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DESARROLLO Y DEMOCRACIA, DESDE

LA CIUDADANÍA
Oscar Guerra González1

Resumen Abstract
La construcción de una ciudadanía participativa, Building a participatory citizenship, it has been
ha sido uno de los grandes desafíos para la de- one of the great challenges for democracy in
mocracia contemporánea en el mundo. Actual- the contemporary world. Currently in Latin
mente en América Latina, no sólo se evidencia la America, not only emergency and need for new
emergencia y necesidad de nuevos espacios de spaces for participation is evidence but also re-
participación, sino que también se mantienen main latent, common problems for the region
latentes, problemas tan comunes para la región and its history, as are the high levels of poverty
y su historia, como lo son los altos niveles de po- and inequality. In Latin America and specifica-
breza y desigualdad. En Latinoamérica y especí- lly in Chile for the past 30 years, you may note a
ficamente en el Chile de los últimos 30 años, es significant advance towards social citizenship,
posible constatar un avance significativo hacia which is reflected in the expansion of social
una ciudadanía social, lo cual se refleja en la am- protection systems and the positioning of the
pliación de los sistemas de protección social y en “citizen participation” as an element new way
el posicionamiento de la “participación ciudada- of thinking in the formulation and implemen-
na” como un elemento novedoso en la forma de tation of social policies. This scenario requi-
concebir la formulación e implementación de res new frameworks that allow reflection on
las políticas sociales. Este escenario, requiere de public policy position, “citizen participation”
nuevos marcos de reflexión que permitan posi- as a means of inclusion and integration, able
cionar en las políticas públicas, la “participación to shape a development model that has been
ciudadana” como un medio de inclusión e inte- characterized by identifying “beneficiaries”
gración, capaz de dar forma a un modelo de de- “users” and “consumers” rather than “citizens”.
sarrollo que se ha caracterizado por identificar a
“beneficiarios”, “usuarios” y “consumidores”, an-
tes que a “ciudadanos”.

ARTÍCULO: Desarrollo y democracia, desde la ciudadanía / Oscar Guerra Revista CIS Nº19 Noviembre 2015 pag.10 - 44 45
Palabras clave: Ciudadanía, pobreza, des- Keywords: Citizenship, poverty, inequality,
igualdad, política, participación. policy, participation

Fecha de recepción: 04.06.2015 Received: o4.06.2015

Fecha de aceptación: 06.08.2015 Accepted: 06.08.2015

1 1
Historiador, PUCV. Magíster en Ciencia Política, Uni- Historian, PUCV. Master in Political Science, University
versidad de Chile. Profesor de “Ciudadanía, pobreza e of Chile. Professor of citizenship, poverty and social
innovación social”, Universidad Diego Portales. innovation. Diego Portales University

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DESARROLLO, DEMOCRACIA Y puede evidenciar de forma clara y sencilla en
CIUDADANÍA el debilitamiento de los procedimientos polí-
ticos institucionales, como lo es el progresivo
Chile a nivel latinoamericano se posiciona a ni- descenso en el porcentaje de la población que
vel político como un modelo distinguido a par- participa en los procesos eleccionarios o sea,
tir de sus altos niveles de institucionalización en los espacios convencionales de participa-
y la eficacia en los Procesos de Formulación de ción ciudadana. Esto se evidencia también, en
Políticas Públicas. A nivel social, se posiciona el crecimiento de una serie de demandas por
como un ejemplo a partir de la denominada parte de la población que aun siendo respon-
“lucha contra la pobreza”. La reducción de la didas a partir de la oferta estatal, no deriva
misma ha significado un aporte fundamental necesariamente en mejores niveles de apoyo
al régimen democrático recuperado después al sistema democrático, ni menos aún en un
de 17 años de dictadura. Este proceso clara- aumento progresivo de la participación con-
mente amplió considerablemente el rol social vencional eleccionaria (Sojo, 2011) (BID, 2006)
del Estado frente a la ciudadanía, a través de (PNUD, 2004).
políticas sociales que lograron dar sentido a
un crecimiento económico exitoso, en un mar- Estos elementos en su conjunto reflejan un de-
co de estabilidad institucional que significó safío para el desarrollo del país, entendiendo
una de las características más valoradas del que la gobernabilidad del mismo depende en
proceso de transición a la democracia (FSP, buena manera, de la capacidad de mantener un
2011) (CEPAL, 2010). orden y una respuesta frente a las crecientes
demandas de la ciudadanía. En la actualidad
Junto al destacado escenario anterior, se ha es posible dar cuenta de una creciente percep-
consolidado en el modelo de desarrollo del ción de desigualdad, la cual abre espacios una
país, una característica permanente que no sociedad en la cual aumenta la frustración, el
sólo genera ciertos grados de incertidumbre a sentido de marginación de los individuos y sus
la institucionalidad actual, sino que también sentimientos de injusticia (Calderón, 2012: 114).
permite dar cuenta de una debilidad funda- A lo anterior, podemos conciliar que la “ciuda-
mental del camino al desarrollo. Esta caracte- danía” pareciera ser una deuda en todas sus di-
rística se refiere a los altos niveles de desigual- mensiones para la democracia actual, especial-
dad que presenta el país. Los cuales tienden mente en países y regiones como la nuestra, en
a ser entendidos sólo dentro del marco so- donde los niveles de asimetría y desigualdad
cio-económico, sin embargo, su transversali- parecieran obstáculos permanentes para un
dad se puede observar en la profunda elitiza- desarrollo sostenible que contemple el fortale-
ción del régimen político, lo cual nos remite a cimiento de una ciudadanía en sus dimensio-
un marcado déficit democrático (CEPAL, 2010). nes civil, política, social y cultural.

