ya no es una institución cuyo fin
sea las necesidades básicas de las personas a quienes debería de servir. Más bien tiende a
maximizar sus propias necesidades, es decir, hacer cada vez más utilidades y producir todas
las necesidades creadas socialmente que hagan falta para sus propios objetivos de lucro. Al
depender excesivamente de nuevas tecnologías, su objetivo principal es aumentar su
capacidad productiva y financiera, así como producir más bienes y servicios para las personas
que los pueden comprar. Como resultado, esta economía se ha vuelto un Jano de doble cara.
Por un lado ha creado riquezas sin precedentes para unos pocos. Por otro lado siempre
produce nueva escasez, precisamente la responsable de que se propague la miseria por el
mundo. Como ejemplo, esta economía ya logró alcanzar un nivel de producción de alimentos
sin precedentes en el mundo. Lo suficiente para alimentar entre 9 y 12 mil millones de
personas, casi el doble de la actual población mundial. Y sin embargo el mismo proceso es el
responsable de una especie de genocidio, pues está eliminando a miles de millones de
campesinos que, hasta ahora, han producido la mayor parte de los alimentos en el mundo. Por
lo tanto las mismas técnicas de producción y las mismas políticas que han producido tal nivel
inaudito de alimentos al mismo tiempo han sido los principales agentes de la ruina de los
campesinos que nos siguen alimentado al 40% de la población mundial con sus propios
medios "obsoletos" de producción.
Le doy otro ejemplo de esta trágica doble cara de la economía. Hace unos 30 años, toda la
región del Cuerno de África sufrió una sequía desastrosa que llevó a millones de personas a
borde de la muerte. Una de las causas principales de esta hambruna se atribuyó al hecho de
que las viejas economías de subsistencia de la región fueron destruidas por las nuevas y
"avanzadas" técnicas y políticas de la modernización agrícola. Como resultado, mientras
morían de hambre los pobres de la región, se exportaban hacia Europa y EEUU alimentos
para perros y gatos producidos en la misma región, mayormente porque ¡la nueva economía
necesitaba divisas para su crecimiento!
¿Cómo ve usted el futuro de los pobres en estas circunstancias? Y ¿qué tipos de
estrategias y soluciones sugeriría?
Sinceramente creo que los llamados "no pobres", en particular todos esos políticos,
comerciantes, expertos y las instituciones que éstos han creado, tienen una responsabilidad
directa o indirecta en el panorama que le acabo de describir. Por lo tanto no están en
condiciones de auxiliar a los pobres. Los pobres han sido despojados de sus propios recursos
para regenerar su ingreso. Los mismos pobres siguen siendo las personas idóneas y mejor
calificadas para encontrar las soluciones adecuadas para enfrentar su problemática. Eso quiere
decir que, si algunos de nosotros, entre los no pobres, de veras estamos interesados en
auxiliarlos (y por tanto ayudarnos a nosotros mismo a revivir y regenerar los millones de
potencialidades que el capitalismo actual ha condenado a la no participación y a la apatía), la
mejor forma de comenzar es "dejar a los pobres en paz", como una vez Gandhi nos sugirió. El
mundo que se ha creado para ellos en nombre del Progreso y del crecimiento económico no
sólo los ha convertido en proletarios desposeídos y enajenados, que ya no pueden contribuir
activamente a la creación de un mundo mejor, sino también los ha hecho más dependientes
que nunca de inútiles y enajenantes formas de asistencia. Además, en los países en donde el
viejo tipo de proletariado ha desaparecido y en donde una buena cantidad de gente puede
cubrir los gastos de alimentación y vivienda, ha surgido un nuevo tipo de proletariado,
integrado por personas que padecen formas de enajenación sin precedentes. Jacques Ellul, que
ha analizado con agudeza la aparición de este nuevo proletariado, nos indica que ése es el
destino del viejo proletariado. Los importantes cambios que han sido la base de la llamada
prosperidad y progreso del Norte han enriquecido sin duda a unos pocos en ciertas áreas, pero
en general están llevando al mundo hacia peligrosos caminos sin salida y despeñaderos llenos
de violencia y penurias.
Entre los eventos que han determinado el camino de la historia en el último siglo, algunos nos
podrían ayudar a encontrar nuevos paradigmas y alternativas liberadoras que tanta falta hacen
ahora. Los planes revolucionarios que querían cambiar el mundo muchas veces han tenido
resultados contrarios. Pero al mismo tiempo, las humildes actividades de gente "ordinaria",
que intenta comprender y cambiar su entorno y a sí misma, han sido más efectivas para dar un
significado a la vida humana y social. Este hecho nos debería alentar para que dediquemos
nuestras propias actividades a lo positivo que podemos hacer aquí y ahora en nuestro entorno
inmediato. Se puede lograr mucho todavía si cada uno de nosotros actúa de forma lúcida e
inteligente para ayudar al prójimo, primero, a que vea su mundo con mayor claridad y,
segundo, que actúe en ese mundo con esmero y sabiduría. Los cambios que se han dado en la
tecnología podrían, esperemos, ayudar a lograr un futuro liberador, si se llegaran a dar
cambios paralelos en los corazones y las mentes de los que participan en ese proceso
liberador. Esto sin duda podría ocurrir si hubiese más gente que creara una "obra de arte" de
su vida, como lo deseaba Foucault. Si sólo más personas aprendieran a ser un candil en la
oscuridad propia y en la de los demás.
Traducido al español por Miguel Pickard
Diccionario del
Desarrollo
Una Guía del Conocimiento
como Poder

Editado por
Wolfgang Sachs
Pobreza 251

POBREZA
Majid Rahnema

La indigencia, o la pobreza impuesta, sin duda lastima, degrada y lleva a la


gente a la desesperación. En muchos lugares, el hambre y la miseria claman al
cielo. De hecho, pocos conceptos desarrollistas encuentran su prueba en una
realidad tan evidente. Y aún así, la pobreza es también un mito, un constructo
y la invención de una civilización particular.
Pueden existir tantos pobres y tantas percepciones de la pobreza como
seres humanos. La fantástica variedad de casos que dan derecho a una persona
a llamarse pobre en diferentes culturas y lenguajes es tal que, en suma, todo y
todos bajo el sol pueden ser catalogados como pobres, en una u otra forma. La
lista podría incluir no sólo a los débiles, a los hambrientos, a los enfermos, a
los sin techo, los sin tierra, los lisiados y los mendigos; no sólo a los locos, los
prisioneros, los esclavos, los fugitivos, los exiliados, los vendedores
ambulantes y los soldados; no sólo a los ascetas y los santos, sino también a
todos los perdedores del mundo, incluyendo a los millonarios luego de una
catástrofe de la bolsa, a los ejecutivos despedidos y a los artistas que no
encuentran comprador para sus obras.
Muchas percepciones, incontables palabras
Los lenguajes del mundo compiten entre sí por el número de palabras
referidas a las estaciones y condiciones asociadas con las diferentes
percepciones de la pobreza.

En persa, por ejemplo, hay más de 30 palabras para nombrar a quienes,


por una u otra razón, son percibidos como pobres. En la mayoría de los
lenguajes africanos, por lo menos se han identificado de tres a cinco palabras
para la pobreza.1 El Torah utiliza ocho para lo mismo.2 En la Edad Media, las
palabras latinas que cubren el ámbito de condiciones abarcadas por el
concepto eran bastante más de cuarenta.3 A esta impresionante variedad de
términos que se encuentran en el nivel de las naciones o del diccionario,
deberían añadirse muchos más de los correspondientes dialectos, jergas o
expresiones coloquiales utilizadas en el nivel vernáculo. Está por explorarse
un universo entero de intuiciones dentro de las oscuras profundidades de la
pobreza en los muchos miles de proverbios y dichos relacionados.4 En la
mayoría de los casos, es extremadamente difícil para el forastero comprender
el significado profundo y las sutilezas de todas estas palabras y expresiones,
mucho más aún para atreverse a traducirlas a otros idiomas.
252 Pobreza

Por mucho tiempo, y en muchas culturas del mundo, pobre no era


siempre el opuesto de rico. Otras consideraciones, como perder la propia
posición en la vida, ser privados de sus instrumentos de trabajo, la pérdida de
la condición o los signos de la profesión (para un clérigo, la pérdida de sus
libros; para un noble, la pérdida de su caballo o sus armas), la falta de
protección, la exclusión de la propia comunidad, el abandono, la debilidad o la
humillación pública, definían al pobre. Los tswanas de Africa del Sur
reconocían a sus pobres por sus reacciones ante la aparición de langostas.
Mientras los ricos estaban aterrados si las langostas comían el pasto requerido
por su ganado, los pobres que no tenían ganado se alegraban porque podían
comer las langostas.5

En Europa, por mucho tiempo, el pobre era opuesto al potens (el


poderoso), más que al rico. En el siglo nueve, el pobre era considerado un
hombre libre cuya libertad era amenazada sólo por los potentes. En los textos
de los movimientos por la paz del siglo once, el pobre se había convertido en
inermis, quien tenía que respetar la fuerza de los soldados, los miles. La
palabra pobre, podía aplicarse al propietario de un pequeño alleu (una
propiedad libre de impuestos), un mercader viajante, e incluso cualquier no
luchador, incluyendo a las esposas no acompañadas de los caballeros.6 En
total, los pobres eran personas bastante respetables que habían perdido sólo, o
estaban en peligro de perder, su colocación.

En ese mismo período en Europa, una categoría totalmente nueva de


pobre apareció en la escena social - el pobre voluntario que elegía compartir la
vida de los desposeídos y los sin techo. Para éstos, vivir pobremente era un
signo de elevación más que de degradación.7 El respeto y la admiración por los
pobres voluntarios, había, por cierto, existido siempre en las tradiciones
orientales.8

Fue sólo después de la expansión de la economía mercantil, los procesos


de urbanización conducentes al empobrecimiento masivo, y, de hecho, la
monetización de la sociedad, que los pobres fueron definidos como carentes
de lo que los ricos podían tener en términos de dinero y posesiones.

Un común denominador de la mayoría de las percepciones de la pobreza


es la noción de ‘falta’ o ‘carencia’.9 Esta noción sólo refleja la básica
relatividad del concepto, porque a un utópico ‘hombre completo’ no le faltaría
nada. Además, cuando el pobre es definido como carente de un número de
cosas necesarias para la vida, se podría preguntar: ¿Qué es necesario y para
quién? Y ¿quién está calificado para definir todo eso?10 En comunidades más
pequeñas, en las que las personas son menos extrañas una de la otra y las cosas
Pobreza 253

son más fáciles de comparar, tales cuestiones son ya difíciles de contestar. En


un mundo de comunicación de masas, los viejos horizontes familiares y las
bases de comparación comunalmente definidas son todas destruidas. Cada
quien puede pensarse pobre cuando es el aparato de TV en la choza de barro el
que define las necesidades de la vida, a menudo en términos de los
consumidores más extravagantes y fantasiosos que aparecen en la pantalla.

De la misma manera, la ambigüedad del concepto adquiere otras


proporciones a medida que los viejos horizontes familiares se desvanecen. No
había nada ambiguo sobre el pobre que vivía de lo que ganaba de algún
modesto oficio en su aldea, nota Mollat.11 «Su cara era familiar, y a pesar de
su infortunio permanecía, en su sufrimiento, como miembro del grupo so-
cial.» La ambigüedad empieza cuando se cruzan los límites vernáculos. ¿Son
estos extraños, rebeldes, vagabundos, portadores de enfermedades, realmente
pobres o genuinamente enfermos? ¿Son santos o pecadores? Estas preguntas
no sólo ahondan nuestra ignorancia sobre quienes son los pobres realmente,
sino también nos confronta con serios problemas cognoscitivos respecto a lo
que la gente realmente piensa.
Cuatro Dimensiones de la Pobreza
1. Los factores materiales: Los hechos o factores materiales sobre los que se
basan los diversos constructos de la pobreza son aquellas ‘cosas’, cuya falta es
percibida como pobreza. Estas faltas o deficiencias, o privaciones son de tipo
no material y existencial o de naturaleza material.

A la primera categoría pertenecen factores tales como la incapacidad de


lograr los propios fines, la carencia de buena suerte o autoconfianza, no ser
respetado o amado por otros, ser olvidado o abandonado, etc. En lo que se
refiere a factores materiales, éstos pueden incluir discriminación, desigualdad,
política u otras formas de opresión y dominación, ausencia de títulos,12 la
indisponibilidad del mínimo de cosas necesarias 13 requeridos para la
supervivencia económica o biológica, definida por la propia cultura;
igualmente, todas las formas de privación, indigencia, hambre, desnutrición,
falta de abrigo, mala salud y exclusión de oportunidades educacionales, etc.

Aunque los factores materiales referidos son relativos a las diversas


sociedades y espacios culturales, se podría argumentar que: «Existe un núcleo
irreductible de absoluta privación en nuestra idea de pobreza, que traduce
informes de inanición, desnutrición y estrechez visible en un diagnóstico de
pobreza, sin haber primero verificado el cuadro relativo.»14
254 Pobreza

2. La propia percepción del sujeto de su condición: Los factores materiales


referidos son de hecho esenciales para la comprensión de la pobreza en sus
diferentes percepciones. Sin embargo, ninguna de ellas debería confundirse
con el concepto mismo. Es sólo cuando uno o una combinación de estos
aspectos materiales es percibido por un sujeto como una expresión de pobreza,
que ellos adquieren el significado particular asociado con esa palabra. Y esa
percepción es un asunto bastante personal y sociocultural. Es, en efecto, parte
esencial de la percepción más amplia del sujeto del mundo y de su lugar en él.

Se ha notado que los pobres -dejando de lado a los mendicantes


voluntarios- tienden generalmente a atribuir lo que les falta a condiciones
independientes de su voluntad y fuera de su control -sea definida por causas
metafísicas como la voluntad de Dios, el propio karma o qismat o la injusta
constitución de la sociedad. Su percepción de las privaciones que sufren es
también a menudo agravada por el sentimiento de que carecen de la capacidad
necesaria para superar su situación.

La carencia de medios materiales particulares no es, sin embargo,


siempre percibida en términos negativos. El caso de los mendicantes en la
Europa medieval, ya referido, no es la única excepción. Para los sufis iraníes,
los sanyasins indios, y algunas escuelas contemporáneas de pensamiento,
como los gandhianos, ser libre de posesiones materiales alienantes es
ciertamente una bendición, y una oportunidad para alcanzar formas superiores
de riqueza. El Profeta del Islam ha sido ampliamente citado diciendo: «Al
faqro faxri» [La pobreza es mi orgullo y mi gloria].

Continúa siendo cierto, sin embargo, que los indigentes y los


materialmente desposeídos generalmente perciben su trance en términos
negativos.15 Aún cuando atribuyen su condición a razones metafísicas u
ontológicas, no ahorran esfuerzos en tratar de poner fin a sus privaciones, si es
necesario por la violencia. A menudo, tienden a establecer relaciones de
dependencia con personas, grupos, creencias, ideologías más poderosos, una
relación que les da una sensación interna de seguridad y, algunas veces, de
falsa fortaleza.

3. Cómo ven los otros a los pobres: La percepción de los pobres de su


predicamento está inevitablemente afectada por la forma en que los otros los
ven. Las dos percepciones son raramente idénticas.

La pobreza es a veces percibida como una virtud por otros, cuando


representa una libre elección de parte de quienes están sometidas a ella. En
caso contrario, los pobres son generalmente mirados con sentimientos que van
del embarazo al desprecio y hasta la violencia. En otro plano, mientras el
Pobreza 255

pauperismo16 era percibido como anormal y reclamaba acción correctiva, la


pobreza en sociedades vernáculas y preindustrializadas era considerada, por el
contrario, más bien como un predicamento humano natural, cuando no un
hecho irremediable e inevitable de la vida.

Diferentes miradas de los pobres han llevado a dos tipos básicos de


reacción. El primero representa una variedad de formas de intervención
directa o indirecta, basada en razones sociales, culturales o éticas tales como la
caridad, la asistencia, la educación, el confinamiento, la represión, etc. El
segundo tipo está basado en filosofías de no intervención, sea justificada por la
creencia de que nada debería hacerse por los pobres quienes, de alguna forma
merecen su condición, o por el supuesto de que nada puede hacerse, porque
todas las formas de intervención finalmente producen resultados negativos, o
ningún cambio, en sus vidas.

4. Espiempos (espacio-tiempos socioculturales) que afectan diversas


percepciones de la pobreza: Mientras que las dimensiones ya mencionadas
son mutuamente interactuantes al moldear el constructo de la pobreza, son
todas, a su vez, afectados por los espacio-tiempos a los que pertenecen. Esto
explica por qué, en diferentes comunidades y en momentos diferentes, los
mismos factores materiales son percibidos en forma diferente, tanto por
aquellos denominados pobres como por la sociedad en general. Para dar un
ejemplo, Helena Norberg-Hodge menciona cómo la noción de pobreza apenas
existía en Ladakh cuando visitó ese país por primera vez en 1975. «Hoy», dice
ella, «se ha hecho parte del lenguaje». Cuando visitaba una aldea remota hace
cerca de ocho años, Helena preguntó a un joven ladakhi donde estaban las
casas más pobres. «No tenemos casas pobres en nuestra aldea,» fue la
orgullosa respuesta. Recientemente, Helena vio al mismo ladakhi hablando
con un turista norteamericano y le escuchó decir, «si pudiera hacer algo por
nosotros; ¡somos tan pobres!»17
El Constructo Global
La pobreza global es un constructo enteramente nuevo y moderno. Los
materiales básicos que han entrado en el constructo son, esencialmente, la
economización de la vida y la vigorosa integración de las sociedades
vernáculas en la economía mundo.

En uno de sus primeros informes en 1948, el Banco Mundial


correlacionaba estrechamente el problema de la pobreza global con los
productos nacionales brutos de los países. Postulaba que países con un ingreso
per capita promedio de menos de $ 100 eran, por definición, pobres y
subdesarrollados. Expresa la responsabilidad de las naciones más ricas, siendo
256 Pobreza

la más rica de ellas los Estados Unidos, de ayudar a los países pobres a elevar
sus niveles de vida.

De esta manera, por primera vez en la historia, naciones y países enteros


pasaron a ser considerados (y a considerarse a sí mismos) pobres, sobre el
fundamento de que su ingreso global era insignificante en comparación con los
que dominaban ahora la economía mundial. En consecuencia, el ingreso
nacional fue introducido como una nueva medida global para expresar los
diversos estadios de desarrollo económico, siendo éste propuesto como la
respuesta final a la pobreza.

En otro plano, el nuevo constructo no incluye más la opinión de que la


pobreza es un predicamento humano multifacético. Lo considera como un
único fenómeno patológico de carácter universal, pero particularmente agudo
en las sociedades preeconomizadas. Siguiendo un consenso entre las élites del
mundo sobre el diagnóstico de la enfermedad (subdesarrollo y falta de
ingreso,) así como de su cura (desarrollo económico y tecnológico), ejércitos
de expertos, políticos, planificadores, burócratas, socioeconomistas y hasta
antropólogos empezaron a actuar como pauperólogos, buscando refinar el
discurso y las prácticas relacionadas a la pobreza mundial. La esencia del
nuevo enfoque fue expresada en la famosa Declaración del Punto Cuarto del
Presidente Harry Truman: «La vida económica (de los pobres) es primitiva y
estancada... Su pobreza es una desventaja y una amenaza tanto para ellos
como para áreas más prosperas.» Se reconocía que la respuesta y la ‘clave
para la prosperidad y la paz’ eran una mayor producción, el desarrollo, la
ayuda, y una más amplia y vigorosa aplicación de la ciencia y del
conocimiento tecnológico.

El nuevo constructo ha tenido de hecho una gestación larga. La era in-


dustrial aceleró la quiebra de las sociedades vernáculas. Condujo a la ‘gran
transformación’ que dramáticamente revirtió la relación tradicional entre
sociedad y economía, y, por primera vez en la historia, desgajó a ésta de sus
raíces socioculturales, sometiendo así a la sociedad a sus propias reglas
económicas y dinámica, más que a la inversa. «El hombre, bajo el título de
trabajo, la naturaleza bajo el título de tierra, fueron puestas a la venta,» nota
Polanyi.18 La consiguiente economización de la sociedad trajo consigo,
primero, la hegemonía de las economías nacionales sobre las actividades
vernáculas, luego, la de la economía mundial sobre todas las otras. Estos
drásticos cambios afectaron grandemente las vías en que los factores
materiales que subyacían las diversas percepciones de la pobreza vinieron a
ser reinterpretadas y reconstruidas.
Pobreza 257

En primer término, el advenimiento de una economía mundo, con todas


sus realidades y mitos acompañantes (la existencia de recursos ilimitados,
milagros tecnológicos, infinitos bienes de consumo, necesidades inducidas,
etc.) crearon un conjunto de referentes universales. Para volver a un caso ya
mencionado, esta es la forma en que los ladakhis vinieron a percibirse a sí
mismos como pobres, una vez que el desarrollo y otras consideraciones
nacionales y estratégicas habían llevado a la economización de Ladakh. En
forma similar, no sólo individuos y comunidades, sino naciones y continentes
enteros fueron llevados a creer que eran pobres, que necesitaban ayuda, sólo
porque su ingreso per capita estaba por debajo de un mínimo universalmente
establecido.

En segundo término, mientras que las respuestas tradicionales a la


pobreza fueron, en el pasado, a menudo basadas en las percepciones
pluralistas, culturalmente establecidas y holísticas de cada espacio particular,
los nuevos programas de acción representaban una receta universalista, de una
sola vía, basada en el ingreso y totalmente acultural, para ‘pacientes’
abstractos. La receta estaba compuesta de una mezcla de ingredientes técnicos
y referentes económicos ‘neutrales’ que sólo expertos y planificadores podían
dominar y utilizar con autoridad. El nuevo enfoque tecnologizado de la
pobreza desarrolló sus propias bases cognoscitivas en tales campos nuevos de
estudio e intervención como la política de empleo, la estrategia de producción
y la medición de la pobreza, etc. Ciertamente eclipsó la exploración de
cuestiones más profundas y sensibles como los procesos de dominación
política y cultural, el papel penetrante de las instituciones y la naturaleza
misma del sistema de producción industrial.

En tercer lugar, el nuevo fetiche de una economía global saludable,


destinada a salvar a todos los pobres del mundo, no sólo ayudaba a los
sistemas económicos y políticos pauperizadores a reforzar y legitimar sus
posiciones, sino también conducía a sus víctimas a percibir su propia situación
en los mismos términos. De esta manera, los nuevos proletarios y asalariados
empobrecidos, particularmente en las áreas urbanas, enfocaron sus acciones y
luchas en objetivos tan limitados como el empleo, la elevación de los ingresos
y el acceso a los servicios públicos. Y, para este fin, buscaron protegerse a
través de sindicatos, a veces descuidando totalmente las organizaciones
comunales, informales y formales, que tradicionalmente habían ayudado a los
pobres. Siguiendo el mismo patrón, hasta los trabajadores no asalariados en las
áreas rurales llegaron a pensar que ganar dinero o recibir ayuda económica y
servicios públicos eran las formas más lógicas de aliviar sus privaciones.
258 Pobreza

Finalmente, a medida que más gente era manipulada para compartir el


nuevo mito económico de que la pobreza podía ser ahora finalmente
conquistada a través de la productividad incrementada y de los efectos de
percolación (‘trickle down’) de la economía, la búsqueda de nuevos modos de
vida y de organización social basada en la simplicidad, o en formas morales o
voluntarias de pobreza, fue desvalorizada y desacreditada.19

La mayoría de las sociedades tradicionales habían resistido la idea de


que toda pobreza reflejaba deficiencias personales. Esta idea, que se hizo
característica de toda sociedad capitalista, especialmente en sus versiones
protestantes, era ahora propuesta como un componente principal del nuevo
sistema de valores. La pobreza económica debía ahora ser detectada y
extinguida, a nivel global, como una vergüenza y un flagelo. Los vastos
incrementos en riqueza ofrecida o lograda por las sociedades modernas que
fomentaban la codicia y el lucro, jugaron un significativo papel en la
pronunciada desvalorización de la pobreza moral. De esta manera, la carrera
por el enriquecimiento se hizo no sólo un fin deseable para la economía sino
también un fin moralmente justificado.
El Constructo en Acción
Supuestos

Para llevar el constructo a la acción, se iniciaron un particular discurso y


un conjunto de programas. Mirando atrás a lo que realmente ocurrió durante
los cerca de 50 años del ejercicio, parece haber reposado en los siguientes
supuestos.

En primer lugar, suponía que los pobres eran ‘subdesarrollados’ y -mo-


mentáneamente por lo menos- privados de su capacidad para definir sus
propios intereses. Depende de aquellos en una posición superior de
conocimiento y poder (gobiernos, instituciones, profesionales, autoridades
competentes) asistirlos en su nombre. La ‘participación’ de la gente es
ciertamente bien recibida siempre que puedan ayudar a las poblaciones
interesadas a manifestar su apoyo a los programas profesionalmente
diseñados.

En segundo término, el discurso sobre la pobreza global reconocía el


hecho de que las percepciones de la pobreza diferían de acuerdo a las culturas.
No obstante asumía que las percepciones en cuestión compartían todas una
creencia común -que el crecimiento económico y la prosperidad eran un sine
qua non para salir de la pobreza. De esta manera proponía como principio el
desarrollo económico como la clave para los programas de erradicación de la
Pobreza 259

pobreza, asumiendo además que la resolución de todos los problemas no


económicos o culturales de los pobres podían ser abordados más tarde.

Los supuestos precedentes servían, a su vez, para justificar tres


principios básicos de las prácticas intervencionistas. En primer término, que la
pobreza era un asunto demasiado global y sensible para sacar de las manos de
profesionales e instituciones entrenadas y autorizadas para ese propósito. En
segundo lugar, que todos los programas en cuestión debían ser articulados,
básicamente en términos de recursos y necesidades económicos. Finalmente,
que los agentes básicamente responsables del diseño y de la ejecución de tales
estrategias. serían, naturalmente, los gobiernos y otras instituciones
oficialmente a cargo tanto de la identificación de las necesidades como de la
producción de las soluciones requeridas. La erradicación de la pobreza global
era así considerada como otra razón más para consolidar las estructuras de
gobierno existentes, tanto a nivel internacional como nacional.

Operaciones

Evaluación de necesidades:
Los programas de alivio de la pobreza reclamaban basarse en una evaluación
de ‘necesidades’. No obstante, lo que los planificadores, los políticos y los
economistas tendían a considerar sus necesidades, tenían poco o nada que ver
con lo que las diferentes categorías de pobres percibían como sus necesidades.

En el contexto global, las necesidades eran primero identificadas de una


manera abstracta, sobre una base regional o nacional. Para tomar un ejemplo,
para el PNUD se estableció una regla dorada a mediados de los 70 que 80 por
ciento de los recursos de la organización debía automáticamente asignarse a
las necesidades de los LDC (países menos desarrollados), es decir, los países
donde el ingreso anual per capita de la población es menor de $ 300. La regla
ha sido ahora extendida a algunos otros países que, por pedido expreso, son
reconocidos, literalmente, «como si fueran LDC» y en consecuencia, ¡le son
acordados los mismos «privilegios»! El hecho que es totalmente pasado por
alto por las burocracias en cuestión es que, de acuerdo a sus propios
estadísticas y criterios, un número mucho mayor de personas consideradas
pobres realmente viven en otros lugares. Las necesidades de estos individuos
son tratadas en forma diferente sólo porque resultan ser ciudadanos de países
donde el PNB per capita es mayor.

En lo que concierne a la evaluación de necesidades específicas, éstas son


evaluadas sobre la base de otros conjuntos de criterios y sistemas de
comparación económicos globalmente establecidos. Para UNESCO, por
260 Pobreza

ejemplo, tener un porcentaje de analfabetos por encima de una cierta cifra o un


porcentaje de radios, libros o periódicos por debajo de otra, representa un
conjunto de necesidades que precisan acción. Para la OMS, los criterios de
pobreza son expresados en términos de la proporción de médicos, enfermeras
y centros de salud referidos a la población. Para la FAO, las necesidades son
evaluadas en términos del consumo de calorías o proteínas per capita. En
todos estos casos, las necesidades son percibidas como cifras o combinacio-
nes de elementos desgajados del modo particular de vivir característico de
cada espacio vernáculo culturalmente definido.
La promoción de instituciones y capacidades profesionales en los países:
Un componente principal de largo plazo de todos los programas
nacionales e internacionales de erradicación de la pobreza ha sido lo que la
jerga de las NU gusta en llamar ‘reforzamiento institucional’, generalmente
acoplada con el refuerzo de las ‘capacidades nacionales’ y las habilidades
profesionales.

Como en el caso de las prácticas de evaluación de necesidades, esta


política también representa un consenso alcanzado entre donantes y
recipientes de ayuda económica y técnica. Se supone que la política
proporcionará a los gobiernos interesados los instrumentos necesarios para
que ellos diseñen sus planes de acción y pongan fin a su dependencia
estructural de experticia extranjera. Fuertes ministerios de planificación y
organizaciones paraestatales fueron presentados -por lo menos durante el
‘repliegue’ del estado que tuvo lugar durante el ‘ajuste estructural’ de los
1980- como esenciales para evaluar las necesidades de la gente y para re-
sponder a ellas. Para los donantes, la política sirvió no sólo para proveerles de
contrapartes profesionalmente respetadas, sino también de instituciones
supuestas en una mejor posición para garantizar la protección de inversiones
económicas y políticas extranjeras, y en particular, la integración mayor de
estas economías dentro de la global.
Producción de bienes y servicios:
La producción de bienes y servicios económicos es un componente prin-
cipal de todos los programas de erradicación de la pobreza - siendo el
crecimiento económico el talismán general.
Reformas sectoriales:
La necesidad de servicios más diversificados y difundidos ha llevado a
muchos de estos programas a reservar un lugar de avanzada a reformas
sectoriales, particularmente en áreas tales como el desempleo, el control de la
Pobreza 261

población, las cooperativas, y servicios educacionales y sanitarios.


Políticas redistributivas:
Para estados más progresistas o democráticos, las políticas
redistributivas son consideradas como los medios más efectivos y dignos de
detener los procesos estructurales de pauperización generalmente provocados
por la dinámica del desarrollo económico. En este contexto, Japón, India y
China representan tres países muy diferentes cuyos interesantes resultados han
sido logrados a través de medidas políticas y legislativas.
Programas de ayuda:
Estos programas son las últimas de las actividades que son generalmente
adoptadas en el contexto de las campañas actuales de erradicación de la
pobreza. Ellos están encaminados a aproximarse más a las preocupaciones
reales y urgentes de los desposeídos. Cualquiera que sea su valor en la
práctica, los estados de beneficencia consideran la ayuda a los pobres como
una obligación de la sociedad y como un acto de solidaridad. Gobiernos más
conservadores, conjuntamente con los economistas, tienden a cuestionar la
pertinencia de la ayuda a los intereses de largo plazo de un estado moderno.
Resultados
El impacto real de las políticas y de los programas descritos en la vida de
los desposeídos son, a menudo, muy diferentes de las expectativas de los
planificadores. Trataremos de explorarlas brevemente, en el mismo orden
señalado.

Las necesidades que los programas de desarrollo y de erradicación de la


pobreza buscan identificar y evaluar a través de sus expertos e instituciones de
planificación son básicamente las necesidades de una cierta ‘economía’, una
cierta idea de pobreza, y una particular categoría de consumidores y
contribuyentes cuyos derechos e intereses debían ser protegidos. Ellos no
corresponden a lo que la gente común necesita, confrontada por el hecho de
haber sido desplazada de sus espacios vernáculos. Mientras estas necesidades
no sean satisfechas, las mismas actividades económicas desarrolladas en
nombre de los pobres les imputan necesidades diferentes de una naturaleza
más insaciable. En otro plano, la problematización de las necesidades de los
pobres en términos económicos modernos contribuye, además, a la
desintegración de los espacios vernáculos, exponiendo con eso a los pobres a
situaciones de una impotencia aún más completa.
262 Pobreza

Para resumir, todo el ejercicio de la evaluación de las necesidades se


justifica sobre la base de que proporciona a los planificadores con una base
‘científica’ para su planificación contra la pobreza. En la práctica, es a menudo
un ejercicio irrelevante. La misma idea de que debería empezar con una
asignación de fondos sobre la base del desarrollo económico del país
específico donde viven los pobres, en vez de la ubicación y la condición de los
pobres mismos, es suficiente para indicar la naturaleza burocrática y altamente
irrelevante del ejercicio. Luego de separar las ‘necesidades’ del pobre del
mismo como un ser humano activo y viviente, lo reduce a sólo un ingrediente
inadecuado del crecimiento económico.

La absurdidad de la situación aumenta con el hecho de que toda la tarea


es confiada a gobiernos depredadores que están incidentalmente en el poder en
los países denominados más pobres. Mientras la soberanía de estos gobiernos
es, a menudo, una cuestión de pura ficción, el hecho es que su poder reside, por
un lado, en su capacidad de ‘ordeñar’ a su propia gente y, por otro, en la ayuda
que reciben de sus patrocinadores foráneos más ricos. Para estos gobiernos, la
pobreza, como el subdesarrollo, es una frase feliz para legitimar sus reclamos
por formas más centralizadas de control sobre sus poblaciones y, también, por
más fondos para implementar sus objetivos. La ayuda externa, en particular,
los ayuda a enriquecerse y a fortalecer su ejército, su policía y sus servicios de
seguridad e inteligencia. Estos últimos operan para hacer que la población
pague por los servicios que se relacionan a su propia explotación y acepten su
forzada integración en las economías nacional y mundial, así como la pesada
carga de las deudas contraídas para estos mismos propósitos.

En un plano diferente, los objetivos del reforzamiento institucional y de


la capacitación crean barreras adicionales entre el mundo vernáculo de los
pobres y el nuevo mundo economizado de sus protectores/depredadores.
Mucho más que servir a los pobres, las nuevas instituciones y sus profesionales
ayudan a los ricos a mejor organizarse contra sus víctimas.

Sobre el tema central de la producción de bienes y servicios económicos,


es aún difícil para muchos concordar en que la pobreza no es una cuestión de
‘recursos’ en el sentido que le dan economistas y planificadores. No obstante
es un hecho que, en la mayoría de los países en desarrollo, ni la producción de
recursos económicos y mercancías, ni la extensión de los servicios sociales
han servido finalmente a los pobres. Muy a menudo, han resultado en la
disminución aún mayor de su capacidad para satisfacer sus reales necesidades
en el contexto de su modo de vida vernáculo - que es una forma de vida bajo
constante erosión por las fuerzas de la economía moderna.
Pobreza 263

En realidad, no existe evidencia de que la opulencia ha mejorado, en


ninguna parte, la condición de los pobres. No obstante el hecho de que las así
llamadas sociedades opulentas son, en la actualidad, las que presentan las
mayores amenazas a la misma vida del planeta, los embalses de abundancia
que producen, crean, al mismo tiempo, nuevas islas de pobreza. Los Estados
Unidos, el país más rico del mundo, tiene que reconocer que 30 millones de
sus ciudadanos viven por debajo de la línea de pobreza.20 en forma similar, en
la ciudad más rica del Brasil, un país del Sur cuyo desarrollo fue denominado
alguna vez milagroso, cinco de sus 150 millones de habitantes ‘viven en ex-
trema pobreza, ganando menos de 65 dólares al mes’21

En breve, lo que los pobres necesitan no es la producción de recursos o


servicios económicos que finalmente benefician a otros o a la generación
venidera. Es más bien la recuperación de su actual capacidad para usar sus
propios recursos vernáculos, localmente disponibles -que son totalmente
diferentes de lo que los economistas denominan recursos.

Las reformas sectoriales en los diversos campos del desempleo, la


población, la educación, la salud, etc., parecen también haber tenido poco o
ningún efecto positivo en la reducción de las tendencias discriminatorias. Aquí
nuevamente, aún cuando estas reformas han logrado sus objetivos, han
mostrado haber sido de poca pertinencia a las necesidades específicas de los
desposeídos. ‘Buenas’ escuelas han servido en general para producir números
mayores de bajas pertenecientes a las familias pobres. Contraria-mente a su
vocación, los centros de salud, y los hospitales en particular, rara vez han
acogido a los pobres. Las políticas de empleo difícilmente han tenido éxito en
detener el éxodo masivo de millones de personas de sus comunidades a las
áreas marginales de las grandes ciudades.

En esta larga lista de ‘respuestas que no lo son’, podría argumentarse que


las políticas redistributivas por lo menos han logrado éxito parcial en algunos
casos importantes. Las experiencias de Japón, India y China podrían sugerir,
cada cual de manera diferente, que medidas políticas orientadas a fomentar los
principios de justicia y equidad como dimensiones integrales de las políticas
de desarrollo, han reducido algo de los efectos secundarios pauperizadores de
la economía. Permanece el hecho, sin embargo, de que la dinámica y los fines
de una economía que genera ‘recursos’ (principios de lucro, productividad,
acumulación de capital, etc.) divergen, por definición, de los objetivos
definidos socialmente. Como tal, es quizás demasiado temprano para concluir
que tales políticas redistributivas serán capaces de ir a la par con las tendencias
pauperizadoras más poderosas de la economía. En cualquier caso, ellas
264 Pobreza

pueden tener éxito sólo al reemplazar la pobreza tradicional con las formas de
pobreza modernizada propia a todos los países ‘desarrollados’. Finalmente, no
hay evidencia que indique que la economización exitosa de la vida, en estos
países, pueda prevenir, en último término, los destructivos efectos colaterales
del proceso sobre el modo de vida de la gente, incluyendo la destrucción de su
ambiente natural.

Las políticas de ayuda, finalmente, han fracasado en muchas formas. Es


ahora claro que todos los sistemas de ayuda sirven finalmente para perpetuar
los procesos de pauperización. Como ha señalado Georg Simmel:

El objetivo de la ayuda es precisamente mitigar ciertas extremas


manifestaciones de la diferenciación social, de manera que la es-
tructura social pueda continuar basándose en esta diferencia-ción.
Si la ayuda fuera a basarse en los intereses de los pobres, no habría,
en principio, límite alguno sobre la transferencia de propiedad en
favor de los pobres, una transferencia que conduciría a la igualdad
de todos.22
Una Economía Mundo contra las Aldeas Vernáculas
Utilizando la impresionante imagen de ‘un solo mundo’ o ‘la aldea glo-
bal’, el discurso del desarrollo invita a sus ‘poblaciones objetivo’ a considerar
su predicamento en una forma ‘moderna’, ‘realista’ y ciertamente
comparativa. Les pide considerar que el mundo ha cambiado y a aprender de la
experiencia de aquellos que, finalmente, han tenido éxito. Si los pobres
entendieran solamente lo que históricamente llevó a la gente del Norte a
mayores niveles de vida y mayor poder político, económico y tecnológico,
ellos, tampoco dudarían más en tomar la vía principal del desarrollo. Esta se
presenta como el único camino transcultural y universal para todos los
probables viajeros para alcanzar su destino moderno.

En realidad, lo que se propone sirve solamente a los intereses de los


diseñadores de la carretera y a su sistema de administración. Porque en cuanto
uno entra en él, se convierte en prisionero de sus reglas y lógica. No sólo tiene
uno que usar un auto para recorrerla, no sólo son el camino, el destino y las
salidas predefinidos, sino que la persona que la recorre no es más un ser
humano libre e incomparable. Se convierte en sólo un pasajero en un auto con
un motor más o menos poderoso cuya velocidad y rendimiento de aquí en
adelante le definen su posición y poder comparativos en el camino común.
Pobreza 265

En cuanto a la noción de aldea global, utiliza un concepto vernáculo sólo


para destruirlo. Porque apunta precisamente a borrar las miles de aldeas cuya
gran diversidad han hecho precisamente la singularidad y la riqueza del
mundo. El «mundo único» propuesto busca sustituir los miles de mundos
reales y vivientes con un único no mundo, una corporación económica
totalmente acultural y amoral cuyo único propósito es servir a los intereses de
sus accionistas.

Por cierto, la aproximación económica a la vida puede bien llevar por un


tiempo a una producción masiva y más eficiente de bienes y mercancías, esto
es, a un desarrollo de las cosas. No obstante tanto los recursos como las
necesidades que crea llevan inevitablemente a una situación de escasez
permanente donde no sólo los pobres e indigentes, sino aún los ricos, tienen
siempre menos de lo que desean. Además, independientemente del nivel de
riqueza logrado por una sociedad, es un hecho que los pobres son siempre los
que sufren más de la brecha generada entre sus necesidades y los recursos
escasos producidos económicamente. Esto es particularmente cierto a medida
que la misma economía crecientemente les imputa por sí misma nuevas
necesidades, cada vez más difíciles de satisfacer. De esta manera, se está
haciendo más claro a muchos que, de cualquier manera que sus necesidades
sean definidas, no es sólo una ilusión, sino una contradicción de términos,
esperar que la economía pueda alguna vez satisfacer sus necesidades.

La economía puede ciertamente producir muchas mercancías y servicios


para aliviar un conjunto particular de necesidades. Pero a medida que
desvaloriza y a menudo destruye un conjunto completo de otras actividades
humanas que, para la mayoría de la gente, continúan siendo vitales para
satisfacer sus necesidades, los efectos inhabilitantes de estas operaciones de
alivio son de hecho altamente negativos en el largo plazo. La abrumadora
mayoría del mundo aún forman y satisfacen sus necesidades gracias a la red de
relaciones humanas que preservan dentro de sus espacios vernáculos y gracias
a las muchas formas de solidaridad, cooperación y reciprocidad que
desarrollan dentro de sus comunidades. Sus actividades son generalmente
respuestas concretas a problemas concretos e inmediatos, habilitando a la
gente interesada a producir tanto los cambios como las cosas que necesitan. La
economía moderna desvaloriza estas actividades y presiona o fuerza, a la gente
a abandonarlas. Busca reducir a todos a convertirse en agentes de una
economía nacional o mundial invisible, orientada sólo a producir cosas para
quien puede pagar por ellas. En otras palabras, en nombre del alivio de la
pobreza, sólo fuerza a los pobres a trabajar para otros más que para sí mismos.
266 Pobreza

En sociedades vernáculas, la abundancia es percibida como un estado de


la naturaleza, que invita a todas las especies vivientes a sacar de ella lo que
requiere para satisfacer necesidades específicas. Estas son, a su vez,
percibidas como limitadas, en tanto representan una mezcla de cosas
necesarias orgánicas y socioculturales. Para compartir recursos tan abundantes
como el aire, el agua y la tierra, se han hecho generalmente arreglos, similares
a los ámbitos de comunidad originales en Europa, que hacen posible para
todos tener acceso a ellos. La medida en que una comunidad se organiza para
usar los abundantes recursos de la naturaleza y compartirlo con sus miembros
define la prosperidad relativa de esa comunidad.

Cuando quiera que las poblaciones interesadas están, por alguna razón
natural o sociopolítica (sequía, desastre natural, condición económica,
opresión política o cultural, etc.), impedidas de usar libremente esos recursos,
sufren de escasez. No obstante continúan refinando y diversificando sus
actividades. Su éxito en enfrentar esas situaciones, sin embargo, muy
frecuentemente se debe a los aspectos no económicos de estas actividades.

El constructo económico moderno de realidad se basa en un conjunto de


supuestos diferente, si no opuesto. Asume que los recursos naturales son
escasos; que las necesidades humanas, en particular las del homo economicus
son ilimitadas; y finalmente, que una economía sólida puede hacer posible, en
último término, para cada quien satisfacer todas sus necesidades. Esta
particular percepción de la realidad tiende a reducir a los seres humanos y sus
sociedades sólo a su dimensión económica. Despoja al espacio vernáculo de
todas sus potencialidades poderosamente vivas. Busca transformarlo en una
mera máquina económica, controlada y operada por otros. En el mismo
constructo, los seres humanos son percibidos como simplemente uno de los
muchos recursos requeridos por la economía para sus propias necesidades.

Los efectos insidiosos de la destrucción del espacio vernáculo son


particularmente peligrosos en un tiempo en que muchas otras alternativas
requieren ser exploradas, tomando en cuenta tanto el increíble avance de
ciertas tecnologías autónomas y sociables y las soluciones a menudo muy
imaginativas que algunos movimientos de base están ofreciendo en términos
de la regeneración de los espacios de vida de su gente.
Señales desde las Bases
La forma en que los planificadores, los actomaníacos del desarrollo y los
políticos que viven de las campañas de alivio de la pobreza global, están
presentando su caso, da al público no informado una impresión distorsionada
de cómo los desposeídos del mundo están viviendo sus privaciones. No son
Pobreza 267

sólo estas gentes presentadas como incapaces de hacer nada inteligente por sí
mismos, sino también de impedir a los modernos benefactores ayudarlos. Si
estas absurdas falsificaciones fueran verdaderas, tres cuartos de la población
mundial habría ya perecido.

