Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
º CUATRIMESTRE - 2007
Vitoria-Gasteiz, 2007
CONSEJO DE REDACCIÓN / ERREDAKZIO KONTSEILUA
Director / Zuzendaria
Iñaki Beristain Etxabe
Dirección de Economía y Planificación. Departamento de Hacienda
y Administración Pública. Gobierno Vasco
Subdirector / Zuzendariorde
Javier Gúrpide Ibarrola
Dirección de Economía y Planificación. Departamento de Hacienda y Administración Pública. Gobierno Vasco
http://www1.euskadi.net/ekonomiaz
Erredakzio Kontseilua beretzat gordetzen du jasotako artikuluak El Consejo de Redacción se reserva el derecho de publicar los
argitaratzeko eskubidea, aurrez ebaluatzaile anonimo baten artículos que reciba, previo sometimiento a un proceso de
edo batzuen iritzia ezagutuko duelarik. Idazlana argitaratzeak evaluación anónima doble. Su publicación no significa necesa-
ez du, berez, edukiarekiko adostasunik adierazi nahi, beraren riamente el acuerdo con el contenido que será de responsabi-
erantzunkizuna egilearena eta ez beste inorena izango delarik. lidad exclusiva del autor.
Artikuluak aurkezteko arauen laburpena honako web orri hone- Un resumen de las normas de presentación de los artículos se
tan daude: http://www1.euskadi.net/ekonomiaz/articulos_e.asp puede encontrar en la página web: http://www1. euskadi.net/
ekonomiaz/ articulos_c.asp
EKONOMIAZ aldizkariko artikuluak indexatuak dira ondoko da-
tutegietan: CSICeko ISOC eta American Economic Association Los artículos de EKONOMIAZ son indexados en las bases de
elkarteko Journal of Economic Literature-k argitaratzen dituen datos ISOC del CSIC y JEL en CD, e-JEL y EconLit del Jour-
JEL CD formatoan, e-JEL eta EconLit, LATINDEX eta DIALNET nal of Economic Literature de la American Economic Associa-
alerta-sarean. tion, LATINDEX y en la red de alertas DIALNET.
ISSN 0213-3865
SUMARIO
PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
En su obra Mon coeur mis à nu: journal intime, de 1887, Charles Baudelaire no dudó en afir-
mar que el comercio es, por esencia, satánico, añadiendo que representa la forma más baja y
vil del egoísmo humano. Para quien se dedica a ello, la honradez es en sí misma una especula-
ción lucrativa, aun cuando concedió que el menos infame de todos los comerciantes es el que
dice: «Seamos virtuosos para ganar mucho más dinero que los necios que son viciosos».
Estas afirmaciones siempre me recuerdan algunos de los rasgos que hoy caracterizan la
práctica de la responsabilidad social empresarial. No faltan quienes, desde el triunfalismo y
animados por los nuevos gurús en la materia, sólo perciben toda suerte de acciones bené-
ficas en el comportamiento de la mayoría de las empresas más conocidas. Frente a ellos,
una parte significativa de la opinión pública vislumbra más bien lo contrario y quizá hasta
llegase a suscribir tal cual las duras descalificaciones del poeta parisino.
Sin embargo, probablemente, no existen razones sólidas para generalizar y dar por bue-
na una u otra visión. Ahora bien, en lo que sin duda parecen estar de acuerdo en el mundo
de los negocios y hasta en determinados círculos del conjunto de la sociedad es en dar por
bienvenida la responsabilidad social de las compañías siempre que no modifique realmente
las bases del statu quo. Puesto que el actual sistema económico debe considerarse el me-
nos malo de los posibles, es decir, una «realidad dada» y un punto de partida no discutible en
ningún análisis, habrá de aceptarse que resulta lógico e incluso suficiente circunscribir la res-
ponsabilidad social de las compañías sólo a ganar el máximo dinero de una forma ética. Es la
virtud al servicio de la cuenta de resultados. Un proceder que, al fin y al cabo, ya conseguía
suavizar la severa reprobación inicial de Baudelaire; y un enfoque muy propio de una época
en la que se nos ha intentado convencer del advenimiento del «fin de la historia».
Eppur si muove… En algunos ámbitos sociales surge la sensación de que esto último si-
gue siendo una forma de desbordamiento del oikos —la esfera mercantil— sobre el ágora
—la esfera del debate político—, aunque sea un desbordamiento contenido por la necesi-
dad de favorecer la legitimación, reputación e imagen de las empresas mediante el respeto
de determinados principios éticos, la aplicación de algunos compromisos en el plano social
o de los derechos humanos y la preocupación por la sostenibilidad medioambiental. De aquí
que algunos sectores de la opinión pública continúen equiparando la tan propagada res-
ponsabilidad social corporativa con un refinado ejercicio de relaciones públicas y marketing
en pro de aumentar los beneficios financieros. Por tanto, emergen voces a favor del debate.
Y, además, cada vez con mayor frecuencia aparece en escena quien reclama una reflexión
que tenga en cuenta categorías políticas, en el sentido más noble de la expresión. De este
modo, se amplía el ángulo de la discusión. Algunos de los protagonistas adoptan una pers-
pectiva multidisciplinar, engarzando sus inquietudes con el estudio de la reforma de la em-
presa —un viejo tema—, así como de las consecuencias socioeconómicas derivadas de las
reglas propias del vigente sistema y de la conducta de su establishment. ¿Por qué no imagi-
nar una empresa verdaderamente ciudadana y unos auténticos ciudadanos en la empresa?
En dicho contexto, las páginas siguientes pretenden ofrecer al lector pistas para ir más
allá de la presente sabiduría convencional en materia de responsabilidad social de las firmas,
hasta situarle ante nuevos interrogantes. A la vez, se presentan aportaciones que enlazan la
cuestión con las Administraciones públicas, el sector no lucrativo o la banca alternativa.
El primer artículo, de José Miguel Rodríguez Fernández, ante todo repasa en el tiempo
algunas de las distintas interpretaciones que ha ido mereciendo o recibe hoy esa responsa-
bilidad social, un concepto maleable y lábil. Es un intento por sistematizar las grandes orien-
taciones que se detectan al respecto, para poder confrontar a continuación algunas de las
visiones prácticas con un enfoque normativo avanzado e integral de la empresa ciudadana,
estructurado sobre varios ejes: vincular dicha responsabilidad con el gobierno de las com-
pañías y participar en la decisiones; otra forma de evaluar los resultados alcanzados por la
firma, con referencia a la creación de rentas o cuasi-rentas económicas para los diferentes
implicados en la organización; una verificación externa e independiente de los referidos re-
sultados; y finalmente un replanteamiento de los incentivos para los directivos o gerentes.
Desde la perspectiva económica, Vicente Salas Fumás se centra en el análisis del cono-
cimiento y el capital humano específico como activos estratégicos en las empresas actuales,
al proporcionarles ventajas competitivas. Desde el momento en que el conocimiento está in-
corporado en las personas y éstas no pueden ser objeto de compraventa, el control último
sobre ese conocimiento reside en la persona que lo posee, independientemente de quien lo
haya pagado. Los costes de transacción —derivados de la incertidumbre— impiden regular
el intercambio entre trabajador y empresa dentro de un esquema de «contratos completos» y
es preciso recurrir a los «contratos incompletos». Éstos incorporan mecanismos de decisión
para dar respuesta a las contingencias no previstas en el momento de redactar el contrato.
Y, en tal contexto, al elegir el mecanismo de gobierno es preciso tener en cuenta la singulari-
dad del conocimiento incorporado en las personas como recurso estratégico. El autor termi- 9
na mostrando los resultados de la contratación bajo los diferentes supuestos planteados.
Tras estos primeros trabajos de carácter general, Mónica Melle Hernández perfila la res-
ponsabilidad social en el sector público. Sugiere algunos principios al respecto y describe
los grupos de interés relevantes en las Administraciones públicas, para luego apostar por
un nuevo enfoque en los procesos de adopción de decisiones, con un papel más activo de
los citados stakeholders o partes interesadas. Por último, expone las iniciativas concretas
más importantes desarrolladas por esas Administraciones en materia de responsabilidad
social y desarrollo sostenible, junto con las perspectivas de futuro que ofrecen dichas ma-
terias en los sistema de gestión del sector público.
El siempre debatido asunto de la promoción pública de la responsabilidad social corpora-
tiva se aborda por Josep Maria Lozano Soler, situando previamente esta última dentro de
un concepto de empresa relacional e interdependiente. La gestión del impacto social de las
firmas es, de hecho, la gestión del impacto de sus actuaciones dentro de un entramado de
relaciones con sus stakeholders. Al mismo tiempo, la realidad implica concebir estas relacio-
nes de manera bidireccional; una empresa que no solamente sea capaz de actuar, sino que
también tenga capacidad de escucha. En este sentido, el diálogo con los diversos stake-
holders se convierte en un elemento vertebrador del uso de esas relaciones. Tras perfilar el
marco general de las políticas públicas sobre responsabilidad social empresarial, realiza un
análisis comparado al respecto en el ámbito europeo y destaca los principales esquemas
aplicados, resultando relevante en cada caso el modelo de empresa e, incluso, de país.
Seguidamente, Marta de la Cuesta González y Carmen Valor Martínez se aplican en el
estudio de los códigos de responsabilidad social corporativa de carácter interno, también
denominados de tercer nivel: esto es, aquellos elaborados, supervisados y controlados en
el seno de la propia firma y a instancia suya. Hoy proliferan como alternativa o complemen-
to frente a la regulación en sentido estricto, por lo que proceden a analizar los requisitos
para su eficacia desde una doble perspectiva, interna y externa; la primera alude a las con-
diciones que deben cumplirse para que el código consiga conductas éticas por parte de
los empleados; la segunda atañe al potencial y a las limitaciones de los códigos para servir
de alternativa a la regulación tradicional. Terminan con una breve referencia al estado de la
cuestión en las empresas españolas.
La información contenida y difundida en los informes anuales de sostenibilidad o res-
ponsabilidad social corporativa es objeto de una investigación empírica para el caso con-
creto de las empresas españolas incluidas en el índice bursátil IBEX-35. Corre a cargo de
Orencio Vázquez Oteo y Carlos Cordero Sanz, quienes sintetizan los resultados alcan-
zados al respecto en el último estudio efectuado por el Observatorio al que pertenecen.
Para ello, presentan una larga lista de indicadores orientados a evaluar la calidad de la in-
formación transmitida por cada una de las compañías concretas de dicho índice, y ponen
de manifiesto en último término las notables diferencias detectadas al respecto entre fir-
mas y el importante camino que les falta todavía por recorrer.
Jone Gurrea Iza, Arantza Echaniz Barrondo, Jorge Berezo Díez y Olga Gómez Ger-
boles ofrecen otra perspectiva empírica mediante un estudio específico relativo a la Comu-
nidad Autónoma de Euskadi (CAE). Ante todo, destacan las peculiaridades de la sociedad
vasca y de su entramado empresarial, las cuales pueden explicar una aproximación a la
responsabilidad social de las firmas distinta a la observada en otros contextos geográficos.
A continuación, resumen las percepciones de las empresas vascas en esa materia, a la vez
que describen las correspondientes preocupaciones de los grupos de interés. Y más tarde
ofrecen un pausado recorrido por las distintas iniciativas y agentes que apoyan el desarro-
llo de esa responsabilidad social en la CAE, destacando especialmente una de ellas, la he-
rramienta Xertatu, puesta en marcha por la Diputación Foral de Bizkaia.
Las organizaciones no lucrativas merecen una atención detallada que el trabajo de
Carmen Marcuello Servós cumple plenamente. Por su origen, fines y funcionamiento
muestran unas características particularmente idóneas para incorporar y poner en práctica
en su propia gestión el contenido básico de la responsabilidad social corporativa. Sin em-
bargo, la autora da un paso más allá y se pregunta si eso es suficiente para que tales orga-
nizaciones sean consideradas socialmente responsables. Debido a que en muchos casos
desempeñan una función como proveedoras de bienes públicos y generadoras de benefi-
cios colectivos, ¿deberían cumplir con obligaciones y condiciones más exigentes?; o más
bien, ¿las condiciones exigidas a la empresas sobre responsabilidad social corporativa de-
berían ser las mismas que para dichas organizaciones no lucrativas? El artículo finaliza con
una referencia a dos escenarios especiales: las organizaciones no gubernamentales inter-
nacionales y el mercado de los donantes.
También Sonia Margarita Rodríguez Parada y María José Cabaleiro Casal se sitúan en
un marco de estudio muy definido cuando abordan el estudio de la banca alternativa o so-
lidaria y su compromiso social. Mediante la comparación entre esta banca y la tradicional
intentan discernir el verdadero grado de compromiso social en la actividad de intermedia-
ción. A estos efectos, identifican las características distintivas entre ambos tipos de ban-
ca, entre las que destacan su objetivo empresarial, perfil de clientela, cartera de productos
ofertada y estilo de gestión. Una vez sugeridos y analizados varios indicadores, considera-
dos relevantes para medir ese grado de compromiso social adquirido en la intermediación,
introducen algunas reflexiones sobre la necesidad de evaluar con criterios distintos a los
habituales el rendimiento, no exclusivamente monetario, de la banca alternativa.
En el marco del problema general de la evaluación de los resultados empresariales,
Stuart Cooper nos recuerda la reciente incorporación a la legislación del Reino Unido del
modelo accionarial ilustrado o matizado, en el cual los grupos de interés distintos de los
accionistas constituyen instrumentos con el fin de potenciar el valor para estos últimos. Los
citados participes no accionariales devienen así relevantes, siendo, pues, importante ges-
tionar y medir su rendimiento. Para dicho propósito, se cuenta con dos enfoques genera-
les, uno con base monetaria y otro de base no monetaria. En el artículo se analiza su apli-
cación a dos categorías de stakeholders concretas: los empleados y el medio ambiente. El
autor concluye subrayando las dificultades tanto éticas como operativas afrontadas en el
cálculo de los valores económicos generados para los diferentes partícipes o implicados; y
por ello prefiere adoptar una perspectiva multi-dimensional en esta cuestión.
Cuando se desea conocer las prácticas actualmente más difundidas acerca de la elabo-
ración y difusión de las informaciones sobre responsabilidad social corporativa, es obligado 11
referirse a los modelos de informes de sostenibilidad sugeridos por la Global Reporting Ini-
tiative (GRI). De ello se encarga José Mariano Moneva Abadía, quien de entrada realiza un
estudio histórico de la evolución y fundamentos de la información social y medioambiental,
para luego situar el foco en las propuestas de la GRI. Así, explora el marco actual para la
elaboración de los mencionados informes y explica las orientaciones proporcionadas, junto
con su aplicación práctica y los principales rasgos de lo publicado. El artículo termina plan-
teando los retos fundamentales a los que deberá hacerse frente en este campo.
La GRI está también presente en la aportación de Igor Álvarez Etxeberria y Ainhoa Ga-
rayar Erro, en la que contrastan empíricamente el impacto de la GRI en su versión 2002 a la
hora de publicar memorias de sostenibilidad en las empresas españolas, las cuales duran-
te los últimos años han multiplicado sus esfuerzos al respecto. Así, en el sector bancario,
al igual que en el sector eléctrico se observa un rápido proceso de difusión de este tipo de
memorias, mediante una especie de imitación entre entidades. Lo mismo ocurre en el ámbi-
to de las cajas de ahorros. Por otro lado se advierte una falta de comparabilidad y continui-
dad en las memorias publicadas, de lo que puede inferirse que el objetivo de éstas parece
relacionarse más con intentos de mejorar la reputación que con esfuerzos por favorecer la
comunicación con los grupos de interés y transmitir información útil para la adopción de de-
cisiones.
Por lo que atañe a la parte no monográfica del presente número, José Manuel Chamo-
rro Gómez profundiza en su artículo acerca de las consecuencias de algunas posibles al-
ternativas al actual sistema de pensiones de la Seguridad Social que refuercen la viabilidad
futura del mismo. En estos nuevos sistemas se invita, e incita, a los individuos a contribuir
a planes de pensiones individuales de aportación definida. Partiendo de esta premisa, en
este trabajo se analizan dos tipos de garantía mínima sobre el rendimiento de una mues-
tra representativa de planes de pensiones del sistema privado de pensiones español como
forma de incentivar la suscripción a este tipo de planes.
Para finalizar, María Mendiluce Villanueva analiza cómo afectan los cambios económi-
cos estructurales a la intensidad energética en España e identifica los factores clave que
permiten explicar por qué su evolución sigue un camino distinto al de otros países euro-
peos. Se utiliza el método de desagregación de índices y se compara con la UE-15. Este
estudio se complementa con un resumen descriptivo de la evolución de la intensidad ener-
gética en los distintos sectores económicos y en el sector residencial.
Responsabilidad social corporativa y
análisis económico: práctica frente a teoría
12
El objetivo fundamental del artículo es doble. Primero, subrayar determinados interrogantes ori-
ginados por el trasfondo latente en las actuales prácticas de responsabilidad social corporativa.
Segundo, apuntar nuevas perspectivas para alcanzar una visión más avanzada en la materia.
Para ello, de entrada, un repaso histórico de las interpretaciones dadas al concepto en diversas
etapas permite detectar su carácter cambiante y maleable. Más tarde, se presenta un esquema
con los cuatro enfoques principales que pueden distinguirse al respecto en términos académicos.
Finalmente, el análisis se centra en resaltar detalladamente las diferencias entre: a) la práctica es-
tratégica e instrumental, ahora de moda; y b) una teoría normativa derivada del análisis económico
de un modelo integral de empresa pluralista o stakeholder. Se hace hincapié en la importancia de
articular un gobierno corporativo global o ampliado —pluralista y participativo—, así como generar
riqueza para todas las partes interesadas. Por tanto, sin la primacía a priori de una parte (los ac-
cionistas) sobre las restantes en cuanto a capacidad de decisión y creación de valor.
Artikulu honek bi helburu nagusi ditu. Batetik, enpresen gizarte-erantzukizunaren egungo praktiken
oinarriak berak eragindako hainbat zalantza azpimarratzea. Bestetik, ikuspegi berriak ezagutzera
ematea, gaiari buruzko ezagutza sakonagoa izateko. Horretarako, lehendabizi, kontzeptuak hainbat
etapatan izan dituen interpretazioen errepaso historikoa egiten du artikuluak, eta horrek agerian
jarriko digu kontzeptuaren aldakortasuna eta malgutasuna. Ondoren, arlo akademikoan gaiaren in-
guruan bereizten diren lau ikuspegi nagusien eskema azaltzen du. Azkenik, analisiak arreta berezia
jartzen du honako hauen arteko desberdintasunak azaltzen: a) praktika estrategikoa eta instrumen-
tala, orain modan dagoena; eta b) enpresa pluralistaren edo interes-taldearen eredu integralaren
analisi ekonomikotik eratorritako teoria normatiboa. Gobernu korporatibo global edo hedatu bat
—pluralista eta parte-hartzailea— artikulatzeak eta alde interesdun guztientzat aberastasuna sor-
tzeak daukan garrantzia azpimarratzen du. Horrenbestez, ez zaio nagusitasunik aitortzen alde bati
(akziodunei) a priori, erabaki-ahalmenari eta balorea sortzeko ahalmenari dagokionez.
The present article has a double aim. First, to highlight some questions arising from the latent background
in current practices of Corporate Social Responsibility. And second, to point out new perspectives to
achieve a new and more advanced view in the subject. With that purpose, a historical review of the given
interpretations for such a concept in different phases enables us to detect its changing and malleable
nature. Further it will introduce an outline with the four main approaches in academic terms. Finally, the
analysis will focus on highlighting in detail the differences between: a) the strategic and instrumental
practice, now in fashion; and b) a normative theory derived from the economic analysis of an integral
model of a pluralist or stakeholder company. It will also stress the importance when organizing a global or
enlarged —pluralist and participatory— corporative governance, as well as generating wealth for all the
stakeholders. Therefore, without a primacy a priori of one part (the shareholders) over the remaining with
regards to the decision making and value creating capacity.
ÍNDICE
1. Introducción
2. El pasado de la responsabilidad social: evolución de enfoques e interpretaciones 13
3. ¿Responsabilidad social estratégica o avanzada?
4. Consideraciones finales
Referencias bibliográficas
Palabras clave: responsabilidad social corporativa estratégica, neopaternalismo, legitimación social empresarial,
teoría stakeholder, gobierno corporativo ampliado.
Muy bien dijo Platón: […] la ciencia que está co-especulativo, no una ciencia deductiva
apartada de la justicia debe llamarse astucia ni inductiva (Foley, 2006). Quizá por ello, y
más que sabiduría. al igual que es lógico en cualquier teolo-
Marco Tulio Cicerón gía, esa economía convencional tiende a
considerar sus leyes como naturales, es
decir, conforme al «orden de la naturale-
1. INTRODUCCIÓN za» y, por tanto, de acuerdo con el plan
del Creador.
En su reciente obra La falacia de Adam,
Tal vez eso explique que, también en
D.K. Foley, perspicaz experto en histo-
el campo de la microeconomía, el mo-
ria del pensamiento económico y pro-
delo de empresa todavía más difundido
fesor en la New School for Social Re-
sea heredero del presunto «orden natu-
search de Nueva York, ha subrayado que
ral» subyacente en el individualismo pose-
el discurso sobre la economía derivado de
sivo y propietarista articulado por el inglés
Adam Smith es más bien un asunto de fe
J. Locke y el escocés D. Hume durante
—creencias— que de ciencia. En conse-
los siglos XVII-XVIII. Se supone que los se-
cuencia, tiene un alto contenido teológico,
res humanos, libres, autónomos, repletos
en el sentido de que, en su nivel más abs-
de necesidades y demandas, se enfrentan
tracto e interesante, es un relato filosófi-
a un mundo de penurias, de limitaciones
naturales. En dicho marco, la asignación
de los recursos escasos del conjunto de
* El autor agradece la ayuda financiera de la Secre-
taría de Estado de Universidades e Investigación del la sociedad exige la definición y atribución
Ministerio de Educación y Ciencia (proyecto SEJ2006- de unos derechos de propiedad para utili-
08317/ECON) y del Departamento de Ciencia, Tecno-
logía y Universidad del Gobierno de Aragón (proyecto
zar esos recursos. Es la propiedad privada
PM049/2006). como dato o «situación de la naturaleza»,
protegida por un derecho sagrado, invio- Así, la empresa es vista como una mercan-
lable e imprescriptible, del mismo carácter cía más dentro del tráfico comercial, lo que
e importancia que la libertad. A su vez, la de inmediato tiene consecuencias en la
delimitación de derechos introducida por formulación y aplicación de sus decisiones,
la propiedad requiere del mercado, ins- sean estratégicas o tácticas. Según ha ar-
titución natural que actúa como espacio gumentado M. Novak, cualquier alejamien-
de coordinación y de reasignación de re- to del objetivo de maximizar la riqueza de
cursos, de intercambio y de apropiación: los accionistas, para tener en cuenta algu-
todo es comercializable, real o potencial- na visión más amplia, deriva de una teolo-
mente. gía equivocada (Novak, 1981).
Organizada conforme a un esquema je- Por tanto, la corriente principal o con-
rárquico, la empresa queda ahí perfilada vencional del pensamiento económico im-
como un ente cuya esencia es una estruc- plícitamente ha consagrado siempre como
tura contractual, un entramado de contra- definitivo el modelo de empresa jerárqui-
tos que rige las relaciones entre sus miem- ca dominado por el capital financiero («en-
bros. En consecuencia, es sólo una ficción foque accionarial o financiero»), bajo una
(¿?) legal, una entidad jurídica que sirve aparente neutralidad ideológica —la firma
como nexo para articular las relaciones apolítica—. No en balde, llama la atención
entre individuos, no una institución social. que, el mismo Adam Smith que ensegui-
Tras poner énfasis en los acuerdos volunta- da se olvida del taller de alfileres con cuya
rios y en las fuerzas del mercado, se supo- división del trabajo abre su obra cumbre,
ne que existe una negociación justa entre más tarde se detiene a advertir del «proble-
todas las partes afectadas. De ello se deri- ma de agencia» entre los propietarios o ca-
va la exigencia del menor intervencionismo pitalistas y los directivos en las compañías
legal o gubernamental posible, salvo para por acciones. Está dando por sentada una
proteger los derechos de propiedad, faci- muy determinada visión jurídica, económi-
litar la realización de contratos y obligar al ca y política de la firma.
cumplimiento de los mismos.
Sin embargo, ya desde la época de la
Al mismo tiempo, algunas aportaciones Ilustración se detecta la contraposición
de —por ejemplo— la denominada Nueva entre dos liberalismos. De una parte, el
Economía Institucional aluden a la especifi- arriba perfilado, conservador e individua-
cidad de las inversiones materiales,1 la po- lista, así como respetuoso con las tradi-
sibilidad de sufrir un expolio y la asunción ciones y origen de un cierto capitalismo
de riesgos residuales para explicar por qué benevolente, compasivo y filantrópico —la
asignar al capital financiero la propiedad de Ilustración escocesa—. Por otro lado, el
la firma, el derecho a percibir el excedente inspirado en la Ilustración francesa, inte-
o renta residual y la facultad de vender su resado por la regeneración de la humani-
correspondiente participación accionarial. dad, la justicia distributiva, la igualdad real
y la voluntad general —representada por
1 Un activo o una inversión se califica como «es- un sujeto colectivo resultante de un pac-
pecífico» o «idiosincrásico» cuando su valor depende to, orientada al bien común y que no es
positiva y significativamente de la continuidad de su
empleo en el marco de una determinada relación con-
la simple suma de las voluntades indivi-
tractual. duales—. Esta segunda perspectiva libe-
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
ral se combina con la algo diferente Ilus- mercados incompletos2 y la limitada capa-
tración alemana y su idealismo, atención cidad de la regulación para mitigar los efec-
al devenir histórico, perspectiva orgánica tos externos («externalidades») de carácter
y preocupación por la identidad colectiva. negativo generados por las empresas.
Como se verá, en último término, a lo lar-
Se acaba de citar así la expresión clave a
go del análisis y la discusión que siguen
efectos de lo que aquí nos atañe: la respon-
subyace la contraposición entre ambos li-
sabilidad social corporativa o empresarial.
beralismos.
En la actualidad, empresarios y ejecutivos
Por ello, no es extraño que la mencio- influyentes la impulsan con fuerza, lo cual re- 15
nada teología económica convencional ha percute en las firmas: reorientación de es-
visto como, en el exterior de su templo, tructuras organizativas y de estrategias; nue-
acampan periódicamente disidentes e in- vas políticas de comunicación y relaciones
cluso herejes, quienes —en lo que aquí nos públicas; cambios en las prácticas de ges-
atañe— ponen en duda de forma recurren- tión; introducción del triple reporting (eco-
te varias cosas: la naturaleza de la empre- nómico, social y medioambiental), etcétera.
sa convencional; su función y consiguiente Por su parte, se multiplican los consultores
objetivo general; la primacía de los propie- especializados en la materia, hasta constituir
tarios-accionistas frente a otros stakehol- una auténtica y rentable «industria».
ders, partícipes o grupos de interés (acree- Además, en algunas cuestiones especí-
dores, empleados, clientes, proveedores, ficas dentro de este ámbito, empresarios,
comunidad local, medio ambiente,…); la ejecutivos y consultores parecen haber to-
asignación de los derechos de adopción mado la delantera, arrastrando después
de decisiones; la forma de distribuir del ex- tras de sí a numerosos académicos. Es-
cedente logrado, etcétera. Probablemente, tos últimos han comenzado a instruir sobre
esta corriente de pensamiento comparte la materia, sabiendo que todavía se care-
la creencia de que, como apuntó Lange ce de una respuesta sólida para varios de
(1966, p. 11), la economía hace referencia los interrogantes que el asunto plantea; y,
más bien a leyes sociales, no tanto a leyes a veces, su exceso de entusiasmo les hace
naturales. perder la necesaria distancia para estudiar
De ahí que una y otra vez, en casi cada con frialdad el fenómeno en sí mismo, en
generación —en torno a unos treinta su realidad y práctica. A todo ello se añade
años— resurja el debate al respecto. Hace la gran atención que prestan al asunto los
poco tiempo, Stiglitz (2004) ha subraya- medios de comunicación, las organizacio-
do que maximizar la riqueza para los ac- nes no gubernamentales o los líderes políti-
cionistas no necesariamente conduce a la cos, por ejemplo. La responsabilidad social
eficiencia económica ni alcanza otros ob- corporativa llega a ser así «un movimiento»,
jetivos tales como la justicia social, la pro- el cual, a decir de un preocupado The Eco-
tección del medio ambiente o el respeto a nomist (edición de 22 de enero de 2005),
los derechos humanos. Aunque las Admi- está ganando la batalla de las ideas.
nistraciones públicas pueden paliar o resol-
2 Son situaciones en las cuales, de hecho, los mer-
ver algunos fallos del mercado, se necesita
cados privados no suministran un determinado bien o
la responsabilidad social corporativa para servicio aunque los demandantes están dispuestos a
compensar la información imperfecta, los pagar un precio superior a su coste de producción.
José Miguel Rodríguez Fernández
tiva ha sido, en la práctica, una idea «elás- mo material, político y moral a cargo de los
tica», un concepto «nómada» y maleable: empresarios-patronos, probablemente tan-
su alto valor simbólico lo somete al riesgo to por razones económicas o de calculada
de verse reducido a una serie de principios búsqueda de paz social como por compro-
muy generales, que permitan su posterior misos éticos o religiosos.
reinterpretación con unos fines concretos o
En esa dirección se orientó el socio-eco-
desde la perspectiva de intereses específi-
nomista francés Frédéric Le Play, campeón
cos. Máxime cuando las definiciones habi-
de construir una sociedad respetuosa del
tualmente más difundidas al respecto son 17
Decálogo entregado a Moisés y bajo el rei-
poco precisas. Por ejemplo, la Comisión
nado de la autoridad paterno-patronal (Le
de la Unión Europea señaló en su momen-
Play, 1855). Su visión no sólo queda ejem-
to que es «un concepto con arreglo al cual
plificada en la actuación de algunos empre-
las empresas deciden voluntariamente con-
sarios galos, sino que también al otro lado
tribuir al logro de una sociedad mejor y un
del Canal de la Mancha encontramos a los
medio ambiente más limpio»; de modo que
Cadbury, los Lloyd, los Truman o los Will
se asienta en la «integración voluntaria, por
realizando acciones similares. En la Espa-
parte de las empresas, de las preocupa-
ña de la misma época, el paradigma pudo
ciones sociales y medioambientales en sus
ser el segundo marqués de Comillas, Clau-
operaciones comerciales y sus relaciones
dio López Bru.3 De esta manera, el pater-
con sus interlocutores» (Comisión de las
nalismo constituyó una forma implícita de
Comunidades Europeas, 2001, pp. 4 y 7).
Y algo similar afirma AECA (2004, p. 9),
cuando dice que consiste en «el compro- 3 Véase Pensado (1954), un panegírico poco reca-
miso voluntario de las empresas con el de- tado que también está disponible electrónicamente en
http://www.filosofia.org/mon/tem/es0083.htm. Seña-
sarrollo de la sociedad y la preservación del la con detalle diversas políticas y prácticas empresaria-
medio ambiente, desde un comportamien- les del citado marqués López Bru, para demostrar su
carácter de ejemplar patrono industrial, terrateniente y
to responsable hacia las personas y grupos
amo de casa. Heredero de una fortuna en parte pro-
sociales con quienes se interactúa». veniente del tráfico de esclavos en el Caribe, entre sus
muchas iniciativas es conocido que llevó a su término
Veamos un breve repaso histórico de la el apoyo financiero inicialmente comprometido por su
trayectoria práctica del citado concepto. padre para la fundación por la Compañía de Jesús del
Seminario Pontificio de Comillas en 1892, más tarde
Universidad del mismo nombre. Además, junto a su pa-
trocinio de los círculos católicos de obreros y otras or-
2.1. Del paternalismo al pionero Clark ganizaciones análogas, promovió la creación en 1895
de la Asociación General para el Estudio y Defensa de
los Intereses de la Clase Obrera, que publicó sus pro-
Con el advenimiento de la primera revo- yectos de reforma social en 1899 y constituyó a la vez
lución industrial, la miseria de los obreros una entidad benéfica y un motor —por el lado conser-
pronto suscitó acusaciones sobre el cinis- vador— de las primeras leyes sociales españolas. En la
nota necrológica publicada por El Siglo Futuro en abril
mo e inmoralidad de las empresas, tanto de 1925, poco días después de su muerte, se le calificó
por parte del catolicismo social como por como el «limosnero mayor de España en el pasado y en
el presente siglo». Y el general Franco, en la carta pos-
el socialismo. Sin entrar ahora en las di-
tulatoria dirigida en 1954 al papa Pío XII para acelerar el
versas experiencias empresariales de los proceso de su beatificación, manifestó: «A él deben, en
socialistas utópicos y el arranque del mo- gran parte, su origen las primeras leyes sociales de Es-
paña. Mucho antes que el Estado las promulgase, ya
vimiento cooperativista, la respuesta más las tenía él implantadas en sus empresas, siendo en to-
general a esa situación fue el paternalis- das estas el ejemplar del patrono católico».
José Miguel Rodríguez Fernández
unas obligaciones que, más allá de la ley o (cita en concreto a accionistas, empleados,
la costumbre, han de tener como fin pro- clientes y público en general).
teger todos los intereses en juego, habida
Pero es un economista keynesiano de
cuenta de que las regulaciones del Estado
la época, H.R. Bowen, quien aparece hoy
no pueden llegar tan lejos en la práctica.
como el padre de la responsabilidad social
Diez años más tarde, en su libro Social corporativa. Su libro al respecto (Bowen,
control of business (Clark, 1926), volvió so- 1953), en buena medida no ha sido su-
bre la cuestión, enumerando una larga lis- perado y sigue siendo de actualidad —in-
ta de fallos del mercado, con algunas alu- cluso alude a la necesidad de administrar 19
siones hoy muy de actualidad: pobreza, los recursos naturales teniendo en cuenta
desplazamientos de personas por rápidos a las generaciones futuras, es decir, lo que
cambios económicos o tecnológicos, ca- hoy llamaríamos desarrollo sostenible—.
rencia de igualdad de oportunidades, gas- Redactado por encargo de un conjunto de
tos de la carrera de armamentos, falta de instituciones religiosas ortodoxas y, sobre
ética en la competencia, dificultades de in- todo, protestantes de Estados Unidos, lle-
formación, efectos externos negativos so- va por título Responsabilidades sociales
bre terceras partes, olvido de los intereses del hombre de negocios. Define estas úl-
de las generaciones futuras, otras discre- timas como la obligación de aplicar políti-
pancias entre la contabilidad privada y la cas, adoptar decisiones y seguir líneas de
contabilidad social, etcétera. acción deseables desde la perspectiva de
los objetivos y valores de la sociedad. Acla-
ra que sinónimos de responsabilidad social
2.2. Del keynesiano H.R. Bowen
son responsabilidad pública, obligaciones
al Estado del bienestar
sociales o moral de empresa.4
Dejando aparte otras diversas aportacio- Con una fuerte inspiración en la ética re-
nes académicas en este campo durante la ligiosa protestante, el acento lo pone en
primera mitad del siglo XX, el arranque de hacer el bien como culminación de la res-
la «era moderna» en la materia se sitúa tras ponsabilidad individual, con el propósito
la Segunda Guerra Mundial. Las empresas de subsanar los principales fallos del siste-
estadounidenses, que habían perdido su re- ma y reparar o resarcir en la medida de lo
putación y la confianza del público durante posible los perjuicios que el mismo ocasio-
la crisis de 1929 y la Gran Depresión, vieron na. Recuerda que, en esa tradición ética,
la oportunidad de recuperar ambas aprove- el concepto de propiedad no otorga unos
chando el impacto emocional positivo deri- derechos absolutos ni incondicionales, sino
vado de su cooperación con el Gobierno y que debe estar al servicio del conjunto de
su esfuerzo a lo largo de los años de dicho la comunidad, en el contexto de unos va-
conflicto. Diversos dirigentes empresariales lores de dignidad humana, justicia y re-
salieron a escena para hablar de la respon-
sabilidad social en el marco de ese clima fa- 4 Pese a la ambigüedad que puede suscitar par-
vorable. Por ejemplo, Abrams (1951) señaló te de estos términos, Bowen (1953) precisa que pro-
que se debería mantener un equilibrio equi- pone una responsabilidad social de carácter volunta-
rio. No obstante, veinticinco años después, hizo notar
tativo y operativo o factible entre las deman- que hacer operativa esa responsabilidad puede exigir
das de los grupos directamente interesados una cierta orientación más coactiva (Bowen, 1978).
José Miguel Rodríguez Fernández
parto del poder. Precisamente, se ve con tuación leal—, el cual, en este caso concre-
preocupación la fuerte concentración del to, sugiere que los directivos de una firma
poder en manos de los directivos, de don- se vean a sí mismos como administradores
de surge una oposición al paternalismo de fiduciarios de los intereses del conjunto de
numerosos dirigentes empresariales, nada la comunidad: realizan un «servicio públi-
dispuestos a permitir la intervención en la co» en el marco de un contrato implícito en-
adopción de decisiones por parte de los tre la empresa y la sociedad. Sin embargo,
grupos de interés relevantes. en contraste con dicha teoría, los dirigentes
de las compañías hacen más hincapié en
A partir de ahí, Bowen entiende que la li- que lo relevante son las reglas referentes a
bertad de empresa que caracteriza a la eco- las relaciones entre individuos, para corre-
nomía de mercado sólo cabe justificarla si gir las conductas inadecuadas e inmorales,
beneficia al bienestar global, más allá de sin coartar la libertad personal con regula-
las preferencias de directivos y accionistas, ciones públicas al respecto. Su concepto de
en el marco de un sistema económico mix- empresa sigue dando prioridad a las vincu-
to que alcance un equilibrio razonable entre laciones contractuales y, en especial, a la re-
el interés privado y el público. Inspirándose lación entre accionistas (principales) y direc-
en Abrams (1951) y otras aportaciones rela- tivos (agentes de ellos). En consecuencia,
cionadas, su esquema conceptual sobre la promueven la responsabilidad social corpo-
empresa responde plenamente a lo que hoy rativa sobre todo con el fin de lograr legitimi-
llamamos un modelo pluralista o stakehol- dad a los ojos del público, responder a sus
der, aunque no utilice estas palabras, popu- presiones, reducir riesgos y fortalecer los be-
larizadas muy posteriormente. Y se esfuer- neficios de la firma. Además, no suele entrar
za en resaltar la necesidad de desarrollar y en su enfoque la redistribución del poder en
llevar a la práctica la responsabilidad social la empresa, es decir, dar pie a una verdade-
mediante: a) nuevas instituciones, para in- ra participación de los grupos de interés re-
troducir otras formas de cooperación entre levantes en la adopción de decisiones. De
las partes interesadas y definir mejor el in- hecho, prestan más bien poca atención a
terés social; b) mayor presión de los merca- las vías para conseguir transformar de forma
dos y del conjunto de la sociedad; c) avan- clara, coherente y completa las formulacio-
ces del conocimiento en el ámbito de la nes teóricas en las versiones prácticas de la
economía y el management; y d) atención a responsabilidad social empresarial.
los fundamentos éticos de las decisiones.
de: a) el cumplimiento por parte de las em- bargo, esa ola de neoliberalismo, ha impli-
presas de determinadas regulaciones públi- cado una nueva orientación desregulado-
cas de carácter económico, social, laboral, ra de los poderes públicos y recortes en
mercantil (derecho de sociedades inclui- el Estado del bienestar, con la subsiguien-
do), etcétera, así como sus compromisos te reducción de su cobertura para diver-
con el mantenimiento del empleo —ejem- sas prestaciones sociales. Ello, junto con la
plo, el «contrato de por vida» en Japón— actual «sociedad del riesgo» y los fraudes
y el pago de unos salarios mínimos vitales; empresariales o los escándalos financie-
b) las apreciables contribuciones de las fir- ros, ha tenido un efecto de rebote: la ma-
mas en forma de impuestos y cotizaciones yor preocupación de la opinión pública por
sociales. Estas aportaciones, administrados la responsabilidad social corporativa, a ve-
por un Estado del bienestar que comenzaba ces ya bajo la denominación de «empresa
a desarrollarse con fuerza, implicaban que ciudadana» o «ciudadanía corporativa».8
la función explicita e individual de la empre-
De este modo, el concepto de respon-
sa en el ámbito de la responsabilidad social
sabilidad social empresarial emerge de for-
pasaba a un segundo plano.
ma expresa y se difunde con rapidez en el
Así, durante los treinta años de fuerte viejo continente. También por razones aná-
crecimiento que precedieron a la crisis eco- logas resurge con fuerte impulso en Esta-
nómica de mediados de los años setenta dos Unidos, siempre con sus particularida-
del siglo XX, el modelo de empresa tayloris- des de enfoque y salvando las distancias
ta y fordista imperante se desentendió en en lo que lo que a la evolución del Estado
buena medida de asumir y compensar los del bienestar se refiere. En pocas palabras,
«efectos colaterales» negativos derivados se percibe que a mayor libertad empresa-
de sus actividades. Fue más bien el Estado rial, mayor responsabilidad de las compa-
providencia quien intentó repararlos de algu- ñías. Y, así, de regreso del «fin de la histo-
na manera en las esferas económica, social ria», volvemos a empezar…
y medioambiental, tanto en el plano macro
Para comprender este fenómeno, ante
como meso o incluso microeconómico.
todo es preciso situarse por un momento
en los años setenta y ochenta del siglo pa-
2.3. Del ‘fin de la historia’ sado. En esa época, determinados econo-
al ‘volver a empezar’ mistas estadounidenses insistieron en que
la crisis de competitividad de la economía
Una vez agotado ese modelo de creci- de su país radicaba en el escaso control
miento económico de los treinta años glo- de los accionistas sobre los directivos y la
riosos, en las décadas de los ochenta y falta de incentivos de éstos para ajustar
posteriores, la ola de neoliberalismo y la sus actuaciones en interés de aquéllos. Ve-
caída del muro de Berlín llevó a algunos a nían subrayando desde hacía tiempo su in-
considerar que, al igual que en otras áreas
del sistema económico, también en este 8 A estos efectos, esas expresiones tan en boga se
terreno se había alcanzado el «fin de la his- refieren a una visión amplia de la responsabilidad social
toria»: es decir, el triunfo definitivo del mo- corporativa, al menos en Europa. En Estados Unidos
muy frecuentemente se utilizan en un sentido distinto,
delo de empresa financiero o accionarial
más limitado, pues se identifican con la mera filantropía
(Hansmann y Kraakman, 2001). Sin em- o acción empresarial externa, altruista y voluntaria.
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
quietud por la falta de respeto a la propie- ros en contra de los segundos, centrando
dad privada y al libre funcionamiento de los el debate en asuntos en los que sea más fá-
mercados, lo que consideraban inevitable- cilmente aplicable una política maniquea de
mente conducente a una pérdida de liber- contraposición del bien absoluto frente al
tad y a una crisis de la democracia.9 mal más completo.
Con el paso del tiempo, este enfoque ter- Por tanto, durante unos largos años fue
minó imponiéndose en el debate intramuros bastante evidente que se había impuesto el
del establishment norteamericano, pese a modelo de empresa propugnado explícita-
que, hacia la misma época, la literatura acer- mente por F.A. Hayek ya desde 1960, cuan- 23
ca de la estrategia empresarial ya aludía a la do propuso centrar a las firmas en el obje-
responsabilidad social corporativa y existían tivo básico de maximizar el rendimiento a
los admiradores del management japonés largo plazo del capital confiado a los direc-
o alemán, con sus compromisos sociales. tivos por parte de los accionistas, para evi-
No en vano el entorno ideológico general sin tar los probables efectos indeseables deri-
duda había comenzado a ser propicio para vados de «la moda» —sic— de guiarse por
el triunfo de tal enfoque: ha de recordarse el consideraciones sociales (Hayek, 1960a).11
auge del neoliberalismo —a veces con plan-
teamientos extremos— desde la época de la 11 En una línea similar, Friedman (1962) aseguró que
Administración Reagan en Estados Unidos la única responsabilidad social de las compañías es in-
crementar sus beneficios, dentro del respeto a las reglas
(1981-1988) y el Gobierno de M. Thatcher
de juego, es decir, en el marco de una competencia li-
en Gran Bretaña (1979-1992).10 Se suma bre y abierta, sin engaño ni fraude. En consecuencia,
a ello la aplicación del «principio de la clari- identifica dicha responsabilidad con la creación de va-
lor económico para los accionistas. Es verdad que in-
dad moral», tan defendido por el neoconser- corpora esas casi obvias limitaciones a la búsqueda del
vadurismo norteamericano y hoy de moda, beneficio; pero, si se realiza una interpretación sistemá-
orientado a distinguir radicalmente entre los tica de su planteamiento en esta obra de 1962, la con-
clusión habitual es que no incluye aquellas restricciones
amigos o partidarios —obviamente, únicos propiamente «sociales» o de tipo stakeholder aludidas
titulares de la razón, e incluso de la virtud— en los enfoques más matizados o «ilustrados» poste-
riormente comentados. Ni siquiera parece que esté en
y los enemigos o adversarios. Su finalidad es su ánimo incluirlas en la medida en que, de hecho, po-
introducir tensión en la sociedad, para mo- drían contribuir a la generación de beneficios por razo-
vilizar de continuo y con fervor a los prime- nes instrumentales de favorecer la reputación o análo-
gas. Da la impresión de que no piensa en ello, según
se deduce cuando, de modo expreso —en el epígra-
fe que dedica a la responsabilidad de los negocios en
9 Para evitar una larga enumeración de referencias el cap. 8 del libro ahora citado— considera totalmen-
bibliográficas, remitimos al lector a la página electró- te inapropiadas las contribuciones o donaciones em-
nica http://www.people.hbs.edu/mjensen/pub2.html. presariales para actividades caritativas y universidades.
Ahí encontrará numerosos trabajos publicados duran- No es muy extraño, habida cuenta del conjunto de su
te esos años por M.C. Jensen, autor clave en esta co- pensamiento económico. Opta por un Estado mínimo
rriente de opinión, muchas veces en colaboración con en cuanto a regulaciones y peso económico. Dentro
otros académicos también destacados al respecto. de este marco, si el Estado hubiese de afrontar algunos
Es el caso de W.H. Meckling, E.F. Fama, R.S. Ruback, posibles y limitados problemas sociales, ya dispone de
K.J. Murphy, C.W. Smith (Jr.), J.B. Warner, J.L. Zim- la recaudación tributaria; por tanto, no hay necesidad
merman, G.P. Baker, etcétera, gran parte de ellos por de recurrir a la acción social empresarial. No se olvide
entonces profesores en la Universidad de Rochester que considera fundamentalmente subversiva la doctri-
(Estado de Nueva York), al igual que el propio Jensen. na de la responsabilidad social—es literal—, porque los
10 Para lo que aquí interesa, el neoliberalismo es directivos de las firmas no pueden decidir lo que son in-
concordante con lo que se conoce como «liberismo», tereses sociales: si los accionistas desean hacer dona-
es decir, liberalismo puramente económico, sin hacer ciones, ya las realizarán por sí mismos, al margen de la
referencia a otras esferas de la vida social. firma. Resulta razonable imaginar su conformidad con
José Miguel Rodríguez Fernández
De este modo, este economista austro-bri- Por una parte, en línea con un sentimiento
tánico, por entonces profesor en la Univer- detectable durante el siglo XIX en T.R. Malthus
sidad de Chicago, trasladaba a la empresa y J. Stuart Mill, hace ya unas décadas Boul-
de forma coherente el programa de políti- ding (1966) nos llamó la atención sobre la
ca macroeconómica articulado en su obra contraposición insostenible entre la «nave es-
La constitución de la libertad. Un programa pacial Tierra» —recursos limitados— y nues-
que hoy nos suena a algo conocido por su tra «economía del cow-boy» —explotación
relación con las habituales recomendacio- de llanuras inmensas—, a la vez que seis
nes de los organismos financieros interna- años después el Informe Meadows del Club
cionales con sede en Washington, es decir, de Roma nos advertía sobre los límites del
el denominado «Consenso de Washington»: crecimiento económico. En 1987, la Comi-
desregular, privatizar, reducir los programas sión Brundtland introdujo un término hoy ha-
de seguridad social, recortar los subsidios bitual: desarrollo sostenible, entendido como
al desempleo, eliminar las subvenciones a la aquel desarrollo que satisface las necesida-
vivienda y el control de los alquileres, abolir des del presente, sin comprometer la capa-
los sistemas de intervención en los precios y cidad de las generaciones futuras para aten-
la producción de la agricultura y, finalmente, der las propias. Este concepto ha tenido una
limitar el poder sindical (Hayek, 1960b).12 amplia acogida, sobre todo en Europa. En
los años siguientes, la inquietud ante el de-
Sin embargo, al ir avanzando en los pasa-
terioro ecológico se amplió y pasó a abarcar
dos años ochenta y noventa, surgió la reac-
también los problemas de exclusión social y
ción contra semejante programa económico
de falta de respeto a los derechos humanos.
y retornó al primer plano de la escena la dis-
En su conjunto, es lo que hoy se recoge ha-
cusión sobre la empresa y sus actuaciones.
bitualmente bajo el rótulo de preocupación
por la «sostenibilidad», si bien hay razones
lo que más tarde escribieron dos autores situados por para poner en duda que sea apropiado y
entonces ambos en su línea: «Responsabilidad social
esté justificado este uso tan general del tér-
es un comodín normativo, algo que cada uno de noso-
tros es probable que defina de modo muy diferente […]. mino «sostenible», aparte de los abusos en
El término responsabilidad social […] disimula lo que su utilización dentro de ciertos contextos.
realmente se tiene en mente, esto es, que los directivos
deberían adoptar de manera deliberada acciones que Por otro lado, los renovados esfuerzos
afectan negativamente a los inversores, para benefi-
ciar a otros individuos» (Meckling y Jensen, 1983, p. 8). por reinstaurar en su mayor pureza el mo-
De ahí que la posición de M. Friedman en 1962 pueda delo accionarial o financiero de empresa le-
considerarse «accionarial pura» y claramente alejada del vantaron fuertes críticas desde la perspec-
sentir actual sobre la responsabilidad social corporativa,
por no decir directa negación de ésta (véase Sparkes, tiva estrictamente económica, críticas que
2006, p. 40). Distinto es que, en escritos posteriores, de continúan en la actualidad.
1970 y 2005, fue matizando su opinión hasta equiparar-
se con los enfoques ilustrados antes aludidos. Así, en su reciente libro El capitalismo
12 El título de un libro de S. Halimi, El gran salto ha-
cia atrás, parafrasea con ironía la conocida máxima desatado, A. Glyn, uno de los más presti-
maoísta, para entrar luego a analizar los orígenes, ob- giosos especialistas británicos en econo-
jetivos, contenidos y técnicas de difusión e implanta- mía política, ha efectuado un resumen lapi-
ción de ese tipo de programas, con frecuencia califi-
cado como «fundamentalismo de mercado». A la vista dario de la situación a la que se ha llegado
de las similitudes que detecta entre V. Lenin y F.A. Ha- durante las últimas décadas (Glyn, 2007).
yek y sus seguidores neoliberales, cree que también
es posible denominarlo «bolchevismo o leninismo de
Afirma que, desde el comienzo de los años
mercado» (véase Halimi, 2005). ochenta, se observa en los países de la
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
OCDE un crecimiento muy suave de los sa- sido pisoteados. Determinados directivos
larios reales y unas tasas de beneficios con han acumulado enormes fortunas perso-
sustancial recuperación. Alcanzado el año nales gracias a los incentivos —por ejem-
2000, los precios de las acciones habían plo, opciones sobre acciones— recibidos
recuperado todas sus pérdidas previas de para maximizar la riqueza de los accio-
posiciones relativas frente a los salarios; nistas (véase Erturk y otros, 2004). No
este escenario sólo se deterioró de nuevo parece que para ello hayan introducido
a comienzos del siglo XXI, tras la explosión auténticas innovaciones empresariales u
de la burbuja bursátil de las compañías organizacionales; más bien han aplicado 25
tecnológicas (véase gráfico n.o 1, donde «innovaciones administrativas», debidas a
se utilizan datos medios de diez países). determinados académicos y consultores:
Además, no hay que olvidar que las huel- reestructuraciones repetidas, reducciones
gas laborales se han ido reduciendo hasta de la plantilla de personal, subcontratacio-
la insignificancia, un dato que, por menos nes, fusiones, etcétera.
conocido, no me resisto a dejar de reflejar
Las consecuencias han sido la dualización
en el gráfico n.o 2. En pocas palabras, el
de los empleados —unos, grandes perdedo-
capital financiero ha ganado los desafíos a
res de todo el proceso; otros, ganadores sin
los que fue sometido en los poco boyantes
límite aparente—; la pérdida de su motiva-
—para él— años precedentes. El retorno
ción, lealtad y sentido del compromiso; talle-
de las fuerzas del mercado puede ser visto
res en el Tercer Mundo con condiciones de
como una reafirmación de los fundamentos
trabajo y salariales deplorables; proveedores
de la economía capitalista y una nueva ver-
cuya supervivencia está amenazada; clientes
sión del viejo liberalismo del laissez faire.13
espantados ante unos precios que aumen-
Además, los importantes efectos so- tan tan pronto como los competidores más
cioeconómicos negativos del modelo finan- débiles han salido del mercado; gobiernos
ciero o accionarial han sido reconocidos que se encuentran con cierres de factorías o
incluso por sus partidarios, quienes aho- instalaciones después de gastarse importan-
ra insisten en entender la creación de valor tes recursos públicos en subvenciones para
para los accionistas como una meta a lar- atraer empresas y crear puestos de trabajos;
go plazo y reprueban ciertas prácticas muy un poder económico cada vez más concen-
vinculadas a la religión del «sanear, cerrar o trado; pérdida de legitimidad por parte de
vender» predicada por Jack Welch, el es- las grandes compañías, con la consiguiente
pléndidamente jubilado presidente de Ge- desconfianza de la opinión pública; poten-
neral Electric. ciación de los movimientos anti-empresaria-
les y anti-globalización,…
Así, Kennedy (2000, sobre todo capí-
tulos 4-10) ha afirmado que los intere- También se admite ahora que muchos
ses de los partícipes no accionariales han directivos establecen la estrategia de su
firma y elaboran los correspondientes es-
13 A primera vista, esto puede guardar relación y
tados financieros previsionales con la fina-
ser coherente con la reducción del peso de los sa- lidad de satisfacer el «consenso» vigente
larios en la renta nacional durante los últimos años, al respecto en los mercados de capitales.
un asunto muy comentado recientemente tras publi-
carse las Perspectivas del empleo-Edición 2007 de
Es poner el carro delante de los bueyes.
la OCDE. Como consecuencia, tales directivos que-
José Miguel Rodríguez Fernández
Gráfico n.o 1
Índice de precios de acciones comparado con índice de salario medio
con base en año 2000 = 1 y media de diez países, según datos del FMI
(1950-2002)
1.00
0.75
0.50
0.25
0.00
1950 1960 1970 1980 1990 2000
Gráfico n.o 2
Huelgas en 16 países de la OCDE.
Días anuales de huelga por 1.000 trabajadores, en media de 5 años
(1953-2000)
600
500
400
300
200
100
0
1950 1960 1970 1980 1990 2000
dan cautivos de un juego con elevadas Tras el reciente cambio de siglo, han
apuestas y el fenómeno está teniendo in- de añadirse a la escena los efectos sobre
negables efectos perjudiciales, para las la opinión pública de las debacles ocurri-
compañías y para la sociedad en su con- das en, por ejemplo, Enron, WorldCom o
junto. En un deseo de cumplir las previsio- Parmalat —junto a sus derivaciones por
nes externas, se daña el desarrollo a largo el caso Andersen—, con sus prácticas de
plazo de la firma o se recurre a falsear la in- «contabilidad creativa» y «gestión de las
formación sobre sus logros. Al final, existe ganancias». Así, se han multiplicado las
un incremento en los «costes de agencia» precedentes dudas acerca del enfoque 27
por vías distintas a las tradicionales en la meramente accionarial o financiero y la efi-
relación accionistas-directivos: ahora au- cacia de los muchos códigos convencio-
mentan por «contabilidad creativa», «ges- nales de buen gobierno corporativo reco-
tión de las ganancias» y sobrevaloración mendados de forma insistente durante los
artificial de las acciones (véase Jensen, pasados años. Sabedoras de ello, las em-
2004; Efendi y otros, 2007). presas han potenciado los esfuerzos para
mejorar su imagen e incrementar la con-
Como ya se ha sugerido antes, la socie- fianza entre el público, utilizando instru-
dad civil parece reaccionar ante este esta- mentos tangibles o simbólicos. Intentan
do de cosas. Refuerza sus presiones para presentarse como solución de recambio
lograr el respeto a los derechos humanos ante un Estado del bienestar en declive y
y sociales, prevenir la marginación econó- unos organismos internacionales que no
mica, defender a los consumidores, prote- terminan de llegar a acuerdos para afron-
ger la salud, preservar el medio ambiente, tar los grandes problemas del planeta y
fomentar el desarrollo en los países del Sur, salvaguardar los bienes públicos mundia-
etcétera. Tal tipo de cuestiones ha adquiri- les —paz y seguridad, equidad y justicia,
do entre nosotros singular relieve durante educación e información, sanidad y salud,
los últimos tiempos por la paradójica situa- eficiencia de los mercados y estabilidad fi-
ción en que nos movemos: una «sociedad nanciera, medioambiente y patrimonio cul-
del riesgo» en que, habiéndose reducido la tural, etcétera, según lo que suele citarse
capacidad para aceptar éste, sin embargo hoy en documentos de la ONU—.
se multiplican las transformaciones amena-
zadoras —al menos para la mayoría— en
un marco de incertidumbre generalizada, 2.4. En búsqueda de la legitimación
inseguridad social, precarización crecien- social
te y cultura de la creación de valor a favor
del capital financiero. Esta última lleva im- Las compañías se animan, pues, a dar
plícita la búsqueda continua de un benefi- un paso adelante para demostrar su bue-
cio extraordinario o puro, es decir, de una na «ciudadanía empresarial», pretendiendo
«superrentabilidad», pues la mencionada presentar pruebas —o, al menos, realizar
creación de valor exige, finalmente, que los un discurso— acerca de su enraizamien-
accionistas alcancen unas rentas económi- to y compromiso con la sociedad en la que
cas —un rendimiento superior al coste de actúan, aun cuando simultáneamente su
oportunidad o rentabilidad mínima exigida internacionalización favorezca el desarraigo
a su inversión—. territorial. Eso sí, a la vez, la literatura sobre
José Miguel Rodríguez Fernández
Por tanto, como es obvio, no se trata — Se enuncian las restricciones que pe-
de poner en duda la legitimidad del bene- san sobre la dirección y gestión de la
ficio para los accionistas sino de redefinirla compañía, a la vez que figuran aspec-
en un cierto sentido: esto es, para presen- tos más voluntaristas y se utiliza un
tarla en línea con el bien público o interés léxico ético que da la ilusión de com-
general —como también se dice, el interés promiso sin responder a la realidad. 29
«ilustrado»—. Constituye una forma de hu-
— Se observan disparidades entre los
manizar la actuación de las compañías per-
elementos objetivos, simbólicos y nor-
cibida por la sociedad, mediante un mayor
mativos de la responsabilidad social
compromiso de los directivos con las moti-
empresarial.
vaciones éticas, sociales y ecológicas.
— Junto a la retórica de la responsabili-
A este respecto, Attarça y Jacquot (2005)
dad, basada en argumentos econó-
han analizado las cartas o mensajes de los
micos, sociales y medioambientales,
presidentes de las compañías que dan co-
existe un discurso ideológico vincula-
mienzo a los informes anuales en 85 firmas
do con el intento de aparecer como
europeas. Es una forma significativa de
«representantes de la polis» y encar-
identificar las motivaciones, preocupacio-
gados de difundir valores humanistas
nes y visiones de esos dirigentes empresa-
y universales, además de opiniones
riales. Aplicando técnicas de lexicometría y
sobre la situación política nacional o
análisis temático cualitativo, los citados au-
internacional.
tores detectan que:
En definitiva, se está ante un decir que es
— Sobre la base clásica y común que
un legitimar y, a veces, hasta un encandilar.
era de esperar (alusiones a temas
económicos, legales, éticos,…), se ¿Nada nuevo bajo el sol? Puede aceptar-
hace más hincapié en unos u otros se que las formas aplicadas no son las mis-
asuntos en función de la importancia mas que en el siglo XIX: se mantiene al me-
relativa de cada grupo de interés, se- nos un diálogo con los stakeholders, aun
gún la lógica interna de la compañía. cuando de hecho suele ser menor de lo que
se aparenta o de lo deseable. Sin embargo,
— Se utiliza un léxico vinculado a las ra-
no falta quien sugiere la hipótesis de que es-
chas de la moda, lo mismo que ocurre
tamos ante una especie de neopaternalismo.
en los discursos académicos en la ma-
Éste va «orientado a definir e imponer cua-
teria, de modo que va variando la se-
dros normativos en los cuales insertar a los
lección de temas abordados y todavía
individuos; cuadros normativos que tienen
no existe un vocabulario estable.
ya sus “sumos sacerdotes” y su liturgia en
— El lenguaje busca transmitir una ima- los discursos promocionales de la respon-
gen valorizada de la firma, con ten- sabilidad social de la empresa» (Capron y
dencia a ocultar las limitaciones, di- Quairel-Lanoizelée, 2007, p. 10), tras haber-
ficultades o elementos negativos. En se convertido en una religión (Porter, 2003).
José Miguel Rodríguez Fernández
Y todo ello encaminado hacia lo que cabe los intereses de los propietarios legales de la
denominar un utilitarismo estratégico de las compañía, centrándose en la teoría estándar
empresas, las cuales se sirven de la respon- de la agencia (relación única accionistas-di-
sabilidad social corporativa como vía o ins- rectivos) y buscando la creación de «valor
trumento para mejorar su competitividad y accionarial». O, por el contrario, es posi-
crear valor para los accionistas. Esto hace ble que responda a una relación de agencia
temer que esa responsabilidad social pue- múltiple (varios partícipes en interacción con
da ser «selectiva», en el sentido de que no los directivos), estando abierto equilibrada-
se atiendan las demandas sociales si entran mente también a las preferencias y deman-
en conflicto con los intereses fundamentales das de otros stakeholders y encaminándose
de los accionistas. Máxime cuando numero- hacia la generación de riqueza neta total: es
sos altos dirigentes de las compañías siguen decir, para el conjunto de todos ellos y com-
siendo hoy titulares del control de hecho putando los efectos externos positivos y ne-
de las mismas (Boyer, 2005; Erturk y otros gativos derivados de las actividades empre-
2004); y parece que con frecuencia conti- sariales («valor partenarial»). De otro lado,
núan manteniendo unos valores, una cultu- existe una vertiente institucional, relativa a la
ra, unos comportamientos y unas actuacio- forma concreta de poner en marcha el mo-
nes acordes con su tradicional posición en el delo de dirección y gestión desde la pers-
vértice de la pirámide de poder del establish- pectiva del gobierno corporativo: esto es,
ment, como nos advirtió Papandreou (1973, con mayor o menor «voz» e intervención en
p. 119) hace ya más de tres décadas. No en las decisiones por parte del conjunto de las
vano, Perrow (1997) entiende que, en último diversas partes interesadas relevantes, no
término, irónicamente o no, esa responsabi- sólo los accionistas.
lidad social corporativa es una herramienta
destinada a reposicionar la empresa a fin de Debe insistirse en que tal modo de clasi-
explotar mejor su entorno. Pero esto mere- ficar los diferentes enfoques de la responsa-
ce ya entrar en un análisis complementario bilidad social empresarial deriva de la pers-
como el que sigue. pectiva que aquí interesa. No es obstáculo
para que, en el sustrato de dichos enfo-
ques, encontremos lo que debería ser una
3. ¿RESPONSABILIDAD SOCIAL preocupación común a todos ellos y que no
ESTRATÉGICA O AVANZADA? se analizará en estas páginas: la obligación
de satisfacer los principios de la ética de los
Desde la perspectiva del análisis econó- negocios y cumplir las leyes, con la consi-
mico y la teoría del management, dos di- guiente atención a la aplicación práctica es-
mensiones clave subyacen en lo hasta aho- pecífica de unos y otras en cada firma. En
ra expuesto y resumen los grandes ejes mi opinión, no es apropiado identificar direc-
dentro de las cuales podemos situar los di- tamente la ética de los negocios con todos
versos contenidos dados al concepto de los ricos contenidos teóricos, económico-
responsabilidad social corporativa en su tra- financieros, de management e instituciona-
yectoria histórica. Por una parte, existe una les de esa responsabilidad social. Más aún
vertiente de «orientación empresarial», referi- cuando, según hemos visto en las definicio-
da a un cierto modelo de dirección y gestión nes reproducidas en una página anterior, di-
de la firma. Éste puede otorgar la primacía a cha responsabilidad social por lo general se
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
Cuadro n.o 1
Coordenadas de la responsabilidad social corporativa (RSC)
Modelo de empresa
multi-agencia o pluralista
(valor partenarial)
Modelo de empresa
mono-agencia o financiero
(valor accionarial)
bles—. Tres de esas orientaciones se dedu- rectivos (Meckling y Jensen, 1983). Desde
cen fácilmente de la exposición realizada en hace unos pocos años, parece que ya no
el epígrafe precedente —la flecha de bloque tiene tanto impacto en la práctica, debido
del cuadro n.o 1 señala su evolución crono- a la tendencia de encaminarse hacia el en-
lógica, ya indicada en el texto— y la cuarta foque que sigue.
será objeto de atención en lo que sigue.