La crisis de la democracia representativa, se El modelo tradicional de comprender el desa

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rrollo y el avance de la ciudadanía, ha pensado DEMOCRACIA DESDE LA CIUDADANÍA
estas dimensiones de forma progresiva. Según
su relato a partir de la experiencia europea, en El predominio de un modelo procedimental de
el cual la garantía de los derechos civiles, da- la democracia, tanto en el ámbito politológico,
ría pie al desarrollo de los derechos políticos así como en el mismo discurso político, ha ido
y luego a los sociales, sin embargo, esta idea delimitando progresivamente el marco del sig-
progresiva pareciera no aplicarse en el contex- nificado que asume la democracia a la hora de
to latinoamericano, ejemplo de ello lo veremos hablar o estudiar sobre ella. Según este mode-
en el sostenido avance respecto a los sistemas lo existirían al menos cinco elementos propios
de protección social versus la apatía de los sec- de una institucionalidad democrática, como lo
tores más “beneficiados” frente al sistema po- serían: 1) Autoridades elegidas; 2) Elecciones li-
lítico (Leonardo, 2003) (Santos, 2004)(Marsha- bres, periódicas e imparciales; 3) Sufragio inclu-
ll,T) (Freijeiro, 2008). Es posible constatar, una sivo o incluyente; 4) Derecho a ser elegido u ocu-
subordinación frente a un modelo elitista de par cargos públicos; 5) Libertad de expresión; 6)
democracia que ha restringido la participación Derecho a variedad de fuentes de información;
ciudadana, generando niveles de desigualdad y 7) autonomía asociativa (Dahl, 1989).
que se traducen en fuertes déficit democráti-
cos, los cuales terminan por afectar de forma Una de las mayores críticas a esta visión de la
permanente a los sectores más vulnerables (De democracia, estaría en que ha vaciado en bue-
La Maza, 2010). na parte el contenido social necesario para un
real régimen democrático. Si bien, a fines del
Resulta relevante indicar que este artículo siglo XX, el debate en Occidente se inclinó a fa-
se une a los enfoques que buscan ampliar la vor de lo deseable de la democracia como forma
comprensión del rol “social” del Estado y sus de gobierno, por otro lado, la propuesta que se
políticas públicas, apostando por una revisión convirtió en hegemónica terminó por implicar
del papel de “lo político”, en la edificación de una restricción de las formas de participación y
una nueva agenda que tenga por guía concep- soberanía ampliadas a favor de un consenso en
tos como ciudadanía e inclusión social (Barba, torno al procedimiento electoral para la forma-
2009). A partir de lo anterior, el esfuerzo se tra- ción de gobiernos, lo cual derivó en un progre-
duce en generar una revisión de la estrecha sivo enfoque hacia la estabilidad de los gober-
relación entre democracia y ciudadanía, apos- nantes y no hacia la ampliación política y social
tando por ampliar los márgenes que tradicio- del sistema (Held, 2007).
nalmente han mantenido a la pobreza y la des-
igualdad como elementos cercanos a modelos Este estrecho modelo de la democracia, ha
de “desarrollo”, pero a la vez, alejados del desa- acompañado a un Estado que ha tendido a per-
fío que requiere construir un sistema democrá- filarse como un facilitador de mercados y garan-
tico que traduzca los denominados beneficios te de un reducido haz de derechos de seguridad
del desarrollo, en una ciudadanía más activa y individual y de propiedad (PNUD, 2004). Dejan
participativa.
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do en un “vacío” la figura del ciudadano, el cual DEMOCRACIA CIUDADANA
se ausenta cuando nos acercamos a los grupos
menos favorecidos por el sistema económico. Antes de proseguir con el análisis sobre la pro-
De esta forma, toma fuerza pensar que en un blemática, resulta fundamental clarificar qué
continuo que fuera desde la participación efec- hemos de entender por ciudadanía. Ahora bien,
tiva a la participación limitada, el modelo de de- definir ciudadanía, resulta una tarea compleja
mocracia vigente, se sitúa en el último extremo, debido a las diversas aproximaciones que inten-
pues para muchos ciudadanos de la clase obre- tan clarificar su contenido político y filosófico.
ra, del sexo femenino y de minorías étnicas, las Es por ello, que para introducirnos en este tema,
limitantes para una participación efectiva, son asumiremos siguiendo a Lister que ser un ciu-
abundantes (Held, 1997:312). dadano en el sentido legal y sicológico implica
poder disfrutar de los derechos de ciudadanía
Frente al escenario anterior, es relevante recor- necesarios para la agencia y la participación so-
dar que la democracia no se puede agotar en el cial y política. A partir de ello, actuar como ciu-
régimen político, sino que en su sentido pleno dadano significa satisfacer el potencial de ese
implica la extendida existencia de otras ciuda- estatus (Lister, 2003).
danías además de la política, como lo sería la
civil, la social y la cultural. De esta forma el régi- Para una mejor aproximación, es necesario dis-
men democrático no garantiza, como lo mues- tinguir al menos tres dimensiones de la ciuda-
tra la experiencia de América Latina, la vigencia danía. Estas serían:
de esos otros aspectos de la ciudadanía (PNUD,
2004). Frente al escenario anterior, el modelo de - La dimensión de los derechos: Dice relación
democracia participativa asoma como un refe- con un status legal de igualdad entre los indivi-
rente a la hora de pensar cómo cubrir los baches duos, el cual suele estar consagrado en las car-
del modelo representativo frente al progresivo tas constitucionales.
aumento de demandas por apertura y amplia-
ción del sistema. - La dimensión de la participación: Dice relación
con concebir a la ciudadanía como una condi-
Antes de proseguir, es fundamental considerar ción política por excelencia, en la posibilidad de
que los modelos de democracia no son exclu- deliberar y poder ser parte del gobierno.
yentes y que si bien, hemos de posicionarnos
desde una democracia participativa, esta no - La dimensión de la identidad o pertenencia:
entra en contraposición al modelo predomi- Dice relación con la pertenencia a una comuni-
nante como lo es el liberal representativo, sino dad singular (propia), que adquiere una serie de
que más bien se presenta como una forma de elementos que posibilitan la cohesión y solida-
complementar y suplir vacíos que como se han ridad de la comunidad (Peña, 2008).
descrito, representan los desafíos actuales de
los países de la región.

