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15. LA TEORÍA DEL APEGO


lll'ovivencia, es decir, la protección. Así, en el marco del apego, los vínculos
110 se consideran subordinados a la crianza y a la sexualidad, ni derivados
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do ést as, y el deseo acuciante de consuelo y sostén frente a la adversidad
l.11mpoco se considera infantil, como lo sobrentiende la teoría de la depen-
doncia. Al contrario, la capacidad de establecer vínculos con otros indivi-
d 11os, a veces en el papel de aquel que busca cuidados (careseeking) y a
voces en el del que los da (caregiving), es considerada una característica
La teoría del apego ha sido formulada para explicar ciertos esquemas de pt"incipal del funcionamiento eficaz de la personalidad en relación con la
comportamiento que caracterizan no sólo a los bebés o a los niños pequeños, 1111 Iud mental.
Por regla general, la búsqueda de cuidados se encuentra en el individuo
sino también a adolescentes y adultos, y que antes estaban conceptualizados
desde el punto de vista de la dependencia y la sobredependencia. Las obser- 111 ás débil y menos experimentado, frente a otro considerado más fuerte y/o
11 1{ts listo. Un niño, o una persona más grande, en el papel de quien busca los
vaciones relacionadas al mismo tiempo con la manera en que reaccionan los
<•11idados, se siente atraído por aquel que los ofrece, y dependerá siempre de
niños pequeños, cuando se los pone en un lugar extraño con personas extra-
lni,; circunstancias el grado de proximidad o de accesibilidad, de donde se de-
ñas, y con los efectos que estas experiencias implican en las relaciones ulte-
1•iva el concepto de comportamiento de apego.
riores del niño o niña con sus padres, han desempeñado un papel particular-
mente importante en la elaboración de esta teoría. Históricamente, la teoría El hecho de dar cuidados, función primordial de los padres, es comple-
111 cntario del comportamiento de apego; y es considerado de la misma mane-
tiene su origen en la tradición de las relaciones de objeto en psicoanálisis,
1·11, que el hecho de buscarlos, es decir, como un componente fundamental de
pero también se inspira en conceptos surgidos de la teoría de la evolución, de
111 naturaleza humana [4].
la etología, de la teoría cibernética de la regulación (control theory) y de la
La exploración del ambiente -y esto implica el jugar con sus pares o li-
psicología cognoscitiva o cognitiva. De esto resulta una reformulación de la
brar se a diversas actividades con ellos- se considera un tercer componente
metapsicología psicoanalítica en términos compatibles con la biología moder-
na [2]; otra consecuencia ha sido la de promover una investigación empírica l'u ndamental, antitético al comportamiento de apego. Cu.ando un individuo
sobre el desarrollo socio-afectivo de los niños. (independientemente de su edad) se siente seguro, tiende a alejarse de su fi-
La teoría del apego pone el acento sobre: 1] el estatuto prim ario de los 11ura de apego para explorar. Cuando se siente alarmado, angustiado, fatiga-
vínculos importantes en el plano afectivo entre los individuos; 2] la poderosa do o incómodo tiene necesidad de acercarse. Se trata aquí del esquema ca-
influencia en el desarrollo de un niño(a) de la manera en la que sea tratado rncterístico de la interacción entre el niño(a) y el padre-madre, lo que deno-
111 in amos la exploración a partir de una base segura. Sólo cuando sabe que
por los padres y, especialmente, por su figura materna [2].
tHI padre-madre va a permanecer accesible y va a responder a su llamado,
11 n niño( a) sano se siente bastante seguro para la exploración. Al principio
11us exploraciones son limitadas, tanto en el tiempo como en el espacio. A
LA PRIMACÍA DE LOS VÍNCULOS AFECTIVOS
pnrtir de la edad de dos y medio a tres años, un niño(a) que se siente seguro
tiene la suficiente confianza como para aumentar la distancia y el tiempo de
La teoría del apego considera la propensión a establecer vínculos afectivos 11lejamiento, primero durante medio día y luego por días enteros. Cuando
fuertes con personas particulares, como un componente fundamental de la nntr a en la adolescencia, sus excursiones se extienden a semanas o meses,
naturaleza humana, existente ya en forma embrionaria en el recién nacido, pero una residencia segura sigue siendo indispensable para una salud men-
l.1i l y el mejor funcionamiento posible.