En tercer lugar, en el cuadrante inferior
Ante todo, en el cuadrante superior iz- derecho aparece una responsabilidad so-
quierdo figura la visión convencional, ba- cial corporativa de carácter estratégico e
sada en el clásico paternalismo decimonó- instrumental, hoy de moda, como ya se in-
nico, extendido hasta el siglo XX y nunca sinuó en el subepígrafe 2.4. Con una im-
desaparecido por completo de la escena. portante influencia de un punto de vista de
Se caracteriza por aplicar una buena dosis procedencia anglosajona y, en particular,
de despotismo ilustrado: la preocupación norteamericana, da prioridad a la creación
por la suerte de los stakeholders no accio- de valor económico a largo plazo para los
nariales —muy en especial, los empleados accionistas; pero tiene en cuenta las restric-
de la empresa y los menos favorecidos de ciones impuestas por la necesidad práctica
la comunidad— lleva a la realización volun- de satisfacer en una medida «razonable» las
taria de acciones sociales, filantrópicas y demandas de las otras partes interesadas
altruistas; pero dentro del «orden» más es- —con el consiguiente diálogo con éstas, el
tricto del liberalismo político-económico y cual en teoría podría ser muy amplio, aun-
sin dar un suficiente grado de participación que de hecho no suele serlo tanto—. Res-
e intervención a esos partícipes no acciona- ponde a las actuales necesidades de legi-
riales en las decisiones de la firma. timación de las empresas ante la opinión
pública y, por ello, tal vez quepa entender-
En segundo término, una perspectiva
la ahora como «políticamente más correc-
cuando menos limitada, consistente fun-
ta» que la descrita en el párrafo precedente.
damentalmente en identificar la responsa-
Burke y Logsdon (1996) utilizan directamen-
bilidad social de la empresa con el incre-
te la expresión strategic corporate social
mento de los beneficios y la generación de
responsibility. Y no cabe duda de que es
valor económico para sus propietarios le-
objeto de mucha atención dentro de la pre-
gales (cuadrante inferior izquierdo). Es el
sente dirección estratégica de la empresa,
modelo financiero o accionarial en estado
fundamentándose —por ejemplo— en la
puro, muy presente durante las pasadas
teoría basada en los recursos y capacida-
décadas de los setenta y ochenta. Apare-
des o en la teoría conductista o del compor-
ce asociado típicamente con las ya citadas
tamiento de la firma (Bowen, 2007).
posiciones de F.A. Hayek y M. Friedman,
pero también con otros muchos defenso- De hecho, dentro de este perpetuo revi-
res y seguidores, en particular con las pri- val, viene a ser la recuperación de un punto
meras aportaciones de los académicos de vista ya vigente en algunas de las prime-
vinculados a la teoría tradicional de los de- ras obras sobre estrategia empresarial pu-
rechos de propiedad (Alchian y Demsetz, blicadas en los años sesenta y setenta del
1972), la economía de los costes de tran- pasado siglo; por ejemplo, las muy conoci-
sacción (Williamson, 1985) y la teoría de das de H.I. Ansoff o de K.R. Andrews. Así,
la agencia en versión sólo accionistas-di- siendo el objetivo general de la firma maxi-
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
mizar la rentabilidad a largo plazo del capital vos, quienes han de actuar con honradez,
propio, se alude también a unos objetivos diligencia y transparencia en sus relacio-
sociales de la compañía, pero señalando nes con los stakeholders relevantes, para
que tienen una influencia secundaria, mo- salvaguardar los intereses a largo plazo de
dificadora y restrictiva del comportamien- cada uno de ellos y garantizar la supervi-
to de los directivos (Ansoff, 1965). Por su vencia de la firma (véase Evan y Freeman,
parte, dentro de los elementos integrantes 1988; Bowie, 1998). La base argumen-
de la estrategia, Andrews (1971) alude a las tal puede descansar sobre razonamientos
obligaciones aceptadas con los segmentos éticos o sociales —en sentido amplio, in- 33
de la sociedad distintos de los accionistas. cluyendo los políticos—; pero también es
Probablemente, no es casual que sea hoy posible añadir aportaciones efectuadas
M. Porter, uno de los grandes expertos en desde el análisis económico, como se verá
estrategia empresarial, el que adopta este a continuación.
enfoque en su bien difundida propuesta de
una correcta e inteligente integración de la Puesto que los dos últimos enfoques
filantropía al servicio de esa estrategia y su parecen ser los más importantes en el
rentabilidad. Además, con el cambio de si- momento presente —uno por su difusión
glo, Jensen (2001) ha suavizado su opinión, práctica, otro por ofrecer un «deber ser»
para readaptarla convenientemente en esta digno de atención—, se explican con un
línea, dentro de lo que se ha dado en de- poco más de detalle en lo que sigue.
nominar «modelo accionarial matizado, en-
riquecido o ilustrado», el cual enseguida se
explicará con más detalle.14 3.2. Estrategia práctica: el modelo
accionarial ilustrado
Por último, el enfoque integrador o
avanzado de la responsabilidad social
Según se ha apuntado ya, la responsa-
—cuadrante superior derecho— sigue la
bilidad social corporativa estratégica e ins-
senda abierta por Abrams (1951), hasta
trumental guarda relación con el modelo
llegar a articular una teoría normativa ba-
financiero o accionarial en su versión mati-
sada en principios como los siguientes:
zada, enriquecida o «ilustrada» (enlightened
a) legitimidad corporativa, según el cual
shareholder value model). Aquí el término
la empresa toma como guía la creación
«ilustrado» se corresponde bien con éclai-
de riqueza neta total; b) participación, de
ré, es decir, simplemente aporta el sentido
suerte que la firma articula ciertas formas
de esclarecido/aclarado, sin implicar trans-
efectivas de diálogo comprometido e in-
tervención en la dirección y gestión de la formaciones profundas en la idea del valor
compañía, al menos para los principales accionarial, como ahora veremos. Los ac-
grupos de interés; y c) responsabilidad fi- cionistas conservan su primacía y tienen
duciaria de los administradores y directi- en sus manos el control del gobierno cor-
porativo y de la orientación última de los
14 Naturalmente, la orientación estratégico-instru- negocios. Sin embargo, entienden que las
mental ahora comentada puede incluir en la práctica demás partes interesadas son medios o
una variante: estar de hecho al servicio de las propias
preferencias de los directivos o gerentes y no tanto en
instrumentos imprescindibles para alcanzar
función de los intereses últimos de los accionistas. un mayor valor económico de modo sos-
José Miguel Rodríguez Fernández
tenible y a largo plazo para los propios ac- les, adoptar una política de «marketing con
cionistas.15 causa», involucrarse en actividades socia-
les e inversiones filantrópicas dentro de
Tal es el enfoque que late en muchos de
una estrategia bien formulada, efectuar al-
los informes o códigos de buen gobierno
gunas consultas a los stakeholders, et-
corporativo aprobados en instancias nacio-
cétera, pueden contribuir al logro de los
nales o internacionales durante los años
objetivos convencionales (competitividad,
más recientes: Informe Norby de 2001 en
crecimiento, rentabilidad, generación de
Dinamarca; Informe King II de 2002 en Su-
valor para los accionistas,...). Constitu-
dáfrica; Informe Hofstetter de 2002 en Sui-
yen líneas de acción que se nos presentan
za; Código Tabaksblat de 2003 en Holan-
como convenciones sociales dirigidas a ar-
da; Principios de Gobierno Corporativo de
ticular un consenso acerca del comporta-
2004 de la OCDE; o, tal vez de forma más
miento empresarial «correcto» entre todas
confusa, Código Unificado de 2006 en Es-
las partes interesadas, en un marco en el
paña. Sin olvidar la clara redacción en ese
que entran en juego dinámicas de interac-
mismo sentido del art. 172, parágrafos 1
ciones entre éstas, procesos de aprendi-
y 2, de la Ley de Sociedades de 8 de no-
zaje y construcciones sociales ambiguas
viembre de 2006 en el Reino Unido.
(véase Persais, 2007).
A partir de ahí, se enlaza con una respon-
sabilidad social de la empresa percibida en Como consecuencia, este modelo ac-
términos de reciprocidad. Así, se sugiere la cionarial ilustrado conduce a un enfoque
conveniencia de establecer unas relaciones de la responsabilidad social corporativa
empresa-sociedad mutuamente beneficio- donde se combinan cuatro vertientes: ser
sas para ambas partes, incluso articulan- rentable; cumplir las leyes —algo que sue-
do un diálogo con los diversos grupos de le destacarse como imprescindible, pese a
interés, para conocer sus opiniones y de- resultar un requisito obvio—; respetar los
mandas, establecer algunas colaboracio- principios de la ética de los negocios, así
nes específicas, etcétera —en la práctica, como la autonomía, la dignidad y los dere-
suele hacerse dentro de determinados lími- chos humanos; y «ser bueno» (acción filan-
tes—. Eso sí, a decir verdad, con frecuencia trópica). Se sigue, pues, una jerarquía de
se detectan ciertas resistencias frente a los prioridades donde ante todo esa respon-
compromisos que deberían asumirse en re- sabilidad social viene a ser una cuestión de
lación con los stakeholders internos (Deakin rentabilidad (business case), de modo que,
y Hobbs, 2007); y se pone más énfasis en entrando en detalles, se adopta y se ve im-
conseguir reputación hacia el exterior y, en pulsada para lograr:
definitiva, legitimación social.
— La creación de nuevos productos, en-
Tener presentes en cierta medida los trada en otros mercados, diferencia-
intereses de los partícipes no accionaria- ción comercial y vinculación emocio-
nal de los distintos stakeholders, sobre
15 El resultado es análogo en caso de proceder en todo de los clientes (véase Gardberg y
sentido contrario: partir del modelo de empresa como Fombrun, 2006).
asociación de grupos de interés y, no obstante, seña-
lar también como objetivo de tal modelo la maximiza-
ción a largo plazo de la riqueza de los accionistas. Es — Una generación y acumulación de in-
lo que se califica de teoría stakeholder ilustrada. tangibles a través de la confianza, la
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
cidos argumentos éticos (moral case) o so- ganización que en un control desde
ciales (social case), en un sentido amplio, el mercado.
de modo que se incluyen también razo-
nes que otros denominarían políticas o in- — El hecho de que, en función de lo an-
tegradoras.18 Pero, además, aquí interesa terior, parece vislumbrarse una mane-
subrayar que existen razones económicas ra distinta de la tradicional a la hora
(economic case), distintas de las utilizadas de apreciar quiénes realmente sopor-
en lo que se ha denominado business case tan riesgos residuales (específicos).
y derivadas de:19 Lo hacen diversos grupos de interés,
los cuales, por tanto, están probable-
— La relevancia de los contratos implíci- mente legitimados para participar de
tos, la confianza y la reputación den- algún modo en el control de la direc-
tro de las actuales economías, en un ción y gestión de la empresa y para
entorno en que el «capital social» o defender un sistema de gobierno cor-
relacional de las compañías ayuda a porativo orientado hacia la creación
mantener su competitividad y es pre- de riqueza neta total.
ciso adoptar una visión «multi-agen-
cia», más amplia que la simple co- — La existencia de efectos externos
nexión accionistas-directivos. o sobre terceros generados por las
corporaciones y que éstas han de
— La importante función que tienen las acostumbrarse a «internalizar» —in-
inversiones específicas, los activos teriorizar o tener en cuenta—e n sus
coespecializados y las redes de co- cálculos, según nos enseña la eco-
nocimientos, elementos fundamen- nomía del bienestar, dentro de un
tales para fomentar la innovación contexto en el cual ha de valorarse la
y respecto a los cuales la nueva (o sostenibilidad en el uso de los recur-
«moderna») teoría de los derechos de sos disponibles y no parece creíble
propiedad y el enfoque cognitivo de la existencia de un «orden espontá-
la organización nos han abierto otras neo» conducente al óptimo bienestar
perspectivas. La supervivencia de la social.
empresa exige incentivar a los stake-
holders para efectuar inversiones es- Como consecuencia de lo apuntado,
pecíficas y mantenerse dentro de ese podemos aprovechar la interrelación de la
entramado de activos y personas co- teoría stakeholder con la responsabilidad
especializados. A su vez, el aprendi- social corporativa, habitual en los debates
zaje organizacional puede requerir un sobre modelos de empresa y sistemas
sistema de gobierno corporativo ba- de gobierno. Y, desde ahí, cada empre-
sado más en un control desde la or- sa debería articular su respuesta social en
torno a dos grandes pilares: la implanta-
ción de un gobierno corporativo «global»
18 No procede aquí entrar en su desarrollo. Véase
o «ampliado» y otro modo de entender y
Garriga y Melé (2004) o, más brevemente, Rodríguez
Fernández (2006c). realizar la evaluación de los resultados al-
19 Véase Sacconi (2005). Asimismo, en extenso,
canzados por la firma. Ambos son la lógi-
Rodríguez Fernández (2003, 2006a). Un primer y más
sintético análisis al respecto apareció en Rodríguez ca plasmación de los dos grandes ejes ya
Fernández (2002), en esta misma revista Ekonomiaz. utilizados en el cuadro 1 para diferenciar
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
las posiciones de cada uno de los prin- — Identificación objetiva de las partes in-
cipales enfoques existentes en el ámbi- teresadas. Distinción entre partícipes
to de la responsabilidad social empresa- primarios, contractuales o directos y
rial: por un lado, la «voz» o participación complementarios, contextuales o indi-
(el gobierno de la firma); de otra parte, la rectos, todos ellos con derechos, pero
creación de valor que tiene prioridad (los también con responsabilidades. Los
resultados para el accionista o para el primeros efectúan inversiones especí-
conjunto de los partícipes). ficas en la empresa, asumen riesgos
residuales y su colaboración es estra- 39
En relación con el primer pilar citado,
tégicamente importante para la super-
conviene subrayar algunos principios fun-
vivencia, competitividad y éxito a largo
damentales para la puesta en práctica ins-
plazo de aquélla. Los segundos son
titucional de ese buen gobierno corporati-
fundamentalmente aquellos que expe-
vo global. Constituyen una vía para añadir
rimentan efectos externos positivos o
la responsabilidad social avanzada a las
negativos, sin una previa inversión vo-
características básicas de cualquier buen
luntaria directa, más algunos otros de-
gobierno empresarial (disciplina, transpa-
rivados de razonamientos éticos.
rencia, independencia, rendición de cuen-
tas, responsabilidad e imparcialidad). Al — Responsabilidad fundamental de los
fin y al cabo, conviene aplicar la sugeren- administradores y altos ejecutivos.
cia de Mitchell (2007, p. 280): «El camino Creación de valor a largo plazo y de
más probable para que los proponentes modo sostenible para las partes in-
de la responsabilidad social corporativa al- teresadas. A estos efectos, será re-
cancen sus objetivos es convertir estos te- levante la riqueza neta total creada,
mas en temas de gobierno corporativo», en cuanto diferencia entre el valor de
sin perjuicio de que—como se ha subra- oportunidad de los outputs y el cos-
yado—la primera va más allá del segundo, te de oportunidad de los inputs, pre-
es decir, incluye otros asuntos (Sparkes, servando el capital medioambiental y
2006, p. 65). Pues bien, desde una visión el capital físico, financiero e intelectual
vinculada al análisis económico y el mana- de la organización.
gement, algunos de los principios genera-
— Obligaciones fiduciarias de los directi-
les más relevantes al respecto pueden ser
vos. Asignación a los administradores
(véase Rodríguez Fernández 2006c):
y gerentes de una obligación fiduciaria
— Incorporación de la responsabilidad para atender, gestionar prudentemente
social corporativa en la organización. e intentar buscar el consenso entre las
Ha de hacerse en su misión, valo- demandas de los partícipes, en ocasio-
res, visión estratégica, gobierno de nes potencialmente contrapuestas. El
la empresa, políticas de gestión, cri- propósito es hacer compatibles incen-
terios de remuneración y sistemas tivos y posiciones diversas, convencer
o procedimientos operativos, invo- y generar adhesiones, basándose en
lucrando a los grupos de interés re- criterios de razonabilidad y satisfacción
levantes y consiguiendo el compro- de acuerdo con las contribuciones rea-
miso de los administradores y altos lizadas y los riesgos asumidos por las
ejecutivos. diversas partes interesadas.
José Miguel Rodríguez Fernández
con los partícipes. No obstante, parece con- A partir de estos principios generales,
veniente introducir algunas modificaciones y se está en disposición de perfilar sus con-
acomodar los términos para adaptar mejor secuencias concretas por lo que atañe a la
su contenido a la perspectiva de las presen- especificación de las correspondientes res-
tes páginas. Así se llega a las etapas enu- ponsabilidades estratégicas, organización
meradas a continuación, referidas a las re- estructural y formas de funcionamiento del
laciones de los directivos con los grupos de consejo de administración de las compa-
interés no accionariales. Yendo de abajo ha- ñías; la información a difundir a las par-
cia arriba, el objetivo habrá de ser subir más tes interesadas, etcétera (véanse las reco- 41
allá de los seis primeros peldaños dentro mendaciones al respecto que incluimos en
de los doce que siguen: 1) manipular a los AECA, 2007).
grupos de interés; 2) intentar «curar» la pre-
Llegados a este punto, se plantea una
sunta ignorancia e ideas preconcebidas de
pregunta clave, que afecta al citado se-
éstos; 3) facilitar información; 4) dar explica-
gundo pilar de la responsabilidad social
ciones, 5) buscar el apaciguamiento de los
corporativa avanzada. Si la firma ha de
stakeholders («oír sin necesariamente escu-
estar al servicio de la creación de riqueza
char»); 6) realizar simples consultas; 7) en-
neta total —es decir, para todos los par-
trar en negociaciones; 8) alcanzar compro-
tícipes que proceda y computando los
misos mutuos; 9) establecer colaboraciones
efectos externos positivos o negativos—,
específicas; 10) constituir un «partenariado»
¿pueden servir los métodos tradicionales
o asociación con los partícipes; 11) efectuar
de evaluación de los resultados empresa-
alguna delegación de poder a favor de és-
riales? ¿Se requieren nuevos enfoques?
tos, otorgándoles una cierta representación
Se sabe que, en buena medida, la iden-
en los procesos de decisión; y 12) llegar a
tificación y cálculo de costes y beneficios
un control por parte de los stakeholders re-
responde a «construcciones sociales». Sea
levantes, gracias a su mayor representación
por las dificultades para medirlos de algu-
en dichos procesos.20
na manera, sea por la «entendible» incli-
nación hacia el cómputo sólo de costes
20 La participación de los grupos de interés sir- y benefi cios fácilmente cuantifi cables en
ve precisamente para eludir un peligro latente en una unidades monetarias, lo cierto es que he-
mayor responsabilidad social empresarial en paralelo
a recortes en el Estado del bienestar: la posible apari- mos de preguntarnos si no se excluyen del
ción de núcleos de importante poder privado sin nin- cálculo muchos «efectos colaterales». La
gún tipo de control social. Y también para soslayar la aplicación práctica del modelo pluralista
eventual reticencia de quienes creen que, si el Estado
no siempre conoce bien las necesidades sociales y integral, y de su correlato de responsabi-
adopta las decisiones apropiadas, mucho menos po- lidad social corporativa, depende en gran
drán hacerlo las empresas. Al fin y al cabo, dado que
nuestras economías suelen confiar de forma clara en
parte de la capacidad para proponer nue-
el sistema de precios descentralizado para alcanzar vos enfoques contables y de valoración.
buenas asignaciones de recursos, parece razonable
tener igualmente la esperanza de que unos mecanis-
mos descentralizados de diálogo entre stakeholders
empresariales y fomento de la participación de los
3.4. La creación de riqueza para
cuerpos intermedios de la sociedad pueden conducir las partes interesadas
a decisiones colectivas no muy equivocadas. Se otor-
ga así fuerte protagonismo a la dimensión pública de
los actores sociales, sin caer en el error de identificar
Sin duda, lo prioritario es comprender
lo publico con lo estatal. qué es la creación de riqueza neta total
José Miguel Rodríguez Fernández
Cuadro n.o 2
Creación de riqueza: suma de excedentes
Riqueza Riqueza
privada + colectiva
= =
Excedente Excedente
Excedente Excedente
de los de los
de los de los
accionistas directivos y
acreedores proveedores
trabajadores
(Rodríguez Fernández, 2003; Salas Fumás, Estamos, pues, ante un conjunto de ren-
2004). Como ya se apuntó antes, al hilo tas y cuasi-rentas económicas percibidas
de uno de los principios generales para el por los distintos partícipes.21 Así, el exce-
buen gobierno corporativo global, la rique- dente de los clientes será la diferencia en-
za neta total creada viene dada por la dife- tre el valor de oportunidad de los bienes y
rencia entre el valor de oportunidad de los servicios comprados y el precio satisfecho
ouputs y el coste de oportunidad de los in- en la adquisición; y cada uno de los com-
puts. A su vez, esta riqueza neta total crea- ponentes del excedente del productor ven-
da será la suma de una riqueza privada drá dado por la diferencia entre el corres-
—para partícipes directos— y una riqueza pondiente precio pagado por la empresa y
pública —para partícipes indirectos—, pu- el coste de oportunidad experimentado por
diéndose desglosar para apreciar los ex-
cedentes correspondientes a cada partí- 21 Recuérdese que se denomina renta económica
cipe más relevante (Rodríguez Fernández, a la retribución por encima del importe necesario para
2006b). Un esquema sencillo se recoge lograr que un factor de producción acepte participar
en una actividad, realizando nuevas inversiones con el
como simple ejemplo ilustrativo en el cua- fin de ofertar cantidades adicionales de bienes y ser-
dro n.o 2, donde los efectos externos netos vicios. Cuasi-renta económica es la retribución que
supera el nivel indispensable para inducirlo a que se
son la diferencia entre los positivos y los mantenga en su actividad actual, considerando que
negativos. las inversiones requeridas ya han sido efectuadas.
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
decir, el correspondiente a un uso al- ello, cabe preguntarse si este viejo conti-
ternativo de los recursos para un nivel nente, dados sus valores y sus tradiciones,
de riesgo similar. no podría promover una reflexión y un es-
fuerzo para situarse en una fase más avan-
— La aprobación de un informe anual de
zada de la forma de entender la responsa-
responsabilidad social corporativa, de
bilidad social empresarial. En mi opinión,
acuerdo con un modelo generalmente
desde Europa deberíamos ser capaces de
aceptado y previo informe de la repre-
ir «tomando distancias», para dejar claras
sentación de los trabajadores y, en su
algunas apuestas básicas: a) frente al fun- 45
caso, de los foros organizados para
damental interés estadounidense por fa-
otros partícipes.
vorecer la reputación de la compañía y el
— Dar prioridad a la verificación externa valor accionarial, comprometernos en una
e independiente de ese informe, sin perspectiva que vislumbre la responsabili-
perjuicio de animar el esfuerzo por al- dad social como parte integral de los valo-
canzar una certificación en materia de res y la cultura de la organización, intentan-
responsabilidad social corporativa. do crear riqueza de modo equilibrado para
todas las partes interesadas; b) ante una
Por último, parece factible avanzar en la
respuesta social empresarial entendida con
construcción de índices sintéticos de indi-
gran frecuencia en función de determina-
cadores, recurriendo a la aplicación de téc-
das demandas consideradas externas, op-
nicas de análisis multicriterio y métodos de
tar por una dirección y gestión de la firma
estadística multivariable.
que perciba mejor la importancia de la in-
tervención efectiva de los stakeholders re-
levantes en las decisiones; c) en contrapo-
4. CONSIDERACIONES FINALES
sición a una relación de agencia reducida
al nexo accionistas-directivos, encaminar-
En Estados Unidos gran parte de las de-
nos hacia una visión «multi-agencia» entre
cisiones de los altos dirigentes empresaria-
las diversas partes interesadas y los direc-
les a favor de la responsabilidad social de
tivos; y, en definitiva, d) en vez de un enfo-
sus compañías parecen consistir en actua-
que estratégico-instrumental, una perspec-
ciones instrumentales al servicio final del
tiva institucional-normativa.
valor accionarial, de acuerdo con el mode-
lo financiero ilustrado y la también de moda
En consecuencia, parece necesario que
«filantropía estratégica». Con esa finalidad
en Europa los responsables políticos, juris-
última, se busca mejorar la imagen comer-
tas, economistas, empresarios, trabajado-
cial y fortalecer la reputación de la compa-
res, movimientos y organizaciones socia-
ñía, con la consiguiente acumulación de
les, etcétera, reflexionen acerca de cómo
activos intangibles, diferenciación ante la
articular la participación efectiva en la em-
clientela, motivación del personal, reduc-
presa de los diversos grupos de interés re-
ción de conflictos con el entorno, etcétera.
levantes; y cómo abrir el camino para un
Tal modelo de responsabilidad social modelo de compañía menos contractualis-
corporativa predominante en Estados Uni- ta-accionarial y más pluralista. Las solucio-
dos está instalándose también en la prácti- nes al respecto pueden ser diversas, exis-
ca al respecto desarrollada en Europa. Por tiendo la posibilidad de que sea la propia
José Miguel Rodríguez Fernández
firma la que elija según sus circunstancias. pondientes al conjunto de los mismos. Es
No se olvide que, hoy por hoy, los adminis- tanto como decir repensar las vías para in-
tradores de las compañías puede ser que centivar a esos directivos de suerte que se
reconozcan las implicaciones éticas y so- conviertan en auténticos fiduciarios de las
ciales de sus decisiones, pero consideran diversas partes interesadas y, así, verdade-
que el actual derecho de sociedades les ramente, de toda la sociedad, superando
exige maximizar el valor accionarial, si bien las simples buenas intenciones o una retó-
haciéndolo dentro de los propios cauces rica más o menos ad hoc.
legales (Rose, 2007).
Finalmente, si la responsabilidad social
Además, habrían de perfilarse nuevos avanzada aquí sugerida parece una aven-
instrumentos prácticos para estimar el con- tura intelectual sin éxito posible o se perci-
junto de la riqueza neta total generada por be como una propuesta que requiere exce-
la empresa. Probablemente, ello obliga a sivo coraje, tal vez pueda tomarse ejemplo
reconsiderar lo que se entiende por cos- de la audacia aconsejada por F.A Hayek
tes y beneficios, para no excluir del cálcu- para promover la defensa e implantación
lo muchos «efectos colaterales» que aho- de su propia utopía neoliberal, con muy
ra con tanta frecuencia omitimos. También buenos resultados por lo que se ha visto:
implica requerir que la elaboración y la di- «Necesitamos líderes intelectuales […] dis-
fusión de informaciones sobre responsa- puestos a trabajar por un ideal, aunque sus
bilidad social respondan a criterios bien perspectivas de rápida realización sean es-
definidos, sean transparentes y creíbles, casas. Deben estar dispuestos a aferrarse
resulten evaluables y, sobre todo, puedan a los principios y batirse por su completo
ser verificadas externamente por un ter- cumplimiento, aun cuando parezca lejano
cero reputado e independiente. Para ello […]. Quienes se han ocupado exclusiva-
los economistas de diversas ramas nece- mente de lo que parecía realizable […], se
sitamos colaborar para diseñar modelos han encontrado constantemente con que
de evaluación de la responsabilidad social incluso eso devenía políticamente imposi-
corporativa progresivamente más comple- ble, por la evolución de una opinión pública
tos y detallados, sirviéndonos tanto de los a la que no habían hecho nada por guiar
habituales indicadores como de métodos […]. Si recuperamos esta fe en el poder de
de valoración monetaria utilizados desde las ideas […], la batalla no está perdida»
hace tiempo. (Hayek, 1949, pp. 432-433).
A su vez, debería avanzarse en el diseño Tal vez así podamos superar el estadio
de mecanismos para inducir a los adminis- del homo economicus —aunque sea ilus-
tradores, directivos y gerentes a interiori- trado— y alcanzar los sueños del homo sa-
zar el bienestar de todos los stakeholders piens, una especie más evolucionada que
pertinentes, de forma que tiendan a maxi- todavía no habita el territorio de la ciencia
mizar la suma de los «excedentes» corres- económica.
La economía
Responsabilidad
de la contaminación
social corporativa
difusa: aspectos
y análisis espaciales
económico:e práctica
información
frente
asimétrica
a teoría
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ABRAMS, F. (1951): «Management responsibilities BOYER, R. (2005): «From shareholder value to CEO
in a complex world», Harvard Business Review, power: the paradox of the 1990s», Competition
vol. 29, pp. 29-34. and Change, vol. 9, pp. 7-47.
AECA (2004): Marco conceptual de la responsabi- B RANDENBURGER , A.M. y S TUART , H.W.Jr. (1996):
lidad social corporativa, ponentes José Luis Liz- «Value-based business strategy», Journal of
cano Álvarez y Jose Mariano Moneva Abadía, Economics and Management Strategy, vol. 5,
Comisión de Responsabilidad Social Corporati- pp. 5-24.
va, Asociación Española de Contabilidad y Ad- 47
BRY, F. de (2006): «Du paternalisme à la respon-
ministración de Empresas (AECA), Madrid.
sabilité sociale», European Journal of Economic
AECA (2007): Gobierno y responsabilidad social and Social Systems, vol. 19, pp. 69-84.
de la empresa, ponentes José Miguel Rodríguez
BURKE, L. y LOGSDON, J.M. (1996): «How corporate
Fernández, Mónica Melle Hernández y José Ma-
social responsibility pay off», Long Range Plan-
nuel Sastre Centeno, Comisión de Responsa-
ning, vol. 29, pp. 495-502.
bilidad Social Corporativa, Asociación Española
de Contabilidad y Administración de Empresas CAPRON, M. y QUAIREL-LANOIZELÉE, F. (2007): «La
(AECA), Madrid. responsabilité sociale d’entreprise», La Dé-
couverte, París.
ALCHIAN, A.A. y DEMSETZ, H. (1972): «Production, in-
formation cost, and the economic organization», CARROLL, A.B. (2006): «Corporate social responsi-
American Economic Review, vol. 62, pp. 777-795. bility: a historical perspective», en EPSTEIN, M.J.
y HANSON, K.O. (eds.): The accountable corpora-
ANDREWS, K.R. (1971): The concept of corporate
tion, Vol. 3: Corporate social responsibility, Prae-
strategy, Irwin, Homewood (IL).
ger, Westport (CT), pp. 4-30.
ANSOFF, H. I. (1965): Corporate strategy, McGraw-
CHARREAUX, G. y DESBRIÈRES, P. (1998): «Gouver-
Hill, Nueva York.
nance des entreprises: valeur partenariale contre
ATTARÇA, M. y JACQUOT, T. (2005): «La représenta- valeur actionnariale», Finance Contrôle Stratégie,
tion de la responsabilité sociale des entreprises: vol. 1, pp. 57-88. Existe versión en inglés (2001):
une confrontation entre les approches théori- «Corporate governance: stakeholder value ver-
ques et les visions managériales», XIV Conféren- sus shareholder value», Journal of Management
ce Internationale de Management Stratégique, and Governance, vol. 5, pp. 107-128.
Angers-Nantes, 6-9 de junio.
CLARK, J.M. (1916): «The changing basis of econo-
BLAIR, M.M. (2003): «Directors’ duties in a post-Enron mic responsibility», Journal of Political Economy,
world: why language matters», Wake Forest Law vol. 24, pp. 209-229.
Review, vol. 38, pp. 885-909.
CLARK, J.M. (1926): Social control of business, Uni-
BONTEMS, P. y ROTILLON, G. (2007): L’économie de versity of Chicago Press, Chicago.
l’environnement, La Découverte, París.
COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (2001): Li-
BOULDING, K.E. (1966): «The economics of the co- bro verde. Fomentar un marco europeo para la
ming spaceship earth», en JARRETT, H. (ed.): En- responsabilidad social de las empresas, COM
vironmental quality in a growing economy, Johns (2001) 366 final, Bruselas, 18 de julio.
Hopkins University Press, Baltimore, pp. 3-14.
DAM, L. (2006): «Corporate social responsibility in a
BOWEN, F. (2007): «Corporate social strategy: com- general equilibrium stock market model: solving
peting views from two theories of the firm», Jour- the financial performance puzzle», CCSO Centre
nal of Business Ethics, vol. 75, pp. 97-113. for Economic Research, University of Groningen,
BOWEN, H.R. (1953): Social responsibilities of the Groningen.
businessman, Harper and Row, Nueva York. DEAKIN, S. y HOBBS, R. (2007): «False dawn por
BOWEN, H.R. (1978): «Social responsibility of the bu- CSR? Shifts in regulatory policy and the respon-
sinessman: twenty years later», en EPSTEIN, E.M. se of the corporate and financial sectors in Bri-
y VOTAW, D.: Rationality, legitimacy, responsibility: tain», Corporate Governance: An International
the search for new directions in business and so- Review, vol. 15, pp. 68-76.
ciety, Goodyear, Santa Monica (CA), pp. 116-130. EELLS, R. (1960): The meaning of modern business:
BOWIE, N.E. (1998): «A Kantian theory of capita- an introduction to the philosophy of large corpo-
lism», Ruffin Series in Business Ethics, vol. 1, rate enterprise, Columbia University Press, Nue-
pp. 37-60. va York.
José Miguel Rodríguez Fernández
EFENDI, J., SRIVASTAVA, A. y SWANSON, E.P. (2007): function», European Financial Management,
«Why do corporate managers misstate financial vol. 7, pp. 297-317.
statements? The role of option compensation JENSEN, M.C. (2004): «The agency costs of over-
and other factors», Journal of Financial Econo- valued equity and the current state of corpora-
mics, vol. 85, pp. 667-708. te finance», European Financial Management,
E RTURK , I., F ROUD , J., J OHAL , S. y Williams, K. vol. 10, pp. 549-565.
(2004): «Corporate governance and disappo- KAYSEN, C. (1957): «The social significance of the
intment», Review of International Political Eco- modern corporation», American Economic Re-
nomy, vol. 11, pp. 677-713. view, vol. 47, pp. 311-319.
EVAN, W.M. y FREEMAN, R.E. (1998): «A stakeholder KENNEDY, A.A. (2000): The end of shareholder va-
theory of the modern corporation: Kantian capi- lue, Orion Business Books, Londres.
talism», en BEAUCHAMP, T.L. y BOWIE, N.E. (eds.):
Ethical theory and business, Prentice-Hall, En- LANGE, O. (1966): Economía política I: problemas
glewood Cliffs (NJ), pp. 75-93. generales, Fondo de Cultura Económica, México.
FOLEY, D.K. (2006): Adam’s fallacy: a guide to eco- LE PLAY, F. (1855): Ouvriers européens, Imprimerie
nomic theology, Belknap Press/Harvard Univer- impériale, París.
sity Press, Cambridge (MA). MARCH, J.G. y SIMON, H.A. (1961): Teoría de la or-
FRIEDMAN, A.L. y MILES, S. (2006): Stakeholders: ganización, Ariel, Barcelona.
theory and practice, Oxford University Pres, MECKLING, W.H. y JENSEN, M.C. (1983): «Reflec-
Oxford. tions on the corporation as a social invention»,
FRIEDMAN, M. (1962): Capitalism and freedom, Uni- Midland Corporate Finance Journal, vol. 1,
versity of Chicago Press, Chicago. pp. 6-15.
GALBRAITH, J.K. (1952): American capitalism: the MEYER, J.W. y ROWAN, B. (1977): «Institutionalized
concept of countervailing power, Houghton organizations: formal structure as myth and ce-
Mifflin, Boston (MA). remony», American Journal of Sociology, vol. 83,
pp. 340-363.
GALBRAITH, J.K. (1967): The new industrial state,
Houghton Mifflin, Boston (MA). MITCHELL, L.E. (2007): «The board as a path toward
corporate social responsibility», en MCBARNET, D.;
GARDBERG, N.A. y FOMBRUN, C.J. (2006): «Corpora- VOICULESCU, A. y CAMPBELL, T. (eds.): The new
te citizenship: creating intangible assets across corporate accountability: corporate social res-
institutional environments», Academy of Mana- ponsibility and the law, Cambridge University
gement Review, vol. 31, pp. 329-346. Press, Cambridge, pp. 279-306.
GARRIGA, E. y MELÉ, D. (2004): «Corporate social NOVAK, M. (1981): Toward a theology of the corpo-
responsibility theories: mapping the territory», ration, American Enterprise Institute Press, Was-
Journal of Business Ethics, vol. 53, pp. 51-71. hington (D.C.).
GLYN, A. (2007): Capitalism unleashed: finance, glo- ORLITZKY, M., SCHMIDT, F.L. y RYNES, S.L. (2003):
balization, and welfare, Oxford University Press, «Corporate social and financial performance: a
Oxford. meta-analysis», Organization Studies, vol. 24,
HALIMI, S. (2005): Le grand bond en arrière, Fayard, pp. 403-441.
París. PAPANDREOU, A.G. (1973): El capitalismo paternalis-
HANSMANN, H. y KRAAKMAN, R. (2001): «The end ta, Alianza, Madrid.
of history for corporate law», Georgetown Law PENSADO, B. (1954): El marqués de Comillas, Publi-
Journal, vol. 89, pp. 439-468. caciones Españolas, Madrid.
HAYEK, F.A. (1949): «The intellectuals and socia- PERROW, C. (1997): «Organizing for environmen-
lism», University of Chicago Law Review, vol. 16, tal destruction», Organization and Environment,
pp. 417-433. vol. 10, pp. 66-72.
HAYEK, F.A. (1960a): «The corporation in a demo- PERSAIS, É. (2007): «La RSE est-elle une question
cratic society: in whose interest ought it and will de convention?», Revue Française de Gestion,
it be run?», en ANSHEN, M. y BACH, G.L.: Ma- núm. 172, pp. 79-97.
nagement and corporation 1985, McGraw-Hill, PORTER. M. E. (2003): «CSR: a religion with too
Nueva York, pp. 99-117. many priests?», European Business Forum,
H AYEK , F.A. (1960b): The constitution of liberty, núm. 15, pp. 41-42.
Routledge, Londres. P ORTER , M.E. y K RAMER , M.R. (1999): «Philan-
JENSEN, M.C. (2001): «Value maximization, stake- thropy’s new agenda: creating value», Harvard
holder theory, and the corporate objective Business Review, vol. 77, pp. 121-130.
Responsabilidad social corporativa y análisis económico: práctica frente a teoría
POST, J.E., PRESTON, L.E. y SACHS, S. (2002): Rede- SACCONI, L. (2005): «Le ragioni della CSR nella teo-
fining the corporation, Stanford University Press, ria economica dell’impresa» y «CRS: verso un
Stanford. modello allargato di corporate governance», en
SACCONI, L. (a cura di): Guida critica alla respon-
RHENMAN, E. (1968): Industrial democracy and in-
sabilitá sociale e al governo d’impresa, Bancaria,
dustrial management, Tavistock, Londres.
Roma, pp. 91-136.
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2002): «Teoría de los SALAS FUMÁS, V. (2004): «El buen “performance” de
partícipes y ciudadanía empresarial: una pers- la empresa», en Ponencias y conclusiones de las
pectiva pluralista del gobierno de las compa- Segundas Jornadas sobre la Singularidad de
ñías», Ekonomiaz, núm. 50, 2002, pp. 75-109. las Cajas de Ahorro Españolas, Federación Na-
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2003): El gobierno de cional de Usuarios Financieros de Cajas de Aho-
la empresa: un enfoque alternativo, Akal, Ma- rros, Zaragoza, 12-13 de noviembre, pp. 27-44. 49
drid. SAMUELSON, P.A. (1971): «Love that corporation»,
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2006a): «Valor accio- Mountain Bell Magazine, primavera, p. 24.
narial y orientación stakeholder: bases para un SPARKES, R. (2006): «From mortmain to corporate
nuevo gobierno corporativo», Papeles de Eco- social responsibility: the historical background»,
nomía Española, núm. 108, pp. 10-26. en ALLOUCHE, J. (ed.), Corporate social responsi-
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2006b): «Responsa- bility, vol. 1: Concepts, accountability and repor-
bilidad social corporativa: ¿filantropía estratégi- ting, Palgrave, Basingstoke, pp. 38-72.
ca u otro modelo de empresa?», Boletín AECA, STIGLITZ, J. (2004): «Keynote address on business
núm. 74, pp. 11-15. for social responsibility and development», en
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2006c): «La respon- Business for Social Responsibility 2004 Annual
sabilidad social de la empresa: ¿un medio o un Conference, Columbia University, Nueva York,
fin?», Revista de Dirección y Administración de 9-12 de noviembre.
Empresas, núm. 13, 2006, pp. 53-77. SUCHMAN, M.C. (1995): «Managing legitimacy: stra-
ROSE, J.M. (2007): «Corporate directors and so- tegic and institutional approaches», Academy of
cial responsibility: ethics versus shareholder Management Journal, vol. 20, pp. 571-610.
value», Journal of Business Ethics, vol. 73, VOGEL, D. (2006): The market for virtue, Brookings
pp. 319-331. Institution Press, Washington (D.C.).
RUSSELL, C.S. (2001): Applying economics to the WILLIAMSON, O.E. (1985): The economic institutions
environment, Oxford University Press, Oxford. of capitalism, Free Press, Nueva York.
Responsabilidad social de la empresa: una
revisión crítica a las principales teorías
50
Se revisan críticamente cuatro teorías actuales de responsabilidad social empresarial, atendiendo
a sus fundamentos filosóficos y sus implicaciones normativas. En primer lugar, la teoría común-
mente denominada «actuación social de la empresa» que tiene un enfoque procedente de la teoría
social. En segundo lugar, la teoría denominada del «valor para el accionista» y también teoría del
«capitalismo fiduciario», próxima a la teoría económica neoclásica. A continuación, la teoría de los
grupos implicados, basado en teorías filosóficas y éticas de corte racionalista. Finalmente, la teo-
ría de la «ciudadanía empresarial», que parte de una metáfora tomada de la filosofía política y utili-
za un enfoque próximo a de los estudios políticos. Considerando las limitaciones de esas teorías,
parece necesario desarrollar una teoría de la responsabilidad social empresarial más global, que
vaya más allá de los enfoques tomados de ciencias sociales particulares (psicología, economía y
estudios políticos) y superando también el racionalismo ético de algunas propuestas actuales.
Enpresen gizarte-erantzukizunari buruzko egungo lau teoriaren azterketa kritikoa egiten du, oinarri
filosofikoak eta inplikazio normatiboak kontuan hartuta. Lehenik eta behin, teoria sozialaren ikuspe-
gia duen teoria aztertzen du, «enpresaren jokabide soziala» izenekoa. Bigarrenik, «akziodunen ba-
lioaren teoria», eta, halaber, «kapitalismo fiduziarioaren» teoria, teoria ekonomiko neoklasikotik gertu
dagoena. Hirugarrenik, talde inplikatuen teoria, teoria filosofiko eta etiko arrazionalistetan oinarritua.
Azkenik, «herritar enpresarien» teoria: filosofia politikotik hartutako metafora bat du abiapuntu, eta
ikasketa politikoetan erabiltzen den ikuspegitik gertu dago. Teoria horien mugak kontuan izanda,
badirudi beharrezkoa dela enpresen gizarte-erantzukizunari buruzko teoria osoagoa garatzea, gizar-
te-zientzia jakin batetik (psikologia, ekonomia eta ikasketa politikoak) hartutako ikuspegiez haratago,
eta, halaber, egungo proposamen batzuen arrazionalismo etikoa gaindituz.
This article critically reviews four current theories of Corporate Social Responsibility (CSR) by
considering their philosophical foundations and their normative implications. Firstly, the theory
commonly known as «Corporate Social Performance», a model that stems from the social theory.
Secondly, the «Shareholder Value Theory», or «Fiduciary Capitalism», which is closely related with
neoclassic economics. Thirdly, the «Stakeholder Theory» based on rationalist philosophical and
ethical theories. Finally, «Corporate Citizenship» which derives from a metaphor from political
philosophy and which uses an approach similar to that of political studies. Considering the limitations
of these theories, it seems necessary to develop a more global theory of CSR, one that goes beyond
the approaches taken from social sciences (sociology, economics, and political studies) and that
surpasses the rationalistic ethics of some current propositions.
ÍNDICE
1. Introducción 51
2. Teoría de la actuación social de la empresa
3. Teoría del valor para el accionista o capitalismo fiduciario
4. Teoría de los grupos implicados
5. Teoría de la ‘ciudadanía empresarial’ (corporate citizenship)
6. Conclusión
Referencias bibliográficas
este concepto y apoyándose en el posterior res sociales más allá de los requerimien-
desarrollo realizado por Wartick y Cochran tos técnicos, llegan a ser instituciones so-
(1985), Wood (1991b, p. 693) definió la ciales.
actuación social de la empresa como: «la
En las teorías de RSE siempre subyace
configuración en una organización empre-
una concepción específica de la relación
sarial de principios de responsabilidad so-
entre empresa y sociedad. En este modelo,
cial, procesos de receptividad social y po-
Wood, siguiendo a Preston y Post (1975),
líticas, programas y resultados observables
sugiere que empresa y sociedad son dos
asociados a las relaciones de la empresa 53
sistemas «interpenetrados». Al propio tiem-
con la sociedad». Este es el modelo más
po subraya la interdependencia entre las
completo de la teoría aquí considerada. instituciones sociales, en lugar de conside-
rar, como en otros enfoques, que en la so-
ciedad existe especialización funcional. Si
2.1. Legitimidad hay interdependencia institucional, las em-
presas tienen que ser socialmente respon-
La teoría de actuación social de la em- sables porque operan en un entorno com-
presa basa su legitimidad en la aceptación partido, y del cuál dependen.
social de su actuación. La sociedad, en
cierto modo, concede «licencia para ope- La interdependencia existe también en-
rar» a la empresa y la empresa existe por tre la empresa y grupos implicados con
esa legitimidad social. En este sentido, des- ella. Estos grupos, que afectan o son afec-
de hace años, se viene afirmado que «las tados por la empresa, son los que se en-
instituciones empresariales deben mover- cargan en gran medida de hacer efectiva la
se decididamente hacia la integración de legitimidad social o, por el contrario, la re-
los valores sociales en los mecanismos de tiran. Lo hacen concediendo credibilidad,
toma de decisiones. Las empresas que va- reputación y disposición a colaborar con
cilen o prefieran no entrar en la terreno de la empresa (Mahon y Wartick, 2003) o, en
la responsabilidad social puede encontrarse sentido inverso, negándose a proporcionar
que paulatinamente naufraguen en el mar los beneficios derivados de la interdepen-
de la desaprobación publica.» (Davis, 1973, dencia, o incluso tomando represalias con-
p. 321; ver también Wood, 1991b). En otras tra prácticas cuestionables desarrolladas
palabras, se argumenta que si las empre- por la empresa (Collins, 1989). La existen-
sas ignoran las expectativas y demandas cia de esta interdependencia social es tam-
bién apoyada por la creciente conciencia
sociales probablemente perderán el control
de la finitud de los recursos de la Tierra y la
sobre la toma de decisiones interna y sobre
dependencia reciproca de sus pobladores.
las relaciones externas (Sethi, 1979).
presa. De acuerdo con esta idea, los eje- sa, como ubicar y construir instalaciones,
cutivos deberían tomar decisiones refor- buscar proveedores, captar y seleccionar
zando lo establecido por la ley, siguiendo trabajadores y llevar a cabo el proceso pro-
las direcciones que marcan las encuestas ductivo y distributivo de sus productos. La
de opinión y los temas sociales más can- «implicación secundaria» se refiere a as-
dentes. pectos sociales derivados de la implicación
primaria, como la contaminación genera-
Es, pues, el principio de responsabilidad
da en la producción o el avance profesio-
pública, y no los directivos empresariales,
nal de los trabajadores contratados. Los
el que define las responsabilidades sociales
directivos deberán averiguar en cada mo-
que la empresa ha de asumir. Dicho de otro
mento los contenidos de estas «implicacio-
modo, «el principio de responsabilidad pú-
nes» y tomar decisiones en cada situación
blica no permite que la responsabilidad so-
particular, asumiendo su responsabilidad
cial de la empresa sea definida por los capri-
como actores morales.
chos, preferencias o contactos sociales de
los altos ejecutivos de la empresa» (1991b,
p. 698), sino por las demandas sociales del
2.4. Actuación
entorno de la empresa. Sin embargo, los di-
rectivos tienen cierto papel en la concreción
Esta teoría incluye, además de principios
de aquella. Wood señala que «los directivos
de responsabilidad social, algunas pautas
son actores morales, y dentro del dominio
de actuación. Entre estos últimos se en-
de la RSE están obligados a ejercer su crite-
cuentran, por una parte, los procesos de
rio en lo que está a su alcance para conse-
receptividad social empresarial y, por otra,
guir unos resultados socialmente responsa-
los impactos sociales, programas y políti-
bles.» (Wood, 1991b, p. 698).
cas de responsabilidad social (resultados
de la actuación).
2.3. Regulación Los procesos de receptividad social in-
cluyen: valoraciones del entorno, gestión
Como se ha señalado, la empresa ha de grupos implicados (Stakeholder Mana-
de adaptar su actuación a los valores so- gement) considerando quiénes son, cómo
ciales existentes en cada momento y lugar, son y qué clase de relaciones e influen-
pero eso es demasiado genérico. De modo cias se mantienen con ellos y, por último,
más específico, Word, siguiendo de nue- la identificación, análisis y respuesta a dar
vo a Preston y Post (1975), considera dos ante asuntos sociales específicos.
ámbitos de responsabilidad empresarial
Hacer operativa la responsabilidad so-
que concretan la «responsabilidad pública»
cial tiene un coste económico, pero con él
y proporcionan una expresión reguladora
se evitan riesgos derivados de incumplir la
de la responsabilidad social. Las denomi-
legalidad social. La RSE puede verse tam-
nan respectivamente «implicación primaria»
bién como una inversión para crear reputa-
e «implicación secundaria» (Wood, 1991b,
ción empresarial de la que se espera cier-
p. 697).
to retorno a largo plazo. Sin embargo, esta
La «implicación primaria» se refiere a las teoría no pone el acento en calcular los
tareas económicas esenciales de la empre- costes y beneficios económicos ocasiona-
Responsabilidad social de la empresa: una revisión crítica a las principales teorías
cial empresarial estratégica» (Strategic Cor- Otra crítica a esta teoría es el reduccio-
porate Social Responsibility) para referirse nismo que supone dirigir empresas exclusi-
a políticas, programas y procesos que rin- vamente según la racionalidad económica,
den «sustanciales beneficios económicos cuando ésta es sólo una parte del concep-
a la empresa, especialmente los apoyados to más amplio de racionalidad humana. La
en actividades centrales de la empresa, racionalidad humana incluye también con-
que así contribuyen a la efectividad de la siderar los fines de la acción y aspectos
empresa en el cumplimiento de su misión». humanos, éticos y sociales no estrictamen-
te económicos.
El cálculo coste-beneficio obviamen-
te es clave en esta teoría. Se comprende, Por otra parte, el modelo de hombre y
por tanto, que pueda hablarse de un nivel de sociedad que subyace en esta teoría es
«ideal» de RSE determinable por un análisis muy incompleto y, por tanto, erróneo. La
coste-beneficio (a largo plazo) dependien- persona humana es mucho más compleja
te de varios factores (McWilliams y Siegel, que la simplificación adoptada aquí, que no
2001). es otra que del homo economicus, que re-
duce al hombre a un ser de intereses (eco-
nómicos) y preferencias.
3.5. Comentarios
Es también muy cuestionable la concep-
A diferencia de la teoría anterior inspi- ción funcionalista, individualista y atomista
rada en la teoría social, la teoría del va- de la sociedad implícita en esta teoría. La
lor para el accionista tiene sus raíces en la multiplicidad de fines de las instituciones
teoría económica neoclásica. La aplicación sociales y la interdependencia entre em-
de esta teoría ha llevado, sin duda, a crear presa y sociedad son hoy ampliamente re-
riqueza. Los defensores de esta teoría, su- conocidos. En este sentido, si bien la crea-
brayan que los aspectos sociales ya que- ción de riqueza es primordial entre los fines
dan cubiertos con las debidas restriccio- de la empresa, la contribución de la em-
nes legales y una adecuada política fiscal y presa al bien de la sociedad no se limita a
social. Aunque la empresa se desentiende este fin. La empresa crea empleo, suminis-
de su responsabilidad social más allá de la tra bienes y servicios con eficiencia, es un
creación de valor para el accionista, el Es- cauce para inversiones rentables, difunde
tado puede limitar posibles abusos empre- valores, etc.
sariales y mitigar, al menos parcialmente,
La defensa de las libertades es acorde
los impactos sociales negativos ocasiona-
con la libertad del hombre pero la libertad
dos por algunas empresas.
necesita un marco ético-legal para evitar
Crear riqueza es importante, pero la abusos en nombre de la libertad por parte
creación de riqueza no es suficiente para de los poderosos. También el derecho de
lograr una buena sociedad. Se puede propiedad es importante, pero es muy dis-
crear riqueza al tiempo que se degrada a cutible que sea un derecho absoluto. Des-
las personas en su humanidad, se erosio- de una perspectiva ética muchos defien-
na la convivencia social, se agotan recur- den que la propiedad tiene funciones tanto
sos naturales y se contamina el medio am- individuales como sociales, que han de ser
biente. armonizadas.
Responsabilidad social de la empresa: una revisión crítica a las principales teorías
como valores fundamentales. Los grupos y, sobre todo, suscita la cuestión de cómo
implicados tienen, por tanto, opciones; en- resolver intereses en conflicto. Se ha pro-
tre ellas la posibilidad de cooperar con la puesto equilibrar intereses en conflicto de
empresa, y viceversa. De esta cooperación los grupos implicados, utilizando diversas
con los implicados emerge la competición teorías éticas (Freeman 1994), mediante
entre las empresas. El Gobierno (Estado), diálogo con los grupos implicados buscan-
en lugar de ser visto como limitador de los do consenso y también atender a criterios
intereses económicos de los empresarios, de legitimidad, urgencia y poder (Mitchell et
es considerado como un grupo implicado al., 1997).
más, en interdependencia con la empresa.
4.4. Actuación
4.2. Orientación
En relación con el modo de actuar en la
La orientación fundamental para las de- aplicación de la teoría de grupos implica-
cisiones empresariales es que éstas deben dos, se han señalado, entre otros, los si-
beneficiar a todos los implicados y a la em- guientes criterios para directivos2:
presa en su conjunto. Se debe, pues, diri-
gir y gobernar la empresa a favor de todos 1. Reconocer y seguir activamente las
los grupos implicados y para la continuidad preocupaciones de todos los legíti-
de la empresa (Evan y Freeman, 1988). mos grupos implicados.
ética se debe utilizar para resolver conflic- dida, contribuyó a ello una declaración fir-
tos de intereses. Algunos, como Freeman mada por 34 directores ejecutivos de las
(1994), aceptan que cualquier teoría ética mayores empresas del mundo dentro del
será válida para resolverlos, lo cual da lugar World Economic Forum de 2002, celebrado
a cierto relativismo ético. Esto es relevante, ese año en Nueva York en lugar de Davos
dado que la teoría de implicados empezó (Suiza), donde habitualmente tiene lugar. En
su andadura apoyándose en principios éti- esta declaración del World Economic Fo-
cos universales, frente a quienes se limitan rum se afirma que «la ciudadanía empre-
a cumplir las leyes, para justificar el reco- sarial se refiere a la contribución que una
nocimiento y respeto a los implicados. Este compañía hace a la sociedad a través de
relativismo en la elección de teorías, conlle- sus actividades empresariales nucleares, su
va el riesgo de que haya directivos que eli- inversión social y programas filantrópicos y
jan la teoría que más convenga para justifi- su implicación en políticas públicas.»3
car lo que previamente ya se ha elegido.
5.1. Legitimidad
5. TEORÍA DE LA
Se considera que la empresa es parte
‘CIUDADANÍA EMPRESARIAL’
de la sociedad y ha de participar en la vida
(CORPORATE CITIZENSHIP)
social contribuyendo en alguna medida y
voluntariamente al desarrollo y bienestar de
El término «ciudadanía empresarial» (Cor-
la sociedad más allá de la creación de ri-
porate Citizenship) es relativamente antiguo,
queza. Esta visión de la relación entre em-
pero la teoría de la «ciudadanía empresa-
presa y sociedad difiere de las anteriores
rial» es reciente y aún no completamente
teorías (interprenetación, monofuncional,
desarrollada. La expresión aparece en Es-
interdependencia con grupos4).
tados Unidos en la década de los ochen-
ta, o quizá antes, sobre todo en la práctica Para la mayoría de autores, el concep-
empresarial para designar acciones filantró- to de «ciudadanía empresarial», inspirado
picas empresariales para contribuir a solu- en la filosofía política, tiene afinidad con la
cionar determinados necesidades sociales noción de ciudadano, es decir, alguien que
de la comunidad donde opera la empresa. forma parte de una nación-estado y está
«La empresa —se afirmaba— ha de ser una dotado de deberes y derechos. Pero la no-
buena ciudadana» y, si hay ciudadanos que ción de ciudadano expresa exactamente el
se preocupan y ayudan a resolver proble- modo de entender la ciudadanía empresa-
mas o necesidades sociales, las empresas, rial, ya que las empresas multinacionales,
sobre todo las grandes, con sus inmensos
recursos, no pueden ser menos.
3 http://www.weforum.org/en/initiatives/corporate-
La idea de que las empresas tienen que citizenship/index.htm Acceso realizado el 26 de febre-
preocuparse por las comunidades que las ro de 2007.
4 Algunos autores ven la noción de ciudadanía
acogen, más allá del pago de impuestos, referida a la relación que la empresa establece con
se extendió progresivamente con las pro- sus grupos implicados (Waddock y Smith, 2000).
Sin embargo, esta idea no parece lo más genuino de
testas antiglobalización a finales del siglo esta teoría, ya que si fuera así, apenas se distinguiría
pasado y principios del actual. En gran me- de la teoría de los grupos implicados.
Responsabilidad social de la empresa: una revisión crítica a las principales teorías
primariamente aludidas en esta teoría, no nía. Uno, propuesto por Wood y Logsdon
están circunscritas a un ámbito de sobera- (2002) se basa en la aplicación de dere-
nía política ni están limitadas por un rígido chos humanos universales y un núme-
listado de derechos y deberes ciudadanos. ro limitado de normas éticas universales
Por el contrario, la ciudadanía empresarial (hipernormas), al tiempo que se respe-
suele referirse a un ámbito global y es cru- tan las normas locales consistentes con
cial el sentido de voluntariedad en coope- éstas y se buscan modos de conciliarlas
rar al bien de la sociedad. cuando no son consistentes y se implan-
tan procesos sistemáticos de aprendiza- 63
El concepto de ciudadanía empresarial
je en beneficio de la organización, de los
se apoya en la noción de «participación cí-
grupos implicados locales y de la comu-
vica», la cual enlaza con la tradición aris-
nidad global.
totélica que considera la sociabilidad hu-
mana que busca la cooperación en todos Otra perspectiva es la propuesta por
los ámbitos. Según Aristóteles, las econo- Matten y Crane (2005) que ven el papel de
mías domésticas participan y contribuyen la empresa en administrar ciertos derechos
al bienestar de la ciudad (polis). La ciuda- de los grupos implicados en la empresa en
danía empresarial se encuadra en esta vi- países dónde los gobiernos han dejado de
sión de la sociedad en la cual todas las administrar derechos cívicos, dónde no los
partes integrantes de la misma han contri- han administrado todavía y dónde la admi-
buir al bien de la sociedad en su conjunto. nistración de derechos cívicos van más allá
de lo que alcanza el gobierno de una na-
En definitiva, la legitimidad se fundamen-
ción-estado.
ta en la necesidad de cooperación social y
en la participación responsable de la em-
presa en lograr una buena sociedad.
5.4. Actuación
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ACKERMAN, R. W. (1973): «How companies respond FRIEDMAN, M. y R. FRIEDMAN (1962): Capitalism and
to social demands». Harvard Business Review, Freedom. University of Chicago Press. Chicago.
Vol. 51, n.o 4, pp. 88-98. JENSEN, M. C. (2000): «Value Maximization, Stake-
BOWEN, H. R. (1953): Social Responsibilities of the holder Theory, and the Corporate Objective
Businessman. Harper & Row. New York. Function», en M. BEER y N. NOHRIA (ed.): Brea-
BURKE, L. y J. M. LOGSDON (1996): «How Corpora- king the Code of Change. Harvard Business
te Social Responsibility Pays Off». Long Range School Press. Reproduced in Business Ethics
Planning, Vol. 29, n.o 4, pp. 495-502. Quarterly 12(2), 235-256. Boston, pp. 37-58.
CARROLL, A. B. (1979): «A Three-Dimensional Con- JENSEN, M. C. y MECKLING, W. (1976): «Theory of
ceptual Model of Corporate Performance». Aca- the Firm: Managerial Behavior, Agency Cost, and
demy of Management Review, Vol. 4, n. o 4, Capital Structure». Journal of Financial Econo-
pp. 497-505. mics, Vol. 3, n.o 4, pp. 305-360.
CARROLL, A. B. (1999): «Corporate Social Respon- LOGSDON, J. M. y WOOD, D. J. (2005): «Implemen-
sibility. Evolution of Definitional Construct». Busi- ting Global Business Citizenship: Multi-Level
ness & Society, Vol. 38, n.o 3, pp. 268-295. Motivations», en J. HOOKER (ed.): International
Corporate Responsibility: Exploring the Issues.
C OLLINS , D. (1989): «Organizational Harm, Le- Carnegie Mellon University Press. Pittsburgh.
gal Condemnation and Stakeholder Retalia-
tion: A Typology, Research Agenda and Appli- MAHON, J. F. y WARTICK, S. L. (2003): «Dealing with
cation». Journal of Business Ethics, Vol. 8, n.o 1, Stakeholders: How Reputation, Credibility and
pp. 1-13. Framing Influence the Game». Corporate Repu-
tation Review, Vol. 6, n.o 1, pp. 19-35.
DAVIS, K. (1973): «The Case For and Against Bu-
siness Assumption of Social Responsibilities». MATTEN, D. y CRANE, A. (2005): «Corporate Citizen-
Academy of Management Journal, Vol. 16, n.o 2, ship: Towards an Extended Theoretical Concep-
pp. 312-322. tualization». Academy of Management Review,
Vol. 30, n.o 1, pp. 166-179.
DONALDSON, T. y L. E. Preston (1995): «The Stake-
holder Theory of the Corporation: Concepts, Evi- MCWILLIAMS, A. y SIEGEL, D. (2001): «Corporate So-
dence, and Implications». Academy of Manage- cial Responsibility: A Theory of the Firm Perspec-
ment Review, Vol. 20, n.o 1, pp. 65-91. tive». Academy of Management Review, Vol. 26,
n.o 1, pp. 117-127.
DONATI, P. (2002): Introduzione alla sociologia rela-
zionale. Angeli. Milano. MITCHELL, R., AGLE, B. R. y WOOD, D. J. (1997):
«Towards a Theory of Stakeholder Identification
DONATI, P. (2006): Repensar la sociedad: el enfoque and Salience: Defining the Principle of Who and
relacional. Ediciones Internacionales Universita- What Really Counts». Academy of Management
rias. Madrid. Review, Vol. 22, n.o 4, pp. 853-886.
DRUCKER, P. (1984): «The New Meaning of Corpora- MOON, J., CRANE, A. y MATTEN, D. (2005): «Can
te Social Responsibility». California Management Corporations Be Citizens? Corporate Citizenship
Review, Vol. 26, n.o pp. 53-63. as a Metaphor for Business Participation in So-
EVAN, W. M. y R. E. FREEMAN (1988): «A Stakehol- ciety». Business Ethics Quarterly, Vol. 15, n.o 3,
der Theory of the Modern Corporation: Kantian pp. 429-453.
Capitalism», en T. BEAUCHAMP y N. BOWIE (ed.): PORTER, M. E. y KRAMER, M. R. (2002): «The Com-
Ethical Theory Business. Prentice Hall. Engle- petitive Advantage of Corporate Philanthro-
wood Cliffs, pp. 75-93. py». Harvard Business Review, Vol. 80, n.o 12,
FREEMAN, R. E. (1994): «The Politics of Stakehol- pp. 56-69.
der Theory: Some Future Directions». Business PORTER, M. E. y KRAMER, M. R. (2006): «Strategy &
Ethics Quarterly, Vol. 4, n.o 4, pp. 409-429. Society: The Link Between Competitive Advanta-
FREEMAN, R. E. y R. A. PHILIPS (2002): «Stakeholder ge and Corporate Social Responsibility». Harvard
Theory: A Libertarian Defence». Business Ethics Business Review, Vol. 84, n.o 12, pp. 78-92.
Quarterly, Vol. 12, n.o 3, pp. 331-349. PRESTON, L. E. y POST, J. E. (1975): Private Mana-
FRIEDMAN, M. (1970): «The Social Responsibility of Bu- gement and Public Policy. The Principle of Public
siness is to Increase its Profits». New York Times Responsibility. Prentice Hall. Englewood Cliffs,
Magazine, September 13, pp. 32-33, 122, 126. NJ.
Responsabilidad social de la empresa: una revisión crítica a las principales teorías
R OSS , S. (1973): «The Economy Theory of the WADDOCK, S. y SMITH, N. (2000): «Relationships:
Agency: the Principal’s Problem». American Eco- The real challenge of corporate global citizen-
nomic Review, Vol. 63, n.o pp. 134-139. ship». Business & Society Review, Vol. 105, n.o 1,
pp. 47-62.
SELZNICK, P. (1957): Leadership and Administration.
Haper & Row. New Yorl. WARTICK, S. y COCHRAN, P. L. (1985): «The Evolu-
tion of Corporate Social Performance Model».
SETHI, S. P. (1975): «Dimensions of Corporate So- Academy of Management Review, Vol. 10, n.o 4,
cial Performance: An Analytical Framework». pp. 758-769.
California Management Review, Vol. 17, n.o 3,
WOOD, D. J. (1991a): «Toward improving corporate
pp. 58-64.
social performance», Vol. 34 Issue 4, p. 66. Bu-
SETHI, S. P. (1979): «A Conceptual Framework for siness Horizons, Vol. 34, n.o 4, pp. 66-73.
Entironmental Analysis of Social Issues and Eva- WOOD, D. J. (1991b): «Corporate Social Performan-
67
luation of». Academy of Management Review, ce Revisited». Academy of Management Review,
Vol. 4, n.o pp. 63-74. Vol. 16, n.o 4, pp. 691-718.
VAN OOSTERHOUT, J. H. (2005): «Corporate Citizen- WOOD, D. J. y LODGSON, J. M. (2002): «Business
ship: An Idea Whose Time Has Not Yet Come». Citizenship: From individuals to organizations».