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La relación que se da entre estas dimensiones, La importancia de la obra de Marshall radica
es fundamental para la problemática que se en haber abierto un espacio al reconocimiento
plantea, pues las políticas sociales se hacen por parte del liberalismo, sobre la necesidad y
cargo de problemas como la inequidad, la cual utilidad de los derechos sociales a partir de la
es vivida por ciudadanos que se encuentran en ciudadanía.
una relación desventajosa dentro del orden so-
cial imperante. Esta posición desventajosa, no Para Marshall, la ciudadanía se entiende como
sólo puede entenderse en el nivel socio-econó- un status que se concede a los miembros plenos
mico del individuo o la familia, sino que en todo de una determinada comunidad. En ella, sus be-
el estatus de ciudadanía, atravesando las tres neficiarios serían iguales en cuanto a derechos
dimensiones antes propuestas. De esta forma, y obligaciones. Por el contrario, la clase social
el estatus de igualdad que representa la defini- se presenta como un sistema de desigualdades,
ción clásica de la ciudadanía ha representado que al igual que la ciudadanía, puede funda-
un desafío permanente para las democracias mentarse en un cuerpo de ideales, creencias y
occidentales, especialmente en estructuras valores de los grupos (Marshall, 1998). El desa-
sociales históricamente ligadas a altos índices rrollo de la ciudadanía en una sociedad entraría
de desigualdad, en dónde la ciudadanía social, en conflicto con su orden de clases. Para dar res-
persiste como una deuda y una experiencia no- puesta a esta problemática, Marshall no pensa-
vedosa. rá como solución la redistribución de ingresos
-lo que llevaría a centrarse en la sociedad de
CIUDADANÍA SOCIAL clases- sino en una equiparación de status de
la ciudadanía a través de derechos garantizados
A mediados de siglo XX T.H. Marshall en su cé- por el Estado.
lebre conferencia “Ciudadanía y Clase Social”,
proporcionó un modelo de ciudadanía en el Una de las respuestas del liberalismo igualitario
cual la dimensión social complementaba a la a los embates del socialismo a mediados del si-
ciudadanía civil y a la política. Marshall abrió así glo XX, será centrarse no sólo en la libertad del
la polémica en torno a si: ¿Sigue siendo cierto individuo, sino en mejores niveles de bienestar
que la igualdad básica entre los seres humanos, y justicia social. Lo anterior se debe, según la vi-
enriquecida en lo sustancial y expresada en los sión de Marshall, a que no se puede disfrutar de
derechos formales de la ciudadanía es compati- una ciudadanía plena (en lo civil y político) en
ble con las desigualdades de clase social? (Mar- ausencia de condiciones previas, ligadas a los
shall, 1998). A lo cual responderá de forma afir- recursos materiales que permiten niveles ne-
mativa, acusando que la sociedad actual acepta cesarios de dignidad (Freijeiro, 2008) (Marshall,
aún esa compatibilidad, hasta el punto en que 1998).
la propia ciudadanía se ha terminado por con-
vertir, en cierto punto, en el arquitecto de una La mayor crítica a la ciudadanía social de Mar-
desigualdad social legitimada (Marshall, 1998). shall en Europa, vendrá de las corrientes de la
“Nueva Derecha” o del “Neoliberalismo”, y la