manteniéndose en la edad adulta hasta la vejez. En el transcurso de la pri-
mera infancia y de la infancia, los vínculos se hacen con los padres (o los En el tr anscurso de los primeros meses de vida, el niño manifiesta un
sustitutos parentales), quienes son buscados con el afán de encontrar pro- ¡: ran número de reacciones constitutivas de eso que más tarde será un com-
tección, consuelo y sostén. Estos vínculos persisten en el transcurso de una portamiento de apego, pero el esquema organizado de este comportamiento
110 se desarrolla antes de la segunda mitad del primer año. Desde su naci-
adolescencia y de una vida adulta sanas, pero son completados por nuevos
111 iento, el niño da prueba de una capacidad inicial para entrar en una inte-
vínculos de naturaleza habitualmente heterosexual. Si en estas relaciones
la crianza y la sexualidad desempeñan a veces papeles importantes, la rela- rncción social y muestra placer en hacerlo [11]. Luego, en algunas semanas,
HO vuelve capaz de distinguir la figura materna entre otros personajes, por
ción existe por sí misma y tiene, como tal, una importante función en la so~
Hit olor y por el sonido de su voz, así como por la manera en que lo toman en
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prospectivos: por ejemplo, los estudios sobre el desarrollo socioafectivo en el


brazos; la discriminación visual no es confiable antes del segundo trimestre.
transcurso de los primeros cinco años de vida, establecidos por Ainsworth [1]
Al principio, el llanto constituye el único medio del que dispone para señalar
.Y considerablemente aumentados por Main y Sroufe[7, 9, 10]; los estudios
su necesidad de cuidado, y el contentamiento el único modo de indicar que
Hobre los efectos del luto en la infancia [6] y los estudios sobre el desarrollo
ha sido satisfecho. En el transcurso del segundo mes, sin embargo, su sonri-
f'uturo de niños educados en instituciones [8].
sa social influye de manera considerable en su madre, para animarla en sus
Hasta hoy, han sido identificados de manera confiable tres esquemas de
actitudes de cuidado.
npego, así como las condiciones familiares que los favorecen. Primero, el es-
El desarrollo del comportamiento de apego como sistema organizado, cuyo
quema de apego seguro: el individuo tiene confianza en el hecho de que su
objetivo es el mantenimiento de la proximidad o de la accesibilidad a una fi-
madre-padre (o figura parental) está disponible, le responde y lo ayuda en el
gura materna discriminada, exige que el niño haya desarrollado la capacidad
1:nso de verse enfrentado a situaciones adversas o que lo asustan. Con esta
cognoscitiva de conservar a su madre en la mente cuando ella no está presen-
1·onfianza, se siente alentado en sus exploraciones del mundo. Este esquema
te: esta capacidad se desarrolla durante el segundo semestre de vida. Así, a
OH favorecido por un padre y, durante los primeros años, especialmente por
partir de los nueve meses, la mayor parte de los niños reacciona ante el hecho
111 madre; cuando ésta se encuentra fácilmente disponible, es sensible a las
de ser dejados con una persona extraña, mediante protestas y llantos, y tam-
Ho ñales del niño(a) y reacciona con amor cuando éste busca protección y/o
bién quejas prolongadas y un rechazo al extraño(a). Estas observaciones de-
l'Onsuelo.
muestran que en el transcurso de estos meses, el modelo de representación
El segundo esquema de apego es el del apego angustiado o ambivalente:
de la madre se hace fácilmente accesible al niño(a) con fines de comparación
ni individuo no está seguro de que su progenitor(a) esté disponible y le res-
cuando ella está ausente, y de reconocimiento cuando regresa [3].
ponda o lo ayude si él llama. Debido a esta incertidumbre, siempre estará
Una de las principales características de la teoría del apego es la hipótesis
1H1jeto a esta angustia de separación, tenderá a pegarse a la progenitora y se
según la cual el comportamiento de apego se organiza por medio de un siste-
111ostrará angustiado al ir a explorar el mundo. Este esquema se ve favoreci-
ma de control en el seno del sistema nervioso central, análogo a los sistemas
do por una madre-padre que esté disponible y acuda en ciertas ocasiones
centrales de regulación que mantienen, entre ciertos límites, los datos fisio-
ptiro no en otras, por medio de separaciones y, particularmente, de amena-
lógicos, como la presión arterial o la temperatura del cuerpo. La teoría pos-
",HS de abandono utilizadas como recurso disciplinario.