Academy of Management Review, Vol. 30, n.o 4, Business Ethics Quarterly, Ruffin Series, n.o 3,
pp. 677-681. pp. 59-94.
Economía del gobierno empresarial
orientado a los interesados: el caso
de la empresa intensiva en conocimiento
68
Compartir poder de decisión entre accionistas y trabajadores en la empresa puede llegar a ser la
consecuencia natural de una evolución en las características de los activos productivos que, como
el conocimiento y el capital humano que resulta del mismo, son cada vez más importantes en sus
estrategias competitivas. Comprender las limitaciones a las que se enfrenta el gobierno corporati-
vo orientado a los accionistas en estas circunstancias es imprescindible para calibrar cuál puede
ser el futuro de la nueva empresa orientada a todos los interesados que se propugna desde dife-
rentes ámbitos, incluido el propio de la responsabilidad social corporativa.
Sharing the decision making power between shareholders and employees within the company may
be a natural consequence of an evolution in the characteristics of the productive assets which, like
knowledge and human capital resulting from it, are more and more important in firms’ competitive
strategies. The investigation of the constraints faced by shareholders oriented mode of corporate
governance when applied to knowledge intensive firm, will help us to understand the future
developments of the stakeholders’ oriented mode of the corporate governance recommended by
commentators from fields such as Corporate Social Responsibility.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Elementos del problema de contratación 69
3. Resultados del proceso
4. Conclusiones
Referencias bibliográficas
empresa bajo los contratos completos y es tal humano. El capital humano está incor-
preciso recurrir a los contratos incompletos; porado en los trabajadores y puesto que
los contratos incompletos incorporan meca- las personas no se pueden comprar y ven-
nismos de decisión para dar respuesta a las der la propiedad del capital humano no es
contingencias que no han sido anticipadas transferible aunque sí se pueden contratar
en el momento de redactar el contrato ini- los servicios del trabajo que prestan los tra-
cial; al elegir el mecanismo de gobierno es bajadores. En cambio, la propiedad del ca-
preciso tener en cuenta la singularidad del pital físico es transferible sin restricciones.
conocimiento incorporado en las personas Cada unidad de capital físico y cada unidad 71
como recurso estratégico. de conocimiento requieren una unidad de
El resto del trabajo se organiza como inversión monetaria de manera que K uni-
sigue. En el siguiente apartado se descri- dades de capital físico y H de capital huma-
ben los elementos que componen el marco no requieren un desembolso de K y H uni-
conceptual de la contratación entre accio- dades monetarias, respectivamente.
nistas y trabajadores. El apartado segundo La inversión en conocimiento que dará
muestra los resultados de la contratación lugar a capital humano productivo no es
bajo los diferentes supuestos planteados. información verificable y por ello no puede
Las conclusiones resumen los mensajes formar parte de contratos explícitos y de-
que se extraen del ejercicio analítico. fendibles delante de tribunales de justicia3.
Además los activos tienen una vida útil pro-
ductiva que se prolonga en el tiempo pero
2. ELEMENTOS DEL PROBLEMA en el momento de hacer la inversión resulta
DE CONTRATACIÓN imposible anticipar todas las contingencias
que pueden ocurrir a lo largo de la relación
Supongamos una situación de produc- productiva. Todo ello implica que los con-
ción conjunta en la que intervienen servicios tratos entre accionistas y trabajadores se-
de trabajo y servicios de capital los cuales, rán contratos necesariamente incompletos
combinados bajo una determinada tecno- y requerirán de un mecanismo de gobier-
logía producen un bien o servicio que se no (es decir, de un mecanismo para decidir
vende al mercado final en condiciones de qué hacer cuando ocurra una contingencia
competencia. Los activos necesarios para no prevista en el contrato inicial).
la producción deben proveerlos entre unos
La secuencia temporal de decisiones a
agentes que genéricamente llamamos ac-
tomar se representa esquemáticamente en
cionistas y otros que se identifican como
el cuadro n.o 1.
trabajadores. Se excluye la posibilidad de
que los trabajadores financien las inversio- En el momento inicial, tiempo 0, se de-
nes en activos humanos y no humanos, cide quien financia cada inversión, la que
capital físico, mientras que los accionistas da lugar al capital físico y la que da lugar al
tienen suficiente capacidad financiera para
proveer los dos. Otra combinación factible 3 Arrow (1973) y Teece (1987) profundizan en las
Cuadro n.o 1
Distribución temporal de las decisiones
capital humano. Suponemos que la inver- cificidad del capital humano decimos que es
sión en capital físico siempre la financian λ, entre 0 y 1, esto significa que la inversión
los accionistas de manera que la duda está H en conocimiento que se realiza inicialmen-
en quién financia la inversión en conoci- te tiene un valor en el mercado, fuera de la
miento, los trabajadores o los accionistas. relación productiva, igual a λH. De manera
En el tiempo 1 se decide sobre la canti- que cuando λ = 0 el valor del capital huma-
dad de inversión a realizar, asumiendo que no fuera de la relación es igual a cero (activo
la decisión corresponde a quien financia el totalmente específico), mientras que si λ = 1
activo. Con la dotación de activos dispo- el capital humano es general.
nibles según las inversiones anteriores, en
Definimos por U = F(K,H) la utilidad, en
el tiempo 2 accionistas y trabajadores ne-
forma de disposición a pagar de los com-
gocian las condiciones del intercambio y la
pradores por el bien o servicio producido
colaboración que dará como resultado una
en el tiempo 2. La utilidad/disposición a pa-
producción y una riqueza creada (valor me-
gar crece con las cantidades de capital físi-
nos coste). Esta riqueza determina la forta-
co y capital humano empleadas aunque el
leza competitiva de la empresa en el tiem-
crecimiento ocurre a tasa decrecientes (ren-
po 3 cuando compite con otras empresas
dimientos marginales positivos pero decre-
en el mercado de producto.
cientes). La riqueza creada por la empre-
Se supone que el capital físico es de uso sa es igual a la disposición a pagar menos
general mientras que el capital humano pue- el coste de oportunidad de producción, es
de tener diferente grado de especificidad a decir W = F(K,H) – K – λH. Esta riqueza se
la relación productiva. El carácter general determina en términos de coste de opor-
del capital físico significa que su valor fuera tunidad, es decir valor de los recursos in-
de la relación productiva que ha justificado vertidos en usos alternativos, no en térmi-
la inversión inicial es siempre al menos igual nos de costes de producción, pues la parte
al coste de la inversión. Por tanto si se ha de coste totalmente hundido no tiene valor
invertido por un coste K, el valor en el mer- de oportunidad. Los consumidores del pro-
cado del activo es K (nadie paga más por ducto tienen dos alternativas entre las que
un activo que se puede comprar en el mer- elegir que corresponden a la oferta de la
cado a su coste de producción). Si la espe- empresa y la de otra empresa competidora.
Economía del gobierno empresarial orientado a los interesados: el caso de la empresa intensiva en conocimiento
La riqueza creada por la empresa rival P*, se obtiene, P* = U – Ub + Cb. Por tanto,
viene dada por Wb = Ub – Cb, donde Ub es la utilidad neta del consumidor (excedente)
la disposición a pagar y Cb es el coste de es U – P*= Wb mientras que la empresa ob-
producción. Se supone que W > Wb, es tiene una cuasi renta, QR, igual a,
decir la empresa de referencia crea más ri-
queza que la empresa rival. Una forma de QR = P* – K* – λH* = (U – K* – λH*) –
justificar esta relación es a través de la es- – (Ub – Cb) = W – Wb = F(K*,H*) –
pecificidad de los activos en capital huma- – K* – λH* – Wb (2)
no. El capital humano H de la empresa de 73
referencia representa sólo λH unidades de Los asteriscos indican ahora que la em-
capital para la empresa rival debido a que es presa ya ha decidido previamente las can-
específico a la actividad que aquella realiza. tidades de recursos que utiliza en la pro-
De esta forma Wb = F(K, λH) – K – H. Pues- ducción.
to que λ < 1, entonces por las propiedades En el tiempo 2 accionistas y trabajado-
de la función de producción U > Ub para un res negocian para repartirse la cuasi renta.
valor de H dado y, por tanto, W > Wb. Nóte- La negociación transcurre bajo las reglas del
se que si el capital humano fuera totalmente proceso / solución que propone Nash en su
general con λ = 1 entonces las dos empre- modelo, de manera que en la solución de
sas crean la misma riqueza. equilibrio cada parte negociadora consigue
En el periodo 3, cuando compiten en el una contrapartida que incluye lo que puede
mercado de producto, las empresas utilizan conseguir rompiendo la colaboración y des-
el precio para atraer a los compradores a tinando el recurso bajo su control a usos al-
que compren su producto. Si P y Pb son los ternativos, más una participación en la rique-
precios de cada empresa, la utilidad neta del za que se crea continuando la colaboración;
consumidor si compra el producto de la pri- esta participación es proporcional a su po-
mera o si compra el producto de la segunda der negociador.4 Respectivamente para ac-
será, respectivamente, U – P y Ub – Pb. Los cionistas y trabajadores la contrapartida que
consumidores compran el producto que les obtienen en esa negociación viene dada por
proporciona mayor utilidad y las empresas (con las variables de recursos en las cantida-
des que hacen máxima la riqueza total):
deciden el precio con el objetivo de maximi-
zar el beneficio. En el equilibrio, cuando los
G(K*, H*) = K* + (1 – α) (F(K*,H*) –
consumidores no quieren cambiar de empre-
– K* – λH* – Wb) (3)
sa y una empresa no quiere cambiar su pre-
cio si la otra tampoco lo hace, se cumple: S(K*,H*) = λH* + α (F(K*,H*) –
– K* – λH* – Wb) (4)
U – P* = Ub – Pb* y Pb* = Cb (1)
Siendo α (valores entre cero y uno) el pa-
Los asteriscos indican precios de equili- rámetro que mide el poder negociador re-
brio. En el equilibrio las dos empresas ofre- lativo de los trabajadores ((1 – α) para los
cen la misma utilidad neta a los comprado-
4 Zingales (1998) propone una defi nición de go-
res y la empresa b fija el precio más bajo
bierno corporativo en términos de disputa de las cua-
posible para evitar pérdidas (precio igual a si rentas de la empresa al que se acerca el modelo de
coste de oportunidad). Resolviendo para negociación que subyace en nuestro modelo.
Vicente Salas Fumás
accionistas). Nótese que los trabajadores renta o beneficio ex post igual a W – Wb, la
obtienen un pago por su valor humano igual empresa de referencia y un beneficio igual
a λH* tanto si financian ellos la inversión en a cero la empresa b.
conocimiento como si la financian los accio-
nistas. Esto es así por la hipótesis de que La Proposición 1 resume el resultado de
los accionistas no pueden apropiarse del la competencia en el tiempo 3 cuando las
capital humano incorporado en los trabaja- empresas se disputan la disposición a pa-
dores (no es posible la esclavitud). gar de los consumidores y estos aprove-
chan la competencia entre las empresas
A partir de estos pagos en el tiempo 2, para capturar una parte de la riqueza crea-
los accionistas y trabajadores ya conocen la da. Como ya se adelantó en la descripción
ganancia neta por la inversión que realizan del proceso de contratación, la empresa
en el tiempo 1 en función de su participación obtiene un beneficio ex post positivo en
en la financiación de la misma. Por ejemplo cuanto crea más riqueza que las empresas
si los accionistas financian el capital físico y competidoras. Por tanto la riqueza creada,
los trabajadores la inversión en conocimien- diferencia entre valor y coste de oportuni-
to entonces los pagos netos respectivos se- dad, es la medida de fortaleza competitiva
rán G(K*, H*) – K* y S(K*,H*) – H*. Las can- ex ante que permite valorar las oportunida-
tidades que se invierten en los respectivos des de beneficio ex post.
recursos son las que hacen máxima la ga-
nancia neta en cada caso. A partir de la so- La riqueza creada (fortaleza competiti-
lución se obtiene la riqueza creada cuando va) no es suficiente para conocer la venta-
los accionistas financian todo, capital físico ja competitiva porque ésta depende de la
y conocimiento, y cuando los accionistas fi- riqueza propia y de la riqueza de las em-
nancian el físico y los trabajadores el conoci- presas competidoras. Es decir, la diferencia
miento. Comparando la riqueza creada total de riqueza creada con la empresa compe-
en cada caso es posible determinar la solu- tidora determina la ventaja competitiva que
ción a la pregunta en el tiempo cero sobre está correlacionada positivamente con el
quién interesa que financie la inversión en beneficio ex post.
conocimiento.
Cuando las dos empresas ofrecen pro-
ductos que son percibidos como sustitutos
perfectos por los compradores, entonces la
3. RESULTADOS DEL PROCESO disposición a pagar por ellos será la misma
y cualquier ventaja competitiva tendrá que
Evitaremos los detalles de las soluciones ser en forma de menores costes. Si aumen-
y resumiremos los resultados principales en tar el valor del bien para el comprador su-
forma de proposiciones. pone incrementos en los costes para que la
empresa no pierda ventaja competitiva ten-
drá que ocurrir que el incremento en valor
3.1. Eficiencia estática sea al menos igual al incremento en coste.
Las variables de valor y coste están dadas
Proposición 1.—En el equilibrio compe- a corto plazo y la variable de decisión de
titivo los consumidores obtienen un exce- las empresas es el precio que se determina
dente igual a Wb, y las empresas una cuasi por las condiciones de la competencia.
Economía del gobierno empresarial orientado a los interesados: el caso de la empresa intensiva en conocimiento
El resultado tiene relevancia para la RSC condiciones ideales (suponemos que los
porque a veces dentro de ella se discu- consumidores conocen las ofertas sin cos-
te sobre si la maximización del beneficio tes relevantes y pueden pasar de comprar
es o no la función objetivo de la empresa una u otra sin que haya costes por haber
que lleva a resultados socialmente eficien- cambiado la decisión de compra) la me-
tes. De la exposición anterior se deduce jor defensa de los intereses de los consu-
que el beneficio es la recompensa que la midores es a través de la competencia. La
empresa recibe a cambio de su superiori- parte de riqueza creada que esperan con-
dad competitiva en forma de riqueza crea- seguir las empresas en el proceso compe- 75
da por encima de la riqueza creada por las titivo servirá de estímulo para otros grupos
demás empresas rivales. La empresa debe de interés que tendrán expectativas de re-
orientar sus esfuerzos de gestión a aumen- cibir una parte de la misma. Sobre esas
tar la riqueza creada ex ante porque éste expectativas se tomarán las decisiones de
es el medio más eficaz de mejorar la re- inversión ex ante que darán como resulta-
compensa/beneficio ex post, cuando el do la dotación de recursos, capacidades
proceso competitivo haya concluido. Por y competencias sobre las que se asienta
supuesto la empresa se preocupa de la ri- la riqueza creada ex post. Para valorar so-
queza creada porque quiere conseguir el cialmente estas decisiones la creación de
máximo beneficio. El objetivo (fin) de la em- riqueza se analiza como parte de la eficien-
presa es el beneficio, mientras que crear cia dinámica.
riqueza (posicionarse en el mercado con
una oferta atractiva de relación valor-coste)
es la estrategia (medio) para conseguirlo. 3.2. Eficiencia dinámica
En ausencia de efectos externos la riqueza
creada es la medida de desempeño mejor Proposición 2.—En general la solución
correlacionada con el bienestar social. Por donde los accionistas financian la inversión
tanto la competencia alinea el interés de la en capital físico y la inversión en conoci-
empresa (el beneficio) con el interés de la miento da lugar a una riqueza creada infe-
sociedad (la riqueza creada) si no existen rior a la riqueza potencial, excepto cuando
efectos externos importantes. se cumple α = λ = 0.
Proposición 3.—En general la solución
La riqueza creada es un indicador de
en la que los trabajadores financian la in-
bienestar previo a cualquier propuesta de
versión en conocimiento y los accionistas
reparto. La competencia, al fijar los pre-
financian la inversión en capital físico da lu-
cios de equilibrio, determina el reparto de
gar a un nivel de riqueza inferior a la rique-
la riqueza creada entre las empresas y los
za potencial, excepto cuando α = 1 o λ =1.
consumidores. Cuánto más parecida es la
fortaleza competitiva (riqueza creada) de Proposición 4.—Para hacer máxima la
las empresas que compiten en el mercado, riqueza creada, los trabajadores deben fi-
mayor es la parte de riqueza creada que nanciar la inversión en conocimiento cuan-
capturan los consumidores. En la explica- do se cumple que α ≥ αc= (1– λ)/(2 – λ); en
ción del párrafo anterior los consumidores caso contrario es preferible que la inversión
capturan toda la riqueza cuando la venta- en conocimiento sea financiada por los ac-
ja competitiva es nula, es decir W = Wb. En cionistas.
Vicente Salas Fumás
quienes financien la inversión en conoci- accionistas a dar más poder a los trabaja-
miento aparece cuando menor (mayor) es dores y/o a aumentar la empleabilidad de
el poder negociador de los trabajadores y los trabajadores, en aras a lograr una ma-
más específico (general) es el capital hu- yor competitividad. La transición desde la
mano asociado a ese conocimiento. sociedad industrial a la sociedad del co-
nocimiento se realizará desde una empre-
La exposición deja claro que, en entor-
sa donde el poder de decisión está con-
nos donde el conocimiento es un recurso
centrado principalmente en los accionistas
importante para la producción, la compe-
que, además, parten con un alto poder ne- 77
titividad (riqueza creada) depende de fac-
gociador frente a los trabajadores. Por tan-
tores del entorno institucional y económico
to, es razonable preguntarse por el interés
de las empresas, en cuanto que ese entor-
de los accionistas, desde la propia lógica
no determina condiciones de empleabilidad
del beneficio privado que ello les reporta,
del capital humano, determina el poder ne-
por facilitar la transición de un modelo de
gociador de los agentes que colaboran en
economía (empresa) a otro.
la producción y facilita o entorpece que las
decisiones de financiación del conocimien- Proposición 5.—Cuando los accionis-
to recaigan en quien consigue crear más tas financian la inversión en conocimiento,
riqueza. Por ejemplo, la empleabilidad del su beneficio se maximiza cuando el poder
capital humano estará relacionado con el negociador de los trabajadores es mínimo
número de empresas en el mercado que (α = 0). Cuando son los trabajadores quie-
ofrezcan oportunidades alternativas de em- nes financian la inversión en conocimiento
pleo; el poder negociador de los trabajado- entonces está en el interés de los accio-
res varía en entornos donde los sindicatos nistas dar poder negociador a los trabaja-
tienen una fuerte organización o las leyes dores, tanto más, cuanto más específico
establecen mecanismos de participación es el capital humano que resulta de esa in-
de los trabajadores en los órganos de go- versión.
bierno de las empresas (cogestión). Final-
Como era previsible, los accionistas ven
mente el desarrollo de los mercados finan-
reducirse el beneficio que obtienen de la
cieros influirá en las oportunidades de los
colaboración con los trabajadores si finan-
trabajadores para encontrar los fondos que
cian la inversión en conocimiento y, al mis-
se requieren para financiar la inversión en
mo tiempo, tienen que compartir las rentas
conocimiento.
de la inversión con los trabajadores porque
Pero además, para un entorno institucio- estos tienen poder negociador. Si está en
nal dado, dentro de las propias empresas sus manos, los accionistas tratarán de ha-
se toman decisiones que afectan a la natu- cer mínimo el poder negociador de los tra-
raleza de los activos productivos emplea- bajadores, aunque lógicamente el poder
dos y a la asignación o reparto del poder negociador de los trabajadores depende
entre capital y trabajo, influyendo por todo también de factores institucionales. Otra
ello en las oportunidades de crear riqueza lectura de este resultado es que si el po-
y, finalmente, en la competitividad. En este der negociador de los trabajadores, por al-
contexto, la investigación que se está des- guna razón, aumenta en el tiempo, los ac-
cribiendo incluye otras preguntas de inte- cionistas disminuyen su interés en financiar
rés como por ejemplo la disposición de los inversión en conocimiento, lo cual significa
Vicente Salas Fumás
Puesto que los accionistas no se pueden con λ) entonces los accionistas y los traba-
apropiar del capital humano, impidiendo la jadores tendrán interés en determinar una
salida de los trabajadores de la empresa, empleabilidad óptima es decir elegir aque-
cuando financian la inversión en conoci- lla que maximiza la diferencia entre la rique-
miento una forma de retener el capital hu- za creada por la empresa y la riqueza crea-
mano en la empresa es a través de redu- da por las empresas rivales. Trabajadores y
cir la empleabilidad de los trabajadores. Por accionistas tienen intereses comunes en la
ello, si está en sus manos, los accionistas elección de λ porque está en juego la com-
prefieren financiar la inversión en conoci- petitividad de la empresa. 79
miento cuando el capital humano resultante
es específico. Alternativamente, cuando los La elección de las condiciones de traba-
accionistas financian la inversión en cono- jo que determinan el grado de empleabi-
cimiento procurarán que el capital humano lidad ex post de los trabajadores influyen
que resulta sea lo más específico posible. en la decisión ex ante sobre la inversión
Otra implicación de este resultado es que en conocimiento y en la riqueza finalmente
si factores externos, como cambios en la creada. El ejercicio supone que la elección
tecnología, aumentan la empleabilidad del de la empleabilidad de los trabajadores por
capital humano existente en la empresa los parte de los accionistas es una decisión
accionistas disminuirán su interés en finan- comprometida que los accionistas no va-
ciar la inversión en conocimiento porque riarán unilateralmente ex post, una vez los
disminuye la rentabilidad privada de esa in- trabajadores ya han realizado la inversión
versión. En cualquier caso, si al aumentar la en conocimiento. ¿Es creíble el compromi-
empleabilidad del capital humano aumenta so? ¿Existen incentivos de los accionistas
la riqueza creada por las empresas compe- a variar ex post el grado de empleabilidad
tidoras, la empresa disminuirá las cuasiren- de los trabajadores?
tas y con ellas disminuirán tanto la compen- En el periodo 2, cuando los trabajado-
sación a los trabajadores como el beneficio res ya han realizado la inversión en cono-
para los accionistas. cimiento, el benefi cio de los accionistas
varía con el valor de λ en una magnitud
Cuando son los trabajadores quienes fi- igual a – (1 – α)H*. Cambiado de signo,
nancian la inversión en conocimiento, para este es el incremento ex post en el bene-
un poder negociador dado, los accionistas ficio que obtienen los accionistas al dismi-
maximizan su beneficio con un nivel de em- nuir marginalmente el valor de λ cuando
pleabilidad positivo para el capital huma- los trabajadores han realizado la inversión
no porque actúa como incentivo para que en conocimiento.
los trabajadores inviertan en conocimiento:
la empleabilidad ex post dará a los traba- Mientras mantengan un poder negocia-
jadores una mayor recompensa en la ne- dor positivo los accionistas tienen incentivos
gociación con los accionistas y ante esa ex post a hacer más específico el capital
expectativa aumentará la inversión ex ante humano de los trabajadores. Es de espe-
que están dispuestos a financiar. Cuan- rar que los trabajadores anticipen este po-
do se tiene en cuenta que la empleabili- sible comportamiento oportunista ex post
dad afecta también a la competitividad de de los accionistas y, como la ganancia de
la empresa en su conjunto (Wb(λ) aumenta los accionistas al reducir la empleabilidad es
Vicente Salas Fumás
la misma que la pérdida de los trabajadores ses comunes para avanzar y conseguir los
ante tal eventualidad, los incentivos ex ante objetivos buscados aunque no son indife-
de los trabajadores a invertir en conocimien- rentes a la forma de repartir la riqueza crea-
to se reducirán. da y capturada en competencia con otras
empresas. La competencia y la colabora-
Para que los trabajadores realicen una
ción van a seguir dominando el panorama
inversión en conocimiento que maximiza
de la competencia estratégica también en la
el beneficio de los accionistas éstos tie-
sociedad del conocimiento como lo ha he-
nen que garantizar a los trabajadores que,
cho también en la sociedad industrial, aun-
a posteriori, mantendrán el valor de λ que
que bajo modelos de propiedad y gobier-
maximiza la competitividad de la empresa.
no más equilibrados en cuanto al reparto de
Una forma de conseguir esa credibilidad
poder entre trabajadores e inversores finan-
es compartiendo poder con los trabaja-
cieros. También debemos esperar más em-
dores sobre aquellas decisiones que pue-
presas con propiedad y control directo de
den afectar seriamente a la empleabilidad.
los trabajadores, sin la intervención de inver-
Compartir poder con los trabajadores ya no
sores financieros, en sectores y actividades
es sólo una opción que mejora los incenti-
donde la inversión en capital físico no es im-
vos a invertir en conocimiento cuando son
portante, como ya ocurre en las empresas
los trabajadores los que lo financian; con
de servicios profesionales cualificados.
ello se busca también ofrecer una salva-
guarda a los trabajadores de que, ex post,
desde los órganos de poder y gobierno de
la empresa no se tomarán decisiones que 4. CONCLUSIONES
busquen alterar la empleabilidad con el úni-
co propósito de transferir rentas desde los La RSC presenta la gestión orientada a
trabajadores a los accionistas.6 todos los interesados como alternativa a la
gestión orientada a maximizar el beneficio
Las complicaciones para la apropiación
de los accionistas, que actualmente repre-
privada de las rentas que genera el capi-
sentan el grupo de interés privilegiado en
tal humano basado en el conocimiento y el
las relaciones de la empresa con los mer-
carácter necesariamente incompleto de los
cados y con la sociedad en general. Este
contratos debido a los altos costes de tran-
trabajo muestra algunos condicionantes
sacción, obligan a innovar en los modelos
de la eficiencia estática y de la eficiencia
de propiedad y gobierno de la empresa para
dinámica que surgen en la empresa orien-
conseguir acercarse a la riqueza potencial y
tada a los interesados cuando uno de los
con ella maximizar la competitividad. Los
recursos productivos que utiliza la empre-
trabajadores y los accionistas tienen intere-
sa es el capital humano incorporado en las
personas que resulta, a su vez, de decisio-
6 Blair y Stout (1999) justifican un mayor equilibrio
nes previas de inversión en conocimiento.
en la distribución de poder entre accionistas y trabaja- A modo de síntesis final estas son algunas
dores en la empresa como un mecanismo que prote- de las lecciones que se desprenden del
ge el valor de la inversión e incentiva ex ante para que
análisis realizado.
esta se produzca. Sin embargo no distinguen entre la
problemática diferente que plantea que sean los ac-
cionistas o que sean los trabajadores quienes finan-
a) El problema de gobierno corporativo
cien las inversiones específicas. (asignación de derechos residuales
Economía del gobierno empresarial orientado a los interesados: el caso de la empresa intensiva en conocimiento
mente cuando entre los recursos se guir la dotación eficiente de los ac-
encuentra el conocimiento y otros tivos deseados y será preciso refor-
intangibles para los cuales los con- zarla con nuevas formas de reparto
tratos completos y formales dan lu- del poder de decisión, al más alto
gar a costes de transacción muy nivel, entre trabajadores e inversores
elevados. En estos entornos la con- financieros. Llegados a este punto la
fianza mutua (contratos relacionales) empresa orientada a los interesados
puede ser insuficiente para conse- alcanzará su plena expresión.
Economía del gobierno empresarial orientado a los interesados: el caso de la empresa intensiva en conocimiento
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AGLIETTA, M. y REBERIOUX, A. (2005): Corporate go- tors», Institute for Empirical Research in Econo-
vernance adrift. A critique of shareholder value. mics, Universidad de Zurich, WP 23.
Cheltneham, Edward Elgar.
PORTER, M. y KRAMER, M. (2006): «Strategy and so-
ASHER, C., MAHONEY, J. M. y MAHONEY, J.T. (2005): ciety. The link between competitive advantage
«Towards a property rights foundation for the and corporate social responsibility». Harvard Bu-
stakeholder theory of the firm». Journal of Mana- siness Review. Diciembre, 1-15.
gement and Governance. 9, 5-32.
RAJAN, R. y ZINGALES, L. (2000): «The Governance of 83
ARROW, K. (1973): Information and economic beha- the New Enterprise», en X. VIVES (ed.): Corporate
viour. Estocolmo, Federación de Industrias Suecas. Governance: Theoretical and Empirical Perspec-
BLAIR, M. y STOUT, L. (1999): «A team production tives. Cambridge, Cambridge Uni. Press.
theory of corporate law». Virginia Law Review, RODRÍGUEZ, JM. (2003): El gobierno de la empresa:
85, 246-232. Un enfoque alternativo. Madrid, Akal.
C OFF , R. (1999): «When competitive advantage S ALAS F UMÁS , V. (2007): «Governance of the
doesn’t lead to performance: The Resource Ba- knowledge-intensive firm». Documento de traba-
sed View and stakeholder bargaining power». jo. Fundación BBVA. Noviembre.
Organization Science, 10, 119-133.
TEECE, D. (1987): «Profiting from technological in-
D AVIS , I. (2005): «What is the business of busi-
novation: Implications for integration, collabo-
ness?», McKinsey Quarterly. 3, 105-113.
ration, licensing and public policy» en D. TEECE
GRANDORI, A. (2005) «Neither stakeholder nor sha- (ed.): Competitive Challenge. NY, Ballinger.
reholder “theories”: How Property Right and
Contract Theory can help in getting out of the TEECE, D., PISANO, G. y SHUEN, A. (1997): «Dynamic
dilemma», Journal of Management and Gover- capabilities and Strategic Management», Strate-
nance, 9, 41-46. gic Management Journal. 18, 509-533.
GRANT, R. (1996) «Towards a Knowledge Based- TIROLE, J. (2001): «Corporate Governance», Econo-
Theory of the Firm». Strategic Management Jour- metrica. 69, 1-35.
nal, 17, 109-122. WILLIAMSON, O. (1985): The Economic Institutions of
HANDY, Ch. (2002): «»What’s a business for?», Har- Capitalism, NY., Free Press.
vard Business Review. Diciembre, 49-55. ZINGALES, L. (1998): «Corporate Governance» en
KOGUT, B. y ZANDER, U. (1996): «What firms do? P. NEWMAN (ed.): The new Palgrave dictionary of
Coordination, identity and learning», Organiza- Economics of the Law, Vol. I, Londres, McMillan,
tion Science. 7, 502-518. 497-503.
O STERLOH , M. y F REY , B. (2006): «Shareholders ZINGALES, L. (2000): «In search of new foundations».
should welcome knowledge workers as direc- The Journal of Finance. LV, 1623-1653.
La responsabilidad social
dentro del sector público
84
El compromiso hacia la responsabilidad social (RS) por parte de las Administraciones públicas se
relaciona con la responsabilidad social corporativa (RSC) y constituye el objeto de este artículo.
El buen gobierno «global» de la Administración pública incluye no sólo disciplina, transparencia,
independencia, rendición de cuentas y sentido del deber e imparcialidad, sino también participa-
ción y diálogo con los stakeholders, compromiso ético y respeto hacia la diversidad e igualdad de
oportunidades. Implica cambios en los procesos de toma de decisiones públicas, con un papel
más activo de los stakeholders. Se resumen las principales actuaciones que integran los enfoques
de RS y de los principios del desarrollo sostenible en los sistemas de gestión de lo público.
The compromising towards the Social Responsibility (SR) by the Public Administrations relates with
the Corporate Social Responsibility (CSR), and is the aim of this article. The good «global» government
of the Public Administration includes not only discipline, transparency, independence, accountability
and sense of duty and impartiality, but also participation and dialogue with stakeholders, ethical
compromising and respect of the diversity and equality of opportunities. It implies changes in the
processes of public decision making, with a paper of more active stakeholders. This article resumes
the main actions integrating the SR and the principles of the sustainability, developed by the systems
of public management.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Responsabilidad social de las Administraciones públicas 85
3. Los grupos de interés relevantes en la Administración pública
4. Nuevo enfoque del proceso de toma de decisiones
5. Algunas iniciativas desarrolladas por las Administraciones públicas en materia de
responsabilidad social
6. A modo de conclusión: futuro de la responsabilidad social en las Administraciones
públicas
Referencias bibliográficas
Palabras clave: responsabilidad social corporativa, Administración pública, gobierno global, stakeholders
to del debate sobre los principios éticos seguridad y salud pública. Estas iniciati-
de legitimidad democrática, sino de la cri- vas suponen un cambio evolutivo de los
sis de confianza en los Gobiernos por los procesos tradicionales de toma de deci-
casos de corrupción. La incorporación de siones, que aparece representado en el
los stakeholders al proceso de decisiones gráfi co n. o 1, hacia un modelo inclusivo
se presenta entonces como una forma de de toma de decisiones (representado en
mejorar la relación entre la Administración el gráfico n.o 2).
pública y el público en general.
Generalmente, las legislaciones empie-
Frecuentemente, el primer paso con- zan a otorgar poder a los grupos públicos
siste en aumentar la transparencia, pro- pero no obligan a incorporar a los stake-
porcionando a los ciudadanos un mayor holders en el proceso de toma de deci-
acceso a la información sobre las decisio- siones. Con frecuencia, la aplicación del
nes públicas. Asimismo, también se suele modelo inclusivo es voluntaria, de ahí que
poner énfasis en mejorar la calidad de los exista una gran diversidad entre las diver-
servicios públicos incluyendo una mayor sas administraciones y las diferentes Co-
audiencia para los usuarios. En este sen- munidades Autónomas, respecto al uso y
tido algunas medidas pueden concretarse la calidad de integración y participación.
en el desarrollo de oficinas de relaciones La legislación, por tanto, no ha sido efec-
públicas en cada Administración para faci- tiva para promover el cambio cultural ha-
litar información y recogida de quejas, y en cia la aplicación del diálogo y a compartir el
el uso de encuestas que permitan medir el poder entre las instituciones públicas y los
grado de satisfacción de los usuarios para stakeholders.
evaluar las percepciones de los ciudada-
La OCDE, por su parte, define tres ni-
nos sobre la calidad de los servicios.
veles de participación de los stakeholders
Estos nuevos procesos de toma de de- en las políticas y actuaciones desarrolladas
cisión derivados de la incorporación de por las administraciones públicas:
RS en la Administración pública, se intro-
1. Informar o comunicar a los grupos de
ducen también para reducir los potencia-
interés afectados.
les conflictos que se generan en aquellas
decisiones que pueden tener un impacto 2. Consultar a los grupos de interés
significativo sobre la mayoría de los gru- mencionados, con la finalidad de
pos de interés. De ahí que sea cada vez buscar retroalimentación, opiniones y
más frecuente que numerosas leyes, tan- sugerencias.
to estatales como autonómicas, introduz-
3. Implicar a tales grupos de interés,
can el requerimiento de consultar a los
colaborando y decidiendo juntos.
stakeholders relevantes en planifi cación
urbana y en iniciativas de desarrollo local. La experiencia española está sobre todo
Las iniciativas de implicación y participa- concentrada en los dos primeros niveles.
ción de los stakeholders se usan también La implicación real de los stakeholders en
para gestionar potenciales áreas de con- los procesos de toma de decisiones es to-
flictos relacionados con proyectos de de- davía muy poco frecuente, aunque se per-
sarrollo polémico, especialmente relacio- ciben avances sustanciales en ese ámbito
nados con medioambiente y asuntos de durante los últimos años.
La responsabilidad social dentro del sector público
Gráfico n.o 1
Modelo tradicional de toma de decisión
Se producen
retrasos en poner
en marcha
la decisión
95
La decisión es
Políticos, La decisión es La Administración bloqueada y no
funcionarios y anunciada defiende su decisión se toma ninguna
expertos toman otra acción
una decisión
Algunos
Se retira
grupos de
la decisión y
stakeholders
el proceso empieza
se oponen
de nuevo
a la decisión
Gráfico n.o 2
Modelo inclusivo de toma de decisión
Cuadro n.o 1
Tipología de fórmulas participativas
Encuestas
deliberativas
de la participación y la fase del proceso de una base personal (cuando los ciuda-
actuación pública sobre la que se proyecta danos pueden participar a nivel indi-
la experiencia participativa: vidual) y una base mixta (cuando se
combinan las dos anteriores). Por otro
— Respecto de la base de la participa- lado, la participación de base asocia-
ción, se distingue entre una base aso- tiva puede dividirse entre aquella que
ciativa (cuando se canaliza a través de responde a una lógica sectorial y aque-
grupos organizados de ciudadanos), lla que atiende a una lógica territorial;
La responsabilidad social dentro del sector público
de calidad de los servicios públicos en un los clientes sobre los proveedores a través
marco de transparencia y ética institucio- de diversos tipos de voz institucionalizada.
nal. Una Administración pública moderna y
Sin embargo, en perspectiva internacio-
eficiente debe apostar por la calidad de los
nal comparada, los servicios de atención
servicios públicos que presta y por la mejora
al cliente de las administraciones públicas
de la capacidad de gestión del Estado para
españolas figuran aún entre los peor valo-
potenciar su función reguladora y dinamiza-
rados por los ciudadanos (Accenture, 2007).
dora. Sin embargo, según el último informe
Como muestra el gráfico n.o 7, España se
de competitividad mundial del IMD referido
sitúa en el puesto decimonoveno de una lis-
al año 2006, España figura todavía entre los
ta de 22 países, sólo por delante de Brasil,
países desarrollados en los que sus Admi-
Polonia o Sudáfrica. Los españoles siguen
nistraciones públicas son menos transpa-
opinando que no están suficientemente in-
rentes (gráfico n.o 3), sus servicios públicos
formados sobre los servicios que prestan
son menos independientes del poder políti-
las administraciones públicas del país.
co (gráfico n.o 4), la contratación en el sec-
tor público no está suficientemente abierta a El compromiso de las Administraciones
ofertas del exterior (gráfico n.o 5) y mantie- públicas con la sociedad y el desarrollo sos-
nen aún puestos intermedios en el ranking tenible está internacionalmente muy acepta-
de sobornos y corrupción en sus adminis- do (World Comisión of Environment and De-
traciones públicas (gráfico n.o 6). velopment —WCED—, 1987). Sin embargo,
y a pesar de su relevancia, su implantación
La «voz» y la satisfacción de los ciuda- real está todavía en fase muy incipiente. La
danos constituyen los pilares de la eficien- adopción de la Agenda 21 de las Naciones
cia de los servicios públicos (Costas Co- Unidas por las administraciones públicas
mesaña, 2007). Es posible identificar tres supone un paso crucial hacia una auténtica
tipos de mecanismos a utilizar para ajustar aplicación de la filosofía del desarrollo sos-
la calidad de los servicios a las preferen- tenible. La Agenda 21 es un plan de traba-
cias de los consumidores: 1) Mecanismos jo de ámbito mundial que propone una se-
de mercado («salida» o «elegibilidad» de rie de políticas sobre áreas relacionadas con
los consumidores) a través de la compe- el desarrollo sostenible (Naciones Unidas,
tencia entre proveedores; 2) Mecanismos 1992) que fue adoptado en la Cumbre de
de «voz» y autorregulación de la calidad del la Tierra (Río de Janeiro —Brasil—, 1992).
servicio por parte de las propias empresas Este plan de acción, suscrito por numero-
proveedoras; y 3) Regulación pública de sos países, pretende transformar el mode-
estándares de calidad del servicio. El dise- lo de desarrollo actual en un nuevo modelo
ño e institucionalización de mecanismos de que satisfaga las necesidades de las gene-
voz permiten a los ciudadanos hacer lle- raciones actuales sin comprometer la ca-
gar a las administraciones sus preferencias pacidad de las generaciones futuras, esto
y valoraciones sobre la calidad de los ser- es, en un modelo de desarrollo sostenible
vicios que ofrecen; y a las administracio- —duradero en el tiempo, eficiente y racio-
nes disponer de mecanismos que informen nal en el uso de los recursos y equitativo en
de sus compromisos de calidad con sus los beneficios—; mediante nuevas formas
usuarios. Le Grand (2003) recomienda que de implicación y cooperación entre las Ad-
las políticas públicas aumenten el poder de ministraciones públicas (Pellizzoni, 2001),
La responsabilidad social dentro del sector público
Gráfico n.o 3
Transparencia de las Administraciones públicas
101
Gráfico n.o 4
Independencia política de los servicios públicos
Gráfico n.o 5
Apertura al exterior de la contratación en el sector público
Gráfico n.o 6
Soborno y corrupción en las Administraciones públicas
Gráfico n.o 7
Ranking de madurez del servicio al cliente 2007
103
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ACCENTURE (2007): Leadership in Customer Service: DONALDSON, T. y PRESTON, L.E. (1995): «The stake-
Delivering on the Promise. Accenture. EE.UU. holder theory of the corporation: concepts, evi-
BOATRIGHT, J.R. (1999): Ethics and the conduct of dence, implications». Academy of Management
business. Prentice-Hall, Upper Saddle River. NJ. Review, vol. 20, pp. 65-91.
BOWIE, N.E. (1998): «A Kantian theory of capita- ECHEBARRIA, C., BARRUTIA, J.M., AGUADO, I. (2004):
lism». Ruffin Series in Business Ethics, vol. 1, «Local Agenda 21: progress in Spain». Euro-
pp. 37-60. pean Urban and Regional Studies, vol. 11, n.o 3,
pp. 273-281.
BRUGUÉ, Q. y JARQUE, M. (2002) «Los Planes Estra-
tégicos Locales» en BLANCO, I. y GOMÀ, R. (2002): GOMÀ,R., FONT,J. (2001): «La Democracia Local:
Gobiernos Locales y Redes Participativas. Ariel. Un Mapa de Experiencias Participativas» en
Barcelona. FONT, J. (ed.): Ciudadanos y Decisiones Públi-
cas. Ariel. Barcelona.
CASTAÑER, M. et al. (1999): «Els Serveis Personals i
la Promoció Económica» en Federació de Muni- HOUGHTON, J. (2005): «Place and the implications
cipis de Catalunya (ed.): 20 Anys d’Ajuntaments of “the local” for sustainability: an investigation
Democràtics. Federació de Municipis de Cata- of the Ugu District Municipality in South Africa».
lunya. Barcelona. Geoforum, n.o 36, pp. 418-428.
COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (2001): Li- KING COMMITTEE ON CORPORATE GOVERNANCE (2002):
bro verde Fomentar un marco europeo para la Executive summary of the King report on corpo-
responsabilidad social de las empresas. Comi- rate governance for South Africa. Institute of Di-
sión Europea. Bruselas. rectors in Southern Africa. Parktown.
COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (2002): Co- K RUEGER , R.; A GYEMAN , J. (2005): «Sustainabili-
municación La responsabilidad social de las em- ty schizophrenia or actually existing sustaina-
presas: una contribución empresarial al desarro- bilities? toward a broader understanding of the
llo sostenible. Comisión Europea. Bruselas. politics and promise of local sustainability in the
US». Geoforum, n.o 36, pp. 410-417.
COSTAS COMESAÑA, A. (2007): «De consumidor a
ciudadano: el papel de la satisfacción del ciu- LE GRAND, J. (2003): Motivation, Agency and Pu-
dadano en la sostenibilidad de los mercados de blic Policy: of Knights and Knaves, Pawns and
servicios públicos». Información Comercial Espa- Queens. Oxford University Press. United Kingdom.
ñola. Revista de Economía, n.o 836, pp. 33-50. LOZANO, J.M., ALBAREDA, L., YSA, T.; ROSCHER, H.,
D ALAL -C LAYTON , B. y B ASS , S. (2000): Sustaina- MARCUCCIO, M. (2005): Los gobiernos y la res-
ble Development Strategies. A Resource Book. ponsabilidad social de las empresas. Granica.
PNUD, OCDE and Earthscan. London. Barcelona.
La responsabilidad social dentro del sector público
MEISTER, M.; JAPP, P.M. (1998): «Sustainable deve- TURNBULL, S. (1997): «Stakeholder cooperation». Jour-
lopment and the global economy: rhetorical im- nal of Co-operative Studies, vol. 29, pp. 18-52.
plications for improving the quality of life. Com- TURNBULL, S. (2000): «Gouvernement d’entreprise:
munication Research 25 (4), 399-421. théories, enjeux et paradigmes». Gouvernance,
M ITCHELL , R.K., A GLE , B.R., W OOD , D.J. (1997): vol. 1, pp. 11-43.
«Towards a theory of stakeholder identification TURNBULL, S. (2002): «A new way to govern». 14th
and salience: defining the principle of who and Annual Meeting on Socio-Economics, Society
what really counts». Academy of Management for the Advancement of Socio-Economics, Uni-
Journal, vol. 22, pp. 853-886. versity of Minnesota, Minneapolis (MN), 27-30
OCDE (2004): Principios de Gobierno Corporativo. de junio.
OCDE. Paris. UNITED NATIONS CONFERENCE ON TRADE AND DEVELOP-
PELLIZZONI, L., 2001: The myth of the best argument: MENT (2006): Guidance on good practices in cor-
107
power, deliberation and reason. British Journal of porate governance disclosure. United Nations.
Sociology, vol. 52, n.o 1, pp. 59-86. Nueva York.
POST, J.E., PRESTON, L.E., SACHS, S. (2002): «Ma- UNITED NATIONS; EUROPEAN COMMISSION; INTERNATIO-
naging the extended enterprise: the new stake- NAL MONETARY FUND; ORGANISATION FOR ECONOMIC
holder view». California Management Review, CO-OPERATION AND DEVELOPMENT Y WORLD BANK
vol. 45, pp. 6-28. (2003): «Handbook of national accounting. Inte-
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M., MELLE HERNÁNDEZ, M., grated environmental and economic accounting».
SASTRE CENTENO, J.M. (2007): Gobierno y res- Studies in Methods, Series F, n.o 61, Rev. 1.
ponsabilidad social de la empresa. Comisión de WORLD COMMISSION ON ENVIRONMENT AND DEVELOP-
Responsabilidad Social Corporativa, Documen- MENT (1987): Our common future. Oxford Univer-
tos AECA. Madrid. sity Press. Washington.
Promoción pública de
la responsabilidad social empresarial
108
Las relaciones entre empresa y sociedad implícitas en el concepto de la responsabilidad social
empresarial (RSE), admiten múltiples puntos de vista que derivan de las variadas acepciones del
adjetivo «social» admitidas. De esta forma lo «social» puede entenderse como una relación en sí
misma con los stakeholders, como una posible dimensión de esa relación, como un compromiso
con objetivos, o también como un eje del discurso social y medioambiental frente al económico y
empresarial. De todas formas, en este artículo se plantea que independientemente de todas esas
perspectivas, la RSE debe estar enmarcada en un concepto más amplio de corresponsabilidad
con todas las organizaciones que le rodean. Estamos en una organización de redes donde el lide-
razgo, compromiso y convicción tanto en el ámbito empresarial como en el político y social son
claves para impulsar una competitividad responsable y sostenible.
Enpresen erantzukizun sozialaren kontzeptuak berezko ditu enpresaren eta gizartearen arteko ha-
rremanak, eta harreman horiek interpretazio ugari izan ditzakete, «sozial» adjektiboak onartzen di-
tuen adiera ugariak direla eta. Horrela, «soziala» interes-taldeekiko harremana bera izan liteke, edo
harreman horren dimentsio posible bat, edo hainbat helburu dituen konpromisoa, edo baita gizarte-
eta ingurumen-arloko diskurtsoen ardatza ere, diskurtso ekonomiko eta enpresarialari kontrajarrita.
Nolanahi ere, artikulu honetan bestelako proposamena egiten da: ikuspegi horietaz guztietaz hara-
tago, enpresen erantzukizun soziala kontzeptu zabalago baten barruan kokatu behar da, inguruan
dituen erakunde guztien erantzukizun partekatuaren barruan, hain zuzen. Sareen bidez antolatutako
erakunde batean gaude, eta konpromisoa eta uste sendoa giltzarri dira enpresa-esparruan eta poli-
tika- zein gizarte-esparruetan, lehiakortasun arduratsua eta iraunkorra sustatzeko.
The implicit relationships between society and business comprised within the Business for Social
Responsibility (BSR) concept admit multiple points of view deriving from the different meanings
of the adjective «social». This way, «social» can be understood as a relationship in itself with the
stakeholders, as a possible dimension of such relationship, as a commitment with the aims/
goals, or an axis/crux of the social and environmental speech against the economic and business
one. However, this paper suggests that regardless of all these perspectives, the company BSR
must be located within the framework of a wider concept of co-liability with all the organizations
which surround it. We find ourselves in a network organization where leadership, commitment
and conviction in the business, social and political fields are key factors to foster sustainable and
responsible competition.
ÍNDICE
1. Introducción
2. La responsabilidad social empresarial supone una empresa relacional 109
3. La responsabilidad social empresarial como resultado de nuevas formas de
interdependencia
4. Los gobiernos europeos y las políticas de responsabilidad social de la empresa
5. Las actuaciones de los gobiernos europeos en la responsabilidad social empresarial:
análisis comparado
6. Modelos de políticas públicas de responsabilidad social empresarial en Europa
7. Más allá de la relación bilateral gobierno empresas
8. Consideraciones finales
Referencias bibliográficas
Así, no nos debe extrañar que algunos pide concebir estas relaciones de manera
malentendidos que surgen en los deba- unidireccional, únicamente desde la em-
tes económicos, políticos y sociales que presa hacia los stakeholders: la gestión de
abundan sobre el tema se deban, senci- la responsabilidad relacional requiere una
llamente, al hecho de que con las mismas empresa que no solamente sea capaz de
palabras se sostienen visiones distintas e actuar, sino que también tenga capacidad
incluso opuestas de lo que realmente está de escucha. En este sentido, el diálogo
en juego, así como las respectivas —y di- con los diversos stakeholders se convierte
versas— estrategias. en un elemento vertebrador del uso de es-
tas relaciones.
Además, la S de la RSE presenta tam-
bién dificultades de comprensión y co-
municación. Cabe recordar, entre otras
2. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
contrariedades, que alude a la vez a la to-
EMPRESARIAL SUPONE
talidad del concepto y a una parte del mis-
UNA EMPRESA RELACIONAL
mo; que facilita la contraposición entre el
aspecto social y el económico, o la curio-
Al abordar el tema de la RSE nos ale-
sa consideración de lo social como un fac-
jamos, pues, del debate sobre las relacio-
tor extraño, añadido a la empresa, en tanto
nes entre empresa y sociedad, dado que
que institución primariamente económica;
desde esta perspectiva el problema aho-
que difícilmente refleja de manera obvia los
ra es la conjunción «y». Aquello que debe-
aspectos ambientales, y que facilita la exis-
mos plantearnos es el papel y el propósito
tencia de un debate irresoluble sobre el al-
de la empresa «en» la sociedad. La empre-
cance y la concreción de lo que es social
sa no se entiende al margen de la socie-
en la práctica, o que no permite dilucidar
dad, como una organización que justifica
hasta qué punto la RSE es exigible.
por sí misma su existencia. Por consiguien-
Por otro lado, hablar de «responsabili- te, debemos preguntarnos si la perspectiva
dad social» parece plantear, en primer lu- desde la cual pensamos y desarrollamos la
gar, las consecuencias de las actuaciones orientación hacia los stakeholders sitúa la
empresariales. Por ello, a la hora de me- empresa en el centro o, por el contrario, la
dir el impacto de las actuaciones de la em- considera como un nodo en el sistema de
presa no hay que olvidar la S, pero tampo- relaciones. La capacidad de ver los retos y
co se debe simplificar todo a ella (a no ser las oportunidades en clave de sistema no
que esta S se refiera a la cuestión social es incompatible —sino todo lo contrario—
en un sentido tan genérico que, de hecho, con la necesidad de afrontar las relaciones
sea una especie de contenedor). Esto es con los stakeholders desde la perspectiva
así, entre otras razones, porque la empresa de la empresa, dado que esta perspectiva
no se relaciona directamente con la socie- es capaz de tener en cuenta el marco de
dad, sino con los stakeholders, por lo que referencia social. Sin embargo, una visión
la gestión del impacto social es, de hecho, de los stakeholders que únicamente se
la gestión del impacto de las actuaciones plantee desde la empresa centrada en sí
de la empresa en este entramado de re- misma, los subordina a una gestión de las
laciones. Al mismo tiempo, la realidad de relaciones incapaz de ver más allá de una
nuestro mundo interdependiente nos im- proyección de intereses empresariales.
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
Hoy en día, no es posible hablar de los te unos interlocutores concretos, bien es-
stakeholders desde la perspectiva de una tablecidos y definidos: las patronales, los
organización centrada en sí misma, que sindicatos y los gobiernos, que realizaban
sólo sea capaz de ver el mundo a partir de a la vez una función facilitadora y promoto-
sí misma, bajo su prisma particular. La so- ra. El calificativo «social» se empleaba para
ciedad emergente es una sociedad red, acompañar a sustantivos como pacto, diá-
compuesta de interdependencias que exi- logo, acuerdo y otros parecidos. Los ac-
gen que los diferentes actores sean capa- tores de la relación eran estos tres interlo-
ces de verse a sí mismos y a sus prácticas cutores, y lo eran hasta el extremo de que
desde la perspectiva de este sistema de en algún momento del proceso hay quien
relaciones complejas. pudo haber tenido la tentación de pen-
sar que el vínculo entre «empresa» y «so-
cial» era únicamente su competencia, y
3. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL que cualquiera que quisiera intervenir en
EMPRESARIAL COMO RESULTADO él era un intruso. Éste era un planteamien-
DE NUEVAS FORMAS DE to coherente con la sociedad industrial, en
INTERDEPENDENCIA la que «cuestión social» era casi sinónimo
de «cuestión obrera». Recordar estos fac-
Partir de la realidad de la interdepen- tores no responde a un prurito historicista,
dencia nos puede ayudar a entender me- sino más bien pretende ser un aviso: ha-
jor por qué la RSE ha adquirido tanta im- blar de RSE no debe ser de ningún modo
portancia en la actualidad. De hecho, uno una coartada para encubrir retrocesos en
de los comentarios recurrentes al analizar los logros sociales ni malas prácticas labo-
el desarrollo de la RSE ha sido que la RSE rales. Si esto fuese así, simplemente no es-
no es nada nuevo, que de ella se ha habla- taríamos hablando de RSE. Al razonar so-
do desde siempre y que, por lo tanto, nos bre la RSE no se analizan retrocesos, sino
encontramos ante el eterno retorno de una cambios que incluyen aspectos laborales
retórica que tiene un componente cíclico convencionales, pero que, a la vez, los su-
en el mundo empresarial. Esto podría ser peran para ir más allá. Los cambios en el
verdad —y sólo parcialmente— si formá- desarrollo de la RSE están ligados de ma-
semos parte de la larga lista de adictos a nera indisoluble a los procesos de la globa-
emplear conceptos terminologías y afirma- lización.
ciones fuera de contexto, como si tuviesen
Entre los distintos aspectos involucrados
vida propia. Nada más lejos de la realidad.
que es necesario tomar en consideración,
Los términos actuales en los que se plan-
cabe destacar dos: el desarrollo de las tec-
tea la RSE tienen un perfil propio, precisa-
nologías de la información y la globaliza-
mente porque son el resultado de un re-
ción de los mercados financieros, con la
corrido que, en pocos años, ha cambiado
consiguiente aparición y consolidación, en
el ecosistema de las relaciones del mundo
este último caso, de las inversiones social-
empresarial.
mente responsables. Y tras ambos aspec-
En el contexto del Estado de bienestar, tos, la aparición de un nuevo actor: la so-
al hablar de la «cuestión social» referida a ciedad civil global, con su infinita variedad
la actividad empresarial, se tenían en men- de ONG, organizaciones sociales, etc. La
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
y las prácticas de información que promue- la crisis y los cambios del Estado de bien-
van la RSE y la creación de espacios de estar; con la búsqueda de nuevas formas
diálogo y «partenariado». En estos roles, de gobernanza; con nuevas relaciones en-
los gobiernos y las administraciones pú- tre los gobiernos y otros actores sociales;
blicas tienen un papel fundamental, difícil- y con la emergencia de nuevas demandas
mente sustituible. sociales. Se trata de asumir que la gober-
nanza social en nuestro mundo interdepen-
En el contexto europeo, no hay duda de
diente pide, al mismo tiempo, una nueva
que el Libro Verde «Fomentar un marco eu-
visión de la contribución de las empresas 115
ropeo para la responsabilidad social de las
a la sociedad, una nueva relación entre los
empresas» y la ulterior Comunicación «La
actores políticos y los empresariales, y la
responsabilidad social de las empresas:
capacidad de desarrollar un diagnóstico
una contribución empresarial al desarro-
y una perspectiva compartidos acerca de
llo sostenible» publicados por la Comisión
cuáles son los principales retos de nues-
Europea se han convertido en referentes al
tras sociedades que permitan contextua-
enfocar esta cuestión.1 La Comisión Euro-
lizar esa visión y esa relación.
pea define la RSE como «la integración vo-
luntaria, por parte de las empresas, de las En la aproximación a la RSE que se hace
preocupaciones sociales y medioambien- en cada país se condensan varios elemen-
tales en sus operaciones comerciales y en tos: la estructura política e institucional; el
sus relaciones con sus interlocutores» (Co- estilo y la organización de los procesos po-
misión Europea, 2001). La manera como líticos; la estructura social; la intensidad con
la Comisión ha planteado esta cuestión su- que se asume la actitud de voluntariedad;
braya dos aspectos: el qué y el cómo. En lo la manera como se describe el papel de
que respecta al qué, ha puesto énfasis en el las empresas en el ámbito local y nacional;
hecho de que las empresas deben asumir el papel que juegan las ONG y las asocia-
compromisos sociales y medioambientales ciones ciudadanas en la sociedad; las ca-
en sus actuaciones; en cuanto al cómo, ha racterísticas del sistema educativo y de los
puesto el acento en la voluntariedad. valores que se transmiten en él; lo que se
espera de los líderes; las tradiciones históri-
Pero la acción de los gobiernos en rela-
cas. Todo ello hace que sea cada vez más
ción con la RSE es indisociable de su res-
necesario que las empresas y los países
puesta a algunos de los principales retos
tengan una clara conciencia de la necesi-
actuales. Porque, cada vez más, el auge
dad de elaborar su propia aproximación a la
de la RSE se vincula con los retos gene-
RSE. Esto hace que la RSE no se refiera ya
rados por la globalización económica; con
simplemente a las relaciones entre empre-
sa y sociedad, sino que se configure como
1 De todos modos, al hacer alusión a este docu- una manera de reflexionar sobre el papel de
mento, a menudo se olvida que previamente se for- la empresa en la sociedad, incorporando
muló el ambicioso objetivo estratégico de la Unión
Europea establecido en la Declaración final de Con- como elemento vertebrador una perspecti-
sejo Europeo de Lisboa (marzo 2000): «convertir la va de gobernanza y sostenibilidad.
Unión Europea en 2010 en la economía del conoci-
miento más competitiva y dinámica del mundo, ca- De todo lo expuesto hasta aquí, si a la
paz de crecer económicamente de manera sostenible
con más y mejor ocupación y con mayor cohesión
pregunta de cuál puede ser la política des-
social». de los gobiernos para impulsar la RSE, se
Josep M. Lozano Soler
Cuadro n.o 1
Estrategias Gobierno-Empresa. Políticas desarrolladas
Gobierno
Ausencia de
Fomentar la RSE
estrategia
Cuadro n.o 2
Funciones del sector público
Cuadro n.o 3
Modelos de actuación gubernamental en el ámbito del desarrollo de
políticas públicas de promoción de la RSE en la UE-15
en los países de la UE-15 de cuatro mo- RSE propia de los países nórdicos y es-
delos de actuación gubernamental en el candinavos (Dinamarca, Suecia y Finlan-
ámbito del desarrollo de políticas públicas dia), a los que añadimos los Países Bajos.
de promoción de la RSE. Como resultado, Estos países cuentan con una larga expe-
proponemos una denominación que nos riencia en gestión ambiental, a la que se ha
puede dar una clave de lectura de cada añadido el componente de RSE, y una fa-
modelo. Cada denominación señala una vorable tradición histórica de negociación
perspectiva dominante, pero no excluyente social, en la que la relación entre Gobierno
de las demás (ver cuadro n.o 3). y empresa se contempla como positiva e
incluye aspectos de colaboración. El mo-
delo nórdico, que entronca con una dilata-
6.1. El modelo partenariado da trayectoria que muestra preferencia por
los acuerdos cooperativos y el consenso
Utilizamos la denominación de «partena- entre diferentes tipos de organización, se
riado» para referirnos a la forma de diseñar caracteriza, principalmente, por el empleo
y poner en marcha de políticas públicas de de la herramienta del «partenariado» y por
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
los gobiernos locales, que canalizan la for- todos los agentes sociales, sobre todo de
mación de «partenariados», favoreciendo el las empresas. De esta forma, se crearon
concepto de corresponsabilidad social en- redes empresariales y proyectos de «parte-
tre administraciones, empresas y organiza- nariado» público-privado que potenciaban
ciones sociales. la RSE. Se trataba de involucrar a las em-
presas en proyectos sociales de inversión
en la comunidad.
6.2. El modelo ‘Empresa en la comunidad’
El concepto del modelo «empresa en la
comunidad» responde a la idea de que las
En este modelo incluimos a los países an-
empresas tienen un papel fundamental en
glosajones: el Reino Unido e Irlanda. El mo-
el desarrollo económico de la comunidad
delo de «empresa en la comunidad» (busi-
en la que están implantadas y en la lucha
ness in the community) se refiere al modo
contra la exclusión social y el empobreci-
que tienen los gobiernos y las sociedades
miento. En el Reino Unido e Irlanda, los go-
que nos ocupan de entender el papel de la
biernos y las propias empresas usan ha-
empresa en la sociedad, en especial, en lo
bitualmente conceptos como «invertir en
referente a la resolución de los retos sociales
la comunidad», «implicación en la comuni-
y al papel de la empresa en el desarrollo co-
dad», «estrategias de regeneración de zo-
munitario. El gobierno británico ha sido uno
nas desfavorecidas» y «compromiso con
de los gobiernos más innovadores en el de-
la comunidad» para definir su aportación al
sarrollo de su política de RSE, en la medida
desarrollo social y comunitario.
que plantean la RSE como algo vinculado a
los principales retos de gobernanza social. La propuesta de responsabilidad empre-
sarial tuvo un impulso inicial en el marco de
La RSE se originó en el Reino Unido e Ir-
la contribución de las empresas al desarrollo
landa en las últimas décadas del siglo XX,
sostenible a través de nuevas políticas públi-
como respuesta a los déficit de gobernan-
cas de gobernanza social. En lo que se re-
za social que aparecieron tras las crisis
fiere a la gestión empresarial, los gobiernos
económicas que afectaron a la economía
parten de un enfoque de voluntariedad de la
de los países industrializados y que com-
RSE: las empresas pueden integrar iniciati-
portaron el cierre de empresas y, como
vas de RSE en su práctica comercial y en la
consecuencia, importantes problemas de
gestión empresarial de forma voluntaria, más
exclusión social. Ambas sociedades tuvie-
allá de los requerimientos legales. No obs-
ron que hacer frente a importantes proble-
tante, sobre todo en el caso del Reino Uni-
mas de exclusión social y empobrecimien-
do, el gobierno adopta políticas conocidas
to de centros urbanos y zonas rurales, así
como de leve intervención (soft intervention)
como a procesos de degradación medio-
para favorecer y promover la actuación de
ambiental. Además, la crisis económica
las empresas en el ámbito de la RSE.
repercutió en el Estado de bienestar y se
manifestó en un declive de los servicios so- Tanto en el Reino Unido como en Irlanda,
ciales ofrecidos por las administraciones la acción gubernamental se concibe como
públicas. Para responder a estos retos so- promotora, facilitadora e incentivadora de la
ciales, los gobiernos buscaron soluciones RSE, y fomenta los «partenariados» público-
innovadoras a través de la implicación de privados. Y en su papel como facilitadores,
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
estos gobiernos buscan mecanismos que la todo, en las empresas consideradas como
incentiven, ya sea mediante el desarrollo de «buenas ciudadanas». Los países incluidos
una mínima regulación (soft regulation) para en este modelo de RSE —Alemania, Fran-
favorecer acciones empresariales de RSE o cia, Austria, Bélgica y Luxemburgo— tie-
a través de medidas fiscales. nen, por lo general, experiencia en políticas
de desarrollo sostenible, y los gobiernos de
Otra idea importante en estos países
estos países se han aproximado a la RSE
con respecto a la actuación gubernamen-
simultáneamente a la publicación del Libro
tal en RSE es el desarrollo de proyectos
Verde de la Comisión Europea. Esta expe- 121
de «partenariado» entre el sector público
riencia, centrada básicamente en la década
y el sector privado, y también con el tercer
de los noventa, plantea las actividades de
sector. Se trata de resolver conjuntamente
RSE en el marco de la sostenibilidad a largo
problemas vinculados a la exclusión social,
plazo. De hecho, en estos casos la sosteni-
a la pobreza, a la falta de servicios sociales
bilidad es propiamente la clave del enfoque
y a la calidad de vida de áreas económica-
de los temas de RSE, más que la RSE pro-
mente desfavorecidas. Las empresas cola-
piamente dicha, lo que resulta comprensible
boran en proyectos de «partenariado» con
si tenemos en cuenta que se trata de paí-
los gobiernos locales en la formación de
ses con una cierta tradición en lo que atañe
sus trabajadores, la creación de empresas
a la preocupación por la sostenibilidad tanto
y en la inversión en áreas urbanas o rurales
desde los movimientos sociales como des-
desfavorecidas.
de los partidos políticos y los gobiernos.