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crítica se centrará en los supuestos efectos te programas impulsados por las comunidades,
degenerativos de las políticas sociales de los para que puedan elegir su propio destino. Pro-
estados de bienestar europeos, acusando a la piedad local de los fondos, para que puedan po-
ciudadanía social de consolidar una relación ner freno a la corrupción. Quieren que las orga-
paternalista entre Estado-Ciudadano. Relación nizaciones no gubernamentales y los gobiernos
que terminaría por atentar contra el desarrollo les den cuenta de lo que hacen...Éstas son voces
de la libertad y los derechos de los individuos sonoras, una demostración de dignidad”.
propios del ideal liberal.
James D. Wolfensohn, Presidente del Grupo del Banco Mun-
dial. Discurso ante las Reuniones Anuales de la Junta de Go-
La crítica más dura a la ciudadanía social de bernadores, 28 de septiembre de 1999.
Marshall, surge de la constatación de un nuevo
escenario en las sociedades capitalistas, don- La focalización que ha caracterizado el rol social
de la lógica de racionalidad económica opera del Estado neoliberal, ha puesto en el centro de
en favor de la desregulación de la actividad y la política social a “los más pobres”, lo cual se en-
en especial de las prestaciones sociales, impul- marca en un Paradigma de Bienestar Residual, en
sando la privatización de servicios públicos y el el que se concibe la pobreza como un problema
desmantelamiento progresivo de las políticas imputable fundamentalmente a las deficiencias
sociales estatales, al tiempo que estimula la de carácter individual, a partir de la falla de la fa-
iniciativa y el esfuerzo individual (García, 1998) milia o del mercado (Barba, 2009).
(Peña, 2008). El desafío para la ciudadanía social
en los años 80´será afrontar el embate neolibe- Dentro de este contexto, podemos visualizar dos
ral que negará el valor del rol social del Estado elementos relevantes que terminan por condi-
con la ciudadanía. En la actualidad, el caso de cionar la visión de la pobreza. Por una parte, exis-
Chile es emblemático, pues al ser un ejemplo de te una mirada predominante que tiende a la in-
reformas de corte neoliberal, buena parte de las dividualización y atomización del fenómeno, lo
prestaciones sociales se encuentran en manos cual favorece un discurso que propicia con más
de privados. Siendo vinculada la ciudadanía so- fuerza la focalización y las políticas de Transfe-
cial hoy en día, con el humanitarismo, cuando rencias Condicionadas; y por otra, podemos ver
no al mercado. (Peña, 2008) (Kymlicka, 1997). la generación de una ciudadanía de segundo ni-
vel cuando pensamos en “los pobres” y las posi-
CIUDADANÌA Y POBREZA bilidad de participar como ciudadanos activos.
Estas dos miradas no sólo se pueden evidenciar
“¿Qué es lo que los pobres responden cuando se en el origen del Sistema de Protección Social ac-
les pregunta qué es lo que representaría el mayor tual, sino que se reflejan de forma más concreta
cambio en su vida? Su respuesta es: organizacio- en el desarrollo de las políticas y programas en
nes propias para poder negociar con el gobierno, los sectores denominados “vulnerables”.
con los comerciantes y con las organizaciones
no gubernamentales. Asistencia directa median-