En las últimas dos décadas, se han venido recibiendo promisorias


señales de las bases indicando su aún asombrosa vitalidad - en muchas áreas,
en efecto, donde el forastero esperaría normalmente resignación o sumisión
total. No sólo en Asia donde se han mostrado consistentemente imaginativos
movimientos desde la revolución gandhiana, o en América Latina donde
mucho ha estado sucediendo, 23 sino en Africa también, interesantes y
originales movimientos de base están surgiendo ahora. Estos movimientos
varían grandemente en sus enfoques sobre la regeneración del espacio de las
gentes y su tamaño. Como regla, son localizados y más bien pequeños en
número. Sin embargo el rápido crecimiento de algunos, como el Chipko, o el
Swadhyaya,24 que ya incorpora varios millones de personas, indican que aún
su tamaño está ganando importancia. Permítaseme bosquejar su significado y
mensaje.

Respuestas autóctonas: Durante un par de décadas, el discurso del


desarrollo y sus prácticas lograron manipular e intimidar a sus ‘poblaciones
objetivo’. Muchos de los actuales movimientos de base representan el rechazo
de la gente a esto. Las víctimas quieren ahora definir su pobreza o riqueza por
ellas mismas, y hacerlo libres de presiones indeseables.

Una creciente resistencia a los gobiernos y a sus políticas modernizan-


tes parece haber promovido la tendencia a un retorno a las raíces. Es verdad
que tales tendencias han sido frecuentemente cooptadas por una nueva ralea de
manipuladores ligados con intereses fundamentalistas o étnicos. No obstante,
como un todo, la mayoría de los movimientos de base están ahora conscientes
de los peligros de ideologías sectarias. Las lecciones del pasado, incluyendo la
más reciente proveniente de Europa Oriental, los incita, más que nunca, a
confiar en su propia sabiduría creativa y en sus culturas al responder a su
realidad.

Remontando los peligros: Otra expresión de esta creciente distancia con


las ideologías establecidas es el rechazo, por muchos movimientos de base, de
las nociones establecidas de poder, incluyendo el tan buscado objetivo de
tomar el poder. Aquí, también, estos movimientos no sólo han aprendido
mucho de sus propias experiencias, sino de todas las otras revoluciones. Estas
los han convencido de que la violencia sólo lleva a cambios superficiales, a
una transformación de las antiguas víctimas en nuevos victimarios y, a
268 Pobreza

menudo, a nuevas formas estructurales de violencia. A medida que la práctica


de los movimientos de base los lleva a entender mejor la dinámica de la
violencia y del poder, parecen descubrir continuamente nuevas y más
ingeniosas formas de mirar al mundo y a sí mismos. Como el hombre común se
da cuenta de que la forma occidental dominante de modernidad ha, de hecho,
perdido contacto con el presente que reclama representar, se ha convertido en
verdaderamente moderno, en el sentido original de la palabra, esto es, uno que
es del presente. Como tal, constantemente refina sus formas tradicionales,
vernáculas de confrontar las muchas olas que amenazan su vida. A los miles de
trucos que cada cultura ha desarrollado para preservarse de estas olas
pasajeras, las nuevas bases están añadiendo el arte de montar sobre y dentro de
las olas.

Universos vernáculos: Como en el caso del poder, los movimientos de


base parecen diferir considerablemente de los planificadores y políticos en su
aproximación a las macrodimensiones del cambio. Lo que les importa
esencialmente es efectuar, dentro de los horizontes con los que están
familiarizados, cambios que son a la vez posibles y significativos para sus
propias vidas. Les importa poco si lo que hacen es replicable en otro lugar o en
conformidad con modelos ideales de sociedad construidos en otra parte. Como
regla, las poblaciones de base resienten el macromundo hecho por el hombre
que se les pide adoptar. Cuanto más sienten su artificialidad y el peligro que
representa a todos sus sueños y aspiraciones, más se consideran partes de
macromundos propios. Estos son los universos vernáculos o religiosos que les
dan esperanza y fortaleza y en los cuales gustan de encontrar refugio. El
concepto hindú particularmente sutil de dharma expresa bien la relación entre
la vida ‘micro’ de cada quien y el ‘macro’ orden cósmico, una relación que
también define las propias responsabilidades y deberes hacia ambos.

Aquí reside otra diferencia fundamental que separa el universo de base


con el de la tecnología moderna. Este empieza con un plano ‘macro’, una idea
predefinida de lo que debería hacerse y cómo. El diseño del tecnócrata
consiste, entonces, en transformar todo para conformar ese plano. Para las
comunidades en el nivel de base, lo que importa es, en contraste, lo que es,25 y
la vida, a medida que diseña su propio curso. Lo que finalmente decide es el
‘olfato’ viviente de la gente directamente interesada por lo que es apropiado y
sensato hacer. En el otro, el enfoque tecnocrático, el factor decisivo son los
datos muertos de un sistema de conocimiento ajeno, a menudo ideológica-
mente sesgado.
Pobreza 269

Dimensión espiritual: La mayoría de los movimientos contemporáneos


de base tienen una fuerte dimensión espiritual. No es sólo en India donde tales
movimientos, empezando con el Sarvodaya gandhiano, al Manavodaya26 y el
Swadhyaya, han conferido importancia seminal a factores tales como la
transformación interna, la pureza moral, el autodescubrimiento, el
autoconocimiento o la noción de Dios en sus muchas diferentes
interpretaciones. Para otros movimientos inspirados por el Islam, el
cristianismo y/o el marxismo (como la Teología de la Liberación) las
condiciones externas e internas de la libertad han estado también
estrechamente ligadas entre sí. El sentido de compartir ideales espirituales
comunes de una naturaleza purificadora puede crear formas nuevas y
contagiosas de entusiasmo y solidaridad, que a su vez aumentan grandemente
la efectividad operacional del grupo. Una razón de la indiferencia de la gente a
la ideología dominante del desarrollo, y de aquí su fracaso, podría bien ser su
absoluta insensibilidad a esta dimensión crucial.

Pobreza convivial: Un último punto de importancia parece ahora común


a la mayoría de los genuinos movimientos de base - la creencia de que la
respuesta a formas impuestas de pobreza material tiene que encontrarse en la
propia aproximación ética y cultural a la pobreza de la gente. En otras
palabras, en tanto continúe la actual carrera por la riqueza material, sobre la
base de que nada salvo las limitaciones tecnológicas deben detener a los seres
humanos de desear y tener más, no sólo continuará la misma carrera generando
las formas más deshumanizadoras de pobreza impuesta, sino que al final
empobrecerá y destruirá al mismo planeta que nos da nuestras comunes
riquezas. En contraste, la pobreza convivial -esto es, la pobreza voluntaria o
moral- implica el ideal de un modo de vida basado en los antiguos principios
morales de simplicidad, frugalidad, suficiencia y respeto por todos los seres
humanos y todas las formas de vida. No significa ascetismo o vida monástica.
Sólo trata de devolver a cada quien esa dimensión holística y compasiva de ser,
sin la cual ninguna relación humana es posible, en el sentido verdadero de la
palabra. Como tal, la pobreza convivial podría quizás servir tanto como medio
como fin al economicismo pauperizador.

En conclusión, ha llegado el tiempo de ver la pobreza de manera


diferente. Ha llegado el momento de regenerar la vieja tradición de la pobreza
voluntaria tanto como una forma de liberación individual como un instrumento
principal para reducir todas las otras formas de pobreza embrutecedora. Una
forma trágica de la pobreza, a menudo percibida como una expresión de
modernidad, es que de un mundo económicamente obsesionado de individuos
y naciones que pelean entre sí por más codicia, más violencia, más explotación
270 Pobreza

y más destrucción de las fuerzas vitales interiores y exteriores de la


humanidad. Esa pobreza, de percepción y de estilo de vida, está siendo ahora
cuestionada por los ideales de una forma diferente de pobreza.
Crecientemente, más seres humanos compasivos e informados están dándose
cuenta de que la tierra puede sólo proveer suficiente para satisfacer todas las
necesidades de las personas si estas son liberadas de la codicia. La Era
Económica, como todas sus predecesoras, no es un estado eterno. La honda
crisis que está atravesando en todos los campos de actividad y, sobre todo, las
amenazas que está presentando a la misma existencia de nuestro planeta, están
ya preparando la venida de una nueva era. El florecimiento de otras formas
más elevadas de pobreza convivial pueden entonces aparecer como la última
esperanza para crear sociedades diferentes basadas en las alegrías de ‘ser
más’, más que en la obsesión de ‘poseer más’.
Referencias
1. John Illife, The African Poor: A History (El Pobre Africano: Una Historia),
Cambridge : Cambridge University Press, 1987.
2. Encyclopaedia Judaica, bajo el título de ‘pobreza’.
3. Michel Mollat, The Poor in the Middle Ages (El Pobre en la Edad Media),
New Haven: Yale University Press, 1978, p. 3. Este estudio es un clásico para la
historia de la pobreza en Europa. Además de la palabra ‘pauper’ (pobre, indigente),
Mollat lista las siguientes palabras: refiriéndose a la falta de medios y a la indigencia
en general (egens, egenus, indigens, inops, insufficiens, mendicus, miser), escasez de
alimento (esuriens, famelicus) o vestuario (nudus, pannosus); defectos físicos tales
como la ceguera (caecus), la cojera (claudus), la deformidad artrítica (contractus), la
debilidad en general (infirmus), la lepra (leprosus), el daño (vulneratus), la debilidad
debida a escasa salud o vejez (aegrotans, debilis, senex, valetudinarius); deficiencia
mental (idiotus, imbecillis, simplex), la debilidad temporal que afecta a las mujeres
durante el embarazo y el parto (mulier ante et postum partum), situaciones de
adversidad tales como la pérdida de los padres (orphanus), del esposo (vidua), o de la
libertad (captivus), y finalmente, el destierro y el exilio (bannus, exiliatus).
4. He aquí algunos ejemplos de proverbios y dichos de Africa: Para los igbos,
‘El rico baja su canasta en el mercado, el pobre tiembla’; ‘El pobre consigue un amigo;
el rico se lo lleva’; ‘Los que tienen dinero son amigos’. Para los tswanas, ‘Donde no
hay riqueza, no hay pobreza.’ En Iliffe, op. cit. pp. 91, 78, 28, 85.
5. Una carta de Hughes a Ellis, 13 de marzo de 1836, Council for World Mis-
sion: Incoming Letters (Consejo para la Misión Mundial: Cartas Recibidas), Africa
del Sur 15/1E/34, citado por Iliffe, op. cit., p. 78.
6. Michel Mollat, Etudes sur l’Histoire de la pauvreté (Estudios sobre la
Historia de la Pobreza), publicación de la Sorbona, Serie Etudes, Tomo 8, Vol. 2,
París: 1974, p. 15.
Pobreza 271

7. San Francisco de Asís consideraba que la caridad no consistía en ‘inclinarse


hacia’ los pobres, sino en ‘elevarse’ a su nivel.
8. Para el místico iraní A. Nasafi, la única desventaja de la pobreza es aparente,
mientras que sus virtudes son todas ocultas. En el caso de la riqueza, es exactamente lo
opuesto. De aquí que exhorte sobre el derviche: ‘La pobreza es una gran bendición, la
riqueza, un gran dolor. Pero el ignorante lo ignora, escapando de la pobreza y
aferrándose a la riqueza. Nuestro profeta... eligió la pobreza, porque la conocía tanto
como sus efectos, así como conocía la riqueza y también sus efectos.’ Traducido de A.
Nasafi, Le Livre de l’homme parfait (El Libro del Hombre Perfecto), París: Fayard,
1984, p. 268.
9. El diccionario francés Robert define la palabra como sigue: ‘Qui manque du
nécessaire ou n’a que le strict nécessaire’ (que le falta lo necesario o que tiene solo lo
que es estrictamente necesario).
10. Lo que es necesario para un campesino en un área rural es bastante diferente
de lo que es para un habitante urbano. Y mientras una familia ladakhi en los Himalayas
puede vivir cómodamente de un ‘ingreso’ promedio de mucho menos de $1,000 por
año, una familia norteamericana del mismo tamaño viviendo en los Estados Unidos
difícilmente podría satisfacer sus necesidades con un ingreso anual de $ 10,000, que
representa la ‘línea de pobreza’ reconocida oficialmente.
11. Michel Mollat, 1987, op. cit., p. 8.
12. La noción de ‘relaciones de intitulación’ fue acuñada por Amartya Sen,
primero en 1967, y luego elaborada en Poverty and Famines (Pobreza y Hambrunas),
Oxford: 1981.
13. Para Adam Smith, las necesidades eran, curiosamente, ‘no solo las
mercancías que eran indispensablemente necesarias para el sustento de la vida, sino
cualquier cosa que la costumbre del país hiciera que fuera indecente para personas
honorables, aún las de la clase más baja, no tener.’ Véase An Inquiry Into the Nature
and Causes of the Wealth of Nations (Una Investigación en la Naturaleza y Causas de
la Riqueza de las Naciones), 1776, p. 351.
14. Amartya Sen, op. cit., p. 1714.
15. ‘Los musulmanes de la sabana veían a la pobreza con mucha ambivalencia.
Sus tradiciones acentuaban los valores de la riqueza y la generosidad. En su mejor
expresión, las tradiciones evocaban la liberalidad de los ricos y la hospitalidad de la
gente común que muchos viajeros europeos admiraban. En la peor, las mismas
tradiciones acunaban desprecio por la pobreza, tanto en otros, expresado a veces en la
burla de los minusválidos, como en uno mismo, porque la vergüenza de la pobreza
podía llevar a los hombres (pero aparentemente no a las mujeres) al suicidio.’ John
Iliffe, op. cit.
16. El pauperismo describe una categoría de personas absolutamente incapaces
de mantenerse a sí mismas, o de mantenerse al nivel convencionalmente considerado
272 Pobreza

como mínimo, sin ayuda externa...’ ‘La pobreza’, como fenómeno social, implica sólo
la inequidad económica y social, ‘esto es, una relación de inferioridad, dependencia o
explotación. En otras palabras, implica la existencia de un estrato social definible por,
entre otras cosas, falta de riqueza.’ Véase E. J. Hobsbawm, op. cit., pp. 398, 399.
17. Peter Bunyard, ‘Can Self-sufficient Communities survive the onslaught of
Development? (Pueden las comunidades autosuficientes sobrevivir la embestida del
Desarrollo?), The Ecologist, Vol. 14, 1984, p. 3.
18. «Tradicionalmente, la tierra y el trabajo no estaban separados: el trabajo
formaba parte de la vida, la tierra parte de la naturaleza, vida y naturaleza formaban
un todo articulado. La tierra estaba así ligada con las organizaciones de parentesco,
vecindad, oficio y credo - con la tribu y el templo, la aldea, el gremio y la iglesia.»
Polanyi, op. cit., p. 178.
19. En esta tradición, Michel Mollat cita un gran maestro del primer milenio, el
abate norafricano del siglo sexto, Julianus Pomerius, quien creía que: «una vez que un
individuo asegura su propia supervivencia y la supervivencia de su familia, tiene el
deber de dar lo que posee más allá de sus necesidades a los debiles e infirmi, esto es,
a los pobres.» Véase Mollat, op. cit. p. 23.
20. Para Michael Harrington, ya en 1963, los pobres en los Estados Unidos
llegaban a los 50 millones de personas. Algunos alarmantes hechos sobre el fenómeno
de la pobreza en medio de la afluencia en los Estados Unidos fueron reportados en un
artículo por Dolores King, corresponsal del Boston Globe. «Veinte años luego de que
una conferencia de la Casa Blanca iba «a poner fin al hambre en la misma América
para siempre», como el Presidente Nixon lo expresó, el hambre está regresando en
venganza.» Véase ‘Hunger’s Bitter Return: Working poor, children seen as newest
victims’ (El Amargo Retorno del Hambre: Los pobres que trabajan y los niños son las
más recientes víctimas), en el Boston Globe, 9 de diciembre de 1989.
21. Véase Cardenal Paulo Evaristo Arns, ‘Sincerity is Subversive’ (La
Sinceridad es Subversiva), Development, No. 3, 1985, pp. 3-5.
22. George Simmel, ‘The Poor’ (Los Pobres), Social Problems, Vol. 13, 1965.
23. Hay una copiosa literatura sobre los movimientos y las redes de base en
América Latina. Ya en los 60, algunas llamaron la atención pública en Chile y México.
Entre los 60 y los 70, los métodos freireanos de ‘concientización’ fueron utilizados por
un gran número de ellos en otras partes del continente. A mediados de los 70 vino el
nacimiento de la metodología de la Investigación Acción Participativa (Participatory
Action Research: PAR), concebida por un grupo de activistas de diferentes regiones
del mundo, en particular, América Latina y Asia. Su intención era, entre otras, crear
con las poblaciones interesadas, las condiciones más favorables para la creación y
diseminación de ‘conocimiento de base’. La metodología fue pronto adoptada por, y
difundida por, muchos movimientos de base, no sólo en América Latina, sino en todo
el mundo. En abril de 1986, muchas redes de movimientos de base firmaron un
acuerdo de solidaridad para trabajar juntos. Recientemente, un movimiento
Pobreza 273

sumamente innovador encontró su expresión en el ANADEGES (Análisis,


Descentralización y Gestión) mexicano. Este movimiento se considera una ‘hamaca’
para campesinos, marginales e ‘intelectuales desprofesio-nalizados’. Se dice que cerca
de 500,000 personas están envueltas en esta ‘hamaca’ cuyo discurso y prácticas toman
el curso opuesto al del ‘desarrollo’.
24. Aunque el Swadhyaya tuvo sus semillas plantadas a principios de los 50 por
Dada (un sobrenombre cariñoso del Reverendo Pandurang Athvale Shastri), el
movimiento es menos conocido fuera del parivar (familia) Swadhyayi. Tomó a las
primeras semillas cerca de 20 años para hacerse ‘plantones’, y finalmente un
impresionante bosque humano de más de 3 millones de personas. ‘Swadhyaya’
significa ‘autoconocimiento’ o ‘autodescubrimiento’. El movimiento es enteramente
autónomo y basado en la creencia védica de que hay un Dios en cada persona.
Swadhaya ha generado gran riqueza material sin ninguna asistencia externa. La
‘familia’ ha estado utilizando esta ‘riqueza’ y sus relaciones regeneradas en el
mejoramiento de la condición de sus miembros más pobres, en una forma de lo más
ingeniosa y grácil. Ver también, Majid Rahnema, ‘Swadhyaya: The unknown, the
peaceful, the silent, yet singing revolution of India’ (La desconocida, pacífica,
silenciosa, no obstante canora revolución de India), en IFDA Dossier, No. 73, 1990.
25. Una vívida ilustración de este enfoque se encuentra en el artículo sobre
Chodak, un movimiento de ‘autoorganización’ de los pobres y marginalizados en
Dakar. En este excelente estudio de caso, el autor indica cómo la clave del éxito, para
este movimiento, fue la preocupación de la gente por ‘ver y entender «lo que es».’
Véase Emmanuel Seyni Ndione, ‘Leçons d’une animation au Senegal’ (Lecciones de
una animación en el Senegal), IFDA Dossier, No. 74, Nov/Dic 1989.
26. ‘Manavodaya’ en Hindi, significa ‘despertar humano’. Este es otro
movimiento de base cuya «filosofía organizadora y prácticas empiezan con el
autodespertar y la conciencia, que conducen al despertar familiar, comunal y social...
Reconociendo una unidad de propósito en toda la vida y la evolución, el fin último del
desarrollo es visto por este movimiento como una sociedad basada en la
autodisciplina y el amor.» Véase el Informe Preliminar (mimeografiado) del Taller
Internacional, People’s Initiative to Overcome Poverty (Iniciativa Popular para
Superar la Pobreza), 27 de marzo-5 de abril de 1989, organizado por el East-West
Centre, Honolulu, Hawaii.

Bibliografía
Componer una bibliografía para este título particular sobre la pobreza es una
tarea casi imposible, ya que los dos medios de expresión principales para los pobres es
ya el silencio, ya la palabra dicha. El material escrito sobre la pobreza es, en su mejor
expresión, una acumulación de conocimiento sobre el mundo de los pobres y sus
necesidades. Por ello, la presente bibliografía representa sólo una pobre selección de
las fuentes sobre las que el autor se ha basado para sus propias reflexiones personales.
274 Pobreza

Para obtener una visión más amplia de la percepción de la pobreza en


sociedades vernáculas, preeconómicas, hallé útil empezar refrescando mi memoria de
poemas y antiguos escritos clásicos familiares a los iraníes y a otras gentes de mi
región. Entre ellos, los siguientes están disponibles en inglés y francés: The Mathnawi
of Jalalu’ddin Rumi (traducidos por R. A. Nicholson), Cambridge, 1977; The Gulistan
of Saadi (traducido como Kings and Beggars (Reyes y Pordioseros) por J. Arberry,
Londres: 1945); Farid al Din ‘Attar, Tadhkirat al-Awlia (traducido por Ed.
Nicholson), Londres: 1905; Abd-ar Rahman Al Jami, Vie des Soufis ou les Haleines de
la familiarité (Vida de los Sufis o los Alientos de la Familiaridad), (traducido por
Sylvestre de Sacy), Paris: 1979; A. Nasafi, Le Livre de l’homme parfait (El Libro del
Hombre Perfecto), Fayard, 1984; el Muqaddima de Ibn Khaldun (traducido en parte al
francés en Ibn Khaldun, Paris: Seghers, 1968) y las enseñanzas de Rabi’a al-
’Adawiiyya en Margaret Smith, Rabi’a al-’Adawiiyya: The mystic Saint of Basra
(Rabi’a al-’Adawiiyya : El Místico Santo de Basra), Cambridge: 1928.
Para visiones más recientes sobre la pobreza en sociedades preindustria-lizadas
del Sur, véase, para la región africana, A. Tevoedjré, Poverty: Wealth of Mankind
(Pobreza: Riqueza de la Humanidad), Oxford: 1979; R. Palmer y N. Parsons, The
Roots of Rural Poverty in Central and Southern Africa (Las Raíces de la Pobreza
Rural en Africa Central y Meridional), Berkeley: 1977, y John Iliffe, The African Poor
(El Pobre Africano), Cambridge: 1987. Para Asia, véase R. R. Singh (ed.), Social Work
Perspectives on Poverty (Perspectivas sobre la Pobreza desde el punto de vista del
Trabajo Social), Delhi: 1980, y Leela Gulati, Profiles in Female Poverty (Perfiles en
Pobreza Femenina), Delhi, 1984. Y para América Latina, Gustavo Gutiérrez, The
Power of the Poor in History (El Poder de los Pobres en la Historia), Nueva York:
1984 y los conocidos estudios de Oscar Lewis, The Children of Sánchez (Los Hijos de
Sánchez), Nueva York: 1961, y La Vida, Nueva York: 1966. Marshall Sahlins, Stone
Age Economics (Economía de la Edad de Piedra), Chicago: 1972, proporciona inusual
intuición sobre la relación de la pobreza con la riqueza material como eran percibidas
en las sociedades vernáculas más tempranas. En otro plano, Richard Wilkinson
demuestra en su Poverty and Progress (Pobreza y Progreso), Londres: 1973, que la
pobreza económica, poco conocida en sociedades con equilibrio ecológico, aparece
cuando presiones causadas por el hombre de naturaleza económica o cultural lo
quiebran.
Existen libros autorizados sobre las percepciones históricamente cambiantes de
la pobreza en Europa. Un clásico es la serie editada por Michel Mollat titulada Etudes
sur l’Histoire de la pauvreté: Moyen Age-XVIeme siecle (Estudios sobre la Historia de
la Pobreza: Edad Media-Siglo XVI). Los estudios fueron más tarde compilados en una
versión inglesa concisa y revisada con el título de The Poor in the Middle Ages (Los
Pobres en la Edad Media), Yale, 1987. De importancia similar es el trabajo de
Bronislaw Geremek, Litosc i szubienica, aún no publicado en su original polaco,
aunque han aparecido traducciones en italiano, La Pieta e la forca (la Piedad y la
Horca), Roma: Laterza, 1986. y en francés, La Potence ou la pitié, Paris: 1987. Véase
también G, Himmelfarb, The Idea of Poverty: England in the Early Industrial Age (La
Idea de Pobreza: Inglaterra en la Era Industrial Temprana), Nueva York: 1984.
Pobreza 275

Para los procesos conducentes a la ‘modernización de la pobreza’ (un término


acuñado por Ivan Illich en ‘Planned Poverty: The End Result of Technical Assistance’
(Pobreza Planeada: El Resultado Final de la Asistencia Técnica), un capítulo de su
Celebration of Awareness (Celebración de la Conciencia), Londres: 1971). The Great
Transformation (La Gran Transformación), Nueva York: 1944, y The Livelihood of
Man (La Subsistencia del Hombre), Nueva York, 1977, de Karl Polanyi continúan
siendo referencias sobresalientes. El importante libro de Amartya Sen, Poverty and
Famines: An Essay on Entitlement and Deprivation (Pobreza y Hambrunas : Un
Ensayo sobre el Derecho y la Privación), Oxford: 1981, expresa una demostración
meditada y convincente de los peligros de reducir las causas de la hambruna y la
pobreza a la provisión de alimentos. Culture and Poverty (Cultura y Pobreza),
Chicago: 1968, de Charles Valentine, presenta las preocupaciones de un antropólogo
cuestionando las peligrosas consecuencias de «conclusiones y recomendaciones mal
fundadas de los expertos académicos [que] están siendo aceptadas y adoptadas
igualmente por el público y los hacedores de política.»
El fenómeno de la pobreza en el seno de la opulencia ha sido abundantemente
explorado. Para los Estados Unidos, véase Robert H. Bremner, From the Depths: The
Discovery of Poverty in the United States (Desde las Profundidades : El
Descubrimiento de la Pobreza en los Estados Unidos), Nueva York: 1956; los
numerosos estudios de Mollie Orshansky, en particular, su temprano y a menudo
citado artículo ‘Recounting the Poor: A Five Year Review’ (Volviendo a contar a los
Pobres : Un Repaso Quinquenal)en Social Security Bulletin, Dic. 1960; los dos
principales trabajos de Michael Harrington, The Other America (La Otra América),
Baltimore: 1963, y The American Poverty (La Pobreza Norteamericana), Nueva York:
1984; The Physician Task Force on Hunger in America (El Comando Médico sobre el
Hambre en América), Hunger In America: The Growing Epidemics (Hambre en
Norteamérica : La Creciente Epidemia), Wesleyan University Press, 1985, B. S.
Rowntree, Poverty and Progress: A Second Social Survey of York (Pobreza y Pobreza:
Una Segunda Encuesta Social de York), Londres: 1941, y Peter Townsend, ‘The
Meaning of Poverty’ (El Significado de la Pobreza), British Journal of Sociology,
Setiembre 1962, describe el mismo fenómeno en Inglaterra. P. de la Gorce en La
France Pauvre (La Francia Pobre), Paris: 1965, trata el caso en su propio país.
Finalmente, el Cardenal Paulo Evaristo Arns describe el drama brasileño en su breve y
conmovedor artículo en el SID Journal, Development, No. 3, 1985.
Entre los estudios conocidos a este autor sobre la sabiduría tradicional de los
pobres en respuesta a su predicamento, son particularmente útiles las siguientes obras.
James Scott, The Moral Economy of the Peasant (La Economía Moral del
Campesino), Yale University Press, 1976, demuestra, en los casos de Birmania y
Vietnam, como la ‘economía moral’ de los campesinos les permite preservar y
enriquecer su cultura mientras salvaguardan al mismo tiempo su seguridad. Michael
Watts, Silent Violence (Violencia Silenciosa), Berkeley: 1983, es un notable estudio
sobre las formas en que los hausas del norte de Nigeria han organizado siempre su
pobreza con inteligencia y sabiduría hasta que su modo de vida fue destruido por el
surgimiento del desarrollo capitalista. Véase también Louis Dumont, Homo
276 Pobreza

Hierarchicus, Paris: 1966, y D. H. Wiser, The Hindu Jajmani System: A socio-eco-


nomic system inter-relating members of a Hindu village community in services (El
Sistema Hindu Jajmani : Un sistema socioeconómico interrelacionando miembros de
una comunidad aldeana hindú en servicios), Lucknow: 1936. Ambos estudios revelan
las sutilezas de las sociedades vernáculas en el tratamiento de sus miembros ‘más
pobres’.
En la copiosa literatura sobre movimientos de base más recientes iniciados por
los pobres, se sugieren las siguientes lecturas seleccionadas para obtener una visión a
vuelo de pájaro de la situación en algunas de las áreas expuestas a la rápida
economización de la vida: Anisur Rahman (ed.), Grassroots Participation and Self-
Reliance: Experiences in South and SE Asia (Experiencias en Participación de Base y
Autoconfianza : Experiencias en Asia del Sur y del Sudeste), Nueva Delhi: Oxford e
IBH Publishing Co., 1984; G. V. S. de Silva et al., ‘Bhoomi Sena: A Struggle for
People’s Power’ (Bhoomi Sena : Una Lucha por el Poder Popular), en Development
Dialogue, No. 2, 1979, pp. 3-70; Vandana Shiva, Staying Alive: Women, Ecology and
Development (Manteniéndose Vivas : Mujeres, Ecología y Desarrollo), Londres:
1989; Majid Rahnema, ‘Swadhyaya: the unknown, the peaceful, the silent, yet singing
revolution of India’ (Swadhayaya : la desconocida, pacífica, silenciosa y canora
revolución de India), IFDA Dossier, No. 73, Abril 1990; Gustavo Esteva, ‘A New Call
for Celebration’ (Un Nuevo Llamado a Celebrar), Development, No. 3, 1986, y
‘Regenerating People’s Space’ (Regenerando los Espacios Populares), Alternatives,
Vol. XII, 1987; Albert Hirschman, Getting Ahead Collectively: Grassroots Experi-
ences in Latin America (Progresando Colectivamente : Experiencias de Base en
Latinoamérica), Nueva York: 1984; Emmanuel Seyni Ndione, Dynamique urbaine
d’une societé en grappe: un cas (Dinámica Urbana de una Sociedad en Racimo : Un
Caso), Dakar, Dakar: 1987; también su artículo más reciente, ‘Lecons d’une anima-
tion au Sénégal’ (Lecciones de una animación en el Senegal), IFDA Dossier, No. 74,
Nov-Dic 1989.
Sobre la cuestión general de la pobreza como un resultado del discurso y de las
prácticas del desarrollo, véase el provocador texto de Wolfgang Sachs, ‘Poor not dif-
ferent’ (Pobres no diferentes) en ‘The Archeology of the Development Idea’ (La
Arqueología de la Idea de Desarrollo), Intercultures, Vol. 23, No. 4, otoño 1990.
1

CARTILLA: MANERAS DE ABORDAR LA POBREZA, POLÍTICAS SOCIALES COMO UN CAMPO CULTURAL


DE CONSTRUCCIÓN DE LA DIFERENCIA Y LA ALTERIDAD. POBREZA Y “DESARROLLO”
Autora: Sonia Álvarez Leguizamón

“El discurso del desarrollo está hecho de un tejido de conceptos claves. Es


imposible hablar sobre desarrollo sin referirse a conceptos tales como pobreza,
producción, la noción de Estado, o de igualdad. Estos conceptos se hicieron recién
visibles durante la historia moderna de Occidente y sólo posteriormente han sido
proyectados al resto del mundo. Cada uno de ellos cristaliza un conjunto de supuestos
tácitos que refuerzan la visión occidental del mundo. El desarrollo ha esparcido tan
penetrantemente estos supuestos que la gente ha sido atrapada por doquier en una
percepción occidental de la realidad. El conocimiento, sin embargo, ejerce el poder
dirigiendo la atención de los pueblos; recorta y resalta cierta realidad, reduciendo al
olvido otras maneras de relacionarnos con el mundo a nuestro alrededor. En un
momento en que el desarrollo ha fracasado evidentemente como quehacer
socioeconómico, ha llegado a ser de la máxima importancia liberarnos de su dominio
sobre nuestras mentes.” Wolfgang Sachs1

INTRODUCCIÓN 2
En esta cartilla veremos primero que se entiende por pobreza y las distintas maneras de
abordarla haciendo diferencia entre lo que se entiende por la producción de la pobreza masiva en el
capitalismo, las construcciones científicas de la pobreza o lo que “los otros” piensan de ella, entre otras
el de las necesidades básicas insatisfechas y las líneas de pobreza, la cultura de la pobreza de Oscar
Lewis y finalmente aquello que los propios pobres se representan. En lo que hace a este último tema
tenemos por aparte un trabajo que estudia las percepciones de los propios pobres en Salta. Luego
abordaremos el tema de la pobreza en América Latina en forma sucinta para más tarde analizar a las
políticas de intervención sobre la pobreza como un campo cultural y de poder de construcción de las
diferencias. Finalmente haremos una breve reflexión sobre la relación entre el discurso del desarrollo y
la pobreza.
….
La pobreza es una categoría relativa e histórica. Las definiciones sobre la pobreza, el modo en
que se la percibe y la identificación de quienes son pobres han sido aspectos variables a lo largo de la
historia de la humanidad. En la actualidad, por ejemplo, la pobreza está asociada a las carencias
materiales, pero no siempre ha sido así. Ha dependido, entre otros aspectos, de las formas de
producción, sobrevivencia y protección social de las comunidades, de los sistemas y el constructos de
conocimiento sobre esa realidad, de los sistemas de poder en las que se desarrollaban, como también de
los valores y representaciones vigentes sobre la dignidad humana.
La pobreza no siempre ha sido opuesta a la riqueza. Tampoco se ha percibido, en todos los
momentos históricos, como indigna o como pobreza de “espíritu” vinculada a las creencias religiosas
católicas. Para algunas creencias, comunidades y religiones, ser pobre y despojarse de las cosas

1
Introducción, El Diccionario del Desarrollo Una Guía del Conocimiento como Poder, Lima, Ed. Pratec, 1996
2
Parte de esta cartilla formó parte de un curso virtual dictado por la autora en CLACSO sobre Teoría e Historia de
la Producción de la pobreza y en Sonia Álvarez 2008.
2

materiales que dan poder y prestigio era y es una virtud. Para el poder, sin embargo, la pobreza
siempre ha sido vivida como amenaza. Los pobres ponen en tela de juicio los valores dominantes de la
distribución del prestigio, de la riqueza y del poder. Por ello, a través de la historia se han desarrollado
diversas formas de palearla: la solidaridad comunitaria, la vieja caridad basada en una “economía de la
salvación” (Castel, 1997)3, la beneficencia, la filantropía y las diversas políticas sociales que surgieron
a principios del siglo XIX en Europa y a principios del XX, en América Latina.
Desde una arqueología de la pobreza, siguiendo a Foucault (1966; 9-10), la historia de las
representaciones sobre la pobreza es la historia del otro. Aquello que es a la vez interior y extraño a una
cultura y, por ello, debe ser excluido. Surge así la necesidad de la distinción mediante identidades,
nominaciones y clasificaciones de la pobreza. La pobreza es la alteridad de los poderosos, es la
alteridad de las utopías de la modernidad, su espejo deformado. Es también expresión de un
“desorden”, de algún tipo de “anomalía” de la modernidad o una “extrañeza” al equilibrio de la razón,
la libertad y los derechos de igualdad entre los hombres que la Revolución francesa propiciara como
proyecto para la humanidad. Será, más adelante y ya en el siglo XX, el efecto “no querido” del
crecimiento desarrollista de los años cincuenta y de su escaso rebalse a los países “subdesarrollados”
que se incorporan al mercado capitalista dominado por los Estados Unidos triunfantes de la posguerra.
En América Latina y a partir de la segunda mitad del siglo XX, la historia de la pobreza se asocia a la
construcción de una alteridad radical a la modernidad, diferente a la del “indio” que había primado
durante la colonia, aunque el color racista atraviesa a la pobreza hasta en la actualidad.
Siguiendo la idea de cultura de Vena Daas que ya habíamos visto en otro módulo, la pobreza
vista como la alteridad radical de los poderosos o la otra cara de la luna de la modernidad y el
desarrollo sería aquello que queda al margen de los valores considerados hegemónicos y que por lo
tanto hay que inventariar, ordenar y disciplinar.
Veamos entonces como podemos abordarla. Una manera de acercarnos es pensar en sus
dimensiones. Según Rahnema (1996: 253-255)4 habría diferentes dimensiones de la pobreza.
La primera serían los factores materiales, aquellas “cosas” cuya falta es percibida como
pobreza. Las “cosas” pueden ser tangibles - bienes físicos - o intangibles - (podríamos decir como los
derechos de acceso según Amartya Sen, 19955 o los capitales culturales, sociales y simbólicos
descriptos por Bourdieu, 1980 y 1988)6-. Según Rahnema en otro trabajo más tardío que tienen en su
bibliografía “el problema de esta perspectiva es que "carencias" o "necesidades" no pueden ser
definidas universalmente, ya que dependen de la manera en que distintas personas o grupos definan
estos términos, y también dependen de la manera en que tales necesidades sean satisfechas en cada
caso en particular.”
La segunda dimensión sería la propia percepción del sujeto de su condición que no es
equivalente a las carencias materiales. Está directamente asociada a factores personales, subjetivos y

3
“Economía de la salvación: desdichado, quejumbroso incluso despreciado, el pobre puede no obstante ser un medio privilegiado para
que el rico ejerza la virtud cristiana suprema; la caridad, y de tal modo le permita también llegar a salvarse” (Castel, 1997: 46)
4
Rahnema, Majid (1996), Pobreza, en Sachs, Wolfang, Diccionario del Desarrollo. Una guía del conocimiento como poder. PRATEC
Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas
5
Sen, Amartya (1981); Poverty and Famines. An Esay on Entitlement and Deprivation, OIT, Clarendon Press, Oxford.
6
Bourdieu, Pierre (1980); "Le Capital social". Actes de la recherche en Sciencies Sociales. 31, pp 3-6. y Bourdieu, Pierre (1988); "De
la regla a la estrategia", en Cosas dichas. Bs. As. Gedisa.
3

socioculturales. Desde el punto de vista de la antropología esta sería la visión émica de la pobreza.
(Mirar la visión endógena que es lo que percibe y se representan los grupos o comunidades).
Cómo ven o se representan a los pobres los otros sería la tercera dimensión, la que está
estrechamente vinculada a la anterior. Sin embargo las dos percepciones son raramente idénticas. Aquí
juegan un rol fundamental aquellos que se vinculan con esta problemática, desde aquellos que ejercen
una relación de dominación sobre ellos, a los que quieren cambiar su situación, o disciplinarlos o
controlarlos, como filántropos.

Dentro de la primera dimensión tenemos tanto aspectos materiales como cuestiones intangibles
como falta de derechos, veamos el primer aspecto la carencia material, luego las cuestiones intangibles
que se asocian con carencias como los derechos o los ciertos capitales sociales.

I.1. LA PRODUCCIÓN7 DE LA POBREZA MATERIAL EN FORMA MASIVA


Esta es un fenómeno complejo en el que interactúan diferentes procesos. Me refiero aquí
específicamente a la pobreza masiva o procesos de pauperización, también llamados pauperismo. El
pauperismo como tal es una voz que ha entrado en desuso en el idioma castellano. Ahora se habla más
de procesos de empobrecimiento masivo. Estos están vinculados no sólo al creciente número de pobres
sino también al advenimiento de nuevos pobres. Es necesario entonces afirmar que cuando abordamos
el tema de la producción de la pobreza masiva, nos alejamos de aquellas explicaciones de la producción
de pobreza que se basan en factores subjetivos de los sujetos pobres (por ejemplo la falta de incentivos
a la mejora) o factores contingentes que producen pobreza. No nos referimos aquí a situaciones
individuales o familiares que producen pobreza en forma lenta, como enfermedades de largo tiempo de
algún miembro activo, o pérdida de empleo o falta de medios de subsistencia producidos por razones
individuales o familiares.

1. La problematización del pauperismo en el capitalismo, ha sido datada a finales del siglo


XVIII y comienzos del XIX. Los primeros científicos sociales que tematizaron la cuestión
de la producción de la pobreza masiva fueron los que provenían de la incipiente economía
política , entre otros Malthus, David Ricardo y Carlos Marx.

Para Marx la destrucción de los lazos comunitarios - por la extensión de la economía de


mercado junto con los procesos de acumulación originaria 8-, van privando a millones de personas del
acceso a la tierra y a otros medios de subsistencia9, lo que genera pobreza. Junto con Ricardo, Marx

7
La palabra producir tiene muchas acepciones. Antes de significar producción de bienes o fabricar, acepción vinculada a con la aparición
de la manufactura, la palabra o efecto de producir significa engendrar, dar fruto, procurar, causar. En este último sentido la producción de
la pobreza estudia las causas que la generan. La reproducción alude a factores no tanto causales como contingentes o contextuales que
permiten que ésta se mantenga y/o incremente en un ciclo continuo y persistente. También, a veces, los factores de su producción masiva
cambian, lo que nos está hablando de momentos de quiebres en las formas de reproducción de la sociedad y de la vida.
8
La acumulación originaria es lo que Carlos Marx llama procesos de expropiación de medios de subsistencia o trabajo, lo que permite la
acumulación del capital. “La investigación de este problema sería la investigación de aquello que los economistas llaman “acumulación
previa u originaria”, que debería llamarse expropiación originaria que no es sino una serie de procesos históricos que acabaron
destruyendo la unidad originaria, que existió entre el hombre y el trabajador y sus medios de trabajo”. (Marx, 1973: 441)
9
“No es la posesión de la tierra o del dinero lo que distingue a los ricos de los pobres, sino el control sobre el trabajo. A partir de la
libertad de los campesinos comienza la pobreza en cuanto tal; hasta entonces, las ataduras feudales a la gleba o por lo menos a la
localidad habían ahorrado a la legislación la tarea de ocuparse los vagabundos, indigentes, etc.” (Marx, 1973 [1857-58]: 264). “Cuando
4

considera que la falta de medios de empleo y las formas de producir los medios de subsistencia son las
causas de la producción de pobreza masiva. Si bien el pauperismo se vincula con la forma de
organización capitalista, es el desarrollo de las fuerzas productivas, fundamentalmente la máquina que
convierten al obrero en población sobrante y empobrecida. (Marx, 1973 [1857-58, libro I: . 356-57).
Los que no se encuentran insertos en la calidad de “obreros”, se convierten en “pauper” o
“zaparrastrozos”. Esta posición debatía con las ideas de Malthus10 sobre las causas de la pobreza que,
según él, eran consecuencia de un crecimiento de los alimentos o medios de subsistencia aritmético y
otro geométrico de la población.

Marx (1973 [1857-58): 114, libro I: 544-549) desarrolla una teoría particular para explicar el
surgimiento del pauperismo que denomina ley de la superpoblación relativa . En oposición a las ideas
de Malthus, la producción de población pobre es “puramente relativa: no guarda absolutamente
ninguna relación con los medios de subsistencia, sino con el modo de producirlos”11. Por ello su énfasis
está puesto en explicar las formas en que se expresan los modos de producción de los medios de
subsistencia . La invención de trabajadores excedentes, vale decir, de hombres privados de propiedad y
que trabajan, es propia de la época del capital. La carencia de medios de subsistencia se produce por la
generación de una población excedente que no puede realizar su capacidad laboral. En el capitalismo,
el sistema de obligaciones recíprocas más fundamental es el intercambio de trabajo por el capital,
“merced a la capacidad laboral misma” y a la calidad de “obrero”. Cuando se está fuera de esa relación,
la población se convierte en “pauper”, “zaparrastrozo”, en población “excedente”. La sociedad se hace
cargo “de mantenerlo” en reserva, de darle “asistencia” para un “uso” posterior, lo que denomina
ejército industrial de reserva . Este crece a medida que crecen las potencias de la riqueza . A partir de la
exclusión de las formas básicas en las relaciones de intercambio y dependencia entre el capital y el

se abolió la esclavitud o el aprendizaje de por vida, el trabajador se convirtió en su propio amo y se le abandonó a sus propios recursos.
Pero sino hay suficiente trabajo, etc.. los hombres no morirán de hambre mientras se puedan mendigar o robar; por consiguiente, primer
papel que desempeñaron los pobres fue el de ladrones y mendigos” (Marx, 1973 [1857-58]: 329).