Uno de los elementos más importantes
de este modelo ha sido, en el caso del Rei- El concepto de «ciudadanía corporativa»
no Unido, la institucionalización de un alto plantea que las empresas no solo deben
cargo gubernamental responsable de RSE: ser buenas ciudadanas mediante la trans-
el Minister for RSE. De esta forma, el Go- parencia de sus actividades y el cumpli-
bierno del Reino Unido ha sido el primero miento de sus deberes fiscales, sino que
en crear la función de un alto responsable deben ir más allá. Asimismo, hace referen-
político de RSE, un cargo que gestiona un cia al hecho de que la empresa debe tener
grupo importante de programas y proyec- un estrecho vínculo con su entorno local y
tos vinculados a la RSE que se ponen en contribuir a solventar problemas sociales
marcha desde diferentes ministerios. El se- mediante el «partenariado» con otros acto-
cretario de Estado para la RSE orienta los res de la sociedad. En este sentido, una de
programas vinculados a la RSE y los incor- las principales características del modelo
pora en una red transversal sobre RSE de «sostenibilidad y ciudadanía» es el valor que
políticas y proyectos del Gobierno británico. otorga a los comportamientos socialmen-
te responsables de las empresas, en tanto
que introducen indudables cambios socia-
6.3. El modelo ‘Sostenibilidad les. Por eso, se consideran muy positiva-
y ciudadanía’ mente los nuevos escenarios sociales que
generan las empresas al adoptar políticas
El modelo «sostenibilidad y ciudadanía» de RSE. En última instancia, la idea clave
(Sustainability and Citizenship) aborda la de este concepto estriba en que las em-
RSE desde una perspectiva centrada, sobre presas funcionan como verdaderos agen-
Josep M. Lozano Soler
tes sociales y que la ciudadanía corporati- que parece una orientación más típica del
va es la estrategia adoptada para respaldar Estado francés.
sus acciones en este ámbito.
En este modelo, la acción de los gobier-
6.4. El modelo ‘Ágora’
nos se basa ante todo en el fomento de
la RSE y en la creación de incentivos que
Utilizamos la denominación «Ágora» para
ayuden a las empresas a asumir su respon-
referirnos a la forma de desarrollar y aplicar
sabilidad social. No obstante, la aproxima-
las políticas públicas de RSE propias de
ción de los gobiernos a la RSE puede tener
los países mediterráneos, entre los que in-
un carácter voluntario —como en el caso
cluimos Italia, España, Portugal y Grecia.
de Alemania, Austria, Bélgica o Luxembur-
Se trata de países que se han interesado
go— o tener un mayor componente nor-
por esta materia recientemente, sobre todo
mativo, como es el caso de Francia.
desde la publicación del Libro Verde y de
Los países que forman parte del mode- la Comunicación. Los gobiernos de estos
lo «sostenibilidad y ciudadanía» disfrutan en países no habían participado en 2001 en
general de un Estado del bienestar relativa- el debate abierto por la CE a partir del Li-
mente sólido que, en la década de los no- bro Verde. Sin embargo, a partir de 2002,
venta, recibió el impacto de la crisis econó- la mayoría de ellos empezaron a incluir en
mica mundial, el incremento de los gastos la agenda política las acciones de RSE.
sociales y las consecuencias del envejeci- Aunque algunos aún se encuentran en una
miento de la población. etapa incipiente, otros, como es el caso
El concepto de «economía social de mer- de Italia, han empezado a consolidar re-
cado» responde también a ese principio, cientemente su proyecto de RSE.
pues combina la libertad económica y per- Hemos dado a este modelo el nombre
sonal con la justicia social, de manera que de «Ágora» por el hecho de que, en los paí-
incluye componentes de responsabilidad ses mediterráneos, la aplicación política de
social. Así, los debates sobre la RSE a me- la RSE nace de procesos de discusión en
nudo tienen su origen en las propias em- los que el Gobierno ha querido implicar a
presas, que aúnan esfuerzos y crean pla- empresas, organizaciones empresariales,
taformas para compartir experiencias y universidades, organizaciones sociales y
expresarse con una sola voz. sindicatos, que debaten en grupos de tra-
Entre los países que incluimos en este bajo, junto a los representantes políticos,
modelo, Francia requieren una atención las acciones que se pretenden empren-
especial. En Francia, la RSE está muy im- der. Este modo de proceder trata de bus-
plantada en las actividades relacionadas car el consenso para generar una acción
con el desarrollo sostenible, que han reci- gubernamental que incluya todas las voces
bido el impulso del gobierno francés. Tanto y perspectivas sociales. En el contexto es-
es así que estas actividades parecen estar pañol, por ejemplo, tenemos una muestra
—comparativamente— más dirigidas por significativa de este enfoque en la creación
el gobierno, lo que ha derivado en un enfo- del Foro de Expertos del MTAS y la Sub-
que en el que tienen un papel más relevan- comisión sobre RSE en el Congreso de los
te los aspectos normativos, acorde con lo Diputados.
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
temas sociales y generando una política el marco de las nuevas relaciones entre go-
pública independiente, en otros, la acción biernos, empresas y sociedad. Al hablar de
gubernamental para la RSE se ha incorpo- políticas sobre RSE estamos hablando, en
rado a la política nacional de sostenibilidad. último término, de unas políticas que no se
En este sentido, nos parece que la aproxi- refieren únicamente al modelo de empresa,
mación centrada en la sostenibilidad se en- sino también al modelo de país.
laza más en la tradición medioambiental,
de las políticas «verdes», centrando los te-
mas sociales bajo el concepto de desarro- 8. CONSIDERACIONES FINALES
llo sostenible. En cambio, en otros países,
la aproximación de RSE se enlaza más en Ahora bien, lo dicho hasta aquí no debe
la tradición empresa-sociedad y en la rela- hacernos olvidar que hablar de RSE es re-
ción entre estos actores sociales y las polí- flexionar sobre empresas y excelencia em-
ticas de negociación colectiva. Por lo tanto, presarial. En consecuencia, la RSE debe
la elaboración y el diseño sobre su postura gestionarse y debe poder ser gestiona-
sobre RSE no es solo una cuestión con- da. La clave consiste en lograr su adecua-
ceptual sino una opción política. da integración transversal en los procesos
empresariales, es decir, no se puede plan-
En tercer lugar, podemos apuntar que
tear como una fuente de nuevos proble-
existen ciertos elementos que deben te-
mas y tensiones para las pymes, ni como
nerse en cuenta en el momento de anali-
una estrategia de legitimación ideológica
zar y desarrollar los marcos gubernamen-
para las grandes empresas. La diversidad
tales para promover la RSE. La RSE no
de aspectos que cubre la RSE debe inte-
debe ser observada como un elemento
grarse en procesos de mejora e innovación
desvinculado de los grandes retos políti-
empresarial. Desde una visión de futuro, la
cos y económicos actuales, sino al con-
RSE debe plantearse como una cuestión
trario. De hecho, en algunos casos se pre-
ligada a la viabilidad y la supervivencia de
senta a la RSE como respuesta, y en otros
las empresas. Por eso es tan significativo,
como consecuencia, de los nuevos retos
por poner un ejemplo, que el Acuerdo Es-
generados por la globalización económica.
tratégico que se firmó en Cataluña no ha-
De esta forma, la RSE se presenta como
ble de RSE y, en cambio abogue por im-
respuesta a la crisis del estado de bienes-
pulsar una «competitividad responsable y
tar, como nuevo modelo de gobernanza o
sostenible».
como marco vinculado a la competitividad
nacional. Así planteamos que el debate so- Para ello se precisa liderazgo, compromi-
bre la acción gubernamental en la RSE no so y convicción, especialmente en el ámbi-
debe plantearse sólo como un debate so- to empresarial, pero sobre todo en los ám-
bre políticas públicas, sino que los gobier- bitos político y social. Es necesario crear un
nos deben incluirlo en un contexto mucho espacio público en el que sea posible com-
más amplio, como un debate sobre mode- partir, diseminar y reconocer experiencias
lo de gobernanza, en el marco de la crisis significativas; fortalecer una cultura empre-
del estado de bienestar y los nuevos retos sarial abierta al diálogo y al «partenariado»,
generados por la economía globalizada. y que la agenda de la RSE se concrete en
Además, el debate también se plantea en clave estrictamente empresarial.
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AUSTIN, J. E. (2000): The Collaboration Challenge. FISHER, J. (2004): «Social Responsibility and Ethics:
San Francisco: Jossey Bass. [El desafío de la Clarifying the Concepts». Journal of Business
colaboración. Buenos Aires: Granica, 2003]. Ethics, 52, pp. 391-400.
BARBER, B. R. (1998): A Place for Us. Nova York: FREEMAN, R. E. y REED, D. (1983): «Stockholders
Hill and Wang. [Un lugar para todos. Barcelona: and Stakeholders: A New Perspective on Corpo-
Paidós]. rate Governance». California Management Re-
BURKE, E. M. (1999): Corporate CommunIty Rela- view, vol. 25(3), pp. 88-106.
tions. The Principle ofthe Neighbor of Choice. GARRIGA, E. y MELÉ, D. (2004): «Corporate Social
Londres: Quorum Books. Responsibility Theories: Mapping the Territory».
CARROLL, A. B. (1979): «A Three-Dimensional Con- Journal of Business Ethics, 53, pp. 51-71.
ceptual Model of Corporate Performance».
GIDDENS, A. (1999): Runaway World. Londres: Pro-
Academy of Management Review, vol. 4(4),
pp. 497-505. file Books. [Un mundo desbocado. Los efectos
de la globalización en nuestras vidas. Madrid:
CARROLL, A. B. (1991): «The Pyramid of Corporate Taurus, 2000].
Social Responsibility: Toward the Moral Manage-
ment of Organizational Stakeholders». Business HANDY, C. (2002): «What’s Business For?». Harvard
Horizons, (julio-agosto), pp. 39-48. Business Review, (diciembre), pp. 49-55.
CARROLL, A. B. (1999): «Corporate Social Respon- LOZANO, J. M. (1999): Ética y empresa. Madrid:
sibility. Evolution of a Definitional Construct». Bu- Trotta.
siness & Society, vol. 38(3), pp. 268-295.
LOZANO, J. M. (2002): La empresa ciudadana. Un
CARROLL, A. B. y BUCHHOLTZ, A. K. (2003): Business reto de innovación. Barcelona: ESADE.
& Society. Ethics and Stakeholder Management.
Mason: South-Western. LOZANO, J. M. (2004): «What Is a Successful Com-
pany? A Path to Understanding Accountability».
CARROLL, A. B. y NÄSI, J. (1997): «Understanding A. Brenkert, George. Corporate Integrity & Ac-
Stakeholder Thinking: Themes from a Finnish Con- countability. Londres: Sage, pp. 100-114.
ference». Business Ethics - A European Review,
vol. 6(1), pp. 46-51. [DONALDSON, T.; PRESTON, L.E.: LOZANO, J. M., ALBAREDA, L., YSA, T., ROSCHER, H.
The Corporation and its Stakeholders. Toronto: y MARCUCCIO, M. (2005): Los gobiernos y la res-
University of Toronto Press, 1998, pp. 71-80]. ponsabilidad social de las empresas. Barcelona:
Granica.
CLARKSON, M. B. (1995): «A stakeholder framework
for analizing and evaluating corporate social per- MARREWIJK, M. van (2003): «Concepts and Defini-
formance». Academy of Management Review, tions of CSR and Corporate Sustainability: Bet-
vol. 20(1), pp. 92-117. ween Agency and Communion». Journal of Bu-
COMISIÓN EUROPEA (2001): Libro Verde. Fomentar siness Ethics, 44, pp. 95-105.
un marco europeo para la responsabilidad social MIRALLES, J. (2004): «Ética empresarial y globaliza-
de las empresas. Barcelona: ESADE. ción». Brotéria, 159(5), pp. 419-440.
CRAGG, W. (2002): «Business Ethics and Stakehol- MITCHELL, R. K., AGLE, B. R. y WOOD, D. (1997):
der Theory». Business Ethics Quarterly, 12(2), «Toward a Theory of Stakeholder Identification
pp. 113-142. and Sleince: Defining the Principle of Who and
DALTON, D. R. y DAILY, C. M. (1991): «The consti- What Really Counts». Academy of Management
tuents of corporate responsibility: separate, but Review, vol. 22(4), pp. 853-886. [DONALDSON, T.;
no not separable, interests?». Business Hori- PRESTON, L. E.: The Corporation and its Stake-
zons, (julio-agosto), pp. 74-78. holders. Toronto: University of Toronto Press,
DONALDSON, T. (2001): «The Ethical Wealth of Na- 1998, pp. 275-313]
tions». Journal of Business Ethics, 31, pp. 25-36. ORTS, Eric W. y STRUDLER, Alan (2002): «The Ethi-
DONALDSON, T. y DUNFEE, T. (1999): Ties That Bind. cal and Environmental Limits of Stakehol-
Boston: Harvard Business Review. der Theory». Business Ethics Quarterly, 12(2),
pp. 215-234.
ELKINGTON, J. (1997): Cannibals with Forks. The tri-
ple Bottom Line of 21st Century Business. Ga- PORTER, Michael P. (1990): The competitive advan-
briola: New Society Publishers. tage of nations. Nueva York: Free Press.
Promoción pública de la responsabilidad social empresarial
POST, J. E., PRESTON, L. E. y SACHS, S. (2002): Re- WHEELER, D. y SILLANPÄÄ, M. (1997): The Stakehol-
defining the Corporation. Standford: Standford der Corporation. Londres: Pitman.
University Press.
WHETTEN, D., RANDS, G. y GODFREY, P. (2001): «What
SMITH, N. C. (2003): «Corporate Social Responsibi- are the responsibilities of business to society?».
lity: Whether or How?». California Management A. PETTEGREW et al.: Handbook of strategy and
Review, 45(4), pp. 52-76. management. Londres: Sage, pp. 373-408.
127
Condiciones para la eficacia de
los códigos internos de responsabilidad
social de la empresa
128
Autoerregulazioak tradiziozko erregulazioaren alternatiba edo osagarri izan behar lukeen eztabai-
datzen ari garen une honetan, enpresa-munduan ugaritu egin dira enpresen gizarte-erantzukizunari
buruzko kode etikoak edo barne-kodeak: enpresan bertan egiten direnak, enpresak berak eskatuta,
gainbegiratuta eta kontrolatuta. Artikulu honek bi helburu lortu nahi ditu: hirugarren mailako kodeen
barne-eraginkortasuna lortzeko bete beharreko baldintzak zein diren aztertzea, eta kode horien
kanpo-eraginkortasuna aztertzea. Lehenengo helburuak aztertzen du zein baldintza bete behar di-
ren kodeari esker langileek portaera etikoak izateko. Bigarren helburuak, berriz, kodeek erregulazio
tradizionalaren alternatiba izateko dituzten aukerak eta oztopoak aztertzen ditu.
There is a growing trend towards a preference for soft regulation or self regulation as a complement or
an alternative tool to legal regulation. As a consequence of this trend, there is an increasing number
of corporate «codes of ethics» or third-level Corporate Social Responsibility (CSR) codes, those
created within the firm. This paper aims to shed some light on the internal and external effectiveness
of «codes of ethics». Evaluating their internal effectiveness implies analysing the conditions to be
met so that employees maintain high ethical standards in their daily behaviour. Examining their
external effectiveness leads us to evaluate their potential and limitations of «codes of ethics» to be an
alternative tool to traditional regulation.
ÍNDICE
129
1. Introducción
2. Regulación y autorregulación en el contexto de la responsabilidad social empresarial
3. Códigos: tipos y alcance
4. Condiciones para la eficacia de los códigos
5. Estado de los códigos éticos en España: investigación exploratoria
6. Conclusiones finales
Referencias bibliográficas
Palabras clave: códigos éticos, regulación, autorregulación, eficacia, limitaciones.
mo utilizado para asegurar la toma de deci- las condiciones que determinan la eficacia
siones éticas (Business for Social Respon- de los códigos de tercer nivel. Por último,
sibility1; Doig y Wilson, 1998; Institute for se resumen las principales conclusiones y
Business Ethics2; Shwartz, 2001). Nueve sus implicaciones.
de cada diez empresas estadounidenses
dispone de un código ético. En Europa, las
cifras son menores: 31% en Francia y 51%
2. REGULACIÓN Y AUTORREGULACIÓN
de empresas alemanas (Malem, 2005).
EN EL CONTEXTO DE
El presente trabajo se centra en el estu- LA RESPONSABILIDAD
dio de los códigos de tercer nivel con enfo- SOCIAL EMPRESARIAL
que de resultados; esto es, se analizan los
códigos que utiliza la empresa para el con- Por responsabilidad social empresarial
trol de las actividades de misma y a instan- o corporativa (RSE o RSC) entendemos la
cias de la propia empresa. Habiendo anali- mayor implicación de la empresa en los re-
zado en otras publicaciones el estado de la tos y problemas económicos, sociales y
cuestión de los códigos de primer y segun- medioambientales de la sociedad actual.
do nivel (véase de la Cuesta y Valor, 2004; Esta sociedad, más exigente, demanda a
y Valor y de la Cuesta, 2005), este traba- la empresa una responsabilidad con to-
jo estudia las condiciones para la eficacia dos los grupos de interés con los que se
de los códigos de conducta de tercer ni- relaciona (empleados, clientes, accionis-
vel. Es decir, analiza en qué circunstancias tas, administraciones, sociedad en gene-
los códigos de tercer nivel pueden conse- ral, etc.), con el fin de contribuir al objetivo
guir el objetivo de controlar la actividad de común de un desarrollo más sostenible del
la empresa y los empleados. Escapa a los planeta.
objetivos de este trabajo analizar la eficien-
La RSE y su razón de ser pueden ex-
cia de los códigos de tercer nivel ya que no
plicarse desde diferentes puntos de vista.
vamos a examinar si este método de con-
Puede ser concebida como una herramien-
trol es más o menos costoso que las for-
ta de gestión más al servicio de la compe-
mas alternativas de control de la actividad
titividad empresarial y de la creación de va-
de la empresa.
lor a largo plazo para los propietarios de las
El artículo se estructura como sigue. En firmas; es decir, como una cuestión de ren-
primer lugar, se introduce al lector en el de- tabilidad, como un instrumento estratégico
bate sobre la regulación gubernamental y para lograr ventajas competitivas. También
la autorregulación (códigos o estándares es posible entenderla desde un punto de
voluntarios) en materia de RSE. En segun- vista normativo y sobre la base de unos ar-
do lugar, dentro del marco de la autorregu- gumentos éticos, morales o sociales. Des-
lación, se describe la tipología de códigos de una reflexión de carácter puramente
y su alcance. En tercer lugar, se examinan económico, tal y como señala Rodríguez
(2006) y AECA (2007), la razón económica
de la RSC se justifica por la necesidad de
1 http://www.bsr.org/CSRResources/IssueBriefDetail.
proteger los contratos implícitos y fomentar
cfm?DocumentID=395#recent
2 http://www.ibe.org.uk/ > publications > Ethical las inversiones específicas que los diferen-
business tes grupos de interés hacen en la empresa,
Condiciones para la eficacia de los códigos internos de responsabilidad social de la empresa
Cuadro n.o 1
Tipos de código
sentan el 84% del total del inventario y son el más reciente Código Unificado de Buen
objeto de un escrutinio interno de la em- Gobierno (AECA, 2007).
presa más que de un control externo.
Los códigos de buen gobierno corpora-
Tradicionalmente, se han analizado los tivo recogen un conjunto de recomendacio-
códigos de conducta como instrumentos nes a modo de pautas de buena conducta,
para controlar las decisiones individuales de aplicación voluntaria en los consejos
de los empleados. Así, se entiende que los de administración de las empresas con el
códigos de conducta reflejan explícitamen- fin de mejorar el gobierno de las compa-
te los valores de la empresa, sirviendo a ñías, haciendo que los consejos de admi-
los empleados a la hora de justificar deter- nistración cumplan su función de mecanis-
minadas decisiones, en especial en situa- mo interno de supervisión y control. Entre
ciones de dilema entre valores personales sus recomendaciones suelen destacar las
y organizacionales (Coughlan, 2005). Se- que pretenden evitar la concentración de
gún este autor, los códigos de conducta todo el poder de la empresa en manos del
son efectivos en cuanto sirven para orien- primer ejecutivo, la revisión de su nom-
tar decisiones, no tanto en sus efectos so- bramiento al menos cada tres años, o la
bre la elección sino en la justificación dada constitución de una serie de comités que
a la decisión. Así pues, una forma de medir supervisen los nombramientos, los contra-
su efectividad y utilidad es a través del gra- tos y las remuneraciones de los directivos
do en el que los empleados se refieren a o las relaciones con los auditores. También
los valores del código a la hora de justificar suelen sugerir que se aporte información
sus decisiones o actuaciones. Los estudios completa sobre el conjunto de las retribu-
realizados no han llegado a evidencia con- ciones de cada consejero y una explica-
cluyente a este respecto. La mayoría de los ción clara de la política de remuneraciones
estudios ha encontrado que los códigos no de la empresa, la necesidad de integrar en
tienen mucho impacto en la toma de deci- los consejos de administración un número
siones de los empleados (Lere y Gaumnitz, razonable de consejeros independientes y
2003), aunque pueden haber servido para que la dimensión de los consejos esté en-
formar a los empleados en determinadas tre cinco y quince miembros. En todo caso,
cuestiones éticas (Chonko y otros, 2003). el buen gobierno de las empresas hace ne-
cesario el desarrollo de códigos de con-
En una segunda línea, se ha empezado
ducta específicos que autorregulen el com-
a utilizar códigos de buen gobierno corpo-
portamiento de los consejeros y eviten los
rativo, inspirados en los criterios de control
conflictos de intereses.
de los directivos y de sus retribuciones vi-
gentes desde hace tiempo en Japón y que Más recientemente, con la globalización
sirvieron de inspiración al movimiento ini- de los mercados y la deslocalización de la
ciado en Europa con el Informe Cadbury producción, se ha empezado a extender
(diciembre de 1992), o con los informes el uso de los códigos para el control de las
del American Law Institute (1992) y de la prácticas laborales, medioambientales y de
American Bar Association (Section of Bu- respeto a los derechos humanos a lo lar-
siness Law) (1994) en los Estados Unidos. go de toda la cadena de valor de la empre-
En esa misma línea se inscriben en España sa; especialmente, de aquéllas dirigidas al
el informe Olivencia, el informe Aldama y control del comportamiento de proveedo-
Condiciones para la eficacia de los códigos internos de responsabilidad social de la empresa
Figura n.o 1
Condiciones para la eficacia de los códigos internos
de responsabilidad social corporativa
Sistemas de inspección
Seguimiento del código Organización para el control
Denuncias anónimas
born y Payne, 1990) destacan también que gos pasa por la formación de empleados
uno de los mayores beneficios de los códi- en cuestiones éticas. El momento de crea-
gos de conducta está en el proceso de de- ción y determinación del contenido es una
sarrollo y armonización de intereses dife- etapa esencial para ayudar a ejecutivos y
rentes. Lo importante es ese proceso y no empleados a avanzar en las etapas de ra-
tanto su resultado. zonamiento moral que proponía Kohlberg
(MacLagan, 1998).
Por su parte, MacLagan (1998) enfatiza
que, antes que medidas de control, los có- Sin embargo, los empleados creen que
digos deben ser utilizados para crear una los códigos no funcionan porque el con-
comunidad moral. Para ello, deben cen- tenido es demasiado vago o demasiado
trarse en los procesos de toma de decisio- simplista (Newton, 1995). Por ejemplo, los
nes éticas, y no deben ser considerados códigos sólo recogen los principios con-
como otra norma impuesta desde instan- tenidos en las leyes de un territorio sin
cias superiores. Aunque vayan a ser utiliza- ofrecer ningún tipo de guía para que los
dos como sistemas de control, el proceso empleados resuelvan sus dilemas éticos
de creación debe adoptar el enfoque cen- (Lere y Gaumnitz, 2003; MacLagan y Shell,
trado en valores. La eficacia de los códi- 1992). Además de dar guías para resol-
Condiciones para la eficacia de los códigos internos de responsabilidad social de la empresa
ver problemas éticos, los códigos deben correlación entre la conducta de los direc-
ser ambiciosos. La mayoría de los estudios tivos y el clima ético general en la empre-
concluyen que los códigos no ayudan a la sa. En realidad, cabría esperar pobres es-
toma de decisiones éticas (Lere y Gaum- tándares éticos en las empresas, ya que
nitz, 2003) porque los empleados creen otras encuestas muestran que los emplea-
que sus propios códigos de conducta son dos creen que sus directivos «no son per-
más importantes que los de la empresa sonas de gran integridad7». Según Newton
(Chonko y otros, 2003); más aún, creen (1995: 587), la paradoja es que los directi-
que sus estándares de conducta son más vos normalmente redactan el código (esto 139
elevados que los que la empresa recoge es, fijan las normas para los empleados),
en el código (Stevens, 1999). pero no se sienten obligados por el mis-
mo: «son perfectamente libres de ignorarlo
Además del contenido, la segunda varia-
o violarlo».
ble clave que determina la eficacia del có-
digo es la cultura empresarial. Para Adam Para Raiborn y Payne (1990), ésta es la
y Rachman-Moore (2004), la exigibilidad raíz del obstáculo principal para la eficacia
de un código depende tanto del contenido del código: la falta de credibilidad del códi-
del mismo como de la cultura de empresa; go. El código dicta reglas que no se cum-
esto es, la efectividad viene condicionada plen en la empresa o sugiere conductas que
por factores formales e informales. los directivos no adoptan. Los ejecutivos
son considerados el «centro de poder» en
Hay un acuerdo unánime entre los estu-
la empresa. Si no apoyan los códigos, ne-
dios sobre eficacia de códigos: para contro-
cesariamente serán ineficaces. El compor-
lar las conductas contrarias a la ética dentro
tamiento de estos ejecutivos es más indi-
de las empresas, el factor que más influye
cativo para los empleados del estándar de
es la cultura general de la organización y el
conducta que los propios códigos éticos,
ejemplo que se transmite desde los puestos
ya que su conducta les informa si el código
directivos. El grado de «enraizamiento» de
es la fuente superior de autoridad en lo que
un código en la cultura corporativa (McCabe
se refiere al comportamiento ético (Adam y
y otros, 1996) es la variable más importan-
Rachman-Moore, 2004). Si las violaciones al
te para explicar el razonamiento ético de los
código son frecuentes, y si los gestores le-
empleados. Tal como concluye un estudio
gitiman su propio comportamiento contrario
realizado entre empresas estadounidenses
al código (Jackall, 1988), los empleados no
(Arthur Andersen, 20005), los problemas de
utilizarán el código como modelo de con-
cultura corporativa son más relevantes que
ducta ni para resolver problemas éticos.
las características formales de cualquier sis-
tema ético empresarial. Por otro lado, la percepción que los em-
pleados tienen de la autoridad del códi-
Según el estudio de clima ético empre-
go depende también de cómo perciban
sarial en Estados Unidos (National Busi-
la motivación que llevó a crear el código8.
ness Ethics Survey, 20036), se observa una
5 http://ecampus.bentley.edu/dept/cbe/research/ 7 http://ecampus.bentley.edu/dept/cbe/research/
surveys_14.html surveys_19.html
6 http://ecampus.bentley.edu/dept/cbe/research/ 8 http://ecampus.bentley.edu/dept/cbe/research/
surveys_3.html surveys_14.html
Marta de la Cuesta González, Carmen Valor Martínez
Si creen que el programa responde a una de los códigos de buen gobierno. El deber
necesidad de mercado (mejorar la reputa- de diligencia debe instar a los administra-
ción, evitar regulación, atraer consumido- dores a oponerse a los acuerdos contra-
res9), entenderán que el código no es un rios al interés social, entendiendo por inte-
modelo último de conducta, ni siquiera una rés social el interés de la sociedad. El buen
restricción para el desarrollo de las opera- gobierno de las empresas significa exigir a
ciones empresariales, sino, más bien, un los administradores que garanticen «la con-
componente más de la política de reputa- tinuidad de la empresa a largo plazo, gene-
ción orientada al logro de objetivos econó- rando suficientes beneficios, cumpliendo
micos. las leyes y evitando toda actuación injusta,
incluso más allá de lo que la ley regula» (tal
Si los empleados perciben que el valor
y como recogía el Código Aldama).
único en la empresa es conseguir los ob-
jetivos de rentabilidad posiblemente no se En conclusión, el contenido del código
produzca la observancia del código. Como debe cumplir estas condiciones para que
señalan varios estudios, la principal razón sea eficaz: debe fomentar una reflexión éti-
ofrecida por los empleados para explicar ca entre empleados; debe estar orienta-
por qué no cumplieron con el código ético do a facilitar la toma de decisiones, dando
personal u organizacional es que esa re- orientaciones para resolver dilemas éticos;
gla moral perjudicaba los intereses econó- debe ser tan o más estricto que los prin-
micos de la empresa (Shwartz, 2001). Más cipios éticos de los empleados. Además,
aún, los transgresores sentían que, si ayu- debe insertarse en una cultura empresarial
daban a la empresa a cumplir los objetivos en la que se favorezca la ética y el interés
económicos, ésta les absolvería y les pro- social sobre el beneficio económico.
tegería (Gellerman, 1986). Reforzar la cre-
dibilidad y autoridad del código mediante
la creación de un auténtico clima ético en 4.2. Publicación y difusión del código
la empresa es la primera condición nece-
saria para la eficacia del código. Pese a la Otra variable clave para lograr un código
importancia crucial de este clima ético o eficaz es la publicación y difusión del mis-
cultura ética en la empresa, la mayoría de mo. Se evidencia que el grado de comuni-
las empresas multinacionales no explican cación del código es fundamental para ex-
cómo van a tratar de crear este ambien- plicar la efectividad (Chonko y otros, 2003;
te favorable ni del papel que deben jugar McCabe y otros, 1996). Cuanto más y me-
los ejecutivos, según el estudio de Kaptein jor se comunica el código, mayor es la efi-
(2004). cacia percibida del mismo. Obviamente, si
los empleados no han leído o no recuerdan
Se podría reducir la tensión entre lealtad
el contenido del código, éste no puede
e integridad entre los directivos mediante
ser eficaz. Sin embargo, algunos estudios
la inclusión del deber fiduciario respecto a
muestran que las empresas no comunican
la sociedad en la legislación o en las reco-
adecuadamente el contenido y alcance de
mendaciones sobre conducta empresarial
sus códigos éticos (Shwartz, 2001).
formación o reuniones informales. También dos. No basta con indicar donde se puede
es útil crear espacios para la discusión, por encontrar el documento; es preciso asegu-
medio de «oficinas éticas» en las que el rarse de que llega la información. Por eso,
empleado exponga sus preocupaciones. los manuales, los programas de formación
Según Coughlan (2005) los empleados que éticos, las reuniones, las oficinas éticas son
frecuentemente piensan y hablan acerca las formas más eficaces para comunicar la
de aspectos éticos, estarán más predis- existencia y contenido del código.
puestos a actuar éticamente.
determinar que la empresa tenga un código Por ello, aunque pueden enviarse inspec-
ético efectivo (Adam y Rachman-Moore, tores de entre los propios empleados de
2004). Sin embargo, varios estudios han la empresa o contratar servicios a una em-
encontrado que la falta de sistemas de se- presa externa, esta independencia suele lo-
guimiento o las deficiencias en los proce- grarse con la participación de ONG locales
sos de auditoria y control explican la falta y expertos en derecho laboral locales, so-
de eficacia de los códigos (Esbenshade, ciólogos, activistas en derechos humanos,
2000; Kaptein, 2004). que se encargan de inspeccionar algunas
fábricas de proveedores y crear relaciones
Los sistemas de aseguramiento del
a largo plazo con los trabajadores.
cumplimiento o enforcement suelen ser
de carácter interno, como extensión de Para terminar, y aunque la literatura so-
los actuales sistemas de control de cali- bre denuncias anónimas (whistleblowing)
dad, ejecución de tiempos, precios, etc. es muy abundante y escapa a los objeti-
A veces, se desarrollan para determina- vos de este artículo revisarla en profundi-
dos tipos de códigos nuevos sistemas de dad11, los resultados de un estudio sobre
control y evaluación10. En los casos en los los sistemas de control y sistemas de pe-
que el código afecta a la cadena de pro- nalización realizados por Schwartz y Cragg
veedores, suelen combinarse la evaluación (2000) sobre un conjunto de empresas ca-
interna con la auditoría externa. Como re- nadienses, encontraron que la decisión de
sultado de ambos controles, se obtienen denunciar al infractor del código está de-
rankings de comportamiento de los pro- terminada por varios factores:
veedores que se hacen públicos entre los
mismos con el fin de que cada cual co- — Relativos al infractor: depende de
nozca su posición en el ranking. Los pro- quién se trate.
veedores con mejores comportamientos
— Relativos a la ofensa: su gravedad y el
recibirán mayores y más lucrativos encar-
grado de certeza de que la ofensa se
gos, mientras que los de peor puntuación
ha producido.
corren el riesgo de dejar de trabajar con la
empresa. — Relativos a las consecuencias para el
En otros casos, el control externo (inde- infractor: la probabilidad de que se to-
pendiente, con investigación, verificación y men acciones contra el que infringe el
certificación externa) puede ser una alter- código.
nativa eficaz para garantizar el éxito de un — Relativos a las consecuencias para el
código. La clave está en la independencia. denunciante: si el denunciante tiene
que seguir trabajando con el infractor
10 En el caso de algunas multinacionales, como o la posibilidad de ser puesto en una
Nike, crean departamentos y divisiones de cumpli- lista negra o tratado mal por otros, in-
miento interno, e incluso herramientas como el SHAPE
audit (Safety, Health, Attitude of Management, People,
cluido el infractor.
Investment and Enviroment) y su programa MESH
(Management, Environment, Safety y Health), que in-
troduce la evaluación de lo social y medioambiental 11 Entre la literatura sobre denuncia destacan los
en las prácticas de gestión y formación (Nike, 2002). trabajos de Miceli y James (1988, 1991), James
Nike cuenta con más de 80 empleados que controlan (1980), Larmer (1992), o el más reciente de Nitsch y
estas cuestiones. otros (2005).
Condiciones para la eficacia de los códigos internos de responsabilidad social de la empresa
Otras decisiones que la empresa debe nan la ética. Es preferible ofrecer directa-
tomar sobre las denuncias de infracciones mente acciones de la empresa. Este autor
son el nivel de credibilidad que se da a di- recomienda desvincular los presupuestos
chas denuncias y las posibles represalias del sistema de retribuciones y diseñar este
en caso de denuncias infundadas (Raiborn último de manera que la parte variable de
y Payne, 1990). la retribución se calcule de acuerdo con
una relación lineal entre resultados y retri-
bución. Así, cualquier variación en el es-
4.4. Penalizaciones en caso fuerzo y en la conducta tiene el mismo 143
de incumplimiento efecto marginal sobre las recompensas.
Para que el código sea eficaz debe ser Vistas las fases por las que debe pasar
exigible (Nitsch y otros, 2005; Raiborn y un código para su puesta en funcionamien-
Payne, 1990). Para garantizar la exigibi- to y analizadas las condiciones necesarias
lidad, deben especificarse las sanciones para garantizar su eficacia interna, conclui-
detalladas, con el fin de que el posible in- mos este apartado con unas referencias al
fractor conozca bien los riesgos y que el por qué de la exigibilidad pública o social
código sea efectivo. Las sanciones deben de dichos códigos, a pesar de constituir
completarse con un sistema positivo, de- una forma de autorregulación empresarial
nominado plan de compensación por cum- basada en el principio de la voluntariedad.
plimiento del código. Los empleados de- Tal y como señala Embid (2006, p. 72),
ben ser evaluados conforme al código; y, «los llamados códigos sobre RSC no cons-
en caso de observancia, ser compensa- tituyen auténticas normas jurídicas vincu-
dos, vía, entre otras, la conservación del lantes, sino que se inscriben en lo que se
empleo, las subidas y promociones, los viene a denominar regulación suave o soft
bonos, el reconocimiento público y la pu- regulation. Resultan obligatorios para sus
blicidad interna y externa. autores y para quienes los asuman como
El sistema de compensación y sancio- propios y pueden contribuir, como sucede
nes es clave para la eficacia del código. Sin con los códigos de buen gobierno, a facili-
embargo, como señala Verschoor (2002, tar la interpretación de las normas jurídicas
en Peppas, 2003), sólo 4 de cada 100 em- afectadas por la realización de actividades
presas estadounidenses disponen de un de RSC».
sistema de penalizaciones. Más aún, en
Según el autor, la idea de que la RSC
8% de las empresas entrevistadas, los que
sea voluntaria no significa que dependa en
habían infringido el código habían sido re-
última y exclusiva instancia de la decisión
compensados con ascensos.
de la propia empresa. Por una lado, la RSC
Por otro lado, determinados sistemas de puede entrar en el campo del Derecho
compensación pueden favorecer u obsta- por la vía de la costumbre. Por otro, exis-
culizar la eficacia del código. Así, Jensen te cierta vinculación para la empresa en el
(2001, en Salas, 2006) señala que las op- momento que hace pública su política de
ciones sobre acciones o retribución varia- RSC. Aunque aún no podemos afirmar que
ble no lineal son propicias para fomentar exista en la actualidad conciencia de que
comportamientos manipuladores que mi- la RSC sea un fenómeno obligatorio para
Marta de la Cuesta González, Carmen Valor Martínez
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
La transparencia es básica para generar confianza entre los grupos de interés, y los informes
anuales de responsabilidad social corporativa (RSC) o sostenibilidad constituyen el vehículo me-
diante el cual la empresa trasmite al mercado y a la sociedad sus procesos de gestión y evolución
en materia de RSC. En el presente artículo se analizan los resultados de un estudio realizado por
el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, para comprobar la calidad de la informa-
ción trasmitida por las empresas integrantes del Ibex 35 en materia de RSC.
Transparency is basic to create confidence among the stakeholders, and annual reports on Corporate
Social Responsibility (CSR) or sustainability are the vehicles which enable the company to convey
their CSR development and management processes to society. In this paper, the results of a research
study carried out by the CSR Observatory will be analysed in order to check the quality of BSR
information reported by the IBEX 35 companies.
ÍNDICE
151
1. Introducción
2. Objetivo y método
3. Resultados del estudio
4. Conclusiones
5. Reflexiones finales
Referencias bibliográficas
Palabras clave: RSC, empresas cotizadas, gobierno corporativo, indicadores, responsabilidad social
espacial. En este sentido se inclina un re- Tomando como base la información faci-
ciente comunicado del Consejo Económico litada en materia de RSC por las empresas
y Social de la Unión Europea en el que se incluidas en el índice bursátil Ibex 35 a di-
establece que: ciembre de 2005 vamos a tratar de analizar
el nivel de desarrollo de la RSC por parte
La rendición de cuentas consiste en dar de las empresas cotizadas españolas.
cuenta, en un documento público, de la
manera en que la empresa asume el impac-
to económico, medioambiental y social de
2. OBJETIVO Y MÉTODO
sus actividades. De este modo, la empresa
admite que las partes interesadas tienen le-
gítimo derecho a plantearle cuestiones. 2.1. Objetivo
Información
0 1 2 3 4
Inexistente Exhaustiva
Gráfico n.o 1
Número de empresas del IBEX-35 que presentan información relevante
sobre aspectos de RSC
157
Cuadro n.o 1
Puntuación de las empresas del IBEX-35 en materia de RSC
Resultados 2005
Cuadro n.o 2
Clasificación de empresas del IBEX-35 en materia de RSC
2005
Resultados globales
Punt. Posición
REE 1,85 1
BBVA 1,84 2 159
TELEFONICA 1,81 3
IBERDROLA 1,74 4
GAMESA 1,72 5
IBERIA 1,56 6
REPSOL YPF 1,51 7
ENDESA 1,45 8
GAS NATURAL 1,40 9
SCH 1,35 10
UNION FENOSA 1,34 11
TELEF. MOVILES 1,32 12
ARCELOR 1,27 13
FERROVIAL 1,25 14
ABERTIS 1,24 15
ACCIONA 1,19 16
BCO POPULAR 1,10 17
INDITEX 1,10 18
INDRA 1,06 19
BCO SABADELL 1,05 20
BANKINTER 1,01 21
ALTADIS 0,96 22
TPI 0,89 23
ENAGAS 0,85 24
TELECINCO 0,82 25
CINTRA 0,82 26
METROVACESA 0,74 27
ACS 0,69 28
FCC 0,65 29
SOGECABLE 0,64 30
NH HOTELES 0,57 31
SACYR VALL. 0,53 32
PRISA 0,39 33
ANTENA 3TV 0,35 34
ACERINOX 0,17 35
MEDIA IBEX 35 1,09
Cuadro n.o 3
Resultados comparativos por sector
2005
Sistemas Gobierno
Contenido Total*
gestión corporativo
Cuadro n.o 4
Indicadores económicos
to en lo relativo a los costes económicos, das hace mención expresa a su política so-
como al número de beneficiarios y resulta- bre el uso de paraísos fiscales para opera-
dos alcanzados. ciones financieras.
Dado que a día de hoy el uso de paraí- La publicación de datos sobre el desem-
sos fiscales no es ilegal, la única manera peño medioambiental de las empresas, re-
de evitar que este tipo de comportamien- sulta muy desigual en los distintos sectores
tos se produzca es la decisión de la em- de actividad. En aquellos sectores cuya ac-
presa, motivada por su compromiso con tividad está más condicionada por norma-
la gestión de su responsabilidad social. Sin tiva medioambiental, como es el energéti-
embargo, ninguna empresa de las analiza- co, las empresas aportan más información
Análisis empírico de la información emitida por las empresas del IBEX 35 en materia de responsabilidad…
Cuadro n.o 5
Indicadores medioambientales
Cuadro n.o 6
Indicadores laborales
Cuadro n.o 7
Indicadores relacionados con la corrupción
Cuadro n.o 8
Indicadores sobre Derechos Humanos
moria del 2004 se eliminó toda referencia ble para medir el desempeño de la empre-
al UN Code of Conduct for Law Enforce- sa y su compromiso con la sociedad. So-
ment Officials (código de la ONU que se re- bre este aspecto, el número de empresas
fiere fundamentalmente a las prácticas de que afirma tener procedimientos concretos
los servicios de seguridad, propios o sub- para velar por el respeto y promoción de
contratados), mientras que en la memoria los derechos humanos en sus cadenas de
del ejercicio 2005 ha desaparecido la refe- suministro es de un 17% en 2005.
rencia a los US/UK Voluntary Principles on
Otro ejemplo de área con carencias es
Security and Human Rights (Principios vo- 169
la relacionada con los compromisos pú-
luntarios sobre seguridad y derechos hu-
blicos de no discriminación que afectan
manos promovidos por los gobiernos de
tanto a los trabajadores como a cualquier
los Estados Unidos y Reino Unido) que sí
otra parte que se relacione con la empresa
figuraban en el informe del año anterior.
(proveedores, clientes, etc). Pese a incluir
En un buen número de estos países las en bastantes casos compromisos públicos
operaciones de las empresas tienen lugar al respecto, en general, se observa cómo
en áreas donde viven comunidades indí- casi el 75% de estas empresas no infor-
genas, cuyos derechos están reconocidos man sobre si cuentan con políticas concre-
y protegidos por los convenios internacio- tas y con procedimientos en marcha para
nales, como los convenios 107 y 169 de garantizar la no discriminación. Esta infor-
la Organización Internacional del Trabajo mación se considera imprescindible para
(OIT). Sin embargo, ninguna empresa del calibrar el cumplimento efectivo por parte
IBEX 35 manifiesta reconocer y respetar el de las empresas de la normativa interna-
principio de consentimiento de los pueblos cional como por ejemplo la Convención In-
y las comunidades indígenas a ser afecta- ternacional sobre la eliminación de todas
dos por proyectos de desarrollo, incluidos las formas de Discriminación Racial.
aquellos que ellas están ejecutando.
Mención especial merece la discrimi-
El riesgo presente en las áreas o paí- nación a la mujer en las políticas labora-
ses donde operan se encuentra también, les (selección, contratación, remuneración,
de forma paralela, en muchos de los pro- etc). Los estadísticas propias del Instituto
ductos que estas empresas venden o pro- de la Mujer indican que en general, en las
ducen. Riesgo que no se encuentra exclu- empresas españolas, existen grandes dife-
sivamente en la actividad de la empresa rencias en los salarios entre ambos sexos
analizada sino en todas las empresas que y hay una escasa presencia de mujeres en
intervienen en las diferentes fases de su ca- los órganos de poder y decisión. Sólo una
dena de suministro. Así, cada una de estas de las empresas analizadas, Red Eléctrica
empresas puede producir impactos consi- de España, informa haber tomado medidas
derables en los derechos humanos, en los de acción positiva para la mujer.
derechos laborales o en el medioambiente.
En tales circunstancias, la información so-
Información sobre indicadores de
bre las prácticas, no ya sólo de la empre-
protección al consumidor
sa, sino del conjunto de los agentes que
intervienen en su cadena de suministro, se La protección de los derechos de los
convierte en un instrumento imprescindi- consumidores tiene un muy desigual trata-
Orencio Vázquez Oteo, Carlos Cordero Sanz
Cuadro n.o 9
Indicadores sobre consumo
miento por parte de las legislaciones de los En muchas ocasiones existen contex-
distintos países donde operan las empre- tos donde se establece una relación en-
sas multinacionales incluidas en el alcan- tre la empresa y el consumidor en la que
ce de este estudio. Según la información la primera tiene una situación de fuerza so-
analizada, sólo 4 empresas hacen mención bre el segundo. Esto es así especialmente
a un compromiso de respeto de la legisla- cuando las posibilidades de elección para
ción internacional en esta materia (ver cua- el consumidor son muy reducidas, por exis-
dro n.o 9, I.C.32). tir pocos oferentes, incluso sólo uno como
puede ser el caso en servicios públicos su-
Las estrategias de comercialización de ministrados por empresas. También se da
una empresa que se compromete con el este desequilibrio de fuerzas cuando la si-
respeto de los derechos del consumidor, tuación personal del consumidor le pone
deberían estar basadas en la honestidad en una situación de debilidad por no cum-
de los mensajes que lanza, en el sentido plir los requisitos establecidos en el merca-
más amplio del término. Es decir, que te- do, como puede ser la dificultad de acceso
niendo en cuenta el contexto y el público al al crédito de ciertos colectivos inmigrantes.
que va dirigido, el mensaje sea coincidente En este sentido, es muy llamativo que sólo
con la realidad que se ofrece, renunciando una empresa (BBVA) haga una mención ex-
a afirmaciones falsas o capciosas. Según presa a su compromiso corporativo con la
el indicador I.C. 33, son 12 las empresas renuncia a la utilización de prácticas con-
analizadas que incluyen este compromiso tractuales abusivas, tal y como señala el in-
en la información suministrada. dicador cuantitativo I.C. 34.
Análisis empírico de la información emitida por las empresas del IBEX 35 en materia de responsabilidad…
descripción del contenido de tales procedi- parabilidad con empresas, sean del mismo
mientos, ni sobre el alcance de su implan- sector o diferentes.
tación, ni sobre los resultados obtenidos
en el ejercicio.
Mejora continua
Del análisis realizado, no se puede dedu-
Resultados e impactos de las operaciones
cir que las empresas incluidas en el alcan-
A lo largo del análisis realizado se ha ce del estudio estén presentando informa-
puesto de manifiesto que el enfoque de ción en sus memorias que muestren que 175
Rendición de Cuentas basado en los prin- trabajan en el marco de un proceso de me-
cipios de Transparencia, Receptividad ha- jora continua. Existen muy contados ejem-
cia las demandas de las partes interesadas plos de empresas que comuniquen objeti-
y Conformidad, no está siendo asumido vos de RSC medibles y cuantificables para
por las empresas en toda su extensión. Su un ejercicio o periodo concreto, y muchas
asunción completa implicaría que las em- menos que los comparen con los resulta-
presas explicaran o justificaran todos sus dos obtenidos para ese periodo, por lo que
actos, omisiones, riesgos y dependencias, resulta imposible el planteamiento de mejo-
de los que se hace responsable ante par- ra continua. En este sentido no se da infor-
tes con intereses legítimos, en relación a mación que permita valorar la lógica de los
aspectos de RSC. En el análisis realizado sistemas, al no aportarse información so-
la información sobre impactos generados bre la planificación de acciones de mejora,
es escasa, y cuando se aportan algunos ni si se ha cumplido con los objetivos mar-
resultados e impactos de la actividad de la cados. Esta situación se ve agravada por
empresa, la presentación de éstos mues- los temas anteriormente citados de infrava-
tra un desequilibrio a favor de los impac- loración de impactos negativos y de esca-
tos positivos con una infravaloración de los sa cuantificación del desempeño.
impactos negativos, con lo que se vulnera
el principio de Neutralidad en la comunica-
Verificación de la información
ción. Las empresas que presentan impac-
tos negativos de sus operaciones, centran La verificación de la información sobre
la información exclusivamente en impactos la RSC no alcanza todavía más que a un
medioambientales, normalmente asociados 46%, quedando limitado el alcance de la
a cifras de emisiones y vertidos. verificación a los contenidos de las me-
morias en relación con los requisitos de
estructura establecidos en la Guía 2002
Comparabilidad
de GRI. Desde el punto de vista de cohe-
Del análisis realizado y respecto a los re- rencia de resultados, se detecta una duda
sultados obtenidos en la gestión de aspec- razonable sobre la adecuación y eficacia
tos de la RSC, en general se observa un de los sistemas de verificación empleados
déficit de indicadores cuantitativos en la in- en la actualidad, ya que se puede eviden-
formación presentada por las empresas, lo ciar que el resultado reflejado en el infor-
que dificulta el proceso de fijación de obje- me de validación o verificación elaborado
tivos y de medición de resultados. Este as- por la entidad auditora, en muchos casos,
pecto dificulta en muchos casos la com- no se ajusta a las conclusiones del aná-
Orencio Vázquez Oteo, Carlos Cordero Sanz
Cuadro n.o 10
Indicador sobre verificación
lisis individual de cada empresa de este nada con una evaluación o análisis del mis-
estudio, desconociéndose si se han teni- mo, ni sobre las acciones correctoras o de
do en cuenta informaciones por parte del mejora realizadas por parte de la empresa.
equipo de auditoria o verificación, distin-
tas a las observadas en los documentos
analizados en este estudio. Según se pue- 4.3. Conclusiones del eje de gobierno
de observar en el cuadro n.o 10, 16 em- corporativo
presas de las 35 del IBEX presentan algún
tipo de verificación de la información pre- Los resultados del estudio muestran que
sentada en RSC. la calidad de la información relacionada
con Gobierno Corporativo que facilitan las
empresas del IBEX 35 en 2005 es superior
Comunicación y neutralidad
a la información recogida por los otros dos
Como se apuntaba en apartados ante- Ejes de Análisis (Contenidos RSC y Siste-
riores, la información analizada no se pue- mas de Gestión). La nota media alcanza-
de decir que en general respete el principio da por las empresas del IBEX en Gobierno
de neutralidad en gran parte de la misma, Corporativo en 2005 es de 1,63. Se consi-
al prevalecer el enfoque narrativo, con un dera que la principal razón de estos mejo-
tono positivo, sobre los resultados e im- res resultados son las obligaciones legales
pactos que genéricamente se esperan y derivadas de la Ley de Transparencia de
sobre una aproximación más objetiva de las Sociedades Anónimas Cotizadas, que
rendición de cuentas. afectan a las empresas incluidas en el al-
cance de este estudio. Así mismo, la pre-
Es destacable observar que en ningu-
ferencia concedida a los inversores como
no de los casos en los que en el presente
destinatarios de la información corporativa
estudio se ha incluido información de fuen-
podría considerarse como otra razón que
tes externas a las empresas, proveniente
explique por qué los resultados son sensi-
de alguna de sus partes interesadas, rela-
blemente superiores.
cionada con una denuncia, un conflicto o
problema relacionado con un aspecto de la A continuación se exponen las princi-
RSC, se ha encontrado información sobre pales conclusiones relacionadas con Go-
el hecho del conflicto o denuncia. Tampo- bierno Corporativo en las empresas del
co se ha encontrado información relacio- IBEX 35.
Análisis empírico de la información emitida por las empresas del IBEX 35 en materia de responsabilidad…
Cuadro n.o 11
Indicadores de gobierno corporativo
cluso aquellas que operan en el mercado del voto con el fin de que los intermedia-
estadounidense, medida obligatoria desde rios financieros que aparezcan legitimados
agosto de 2005. como accionistas, pero actúen por cuenta
de clientes distintos, puedan emitir sus vo-
tos conforme a las instrucciones de éstos.
Sistema de riesgos: Gestión de riesgos
sociales
Aprobación de la política de retribuciones
En la documentación de Gobierno Cor-
porativo se indican las sistemáticas de ges- Las buenas prácticas de Gobierno Cor-
tión de riesgos utilizadas por las empresas. porativo aconsejan que la política de retri-
Sin embargo, la información suele enfocarse buciones sea informada a la Junta y so-
hacia los riesgos económicos, financieros, metida a votación con carácter consultivo
operativos y regulatorios. En pocos casos y como punto separado del orden del día,
se explicita la cobertura de riesgos medio- con el objetivo de que los accionistas pue-
ambientales (Repsol YPF, Unión FENOSA, dan conocer y opinar sobre lo que cobran
Gas Natural,...) o de calidad y seguridad del los gestores de su capital. No es frecuente
suministro para el cliente (REE). Ninguna que las empresas informen del cumplimien-
empresa incluye entre los riesgos cubiertos to de tal garantía.
por el sistema aspectos relacionados con
los derechos humanos. Consejo y consejeros
Representación de las mujeres
Cláusulas de blindaje en el Consejo
A pesar de que la mayor parte de los in- De la información analizada se evidencia
formes de Gobierno Corporativo presentan la casi nula presencia de mujeres en la alta
información acerca de medidas de blindaje, dirección de las compañías y, especial-
y en numerosos casos se ofrece el número mente, en el Consejo de Administración.
de beneficiarios, no se especifican las can- La proporción de consejeras es muy mi-
tidades concretas a favor de cada benefi- noritaria y no llega al 3% del total de con-
ciario. En la mayor parte de las ocasiones sejeros.
no se ha encontrado información que indi-
que que las cláusulas de garantía o blinda-
Consejeros independientes:
je a favor de los miembros de la Alta Direc-
protección y garantías
ción, incluyendo los Consejeros Ejecutivos,
sean comunicados a la Junta General de La mayor parte de las empresas están
Accionistas. lejos de ostentar mayoría de independien-
tes en el Consejo, aunque casi la totalidad
de las empresas analizadas cumplen con la
Junta General de Accionistas
exigencia de que éstos representen al me-
Fraccionamiento del voto nos un tercio del total de consejeros.
Se echa en falta en los informes ana- Sin embargo no es tan habitual encon-
lizados, el detalle de medidas concretas trar información sobre garantías específicas
tendentes a garantizar el fraccionamiento de que ningún consejero independiente sea
Análisis empírico de la información emitida por las empresas del IBEX 35 en materia de responsabilidad…
cesado antes del cumplimiento del período ferentes comisiones. Sin embargo, se des-
estatutario para el que hubiera sido nom- conoce en la mayor parte de los casos los
brado, salvo cuando concurra justa causa, criterios que van asociados al pago de las
previo informe de la Comisión de Nombra- retribuciones variables. Además, no siem-
mientos, o a resultas de Ofertas Públicas pre se desglosan estas cantidades por
de Adquisición, fusiones u otras operacio- concepto de remuneración (salarios en
nes societarias similares que supongan un metálico, especies, opciones sobre accio-
cambio en la estructura de capital de la so- nes, bonos, fondos de pensiones, provisio-
ciedad. Además, casi ninguna empresa es- nes sobre indemnizaciones, etc.) y en gran 179
tablece que los consejeros independientes parte de los casos, no se presentan datos
no permanecen como tales durante un pe- individuales de las remuneraciones de los
ríodo continuado superior a 12 años. Estos consejeros de la entidad.
incumplimientos afectan a la supervisión en
Es conveniente resaltar que sólo 7 em-
la administración de la compañía y al prin-
presas del IBEX informan de que la re-
cipio de representatividad de los accionis-
muneración que perciben los directivos
tas minoritarios en el Consejo.
guarda relación con la consecución de ob-
jetivos no financieros tales como cumpli-
Evaluación del desempeño del Consejo miento de objetivos medioambientales o
sociales, establecimiento de prácticas de
Son muy escasas las empresas que in-
buen gobierno, etc. De esas siete sólo una,
forman de evaluaciones anuales de manera
BBVA, precisa que entre los criterios para
que se garantice una dedicación y esfuerzo
remunerar se encuentra el cumplimiento de
suficientes, así como resultados positivos,
objetivos de RSC.
en la labor de administración de la empre-
sa y de las diferentes comisiones. Una de
las excepciones, por el grado de desarrollo Comisiones del Consejo
de la información, es Bankinter, empresa
Número de Comisiones
que realiza las tres evaluaciones (Consejo,
consejeros y Presidente) bajo la tutela de la Las prácticas de Buen Gobierno exigen
Comisión de Nombramientos y Retribucio- la presencia de varias comisiones: Comi-
nes y con el asesoramiento independiente sión Ejecutiva o Delegada, Comisión de
de una empresa externa. Auditoría y Control, Comisión de Nombra-
mientos o Retribuciones y Comisión de Es-
trategia e Inversiones.
Retribuciones
Es una práctica frecuente que, pese a
Remuneración de los Consejeros
que en la documentación sobre Gobier-
Las empresas suelen informar sobre las no Corporativo se explique la existencia de
cuantías de las retribuciones del Consejo todas ellas, la Comisión de Estrategia no
con mayor detalle, que de las políticas se- haya celebrado ninguna reunión durante
guidas para fijar dichas retribuciones. Así, el año o ni siquiera cuente con consejeros
es frecuente que aparezca la retribución designados para esta función. En tales ca-
agregada del consejo, o por tipología de sos, sus funciones suele desempeñarlas la
consejero o incluso desglosada por las di- Comisión Ejecutiva.
Orencio Vázquez Oteo, Carlos Cordero Sanz
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALDAMA, E. et al. (2003): Informe de la Comisión ta General de Accionistas y del Consejo de Ad-
Especial para el Fomento de la Transparencia y ministración. http://www.grupoacs.com/
Seguridad en los Mercados Financieros y en las
A LTADIS S.A (2006): Informe Anual, Informe de
Sociedades Cotizadas: Código Aldama.
Gobierno Corporativo, Informe de RSC, Re-
COMISIÓN NACIONAL DEL MERCADO DE VALORES (2006): glamento de la Junta de Accionistas, Regla-
Código Unificado de Buen Gobierno. Código mento del Consejo de Administración y de la
Conthe. www.cnmv.es Comisión Ejecutiva, Estatutos Sociales. www.
aladis.com
181
GLOBAL REPORTING INICIATIVE (2002): Guía para la
elaboración de Memorias de sostenibilidad so- A NTENA 3 TV DE T ELEVISIÓN S.A. (2006): Informe
bre desempeño económico, ambiental y social. Anual, Informe de Gobierno Corporativo, Esta-
www.globalreporting.org tutos Sociales, Reglamento Interno de Conduc-
MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (2005): ta en Materias relativas al Mercado de Valores,
Documento síntesis de las tres primeras sesio- Reglamento del Consejo de Administración y
nes del Foro de Expertos de RSE. www.mtas.es de la Junta General de Accionistas http://www.
antena3.com
NACIONES UNIDAS (2003): Normas sobre las res-
ponsabilidades de las empresas transnaciona- ARCELOR, S.A. (2006): Informe Anual, Informe de
les y otras empresas comerciales en la esfera Desarrollo Sostenible, Informe de Gobierno Cor-
de los derechos humanos, U.N. Doc. E/CN.4/ porativo. http://www.acelor.es/
Sub.2/2003/12/Rev.2 (2003). Aprobadas en su BANCO BILBAO VIZCAYA ARGENTARIA S.A. (2006): Infor-
22.o período de sesiones, el 13 de agosto de me Anual, Informe de RSC, Informe de Gobierno
2003. http://www1.umn.edu/humanrts/links/ Corporativo, Reglamento Interno de Conducta
Snorms2003.html del Mercado de Valores, Código de Conducta,
OBSERVATORIO RSC (2004): Promoción Pública de la Reglamento del Consejo de Administración y de
RSC. www.observatoriorsc.org la Junta General de Accionistas. https://www.
bbva.es/
VÁZQUEZ, O. (2006): «Responsabilidad social em-
presarial: matices conceptuales» Lan Harrema- BANCO POPULAR ESPAÑOL S.A. (2006): Informe Anual,
nak-Revista de Relaciones Laborales, núm. 14, Informe de RSC, Informe de Gobierno Corpora-
pp. 13-24. tivo, Reglamento del Consejo de Administración.
http://www.bancopopular.es/
THE INSTITUTE OF SOCIAL AND ETHICAL ACCOUNTABILITY
(2002): Norma AA-1000. http://www.accountability. BANCO SABADELL S.A.(2006): Informe Anual, Informe
org.uk/default.asp de RSC, Informe de Gobierno Corporativo, Códi-
go de Conducta, Estatutos sociales, Reglamento
del Consejo de Administración y Reglamento In-
Documentos de empresas analizadas
terno de Conducta en el ámbito del Mercado de
A BERTIS I NFRAESTRUCTURAS S.A. (2006): Informe Valores. https://www.bancsabadell.com
Anual, Informe de RSC, Informe de Gobierno B ANCO S ANTANDER C ENTRAL H ISPANO S.A. (2006):
Corporativo, Estatutos Sociales, Reglamento del Informe Anual, Informe de RSC, Informe de
Consejo de Administración y de la Junta General Gobierno Corporativo, Código de Conducta,
de Accionistas. http://www.abertis.com Reglamento del Consejo de Administración y
ACERINOX S.A. (2006): Informe Anual, Informe de de la Junta General de Accionistas. www.grupo
Gobierno Corporativo y Reglamento del Conse- santander.es
jo y de la Junta General de Accionistas. http:// BANKINTER S.A. (2006): Informe Anual, Informe de
www.acerinox.es/ RSC, Informe de Gobierno Corporativo, Código
ACCIONA S.A. (2006): Informe Anual, Informe de de Ética Profesional del Grupo Bankinter, Re-
Gobierno Corporativo Memoria de Sostenibi- glamento Interno de Conducta del Mercado de
lidad, Reglamento del Consejo de Administra- Valores del Grupo Bankinter, Reglamento del
ción y de la Junta General de Accionistas. http:// Consejo de Administración y de la Junta Gene-
www.acciona.es/ ral de Accionistas. https://www.bankinter.es
A CTIVIDADES DE C ONSTRUCCIÓN Y S ERVICIOS S.A. CINTRA CONCESIONES DE INFRAESTRUCTURAS DE TRANS-
(2006): Informe Anual, Informe de RSC, Informe PORTE S.A. (2006): Informe Anual, Informe de
de Gobierno Corporativo, Reglamento de la Jun- RSC, Informe de Gobierno Corporativo, Regla-
Orencio Vázquez Oteo, Carlos Cordero Sanz
TELEFÓNICA PUBLICIDAD E INFORMACIÓN S.A.(2006): In- UNIÓN FENOSA S.A. (2006): Informe Anual, Informe
forme Anual, Informe de RSC, Informe de Go- de Sostenibilidad, Informe de Gobierno Corpo-
bierno Corporativo, Reglamento del Consejo de rativo, Reglamento del Consejo de Administra-
Administración y de la Junta General de Accio- ción y de la Junta General de Accionistas. http://
nistas. http://www.tpi.es www.unionfenosa.es
183
Experiencia práctica de ámbito regional:
el impulso a la responsabilidad social
empresarial en el País Vasco
184
Euskal gizarteak eta bere enpresa-egiturak berezitasun espezifikoak dituzte, eta, hori dela-eta,
baliteke enpresen gizarte-erantzukizunari emandako trataera desberdina izatea, beste testuinguru
geografiko batzuetan erabili denarekin alderatuta. Artikulu honetan berezitasun horiek azaltzen dira,
enpresen gizarte-erantzukizunaren aldetik garrantzitsu izan litezkeen heinean. Horrenbestez, Euskal
Autonomia Erkidegoan enpresen gizarte-erantzukizunaren garapena bultzatzen duten ekimen eta
eragileak aurkezten dira, eta horietako bat azpimarratzen da bereziki: Xertatu.
The Basque society and its business network have specific features that may result in a different
approach to Business for Social Responsibility (BSR), compared to the ones carried out in other
geographic contexts. The present paper will show these features as they may be relevant from the
BSR point of view. Therefore it will suggest the agents and initiatives supporting the BSR development
in the Basque Country focusing on a specific one, Xertatu.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Las empresas vascas y la responsabilidad social empresarial
3. Iniciativas y agentes de apoyo al desarrollo de la responsabilidad social empresarial
en la Comunidad Autónoma del País Vasco
4. Xertatu: una apuesta compartida por la responsabilidad social empresarial en Bizkaia
5. Conclusiones y propuestas a futuro
Referencias bibliográficas
Palabras clave: responsabilidad social empresarial, empresas vascas, Bizkaia
social presentan una muy particular tículo sobre el análisis del «caso vasco» del
distribución de capital y trabajo que impulso a la RSE. En concreto, se partirá
afecta a su modo de afrontar el reto de las conclusiones generales de distintos
de la RSE. En la CAPV las coope- estudios sobre la percepción de las empre-
rativas y sociedades laborales, per- sas vascas ante la RSE, para compararlo
sonalizadas en MCC 3, representan después con su desempeño real y dar al-
un porcentaje nada desdeñable del gunas claves para entender las iniciativas
tejido empresarial. Estas empresas, de fomento de la RSE. A continuación, se
además, han presentado histórica- ofrecerá un panorama general de las inicia- 187
mente un comportamiento más diná- tivas y agentes de apoyo al desarrollo de
mico que el resto de empresas, una prácticas socialmente responsables en las
gran solidez y crecimiento, un movi- empresas de la CAPV para, posteriormen-
miento cooperativo muy consolidado te, describir con detenimiento una iniciativa
y una reducción progresiva del colec- concreta, Xertatu, desarrollada en el ámbi-
tivo de socios en favor de asalariados to de Bizkaia pero que merece una aten-
eventuales. ción particular. En último lugar, se presen-
tará una serie conclusiones y propuestas a
g) La popularidad del modelo EFQM de
futuro para un avance relevante de la RSE
excelencia en la gestión. Por último,
en la CAPV.
cabe destacar la enorme popularidad
que el modelo EFQM de excelencia
en la gestión tiene entre las empre-
2. LAS EMPRESAS VASCAS Y
sas vascas. Éstas han copado buena
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
parte de los premios europeos de ca-
EMPRESARIAL
lidad, lo que se suma al creciente nú-
mero de las que han obtenido el dis-
2.1. La percepción de las empresas
tintivo Q de plata o de oro. El modelo
vascas ante la responsabilidad
EFQM incorpora numerosas cues-
social empresarial
tiones que pueden se pueden rela-
cionar con la RSE y, por tanto, está
Para presentar cuál es la percepción
siendo una palanca de impulso privi-
de las empresas vascas ante la RSE y po-
legiada de la RSE en las empresas.
derla comparar en el apartado siguiente
De lo anterior se deduce que hay carac- con el desempeño real del tejido empre-
terísticas en la CAPV que crean un contex- sarial vasco, se van a utilizar sendos es-
to particular para el acercamiento a la RSE tudios4 realizados en 2004 por Gizartek,
y que permiten afirmar que existe «terre- equipo de investigación del Departamento
no abonado» para que las empresas opten de Sociología de la Universidad del País
por orientar sus prácticas hacia la respon- Vasco. En uno de ellos se analizan em-
sabilidad con la sociedad y el entorno. presas principalmente de tamaño superior
El contexto presentado sirve de trasfon-
4 La referencia de ambos estudios aparece en la
do para el recorrido propuesto en este ar-
bibliografía. Ambos se basan en dos cuestionarios de
temática similar, aunque en el caso del estudio de las
pymes de Bizkaia, por las características propias de
3 MCC - Mondragón Corporación Cooperativa. las pymes, la extensión era menor.
Arantza Echaniz Barrondo, Jone Gurrea Iza, Jorge Berezo Díez, Olga Gómez Gerbolés
Gráfico n.o 1
Acciones que las empresas vascas identifican con la RSE
(% de identificación para cada acción)
189
interés, tal y como muestra el gráfico n.o 2 ¿Por qué deben incluir las empresas
que contiene el grado de preocupación de entre sus objetivos aquellas responsabili-
los agentes vinculados a la empresa, se- dades que vayan más allá de las estricta-
gún el punto de vista de los empresarios. mente económicas? La mayoría de las or-
Además, esta percepción se daba por ganizaciones no percibía claramente los
igual en todo tipo de empresas, con inde- beneficios de las políticas responsables.
pendencia de su tamaño o sector de acti- Al menos no en la consecución de benefi-
vidad. cios económicos a corto plazo. Un 12,8%
Arantza Echaniz Barrondo, Jone Gurrea Iza, Jorge Berezo Díez, Olga Gómez Gerbolés
Gráfico n.o 2
Preocupación de los grupos de interés por la RSE.