tula, por tanto, que de manera análoga a la homeóstasis fisiológica, el siste-
Un tercer esquema es el del apego angustiado "evitante": 1 el individuo no
ma de control del apego mantiene la relación de una persona con su figura
1iene ninguna confianza en el hecho de que si busca cuidados se le responda
de apego entre ciertos límites de distancia y accesibilidad. Como tal, pode-
do modo útil, y, por el contrario, espera un rechazo. Intenta vivir su vida sin
mos considerarlo un ejemplo de eso que se puede adecuadamente denominar
11111or ni apoyo por parte de los demás. Trata de ser autosuficiente en el
homeóstasis ambiental [2, 5].
pl ano afectivo y puede ser diagnosticado como narcisista o con un falso self
La existencia de un sistema de control de este tipo y sus relaciones con los
11;¡..¡te esquema es consecuencia del rechazo de la madre hacia este individuo
modelos de representación de sí y de la figura de apego (o de las figuras de
1•uando se acerca a ella para buscar consuelo y protección. Los casos más ex-
apego), que se establecen en la mente durante la infancia, se consideran
1rcmos provienen de rechazos repetidos y de maltrato, o de estancias prolon-
como las características fundamentales del funcionamiento de la personali-
1(11das en instituciones.
dad en el transcurso de la vida.
Los estudios prospectivos muestran que cuando estos esquemas de apego
1m establecen tienden a persistir. Esto se debe al hecho de que la manera en
que un padre trata a su niño(a), buena o mala, tiende a mantenerse sin mo-
11i íicación, y a que todo esquema tiende a perpetuarse a sí mismo. Así, un
LOS ESQUEMAS DE APEGO Y LAS CONDICIONES QUE DETERMINAN SU DESARROLLO
11 iño que se siente seguro es un niño más feliz y más gratificante para quien
lo cuida, y al mismo tiempo es menos exigente que un niño angustiado. El
El segundo campo al que la teoría del apego otorga una atención particular
11iño angustiado ambivalente tiende fácilmente a lloriquear y a aferrarse, en
es la manera en la que la función de los padres determina el desarrollo del
l11 nto que el niño angustiado y "evitante" guarda sus distancias y es propen-
niño(a). Hoy disponemos de muchos más datos importantes para mostrar
m a maltratar a los demás niños. En cada uno de estos casos, el comporta-
que el esquema de apego que desarrolla un individuo durante sus años de
inmadurez (primera infancia, infancia y adolescencia) está profundamente
1 81 a utor utiliza en inglés el neologismo avoidant (del verbo to avoid: evitar); por esto, utili-
influido por la manera en que lo tratan sus padres u otras figuras de tipo pa-
rental. Estos datos surgen de algunos estudios sistemáticos, muchos de ello8 1111\0fl como calificativo el participio presente "evitante". [E.]
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miento del niño puede suscitar una reacción desfavorable por parte de los La información existente hace pensar que una vez construidos estos mo-
padres y dar lugar a círculos viciosos. delos interactivos de los padres y de uno mismo, podrían ser considerados
Si, por las razones antes mencionadas, estos esquemas pueden persistir, como naturales, y los esquemas de interacción que producen corren el riesgo
una vez formados no necesariamente siempre es así. Los datos muestran de hacerse habituales y, en gT<Ul parte, inconscientes. También tienen ten·
que en el transcurso de los dos o tres primeros años, el esquema de apego es dencia a persistir sin corrección ni modificación, aun cuando el individuo es
una cualidad propia de la relación, por ejemplo del niño con la madre o del confrontado a circunstancias enteramente modificadas. Es en estos términos
niño con el padre, y que si el progenitor(a) trata al niño de manera diferente, como la teoría del apego explica el desarrollo de personalidades flexibles y
el esquema se modifica en consecuencia. Estas modificaciones, entre los nu- sanas en el plano mental, y el de otras sujetas a la angustia, a la depresión o
merosos datos reunidos por Sroufe [10), implican que la estabilidad del es- a otras formas de mala salud mental.
quema de apego, cuando éste se establece, no pude ser atribuida al tempera-
mento del niño, como a veces se ha afirmado. Cuando el niño crece, este es-
quema se vuelve, cada vez más, una característica suya, lo que significa que
propende a imponérselo a sus nuevas relaciones, por ejemplo a los profeso- HIBLIOGRAFfA
res o a su madre adoptiva.