10
En su obra Ensayo sobre el principio de la población (1978) Thomas Malthus, economista inglés, aseveró que la población aumentaría
con más rapidez que el suministro de comida. Explicó que la población aumenta en progresión geométrica, mientras que el suministro de
comida sólo puede aumentar en progresión aritmética. Predijo que cuando no hubiera suficiente comida para la población, se produciría
una catástrofe. Según él llegará un punto en el que la población no encontrará recursos suficientes para su subsistencia. De su examen
infería Malthus la conclusión de que la miseria y la penosa situación de los trabajadores son una consecuencia de la superpoblación
absoluta, es decir, se deben a que los hombres se reproducen más rápidamente que el ritmo en que aumenta la cantidad de medios de
subsistencia. A su entender, los principales medios de evitar la falta de concordancia entre el crecimiento de la población y el de los
medios de subsistencia son las enfermedades epidémicas, el hambre, las guerras, la renuncia al matrimonio y la limitación de la natalidad.
Entre otras influencias la de Malthus fue muy importante para suprimir en Inglaterra los exiguos subsidios que se concedían a los pobres
y se organizaron “casas de trabajadores”.

11
“Ricardo le ha objetado, con justicia (a Malthus), que el cuanto de trigo disponible es absolutamente indiferente al obrero si este carece
de ocupación; que por lo tanto, son los medios de empleo y no los de subsistencia los que lo ponen al obrero en la categoría de población
excedente o no...La invención de trabajadores excedentes, vale decir, de hombres privados de propiedad y que trabajan, es propia de la
época del capital. Los mendigos que se agregaban a los monasterios y les ayudaban a engullir sus plusproducto, están en la misma
categoría que los servidores de los señores feudales y esto muestra que el plusproducto no podría ser totalmente devorado por sus escasos
propietarios. Tratase solamente de otra forma de los mesnaderos de antaño, o de los sirvientes de hoy... La superpoblación relativa. Es
puramente relativa: no guarda absolutamente ninguna relación con los medios de subsistencia, sino con el modo de producirlos” (Marx,
1973 [1857-58):114).
5

trabajo (la condición de trabajador) se produce la población excedente12. El lumpenproletariado, sería


una parte de la superpoblación relativa y estaría conformada por tres categorías: personas capacitadas
para el trabajo pero sin posibilidades de empleo por los ciclos de crisis; los huérfanos o hijos de pobres
y los incapacitados para el trabajo.

La superexplotación del trabajo o el pago de los salarios debajo de su valor es otra causa de la
pobreza masiva según Marx. Esto hace referencia a las formas de reproducción del trabajo y no tanto a
la producción del trabajador libre y a la mano de obra excedente. El valor de la fuerza de trabajo se fue
modificando a medida que las luchas obreras fueron incorporando a su nivel de media nuevos bienes y
servicios, al mismo tiempo que conseguían mejoras en las condiciones de trabajo y en los salarios. Esto
último se materializó, como veremos más adelante, por medio de lo que se dio en llamar como
“derechos humanos” que luego fueron constituyéndose en “derechos laborales” y más tarde en
“derechos sociales”.

Para otros pensadores de la época también el pauperismo era entendido como el producto de
una nueva forma de organización del trabajo, “el trabajador libre”13 de medios de subsistencia y de
las ataduras a un territorio y de un patrón (Eugene Burete cit. por Castel, R; 220). Tocqueville (1835) y
el mismo Euge Burete (1840 cit. Castel, R 1997: 219) consideraban al pauperismo como el producto de
la riqueza de las naciones y de las consecuencias de la industrialización. La explicación de las causas
de la pobreza masiva era entendida como la contracara de la riqueza y de la industrialización y no un
problema de incapacidad de las personas para adecuarse a los cambios y a las nuevas formas de
producción como lo será, más tarde en el discurso del desarrollo en el siglo XX. Burete explica el
pauperismo como una nueva pobreza producida por esos dos factores, la riqueza y la industrialización.
En momentos de reestructuración social profunda y aparición de nuevos factores de producción de la
pobreza masiva se tiende a hablar de “nueva pobreza”14. En realidad se trata de nuevos pobres en
muchos sentidos. Nuevos porque son manifestaciones diferentes a las anteriores, nuevos porque son
grupos que antes no eran pobres y que pasan a serlo y nuevos también por que las causas que los
producen se vinculan a acontecimientos que muestran un quiebre con las formas de subsistencia
anteriores.

En la misma época que Marx escribía sobre estos temas en Inglaterra Henry George, un
economista proveniente de EEUU, escribió un libro llamado Progreso y Pobreza en 1879, donde

12
“La reducción del trabajo relativamente necesario aparece como aumento de la capacidad laboral relativamente superflua, esto es, como
poner población excedente. Si ésta es mantenida, no lo es a costa del fondo del trabajo, sino del rédito de todas las clases. Lo cual ya no
ocurre gracias a la capacidad laboral misma, merced a la reproducción normal en calidad de obrero, sino que lo mantienen otros por
compasión, en cuanto ser viviente; por lo tanto se convierte en zaparrastroso y pauper; al no mantenerse ya mediante su trabajo necesario,
esto es, gracias a su intercambio con una parte del capital, queda excluido de las relaciones de intercambio e independencia aparentes;
segundo: la sociedad se hace cargo en partes alícuotas, en benéfico del señor capitalista, de la tarea de mantenerle su instrumento virtual
de trabajo, del deterioro de éste - en reserva para un uso ulterior. Parcialmente el capitalista se quita de encima los costos de reproducción
de la clase obrera y de esa manera pauperiza en su beneficio una parte de la población restante” (Marx, 1973 [1857-58]: 117).
13
“La institución del libre acceso al trabajo fue una revolución jurídica sin duda tan importante como la revolución industrial, de la que
por otra parte era la contracara (....) Rompe con las formas seculares de organización de los gremios y hace del trabajo forzado una
supervivencia bárbara... pone fin a los bloqueos que obstaculizaban el advenimiento de una condición salarial” (Castel, 1997: 32).
14
Esta tendencia a nominar cómo “nuevos pobres” a los que se van empobreciendo masivamente se observa también en la actualidad, a
finales del siglo XX y comienzos del XXI, como veremos más adelante.
6

planteaba que una importante parte de la riqueza producida por el avance tecnológico en una economía
con mercado libre es capturada por los propietarios de la tierra y monopolistas, vía la renta económica
y que esa concentración de tierra es la raíz de las causas de la pobreza. En este sentido se acercaba
bastante a Marx, aunque su pensamiento vinculado con los sistemas impositivos era más liberal. Su
reflexión se basaba en la idea de que los recursos naturales no tenían ninguna limitación en el acceso ni
tampoco impuestos.

2. Con respecto al pensamiento social latinoamericano, a partir de 1950 cuando se desarrolla


como pensamiento científico, el tema de la producción y reproducción de la pobreza masiva ha sido
una problematización persistente, fuertemente vinculada a reflexiones sobre cómo se piensa
Latinoamérica como sociedad y su vínculo con el capitalismo y los discursos sobre el progreso,
modernidad y desarrollo.
En América Latina, la aparición de la pobreza como fenómeno colectivo, tiene su primer
momento cuando las formas de dominio coloniales rompen con los anteriores sistemas de reciprocidad
y de inscripción de las comunidades y las familias, creando y reconfigurando nuevas relaciones de
dominación a través de instituciones como la mita, el yanaconazgo, la encomienda o directamente por
medio de la represión violenta sobre todas las formas posibles de liberación, como el “pillaje” o el
“vagabundeo”. La segunda ruptura se produce con la independencia de laS coronas, cuando se debilita
con la caridad religiosa y se inicia el proceso de su laicización por medio de la beneficencia. La tercera,
tiene lugar en la primera mitad del siglo XX, período en el cual, en la mayoría de los países, se van
desarticulando paulatinamente las estructuras semiserviles y se conforman mercados internos para los
procesos incipientes de industrialización. En cada país, su aparición tiene distintos momentos,
dependiendo de la manera e intensidad particular que tomaron. Hasta entonces, la provisión de medios
de subsistencia reposaba en las relaciones serviles, semi asalarizadas o en las economías de
subsistencia campesina o el trabajo de oficios. Este momento coincide con lo que Rahnema (1996)
denomina la segunda ruptura con las formas de intervención y administración de la pobreza en el
ámbito global, a mediados del siglo XX con la substitución del discurso civilizatorio por el del
desarrollo.
En el siglo XIX con el surgimiento de las repúblicas en nuestros países de América Latina y el
Caribe, la caridad fue adquiriendo un carácter laico que sustituye paulatinamente la caridad religiosa
por una nueva forma de asistencia que se denomina beneficencia. Esta se caracteriza por un control de
las elites neocoloniales, mujeres pertenecientes a las oligarquías criollas locales (“damas de la
beneficencia”), quienes bajo la legitimación eclesial y la tutela gubernamental son quienes tienen el
control legítimo para disciplinar a los pobres en instituciones de encierro (hospicios, hospitales de
pobres, casas de niños expósitos, etc.) y moralizar a los grupos sociales que dominaban y que se
representaban como una amenaza (mujeres y niños pobres, poblaciones no territorializadas en
relaciones semiserviles, entre otros).
Las configuraciones sociales predominantes en ese período remiten al vínculo entre el patrón y
el peón o poblaciones originarias que basadas en el trabajo semiservil, permitían reproducir el vínculo
de dominación para extraer el excedente del trabajo semi-gratuito debido a la escasa asalarización. La
beneficencia controlaba a los “vagos” que no eran otra cosa que aquellos que habían roto con los lazos
de fijación semiservil de la hacienda o habían perdido la afiliación local. Luego ya a mediados del siglo
XX, los nacionalismos populares y las incipientes luchas obreras y campesinas, en algunos de nuestros
países, vinieron a ligar a la condición de ciudadanía política (derecho al voto) a los “derechos sociales”
(como leyes laborales, protección al trabajo, sistemas de seguro, educación y salud pública gratuita) o
acceso a medios de subsistencia como la tierra. Todo ello vino a conformar una suerte de
nacionalismos con cierto estado de bienestar para algunos trabajadores y ciudadanos generalmente
urbanos. Algunos países mantuvieron sistemas de tutela asistencial y semiservil sobre las poblaciones
7

minorizadas y desarrollaron más bien estados de malestar. En el caso de los primeros países se
produjeron diversos procesos y alianzas entre clases las que tuvieron como correlato la incorporación
de los sectores populares en las políticas estatales. Pero, por sobre todo, impulsó la
“gubernamentalización” de las tácticas de gobierno estatal (Foucault) sobre las poblaciones y una
estatalización de la intervención social. Esta tendencia se presentó, en algunos países de América
Latina, promovida por ideas y prácticas médico higienistas, eugenésicas y neoLamarckianas. En ese
contexto, la biopolítica adquirió un carácter claramente racista que se correspondía con la forma
neocolonial de dominio con las poblaciones nativas. Intervenía socialmente para controlarlas y
disciplinarlas bajo la construcción de la superioridad cultural, racial y social de la elite “blanca” y
“europeizante”. La intervención social reproducía entonces las formas neocoloniales republicanas de
dominio sobre la población local.
La aparición de la pobreza como fenómeno colectivo, en América Latina, tiene su primer
ruptura en el siglo XVII, cuando las formas de dominio coloniales rompen con los anteriores sistemas
de reciprocidad y de inscripción de las comunidades y las familias nativas, creando y reconfigurando
nuevas relaciones de dominación, como la mita, el yanaconazgo, la encomienda o, directamente, por
medio de la represión violenta sobre todas las formas posibles de liberación, como el “pillaje” o el
“vagabundeo”.
Este momento de quiebre violento con las formas de subsistencia y producción de la vida de las
culturas nativas latinoamericanas coincide con el de ruptura del Antiguo Régimen en Europa. Según
Polanyi, el pauperismo, surge en Europa occidental por la destrucción de las economías de subsistencia
rurales. Primero como resultado del comercio internacional fruto del descubrimiento de América, luego
por la Revolución Industrial en el siglo XVII y posteriormente por la expansión del capitalismo
(Polanyi, 1997 [1944]:175-186). El comercio internacional basado en la explotación colonial, rompe
violentamente las formas de reproducción social y cultural en América Latina y, el Caribe (en adelante
indistintamente ALyC) por otro, coadyuva a quebrar los lazos de sujeción al trabajo y la creación de un
mercado de trabajo libre en Europa. Dos tipos de pobreza masiva aparecen. Las dos a ambos lados del
océano son el producto del quiebre con lazos de contención anteriores que permitían y daban sentido a
la reproducción de la vida. De un lado, la pobreza masiva se resuelve por la superexplotación del
trabajo producida por las relaciones serviles del coloniaje que generan muerte y pérdida de identidades
culturales anteriores y, del otro, las leyes de pobres primero en Inglaterra, las obras de misericordia en
España y más tarde, la ayuda pública a los pobres en Francia, se constituyen en los dispositivos de
intervención predominantes, junto al surgimiento del ciudadano y trabajador libre.
Perez-Bustillo (2001) habla de una fractura (bifurcación), en el momento de la “conquista”,
particularmente considera que en México y el resto de países de ALyC, esta ruptura se origina en la
colonia en lo que él denomina la línea de exclusión étnica . Entiende por ello la doble simbiosis entre la
explotación estructural de los pueblos indígenas y el proyecto cultural de la evangelización católica. El
resultado es un tipo de inclusión pero que niega el acceso a los recursos y la riquezas, es decir una
pobreza que se haya anclada en la relación colonial. Bonfil Batalla (1991) piensa que el disloque
colonial es central, no se trata de un simple clivaje, sino que es definitorio de la condición colonial.
Para Perez-Bustillo esto constituye el legado colonial sobre el cual ha sido posible la colonización
misma, la marginalidad y la exclusión reforzada sucesivamente por los estados de la independencia, los
pos-independentista y el neoliberal. Esta fractura, es una bifurcación que se ejemplifica por la
"república hispánica" y la "república india", por la coexistencia diferenciada de metrópolis y las
comunidades en el caso de Méjico. Observa que luego del genocidio colonial, debido a la violencia
colonial y/o las epidemias, el precio pagado por los pueblos indígenas ha sido la de perder su carácter
de Nación y la de tornarse en comunidades, denotando una situación de fragmentación dentro de una
categoría colonial -la comunidad-que será la base del resurgimiento de la identidad política indígena.
Durante las etapas de gobierno de independencia y también en el momento posterior que llama post-
8

independencia, existió una fuerte vocación de las elites criollas por establecer un tipo de poder político,
abstraído de cualquier idea previa de nacionalidad. En los hechos, la invención de naciones
(Colombiano, Mexicanos, Peruanos) se trataron de proyectos típicos de Top and Down, de abajo para
arriba. Sostiene que esta visión era coherente con las posturas liberales y modernistas que se
encontraban en el siglo XIX, que sintetiza como aquella donde primó la idea “de Orden y Progreso”.
Este sería el contexto amplio de los saberes o teorías sobre la producción de la pobreza en
América Latina hasta mediados del siglo XX. Algunos economistas y sociólogos dentro de la
perspectiva de la teórica de la dependencia, han llamado a esta etapa post colonial hasta la primera
mitad del siglo XX: como repúblicas oligárquicas. Esta idea, la de república oligárquica si bien puede
generalizarse, ha adquirido distintas formas en cada contexto histórico y político, pero ha jugado un rol
fundamental en la primera etapa de la construcción de las naciones latinoamericanas, a principios del
siglo XX. El contexto es el de luchas sociales de distinta índole en muchos de nuestros países: las
luchas indígenas en Bolivia y Perú; las luchas obreras en Argentina y Chile, los movimientos
nacionalistas de distinta índole como la revolución Mexicana que dieron lugar a momentos
constitutivos de alianzas entre sectores subalternos y burguesías. De acuerdo al sociólogo ecuatoriano
Cuevas (1982), el capitalismo en América Latina asume la particularidad propia de un proceso que
surge de la subordinación económica y política de la región, en la fase imperialista del capitalismo. De
allí, su alusión a que la vía oligárquica refiere a la persistencia y hasta el resurgimiento de formas de
servidumbre o semi-esclavistas en el contexto de la implantación de un modelo de desarrollo capitalista
en la región. Durante ese período, Cuevas alude a la existencia de una estructura social que no
experimenta grandes modificaciones que alteren el balance de poder político y económico entre las
distintas clases, grupos y categorías sociales. Sin embargo observa que en algunos casos, la violencia
extra-económica será fundamental para crear las condiciones para la incorporación de tierras y
trabajadores mediante el despojo de parcelas a pequeños productores y su transferencia, a grupos de
terratenientes o la compulsiva proletarización de indígenas o campesinos. Observa que el capitalismo
asumió un proceso acelerado y homogéneo en aquellos casos donde se impuso el trabajo libre
asalariado. Algunas se fueron convirtiendo en sistemas jurídicos a veces instucionalizados y otras, se
mantuvieron en forma de costumbre tutelar. Por ejemplo, para el primer tipo, durante el siglo XX los
indios tuvieron el carácter de tutelados (como el caso de Brasil), otras lo fueron en base a las
costumbres como el caso de Argentina (aunque existen leyes provinciales que los reconocían en
carácter de tutelados). A veces obtuvieron beneficios sociales vinculados con derechos, llamados luego
sociales, como ciertos trabajadores sin medios de producción que venían a las ciudades, en la mayoría
de los casos de género masculino. Los llamados indios, las mujeres y los niños pobres, mantuvieron su
condición de tutelados hasta muy entrado el siglo XX, en mucho de nuestros países.
La producción de la pobreza en América Latina se aborda generalmente no directamente sino
vinculada con temáticas como la “cuestión nacional”, la “república democrática”, la “instrucción del
ciudadano” y de disciplinas científicas y campos de saber variados como: la socio crítica literaria, el
ensayismo sociológico, la medicina, la antropología política, la sociología del conocimiento, la historia
social, entre otras.
Como ejemplo he estudiado las formas de intervención social en Salta y su relación con las
configuraciones sociales locales en la primera mitad del siglo XX (Alvarez Leguizamón, 2004). Los
campos de saber o dispositivos de intervención sobre la pobreza que he encontrado son el higienismo,
la eugenesia y la biotipología , sobre todo. Si bien a veces se expresan históricamente de forma
conjunta o combinada, el análisis lo realizaremos teniendo en cuenta sobre todo, la manera como
pensaban esas teorías a la pobreza, que en la mayoría de los casos era vista como un “mal”. Algunos
antropólogos consideran que la nominación de pobres, sirvió también a veces, para limpiar las
diferencias socio culturales y étnicas, desconociéndolas (Bonfil Batalla, 1991), lo mismo que la
nominación de indio y su anverso.
9

Según Nancy Leys Stepan (1991) en un estudio realizado para Argentina, Brasil y México, la
asociación entre eugenesia y biotipología fue una unión que facilitó convocar una variedad de
médicos interesados en cuestiones de maternidad, crianza y herencia que trataba de mejorar lo que se
llamaba el “biotipo” de las poblaciones pobres nativas, cuyos estilos de vida se creía eran los factores
que producían la pobreza y mantenían ciertos biotipos considerados inferiores genéticamente. A su vez,
en algunos países fue muy importante la influencia de las ideas neo-Lamarckianas15 sobre la herencia,
la que involucró también, de otra manera, factores culturales, políticos y ambientales en la explicación
de la producción de la pobreza .
Leys Stepan (1991) prueba que en sus ideas no existía la diferencia fuerte y dura entre herencia
y ambiente que había sido descubierta a partir de las investigaciones de Gregor Mendel y que producía
una disyunción entre la Salud llamada Pública y cuestiones de herencia. Para los neo-Lamarckianos
latinoamericanos era muy importante el entorno social. Este entorno era visto como una fuente de un
“veneno” reproductivo que podría tener desastrosas consecuencias en las futuras generaciones.
Eugenesia entonces, devino vinculada con obstetricia, políticas poblacionales e hicieron causa común
con las campañas anti alcoholismo, tuberculosis y enfermedades venéreas, también a la higiene16,
puericultura y cuestiones de nutrición17. Para los latinoamericanos, neo-Lamarckianos, “el
alcoholismo, las condiciones pobres de vida, la fatiga del trabajo eran consideradas temáticas
eugenésicas, precisamente porque ellas eran a la vez causas y síntomas de las enfermedades
hereditarias”. Por ello consideraban que este ciclo de causas, podía ser interrumpido por acciones
sociales, morales y médicas. Aquí las explicaciones morales y culturales de la producción de la pobreza
se fusionaron con las concepciones científicas (eugénesicas, higinista y neo-Lamarckianas) de las
ciencias biológicas y médicas, sobre las formas de vida de las poblaciones pobres nativas. Desde que
el estilo neo-lamarckiano de la eugenesia guardaba abierta la posibilidad de “regeneración” como la
respuesta al temor de la “degeneración” racial, su cosmovisión permitía la fusión del lenguaje moral y
científico. Pobreza, enfermedades venéreas y el alcoholismo podían luego ser interpretados como
productos tanto de las condiciones sociales como de comportamientos inmorales” (Leys Stepan,
Nancy; 1991: 91-92). Todo esto facilitaba a estos médicos, construir fronteras entre comportamientos
aceptables, los que separaban frecuentemente a los pobres de las clases medias, los trabajadores
manuales de las elites y los segmentos blancos de la población de color de tez más oscura18.

15 Los Lamarckianos desarrollaron una teoría particular de cómo funciona la herencia. A diferencia de Darwin, en el “Origen de las
especies”, en su teoría sobre las variaciones al azar, la lucha por la vida y la selección natural, los Lamarckianos contrapusieron una
evolución lenta y una adaptación decidida a cambios del ambiente. A principios del siglo XX, limitaron aún más su visión luego del
redescubrimiento de las leyes de la herencia de Mendel, en 1900. (Leys Stepan, Nancy; 1991: 76-80, traducción nuestra)
16
La palabra higiene se deriva del griego “hygiés” que quiere decir sano. De allí el higienismo se asoció a un saber vinculado con la
conservación y prevención de enfermedades. Las epidemias y endemias en el siglo XVIII, llevaron a un desarrollo importante del
higienismo, que se comenzó a constituir en un saber especializado. A fines del siglo XVIII se publica, por primera vez, una obra orgánica
de higiene del alemán Juan Frank, el que patrocina la adopción por el Estado de medidas sanitarias que protejan al individuo de contraer
enfermedades. En el siglo XIX, la higiene adquiere un mayor desarrollo, relacionada con el progreso de la bacteriología y su incidencia
en las enfermedades contagiosas y la profilaxis, junto a una visión de las enfermedades que ponía el énfasis en la importancia del
ambiente y el saneamiento urbano.
17 Las temáticas de desnutrición tenían que ver con una preocupación, por un lado, vinculadas a las altas tasas de mortalidad provocadas
por el hambre, como por la idea de que los hábitos alimentarios de ciertos grupos sociales considerados inferiores y perniciosos para la
salud debiéndose ser modificados.
18
“El ataque a estos venenos raciales también permitía reelaborar nociones de raza y fijar nuevos términos por los cuales las fronteras
internas entre las personas eran entendidas” (Leys Stepan, Nancy; 1991: 93).
10

Marta Elena Casaús Arzú (2010) plantea la importancia no sólo de las corrientes laicas
espiritualistas (enfrentadas al positivismo y al marxismo) sino también el triunfo del pensamiento
eugenésico, en la conformación de las naciones centroamericanas. Según esta autora “durante un
período como éste (1890-1945) (…) “en Centroamérica las élites vinculadas al positivismo proyectaron
un modelo de nación eugenésica, con escasas incorporaciones de los sectores subalternos a la
ciudadanía, especialmente con permanentes intentos de exclusión de los indígenas”, mientras que las
élites vinculadas a las corrientes espiritualistas y vitalistas, propusieron en cambio un modelo de
nación étnico-cultural, que valorizaba el pasado amerindio e intentaba buscar mecanismos de inclusión
de los indígenas y de las mujeres. La eugenesia que estudia esta autora se basa en distintas teorías de
degeneración del indio. Analiza por ello la forma en que se construyó el estereotipo de la
degeneración del indio y de su redención en los autores vinculados a las corrientes racialistas. Miguel
Angel Asturias (1899-1974) interpretaba la degeneración de la raza indígena desde una óptica
particular. Se preguntaba si los indígenas mejoraban o se degeneraban con el tiempo y llegaba a la
conclusión, por sus estudios fisiológicos, anatómicos y psicológicos, de que: “En rigor de verdad, el
indio psíquicamente reúne signos indudables de degeneración; es fanático, toxicómano y cruel”. Por su
etiología “resulta evidente la decadencia de la raza indígena”. Enumeraba entre las múltiples causas, la
mayor parte de índole económico y social: la mala alimentación, la falta de higiene, el excesivo
trabajo, el casamiento prematuro, las enfermedades, el alcoholismo ; apuntando ya al núcleo central de
su tesis: la falta de cruzamiento.” (Casaús Arzú, cursivas nuestras).
Encuentro en estas preocupaciones de Asturias idénticas tematizaciones bajo la idea de venenos
raciales que desarrollan los médicos higienistas argentinos. En ese trabajo compruebo (Alvarez
Leguizamón, 2004) que las representaciones de la pobreza predominantes de los médicos higienistas
salteños van conformando la construcción de los problemas sociales asociados con la erradicación de
ciertas enfermedades endémicas o hábitos culturales, considerados propios de los grupos pobres y de
las culturas valoradas como inferiores. alcoholismo, las uniones de hecho, el consumo de coca
(acuyico, bolo bucal), las malas condiciones de la vivienda, etc. constituyeron los llamados “venenos
raciales” que debían ser erradicados. Por otra parte, estas ideas, dieron el sustento científico para
encarnar los problemas sociales en las propias víctimas. La asociación de “Biotipología, Eugenesis y
Medicina Social”, que congregaba a estos médicos, fue inaugurada por el presidente Agustín P. Justo
en 1933 (Leys Stepan, Nancy; 1991: 60-61), en Buenos Aires. Esta asociación tenía su propia escuela
para entrenar expertos en métodos diagnósticos de biotipología y un policlínico para evaluación y
tratamiento. Este grupo estaba influencia por una versión neo-Lamarckiana sobre la herencia, la que en
América Latina involucró menos elementos de prueba o lógica que factores culturales y políticos 19.
Además postulaban que el cuidado médico y la salud pública tradicional, relacionada con el cuidado de
las enfermedades, no interfería con la selección natural. Mientras que para los neo-Lamarckianos
latinoamericanos era muy importante el entorno social en el cual la reproducción se producía. Era vista
como una fuente de un “veneno” reproductivo que podría tener desastrosas consecuencias en las futuras
generaciones. Eugenesia entonces, devino vinculada con obstetricia, políticas poblacionales, bienestar

19
Estos médicos eugenésicos, según Ley Stepan vieron sus ideas como una extensión de principios de la salud pública, dentro de una
esfera especial de la herencia en la reproducción. En sus ideas no existía la diferencia fuerte y dura entre herencia y ambiente que había
sido descubierta a partir de las investigaciones de Mendelian y que producía una disyunción entre la salud pública y cuestiones de
herencia. La corriente mendeliana consideraba a la genética, entendiendo que la herencia prevalecía sobre los factores ambientales y que
la eugenesia se debía ocupar solo de las cuestiones innatas y no adquiridas.
11

infantil, e hicieron causa común con las campañas anti alcoholismo, tuberculosis y enfermedades
20
venéreas, también a la higiene, puericultura y cuestiones de nutrición .
Para los latinoamericanos, neo-Lamarckianos21, “el alcoholismo, las condiciones pobres de
vida, la fatiga del trabajo eran consideradas temáticas eugenésicas, precisamente porque ellas eran a la
vez causas y síntomas de las enfermedades hereditarias y porque el ciclo de causas, podía ser
interrumpido por acciones sociales, morales y médicas. Desde que el estilo neo-lamarckiano de la
eugenesia guardaba abierta la posibilidad de “regeneración” como la respuesta al temor de la
“degeneración” racial, su cosmovisión permitía la fusión del lenguaje moral y científico. Pobreza,
enfermedades venéreas y el alcoholismo podían luego ser interpretados como productos tanto de las
condiciones sociales como de comportamientos inmorales” (Leys Stepan, Nancy; 1991: 91-92). Todo
esto permitía también a estos médicos construir fronteras entre comportamientos aceptables, los que
separaban frecuentemente a los pobres de las clases medias, los trabajadores manuales de las elites y
los segmentos blancos de la población de color de tez más oscura. “El ataque a estos venenos raciales
también permitía reelaborar nociones de raza y fijar nuevos términos por los cuales las fronteras
internas entre las personas eran entendidas” (Leys Stepan, Nancy; 1991: 93). En la Argentina de esta
época, las ideas naturalistas del ambiente de los ensayistas y literatos salteños que justificaban la
inferioridad a partir de la construcción de biotipos culturales raciales, estaban estrechamente ligadas a
una idea de construcción de la nación, como comunidad imaginada, que se anclaba en un mestizaje
blanqueador. Al mismo tiempo, la idea de regeneración racial usada por médicos y su preocupación
por las enfermedades endémicas, cuya causa se veía en las factores ambientales y raciales, mostraba los
estrechos vínculos entre eugenesia, representaciones sociales de la gente considerada inferior,
relaciones tutelares y progresiva gubernamentalización de la vida.
Encuentro también que en las propuestas políticas de algunos de estos higienistas se
complementan sus objetivos de control racial con algunas características biopolíticas. El progreso que
se propugna no era sólo moral, sino también material: se promovía la vida y la salud de los
“trabajadores” o “las clases populares”, propendiendo a una ciudadanía subalternizada. Se trataba de
“educar” a los futuros ciudadanos, a las “masas populares” amenazantes, consideradas razas inferiores.
Esta biopolítica pretendía aumentar las expectativas de “vida” de los trabajadores, más allá de las
intenciones de control, constricción y racismo que la fundamentan, al mismo tiempo que constituye un
“régimen de representación” donde se ejerce la violencia, y se constituye en un espacio de negociación
para la construcción de una política más inclusiva. Por ello las políticas preventivas, la profilaxis, la
legislación laboral fueron impulsadas también por los socialistas higienistas y por las propias luchas
obreras. Éstos no sólo apostaban a una mejora en la calidad de vida de las clases trabajadoras, tenían
una visión del progreso material indefinido, como efecto de la gestión de la vida realizada por el Estado
y por la aplicación de la ciencia, a la salud de las clases obreras. En el caso de Salta, el discurso
higienista permitió nombrar a la provincia como un lugar civilizado, que exoneraba aquel que le cabría
como bárbara, por su localización periférica y marginal en el incipiente Estado-Nación. Cristina Rojas
encuentra una tendencia similar para el caso de Colombia. Según esta autora, “la práctica de la

20 Las temáticas de desnutrición tenían que ver con una preocupación, por un lado, vinculadas con las altas tasas de mortalidad
provocadas por desnutrición, como por la idea de que los hábitos alimentarios de ciertos grupos sociales considerados inferiores eran
perniciosos para la salud y debían ser modificados.
21
A diferencia de la corriente inglesa liderada por Leonard Darwin, quien se desempeñaba como presidente de la Sociedad Inglesa de
Educación Eugenésica, y que consideraba que la Salud Pública era diferente de la eugenesia.
12

filantropía tiene una relación ambivalente con la democracia. La filantropía intenta integrar lo social en
lo moral y el terreno afectivo, fuera del concepto de derechos, implica una relación de dependencia
basada en la lealtad y el afecto. Es la relación de dependencia la que hace a la filantropía no
democrática. Pero también la filantropía puede abrir espacios para la representación de la solidaridad y
generar demandas para la expansión de la democracia, trayendo temáticas y preocupaciones al Estado.
Sin embargo, la filantropía restringe la democracia porque evita la política. También reduce la
democracia al no considerar ciertas voces como legítimas. La democracia no es una situación de todo o
nada y diferentes regímenes de gobierno presentan combinaciones de relaciones democráticas y
autoritarias” (Rojas, 2000: 5 traducción nuestra).
En América Latina el estado “democrático” es el que introduce una serie de preceptos y de
comportamientos que pasan a denominarse civilizados e higiénicos los que adquieren una forma
particular fuertemente racista. El discurso civilizatorio consideraba bárbaras a las poblaciones nativas,
esto se denominó un “racismo anti-indígena” según el peruano Néstor Manrique (1999) el que se
basada en un fuerte racismo biológico, cultural y político. El racismo es un dispositivo fundamental del
discurso “civilizatorio” que tiene distintas expresiones: literarias, políticas, de intervención social, de
imaginación de la nación y sobre todo violencia cotidiana y dispositivos que producen y reproducen la
pobreza. No sólo limita el acceso a recursos materiales sino que opera como un discurso práctico
discriminatorio propiamente colonial: la condición de indio que se resignifica en el presente limitando
la condición de ciudadanía. Esta clasificación agrupaba a las poblaciones nativas con un nombre
producto de una equivocación, el de ser indios, que los constituía como distintos del resto de las
poblaciones que formaban parte de la república oligárquica, incorporándolos por medio de ciudadanías
subalternizadas.
Los dispositivos de intervención con la pobreza son un lugar donde se muestran los intentos de
exclusión radical, inclusión y/o integración de estas poblaciones en el espacio social. Al mismo tiempo
formas particulares de nominación que permiten construir consensos a partir de una comunidad local
imaginada, cuya búsqueda de una identidad particular, conjura en parte alguna marginalidad, como el
hecho de ser latinoamericanos, o pobres incivilizados del interior y a la vez construye individuos,
grupos, clases que se reconocen entre sí como formando parte de algo común que los hermana y los
identifica. Las poblaciones que representan o son visualizados como una amenaza o como un
“problema” de tipo social o nacional cambian.
Dependiendo de la correlación de fuerzas entre los sectores de poder y los grupos subordinados
y del contexto político y económico nacional e internacional. Por ejemplo, a principios de siglo y hasta
casi los 50’ en Argentina, se refuerzan vínculos tutelares jerárquicos, el higienismo sirve como
transición ente las prácticas tutelares y la conformación de un mercado de trabajo libre que promueve
una inclusión subordinada, pero basada en concepciones de bienestar y de aumento de la vida útil de
los trabajadores. Esta discursividad se superpone y se complementa con políticas dignificantes
ancladas en concepciones de justicia social para los trabajadores, con otras más tutelares, producto de
la solidaridad entre los primeros con los pobres y minorías, clásicos objetos de asistencia (niños,
mujeres pobres y poblaciones aborígenes o nativas). Estos dispositivos los analizaremos en lo que
llamamos la etapa de la hegemonía del discurso del desarrollo. A finales del siglo XX aparece una
nueva discursividad, un nuevo arte de gobernar y clasificar a la producción creciente de pobres, es el
surgimiento del desarrollo humano como discurso y de la focopolítica como arte de gobernar.
En la década de los 60’, con el auge de las ideas desarrollistas se pensaba, que el proceso de
industrialización tendría un efecto "rebalse" e incorporaría a las poblaciones excluidas a los
"beneficios" derivados de la "modernización". Sin embargo, esta situación no se produjo, al contrario,
tendió a aumentar relativamente la pobreza; a pesar de la incorporación, en algunos países, de
importantes sectores al consumo masivo. La dependencia de los centros de mayor desarrollo
económico se intensificó, tomando nuevas modalidades. Murmis y Feldman (1995) sintetizan esta
13

situación como sigue, "...Hay una visión de la pobreza en los países pobres que la capta como realidad
omnicomprensiva propia de sociedades masivamente excluyentes, "donde los pobres forman un
verdadero pueblo, fuera del tiempo, fuera de la historia, fuera de la sociedad". Pero también en la
consideración de la pobreza en el Tercer Mundo aparece el tema del destino de la pobreza en
condiciones de desarrollo económico. La atención al problema de la pobreza surge en la década del 60’
precisamente en el contexto del crecimiento alcanzado en la llamada década del desarrollo, un
crecimiento que es caracterizado como no "desempobrecedor". Aquí también tenemos una gama de
variaciones desde los análisis que muestran cómo el desarrollo deja atrás sectores antes no integrados,
hasta los que muestran que incluso marginaliza a sectores que habría empezado a integrar...." (Murmis
y Feldman, 1995: 54).

I. 2. LAS CARENCIAS DE CUESTIONES INTANGIBLES COMO PRODUCTORAS DE POBREZA


Los procesos de mercantilización, el libre acceso al trabajo producido por la generalización del
capitalismo, como lo señaló Marx, fueron debilitando los vínculos e instituciones más primarias de
subsistencia doméstica y comunitaria, o la economía moral, en palabras de Thompson. Este momento
de transición hizo reposar la reproducción social en los circuitos monetarios, lo que produjo la pobreza
masiva a aquellos que no se constituían en obreros. Luego vendrán normas e instituciones no
monetarias distintas formas de solidaridad, como la asistencia pública, los derechos llamados humanos
y diversas formas de protección social que intentaron dar respuesta a la pobreza masiva y a la falta de
regulaciones y contenciones no monetarias sobre los medios de subsistencia.
El debilitamiento de las normas no monetarias y las relaciones de reciprocidad como
explicaciones de la pobreza masiva, explica la pobreza no sólo como una cuestión de falta de aspectos
materiales producto de la expansión del capitalismo sino de la ruptura de los lazos de solidaridad que
protegían a las poblaciones en los espacios comunitarios o locales. Junto a la extensión de la economía
de mercado, los procesos de acumulación originaria, la carencia de medios de empleo, el aumento de
la riqueza de las naciones y la industrialización, otro elemento que vino a incorporarse al saber de las
ciencias sociales vinculado a la explicación de la pobreza y a las formas de subsanarla, o resistir a los
embates del empobrecimiento masivo, fue el surgimiento de normas no monetarias que regulan ciertos
accesos a medios de subsistencia u otorgan alguna pretensión legítima a ellas .
Esta línea reflexiva, a mi entender, se vincula con el rol que juegan las relaciones sociales de
contraprestación recíproca no mercantiles, como proveedoras de seguridades para la reproducción de la
vida. La tematización no está puesta en la manera que se produce el trabajador libre, la población
excedente o las consecuencias de la riqueza de las naciones, sino en los mecanismos por los cuales la
sociedad produce expectativas de acceso a medios de reproducción de la vida, que se generan por
relaciones sociales no mercantiles de distinto tipo. Creo que el surgimiento de la asistencia pública
gubernamental a los pobres o la aparición de los incipientes derechos humanos y laborales, serán una
de las primeras normas no monetarias fuera de las relaciones comunitarias de reciprocidad, que
comenzarán a sustituir o complementar a las relaciones de reciprocidad comunitarias disueltas o
debilitadas y a regular el acceso a medios de subsistencia o mejorar las condiciones del empleo, por la
vía de organizaciones más complejas, como las caritativas o las políticas gubernamentales llamadas
sociales cuya concepción veremos más adelante.

II. LO QUE “LOS OTROS” PIENSAN SOBRE LA POBREZA


Las Ciencias Sociales han jugado un rol fundamental en la construcción del saber sobre la
pobreza, así como en los procesos de institucionalización de las categorías para identificarlos y
nombrarlos. También los organismos internacionales, que a mediados del siglo XX han sido los
promotores del “desarrollo”, se van consolidando como voces autorizadas para caracterizarlos y
14

medirlos. Las articulaciones entre el mundo académico y estas agencias ha ido cambiando. En los
últimos tiempos su influencia sobre la investigación académica es cada vez mayor.
Asimismo, la pobreza como producto de relaciones sociales es un fenómeno que, visto desde el
campo de conocimiento científico, tiene sus regularidades, sus semejanzas, sus tipos, a los que se
asocia la construcción de un saber científico sobre ella, generalmente vinculado al estudio, descripción
y conocimiento de las causas de su producción, de su persistencia y reproducción, de los formas que
adquiere y se materializa en el espacio social, de sus manifestaciones y magnitudes, clasificaciones,
categorías de los tipos de pobres, etc.. En este conocimiento, las categorías conceptuales para explicar,
describir, medir o analizar esta problematización particular, sus sistemas teoréticos y las distintos
campos de saber que lo abordan, por un lado, son el producto de una intención por conocer la
“naturaleza” de este particular problema social y, por otro, permiten explicar por qué cambian las
distintas miradas, representaciones y ciertas formas de intervención particular sobre los pobres. Este
campo de conocimiento sería la segunda dimensión a la que se refiere Rahnema como ven los otros a
los pobres, en este caso los expertos.
Nuestra hipótesis postula que el saber sobre la producción de la pobreza, en la historia moderna
de occidente tuvo su mayor desarrollo en los momentos en que la pobreza se expresa en forma masiva
y, al mismo tiempo, estos momentos fueron y son disparadores de reflexiones y producción de un
conocimiento particular cuyo objeto es la invención y re invención de lo social, como veremos más
adelante. Las sociedades se miran a sí mismas y se reinventan en forma fuertemente vinculada a la
tematización del pauperismo y sus causas. Estos son momentos importantes donde los sectores de
poder intervienen con dispositivos particulares fruto de la amenaza que significa este aumento como
de las demandas de los que no tienen acceso a cierto bienestar. En Occidente estos momentos, como el
caso de la revolución industrial, coinciden también con la aparición de un saber particular que intenta
explicar esa producción masiva desde un abordaje científico. El primero de estos campos de saber, está
vinculado con el surgimiento de la economía política y tematizaciones sobre el vínculo entre
pauperización, relaciones capitalistas de producción , la industrialización y la llamada riqueza de las
naciones.
1.Un campo de saber, que aparece más tardíamente, es el que vincula el pauperismo al
surgimiento de una forma particular de intervención de la sociedad sobre ella misma, que se denomina
lo social o la aparición de la sociedad. Lo social, en esta línea de reflexión, sería un campo de saber y
hacer particular basado en relaciones de reciprocidad no mercantiles más complejas que surgen
vinculadas a la ruptura de otros lazos sociales como los comunitarios, que regulaban el acceso a medios
de subsistencia. Estos nuevos lazos van conformando instituciones particulares. Entre otras los
derechos llamados humanos que a veces se oponen y otras conviven con relaciones de tutela con los
pobres. Estas instituciones comienzan a otorgar una cierta pretensión legítima a la reproducción de la
vida de los pobres, fuera de las relaciones mercantiles. Que significa esto? Comienza a aparecer la idea
de que todas las personas tienen derecho a vivir una vida digna, aunque esta última característica sea
relativa. Este es el origen de los llamados derechos humanos.
2.En el siglo XIX en Europa, se desarrollan muchas explicaciones no científicas de la pobreza,
de carácter moral o religioso (a veces también con el viso de cientificidad). En Inglaterra por ejemplo
se explicaba como causas de la pobreza masiva a las personas y a la voluntad divina . Morton Eden
(Pyatt and Ward, 1999 citado en Spicker et. al. 2006) explicó la pobreza como un desafortunado pero
15

necesario mal requerido por la voluntad divina que aseguraba la continuidad de la civilización. En
algún sentido esta explicación de tipo moral es parte de una visión religiosa más amplia del
cristianismo que permeaba otras regiones de Europa. Así los pauper o indigentes válidos que eran
aquellos considerados merecedores de la caridad cristiana o de la ayuda asistencial, no sólo debían
probar su imposibilidad para trabajar, además debían mostrar consentimiento con el orden mundano
querido por Dios22. El hecho que la pobreza fuera un medio de salvación no significaba que se la
quisiera como condición, ni tampoco que se quisiera al pobre como persona. En la economía de la
salvación, que promueve sentimientos de piedad y bondad sobre los pobres, no sólo se salvaba el rico a
partir de la limosna, sino que también se salvaba el orden no igualitario del mundo. Esta “economía de
la salvación”, según Robert Castel (1997: 47) era providencial también en otros sentidos, puesto que al
reconocer la pobreza como necesaria, justificaba su existencia y sólo había que hacerse cargo de sus
manifestaciones extremas. No es cualquier pobreza a la que se auxilia, se valora la pobreza elegida,
sublimada en el plano espiritual. Pero la condición social del pobre suscita una gama de actitudes que
van de la conmiseración hasta el desprecio.
Esta visión moral y religiosa de la pobreza y el hecho de que la sociedad sólo debía hacerse
cargo de sus manifestaciones extremas y que diferencia a los pobres válidos (los imposibilitados para
trabajar por distintas razones) de los inválidos (los que se cree tienen capacidades); a pesar de su
origen moral y religioso, permeará las concepciones de la causas de la pobreza del saber científico,
todo a lo largo del período de análisis.
3.Dentro de lo que los otros piensan sobre la pobreza encontramos la visión relativista de la
pobreza que podríamos decir es una visión que pone el énfasis en la cultura y las necesidades como
valores relativos que cambian según las sociedades. Se trata de una perspectiva que subraya el
contenido histórico, polisémico y relativo del concepto de pobreza al señalar que no es posible hablar
de una forma de pobreza sino más bien de múltiples modos de pobreza. En un sentido estricto, la
pobreza es específica a una cultura o tiempo histórico de una sociedad dada. El estudio de los distintos
modos de entenderla conduce a repensar sobre la actual percepción dominante de concebir la pobreza
como un fenómeno universal y universable asociado a las carencias y la precariedad. Esta visión es
desarrollada por el intelectual de origen iraní Majid Rahnema 23 quien ha elaborado una crítica sobre las
definiciones habituales de la pobreza empleada por el Banco Mundial y sus expertos que aluden al
criterio universal de considerar pobres a quienes no acceden al dólar o dos dólares diarios para vivir.
Rahnema sostiene que esta concepción es abstracta, a-histórica, arbitraria e interesada al reducir a los
pobres a simple agentes económicos definidos por un ingreso insuficiente. Más aún, este autor observa
que los expertos, autoridades e instituciones –no pobres- que hablan de la pobreza lo hacen desde una
perspectiva interesada de quienes se benefician de la economía de mercado. En su revisión histórica del
concepto, entiende que en las sociedades vernáculas la pobreza se vincula no tanto a carencias o
privaciones sino a lo que el denomina un “arte de vivir”, entendido como una capacidad de servirse de
las cosas y de vivir con otros para satisfacer necesidades propias y comunitarias. Habla de una
“pobreza de convivencia” aludiendo a que en estas situaciones, la pobreza conlleva un arte de

22
“El vínculo entre pobreza y herejías era profundo, no sólo porque muchas herejías predicaron, junto con el rechazo del
mundo, la subversión de su organización social, sino también porque la no aceptación de la pobreza constituía ya un acto prácticamente
herético de cuestionamiento de la creación y de su economía de la salvación” (Castel, 1997: 47)
23
Ustedes tienen el siguiente texto en el cd. Además les colagaré una versión en castellano de una entrevista realizada Rahnema que está
en castellano, donde desarrolla parte de las ideas del artículo anterior y de su libro más reciente: Quand la misère chasse la pauvreté
(Cuando la miseria caza la pobreza), publicado en 2003.
16

relacionarse con los demás, de vivir con otros, como fuente de energía y de potencia que permite
afrontar las necesidades y dificultades de la vida. Estas formas de pobreza se distinguen radicalmente
de la “pobreza modernizada”, propia del capitalismo y la sociedad global. Definida a partir de las
necesidades socialmente producidas desde la Revolución Industrial. Este nuevo tipo de pobreza
requiere de medios materiales obtenidos en el mercado las que generan nuevas formas de dependencias
e insatisfacción. Es en este contexto donde Rahnema observa el surgimiento de la miseria como un
proceso de despojo o expoliación de la capacidad o el poder de los pobres de actuar o de vivir su propia
vida. De ese modo, la pobreza modernizada es una ruptura respecto a formas previas como el “arte de
vivir” o la “pobreza de convivencia” ya que los nuevos problemas modernos como la educación, los
alimentos, la salud o el hábitat ya no son ni pueden ser dejados en manos de los propios pobres sino del
mercado, sus instituciones o sus expertos. En este punto, este autor parece sugerir que a la par de
considerar los contenidos variables sobre lo que se considera la pobreza o los pobres, debe también
incorporarse quien o quienes definen tales contenidos.
“Para el BM, todos los pobres del mundo, independientemente de
su potentia y de las grandes riquezas de experiencia y sabiduría que han heredado de
sus culturas, quedan reducidos a entes económicos con un "ingreso" de uno o dos
dólares al día (los que ganan menos de 2 dólares al día quedan clasificados en una
categoría llamada "pobreza relativa", y los que ganan menos de un dólar al día
pertenecen a la categoría de "extrema pobreza"). Según los cálculos del BM, el 56% de
la población mundial es entonces pobre. Una acepción tan simplista de la pobreza dice
mucho del concepto muy economicista que el BM tiene de los pobres. A todos los
tiende a reducir a solamente objetos pasivos de la "ayuda" financiera, sea
directamente mediante distintas formas de "asistencia", o indirectamente a través de su
integración en distintos procesos de "desarrollo" o modernización. De hecho todas
estas políticas hasta hoy han demostrado ser las causas mismas del empobrecimiento o
la proletarización” Rahnema

En esta línea además de Rahnema pueden señalarse otros autores como Vandama Shiva (2005),
aunque ella en vez de hablar de arte de vivir o pobreza de convivencia, habla de las economías de
autosubsistencia. Estudios antropológicos como el de Celin Jeffrey (2005) 24 también se encuentran en
esta línea. Esta última autora analiza las concepciones de pobreza en economías de subsistencia
Aymara y demuestra que la cosmovisión de la pobreza que esta cultura tiene no se condice con la
visión eurocéntrica de pobreza como carencia.