Empresas de la CAE
de las empresas percibía la RSE como fac- Percepción sobre el impulso de la RSE
tor de ventaja comparativa y un 35% creía en la CAPV
que el desarrollo de acciones de RSE po-
Las empresas identifican a las entidades
día suponer una mejora para su negocio.
públicas y a las asociaciones empresariales
Sin embargo, cuando se preguntaba si la
como los agentes más adecuados para el
RSE podía contribuir a mejorar el clima la-
impulso de la RSE, ya que en ambos casos
boral, un 91% se mostraba total o bastante
un 86,7% de las empresas opina que la RSE
de acuerdo con ello.
debe ser recomendada por estos agentes.
Muchas de las actividades desarrolla-
das por las empresas vascas se corres-
Estudio de la RSE en las pymes de Bizkaia
ponden con ámbitos parcial o totalmente
regulados. Es decir, las disposiciones nor- El análisis está basado en empresas
mativas han condicionado más el desarro- cuyo tamaño de la plantilla oscila entre los
llo de este concepto empresarial que las 6 y 99 empleados, con una intencionada
propias iniciativas empresariales. Especial- orientación hacia las empresas de los sec-
mente regulados están los ámbitos referi- tores de industria y construcción. En total
dos al medioambiente o al buen gobierno participaron 354 empresas en 2004 y 188
corporativo. en 2005.
Experiencia práctica de ámbito regional: el impulso a la responsabilidad social empresarial en el País Vasco
Gráfico n.o 3
Acciones que las pymes de Bizkaia identifican con la RSE
(% respuestas afirmativas)
92
94,7
82,3
91,9
87,7
90,8
81
87,4
64,8
85,9
30,8
83,5
56,6
76,5
62,3
71,4
80,2
61,5
30,1
52,1
2005 2004
Gráfico n.o 4
Preocupación de los grupos de interés por la RSE
(% respuestas negativas)
91,3
86,6 83,9
82,5 82,7
59,5
51,7
47,7 44,8 43,1
tema, con una evolución muy positi- a los poderes públicos y las asocia-
va desde 2004, tal y como muestra el ciones empresariales como los agen-
gráfico siguiente. tes idóneos para esta labor (88% y
61,4%, respectivamente), de observa
Respecto a los beneficios potencia-
un ligero cambio de opinión respecto
les de la RSE, el gráfico n.o 5 indica
a 2004 (80,7% y 79,8%).
que, en 2004, buena parte de las em-
presas relacionaba la RSE con la me-
jora de la imagen y de la relación con
2.2. El desempeño de las empresas
el entorno. Por el contrario el número
vascas en relación con
de empresas que atisba relación entre
su responsabilidad social
RSE y el incremento de los beneficios
económicos es muy reducido.
A modo de contraste con las percep-
— Percepción sobre el impulso de la ciones manifestadas por las empresas en
RSE en Bizkaia. Con relación a los los trabajos de investigación antes expues-
agentes que han de impulsar la reco- tos, se realiza ahora un pequeño ejercicio
mendación de la responsabilidad so- de recogida de datos respecto a la evolu-
cial, al igual que para el conjunto de la ción de algunos aspectos ligados a la RSE,
CAPV, las pymes de Bizkaia observan que permita reevaluar las impresiones que
Experiencia práctica de ámbito regional: el impulso a la responsabilidad social empresarial en el País Vasco
Gráfico n.o 5
Impactos potenciales de las acciones de RSE.
Pymes de Bizkaia
193
via limitación de medios para acercarse a la cuados para llevar adelante las actividades
gestión de la RSE muestra la necesidad del de fomento de la RSE.
fomento de la sostenibilidad empresarial en-
Por último, la evidente falta de presión
tre el colectivo de las pequeñas empresas.
por parte de los grupos de interés de las
Las motivaciones de las empresas en su empresas a favor de un comportamiento
eventual apuesta por la RSE no parecen socialmente responsable hace intuir una
venir dictadas por el argumento de nego- evidente necesidad de promoción y forma-
cio ni por la presión de los grupos de inte- ción en este campo, que propicie cambios
rés. Bien al contrario, son conscientes de sociológicos favorables hacia una mayor 195
que ya tienen un camino avanzado y están exigencia a las empresas en relación con
desarrollando acciones de responsabilidad sus impactos sociales y medioambientales.
con la sociedad y el medioambiente, pero
estas acciones se producen casi por gene-
ración espontánea debido a la gran identi- 3. INICIATIVAS Y AGENTES DE
dad de las empresas con su territorio y a la APOYO AL DESARROLLO DE
transferencia de los valores de las perso- LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
nas líderes o propietarias de las empresas. EMPRESARIAL EN LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO
A pesar de la aparentemente alta mo-
tivación de las empresas hacia la práctica
Vistas las claves para comprender y ana-
de la RSE éstas no encuentran facilidades
lizar las iniciativas de fomento de RSE en la
para integrar la RSE en su estrategia y sis-
CAPV en este apartado se tratará de res-
temas de gestión. La RSE no cuenta con
ponder a la siguiente pregunta: ¿Qué en-
referentes metodológicos claros, aunque
tidades e iniciativas existen con una espe-
en este aspecto la popularidad del modelo
cialización en el tema de la RSE, que están
EFQM entre las empresas vascas hace po-
contribuyendo de forma determinante a la
sible que éste sea una vía de acceso natu-
creación y difusión de una cultura respon-
ral hacia la responsabilidad empresarial.
sable en el tejido empresarial vasco?
La falta de referentes implica también una
Para dar respuesta a esta cuestión se
diversidad de interpretaciones de aspectos
utilizará el estudio realizado por el Foro
ligados al término RSE y la utilización de ese
«Ética, RSE y Gestión»9 del Cluster del Co-
mismo término para publicitar actividades
que se desarrollan en algún campo particu-
lar de lo que se puede entender que englo- 9 Organizaciones que participan en el Foro: Beaz,
10 Dicho mapa, junto con las fichas de agentes de 12 Cabe la posibilidad de darse de alta como agen-
las que se hablará más adelante, se pueden consultar te de la «RED Ética, RSE y Gestión en el entorno de la
en la página Web del Cluster del Conocimiento: www. CAPV» rellenando un formulario en la Web del Cluster
portaldelagestion.com. del Conocimiento.
11 Se habla de «entorno de la CAPV» porque, aun- 13 Cada ficha tiene la siguiente estructura: datos de
que la mayoría de las organizaciones incorporadas la empresa; actividad; acciones relacionadas con la
pertenecen a los tres territorios vascos, también se RSE (estudios e investigaciones, difusión/sensibiliza-
ha contactado organizaciones de comunidades limí- ción, formación/capacitación, implantación / consulto-
trofes. ría, apoyos/ subvenciones).
Experiencia práctica de ámbito regional: el impulso a la responsabilidad social empresarial en el País Vasco
Cuadro n.o 1
Agentes agrupados por territorios
Total de organizaciones: 43
Cuadro n.o 2
Agentes agrupados por tipos
Nodos tractores 5 4 1
Instituciones públicas y otros organismos de apoyo 6 3 2 1
Universidad, centros de investigación y formación 4 2 2
Asociaciones empresariales y otras agrupaciones 9 7 2 2
Consultoras 10 7 2 1
ONG 7 4 2 1
Medios de comunicación 1 1
Cuadro n.o 3
Tipos de iniciativas y actuaciones
Número
Nodos tractores 4
Estudios e investigaciones 29
Difusión y sensibilización 32
Formación/capacitación 24
Implantación/ consultoría 19
Premios, reconocimientos, certificaciones 11
Financiación/recursos 4
Instituciones Públicas y otros organismos tán abriendo hueco como redes locales de
de apoyo, 6. Es digna de mención la figura apoyo al desarrollo de la RSE, que a su vez
de los nodos tractores14 que, si bien no es- están integradas por diferentes agentes.
tán constituidos como empresas o agrupa-
Los tipos de iniciativas y actuaciones
ción ni disponen de entidad jurídica, se es-
que los agentes manifestaban haber pues-
to en marcha en el periodo 2004 y 2005 se
14 Con el concepto nodos tractores se hace refe-
ciones de difusión y sensibilización, 32, se- Por último, el cuadro n.o 4 presenta los
guido de cerca por la elaboración de estu- enfoques y contenidos en los que las or-
dios e investigaciones, 29. También tienen ganizaciones declaran trabajar, así como
bastante fuerza las relacionadas con la for- las prácticas que promueven. Casi la tota-
mación y capacitación, 24, y las orientadas lidad de las organizaciones afirmaban lle-
a promover la consultoría y desarrollo de var a cabo acciones orientadas a promover
acciones de responsabilidad social, 19. la práctica de la RSE en su globalidad, 42.
199
Cuadro n.o 4
Ámbitos de iniciativas y actuaciones
Dinámicas Generales
Generales 42
Dinámicas de RSE ligadas al «buen gobierno»
Gobierno corporativo 1
Planes de relación con stakeholders 1
Transparencia 5
Comunicación sostenible 1
Memorias de RSE y sostenibilidad 1
Medición de la contribución empresarial a la comunidad 1
Verificación y aseguramiento de memorias de RSE y sostenibilidad 1
Dinámicas internas de RSE
Desarrollo de personas 14
Conciliación de la vida personal, familiar y laboral 1
Participación de los trabajadores en la empresa 15
Fomento de políticas no discriminatorias o de igualdad entre hombres y mujeres 13
Salud y seguridad laboral 7
Integración de colectivos desfavorecidos 10
Empleabilidad 1
Aspectos lingüísticos 7
Medio ambiente 17
Dinámicas externas de RSE
Consumo responsable 9
Inversión socialmente responsable 4
Cooperación al desarrollo 1
Planes de Fundraising (recaudación de fondos) 1
Agrupación/Asociacionismo 1
En cuanto a los ámbitos concretos, predo- no existe una estrategia territorial con-
minan aquellos relacionados con la dimen- junta de promoción de la RSE.
sión interna de la RSE. Se comprueba que
— Se percibe compromiso y apoyo al
hay determinadas acciones que únicamen-
desarrollo de iniciativas de RSE en al-
te eran desarrolladas por agentes especia-
gunos entes locales, particularmente
lizados en dicho ámbito.
agencias de desarrollo local, centra-
dos en la difusión y sensibilización en-
tre las empresas de su comarca.
3.2. Discusión del mapa de agentes
— Por lo que respecta a las asociacio-
A la vista de la información facilitada por nes empresariales, excepto en el caso
los distintos agentes, se pueden extraer al- de CEBEK, que ha hecho explícito su
gunas observaciones o conclusiones sobre compromiso en el desarrollo de la RSE,
los agentes y las iniciativas de apoyo a la no se observan iniciativas al respecto.
RSE en el entorno de la CAPV.
— En el caso de asociaciones sectoria-
Sobre la distribución territorial: les como ASLE, ACLIMA y GAIA, se
— Bizkaia recoge un número de agentes constata, por medio de las actuacio-
activos y de iniciativas abordadas ma- nes que están poniendo en marcha,
yor que el resto de territorios tanto en un apoyo activo a la implantación de
cifras totales como en proporción con la RSE en las empresas que se en-
respecto a su peso económico y po- cuentran bajo su influencia. Las Cá-
blacional. maras de Comercio son activas en
cuanto a la difusión y sensibilización
— Como se ha apuntado, el domici- pero de forma prudente en cuanto al
lio social no siempre coincide con el impulso activo de la RSE entre sus
ámbito de actuación y de impacto de empresas asociadas.
algunos de los agentes. Es el caso
de los Cluster, consultoras y univer- — Los sindicatos no aparecen con un
sidades. papel activo en este debate, excep-
tuando CC.OO. de Euskadi, que par-
Sobre la presencia y compromiso de los
ticipa en Xertatu y que traslada el po-
diferentes tipos de agentes de apoyo:
sicionamiento de este sindicato en el
— Se observa que las instituciones vas- ámbito estatal.
cas se muestran a la expectativa, con
— Las empresas de consultoría están
presencia en diferentes iniciativas lle-
muy presentes. Se entiende que mo-
vadas a cabo por agentes pero sin
tivadas en buena medida por las ex-
formalizar un compromiso expreso.
pectativas de negocio que el de-
La excepción a esta observación es
sarrollo de la RSE puede suponer. Sin
el caso de la Diputación Foral de Biz-
embargo, dada la situación presen-
kaia15, aunque incluso en este caso
te del mercado, en la que la apues-
ta por la RSE se limita a las grandes
15 Esto se desarrollará en el siguiente apartado al empresas, y que está copado en bue-
presentar Xertatu. na parte por empresas de consultoría
Experiencia práctica de ámbito regional: el impulso a la responsabilidad social empresarial en el País Vasco
dades están disponibles libremente en la web www. los gobiernos regionales en la pro-
xertatu.net moción de la RSE.
Arantza Echaniz Barrondo, Jone Gurrea Iza, Jorge Berezo Díez, Olga Gómez Gerbolés
tivos, formulaciones, teorías, etc. que, sin ta clara por un modelo de empresa
embargo, no consiguen elaborar un len- más responsable con la sociedad y el
guaje común y fácilmente comprensible medioambiente.
por las empresas, particularmente por las
— La concreción del concepto. Es de-
empresas más pequeñas.
cir, hay que hacer de la RSE algo tan-
Y a pesar de este formidable laberinto, gible por parte de las empresas, me-
la RSE se está abriendo paso entre las em- diante la disposición de herramientas
presas. Cierto es que los pasos que se es- de gestión, modelos de referencia y
tán dando son más notorios en el terreno buenas prácticas empresariales que 205
de las palabras que en el de los hechos; permitan a las empresas y la ciudada-
pero también es cierto que la RSE pare- nía en general visualizar el camino a
ce que está dejando de ser el «tema de seguir por las empresas que se com-
moda» en los círculos empresariales para prometen con su entorno. En este
transformarse en una realidad que ha llega- sentido es particularmente importan-
do para quedarse. te ganar credibilidad y prestigio para
el propio concepto RSE que, dada su
Este fenómeno evidencia que la RSE es obtusa utilización por algunas empre-
un concepto en formación. Sobre RSE no sas y otros agentes sociales, se viene
existe un corpus teórico que suscite un am- identificando generalmente más como
plio acuerdo, ni se han desarrollado mo- una herramienta de marketing que
delos de praxis suficientemente aceptados como un verdadero cambio en la ma-
que permitan encaminar en una dirección nera de entender la empresa.
clara las actuaciones individuales de las
empresas. Pero lo que sí existe es un enor- — La identificación y posterior difusión
me interés desde todo tipo de agentes y or- de buenas prácticas en RSE en la
ganizaciones, porque se intuye que detrás CAPV, así como fuera de ella, tanto
de este concepto se sitúa un fenómeno de en el ámbito estatal como internacio-
más calado: un cuestionamiento de la rela- nal, serviría de modelo y acicate para
ción entre empresa y sociedad. las empresas preocupadas por su re-
lación con la sociedad.
Por tanto, los retos de futuro pasan
por tender hacia la institucionalización de — Facilitar el acercamiento de las em-
la RSE como una práctica comúnmente presas a la RSE, siendo conscientes
de que el camino a seguir será largo
aceptada y presente no sólo en el vocabu-
dado que implica no sólo un cambio
lario sino en la práctica diaria de las empre-
en la gestión de las empresas sino
sas vascas.
pasos hacia un verdadero cambio so-
Para ello existen algunos factores que ciológico sobre la percepción que la
se antojan muy importantes para que se ciudadanía tiene de las empresas y su
produzcan avances relevantes en nuestro papel en la sociedad.
entorno:
— Propiciar los cambios en los valores
— La presencia en el discurso de las ins- sociales que permitan la modificación
tituciones políticas, particularmente de las expectativas y exigencias de
del Gobierno vasco, de una apues- las personas hacia las empresas, me-
Arantza Echaniz Barrondo, Jone Gurrea Iza, Jorge Berezo Díez, Olga Gómez Gerbolés
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CLUSTER DEL CONOCIMIENTO (2006): Coordenadas UNCETA, A. y otros (2005): RSEPV: Responsabilidad
para la gestión ética en el entorno de la CAPV. Social Corporativa en el País Vasco. Eusko Jau-
Cluster del Conocimiento. Bilbao. laritza-Gobierno Vasco. Vitoria.
DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA-DEPARTAMENTO DE INNO- XERTATU:ADI (2006): Metodología de mejora con-
VACIÓN Y PROMOCIÓN ECONÓMICA (2005): Informe tinua en Responsabilidad Social Empresarial.
Económico. Bizkaia 2005. Bilbao. Departamento de Innovación y Promoción
UNCETA, A. y GURREA, J. (2005): RSEPYB: Respon- Económica de la Diputación Foral de Bizkaia.
Bilbao. 207
sabilidad Social Corporativa en las Pymes de
Bizkaia. Bizkaiko Foru Aldundia- Diputación Foral
de Bizkaia. Bilbao.
Responsabilidad social
y organizaciones no lucrativas
208
Las Organizaciones No Lucrativas (ONL) presentan rasgos que desde su origen, fines y funcio-
namiento están muy próximos a los que se consideran como básicos cuando se habla de la
responsabilidad social de la empresa (RSE). Pero ¿esto es suficiente para que las ONL sean con-
sideradas socialmente responsables?, o debido a su papel, en muchos casos, como proveedoras
de bienes públicos y generadoras de beneficios colectivos ¿deberían cumplir con «obligaciones»
y condiciones más exigentes?, o ¿las condiciones exigidas a la empresas sobre responsabilidad
social corporativa (RSC) deberían ser las mismas que para las ONL?
Non profitable organizations (NPO) have several characteristics that from their own origin, purpose
and operation are very closed to those considered basic when it comes to Business for Social
Responsibility (BSR). But, is this enough to consider NPO socially responsible? or because of their
role of public goods and collective benefit providers, should they fulfill more demanding «duties» and
conditions? or should the BSR conditions requested to companies be exactly the same as to NPO?
ÍNDICE
1. Introducción
2. Las organizaciones no lucrativas: concepto y funciones 209
3. Responsabilidad social y organizaciones no lucrativas
4. Dos escenarios especiales: las organizaciones no gubernamentales internacionales
y el mercado de los donantes
5. Conclusiones
Referencias bibliográficas
Palabras clave: Responsabilidad social, Organizaciones no lucrativas, capital social
regula a las Cajas de Ahorros6 indica espe- bajadores bajo la condición de sin ánimo
cíficamente que estas son «ajenas al lucro de lucro9.
mercantil» al igual que las mutualidades7,
En tercer lugar, los «campos de activi-
mientras que las cooperativas presentan
dad» de las ONL abarcan un amplio abani-
unas características especiales. No hay
co de sectores predominando los servicios
duda en cuanto a las cooperativas de ini-
de carácter público o cuasi-público. Según
ciativa social, puesto que ya son definidas
la clasificación propuesta desde el Centro
sin ánimo de lucro,8 pero con respecto al
de Estudios de la Universidad John Hopkins
resto de tipologías de cooperativas su de-
(1992) los sectores de actividad de las ONL
finición como organizaciones no lucrativas
abarcan: los servicios de cultura, ocio, edu-
ha sido más discutida (Ruiz Olabuénaga
cación, sanidad, cooperación internacional,
2000; Barea y Monzón, 2006, Evers y La-
derechos civiles, desarrollo económico y so-
ville, 2004, Chaves y Monzón, 2001). En
cial, política, entre otros. Asimismo, también,
todo caso, en las cooperativas hay una li-
encontramos a ONL en actividades econó-
mitación del reparto del beneficio que se
micas tradicionales de mercado tanto en el
debe circunscribir a la actividad (trabajo/
sector agrario, industrial o de servicios.
participación) en la cooperativa y no so-
bre el capital aportado como en otras figu- Finalmente, el cuarto factor que justifi-
ras empresariales. Asimismo, las empresas ca la complejidad de estas entidades es
de inserción son otra realidad en proceso la «variedad de los grupos de interés» re-
de maduración que ya tienen experiencia lacionados con las ONL y que, en algunos
y han demostrado sus resultados. Estas casos, puede ser más compleja que para
entidades están pendientes de disponer la empresa. Esto se puede observar tan-
de una legislación estatal pero en la prác- to en una gran Organización No Guberna-
tica, mediante decretos y algunas leyes mental para el Desarrollo (ONGD), como en
de comunidades autónomas se exige que una pequeña empresa de inserción. Los di-
su forma jurídica sea sociedad limitada o ferentes grupos de interés en estos casos
cooperativa, sus promotores han de ser son los habituales de la empresa, clientes-
entidades no lucrativas y sus fines han de usuarios, trabajadores, socios (propieta-
ser la inserción social y laboral de los tra- rios), proveedores, comunidad local y so-
ciedad, a los que hay que añadir, donantes
6 Ley 31/1985, de 2 de agosto, de Regulación de
(particulares, empresas y administración
las Normas Básicas sobre Órganos Rectores de las pública), voluntarios (colaboradores pun-
Cajas de Ahorros. tuales, permanentes), organizaciones co-
7 En este caso incluimos las mutuas, y mutualida-
2065/1974, de 30 de mayo —arts. 202 a 207—). de difícil ubicación como son las sociedades anóni-
8 Art. 106 Ley 27/1999, de 16 de julio, de Coope- mas no lucrativas creadas para actividades económi-
rativas. cas especiales.
Responsabilidad social y organizaciones no lucrativas
pendiente la reflexión sobre cuál es el be- nos descubren que son capaces de orga-
neficio razonable en las ONL10. nizarse para realizar proyectos con especial
interés para ellos y para la comunidad. Esto
Tomando como base esta definición la si-
es, propone la existencia de un nuevo para-
guiente cuestión a plantear en este aparta-
digma, de modo que las ONL tienen un pa-
do es delimitar el papel o las funciones que
pel fundamental en la gestión de determi-
las ONL desarrollan en una sociedad. Desde
nados bienes y servicios públicos y con una
la economía se ha tratado de dar una expli-
gran influencia en el proceso político públi-
cación a la existencia de este tipo de orga-
co. La base de este paradigma es que las
nizaciones y el papel que desempeña. Las
ONL se crean por una decisión «racional»
teorías económicas sobre las ONL justifican
de un grupo de personas con intereses co-
su existencia por los fallos del sector públi-
munes dónde la obtención de lucro perso-
co y los fallos del mercado. Esto es, se con-
nal no es la razón fundamental, y que tienen
sidera al sector no lucrativo como un sector
capacidad para influir en las decisiones de
residual que mitiga las ineficiencias de otros.
la utilización, conservación, asignación de
Así, las ONL surgen, por un lado, para pro-
recursos públicos, donde se generan redes
veer de bienes y servicios públicos lo que el
sociales que configuran normas, expectati-
Estado no produce en suficiente cantidad y
vas, reciprocidad, comunicación y confian-
diversidad —los servicios sociales y la edu-
za generalizada11. Asimismo, se considera
cación son un claro ejemplo en España—,
que la sociedad o una comunidad delega
y por otro, para resolver los problemas de
en un grupo de personas la gestión12 de
información asimétrica que se producen en
determinados recursos y bienes públicos
el mercado en la provisión de determina-
para que a través de sus decisiones y ac-
dos servicios y colectivos (Weisbrod (1975),
tuaciones se beneficie la comunidad13.
Ben-Ner, (1986) y Hansmann (1980) Mor-
ley (2006)). Es decir, estas teorías propo- Al destacar el término racional se pre-
nen que el papel de las ONL es ser princi- tende recordar que en la economía cuan-
palmente proveedoras de bienes y servicios do se hace referencia a las «expectativas
que los otros dos sectores (empresa y sec- racionales» de las personas también caben
tor público) no satisfacen por lo que se fun- las motivaciones que no necesariamen-
ción económica principal es la producción y te busquen solo «ganar» o conseguir una
provisión de servicios para colectivos y bie- compensación monetaria sino que como
nes específicos. ya recordaba Adam Smith, o como propo-
Sin embargo, Bryce (2006) realiza una
11 Bryce se apoya en la abundante bibliografía que
propuesta mucho más sugerente. El autor considera las ONL como uno de las bases de la crea-
plantea que en todas las comunidades-so- ción de capital social: Putnam (2000), Alesina y La Fe-
ciedades existen ONL, que no son creadas, rrara (2000), Offe y Fuchs (2003), Boix y Posner (2000),
Jordana (2000) y Newton (1999), entre otros.
solamente, porque el sector público o las 12 Se podría decir que delega en las ONL algunos
empresas fallan, si no porque los ciudada- «asuntos públicos» ya que lo público no es patrimonio
de las administraciones públicas.
13 El beneficio de la comunidad se produce direc-
ne Bourdieu (1986) existe también la eco- que sus recursos pertenecen a la sociedad
nomía desinteresada14. La propuesta de en general y se delega la gestión de dichos
Bryce introduce una perspectiva comple- recursos entre los gestores, promotores-
mentaria a las teorías económicas previas miembros de estas organizaciones. Asimis-
enfatizando en las razones altruistas y los mo, la idea de propiedad colectiva está rela-
beneficios colectivos derivados de las ac- cionada con el destino del patrimonio en el
tuaciones de las ONL. momento de la disolución. Según el marco
legal a la hora de la disolución de la entidad,
A continuación se señalan algunos nexos
el patrimonio no puede ser repartido entre 213
de unión entre la propuesta de Bryce con
los promotores-miembros y debe destinarse
las teorías económicas tradicionales y con
a otras organizaciones con fines similares.
el contexto donde se desarrollan las ONL:
1) la cuestión de la propiedad colectiva de En segundo lugar, la prohibición del re-
las ONL; 2) la prohibición del reparto del parto del beneficio es una garantía para la
beneficio como un incentivo a la eficiencia; asignación eficiente de los recursos. Sin
y 3) las externalidades y beneficios públi- embargo, esta afirmación es contradicto-
cos de las ONL. ria con los supuestos tradicionales de la
economía, ya que, según estos, la búsque-
En primer lugar se aborda la cuestión de
da de beneficio personal es el motor de
la propiedad colectiva de las ONL. La pro-
la asignación eficiente de los recursos y si
puesta de Bryce consistente en que las
esta condición se ve modificada puede ser
ONL son el resultado de la delegación de
origen de ineficiencias por la falta de moti-
los recursos públicos de una comunidad/
vación de los miembros de la organización.
sociedad se ve reforzada desde la teoría de
Además la relación propuesta por Bryce
los derechos de propiedad. Según la teoría
de delegación de la sociedad en las ONL
de los derechos de propiedad en el caso
va a producir una relación de agencia16 en-
de las ONL, los tres derechos se encuen-
tre la sociedad (principal) y la ONL (agente)
tran atenuados o modificados. Es decir, la
de forma que la sociedad pierde capacidad
propiedad está limitada y puede entender-
de control en la gestión de sus recursos
se que no existen propietarios (Hansmann,
y bienes públicos. Simultáneamente, de-
1996). Por ello, no existen mercados en los
pendiendo del tamaño de la organización,
que vender la «propiedad» correspondien-
la separación entre promotores-miembros
te a los miembros de una asociación, o de
(principal)-directivos (agente) va ser similar
una fundación o de una caja de ahorros15.
a la de las grandes corporaciones (Fama y
Esto puede entenderse como que las Jensen, 1983a y 1983b) con una mayor re-
ONL no tienen propietarios particulares ya percusión en el caso de las ONL debido a
la inexistencia de mercado de la propiedad puesto por Bryce es más positivo que las
que discipline a los equipos directivos y les teorías económicas tradicionales sobre las
haga gestionar eficazmente aunque en mu- ONL y se suma a otras propuestas que, en
chos casos no existen estándares externos términos generales, consideran que la par-
con los que comparar los resultados. Estos ticipación en ONL genera beneficios socia-
argumentos dificultan el que las ONL vayan les, incrementa el capital humano mediante
a ser eficientes. la transferencia de conocimientos, influye
positivamente en la confianza interpersonal
No obstante, a pesar de todas estas difi-
a través de la interacción entre los miem-
cultades los trabajadores, gestores, donan-
bros de la ONL y al mismo tiempo favore-
tes, miembros y voluntarios de estas orga-
ce la participación política. Entre otros au-
nizaciones presentan mayores incentivos y
tores, Hooghe (2003) argumenta que las
una elevada motivación a utilizar adecua-
asociaciones voluntarias tienen una impor-
damente los recursos y a controlar la asig-
tancia crucial en el establecimiento de una
nación eficiente de los recursos que en una
cultura democrática. Smith et al. (2004)
gran corporación (Williamson, 1983). De ahí
sugiere que la interacción social en las or-
que la propia motivación no lucrativa de los
ganizaciones voluntarias desarrolla en las
miembros de la entidad es uno de los sis-
personas asumir valores y actitudes coo-
temas de control específico de este tipo de
perativas y democráticas. En general, este
organizaciones, ya que esta situación difí-
conjunto de trabajos propone que el de-
cilmente puede reproducirse en la empresa
sarrollo, la prosperidad y la cohesión social
privada o pública donde las motivaciones
de una sociedad están directamente rela-
de los individuos integrantes son otras. Este
cionados con la naturaleza, vitalidad y den-
aspecto es resaltado por Alchian y Demsetz
sidad de la vida asociativa17. Se trata de las
(1972) al considerar que las ONL son espe-
aportaciones derivadas de las teorías sobre
cialmente apropiadas en entornos donde
el capital social18 donde una de las fuentes
el oportunismo no es deseado y como res-
que crea capital social son las ONL.
puesta en mercados cuya demanda no es
deseable para la empresa lucrativa. Hans- En resumen, se puede afirmar que las
mann (1980) reafirma esta idea al considerar ONL desarrollan dos funciones: 1) como
que las ONL se crean y sobreviven en sec-
tores donde los fallos del mercado les pro- 17 Con respecto a la exención de impuestos, la ac-
porcionan una ventaja comparativa frente tividad no lucrativa está exenta de la mayoría de im-
a otro tipo de organizaciones. Esta ventaja puestos y la actividad cooperativizada tiene también
un tratamiento muy favorable. Mientras, si la ONL rea-
comparativa se deriva de la atenuación de liza actividades de carácter lucrativo que no revierten
los derechos de propiedad, esto es, la con- en la actividad principal o se realiza actividades extra-
cooperativa el tratamiento fiscal es similar que para la
dición de no distribución de beneficios es el empresa. Es decir, desde el punto de vista impositi-
garante contractual de los usuarios de estas vo, las actividades propias de las ONL se reconocen
entidades en contextos de información asi- como actividades de interés general cuyos efectos
se distribuyen en la población o colectivos de espe-
métrica y elevados costes de control. cial interés, por lo que están exentas de la mayoría de
los impuestos aplicados a las actividades lucrativas-
En tercer lugar la generación de exter- empresariales. La empresa también recibe exencio-
nalidades y beneficios públicos por parte nes fiscales por realizar actividades de interés general
y por dedicar fondos o recursos a entidades sin fines
de las ONL es una cuestión reconocida por de lucro, Ley 49/2002.
la mayoría de los autores. El enfoque pro- 18 (Putnam, 2000, Coleman 1988).
Responsabilidad social y organizaciones no lucrativas
de circunscribir al interés general21. En las las ONL (a las cuales se les considera fuera
cooperativas, la Alianza Cooperativa In- de las duras leyes del mercado o paliadoras
ternacional exige que los valores que defi- de las consecuencias del mercado). Este
nen a las cooperativas son «la autoayuda, sistema de mercado, más bien sociedad
la auto-responsabilidad, la democracia, la de mercado, se expande con un elemento
igualdad, la equidad y la solidaridad. En extremadamente atractivo: el consumo. En
la tradición de sus fundadores, los socios este modelo económico hay ONL que se
cooperativos hacen suyos los valores éti- han visto obligadas a insertarse en él para
cos de la honestidad, la transparencia, la sobrevivir debido a la elevada competencia
responsabilidad y la vocación social». Y es- a la hora de obtener suficiente financiación.
tos principios deben guiar el trabajo diario Estas ONL se han visto obligadas a pactar
de las cooperativas de todo tipo de ámbi- con las reglas del mercado ya sea captan-
tos, agrícolas, industriales o de servicios, do fondos que a su vez fomentan el con-
de vivienda, de consumidores, de ense- sumo y/o aceptando fondos de empresas
ñanza22. Es decir, los principios coopera- con las que tal vez tienen poco en común.
tivos son señas de identidad que se man- La cuestión de la financiación va a ser un
tienen en el tiempo y que reflejan un modo elemento sustancial pero también el modo
de actuación propio del cooperativismo de posicionarse y reforzar las estrategias
en cualquier país. En este sentido Castro para afrontar los problemas y el desarrollo
(2006) generaliza que para todas las enti- de los objetivos de la ONL.
dades integrantes de la Economía Social
se promueve un modelo basado en la soli- Así, en un primer paso, un elemento a
daridad, cohesión, equidad e inserción so- tener en cuenta es que las ONL están en
cial muy cercano a lo que se puede deno- diálogo con las condiciones del sistema,
minar «responsabilidad social». son parte de él y en otros muchos casos
también se enfrentan. Por lo que, se reco-
No obstante, las ONL se crean por per- nocen tres posiciones de las ONL ante el
sonas que forman parte de un mismo sis- mercado (Bellostas et al. 2002):
tema social que tiene códigos de funciona-
miento diferentes para el mercado y para — Como paliadoras de los fallos del sis-
tema: atienden las situaciones socia-
les que la oferta ya no atiende. No se
21 «Fines de interés general: los de defensa de los formulan críticas, la tarea prioritaria es
derechos humanos, de las víctimas del terrorismo y poner parches al sistema, se trata de
actos violentos, los de asistencia social e inclusión
social, cívicos, educativos, culturales, científicos, de- mitigar y aliviar las consecuecias.
portivos, sanitarios, laborales, de fortalecimiento ins-
titucional, de cooperación para el desarrollo, de pro- — Son el resultado de un pacto con el
moción del voluntariado, de promoción de la acción sistema: se insertan en él, sin cues-
social, de defensa del medio ambiente, de promoción
y atención a las personas en riesgo de exclusión por tionar, ni paliar, es la arena en la que
razones físicas, económicas o culturales, de promo- se juegan su prestigio compitiendo
ción de los valores constitucionales y defensa de los
con otros. Pactan con las estructu-
principios democráticos, de fomento de la tolerancia,
de fomento de la economía social, de desarrollo de la ras socioeconómicas existentes, de
sociedad de la información, o de investigación científi- tal modo que se adaptan al statu quo
ca y desarrollo tecnológico». Artículo 3, Ley 49/2002.
22 Principios cooperativos en la Alianza Cooperativa generando una red que convive y asu-
Internacional http://www.coop.org/es/index.html me perfectamente las disonancias.
Responsabilidad social y organizaciones no lucrativas
Por otro lado, las teorías sobre el ca- Segundo, desde el papel de activos so-
pital social señalan que las ONL pueden ciales que generan beneficios sociales co-
ser creadoras de capital social. Si se sigue lectivos (Marcuello et al. 2007), habrá que
la línea argumental del Banco Mundial la valorar los fines y su funcionamiento de las 217
«confianza y buena voluntad para coope- ONL y su capacidad para ser socialmen-
rar permite a las personas formar grupos y te responsable. Desde el punto de vista de
asociaciones, con lo que facilita conseguir sus fines:
objetivos compartidos». Por lo que, es de 1. Sus objetivos y orígenes: habrá que
esperar que un modelo de gestión y funcio- distinguir si la organización es solo
namiento de las ONL donde se fomentan una mera productora de servicios o
relaciones, dentro y hacia fuera, basadas sus fines adoptan una posición que
en la confianza y la buena voluntad para transciende más allá de los servicios
cooperar hará que estas entidades alcan- e ideas y se propone la búsqueda de
cen los objetivos propuestos, esto es, ge- la justicia social. Esto es, diremos que
nerarán más capital social y cohesión so- una ONL será más socialmente res-
cial. Sin embargo, otro problema planteado ponsable cuando actúa en el sistema
es que, también, a través de los grupos y social para transformar a una mejor
las ONL es posible promover un capital so- sociedad con una visión a largo plazo.
cial negativo o perverso, es decir, un fuer-
te tejido social no es sinónimo de una so- 2. Sus promotores y destinatarios: si la
ciedad saludable cuando los vínculos que organización es un medio para ten-
«atan» a los miembros de una entidad sir- der puentes entre las necesidades y
ven para excluir y separarse de los «otros». las soluciones entre personas.
Esto es lo que han llamado conjunto de re- Desde el punto de vista de su funciona-
laciones entre pares —iguales— o conjun- miento y gestión:
to de relaciones que tienden puentes entre
los «diferentes», esto es, entre clases, entre 1. El alcance: desde los postulados ini-
razas, entre pobres y ricos. ciales y los resultados de sus activida-
des, será más beneficiosa socialmen-
Teniendo en cuenta las cuestiones an- te si repercuten en «otros» en lugar de
teriores diremos que una ONL es social- quedarse en un «para sí» cerrado.
mente responsable a partir de las dos fun-
ciones planteadas en el apartado anterior y
23 Desde su papel como proveedora de servicios
atendiendo a las siguientes condiciones. deben darse las mismas condiciones que para la em-
presa. La búsqueda de un desarrollo sostenible exi-
Primero, como condición necesaria, una ge a la ONL el diálogo con los grupos de interés y
ONL será socialmente responsable si utili- la incorporación de las preocupaciones, medioam-
bientales y sociales ya habituales: derechos huma-
za adecuadamente los recursos que dispo- nos, laborales calidad del producto (trabajo, mercado,
ne. La utilización adecuada de los recursos medioambiente y comunidad).
Carmen Marcuello Servós
casi una misma voz y, en otras, pueden relaciones con la empresa, ya sea como
estar representando intereses opuestos o interlocutora o como certificadora, se es-
complementarios. Un ejemplo es el caso tablezcan a partir de los intereses de la so-
de la política medioambiental de la empre- ciedad/comunidad y no de las necesida-
sa. El cumplimiento de la ley y disponer des financieras de la ONL.
de certificaciones externas puede no ser
suficiente para asegurar unas actuaciones
respetuosas con el medioambiente en de-
3.2. La confianza, la transparencia
terminados lugares. El diálogo con ONL 219
y las organizaciones no lucrativas
especializadas en ecologismo y defensa
del medioambiente locales puede garan-
El apartado anterior nos lleva a destacar
tizar un mayor equilibrio y mejoras para la
otro elemento sustancial: la confianza. Las
colectividad.
ONL necesitan para desempeñar su tarea
En el segundo caso, el papel que se que la sociedad, socios, donantes, colabo-
otorga a las ONL es de ser vigilantes e in- radores, instituciones públicas confíen en
cluso certificadoras de los compromisos de ellas. En algunos casos, es más que com-
la empresa. Aquí las relaciones estableci- plicado presentar cuantitativamente los re-
das son cuando menos complejas. Setem sultados obtenidos o incluso pueden pa-
a partir de su participación en la campaña recer tan escasos que es difícil justificar
internacional «Ropa Limpia» es una ONGD los recursos utilizados. En otros, como las
que ha actuado como vigilante de las po- ONG dedicadas a la Cooperación al De-
líticas de responsabilidad social corporati- sarrollo, los proyectos se realizan en otros
va en los talleres textiles que Inditex sub- países de modo que los costes de con-
contrata en Marruecos. El papel de Setem trol y evaluación de los resultados son muy
significa que representa tanto a los intere- elevados por lo que sólo queda confiar en
ses de los ciudadanos de España como a la ONGD.
los ciudadanos de Marruecos en el cum-
A pesar de estas desventajas, encon-
plimiento de compromisos de Inditex pero
tramos que en la mayoría de las encues-
con otras empresas.
tas en las que se pregunta por la confianza
En ambos casos la responsabilidad so- de los ciudadanos en diferentes institucio-
cial de las ONL va más allá de las cuestio- nes las ONG son las organizaciones mejor
nes exigidas en la responsabilidad social valoradas25 y esto ocurre tanto en Espa-
de las empresas. Los elementos plantea- ña como en otros países26. Las ONG son
dos en el apartado anterior de que la ONL
sea una entidad de proyección externa,
25 En el barómetro del CIS de octubre de 2006 en
permeable, participativa y transparente
la pregunta ¿En qué medida confía Ud. en cada tipo
son básicos. Y si pensamos en las fuen- de institución, en una escala de 0 a 10, en la que el 0
tes de financiación, la responsabilidad es significa «ninguna confianza» y el 10 «total confianza»?
mayor. Difícilmente es creíble una ONL que el valor dado a las ONG era de 5,9 frente al 4.3 de
las organizaciones empresariales, y la distribución del
«vigile» a la empresa que le paga, aunque los porcentajes con una valoración entre 7-10 era del
se esté haciendo con todas las posibles 37,9% para las ONG mientras que para las organiza-
ciones empresariales era de un 10,8%.
garantías. La independencia financiera de 26 Noviembre 2005 https://www.charity-commission.
ten que la ONL sea conocida por el conjun- sugiere la utilización de mecanismos inte-
to de la sociedad y no sólo por sus usuarios gradores y globales y la necesidad de ver
o partícipes favoreciendo la permeabilidad el proceso de rendir cuentas como un mo-
de la entidad y su capacidad de conocer y mento de aprendizaje para la entidad. Se-
atender a nuevas necesidades. La rendición gún Ebrahim el fin último de rendir cuentas
de cuentas es un acto de responsabilidad es aprender y mejorar.
en el que la ONL evalúa y comunica sus lo-
Así, de forma general, se puede enten-
gros, sus fallos y sus planes de mejora.
der la rendición de cuentas como un pro-
Si acudimos a la literatura académica el ceso en el cual la ONL debe decidir quié- 221
debate y la reflexión sobre la transparen- nes son los actores, tanto internos como
cia y la rendición de cuentas en el ámbi- externos, a los que debe rendir cuentas.
to de las ONL ha recibido gran atención29. Como ya hemos indicado al comienzo, los
Los enfoques son muy diversos pero todas grupos de interés de las ONL son nume-
parecen coincidir en definir la rendición de rosos en categorías y en número de per-
cuentas (accountability) como un concep- sonas afectadas por sus actuaciones. La
to relacional30 de modo que refleja las rela- ONL tendrá que establecer quiénes son los
ciones entre los actores de la organización responsables de llevar adelante el proce-
y el entorno social e institucional (Ebrahim, so y si se diseña permitiendo la participa-
2005). Así, se puede poner el acento en los ción de grupos de interés específicos. En
actores externos «la rendición de cuentas el cómo habrá que tener en cuenta si es un
son los medios por los que los individuos proceso de carácter interno/externo, cómo
y organizaciones informan a una autoridad se va a explicitar y si es un cumplimiento
reconocida (o autoridades) y se responsa- del marco legal, de la norma habitual o es
bilizan de sus acciones» (Edwards y Hulme, propio de la organización. Además, des-
1996, p. 967) o «proceso por el cual los ac- de un enfoque de responsabilidad social,
tores se responsabilizan de sus acciones» las ONL deberían facilitar la participación
(Fox y Brown, 1998, p. 12) mientras que de los grupos de interés, sobre todo, los
hay otro enfoque que propone que la ren- usuarios en la rendición de cuentas, dispo-
dición de cuentas tiene un carácter más in- ner de un proceso sistematizado y formali-
terno (Cornwall, Lucas y Pasteur, 2000). zado con proyección externa.
En todo caso, la rendición de cuentas
no puede reducirse solamente a la elabo-
ración de informes si no que es algo más, 4. DOS ESCENARIOS ESPECIALES:
es un proceso en el que hay que definir LAS ORGANIZACIONES
a quién rendir cuentas, quién lo hace y el NO GUBERNAMENTALES
cómo. Entre los diferentes textos destacan INTERNACIONALES Y EL
los de Ebrahim (2003) y (2005) como los MERCADO DE LOS DONANTES
más interesantes y clarificadores. El autor
Hasta el momento las cuestiones ante-
riores se han planteado de forma general
29 Brown y Moore (2001) Connolly y Hyndman
sobre el sector no lucrativo. En este apar-
(2004), Keating y Frumkin (2003), Najam (1996) y To-
rres y Pina (2003).
tado se van a destacar dos escenarios de
30 Ospina, Día y O’Sullivan (2002). actuación especiales:
Carmen Marcuello Servós
En este contexto, las estrategias son va- gente del Sur como objetos de nuestra pena
rias, pero en la medida que las ONL requie- y no como socios en el trabajo conjunto de
ren de más fondos privados, el mercado de desarrollo.
las donaciones cada vez es más competitivo
y hay que acudir a estrategias de «mercado» Este Código adoptado por una mayoría
para convencer y atraer a los donantes. Es- ONGD en España trata muchos otros temas
tas estrategias pueden llevar a situaciones y nos lleva a destacar la importancia del de-
no deseadas: 1) el aumento de los gastos sarrollo de códigos de conducta en otros
para captar fondos por encima de los gas- sectores como forma de establecer mode-
tos destinados a proyectos; o, 2) el incre- los de referencia y autorregulación no sólo
mento de la venta de servicios comerciales para la captación de fondos, sino para ase-
destinados exclusivamente para financiar la gurar la coherencia entre los medios y los fi-
actividad no lucrativa (Weisbrod, 1998). nes mencionada en el apartado anterior.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
FAMA, E. F. y JENSEN, M. C. (1983a): «Separation PUTNAM, R. (2000): Bowling Alone: the collapse
of ownership and control», Journal of Law and and revival of American community, Simon and
Economics, 26, pp. 301-325. Schuster, Nueva York.
FAMA, E. F. y JENSEN, M. C. (1983b): «Agency pro- RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2003): «El gobierno de
blems and residual claims», Journal of Law and la empresa: un enfoque alternativo», AKAL, Eco-
Economics, 26, pp. 327-350. nomía Actual.
FOX, J. A., y BROWN, L. D. (Eds.). (1998): The stru- ROSE-ACKERMAN S., (1996): «Altruism, Nonprofits,
ggle for accountability: The World Bank, NGOs, and Economics» The Journal of Economic Lite-
and grassroots movements. The MIT Press, rature 34, pp. 701-728.
Cambridge, MA. RUIZ OLABUENGA, J.I. (dir.) (2000): El sector no lucra-
HANSMANN, H. B. (1980): «The role of nonprofit enter- tivo en España, Fundación BBVA, Bilbao.
227
prise», The Yale Law Journal, 89(5), pp. 835-901. RUIZ OLABUENGA, J.I. (dir.)(2006): El sector no lucra-
tivo en España. Una visión reciente, Fundación
HANSMANN, H. B. (1987): «Economic Theories of
BBVA, Bilbao.
Nonprofit Organization», in The Nonprofit Sector.
A Research Handbook, W. W. Powell (ed.), Yale SALAMON et al. (2001): La sociedad civil global. Las
University Press, New Haven. dimensiones del sector no lucrativo, Fundación
BBVA, Madrid.
HANSMANN, H. B. (1996): The Ownership of Enter-
prise, Harvard University Press, Cambridge, MA. SALAMON, L. M. y ANHEIER, H. K. (1992) «In search
of the nonprofit sector II: The problem of classi-
HERRANZ BASCONES, R. (2005): «Las Organizaciones fication», Working Papers Number 3, The Johns
no Gubernamentales», AECA. Hopkins University, Institute for Policy Studies.
HOOGHE, M. (2003): «Participation in voluntary as- SALAMON, L. M. y SOKOLOWSKI, S.W. y asociados
sociations and value indicators: the effect of cu- (2004): Global Civil Society. Dimensions of the
rrent and previous participation experiences», Nonprofit Sector. Volume two,, Kumarian Press,
Nonprofit and Voluntary Sector Quarterly, 32(1), Inc., Bloomfield.
pp. 47-69. SMITH, G., MALONEY, W. y STOKER, G. (2004): «Buil-
JORDANA (2000): «Instituciones y capital social ¿qué ding social capital in city politics: scope and limi-
explica qué?», Revista Española de Ciencia Polí- tations at the inter-organisational level», Political
tica, 2, pp. 187-210. Studies, 52, pp. 508-530.
KEATING, E. y FRUMKIN, P. (2003): «Reengineering TIENNE, K. B. y LEWIS L. W. (2005): «The Pragmatic
Nonprofit Financial Accountability: Toward a and Ethical Barriers to Corporate Social Respon-
More Reliable Foundation for Regulation», Public sibility Disclosure: The Nike Case», Journal of
Administration Review, 63, (1), pp. 3-15. Business Ethics, 60, (4), pp. 359-376.
MARBÁN GALLEGO (2000): «Estructura económica y TORRES, L. y PINA, V. (2003): «Accounting for ac-
organizativa de las entidades voluntarias en Es- countability and management in NPOs. A compa-
paña», Economistas, 83, pp. 124-136. rative study of four countries: Canada, the United
Kingdom, the USA and Spain», Financial Accoun-
MARCUELLO C. MARCUELLO Ch., BELLOSTAS, A. y MO- tability & Management, vol 19 (3), 265-284.
NEVA J.M. (2007): Capital Social y Organizacio-
TUCKMAN, H. P. (1998): «Competition, commercia-
nes No Lucrativas. El caso de las ONG para el
lization, and the evolution of nonprofit organiza-
Desarrollo, Fundación BBVA, Bilbao.
tional structures» Journal of Policy Analysis and
MORLEY, J. (2006): «For-Profit and Nonprofit Char- Management 17 (2) PP. 175-194.
ter Schools: An Agency Costs Approach», The WEISBROD, B.A. (1975): «Toward a theory of the Volun-
Yale Law Journal, 115, pp. 1784-1821. tary Nonprofit Sector in a Three-Sector Economy»,
NAJAM, A. (1996):»NGO accountability: a concep- in Altruism, Morality and Economic Theory, ed.
tual framework», Development Policy Review, E. Phelps, Russell Sage Foundation, Nueva York.
vol. 14, pp. 339-353. WEISBROD, B.A. (ed.) (1998): «Special Issue: The
OFFE y FUCHS (2003): «¿ Se halla en declive el ca- Commercialism Dilemma of the Nonprofit Sector»
pital social? El caso alemán? En PUTNAM, R.D. Journal of Policy Analysis and Management 17(2).
(ed.): El declive del capital social, Galaxia Guten- WILLIAMSON, O. E. (1983): «Organization form, resi-
berg, Barcelona. dual claimants, and corporate control», Journal
OSPINA, S., DÍAZ, W. y O’SULLIVAN, J.F. (2002): «Ne- of Law and Economics, 26, pp. 351-366.
gotiating Accountability: Managerial Lessons YOUNG, D. R. (1998): «Commercialism in nonprofit
From Identity-Based Nonprofit Organizations», social service associations: Its character, signifi-
Nonprofit and Voluntary Sector Quarterly, 31, (1), cance, and rationale», Journal of Policy Analysis
pp. 5-31. and Management 17 (2), pp. 278-297.
El compromiso social
de la banca alternativa
228 De forma tradicional las entidades bancarias han asumido un compromiso económico frente a aho-
rradores e inversores, canalizando sus fondos hacia los destinos más productivos en términos mo-
netarios. Sin embargo, la actividad de intermediación puede también integrar un compromiso social,
e incluso priorizarlo frente a aquél. Esta alternativa poco convencional del negocio bancario (banca
alternativa o, también, banca ética, social o solidaria) minora la obtención de resultados económi-
cos, pero dinamiza la utilidad social de la intermediación, haciéndola particularmente atractiva para
ahorradores e inversores socialmente responsables y para aquellos prestatarios que permanecen al
margen de la financiación bancaria tradicional. Este artículo analiza las características que distinguen
a la banca alternativa de la banca tradicional, a partir de un desarrollo teórico de conductas de in-
termediación con consecuencias en la práctica bancaria. Se plantean algunos indicadores que con-
sideramos relevantes para medir el grado de compromiso social adquirido en la actividad de inter-
mediación. Por último, se introducen algunas reflexiones sobre la necesidad de evaluar, con criterios
distintos a los habituales, el rendimiento no exclusivamente monetario de la banca alternativa.
Tradizioz, banku-erakundeek konpromiso ekonomikoa hartu izan dute aurreztaile eta inbertitzai-
leekin, eta haien fondoak ekonomikoki emankorren diren xedeetara bideratu dituzte. Nolanahi,
bitartekotza-jarduerak konpromiso soziala ere barne har dezake, eta, are gehiago, baliteke horri
lehentasuna ematea ere, konpromiso ekonomikoaren gainetik. Banku-negozioan oso ohikoa ez
den alternatiba honek (Banku alternatiboa edo baita Banku etiko, sozial edo solidarioa ere) murriz-
tu egiten ditu irabazi ekonomikoak, baina, era berean, bitartekotzaren onura soziala dinamizatzen
du, eta bereziki erakargarri egiten du sozialki arduratsu diren aurreztaile eta inbertitzaileentzat, bai
eta banku-finantzaketa tradizionaletik kanpo dauden mailegu-hartzaileentzat ere. Artikulu honetan,
Banku alternatiboaren eta Banku tradizionalaren arteko aldeak aztertzen dira, bankuen jardunean
ondorioak dituzten bitartekotza-jokaeren garapen teorikotik abiatuta. Bitartekotza-jardueran har-
tutako konpromiso sozialaren maila neurtzeko garrantzitsuak iruditzen zaizkigun hainbat adierazle
proposatu ditugu. Azkenik, hainbat gogoeta egin ditugu Banku alternatiboaren etekinak —diruaz
haratago doazenak— ohiko irizpideez bestelakoak erabilita ebaluatzeko beharraz.
Traditionally, banking entities have engaged in an economic commitment with savers and investors
channelling their funds towards the most productive investments in the market. However, banking
intermediation can also include a social commitment which may even take priority over the economic
commitment. This alternative, atypical in banking (alternative banking, also known as ethical, social
or sustainable banking), narrows economic profit margins, while enhancing the social utility of the
intermediation, making it particularly attractive for socially responsible savers and investors. This article
analyses the major differences between alternative and traditional banking, based on a theoretical study
of the code of conduct which has consequences in banking practice. We introduce several indicators
to measure, specifically, the acquired degree of the social commitment in the banking intermediation.
Finally, we consider the necessity of evaluating the benefits of the alternative banking activity using
variables other than the habitual ones.
ÍNDICE
229
1. El potencial económico y social de la intermediación bancaria
2. Banca alternativa frente a banca tradicional
3. Indicadores del compromiso social en la intermediación bancaria
4. Rentabilidad y utilidad social
5. Conclusiones
6. Anexos
Referencias bibliográficas
canalizando su ahorro hacia las inver- cluyente, la captación de fondos del pú-
siones más productivas y reduciendo blico, que aplican, por cuenta propia, a la
asimetrías de información asociadas concesión de préstamos y a otras opera-
a la delegación del control del ahorro. ciones activas de similar naturaleza.
Por tanto, la relación de causalidad con En realidad, al recibir dinero de los agen-
el crecimiento económico se establece en tes excedentarios, bancos, cajas de aho-
términos de la calidad con que el sistema rros y cooperativas de crédito pasan a
financiero, en su conjunto, suministra a la detentar el control sobre su destino final.
sociedad los servicios financieros claves. Al Salas (2006) señala el carácter fungible
respecto, los análisis de datos de panel y del dinero y la discrecionalidad con la que
variables instrumentales muestran eviden- lo emplean las entidades, sobre todo, por
cia empírica suficiente de la idoneidad del la dificultad que tienen los prestadores de
mercado bancario para contribuir positiva- fondos para supervisar su uso. La tutela
mente a su provisión (Beck y otros, 2000). del ahorro y la capacidad de inversión les
Su contribución al desarrollo económico de son conferidas como entidades especiali-
una sociedad resulta incuestionable. zadas y, en buena medida, dicha atribución
se basa en la confianza que inspira tanto
Pero si su importancia económica es
su competencia profesional, como el cum-
evidente, con este artículo pretendemos
plimiento de las obligaciones contraídas.
subrayar la trascendencia social de la inter-
mediación bancaria, con relativa frecuencia En este sentido, el compromiso tradicio-
postergada ante su relevancia económica. nal que las entidades de depósito han asu-
Al mediar entre las unidades que desean mido frente a sus prestadores de fondos ha
ahorrar o invertir sus fondos y las unidades sido, exclusivamente, un compromiso eco-
que necesitan tomar fondos prestados, las nómico: el de canalizar el dinero hacia las
entidades bancarias influyen y se dejan in- inversiones más lucrativas del mercado, re-
fluir por la sociedad en la que interactúan. munerando a ahorradores e inversores de
De este modo, su contribución transcien- forma suficiente para mantener su preferen-
de lo simplemente económico y alcanza cia frente a otros destinos rentables.
una dimensión social. En particular, nos re-
Sin embargo, esta obligación contraída
feriremos a la actividad de intermediación
con ahorradores e inversores, sólo en térmi-
que desarrollan las entidades de depósito.
nos económicos, resulta incompleta y des-
Y ello por dos razones principales: a) la in-
fasada para un sector creciente de la socie-
tensa labor de intermediación que ejercen
dad actual, que promueve un movimiento
en el sistema financiero español1; b) tener
generalizado hacia una conciencia cívica y
reservada por ley, de forma exclusiva y ex-
social, y que incide en la economía, en el
comportamiento empresarial e, indudable-
1 Los 145 bancos, las 47 cajas de ahorros y las
mente, también en el uso del dinero.
83 cooperativas de crédito (datos a marzo de 2007) Si la sociedad en su conjunto valora de
que operan en España proporcionan el 96,14% de la
financiación total del sistema crediticio al sector pri- forma positiva el comportamiento ético del
vado residente y captan, a través de depósitos, el individuo y de sus organizaciones, la ópti-
99,74% de los recursos que el sector privado con-
cede al sistema crediticio español (datos a mayo de
ca de empresa se traslada, bien por con-
2007). Banco de España. Boletín estadístico. vicción, bien por presión social, hacia una
El compromiso social de la banca alternativa
concepción más weberiana que neoclá- nos frecuente que el compromiso única-
sica. Desde este enfoque, la labor de in- mente económico, como la contribución
termediación bancaria puede y debe in- más valiosa de la intermediación bancaria
tegrar también un compromiso social con a la responsabilidad social. No la única, por
los aportantes de fondos. Esta mayor exi- supuesto, pero sí la más singular y ambi-
gencia de responsabilidad social dirige los ciosa, por cuanto supone redefinir un ne-
fondos hacia destinos que buscan para el gocio tradicionalmente presidido por pará-
dinero un beneficio que trasciende lo ex- metros económicos.
clusivamente monetario, con cesión de 231
De la Cuesta (2004, 2006a) otorga a las
rentabilidad económica en favor de mayor
entidades de depósito un enorme poten-
utilidad social. Aspiraciones como equi-
cial de responsabilidad social y señala dos
dad, justicia, dignidad, desarrollo soste-
vertientes para su desarrollo: por un lado,
nible, inclusión, ecología, respeto, trans-
la búsqueda de la responsabilidad ambien-
parencia, personas,…, quedarían bajo el
tal y social en la gestión interna del banco,
amparo de esta obligación social que sólo
que impulsa, desde un punto de vista or-
algunas entidades bancarias contraen, de
ganizativo, iniciativas respetuosas con el
forma explícita, frente a sus aportantes de
medio ambiente (programas de recicla-
fondos. De cualquier modo, no es ésta la
je, ahorro energético, identificación y eva-
tendencia dominante en el escenario ban-
luación de riesgos medioambientales,...)
cario actual.
y con las personas y la cultura (patrocinio
de actividades artísticas, culturales, edu-
En un contexto de ciudadanía activa que
cativas, asistenciales, laborales, donacio-
sin duda le favorece, la reorientación cívi-
nes,...). La autora señala, además, una
ca del negocio bancario, todavía anecdó-
vertiente externa de responsabilidad social
tica, ofrece prometedoras perspectivas. El
en banca: la que se deriva de su propia
compromiso social que asuman las entida-
actividad de intermediación bancaria, «in-
des bancarias y la fuerza con la que sepan
corporando consideraciones ambientales y
transformar dicho compromiso en utilidad
sociales en el diseño de productos, la polí-
social serán, en nuestra opinión, factores
tica de créditos e inversión y, en definitiva,
tan determinantes de confianza y de pres-
en la estrategia del negocio y en la asun-
tigio bancario como lo son, actualmente,
ción de riesgos», que tiende a facilitar un
sus cuentas de resultados o sus califica-
acceso universal de los servicios financie-
ciones crediticias. Y lo que es más, los re-
ros, mediante su acercamiento por medio
sultados sociales de su intermediación y
de los diferentes canales de distribución.
la transparencia de su gestión, tradicional-
El compromiso social al que nos venimos
mente opaca, conferirán a las entidades de
refiriendo se situaría en esta segunda ver-
mayor valor social el privilegio de poder tu-
tiente. En nuestra opinión, su mayor com-
telar, por mérito propio, el destino final del
plejidad de desarrollo y el grado de convic-
dinero que le confía un segmento progresi-
ción que implica supone haber asumido,
vo de ahorradores e inversores socialmen-
de forma implícita, la primera de las ver-
te responsables, mucho más selectivos y
tientes indicadas.
exigentes con el uso de los fondos que el
cliente bancario tradicional. En realidad, in- Pero, ¿hasta dónde llega el grado de
terpretamos dicho compromiso social, me- compromiso social en la función de in-
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
Gráfico n.o 1
Conductas de intermediación bancaria
vo empresarial pretendido con la actividad que el lector evalúe, por sí mismo, la utilidad social del
de intermediación. Pero también de otros Grameen Bank: salvo una mínima presencia estatal, el
95% del banco es propiedad de sus 6.908.704 pres-
factores que no se pueden obviar, como tatarios, mujeres en su mayoría (97%); el 100% de los
la forma jurídica que adopta la entidad o el préstamos concedidos se financian con fondos de sus
depósitos; no se exige ninguna garantía de devolución
origen de su actividad de intermediación. al prestatario, ni es preciso la firma en ningún documen-
Pensemos, por ejemplo, en el nacimiento to legal; el índice de devolución de los préstamos es del
de las cajas de ahorros en Europa, a par- 98,82%; cobra un tipo de interés menor que el gobier-
no por los microcréditos que concede, carentes de inte-
tir de los montes de piedad, creados espe- rés para mendigos e indigentes; sus depósitos ofrecen
cíficamente para luchar contra la usura. Su intereses remuneratorios; sus préstamos para vivienda
vocación social les llevó, en sus inicios, a han permitido construir, desde el inicio de su actividad,
641.096 viviendas; los préstamos a microempresas fi-
financiar a las capas más pobres de la po- nancian la adquisición de arados, bombas de riego,
blación europea, incluso con préstamos sin embarcaciones para transporte y pesca,…; a través
de sus 2.319 sucursales se suministran servicios finan-
interés; o en el origen de las cooperativas cieros a 74.462 localidades de Bangladesh; cada año,
de crédito, surgidas con la decidida inten- sus becas financian a casi 20.000 escolares (especial-
ción de contribuir al progreso rural. mente a niñas) y se conceden préstamos para cursar
estudios superiores a casi 10.000 estudiantes; más de
No obstante, tampoco existe una corres- 60.000 mendigos se han beneficiado de su programa
especial de ayuda; dota reservas para deudas de du-
pondencia exacta entre la forma jurídica que doso cobro; ha introducido un programa para la crea-
adopta una entidad y su mayor o menor in- ción de un fondo de pensiones para la tercera edad….;
más del 58% de las familias de los prestatarios del Gra-
clinación hacia el compromiso social de la meen Bank ha superado el umbral de la pobreza. Más
actividad de intermediación que realiza. En información en: www.grameen-info.org/bank.