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Para la identificación de los “pobres”, hemos de nes y necesariamente integral en sus solucio-
mencionar que la “pobreza” ha sido observada nes. Entendiendo que si bien los ingresos son
y estudiada de forma predominante desde una un determinante fundamental para adquirir
perspectiva cuantitativa. Si bien se han logrado parte de los satisfactores de nuestras necesida-
importantes avances en los últimos 20 años. En des básicas; indudablemente, mientras persis-
especial si consideramos que el país ha logrado tan bajos niveles de logro escolar; las enferme-
un crecimiento económico con una estabilidad dades evitables o la malnutrición afecten con
política. A lo cual se suma un “desarrollo soste- mayor fuerza a las personas en pobreza, se ha-
nible” por el cual se han alcanzado logros, como bite en viviendas muy pequeñas y en zonas se-
el bajar una tasa de pobreza de 38,6% en 1990 a gregadas, o sólo se logre una inserción precaria
20.6% en el 2000, reduciendo con ello la pobreza en los mercados laborales, la pobreza no podrá
extrema de 12.9% a 5.7% en el mismo período de ser superada (FSP, 2011).
tiempo. Sin embargo, estos logros se deben en-
tender de forma global, en tanto se insertan en La pobreza como hemos podido dar cuenta, re-
contextos de cambio en la economía mundial presenta un desafío y una deuda permanente
y del papel que asumen los Estados (Racynski, no sólo con los sectores catalogados como tal
1998). (“pobres”) sino que con la sociedad en su con-
junto. La reducción sostenible de la pobreza
Hablar de pobreza, ha sido predominantemente requiere que haya un crecimiento equitativo,
referirse a la medición por línea de ingreso y/o pero también requiere que los pobres tengan
por necesidades básicas insatisfechas. Lo cual poder político (PNDU, 2004). Este poder político
como hemos visto anteriormente proviene de dice relación con un proceso necesario como
un modelo residual, por el cual el crecimiento lo es la denominada “democratización de la de-
por sí mismo, generaría las mejores condiciones mocracia”, asumiendo el desafío de romper las
para poder superar la pobreza. Esta visión, pa- brechas en su relación con los ciudadanos y el
reciera ser predominante en el debate público status de igualdad que en él debe existir. De
y en el discurso político actual, a pesar de la in- esta forma, es que podemos hablar de una “ciu-
serción de la concepción multidimensional de dadanía de los pobres” en tanto, se les involucra
pobreza (Racynski, 1998) (FSP, 2011). en tanto se trata de fortalecer su ciudadanía,
pero desde una lógica que no logra involucrar al
Las políticas sociales han sido fundamentales conjunto de la sociedad en dicho esfuerzo (Fer-
para la configuración de un escenario como el nandez, 2005) (FSP, 2011).
actual, en donde Chile aparece al menos bajo
una mirada cuantitativa como un modelo. Sin Un ejemplo de lo anterior es el Programa base
embargo estas requieren una mirada integral, de la política social en Chile, como lo es el Chile
en tanto el riesgo de configurar una pobreza Solidario, pues este en su momento introduce
crónica en ciertos sectores, debe implicar con- una noción de derechos garantizados para un
siderar que la pobreza es multifactorial en sus sector que carecía de acceso a estos, sin embar-
causas, multidimensional en sus manifestacio- go, estos mismos derechos ya no son universa
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les sino que están focalizados en quienes han - La protección frente a situaciones de emer-
sido definidos previamente como beneficiarios, gencia, que han surgido en el contexto de pro-
existiendo por tanto, una serie de esfuerzos que gramas de ajuste estructural de la economía y
no contemplan necesariamente un desarrollo los efectos de crisis;
universal de las dimensiones de la ciudadanía
social y que implique una integración social - La protección como asistencia y acceso a la
que esquive el sesgo que aleja a ciertos secto- promoción, que combina políticas de mitiga-
res de una concepción de ciudadanía plena (De ción y superación de los riesgos con las de pre-
La Maza, 2004) (Mesa-Lago, 2008). vención y acumulación del capital humano; y