4. LA CULTURA DE LA POBREZA
Otra visión que vincula la pobreza a una cultura particular es la del antropólogo Oscar Lewis,
quien considera que los pobres son pobres porque existe una cultura de la pobreza y que esta se hereda
de generación en generación. Esta visión culturalista de la pobreza no la explica como producto de las
relaciones sociales de desigualdad y construcción de las diferencias, el pobre es pobre porque quiere y
vive en esa cultura.
La concepción culturalista desarrollada por la escuela de Chicago en Estados Unidos de Norte
América ofrece este marco en el que se incluyen, las reflexiones de antropólogos que estudian en

24
Este artículo lo pueden encontrar en la página de CLACSO.
17

realidades de países pobres latinoamericanos de las que surgen principalmente la idea de la "cultura de
la pobreza" de Oscar Lewis (1961, 1963 y 1964), aplicadas a países latinoamericanos.
Para Lewis la pobreza sería una subcultura, de la cultura global, en términos de su poca
integración a una cultura nacional. Describe las pautas culturales de los pobres de las ciudades
latinoamericanas (Lewis, 1987), basándose en extensas observaciones y entrevistas en profundidad
realizadas a familias de la ciudad de México y posteriormente en San Juan de Puerto Rico y Nueva
York. Desarrolla este concepto, como una subcultura que surge en situaciones de desempleo, con un
rápido crecimiento urbano debido a la migración interna como componente básico. La “cultura de la
pobreza” es a la vez una adaptación y una reacción de los pobres a su posición marginal. Esto se debe
al choque de pautas culturales y de formas de vida entre el medio de origen migratorio y el medio de
llegada. Existirían por tanto una cultura y una personalidad marginal. Para Lewis los pobres eran el
producto de problemas integración a la sociedad moderna, por la situación de migración y sus pautas de
comportamiento "tradicional" de origen "rural". La socialización en las pautas culturales propias de la
pobreza en la infancia impediría salir de esa situación. Se acuña entonces el famoso "circulo vicioso"
de la pobreza. A la “cultura de la pobreza”, le asigna características particulares de la personalidad de
los pobres que constituirán las representaciones predominantes del pensamiento social de este medio
siglo. La representación de los pobres, que estaba cargada de un fuerte componente racial, se basaba en
una idea de las personas como pasivas, con cierta “tendencia a la violencia”, a la agresividad, sin
respeto por la propiedad privada, con resignación y falta de expectativas. Además, se consideraba que
la “cultura de la pobreza” surgía como producto del trabajo ocasional, los bajos ingresos, las malas
condiciones de vida y los bajos niveles de educación. En el estudio denominado “La cultura de la
pobreza” (1987), Lewis describe la vida de cinco familias mexicanas, que son en verdad diferentes
situaciones sociales, pero que parecen presentar ciertas características comunes asociadas a la cultura
de la pobreza. Así también la cultura de la pobreza trascendería “los límites de lo regional, de lo rural y
urbano y aún de la familia”. Condición que se constataría a partir de la difusión de una “similitud en la
estructura familiar…” en diversas partes del mundo arriesga Lewis. Las características más
sobresalientes serían las siguientes. Con relación a los lazos de parentesco predominancia de familia
extensa e hijos ilegítimos. En lo que respecta a la “calidad” de las relaciones esposo-esposa y padres-
hijos, habría predominancia de padre ausente y desarrollo por parte de los hijos de lazos estrechos con
las madres. Los patrones de consumo, se caracterizaría por estar en los márgenes del mercado. Debido
a los bajos ingresos, se desarrollarían una economía de los intercambios basados en los préstamos, en
empeñar cosas, adquirir ropa y alimento de segunda mano, organizar sistemas informales de crédito,
etc. Tendrían una fuerte resignación, sin expectativa de futuro y una actitud crítica frente a las
instituciones y las clases altas.
Respecto a lo que Lewis denomina como “sentido de comunidad”, se señala la asociación entre
la condición marginal y el bajo grado de organización, que parece ser “el mal mayor de la cultura de la
pobreza”. Esa baja organización, según Lewis, es independiente del sentido de comunidad, que puede
existir independientemente haya o no organización. Esto produce fatalismo e inmediatismo llevando a
una incapacidad de estos grupos para la superación de su situación por lo que la transformación sólo
puede ser posible cuando las estructuras se modifiquen desde arriba (Lewis, 1992). En “La Vida”
Lewis (1964) analiza la historia de una familia de portorriqueños en Nueva York y San Juan de Puerto
Rico. Allí también hay un inventario que parece definir la cultura de la pobreza como falta de
participación e integración de los pobres en las principales instituciones de la sociedad. Fenómeno que
derivaría, entre otras cosas, de la falta de recursos económicos, la segregación y la discriminación, el
temor, la apatía y la invención de soluciones locales a problemas. Lewis destaca que la exclusión del
mercado es un factor que reduce las posibilidades de participación efectiva en el sistema económico. La
cultura de la pobreza se expresaría, en el ámbito de la comunidad local, como hacinamiento, espíritu
gregario, condiciones habitacionales deficientes, y un mínimo de organización fuera de la unidad
18

familiar nuclear y extendida. Así también, la condición marginal y “anacrónica” de la cultura de la


pobreza es su bajo nivel de organización. Además, dice Lewis, "A nivel de familia, los rasgos
distintivos de la cultura de la pobreza son: la inexistencia de la infancia como una etapa especialmente
prolongada y protegida del ciclo vital; la iniciación sexual temprana; las uniones libres o los
matrimonios consensuales; la incidencia relativamente alta de abandono de mujeres e hijos; la
tendencia a la familia centrada en torno a la mujer o a la madre...; la marcada predisposición al
autoritarismos...” (Lewis, 1964).
Esta percepción sobre la baja organización que justificará la intervención de las agencias y
políticas de “promoción comunitaria” en los 60’, hará un cambio radical en los 90’ donde la
representación de la pobreza y de las políticas que pretenden atacarla, están basadas justamente en el
reconocimiento de la capacidad organizativa de los pobres.
Lewis recalcaba también que su tesis se refería a grupos que no contaban con una base vigorosa
de identidad étnica o de clase que les pudiera servir de sostén ante las dificultades. Lewis opinaba que,
la solidaridad familiar encuentra escollo en la rivalidad entre hermanos, la competencia por el afecto
materno y por los escasos bienes materiales. A escala individual existiría un fuerte sentimiento de
marginalidad, impotencia, inferioridad y dependencia. Los seres humanos en la cultura de la pobreza
son “provincianos” viven en función de su ambiente inmediato y poseen un escaso sentido histórico.
Sólo perciben sus propios problemas, sin ser capaces de apreciar las semejanzas entre sus problemas y
los de sus congéneres. No tienen conciencia de clase. Sus estudios inspiraron investigaciones
antropológicas basadas en lo “local” pero incorporaron a la “comunidad” barrial, como espacio de
realización de la vida de los migrantes urbanos pobres. Se comienza a valorar la familia y las redes de
relaciones de parentesco y vecindad como objeto de investigación y como lugar donde se resuelven
problemas en situaciones de escasez de recursos monetarios. La “cultura de la pobreza” y la
denominación de “antropología de la pobreza” que Lewis da a uno de sus libros, funda una especial
práctica profesional que impregnará el pensamiento y la práctica antropológica con poblaciones
excluidas en América Latina, durante todo el período. Esta visión atraviesa además el resto del
pensamiento social, ya sea para afirmarla o para interpelarla con otras que surgen más adelante.

5. Hay otras formas de abordar la pobreza vinculada con una visión amplia de cultura y es
aquella que LA considerarla como una serie de valores vinculado a lo que se entiende por una buena
vida o por el bienestar o por lo que es considerado digno la pobreza pone en tensión estos valores que
en algún sentido se vincula con el análisis que realiza Rahnema.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, los distintos protagonistas vinculados a lo “social”
como los técnicos, los científicos sociales y los militantes de base han funcionado como "agentes
especializados", encargados de la producción de categorías de esta población y de la construcción de
conceptos para nominarlos (Bourdieu, 1996). Decir que una persona es un marginal, un informal o un
pobre estructural no sólo asigna “atributos”, también construye identidades. Estos mecanismos de
nombramiento, de conocimiento, de identificación, incorporan estructuras cognitivas a los propios
sujetos. Los sujetos, sin embargo, se resisten a estas nominaciones o desplazan su carga estigmatizante,
“somos pobres, pero dignos..”; o las utilizan para constituirse en sujetos válidos de asistencia: “ahora
que somos pobres con NBI, nos dieron...”.

6. LOS NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS Y LAS LÍNEAS DE POBREZA E INDIGENCIA

La idea de “necesidades básicas” es una categoría práctica del discurso del Desrrollo Humano
reapareció en los debates sobre el desarrollo en la década de 1970, aunque la idea tiene una historia
19

mucho más larga La Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés) considera
que las necesidades básicas incluyen dos elementos:

En primer lugar, refiere a requerimientos mínimos de una familia para su


consumo: alimentación adecuada, vivienda y ropa así como ciertos muebles y
equipamiento del hogar. En segundo lugar incluyen aquellos servicios esenciales
suministrados generalmente en forma comunitaria tales como: agua potable,
servicios sanitarios, transporte y salud pública, educación e infraestructura y servicios
de tipo cultural. Es conveniente contextualizar el concepto de necesidades básicas en
el marco del desarrollo socio económico de una nación y de las relaciones más
globales en la que está inmersa. (ILO 1976: 243)

Esta perspectiva más que hacer hincapié en las necesidades individuales y familiares para la
supervivencia física, pone énfasis en las necesidades de las comunidades locales como un todo. El uso
de indicadores sobre acceso a servicios públicos es la base de la medición de las llamadas Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI).
Estas clasificaciones junto a las llamadas líneas de pobreza e indigencia sirven no sólo para
realizar una medición estadística y clasificatoria sino también para definir quiénes son o no
destinatarios de programas sociales. Las líneas de pobreza se basan en los ingresos y su relación con
las canastas básicas de consumo para la subsistencia. Estas se diferencian según cubran o no los valores
de la canasta básica de alimentos o todas las necesidades de una canasta básica. Esta sería la línea de la
pobreza. Los pobres serían los que no pueden cubrir el valor de esta canasta y los indigentes los que ni
siquiera pueden cubrir la alimentación de acuerdo a la constitución de su grupo familiar. Para ello hay
que tener información sobre los ingresos, sobre los consumos y sobre los precios de los bienes y los
servicios.
Para ser beneficiarios de algunos programas sociales, es necesario haber caído en la
caracterización estadística que habilita a ser sujeto “válido” de asistencia, ser “un NBI” (tener
necesidades básicas no cubiertas) como dice la gente. En la Argentina, la mayoría de estos programas
sociales en el ámbito regional, provincial o barrial, seleccionan la población a partir de los
denominados mapas de pobreza basados en la traducción de indicadores de necesidades básicas
insatisfechas a zonas geográficas25. Las áreas con mayor índice de NBI son las seleccionadas
generalmente para los programas focalizados26. A pesar de esta asignación de identidad que las

25
El indicador de necesidades básicas insatisfechas en el que se basa el estudio de La pobreza en la Argentina (1984) por el INDEC
(Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) que se realizó con la colaboración de la CEPAL, aplicado a partir de los censos de
población, está comprendido por cinco indicadores. Un hogar con NBI es aquel que tiene al menos una de las siguientes características:
más de tres personas por cuarto (hacinamiento), que habiten en una vivienda de tipo inconveniente, pieza de inquilinato, rancho, vivienda
precaria (vivienda); que no tuvieran ningún tipo de retrete (condiciones sanitarias); que tuvieran algún niño de entre 6 y 12 años que no
asiste a la escuela (asistencia escolar), que tuvieran cuatro o más personas por miembro ocupado y además, cuyo jefe no hubiera asistido a
la escuela o lo hubiera hecho sólo hasta segundo grado de nivel primario (capacidad de subsistencia). La identificación de un hogar con
NBI, puede producirse por la existencia de una sola de las dimensiones de insatisfacción críticas que componen el indicador compuesto.
La selección del indicador compuesto de NBI se realizó teniendo en cuenta aquellos indicadores que además de representar alguna
dimensión de privación, tenían una fuerte asociación con las situaciones de pobreza medidas a través de los ingresos de los miembros del
hogar, por medio de líneas de pobreza.
26
"La construcción técnica de la pobreza como agregación de individuos en función de sus posiciones homólogas en las distribuciones de
una serie de propiedades que se consideran pertinentes, cuando se constituye en un factor determinante del acceso a bienes y servicios
20

clasificaciones técnicas producen, la gente resignifica y se apropia a medias de ellas, en la medida que
les permite usarlas instrumentalmente. Pero sus identidades se construyen en sus luchas no en la
aceptación ciega y sin cuestionamiento, como veremos en el estudio de caso sobre Salta.
La nueva forma de detección de la pobreza válida, requiere nuevos saberes y taxonomías de los
pobres, es decir nuevos “actos de nombramiento”27. Estos instituyen grupos o territorios que comienzan
a identificarse como “pobres estructurales” o “áreas con pobreza estructural” (pobres de siempre) o
“vulnerables" (pobres transitorios según la posesión de ciertos atributos) o “nuevos pobres”. A cada
una de estas nominaciones le corresponde una técnica específica de medición y un bagaje de saberes
estadísticos para su identificación. Si bien la nueva forma de detección de la “pobreza real o válida” se
ha tecnificado y ha perdido su carácter personalizado, sin embargo sus prácticas reactualizan un nuevo
estilo moralizante en la asignación de las ayudas. Por ejemplo, siempre se requiere una contraparte de
trabajo gratuito y algún tipo de requerimiento disciplinario que “enderece” comportamientos28. Se
mejora la evidencia de la “pobreza” a la que se debe asociar la pertenencia local y o comunal propia de
los dispositivos asistenciales tradicionales. Durante el predominio del discurso caritativo, los
“verdaderos” indigentes debían evidenciar sus carencias, desde llagas hasta laceraciones. La
beneficencia laica incorpora técnicas de diferenciación entre la "indigencia ficticia" y la "verdadera
pobreza", que permite distinguir entre pobres válidos e inválidos (Donzelot, 1980; Castel; 1997). Las
características actuales de las políticas focalizadas mantienen y profundizan también los principios
básicos de la asistencia laica: clasificación y selección de los "beneficiarios" del "socorro", prueba de la
"pobreza real", esfuerzos para organizarlos de una manera racional sobre una base territorial. Se retoma
asimismo, otra característica propia de la etapa filantrópica para el Desarrollo Humano: el pluralismo
de las instancias responsables: eclesiásticas y laicas, “privadas” y “públicas”, centrales y locales29. En
este pluralismo, se le da relevancia a la denominada "sociedad civil" constituida en una nueva
filantropía privada del tipo laica, religiosa, técnica o mixta, orientada a los ámbitos privados y a los
locales. Los territorios con NBI son los equivalentes a las parroquias del Antiguo Régimen o de la
etapa de la beneficencia republicana. Sin embargo, en algunos programas, se combinan ambos
requisitos: adscripción territorial y constatación de la handicapología.

III: Cual es la percepción de los pobres de su propia situación: la visión emica


Decíamos que esta sería una mirada preocupada por la autoperceción que tienen los sujetos,
grupos, colectivos de su situación. Así, para Celin Geffroi (2004) “las representaciones que elabora la

públicos, supone una asignación de identidad. De este modo, ciertos individuos pasan de ser "estadísticamente pobres" a ser socialmente
vistos y tratados como pobres (efecto análogo a la asignación de los clásicos "certificados de pobreza"). Para ser beneficiario de un
servicio social a cargo del Estado en forma gratuita (escuela, hospital, vivienda, alimento, etc.) habría que acreditar la condición de
indigente, carenciado, "ciudadano NBI" (con necesidades básicas insatisfechas) o con cualquier otra tipificación tecno-burocrática en
boga." (Tenti Fanfani, 1991).
27
Los actos nombramiento según Bourdieu (1996) son de distinto tipo e implican enclasamiento, por medio de "expertos": técnicos de la
administración burocrática y por los cientistas sociales. Estas acciones son formadoras de representaciones durables, las percepciones de
los sujetos son mediadas por los actos de nombramiento y enclasamiento de los "expertos". "El nombramiento es un acto, en definitiva
muy misterioso que obedece a una lógica próxima a la de la magia tal como la describe Marcel Mauss. Como el brujo moviliza todo el
capital de creencias acumulado por el funcionamiento del universo mágico, el presidente de la república que firma un decreto de
nombramiento, o el médico que firma un certificado (de enfermedad, de invalidez, etc.) moviliza un capital simbólico acumulado en y por
toda la red de relaciones de reconocimiento que son constitutivas del universo burocrático" (1996: 20-21).
28
Por ejemplo, en los programas alimentarios instrumentados a partir de “Comedores Comunitarios” destinados a niños desnutridos, se
exigen cursos de higiene y puericultura, hábitos de mesa, etc.
29
Ver para las características de la filantropía a Castel, 1997: 70.
21

gente sobre la pobreza incluyen tanto aspectos materiales como una dimensión simbólica, sujeta a las
normas, costumbres o valores interiorizados que varían en función a una época dada, a un contexto
especial, es decir, una sociedad particular y un entorno geográfico.” Este enfoque también ha sido
tomado recientemente por los Organismos internacionales de Desarrollo (OID) como el Banco Mundial
quienes también han promovido activamente una manera de entender la pobreza no solo desde el punto
de vista económico -a partir de la fijación arbitraria de un dólar diario- como la línea que separa a los
pobres de los no pobres.
Estos últimos tiempos, para completar la mirada estadística de la pobreza y el refinado análisis
cuantitativo, el BM ha desarrollado un nuevo marco conceptual de lo que se denomina evaluación
participativa de la pobreza (participatory poverty assessments: PPA), que implica la evaluación de la
pobreza por los propios pobres. Esto constituiría un proceso participativo de investigación focalizada
en las “voces de los pobres” que pretende entender la pobreza en el contexto social local, institucional y
político (Narayan, 1999: 7-15, traducción nuestra)30. A su vez este bordaje del PPA responde una
corriente teórica neoliberal llamada neo institucionalismo que considera que la pobreza se debe a
problemas institucionales no sociales y examina la problemática de la pobreza a través de las
instituciones “de una manera multidimensional”. Parte del supuesto de que éstas juegan un rol crítico,
ya sea respondiendo o reprimiendo sus necesidades, opiniones y voces. En este sentido, la
preocupación por las instituciones es coherente con las denominadas reformas de segunda generación
que promovió el BM en América Latina y pasa a ser una de las causas de la reproducción de la
pobreza, por eso se promueve modificarlas y crear instituciones “pro pobres”. Esta perspectiva tiene
influencia de la corriente neo-institucional en el análisis de las ciencias sociales e incluye las
valoraciones de la efectividad, calidad y accesibilidad de una serie de instituciones con las que los
pobres se encuentran, incluidas las agencias gubernamentales e instituciones legales y financieras
Esta visión se ha plasmado en un estudio denominado “Las voces de los pobres”. En el informe
del Banco Mundial sobre la Pobreza en el Mundo (Banco Mundial: 2000; 14) la conceptualización de
la pobreza se asocia a lo que llaman una visión multidimensional31 de la pobreza que es producto de un
estudio promovido por el Banco, sobre las “voces de los pobres” que recoge sus opiniones sobre la
situación de pobreza en un importante número de países.
El estudio de las “voces de los pobres” arriba a cuatro conclusiones, algunas de ellas bastante
obvias, acerca de la experiencia de la pobreza desde la perspectiva de los propios pobres. “Primero que

30
El Banco Mundial ha procesado setenta y ocho reportes de PPA los que se basaron en “discusiones con hombres y mujeres pobres y
otros participantes (stakeholders)”. Sus resultados se han publicado en dos libros. El primero se denomina “Voices of the poor. Can
anyone hear us? (Narayan, y otros, 2000) y el segundo “Voices of the poor. Crying out for change” (Narayan, y otros, 2000). Este
producto sirvió para insumo del Reporte del Desarrollo Mundial 2000/1 para “atacar la pobreza”.
31
La visión multidimensional incluye los siguientes aspectos. “Se reconoce que la pobreza no es sólo un problema de falta de
ingresos o de desarrollo humano: pobreza es también vulnerabilidad e incapacidad para hacerse oír , falta de poder y de representación.
Esta concepción multidimensional de la pobreza va acompañada de una mayor complejidad en las estrategias de reducción de la misma,
ya que son más los factores –por ejemplo, las fuerzas sociales y culturales- que deben tenerse en cuenta” (cursivas nuestras). Esta
concepción resume el entramado del sistema de categorías que incluye el discurso del Desarrollo Humano sobre la pobreza: la
vulnerabilidad, la necesidad de la participación y de empoderar a los pobres para superar su “falta de poder” y las descentralización de
los servicios destinados a los pobres. Por ello se afirma que “la manera de hacer frente a esta complejidad es el potenciamiento y la
participación (...) Los mecanismos de participación pueden ofrecer a los hombres y mujeres una oportunidad de expresar su opinión,
especialmente cuando se trata de los pobres y de los segmentos excluidos de la sociedad. El diseño de los organismos y servicios
descentralizados debe estar en consonancia con las condiciones locales, las estructuras sociales y el patrimonio y las normas culturales”.
Los pobres “son los principales protagonistas en la lucha contra la pobreza”.
22

la pobreza es multidimensional. Segundo que los hogares se deshacen bajo el estrés de la pobreza.
Tercero que el Estado ha sido largamente inefectivo en llegar a los pobres. Cuarto que el rol de las
ONG en la vida de los pobres está limitado y así, los pobres dependen primariamente de sus propias
redes informales. Finalmente, los pobres creen que los lazos de solidaridad y confianza se están
rompiendo” (Narayan, 1999: 7-9). Estas dos últimas conclusiones ponen en cuestión dos de las más
importantes estrategias de sus políticas de “alivio” a la pobreza: la importancia de las ONG y la
promoción de las redes primarias de base local. Por ello, la publicación de la investigación final tuvo
una serie de dificultades32.
La investigación acción participativa (IAP) en el marco de los programas de desarrollo ha sido
promovida en Latinoamérica, desde otro lugar, como una alternativa emancipatoria a las formas de
intervención social que no incluían los saberes locales de la gente (Fals Borda, 1982). La “participación
popular” era una bandera levantada por los movimientos de base de los 70’. Allí se propugnaban la
participación comunitaria como forma de lograr un “desarrollo inclusivo”. Entonces era mal vista por
los grupos de poder y muchas veces reprimidos y perseguidos sus militantes. Sin embargo, en la
actualidad, se ha convertido en un dispositivo básico de intervención social. Ahora la promoción de la
participación se extiende en estos tiempos de los pobres a una acepción ampliada y nueva de sociedad
civil33. Dado que en este nuevo discurso el del Desarrollo Humano como veremos, la sociedad civil se
hace cargo de la acción societal y el bien común se coloca en sus energías, es necesario incentivar la
participación de sus distintos componentes: las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones
de base de los pobres, las empresas privadas y las organizaciones benéficas y filantrópicas34.
Generalmente lo que se ve en los estudios sobre las percepciones de los pobres sobre su
situación es que no se consideran pobres, se corren de ese lugar estigmatizado pero que resulta a veces
un destino difícil de correrse sobre todo si ésta condición es la que hay que probar para ser
“beneficiario” de programas sociales focalizados.

LA POBREZA Y LAS POLÍTICAS SOCIALES COMO UN CAMPO CULTURAL Y DE PODER


Consideramos que las intervenciones sobre la pobreza, llamadas en la actualidad: políticas
sociales, constituyen un campo cultural de construcción y re invención de las diferencias. Esto porque
las políticas sociales son una forma particular que adquiere la intervención social sobre las poblaciones
percibidas como amenaza o a las que había que integrar, gobernar someter explotar de acuerdo a los
momentos. Estos vínculos conforman un entramado de relaciones de poder donde se construyen
diferencias sociales: se clasifica a las personas de diversa forma –empleados, pobres de solemnidad,
pobres estructurales…se le asigna o se producen representaciones sociales, se construyen identidades
alteridades, jerarquías. Es entonces un campo cultural que permite entender la naturalización de lo
social y de las jerarquías sociales. Además sugerimos entender a las políticas sociales modernas, como
sistemas de reciprocidad e intervención particulares que asumen los discursos sobre lo social. El campo

32
Deepa Narayan denunció presiones para sacar algunas conclusiones de la versión final del estudio.
33
Esta concepción de sociedad civil se asocia al fortalecimiento de identidades no vinculadas a la condición de trabajador o de ciudadano
fundada en derechos formales que se traducen en garantías. No se trata de la promoción de una sociedad civil que desarrolle prácticas
contra hegemónicas, fundadas en una educación política crítica a la lógica del mercado y a la dominación capitalista. Es contraria también
al ejercicio de auto reconocimiento como clase o grupo que con fuerza política ejerza presión. Para esta concepción neoliberal, la
sociedad civil implica una sectorialización de lo social (Castro, 2001).
34
Dentro de esta acepción ampliada de la participación, según Rahnema (1998), actividades de desarrollo rentables, podrían ayudar al
sector privado a involucrarse directamente en el negocio del desarrollo.
23

de lo social alude a un conjunto de prácticas, ideas y representaciones tendientes a regular los


conflictos sociales y a intentar suturar las contradicciones de la retórica de la igualdad social y las
desigualdades persistentes.
La contracara de la aparición histórica de la pobreza como un fenómeno masivo en el
capitalismo se vincula también a las formas en que se interviene sobre ella o a los dispositivos de
control y disciplinamiento (Foucault) y también ellas son producto de las luchas sociales. En Europa la
caridad religiosa había sido la institución de control sobre los pobres que eran sujetos legítimos de
asistencia; es decir aquellos imposibilitados de trabajar e inscriptos en las comunidades locales como el
convento, primero, y la parroquia más tarde (Castel, 1997). En la etapa de transición al capitalismo
surgen otras formas de control de las poblaciones, orientadas al disciplinamiento de los cuerpos, como
los hospitales generales, los hospicios o los conventos del antiguo régimen (Foucault, 1981 [1975]), las
regulaciones para fijar a los “vagos” o las leyes de pobres35 (Polanyi, 1997) y con posterioridad, la
educación y el ahorro de la filantropía (Donzelot, 1980). A esta última forma de control e intervención
social, Foucault la denomina biopolítica y aparece en Europa central a finales del siglo XVIII.

Los modos sistemáticos de intervención con ciertas poblaciones, por parte de los grupos de
poder o instituciones gubernamentales, se conforman por normas y prácticas de diverso tipo,
constituidas por acciones públicas, a través de las cuales, generalmente el Estado desempeña el papel
de garante del mantenimiento de la organización del trabajo, de las formas de dominación a ellas
asociadas, así como de la regulación y control del no trabajo (vagabundeo, tiempo de ocio) y de la vida
privada. Se pueden encontrar diferentes tipos de regulación, más o menos predominantes, según los
momentos históricos. Un primer tipo es la regulación y control de la movilidad de los trabajadores y
no trabajadores, a partir de leyes de fijación del trabajador a relaciones semiserviles, reglamentos del
ejercicio de la mendicidad, represión del vagabundeo, obligación del trabajo, control de la circulación
de la mano de obra, etc. Estas últimas formas de regulación son propias de la etapa de transición al
capitalismo y de la constitución de la fuerza de trabajo “libre”.
Un segundo tipo es aquel que se ejerce sobre la vida y los cuerpos, pero no en instituciones de
encierro sino que regulan el uso de los espacios públicos o ámbitos más privados como el hogar, las
relaciones afectivas entre madre y niño, por ejemplo. Estas formas regulatorias sobre la vida por medio
de coacciones y autoconstricciones originadas en los estilos de vida de las clases altas se constituyen
entre otras en áreas de la llamada higiene privada (siglo XIX), pasando a conformar también, más
tarde, cuestiones de higiene publica y signos de “civilización”. Sus prácticas darán como resultado la
conformación de ciertos saberes expertos, como la puericultura (niño/cultura): enseñanza del “buen”
trato en la relación de la madre con el hijo, las “buenas costumbres”, aplicadas por ejemplo a la
alimentación “correcta” o la “vivienda”. Surgen ciertos expertos cuya función es hacer cumplir estas
prácticas y reglas sobre los “otros”, los pobres, los “incivilizados”, los “subdesarrollados”. Estas serán
estudiadas y controladas por distintos tipos de especialistas como los supervisores primero, las
visitadoras de higiene y, finalmente los trabajadores sociales.
En la ciudad y la vivienda, estas regulaciones se traducen paulatinamente en lo que irá
constituyéndose en el seaneamiento ambiental y urbano (tratamiento de las excretas, del agua y de
todas los posibles o potenciales formas de contagio de las enfermedades) y cuidado de la vivienda. Es
el momento del surgimiento del ámbito del saber del “saneamiento urbano” y la “higiene pública”. En

35 Las leyes de pobres que describe Polanyi son típicas de la transición en Inglaterra y no se aplicaron en el caso de Francia.
24

esta etapa es fundamental, el control sobre los usos en la ciudad de espacios que pasan de ser privados
de las elites, a lugares que se constituyen en “públicos” y el surgimiento de normas y regulaciones
sobre los usos privados y públicos de estos espacios. En ellos se pueden observar controles sobre
ciertas poblaciones de “riesgo”, prácticas generalmente vinculadas con la regulación del ocio y del no
trabajo. Aquí la penalización más que la prevención son los dispositivos más comunes. Se penaliza a
los que no cumplen con la división tajante entre el mundo público y privado: ancianos y niños en la
calle o mujeres que trabajan en la vía pública, son reprimidos por medio del encierro. Es la etapa donde
el desarrollo de la medicina se centra en cuestiones de “higiene pública” a partir de la preocupación
por las endemias.
Un tercer tipo de regulaciones sobre las personas será la que opera de manera directa en la
relación capital trabajo, dirigida a las poblaciones capaces de trabajar . Aquí es el trabajador al que se
aplican normas o derechos y, eventualmente a su familia. Esto significa que lo hacen prioritariamente
sobre la distribución primaria del ingreso (como diría la economía política), aunque están directamente
vinculadas con las otras formas de intervención social. Constituyen las “políticas de seguro”, fundadas
en la idea de previsión de riesgos del trabajador. Ejemplos de este tipo son las diversas leyes laborales
relacionadas con el empleo y los ingresos: horas de trabajo, vacaciones, salarios mínimos, estabilidad
laboral, etc. Surgen como producto tanto de las luchas sociales, como de la necesidad de controlar el
descontento social de parte del Estado36, como de la necesidad de resolver crisis de acumulación y
aumentar la ganancia por la vía del incremento del consumo y el pleno empleo37. Otra móvil de su
desarrollo es también aumentar la productividad del trabajo y de la vida “útil” de los trabajadores y su
moralización (Foucault, 1993: 252 y Donzelot, 1980).
La segunda modalidad de regulación sobre las personas se materializan a veces en
instituciones especializadas que responden a prácticas discursivas o sistemas de representaciones
predominantes en distintos momentos históricos, cuyo objetivo no es el trabajo sino la moralización y
la educación. Estas instituciones se conforman por recursos técnico administrativo (normas, reglas,
líneas jerárquicas), prácticas y relaciones (diversas formas de dominio, control o reconocimiento de
derechos) e implican vínculos jurídicos, sociales y políticos. Pueden ser provistas de forma pública,
privada o mixta. Es necesario, sin embargo, señalar algunas diferencias importantes entre estas
instituciones. Las del primer tipo estarían dirigidas a las poblaciones incapaces de trabajar o de
proveerse de medios para la subsistencia o sujetos especiales, generalmente considerados
potencialmente peligrosas para la sociedad y/o inferiores y a los que, sectores de poder o el gobierno,
consideran que hay que tutelar: los pobres, los niños, los ancianos, los indígenas, las mujeres solas.
Estas serían las instituciones propias de lo “social asistencial”. Un segundo tipo, serían las destinadas a
personas cuya única condición es su partencia a una “comunidad” nacional, es decir que sean
ciudadanos. A ellos están dirigidos los denominados sistemas universales de protección que se vinculan
paulatinamente con el acceso a derechos de carácter formalmente universal y que surgen asociadas a
las políticas filantrópicas e higienistas. La condición de acceso es la ciudadanía y el ciudadano es el
sujeto de derecho. Estos estilos de reciprocidad implicó la construcción de identidades más inclusivas,
aunque también estratificación y diferenciación, puesto que las contraprestaciones se esconden en el
contrato ficticio de la igualdad del ciudadano y, dependiendo de los regímenes de estado de bienestar,

36 Isuani considera que esta fue la causa del origen de las políticas de seguro en la Argentina (Isuani, 1985a) y del Estado Bismarkiano en
Alemania.
37 Esta será la causa de la propuesta de Keynes para la crisis de la posguerra en Europa, a mediados del Siglo XX.
25

sólo algunas poblaciones pueden acceder a la legalidad de los derechos. Las políticas se basan en un
interés que pone énfasis en la comunicación y en la construcción de una comunicad nacional con
valores compartidos.
Las formas de intervención sobre la pobreza en el siglo XX son parte constitutiva de lo que se
ha denominado “políticas sociales”. Propongo analizarlas como un campo discursivo y un campo
cultural, como un espacio privilegiado de condensación y construcción de una alteridad radical a la
modernidad. Entendemos que las políticas sociales son una forma particular que adquirieron los
sistemas de obligaciones recíprocas entre instituciones gubernamentales y no gubernamentales, el
mercado y la familia y la comunidad. En este sentido, no sólo se trata de instituciones donde ciertos
vínculos permiten el acceso a bienes o servicios o pretenden asegurar la reproducción social o permiten
responder al riesgo social o conjurar el peligro de fractura de una sociedad. Son también un campo
cultural, es decir un espacio de relaciones donde se construyen identidades y en el que se naturaliza lo
social, se construyen discursos de la igualdad y la diferencia estableciendo jerarquías sociales.
Constituyen, por ello, un ámbito propicio para ensayar una antropología de la modernidad 38 en el
sentido de un ejercicio que exotiza las alteridades más cercanas donde las ciencias sociales tienen un
rol fundamental en su construcción
Estas configuraciones de sistemas de obligaciones recíprocas constituyen una red de relaciones
móviles en donde actúan las tácticas de gobierno. Estas definen según Foucault (1981) lo que es estatal
y no estatal ya sea privado o público. Creo también que definen que contraprestaciones son de carácter
mercantil y no mercantil; cuales se inscriben en relaciones contractuales de la “igualdad del ciudadano”
y cuales quedan en los vínculos que se mantiene tutelados ya sea formando parte de estructuras
sociales más estamentales o más horizontales. Se trata entonces de mirar a las políticas sociales
también como un campo cultural que permite entender la naturalización de lo social y de las jerarquías
sociales. Estos vínculos de contraprestaciones recíprocas son un lugar de construcción cultural de las
diferencias y concomitantemente de la lucha por la igualdad.
Las políticas sociales no son sólo una red de contraprestaciones recíprocas sino que constituyen
campos de poder39. En este campo de fuerzas y en estas luchas se pueden detectar algunos actores
protagónicos. Por un lado, los propios sujetos y grupos sociales que son objeto de intervención y que
poseen un conocimiento local o saberes sometidos; y por otro, los “expertos” o agentes especializados
que poseen la “autoridad del saber” (grupos que van desde los sacerdotes, de la etapa de predominio de
la caridad, a los sistemas de “expertos sociales” modernos: trabajadores sociales, maestros, abogados,
psicólogos, sociólogos, antropólogos) que son quienes se constituyen en “voces autorizadas”, para
distintos saberes especializados de la intervención social. Estos grupos autorizados son los que
determinan “problemas” produciendo “clasificaciones” sobre los sujetos de intervención social.
En la sociedad contemporánea los científicos sociales y los gestores de la administración
burocrática funcionan como “expertos” tanto para clasificar como para intervenir sobre las poblaciones
pobres o vulnerables. El Estado como instancia fundamental en la acción formadora de

38
La antropología de la modernidad, es una forma de hacer antropología del mundo contemporáneo y de la cultura occidental que enfoca
las relaciones sociales y su naturalización como producidas por prácticas históricas donde se combina conocimiento y poder (Escobar,
1997 y 1998; Rabinow, 1986). Esto implica un abordaje que intenta desnaturalizar lo social entendiéndolo como una construcción
histórica, en un intercambio estrecho entre prácticas y símbolos que producen y regulan la vida social.
39 Bourdieu entiende por campo de poder, las relaciones de fuerza entre posiciones sociales que garantizan a sus ocupantes un quantum
suficiente de fuerza social, o de capital, de modo que estos tengan la posibilidad de entrar en luchas por el monopolio del poder.
(Bourdieu: 1989b: 28-29).
26

representaciones durables impone todos los principios de enclasamiento fundamentales, según el sexo,
la edad, la competencia (Bourdieu, 1996: 23). Una forma de enclasamiento es determinar quiénes son
pobres, por qué y cómo se los detecta y contabiliza. Esta acción formadora de representaciones
durables implica que las percepciones de los sujetos son mediadas por los actos de nombramiento y
enclasamiento de los "expertos".
Estos "agentes especializados", se convierten en los expertos “modernos” encargados de la
producción de “problemas sociales”40 y de la formalización de categorías de población válida o
inválida para ser sujetos legítimos de las intervenciones estatales. Por ejemplo, a través de la definición
de "características" particulares y de la creación de conceptos y de taxonomías que establecen las
diferencias entre la "indigencia ficticia" y la "verdadera pobreza", los que implican cierta
especialización pero que requieren de un "discurso autorizado" o legítimo, que naturalice, instituyendo,
esas diferencias.
El poder simbólico en los actos clasificatorios del Estado se produce, entre otros aspectos, por
los actos de nombramiento de los expertos41. La mayoría de estos actos son de consagración positiva42.
En el caso de las taxonomías para los excluidos lo son de consagración negativa porque su
nombramiento produce un efecto de exclusión, no de reconocimiento de cierta jerarquía, aunque los
haga válidos y potenciales beneficiarios. Son formas de enclasamiento decir quiénes son, por que son
como son. "Al anunciar con autoridad lo que un ser, cosa o persona, es en verdad (veredicto) en su
definición legítima, es decir, lo que está autorizado a ser, lo que tiene derecho a ser, el ser social que
tiene derecho de reivindicar, de profesar, de ejercer (en oposición al ejercicio legal), el Estado ejerce un
verdadero poder creador, casi divino..." (Bourdieu, 1996: 21).
La naturalización de las categorías sociales, formaliza la diferencia legitimándola a través de
instancias sociales de nombramiento, como por ejemplo: los certificados de pobreza o la producción
científica de categorías de pobres: marginales, informales, masa marginal, pobres estructurales, nuevos
pobres, empobrecidos, pobres por ingresos. Además de los expertos, se encuentran los grupos de
personas que han sido “nombradas”, que luchan por mejorar las condiciones de vida y de trabajo, por
adquirir identidad, por no ser excluidos, por huir de la violencia y de la estigmatización que generan las
clasificaciones de los expertos.
(…)
En América Latina las características que adquirieron las políticas sociales fue particular.
Primero por la escasa mercantilización de las relaciones sociales que se tradujo, entre otros aspectos, en