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
sor Yunus, su máximo referente, y el propio da, ASN Bank (1960), Oikocredit (1975) y
banco como institución, recibieron el Pre- Triodos Bank (1980); en Italia, Banca Po-
mio Nobel de la Paz 2006 «por sus esfuer- polare Etica (1989); en Noruega, Cultura
zos por crear desarrollo económico y social SpareBank (1996); en Suecia, JAK (1997)
desde abajo»5. En otros países de Asia, y Ekobanken (1998); en Suiza, Freire Ge-
África o América Latina se han desarrolla- meinschaftsbank BCL (1984) y Banque
do experiencias similares. El empleo de las Alternative Suisse (BAS) (1990); en Reino
microfinanzas en economías en vías de de- Unido: Unity Trust Bank (1984), Coopera-
sarrollo ha demostrado capacidad para pa- tive Bank (1992) y Charity Bank (2002); en
liar la pobreza, concibiendo las operacio- España, son ejemplos actuales de este en-
nes bancarias de pequeño importe como foque alternativo de banca: Colonya Caixa
un instrumento eficaz de desarrollo integral Pollença, Triodos Bank, desde su estable-
para la población más desfavorecida. cimiento en septiembre de 2004, y Banca
Popolare Etica, que opera desde abril de
Sin embargo, la idea de banca alter-
2005 a través de su agente Fiare, germen
nativa no es exclusiva del Tercer Mundo.
de una futura cooperativa de crédito pre-
También se desarrolla en economías in-
vista para el año 2010.
dustrializadas y en países ricos donde, pa-
radójicamente, es patente la exclusión fi- Hasta aquí, hemos delimitado el con-
nanciera de determinados colectivos. En cepto de banca alternativa como aquel
Estados Unidos, por ejemplo, South Sho- conjunto de entidades que, en su nego-
re Bank se ha especializado en la atención cio de intermediación financiera, prioriza el
bancaria a una población marginal que vive compromiso social respecto al económico,
en barrios de renta baja. En Europa su pre- sin que ello suponga dejar de ser rentable
sencia fue casi anecdótica hasta 1975, con en términos empresariales. Conviene in-
la existencia de tres instituciones pione- dicar, no obstante, que la adhesión a este
ras radicadas en Alemania y Holanda. En compromiso social admite rangos diversos.
la actualidad, sin embargo, las entidades
Y aunque, en sentido estricto, la banca
europeas de banca alternativa evidencian
alternativa a la que nos estamos refiriendo
mayor diversidad, crecimiento y buenas
compromete toda su actividad de interme-
perspectivas6. Sin pretensión exhaustiva,
diación a la prioridad social, la realidad nos
ni orden cronológico sino geográfico, cita-
demuestra que son mucho más numerosas
mos algunos ejemplos: en Alemania, Bank
las entidades que, bajo este enfoque, aun-
für Sozialwirtschaft AG (1923) y GLS Ge-
que no de forma integral, orientan una de-
meinschaftsbank (1974); en Bélgica, Credal
terminada parcela de su negocio bancario
(1985); en Dinamarca, Merkurbank (1985);
(parcela alternativa al negocio tradicional),
en Francia, LaNef (1988) y Caisse Solidai-
ofreciendo al mercado productos de alto
re Nord - Pas de Calais (1997); en Holan-
valor social añadido dentro de una cartera
más amplia que contempla otras opciones,
5 MjØs, O. D., Furre, B. R., RØnbeck, S. M., Yterr-
menos sociales y más especulativas para
horn, I. M. y Five, K. K. Comité Nobel Noruego. Oslo,
octubre 2006. la inversión y el ahorro. Éste es el caso,
6 Según se desprende del informe Avances de la
por ejemplo, de algunas cajas de ahorros
Inversión sostenible y responsable en los mercados
financieros internacionales elaborado por Sustainable
en España. A pesar del enfoque tradicio-
Asset Management (SAM). Marzo, 2005. nal de su negocio, han sido especialmen-
El compromiso social de la banca alternativa
ternativa está condicionada por el contex- sina, 2002) son la fabricación de productos medio-
ambientales y biológicos, control de polución, ahorro
to socioeconómico donde se desenvuelve, energético, utilización de energías renovables, respe-
con objetivos iniciales diferentes en países to a la biodiversidad, ayuda al desarrollo comunitario
en desarrollo y en países industrializados. local, igualdad de oportunidades de género, inclusión
social y financiera, transferencia de tecnología a paí-
Como indica De la Cuesta (2006b), la lu- ses pobres, apoyo al comercio justo y al consumo
cha contra la pobreza constituye el objetivo responsable, respeto a los derechos humanos, ocu-
prioritario en los primeros, asumiendo un pación laboral de discapacitados y colectivos en difi-
cultades, etc.
papel adicional de alfabetización financie- 9 Los criterios éticos negativos más usuales (Alsi-
ra entre la población; en países industriali- na, 2002) son la producción y venta de alcohol, ar-
mamento, tabaco, pornografía, explotación de trabajo
zados, donde centramos nuestro análisis, infantil, juegos de azar, suministro al ejército, pruebas
su objetivo básico ha consistido en la inclu- con animales, destrucción del medio ambiente, conta-
sión financiera de determinados colectivos minación del agua o del aire, agricultura intensiva, bio-
tecnología y manipulación genética, energía nuclear,
que permanecen al margen del mercado destrucción de la capa de ozono, pesticidas, tala de
bancario tradicional7. bosques tropicales, minería de alta contaminación y
residuos, explotación laboral y medioambiental en los
países del Sur, manipulación de los consumidores,
7 En Europa, en concreto, se aprecian plantea- apoyo a regímenes políticos dictatoriales, evasión de
mientos diferentes por áreas geográficas. Así, en la impuestos y paraísos fiscales, especulación financie-
zona mediterránea, el objetivo principal es la lucha ra, comercio de drogas y mafia, etc.
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
no consiste en canalizar el ahorro hacia las mentarias entre sus clientes, que no son
inversiones más productivas económica- adecuadamente atendidas por la banca
mente, sino en desarrollar una intermedia- tradicional.
ción selectiva, dirigiendo el ahorro respon-
sable hacia las inversiones de mayor interés En realidad, el sector bancario conven-
social, según las convicciones y preferen- cional ha descuidado las expectativas de
cias de los aportantes de fondos (socios y algunos segmentos de ahorro y de inver-
ahorradores). Como es lógico, esta inter- sión emergentes, originando la exclusión
mediación selectiva y comprometida social- de determinados prestatarios, por su baja
mente define los objetivos específicos con calidad crediticia, y la autoexclusión de
los que se plantea la captación y la aplica- determinados ahorradores, que prefieren
ción de los fondos intermediados. confiar la tutela de sus depósitos a institu-
ciones financieras más sensibles al interés
Por una parte, la captación de fondos social y sin prioridad lucrativa.
que realiza la banca alternativa pretende
una progresiva sensibilización y desarrollo La clientela de pasivo de la banca alter-
de la cultura del ahorro socialmente respon- nativa demanda productos de ahorro que
sable, partiendo de que el sistema bancario se ajusten a sus requerimientos y exigen-
puede, y debe, contribuir a una renovación cias éticas en el uso del dinero intermedia-
social positiva y sostenible. Por otra, la apli- do. Éste es su principal rasgo diferenciador
cación de los fondos captados se gestiona y el motivo por el que un número creciente
con la máxima transparencia e información de ahorradores (aunque anecdótico en tér-
sobre el uso del dinero confiado, dirigien- minos globales de ahorro bancario) decide
do la inversión crediticia hacia la inclusión rebajar su aportación de los circuitos tradi-
financiera de determinados colectivos al cionales o, incluso, autoexcluirse de ellos,
margen de los circuitos bancarios clásicos. trasladando su dinero hacia otras opciones
Sus inversiones se convierten en créditos y bancarias y no bancarias que le garantizan
préstamos socialmente responsables, al in- un mayor valor social añadido.
tegrar factores medioambientales, sociales
La banca alternativa ofrece, en este sen-
y éticos en el uso del dinero confiado.
tido, una oportunidad real de ahorro res-
Si como indica la Comisión Europea ponsable. Es su principal atractivo, al dar
(2002), los criterios sociales intervienen cobertura a una necesidad financiera con
cada vez más en las decisiones financieras exigencia social explícita no satisfecha por
de los ciudadanos y de las instituciones, la la banca tradicional. Aún con ánimo de lu-
banca alternativa gozará, por su conduc- cro, no gestiona los fondos captados con
ta de intermediación, de una clara ventaja prioridad económica y discrecionalidad,
competitiva frente a la banca tradicional. sino con vocación social y desde la trans-
parencia que identifica el destino último del
dinero depositado. En nuestra opinión, este
2.2. Perfil de clientes aspecto constituye la principal fortaleza de
la banca alternativa frente a la tradicional.
La intermediación socialmente selecti- La confianza y buena reputación que pue-
va responde, en buena medida, a la exis- de generar su gestión transparente y so-
tencia de necesidades financieras comple- cialmente responsable le confieren mayor
El compromiso social de la banca alternativa
capacidad para fidelizar el ahorro a largo compensan la nula calidad crediticia que le
plazo y reducir asimetrías informativas en la atribuye la banca tradicional y que respal-
delegación de su control. No obstante, por dan su oportunidad de inclusión financiera
el momento, ambas bancas no operan en a través de la banca alternativa.
los mismos mercados, sin que se plantee,
En la mayoría de los casos analizados, la
inicialmente, una competencia directa por
captación del ahorro es el mecanismo que
el mismo segmento de ahorro.
financia la inversión crediticia de la ban-
En contrapartida, los clientes de activo ca alternativa. Y, aunque en algunos sis-
de la banca alternativa demandan una fi- temas financieros existe normativa estatal 239
nanciación que, sistemáticamente, les es que promueve el compromiso social de las
denegada por la banca tradicional. Su in- propias entidades bancarias10, considera-
versión crediticia representa una oportuni- mos que su principal motor es, sin duda, la
dad real de combatir el fenómeno todavía iniciativa ciudadana y su progresivo grado
presente de la exclusión financiera, por la de sensibilidad hacia el ahorro y la inver-
que determinados individuos y colectivos sión socialmente responsables. No obstan-
marginados, debido a limitaciones geográ- te, desde la iniciativa pública, una fiscali-
ficas, económicas o sociales, son incapa- dad favorable contribuiría eficazmente a su
ces de acceder a la adquisición y contra- dinamización.
tación de productos y servicios bancarios
(Sinclair, 2001. En Carbó y otros, 2005).
2.3. Cartera de productos
Desde esta perspectiva, la clientela de
activo responde a un perfil de prestatario
Las necesidades financieras del seg-
con riesgo elevado, que carece de garan-
mento de mercado al que atiende la banca
tías suficientes para ser admitido en el sis-
alternativa determinan una oferta de pro-
tema bancario tradicional, motivo que ar-
ductos y servicios con características dis-
gumenta su exclusión financiera. Sólo le
tintivas respecto a la cartera tradicional. En
avala un proyecto viable desde el punto de
cualquier caso, sus principales herramien-
vista económico y positivo desde el punto
tas fi nancieras de intermediación siguen
de vista social. Mujeres con un bajo nivel
siendo las formas clásicas: el depósito y
de formación, parados de larga duración,
el préstamo, aunque con personalidades
personas que viven en situación de pobre-
propias.
za y marginación social, inmigrantes, jóve-
nes y colectivos con dificultad para acce- Nos ceñimos a estas dos herramientas
der al mercado laboral constituyen, en los básicas de banca comercial por su rela-
países industrializados, una clientela acti- ción directa con la función de intermedia-
va, a priori, mucho más arriesgada que la ción, sin que ello suponga obviar la valiosa
tradicional, sin garantías reales ni de firma contribución de otras iniciativas bancarias
que avalen el cumplimiento de sus obliga- socialmente responsables: tarjetas solida-
ciones financieras, ni el retorno de la deu-
da. La capacidad emprendedora del pres-
10 Por ejemplo, en Estados Unidos, la Ley de Rein-
tatario y su habilidad para poner en marcha
versión en la Comunidad (Community Reinvestment
un proyecto empresarial viable, con im- Act, CRA), que fue aprobada en 1977 por el Con-
pacto social positivo, son los factores que greso.
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
Tal vez la iniciativa más novedosa de la — Cesión de una parte de los intereses
banca alternativa en productos de pasivo remuneratorios para un proyecto so-
sean los depósitos de ahorro finalista, di- cial, equiparándose a una subvención
rigidos hacia proyectos de desarrollo sos- privada.
tenible e impacto social positivo. En to- — Reducción porcentual del tipo de inte-
dos ellos se identifica, de forma clara, el rés pasivo sobre el tipo de interés ac-
proyecto al que el depositante destina sus tivo, que se aplica directamente para
fondos (destino social explícito). Otra fór- abaratar la financiación de un proyec-
mula empleada es dar la oportunidad al to social.
ahorrador de seleccionar entre varios pro-
yectos sociales alternativos, según sus — Depósitos sin remuneración econó-
convicciones y ética inversora. Bajo este mica.
diseño transparente se ofrecen, actual- También en los productos de activo exis-
mente, depósitos a la vista y a plazo, que ten rasgos distintivos. En primer lugar con-
se materializan en distintas cuentas de viene indicar que la banca alternativa no
ahorro y libretas de imposiciones. Un aná-
tiene clientes preferenciales, habituales en
lisis general de sus particularidades finan-
la banca tradicional. Dicho de otro modo,
cieras evidencia la ausencia de comisio-
todos sus clientes de activo son buenos
nes, inexistencia de franquicias, importes
prestatarios si sus proyectos tienen calidad
asequibles para el pequeño ahorro y renta-
social suficiente y son viables económica-
bilidades aceptables, a las que, en nuestra
mente.
opinión, se debe incorporar el interés so-
cial que se deriva del uso responsable del Los destinos más habituales de la inver-
dinero depositado, tal como se desarro- sión crediticia en países industrializados
lla analíticamente en el cuarto apartado de son los siguientes: promoción de empleo
este artículo. local y fomento del autoempleo generador
El compromiso social de la banca alternativa
de renta; promoción del trabajo en colec- va afecta a las garantías. Debido a que el
tivos con dificultades o en riesgo de ex- deudor no dispone de garantías patrimo-
clusión sociolaboral; vivienda social o eco- niales suficientes, el principal requisito que
lógica; cooperación al desarrollo en países se exige al prestatario es la calidad social
del Tercer Mundo; y respeto al medio am- del proyecto para el que solicita financia-
biente y a la naturaleza (energías renova- ción y la capacidad emprendedora para
bles, programas de reciclaje, ecología), afrontarlo. Algunas entidades de depósito
cultura, arte y prestaciones asistenciales disponen de sistemas internos de valora-
(actividades artísticas, educación, sani- ción que les permite definir un umbral de 241
dad, …). admisibilidad y categorizar solicitudes di-
versas. En otras ocasiones, se acepta la
El coste real de la financiación es acorde
garantía de las personas del entorno del
al perfil de prestatario, con plazos de amor-
prestatario y se crea un círculo por el que
tización que dependen de su finalidad y del
cada garante responde de una pequeña
importe solicitado, que es generalmente re-
parte de la deuda total, haciendo posible la
ducido. Se ofrecen préstamos de equipa-
concesión del préstamo. De forma paradó-
miento a medio y largo plazo, préstamos
jica, pese a atender a un segmento de ries-
a corto plazo, préstamos de tesorería a un
go, la experiencia demuestra que las tasas
año e incluso créditos puente. Los présta-
de morosidad de la banca alternativa son
mos para consumo son, en este contexto,
relativamente bajas.
excepcionales.
Conviene indicar, por último, que los
Según Gutiérrez (2006), la experien-
productos de pasivo y de activo que he-
cia de los microcréditos en países en de-
mos mencionado son específicos de la
sarrollo es optimista, al haber contribuido
banca alternativa, pero suelen ir acompa-
a la reducción de la pobreza. Sin embar-
ñados de otros productos de perfil más
go, como indica la autora, es todavía pron-
tradicional, con el fin de ofrecer una pres-
to para obtener resultados concluyentes en
tación bancaria completa al cliente. En par-
países industrializados, donde el principal
ticular, para su clientela activa, diseña ser-
objetivo no es la reducción de la pobreza,
vicios de asesoramiento técnico, financiero
sino la generación de autoempleo, que exi-
y de cualificación microempresarial. No en
ge autosuficiencia y sostenibilidad financie-
vano su capacidad para generar rentas fu-
ra. En España, en concreto, el microcrédito
turas constituye el elemento crucial para su
se ha concedido mayoritariamente a muje-
inclusión en los circuitos alternativos de fi-
res e inmigrantes, avalados por la viabilidad
nanciación bancaria.
de sus proyectos empresariales, con po-
sibilidades económicas alternativas, expe-
riencia laboral y estabilidad social. En este
2.4. Estilo de gestión
sentido, las cajas de ahorros y las coope-
rativas de crédito han sido las entidades de
Uno de los principales distintivos de la
depósito más dinámicas en su concesión
banca alternativa es la transparencia con
(De la Cuesta, 2006b).
que asume la labor de intermediación. Este
Otro aspecto característico de la finan- requisito resulta fundamental para vincu-
ciación que concede la banca alternati- lar a la inversión y al ahorro socialmente
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
responsables. Es la clave de su confianza, ción de dar una visión más práctica a esta
que anima a delegar el control del ahorro reorientación social del negocio bancario,
en un sector tradicionalmente opaco e im- se realiza una propuesta de indicadores que
popular. evalúa el mayor o menor grado de compro-
miso social adquirido por las entidades de
Los aportantes de fondos disponen, en
depósito en su labor de intermediación.
todo momento, de información suficiente
sobre los criterios de elección de los pro-
yectos seleccionados y de los prestatarios
3. INDICADORES DEL COMPROMISO
a financiar. Así mismo, existe transparencia
SOCIAL EN LA INTERMEDIACIÓN
informativa sobre cuáles son los valores y
BANCARIA
principios que rigen la actividad de la ban-
ca alternativa. Es frecuente, en este senti-
La definición de indicadores que propo-
do, tanto la publicación de boletines perió-
nemos parte, como es lógico, de las ca-
dicos, en los que se informa con detalle de
racterísticas distintivas de la banca alterna-
la inversión crediticia realizada, como el se-
tiva ya analizadas. Por sencillez expositiva
guimiento de los proyectos financiados y los
y orden preliminar, estructuramos su singu-
principales logros sociales alcanzados, sin
laridad en cuatro dimensiones básicas que
omitir los fracasos. Por otra parte, las con-
cubren, en gran medida, el compromiso
diciones financieras y comerciales de su
social que puede asumir una entidad ban-
cartera de productos y servicios suelen es-
caria en su labor de intermediación. Estas
tar claramente especificadas, con suficien-
dimensiones, íntimamente relacionadas en-
te información sobre tarifas de comisiones,
tre sí, expresan el alcance y la profundidad
gastos repercutibles, normas de valoración,
con que se contrae dicho compromiso y
resolución de reclamaciones y demás nor-
son las siguientes:
mativa vigente de disciplina sectorial.
— Promoción del ahorro socialmente res-
Las entidades de banca alternativa dis-
ponsable.
ponen, además, de comités éticos que ve-
lan por la observancia de los valores que — Promoción de la inversión socialmen-
garantizan su actividad socialmente res- te responsable.
ponsable y el respeto a los principios de
— Transparencia.
una cultura de finanzas éticas. Además,
desde una concepción sólida de dirección — Gestión democrática.
participativa, se aplican mecanismos acti-
En su conjunto, representan el modo
vos de participación de socios, ahorrado-
funcional y organizativo que elige la banca
res, personal y colaboradores en las deci-
alternativa para materializar su obligación
siones bancarias estratégicas.
social, haciéndose responsable de su lo-
Hasta aquí, los principales rasgos distin- gro mediante los fondos confiados. Cada
tivos de la banca alternativa que recoge, de una de las cuatro dimensiones identifica-
forma sintética, el cuadro n.o 1, planteando das refleja una faceta propiamente banca-
un breve análisis comparado con la banca ria de responsabilidad social, al emanar de
tradicional mediante once criterios observa- su función más característica: la interme-
dos. En el siguiente epígrafe, con la inten- diación.
El compromiso social de la banca alternativa
Cuadro n.o 1
Análisis comparado banca tradicional frente a banca alternativa
Por su parte, cada dimensión se concre- la práctica bancaria. En este sentido, la defini-
ta en varios indicadores de desempeño, que ción de indicadores permite medir y compa-
transcienden el plano meramente teórico que rar, cronológica y sectorialmente, el compro-
podría reducir su significado a un compendio miso social que asume una entidad financiera
de buenas intenciones, sin consecuencias en intermediando los fondos que recibe.
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
Cuadro n.o 2
Indicadores del compromiso social asumido en la intermediación bancaria
Dimensiones Indicadores
δ1 → Forma jurídica
Gestión
δ2 → Participación de propietarios en la política de inversión
democrática
Gráfico n.o 2
Rendimiento de la actividad bancaria
Entidad bancaria
249
Compromiso Compromiso
económico social
margen financiero crítico, que denotamos depósitos a la clientela con el volumen total
MF* y que, conceptualmente, refleja la di- de esta partida de pasivo, corregida con la
ferencia entre la rentabilidad media del cré- minoración del importe de aquellos depósi-
dito a la clientela y el coste medio que su- tos que se materializan en cuentas corrien-
pone el ahorro remunerado por medio de tes, por su escasa (cuando no nula) remu-
depósitos bancarios de la clientela. neración, es decir:
Cuadro n.o 3
Margen financiero crítico en dos orientaciones
del negocio bancario. 2005-2006
(en %)
2005 2006
Variables 251
Prioridad Prioridad Prioridad Prioridad
Diferencial Diferencial
económica social económica social
Fuente: CNMV. Auditorías registradas (BBVA, BSCH y Banesto). Página web Triodos Bank. Elabora-
ción propia.
Ahora bien, con el fin de ofrecer una vi- Si agregamos al citado margen el ren-
sión más tradicional de la influencia que, dimiento de otros productos ordinarios,
sobre los resultados empresariales, pue- se observa como la superioridad inicial se
da tener la prioridad con que se oriente el traslada también al siguiente escalón del
negocio bancario, se muestra en el cuadro resultado bancario. En efecto, el margen
n.o 4, de forma resumida y en cifras por- ordinario sobre balance es mayor en el mo-
centuales respecto a activos, la cuenta de delo alternativo, debido a la incidencia sig-
pérdidas y ganancias de ambos escenarios nificativa de las comisiones percibidas por
comparados productos de activo y servicios (gastos ad-
ministrativos repercutidos, remuneracio-
Como se puede observar, el margen fi-
nes de gestión, comisiones de garantía,…,
nanciero medido sobre activos totales de
etc). Nuevamente, el riesgo crediticio ele-
balance ha sido, en los dos últimos años,
vado del prestatario alternativo justifica tal
mayor en el modelo alternativo (con prio-
circunstancia.
ridad social) que en el modelo tradicional
(con prioridad económica). Esta evidencia Sin embargo, la tendencia de la cuenta
corrobora, desde una perspectiva más ge- de resultados se invierte, de forma signifi-
nérica, la superioridad del margen financie- cativa, en el margen de explotación sobre
ro crítico ya mencionada. En este caso, un activos totales. Cuando la entidad prioriza
mayor rendimiento global de su inversión el compromiso social resulta sorprenden-
crediticia y un menor coste total de su pasi- te el peso que representan los gastos de
vo oneroso son los factores determinantes, personal y otros gastos generales de ad-
pese a la ausencia de rendimientos netos ministración sobre las cifras del balance.
procedentes de instrumentos de capital. No obstante, una política retributiva ade-
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
Cuadro n.o 4
Pérdidas y Ganancias sobre activos totales. 2005-2006
(en %)
Prioridad Prioridad
económica social
PÉRDIDAS Y GANANCIAS
Prioridad Prioridad
económica social
PÉRDIDAS Y GANANCIAS
17. PÉRDIDAS POR DETERIORO DE ACTIVOS (NETO) 0,19 0,12 0,02 –0,04
17.1. Activos financieros disponibles para la venta 0,01 –0,01 — —
17.2. Inversiones crediticias 0,18 0,12 — —
17.3. Cartera de inversión a vencimiento 0,00 0,00 — —
17.4. Activos no corrientes en venta 0,00 0,00 — —
17.5. Participaciones 0,00 0,01 — —
17.6. Activo material 0,00 0,00 — —
17.7. Fondo de comercio 0,00 0,00 — —
17.8. Otro activo intangible 0,00 0,00 — —
17.9. Resto de activos 0,00 0,00 — —
18. DOTACIONES A PROVISIONES (NETO) 0,28 0,13 — —
21. OTRAS GANANCIAS 0,09 0,10 — —
21.1. Ganancias por venta de activo material 0,01 0,02 — —
21.2. Ganancias por venta de participaciones 0,07 0,06 — —
21.3. Otros conceptos 0,00 0,01 — —
22. OTRAS PÉRDIDAS 0,02 0,01 — —
22.1. Pérdidas por venta de activo material 0,00 0,00 — —
22.2. Pérdidas por venta de participaciones 0,00 0,00 — —
22.3. Otros conceptos 0,01 0,01 — —
Fuente: CNMV. Auditorías registradas (BBVA, BSCH y Banesto). Página web Triodos Bank. Elaboración propia.
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
cuada de recursos humanos, por una par- • Si (i*A – i*A ) < 0 refleja el coste adi-
BT BA
te, y, por otra, un elevado gasto fijo de ad- cional de la inclusión financiera res-
ministración y seguimiento por producto, pecto al que soporta el prestatario
por el reducido importe de la mayoría de tradicional.
sus operaciones activas, son dos facto-
• Si (i*ABT – i*ABA) > 0 refleja un abarata-
res que podrían explicar, en buena medida,
miento del acceso al crédito median-
el deterioro económico, que no social, de
te la banca alternativa. En esta situa-
su margen de explotación. Y lo que desde
ción, la utilidad social de la inclusión
una perspectiva estrictamente económica
se podría interpretar como ineficiencia en el financiera se ve incrementada por
control de los costes, bien podría suponer el ahorro de intereses que paga el
la necesaria adaptación de un negocio tra- prestatario de banca alternativa res-
dicional a una funcionalidad alternativa que pecto al de banca tradicional.
se compromete socialmente hasta sus últi- Obviamente, la suma de ambos compo-
mas consecuencias. nentes debe ser positiva, pues la utilidad
Presentadas la cifras más relevantes y social del crédito, para el perfil de prestata-
considerándolas orientativas de los dos rio que atiende la banca alternativa, siem-
modelos de banca comparados, se puede pre superará el coste de su inclusión finan-
afirma que, durante los años 2005 y 2006, ciera, al ofrecerle alternativas dignas de
los clientes de activo de la banca alternati- financiación. Los datos de la variable ana-
va han accedido al crédito a un precio su- lizada correspondientes a los dos últimos
perior al exigido por la banca tradicional. A años son los siguientes:
partir de este diferencial de intereses ac-
tivos, introducimos en nuestro desarrollo i*SA2005 = β2005 + (i*ABT – i*ABA) =
analítico la variable utilidad social de la in- = β2005 + (3,53% – 4,76%) = (2)
versión crediticia, denotada i*SA. En su es- = β2005 – 1,23%
tructura interna se identifican dos compo-
nentes diferenciados: i*SA2006 = β2006 + (i*ABT – i*ABA) =
= β2006 + (4,04% – 4,45%) = (3)
i*SA = β + (i*ABT – i*ABA) (1) = β2006 – 0,41%
A partir de este diferencial de intereses pa- Conjugando todos los aspectos (mone-
sivos, definimos la variable utilidad social tarios y sociales) del rendimiento del aho-
mínima de los ahorradores, que denota- rro, resulta la expresión:
mos i*SP , de modo que:
min
RP = i*PBA + (i*SPmin + α) (7)
i*SP = i*PBT – i*PBA (4)
min
Según los datos correspondientes a los
es decir, medimos la utilidad social mínima de años 2005 y 2006, el rendimiento total para
los ahorradores de banca alternativa como el ahorrador socialmente responsable es:
255
diferencial de intereses, aunque deducida en
forma de coste de oportunidad. Dicha varia- RP2005 = 2,26% + (0,87% + α2005) (8)
ble constata la renuncia voluntaria del aho- RP2006 = 2,10% + (1,84% + α2006) (9)
rrador socialmente responsable a la parte
del rendimiento monetario que obtendría del Pero, además de las consecuencias ana-
ahorro tradicional y que elige no cobrar, para lizadas hasta el momento sobre los presta-
aplicarlo socialmente. Los datos de la utilidad tarios y los ahorradores de banca alternati-
social mínima de los ahorradores en los dos va, la orientación del negocio bancario con
años consecutivos analizados son: prioridad social también afecta a los propie-
tarios de la entidad, minorando de forma
i*SPmin = i*PBT – i*PBA = muy significativa la rentabilidad de los recur-
2005 (5)
= 3,13% – 2,26% = 0,87% sos propios, tal como refleja el cuadro n.o 5.
Tal circunstancia no sólo se debe a un be-
i*SPmin = i*PBT – i*PBA = neficio neto mucho más limitado, como ya
2006 (6)
= 3,94% – 2,10% = 1,84% se indicó anteriormente, sino también al he-
cho de que la prioridad social condiciona la
Por tanto, el interés del 0,87% en 2005 propia estructura patrimonial de la entidad,
y del 1,84% en 2006, al que el ahorrador exigiendo un fortalecimiento de los fondos
de banca alternativa renuncia, es el valor propios ante el mayor nivel de riesgo de la
que, como mínimo, representa para él re- actividad bancaria alternativa.
ducir asimetrías informativas en la tutela de
su ahorro y aplicar sus fondos a destinos A pesar de ello, su preferencia por una
sociales, conocidos de antemano y acor- aportación de capital socialmente respon-
des con sus convicciones éticas. sable lleva a los socios a mantener su inver-
sión en la banca alternativa. La minoración
Ahora bien, el rendimiento total para el de rentabilidad financiera se ve compensada
ahorrador socialmente responsable, deno- con utilidad social que, como mínimo, vale el
tado Rp, se obtiene por agregación de dos diferencial de rentabilidad que obtendría en
componentes distintos: la banca tradicional. Denominamos a esta
— La remuneración explícita (vía interés) variable utilidad social mínima de los apor-
de su ahorro, que denominamos i*PBA y, tantes de capital, que denotamos ROES .
min
Conceptualmente, se obtiene por diferencia
— el valor del uso ético del ahorro, que entre las rentabilidades financieras corres-
medimos de forma explícita a partir pondientes a los dos escenarios planteados:
del mínimo i*SPmin e implícita y adicio-
nalmente a través de la variable α > 0. ROESmin = ROEBT – ROEBA (10)
Sonia M. Rodríguez Parada, M.a José Cabaleiro Casal
Cuadro n.o 5
Rentabilidad sobre recursos propios (ROE en inglés)
en dos orientaciones del negocio bancario. 2005-2006
(en %)
2005 2006
Variables
Prioridad Prioridad Prioridad Prioridad
Diferencial Diferencial
económica social económica social
Fondos propios
5,96 9,81 –3,85 6,40 8,07 –1,66
Activo total
ROE 13,28 4,42 8,86 20,54 4,95 15,59
Fuente: CNMV. Auditorías registradas (BBVA, BSCH y Banesto). Página web Triodos Bank. Elabora-
ción propia.
Si cuantificamos dicha variable con da- alternativa en los dos años analizados re-
tos de 2005 y 2006 se obtiene: sulta:
ROESmin
2005
= 13,28% – 4,42% = 8,86% (11) RFSBA2005 = 4,42% + (8,86% + ρ2005) (14)
ROESmin = 20,54% – 4,95% = 15,59% (12) RFSBA = 4,95% + (15,59% + ρ2006) (15)
2006
2006
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALLEN, F y GALE, D. (1999): Comparing Financial GUTIÉRREZ NIETO, B. (2005): «Antecedentes del micro-
Systems. Mit Press, Cambridge, MA. crédito. Lecciones del pasado para las experien-
ALSINA, O. (2002): La banca ética. Mucho más que cias actuales». CIRIEC-España. N.o 51: 25-50.
dinero. Icaria editorial, Barcelona. GUTIÉRREZ NIETO, B. (2006): «El microcrédito: dos
BECK, T., LEVINE, R y LOAYZA, N. (2000): «Finance escuelas teóricas y su influencia en las estrate-
and the Sources of Growth». Journal of Financial gias de lucha contra la pobreza». CIRIEC-Espa-
Economics. N.o 58: 261-300. ña. N.o 54: 167-186.
CARBÓ VALVERDE, S. y LÓPEZ DEL PASO, R. (2005): LEVINE, R., LOAYZA, N. y Beck, T. (2000): «Financial
«Exclusión financiera: un panorama». Perspec- intermediation and groth: Casuality and causes».
tivas del Sistema financiero. N.o 84. FUNCAS, Journal of Monetary Economics. N.o 46. Issue 1.
Madrid: 1-12. August: 31-77.
COMISIÓN DE LA UNIÓN Europea (2002): Comunica- PEACHEY, S. y ROE, A. (2004): Access to Finan-
ción relativa a la responsabilidad social de las ce. Oxford Policy Management. World Savings
empresas: una contribución empresarial al de- Banks Institute, Oxford.
sarrollo sostenible. COM 347 final. 2 de julio de P ORTER , M. (1992): «Capital Choices: Changing
2002. Bruselas. the way America invests in industry». Journal of
DE LA CUESTA GONZÁLEZ, M. (2004): «La responsabi- Applied Corporated Finance. N.o 5 (2): 4-16.
lidad social en el sector bancario: una propuesta SALAS FUMÁS, V. (2006): «Ética y confianza en los
de indicadores para medir su contribución social». mercados financieros». Papeles de Economía
Cuadernos de información económica. N.o 180. española. N.o 108. FUNCAS, Madrid: 27-39.
FUNCAS, Madrid: 79-85.
SANDRI, P. M. (2002): Dinero ético. La economía al-
DE LA CUESTA GONZÁLEZ, M. (2006a): «Responsabilidad ternativa y solidaria. Plaza & Janés-Intermón,
social del sector bancario. Su contribución a un de- Barcelona.
sarrollo más sostenible». Papeles de Economía es-
pañola. N.o 108. FUNCAS, Madrid: 173-190. SPI-FINANCE (2002): Suplemento sobre el sector de
servicios financieros sobre el desempeño social.
DE LA CUESTA GONZÁLEZ, M. (2006b): «Economía y
[en línea], <http://www.spifinance.com> (consul-
finanzas solidarias. La inclusión financiera y so-
ta: 19 abril 2007).
cial». Pobreza y solidaridad: hacia un desarrollo
sostenible. Federación de Cajas de Ahorros vas- SUSTAINABLE ASSET MANAGEMENT, SAM (2005): Avan-
co-navarras, Vitoria: 272-286. ces de la inversión sostenible y responsable en
DEL RÍO PARACOLLS, N. (2003): Rescata tu dinero. los mercados financieros internacionales. Zurich.
Finanzas solidarias y transformación social. Tala- VOGEL, E. (1979): Japan as Number One. Harper &
sa Ediciones, Madrid. Row, New York.
GOLDSMITH, R. (1969): Financial Structure and Deve- YUNUS, M. (1998): Hacia un mundo sin pobreza.
lopment. Yale University Press, New Haven, CT. Editorial Andrés Bello, Barcelona.
Cómo medir la actuación de los grupos
de interés: métodos y enfoques
generales de evaluación económica
260
El presente artículo destaca la vital importancia de las distintas partes implicadas en una empresa a la
hora de analizar la responsabilidad social corporativa (RSC); incluso para analizar la RSC en el contex-
to de los negocios. En el Reino Unido, el Boletín Jurídico de la Empresa (Departamento de Comercio
e Industria 2002) indicó que es beneficioso para las empresas británicas ser gestionadas basándose
en un enfoque de un accionariado informado. Este enfoque reconoce la importancia de los implicados
que no son accionistas, como instrumento clave para aportar un valor del accionariado. Reconocida
la importancia de estos implicados, resulta igualmente esencial que la dirección de la empresa mida
y gestione su actuación. Para ello contamos con dos enfoques generales: el uso de valores moneta-
rios para reflejar el valor o coste de los implicados, y el uso de valores no monetarios. Para analizar
estos dos enfoques, estudiaremos más adelante su posible uso sobre dos grupos de implicados: los
empleados y el medio ambiente. Concluiremos el artículo señalando las dificultades prácticas y éticas
existentes a la hora de calcular el valor económico de los recursos de los grupos implicados, optando
por un enfoque multidimensional para medir su actuación sin hacer uso de valoraciones económicas.
Enpresen gizarte-erantzukizuna aztertzeko enpresa batean inplikatuta dauden alde desberdinek duten
garrantzia azpimarratzen du artikulu honek, baita enpresen gizarte-erantzukizuna negozioen testuingu-
ruan aztertzeko duten garrantzia ere. Erresuma Batuan, Enpresaren Aldizkari Juridikoak (Merkataritza
eta Industria Saila, 2002) adierazi zuen enpresa britainiarrentzat onuragarria zela akziodun informatuen
ikuspegian oinarritzea kudeaketa. Ikuspegi honek akziodun ez diren inplikatuen garrantzia aitortzen
du, akziodunei balio bat emateko bitarteko giltzarri dira eta. Akziodun ez direnen garrantzia onartuta,
funtsezkoa da, halaber, zuzendaritzak bere jokaera neurtu eta kudeatzea. Horretarako, bi ikuspegi
nagusi ditugu: balio monetarioak erabiltzea inplikatuen balio edo kostua islatzeko, eta balio ez-mone-
tarioak erabiltzea. Bi ikuspegi horiek aztertzeko, aurrerago, bi talde inplikaturengan nola erabili litekeen
aztertuko dugu: langileengan eta ingurumenean. Artikulua amaitzeko, talde inplikatuen baliabideen
balio ekonomikoa kalkulatzeko ditugun zailtasun praktiko eta etikoen berri emango dugu, eta alderdi
anitzeko ikuspegia hautatuko dugu inplikatuen jokaera neurtzeko, balorazio ekonomikorik egin gabe.
This paper begins by suggesting that when considering Corporate Social Responsibility (CSR), even
CSR as justified in terms of the business case, stakeholders are of great importance to corporations.
In the UK the Company Law Review (DTI, 2002) has suggested that it is appropriate for UK companies
to be managed upon the basis of an enlightened shareholder approach. Within this approach the
importance of stakeholders, other than shareholders, is recognised as being instrumental in succeeding
in providing shareholder value. Given the importance of these other stakeholders it is then important
that corporate management measure and manage stakeholder performance. In order to do this there
are two general approaches that could be adopted and these are the use of monetary values to reflect
stakeholder value or cost and non-monetary values. In order to consider these approaches further this
paper considered the possible use of these approaches for two stakeholder groups: namely employees
and the environment. It concludes that there are ethical and practical difficulties with calculating
economic values for stakeholder resources and so prefers a multi-dimensional approach to stakeholder
performance measurement that does not use economic valuation.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Enfoques generales de medición de la actuación de los grupos de interés 261
3. Los empleados
4. El medioambiente
5. Conclusiones
Referencias bibliográficas
Palabras clave: accionariado, valor ecológico añadido, valor económico total, responsabilidad social
corporativa
y ética de las teorías de los grupos de inte- también grupos de interés no voluntarios
rés (stakeholder theorie) y de los accionistas (como ciudadanos, comunidades, entornos
(shareholder theorie) de la empresa, pero ecológicos, o generaciones futuras) que no
puede hallarse más información en la litera- eligen ni entrar, ni mantenerse al margen
tura relativa a la ética de los negocios (véa- de la relación con la organización. Wheeler
se por ejemplo Clarkson, 1995; Donaldson y Silanpaa (1997) enfocaron la cuestión
and Preston, 1995; Hasnas, 1998; Jones, de la identificación de los grupos de inte-
1995; Jones and Wickes, 1999; Shank- rés desde su experiencia práctica y logra-
man, 1999; Sternberg, 1994, 1998). ron «definirlos de cuatro maneras» (p. 167),
como recoge el cuadro n.o 1.
El propósito de este artículo se centra
en reconocer la importancia que para la Una vez identificado los numerosos gru-
gestión de una empresa tienen las partes pos de interés en las distintas categorías,
implicadas o grupos de interés distintos del este artículo se centra en dos grupos con-
de los accionistas, incluso en el enfoque cretos: un grupo de interés primario social,
conocido como «accionariado informado». los empleados, y un grupo de interés pri-
Partiendo de esta base, la dirección de la mario no social, el medioambiente, para
empresa requerirá información que le po- intentar analizarlos en profundidad. Este
sibilite tener en cuenta las necesidades de trabajo, por tanto, se compone de dos
los grupos de interés no accionistas. Lo apartados que analizan las potenciales me-
que este artículo sugiere es que, si éste es didas de actuación que, bajo ambos enfo-
el caso, entonces la medición y gestión de ques generales, pueden aplicarse a estos
la actuación de los grupos de interés será dos grupos; los empleados y el medioam-
de gran importancia para la administración biente. Éstos fueron seleccionados debido
de la empresa. El siguiente apartado del ar- a la variedad y al avance de las medidas
tículo analiza dos enfoques generales para de la actuación que se dan en estos gru-
abordar dicha medición que podrían apli- pos, mucho mayor que las observadas en
carse en un marco de medición de actua- otros grupos igualmente relevantes. El ar-
ción de grupos de interés específicos. Los tículo concluye con un análisis sobre cómo
dos enfoques difieren en que uno de ellos la medición y gestión de la actuación de
intenta atribuir un valor monetario a los re- los grupos de interés cuenta con el poten-
cursos de los grupos de interés, mientras cial de informar y avanzar en el campo de
que el otro cuantifica la actuación de éstos la RSC.
en valores no monetarios.
Hay un gran número de grupos de inte-
rés que pueden identificarse. Según Clark- 2. ENFOQUES GENERALES DE
son (1994), por ejemplo, existen grupos MEDICIÓN DE LA ACTUACIÓN
de interés voluntarios (entre los que se en- DE LOS GRUPOS DE INTERÉS
cuentran los accionistas, los inversores, los
empleados, los gerentes, los clientes y los Explicado en forma simplista, existen
proveedores) que pueden retirar su partici- dos enfoques generales para medir la ac-
pación y, por ello, requieren un valor añadi- tuación de los grupos de interés. El prime-
do de tal forma que ofrezcan de forma vo- ro de éstos mide la actuación de los gru-
luntaria su respectiva participación. Existen pos de interés cuantitativamente, esto es,
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
Cuadro n.o 1
Tipología de los grupos de interés de Wheeler y Silanpaa
(1997)
Norton (1992, 1993, 1996a, 1996b). Este secundario). Dicho modelo podría ser con-
modelo sopesa las distintas necesidades cebido como un modelo de medición de
competitivas de una organización. En su actuación basado en las partes implicadas.
forma original (1992), se le atribuyó a dicho Estudios más recientes sobre el cuadro de
cuadro la capacidad de permitir a la admi- mando integral de Kaplan y Norton (véase
nistración de la empresa observar su ne- por ejemplo: 2001a; 2001b) han cambiado
gocio desde cuatro «perspectivas». Estas la orientación de este trabajo hacia una ma-
perspectivas son las siguientes: yor vinculación entre el cuadro de mando
integral y la estrategia. Además, han valo-
— Perspectiva del cliente;
rado los vínculos causales entre las distin-
— Perspectiva interna del negocio; tas perspectivas y afirman que el cuadro de
mando integral «complementa la gestión del
— Perspectiva de innovación y aprendi- valor de los accionistas, definiendo los fac-
zaje; y tores motores del crecimiento de los ingre-
— Perspectiva financiera. sos —objetivos y medidas explícitas para
clientes determinados, propuestas de valor
La perspectiva del cliente se puede cla- de clientes distinguidos, procesos internos
sificar como la perspectiva de un grupo im- para la innovación y fortalecimiento de las
plicado decisivo, y la perspectiva financie- relaciones de los clientes, y la inversión ne-
ra está relacionada con los accionistas. La cesaria en infraestructuras de personal, sis-
perspectiva de innovación y aprendizaje re- temas y adaptación organizativa» (2001b,
flejaría la necesidad de desarrollar el capital p. 156). El reconocimiento de otros facto-
humano por parte de los trabajadores. Las res, que incluyen algunos factores concre-
relaciones de los proveedores fueron incor- tos relativos a las partes implicadas, como
poradas a lo que más tarde (1996a) se lla- complementos al valor accionarial concuer-
maría la perspectiva de procesos internos da con el enfoque de un accionariado infor-
del negocio. A pesar de identificar y de- mado mencionado anteriormente.
sarrollar las cuatro perspectivas señaladas
anteriormente, Kaplan y Norton sugieren Kaplan y Norton aconsejan a las em-
que cada negocio debe diseñar y adoptar presas utilizar el cuadro de mando integral
su propio cuadro de mando para satisfa- como marco de medición de actuación mul-
cer sus propias necesidades. Sin embargo, tidimensional. Algunos enfoques sobre los
declaran explícitamente (1996a) que «no informes sociales de la empresa también
piensan que todos los accionistas tengan podrían considerarse medidas cuantificado-
ras y multidimensionales, en términos no fi-
derecho a un puesto en el cuadro de man-
nancieros. Quizás el más conocido de ellos
do de la empresa. La dirección de la actua-
sea el Global Reporting Initiative (GRI), que
ción y los resultados del cuadro de mando
se trata de una guía para la elaboración de
debería medir aquellos factores que impli-
memorias de sostenibilidad. Pero no preten-
quen una ventaja competitiva y supongan
demos adentrarnos en el GRI, ya que será
un gran paso adelante para una organiza-
analizado con mayor profundidad en otro
ción». Dicho esto, resulta relativamente fá-
artículo de este número de Ekonomiaz.
cil imaginar un cuadro de mando integral en
el que algún día se incluyan los intereses de El segundo enfoque general para medir
cada implicado primario (y potencialmente la actuación consiste en traducir las reper-
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
cusiones que las actividades empresariales impactos sobre los grupos de interés en
provocan en los grupos de interés a térmi- términos monetarios e incorporarlos a los
nos económicos y financieros. Así pues, informes financieros tradicionales. Los dos
bajo este enfoque, el impacto concreto so- apartados siguientes de este artículo se
bre un implicado se convierte en un valor adentrarán con mayor detalle en estos en-
monetario. Si podemos convertir de ma- foques aplicándolos a dos grupos concre-
nera exacta, o al menos aproximada, un tos de interés. En primer lugar, están los
impacto concreto en valoraciones econó- empleados de una empresa a los cuales
micas, entonces éstas pueden agruparse Wheeler y Silanpaa (1997) identifican den- 265
para observar su efecto global. Podrían uti- tro de su tipología como grupos de inte-
lizarse dichas valoraciones económicas en rés primarios sociales. Y en segundo lugar,
los informes anuales de cuentas más tra- está el medioambiente, al cual denominan
dicionales o en informes ligeramente mo- implicado primario no social.
dificados, para reflejar una medida más
completa de actuación. Una vez traduci-
dos a términos monetarios, los impactos 3. LOS EMPLEADOS
de las partes implicadas podrían explicar-
se mediante la contabilidad por partida do- Los empleados son un grupo de inte-
ble como ingresos, costes, activo, pasivo y rés primario, sin el cual la organización no
capital. Según la naturaleza del impacto es puede funcionar, y por lo tanto la dirección
posible prever los impactos explicándolos de la empresa ha de medir su actuación.
de cada una de estas maneras, si bien los Una fuente de información de medidas re-
contables más tradicionales encontrarán levantes de los empleados son los infor-
cierta dificultad en el manejo de la subjetivi- mes de empleo o empleados, desarrollados
dad que implica ofrecer estimaciones mo- por las empresas. A pesar de la falta de re-
netarias relevantes. quisito legal para aportar a los empleados
muestras informativas de este tipo de infor-
Este apartado señala que se pueden mes, en el Reino Unido se pueden encon-
adoptar esencialmente dos enfoques ge- trar muestras que datan de hace muchí-
nerales a la hora de medir la actuación de simo tiempo. Parker, Ferris y Otley (1989)
los grupos de interés. Ambos cuantifican afirman que se pueden recoger muestras
sus efectos, pero cada uno lo hace de ma- incluso de finales de la década de 1800
nera distinta. El primero calcula la actua- y Woodward (1970), a su vez, informó de
ción de los grupos de interés en términos su uso ya en la década de 1950. Este in-
no financieros y es más consecuente con terés por los informes de empleados en el
el concepto de medición de actuación mul- Reino Unido creció rápidamente desde la
tidimensional que nos aleja de los estados época en que ASSC (1975) publicó el Cor-
financieros tradicionales. En este mode- porate Report hasta principios de los 80.
lo pueden desarrollarse indicadores clave El objetivo concreto de dicho informe era
de actuación para cada implicado que la analizar y «satisfacer, en la medida de lo
empresa identifique y utilizar una especie posible, las necesidades informativas de
de «cuadro de mando integral» para infor- los usuarios». El Corporate Report identifi-
mar sobre las decisiones de gestión. El se- có una serie de grupos de usuarios y sus
gundo enfoque consiste en convertir los necesidades informativas. Uno de los gru-
Stuart Cooper
pos identificados fue el de los empleados, fiere, el efecto directo de los empleados se
y señaló que había una necesidad de rea- refleja como un coste en la cuenta de re-
lizar un informe específico para ellos. Este sultados. El coste total de los empleados
interés por los informes de empleados de para la empresa es el resultado de los ni-
aquella época en el Reino Unido fue refle- veles de remuneración y el número de em-
jado tanto por empresas (Hussey, 1981; pleados. La valoración monetaria de los
Lyall, 1982) como por teóricos (véase por costes de los empleados puede clasificar-
ejemplo Hilton, 1978; Hussey and Marsh, se dentro del segundo enfoque, por lo que
1983; Maunders, 1984). La información de volveremos a ella más adelante.
la actuación de los empleados fue amplia-
Otros factores al margen de la remune-
mente debatida en el contenido de los in-
formes de empleados, lo cual llevó a pro- ración resultan igualmente importantes a
poner una plétora de medidas potenciales. la hora de estudiar la actuación de una or-
Más recientemente se han llevado a cabo ganización con sus empleados y viceversa.
estudios que se centran en la divulgación Foley y Maunders (1977) señalan que las
de los recursos humanos dentro los infor- necesidades informativas de los emplea-
mes anuales. Un ejemplo lo encontramos dos se dividen en cuatro categorías funda-
en Vuontisjärvi (2006), quien consideró este mentales: indicadores de actuación o éxito,
aspecto en el contexto de las empresas seguridad laboral, condiciones de trabajo,
finlandesas. Los temas más comúnmen- y equidad (entre empleados y accionistas,
te divulgados por las empresas fueron los trabajadores y directivos, y entre los pro-
siguientes: formación y desarrollo de per- pios trabajadores). Podemos echar mano
sonal (79%); pagas y beneficios (68%); par- de las categorías que hemos mostrado an-
ticipación e implicación del personal (68%); teriormente para imaginar el aspecto que
valores y principios (66%); salud y bienestar puede tener un modelo de medición de ac-
de los empleados (61%); medición de políti- tuación de los empleados. Concretamente, y
cas (55%); políticas de empleo (49%); segu- desde el punto de vista de la administración
ridad en el trabajo (38%); igualdad de opor- de una empresa, se puede observar cada
tunidades (34%); y equilibrio entre la vida una de estas categorías para valorar la ac-
personal y el trabajo (4%). Muchos de estos tuación de sus empleados hacia la empre-
asuntos se abordarán más adelante, indu- sa y la actuación de la empresa hacia sus
dablemente aportan un valioso conocimien- empleados. Los siguientes subapartados
to de estos asuntos de indudable relevancia consideran cada una de estas categorías y
que tienen que ver con los empleados. sus posibles medidas relevantes con mayor
detalle. La categoría de equidad es una ex-
cepción que será considerada como parte
3.1. Medidas específicas de del segundo apartado, ya que es analizada
la actuación de los empleados en términos monetarios.
outputs en relación con los inputs, un con- ción, ya que reflejan las unidades vendidas
cepto aparentemente sencillo según Maun- en un periodo determinado, no las unida-
ders (1984). La productividad marginal des producidas. La diferencia clave en-
mide el aumento de las unidades de inputs tre la producción y las ventas se halla en
necesarias para incrementar una unidad de la variación de los niveles de existencias,
los outputs, lo cual resulta a menudo difícil por lo que ha de ser tenida en cuenta en el
de medir. La productividad puede medirse cálculo de la producción.
según la productividad total de los facto-
El denominador del cálculo de la pro-
res, que tiene en cuenta todos los inputs, 267
ductividad es el nivel de inputs y, como he-
o según un factor concreto de producción,
mos señalado anteriormente, en este caso
como por ejemplo la productividad de la
nos centraremos en el nivel de inputs de la
mano de obra. Centrados como estamos
mano de obra. En lo que se refiere al con-
en los trabajadores, ésta última resulta de
junto de una organización o una industria,
especial relevancia. Ahora bien, Maunders
hay muchas clases de mano de obra impli-
(1984) señala que nos encontramos con
cadas en el proceso de producción. Cada
un problema fundamental a la hora de in-
empleado tiene distintas habilidades y ta-
tentar analizar la productividad de un de-
reas, y no puede por tanto ser considerado
terminado factor de la producción, ya que
una unidad de producción estándar. Esto
los outputs no se producen de forma ais-
sugiere que no basta simplemente con su-
lada sino en conjunto con el resto de los
mar las horas de los distintos trabajadores.
factores de producción. Es imposible sacar
Parker y Martin (1995) sostienen que es po-
adelante una unidad de producción sin ha-
sible utilizar simplemente el nivel de empleo
cer uso de otros factores productivos. Uno
según las horas o el número de trabajado-
de los factores más evidentes es el capital.
res, admitiendo que no hay variación en
Un cambio en el capital empleado puede
la calidad o habilidad de la mano de obra.
conducir a un cambio en la cantidad o en
Defienden que este argumento es razona-
la clase de trabajo requerido. Por lo tanto,
ble debido al corto espacio de tiempo de
para lograr entender adecuadamente los
su estudio (periodos de cuatro años). Pero
cambios en la productividad de la mano de
si no puede adoptarse esta opción, enton-
obra, será también necesario considerar
ces es necesario encontrar una forma alter-
los cambios en el resto de los factores de
nativa para medir los inputs de los trabaja-
producción.
dores. Se puede exigir el uso de los costes
El numerador del cálculo de la produc- de los trabajadores para compensar las di-
tividad es la producción, y ésta es prefe- ferencias en la calidad o habilidad, aunque
riblemente medida por unidades de pro- Maunders (1984) afirma que sin la existen-
ducción más que por valores monetarios. cia de un mercado de trabajo perfectamen-
Sin embargo, debemos tener en cuenta te competitivo (e ideal) los costes no pue-
que la discriminación y la variación de los den reflejar exactamente el valor intrínseco
precios afectan a los valores monetarios, de las contribuciones de los empleados.
por lo que éstos no constituyen una me- Pero si no puede adoptarse esa hipótesis,
dida objetiva de producción. De modo si- es preciso encontrar una medida alternativa
milar, las ventas (o volumen de ventas) no para los inputs (consumos) del factor traba-
resultan una medida apropiada de produc- jo. Puede proponerse la utilización de los
Stuart Cooper
costes de personal, para tener en cuenta Algunos de estos factores, como la in-
las diferencias en las habilidades o cualifi- formación que concierne a despidos y re-
caciones, aunque Maunders (1984) sugiere distribución, pueden ser más relevantes
que, si no existe un mercado perfecto para para la seguridad laboral pero son una
el factor trabajo, esos costes quizás no re- muestra del amplio abanico de factores
flejen correctamente el valor intrínseco de que resultan relevantes y que no guar-
las aportaciones de los empleados. dan relación con la remuneración. Pero,
como sugiere Maunders (1984), esto no
Es posible que cualquier estudio que la
es todo ya que dentro de la categoría de
empresa realice sobre la actuación de sus
la información relativa a la salud, seguri-
empleados tenga en cuenta el nivel de pro-
dad y bienestar, que es de gran importan-
ductividad. Esto puede parecer un proce-
cia aunque no necesariamente exhaustiva,
so simple pero en la práctica resulta muy
se incluyen índices de accidente, enferme-
complejo y requiere la adopción de medi-
dades laborales, ruido, temperatura, ilumi-
das que pueden «subjetivizar» los cálculos,
nación, protección del tiempo atmosférico,
como ya se ha comentado.
vibraciones, ventilación, suciedad/limpie-
za, humedad/transpiración, olores, espa-
Las condiciones laborales cio de trabajo/hacinamiento, contamina-
ción del aire - polvo/gases/humo, niveles
Las condiciones laborales de los em-
de radiación, exposición a productos quí-
pleados son a menudo extremadamente
micos, riesgos de contagio biológico, pe-
difíciles de medir en términos cuantitativos.
ligros físicos de maquinaria, etc. y peligro
Por ejemplo, los informes de Milton (1978)
de incendio.
informan de que en segundo código de
práctica realizado por el Instituto de Media-
ción, Arbitraje y Conciliación (ACAS Advi- Seguridad laboral y satisfacción laboral
sory Conciliation and Arbitration Service),
La seguridad laboral resulta del mismo
destacan cinco áreas entre las que se en-
modo bastante intangible, ya que está re-
cuentra el área «condiciones». El desglose
lacionada con el estado mental de un em-
de componentes de estas condiciones es
pleado individual y con las expectativas
el siguiente:
de futuro que los trabajadores perciben de
— Contratación. su situación dentro de una empresa y de
la propia empresa. Dicho esto, hay cierta
— Redistribución de la mano de obra.
información que tiene un impacto direc-
— Formación. to sobre estas percepciones. Concreta-
mente, la solidez financiera y la actuación
— Ascenso.
de la organización son fundamentales, si
— Igualdad de oportunidades. bien posiblemente resulten más importan-
tes los proyectos futuros tanto de negocio
— Valoración.
como de nivel de empleo. Es por esto por
— Seguridad, salud, bienestar. lo que se argumenta que los empleados
han de exigir ser informados sobre las ac-
— Despido.
tuaciones y proyectos financieros. El nivel
— Jubilaciones. de seguridad laboral que perciban los tra-
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
bajadores, así como el resto de medidas de mano de obra anual» como viene expre-
ya citadas, tiene un impacto significativo sado a continuación:
sobre el nivel global de satisfacción labo-
Rotación N.o de bajas
ral. Así pues, el nivel de satisfacción de
anual de = durante el año
los empleados depende de su remunera-
o
× 100
la mano N. medio de empleados
ción, nivel de productividad, condiciones
de obra durante el año
de trabajo y seguridad laboral. Como tal,
éstas podrían considerarse medidas de
Bowey (1974) señala que esta medida
input dentro de la satisfacción y bienestar
está sesgada hacia el proceso de «atrac- 269
de los empleados. Un enfoque alternativo ción» («efecto llamada», inclinación por otros
consiste en medir el rendimiento, que en lugares) en contraposición al proceso de
este caso sería el nivel de satisfacción de «empuje» («efecto salida», descontento con
los empleados. Para ello podrían utilizar- el trabajo). Añade además que es mejor
se directamente encuestas a empleados medir el proceso de «empuje» con la ayu-
que recojan sus niveles de satisfacción. El da de un índice de estabilidad laboral del si-
problema de este método reside en el di- guiente tipo:
seño de una formulación adecuada de las
preguntas, de tal manera que se obten- N.o actual de trabajadores que
gan respuestas representativas e impar- llevan un año o más de servicio
× 100
ciales. Una segunda vía para medir la sa- N.o total de empleados
tisfacción laboral es el uso de indicadores un año atrás
o variables aproximadas. Maunders (1984)
sostiene que podrían utilizarse las siguien- Tanto el proceso de «empuje» como el
tes medidas como indicadores de produc- de «atracción» son muestras de un atractivo
ción de la satisfacción de los empleados: comparativo de una organización, por lo que
podría considerarse que el indicador de rota-
— Accidentes. ción anual de mano de obra, la cual engloba
ambos procesos, es la más exhaustiva.
— Incidencia de conflictos.
Para medir la actuación de una empresa
— Quejas.
es necesario considerar diversos aspectos
— Absentismo y escasa puntualidad. de su relación con los empleados. Podría
decirse que una empresa ha actuado bien
— Productividad/ despilfarro.
con los empleados, si éstos se sienten sa-
— Desgaste/Estabilidad de los trabaja- tisfechos en su trabajo. La dificultad se ha-
dores. lla a la hora de medir el nivel de dicha satis-
facción, ya que puede resultar problemática
— Actuaciones disciplinarias.
a pesar de intentar abordarla mediante una
Cada una de ellas puede medirse en comunicación directa. Por ello, se han lle-
términos absolutos o en relación al núme- vado a cabo distintos intentos para realizar
ro de empleados o tiempo perdido. Según mediciones aproximadas de la satisfacción
Maunders (1984), la medida del desgaste de los empleados y se han encontrado dos
de la mano de obra más comúnmente utili- opciones: bien como medidas de output,
zada es la variación del «índice de rotación bien como medidas de input. De hecho, am-
Stuart Cooper
bas pueden considerarse complementarias activos en lugar de costes y figurar, por tan-
y pueden por tanto utilizarse conjuntamente to, en el balance patrimonial.
para obtener una estimación de la actuación
de los empleados de una organización.
Cuenta de valor añadido
en los años 70 (Roslender and Fincham, cio básicamente representan «niveles de ser-
2004). En el Reino Unido, la contabilidad vicios» correspondientes al grado de puesto
de los recursos humanos fue abordada en de trabajo y salarios, y «grupos de servicios»
el número especial de Accounting, Orga- relacionados con distintos grados de ac-
tuación (actuación media, por encima de la
nizations and Society (AOS) en 1976, pero
media o bajo la media, en una determinada
el interés en la investigación disminuyó en
posición o nivel). Por lo tanto, la futura contri-
este país a partir de los años 80. Un aspec-
bución que la entidad espera de un individuo
to de la investigación de la contabilidad de
puede estimarse utilizando tres variables in-
los recursos humanos se basa en la premi- dependientes: 271
sa de que los recursos humanos son efec-
1. nivel de servicios,
tivamente un recurso escaso y que éstos
tienen el potencial de aportar grandes ven- 2. grupo de servicios, y
tajas a una empresa. Por lo tanto, buena 3. intervalo de tiempo, dadas las probabili-
parte de la investigación en contabilidad dades de que un individuo ocupe varios
de los recursos humanos busca la manera niveles de servicios durante el lapso de
de atribuir un valor monetario a los recur- tiempo observado.
sos humanos (véase por ejemplo Marquès, El resultado final es una aproximación al
1976). Flamholtz (1976, p. 153) sugiere valor realizable que la empresa espera de un
que, «más que utilizarse para el informe fi- individuo.
nanciero de la empresa, podría servir como (Carper and Posey, 1976, p. 144)
una herramienta administrativa». Por ejem-
plo, Carper y Posey (1976) observan «tres A comienzos de los años 70, se expu-
medidas sucedáneas distintas para la eva- so otra serie de modelos de contabilidad
luación del personal dentro de una contabi- de los recursos humanos, relacionados
lidad pública» (pág. 143). Las tres medidas con «variables tales como la inversión de
posibles observadas por Casper y Posey la empresa en formación laboral, costos
(1976) se basan en el modelo de costos de reposición de los empleados o el valor
de reposición de Flamholtz (1969), costos realizable neto de los empleados» (Ame-
históricos y de salarios anuales relaciona- rican Accounting Association Committee
dos con la contratación y el desarrollo pro- sobre la contabilidad de los recursos hu-
fesional. Concluyeron que la cuestión cla- manos, 1974, pág. 117, aparece citado en
ve se encontraba en dirimir cuál de dichas Flamholtz, 1976).
medidas podría ser más válida y fiable para
El número especial de AOS también re-
evaluar los recursos humanos y el modelo
coge otros modelos que intentan evaluar
preferido resultó ser el de costos de reposi-
los recursos humanos. Uno de estos mo-
ción, desarrollado por Flamholtz (1969). En
delos (Ogan, 1976) incluye siete determi-
sus propias palabras:
nantes principales de valor entre los que se
incluyen los sueldos o salarios, la contrata-
Este modelo particular examina hipotética-
mente a un individuo a través de un conjun- ción, los costes de formación y desarrollo,
to de papeles organizativos mutuamente ex- de así como la probabilidad de superviven-
clusivos o «estados de servicio» durante un cia y continuidad laboral. Cannon (1976)
intervalo de tiempo estimado aplicando pro- describió otro marco considerando «el de-
babilidades subjetivas. Los estados de servi- sarrollo de las habilidades como una inver-
Stuart Cooper
sión y no como un coste» (pág. 253). Para un área popular de la investigación acadé-
un estudio un poco más tardío en la lite- mica. Incluso allí donde todavía se utiliza
ratura acerca de la valoración de la con- el título de «contabilidad de los recursos
tabilidad de los recursos humanos véase humanos», se reconoce que no se trata
Grove, Mock and Ehrenreich (1977). En su exclusivamente de «incluir a las personas
obra se puede apreciar una «taxonomía de en el balance general». Esto es en parte
los sistemas de medida de la contabilidad debido a los problemas abordados ante-
de los recursos humanos» (pág. 223), que riormente y que guardan relación con el
distingue entre los sistemas basados en cálculo de un valor razonable, pero Toul-
los inputs (tales como los costes de adqui- son y Dewe (2004) sugieren que se trata
sición) y los outputs (tales como los costes en realidad de reconocer a los empleados
se oportunidad). como un recurso valioso para la empresa.