De esta manera, pareciera que los esfuerzos - La protección como garantía ciudadana, en
realizados para la disminución de la pobreza, donde la protección abarca una serie de dere-
tienden a mantenerse bajo un marco de com- chos que el Estado tiene la obligación de ga-
prensión común del fenómeno, en el cual se au- rantizar. (Cecchini, 2011)
senta las posibilidades de generar una inclusión
social necesaria y apropiada a una democracia Estos distintos enfoques se traducen en los
que logre superar la distancia entre su conteni- diversos programas y sistemas de protección
do político y social. social de los países (Cecchini, 2011). En el caso
de Chile, como bien hemos indicado, los funda-
POLÍTICAS SOCIALES Y PARTICIPACIÓN mentos se encuentran en un Sistema de Protec-
ción Social, que guarda sus bases en un modelo
Como hemos podido dar cuenta, buena parte de neoliberal. Sin embargo en la actualidad y gra-
la teoría tradicional de la ciudadanía queda in- cias a los gobiernos democráticos se han hecho
validada al traerla a países altamente desigua- avances que han permitido oscilar entre un
les como lo son los países latinoamericanos sistema de asistencia y acceso a la promoción,
(CEPAL, 2010) (Fernández, 2005). Frente a este es- hasta programas que develan la visión de pro-
cenario el rol del Sistema de Protección Social tección como una garantía ciudadana. A pesar
que asumen los países resulta fundamental, de estos avances, no podemos olvidar el predo-
pues determina de qué forma es asumido el rol minio existente de una libre elección y compe-
social del Estado frente a sus ciudadanos. tencia entre los oferentes, cuyo caso ejemplar
Ceccini distingue cuatro enfoques de protec- es el sistema educacional que posee el país en
ción social que darían cuenta de un proceso la actualidad y que goza de una serie de cues-
acumulativo en las políticas y modelos de dise- tionamientos (Cecchini, 2011) (De La Maza, 2010)
ño que se han incorporado en América latina: (Lechner, 1998).