40"El ascendiente del Estado se hace sentir particularmente en el dominio de la producción simbólica: las administraciones públicas y sus
representantes son grandes productores de "problemas sociales" que la ciencia social no hace a menudo sino ratificar al retomarlos por su
cuenta como problemas sociológicos (bastaría, para hacer la prueba, con determinar la proporción, sin duda variable según el país y los
momentos, de investigaciones que se plantean sobre problemas del Estado, pobreza, inmigración, fracaso escolar, etc. más o menos
aderezadas científicamente" (Bourdieu, 1996: 7).
41 "El nombramiento es un acto, en definitiva muy misterioso que obedece a una lógica próxima a la de la magia tal como la describe
Marcel Mauss. Como el brujo moviliza todo el capital de creencias acumulado por el funcionamiento del universo mágico, el presidente
de la república que firma un decreto de nombramiento, o el médico que firma un certificado (de enfermedad, de invalidez, etc.) moviliza
un capital simbólico acumulado en y por toda la red de relaciones de reconocimiento que son constitutivas del universo burocrático"
(Bourdieu, 1996: 20- 21).
42 El nombramiento sería de acuerdo a su grado de institucionalización, un acto de consagración. Distintos actos instituyen por la magia
del nombramiento oficial: actos destinados a producir un efecto de derecho: actos del estado civil (nacimientos, casamientos), etc.; actos
de venta (agentes titulados) juez, notario, escribano; las identidades sociales socialmente garantizadas (la del ciudadano, del elector, del
contribuyente); las de las uniones de los grupos legítimos (familias, asociaciones, sindicatos, gremios) (Bourdieu, 1996: 21).
27

una asalarización parcial y, en segundo término, por las relaciones de semiservilismo étnico que aún se
mantienen bajo diversas formas. El primer aspecto llevó a la convivencia, articulación y
funcionalización de relaciones de producción semiasalarizadas de subsistencia de pequeños productores
con relaciones capitalistas, él que alcanzó diversa intensidad dependiendo de los países. En muchos
casos, estos vínculos facilitaron la provisión de reservorio de mano de obra para la hacienda, el ingenio
o la mina, o sirvieron como recursos para la reproducción de los semi-asalariados. En los setenta el
debate principal sobre las particularidades de las formaciones sociales periféricas, se refería a los
modos diversos que asumieron, en América Latina, los procesos de desarrollo desigual, “satelizando en
grados variables a formas pre o protocapitalistas de producción” (Nun, 2001). No hay que pensar que
esta convivencia y funcionalización fue pacífica. Implicó, como dice Esteva (1996: 66-67), una historia
de violencia y destrucción que a menudo adoptó carácter genocida. En América Latina, la escasa
mercantilización de las relaciones sociales produjo una débil asalarización. Las relaciones asalariadas
se circunscribieron además, la mayoría de las veces, a la población blanca (Quijano, 2000),
permaneciendo un conjunto de relaciones serviles y semiserviles y formas variadas de paternalismo
sobre las poblaciones nativas. Estas se encontraban y todavía se encuentran, en muchos países, sin
poder hacer uso de la práctica del derecho a la libertad personal, lo que los coloca en una situación de
una ciudadanía subordinada o limitada. La permanencia de interdependencias paternalistas con las
poblaciones pobres de origen nativo, limitó la condición del asalariado libre sin sujeciones y la
ciudadanía política y puso freno a la extensión de los derechos sociales.
Cuando la protección social se comenzó a vincular con la condición de ciudadano o trabajador -
lo que tuvo lugar aproximadamente a partir de mediados del siglo XX- , momento de la conformación
de los regímenes de estado de bienestar43 en América Latina, en general estos tuvieron un desarrollo
muy débil. Con sarcasmo algunos autores hablan de los Estados de Malestar (Bustelo, 1995) y otros
señalan el escaso vínculo con la condición de ciudadano al referirse a un Estado sin ciudadanía (Fleury,
1997). En los países centrales, la mercantilización operó una importante sustitución parcial del sector
doméstico, un grado de asalarización significativo, derechos sociales con mayor impacto sobre la
desmercantilización de la reproducción de la vida, salarios relativamente suficientes y un escaso aporte
de las redes de solidaridad locales. En nuestros países, al haber sido la mercantilización menos
generalizada y en condiciones desventajosas para los trabajadores - salarios insuficientes, formas
precarias de contratación del trabajo y vínculos de tutela paternalista y racista - la reproducción de
importantes grupos de población ha reposado significativamente en vínculos de tutela, recursos
provenientes de las redes de solidaridad no mercantiles y trabajos en la economía informal. La
accesibilidad a los medios de subsistencia que garanticen la reproducción de la vida en América Latina,
también estuvo limitada desde los inicios de las relaciones capitalistas, por las condiciones de
superexplotación del trabajo y los métodos coactivos de expropiación de la tierra y el agua.
Cuando la protección social se comenzó a vincular, aunque sea débilmente con la condición de
ciudadano o trabajador, los sucesivos golpes militares, intervenciones de los intereses del capital
multinacional y las elites criollas y guerras fratricidas promovidas por el Imperio Americano, fueron
sistemáticamente debilitando o destruyendo las garantías y los derechos que las luchas sociales y los

43
La noción de régimen de “Estado de Bienestar” de Esping Anderson (1993) plantea la cuestión de la política social no sólo como un
tipo histórico, basado en la experiencia europea de principios y mitad del siglo XX, que él describe, sino como formas de vinculación
entre el mercado, el Estado y la familia, lo que produciría una manera especial de estratificación social y tipos particulares en su
concreción.
28

nacionalismos populares habían conseguido. Las transformaciones neoliberal operadas en los últimos
treinta años en América Latina vinieron a darle el último golpe de muerte.
Los aportes de los teóricos del desarrollo desigual en los 70’ demostraron que en los países
denominados de la periferia , las relaciones capitalistas no destruyeron radicalmente las formas de
producción anteriores sino que las funcionalizaron a su lógica; siendo la asalarización poco
generalizada en comparación con los países centrales (Amin, 1979:19-20). Este fue un tema muy
importante en la discusión marxista de las ciencias sociales de los 70’, en América Latina, y versó
sobre las características que asumían los procesos de acumulación originaria. Es decir, se preguntaban
hasta qué punto la destrucción de formas de producción anteriores, para liberar a los trabajadores libres
de la sujeción a la tierra o a los medios de producción, había terminado. Si bien este proceso de
convivencia, articulación y funcionalización de relaciones de producción semi-asalariadas de
subsistencia de pequeños productores con relaciones capitalistas, ha alcanzado diversa intensidad
dependiendo de los países, lo cierto es que en la mayoría de ellos44, estas relaciones sobrevivieron y se
acondicionaron a la lógica capitalista sin destruirse.
Estos procesos, si bien adquirieron características diversas, según países y regiones, explican la
relevancia que han tenido, en la reflexión de las ciencias sociales en América Latina, los estudios de
comunidad en la antropología urbana latinoamericana y la producción de una serie de categorías que
intentaban explicar la existencia de formas de vivir en el mundo, distintas a las clásicas asalariadas,
tanto en la ciudad como en el campo. Se explica, por ejemplo, la importancia de las discusiones sobre
la funcionalidad o disfuncionalidad de las economías de subsistencia , de las economías campesinas y, a
escala urbana, de la marginalidad, de las economías de pequeña escala o el sector informal más tarde.
También da cuenta de la relevancia del debate teórico sobre las diversas categorías explicativas que
surgieron en América Latina, asociadas a los vínculos primarios de base comunal o local para enfrentar
la pobreza, la migración, la segregación urbana y el desempleo, como las redes y las estrategias de
sobrevivencia. Pone en relieve el debate sobre la notoriedad política de estos grupos denominados de
diversas formas para diferenciarlos de los clásicos trabajadores asalariados integrados, tales como:
marginales, masa o polo marginal, informales, entre otros.
En América Latina hubo una débil desmercantilización. En los países centrales, la
mercantilización de la sociedad operó una importante sustitución parcial del sector doméstico, -
recursos provenientes la familia, la comunidad, la vecindad, el parentesco, etc.-, no sólo por el Estado
sino también por el mercado. Esto implicó un significativo proceso de socialización, de parte del
capital, en áreas que antes eran de subsistencia doméstica que disminuirían considerablemente el
tiempo de trabajo y la producción de bienes y servicios en este ámbito. Lo que antes era un dominio no
mercantil, pasó a ser mercantil.
En nuestros países, las formas de reproducción se asentaron entonces, en los aportes
redistribuidos por el Estado, salarios relativamente insuficientes y un mínimo aporte de las redes de
solidaridad locales. Por lo tanto, parte del riesgo social ha sido encarado por medio del fortalecimiento
de redes de solidaridad locales.

44 Los casos de Argentina, Chile y Uruguay quizás pueden ser la excepción. En estos la extensión del capitalismo fue más temprana y
para algunos autores (Cuevas, Agustín; 1981) esto se debió a que en estos países no existía, en algunas zonas, una alta densidad de
población nativa previa al inicio de las relaciones capitalistas.
29

DESARROLLO Y POBREZA
El Desarrollo es un discurso que surge a mediados del siglo XX. El discurso del desarrollo ha
sido estudiado por algunos autores como formas concretas de pensamiento y acción a través de las
cuales el Tercer Mundo es producido y el subdesarrollado inventando. En este discurso el mito fue la
modernidad y el crecimiento económico que, se suponía, debía expandirse sobre las poblaciones
construidas como subdesarrolladas, arcaicas y tradicionales. Esta iniciativa de pacificar y controlar la
alteridad se realizó introduciendo tecnologías, asalarizando e industrializando los países y regiones que
eran considerados cultural y socialmente sub-desarrollados. Para USA, había que superar etapas y
formas de vida valoradas como tradicionales y retrasadas para arribar a la modernidad y al desarrollo.
Arturo Escobar (1995, 1998), un antropólogo colombiano, para explicar el discurso del
desarrollo parte desde Foucault para plantear que el funcionamiento del discurso o de la práctica
discursiva establece reglas de juego y principios de autoridad y poder. Estos principios están basados
en aquello que los expertos identifican como problemas, a partir de la creación de anormalidades.
Principios que implican marcos de observación, modos de interrogación, registros particulares de
problemas, formas específicas de intervención. Desde este lugar y desde lo que denomina una
antropología de la modernidad, Escobar enfoca al desarrollismo como área discursiva fuertemente
vinculada a la “invención del Tercer Mundo”45. En América Latina y a partir de mediados del siglo
XX, el desarrollismo será el discurso predominante en la intervención social.
En el discurso del presidente John F. Kennedy, en marzo de 1961 al Congreso de su país,
llamado al financiamiento de la “Alianza para el Progreso” se puede ver cómo el subdesarrollo era
visualizado como un problema centrado en cuestiones materiales y de retraso tecnológico. Kennedy
decía: “a lo largo de Latinoamérica, millones de personas están luchando para liberarse de las ataduras
de la pobreza, del hambre y la ignorancia” (...) “desde el norte y el este ellos ven la abundancia que la
ciencia moderna puede traer. Ellos saben que las herramientas del progreso están en sus manos” (citado
por Sachs: 1999: 12-13). A finales de la década de los 60’, el Banco Mundial se convierte en la agencia
más importante que incorpora en su agenda no sólo inversiones en infraestructura (caminos, diques,
puentes) para promover el desarrollo, sino que comienza a hablar e impulsar políticas de “alivio” a la
pobreza (Finnemore, 1997). Juega un rol fundamental en esta nueva orientación, el presidente del
Banco Mundial McNamara. Asume en 1968, se había desempeñado como secretario de defensa de
Kennedy. Su posición con relación a una nueva ética y función del Banco Mundial se realiza bajo la
influencia de las críticas que se comienzan a realizar a las teorías económicas ortodoxas del desarrollo,
sobre todo de Gunnar Myrdal (1970).
Esta idea de desarrollo como campo de saber tiene diferentes componentes. Es un campo de
saber científico de la economía política desde sus inicios, es una cosmovisión del mundo e implica
prácticas e intervenciones de regulación de ciertas poblaciones. Por un lado, se trata de promover un
cambio económico y también es visto como un cambio con etapas pautadas, en el largo plazo, que
reproducirían la historia económica de los países auto-considerados desarrollados. En estas

45 “...Presto mucha atención al desarrollo del discurso a través de las prácticas. Quiero mostrar que este discurso resulta de concretas
prácticas de pensamiento y acción a través de las cuales el Tercer Mundo es producido. (...). Contextualizo la era del desarrollo en el
espacio de la modernidad particularmente en las prácticas económicas modernas. Desde esta perspectiva, el desarrollo puede ser visto
como un capítulo de lo que podría llamarse una antropología de la modernidad, que es una investigación general de la modernidad
occidental como un fenómeno cultural e histórico específico (Escobar, 1995: 11. Traducción nuestra).
30

concepciones, el desarrollo se produciría como consecuencia de la “difusión cultural”, la que llevaría a


un estadio mayor de la evolución de la modernidad, dentro de la “teoría de la modernización”.
Durante la época de la post-guerra, la teoría de la modernización se constituyó en un paradigma
que postulaba la irreversible convergencia de las distintas sociedades del mundo hacia el modelo de
sociedades occidentales, en particular la de Estados Unidos de Norteamérica y algunas sociedades
europeas. No se trataba de un simple enfoque analítico, sino también de un programa de transformación
económico, social, político y cultural de las sociedades. Se pretendía así generalizar y promover la
combinación de libre mercado, democracia representativa, tecnología, ciencia y los valores basados en
el individualismo en sociedades concebidas como tradicionales, retrasadas o retardadas. Se trataba de
un paradigma que abrevaba de varias tradiciones del pensamiento occidental tales como el
evolucionismo, el estructuralismo, el funcionalismo, el difusionismo y combinaba distintos saberes
disciplinares como de la economía, la ciencia política, la antropología, la sociología, entre otros. La
teoría del desarrollo se nutría de la teoría de la modernización46 siendo una concepción neo
evolucionista de las sociedades (también llamado Darwinismo social) y consideraba a los países que
no se adecuaban a sus patrones culturales, como formando parte de una etapa anterior de desarrollo
social (Hoselitz, 1960; Rostow, 1970). Se partía del supuesto, que nuestras sociedades eran “sub-
desarrolladas”. La cultura de los latinoamericanos y caribeños era considerada como un todo
homogéneo de características: “tradicionales”, “arcaicas”, “atrasadas” y poco proclives a
comportamientos denominados “modernos” Al mismo tiempo, la carencia de estos atributos constituían
la causa de su pobreza.
La pobreza comienza a ser vista por una visión de la teoría del desarrollo - entendida como
crecimiento económico y superioridad cultural de los países ricos- , de mediados del siglo XX, no ya
como fruto de causales genéticas raciales eugenésicas (ideas que habían entrado en descrédito luego
de la derrota del nazismo, una vez terminada la segunda guerra mundial), sino como producto de
factores de inferioridad cultural que se atribuían a los países pobres y a los pobres de esos países y,
sobre todo, a la resistencia al progreso y a la modernidad que se creía era una característica de la
cultura de los países dominados por los países ricos. La enormidad de culturas de ese mundo, el
tercero, pasó a homologarse, en un acto de magia como la cultura de los subdesarrollados, todos y cada
uno. El diálogo y debate con los supuestos de la teoría del desarrollo como difusión cultural es continuo
en las ciencias sociales.
Para Theutonio dos Santos (2002) la vasta literatura científica dedicada al análisis de los
vínculos entre países que habían sido colonizados por Europa se denominó con el título general de
“teoría del desarrollo”. “La característica principal de esta literatura era la de concebir el desarrollo
como una adopción de normas de conducta, actitudes y valores identificados con la racionalidad

46
De acuerdo a Knöbl (2001 citado por Dos Santos) la teoría de la modernización concebía, a) que la modernización era un proceso
global e irreversible que se inició con la Revolución Industrial a mediado del siglo XVIII en Europa y que alcanzo un consenso mundial
en distintas sociedades a finalizar la Segunda Guerra Mundial; b) la modernización era un proceso histórico que conduce a un cambio
gradual de sociedades tradicionales a modernas; c) las sociedades tradicionales y en los países del llamado tercer mundo prevalecían
pautas individuales, valores y roles estructurales que pueden ser caracterizado por concepto tales como "adscripción", "particularismo", y
"difusividad funcional" que constituyen barreras poderosas para el desarrollo económico y político; d) en las sociedades modernas de la
civilización Euro-Norte Americana, había un predominio de los valores seculares, individualistas y científicos que se corresponden con un
conjunto de roles; e) la modernización consistía, en mayor o menor medida, procesos dirigidos endógenamente en sociedades que debían
ser consideradas como totalidades homogéneas y debían ser analizadas con los instrumentos teóricos del estructural funcionalismo; f) el
cambio social hacia la modernización en diferentes sociedades ocurriría en un modo linear y uniforme.
31

económica moderna, caracterizada por la búsqueda de la productividad máxima, la generación de


ganancias y la creación de inversiones que llevasen a la acumulación permanente de las riquezas por
parte de los individuos y, en consecuencia, de cada sociedad nacional” (…) “En la década del 50, la
teoría del desarrollo alcanzó su punto más radical y, al mismo tiempo, más divulgado, en la obra de W.
W. Rostov. El definió todas las sociedades pre-capitalistas como tradicionales. Este barbarismo
histórico,” provocó la protesta de los historiadores serios47. “La característica principal de toda la
literatura…era, con todo, su visión del subdesarrollo como una ausencia de desarrollo. El “atraso” de
los países subdesarrollados se explicaba por los obstáculos existentes en los mismos a su pleno
desarrollo o modernización. No obstante, en los inicios de la década del 60, estas teorías pierden su
fuerza y su relevancia debido a la incapacidad del capitalismo para reproducir experiencias exitosas
de desarrollo en sus ex colonias que están, en su gran mayoría, en un proceso independentista desde la
terminación de la II Guerra Mundial. Incluso países que presentaban índices de crecimiento económico
bastante elevados (…) se veían limitados por la profundidad de su dependencia económica y política de
la economía internacional. Su crecimiento económico parecía destinado a acumular miserias,
analfabetismo y una distribución desastrosa de la renta. Era necesario buscar nuevos rumbos teóricos”.
El punto de partida de la teoría del desarrollo para el egipcio Samir Amin (1974) es el
concepto de "subdesarrollo" que no conduce a ninguna parte: se asimila el "subdesarrollo" a la
"pobreza" en general. Esta cuestión es muy interesante para nuestro objeto de estudio, si el
subdesarrollo se asimila a la pobreza en general esto significa que nos han empobrecido por solo
nombrarnos. En este caso cobra significado la idea de Rahnema de la pobreza “moderna”. Para Amin
(1974) todavía en la génesis del desarrollo como discurso no hay teorías científicas que lo sustenten.
Para él estas ideas “describen ampliamente con una increíble vulgaridad distintas manifestaciones de
la pobreza (índices parciales, salud, analfabetismo, nutrición, mortalidad, etc. o un índice sintético:
ingreso medio per cápita) y “se cubre con estas banalidades la vacuidad” del análisis. Lo más grave es
que esta definición conduce inmediatamente a un error esencial: se asimila los países
"subdesarrollados" a los países "desarrollados" en un estadio anterior de su desarrollo. Es decir que se
"hace abstracción" de lo esencial: que los países "subdesarrollados" forman parte de un sistema
mundial, que tienen una historia, la de - su integración a ese sistema, que ha forjado su estructura
particular, que no tiene ya nada que ver con las de épocas anteriores a su integración al mundo
moderno”.
Otro lugar de interpelación al desarrollo como crecimiento económico ilimitado y su relación
con la producción de pobreza es una corriente de pensamiento que proviene de un nuevo campo de
conocimiento. Ésta realiza una crítica a la creencia y la práctica de que el desarrollo del capitalismo usa
y considera a la naturaleza como un recurso más que debe servir a los intereses del capital. Este
enfoque es de carácter interdisciplinario y cruza tradiciones de las ciencias naturales y físicas con la
ecología social y una visión ambientalista de la sociedad. Esto último en un sentido muy amplio dado
que son muchos las ideas de ambiente (desde la de entorno no humano, entorno social, entorno
ambiental vinculado con la naturaleza circundante) y las de ése en relación con la naturaleza. Lo que
aquí nos interesa es señalar esta forma de pensar al desarrollo como productor de pobreza en la medida

47
Según Dos Santos (2002), era necesario para resaltar los varios estadios del desarrollo que se iniciaron con el famoso “take off”, el
“despegue” del desarrollo que había ocurrido en la Inglaterra de 1760, en los Estados Unidos de la posguerra civil, en la Alemania de
Bismark, en el Japón de la Restauración Meiji, etc. El problema del desarrollo pasó a ser así un modelo ideal de acciones económicas,
sociales y políticas ínter ligadas que sucedería en determinados países, siempre que se dieran las condiciones ideales para su “despegue”.
(….)
32

que al considerar éste, a la naturaleza como un recurso inagotable, no tiene en cuenta la sostenibilidad
y, al mismo tiempo que se expande la frontera agrícola o destruye la biodiversidad, rompe el equilibrio
relativo que tienen las comunidades de subsistencia o, inclusive, la producción mercantil o capitalista
de pequeños y medios propietarios de tierras de uso agrícola. En este sentido, esta mirada de la
producción de la pobreza afirma que el uso intensivo de la naturaleza como recurso produce pobreza y
destruye el medioambiente natural, y al mismo tiempo, construye alteridades, aquellos que deben ser
desanclados de su territorio o excavados o alienados de sus medios de subsistencia, para que esta lógica
se expanda. Esta visión crítica del desarrollo y la manera que produce pobreza se acerca a la idea de
Rahnema de que esta intromisión sobre las sociedades vernáculas rompería los “artes de vivir”,
entendido como una capacidad de servirse de las cosas y de vivir con otros para satisfacer necesidades
propias y comunitarias.
Para Vandama Shiva (1996) la naturaleza, cuya verdadera naturaleza es surgir nuevamente,
rebrotar, “fue transformada por esta concepción del mundo originalmente occidental en materia muerta
y manejable. Su capacidad para renovarse y crecer ha sido negada. Se ha convertido en dependiente de
los seres humanos. El desarrollo de los seres humanos era así esencial para el desarrollo de la
naturaleza. Esto era particularmente verdadero para la naturaleza y las colonias. Antes del
industrialismo y del colonialismo, la naturaleza y la sociedad habían evolucionado. La política colonial,
que garantizaba los flujos de capital y de materia prima al imperio, buscaba 'desarrollar' los recursos
naturales de manera planificada, para facilitar la generación de ingresos y el crecimiento del capital”, lo
que creo un nuevo dualismo entre la naturaleza y los seres humanos. “Ya que la naturaleza requería ser
'desarrollada' por los seres humanos, la gente debía ser también desarrollada de sus estados primitivos,
atrasados, de arraigamiento en la naturaleza. La transformación de la naturaleza en recursos naturales
requería ir de la mano con la transformación de seres humanos culturalmente diversos en "recursos
humanos calificados". Como declara el informe de las Naciones Unidas sobre la Ciencia y la
Tecnología para el Desarrollo: "El desarrollo de los recursos humanos debe ir de la mano con el de los
recursos naturales". La misión civilizadora del hombre blanco era así una parte esencial del desarrollo
de los recursos naturales para ponerlos a disposición de la explotación comercial. La relación de los
seres humanos con la naturaleza fue transformada, de una relación basada en la responsabilidad, en el
respeto y en la reciprocidad a una basada en la explotación desenfrenada”
Según Shiva la explotación de la naturaleza en las colonias tendría dos fases, en la primera fase,
cuando la riqueza de la naturaleza era considerada abundante y libremente disponible, los 'recursos'
eran explotados con rapacidad. En la segunda, una vez que la explotación había generado degradación
y escasez, el 'manejo' de los 'recursos naturales' se hizo importante para mantener una provisión
continuada de materia prima para el comercio y la industria. De esta manera, la tierra se convirtió en un
recurso, luego los bosques y el agua, y ahora con la marcha hacia adelante de la tecnología, es el turno
de las semillas que serán convertidas en lo que hoy se denominan 'recursos genéticos'”. La
incorporación de tecnología en la agricultura para mejorar el “bien estar” de los campesinos fue
llamada revolución verde48 pero ésta tuvo efectos negativos. Este proceso de cambio tecnológico se

48
En círculos internacionales se bautizó con el nombre de Revolución Verde al importante incremento de la producción agrícola que se
dio en algunos países como México partir de 1943, como consecuencia del empleo de técnicas de producción modernas, concretadas en la
selección genética y la explotación intensiva permitida por el regadío basada en la utilización masiva de fertilizantes, pesticidas y
herbicidas. Los resultados en cuanto a aumento de la productividad fueron importantes. Pero entre los aspectos negativos se señalan:
problemas de almacenaje, excesivo costo de semillas generalmente monopólicos, dependencia tecnológica, mejor adaptación de los
cultivos tradicionales eliminados o la aparición de nuevas plagas.
33

vínculo con la pobreza puesto que se creía que a partir de esta introducción mejorarían las perspectivas
con respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición de los países llamados “subdesarrollados” y
sobre todo en las zonas rurales. En América Latina esta línea de pensamiento se acerca a la tradición de
Ivan Ilich (1973) 49 y su crítica a los procesos de introducción de tecnología, entre otros en su libro
“Herramientas para la convivencialidad” en el que cuestiona el uso ilimitado de tecnologías "duras" y
centralizadas, que propugna el "desarrollo económico" de alto consumo energético; y busca
dimensionar en cambio las tecnologías apropiadas bajo el control de las personas.
He estudiado el nacimiento del discurso del Desarrollo Humano el que surge a finales de los
90’, aunque ya había tenido una serie de construcciones teóricas antes, a partir de la presidencia de Mc
Namara en el BM. Ahora la pobreza será la dolorosa y sarcástica constatación de que las recetas
neoliberales triunfantes no son para nada humanas. Para darle un “rostro” humano habrá que
desarrollar formas de gobernar para asegurar, al menos, ciertos mínimos biológicos a la producción
meteórica de pobres, promovida por el concierto de organismos internacionales que regulan la pobreza
en un mundo globalizado de libre mercado. Por ello, la pobreza debe ser mapeada, espulgada,
sistematizada, intención a la que se asocia la construcción de un saber sobre lo “social” y formas
particulares de intervención que llamo focopolítica por oposición a la biopolítica que Foucault había
desarrollado para el caso europeo en el marco de la gubernamentalidad neolibera. Postulamos que el
discurso del Desarrollo Humano y el Desarrollo Social (nominación de su materialización a nivel
institucional) promueven paradojalmente, políticas de acceso a apenas ciertos mínimos biológicos no
tan humanos, junto al fortalecimiento de “capacidades” para convertir lo que la economía política de la
pobreza denomina “activos” (recursos escasos de los pobres) en “satis-factores” de esas necesidades50.
Esto junto a otros mecanismos de exclusión, produce un mundo cada vez más dual y excluyente entre
una “economía social” o “mundo de pobres” donde priman relaciones no mercantiles, la promoción de
la autogestión de la propia pobreza y la producción informal; junto a otro, donde predomina la lógica
del mercado, la “economía política”, el lucro y la competencia.
Al mismo tiempo que aumenta el hambre en el mundo y las AMD producen constantes
declaraciones sobre los derechos a no tener hambre y se dice que no hay recursos para paliarlo, la
banca de los países más ricos del mundo y el tesoro de USA y de la Unión Europea han inyectado por
el denominado paquete de rescate entre el 2009 y 2010, 17 trillones de dólares, es decir 17 millones
de millones, lo que equivaldría a 600 años de un mundo sin hambre ( si se divide esa suma por los 30
mil millones de dólares que la FAO estima para superar el hambre en el mundo) (Manfred Max Neef,
2010)
Creemos que el desarrollo humano no sólo es una nueva discursividad dentro de la del
desarrollo (ver Escobar, 1998) sino también una utopía fundamental de finales del siglo XX y de
comienzos del nuevo milenio. Al mismo tiempo que las AMD producen documentos, experticia,
categorías prácticas, tecnología de intervención, etc. los organismos dependientes de las Naciones
Unidas van llegando a acuerdos supranacionales, algunos de los cuales pueden considerarse como un
forma de re invención de lo social a través de actos fundacionales que recrean los mitos de igualdad y

49
Ilich, Ivan “Herramientas para la convivencialidad” Tools for Conviviality:
http://philosophy.la.psu.edu/illich/tools/index.html 1973 La convivencialidad; Barral Editores, S.A., Barcelona, 1973
50Para observar la importancia que tienen en el desarrollo de estos conceptos las AMD y sobre todo el
Premio Nobel de Economía Amartya Sen en el marco del discurso del DH ver Álvarez Leguizamón (2005).
34

de la “modernidad democrática”. Estas declaraciones como la “Universal de los Derechos Humanos”,


aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1948, al estar emitidas por un organismo
multinacional y planetario, cuya función es pacificar y neutralizar los conflictos sociales, re inventa las
maneras de suturar las contradicciones entre la retórica de la igualdad jurídica y la desigualdad social
creciente con pretensión universal. A partir de las llamadas Estrategias de Alivio a la Pobreza de estos
organismos y luego con la invención del DH estas declaraciones y acuerdos ponen el énfasis en
“asistir” a ciertos países para aumentar su estándar de vida y erradicar la pobreza o hacerla la “guerra”,
pero por otro, develan una lógica utilitaria propia de la gubernamentalidad neoliberal que se constituye
en una nueva tecnología: la bio-focopolitica basada en el ahorro de energía del Estado caracterizada por
el marcaje de poblaciones de riesgo en este caso los pobres. No tiene como objeto de intervención y
gobierno la vida en su sentido amplio o la vida útil de los trabajadores como lo señalaba Foucault para
la biopolítica, sino el no trabajo y la pobreza. En este sentido ha dejado de ser una tecnología
disciplinaria y biopolítica del trabajo y ha pasado a ser una tecnología (disciplinaria y no disciplinaria)
de las poblaciones de “riesgo”, con una relación precaria o nula con el trabajo. (Alvarez Leguizamón,
Sonia, 2009 en http://es.scribd.com/doc/49029917/Pobreza-y-Desarrollo-en-America-Latina)

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1

ANTROPOLOGÍA Y PROBLEMÁTICA REGIONAL 2013


MODULO V. POBREZA Y POLÍTICAS SOCIALES, UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA

Estudio de Caso

PERCEPCIONES SOBRE POBRES Y POBREZA en Salta

Texto extraído del trabajo de:


María Angela Aguilar, María Eugenia Sbrocco, Estela Vázquez, Sonia Alvarez Leguizamón, Mónica Sacchi, Mónica Moons, Juan Carlos
Cid (2002), “Miradas y visiones sobre la Pobreza”. 2do Premio del Concurso Nacional, Programa la “Deuda Social”, Universidad Católica
Argentina. Aguilar, http://es.scribd.com/doc/141224650/Miradas-y-visiones-sobre-la-Pobreza-Aguilar-Sbrocco-Alvarez-Leguizamon-Sacchi-
Vazquez-Cid-Moons

CAPITULO III: PERCEPCIONES SOBRE POBRES Y POBREZA1


Las definiciones técnicas objetivan problemas como también hacen posible la medición y la
determinación de tipos y grados de pobreza. Tienen una gran utilidad como herramientas para diagnosticar, para
la comparación y para la implementación de políticas tendientes a disminuir las marcadas desigualdades
sociales existentes. Sin embargo nada dicen de la perspectiva de los propios involucrados, de sus apreciaciones
y experiencias.

Para poder abordar la pobreza desde su complejidad, este capítulo presenta la percepción de los sujetos
sobre su propia condición que, como veremos, no es equivalente a las carencias materiales. La percepción sobre
su pobreza como de la pobreza no es uniforme ni homogénea; la información brindada por los propios sujetos
nos ha permitido acceder a un mundo social que reconoce sus propios sistemas de categorización. Hemos
podido conocer, también, en que medida el discurso técnico sobre la pobreza contribuye en la fijación de las
propias identidades u, otras veces, en el uso estratégico de los indicadores de pobreza como también en la
reproducción del estigma social sobre la pobreza.

El análisis reconoce la distinción de dos grupos diferenciados los nuevos pobres y los pobres
estructurales. Pero dentro de estas categorías fue posible detectar una heterogeneidad interna que habla de
distintos niveles de vulnerabilidad percibida por los propios sujetos. A su vez se destaca, en este capítulo y los
siguientes, la perspectiva de dos grupos específicos como el de las mujeres jefas de hogar y el de jóvenes. Por
último, se incluye las percepciones sobre el acceso a servicios públicos, teóricamente universales, como un
modo de introducir cuestiones referida a construcción diferenciada de la ciudadanía en estos sectores.

Las técnicas empleadas han sido las de grupos motivacionales, talleres y entrevistas que complementado
con las encuestas, han permitido acceder a una realidad compleja, valiosa y relevante para la comprensión de
este problemática tan actual. Pensamos que este tipo de abordaje contribuye a comprender el problema de la
pobreza de un modo más integral.

Mecanismos que explican el surgimiento y la reproducción de la pobreza

El empleo de los abordajes cualitativos ha permitido ahondar en la identificación de ciertas diferencias


al interior de los dos tipos de pobreza analizados. En especial, el análisis permitió comprender como se llega a

1
María Angela Aguilar, María Eugenia Sbrocco, Estela Vázquez, Sonia Alvarez Leguizamón, Mónica Sacchi, Mónica Moons, Juan Carlos
Cid, “Miradas y visiones sobre la Pobreza”. 2do Premio del Concurso Nacional, Programa la “Deuda Social”, Universidad Católica Argentina.
Aguilar et.al.2002, http://es.scribd.com/doc/141224650/Miradas-y-visiones-sobre-la-Pobreza-Aguilar-Sbrocco-Alvarez-Leguizamon-Sacchi-
Vazquez-Cid-Moons
2

esta situación, como se inicia el proceso de empobrecimiento y cuales son los mecanismos que hacen posible la
reproducción de la pobreza.

Entre los llamados pobres estructurales no hay referencias a mecanismos que expliquen el como y
cuando se inicia esta condición. En alguna medida es consistente con la percepción de que su pobreza nació con
ellos, forma parte de sus existencias, por ello sus esfuerzos están concentrados en cómo hacer frente día a día a
los problemas ocasionados por la misma. Pueden identificarse momentos en que “se está mejor” o “ se está
peor” pero la pobreza no se instala en un tiempo determinado ni se buscan muchas explicaciones de su por qué,
más bien surge con frecuencia una cierta aceptación de la condición de tal.

Las situaciones que favorecen la reproducción de la pobreza se vinculan a dos tipos de factores: por un
lado factores internos asociados a historias personales - haberse separado del marido o haber conseguido un
terreno propio para vivir2 - y a características individuales en cierta medida culpabilizadoras como el
conformismo o la vagancia3. Estos se combinan con factores estructurales externos relacionados con el
deterioro de la situación económica o la discriminación de la que son objeto. Entre los participantes de los
talleres las explicaciones fueron principalmente de este tipo, pasando a ocupar un lugar secundario aquellas
basadas en cuestiones individuales o familiares.

Los empobrecidos identifican con claridad un “antes mejor” y un “ahora peor”, las excepciones se
relacionan con historias personales o, en el caso de las mujeres, con la etapa del ciclo de vida4. El proceso de
empobrecimiento - en la mayor parte de los casos brusco, en otros más paulatino - se lo asocia a factores
externos, colocados fuera y ajenos a su responsabilidad. Estos son principalmente la crisis económica, el cierre
de YPF y la reforma del estado provincial, aproximadamente a partir de 1992, que produjeron desempleo
masivo y reducción de los ingresos. La corrupción que parece masiva y el “acomodo” político - producto de
lazos clientelares que favorecen a los del propio entorno - refuerzan los efectos. Puede haber situaciones
personales que agraven este proceso, como la enfermedad de algún miembro de la familia, o que por el
contrario lo suavicen, pero estas no explican las causas del empobrecimiento.

Un comentario especial merece el grupo de los jóvenes empobrecidos para quienes los mecanismos que
explican el surgimiento y reproducción de la pobreza – colocado fuera y de neto corte económico estructural –
pueden resumirse en la percepción de un círculo vicioso que transita entre la falta de trabajo, la falta de dinero y
la falta de educación sin que pueda identificarse en cual de ellas se encuentra la punta del ovillo.

Auto identificación. Percepciones sobre pobres y pobreza

La percepción sobre quiénes son pobres estuvo permeada, en la mayoría de los grupos, por cierta
ambivalencia que entraba en juego cuando se giraba alrededor del tema de la auto identificación. Ello tiene que
ver con la coexistencia de varias dimensiones que se entrecruzan y median la propia percepción sobre sí
mismos y sobre los otros. Estas pueden identificarse como sigue:

- un imaginario social en el cual la pobreza es un estigma y el pobre, por ende, está estigmatizado,
- otro imaginario, de fuerte raigambre religiosa, donde el concepto se reserva para los pobres de espíritu
y, por lo tanto, también es necesario distanciarse,
- la introducción en el discurso cotidiano de un lenguaje técnico, principalmente a través de los
programas sociales, que define a la pobres a partir de la medición de determinados indicadores, principalmente
NBI e ingresos,
- las propias experiencias vitales de privación, de empobrecimiento, de sacrificio,

2 Más frecuente entre las mujeres jefas de hogar.


3 Particularmente referidos en el grupo de jóvenes pobres.
4 Una mujer jefa con los hijos ya casados y que pudieron independizarse económicamente.
3

- la mirada sobre sí mismos y su posición en términos relativos a un contexto más amplio, donde
siempre es posible encontrar alguien peor posicionado.

El identificarse con los pobres o el sentirse pobre, en parte depende del peso asignado a cada una de
estas mediaciones.

La pobreza como estigma y el imaginario religioso

La pobreza asociada a un estigma social tuvo directa o indirectamente, de forma explícita o no un peso
significativo. Cuando ésta era la imagen dominante y los participantes hablaban desde ese imaginario,
colocaban en los pobres la escoria social, la pobreza asociada a faltas, a carencias, a aspectos socialmente
condenados. En general, son los pobres estructurales, los que, al sentir colocada en ellos esta pobreza que
condena, hacen más esfuerzos por diferenciarse:

“Somos pobres, pero limpios”


“Somos pobres, pero honrados”
“Somos pobres pero no mendigos”
“Somos pobres con dignidad”.

En el grupo de Guachipas, donde resultó claro desde el comienzo que ellos son pobres, la aclaración
también apareció:

“En Guachipas no hay miseria, no hay mendigos.”

Son pobres y se reconocen como tales pero no es equivalente a ser miserables. Este separarse de la
miseria aparece como una forma de demarcación. La pobreza es una cosa y la miseria es otra. La primera puede
ser digna, la segunda en cambio es indigna. Además la asocian a desorden social, a situaciones anómicas que
desestructuran la vida cotidiana de la comunidad.

Es en estos casos cuando claramente los pobres son los otros, o se reconocen pobres, pero cuando se
aclara debidamente de qué pobreza se habla. La pobreza como estigma, colocada en general desde fuera y desde
arriba, afecta la construcción de las identidades sociales, disocia y desvaloriza la imagen de sí. De allí que
puedan desarrollarse cierto tipo de estrategias de diferenciación y de revalorización a través de producir una
resignificación de la idea de pobreza, se la acepta sólo si se la reconoce resignificada o, por otro lado, se realiza
un desplazamiento de la posición. Si se reconoce a la pobreza como vinculada a características negativas que
estigmatizan al que la sufre, entonces es necesario diferenciarse rechazando la condición de pobre y
reconociéndose, en cambio, humilde. La humildad se presenta como un concepto más unívoco asociado a la
virtud, a un valor positivo. En este sentido también es una estrategia de revalorización de la propia condición.

Por otro lado, se puede poner de manifiesto la propia jerarquización/estratificación al interior de un


mismo barrio, como resultó visible en algunos talleres, entre los habitantes más antiguos, que tienen su terreno
en propiedad y de a poco fueron mejorando sus condiciones habitacionales y los nuevos ocupantes de terrenos
aledaños en los denominados asentamientos, que no son propietarios del terreno y sus viviendas son mucho más
precarias. En estos casos son los primeros los que colocaron en los segundos la pobreza como estigma. Se
escucharon comentarios como:

“Entre ellos están los patoteros”,


“...desde que ellos llegaron aumentó la “delincuencia” en el barrio”
4

Las estrategias de diferenciación se orientan a revertir la desvalorización de la que son objeto negando la
condición de pobreza en tanto estigma o colocándola en otros más o menos próximos.

Es también entre los más pobres donde el imaginario religioso interviene en el discurso vinculado a la
pobreza, en dos direcciones5. En tanto estigma es posible diferenciar los buenos y los malos pobres a través de
identificar a la pobreza que merece ser condenada con la pobreza interior, aquella de los espíritus mezquinos,
separándola de la pobreza material que es la que a ellos afecta. Por otro lado, en algunos casos la religión se
presenta como un recurso que permite aceptar la situación actual postergando el bienestar para un futuro de
salvación divina.

Con relación al primer aspecto, es oportuno hacer una referencia al contenido ambivalente del discurso
relativo a la pobreza que ha sostenido la Iglesia, en tanto institución, dando lugar a la distinción entre los pobres
dignos de asistencia y caridad de aquellos que no lo eran (Castel, 1997) como así también, entre los ricos
dignos de salvación de aquellos que no lo eran. Hay un par de citas bíblicas que han sido objeto de lecturas
contrapuestas. Una de ellas dice: “es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el
reino de los cielos”. Y una de las bienaventuranzas reza: “bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos
será el reino de los cielos”. Las principales lecturas fueron realizadas por aquellos que disponían de riquezas
materiales, de allí que la interpretación dominante combinada de ambas citas es que la riqueza que se condena
no es la material, lo importante es la pobreza de espíritu que se manifiesta en la caridad y entrega voluntaria. Se
valoriza la pobreza como opción pero sobre todo en el plano espiritual6.

Castel también señala la ambivalencia de la repressención cristiana con respeto a la pobreza en la Edad
Media, una cita de San Francisco de Sales apoya las interpretaciones en términos desculpabilizadores de los que
poseen riqueza material: “Ser rico en efecto y pobre por los afectos es la gran dicha del cristiano, que por este
medio tiene las comodidades de la riqueza para este mundo, y el mérito de la pobreza para el otro” (Castel,
1997, pag. 47).
En la interpretación de los pobres estructurales, cuando el tema estuvo presente, la pobreza de espíritu no
se asocia a la virtud, por el contrario el sentido atribuido parece exactamente el opuesto. Es la grandeza de
espíritu la que se valora, la que se conjuga con la humildad. La pobreza preocupante es la de espíritu, entendida
en tanto pobreza interior:

“Nosotros no somos pobres, somos humildes”


“A veces hay pobrezas más lamentables, no?, pobreza de espíritu, de mezquindades...”
Si aceptamos con Castel que el imaginario social vinculado a la Iglesia que llevó a distinguir entre
pobres buenos y pobres malos, entre los que deben ser asistidos y los que no, aún mantiene cierta actualidad, el
esfuerzo realizado es para separarse de la imagen dominante de mal pobre. Se acepta la pobreza si se reconoce
que también hay pobres buenos.

La Iglesia ha producido un doble mensaje con relación a este tema y según a quien esté destinado, el
discurso varía. Si a los ricos, lo importante no es desprenderse de bienes materiales, la pobreza de espíritu es la
que habilita la entrada al reino de los cielos; si a los pobres, hay pobrezas peores que las materiales, los que no
creen en Dios, los miserables, los que no son humildes, por ende los pobres de espíritu.

En la segunda dirección señalada la religión se presentó – en algunos casos – como estrategia de salida o
tabla de salvación a largo plazo, en la otra vida. Esta estrategia tiene como telón de fondo la interpretación
literal de la primera cita bíblica, no importa la pobreza en esta vida pues se tendrá la riqueza en la otra. La

5
Sobre este punto el trabajo realizado nos ofrece algunos indicios en dirección a la interpretación que se realiza pero no
permite profundizar.
6 Conviene aclarar que dentro de la misma Iglesia hay diferentes lecturas de estos textos. Ciertos sectores más progresistas
valorizan también el desprendimiento material.
5

pobreza entonces se desvincula de la carencia de bienestar en este mundo y se la articula con la falta de
religiosidad. Así lo entiende Hilario:

“Pobre es el que no es religioso...”


“pobreza yo entiendo que es...para nosotros que practicamos la actividad religiosa...pobre es aquel que
ha perdido la fe en Dios...ahora hay gente...para el gobierno...es...NBI y después está línea de pobreza... la gente
que está por debajo de esa línea es pobre... eso por el curso que yo recibí la semana pasada...”.
En algunos casos, en la religión católica pero de forma más visible entre los evangélicos, la inserción en
grupos que desarrollan actividades religiosas funciona como contención frente a los riesgos de caer en la
pobreza miserable: “Los que practican la religión no están descarriados”, ayuda a mantenerse dentro de límites
fijados. En este sentido también puede interpretársela como estrategia identitaria y de demarcación de esa
pobreza que estigmatiza porque la religión da dignidad, es garantía de orden y de salvación.

En el caso de los nuevos pobres el imaginario religioso no permeó los discursos, y, en general realizaron
un proceso inverso en cuanto al imaginario social. Antes, cuando la pobreza estaba colocada en otros
diferentes, cuando les era ajena, la pobreza estigma no sólo no los afectaba sino que incluso con frecuencia ellos
mismos la asociaban a escoria o carencia. Ellos podían encontrarse entre los que estigmatizaban. Ahora que sus
experiencias los aproximan, que la pobreza ya no les resulta totalmente ajena, que los desocupados están entre
ellos o pueden ser ellos y no sólo los vagos o los que no quieren trabajar, se vuelve necesario establecer
diferencias y revisar posturas. Empobrecimiento y desocupación pueden llegar, incluso, a convertirse en
estandarte de lucha, como fue el caso de los cortes de ruta en Tartagal.