Y una administración dispuesta a colabo-
Sin embargo, ya hemos señalado que rar desarrolla, controla y evalúa dicho re-
tal interés por la contabilidad de los re- curso.
cursos humanos en el Reino Unido deca-
yó pasados los primeros años 80. Esto Roslender y Fincham (2004) añaden que
pudo ser casual, pero puede estar ligado la contabilidad de los recursos humanos
al cambio de gobierno acaecido en el Rei- gozó de mayor popularidad en Suecia,
no Unido, ya que tuvo un efecto directo donde condujo a la investigación de la con-
sobre las relaciones industriales como de- tabilidad del llamado capital intelectual. Los
fienden Burchell, Clubb y Hopwood (1985), detalles concretos del desarrollo de la con-
que ya han sido mencionados. Otra cues- tabilidad del capital intelectual se encuen-
tión igualmente abordada en este mismo tran más allá del alcance de este artículo,
apartado, es la posibilidad de que las pre- si bien el trabajo de Grojer and Johansen
ocupaciones sobre la validez y fiabilidad (1998) y Mouritsen, Larsen and Bukh (véa-
de los modelos de medición propuestos, y se por ejemplo: 2001a; y 2001b) han sido
en algunos casos su complejidad, podrían muy influyentes. El trabajo de Mouritsen
guardar relación con su escasa divulgación et al. (2001a) se refiere concretamente al
académica. caso del Skandia’s Navigator, el cual com-
parte ciertas similitudes con el cuadro de
mando integral citado anteriormente. Sin
3.3. Conclusiones del apartado embargo, se distingue de éste último en
su enfoque de lo humano, si bien incluye
de los empleados
un enfoque financiero, un enfoque de clien-
te, y una renovación y desarrollo. El cuadro
Concluiremos este apartado parafra-
por sí mismo se compone de un gran nú-
seando a Darwin; según la ley del más
mero de indicadores y muchos de ellos no
fuerte, los modelos de medición de actua-
son financieros; concretamente dentro del
ción que mejor han soportado la prueba
enfoque humano, encontramos indicado-
del tiempo son los no financieros. Concre-
res que concuerdan con aquellas medidas
tamente, si revisamos la contabilidad de
discutidas anteriormente.
los recursos humanos vemos que los in-
tentos de atribuir un valor financiero deter- Mouritsen et al. (2001b) se centran en
minado a los recursos humanos ya no son el estado contable de capital intelectual
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
que de nuevo abarca muchos más as- ción empírica ha sido estudiar la variación
pectos que los estados financieros tradi- en el grado de transparencia informativa
cionales. Mouritsen et al. lo califican de de las compañías durante un periodo de
«formas complejas de informes que com- tiempo, sobre lo cual se cuenta con nu-
binan números, narraciones y concepcio- merosos estudios. Sin embargo, ninguna
nes» (p. 745). Resulta interesante destacar de estas tendencias de investigación ha
su conclusión: «simplemente decir que ello identificado medidas que ayuden a medir
refleja de algún modo que la diferencia en- la actuación medioambiental de la empre-
tre los valores de mercado y los valores se- sa. Esto no significa que no se haya reali- 273
gún las normas académicas no es adecua- zado ningún trabajo dentro del ámbito de
da. Cuando las empresas hablan sobre los la contabilidad o en cualquier otro campo,
estados de capital intelectual, están expre- y en este apartado analizaremos dicha in-
sando sus intereses en controlar y dirigir la vestigación.
empresa» (p. 760). Esto sugiere que a la
hora de analizar las medidas de actuación Al igual que el apartado anterior, el pre-
de los empleados no se trata simplemente sente se divide en dos enfoques generales
de valorar un activo, ya que ello no refleja la para analizar la medición de la actuación
naturaleza compleja y diversa de la relación de los grupos de interés. En primer lugar,
entre la empresa y los empleados. analizaremos el enfoque que no cuantifi-
ca los impactos mediante términos mo-
netarios (Boyce, 2000), sino que se sirve
4. EL MEDIOAMBIENTE de otros datos cuantitativos; y en segun-
do lugar, un enfoque mediante el cual los
Wheeler y Silanpaa (1997) definen el efectos del medioambiente pueden cuan-
medioambiente como un grupo de interés tificarse según los costes y beneficios, e
o partícipe primario no social. Una compli- incorporarse de alguna manera a una ver-
cación añadida es que el medioambiente sión adaptada de los estados financieros
no puede hablar por sí mismo y por eso a tradicionales.
menudo es defendido por grupos de inte-
rés especial (como grupos de interés se-
cundarios no sociales), que luchan por su 4.1. Medidas específicas de actuación
protección. Existen tantos grupos como medioambiental
asuntos medioambientales que afectan
al planeta. Quizá como refl ejo de la im- El primer enfoque identifica los asuntos
portancia de estos temas, la contabilidad medioambientales clave a los que se en-
medioambiental lleva gozando de gran frenta el planeta, por lo que algunos con-
popularidad entre los académicos des- siderarán directa o indirectamente de gran
de finales de los 80. Parte de la investi- importancia para las empresas, y des-
gación de la contabilidad medioambien- pués analiza las medidas que incorporan
tal ha intentado demostrar una relación adecuadamente la actuación sobre es-
causal ente la actuación medioambien- tas cuestiones. Gray, Bebbington y Wal-
tal o divulgación y la actuación financiera ters (1993) señalan los siguientes asuntos
(un ejemplo lo tomamos de Toms, 2000). medioambientales como los más apre-
Otra tendencia importante de la investiga- miantes (ver cuadro n.º 2).
Stuart Cooper
Cuadro n.o 2
Asuntos medioambientales
¿Crisis medioambiental?
Como puede apreciarse hay una gran nado cambio climático), si bien todavía hay
variedad de asuntos. Algunos podrían se- quien argumenta que la causa no reside en
ñalar que varios son de naturaleza social o el papel del hombre. A partir de esta lista
relacionada con especies no humanas más de asuntos, se trata de medir la verdadera
que de índole medioambiental, pero otros actuación de la empresa según el impac-
son asuntos de una gran y evidente impor- to que produce sobre un asunto medio-
tancia en lo que se refiere al medio natural ambiental determinado. Para la mayoría de
en el que habitamos. Pero no sorprende, estos asuntos, la tecnología actual apor-
aunque sin duda es ciertamente decepcio- ta soluciones, de tal manera que permite
nante, constatar que estos asuntos son al realizar medidas específicas de los niveles
menos tan relevantes hoy en día como en de inputs y outputs concretos que resul-
el momento en que fueron identificados tan relevantes para los asuntos identifica-
por sus autores, hace más de dos déca- dos. Una vez más, el marco del Global Re-
das. De hecho algunos de estos asuntos porting Initiative sirve de fuente, que dedica
se consideran hoy en día mucho más ur- un apartado específico sobre los indicado-
gentes de lo que anteriormente se pensó, res medioambientales. Éstos se clasifican
si cabe. Hoy en día por ejemplo, parece en materiales; energía; agua; biodiversidad;
que todo el mundo, incluidos los científicos emisiones, vertidos y desperdicios; pro-
que hasta hoy se mantenían escépticos, ductos y servicios; conformidad; transpor-
aceptan que está teniendo lugar un calen- te; e indicadores globales. Ya hemos seña-
tamiento global (más comúnmente denomi- lado anteriormente que no es este estudio
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
el idóneo para abordar este asunto en pro- utilizarlas. Una vez medidas, se podrán es-
fundidad. tablecer los objetivos para un cambio de
actuación. Dichos objetivos podrían estable-
Otra fuente de medidas de actuación
cerse tanto por razones normativas como
medioambiental lo aporta el ISO 14031
instrumentales. Normativamente, se pue-
(ISO, 1997), que cuenta con tres catego-
de fijar como objetivo una reducción de una
rías de indicadores básicos:
emisión concreta porque la dirección de la
1. Indicadores de la situación medio- empresa considere que dicha reducción es
ambiental: siguen la pista a las con- importante para su propio interés. Instru- 275
secuencias medioambientales de las mentalmente hablando, se puede perse-
actividades comerciales. Bennett y guir una reducción porque haya implicacio-
James (1998) sugieren que éstas a nes de costes y por lo tanto se trate de una
menudo se centran en indicadores cuestión de negocio, o sea de reducción de
receptores, como los impactos sobre costes, una mejora del beneficio empresarial
el aire, agua, tierra, flora y fauna, per- al reducir el uso de dicho recurso.
sonas y edificios.
2. Indicadores operativos de la actua-
4.2. Valoraciones económicas
ción medioambiental: se subdividen
medioambientales
en 9 subcategorías:
— Input de materiales, energía y ser- El segundo enfoque general intenta tra-
vicios. ducir los datos no procesados en los tér-
— Funcionamiento de instalaciones, minos vistos en el apartado anterior, a una
equipamiento y logística. valoración monetaria o económica. Hay
— Output de productos, servicios, re- distintos métodos mediante los cuales se
siduos y emisiones. puede traducir la valoración económica de
los impactos medioambientales a términos
3. Indicadores de la actuación adminis-
monetarios. Incluyen los basados en los
trativa medioambiental: analizan la
precios de mercado de los bienes y aque-
puesta en marcha y ejecución de las
llos cuando dichos precios de mercado
políticas y programas, la conformidad
no están disponibles. Pero incluso cuando
de las acciones organizativas con los
disponemos de los precios de mercado de
requisitos o expectativas, las relacio-
bienes, algunos defienden que no reflejan
nes de la comunidad y la actuación
exactamente el coste total de los impac-
financiera relacionada con el medio-
tos medioambientales, ya que ciertos cos-
ambiente.
tes no se encuentran incluidos en la valo-
No se puede decir que haya una esca- ración. El resto de este apartado se divide,
sez de indicadores posibles de las que las en primer lugar, en un análisis de los distin-
empresas puedan hacer uso para medir tos intentos para calcular el valor económi-
su actuación medioambiental. Estas medi- co total de los recursos medioambientales
das cuantitativas serán denominadas se- y, en segundo lugar, en cómo incorporar
gún el peso, volumen o consumo y, como las valoraciones económicas medioam-
se ha señalado, cuentan con la tecnología bientales a los sistemas de contabilidad
adecuada para que las empresas puedan tradicional.
Stuart Cooper
causada por un cambio del recurso medio- en encuestas. El enfoque más conocido
ambiental, o de una base de gasto, como es el de evaluación contingente, mediante
el gasto necesario para mantener o reparar el cual se lleva a cabo una encuesta para
la calidad medioambiental, que es o podría descubrir el valor que los individuos atribu-
ser causado por cambios de las fuentes yen a un recurso medioambiental. Concre-
medioambientales. En estos casos, hay un tamente, Kontogianni et al. (2001) identi-
precio directo de mercado disponible y por fican que «la variante más común de este
tanto la recopilación de datos sin necesidad enfoque es obtener el deseo del implicado
de procesar es relativamente sencilla. de pagar tanto para asegurar cierta ganan- 277
cia en el activo o… para evitar cierto grado
Sin embargo, dichos precios de merca-
do no están disponibles para todos los im- de pérdida» (p. 124). Según la evaluación
pactos sobre los recursos del medioam- contingente, las valoraciones individuales
biente y entonces el segundo enfoque ha se agregan (Hanemann, 1994) para identifi-
de hacer uso de los métodos de merca- car las curvas de la demanda de los recur-
do alternativo. Quizás las dos medidas al- sos medioambientales con las que calcular
ternativas más populares sean los precios un valor total.
hedónicos y el método de costo de viaje. Este apartado del valor económico total
Según el método de precios hedónicos, introduce las diferentes clasificaciones de
se utilizan las diferencias entre los distin- valor que pueden asignarse a los recursos
tos precios equivalentes del mercado para medioambientales. Repasa brevemente los
deducir el valor económico de los recur- distintos enfoques que pueden adoptarse
sos medioambientales. Se argumenta por en un intento de atribuir realmente un va-
ejemplo que el valor de un recurso medio- lor a estos recursos. Sin embargo no ofre-
ambiental particular podría deducirse de ce una revisión exhaustiva a esta literatura,
las diferencias en los precios de mercado fundamentalmente desde el campo de la
de las características o atributos asociados economía ecológica, aunque existen otras
o cercanos a esta fuente en contraposición técnicas disponibles (véase por ejemplo el
a las características equivalentes que no se concepto de huella ecológica sugerido por
encuentran en los alrededores de un recur- Knaus et al. (2006) y el análisis de coste-
so (por ejemplo, la contaminación acústica ventaja discutido por (2004), entre otros).
de una vivienda próxima a un aeropuerto).
El próximo apartado estudia la forma de in-
El método de coste de viaje se basa en la
corporar estas evaluaciones a los estados
premisa de que si la gente está deseando
financieros tradicionales.
incurrir en costes, tanto de tiempo como
de dinero, para desplazarse a un recur-
so medioambiental, ello implica que dicho Contabilidad y evaluaciones económicas
recurso goza de un valor. De este modo, medioambientales
cuanto más dispuesta esté la gente a em-
Se ha sostenido que las evaluaciones
plear su tiempo o dinero en acudir a un re-
económicas de los recursos de los impac-
curso medioambiental, mayor valor econó-
tos medioambientales pueden o podrían
mico tendrá dicho recurso.
utilizarse de alguna manera en los estados
La tercera vía posible para calcular un financieros tradicionales. Uno de estos en-
valor económico es un enfoque basado foques consiste en estudiar el «coste to-
Stuart Cooper
tal» de las actividades de una empresa in- minantes emitidos por la industria energéti-
cluyendo los costes que normalmente son ca. Concretamente para evaluar las exter-
externalizados por ella. Dichas externalida- nalidades provocadas por dicha industria,
des caen a menudo en grupos de interés o se fijó en las emisiones de SO2, NOx, PM10,
grupos medioambientales que cuentan con CO2, y CH4. A cada tonelada emitida por
pocos recursos con los que afrontar esta cada uno de estos contaminantes le fue
externalización de costes. Un defensor de atribuido un valor (o coste) monetario ba-
la forma de coste total, esto es, incorpo- sado en los efectos externos producidos.
rando tanto los costes «privados» como los Se obtuvieron valores monetarios de una
costes de las externalidades, es Mathews amplia variedad de recursos (Fankhau-
(1993). Mathews denomina este enfoque ser, 1994; European Commission, 1995;
«Contabilidad del Impacto Total» e impli- Maddison et al. 1995; Pearce & Newcom-
caría transferir todos los efectos de las ac- be, 1998) y se aportó un abanico de va-
tividades de una organización a términos lores. Como ejemplo, aportó una estima-
monetarios. Por lo tanto, cuando las activi- ción del daño causado por cada tonelada
dades de una empresa produzcan un efec- de SO2 emitida de entre 300 y 670 libras.
to sobre el medioambiente, este efecto de- Sin embargo, se aprecia una «amplia» es-
bería ser cargado sobre la empresa como cala en sus estimaciones que puede ser
un coste de sus actividades. utilizada en contra de dicho enfoque, ya
Algunos estudios se han adentrado en que conduce a una subjetividad o impreci-
los niveles de externalidades causadas por sión en la estimación de valores. Atkinson
la generación de electricidad. Éstos se ba- (2000) entonces utilizó estos cálculos para
san en el reconocimiento de que los costes analizar el «valor ecológico añadido» y el
privados de dichas actividades no reflejan «ahorro genuino de la empresa» de distin-
el coste total debido a las externalidades tas industrias y empresas del Reino Unido.
medioambientales provocadas. Söderholm Como ejemplo podemos ver que Atkin-
y Sundqvist (2003) sugieren dos posibles son analizó el valor ecológico añadido de la
enfoques para evaluar estas externalida- industria eléctrica británica y el ahorro ge-
des: el enfoque de «coste de daños» y el nuino de la empresa de Powergen plc (uno
enfoque de «coste de reducción». Ambos de los mayores generadores de electricidad
son ejemplos de medidas basadas en el del Reino Unido). Para hallar la medida del
mercado basadas a su vez en el gasto. valor ecológico añadido tomó el valor aña-
Los costes de reducción son «los costes
dido (como se ha señalado anteriormente)
que controlan y mitigan el daño o los cos-
de la industria eléctrica británica y le resto
tes que cumplen con las regulaciones le-
el valor del daño medioambiental causado
gisladas como un valor implícito del daño
por la misma. Esto redujo significativamen-
evitado» (p. 336). Mientras que el enfoque
te el valor añadido de la industria y conse-
del coste de daños mide explícitamente
cuentemente mostró cómo el daño medio-
«los daños económicos que surgen de las
ambiental destrozaba gran parte del valor
externalidades negativas» (p. 336).
que la industria creaba. De modo similar,
Un intento destacado fue llevado a cabo para sus cálculos sobre el ahorro genuino
por Atkinson (2000) quien analizó el «daño» de la empresa Powergen plc, hizo uso de
de salud y no salud causado por los conta- los beneficios que la empresa había obte-
Cómo medir la actuación de los grupos de interés: métodos y enfoques generales de evaluación económica
nido mediante sus actividades ordinarias dentro del campo medioambiental. Las
y le restó el valor del daño medioambien- empresas cuentan con un gran número
tal causado por sus emisiones. La industria de impactos medioambientales y por tan-
eléctrica británica experimentó una notable to hay un gran número de medidas cuan-
mejora en cuanto a su actuación medioam- titativas, pero no monetarias, que podrían
biental entre los años 1992-1996, respecto utilizarse como parte de un modelo de me-
al valor ecológico añadido y al ahorro ge- dición de actuación medioambiental. De
nuino empresarial. Es más, no se registró modo similar, a la hora de intentar calcu-
semejante mejora en ninguna otra indus- lar los valores económicos de los impac- 279
tria, si bien la empresa Powergen plc no tos y los recursos medioambientales, se
consiguió registrar un ahorro positivo has- han identificado muchos tipos de valores
ta 1996. O lo que es lo mismo; el beneficio distintos, así como una amplia variedad de
de las actividades ordinarias de Powergen enfoques para calcular estos valores. Las
no resultó suficiente para cubrir el daño conclusiones de este artículo tratarán la
medioambiental causado por dichas activi- conveniencia de estos dos enfoques gene-
dades hasta el año 1996. Aquel año el be- rales y aportarán sugerencias sobre cómo
neficio aumentó, disminuyéndose a su vez abordar este campo en el futuro.
el daño medioambiental, de tal manera que
el beneficio fue mucho mayor que el valor
monetario asignado al daño medioambien- 5. CONCLUSIONES
tal. Pero este enfoque de contabilidad tiene
dos problemas principales, que Atkinson Este artículo comienza argumentando
recoge. Trasladar aspectos concretos de que a la hora de analizar la responsabilidad
contaminación a valores monetarios impli- social corporativa genéricamente, e incluso
ca un cálculo de alto nivel, que suscita du- para analizarla en el contexto de los nego-
das significativas sobre la exactitud de los cios, los grupos de interés distintos de los
resultados. Y, en segundo lugar, este en- accionistas son de gran importancia para
foque parecería indicar que si Powergen las empresas. En el Reino Unido, el Com-
plc hubiese obtenido mayores beneficios pany Law Review (Departamento de Co-
entonces no se habría producido un pro- mercio e Industria, 2002) sugirió la conve-
blema medioambiental, ya que se habría niencia de que el modelo de gestión de las
producido un ahorro genuino, independien- empresas británicas se basara en el enfo-
temente de si parte de ese beneficio hubie- que de un accionariado informado. Este
ra sido utilizado para abordar los proble- enfoque reconoce la importancia de los
mas medioambientales causados por las grupos de interés que no son accionistas
actividades de la empresa. y los califica de factor clave para propor-
cionar valor a los accionistas. Dada la im-
portancia de estos grupos de interés no
4.3. Conclusiones del apartado accionistas, es fundamental que la admi-
medioambiental nistración de la empresa mida y gestione la
actuación de los mismos. Para ello, conta-
Este apartado analiza los intentos que mos con dos modelos generales posibles:
han tenido lugar para desarrollar dos enfo- el uso de valores monetarios para refle-
ques generales de medición de actuación jar el valor o coste de los grupos de inte-
Stuart Cooper
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ASSC (1975): The Corporate Report. Accounting DTI (2002): Modernising Company Law. Cm 5553.
Standards Steering Committee. London. DTI. London.
ATKINSON, G. (2000): «Measuring Corporate Sustai- EUROPEAN COMMISSION (1995): Externalities of the fuel
nability». Journal of Environmental Planning and cycles: ExternE project. Directorate-General XII.
Management, Vol. 43, Issue 2, pp. 235-252. Brussels.
BALL, R. J. (1968): «The Use of Value Added in FANKHAUSER, S. (1994): «Evaluating the social costs
Measuring Managerial Efficiency». Business Ra- of greenhouse gas emissions». The Energy Jour- 281
tios, Summer, pp. 5-11. nal, Vol. 15, Issue 2, pp. 157-184.
BARZETTI, V. (1993): Parks and Progress. IUCN Pu- FLAMHOLTZ, E. G. (1969): The Theory and Measure-
blications Services Unit. Cambridge. UK. ment of an Individual’s Value to an Organization.
Unpublished PhD dissertation. University of Mi-
BENNETT, M. y JAMES, P. (1999): «ISO 14031 and
chigan.
the future of Environmental Performance Eva-
luation». In M. BENNETT, P. JAMES and L. KLINKERS FLAMHOLTZ, E. G. (1976): «The Impact of Human Re-
(eds.): Sustainable Measures: Evaluation and source Valuation on Management Decisions: A
Reporting of Environmental and Social Perfor- Laboratory Experiment». Accounting, Organiza-
mance, pp. 76-97, Greenleaf, Sheffield. tions and Society, Vol. 1, Issue 2/3, pp. 153-167.
BOYCE, G. (2000) «Public Discourse and decision ma- FOLEY, B. y MAUNDERS, K. (1977): Accounting In-
king: Exploring possibilities for financial, social and formation Disclosure and Collective Bargaining.
environmental accounting». Accounting Audi- MacMillan. London.
ting and Accountability Journal, Vol. 13, Issue 1, FRIEDMAN, M. (1962): Capitalism and Freedom. Uni-
pp. 27-64. versity of Chicago Press, Chicago.
BURCHELL, S., CLUBB, C., y HOPWOOD, A. G. (1985): G RAY , R., B EBBINGTON , J. y W ALTERS , D. (1993):
«Accounting in its social context: Towards a history Accounting for the Environment. Paul Chap-
of value added in the United Kingdom». Accoun- man. London.
ting, Organizations and Society, Vol. 10, Issue 4, GREN, I.-M., FOLKE, C., TURNER, R. K. y BATEMAN, I. J.
pp. 381-413. (1994): «Primary and Secondary values of wet-
CANNON, J. A. (1976): «Applying the Human Re- land ecosystems». Environmental and Resour-
source Accounting Framework in an Internatio- ces Economics, Vol. 4, Issue 4, pp. 55-74.
nal Airline». Accounting, Organizations and So- GROJER, J. E. y JOHANSON, U. (1998): «Current de-
ciety, Vol. 1, Issue 2/3, pp. 253-264. velopments in human resource accounting –
CARPER, W. B. y POSEY, J. M. (1976): «The Validi- reality, present, researchers absent». Accoun-
ty of Selected Surrogate Measures of Human ting, Auditing & Accountability Journal, Vol. 11,
Resource Value: A Field Study». Accounting, Issue 4, pp. 495-505.
Organizations and Society, Vol. 1, Issue 2/3, G ROVE , H. D., M OCK , T. J. y E HRENREICH , K. B.
pp. 143-152. (1977): «A Review of Human Resource Accoun-
CLARKSON, M. B. E. (1994): «A risk based model of ting Measurement Systems from a Measurement
stakeholder theory». Proceedings of the Second Theory Perspective». Accounting, Organizations
Toronto Conference on Stakeholder Theory, To- and Society, Vol. 2, Issue 3, pp. 219-236.
ronto Centre for Social Performance and Ethics, HANEMANN, W. M. (1994): «Valuing the Environment
University of Toronto. through Contingent Valuation». Journal of Eco-
CLARKSON, M. B. E. (1995): «A Stakeholder Fra- nomic Perspectives, Vol. 8 Issue 4, pp. 19-43.
mework for analysing and evaluating Corporate H ANSJÜRGENS , B. (2004): «Economic valuation
Social Performance». Academy of Management through cost-benefit analysis – possibilities and
Review, Vol. 20, No. 1, pp. 92-117. limitations». Toxicology, Vol. 205, pp. 241-252.
CROSS, F. B. (1989): «Natural resource damage va- HASNAS, J. (1998): «The normative theories of bu-
luation». Vanderbilt Law Review, Vol. 42, Issue 2, siness ethics: A guide for the perplexed». Busi-
pp. 269-340. ness Ethics Quarterly, January, pp. 19-42.
DONALDSON, T. y PRESTON, L. E. (1995): «The stake- HERATH, G. (1999): «Estimation of community va-
holder theory of the corporations: Concepts, Evi- lues of lakes: a study of Lake Mokoan in Victoria
dence and Implications». The Academy of Mana- Australia». Economic Analysis and Policy Vol. 29,
gement Review, Vol. 20, Issue 1, pp. 65-91. pp. 31-44.
Stuart Cooper
PEASALL, S. H. (1984): «In absentia benefits of natu- TOMS, J. S. (2000): «Environmental Management
re preserves: a review». Environmental Conser- Environmental Accounting and Financial Perfor-
vation, Vol. 11, pp. 3-10. mance». Chartered Institute of Management Ac-
ROSLENDER, R. y FINCHAM, R. (2004): «Intellectual countants. London.
capital accounting in the UK: A field study pers- TOUSON, P. K. y DEWE, P. (2004): «HR accounting as
pective». Accounting, Auditing & Accountability a measurement tool». Human Resource Mana-
Journal. Vol. 17 Issue 2, pp. 178-209. gement Journal, Vol. 14, Issue 2, pp. 75-90.
SHANKMAN, N. A. (1999): «Reframing the debate TURNER, R. K., PAAVOLA, J., COOPER, P., FARBER, S.,
between agency and stakeholder theories of the JESSAMY, V. y GEORGIOU, S. (2003): «Valuing nature:
firm». Journal of Business Ethics, May, Vol. 19, lessons learned and future research directions»,
Issue 4, pp. 319-334. Ecological Economics, Vol. 46, pp. 493-510.
SÖDERHOLM, P. y SUNDQVIST, T. (2003): «Pricing en- VUONTISJÄRVI, T. (2006): «Corporate Social Repor-
283
vironmental externalities in the power sector: ting in the European Context and Human Re-
ethical limits and implications for social choice». source Disclosures: An Analysis of Finnish Com-
Ecological Economics, Vol. 46, pp. 333-350. panies». Journal of Business Ethics, Vol. 69,
S TERNBERG , E. (1994): Just Business: Business pp. 331-354.
ethics in action. Little, Brown and Company. WHEELER, D. y SILLANPAA, M. (1997): The Stakehol-
London. der Corporation: The Body Shop Blueprint for
S TERNBERG , E. (1998): Corporate Governance: Maximising Stakeholder Value. Pitman. London.
Accountability in the Marketplace. The Institute WOODWARD, J. (1970): Industrial Organization: Theory
of Economic Affairs. London. and Practice. Oxford University Press. Oxford.
El marco de la información sobre
responsabilidad social de las organizaciones
284
En los últimos años se ha observado una gran expansión en el número de informes de sostenibi-
lidad a nivel internacional y local. Los factores que la han generado son muy diversos, siendo uno
de los principales la Guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad de la Global Repor-
ting Initiative (GRI). El objetivo del presente trabajo consiste en explorar el marco actual para la
elaboración de informes de sostenibilidad, para lo cual incide en las orientaciones proporcionadas
por la GRI, así como en el análisis de los principales rasgos de la información publicada.
Azken hogei urteetan, nabarmen ugaritu dira iraunkortasunari buruzko txostenak bai nazioarte mai-
lakoak, bai maila lokalekoak. Era askotako faktoreek eragin dute ugaritze hori; horien artean garran-
tzitsuenetakoa, Global Reporting Initiative (GRI) erakundeak argitaratutako Iraunkortasunari buruzko
txostenak egiteko Gida. Lan honen helburua iraunkortasunari buruzko txostenak egiteko egungo
esparrua ikertzea da, eta, horretarako, batetik, GRIk emandako orientabideak azpimarratzen ditu
artikuluak, eta, bestetik, argitaratutako informazioaren ezaugarri nagusiak.
Recent years have witnessed a great spread of sustainability reports at international and local level.
Very different drivers have been considered, being one of the most relevant is the emergence of
Sustainability Reporting Guidelines published by the Global Reporting Initiative (GRI). The aim of this
paper is to explore the reporting framework for the companies’ sustainability impact, focusing on the
GRI guidelines, and the analysis of its main characteristics.
ÍNDICE
preciso extender su aplicación a este sec- teamiento de los principales retos a los que
tor tan importante para la cadena de apro- deberá hacerse frente en esté ámbito.
visionamiento de las grandes compañías
(ICAEW, 2004, pfo 2.8).
El objetivo del presente trabajo consiste 2. ANTECEDENTES Y PRINCIPIOS
en explorar el marco actual para la elabora- DE LA INFORMACIÓN DE
ción de informes de sostenibilidad, y ana- SOSTENIBILIDAD
lizar las orientaciones proporcionadas por
la GRI, así como su aplicación. Para ello, El despertar de la información de sos- 287
en el siguiente apartado se realiza un es- tenibilidad, tal como la conocemos ac-
tudio histórico de la información social y tualmente, puede identificarse con los de-
medioambiental, y de sus fundamentos. El sastres medioambientales de finales de la
tercer apartado se centra en la principal refe- década de los ochenta (ver cuadro n.o 1),
rencia para los informes de sostenibilidad, la especialmente con el vertido de crudo del
GRI. En el cuarto epígrafe se lleva a cabo un petrolero Exxon Valdez. En esos momen-
análisis de los principales rasgos de los infor- tos los riesgos sobre la naturaleza pasan
mes de sostenibilidad publicados. Para fina- a ser interpretados como riesgos fi nan-
lizar, en el quinto apartado se aborda el plan- cieros por los inversores (Patten y Nance,
Cuadro n.o 1
Evolución de la información sobre responsabilidad social corporativa
1998). Las empresas de sectores sensibles las grandes compañías. American Airlines,
comienzan a elaborar y publicar informa- Ford, Sunoco o General Motors son los
ción medioambiental de forma voluntaria ejemplos más relevantes entre las cincuen-
como mecanismo defensivo (Blacconerie y ta y nueve que habían firmado oficialmente
Patten, 1994) o como respuesta a las de- su compromiso3.
mandas de los grupos de interés (Moneva
Fuera del ámbito de CERES, aparecen
y Llena, 2000).
informes voluntarios sobre aspectos am-
En este marco, el papel de la Coalition bientales y sociales, destacando el primer
for Environmentally Responsible Econo- informe de Body Shop Internacional en
mies (CERES) fue esencial con la elabora- 1995 (Values Report), en el que se reco-
ción de los diez principios Valdez propues- gían elementos de protección de los ani-
tos en 1989, que recogían compromisos males. El predominio de la información
voluntarios de la empresa sobre la protec- relativa a empleados por las empresas eu-
ción del medio ambiente y las medidas a ropeas por la tradición del balance social
adoptar, tales como sistemas de gestión e (Gray et al., 1996) se modifica como con-
información de las actividades y resultados secuencia del fuerte impulso a los aspec-
(ver cuadro n.o 2). La relevancia de CERES tos de protección medioambiental introdu-
se debe al fuerte vínculo con inversores cidos, fundamentalmente, por los sistemas
orientados hacia la entonces incipiente in- de gestión medioambiental, tales como la
versión socialmente responsable2 y la tras- ISO 14001 y el EMAS (Eco-Management
cendencia que se otorga a la transparencia and Audit Scheme)
medioambiental de la organización.
En 1997 CERES en conjunción con el
En la práctica, el número de empresas Programa de las Naciones Unidas sobre
que inicialmente se adhirieron a dichos prin- Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en
cipios fue muy limitado y, a título de ejem- inglés United Nations Environmental Pro-
plo, ninguna compañía del Fortune 500 fue gramme) lanzó la Global Reporting Initiative
incluida en la lista elaborada por CERES. En (GRI), que constituye la primera aportación
general, las empresas que decidieron adop- a una información corporativa comparable
tar dichos principios estaban en sintonía en el ámbito del denominado Triple Bottom
con los valores promulgados por la organi- Line (TBL).
zación: Earth Care Paper Company, Eco-
El término TBL es acuñado por el funda-
print o Van City Investment Services.
dor de la consultora Sustainability, John El-
El asentamiento de los principios CERES kington, en el libro publicado en 1997 Can-
se produce a mediados de los 90 en un nibals with Forks: The Triple Bottom Line of
contexto de necesidad de legitimación de 21st Century Business, cuyo título represen-
ta una visión del mundo consumido por el
2 La inversión socialmente responsable es un ele-
ser humano4. Así, define TBL como el «de-
mento impulsor de los comportamientos de las cor-
poraciones, en la medida que la toma de decisiones
de inversión se realiza sobre la base de factores como 3 En 1996 los principios pasaron a llamarse Princi-
nability Global Index o el FTSE4 Good hace más rele- blicación previa del mismo autor (Elkington, 1994),
vante este segmento de inversores. pero se asienta con el trabajo mencionado.
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
Cuadro n.o 2
Principios Valdez elaborados por CERES
Gráfico n.o 1
Representación del concepto desarrollo sostenible
mitiese observar el rendimiento real de la (73%), mientras que en 2005 son los in-
organización. Las dificultades de este en- formes de sostenibilidad (68%). Asimismo
foque surgen en la práctica, donde como también se ha incrementado el número de
indican Gray y Milne (2004) es virtualmen- informes separados sobre la materia. Este
te imposible que ante conflictos de intere- fenómeno se ha producido a nivel mun-
ses entre aspectos financieros y sociales/ dial, pero especialmente en el entorno
medioambientales se opte por estos últi- español, donde ha existido una gran de-
mos. Moneva et al. (2006) inciden en este sarrollo en el número de informes de sos-
hecho y destacan que existe por parte de tenibilidad, por encima de otros países 291
las empresas una apropiación del con- (ver cuadro n.o 3).
cepto de sostenibilidad, así como, de los
Otro hecho destacado es que la mayo-
instrumentos para elaborar las memorias,
ría de las entidades que emiten informes
como la Guía GRI, que impiden una infor-
de sostenibilidad, siguen la propuesta de
mación TBL adecuadamente enfocada.
la GRI (KPMG, 2005), siendo esta circuns-
tancia más evidente en España (ver anexo),
En este contexto debe destacarse la
donde pocas entidades informantes no si-
gran expansión en la publicación de infor-
guen dicho modelo (Moneva, 2005b). En
mes de sostenibilidad en las últimas dé-
este sentido la evolución desde 2002, in-
cadas y especialmente con el comienzo
dica que se ha sextuplicado el número de
del siglo XXI. En el estudio de KPMG y la
informes.
Universidad de Ámsterdam de 2005 se
muestra este hecho, ya que en el 2002 Dada la relevancia de la GRI se aborda a
predominaban los informes medioambien- continuación un análisis histórico y presen-
tales en las 250 compañías más grandes te de la misma.
Cuadro n.o 3
Evolución de la publicación de información de sostenibilidad
(en %)
Cuadro n.o 4
Evolución de la Global Reporting Initiative
Cuadro n.o 5
Principios subyacentes de la Guía GRI 2000
Principios subyacentes
Delimitación
GRI 2000
Entidad informativa Los límites establecidos por la contabilidad financiera son ade-
cuados, aunque deben ampliarse para recoger el efecto desde el
origen hasta el final de los productos y servicios proporcionados.
Alcance información La información debe cubrir los aspectos legales y tratar de inte-
grar los sociales y medioambientales. Esto puede generar pro-
blemas por las definiciones diferentes de entidad informativa.
Guía 2002) en agosto de 2002, coincidien- ción hacia sus partícipes, en el que el prin-
do con la Cumbre Mundial sobre Desarro- cipio de transparencia pasa a ser el punto
llo Sostenible celebrada en Johannesburgo de partida. Este principio está acompaña-
(denominada Rio+10). do al mismo nivel por los principios de glo-
balidad y auditabilidad. El primero propo-
La modificación principal en el ámbito ne que el diálogo con los grupos de interés
conceptual de la Guía 2002 es que el mar- constituye la base para la configuración del
co de la contabilidad financiera ya no es el contenido del informe de sostenibilidad, lo
principal referente y se opta por un mode- que implica una apertura de la organiza-
lo de rendición de cuentas de la organiza- ción informante al exterior, de forma que
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
Gráfico n.o 2
Principios de la Guía GRI 2002
que los tres primeros son información re- troalimentación Estructurado («Structured
lativa a gobierno corporativo. El apartado Feedback Process»). De este proceso se
cuarto «Indice de Contenido GRI» es me- obtuvieron las siguientes conclusiones so-
ramente informativo para los lectores, ya bre como debían ser globalmente las nue-
que debe tenerse en cuenta que la estruc- vas orientaciones:
tura propuesta no es obligatoria, por lo que
— De uso sencillo por el elaborador y
la empresa puede desarrollar un informe de
para el lector.
sostenibilidad con un esquema diferente y
adaptado a su organización. — Minimizar los costes de transición de
una norma a otra.
El quinto apartado de la Guía 2002 (el
sexto en la Guía 2000) plantea los indica- — Orientaciones sobre los aspectos re-
dores de desempeño a presentar en el in- levantes.
forme. Frente a la propuesta realizada por
— Incrementar la verificabilidad y la fiabi-
la Guía del 2000, se produce una importan-
lidad en general.
te modificación en la distribución de dichos
indicadores, con un reducción importante — Armonización con otras iniciativas,
de los relativos al ámbito económico y un convenciones y normas.
incremento del apartado social (ver cuadro
— Atraer a los inversores.
n.o 7). Otro aspecto destacable es el des-
doblamiento que se produce entre indica- La evolución observada desde septiem-
dores centrales y adicionales, frente al lista- bre de 2002 en ese proceso aconsejaba
do uniforme existente en la primera versión. una revisión basada en la formación de
dos grupos «multi-stakeholder», el de «In-
En definitiva se produce una evolución
formación como proceso» y un segundo
basada fundamentalmente en la experien-
dedicado a los «Indicadores», siguiendo la
cia existente y, sobre todo, en el reforza-
metodología tradicionalmente utilizada por
miento de la rendición de cuentas de las
la GRI (Larrinaga y Moneva, 2002). El pun-
organizaciones, siguiendo las líneas marca-
to de partida en la revisión de la G3 esta
das por la consultora AccountAbility (Mo-
constituido por los siguientes elementos:
neva et al., 2006).
— Protocolos diseñados para los indica-
dores de sostenibilidad.
3.2. La Guía G3 de 2006
— Seis suplementos sectoriales finaliza-
dos y tres en desarrollo.
La tercera generación de orientaciones
para la elaboración de informes de sosteni- — Protocolo Técnico sobre Límites de la
bilidad de la GRI, denominada G3, se inicia información.
en el año 2005 con el fin de innovar, me-
— Documentos para la información en
jorar y actualizar la Guía del 2002. En ese
proceso de elaboración con el global
momento más de 750 organizaciones de
Compact y con la OCDE.
todo el mundo estaban registradas como
informantes en la GRI. Asimismo, se conta- — El recurso «High 5!» dirigido a facilitar
ba con unas 450 organizaciones que parti- la implementación de la Guía G3 en
cipaban desde 2002 en el Proceso de Re- las pymes.
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
Gráfico n.o 3
El marco del reporting de sostenibilidad de la G3
Gráfico n.o 4
Los principios del reporting de sostenibilidad de la G3
Cuadro n.o 6
Comparación de los contenidos básicos de la Guía GRI 2002 y la G3
Cuadro n.o 7
Comparación en la distribución de indicadores de las Guía GRI 2000, 2002 y 2006
GRI 00 GRI 02 GRI 3 GRI 00 GRI 02 GRI 3 GRI 00 GRI 02 GRI 3 TOTAL TOTAL TOTAL
Económ Económ Económ Medioam. Medioam. Medioamb. Social. Social Social G0 G2 G3
Indicadores
36 10 7 23 16 17 37 24 25 96 50 49
centrales
Indicadores
— 3 2 — 19 13 — 25 15 — 47 30
adicionales
TOTAL 36 13 9 23 35 30 37 49 40 96 99 79
Cuadro n.o 8
Niveles de aplicación de la Guía G3
Categorías C C+ B B+ A A+
Verificado externamente
Verificado externamente
Este nuevo marco introduce un mayor país suministrados por las instituciones re-
rigor en el proceso de clasificación de las presentativas 6, constituyen un excelente
memorias de sostenibilidad, objeto de fuer- indicador de la salud de la información de
tes críticas en la Guía 2002 por sus limita- sostenibilidad.
ciones y el fácil acceso a la categoría «in
La función de estas recomendaciones
accordance» (Moneva et al., 2006). En este
técnicas es doble. De una parte, indicar los
sentido, el liderazgo de las organizaciones
elementos mejorables en términos globales
españolas en esta categoría hasta el 2005
de los informes. De otro, y también funda-
estará sujeto a una nueva prueba, ya que
mental, actuar como formadores para los
en ese año, eran 39 entidades españolas
responsables de este tipo de información.
las que informaban «in accordance», mien-
tras que en el segundo país en el ranking, Del examen del cuadro n.o 9 se observa
Reino Unido, sólo lo hacían 7 entidades. una cierta evolución en las principales ca-
rencias de los informes. De la carencia ini-
cial sobre la descripción de la entidad desde
4. RASGOS BÁSICOS DE el enfoque de la sostenibilidad o la ausencia
LA INFORMACIÓN DE de un enfoque macro-micro de la actividad,
SOSTENIBILIDAD ELABORADA actualmente los problemas se centran en el
uso de las nuevas tecnologías. No obstante,
Como ya hemos apuntado, los informes hay varios temas que se vienen repitiendo
de sostenibilidad constituyen un fenómeno tradicionalmente o que han aparecido con
relativamente joven (KPMG, 2005), espe- fuerza en los últimos años y sobre los que
cialmente si se compara con la información merece la pena reflexionar.
financiera regulada por las normas conta-
bles, sobre la que existen referentes claros.
a) Principios de elaboración de
Por ello es difícil establecer una medida de
la información de sostenibilidad
calidad de dichos informes. Si a ello añadi-
mos que su elaboración es voluntaria, la di- La nueva Guía G3 incide en la necesidad
ficultad para establecer una valoración se de basar el contenido y la calidad de la me-
acrecienta. moria de sostenibilidad en la utilización de
principios. Así, se vuelve al origen de la pri-
Un punto de referencia para conocer las
mera Guía, basada en el marco conceptual
principales cualidades y carencias de los
de la contabilidad financiera.
informes de sostenibilidad es el «reporte»
anual de los European Sustainability Repor- La entidades informantes en sostenibili-
ting Awards (ESRA)5 que recoge un listado dad tienden a realizar memorias tipo «box
de recomendaciones para las entidades in- ticking» sin tener en cuenta los fundamen-
formantes, basadas en los problemas de- tos necesarios para elaborarlas (Moneva et
tectados en los informes analizados. Dado al., 2006). Esto provoca que la verificabili-
que esto son los mejores informes de cada dad de las mismas quede limitada, dada la
5 Desde la edición 2006, ESRA pasa a constituir una 6 La instituciones representativas españolas son el
asociación permanente, sustituyendo el Awards por Instituto de Censores Jurados de Cuentas (desde su
Association, y los premios sólo se producen a nivel na- primera edición) en colaboración con AECA en las úl-
cional, aunque se recopilan en un informe conjunto. timas cuatro ediciones.
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
Cuadro n.o 9
Recomendaciones técnicas de los premios ESRA
(2000-2005)
ausencia de criterios. En los últimos años nidos, sino que lo hace sobre la base de
empiezan a aparecer explicaciones sobre las demandas de los partícipes. Por tanto,
la aplicación de los principios, como por los test de materialidad difieren de los tra-
ejemplo en el informe del BBVA 2005 don- dicionales de la contabilidad financiera, en
de se resalta la aplicación del principio de los que los porcentajes monetarios defi-
materialidad, perímetro y alcance y, por úl- nen la información relevante. En la mayoría
timo, rigor. de las memorias de sostenibilidad no exis-
ten referencias precisas a estos test, que
la nueva Guía G3 ha establecido con ma-
b) Materialidad de la información
yor rigor.
suministrada
La información de sostenibilidad no está El principal efecto de la ausencia de
basada en normas que definen los conte- materialidad es la sobrecarga de informa-
José Mariano Moneva Abadía
ción. Un fenómeno propio de documentos control por los partícipes, lo que se contra-
orientados a minimizar la relevancia de as- dice con los principios básicos que guía la
pectos esenciales. Mientras los informes información de sostenibilidad.
anuales dirigidos a los accionistas se en-
La guía G3 plantea que deben plantear-
cuentran en un proceso de minimización
se «los impactos principales de la organi-
en su extensión, las memorias de soste-
zación en materia de sostenibilidad y sus
nibilidad son grandes manuales de todo
efectos sobre los grupos de interés» (GRI,
lo que la empresa desea comunicar, aun-
2006, Perfil, apdo 1.2).
que los hechos no sean relevantes para
los partícipes. Los datos demuestran que
las páginas de estos informes superan en
d) Sostenibilidad en el sistema
muchos casos las 100 páginas y, especial-
de información
mente, en España donde superan las 200
en muchas ocasiones7. La integración de los aspectos ligados a
la información de sostenibilidad en el siste-
Por ello, algunas corporaciones han co-
ma de información de la entidad constituye
menzado a establecer consultas con los
un elemento clave para el desarrollo de la
stakeholders para avanzar en el desarrollo
misma. En este sentido, la información de
de información material y así lo reflejan en
sostenibilidad tiene el potencial para pro-
sus informes8.
porcionar información crítica para el análi-
sis de los negocios que está habitualmen-
c) Cuantificación de objetivos te ausente de los informes financieros (GRI,
2002, P. 68).
Ligado a la problemática anterior se
encuentra la defi nición adecuada de los La práctica informativa basada en la re-
objetivos. La entidad no debe limitarse a colección de información, sin la incorpora-
ofrecer su grado de sostenibilidad, sino ción real de los elementos de la TBL en los
que debe considerarse como un proce- departamentos, supone una mera acción
so. Establecer unos indicadores clave con de comunicación, sin mayor trascenden-
objetivos cuantificado y control de los mis- cia para el control de la propia entidad. En
mos, supone introducir el compromiso ne- este sentido, el objetivo final de la informa-
cesario y propio de una organización sos- ción de sostenibilidad es su equiparación a
tenible. la información financiera.
La mayoría de las memorias se limitan a Tal como indicaba la propia guía GRI
establecer objetivos genéricos y de difícil 2000 este es el aspecto con menor gra-
do de desarrollo, que se ha mantenido a lo
7 Puede verse el informe ganador de las dos últi-
largo de la versión posterior (Moneva et al.,
mas ediciones (2004 y 2005) del Premio convocado 2006) y, por supuesto, de la vigente.
por AECA y el ICJCE a la Mejor Información de Soste-
nibilidad en España, el BBVA, que a pesar de reducir En la primera Guía se proponían dos ti-
sustancialmente el número de páginas, sigue siendo pos de indicadores para realizar la integra-
un informe excesivamente extenso.
8 Puede verse el informe 2005 del BBVA, que reco-
ción:
ge un apartado íntegro a este aspecto. Otras empre-
sas como CEPSA, Telefónica y Repsol, también resal-
— Sistémicos, aquellos que vinculan el
tan este punto. nivel micro, esto es la organización,
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
con las condiciones sociales, econó- formato en el Informe Anual de 2004 y que
micas y medioambientales a nivel ma- ha repetido en el 2005.
cro. Por consiguiente, son indicado-
res que sitúan los principales datos
e) Verificación externa
obtenidos en los tres apartados an-
teriores con su entorno, entendiendo Aunque en el último informe de los jue-
este como el ámbito local, regional, ces ESRA, ha desaparecido la referencia
nacional o global. Este tipo de indica- a la necesidad de verificación externa del
dores trata de ofrecer la distancia de informe de sostenibilidad, creemos que 305
la empresa en los tres tipos de facto- es un elemento esencial que sigue es-
res, respecto a ese entorno, promo- tando plenamente vigente. Así, constitu-
viendo la armonización informativa en ye una conclusión básica del Structured
el contexto analizado. Feed-Back Process (SFP) de reforma de
la Guía 2002 que hemos mencionado.
— Transversales, que recogen rela-
ciones entre dos o más elementos Existen diversas evidencias que nos in-
de los tres aspectos contemplados dican su importancia para garantizar la
—social, económico y medioambien- transparencia de las organizaciones y es-
tal—. Su finalidad es la de aproximar pecialmente, la fiabilidad de la información
el comportamiento de la empresa al proporcionada (Moneva, 2006).
desarrollo sostenible de las activida-
des como una unidad de los tres as- En la práctica las empresas han co-
pectos. menzado a contratar los diferentes servi-
cios existentes para verificar o comprobar
La realidad es que actualmente no los informes. Sin embargo, el problema de
existe este planteamiento y que ni siquie- fondo es el tipo de seguridad solicitada por
ra los debates planteados en la presen- la entidad informativa y suministrada por el
tación de la Guía en octubre de 2006 en verificador (ver cuadro n.o 10).
Ámsterdam abordaron este tema de for-
ma especial. En este contexto han surgido las acu-
saciones de ausencia de exhaustividad y
Una línea de trabajo que permite avan- credibilidad (Adams y Evans, 2004; Dando
zar en la integración de la sostenibilidad en y Swift, 2003), o como indica Monaghan
la organización es la elaboración de los de- (2004) un «derroche de papel». Estas críti-
nominados informes anuales integrados. cas han dado lugar a las demandas para la
Éstos recogen en un único documento realización de una verificación independien-
tanto la información requerida legalmente, te que garantice un mayor grado de credi-
como la información de sostenibilidad de bilidad en la información de sostenibilidad
acuerdo a los parámetros adoptados por (O’Dwyer y Owen, 2005).
la entidad. A nivel mundial la empresa pio-
nera fue Novo-Nordisk, una farmaceútica A la vista de estas carencias, puede
danesa reconocida habitualmente en los afirmarse que los informes de sostenibi-
premios ESRA. Por su parte en España, ha lidad constituyen un mecanismo de co-
sido Gamesa la primera organización «in municación que aún deben realizar un lar-
accordance» por el GRI que adoptó este go recorrido para cumplir con la finalidad
José Mariano Moneva Abadía
Cuadro n.o 10
Tipos de verificación utilizados por las empresas españolas
(2004)
TOTAL 10 3 3 3
Cuadro n.o 11
Ventajas y desventajas de la información
de sostenibilidad obligatoria y voluntaria
A favor En contra
terna de la sociedad (Doane, 2002). En sociedad han sido señaladas como una
general se basan en la necesidad de ga- potente palanca de cambio» (constata-
rantizar la información de sostenibilidad a ción 10) y las «memorias de sostenibili-
los partícipes de las organizaciones, y es- dad… constituyen una herramienta que su-
pecialmente sus demandas, al mismo ni- pone un paso en la dirección adecuada»
vel que la información financiera. El Libro (Recomendación 4). Por ello concluye que
Blanco de la RSC elaborado en 2006 por debe regularse la elaboración de memorias
la Subcomisión del Congreso9, apunta es- para las empresas del IBEX 35 (Recomen-
tos razonamientos cuando señala que «la dación 27), siguiendo el ejemplo de la re-
transparencia y la comunicación hacia la gulación francesa de 2002.
9
En esta misma línea se inició el Opera-
Publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Ge-
nerales, Congreso de los Diputados, de 31 de Julio ting & Financial Review (OFR) en el Reino
de 2006. Unido, aunque esta regulación no llegó a
José Mariano Moneva Abadía
término, dado que la Ley de Sociedades A pesar de ese marco, la realidad fue un
(Companies Act 2006) adaptó el manda- escaso número de las pymes informantes,
to de la Directiva de Modernización de la por lo que tuvo que publicar un documen-
Contabilidad (2003/51/CE de 18 de junio) to de referencia denominado High 5! (GRI,
que obliga a las sociedades cotizadas a 2004) con la finalidad de facilitar la elabo-
publicar información social y medioambien- ración de memorias de sostenibilidad en
tal detallada. el sector, aunque su planteamiento iba di-
rigido a todo tipo de entidades, especial-
mente de países emergente. La High 5!
5.2. La memoria de sostenibilidad explica en cinco pasos (ver cuadro n.o 12)
en la pyme como las entidades pueden realizar un in-
forme de sostenibilidad, no aportando di-
Existe un convencimiento generalizado ferencias de contenido con respecto al de
de que las pymes no han tenido los mis- la Guía del 2002. Con el fin de adaptar ese
mos incentivos que las grandes corpora- documento a la nueva G3, la GRI ha lan-
ciones para iniciar las prácticas de respon- zado recientemente un manual dirigido ex-
sabilidad social. En este sentido, Jenkins clusivamente a las pymes.
(2006) indica que las respuestas divergen-
El número de las pymes registradas en
tes obedecen a las diferencias culturales
la GRI durante los últimos años ha aumen-
propias creadas por la estructura de pro-
tado sustancialmente y las iniciativas para
piedad, dirección estratégica, característi-
promocionarla también 10. Asimismo, en-
cas del administrador/propietario y ámbito
contramos alguna pyme que ha sido re-
local de las actividades de la empresa.
conocida por la calidad de sus memorias,
El instituto ACCA (2004) indica que los destacando en el caso español el informe
recursos necesarios para recopilar los da- de Javierre S.L. 2004, premiado en el mar-
tos y publicar un informe de sostenibilidad co de los Premios convocados por AECA y
actúan como un factor inhibidor para las el ICJCE.
pymes en el momento de afrontarlos. Por
ello, el desarrollo de normas comunes y
orientaciones eficientes pueden ayudar a 5.3. La participación de los grupos
la publicación de este tipo de informes en de interés
este sector.
Cómo ya indicaba la GRI (2002), un ele-
En la guía GRI 2002 no se contempla-
mento clave de la información de sostenibi-
ba a la pyme como un sector diferenciado,
lidad es la participación de los stakeholders
lo que parecía solventarse con la propues-
como elemento de transparencia y así se
ta de aplicación incremental (GRI, 2002,
reflejó mediante el principio de globalidad,
Anexo 3). En este sentido, la empresa des-
glosaba los indicadores que considerase
oportunos, sin establecer un mínimo, y ello 10 Es destacable la iniciativa de la Fundación para
le servía para reconocerla como una enti- la Investigación en la Salud (Fuinsa) que trata de im-
dad informante de acuerdo al GRI. El obje- plantar en las 22.000 oficinas de farmacia que repre-
senta, una memoria de sostenibilidad, aprovechando
tivo es que progresivamente la empresa in- sus características similares, así como el marco de la
tegrase al menos los indicadores centrales. fundación.
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
Cuadro n.o 12
Pasos para la elaboración de una memoria de sostenibilidad
Paso 1: Preparar
• Constituir un equipo, determinar los recursos disponibles y los que puedes necesitar y
desarrollar un cronograma de actividades
309
Paso 2: Planificar
• Describir la visión, actividades y objetivos del negocio. Configurar los partícipes y sus in-
tereses, fijando el alcance y límites de la información.
Paso 3: Valorar
• Identificar los indicadores del conjunto ofrecido por la Guía GRI, recopilar la información
para medir el desempeño, aprender de dichos indicadores y fijar objetivos para el si-
guiente año
Paso 4: Informar
• Comprobar la calidad de los datos, elegir el método de comunicación que se adapta
mejor al negocio, elaborar y distribuir el informe.
Paso 5: Mejorar
• Recopilar retroalimentación para la mejora, planificar los pasos siguientes y obtener re-
conocimiento de su informe.
situado entre los tres principales. En este del poder constitutivo de la GRI (Cooper y
mismo sentido, la G3 plantea el principio Owen, 2007).
de materialidad ligado al proceso de parti-
Así, pueden plantearse dos cuestiones
cipación de los grupos de interés.
esenciales sobre esta cuestión tan relevan-
te: a) el concepto de materialidad, b) los
Las respuestas de los directivos recogi-
criterios para la participación de los grupos
das en KPMG (2005) indican que la con-
de interés
fianza de los grupos de interés es un factor
esencial para la publicación de los informes a) En la información financiera, la mate-
de sostenibilidad. Incluso, existe entre los rialidad normalmente se considera un
directores de las empresas la opinión gene- umbral a partir del cual debe ser teni-
ralizada de que se integra adecuadamen- do en cuenta en las decisiones eco-
te a los grupos de interés (Sustainability y nómicas de los usuarios de los esta-
UNEP, 2006). Sin embargo, en realidad las dos financieros de una organización
prácticas de diálogo con los grupos de inte- (de los inversores, en especial). Este
rés quedan en meras formalidades, alejadas concepto de umbral también es im-
José Mariano Moneva Abadía
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ACCOUNTABILITY, INSTITUTE FOR SOCIAL AND ETHICAL and Myths», incluído en Henriques, A. y Richard-
ACCOUNTABILITY (2005): Stakeholder engagement son, J. (2004), pp. 70-80.
standard, AccountAbility, London. GRAY, R.; OWEN, D. y ADAMS, C. (1996): Accounting
ACCA, ASSOCIATION OF CHARTERED CERTIFIED ACCOUN- and Accountability. Changes and Challenges in
TANTS (2004): Towards transparency: progress on Corporate Social and Environmental Reporting,
global sustainability reporting 2004, ACCA, Lon- Prentice-Hall, London.
don. HENRIQUES, A. y RICHARDSON, J. (2004) (eds): The
Triple Bottom Line. Does it all add up?, Earth-
311
ADAMS, C y EVANS, R. (2004): «Accountability, Com-
pleteness, Credibility and the Audit Expectations scan, Londres.
Gap», Journal of Corporate Citizenship, n.o 14, IASB (INTERNATIONAL ACCOUNTING STANDARDS BOARD)
pp. 97-115. (1988): Conceptual Framework for the Prepara-
AECA, ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CONTABILIDAD Y AD- tion and Presentation of Financial Statements,
MINISTRACIÓN DE E MPRESAS (2004): Marco Con- IASB, Londres.
ceptual de la Responsabilidad Social Corporati- ICAEW (INSTITUTE OF CHARTERED ACCOUNTANTS IN EN-
va, AECA, Madrid. GLAND AND WALES) (2004): Sustainability: the role
BLACCONIERE, W. AND PATTEN, D. (1994): «Environ- of accountants, ICAEW, London.
mental disclosures, regulatory costs, and chan- JENKINS, H.(2006): «Small Business Champions for
ges in firm value», Journal of Accounting and Corporate Social Responsibility». Journal of Bu-
Economics, vol. 18, pp. 357-377. siness Ethics, n.o 67, pp. 241-256.
COOPER, S. y OWEN, D. (2007): «Corporate social KPMG (2005): KPMG International Survey of Cor-
reporting and stakeholder accountability: The porate Responsibility Reporting 2005, KPMG,
missing link», Accounting, Organizations & So- Amsterdam
ciety, (en prensa, disponible online). KPMG y UNEP (U NITED N ATIONS E NVIRONMENTAL
DANDO, N. y SWIFT, T. (2003): «Transparency and PROGRAMME) (2006): Carrots and Sticks for Star-
Assurance: Minding the Credibility Gap», Journal ters, UNEP (online 31 enero 2007: http://www.
of Business Ethics, n.o 44, pp. 195-200. unep.fr/outreach/home.htm).
DOANE, D (2002): «Market failure: the case for man- LARRINAGA, C. y MONEVA, J.M. (2002): «Global Re-
datory social and environmental reporting» New porting Initiative: Contabilidad y Sostenibilidad».
Economics Foundation: London (http://www. Partida Doble, n. 135, pp. 80-87.
neweconomics.org/gen/uploads/Reporting%20 MONAGHAN, P. (2004): «Put Up or Shut Up», inclui-
article%20March%202002.pdf) acceso 30 de do en Henriques, A. y Richardson, J. (2004),
Junio de 2007. pp. 142-154.
ELKINGTON J. (1994): «Towards the Sustainable Cor- MONEVA, J.M. (2001), «El marco de la información
poration: Win-Win Business Strategies for Sus- medioambiental de la empresa: análisis de la
tainable Development», California Management Global Reporting Initiative (GRI)». Gestión Am-
Review, vol. 36, pp. 90-100. biental, n. 30, pp. 1-14.
E LKINGTON J. (1997): Cannibals with Forks: The M ONEVA , J.M. (2005a): «Información corporativa
Triple Bottom Line of 21st Century Business, y desarrollo sostenible». Economistas, n. 106,
Capstone, Oxford. pp. 70-79.
GRI (GLOBAL REPORTING INITIATIVE) (2002): Sustaina- MONEVA, J.M. (2005b): «Información sobre Respon-
bility reporting guidelines, GRI, Boston. sabilidad Social Corporativa: Situación y Ten-
dencias», Revista Asturiana de Economía, n. 34,
GRI (GLOBAL REPORTING INITIATIVE) (2004): High 5!
pp. 43-67.
Communicating your Business Success through
Sustainability Reporting, GRI, Amsterdam. MONEVA, J.M. (2006): «Mecanismos de verificación
de la información sobre responsabilidad social
GRI (GLOBAL REPORTING INITIATIVE) (2006): Sustaina-
corporativa», Papeles de Economía Española,
bility reporting guidelines, GRI, Amsterdam.
n. 108, pp. 75-90.
GRI (GLOBAL REPORTING INITIATIVE) (2007): SME Hand- MONEVA, J.M. y LARBURU, I. (2005): «Información de
book, GRI, Amsterdam. sostenibilidad y reconocimiento externo: los pre-
GRAY, R. y MILNE, M. (2004): «Towards Reporting mios ESRA y el nuevo horizonte para la profesión
On The Triple Bottom Line: Mirages, Methods auditora», Revista de AECA, n. 71, pp. 58-62.
José Mariano Moneva Abadía
MONEVA, J.M. y LLENA, F. (1996): «Análisis de la in- PATTEN, D. y NANCE, J. (1998): «Regulatory costs
formación sobre responsabilidad social en las effects in a good news environment: the intra-
empresas industriales que cotizan en bolsa», industry reaction to the Alaskan oil spill», Jour-
Revista Española de Financiación y Contabili- nal of Accounting and Public Policy, vol. 17,
dad, vol. XXV, n.o 87, pp. 361-402. pp. 409-429.
MONEVA, J.M. y LLENA, F. (2000): «Environmental RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, J.M. (2006): «Valor accio-
disclosures in the annual reports of large com- narial y orientación stakeholder: bases para un
panies in Spain», European Accounting Review, nuevo gobierno corporativo», Papeles de Eco-
vol. 9, pp. 7-29. nomía Española, n. 108, pp. 10-26.
MONEVA, J.M., ARCHEL, P. y CORREA (2006): «GRI SUSTAINABILITY y UNEP (United Nations Environ-
and the camouflaging of corporate unsustainabi- mental Programme) (2006): Tomorrow’s Va-
lity», Accounting Forum, vol. 30, pp. 121-137. lue. The Global Reporters 2006 Survey of Cor-
O’DWYER, B y OWEN, D. (2005): «Assurance state- porate Sustainability Reporting, SustainAbility,
ment practice in environmental, social and sus- London.
tainability reporting: a critical evaluation», The WHITE, A. L. (1999): «Sustainability and the Accoun-
British Accounting Review, n.o 14, pp. 205-229. table Corporation», Environment 41 (8): 3-43.
El marco de la información sobre responsabilidad social de las organizaciones
ANEXO
Cuadro A.I
Empresas españolas que publican memorias de acuerdo al GRI
(2002-2005)
Abertis Infraestructuras SA X X X
Acciona SA X
Agbar Group X X X
ATI Sistemas SL X
Banco Sabadell X X
BASF Española SA X X X
Bodega Pirineos SA X
Caixa Catalunya X X
Caixa Galicia X X X
Caja España X
Caja Granada X
José Mariano Moneva Abadía
Caja Navarra X X
Cementos Alfa SA X
Cementos Rezola X X
CEPSA SA X X
Cercanías Renfe X
Circulación Renfe X
Corporación Uniland SA X
Diageo Spain X
DKV Seguros X X X
Elcogas SA X X
Endesa SA X X X
Euskaltel SA X
FCC Construcción SA X X
FREMAP X X
Gamesa X X X
315
Gas Natural SDG SA X X X X
Gestevisión Telecinco SA X
GlaxoSmithKline SpA X X
Granitos Triturados SL X
Grupo ACMS X
Grupo ACS X X
Grupo BBVA X X X
Grupo CESPA X X X
Grupo ENCE X X
Grupo Ferrovial X X X X
Grupo Larcovi X X X X
Grupo SOS X X
Harineras Villamayor X X X
HC Energía X
HidroCantábrico X
Holcim (España) SA X
Iberdrola SA X X X X
Idecon SAU X X
Inditex SA X X X X
José Mariano Moneva Abadía
Indra Sistemas SA X X X
Javierre SL X X
KH Lloreda SA X
Laminados Villapol SA X
Lemona Industrial SA X
Maderas Villapol SA X
Metro Bilbao SA X
MP Corporacion Industrial X X
OHL Group X X X
Repsol YPF SA X X X
Siemens SA X
Telefónica SA X X X X
Telefónica Soluciones X
Unicaja X
Uniland Cementera SA X
Unión Fenosa SA X X X
Vodafone España SA X X
TOTAL 14 38 65 82
IN ACCORDANCE 5 26 38 39
318
En la sociedad actual tanto los temas ecológicos como los sociales son cada día más importan-
tes. La opinión pública cada día está más sensibilizada, y esta mayor sensibilización ha impulsado
un cambio en el gobierno de las sociedades. En este contexto de cambio pretendemos analizar
como se pretende dar respuesta a estas nuevas necesidades que el usuario requiere de la conta-
bilidad. En concreto pretendemos estudiar el caso de las memorias de sostenibilidad. Para abor-
dar este objetivo nuestro trabajo tiene dos partes descriptivas: una revisión sobre los diferentes
enfoques adoptados por organismos internacionales, públicos y privados y una incidencia del
Global Reporting Initiative (GRI) a la hora de publicar memorias de sostenibilidad a nivel mundial,
con especial hincapié en el caso español
Gaur egungo gizartean, gai ekologikoak eta sozialak gero eta garrantzitsuagoak dira. Iritzi publikoa
gero eta sentsibilizatuago dago, eta sentsibilitate handiagoa izate horrek aldaketak eragin ditu so-
zietateen gobernuan. Aldaketa-testuinguru horretan, erabiltzaileak kontabilitate-arloan dituen behar
berri horiei nola erantzun nahi zaien aztertzea da gure xedea. Zehazki esanda, iraungarritasunari bu-
ruzko txostenak aztertu nahi ditugu, eta, horretarako, bi zati deskribatzaile ditu gure lanak: batetik,
nazioarteko erakundeek —publiko zein pribatuek— hartu dituzten ikuspegi desberdinak aztertzea,
eta, bestetik, GRIk iraungarritasunari buruzko txostenen argitalpenean mundu mailan izan duen era-
gina azpimarratzea, Espainiako kasuan arreta berezia jarrita.
In our society the ecological and the social topics are becoming more important every day. The public
opinion is more sensitive, and this bigger sensitization has impelled a change in the government of the
societies. In this context of change we aim to analyze the different ways that have been implemented
to answer these new necessities that the user requires to the accounting. In short we seek to study
the case of the sustainability reporting practices. To approach our objective work we are going to
abide two descriptive parts: in the first one we carry out a revision on the different focuses adopted
by public and private international organisms and in the second part we will analyze the incidence of
the proposal of the Global Reporting Initiative (GRI) regarding the number of reports disclosures at
world level, although we will stress the Spanish case.