Los estudios prospectivos que tienen que ver con las madres y los hiJos [l] Ainsworth, M .D.S. , "Pat.t.erns of infant- (comps.), Nueva York, Guilford Press,
enseñan que el esquema de apego característico de la díada, tal como puede mother attachrnents: ant.ece<leuts and ef- 1985.
evaluarse cuando el niüo tiene doce meses, es altamente predictivo de su fects on clevelopment", en Bullctin of thc [7] Main, M., N. Kaplan y J. Cassidy, "Secu-
New Yorh Acadcmy of lvlcdicinc. 1985, Gl: rity in infancy, childhood and aclulthood: A
comportamiento en la escuela prepri.maria tres años y medio después. Así, rnove to t.he leve! of representation", en
771-812.
los niños que revelan un esquema de apego seguro con su madre a los doce [2] Bowlby, J. , Attu.chemcnt et pertc. vol. 1: At- Grotuing Points in Attachm.ent: Theory and
meses, serán probablemente descritos por aquellos que se ocuparán de ellos tachem.ent. París, t'lW, 1978. Res earch, I. Bretherton y E, Waters
como cooperativos, queridos por los demás niüos, y plenos de energía y re- [3] Bowlby, J. , Attu.chcmcn t et pcrtc. vol. 3: (comps .), Monographs of Society for Re-
cursos. Aquellos que muestran un esquema angustiado "evitante" serán pro- Perte, París, 1•11F, 1984 . search in Child Development, Serial, núm.
(4] Bowlby, J. , "Cming for the young: lnfluen- 209, Chicago, University of Chicago Press,
bablemente descritos como aislados afectivamente, hostiles o antisociales y ces on clevelopment", en Parentlwod: A 1985.
demasiado solícitos de atención. Aquellos que revelen un esquema resisten- psychodynamic p erspcctiue. R.S. Cohen, [8] Rutter, M., Maternal deprivation reasses-
te, angustiado, también serán descritos como demasiado solícitos de aten- B.J. Cohler y S .H. Weissman (cornps .), sed (2a. ed.) , Harmondsworth, Penguin,
ción y tensos, impulsivos y fácilmente frustrables, o incluso como pasivos, Nueva York, The Guilforcl Press, 1984. 1981.
con sentimientos de impotencia (helpless) [9]. [5] Bretherton, l. , "Att.achment theory: Re- [9] Sroufe, L.A., "Infant-caregiver attaclunent
trospect ancl prospect", en Growing Points ancl patterns of adaptation in pre-school:
Para dar cuenta de estos datos, la teoría del apego recurre al concepto The roots of maladaptation and competen-
in Attachmcnt Th co ry and Rc scarch. l.
de modelos de representación , ya descritos, de sí y de los padres . En el Brethe1ton y E. Waters (comp s.), Mono - ce", en Minnesota Sym.posiu.rn in Ch ild
transcurso de los primeros años de vida, el niño(a) construye el modelo graphs of Socicty far R cscarch in Child Dc - Psychology, vol. 16, N. Perlemutter (comp.),
mental que representa a su madre y a su manera de conducirse con ella, velopm.ent. Serial ntím. 209, Chicago, Uni - Minneapolis , University of Minnesota
así como un modelo equivalente para el padre; los datos hacen ver clara- versity of Chicago Press, 1985. Press, 1983.
[G) Brown, G.W., T. Harris y A. Bifulco, "Long- [10] Sroufe, L.A., "At.taclunent classification
mente que las formas que estos modelos adoptan se apoyan en la experien- from füe perspective ofinfant-caregiver re-
term effects of early loss of ¡mrent". en Dc -
cia que el individuo tiene de sus padres. Análogamente, el modelo que pres sion in Childhood: Deuelopm.cntal lat.ionships and infant temperament", en
construye de sí mismo refleja, de modo importante, las imágenes que sus Perspective. M, Rutter, C. Izard y P. fu.ad Child Developm.ent, 1985, 56: 1-14.
padres tienen de él(ella) tal como le son indicadas a través de lo que cada
uno de ellos dice de él(ella ) y por la manera en que lo(a) trata cada uno.
Estos modelos regirán después la manera en la que él(ella) se sentirá fren-
te a cada uno de sus progenitores, y por tanto en la que se sentirá él(ella)*
mismo, la manera en que espera ser tratado por cada uno de ellos y tam-
bién aquella con la que va a planear su comportamiento con ellos.
* Espero que este seüabrniento no resulte molesto y, al contrario, nos h aga caer en la cuenta
de que muchas veces es necesario hacer la aclaración. No se trata aqui de pruritos o afanes femi·
nistas, el español en sí sólo cuenta con la palabra infante, que no consideramos aqui adecuada. ['1'.]

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