En el grupo de hombres activos de Tartagal se observó algo similar en relación al sentimiento de


vergüenza experimentado por no poder trabajar, o por tener que realizar tareas anteriormente consideradas
como denigrantes. Hay un juego discursivo permanente entre lo que es vergonzoso y lo que no lo es y que surge
a partir de lo que era considerado vergonzoso individual y socialmente, como por ejemplo, barrer las calles,
hacer changas o recurrir al trueque y que ahora se ven obligados a realizar debido al “bajón”. En el transcurso
de la reunión necesitaron revertir el circuito de la vergüenza, cambiarle el contenido y además descubrieron que
fue bueno verbalizar, tanto para sí mismos como para los otros, lo que habitualmente ocultaban. En este proceso
la vergüenza se fue transformando en dignidad:

“no me avergüenzo de lo que hago”


“ningún trabajo es denigrante”
“todo trabajo es digno”.

Los empobrecidos no se identifican con los pobres de siempre, pero no porque coloquen en ellos la
pobreza estigmatizada, ya que hay una reconceptualización tanto del pobre como del desocupado, sino porque
en términos comparativos se reconocen, debido a sus trayectorias, como mejor posicionados en cuanto a
diversos “capitales”: educativo, social etc. y por lo tanto mejor provistos para enfrentar la nueva situación. El
reconocimiento entre ellos se produce cuando razonan, cuando intelectualizan sobre su situación actual. Si ser
pobre es “no cubrir las necesidades básicas”, o “el deterioro de nuestras condiciones de vida”, entonces somos
pobres.

De la pobreza como experiencia de vida a las definiciones técnicas

Cuando estos tipos de imaginarios son desplazados por las experiencias de vida, las intervenciones
cobran el carácter de relatos, con tonos marcadamente diferentes según que hablen los estructurales o los
nuevos pobres. En el caso de los primeros lo más frecuente es que comiencen a partir de sus propias vivencias
de una manera espontanea y naturalizada, con ejemplos de su cotidiano donde el sufrimiento se acepta con
resignación, más mimetizados con la pobreza.
6

“..ser pobre es...uno tiene que ver todos los días qué le va a faltar mañana, qué le va faltar pasado, cómo
va a hacer para comprarle algo para los chicos cuando le piden en la escuela, no alcanza, lo que uno gana, no
alcanza... ”

Luego van interviniendo las otras mediaciones entre las cuales también aparecen definiciones técnicas,
menos hechas carne y más tomadas de prestado, parcialmente apropiadas. Ello es frecuente en los casos de
participantes beneficiarios o gestores de programas sociales. La referencia a estas explicaciones técnicas parece
más bien un recurso usado para complacer a los organizadores de grupos y talleres, pensando que eso es lo que
quieren escuchar. El relato de Hilario (supra) es suficientemente gráfico.

Los jóvenes pobres estructurales plantearon la existencia de dos tipos de pobreza, en cierto sentido más
allá y más acá de las definiciones técnicas, más propias espontáneas y vividas. Distinguieron entre pobreza
económica - falta o escasez de dinero - y pobreza social - asociada a la discriminación racial y geográfico-
espacial7 -. Esta última es vista más claramente como un estigma socialmente colocado en ellos que como una
autoestigmatización.

Los nuevos pobres en general se inician muy seguros con una definición técnica: “no cubrir necesidades
básicas”, “tener ingresos insuficientes”, etc., después van complejizando en mayor o menor medida la cuestión
y, según el caso, incluyéndose o excluyéndose de la categoría de pobres. Sin embargo, cuando llegan al relato
de sus experiencias de caída o de empobrecimiento, este cobra un carácter marcadamente dramático y pesimista
con respecto a las posibilidades de reposicionamiento futuro. En el caso de los jóvenes nuevos pobres, el
escepticismo reemplaza al drama pero con igual o mayor grado de pesimismo.

La pobreza relativa

Una constante observada en el análisis - en encuestas, grupos focales y talleres - es que la pobreza
siempre se percibe en términos relativos a un contexto en el cual hay posicionamientos diferenciales. Cuando la
mirada es abierta, siempre se puede encontrar alguien que está peor. Todos pueden decir en algún momento
“pobres son los otros”. En este punto el autoposicionamiento en una escala de 0 a 10 en términos de pobres-
ricos - registrado en las encuestas - presenta concordancia con los otros relevamientos ya que sólo el 4 % de los
entrevistados se colocó en el punto 0 de la escala y la mayor parte (55%) se posicionó entre 3 y 5, nadie se ubica
en los valores 9 y 10 pero una cuarta parte se considera no pobre. O sea que la tendencia dominante es a
ubicarse en una zona intermedia próxima al límite entre ser y no ser pobre.

Ahora, en algunos, ese posicionamiento es producto de una autoidentificación ambivalente: por un lado
siempre hay alguien que está peor pero, a su vez, implica colocar la pobreza fuera: “pobres son los otros no
nosotros”. Esto se observa entre los pobres estructurales principalmente cuando están mediando las
representaciones estigmatizadas pero es muy frecuente entre los nuevos pobres.

En este sentido, en el grupo de mujeres y de jóvenes nuevos pobres pudo detectarse que para éstos se
trata de un posicionamiento complejo. Para las primeras, pobres son los otros, los de siempre, con relación a los
cuales se perciben muy diferentes en cuanto a recursos y capitales acumulados de diferente tipo: educación,
contactos, información y reconocimiento de derechos.

“El pobre está acostumbrado a que lo traten mal, siempre agachó la cabeza y siguió, peronosotras o,
teníamos obra social...”

7 En particular por el color de la piel y por el barrio donde viven.


7

Aceptan la pobreza propia en cuanto deterioro económico pero se sienten mejor posicionadas para
enfrentarla en términos relativos8, a pesar de que la caída impactó fuertemente en sus vidas personales y
familiares.

El contraste más marcado se observó entre los jóvenes nuevos pobres y los estructurales en cuanto al
diferente umbral de necesidades e ingresos aceptados como razonables. Entre estos últimos el umbral de
necesidades es muy bajo: tener un techo, alimentación y si se puede, vestimenta. Para los primeros es mucho
más elevado: incluye recreación, salud, vestimenta y también el cuidado del cuerpo para lo cual es imortante el
ejercicio físico, el deporte y la gimnasia. Conforme a ello, para los estructurales un ingreso de $ 300 no parece
despreciable. Para los nuevos pobres, en cambio, las discusiones sobre el umbral mínimo de ingresos aceptable
para considerarse de clase media giraban alrededor de $2000 a $ 3000.

Estos contrastes detectados en el trabajo con grupos motivacionales son mucho menos marcados en los
resultados de la encuesta. La mayor homogeneidad del universo de ésta última se refleja al comparar los tipos
de pobreza de la población con el autoposicionamiento en relación a la escala de pobreza - riqueza. Las
diferencias son menos nítidas que las presentadas en el ejemplo anterior de los jóvenes. Sin embargo hay un
desplazamiento de las opiniones entre los estructurales (por NBI y NBI más LP) y los empobrecidos (LP) que
indica la tendencia esperable: entre los primeros aumentan los que se consideran muy pobres y disminuyen los
que se consideran no pobres. Con los empobrecidos pasa lo contrario. A pesar de ello siempre hay quienes
estando mal posicionados desde lo que puede considerarse necesidades objetivas, no se consideran pobres y,
por el contrario, otros que las tienen cubiertas se consideran muy pobres.

(…)

Si en lugar de diferenciar tipos de pobreza según NBI y LP se lo hace en función de ingresos por adulto
equivalente (indigentes, pobres no indigentes y no pobres), lo más interesante de observar resulta la percepción
de los que se consideran no pobres. Por un lado un comportamiento esperado: a medida que aumentan los
ingresos aumenta la proporción de los que no se consideran pobres. A pesar de ello se trata de porcentajes
elevados si se tiene en cuenta la población con la cual se está trabajando9.

Si en lugar de analizar la percepción en la coyuntura se lo hace sobre la modificación de la situación del


hogar en perspectiva en los últimos años, los datos mantienen coherencia con lo esperado ya que entre los
empobrecidos (LP) el porcentaje de los que consideran que la misma ha empeorado es más elevado y es más
bajo el de los que creen que han mejorado, comparado con los pobres estructurales (NBI y NBI mas LP). Sin
embargo las diferencias no son muy marcadas si se parte del supuesto, por otra parte bastante estudiado, que los
empobrecidos son los que más se sienten afectados con el deterioro económico, en términos relativos a su
situación anterior10. Seguramente, si se pudieran agregar los Nuevos Pobres, el porcentaje de los que
consideran que empeoraron aumentaría significativamente.

Por último, lo más interesante que se rescata de la encuesta en cuanto a la relatividad de la percepción,
surge de las preguntas abiertas que indagan sobre los por qué de la opción a respuestas que establecen orden
jerárquico: bueno, regular o malo o ha mejorado, sigue igual, ha empeorado. De su análisis resulta evidente la
importancia que tienen el contexto y la trayectoria para interpretar las percepciones. Es desde allí de donde
parten, desde sus propios términos de referencia. Es por ello que en algunos ítems (alimentación, situación
laboral) hay que reinterpretar las categorías de respuesta en función de los por qué. Así resulta que lo bueno lo
es en términos relativos a sus propias posibilidades, a su propia historia o en términos comparativos a otros peor

8 La excepción fue el caso de una mujer que había perdido el trabajo, la respuesta fue tajante : “Yo soy pobre porque no tengo trabajo”.
9 Se consideran no pobres: el 13,9 % de los indigentes; el 26,8% de los pobres no indigentes y el 46% de los no pobres (ver cuadro en el
Anexo Estadístico).
10 Posiblemente debido a la mayor homogeneidad del universo de la encuesta ya comentado.
8

posicionados. Lo bueno entonces se parece mas a sobrevivir, a lograr resolver temporariamente el día a día. Con
respecto a las respuestas regular, en general las explicaciones tienen una carga negativa que más se parecen a
malo. El horizonte de bienestar conocido en general es muy limitado en términos de experiencia y de
información.

Si no se tiene en cuenta lo anterior difícilmente pueda entenderse que alguien considere buena su
situación laboral “porque no le falta lo esencial para comer” o que consideren que la alimentación es buena
“porque los chicos tienen lo necesario para vivir y los grandes pueden sobrevivir”. De allí que las respuestas a
este tipo de preguntas son escasamente valiosas si no se acompañan de las debidas aclaraciones.

Del relevamiento cualitativo puede identificarse quienes son los que están peor. Para los pobres
estructurales se encuentran en esta posición las familias con muchos hijos pequeños, las madres solteras, los que
no tienen trabajo, los que viven en asentamientos, los que tienen hijos discapacitados, los que tienen que
mendigar. Los nuevos pobres consideran que están en peor situación los desocupados, los que tienen menores
ingresos, los pobres de siempre y los que tienen hijos jóvenes que están estudiando11.

Es importante comentar que el relevamiento cualitativo tiene una relación estrecha con los resultados del
análisis a través de las técnicas de clustering, en el que los hogares más vulnerables son aquellos que presentan
las características manifestadas en los talleres y grupos focales.

Si la mirada se orienta hacia el interior del hogar hay un acuerdo casi generalizado -observado tanto
como resultado de la encuesta como de las restantes técnicas - que los más perjudicados por la situación de
carencia o necesidad son los niños, porque se considera que tienen más necesidades que atender ya sea porque
las de ellos son impostergables o porque la privación de los niños resulta insoportable para los adultos:
“uno es grande para aguantar, ellos no entienden”
“ellos no deberían sufrir hambre”
“no hay nada pero que el hambre de los hijos”
“ellos padecen la pena que uno tiene”
Los jóvenes es el otro grupo que produce preocupación. En este caso las necesidades más preocupantes
se relacionan con la dificultad de conseguir trabajo y con la educación. Son también visualizados como un
grupo especialmente vulnerable o de mayor riesgo frente a las drogas y al alcohol.

Las respuestas de la encuesta señalan a los adultos en tercer lugar. Sin embargo gran parte de las
explicaciones al por qué ellos están peor, se relacionan con la prioridad otorgada a los niños:

“preferimos proteger a los más chicos”


“nosotros podemos arreglarnos con mate”
El segundo tipo de argumentos usados para explicar por qué los adultos están peor, gira alrededor de la
problemática laboral, son los que sufren la desocupación o los que tienen que trabajar más horas para
compensar los bajos ingresos del hogar.

En los grupos motivacionales y en los talleres se ha detectado que, entre los adultos, son las mujeres
particularmente afectas por el deterioro de la situación económica dentro del hogar por el aumento de la
violencia - el marido descarga en ellas o los niños su impotencia y frustración- y por la sobrecarga al continuar
al frente de las tareas del hogar y la búsqueda de inserción en el mercado de trabajo. Por último también hay
referencias a los ancianos.

Pobreza de energías

11 Como podrá verse, esto esta relacionado con los indicadores seleccionados para la elaboración de los clusters que agrupan a los hogares
según niveles de vulnerabilidad.
9

Hay una última acepción, que se observó en algunos casos, es la identificación del pobre con el que
está vencido, o se dejó vencer, con el que perdió las fuerzas para continuar luchando o el que directamente no
tiene energías para hacerlo. Por ejemplo, una empobrecida dijo : “Mientras pueda luchar, no soy pobre”, que se
complementa con la distinción de una joven pobre: “Hay dos tipos de pobres: los que se conforman y los que
no”, en el sentido de que este último es menos pobre o seguramente dejará de serlo, el otro se eterniza en la
pobreza. Estas afirmaciones tienen que ver con la contrapartida: los hombres activos de Tartagal cuyo
sentimiento es de haber sido vencidos, a pesar de luchar y pelearle a “la pobreza”, esta partida está perdida. En
estos casos la identificación actual se proyecta sobre los posibles caminos de salida. Para las primeras este
camino está abierto, para los segundos, en cambio, se cerró.

En síntesis, se presentaron diferentes dimensiones para analizar las percepciones sobre pobres y
pobreza. Sin embargo, el lugar desde donde cada uno habla y la autoidentificación no responde a una única
mirada. Hay diferentes posicionamientos y en ellos, el tránsito de una a otra perspectiva no es claramente
definido ni percibido.

Como telón de fondo, hay una representación dominante, en términos del imaginario colectivo que
asocia la pobreza a falencias, carencias de cosas que no son necesariamente materiales: falta de honestidad, falta
de limpieza, escaso desarrollo del espíritu. Así, los pobres son los vagos, los sucios, los mendigos, los ladrones
o los pobres de espíritu. En este sentido, es un estigma social del que necesitan separarse para aceptarse como
tales. Si la pobreza es de cosas materiales y hay ganas de superarse, no hay pobreza o ésta puede aceptarse.

La otra dimensión fuertemente presente es la de pobreza relativa al contexto dentro del cual se
encuentran y de la propia trayectoria. Lo que confronta con las definiciones técnicas que en general se presentan
como objetivas y externas.
Sobre este tema hay una pregunta de fondo que parece atravesar todas las discusiones y los discursos
¿De qué pobreza estamos hablando?

Percepción de los servicios públicos con relación a la ciudadanía

En los casos estudiados, el papel que juegan los derechos y la ciudadanía en la utilización de los
servicios públicos diferencian los comportamientos de los empobrecidos y de los pobres estructurales. Los
primeros, con mayor práctica en hacer valer los derechos, llegan a los servicios públicos por una rápida caída,
con una opinión formada de los mismos. Atenderse en el hospital público o en la salita no es producto de una
elección personal, por el contrario, es consecuencia de no tener mejores alternativas. Si bien puede
generalizarse a los diferentes servicios, aquí se tratará el caso de salud, sector sobre el cual los ejemplos
resultaron más interesantes.

Una mujer jefa de hogar empobrecida, dice al respecto:

“Yo soy de imponerme. Muchas veces pasa eso, cuando ven el carácter de una persona, que vos empezás
a interrogar y a preguntar, muchas veces tiene que ver eso en la atención”

Otros relatos giran alrededor de este tema :

“Es así la cosa, incluso tenés que pelearte. Una vez salió la jefa y me dijo : estamos de paro, y a mí que
me importa. Si ven que yo me achico, te prepean, te basurean. Ellos ven como vas vestida, si contestás o no...”

“Se supone que si no podés acceder a una medicina paga sos un cacho de carne, con esas palabras se lo
dije, me salí del otro lado del mostrador y en medio del escándalo se levanta el médico de guardia y me dice :
10

“señora, que pasa”, entonces, le pregunto porqué yo de este lado soy señora y de allá soy un pedazo de carne,
“no, señora”, entonces...si a mí me toman la temperatura, ¿de quién es la temperatura ?, y entonces por qué yo
no la puedo saber, si a mí me toman la presión, ¿de quién es ?, es mía, y entonces ¿por qué ?, “suya señora”.

Dentro de esta percepción generalizada en los nuevos pobres de que solamente son mejor atendidos si
reclaman, preguntan o se quejan, es decir, si marcan la diferencia con el pobre estructural, tradicional
demandante de estos servicios, también hay lugar para distinguir a los prestadores.

“Depende de qué medico te toque porque, por ejemplo, si yo me pongo a comparar en la salita, el
odontólogo de la mañana es un desastre, un vago ; nunca he podido probarlo como profesional porque siempre
encontró una excusa para mandar los chicos de vuelta : que el nene es discapacitado, que no le entiende. En
cambio el de la tarde, aparte de ser excelente no le hace falta que vaya la mamá ni el hermano mayor”.

Para los nuevos pobres, el recurso de hacer valer los derechos les sirve para lograr atención, o bien,
mejor atención. En opinión de algunos de ellos, una parte de los problemas que se presentan a la hora de usar
los servicios públicos tiene que ver con que los pobres estructurales son mal tratados y conviven con ese
maltrato, no se quejan, no reclaman, mientras que ellos exigen los que les corresponde y logran que los atiendan
como quieren.

Cabe aclarar aquí que Salta comparte con otras provincias de la región, las características del modelo
denominado por Bustelo “caudillo-patrón” o se identifica por lo que O’Donnell llama zonas marrones,
caracterizadas por una ciudadanía de baja intensidad. Sin embargo, el mapa al interior de la provincia no es
uniforme. Es posible, por lo tanto, encontrar diferencias entre sectores sociales respecto de la actitud frente a la
ciudadanía. La conciencia de ser ciudadanos con derechos diferencia a los empobrecidos de los pobres
estructurales a la hora de evaluar la calidad de los servicios públicos y de utilizarlos.

A pesar de que a partir de este estudio no se avanza sobre los problemas vinculados a la construcción de
ciudadanía, hay indicios para suponer que entre los empobrecidos la modalidad de reclamo frente a lo que
consideran pésima atención de servicios públicos, no siempre se vincula a lo que podría considerarse derechos
violados o no respetados, en algunos casos12, lo que hacen es desarrollar estrategias de diferenciación social
para demostrar que el que reclama y el que atiende ocupan diferentes posiciones y es por ello que están
obligados a atenderlos como se merecen. En estos casos no sería infrecuente, si se entrevistara a personal de
servicio de los servicios públicos, encontrar frases, gestos o posturas intercambiables con el “¿Sabe Ud. con
quien está hablando?”, analizado por Roberto da Matta, cuya respuesta seguramente no será el : “Y a mí, ¿que
mierda me importa ?”, que O’Donnell identifica con ciertos sectores de clase media porteña.

En el caso de Salta en términos generales, pero entre los pobres estructurales y pobres de nuevo en
particular, puede plantearse que el camino recorrido hacia la constitución de una ciudadanía que traiga consigo
disminución de desigualdades sociales, es breve y precario.

12 Los empobrecidos de los sectores tradicionales vinculados al poder local, por ejemplo.
Optativos
TR AB AJO Y P RO D U CC I ♦N D E L A P O B RE Z A
EN ❡AT I N O AM ❛R I CA Y E L AR I B E ✐
E S T RU C T U R AS , D I S C U R S O S Y ACTO RE S

❙ ❆ ③ ✁
❬ ✂
ON IA LVARE Z E G U I Z AM N
C O M P I L AD O R A
✱O N I A ✲LVARE Z ✳E G U I Z AM ✴N

✵N T R O D U C C I ✶N

E N LOS PRIME ROS AÑOS del siglo XXI la produ cción de la pobreza
en Latin oa m érica y el Caribe y su r elación con el tra ba jo h a n sido la
p r ob lem á tica cen tr al d el sem in ar io qu e d io lu ga r a este lib r o. E ste
m om en to h istórico n o es casu al. E l au m en to de la pobreza y la exclu -
sión en el m u n do, y en Am ér ica La tin a en particu la r, ha cobr ad o u n a
dim en sión tal qu e se h a con vertido en el tem a de la agen da de gobier -
n os, orga n is m os su pr a n acion a les d e “des ar rollo” y d istin tos gr u p os
socia les preocu pa dos por la cr ecien te d egr a dación del b ien estar qu e
vien e gen eran do el desarrollo del capitalism o globalizado en la región .
Au sp iciosa m en te el Con sejo La tin oa m er ic a n o d e Cien cia s
S ocia les (CLACSO), el Pr ogr a m a d e I n ves tiga cion es Co m p ar a tiva s
sobre Pobreza (CROP) de la Asociación E u ropea de Cien cias Sociales,
y el Cen tro de E stu dios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CE DLA)
con sede en La Paz, Bolivia, con vocaron a u n en cu en tro qu e se realizó
en San ta Cr u z d e la Sierr a en m ayo de 2004 par a an alizar el vín cu lo
en tr e tr a b ajo y p r od u cc ión d e la po br e za en Am ér ica La t in a y el
Ca ribe (ALC), tr ata n do d e ten er en cu en ta ta n to los p r ocesos socio-
estru ctu rales com o los aspectos discu rsivos. E l objetivo del sem in ario
se h a logrado con creces, a ju zgar por la calidad de los trabajos qu e se

19
TR AB AJO Y P RO D U CCI ✷N D E L A P O B R EZ A E N ✸AT I N O AM ✹R I CA Y E L ✺AR I B E

p r esen tan en este libr o y de la s d is cu sion es s u r gid a s a la lu z d e los


com en taristas y los participan tes.
Com o sab em os, la po b r eza n o es u n fen óm e n o n u evo en
Am ér ica La tin a n i ta m p oco es n u eva la r efle xión d el p en sa m ien to
socia l sob r e ella. A difer en cia de E u r op a, la p r od u cción teór ica y la
pr eocu p a ción p or p r ocesos de exclu sión social h an sid o d e ca rá cter
persisten te y se caracterizan por u n largo período de desarrollo qu e se
in icia a m ed ia dos d el siglo XX, en la eta p a d e con solid ación de la s
repú blicas p ost-colon iales. Dich a preocu pa ción ven ía de la m a n o d e
dos pr ocesos. Un o de ellos r ela cion ad o con los efectos qu e tu vier on
los procesos de in du str ia lización , ta m bién den om in ados “su stitu tivos
d e im p or ta cion es”, d a d a la con d ic ión d ep en d ien te d e p r od u ctos
m a n u fact u ra d os p r oven ien tes de p aís es m á s in d u str ializa dos . E l
segu n do, vincu la do a los p rocesos de “m odern ización ”, d en om ina dos
así por el discu rso del desarrollo predom in an te en esa época. Se partía
del su pu esto de qu e n u estras sociedades eran “su bdesarrolladas”. E sto
a pesar d e qu e esta ban com pu estas por la m ezcla riqu ísim a de varia-
dísim as cu ltu ras y gru pos étnicos n ativos con etnias eu ropeas, africa-
n as, y en m en or m edida árabes, ch in as y japon esas.
Las etn ias n a tivas fu eron som etida s a diversas form as de sem i-
servidu m bre previo a la con stitu ción de las repú b lica s, y estas, m eta-
m orfosea d a s en d iversa s m odalid a des, perd u rar on y p er du r an toda -
vía en m u ch os países y region es de Am érica . Los gru pos étn icos a fr i-
ca n os vin ier on com o escla vos cu a n do la m an o d e ob r a n ativa ya n o
alcan za ba porqu e h a bía sido diezm ada o se h a bía con vertid o a trab a-
jad or es sem i-a sa la r ia d os. E sa d iver s ida d d e m a n er a s d e vivir en el
m u n do, creer, sen tir y am a r, h ab ía sido resu m ida con u n a sola n om i-
n ación : la d e países y cu ltu ra s “su bdesar rolla das”. E str uctu ra discu r-
siva sim ilar a la qu e u só la prá ctica colon ial pa ra n om in ar com o i n c i-
v i li z a d a s y d om in ar a toda s la s form as de vida n o eur op eas u occiden -
ta les. E ste d iscu r so con sider aba la cu ltu ra d e los latin oa m erican os y
ca r ib eñ os com o u n todo h om ogén eo d e car a cter ísticas “tr ad icion a -
les ”, “a r c a ica s”, “a tr a sa d a s ” y p oc o p r oc live s a co m p or ta m ien tos
den om in a dos “m od ern os” (u r ba n os, con p redom in an cia de fam ilia s
n u clea res, r elacion es im p er son ales, in cen tivo al a h orr o y a l tr ab ajo
p rodu ctivo ten diente al lucro, dem ocr acia libera l restrin gida a las eli-
tes, etcétera ). Al m ism o tiem po dich os a tr ibu tos eran vistos com o la
ca u sa d e la p ob r eza . E sta id ea fu e r esu m id a p o r “la cu lt u r a d e la
pobr eza ” a cu ñ ad a p or Osca r Lewis, u n a de las categorías fu n d an tes
de la in ter p r etación cu ltu r a l de las ca u s as d e la p ob reza. La cien cia

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✻O N I A ✼LVARE Z ✽E G U I Z AM ✾N

so cia l la tin oa m e r ica n a d e sa r r o lló im p o r t a n t es con ce p to s t eó r icos


para m ostrar y explica r estas situ acion es de exclu sión social, esp acial
y econ óm ica –n o a sí en el ám bito d e la discr im in a ción étn ico-social.
E n tr e otros, las categorías d e m a rgi n a li d a d, m asa m argin al, i n f o rm a li-
dad y segregación u rban a, y fin alm en te se h izo eco de los desa rro llos
tard íos d e la categor ía ex c lu s i ó n , origin ad a en Fran cia en los seten ta
(ver el a rtícu lo de Qu iñon es y Su p ervielle).
Sin em bargo, los a borda jes qu e h ab ía n prim ado en las ú ltim as
déca da s no pon ía n el én fasis en las ca racterísticas par ticula res de las
r elacion es s ocia les qu e p r od u cen y r epr od u cen la p ob reza en for m a
n o sólo m asiva sin o cada vez m ás agu da. Desde fin ales de los seten ta,
con la progresiva h egem on ía del pen sam ien to n eocon servador y n eoli-
ber al sobr e las in ter ven cion es gu bern am en tales y sociales, se pon ía y
todavía se sigu e pon ien do el acen to en la descripción de las caracterís-
tica s qu e as u m e la p ob r eza , con sider ad a com o u n “estad o”, ju n to a
u n a p r e ocu p a ció n casi c om p u lsiva p or su m e d ición . La s p olíticas
d esarr olladas en este p eríodo, lla m adas “com pen sa torias”, era n desti-
n adas a los “pobres” y ten ían com o objeto desem bozado “com pen sar”
a n iveles m ín im os básicos de su bsisten cia los efectos “n o qu eridos” de
las r efor m a s econ óm icas con cen tr adora s y exclu yen tes. E stas p rodu -
jeron la reprodu cción de la vieja pobreza qu e adqu irió n u evas form as,
el em pob r ecim ien to d e los qu e n o er an p ob r es , y la r ecom p osición
social de los vín cu los sociales, lo qu e se tradu jo en u n a fragm en tación
y segm en tación social crecien te.
Un d ocu m en t o r ecien te d e la CE PAL (2 00 4: 6 -7) s ob r e el
Pan oram a S ocial de Am érica Latin a a fir m a qu e en esta r egión en el
a ñ o 2002 con vivía m os con 221 m illon es de per son as p ob res (44% de
la población ), de las cu ales 97 m illon es se en con traban en con dicion es
d e pobr eza extrem a o in digen cia (19,4%), con d en a dos a u n a m u er te
m u y p r on ta p or n o co n tar con los r ecu rs os m ín im os d e a lim e n to y
salu d qu e perm itan su sobreviven cia.
Sabem os que la produ cción de la pob reza es u n fen óm en o com -
plejo en el qu e in ter actú an d iferen tes pr ocesos econ óm icos, sociales,
p olíticos, cu ltu r ales y étn icos, a lgu n os de m ás larga da ta y otros m ás
coyu n tu rales. Sin em bargo, los fa ctores económ icos en el cap italism o
son fun da m entales para en ten der este fen óm en o. Com o se p lan tea en
la obra, existen fuerza s históricas estru cturales que producen la pobre-
za. La ten sión entre la lógica del capital y el bienestar y la d ialéctica de
los in tereses contradictorios en tre el capital y el trab ajo son gran pa rte
d e la explica ción sob r e la pr od u cción de la p ob r eza m a siva . Los

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TR AB AJO Y P RO D U CC I ✿N D E L A P O B RE Z A E N ❀AT I N O AM ❁R I C A Y E L ❂ AR I B E

m edios d e em p leo gen er an in gr esos o r ecu r sos qu e p r ovien en de la


venta de la fu erza d e trabajo o d el au toem pleo, y por ello su caren cia ,
pr ecarieda d o bajos in gresos son aspectos fu n da m enta les pa ra la pro-
du cción de la pob reza . Los m edios de su bsistencia se refieren al patri-
m on io que pu ede gen erar recu r sos pa ra la su perviven cia o u n a r en ta
pa ra proveerse de estos. Algu nos de estos m edios son p roducidos en el
m arco de rela cion es fam ilia res o de recipr ocidad . Sin em ba rgo, en el
capitalism o, la m ayoría provien e de in tercam bios en el m erca do.
Ju nto a tod os estos procesos pr odu ctor es de pobreza con com i-
ta n tes y m u tua m en te in teractivos ten em os fa ctores qu e coa dyu van o
con trarrestan estas ten den cias propias del sistem a capitalista im perial
glob alizado y d e nu estra posición en el con cier to de la distribu ción a
n ivel m u n d ial. Cu a n d o u n estad o logr a r egu la r, a u n qu e sea p a rcia l-
m en te, lo s in ter eses im p er ia les y/o m on op ólicos d e exa cción d e la
riqu eza n acion al, pu ede am in orar estas ten den cias por m edio de polí-
ticas econ óm icas qu e prom u evan em pleos dign os y gen eren u n m erca-
do intern o y u n a distribu ción de la riqu eza m ás equ ita tiva. E stos son
factores de “política n acion al” qu e se debaten en este libro en algu n os
d e los a r tícu los qu e an aliza n la s p olític as es ta ta les d e p a íses c om o
Bolivia, Perú , Argen tin a, Gu atem ala y México.
Ta m b ié n h a y in st itu c io n es gu b er n a m e n ta les y n o gu b e r n a -
m e n t a les qu e a yu d a n a , o p ot en cia n , la ge n er a c ió n d e e xclu sión y
pob r eza en los ám bitos de la s relaciones econ óm ica s, políticas , ju rí-
dica s y s ocia les. Por ejem p lo, la cor ru pción política, qu e n o es otr a
cosa qu e la a pr op ia ción de los m ed ios d e a dm in istr a ción del esta d o
p a r a b en e ficio p r iva d o d e lo s fu n c io n a r io s p ú b lic os y s u s so cio s
em pr esa r ia les , gen er a accion es qu e p r od u cen p obr eza . Aqu í en tr a-
m os en el n ivel de a n á lis is d e lo qu e E lse Øyen (2002) lla m a los p er-
petra d or es de lo s pr ocesos de p r odu cción de p obr eza. E ste en foqu e
com p le m en ta los an ter ior es a sp ectos. Pon e én fasis en la s a ccion es
qu e p r od u cen y rep r odu cen la pob r eza y con sider a qu e la “p r odu c-
ció n ” d e es ta s e vin cu la co n a lgú n tip o d e a cc ión qu e la or igin a y
m a n tien e de m a n er a dir ecta o in d ir ecta, don de se iden tifica n actor es
o “p er petr ad or es” qu e la rep rodu cen . E stos a gen tes está n con stitu i-
d os p or los r esp on s a b les en la p r od u cción d e la p ob r eza y p u ed en
ser in d ividu o s, gru pos, in stitu cion es e in clu s o p r á ctica s. E ste en fo-
qu e per m ite in divid u alizar la s accion es y la ca den a de per petr ad or es
en u n con texto h istór ico d ado. E ste a b ord a je se pu ede observa r en el
tr a bajo de Fogel in clu ido en este lib ro.

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❃O N I A ❄LVARE Z ❅E G U I Z AM ❉N

Ju n to a estos pr ocesos existen otros qu e n o son de tipo m a terial


y qu e tam b ién p r od u cen y r epr od u cen la p ob reza : los sistem as d is-
c u r s i v o s 1 ; la s r ep r es e n t a cion es socia le s; cier ta s c osm o vis ion es d el
m u n do qu e n atura liza n la s r ela ciones socia les econ óm icas y cu ltu ra-
les en la s qu e se b a sa la p obr eza , oper a n d o com o r epr od u ctor es de
la s cau sa s qu e la s pr od u cen y d e u n cierto tipo y r a n go d e desigu al-
d a d q u e la s s oc ied a d es, en u n m om en to h is tór ic o d a d o, a cep ta n
com o “n orm al”. Sab em os que n o existen diferen cia s n a tu r a les en tre
los seres h um an os. Sin em bar go, estas op er acion es, práctica s y siste-
m a s per ceptivos gen er an d ifer en cia s socia les (d istin cion es) qu e son
p er cibidas com o “n orm ales”, asign an do atr ibu tos a la s person as d en -
tro de cier tos esqu em as d e jerar qu ía s socia les. Se van d esar rollan do
id eas, con cepcion es, qu e a sign an va lor es n ega tivos y p ositivos a esas
d ist in c io n e s, p r et en d ien d o ju s t ifica r, d e u n a m a n e r a a r b it r a r ia , la
existen cia de la su per ioridad e in ferior idad social. E sta s ju stificacio-
n es se p u ed en b a sa r en d istin t as for m a s d e d is cr im in a ción (s ocia l,
r eligiosa , n a cion al, política , sexu a l, d e lin a je y pa ren tesco). La s qu e
se fu n d a n en a tr ib u tos b iológic os s e tr a d u c en en cr iter ios r a cist a s
(por ejem plo color de la p iel o de los ojos, estatu ra, etc.), y las qu e se
ba sa n en con cepciones cu ltu ra les d e superiorida d son factores de d is-
cr im in a ción étn ico-cu ltu ra l. E n Am érica Latin a estas d os ú ltim as for-
m as d e d iscr im in ación social s on la s qu e h an predom in a do desd e el
m om en to d e la a cción colon izad or a sob re la s pob lacion es n a tiva s y
m estiza s y sobre toda cu ltu ra y gru p o étn ico n o occiden tal. Al prin ci-
p io ju stificad as b ajo el discu rs o colon izad or/civilizatorio, lu ego con
el ad ven im ien to d e la r ep ú b lica con el d iscu rso m od er n izad or /civili-
zatorio, y a m edia dos del siglo XX con el discu rso del desa rrollo/su b-
d esa r r ollo. E stos gr u p os son to d a vía con s id er a d os in fer ior e s, s i se
qu ier e m en os h u m a n os o m en os n or m ales, d a d o qu e se p ien sa q u e
p er ten ecen a u n a jer a r qu ía socia l in fer ior. E n la in t er acción social
su fren d istin tos tipos de desacreditación .
Cu an do a pa r tir d e u n a a cción con cr eta se h ace sen tir a l otr o
qu e es in ferior, se produ ce u n proceso de estigm atización . Se cree qu e

1 E n ten d em os qu e lo s sistem a s discu rsivo s “dan lugar a cier t as o rgan izacio n es de con -
cep t o s, a ciert os r eagr u p am ien t os de o bjeto s, a cier t os t ipo s d e en u n ciad os, q u e fo r -
m an segú n su gr ado d e coh eren cia, de rigor y de estab ilidad, t em a s o teoría s”. Un a for -
m a ció n d iscu rsiva para F ou ca u lt es u n a regu la rida d (u n o rden de corr elacion es, po si-
cion es en fu n cio n am ien to, tr an sfor m acion es) den tr o de un sist em a de enu n ciad os qu e
im p lica o b jet os, t ip o s d e en u n cia c ió n , co n cep t o s, elecc io n es tem á tica s (F o u ca u lt ,
1981, 1992, 1997).

23
TR AB AJO Y P R O D U CCI ❋N D E L A P O B RE Z A E N ●AT I N O AM ❍RI C A Y E L ◆AR I B E

la per son a qu e posee el estigm a “no es totalm en te h u m an a”, y ejerce-


m os distin tos tipos de discrim in ación qu e “en la práctica se trad ucen
en la r ed u cción d e s u s p osib ilid ad es d e vida ” (Goffm an , 19 95). S in
d u d a es tos m eca n ism os p ar ticu la r es, qu e se h a n d esa r rollad o en
Am érica Latin a con cru deza y violen cia, h an poten ciado la exclu sión y
su s posibilidades de reprodu cción de la vida.
A p esa r d e la im p or tan cia qu e tien e el trab ajo com o factor d e
coh esión e in tegra ción social, y al m ism o tiem po com o elem en to qu e
per m ite gen era r in gr esos p ara la su b sisten cia, la r ep r od u cción d e
im portantes grupos de población ha reposado significativam en te en los
recu rsos provenien tes de las redes de solidarid ad n o m ercan tiles y tra-
b ajos de la econ om ía in form a l. E sto debido a qu e la m erca ntilización
de las relacion es entre el capital y el trabajo se realizó bajo con diciones
desventa josas para los trabajadores –salarios insu ficientes, form as pre-
ca ria s d e con tra tación d el tra b a jo o r elacion es sem i-ser viles– y b ajo
situacion es de discrim inación étn ica; con escasas políticas de provisión
estatal d e servicios sociales básicos en salud, vivien da, edu cación, san e-
am ien to am bien tal; y con un débil desarrollo de los estados de bien estar
en la m ayoría de los países. Por lo tanto, parte del riesgo social ha sid o
encarado p or m edio del fortalecim ien to de redes de solidaridad locales.
El esfu erzo desplegado para la subsisten cia por las poblacion es pobres
y em pobrecid as d e Am érica Latin a y el Caribe está presente a lo largo
de todo este libro, tan to d e los qu e n o trabaja n (com o el caso paradig-
m á tico d el m ovim ien to de d esocu p a dos d es cr ip to en el a r tícu lo d e
Mariano Féliz) com o d e los que trabajan en exceso (Lourdes Montero),
a sí com o la im porta n cia de la en er gía d esa r ro llad a pa r a el m a n ten i-
m iento d e redes para la rep roducción d e la vid a o la organ ización para
el trabajo (Célin e Geffroy). Por oposición, en las gran des m etrópolis de
Latinoam érica se observan procesos de ruptura y debilitam iento de las
redes d e con ten ción socia l por los “efectos de lu ga r ” qu e la crecien te
segrega ción u rban a reprodu ce de m an era cada vez m ás salvaje, deb ili-
ta ndo capita les y h acien do ca da vez m á s riesgosa la vida en la ciu da d
para los m ás pobres (Lu iz César de Qu eiroz Ribeiro).
A p esar de la s ten dencias h istóricas p r opia s de las cara cterísti-
ca s d el d es ar r ollo d el cap italism o en Am ér ica La t in a señ ala da s, en
m u ch os de n u estros pa íses, a partir d e m ediados del siglo XX, la pro-
testa con form ada por u n aban ico am plio de sectores sociales se expre-
só con tra las elites locales repu blican as aliadas con in tereses im peria-
les qu e pr a cticab an d iver sa s for m as d e sem i-servid u m br e, va salla je,
s u p e r-explota ción del traba jo, ciu dadan ía restrin gida y extra cción de

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❚O N I A ❯LVARE Z ❱E G U I Z AM ❲N

r ecu r sos n a cion ales. E n este p er íodo se pr od u ce u n p roceso in ten so


de lu ch as sociales en Am érica Latin a qu e logra cu ajar en u n a particu -
lar estatalidad qu e adqu irió la form a de lo qu e algu n os teóricos latin o-
am erican os h an den om in ado com o n acion alism os popu listas. A pesar
d e qu e en cad a pa ís es tos a dqu ir ier on ca ra cterística s p ecu liar es, en
gen er a l se tr a tó d e la r u p tu r a con el r égim en oligá r qu ico an ter ior y
parte de las relacion es sem i-serviles en las qu e se basaba, u n a redistri-
b u ción de la riqueza que la r ecom pon ía a favor de la s cla ses p opu la -
res, la distribu ción del poder político estatal por m edio de la in corpo-
ra ción de los sector es su ba ltern os en el m an ejo del esta do, y tam b ién
su a cceso a u n a ciu d ad a n ía p olítica m á s a m p liad a. La in ven ción de
estilos particu lares de ciu dadan ía social dio lu gar, en algu n os casos, a
la aparición de estados de bien estar con grados diversos de cobertu ra
y calidad. Las dictad u ras de la década del seten ta del siglo pasado, la
r ep resión a las lu ch a s socia les, la in ter ven ció n im p erial d e E stad os
Un id os fr en te a tod o inten to de tr an sform ar la s con d icion es d e d esi-
gu ald ad y exclu sión , y fin a lm en te el n eolib eralism o de la d écad a del
n oven ta, vin ieron a desm an telar la m ayoría de estos logros, y las fu er -
zas de la exclu sión y la pobreza se agu dizaron .

T RANSFORMACIONE SE N E L MUNDO DE L TRABAJO Y LA


PRODUCCIÓN DE LA POBRE ZA E N AMÉ RICA L ATINA Y E L C ARIBE
Ad em á s de exa m in ar la s con d icion es econ óm ica s, políticas y sociales
qu e fa vor ecen la pr odu cción y r ep rodu cción d e la pob r eza y la d esi-
gu a ld a d, el sem in a rio tu vo com o p rop ós ito u b ica r a l t ra b a jo en u n a
posición de m ayor visibilidad. E ste vín cu lo en tre trabajo y pobreza n o
es arbitrario. La pobreza m aterial de carácter colectivo en el capitalis-
m o está a sociad a , segú n R ica r do y Ma r x, n o a la fa lta d e m ed ios de
su bsisten cia com o pen sa ba Malth u s, sin o a los de em pleo, p roceso al
qu e Marx den om in a la produ cción de la población exceden te o su per -
población relativa 2. A diferen cia de esta postu ra, para la econ om ía del
bien estar n o existiría caren cia absolu ta, ya qu e las person as poseen al

2 “Ricard o le h a o bjet a do , con ju st icia [a Ma lth u s], qu e el cu án t o de tr igo disp on ible


es ab solu t a m en te in diferen te a l o brero si est e ca rece de ocu pació n ; qu e po r lo t a n to ,
so n los m ed ios d e em p leo y n o lo s d e su b sist en cia lo s q u e lo p o n en a l o b r er o en la
ca t ego r ía d e p o b la ció n exced en t e o n o ... La in ven ció n d e t r a b a jad o r e s exced en t es,
vale decir, de h o m bres pr ivad os d e pr o piedad y q u e t r ab ajan , es pr opia de la ép oca del
ca p it a l [...] La su p erp o b la ció n r ela t iva . E s p u r a m en te r ela t iva : n o gu a r d a a b so lu t a -
m en t e n in gu n a r ela ció n co n lo s m edio s d e su b sist en cia, sin o co n el m o d o de p ro du -
cirlo s” (Marx, 1973: 114).