- La protección basada en el sector informal, y Lo anterior se resume en un enfoque dual del


que es el de mayor data en los países de la re- sistema de protección social, en donde por una
gión; parte la protección social contributiva de los
asalariados queda fundada en la capitalización

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individual y el aseguramiento , que funciona en pobreza a partir de las políticas públicas. Este
la órbita de los ministerios del trabajo y salud; fue recordar el papel relevante que adquieren
por otra parte, la protección social no contribu- los participantes. Esta propuesta del BM, se si-
tiva queda orientada a cubrir ciertos niveles mí- tuaba en el afán y en la necesidad de comple-
nimos de bienestar y disminuir las consecuen- mentar aquellas dimensiones de la pobreza que
cias de la pobreza extrema, administrada por no eran abordadas por los meros datos estadís-
los ministerios encargados del desarrollo social. ticos especialmente en los procesos de evalua-
Asumiendo el Estado un papel subsidiario, de ción (BM, 2004).
control y de evaluación, disminuyendo su papel
de proveedor y otorgando dicho rol a capitales Ahora bien, la presencia de la participación ciu-
privados (Cecchini, 2011, 33). dadana ha estado presente tanto en el discur-
so como en los distintos programas de los go-
Los avances que ha tenido el país le han posibili- biernos democráticos, sin embargo, una de las
tado dentro de la región, mantenerse como uno deficiencias permanentes es la incapacidad de
de los países con regímenes progresivamente generar espacios de autonomía y empodera-
universalistas, al igual que Argentina, Uruguay miento, o sea, distribuir poder y generar capa-
y Costa Rica, lo cual ha implicado un desarrollo cidades propias en las comunidades (Racynski,
gradual y universalizante de la ciudadanía so- 1998). La introducción de la participación ciu-
cial (Cecchini, 2011) (Barba, 2009). De esta forma, dadana entonces, ha estado bajo el velo del pa-
pareciera que uno de los desafíos centrales para radigma gerencialista que tiende a entenderla
Chile será conciliar el desarrollo social y el creci- como un criterio de gestión pública, o sea como
miento económico, asumiendo en el modelo de un instrumento, para elevar la calidad de la ac-
protección social la figura del ciudadano como ción social del Gobierno.
eje central, para la contribución de una socie-
dad más igualitaria e inclusivas. La generación de programas en distintas áreas
como lo son la salud (consultorios) o los barrios,
PARTICIPACIÓN Y POLÍTICAS SOCIA- ha conformado una forma de intervenir en sec-
LES, UNA INNOVACIÓN tores vulnerables a partir, de la participación
como un instrumento eficaz a la hora de admi-
Un elemento que ha logrado entregar nuevos ai- nistrar los recursos y los compromisos. De esta
res al Protección Social en el último tiempo, ha forma los Programas de Transferencia Condi-
sido la participación ciudadana como elemento cionada como el Programa Puente y El Chile
clave en el trabajo con sectores vulnerables. Solidario, se ubican como innovadores en su
momento, y bajo el fin de ampliar la cobertura
El año 2000 el Banco Mundial publicó su estu- y el acceso de los sectores más vulnerables a la
dio “La voz de los pobres ¿Hay alguien que nos oferta pública.
escuche?”, por el cual se abrió con mayor fuer-
za un espectro fundamental en la mirada de la Las políticas sociales con componente partici-
pativo, adquieren un valor no menor en tanto
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representan dos posibilidades que nos pueden usuario, lo cual devela en buena manera los ni-
acercar al desarrollo de una ciudadanía plena. veles de participación que se consideran y la vi-
Pues por un lugar encontramos una forma de sión que se tiene de los receptores o participan-
hacer políticas públicas que integran a su pro- tes de la misma. (Cunill, 1991) (De La Maza, 2004)
ceso instancias participativas y por otra, la po- Uno de los primeros ejemplos de política parti-
sibilidad no menor de generar espacios forma- cipativa en Chile, ha sido el del programa de “Pa-
tivos para los grupos participantes de adquirir vimentos participativos” el cual surge en 1995
una serie de habilidades y capacidades que per- como parte de una propuesta del Minvu. En los
mitan el desarrollo de una cultura participativa requisitos de postulación, además de los ele-
en sectores que históricamente han sido exclui- mentos técnicos para la pavimentación, el pro-
dos. grama contempla su funcionamiento a partir de
la demanda de los propios vecinos por medio de
PARTICIPACIÓN Y SUS MIRADAS una organización denominada “Comité de par-
ticipación. Aquí se comprometen recursos de
La valoración de la participación ciudadana todos los actores, lo cual implica una diferencia
como un elemento clave en la implementación sustancias frente a otras políticas destinadas a
de políticas sociales tiene como ya hemos men- sectores vulnerables.
cionado, dos tipos de fines o propósitos. Un
ejemplo es que en el caso latinoamericano el De esta forma pareciera surgir progresivamente
clientelismo y la corrupción han sido parte im- con o sin una visión clara, una serie de mecanis-
portante de la historia de las políticas sociales, mos a partir de la política pública, en donde, se
los actuales Programas de Transferencia condi- ve el fortalecimiento de la ciudadanía como par-
cionada, no han estado exentos de ello. Es por ticipación efectiva de los actores sociales en los
ello que en varios países se ha tomado el fomen- asuntos públicos, como una cuestión esencial
to de la rendición de cuentas y la participación para enfrentar el deterioro de la cohesión social
ciudadana como medidas para contrarrestar (CEPAL, 2000). La amplitud de visiones y temáti-
este patrón histórico (Programas de Transferen- cas que entrega la participación a las políticas
cias Condicionadas). Los niveles de participa- públicas no hacen más que enriquecer el campo
ción en estas políticas son variados y van desde de trabajo y análisis que va desde las visiones de
el tipo consultivo hasta otra que suponga un ciudadanía y democracia, hasta las propias de
control más activo en la gestión de programas la política pública, su eficacia y eficiencia. (BID,
sociales (CEPAL, 2008) (CEPAL, 2010). 2006) (Fernandez, 2005) (De La Maza, 2010).