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TR AB AJO Y P RO D U CC I ❳N D E L A P O B R EZ A E N ❨AT I N O AM ❩R I CA Y E L ❭ AR I B E

m en os u n recu rso qu e tien e u n valor de cam bio en el m ercado: la fu er-


za de trab ajo. Sólo se ju stifica el su pu esto de caren cia a bsolu ta cu a n-
do se trata de discapacitados o person as en edad laboralm en te pasiva.
La pobreza n o sería u n problem a distribu tivo o produ cto de la pérdida
de los m edios de em pleo. La solu ción de la pobreza sería el crecim ien-
to econ óm ico y el m ayor in greso global.
Se creía, en la eta pa sustitu tiva de im p ortacion es, qu e la in du s-
tr ialización , la “m oder n ización ” y el “pr ogr eso” ser ía n las for m as de
su per ar la pobreza . Sin em ba rgo, u n gru po im p ortan te d e pob la ción
qu ed a ba fu era de las r elacion es din á m ica s d e pr od u cción activa s. A
esta población se la llam ó d e d iferentes form as (m a rgin ales, in form a-
les), pero la categorización de m as a m arginal de José Nun fu e la qu e
señ aló con m ás claridad qu e el m ito del derram e del desarrollo in du s -
trial n o produ ciría u n bien estar crecien te. Dado qu e este tu vo lu gar en
la fa se m on opolística d el ca p ita lism o, d on de la a lta t ecn ología y el
au m en to de la com posición orgán ica del capital requ ieren u n a m en or
can tid a d de m an o de obr a , q u ed a ba u n a gr a n p ar te d e la pobla ción
exced en te s in p osib ilid ad es d e ser in cor por a d a a l sector ca p italista
h egem ón ico, inclu sive en los ciclos de expa n sión . La m as a m ar gin al
ser ía la pa rte d e la pob lación obrer a sobr an te qu e n o se relacion a de
m an era in m ed ia tam en te fu ncion al con el n ú cleo p roductivo del siste-
m a (Nu n , 1972: 110). Por lo ta n to, la p ob r eza n o er a u n esta do sin o
produ cto de la lógica de acu m u lación capitalista.
Las fu erzas h istórico-estru ctu rales señ aladas en la ten sión en tre
los in ter eses d el ca pita l y el b ien esta r h a n sid o con tra r restad as con
diver sas estra tegias, com o ya vim os. E n lo qu e r especta a los m ed ios
de em pleo, las lu cha s obrera s por u na m ejor ca lid ad de vida y de tra-
ba jo se h a n m a ter ializad o en la ap a rición d e los d en om in a dos d er e-
ch o s lab or a les u n id os a la con d ición de tr a b aja dor. E stos d er ech os
h a n opera do de difer en te for m a sob r e las con dicion es d e vida d e los
tra bajadores. Por u n lad o, am in oran do en cierto sentido la ob ten ción
de p lu sva lor de pa rte del em plea dor vía la dism in u ción d e la jorn ada
la bor al, in cr em en tos en los s ala r ios o m ejora s de la s con d icion es d e
tra bajo. Por otro, ha n desm er can tiliza do pa rte de la rep rod u cción de
la vida por m edio de los sistem as de segu ro –cobertu ra de salu d, previ-
sión social y protección fam iliar– tam bién u n ida a la con dición de tra-
b a j a d o r. H a n m ejor a d o la s con d icion es d e tr ab ajo d ism in u yen d o el
riesgo y com p en san d o en p ar te los efectos n ocivos d e es to s sobr e la
vida de los trabajadores. Tam bién los derech os laborales se tradu jeron
en n orm as qu e asegu raban la estabilidad del em pleo, evitan do la arbi-

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❪O N I A ❫LVARE Z ❴E G U I Z AM ❵N

trar iedad del em pleador par a la cesación de la relación la bora l. To d o


ello h a in cidido en la m ejora, calidad y expectativas de vida de los tra -
bajadores y su s fam ilias, en grado relativo segú n los países.
Com o con secu en cia d e la re est r u ct u ra ción n e olib er a l d e la
s ocied a d en los n oven ta, se lleva r on a d ela n te pr ocesos de p r iva tiza -
ción , aju ste fiscal, flexibiliza ción de las rela cion es en tre ca pital y tra-
ba jo, ap er tu r a d e los m er cados, y en ajen a ción d e los ser vicios p ú b li-
cos y de los r ecu r sos n a tur a les y en er géticos. E sto h a p r odu cid o u n a
a lter a ción pr ofu n d a en la r ep r odu cción socia l d e las p ers on a s, pr o-
du cto de n u evas form as de explotación y exacción del trabajo y de las
r e for m a s d el es ta d o, gen er a n d o u n a cr e cien te exclu s ió n s ocia l
–a u m e n to d e la p ob r eza , em p ob r ecim ien to d e los s ecto r es m ed ios,
precarización del trabajo– y pérdida de derech os por el debilitam ien to
d e la rela ción en tr e derech os sociales y ciu dada nía política . Se pu ede
decir qu e la tra n sform ación neolibera l im plicó, en tre otros procesos,
d esin du stria liza ción , d esalariza ción , desob rer ización , desciu d ada n i-
zación , descam pesin ización y/o recam pen ización y en ajen ación de los
r ecu rsos en er géticos y servicios pú blicos básicos. La d esobreriza ción
y preca r ización d el traba jo fueron pr odu cto tan to d e la reestr u ctu ra -
ción del propio capitalism o a n ivel global y local com o de las políticas
p r ivatizad oras y d esr egu lator ias, in clu ida s en las “reform as del esta -
do”, propiciadas por el FMI y el Ban co Mu n dial en los n oven ta.
Com o con secu en cia de ello el m u n do del tra ba jo se h a tr an s-
fo rm a do, y ju n to con él, la s form a s d e pr od u cción d e la p obr eza. Si
b ien es te tem a atra viesa tod o el libr o, los tr a ba jos qu e se p r esen ta n
en el Ca pítu lo I m u estran cóm o las tra n sfor m acion es en las r ela cio-
n es entre el cap ital y el tra ba jo –desr egu la ción , flexib ilización y pre-
carización , prom ovid as p or el Con sen so de Wash in gton – h a n d eb ili-
ta do o elim in a do los d erech os la bor ales au m en ta nd o los pr ocesos d e
e xc lu s ió n y p o b r ez a . E s to s m e ca n ism os p u ed e n s in te tiz a r se d e la
sigu ien te m a n er a : d ism in u ción en la p osib ilid ad d e la r ep rod u cción
de la vid a por m ed io d el acceso a m edios d e em p leo, dism in u ción de
los s ala rios rea les, y debilita m ien to d e las regu la cion es de la s con d i-
cion es de trab ajo y d e los derech os de acceso qu e estab an ata dos a la
con dición de tr a bajador.
Ad e m á s , c o m o p la n t e a Silvia E sc ó b a r d e P a b ó n , la s n u e va s
or ien ta cion es d e la d in á m ica la b or a l h an ten id o lu ga r en el m ar co
d e u n m a yor d ebilita m ien to d e la or gan iza ción s in dica l y la a tom i-
za ción d e la a cción colectiva, a la qu e pr ec isa m en te la flexib ilid a d
la bor a l ap u n ta ba com o ob jetivo. E l tem or a l d espid o, a la im posib i-

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TR AB AJO Y P RO D U C CI ❜N D E L A P O B RE Z A E N ❝AT I N O AM ❞RI CA Y E L ❢ AR I B E

lidad real de r ein ser ción la b or al lu ego de la cesa n tía, con du ce a u n a


m a yor su bor din a ción d e los tr a b a ja d or es, a s u d isp on ib ilid a d p er -
m a n en te, a la pér d id a de con tr ol s obr e el tr a ba jo; es d ecir, a sit u a-
cion es qu e en con ju n to r em iten a u n escen a rio de sob reexp lota ción
y d esva loriza ción d el trab a jo, del qu e se n u tr e u n m a yor em pobr eci-
m ien to de la población .
E n el p r im er cap ítu lo se ab ord an las tr a n sform a cion es en el
m u n d o d el tr a b ajo y su r ela ción con las n u eva s m oda lid a d es qu e
adqu iere la pobreza. Silvia Escób ar, en su artículo sobre globalización ,
trab ajo y p obreza, d iscu te en torno a cóm o la pobreza se origin a en el
ám bito de las relaciones de p roducción y d istribución. Más específica-
m en te, discu te la p obreza qu e se vin cula con los p rocesos de precarie-
dad y degr ada ción del trab ajo qu e h a n ten ido lu ga r en el con texto de
u n a glob a liza ción cap italista exclu yen te, qu e in ter r elacion a cier ta s
pa rtes del m un do y region es o sectores den tro los países m ien tras m a r-
gin a a otros, lim itan do sus posibilidades para desarrollarse y cam b iar
su u bicación dentro del sistem a. Señ ala las gra ndes ten den cias econ ó-
m ica s, socia les y p olítica s qu e s e observa n en los países de la r egión
com o resu ltad o d e las n u eva s for m a s d e d om in io, su b or d in a ción y
explota ción del ca pital in tern acion al a partir d el estud io del caso boli-
vian o, e ilustra cóm o la m ayor desigu aldad en la distribu ción del in gre-
so y la exclusión de la m ayoría d e la pob lación en el acceso a un tra ba-
jo estable, com o fu en te regu lar d e in gresos, son factores cru cia les a la
hora de explicar el m a yor em pobrecim iento d e la población.
E n su a rtícu lo sobre la r efor m a lab ora l y la política social en el
ca so p er u a n o, J u lio Ga m er o Requ en a descr ib e los cam b ios qu e vie-
n e n ocu r r ien d o en la so cied ad p er u a n a a p a r tir de m od ifica cion es
sustan tiva s en el diseño d e las p olítica s sociales y de la refor m a labo-
ral. E l ar tícu lo pon e énfasis en los cam b ios ocu rr idos en la estru ctu ra
in ter n a d el m er cad o lab or a l p er u a n o, en ta n to la p r ecar iza ción d el
em pleo a contecida com o secu ela d e la r efor m a la bora l de los n oven ta
tien e im pactos m ás a llá d e las fron teras del p r opio m ercado de trab a-
jo. Dich o proceso p on e en ten sión y en cu estión el alcan ce y p rofu n-
did ad d e las p olítica s sociales en áreas tan sen sibles com o la salud y
la p r evisión social. La refor m a lab or al, a l igu a l qu e la p riva tiza ción
d e los fon d os de pen sion es y los cam bios en la s prestacion es de sa lu d,
introdu jo u n cam b io estr u ctur al en la na tu ra leza de la política social,
con vir tién d ola en u n m od elo r esid u a l. E l discu r so a fir m a b a qu e la
refor m a labora l, al su prim ir las b arr era s in stitu cion ales qu e im ped í-
an el “libr e fu n cion a m ien to d el m er cado d e tra b a jo”, coa dyu va ría a

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❣O N I A ❤LVARE Z ❥E G U I Z AM ❦N

u n proceso de a salariza ción y de redu cción del desem p leo qu e facili-


taría a la pob lación ten er ingresos su ficien tes par a p agar en el m erca -
d o los ser vicios sociales. E l fu n d am en to era qu e, tras el aju ste estru c-
t u r a l, la r e s ta u r ación d el cr ecim ien to econ óm ic o qu e s e p r eten d ía
con str u ir con “ba ses sólida s” se en ca r ga r ía de ab sor ber la m a n o d e
obr a su bu tilizada por el m odelo a n ter ior. Lo qu e se com pru eba a par-
tir d e los d atos qu e el au tor an aliza es, por el con trario, u n au m en to
del em pleo p reca rio, u n a cobertu ra socia l in suficien te, la gen er ación
d e “n u evo s p obr es” en tre la pob lación econ óm icam en te activa u r b a-
n a , u n au m en to d e la d esigu a ld a d , y u n p r o ces o d e r e d istr ib u c ió n
p er verso, por el cu a l el tr ab ajo form al u rban o tra n sfirió in gresos par a
arr iba y p ara abajo de la pirá m ide de in gr esos. Por su p arte, la ca ída
en la tasa de a sala r iza ción d el sector pr iva do y la pr ecar ied a d en el
em p leo p ú b lico y pr ivad o r est rin gier on el m er ca d o d e con su m o d e
los servicios sociales que h abían sid o p riva tizad os.
E n el m a rco de las tran sform a cion es del m u n d o del trabajo, en
el ca so u r u gu a yo, Ma r cos Su per vielle y Ma r iela Qu iñ on es an aliza n
c óm o los c a m b ios ocu r r id os e n la rea lid a d la b o r a l d e la s ú ltim as
d écad as con vocan tam bién a r evisa r la p roblem á tica d el em pleo. E s
en el m ar co de estos acon tecim ien tos que a bor da n u n n u evo desafío
p ara las cien cias sociales de la región : com p lejiza r las h er r am ien ta s
a n a lítica s qu e s e h a n desa r r olla do a p ar tir de u n a evalu ación d e s u
r ecorr id o teórico. E n el a rtícu lo se retom an tres d e los con cep tos m ás
im p o r ta n tes –m a s a m a r gin a l, em pleo in for m a l y exclu sión soc ia l–
con sid er an do qu e todos ellos pu eden ser vá lidos y apor tar elem en tos
su ficien tes p a ra en ten der difer entes a spectos de la pr oblem á tica del
d esem p leo e n Am ér ica La tin a y el Ca r ib e. Com o segu n d o ob jetivo,
a bor d a n u n a postu r a “in du ctiva ” p ar a pod er da r cu en ta de la exp e-
r ien cia su b jetiva d e los pr op ios su jetos d esem p leado s y observa r las
d efin icion es o percepciones qu e los en trevistad os dan de sí m ism os y
d el m u n d o en qu e se en cu en tr an . Al in t er ior de estas m ed ia cion es,
en tr e biogra fía ind ivid u al y estr uctu r a social, otorgan en este trabajo
u n a im portan cia cru cia l a lo qu e llam an distin tos m un dos vin cu lados
a l tra b a jo y al d esem pleo. E s a p artir de las b iogr afía s r ecopilad as y
d e los relatos d e los prota gon ista s que se ob servan las experien cia s de
m argin alida d, in for m alidad o exclu sión .
E l tem a de las nu evas form as que a dqu iere la p obreza u rbana se
d esa r r olla en los sigu ien tes d os a rtícu lo s. Lu iz Césa r d e Qu eir oz
Ribeiro aborda la segregación residencial y la segm en tación socia l en
la s m etrópolis brasileñ as, p articu larm en te el “efecto vecind ario” en la

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TR AB AJO Y P RO D U C CI ❧N D E L A P O B RE Z A E N ♠AT I N O AM ♥RI CA Y E L q AR I B E

reprodu cción de la pob reza. E n su in trodu cción nos presenta u n a exce-


len te síntesis de la r econ figu ración en la n atura leza y la com posición
de la p obreza u rba na , d ebid a a las tra nsfor m acion es económ icas qu e
han ten ido lu gar en los ú ltim os tiem pos, prom oviend o la descom posi-
ción de la s estr uctu ras s ocia les qu e ser vían de soporte pa r a la repro-
ducción social y tran sform an do las relaciones en tre los pobres u rbanos
y el resto de la sociedad. E sta recon figuración se expresa por el debili-
tam ien to de los víncu los con el m erca do de trabajo y por su crecien te
segm entación , sobre todo entre los traba jad ores de alta y de baja califi-
ca ción . Más allá de esta d im en sión econ óm ica, el aisla m ien to d e los
pobres en la s ciu dades se produ ce tam bién porqu e com pa rten m en os
los ser vicios, los equ ipa m ien tos u r ba n os y los esp acios pú b licos d e
em pleo con el resto d e la pob lación. E n las ciu da des se h a observad o
que este doble proceso de aislam ien to se m aterializa de varias form as.
Por el distan ciam ien to territorial (proceso de m arginación de las clases
socia les), po r la con s tr u cción de en claves ter ritor iales (con d om in ios
cerrados) y por la construcción de ba rreras sim bólicas resu ltantes de la
m onop olización del prestigio y desprestigio social de la s clases altas y
de los p ob r es, y d e los ter r itor ios en qu e se con cen tr a n en for m a d e
gu etos u rb an os. Otr a de la s cara cterísticas de esta s tran sform a cion es
es el debilitam ien to de los la zos sociales a n ivel local, y la s fuertes ten -
d en cias a la ‘desestru ctu ra ción ’ socia l, en el plan o d e la com u n idad ,
que am ortigu ab an los efectos de la p obreza y la exclu sión , opon iend o
resis ten cia a la d es -a f i li a c i ó n , por m edio d e d ifer en tes estr ategia s d e
r ecip r ocida d . Sab em os qu e esta s estr ategia s d ier on lu ga r en etap a s
anteriores a u n a serie de estu dios etn ográficos sobre las form as en qu e
sobr evivían los p obr es en la s ciu da des de Am érica La tin a, a p esar de
su s con dicion es de exclu sión y m argin ación. E sta s tenden cias al aisla-
m ien to de los pobres respecto del resto de la socied ad se produ cen n o
sólo en rela ción al espacio y al em pleo, sino tam bién en el plan o social
y cu ltural, a l redu cirse las oportu nidades de con ta ctos e in teracciones,
in clu so m edian te las activid ades in form a les, com o su ced ía d ura nte la
fase d e sustitución de las im p orta cion es.
Segú n Qu eiroz Ribeir o, estos ca m bios en la s r elacion es d e los
pobres con los principa les circu itos econ óm icos y sociales de las ciu-
d a d es tr a n sfor m a n su p osición en la est r u ct u r a socia l y a l m ism o
tiem po desen caden an procesos de reprodu cción de la pobreza u rban a
qu e la h acen no sólo exten sa sin o tam b ién resisten te, en el sentido de
su r elativa perm a n en cia e in m u nid a d fr en te a los m ovim ien tos de la
econ om ía. La con dición de la pobreza u rban a con tem porán ea n o sólo

30
rO N I A sLVARE Z ✈E G U I ZAM ✇N

se defin e por las ca ren cias absoluta s o relativas de ciertos segm en tos
sociales qu e ocu p an las p osiciones m ás ba jas d e la estru ctu ra socia l,
sin o ta m b ién –y s ob r e tod o– p or qu e d ich os segm en tos so n los qu e
están m ás fu ertem en te som etidos a los n u evos m ecan ism os de m argi-
n a ción y exclu sión socia l gen er ad os p or el cap ita lism o fin an ciero y
glob a liza d o. E l ob jetivo p r in cipa l d el tra ba jo d e Qu eir oz Ribeir o es
pr od u cir evid en cias em pír ica s sob re el pa pel crecien te de la in tera c-
ción d e los p r ocesos d e s egr ega ció n r e sid en cia l existen tes en la s
m etr óp olis b r as ileñ as con algu n os d e los h istór icos m ecan ism os de
segm en ta ción social. Cen tra su a ten ción en la relación en tre segrega -
ción residen cial, segm en tación del m ercado de trabajo y el desem peñ o
escolar de n iñ os y jóven es. Prim ero an aliza el im p acto de las crecien -
tes distan cias sociales en tre el m u n do de los favelados y de los barrios
en las op or tu n ida des segm enta da s de acceso a la ren ta en relación a
u n p obla dor de la ciu d ad em pleado form a lm ente. Pru eba en su estu -
d io em p ír ico qu e la r en ta d el favelad o es y se r á sistem á tica m en te
m enor qu e la d el pobla dor de la ciu dad au n qu e tu viera n escolarid ad,
ed a d y color d e p iel sim ila r es. E n r ela ción a l efecto vecin da d y su
im p a cto sob r e los d es em p eñ os escolar e s, a n a liza c óm o los n iñ os y
jóven es pertenecientes a u n iversos fa m iliares idénticos, en lo qu e res-
p ecta a lo qu e lla m a “clim a escola r ” (escola r id a d d e los m a yor es de
d ieciséis a ños) y estru ctu ra (existen cia o n o de los dos cón yu ges), tie-
n en desem peñ os escolares (repiten cia y deserción ) distin tos, en razón
d e vivir en bar rios en los cu ales disfru tan o no d e la con viven cia con
gru pos qu e ocu pan posicion es su periores en la jerarqu ía social.
La r ela ción en tre tr ab ajo y p obreza u r ban a d e los asen tam ien -
tos em pob recidos d e la ciu dad de Gu atem ala y de su región m etr opo-
lita n a du ra nte la déca da del n oven ta , y su s lu ch as por la con str ucción
d e u n a m ejor calida d de vid a, es a borda da po r Oscar Au gu sto López
River a. Pa ra ello car a cter iza las con d icion a n tes gen er a les del cr eci-
m ien to u r b an o y d e la exp a n sión d e los a sen ta m ie n tos u r b a n os
em pobrecidos com o elem en tos im p ortan tes del contexto en el qu e se
in s cr ibe la situ ación m ayor ita ria d e la p ob r eza u r b a n a en Am ér ica
Latin a y el Caribe. E l cr ecim ien to de la ciu dad se vin cu la con factores
e str u c tu r a les y s ocio -p o lítico s d e exp u ls ió n d e la p ob la c ión r u r a l,
a com p añ ad os de u n pr oceso d e em p ob r ecim ien to qu e n o da m u es-
tras d e ser rever tid o. E n este sentid o se pu ed e afir m a r que la s viejas
r azones qu e a m ediados del siglo XX prod u cían pobreza p or pr ocesos
d e d esca m p esin iza ción y em p leo in for m al u r b a n o sigu en vige n tes,
p e r o a h o ra cob r a n n u e vos r o str o s . La in t en sid a d d e la exc lu s ió n

31
TR AB AJO Y P R O D U CCI ①N D E L A P O B RE Z A E N ②AT I N O AM ④RI C A Y E L ⑤AR I B E

s ocia l a ct u a l m u e str a q u e es t e es “u n cr ecim ien to qu e d e n ot a m á s


u r b a n iz a ción , p e r o m e n o s ciu d a d ” ju n t o a u n p r o ces o violen to d e
d ese str u c tu r a ción eco n ó m ica , so cia l, p olítica y cu lt u r a l. A su vez ,
es tas p ob la cion es son estigm a tiza d as e n u n cír cu lo vicios o d e pr o-
du cción id eológica d e la p ob r eza. Se les im p u ta ten den ciosa m en te,
por pa r te d e los sector es gu bern am en tales y de poder, la cau salida d
de los agu dos y cr ecien tes p roblem as u rba nos. E n este sen tido López
Rivera abon a u n a vieja teoría d el pen s am ien to socia l la tin o am er ica -
n o qu e a sign a a los pobr es la cau sa d e su prop ia p obreza. Con resp ec-
to a los efectos de lu ga r o d e vecin d ad , llega a la m ism a con clu sión
qu e el estu dio d e ca so bra sileñ o.
Ta m b ién en Gu a tem ala esta com p leja d in á m ica u r b a n a d e
exclusión y segregación crecien te (m iseria extr em a, violen cia, desem -
pleo, desn u tr ición , falta d e ser vicios, au m en to de la m or bi-m or tali-
d ad ) n o h a ce m á s qu e po ten c ia r los p r ocesos d e p r od u cción d e la
p o b r e z a, lo qu e se tra du ce en un a crecien te exclu sión y precar iza ción
de la inserción la bora l de sus pobla dores y la produ cción de ciu dades
cada vez m ás segm en tadas y du alizadas.
E n estos ú ltim os a r tícu los con flu ye u n a ser ie d e a n á lisis qu e
p on en en evid en cia el h e ch o d e q u e n o sólo la p obr eza u r b a n a d e
Am ér ica La t in a se vin c u la fu er tem e n te con p r oces os h ist ór ic os d e
exclu sión y segregación de la rga data, sin o qu e cobra u n a d im ensión
fu n dam en tal la pr ofu n dización de los procesos de exclusión p roduci-
dos por las n u evas tran sform acion es en el m u n do del trabajo y el capi-
ta lism o glob a liza do. Se m u estr a qu e en es ta con ju n ción de factor es
h istóricos y procesos m ás con tem porán eos el u so de capitales sociales
com o las redes, y el a cceso a la edu cación , entre otras estrategias qu e
a n tes h ab ían ser vid o pa r a la so b r eviven cia o el a cceso al em p le o,
ah or a se h an d ebilita do. A pesa r de los esfu er zos de los su jetos p a ra
su pera r la situ a ción de exclu sión u san do los r ecu r sos in dividu ales y
dom ésticos, p or el con tr ario, el efecto del lu gar se m uestra com o per-
p etra dor de p ob reza. Por ello, en estos ca sos n o p odem os h ab lar d e
a ctores pa r ticu lares qu e coad yu va n a su perp etu a ción . Al con tr a r io:
los su jetos tra ta n d e salir den od ada m en te d e este círcu lo p erverso de
produ cción y reprodu cción de la pobreza. Son las fu erzas de la preca-
rización del traba jo, el desem p leo crecien te, el deter ior o de los in gre-
sos, la falta de política s u r ba n a s qu e a tien d en a los sector es d e b aja
r en ta , u n h á b ita t u r b a n o en con d icion es cad a vez m ás exclu yen tes,
ju n to a l “efecto d el lu ga r” (vecin d a d/en cerr am ien to) qu e la segrega -
ción u r b an a s e en ca rga d e p oten ciar, lo qu e p r od u ce y rep rod u ce la

32
⑥O N I A ⑦LVARE Z ⑧E G U I ZAM ⑨N

p ob r eza . Otr o fact or fu n da m en ta l señ a la d o es la m a n er a en qu e la


d om in a ción y segr ega ción ét n ica p oten cian la r ep r od u cción d e la
p ob r eza y p on en a es t os gr u p os in fer ior iza d os en situ a cion es d e
m ayor riesgo y desprotección social.

P OLÍTICASSOCIALE S , RE PRE SE NTACIONE S Y DISCURSOS SOBRE


LA POBRE ZA

La produ cción de la po breza está fu er tem en te vin cu lad a no sólo con


la con tradicción dialéctica en tre los in tereses del capital y el bien estar
d e las per son as, sin o con la s difer en tes for m as en qu e esto s h an sido
con trar resta dos por m edio de las lu ch as sociales y lu ego m aterializa-
dos en las den om in adas políticas sociales qu e se tradu cen en derech os
de acceso a m edios de su bsisten cia.
Otr o d e los elem en tos fu n da m en tales d e los ú ltim os a ñ os qu e
h a n a com pa ñ ad o las r econ ver sio n es en el m u n d o d el tr ab ajo y h a n
poten ciado la rep rodu cción r en ovada de la p ob reza son la s tran sfor -
m a cion es op era da s en la s política s socia les. Los tr ab ajos qu e se pre-
sen ta n en el segu n do cap ít u lo a bor d an el tem a d e la relación en tr e
p olítica s sociales y r epr esen ta cion es y discu rsos sob re la pobr eza, la
p r os p er id a d y el p r ogr eso. La m a yor ía d e los t r a b a jos an a liza la s
ca racter ísticas d e las p olítica s pr om ovidas por los orga n ism os in ter -
n a cion ales y gobier nos locales p ara “er ra dica r la p ob reza”. Los a rtí-
cu los m u estr a n cóm o esta s ú ltim as n o logra n su com etid o y p r od u -
cen algo así com o u n cír cu lo vicioso qu e r efu er za la d esigu alda d y,
para doja lm en te, a um en ta la p obreza.
Si b ien la caren cia o vu ln er abilid ad d e m ed ios de em p leo es el
factor fu n dam ental de la p rodu cción d e la pobreza en el ca pita lism o,
tam bién la p obreza se vin cu la con el control, la r egu lación o la acce-
sib ilidad sobre los m edios de su bsistencia (sobr e todo en la s relacio-
n es d e p r odu cción n o cap italista s), o por la im posibilidad de acced er
a ellos b ajo r ela cion es asala ria das d ebid o a ba jos in gresos, ya sea por
e l a u toe m p le o o p or el a u m e n to d e p lu sva lía ab s olu ta o la su p er-
explota ción del trab ajo 3 .
E n Am ér ica La tin a la accesibilida d a los m ed ios d e s u bsisten -
cia qu e ga r an ticen la repr odu cción d e la vid a estu vo h istórica m en te

3 “La su per-explot ación se define m ás bien po r la m a yo r explot ación de la fu erza física


del trabajador, en con traposición a la explotación resu ltan te del au m en to de su produ c-
t ivid a d , y tien d e n o rm a lm en t e a exp r esar se en el h ech o qu e la fu er za d e t r ab a jo se
rem u n era por debajo de su valor real” (Marin i, 1977: 92-93).

33
TR AB AJO Y P RO D U CC I ⑩N D E L A P O B RE Z A E N ❶AT I N O AM ❷R I CA Y E L ❸ AR I B E

lim it a d a d esd e los in ic ios d e la s r ela cion es ca p ita listas , ya sea p or


los p rocesos d e acu m u la ción or igin ar ia 4 y la estru ctu r a la tifu n d ista
d e la h acien da qu e lim itar on la p osesión y acceso a la tier ra, por la s
con d iciones de s u per explotación d el tra ba jo al ser los in gr esos in s u-
ficien tes, o d eb ido a la s lim itacion es p ar a acceder a m ed ios de p r o-
d u cción pa ra el a u toem pleo o la au tosu b sis ten cia . E n ALC la s r ela-
cion es a sa la r ia d a s n o tu vie r on u n a e xte n sió n co n sid e r a b le, p o r lo
qu e la r e p r od u cc ión en m u ch o s ca so s r e p os ó en o tr o s m ed ios n o
b asa d os en e l e m p leo, co m o las d iver sa s for m a s d e p r od u cción d e
su b sisten cia dom éstica o com u n ita ria.
La p r ob le m á t ic a d e l a c c es o a m e d ios d e s u b sis t e n c ia e n
m om e n t o s h i st ó r ic o s d ife r e n c i a d o s es la qu e a b o r d a n E d wa r d P.
Th om ps on (1995) y Am ar tya Sen (1995). Th om pson estu d ia la tr an -
sición al ca pita lism o en la In gla ter ra d el siglo XVII I, y Sen la s h am -
b r u n a s d e fin a les d el siglo XX e n a lgu n o s p a íses d e Asia y Áfr ic a .
Am b os a u t or e s p ole m iz a n c on Ma lt h u s , a l igu a l q u e M a r x y
Ricar d o, en el sen tid o d e qu e la s h am b r u n a s n o s iem p r e se p rod u -
cen p or fa lta d e alim en tos sin o ta m bién por car en cia d e n or m a s qu e
regu len su s pr ecios en u n cierto lím ite de dign ida d , segú n la ec o n o-
m ía m o ral p a r a Th om p so n , o p o r la d e b ilid a d o ca r e n c ia d e lo s
d erech os d e a cceso, las t i t u la ri d a d es, segú n Am a rtya Sen . E n am b os
cas os, la econ om ía m or a l y la s titu lar id ad es son el r ea segu r o pa r a
n o caer en la in an ición e in cid ir en la s r egu la cion es en r ela ción a la s
pr ovision es d e su bsisten cia qu e las diver sa s con figu r acion es h istó-
rica s com u n ita ria s d eb en otorga r. Pa ra Am a r tya Sen , la ca ren cia d e
titu la ridad es o der ech os d e a cceso a bien es qu e a segu r an la su b sis-
ten cia es lo qu e explica la s h am br u n a s, y n o s ólo la fa lta de a lim en -
tos . E n su tr a b a jo p ion er o sob r e h a m b r e y t it u la r id a d es a c er ca d e
la s c a u sa s e im p a cto s de los s h ocks d e los m ed ios p a r a gan a r s e la
vid a , d istin gu e en tr e la p r op ied ad d e d o n e s o e n d o w m e n t s (d e tie-

4 Los pr ocesos de acu m ulación or igin aria du ra nt e las p rim er as etapas d e la Repú b lica
en lo s p aíses de la r egió n co n sist ier o n en d iver sa s estr a tegia s p o lít ica s fu n d a da s en
n arr at ivas y vio lencia s civilizat orias qu e h a blaba n d e la su p erio rida d del “bla nco pr o-
du ctivo y em pren dedor” por sobre la barbarie del “in dio ign oran te y atrasado”. Se trata-
b a d e d esp o ja r d e su s t ier ra s a las p o b lacio n es n a t iva s. Desd e fin es d el siglo XIX se
su cedier on , desde el E st ado , estr ategia s de expro piación qu e a dqu irieron diversas for -
m as segú n lo s pa íses: desde la su basta pú blica, la decla ración de extinció n ju rídica de
la s co m u n id a d es in dia s p a ra p er m it ir la p a r celació n in d ivid u a liza d a de la s t ier r a s
co m u n ales, h a sta gu err as de exterm in io, todo ello ju n t o a la expa n sión d e la fron t er a
agrícola capitalista. E n la actu alidad dich os procesos con tin ú an bajo diversas form as de
expu lsión de cam pesin os de su s tierras, priván dolos de su s m edios de su bsisten cia.

34
❹O N I A ❺LVAR E Z ❻E G U I Z AM ❼N

r r a , t r a b a jo, e tc .) y la s tit u la r id a d es in ter ca m b ia b le s p or la vía d e


d er ech os. La s titu la r id a d es exp r esa n u n a r ela ción e n tr e la s p e r so-
n a s y los b ien es d e con su m o m edian te la cu a l se legitim a el acces o y
con trol sob r e ellos. E s decir, la s titu la rida d es con ceden a la s p er so-
n a s u n a pr eten sió n legítim a h a cia la s cosa s a t r a vés d e los m ed ios
legales disp on ibles en la socieda d .
E s p or e llo qu e ot r a for m a d e co n tr a r r e st a r la s te n d e n cia s
en tr e los in ter eses d el cap ital y el b ien estar de la s person as, com p le-
m en tar ia a los derech os lab or ales, h a sid o el d esa r r ollo de d er ech os
de a cceso 5 pr odu cto de cier ta s con figu r acion es 6 y con tr ap restacion es
r ecíprocas en tre el estad o, la fam ilia y la com u n ida d, desm er can tili-
z a n d o p a r te d e la su b si st en c ia d e c iu d a d a n o s. E l m om en t o d e s u
in ven ción fu e pr od u cto de la dia léctica en tr e lu ch a s socia les, con ce-
sion es p olíticas p ara con segu ir coh esión y n eu tr a liza r las a m en a zas
d e con flicto s ocia l o d e los in ter eses y ten den cias econ óm ica s pa r ti-
cu la res del ca pital pa ra au m enta r su d em an da. E stos se m ateria liza -
ron en la s lla m ad as p olítica s sociales d e b as e u n iver sa l o a sistencial,
d o n d e se a tó el acceso a b ien es y ser vicios, gen er a lm en te p r ovis tos
por el esta d o, a la con dición de ciu da dan o en el prim er caso y a vín -
cu los tu telar es diversos en el segu n d o. Por ello la s p olítica s socia les
n o se trad u cen n ecesa ria m en te en vín cu los qu e im pliqu en el acceso
a d erech os y, en cas o q u e as í fu ese, n o tod os los d er ech os im p lica n
ga ra n tía s in viola b les. E stos vín cu los p u ede n a d qu ir ir d ive r sa s for -
m a s de r ela cion es d e tu tela que, si b ien proveen d e cier tos m ed ios de
su bsis ten cia , r epr odu cen y p oten cia n la d ifer e n cia socia l (Alva r ez,
2 003 ). E st a s p olític a s s on a qu e lla s ge n er a lm e n te d est in a d a s a los
“in ca pa citad os” o im ped idos d e a cced er a l tra ba jo 7 y a a qu ellos gr u -
p os con s id er a dos por los sector es de p od er com o in fer ior es s ocia l,

5 Ver Am artya Sen (1981, 1973 y 1975).


6 Cu an do m e refier o a “con figu racio nes” est o y pen san do en la idea de E lía s (1996) de
con figu ra cion es socia les para explica r pr ocesos h istóricos don de existen relacion es de
in terdepen den cia en tre gru pos sociales, con diferen ciales de poder, qu e se m an tien en en
el la rgo p la zo . E st as co n fo r m a n sistem a s d e in t erd epe n d en cia y vín cu lo s recíp r oco s
en tre las clases y las etn ias y en tre los gru pos sociales. Si bien E lías estu dia las diferen -
ciales d e p oder en térm in os de sta tu s o de establecidos y recién llega dos, cr eem o s qu e
esta idea com plem en ta la visión de las relacion es de dom in ación de clase y n os perm ite
en ten der tam bién los vín cu los de in terdepen den cia qu e se gen eran a partir del acceso o
n o a derech os a bien es tan gibles e in tan gibles, los qu e se m aterializan en diferen tes for-
m as de ciu dadan ía civil, social y política.
7 Ro ber t Cast el (1977) co nsidera qu e las in terven cion es a sisten ciales se destin an a las
poblacion es im posibilitadas para trabajar por algu n a razón .

35
TR AB AJO Y P RO D U CC I ❽N D E L A P O B RE Z A E N ❾AT I N O AM ❿R I CA Y E L ➀ AR I B E

étn ica o política m en te. La com pleja tr am a de estos vín cu los, titu lari-
d a d e s e in s titu c io n es s e d en o m in ó d e d ifer en t e fo r m a : p olític a s
sociales, regím en es de estad o de bien esta r (E sp ing An d er sen , 1993) 8 ,
esta do de bien esta r o estado p r otector.
E n Am ér ica Latin a los regím en es de estad o de bien estar tuvie-
ron u n desa rr ollo m u y d ébil en la m a yor ía de los p aíses. Con sar ca s-
m o , a lgu n o s a u t o r e s h a b la n d e los e sta d os d e m a le st a r (Bu s te lo ,
1995) o de u n esta do sin ciu d a d an ía (Fleu r y, 1997), com p a rá n dolos
con los p rocesos qu e tu vieron lu gar en los pa íses eu ropeos cen tr ales ,
don d e la m er can tilización d e la socied ad op eró u n a im p orta n te su s-
titu ción p ar cia l d e l se ctor d o m éstic o –r ec u r sos p r oven ien te s d e la
fa m ilia, la com u n ida d, la vecin d a d , el p a r en tesco, etc.– n o s ólo p or
el estad o sin o tam bién por el m er ca do. E sto im p licó u n sign ifica tivo
p r oc es o d e so c ia liz a ción , d e p a r te d e l c a p ita l, e n á r ea s qu e a n te s
er an de su bsisten cia dom éstica qu e dis m in u irían con sider a blem en te
el t iem p o d e tr a b a jo y la p r o d u cc ión d e b ien e s y s er vic ios e n e st e
ám b ito. Lo qu e a n tes er a u n d om in io n o m er ca n til pa s ó a ser m er -
ca n til. E n Am ér ica La tin a , sin em b a r go, la m er ca n tiliza ción d e la s
relacio n es sociales pr odu jo u n a d éb il a salariza ción y tam bién fu e de
u n claro ca rácter r acista.
La d is cr im in ación étn ica a u m en ta los d ifer en cia les d e p od er
en tr e las elites y los grup os sub altern os, gen eralm en te de or igen n ati-
vo o m estizo n o eu ropeo, lo qu e reprodu ce y n atu raliza la desigu aldad
y la pobreza. E ste factor n o es au tón om o de las relacion es de produ c-
ción n i del acceso a m edios de su bsisten cia desm ercan tilizados; por el
con trario, están ín tim am en te ligados. E n lo qu e respecta a las relacio -
n es de prod u cción , según Aníba l Qu ijan o (2000), las relacion es a sala-
r ia d a s s e c ir c u n sc r ib ier on la m a yor ía d e la s veces a la p ob la ción
“b la n ca ”, p er m a n ecien d o u n con ju n to de r ela cion es ser viles y sem i-
serviles y las form as m ás variadas de patern alism o sobre las poblacio-
n es n a tiva s. E stas s e m a n tu vieron fu n cion ales a la lógica de pr odu c-
ción cap italista , en a lgu n os p a íses y r egion es, h a sta m u y en tra do el
s iglo XX. E n la a ctu a lid ad a d qu ier en n u eva s for m a s, c om o en los
ca sos de Bolivia , Brasil, Gu a tem a la y México qu e aqu í se p r esen ta n .
La perm an en cia de in terdepen den cias patern alistas y tu telares con las

8 Segú n E sping-An dersen (1993), los regím en es de E stado de Bienestar qu e se in ician en


E u ropa en el siglo XX vinieron a con tr arrestar los efect os no civos de la explota ción d el
trabajo , dism in uyen do en cierto sen tido el carácter d e m ercan cía del trabajo (lo desm er-
cantilizaro n) al h acer reposar parte de la repr odu cción en relacion es n o m ercan tiles.

36
➁O N I A ➂LVAR E Z ➃E G U I Z AM ➄N

poblacion es pobres de origen n ativo lim itó la con dición del asalariado
lib re sin su jecion es. E n lo rela tivo a la s con tra pr es tacion es d es m er -
ca n tiliza d as p ar a la repr od u cción de la vida , estas po blacion es estu -
vieron gen eralm en te in sertas adem ás en con figu racion es asisten ciales
tu telares, lo qu e explica en parte la escasa exten sión de u n a cobertu ra
d e p r otección social b a sa d a en der ech os con tr a ctu a les com o los de
trabajador libre y ciu dadan o.
Todo ello n os lleva a afirm ar qu e el bien estar n o es u n a m eta n i
u n cam in o in elu ctable de la m odern idad capitalista h acia u n a crecien -
te ca lid ad de vida de la pob lación . Las r elacion es socia les de produ c-
ción pu eden basarse en crecien tes form as de exclu sión social qu e pro-
du cen y reprodu cen la pobreza, y las con figu racion es de con trapresta-
cion es recíprocas n o m erca ntiles pu eden reforzar relaciones tu telares
a sisten ciales d iversa s, qu e poten cia n la exclu sión socia l, aten dien do
sólo a la p rovisión de m ín im os m uy básicos a n iveles d e subsisten cia,
com o las den om in ad as p olítica s focalizad as o com pen sa torias actu a-
les. E sta s ú ltim as s ostien en u n discu rs o qu e n atu r aliza la d ifer en cia
socia l en m a rcada en u n a retór ica h um an ista qu e ah ora se den om in a
desarrollo hu m an o. E ste d iscu rso n o tien e in ten ción d e m od ifica r o
a m in ora r las con dicion es es tr u ctu r ales qu e p r od u cen la p ob r eza , a
pesa r de u na sem án tica d e gu erra qu e d ice “ata carla ”, “erra dicarla ” o
“lu ch ar” con tra ella . Se trata sólo de la provisión p ara los m ás p obres
de en tre los pobres de las políticas de m ín im os 9.
Jun to al an álisis del d iscu rso del desarrollo h um ano com o repro-
du ctor de la pobreza existen otros, qu e se an alizan en los ca pítu los II y
III y que in daga n otros rela tos qu e p erm iten n atu r alizar y repr od ucir
u n m u nd o cada día m ás excluyente y produ ctor de crecien te pobreza.
E n tre ellos se en cu en tran los de “prosperidad”, “crecim ien to”, “coope-
ración y progreso region al” o “na cion al”, qu e paradojalm ente prefigu -
ra n u n a socied ad m á s in clu siva. Por ejem plo, el caso de la s ten siones
en tr e d ifer en tes discu r sos de p r osp erid a d en la s lu ch a s n a cion a les
entre gru pos sociales y étnicos en Bolivia (McNeish ), o la con strucción
de u n d iscu rso pa ra el desa rr ollo de ciertas r egiones –com o los casos
de los en claves agro exp ortadores globalizados– resu m ido en el discur-
so em presarial y político com o de “coopera ción y progreso” region al.
Algu n os d e los tr ab ajos (Ar teaga Botello; M on ter o; Fogel; Lóp ez
Pa n iagu a y Ch au ca ) m uestra n qu e el preten d ido “pr ogr eso region a l”

9 La idea del desarr ollo h u m a n o com o u n d iscu rso de m ín im os biológicos se desar ro -


lla en este libr o.

37
TR AB AJO Y P RO D U C CI ➅N D E L A P O B R EZ A E N ➆AT I N O AM ➇R I CA Y E L ➈AR I B E

n o es otr a cosa qu e la con cen tr a ción de la r iqu eza p ar a u n os pocos


em p r esarios locales, la tra n sferen cia d e im porta n tes gan an cia s p a ra
los m on opolios globalizad os y la escasa gen eración de em pleo en gen e-
ral. Cu ando ese “desarrollo” se basa en m ano de obra in ten siva, se p ro-
du ce ba jo con d icion es de su per-explota ción d el tr ab ajo y r ela cion es
sem i-s erviles, gen er alm en te ejercid o sobr e p ob lacion es étn icam en te
discrim in ad as, todo lo cu al coa dyu va a u n círcu lo vicioso de produ c-
ción y re-gen eración de m ás pobreza y exclu sión.
E n lo que r especta a la produ cción d e la pob reza y las política s
sociales, el segun do capítu lo se in icia con u na reflexión de Julio Neffa
sobre este víncu lo. En este trabajo se in ten ta en un a prim era parte brin -
dar u na breve visión de con jun to de la evolución h istórica de los proce-
sos de cr ecim ien to de los pa íses capitalistas ind u strializad os ha sta la
gran crisis de los añ os seten ta, para lu ego in tentar iden tificar las cau sas
de la crisis y los prin cip ales cam bios que se prod ujeron para ha cer fren-
te a la ca íd a en las ta sas d e ga n a n cias p er o gen era n d o desem pleo y
pobreza. Lu ego se reflexion a sobre las im p licacion es de las crisis in ter-
n acion a les y en d ógen as sob re la p obr eza en los pa íses d e Am érica
Latina y el Caribe. Se realiza u na crítica a las políticas para la pobreza,
y se p ostu la que el a cen to d eb ería p on er se en las p olítica s a ctivas d e
em p leo a n tes qu e en la s políticas a sisten ciales , a u n qu e la s m ism as
en cuen tran siem pre sentido cuando está en ju ego la vid a h um ana.
Ivonn e Far ah H ., en su ar tícu lo titu lado “Rasgos de la pobr eza
en Bolivia y las políticas para redu cirla”, presen ta u n a reflexión teóri-
ca basada en datos em píricos sobre el caso bolivian o. Su con tribu ción
p r ob lem a t iza la r u p tu r a d e tod os lo s s u p u estos qu e sosten ía n u n a
relación directa y positiva en tre crecim ien to y bien estar, describien do
las diversas cau sas de la produ cción de pobreza. E n lo qu e h ace al pri-
m er aspecto, obser va qu e el crecim ien to econ óm ico se produ ce ach i-
can do el em pleo, m ien tras se in ten sifican las m odalidades de explota-
ción del trab ajo y se m in im izan los ingresos la borales. Si se rem ite el
em p ob r ecim ien t o a la p r o gr esiva pé r d id a o ca r en cia d e m ed ios d e
su bsisten cia y de m edios para produ cirla, com o el em pleo o m edios de
p rodu cción, cola psa n la s políticas socia les com o dispositivos in stitu-
cion ales para enfren tar esa ten den cia em p obrecedora . Fa rah reflexio-
n a sob re la m an er a de r ever tir esta ten den cia . E l d eb a te en tor n o a l
“crecim iento”, en ten dido com o resultado de determ in a das m odalida-
des de acu m ula ción del cap ita l, cob ra cen tra lidad p orqu e pon e el eje
en el con flicto d istr ib u tivo. La au tora con sid era qu e p ara en ten d er el
problem a de la p obreza n o se lo pu ede m irar com o ca ren cia de ca pa-

38
➉O N I A ➊LVARE Z ➋E G U I ZAM ➌N

cida des d e los p obres p a ra a cceder a cier ta s n ecesida des bá sicas. Se


trata de en ten der los problem as de em pobrecim ien to. Por las caracte-
r ística s d e la econ om ía y d el estad o b olivia n o, el em p ob r ecim ien to
m a sivo de s u p ob lación tien e qu e ver con la in clu sión /exclu sión d el
r égim en d e la p r opied a d de m ed ios par a pr odu cir (sob r e tod o de la
tierra en la econ om ía a gr ar ia); con la inclu sión/exclusión del em p leo
de qu ienes h a n sido precisam en te exclu idos de la pr opiedad ; con las
con d icion es d e va lor iz a ción y r em u n er a ción d el tr a b ajo en for m a
directa e in directa; con los viejos y n u evos m ecan ism os de explotación
(en la p r od u cción ) y de su cción d e in gr e sos d e los tr a b a ja d or es en
cu alqu ier categoría ocu pacion al, qu e h an rebasado la esfera de la pro-
du cción para abarcar la circu lación , sobre todo en esta fase de globali-
zación econ óm ica con p redom in io del capita l fin an ciero. E llo lleva a
qu e la r ep r odu cción d e los produ ctores se dé en n iveles d ecr ecien tes
d e r ecr ea ción cotid ia n a d e la vida . Fa r a h d istin gu e en tr e fa cto res
estru ctu rales (econ óm icos, políticos y dem ográficos) y coyu n tu rales, y
a d em á s ca r acter iza la s p ecu liar id ad es d e los r a sgos d e la cr ecien te
desigu ald ad y la polarización social. E n lo qu e respecta a los fa ctores
estr uctu rales d e tipo político, señ ala un o qu e p u ede servir par a expli-
ca r otras situ acion es de exclu sión y pob reza de pa íses latin oa m erica-
n os, don de todavía se m an tien en fu ertes la discrim in ación étn ica y las
r e la cion e s de pa tr on a zgo: lo qu e Za valeta lla m ó la “p a r a d oja
s e ñ o r i a l ”1 0, qu e h ace alu sión a la h istór ica a u sen cia d e “idea les bu r -
gu eses” de cierta clase em p r es ar ia en a lgu n os pa íses la tin oam er ica-
n os, qu e dificu lta su tr a n sfor m a ción en u n a “clase b u rgu esa m od er -
n a ”, p ero qu e a p esar de ello es cap a z de ratificars e con sta n tem en te
com o ta l clase m ed ia n te el esta do, r epr odu cien d o siem p re su “car ga
señ orial”. E sta característica h a con tribu ido a profu n dizar la discrim i-
n a ción socia l y étn ica y a qu e los pu eblos y com u n ida d es in dígen as,
cam pesin os y m igra ntes d e origen ru ra l –n egad os en su s id en tidad es
referida s a esp ecificida des cultu rales, étnicas y aspiracion es sociales–
h a ya n sid o exclu idos d e los m ecan ism os d istr ibu tivos. E l r esu lta do
h is tórico es su pau periza ción , por las con n otacion es de d esigu a lda d
origin adas en la exclu sión del acceso a recu rsos econ óm icos, políticos,
étn icos y cu ltu rales.
E l sigu ien te tr a ba jo, de m i au tor ía , ab ord a el tem a de “los dis-
cu r sos m in im istas s ob r e la s n e cesid a d es bá s ic a s y los u m b r ales d e

10 Ver Zavaleta (1986).

39
TR AB AJO Y P R O D U CCI ➍N D E L A P O B RE Z A E N ➎AT I N O AM ➏RI C A Y E L ➐AR I B E

ciu dadan ía com o reprodu ctores de la pobreza”. E s u n an álisis discu r-


sivo de las teorías socioecon óm icas vigen tes en Am érica Latin a vin cu -
lado a la p obreza y su gestión , la s qu e operan com o discu rsos d e ver-
dad n atu ralizan do la desigu aldad, tan to porqu e n o pon en en cu estión
los m eca n ism os bá sicos qu e produ cen la pob reza com o porqu e gene-
r a n p olítica s socia les y econ óm ica s qu e a u m en ta n la d es igu a lda d
social y m an tien en a u n a m ayoría crecien te de pobres en los m ín im os
biológicos o en el den om in ado u m bral de ciu dadan ía. Se abordan dos
teor ía s: a n ivel m a cr oeco n óm ico la d e la s n ecesid ad es b á sica s, y a
n ivel político la de u n a ciud adan ía lim ita da a un um bral de derech os
cad a vez m á s gen éricos. S e rea liza u n an álisis teór ico qu e m u estr a
cóm o el con ju n to de este sistem a discu rsivo, su s categorías an alítica s
y su s dispositivos de in tervención con la p obreza (las políticas focali-
zadas, com pen sator ias o de desarrollo socia l) n o h acen m ás qu e pro-
du cir, y a veces explícitam en te propon er, u n tipo de sociedad cada vez
m ás polarizado. Su extrem o m ás dram ático, el de los pobres, se den o -
m in a de diferen tes m an era s: econ om ía social, m u n do de p obres, ciu -
d a da n os en u n a fr on ter a d e d isfr u te o p ob la cion es con n ecesida des
básicas m ín im as in satisfech as. Paradojalm en te, estas con cepcion es se
en m a rca n en u n d is cu r so qu e d ice p r om over u n a soc ied a d con u n
desarrollo m ás h u m an o. La n u eva categoría del u m bral de ciu dadan ía
propon e com o estr ategia de in clu sión social u n a ciu dadan ía m ín im a,
en la qu e los seres h u m an os m ás pobres alcan cen a cu brir n ecesidades
a lim en ta r ia s b ásica s (b a jo la s cu ales s e en cu en tr a n el h a m b r e y la
m u e r te), estir a n d o el u m b ra l d e sa tisfa cción d e la vid a a lo qu e se
d enom ina u m br al de ciu da dan ía . E n este u m br al se inclu yen algu n a s
n ecesidades an tes asociadas a la idea de bien estar, com o la edu cación ,
la salu d, la vivien da y el trabajo. Sin em bargo, n o se trata com o an tes
d e d er ech os qu e otor gu en gar a n tía s; se t r a ta a p en a s d e d er ech os
–valor es sociales poten ciales a a lcan zar a n iveles básicos, qu e propo-
n en d esem b oza d a m en te la n o r m a t iva p ar a u n a s ciu d a d a n ía s d e
segu n da a n iveles m ín im os básicos.
E n el siguiente artículo, Marian o Féliz aborda la com pleja in ter-
acción en tre la desigu aldad en la distribu ción de los in gresos y la riqu e-
za, la pobreza y el crecim ien to econ óm ico com o p arte de la lógica del
capitalism o contem poráneo. E l capitalism o es con siderad o aqu í com o
un sistem a de organ ización social d el traba jo qu e op era en torn o a la
acu m ulación sin lím ites de trabajo abstra cto, p or lo qu e n o h ay m oti-
vos intrínsecos a la lógica de acum u lación de capita l n i a la operación
d e los m ercados que propen da n a favorecer u n a d istrib ución ju sta d e

40
➑O N I A ➒LVARE Z ➓E G U I ZAM ➔N

la riqu eza n i la reducción sostenid a de la pobreza m aterial. E sta m ane-


ra de com prender la articulación entre la d in ám ica de acum u lación de
ca pita l (el cr ecim ien to econ óm ico) y la ap ropia ción de la pr od ucción
socia l (distr ibu ción d el in gr eso y p ob reza m a ter ial) r econ oce qu e el
capital es u na relación social vin cu lada al tra bajo hu m an o. E n con se-
cuen cia , las políticas pú blicas se en cu en tran constituidas en torn o a la
p rodu cción y r epr od u cción d e esa r elación social. Ta l pr oceso n o es
m ecán ico, sin o qu e resu lta de la disp uta perm an ente (y m u ltifa cética)
en tre el trab ajo y el ca pita l. Por ello Féliz propon e en ten der las políti-
cas pú blicas de “com b ate a la pobreza” y de “crecim ien to con equ ida d”
com o resu ltan tes de la d isputa en tre trabajo y ca pita l por el control de
la reprodu cción de la socied ad y la vida , ad em á s de con stitu ir in stru -
m en tos im portantes para el con trol social con el objetivo tá cito o explí-
cito de gar an tizar la im p osición del tra ba jo abstr acto. E l au tor m u es-
tra, desde el pu nto de vista discursivo, u n a con stan te que aparece a lo
largo de todo el libro: que los n u evos prom otores del crecim iento eco-
nóm ico desin du strializador con vierten estas políticas en u n fetich e, un
“tótem ”, pu es les otorgan propiedad es casi “m ágicas” p ara resolver los
prob lem as econ óm icos y socia les. Asim ism o, el crecim ien to adqu iere
u n cará cter fetich ista en el sen tid o de qu e su m ovim iento, su d esarro-
llo, se ob jetiviza , tran sform án dose en u n p roceso “na tura l” aleja do de
cu alquier d eterm in ación socia l o h istórica. E l crecim ien to econ óm ico
se pr esen ta así com o resu ltado n ecesario del desen volvim ien to de las
“leyes de la econ om ía ”, y por sí m ism o resolverá la pobreza. Su an álisis
se ba sa en el caso argen tin o, d ond e la experiencia de crecim ien to eco-
nóm ico con crecien tes grados de pobreza y d esigualda d es u n pa radig-
m a de las am bigü edad es de los procesos de desa rrollo económ ico capi-
talistas. A p artir del an álisis d e esta experiencia con sidera las políticas
p ú b lica s qu e h an sid o im p u lsa da s p or el con sen so dom in a n te en la
etapa n eolib era l y h an perm itid o sosten er p or un tiem po la a cum u la -
ción de capital m ien tras qu e sim u ltán eam en te ha n im plicado (y requ e-
rido) el crecim iento de la desigu al distrib ución del ingreso y la riqueza.
Ju nto a ello tien e en cuen ta las lu ch as sociales d el m ovim ien to piqu ete-
ro, cu yos actores son la s víctim as directas de este p roceso y su jetos de
política s para pob res.
Joh n -An drew McNeish , en su artícu lo “Lu ch an do por la prospe-
r id a d : r eflexion es sob r e la cr isis y las p olít ica s p a r a la p ob r eza en
Bolivia ”, a n aliza los r esu lta d os d e la s política s “p ar a la p ob reza” en
este país qu e resu lta tam bién otro caso paradigm ático: récord en polí-
ticas “pro-pobres”, y recon ocido por figu ras del Ban co Mu n dial com o

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TR AB AJO Y P RO D U CC I →N D E L A P O B R EZ A E N ➣AT I N O AM ↔R I CA Y E L ↕ AR I B E

u n ejem plo de “bu en as prácticas”, se m an tien e com o u n o de los países


m á s p ob r es d e Am é r ic a La tin a. Má s allá d e q u e Bolivia p os ee u n
récor d en r efo r m as p olíticas p a r ticipa tivas, m u ch os s ector e s es tán
in satisfech os p or su n ivel d e r ep res en ta c ión p olít ica y a dem ás h an
sid o deja d os a fu er a d e la s d ecision es r ela cion ad as con la s p olíticas
econ óm ica s na cion ales. E l descon tento social se h a visto reflejado en
la s ú ltim as lu ch a s sociales d e feb r er o y octu b r e d e 2 003. M cNeish
dem u estr a qu e h a h ab id o p equ eñ os cr ecim ien tos en térm in os d e la
expan sión de u n desarrollo dem ocrático en el país. E l trabajo adem ás
in cor p or a u n tem a fu n da m en ta l en el d eb a te d e los p r ob lem a s d e
pobreza y exclu sión : la discr im ina ción y falta de recon ocim ien to ofi-
cial de la profu n didad y seriedad de las diferen tes perspectivas étn ico-
cu ltu ra les en el fu tu r o d e ese país y en los con tr a stes qu e se p u ed en
en con trar en los deseo s qu e los ciu d ada n os tien en sobr e la p rosperi-
d ad econ ó m ic a . E l au tor con c lu ye afir m a n do qu e sin u n d iálogo
n a cio n a l gen u in o qu e p o n ga en ju ego esos d ifer en tes va lor es, el
esfu erzo n acion al e in tern acion al para redu cir la pobreza n o sólo va a
ser in eficaz, sin o qu e la protesta y la violen cia irán en au m en to. E stos
son in dicios de qu e el sistem a in tern acion al n o con fía en las opcion es
econ óm icas qu e los la tin oam erican os pu edan elegir para su s propios
p a íses, deb id o a qu e su s valor e s p olític os se con sid er a n vic ia d os.
McNeish en tien de qu e los ju icios extern os a cerca de valor es políticos
viciados de los países latin oam erican os, en este caso Bolivia, son bas-
tan te com u n es en los debates y la práctica de la política de desarrollo.
E n ese sen tido sos tien e qu e lo s a ca dé m ico s y los fu n cion a r ios d el
desa r r ollo tam b ién son cóm p lices, au n qu e a m en u do in con scien te-
m en te, en la creación de obstácu los a la participación en el desarrollo.
E n los a r tícu los sob r e el d es ar r ollo s e vin cu la n con fr ecu e n cia los
valores p olíticos “vicia dos” con lo qu e se con sid era deficien cias d e la
cu ltu ra y la m oral. Gen eralm en te, los estu dios sobre el desarrollo y las
in vestigacion es sobre la pobreza tien en com o prem isa la crítica social
de la sociedad de los pobres y n o la crítica de la sociedad qu e produ ce
a lo s pob r e s. E n efecto, el p ar a d igm a d el d esa r r ollo com o ta l tien e
com o prem isa u n deseo explícito de tran sform ar a las sociedades con-
siderad as p ob r es per o con stan tem en te está p resen te u n ju icio m or a l
qu e presu pon e u n fracaso social.
E l artícu lo de Nelson Arteaga Botello es un estudio de caso histó-
rico en u n a d e las r egion es m ás in d u s tria lizad as de México, la zon a
m etropolitana y conu rbana del Valle de Toluca, que m u estra la perversa
relación entre viejas con diciones de desigu ald ad, en el marco del den o-

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➙O N I A ➛LVAR E Z ➜E G U I Z AM ➝N

m inado proceso de indu strialización de la etapa denom ina da del “desa-


rrollo in tern o” al p aso a ctua l de un a “econ om ía globa l”. E l proceso es
ejem plificad o con u n an álisis qu e el au tor den om in a su gestivam en te
com o “el periplo d el traba jo”, m ostran do cóm o las viejas desigu ald ades
se han visto reforzadas por la s tran sform aciones laborales a ctu ales, lo
que produce desigualdad social y pobreza crecien te en esta región . Aquí
se visualiza cómo el trabajo y la producción de la pobreza se encu entran
vinculados tan to a la incapacidad del proceso de in du strialización susti-
tu tiva de im porta cion es pa r a ab sorb er a u n im portan te sector d e la
fu erza de trabajo, com o a la dinám ica de expu lsión de la población por
parte de la econ om ía postfordista y globalizada de final de siglo.
E l caso de estu dio, el m u nicipio de Tolu ca , presen ta los ín dices
m ás altos d e d esem pleo a nivel nacion al. La idea qu e orien ta el trabajo
es explicar la s actu ales con dicion es del m ercad o de trabajo a pa rtir de
la articu lación de tres ejes cen tra les qu e sirven com o caso testigo para
ejem plificar procesos sim ilares en m u cha s regiones de Am érica Latin a
y el Caribe. El período com ien za en la década del cin cu en ta y term in a
a princip ios de la déca da del n oven ta. El prim er eje refiere a la d in ám i-
ca d e desarrollo económ ico a la qu e han sido som etidas estas com u n i-
d ades en los ú ltim os cin cu en ta añ os; el segu n do observa las p olíticas
de desarrollo local lleva da s a ca bo por los grup os políticos y econ óm i-
cos del m u nicipio en m ateria de política s de em pleo; el tercero apu n ta
a ob ser va r la d in á m ica social d e las com u n id ad es, m u ch as d e ellas
ind ígen as, asen tadas en la zon a por efectos de la em igración e in m er-
sas en estos pr ocesos d e precarización del tr a bajo y desem pleo, pero
qu e al m ism o tiem po poseen u n dinam ism o social inten so. La p ostura
teórica d el au tor m u estra qu e la p r ecaried ad labora l y la p obreza n o
son estad os qu e pod r ían su bsa n a r se en sí m ism os, sin o r esu lta do de
procesos socio-h istóricos. Arteaga Botello con sid era qu e el an álisis de
procesos de tipo h istórico-estru ctu ral es fu n dam en tal para en tend er el
estado actual del trabajo y la prod ucción de la pobreza . De todas m an e-
r a s n o d eja de ten er en cu en ta la in ciden cia de los a ctores socia les e
in stitu cion ales qu e establecen accion es qu e perpetú an las con dicion es
de repr odu cción de la pobr eza en el con texto actu al. Desde esta pers-
pectiva, la p recariza ción del m u n d o la bora l se com pren d e desde u n a
m irada h istórica estru ctura l com plem entada con u n a visión qu e p one
tam bién énfasis en las luch as de los actores sociales.
E l estu d io d e Célin e Geffr oy a b or da la s d ifer en tes repr esen ta-
cion es de la p obreza y el b ien estar segú n las cu ltu ras. Muestra cóm o
la prob lem ática de las r elaciones de r eciprocidad en el tr ab ajo es u n a

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TR AB AJO Y P RO D U CC I ➞N D E L A P O B RE Z A E N ➟AT I N O AM ➠R I CA Y E L ➡AR I B E

estra tegia pa ra los m á s pobres en u n a com u nidad r ura l en Bolivia de


or igen Qu ech u a (H u a n ca r an i, Coch a b a m b a ). E n las c om u n ida d es
ru rales la pobreza m ater ial está asociada con la cr ecien te escasez d e
m ed ios de s u b sisten cia , sob re tod o con la dificu lta d pa r a ob ten er o
acceder a la tierr a y al a gu a ju n to a la a u s en cia d e protección social
esta tal. E l tra ba jo an aliza distin tas in stitu cion es d e r eciprocidad qu e
n o están gu iadas por el cálcu lo econ óm ico cu ya acción logra com batir
los efectos n ega tivos de la m er can tilización crecien te de la vida coti-
d ian a e integrar a los in dividuos qu e tien en dificu ltad es para sobrevi-
vi r. La au tora con sid er a qu e existen d os per cepcion es d e la pob r eza:
u n a en dógen a a la com u n idad, qu e llam a ém ica, y otra ética, qu e sería
la qu e se a sign a desde a fu era , gen era lm en te p or las in stitu cion es d e
desarrollo. E n cu en tra qu e la prim era form a de percepción está fu erte-
m en te ligad a a los sis tem a s d e n ecesid ad es locales, ta n to sim b ólica
com o m aterialm en te, y a su s propias categorías ela bor ad as a lreded or
d e la pob r e za. E l p ob r e n o es ú n ica m en te la p er son a q u e n o tien e
n ada, sin o tam bién aqu el qu e en el m arco de los valores cu ltu rales de
la com u n idad es in com pleto, n o tien e par com o las viu das, está desafi-
lia d o. Geffr oy m u es tr a cóm o, en u n sist em a e con óm ico b a sad o en
rela cion es de reciprocidad, la falta de redes d e paren tesco represen ta
u n obstácu lo en la r ealización de n u m erosa s activida des, p ar ticu lar-
m en te en la agricu ltu r a. Sin em b argo, la prop ia com u nida d se encar-
ga d e revertir esta situ ación p or m ed io de rela cion es de reciprocida d
den tr o d e u n a “econ om ía solida ria ”. Las r edes d e relacion es sociales
reem pla zan la au sen cia de lazos fa m iliares. E sta com plem en tar ied ad
en el trab ajo les p erm ite realizar a ctivid ades qu e n o p odría n lleva r a
cabo por sí m ism os y fortalece el lazo social. Asim ism o, esas prácticas
de an tigu o origen an din o se h an fu n dido con otras n u evas qu e la au to-
ra asim ila a u n a “econ om ía de solidaridad”. E stas perm iten la adapta-
ción a las n u evas exigen cias econ óm icas y sociales, particu larm en te el
con texto de cr isis de la s política s econ óm icas n eolib erales. La m i n k ’a
es un a d e dich as in stitucion es d escripta s en el tra bajo. E sta form a d e
pr acticar la econ om ía b u sca sa tisfa cer la s n ecesid ad es vita les de los
h om bres, pero a la vez respon der a su recon ocim ien to social.

G E OPOLÍTICA MUNDIAL ,
E CONOMÍA GLOBAL Y NUE VAS FORMAS
DE PRODUCCIÓN Y RE PRODUCCIÓN DE LA POBRE ZA

H a y otr os p rocesos p r od u ctor es ta m b ién de exclu sión y p ob r eza d e


la rgo plazo vin culados con el posicion am iento de los p aíses de Am érica

44
➢O N I A ➤LVARE Z ➥E G U I Z AM ➦N

Latin a y el Caribe en la geopolítica m u n dial qu e dieron lu gar en el pen -


sam ien to latin oa m erican o a teorías com o la del deterioro d e los térm i-
nos del in tercam bio (Preb isch , 1981) o la teoría de la d epend en cia (Dos
Sa n tos, 1970; Ca r d oso y Fa letto, 1968; Gu n d er Fr an k, 197 0, en tre
otros), jun to con otras m irad as com plem en tarias, com o la “teoría d el
desarrollo desigu al” (Am in , 1974), qu e explicab an los procesos d e exac-
ción del tr ab ajo y la r iqu eza p rod u cida en el m arco d e r ela cion es de
d om in a ción im per ial de distin to tip o (colon ia l y n eocolon ial). E n la
actu alidad, distin tos au tores h an ren ova do esta s teorías den om inan do
dich as con figu racion es con con ceptos y posiciona m ien tos diferen cia -
d os (Gu n der Fran k, 2002; Dos San tos, 2002; Wallerstein , 2002; Hardt y
Negri, 2002), pero actu alizan do el debate sobre la s form as en las que el
capitalism o im perial globalizad o 11, el sistem a m u ndo o el Im perio pro-
d ucen desigua ldad crecien te y exclu sión social en tre países con m ayor
gr a d o d e pod er econ óm ico y p olítico y el res to d e las n a cion es d el
m un do qu e se en cu en tran bajo relaciones capitalistas im periales. E stas
viejas y ren ovadas form as de tran sferencia de excedente están basadas
n o sólo en el creciente flu jo de deu da externa sin o tam bién en d iversas
ventajas com parativas que n uestras n acion es poseen para los intereses
im periales y las em presas m on opólicas tran sn acion ales (bajos sala rios,
r ela cion es la bor ales desregu la d a s, exen cion es im p ositiva s, a cceso a
en ergía barata, recursos m inerales y en ergéticos, p roducción de m ate-
rias prim as de alto valor agregado, etcétera). Un tip o particu lar de con-
figuración de in tereses de poder y tran sferen cia de riqu eza en tre países
d om in a n tes y d om in ad os s e en ca r n ó en lo qu e se d en om in ó, en el
sa b er econ óm ico y la tin oa m er ica n o, com o el “m odelo agr oexp or ta -
dor”. E n el Capítulo III podem os ver estu dios de caso y produ cción teó-
rica sobre las n u evas form as que adquiere en la actu alidad este m odelo
de desarrollo “n acion al” de in tegra ción su bordin ada a la econom ía glo-
b al y su im pacto sobre la produ cción de m ayor p obreza.

11 S i b ien la glo b a liza ció n d e la eco n o m ía es t a n vieja com o el ca pit a lism o , el u so


m o dern o del co ncepto h ace r eferen cia a l período qu e co m ien za a lrededor de 1990. La
“globalización ” es parte de la política econ óm ica n eoliberal, qu e bu sca abolir las regu la -
cion es pr oteccion istas en t re los est ados de ta l m an era de per m it ir el libr e in terca m b io
de bien es, servicios y capital. E sta política h a resu ltado en la in tegración de la m ayoría
de las econ om ías en u n m ercado global. E stos procesos h an provocado cam bios cu alita -
t ivos p r ofu n d os en la econ om ía, en la po lít ica y en la vida so cia l. Tres fen óm en os h a n
h ech o posible este rápido cam bio. E n prim er térm in o, la estrategia de largo alcan ce de
aqu ellos qu e qu isieron reem plazar la econ om ía keyn esian a de la posgu erra por el n eoli-
b era lism o; segu n do , la n u eva tecn o lo gía d e la co m u n ica ció n ; y t er cer o , la ca íd a d el
socialism o en E u ropa del E ste (Ben n h oldt-Th om sen y Mies,1999).

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TR AB AJO Y P RO D U CC I ➧N D E L A P O B RE Z A E N ➨AT I N O AM ➩R I CA Y E L ➫AR I B E

E n los estu dios qu e se pr esen tan en ese ca p ítu lo, pa r a el cas o


particu lar del trabajo ru ral, se m u estra la aparición de ren ovadas for-
m as sem i-serviles y p atr im on ia lista s d e r ela cion es la bor ales qu e n o
sólo exclu yen a las person as de u n a m ín im a cobertu ra con tra el riesgo
(algú n tipo de segu ridad social), sin o qu e se realizan bajo con dicion es
de su perexplotación de la fu erza física de los trabajadores y su s fam i-
lias. Relacion es qu e deterioran las posibilidades de reprodu cción de la
vida, m an ten ién dola en u n m ín im o de su bsisten cia físico en con dicio-
n es de pobreza extrem a. E n todos los casos estu diados, estos en claves
de exp lotación a gr oexpo rta dora glob a lizada son r egion es don d e los
in dicadores de exclu sión y pobreza son m ás altos.
Los artícu los qu e se pr esen tan son estu dios de ca so sobre n u e-
va s fo r m a s d e ac u m u la ción qu e tom a n la for m a d e “ec on o m ías d e
en clave”, sin in ciden cia en los m erca dos n acion a les, a pesar de esta r
acom pa ña dos d e u n discu rso desarrollista y n aciona l con fu erte in te-
gr a ción e in ser ción en la e co n om ía glo b al. Los t r a b a jos m u e s tr a n
cóm o d iversa s for m as de p rodu cción a gr ícola, con ven tajas com par a-
tiva s pa r a u n n eo-m odelo agr oexpor tad or glob alizado (m á s o m en os
in ten sivo en m an o de obra y tecn ología ), están con form adas por dife-
r en tes m eca n ism os (d irectos o in dir ectos) qu e p rod u cen y repr odu -
cen la pob reza y la exclu sión de los tr ab aja dor es r u r ales en Am ér ica
La tin a y el Ca rib e. De estos ca sos pod em os con sider a r la existen cia
de dos gra n des gru p os de estilos de explotación agroexporta dora glo-
ba liza d a. E l p rim er o se p u ede car a cterizar com o la com bin ación d e
la tifu n d ios de exp lotación in ten siva de escasa m an o de obr a, com bi-
na da con la robótica y la biotecn ología ap lica da ta nto a las form a s de
sem b r a d o com o d e c osec h a y p r oce s a m ien to , con u n a im p or t a n t e
in cid en cia en la depr ed ación d el m ed io a m bien te, a m p lia ción de la
fr on ter a a gr íco la , acu m u lación or igin ar ia y d es c a m p es i n i z a c i ó n . E l
s egu n d o tip o d e exp lot a ción d e la a gr oe xp or t a ción glob a liz a d a es
aqu el cu yo p lu s valor se origin a en ven ta ja s com p ar a tiva s d el p recio
in ter n acion a l d el p ro du cto, ju n to a r en ovad as for m a s d e u tiliza ción
de la m a n o d e o b ra ca m p esin a , qu e com b in an la s u p er-e x p l o t a c i ó n
del traba jo con for m as de au to-explotación fa m iliar, traba jo a d estajo
y relacion es sem i-serviles qu e r eedita n viejos estilos de exacción d el
traba jo cam p esin o en Am érica Latin a .
Am bos tipos, el ba sad o en m an o de obra in ten siva, biotecn olo-
gía y robótica, y el caracterizado por m an o de obra exten siva, relacio-
n es sem i-serviles y com ercialización m on opólica, sirven para ejem pli-
ficar otras relacion es de produ cción sim ilares qu e se reprodu cen en el

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➭O N I A ➯LVARE Z ➲E G U I ZAM ➳N

m od elo agr oexp or ta d or glob a lizad o, q u e está n sien d o p r om ovid as


com o sa lid a a la cr isis d e los p a íses p er ifér icos com o la s “m ejor es”
política s de “desarrollo n aciona l” y qu e sin em ba rgo son pr od uctoras
y repr od u ctor as d e p obreza en tr e otros p rocesos d e exclu sión social
m ás am plios qu e estas form as de desarrollo “capitalista” gen eran .
La soja es u n ca so testigo del prim er gru p o. Pu ede ser con side-
ra da com o u no de los p rodu ctos agrícolas de m ás ren tab ilidad a ctu al
para ciertas region es de Am érica Latin a. La riqu eza produ cida se con-
cen tr a en lo s pr odu ctor es y en la m u ltin a cion a l qu e m on opoliza la
ven ta de la sem illa , ju n to a la expa nsión d e la fron ter a agrícola y vio-
len tos p r ocesos d e d es ca m p es in iza ción , en p a íses com o Br a sil,
Bolivia , Ar gen tin a y Pa r a gu a y. La p r od u cción d e soja h a a d qu ir id o
u n a exten sión sim ilar a la del algodón , el cacao, la cañ a de azú car del
siglo XIX y XX. E s u n a t íp ica for m a d e u n n u e vo “e n cla ve” –com o
plan teaban los teóricos depen den tistas para el caso de la estru ctu ra de
la h a cien da– qu e, al igu al qu e an tes, está prod u cien do efectos dep r e-
d adores qu e afectan el m edio am biente. Sin em b argo, d ich a dep reda-
ción adqu iere n u evas form as m u ch o m ás destru ctoras qu e las an terio-
res. No sólo se p rodu ce u na in ten sa deforestación , sino qu e la a plica-
ción de la b iotecn ología tran sgén ica está gen er a nd o efectos devasta -
dores sobre la n apa terrestre y sobre las vidas h u m an as.
El trabajo de Ram ón Fogel ejem plifica este tipo de explotación en
el Para gu ay, el qu in to produ ctor m u n dial de soja desp u és de Br asil y
Ar gen tin a. E sta form a de en clave in clu ye la con flu en cia de m últiples
factores: el u so de h erbicida s e in secticida s, m eca n ización in ten siva ,
destru cción d e m a terial gen ético na tivo, y expu lsión d e colectividades
cam pesin as. E l a utor an aliza la prob lem ática presta ndo a ten ción a la
in ter rela ción en tr e las ca u sa s d e la p rod u cción d e la p ob reza , y a l
m is m o tiem po señ ala a los a ctores per petra d or es, tom a n do com o
m arco teórico los ap ortes ya señ alados de E lse Øyen . Este proceso se ve
favorecido ad em ás por p olítica s pú blicas p erm isiva s, en u n con texto
m arcado por u na estructu ra de poder que tien e a los gran des producto-
res com o actores d om in a n tes. Segú n el au tor, los em presa rios sojeros
poseen el control m oral de la dinám ica de desarrollo, lo que les p erm ite
legitim ar sus p rácticas y m odelar el discurso público qu e legitim a, per-
petú a y reprod u ce la p obreza. E n tre los per petra dor es, ad em ás de los
em pr esarios, en con tra m os a gr an d es corpora cion es en biotecn ología ,
im por ta dores de agrotóxicos, dip lom áticos qu e defien den a em presa-
rios, fu ncionarios pú blicos, políticos, etcétera. E sta metodología perm i-
te identificarlos y diseñar políticas qu e dism in uyan la pobreza in directa

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TR AB AJO Y P RO D U C CI ➵N D E L A P O B RE Z A E N ➸AT I N O AM ➺RI CA Y E L ➻ AR I B E

qu e se produ ce sobre los cam pesinos expulsados, y tam bién evitar pro-
cesos qu e p r odu cen d egr ada ción am bien ta l. Segú n el a u tor, el cr eci-
m ien to de la prod ucción de soja tran sgén ica actú a com o prod uctor de
pob r eza p or va rias vías . Por u n a parte a u m en ta la con cen tr a ción del
ingreso y de la tierra a costa de las explotacion es cam pesin as que deben
em igrar por la pérdida de su s m ed ios de producción, y por otra con ta-
m in a el m edio físico y biológico. La produ cción de pobreza de las tec-
n ologías sucias opera tam bién generand o discapacidad en la población
pobre. La concen tración de la tierra a expen sas de las u n idades cam pe-
sin as y su em igración a cen tros u rban os se traducen en viejas form as de
produ cción de pob reza rural/urban a, lo qu e se m an ifiesta en el aum en -
to de la desocu pa ción y su b ocu p a ción , tan to en á rea s ru r a les com o
u rban as, y en la precarización del trabajo.
Para el segu n do tipo, los ejem plos qu e en este libro se presen tan
son los casos de la in du stria de la castañ a en Bolivia y del agu acate en
México, llam ado tam bién “oro verde”. E l trabajo de Lou rdes Mon tero
posee u n títu lo su ger en te d e los p roces os señ a la d os: “Las par a d oja s
d el m od e lo e xp or t ad or b olivia n o o cóm o u n a m a yor in tegr ación
pu ede gen erar m ás pobreza”. A partir de u n a in vestigación m in u ciosa
de la caden a de produ cción y del valor produ cido en cada in stan cia, la
a utor a rastr ea la con centra ción de la r iqu eza y la im p ortan cia d e los
m on o polios tr a n s n a cion a les d e a lim en tos en la a p r op ia ción d e la
riqu eza, ju n to a u n estu dio em pírico sistem ático de las diferen tes for-
m as de relacion es de produ cción y expropiación del plu svalor del tra-
bajo en la caden a de produ cción . Segú n Lou rdes Mon tero, la in du stria
d e la ca sta ñ a am a zó n ic a se con s titu ye en u n excelen te ca so p a r a
explorar distin tos procesos de cam bio y con tin u idad del trabajo asala-
ria d o agr ofor es tal en u n a zon a qu e h a a d qu ir id o ca r a cter ística s d e
en clave prod u ctivo, adopta n d o for m as de prod u cción prem oder n as y
patrim on ialistas, a l m ism o tiem po qu e se incor por a com petitivam en -
te den tr o d el m ercad o m u n dia l de la s n u eces. Se ilu str a m u y b ien la
m a r ca d a r ela ción existen te en t r e u n sistem a econ óm ico con cebid o
par a in cr em en ta r la r iqu eza, a tr avés de la s exp orta cion es, pero cuya
distribu ción desigu al de poder en tre los actores de la caden a produ cti-
va lo convier te en u n activo p roceso de gen eración de p obreza. E s en
la in d u str ia exp orta dor a don d e la flexib ilización la bor a l tom a for m a
con c r eta y exh ib e su s r es u lta d os: u n a m a yor d iscr ecion a lida d p or
parte de la patron al en el u so de la fu erza laboral, salarios en fu n ción
de la p rodu cción , in ten sificación d el tra ba jo, su b con tra ta ción en cu -

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bierta por tr ab ajo fa m iliar, y la in va sión del m u n d o labor a l en tod os


los tiem pos de vida de los trabajadores.
E n su s c on clu sion es la a u to r a d es p liega a lgu n a s h ip ó tes is
sobr e las p osib les r elacion es en tr e los m er cad os in tern a cion ales, la s
p o lítica s est a ta les d e e xp or t a ción y e l tr a b a jo c om o gen e r a d or d e
p ob r eza, b u sca n d o p on er en eviden cia el a p r ovech a m ien to d el u s o
in te n s ivo d e la fu e r za d e t r a b a jo co m o ve n ta ja com p etit iva d e u n
en clave prod u ctivo a gr oforesta l expor ta dor.
Rosalía López Pan ia gu a y Pa b lo Ch a u ca Ma lásqu ez, en su tr a-
b a jo “E l or o ver d e: agr icu lt u r a de exp or t a ción y p ob r eza r u r a l en
México”, m u estran cóm o el caso de los cortadores de agu acate es otro
ejem plo d e la segu n da tipología de encla ve agroexporta dor glob aliza-
d o y d e su s p ar ad ojas en r ela ción a la p obr eza . Los a u tor es s eñ a lan
cóm o u n a de la s for m as cr ecien tes d e em p leo p recar io en el á m bito
ru ral en México está vin cu lada paradójicam en te a u n a de las activida -
des econ óm ica s qu e gen era n m á s r en ta en la agr icu ltu ra de exporta -
ción , el “oro verde”, en la región de Mich oacán , prin cipal produ ctor de
a gu aca te m exica n o. S e m u est r a , a l igu a l qu e en el ca s o an ter ior, la
per m a nen cia y resignificación d e vieja s form as sem iserviles y n eoco-
lon ia les de explotación del trab ajo ca m pesino e in dígen a, cuya repro-
du cción rep osa en pa rte en las econ om ía s de su bsistencia y en el tra-
b a jo estacion a l, a desta jo, sem is er vil y p reca riza do, sin qu e se cu m -
p lan las leyes la borales ni se acceda a cobertu ra de p rotección social.
Los au tor es r ealizan u n h a llazgo qu e m u estr a la perversión de esta s
for m as d e explota ción d el trab a jo y su vín cu lo con la p rod u cción de
p ob r eza y la d iscr im in a ció n ét n ica . La s zon as d on d e se e n cu en t r a
m ayor volu m en de produ cción de agu acate son a su vez las qu e tien en
m a yor m ortalidad in fan til. Se eviden cia em p íricam ente qu e la m ayor
parte de la m an o de obra em pleada, jorn aleros qu e realizan la tarea de
cor te, p r esen ta con d icion es d e p ob r eza y pob r eza extrem a en vir tu d
de la s con d icion es política s, socia les y econ óm icas qu e p reva lecen y
qu e favor ecen la a gu d iza ción d e la p ob r e za, la con cen tr ac ión d el
in greso y u n a alta m argin ación social. E n tre estas con dicion es se des-
tacan : la debilidad en la organ ización de trabajadores; la con tratación
in for m a l de la m a n o d e ob ra ; la tr an sferen cia de va lor a los cen tr os
im p er ia les por el m on op olio d e la com er cializ a ción en el cr ecien te
m erca do n orteam erica no del p rodu cto; la prom oción gu bern am en tal
de este sector com o m od elo econ óm ico a segu ir. E stos com p on en tes
( s u p e r-explota ción d e la m a n o d e ob r a, m on op olio, tran sferen cia d e
in gresos a los cen tros de poder y p rom oción del m odelo por las elites

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TR AB AJO Y P RO D U CC I ➪N D E L A P O B RE Z A E N ➶AT I N O AM ➹R I C A Y E L ➘ AR I B E

locales y na cion ales) se en cu en tra n ta m bién en los ca sos a n tes a n ali-


zados. E s in teresan te desta car qu e en este trab ajo se rea liza u n an áli-
s is d e t ip o p olít ico, m ost r an d o la de bilid a d de l gob ier n o esta ta l y
m u n icipa l pa ra desa r rolla r m eca n ism os qu e perm itan r ever tir estos
procesos y m ejorar la distribu ción del in greso.
Fin a lm e n te con sid er o im por tan te p la n tea r a lgu n os a s pe ctos
relativos a la im portan cia de este libro para el pen sam ien to social lati-
n oam er ica n o y p a r a los p osibles escen a rios fu tu r os d e la s p olítica s
socia les y econ óm ica s de estos pa íses. A tr avés de esta p resen tación
h em os p odido ob ser va r la p ers isten cia de la pr eocu pa ción y la p ro-
du cción teórica sobre la pobreza en el pen sam ien to socia l latin oam e-
rican o, y su evolu ción a tra vés del tiem p o; la m a n era en qu e las ú lti-
m a s tr a n sfor m a cion es h a n p r odu cid o n u eva s fo rm a s d e exclu sión
cada vez m ás exten sivas, persisten tes y diversas; la persisten cia de vie-
jas form as de produ cción de la p obreza a las qu e se su per pon en n ue-
vas qu e la s p oten cian e in ten sifican , tan to en el ám b ito r u r a l com o
u rban o; la m etam orfosis de discu rsos m odern izan tes qu e se m ateriali-
zan en diver sos r ela tos de la p osib ilidad d e tra n sform ació n de n u es-
tr a s socie da d es y d e in t egr a ción en la econ om ía glob a l (p r ogr eso,
m odern ización , d esarrollo region al y n a ciona l) pero qu e au m enta n la
con cen tración de la riqu eza y la desigu ald ad, gen era n n uevas form a s
d e exclu s ión , exp lo tación d el tr a ba jo y d egr a d a ción d el m ed io
a m bien te; los esfu erzos y p rota gon ism o de la s víctim as p ara con tra-
r resta r los efectos de su em p ob recim ien to per o en estad os ca d a vez
m á s coer citivos y poco in clu sivos de su s d em an da s; desgastes en las
gr an des m etr óp olis d e las viejas estr ategias d e solidarid ad com u na l y
cr ecien te fragm en ta ción y p olarización social; p olítica s sociales qu e
gen eran u n arsen al de recu rsos y sab eres técn icos destin ados a “erra-
dicar ” la pobr eza con u n a r etór ica h u m a n izan te p er o q u e pr od u cen
m á s exclu sión y d es igu a ld a d , y gen er a n y p r efigu r a n u n a socie d a d
ca d a vez m á s d u a liza d a , d on d e u n gr u p o ca d a vez m ayor d e ser es
hu m an os vivirá en los um b rales d e la satisfa cción de su s n ecesida des
básicas y en u n a con dición de ciu dadan ía de segu n da.
Ju n to a estos gra n des tem a s, se h ace n ecesario p r om over estu-
dios com parativos de las ten den cias observadas en este libro e in dagar
otr os que h an qu ed ado sin la n ecesaria pr ofu n dización da da la com -
plejidad de la problem ática. Por ejem plo: la tran sform ación de la con-
dición de ciu d ada n ía r elacion ada con la pobreza crecien te; las car ac-
terística s qu e a su m en los regím en es dem ocráticos en p aíses cada vez
m ás d esigu a les social y étn ica m en te; las n u eva s for m a s de violen cia

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➴O N I A ➷LVARE Z ➬E G U I Z AM ➮N

entre ricos y p obr es; los sign ificados de las lu ch as sociales por con s-
tru ir u n a s ocieda d m ás ju sta e in clu siva. E stos d eber ía n ser r etom a -
dos por la com u n idad cien tífica para h acer realidad u n a sociedad m ás
ju sta, don d e las p erson as ten gan posibilidad de pen sar qu e es posible
con stru ir u n fu tu ro m ejor para ellos y para su s h ijos.
Com o dice Ju lio Neffa al fin alizar su artícu lo, la sim ple m en ción
d e estos p roblem as n u tre la agen d a d e fu tu r a s in vestigacion es: “La s
m ism as pod rían orien tarse n o sólo pa ra con ocer y explicar las cau sas
de la pobreza, sin o tam bién para crear con cien cia acerca de la n ecesi-
dad de tran sform ar las estru ctu ras qu e la produ cen ”.

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