Desde la perspectiva predominante en la ad- “PARTICIPACIÓN CIUDADANA”, MÁS


ministración pública, estos programas asumen QUE UN DESAFÍO POLÍTICO
un visión instrumental de la participación, en
la cual se pueden evidenciar no sólo el perfil Al finalizar podemos conciliar que para poder
de ciudadano, sino que también el de cliente o avanzar hacia una democracia participativa y

ARTÍCULO: Desarrollo y democracia, desde la ciudadanía / Oscar Guerra Revista CIS Nº19 Noviembre 2015 pag.10 - 44 55
una ciudadanía activa, se requiere de una re- ciudadanía en todas sus dimensiones, sino que
flexión que permita reconfigurar los sistemas de también en la búsqueda por configurar proce-
protección social que han tendido a un paradig- sos de política pública realmente participativos
ma residual, en el cual la figura del ciudadano y que superen “lo asistencial”. La introducción
y de una sociedad civil fuerte, no aparecen con de la participación en las políticas sociales re-
claridad y relevancia necesaria. Esta tensión quiere de esfuerzos a largo aliento con el fin
democracia-desigualdad si bien, ha sido parte de generar una sustentabilidad del proceso no
central de la reflexión intelectual del siglo XX sólo en la sociedad, sino que también en la ad-
por las distintas corrientes teóricas. En el caso ministración pública. Lo anterior puede derivar
latinoamericano, requiere de nuevas reflexio- en políticas sociales que resinifiquen la prin-
nes que permitan dar cuenta de que a pesar de cipal relación posible entre el Estado y los ciu-
los inmensos logros en el mejoramiento de la dadanos “más pobres”, reconociendo no sólo
calidad de vida de buena parte de la población, capacidades, sino que procesos y experiencias
no se ha podido generar un modelo de desarro- participativas que se integren a un Sistema de
llo sustentable que conciba como central el for- Protección Social integral.
talecimiento de la democracia y la ciudadanía.
En el caso de Chile, el desafío es mayor en tanto, En el momento en que se requiere pasar desde
los altos estándares de su calidad de vida, res- la reflexión teórica hacia términos prácticos, es
pecto a los países de la región, contrastan con el en donde nos enfrentamos a las mayores difi-
desarrollo de una ciudadanía social, incapaz de cultades. Esto debido a que la introducción de
integrar a sectores históricamente excluídos al la participación ciudadana como componente
modelo de desarrollo actual. de las nuevas políticas sociales no ha estado
acompañada de una definición clara en torno a
Respecto a la pobreza, podemos conciliar que el indicadores y dimensiones sobre el valor de la
abismo entre “los que tienen” y “los que no tie- participación. La introducción de componentes
nen” no sólo posibilita altos índices de conflicti- participativos puede generar un avance insos-
vidad en los sectores más vulnerables, sino que pechado en la relación Estado-sociedad civil,
también develan la precariedad de las miradas sin embargo, este posible avance requiere de un
tanto de la pobreza como de la ciudadanía, en asentamiento de principios democráticos y po-
donde la primera se reduce al tener y la segunda líticos que otorguen sentido y “norte” al diseño
a una participación política convencional que e implementación de políticas públicas.
poca relación tiene con los espacios de partici-
pación que generan las comunidades. En ambos El ciudadano puesto en el centro de la política
casos, queda en evidencia, la estreches del desa- pública, puede traducirse en la consideración
rrollo de una ciudadanía social, de cual adolece de espacios para formular estrategias que pro-
el actual modelo de desarrollo (HABITAT, 2012). muevan una ciudadanía activa. En la actualidad
Una comprensión integral de la pobreza resul- los tiempos de generación de espacios partici-
ta necesaria para comprender cómo construir pativos que contempla la intervención estatal
ciudadanía, no sólo por el reconocimiento de la no se condice con un conocimiento apropiado
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de los ritmos de acción y organización de las BID, (2006). La política de las políticas públicas. Pro-
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pública, debe reconocer al “ciudadano” como
componente esencial de una gobernabilidad Borja, J. y U. O (2003). Cuadernos de democracia y
democrática que vaya más allá de un orden de- ciudadanía N°1. Medellín: IPC.
terminado. Si bien esto pareciese obvio, repre-
senta uno de los mayores desafíos de la demo- Calderón, F (2012). La protesta social en América
cracia en la región. Latina. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

En definitiva, el predominio de las figuras de Cecchini, S (2011). Transferencias condicionadas.


“usuarios”, “consumidores”, “receptores” y “be- Balance de la experiencia reciente en América Lati-
neficiarios”, aún requieren ceder espacios a la na y el Caribe. Santiago: Naciones Unidas.
figura de “ciudadano” como “sujeto”, tanto en
la lógica de la formulación e implementación CEPAL (2010). La Hora de la Igualdad. Brechas por
de la política pública, como en la forma de re- cerrar, caminos por abrir. Santiago: Naciones Uni-
flexionar y conciliar un modelo de desarrollo das.
inclusivo y sustentable, que hasta el momento
nos presenta a la “ciudadanía” como una deuda Cunill, N (1991). Participación ciudadana. Dilemas
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