ÍNDICE
El término hacía referencia al depositario Desde esta definición básica se han rea-
de una apuesta. Sin embargo en las edi- lizado diferentes variantes. Si Freeman de-
ciones más recientes ya figura una segun- finía los grupos de interés, el término tam-
da acepción: «Una persona con un interés bién sirve para definir una nueva imagen de
o relación con alguna cosa, especialmen- empresa (Rodriguez Fernández, 2003): «La
te un negocio».... «O como calificativo, un compañía stakeholder se entiende como
tipo de organización o sistema en el cual una organización que mediante la produc-
se considera que todos los miembros o ción de bienes y servicios, desea satisfacer
partícipes tienen en su éxito». las necesidades de los diferentes grupos 323
que la integran y de los cuales depende
Pero realmente la definición de stakehol-
para su supervivencia».
der considerada clásica por la literatura es
la de Freeman (1984): «Un stakeholder de Por lo tanto, pasamos a una concep-
una compañía es cualquier grupo que pue- tualización de la compañía como un siste-
de afectar o ser afectado por la actuación ma organizativo y productivo abierto. Para
llevada a cabo por la compañía a la hora Wheeler y Shillampa (1998) stakeholders
de alcanzar sus objetivos». será «todo individuo o entidad que puede
afectar o ser afectado, o que puede llegar
La implicación del término stakeholders
a ser influenciado». Estos autores conside-
(The Clarkson Centre for Business Ethics,
ran que para las compañías existen unos
1999) es que todas las partes tienen una
grupos de agentes claves como serían los
«apuesta» en la compañía, tienen un riesgo
clientes, los empleados, los proveedores y
y por lo tanto la probabilidad de ganar y la
los propios accionistas.
probabilidad de perder, como resultado de
la actuación de la compañía. Sin embargo consideran la existencia
de otros grupos, por lo que proponen la si-
Posiblemente la definición de Freeman
guiente clasificación:
sea una de las más extensas a la hora de
acotar los diferentes grupos (Mitchell et al., Los stakeholders sociales primarios son
1997) que participan en la vida de la com- aquéllos que afectan o pueden ser afec-
pañía. tados directamente con la actuación de la
Cuadro n.o 1
Clasificación de stakeholders
Afectados No afectados
La GRI pretende elevar el informe sobre emite informes in accordance por debajo
sostenibilidad al mismo nivel de rigor, com- de la media mundial (17%). En este grupo
parabilidad, credibilidad, y verificabilidad que de países destaca claramente el caso de
se espera de un informe financiero. Dotando Japón. El país asiático si bien es el mayor
el informe del GRI de estas características, emisor mundial (128, suponiendo el 80%
logramos que el informe pueda ser un com- de las memorias emitidas en su continen-
plemento idóneo a las cuentas anuales. En te) solamente una emisión está realizada in
el caso de los Estados Financieros después accordance. En Japón la incidencia de la
de muchas décadas de desarrollo normati- GRI es muy importante, sin embargo la im-
vo se ha logrado el establecimiento de una portancia que las compañías niponas dan
serie de principios generalmente aceptados al cumplimiento de todos los requisitos que
que permiten al usuario tener una imagen aconseja la guía es casi nula (Alvarez y Ga-
de la condición financiera y de los resultados rayar, 2006).
corrientes de la empresa, información que
Junto con Japón, el otro caso relevan-
además se puede comparar con la emitida
te es el español, donde el número de emi-
por otras empresas. El movimiento GRI ha
siones es muy importante (el cuarto en el
tenido la misma meta, estableciendo para tal
ranking mundial), número solamente infe-
menester un marco conceptual compuesto
rior a las emisiones de países como Japón,
por unos principios generalmente acepta-
Reino Unido y Estados Unidos, países con
dos, para después poder levantar sobre es-
mayor número de habitantes, mayor nú-
tos cimientos la estructura del informe. Por
mero de compañías y mayor PIB (total y
lo tanto, es esencial en todo este proceso
per cápita) que el español, y por encima
que el informe transmita una sensación de
de Alemania, Francia y Canadá. Pero aún
transparencia informativa sobre los proce-
más sorprendente es el siguiente hecho:
sos, asunciones y mecanismos que han utili-
El 77,42 % sus emisiones cumplen con los
zado, para que de este modo el lector crea y
requisitos in accordance.
pueda interpretar la información.
En cuanto al número de informes emi-
Hoy en día el número de memorias emiti-
tidos por las empresas españolas que in-
das a nivel mundial es de 2.255, repartidas
forman según la GRI 2002, podemos ver la
en los cinco continentes, de las cuales 248
evolución en el cuadro n.o 2 para el período
han sido emitidas por compañías españolas.
2001-2005.
Además en la parte superior de la muestra
(el 25% de las emisiones que corresponde El número de empresas que emiten sus
a aquellas con mayor número de memorias) memorias de sostenibilidad según la GRI-
se encuentran todos los países miembros 2002 ha aumentado considerablemente en
del G7 (Alvarez y Garayar, 2006). De lo que el período 2001-2005 en España, pasando
podemos deducir que existe una relación de 6 en 2001 a 76 en 2005.
entre la riqueza económica de los países y el
El primer gran aumento coincide con la
número de emisiones de memorias de sos-
publicación de la Guía del 2002, las com-
tenibilidad (Alvarez y Garayar, 2006).
pañías responden a la aparición de la Guía
Esta parte de la muestra no es unifor- muy favorablemente triplicando el número
me en cuanto a porcentaje de emisiones in de memorias respecto al año anterior. La
accordance ya que la mitad de los países mayor parte de las compañías que emiten
Incidencia de la GRI-2002 en las emisiones de memorias sostenibles
Cuadro n.o 2
Número de informes emitidos por empresas españolas
(2001-2005)
Porcentaje de incremento
Total No in accordance In accordance
de informes anual
estos primeros años tienen unas caracte- de que la propia confederación de cajas ini-
rísticas similares (Anexo): ciará ese mismo año su publicación.
— Pertenecen a grupos españoles mul- Si bien el gran número de emisiones es
tinacionales (BBVA, Telefónica, Iberia, una característica de las compañías espa-
Eroski, Inditex). Situación que coinci- ñolas, el porcentaje de memorias in accor-
de con las conclusiones del estudio dance es sin duda alguna la gran diferencia
de KPMG (2005). respecto a otros países. En cuanto a la evo-
— Existe una gran diversidad de secto- lución del número de empresas que emiten
res de actividad (construcción, ener- in accordance, en el año 2002 son cinco
gía, banca, distribución, telecomuni- las empresas que lideran las publicacio-
caciones…). nes según esta característica (Gas Natu-
ral, Cepsa, Grupo Eroski, Inditex y Unión
Los incrementos relativos durante los Fenosa). Entre los años 2002 y 2003 la va-
tres primeros años son muy significativos riación en el número de empresas es muy
(un 200% del primer año al segundo, y un importante, incrementándose hasta 29 emi-
144% del segundo al tercero). Este incre- siones. En el año 2004, sigue aumentando
mento sigue siendo importante, aunque dis- el número de emisiones de este tipo, aun-
minuye a partir del año 2003, (un 43% y un que con menor intensidad (13 nuevos in-
21% respectivamente). Un factor que posi- formes), y lo mismo sucede del año 2004 al
blemente ha ayudado en el crecimiento del año 2005 (9 nuevos informes).
número de memorias es el impulso dado
por las cajas de ahorros a partir del 2004. El La evolución de las memorias emitidas
número de cajas de ahorro que inicia la pu- consideradas «no in accordance» es prác-
blicación de las memorias es muy importan- ticamente nula, ya que el número de em-
te, posiblemente tenga influencia el hecho presas que emiten sus informes con esta
Igor Álvarez Etxeberria, Ainhoa Garayar Erro
cualidad es de 13 desde el año 2002. Las y 2005. Podríamos decir que la proporción
únicas que repiten los tres años son Gru- de memorias ha llegado a su in accordan-
po Ferrovial y Grupo Larcovi (sector de la ce máximo, sin embargo este porcentaje es
construcción). Podríamos concluir que el un caso único a nivel mundial, en los países
desarrollo de las emisiones «in accordan- con mayor número de emisiones de memo-
ce» explica la evolución producida en el rias los porcentajes se mueven entre un 7%
cómputo total de publicaciones españolas y un 20%, (Álvarez y Garayar, 2006). Esta si-
según la GRI-2002. tuación en la proporción de memorias in ac-
cordance, nos demuestra que el compro-
Hemos valorado positivamente analizar miso de las compañías con la información
esta evolución de forma porcentual, para ob- social y medioambiental es importante.
servar la importancia de las emisiones «in ac-
cordance» respecto del total de emisiones. Pero, ¿son las empresas uniformes a
Para ello presentamos el siguiente diagrama la hora de emitir sus memorias?, es decir;
de barras porcentuales (ver gráfico n.o 1). ¿una empresa que informa in accordance
según la GRI-2002 un año, continúa emi-
Observamos un cambio de tendencia tiendo in accordance? Para analizar esta
significativa, obviando el año 2001, ya que cualidad en las memorias de sostenibili-
España ha pasado de una situación 30-70 dad hemos realizado la siguiente agrupa-
(in accordance, no in accordance) en el año ción; por un lado aquellas empresas cuya
2002 a 64-36 en el año 2003, y ese por- información in accordance es continua o
centaje se mantienen para los años 2004 uniforme desde que empezaron a emitir
Gráfico n.o 1
Memorias emitidas in accordance y no in accordance
(en %)
el informe, y por último aquellas que no mera emisión no han continuado con ella.
son uniformes en la emisión de la memoria Los datos obtenidos los hemos reflejado
de sostenibilidad in accordance, es decir; en el cuadro n.o 3 y en el gráfico n.o 2 que
aquellas compañías que después de su pri- mostramos a continuación.
Cuadro n.o 3
Número y porcentaje de empresas que emiten memorias 331
con continuidad y no continuidad
Continuo No continuo
Año Primer año Continuo No continuo
(%) (%)
Gráfico n.o 2
Variación de emisiones de memorias continuas y no continuas
(en %)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
A LTMAN , B.W. (1997): «Defining community of IDOWU, S.O. y TOWLER, B.A. (2004): «A comparative
stakeholder and community stakeholder mana- study of the contents of corporate social respon-
gement: A theory elaboration study», en el libro sibility reports of UK companies. Management of
Research Stakeholder Theory, 1997-1998: The Environmental Quality, 15, 420-437.
Sloan Foundation Minigrant Project, The Clark-
J ONES T.M. (1995): «Instrumental Stakeholders
son Centre For Business Ethics, Universidad de
theory: A synthesis of ethics and economics»,
Toronto.
Academy of Management Review, Vol. 20, n.o 2,
ALVAREZ ETXEBERRIA I. y GARAYAR, A. (2006): «Las pp. 404-437.
Guías de Sostenibilidad en las prácticas em-
KPMG (2005): «International Survey of corporate
presariales de divulgación voluntaria: Situación
Responsibility Reporting 2005», KPMG Australia.
actual de las emisiones según la GRI 2002»,
Comunicación presentada en Encuentro XV Ani- LOGSDON, J.; WOOD, D. (1997): «Redefining the cor-
versario ASEPUC, 31 de Mayo, 1 y 2 de Junio, poration: The performance link» en el libro Re-
Burgos. search Stakeholder Theory, 1997-1998: The
BERMAN, S. (1997): «Managerial oportunism and Sloan Foundation Minigrant Project, The Clark-
firm performance: An empirical test of instru- son Centre For Business Ethics, Universidad de
mental Stakeholders Theory» en el libro Re- Toronto.
search Stakeholder Theory, 1997-1998: The MATHEWS, M.R. (1997): «Twenty-five years of social
Sloan Foundation Minigrant Project, The Clark- and environmental accounting research. Is there
son Centre for Business Ethics, Universidad de a silver jubilee to celebrate?», Accounting, Audi-
Toronto. ting and Accountability Journal, 10, 481-531.
CHAMORRO, A., MIRANDA, F.J. y RUBIO, S. (2004): M ITCHELL , R., A GLE B.R. y W OOD D.J. (1997):
«El estado actual de la investigación sobre ges- «Toward a Theory of Stakeholders Identification
tión medioambiental en la empresa en España and Salience: Defining the Principle of Who and
(1993-2003)». XIV Congreso de la Asociación What Really Counts», Academy of Management
Científica de Economía y Dirección de Empresas. Review, Vol. 22, n.o 4, pp. 853-886
DONALDSON, T; PRESTON, L.E. (1995): «The Stake- MOERMAN, L. y VAN DER LAAN, S. (2005): «Social re-
holder Theory of the corporation: Concepts, evi- porting in the tabacco industry: all smoke and
dence and implications», Academy of Manage- mirrors?», Accounting, Auditing and Accountabi-
ment Review, Vol. 20, n.o 1, pp. 65-91. lity Journal. 18, 374-389.
FERNANDEZ IzqUierdo, M.A., MUÑOZ TORRES, M.J. y MONEVA, J.M.; LLENA, F. y LAMEDA, I. (2005): «Ca-
ARNAU PARADIS, A. (2005): «Responsabilidad So- lidad de los Informes de Sostenibilidad de las
cial Corporativa en España: Análisis de la investi- Empresas Españolas», V Reunión sobre Investi-
gación empírica». XII Congreso de la Asociación gación en Contabilidad Social y Medioambiental,
Española de Contabilidad y Auditoría. Barcelona.
FREEDMAN, M. y PATTEN, D.M. (2004): «Evidence on
OBSERVATORIO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATI-
the pernicious effect of financial report environ-
VA (2005): «La Responsabilidad Social Corporati-
mental disclosure». Accounting Forum, 28, 27-41.
va en las memorias anuales de las empresas del
FREEMAN R.E. (1984): «Strategic Management: A IBEX 35. Análisis del ejercicio 2005», libre acce-
Stakeholder approach». Boston, Pitman. so en http://www.obrsc.org
GLOBAL REPORTING INITIATIVE: «The 2002 Sustaina- RODRIGUEZ FERNANDEZ, J.M (2003): El gobierno de la
bility Reporting Guidelines», Septiembre 2002, empresa un enfoque alternativo, Akal Economía
http://www.globalreporting.org Actual, Madrid.
GRAY R; OWEN D; ADAMS C. (1996): «Accounting SVENDSEN, A; WHEELER D. (2003): «A model relation-
and Accountability», Prentice-Hall Europa, Lon- ship», Ca Magazine, Agosto 2003, www.camaga
dres. zine.com.
GRAY, R. y BEBBINGTON, J. (2006): «Accounting for S WANSON , D.L. (1999): «Towards an integrative
the environment». SAGE Publications, London. theory of business and society: A research stra-
HINES, R.D. (1988): «Financial Accounting: In com- tegy for corporate social performance», Aca-
municating reality, we construct reality». Accoun- demy of Management Review, Vol. 24, n.o 3,
ting, Organizations and Society, 13, 251-261. pp. 506-521.
Incidencia de la GRI-2002 en las emisiones de memorias sostenibles
THE CLARKSON CENTRE FOR BUSSINESS ETHICS (1999): Responsibility and Environmental Management,
«Principles of Stakeholders Management», Uni- 12, 55-59.
versidad de Toronto, Canada. WHEELER, D.; ELKINGTON, J. (2001): «The end of the
TILLING, M. (2001): «Corporate Social Reporting: A corporate environmental report? Or the advent
Cook’s Tour». Governance and Social Responsi- of cybernetic sustainability reporting and com-
bility Conference Proceedings. Deakin University, munication» Business strategy and the environ-
Melbourne, Australia. ment, Vol. 10, n.o 1, pp. 1-14.
TSCHOPP, D.J. (2005): «Corporate Social Respon- WHEELER, D.; SILLANPAA, M. (1998): «Including the
sibility: A Comparision Between the United Sta- Stakeholders: The business case» Long Range
tes and The European Union». Corporate Social Planning, Vol. 31, n.o 2, pp. 201-210.
337
Igor Álvarez Etxeberria, Ainhoa Garayar Erro
ANEXO
Cuadro A.1
i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a.
Abengoa X X
Abertis X X X
Acciona S.A. X
AECA X X X
AGBAR X X
ASEPEYO X
BANCAJA X X
BBVA X X X
Banco Popular X X
Banco sabadell X X
Bodega Pirineos X
Caixa Cataluña X X
Caixa galicia X X X
Caja España X
Caja Granada X
Caja Laboral X
Caja Madrid X X
Caja Navarra X X
Incidencia de la GRI-2002 en las emisiones de memorias sostenibles
i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a.
Caja Vital X
339
Cementos Alza X
CEPSA X X X
Cercanías renfe X
Corporación Uniland X
Diageo España X
DKV Seguros X X X
ENDESA S.A. X X X X X
Enusa X
Euskaltel X
FREMAP X X X
Gas Natural X X X X
Gestevisión Televisión X
Granitos Triturados X
Grupo ACS X X
Igor Álvarez Etxeberria, Ainhoa Garayar Erro
i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a.
Grupo CESPA X X X
Grupo ENCE X X
Grupo Eroski X X
Grupo Larcovi X X X X
Grupo SOS X X
Grupo Trasga X
Harineras Villamayor X X X
HC Energía X
Hidrocantábrico X X
Holcim X
Ibercaja X
Iberdrola S.A. X X X X X
Iberia X X X X
Idecon X X
Indra X X X
Javierre S.L. X X
Kairos X
KH Loreda X X
KUTXA X X
Laminados Villapol X
Incidencia de la GRI-2002 en las emisiones de memorias sostenibles
i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a. i.a. no i.a.
LISAPAM X X
341
Maderas Villapol X
Mango X X
MCC X X X
Metro Bilbao X X
MP Corporación Industrial X X
OHL X X X
Renfe X
Repsol YPF X X X X X
Sanitas X
Telefónica de España X X X
Telefónica S.A. X X X X
Telefónica Soluciones X
Unicaja X
Unión Fenosa X X X
TOTAL 0 6 6 12 29 15 42 21 51 25
i.a.: in accordance
no i.a.: no in accordance
Valoración de la garantía de
los planes de pensiones en España
342
Algunas reformas de la Seguridad Social incentivan u obligan a los individuos a pasar desde un
sistema de pensiones con prestación definida gestionado públicamente a otro de aportación defi-
nida gestionado privadamente. En este trabajo se utiliza el análisis de derechos contingentes para
valorar garantías gubernamentales asociadas a fondos de pensiones individuales. Se consideran
dos tipos de garantía sobre la tasa de rendimiento del fondo: un rendimiento mínimo fijo y un ren-
dimiento mínimo relativo al propio sector. El valor de cada una de estas garantías se calcula para
una muestra representativa de fondos de pensiones españoles del sistema individual.
Gizarte Segurantzaren hainbat erreformak pentsio-sistema aldatzera bultzatu edo behartu du jen-
dea: hain zuzen, prestazio definituko pentsio-sistema publiko batetik, ekarpen definituko pentsio-
sistema pribatu batera aldatzera. Lan honetan kontingentzia baten ondoriozko eskubideen azterketa
baliatzen da, pentsio-funts indibidualei lotutako gobernu-bermeen balorazioa egiteko. Funtsaren
etekin-tasaren gaineko bi berme-mota hartu dira kontuan: gutxieneko etekin finkoa eta sektoreari
dagokion gutxieneko etekina. Berme horietako bakoitzaren balioa kalkulatu da, Espainiako sistema
indibidualeko pentsio-funtsen lagin adierazgarri baterako.
Many Social Security reforms either encourage or require individuals to switch from a government-run
defined benefit pension fund to a privately-run defined contribution system. In this paper, contingent
claims analysis is used to price government guarantees on defined contribution pension funds. Two
types of guarantees of return for an individual’s pension fund are considered: a fixed minimum rate
of return and a minimum rate of return related to the sector’s average return. The values for each of
these guarantees are computed for a representative sample of Spanish pension funds.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Valoración de las garantías sobre las tasas de rendimiento de un fondo de pensiones 343
3. El caso español
4. Conclusiones
Referencias bibliográficas
Palabras clave: Planes de pensiones, aportación definida, garantías gubernamentales, tasas de rendimiento
ción se vuelve realmente complicada, el go- sería sólo el 0’2% de todas las aportaciones
bierno es demasiado poderoso como para después de diez años, y caería a cero poco
no hacer nada, y acudirá al rescate). En am- después. Incluso si la garantía compensa-
bos casos, la garantía conlleva un compro- se a la inflación («garantía del principal real»),
miso para el gobierno, que conviene valorar el coste sería todavía muy bajo: el 2% de las
de manera adecuada. contribuciones a los diez años, y disminui-
ría al 0’5% de las aportaciones después de
Básicamente, un garante de una pen-
cuarenta años. La razón por la que la garan-
sión capitalizada está ofreciendo una op-
tía se abarata con el tiempo es que el valor
ción de venta (el derecho a vender algo a
del principal, ya sea nominal o real, se reduce
un precio predeterminado) a los individuos.
como proporción del valor total esperado de
Si la cartera del fondo obtiene unos rendi-
la cuenta —que incluye tanto el interés acu-
mientos decepcionantes y, en consecuen-
mulado como las ganancias de capital—.
cia, la cuenta de retiro proporciona menos
renta que el nivel garantizado, entonces la En el segundo caso, a los participantes en
opción de venta tendrá valor positivo (es- el plan se les promete que las prestaciones
tará «in the money»), la generación que se que recibirán de la Seguridad Social (SS) al
retira cobrará y el garante pagará.2 jubilarse serán al menos tan altas como una
anualidad mínima, independientemente del
El coste de una garantía depende de qué
comportamiento efectivo de su cuenta indi-
forma adopta ésta, cuánto tiempo dura y
vidual.4 Ahora, Lachance y Mitchell (2002)
qué inversiones se permiten en la cuenta.
muestran que el coste de garantizar una
Con respecto al primer aspecto, las garan-
renta mínima para un fondo que está inverti-
tías pueden clasificarse en dos categorías
do al 50% en acciones es considerable y au-
generales, según aseguren una tasa de ren-
menta con el tiempo. A los diez años, costa-
dimiento mínima o una prestación mínima.
ría el 8’1% de las contribuciones, y aumenta
En el primer caso, los participantes en el
al 16’1% a los cuarenta años. Esto contradi-
plan tienen derecho a recibir pagos al menos
ce la creencia popular de que las acciones
iguales a sus contribuciones al sistema más
se vuelven más seguras cuanto más tiempo
alguna tasa de rendimiento; una variante
se mantienen. Ciertamente, los rendimien-
concreta es una «garantía del principal», que
tos anuales brutos de las acciones se hacen
equivale a garantizar una tasa de rendimiento
menos volátiles, pero sucede lo contrario
nominal del cero por ciento3. Estas garantías
con los rendimientos totales (compuestos) a
suelen ser baratas. Así, Lachance y Mitchell
medida que los períodos de conservación se
(2002) calculan que el coste de garantizar
alargan. Ello se debe a que los ahorradores
todo el dinero colocado en una cuenta in-
están expuestos durante más tiempo al ries-
vertida a partes iguales en acciones y bonos
go de un revés realmente serio en el merca-
do de valores.5
2 Referencias útiles en este enfoque son, entre
nacchi (2002) y Smetters (2002). porciona una renta/pensión inferior al 25% de los sa-
3 En Alemania, por ejemplo, las instituciones finan- larios medios, el Gobierno utilizará los ingresos fisca-
cieras que proporcionan las nuevas cuentas de retiro les para reponerla hasta ese nivel.
individual deben ofrecer una garantía del principal, es 5 Algunos economistas argumentan que las ac-
decir, los ahorradores deben recibir como mínimo el ciones son realmente tan seguras como los bonos
valor nominal de sus aportaciones. o las Letras del Tesoro, y que los inversores empuja-
Valoración de la garantía de los planes de pensiones en España
8i
ÀT
` Ó ®
-
`£®
2.1. Una garantía de rendimiento -i T
ÀT
` Ó ®
-
`£® (2)
mínimo fijo
À ®T
- ¨i
` Ó ®
`£® · y -
T ®
ª ¹
El sistema de pensiones de Uruguay per-
mite fondos de pensiones tanto públicos donde:
como privados. En el caso de los fondos
públicos (no así en el de los privados), el go- `£ À
ä ¿ xS -Ó ®T É S - T ® , y
bierno garantiza a los partícipes un rendi- ` Ó `£
S - T
miento mínimo anual real del 2%. Por tanto,
un fondo que gana menos que un 2% en un Dado que el precio de ejercicio es pro-
año dado requiere una transferencia del go- porcional a S, el valor de la opción (garan-
bierno para cubrir la diferencia. tía) es también proporcional a S.
Denotando por S el valor actual de los
Ahora, considérese una garantía de ren-
títulos de un fondo, supóngase que la
dimiento mínimo m que comienza en algu-
tasa de rendimiento real instantánea de
na fecha futura y y dura τ períodos. Sea la
su cartera, dS/S, sigue el proceso esto-
fecha actual 0 y denótese el valor actual
cástico:
de esta garantía como H(0,y,τ). El precio
de ejercicio de esta garantía, X = S( y)emτ,
`-
A - `Ì S - `â - (1) es proporcional al valor de la cartera futu-
-
ra del plan al comienzo del período de ga-
Valoración de la garantía de los planes de pensiones en España
8 Este tipo de garantía es similar a una opción de 9 Así, si Ra supera el 4%, entonces cada fondo
contrato a plazo (forward start), la cual puede valo- debe ganar al menos 1/2Ra. Para valores de Ra me-
rarse utilizando la técnica «neutral al riesgo» de Cox y nores de 4, cada fondo debe obtener al menos Ra-2
Ross (1976), que Harrison y Kreps (1979) generaliza- por ciento; si Ra es menor de 2 no hay ninguna obli-
ron en la teoría de «valoración por martingalas». gación.
José Manuel Chamorro Gómez
fondos es dSa /Sa; se supone que Sa sigue se como αv – qv, donde αv ≡ αa – (1 – β)ϕσa,
un proceso similar: qv ≡ (1 – β)(σa – ϕσa) + c = (1 – β)r + c,
siendo ϕ el precio de mercado del riesgo
`-> del proceso dza, y r el tipo de interés sin
A >`Ì S >`â > (5)
-> riesgo.
¨ ¥
µ µ
µÛ R S
S£ ´ ·
©i
µÝ T ¦ Ý
ä ¿ xS £ T ] Ý
ä ¿ xS T ] £Ó Ó µ ¸
Ó
© ¦§ S T S T S µ¶ ¸
£
© ¸
© ¥
µ µ
µ R S
S ´ ¸
µ T
- © i Û Ó ¦ Û
ä ¿ xS Ó T ] Û Ý
ä ¿ xS T ] £Ó £ Ó
µ
¸ y -
T ®] (8)
© ¦§ S T S T S µ¶ ¸
Ó
© ¸
© ¥
µ
µ ´ ¸
©
Ó ¦ Ý Û ¸
ä ¿ xS £ T ]
ä ¿ xS Ó T ] R£Ó µ
© ¦§ S T S T µ¶ ¸
ª £ Ó ¹ 349
Cuadro n.o 1
Los planes de pensiones en España
vos, durante el año 2004, éste se ha incre- En esta sección se calcula el valor de
mentado en 7.077 millones de euros; casi los dos tipos de garantías presentados en
el 80% de dicho incremento es atribuible al la sección anterior para una muestra de
sistema individual. Dicho crecimiento se ha planes de pensiones españoles. 13 Dicha
debido, al menos en parte, a una evolución muestra está constituida por 27 planes
positiva de los mercados de valores en de pensiones del sistema individual, los
2004. También ha contribuido al mismo el cuales han sido seleccionados atendien-
elevado volumen de suscripciones y apor- do a los criterios de antigüedad (al me-
taciones netas, sobre todo en el sistema nos cinco años de actividad) y patrimo- 351
individual y, en menor medida, en el siste- nio (al menos cien millones de euros).14 El
ma de empleo (véase la parte inferior dere- Cuadro 2 recoge la identidad de los pla-
cha del cuadro n.o 1). nes considerados. A 30 de septiembre de
2003, representaban el 47’45% del patri-
Por lo que se refiere al ejercicio 2005 el
monio de todos los planes de pensiones
número de cuentas de partícipes podría in-
del sistema individual, y el 43’34% de los
crementarse en alrededor de 500.000, al-
partícipes.
canzando la cifra de 9’1 millones; el nú-
mero de partícipes en el sistema individual, Al mismo tiempo, a fin de ganar en re-
por su parte, se situaría en unos 7’2 mi- presentatividad, los distintos segmentos de
llones. En cuanto al volumen de activos, la muestra reflejan, en buena medida, su
podría situarse a finales de año en tor- peso relativo en la población total de pla-
no a los 70.000 millones de euros; el in- nes de pensiones. El cuadro n.o 3 recoge
cremento anual se desglosaría en unos algunos estadísticos de la muestra y del
4.000 millones por aportaciones netas y sector en su conjunto. Como puede obser-
unos 3.200 millones por rentabilidad de los varse, la composición de la muestra está
activos. Al igual que en 2004, el motor de ligeramente sesgada a favor de los planes
dicho crecimiento sería el sistema indivi- de renta fija mixta, mientras que los de ren-
dual, por su mayor dinamismo. ta fija pura y los de renta variable están in-
fraponderados.
A su vez, los planes de pensiones del
sistema individual se clasifican en cinco Todos los datos empleados se han ob-
grupos, según sea la naturaleza de sus tenido de las estadísticas mensuales con-
inversiones:12 Renta Fija (la cartera no pue- secutivas publicadas por INVERCO, las
de contener activos de renta variable), cuales comienzan en abril de 2002. En
Renta Fija Mixta I (la renta variable no su- ellas se ofrece información sobre las renta-
pera el 15%), Renta Fija Mixta II (la ren- bilidades anualizadas a 1, 3, 5 y más años
ta variable oscila entre el 15% y el 30%), de plazo. Aquí se han considerado las ren-
Renta Variable Mixta (la renta variable re-
presenta entre el 30% y el 75%), y Renta 13 Una cuestión relacionada con la garantía de ren-
dos, para los que existe garantía externa de un deter- cluido en la muestra para evitar que un segmento es-
minado rendimiento, otorgada por un tercero. tuviera representado por un solo fondo.
José Manuel Chamorro Gómez
Cuadro n.o 2
Planes de pensiones incluidos en la muestra
(cifras a 30-09-2003)
Renta Fija
RG-UNO RENTA FIJA 111.113 461.931 –0’58 1’54 0’89
SCH RENTA FIJA 96.236 762.035 –0’08 1’22 0’07
PLAN CAIXA 1 187.926 964.213 –0’15 1’42 0’22
BBVA PLAN RENTA FIJA 117.998 642.828 0’02 1’40 0’56
EUROPOPULAR RENTA 53.514 209.106 –0’93 0’51 0’20
CAJAMADRID RENTA 46.019 355.837 –1’40 0’41 0’35
PLANCAIXA 10 AHORRO 29.731 209.092 0’06 0’75 –0’18
IBERCAJA PENSIONES 39.939 194.716 0’82 1’52 0’67
Renta Variable
BBVA PLAN R.V. 60.082 182.089 –23’8 13’8 0’93
SCH R.VBLE. GLOBAL 33.322 72.277 –27’6 14’4 0’95
Cuadro n.o 3
Estadísticos descriptivos
(cifras a 30-09-2003)
Patrimonio Partícipes
Segmento
% del sector % de la muestra % del sector % de la muestra
tabilidades a un año exclusivamente. Así, el tipo de interés del activo sin riesgo se
la rentabilidad al 30-04-2002 incorpora lo considera en términos reales. Con respec-
acaecido desde el 1-05-2001. Los últimos to a la tasa de inflación, ésta corresponde
datos aquí empleados corresponden al a la variación anual del IPC, elaborada mes
30-09-2003. Para cada plan de pensiones a mes por el Instituto Nacional de Estadís-
hay, por tanto, veinte datos mensuales de tica. En cuanto a las series del tipo de inte-
rendimientos a un año, a partir de los cua- rés nominal ( ya sea el de las Letras del Te-
les se han calculado la media aritmética y soro a 1 año, o el de los Bonos a 10 años),
la desviación típica (véase el cuadro n.º 2). la fuente ha sido el Boletín Estadístico del
Banco de España.
Con respecto al período muestral, éste
abarca unos años relativamente adversos
desde el punto de vista financiero (véa-
3.1. Garantía de rendimiento mínimo
se la cuarta columna del cuadro n.o 2). El
fijo (caso Uruguay)
rendimiento medio en términos reales, du-
rante este período, ha sido negativo para
De acuerdo con la expresión (2), el va-
la inmensa mayoría de los planes consi-
lor de la garantía es función de la diferencia
derados. En consecuencia, las primas de
entre el tipo de interés sin riesgo y la tasa
garantía aproximadas más adelante quizá
de rendimiento garantizada, r-m, así como
debieran interpretarse más como cotas su-
de la desviación típica de la tasa de ren-
periores que como valores típicos en épo-
dimiento del fondo, σS. En el cuadro n.o 4
cas más normales.
se muestra el coste porcentual anual de la
Los valores de las garantías aquí estu- garantía, h(1) × 100, como función de r-m
diadas se basan en la tasa de rendimiento para el plan más grande (por patrimonio)
real de cada fondo, del mismo modo que de cada uno de los segmentos.
José Manuel Chamorro Gómez
Cuadro n.o 4
Primas de garantía del plan más grande en cada segmento
(en %)
Cuadro n.o 5
Primas de garantía ponderadas por patrimonio
(en %)
menta. Así, dado un valor de r, descender de renta fija pura hasta un 5’5% en los de
por la columna primera puede interpretarse renta variable, situándose la media mues-
como reducir el rendimiento mínimo garan- tral en el 1’28%. El valor de esta última os-
tizado, m. En consecuencia, el coste de la cila entre un 0’23% cuando el rendimiento
garantía también disminuye. Nótese, final- real mínimo garantizado es más bien bajo
mente, que el descenso es muy acusado (r-m = 5%) y un 2’63% cuando éste es
en los planes de renta fija, pero menos in- más alto (r-m = –2%).
tenso en los de renta variable.
Una vez calculadas las primas individua-
3.2. Garantía de rendimiento mínimo
les, es sencillo calcular primas agregadas,
relativo (caso Chile)
ya sea por segmento o para la muestra en
su conjunto, ponderadas por los patrimo-
A diferencia del caso anterior, en que lo
nios respectivos (a 30 de septiembre de
importante no es tanto r en sí mismo como
2003). El cuadro n.o 5 muestra estos resul-
la diferencia r-m, ahora es preciso dar un
tados agregados.
valor al tipo de interés sin riesgo en tér-
Como puede observarse, los comenta- minos reales. En principio, tanto las Le-
rios hechos anteriormente con respecto a tras del Tesoro a 1 año como los Bonos
la influencia de σS, por un lado, y de r-m, a 10 años pueden servir como referencia
por otro, se mantienen a nivel más agre- para obtener un tipo de interés nominal
gado, ya se refiera éste al segmento par- (i ). En promedio, durante el periodo consi-
ticular o a la muestra total. Por ejemplo, derado, éste ha sido de un 2’7% para las
para r-m = 0, la media sectorial va desde Letras y un 4’7% para los Bonos. La tasa
un 0’5% aproximadamente para los planes de inflación anual (π), por su parte, ha al-
José Manuel Chamorro Gómez
canzado el 3'3% como media. A partir de Esto es así bajo este esquema de garantía,
la expresión (1 + r ) = (1 + i )/(1 + π), resulta a pesar de que la Renta Fija pura ha sido la
un tipo de interés real que va del –0’58% al forma de riqueza más segura en el periodo
1’35%, respectivamente. En la medida en considerado: (se han obtenido rendimien-
que un tipo de interés real negativo se con- tos reales comprendidos entre el –1’4% y
sidera más bien un fenómeno coyuntural, el 0’82%), mientras que ningún otro plan
aquí se ha optado por un valor de r = 0’01. ha conseguido rentabilidades positivas en
El resto de parámetros se ha establecido al ese periodo (alguno ha llegado a perder
nivel vigente en Chile, esto es, como en la hasta un 27’6%).
Sección 2.2: α = 0’02, β = 1/2, c = 0’01.
No obstante, también se realiza un análisis En los cuadros siguientes se muestra el
de sensibilidad para ver cómo varía el valor valor de h(1) × 100, el coste anual porcen-
de la garantía ante cambios en los mismos. tual de esta garantía, al nivel agregado para
distintas combinaciones de parámetros. En
Otra variable que ahora desempeña un cada uno de ellos varía un parámetro dis-
papel importante es el coeficiente de co- tinto, mientras los restantes se mantie-
rrelación entre el rendimiento real de un nen constantes. La fila central constituye
plan de pensiones individual y el prome- el caso base (α = 0’02, β = 1/2, c = 0’01,
dio de todos los planes (que aquí se en- r = 0’01) y aparece en negrita.
tenderá como la media muestral pondera-
da por patrimonio). Concretamente, dado A la hora de interpretar los resultados,
todo lo demás, cuanto mayor es dicha co- es conveniente recordar la estructura de
rrelación, menor es el valor de la garantía. esta garantía. Así, a medida que α aumen-
La intuición es que, al ser un rendimiento ta, la diferencia Ra – α disminuye, de modo
relativo lo que se garantiza, el compromi- que es menor el primer umbral que se le
so adquirido con respecto a un plan cuyo exige superar al rendimiento del plan de
rendimiento es negativo tan sólo es vincu- pensiones. Lógicamente, en estas circuns-
lante cuando éste se desvía sensiblemen- tancias el valor de la garantía disminuye,
te del rendimiento medio del sector.16 Por tal como se observa en el cuadro n.o 6 al
este motivo, la garantía de algunos pla- descender desde cualquier fila a la siguien-
nes de renta fija, a pesar de sus bajas vo- te. En el caso base, el coste de la garan-
latilidades, puede resultar más cara que tía es mínimo para el segmento de Renta
la de otros planes de segmentos a priori Fija Mixta I (0’004%), aumenta ligeramen-
más arriesgados si sucede que su correla- te para la Renta Fija Mixta II (0’01%) y la
ción con la media sectorial es relativamen- Renta Fija (0’1%), llegando a superar el 1%
te baja (para alguno, incluso, dicha corre- para la Renta Variable Mixta y el 3% para la
lación es negativa; véase el cuadro n.º 2). Renta Variable; la media muestral alcanza
el 1’73 por mil del valor del fondo.
16 Es interesante observar que, cuando σ ≤ σ , los
S a En cambio, según β aumenta, la segun-
valores convergen a cero según el coeficiente de cor-
da referencia, β Ra, exigida como mínimo
relación se aproxima a uno, y que cuanto menor es σS
en relación con σa, menor es el valor de la garantía. al rendimiento del plan, aumenta. En este
Sin embargo, si σS >σa, condición plausible para el caso, el valor de la garantía también aumen-
plan típico (pues el riesgo individual es diversificado
por la media), entonces incluso cuando la correlación
ta, tal como se observa en el cuadro n.o 7.
es perfecta, la garantía tendrá un valor positivo. No obstante, el efecto del aumento en β so-
Valoración de la garantía de los planes de pensiones en España
Cuadro n.o 6
Primas de garantía ponderadas por patrimonio (%):
sensibilidad ante cambios en α
Cuadro n.o 7
Primas de garantía ponderadas por patrimonio (%):
sensibilidad ante cambios en β
bre el valor de la garantía parece agotarse a al menos min[Ra – α, β Ra], por lo que el refe-
medida que dicho parámetro toma valores rente de hecho (y el que determina en mayor
cada vez más altos. A este respecto, es im- medida el valor de la garantía) tenderá a ser
portante señalar que cada fondo debe ganar el primer término, en lugar del segundo.
José Manuel Chamorro Gómez
Cuadro n.o 8
Primas de garantía ponderadas por patrimonio (%):
sensibilidad ante cambios en c
Por otro lado, cuanto mayor es el coefi- que r aumenta, la brecha que se abre en-
ciente de capital, c, menores son las pér- tre el fondo promedio (Sa) y el fondo de re-
didas a las que el Gobierno está expues- ferencia (V ) se amplía. Dicho con otras pa-
to y, en consecuencia, menor es el coste labras: el umbral a satisfacer por un fondo
de la garantía; véase el cuadro n.o 8. Así, individual cualquiera crece más despacio
cuando c se duplica desde el 1% al 2%, que la media sectorial, de modo que más
la prima de garantía media se reduce des- fácil debiera ser alcanzarlo. Al ser menores
de el 1’7 por mil al 1’2 por mil del valor del las exigencias impuestas a los rendimien-
fondo. Por tanto, al igual que sucede en el tos individuales, menor es también el coste
caso de los bancos comerciales, unos re- de la garantía.
quisitos de capital adecuados pueden re-
Antes de terminar, en vista de las cifras
sultar útiles para moderar la asunción de
anteriores, cabe preguntarse si la magnitud
riesgos por parte de los fondos de pensio-
de la prima de garantía es razonable o, por
nes y, con ello, aliviar la responsabilidad del
el contrario, desmesurada. En este sentido,
garante.
una media sectorial del 1’7 por mil del patri-
Por último, como se muestra en el cua- monio, para la combinación de parámetros
dro n.º 9, cuando el tipo de interés sin riesgo adoptada, no parece muy alejada de la pri-
aumenta, el valor de la garantía disminu- ma que cobra el Fondo de Garantía de De-
ye. Nótese que la diferencia entre las ten- pósitos a los bancos, es decir, el 2 por mil
dencias de los procesos seguidos por Sa de sus depósitos. Así mismo, el Fondo de
y V viene dada por αa – (βαa – c) = (1 – β) Garantía de Inversiones, que protege a los
αa + c = (1 – β)(r + ϕσa) + c. Para β < 1, ahorradores frente a las pérdidas causa-
esta diferencia crece con r. Así, a medida das por agencias y sociedades de valores
Valoración de la garantía de los planes de pensiones en España
Cuadro n.o 9
Primas de garantía ponderadas por patrimonio (%):
sensibilidad ante cambios en r
(no las derivadas de una mala inversión), planes de pensiones de aportación defi-
recibe también un 2 por mil del efectivo to- nida. Aunque con ello se reduce el riesgo
tal que han entregado los clientes a las em- debido a los compromisos de la SS no ca-
presas de servicios de inversión.17 Ambos pitalizados, los participantes pasan a es-
mecanismos indemnizatorios ofrecen una tar expuestos a riesgos de inversión, que
garantía en casos de insolvencia. La cober- no afrontaban previamente en un plan de
tura dispensada está armonizada al nivel de prestación definida patrocinado por la ad-
la UE, y asciende a un máximo de 20.000 ministración. Para hacer reformas de priva-
euros por depositante o inversor. Nótese tización políticamente atractivas al público,
que, en nuestro caso, se trata de interme- los gobiernos ofrecen garantías que redu-
diarios financieros distintos, y que también cen la exposición de los individuos al ries-
el tipo de garantía es diferente. go de inversión.
En este trabajo se analizan dos tipos
de garantía sobre el rendimiento de una
4. CONCLUSIONES
muestra representativa de fondos de
pensiones españoles del sistema indivi-
Muchas reformas de la Seguridad So-
dual. Se emplea para ello el modelo de
cial, reales y propuestas, persiguen priva-
valoración desarrollado por Pennacchi
tizar los compromisos por pensiones, ha-
(1999). El periodo de la muestra abarca
ciendo que los individuos contribuyan a
prácticamente en su totalidad el trienio
2001-02-03. No fueron años muy favora-
17 Mi agradecimiento al evaluador por señalar este
bles desde una perspectiva financiera. Por
aspecto. ello, los costes estimados de las garantías
José Manuel Chamorro Gómez
deben tomarse más bien como umbrales lación con la media de la población es rela-
superiores. tivamente baja.
Cuando se garantiza un rendimiento mí- Bajo este esquema, un primer umbral
nimo fijo, el valor actual de la garantía de- que a cada fondo de pensiones se le exige
pende directamente del nivel mínimo ga- superar es el rendimiento medio del sec-
rantizado (m) y de la volatilidad del fondo, tor menos una cuantía determinada (alfa).
e inversamente del tipo de interés libre de El segundo umbral viene dado, en cambio,
riesgo (r, la tasa de descuento). Así, por por una fracción (beta) de dicho rendimien-
ejemplo, supóngase que el nivel garantiza- to medio. Cuanto más bajo es el nivel de
do es 5 puntos porcentuales inferior al tipo exigencia (y, por ello, menos probable que
libre de riesgo (es decir, r-m = 0’05); enton- el Gobierno intervenga), ya sea en forma
ces, la prima media (ponderada por patri- de una mayor alfa o una menor beta, más
monio) ronda el 0’25%. Si m aumenta o r bajo es también el coste de la garantía. Si,
disminuye hasta ser r-m = –0’02, la prima como medida de precaución, cada fondo
media aumenta considerablemente, supe- también está obligado a mantener unos
rando el 2’5%. ciertos recursos propios, cuanto mayor es
este coeficiente de capital (c) menores son
Este patrón medio esconde, no obstante,
los compromisos del Gobierno y menor es
realidades particulares bien diferenciadas,
el valor de la garantía.
debido en buena parte a la volatilidad. Cuan-
do r-m = 0, la prima del mayor fondo de ren- Con los valores adoptados en el caso
ta fija (0’5%) es unas diez veces más peque- base (alfa = 0’02, beta = 1/2, c = 0’01,
ña que la del mayor de renta variable (5’5%). r = 0’01), el coste de la garantía es mínimo
Este efecto individual de la volatilidad se para los fondos de pensiones incluidos en
traslada al primer nivel de agregación, pues el segmento de Renta Fija Mixta, aumenta
la media del segmento se multiplica también para los de Renta Fija, y aumenta aún más
por un factor aproximado de diez. para los de Renta Variable Mixta y Renta
Variable. Se obtiene una media sectorial del
Cuando la garantía se establece sobre el
0’17% del patrimonio. Esta prima no pare-
rendimiento de un fondo en relación al del
ce muy alejada de la que cobra el Fondo de
total de fondos, el coeficiente de correla-
Garantía de Depósitos o el Fondo de Ga-
ción entre aquél y éste pasa a ser también
rantía de Inversiones, el 0’20% de lo apor-
relevante: si un fondo particular obtiene un
tado por depositantes o inversores.
rendimiento decepcionante, el Gobierno
sólo se ve comprometido en la medida en En cualquier caso, una prima media de-
que éste sea muy diferente del obtenido terminada, exigible por igual a todos los
con carácter general. Esto, a su vez, puede fondos afectados, muy probablemente
traer consigo un resultado aparentemente entrañaría tratamientos discriminatorios y
paradójico: un fondo poco volátil (por ejem- sembraría incentivos inadecuados. El deseo
plo, de renta fija) puede resultar más costo- de paliar la gravedad de estos problemas
so de asegurar que otro fondo más volátil sugeriría alguna combinación de regulación
(por ejemplo, de renta fija mixta) si su corre- pública y disciplina de mercado.
Valoración de la garantía de los planes de pensiones en España
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BLACK, F. Y SCHOLES, M. [1973]: «The pricing of op- INVERCO [2005]: «Ahorro financiero de las familias.
tions and corporate liabilities». Journal of Political Informe 2004 y perspectivas 2005». Website:
Economy, vol. 81, n.o 3, pp. 637-654. www.inverco.es.
BODIE, Z. [2001]: «Financial engineering and Social LACHANCE, M-E. y MITCHELL, O. [2002]: «Understan-
Security reform». En CAMPBELL, J.Y. y M. FELD- ding individual account guarantees». NBER Wor-
STEIN (eds.): Risk Aspects of Social Security Re- king Paper 9195.
form. University of Chicago Press, chapter 8. LEWIS, C.M. y PENNACCHI, G.G. [1999]: «Valuing in- 361
B ODIE , Z. Y M ERTON , R. [1993]: «Pension bene- surance for defined-benefit pension plans». Ad-
fit guarantees in the United States: A functio- vances in Futures and Options Research 10,
nal analysis». En SCHMITT, R. (ed.): The Future pp. 135-167.
of Pensions in the United States. University of MARCUS, A.J. [1987]: «Corporate pension policy and
Pennsylvania Press, chapter 5. the value of the PBGC insurance». En BODIE, Z.,
CAMPBELL, J.Y. [2000]: «Strategic asset al.location: SHOVEN, J. y WISE, D. (eds.): Issues in Pension Eco-
portfolio choice for long-term investors». NBER nomics, University of Chicago Press, chapter 3.
Reporter, Fall, pp. 8-12. MARGRABE, W. [1978]: «The value of an option to
COX, J. Y ROSS, S. [1976]: «The valuation of options exchange one asset for another». Journal of Fi-
for alternative stochastic processes». Journal of nance 33, pp. 177-186.
Financial Economics 3, pp. 145-166. PENNACCHI, G.G. y LEWIS, C.M. [1994]: «The value
FELDSTEIN, M. Y RANGUELOVA, E. [2000]: «Accumula- of Pension Benefit Guaranty Corporation insu-
ted pension collars: a market approach to redu- rance». Journal of Money, Credit and Banking
cing the risk of investment-based Social Security 26, pp. 135-167.
reform». NBER Working Paper 7861. PENNACCHI, G.G. [1999]: «The value of guarantees
FERRUZ, L. y SARTO, J.L. [1993]: «Medida de la efi- on pension fund returns». Journal of Risk and In-
cacia de la gestión de los planes de pensiones surance, Vol. 66, n.o 2, pp. 219-237.
en España, 1989-1991». Revista Española de PENNACCHI, G.G. [2002]: «Methodology to assess
Financiación y Contabilidad, vol. XXII, n.o 74, fiscal risk of pension guarantees». En POLACKO-
pp. 105-131. VA-BRIXI, H. y A. SCHICK (eds.): Government at
FERRUZ, L. y SARTO, J.L. [1997]: «Análisis financiero Risk: Contingent Liabilities and Fiscal Risk, The
de la performance de los fondos de pensiones World Bank y Oxford University Press.
en España durante el período 1989-1995». Cua- SIEGEL, J. [1998]: Stocks for the long run, 2nd ed.,
dernos Aragoneses de Economía, vol. 7, n.o 2, McGraw-Hill, New York.
pp. 403-415.
SMETTERS, K. [2002]: «Controlling the cost of mini-
JOHNSON, H. [1987]: «Options on the maximum and mum benefit guarantees in public pension con-
minimum of several assets». Journal of Financial versions». J. Pension Economics and Finance,
and Quantitative Analysis 22, pp. 277-283. Vol. 1, n.o 1, March, pp. 9-33.
H ARRISON , M. y K REPS , D. [1979]: «Martingales S TULZ , R . [1982]: «Options on the minimum or
and arbitrage in multiperiod securities markets». maximum of two assets». Journal of Financial
Journal of Economic Theory 20, pp. 381-408. Economics 10, pp. 161-185.
Cómo afectan los cambios estructurales
a la intensidad energética en España
362
El crecimiento de la intensidad energética en España frente a la moderación y descenso en otros
países europeos cuestiona la sostenibilidad del modelo de crecimiento español. El objetivo de
este artículo es analizar cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en
España e identificar los factores clave que permiten explicar por qué la intensidad energética en
España sigue una evolución distinta a la de otros países europeos. Se utiliza la metodología de
desagregación de índices para el análisis de la intensidad energética en España y se compara con
la evolución de la UE15. Este análisis se complementa con un resumen de los principales factores
que afectan a los sectores económicos y al sector residencial.
Espainian gora egin du energia-intentsitateak, eta Europako beste hainbat herrialdetan, berriz, bere
horretan mantendu da edo jaitsi egin da. Horrek zalantzan jarri du Espainiako hazkunde-ereduaren
iraunkortasuna. Egitura-aldaketek Espainiako energia-intentsitatean zer-nola eragiten duten az-
tertzea da artikulu honen helburua, eta, horrez gain, faktore erabakigarriak aurkitzea, Espainiako
energia-intentsitateak Europako beste herrialde batzuetako bilakaera berdina zergatik izan ez duen
azaltzeko. Desagregazio-indizea baliatu da, Espainiako energia-intentsitatearen analisia egiteko,
eta EB15eko bilakaerarekin alderatu da. Analisi hori osatzeko, sektore ekonomikoei eta etxebizitza-
sektoreari eragiten dieten faktore nagusien laburpena jasotzen du artikuluak.
The increase in energy intensity in Spain, as opposed to the moderation and reduction in other
European countries, questions the sustainability of the Spanish economic growth model. The
objective of this paper is to analyze how structural changes affect energy intensities in Spain and
to identify the key drivers that explain the differences with other European counterparts. The index
decompositions methodology is chosen and applied to energy intensities in Spain and is compared
to EU15 evolution. This analysis is complemented with a summary of the key factors affecting the
economic sectors and households.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Estado de la cuestión 363
3. Identificación del modelo de desagregación
4. Análisis de la desagregación de la intensidad energética
5. Evolución de los sectores
6. Conclusiones
Referencias bibliográficas
Anexo I
Anexo II
Palabras clave: Intensidad energética, modelos de descomposición, cambio estructural, eficiencia energética
Gráfico n.o 1
La intensidad energética en Europa
(ktep/ M€ 95)
energéticos y supone una factura medio- nado la evolución de las intensidades ener-
ambiental proporcionalmente mayor. géticas. Finalmente, se complementa este
análisis con una descripción de la evolu-
Este artículo forma parte de un análisis ción de los sectores de manera cualitativa
más extenso de la problemática de la in- antes de acabar con unas conclusiones
tensidad energética (Mendiluce, 2006) y
su objetivo es responder a dos preguntas:
¿cómo afectan los cambios estructurales a 2. ESTADO DE LA CUESTIÓN
la intensidad energética en España? y ¿por
qué la intensidad energética en España A continuación se hace una breve re-
está creciendo mientras que en el resto de visión de la literatura sobre la intensidad
países europeos está reduciéndose? Para energética. En primer lugar se centra el
ello se analizaran las principales aportacio- análisis en el debate entre defensores y
nes teóricas de otros investigadores sobre detractores de las teorías de «desmateria-
la relación entre crecimiento económico y lización». En segundo lugar, se identifican
CE. Después se describen los modelos de los factores que más influyen en la evolu-
desagregación de índices, que se aplican ción de la IE así como aquellos en los que
a la IE en España y la UE15, para poder no existe consenso. Finalmente, se citan
cuantificar cómo los cambios estructurales los estudios que abordan de forma directa
y de eficiencia en los sectores han determi- o indirecta el análisis de la IE en España.
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
teorías no tienen en cuenta el cambio es- que requieren energía y porque el ahorro
tructural de la economía mundial ni la des- de energía reduce el precio de dicho ser-
localización de actividades intensivas en vicio, lo que produce un incremento de la
energía hacia países con menores restric- demanda del mismo.
ciones medioambientales.
Por otro lado, la sustitución de unas
En definitiva la pretensión de que la des- fuentes energéticas por otras, como la
materialización lleva a un modelo econó- electricidad, con mejores características
mico más sostenible ha sido muy cues- para ciertos usos —coste, disponibilidad,
tionada. Una reducción de la cantidad de regulación y funcionalidad— favorece ac-
energía por output no implica necesaria- tividades de mayor valor añadido bruto
mente una mejora desde el punto de vista (VAB). Esta mejor «calidad» representa la
medioambiental y aunque se produzca una utilidad económica por valor calorífico de
mejora relativa de la eficiencia energética, el cada unidad de combustible2 (Stern et al.,
desarrollo económico agregado total podría 2004); por ejemplo la electricidad utilizada
aumentar el CE en términos absolutos. por el ordenador genera un VAB mayor que
otros procesos productivos y no tiene sus-
La literatura identifica como factores tituto energético factible. Por eso Stern et
que afectan a la evolución de la intensidad al. afirma (como ya lo hizo Schurr en 1984)
energética el cambio estructural, el cam- que la mayor parte de la reducción de la IE
bio tecnológico y los combustibles utiliza- viene de la mejora de la calidad energética,
dos. Sin embargo, existen discrepancias lo cual no significa que se consuma menos
entre los investigadores sobre los efectos energía, sino que ésta produce más VAB.
que producen los precios, la sustitución de
los inputs en la función de producción, los Una subida de precios energéticos pro-
cambios en las preferencias de los consu- mueve teóricamente el ahorro energético
midores y el efecto saturación. mediante la contracción del consumo, la
sustitución de inputs energéticos y la in-
Las nuevas teorías del crecimiento des- troducción de avances tecnológicos hacia
tacan el importante papel de la acumula- procesos menos intensivos en energía. En
ción de conocimientos en el crecimiento la práctica, se ha demostrado para Espa-
económico y parece razonable pensar que ña la independencia del CE ante variacio-
dicho conocimiento acumulado ayudará nes de precios entre 1964 y 1990 (Cuerdo,
a utilizar los diferentes recursos de forma 2000) y para Estados Unidos se llegó a la
más eficiente (Roca et al., 2003). Sin em- conclusión de que solamente una cuarta
bargo, el progreso tecnológico no implica parte de la mejora de eficiencia energética
necesariamente una reducción directa de entre 1973 y 1990 se produjo por el efec-
la IE, porque muchas veces la innovación to de los precios altos, mientras que otra
incurre en un mayor CE y también por el cuarta parte de la reducción fue motivada
«efecto rebote» (Schipper et al. 2000; Car- por la regulación del Gobierno sobre eti-
pintero, 2003). Tras la introducción de un quetado energético (Newell et al., 1999).
proceso innovador, el efecto rebote induce
a un mayor CE por la sensación de rique-
2 Stern clasifica las energías de mayor a menor ca-
za que produce el coste energético ahorra- lidad: electricidad, gas, petróleo, carbón, madera y
do, que se utiliza para adquirir otros bienes biocombustibles.
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
3. IDENTIFICACIÓN DEL MODELO ción en los últimos años, ya que aportan una
DE DESAGREGACIÓN descomposición con un menor residuo en el
método Törnqvist y una descomposición
El modelo de desagregación de índi- perfecta en el método de media logarítmica
ces permite analizar la variación de la IE e Sato-Vartia y LMCDI. Dentro de esto dos úl-
identificar cual ha sido la aportación de los timos, el método LMCD I, tal y como lo des-
cambios estructurales (Dstr), de los cambios cribe el profesor Ang (Ang et al., 2003; Ang,
tecnológicos y mejora de eficiencia de los 2005), tiene además de su fundamento teó-
sectores productivos (Dint) y del sector resi- rico varias ventajas prácticas para su apli-
dencial (Dresid). En este estudio se introduce cación: los resultados del cálculo multiplica-
está última variable para cubrir la totalidad tivo tienen la propiedad aditiva por la que
del consumo energético final (en general ln(Dtot) = ln (Dx1) + ln (Dx2) +….+ ln (Dxn) y
los estudios no incluyen el sector residen- existe una relación sencilla entre la des-
cial, a pesar de que este supone entre el 15 composición aditiva y multiplicativa por lo
y el 30% del consumo final). En este pun- que ∆IEtot/ln(Dtot) = ∆IEx k/ln(Dx k para todo k,
to es conveniente aclarar que la agregación lo cual convierte en innecesario realizar la
de las ramas económicas en la contabilidad descomposición en los dos métodos. Ade-
nacional provoca que los cambios intrasec- más, los resultados del método LMCDI son
toriales se confundan como mejoras de efi- consistentes en agregación (a diferencia del
ciencia estructurales de los procesos pro- método Sato-Vartia), lo cual significa que los
ductivos incluidos en cada rama. resultados a nivel de subgrupo pueden ser
agregados para dar el efecto correspondien-
El método de Laspeyres es el que más
te a nivel de grupo. Por último, es un méto-
se ha utilizado en la descomposición de ín-
do sencillo de aplicación y se pueden incluir
dices de IE y además sirve de base para
con facilidad más de dos factores siempre
otros métodos (Fischer, Stuvel). Proviene
que estén correctamente definidos en la fun-
del índice de Laspeyres de precios y can-
ción principal.
tidades utilizado en economía, mediante el
que se mantiene constante una variable en Por todos estos motivos se elige el mé-
el año base y se analiza el comportamien- todo LMCDI (véase Anexo I para una des-
to de la otra variable a lo largo del tiem- cripción de su formulación) para su aplica-
po. El principal inconveniente de este mé- ción a la evolución de la IE en España en
todo es que deja una parte de la variación el período 1980-2004. Después se aplica-
de la IE sin explicar y tiende a infraestimar rá este modelo a la UE15 con el objetivo
los efectos tecnológico y estructural. Para de identificar las principales diferencias con
conseguir una descomposición perfecta respecto al caso español.
(sin residuo), los investigadores han recurri-
do a otros índices como el Fischer o Stuvel
(véase Liu et al., 2003) aunque tienen el in-
4. ANÁLISIS DE LA DESAGREGACIÓN
conveniente de que su aplicación para más
DE LA INTENSIDAD ENERGÉTICA
de dos factores se vuelve muy compleja y
poco operativa (Ang et al., 2003).
Antes de mostrar los resultados del
Los métodos de descomposición para- modelo de desagregación es convenien-
métrica Divisia han adquirido mayor acepta- te realizar una serie de matizaciones so-
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
bre el cálculo de la IE. En primer lugar, en mente significativo por ser el período de
este trabajo se han utilizado las cifras de referencia del Protocolo de Kyoto. La in-
PIB en euros constantes con base 1995 formación contenida en la base de datos
para que la inflación no altere los resulta- utilizada es fruto de una compleja selec-
dos. Sin embargo, cuando se comparan ción y armonización de los datos dispo-
países con distinto poder adquisitivo, se- nibles (a partir de los datos suministrados
ría adecuado utilizar el indicador ajustado por el IDAE, 2006; IEA, 2006; EUROSTAT,
a la paridad de poder de compra (PPC), 2006b) así como a la subsanación de las
pero la OCDE (2004) publica las cifras de lagunas existentes en las fuentes origina- 369
PPC para los sectores consumidores y no rias (Anexo II), lo que permite obtener final-
para los sectores productores, por lo que mente una perspectiva comparada de la IE
no se puede ajustar los valores añadidos para el período 1980-2004. Los resultados
brutos sectoriales. En la comparación de se muestran siguiendo el método aditivo,
la IE agregada ajustada a la PPC, las dis- por lo que la variación de la IE (Dtot) es el
tancias entre los países se acortan y los resultado de sumar los efectos estructura-
países convergen hacia niveles similares. les (Dstr) e intrasectoriales (Dint) de los sec-
En segundo lugar, se incluye en el análi- tores y el efecto residencial y del transporte
sis el sector energía que consume ener- privado.
gía primaria para producir energía secun-
Por la lectura de los resultados se pue-
daria (productos petrolíferos y electricidad
de responder a la pregunta ¿cómo afec-
principalmente). Se debe tener en cuen-
tan los cambios estructurales a la intensi-
ta que, a veces, las mejoras de eficiencia
dad energética en España? diciendo que
de algún sector se deben a la sustitución
si analizamos el período total (1980-2004)
de su consumo final de carbón por elec-
los cambios estructurales reducen la IE to-
tricidad por ejemplo, de manera que los
tal en 12,6 tep/M€ por la disminución del
consumos de transformación no se refle-
peso de la energía, agricultura e industria
jan como energía consumida por el sec-
en la economía. Sin embargo, para el perío-
tor y arrojan ratios más favorables. Por úl-
do 1990-2004, este efecto apenas influye
timo, cualquier estudio comparativo debe
en la IE, así que los principales cambios se
analizar no sólo las variaciones relativas
producen en la década de los ochenta. El
al PIB, sino también las diferencias en tér-
transporte aumenta significativamente la IE
minos absolutos y per capita (pc). Así, se
total por su efecto estructural (6,8 tep/M€)
da la paradoja de que España, que ocupa
derivado del incremento de actividad que se
unos de los lugares más bajos en la lista
produce con la entrada en la UE y la globa-
de CE pc, tiene una IE superior a la me-
lización de los mercados.
dia, lo cual se explica porque la diferen-
cia entre la renta pc de la media europea Por lo que se refiere al efecto intrasecto-
y los españoles es superior a la diferencia rial, incrementa la IE total en 14,7 tep/M€
en el CE pc. entre 1980 y 2004, pero es sobre todo en-
tre 1990 y 2004 cuando su influencia es
En el gráfico n.o 2 se muestran los resul- mayor (71% del incremento total). Por sec-
tados de este ejercicio de desagregación tores, la industria reduce en 7 tep/M€ la
para el período 1980-2004 y en el gráfico IE total entre 1980 y 2004 y lo hace sobre
n.o 3 para el período 1990-2004, especial- todo en la década de los ochenta como
María Mendiluce Villanueva
Gráfico n.o 2
Desagregación de la intensidad energética en España
(1980-2004)
Gráfico n.o 3
Desagregación de la intensidad energética en España
(1990-2004)
371
miento de las emisiones en España. Es- ral del transporte es similar a la de España,
tos sectores aportan 9 y 10 tep/M€ al cre- y eso que como se explica en el Anexo II,
cimiento de la IE total entre 1980 y 2004 los ratios no son estrictamente compara-
y su mayor contribución se produce en la bles. Por otro lado, la mejora de la intensi-
década de los 80. dad intrasectorial en la UE-15 es tan fuerte
en el transporte, que anula el incremento
Como se decía al inicio, la siguiente pre-
estructural.
gunta que surge es ¿por qué la intensidad
energética en España está creciendo mien- La principal diferencia entre España y la
tras que en el resto de países europeos UE15 se encuentra en el efecto intrasec-
está reduciéndose? Concretamente en Es- torial europea que reduce la IE total en 23
paña la IE ha aumentado un 9,6% entre tep/M€, sobre todo en el transporte, como
1990 y 2004 mientras que en la UE15 se se ha mencionado, pero también en el sec-
ha reducido en un 10,8% entre 1991 y tor energía.
2004 (no se publican sus datos de PIB
Otra diferencia se encuentra en el sec-
para 1990, véase Anexo II).
tor residencial español, que como hemos
Como se puede apreciar en el gráfico visto aumenta su IE en un proceso de con-
n.o4, sólo la evolución del efecto estructu- vergencia hacia niveles europeos de equi-
María Mendiluce Villanueva
Gráfico n.o 4
Desagregación de la intensidad energética en la UE15
(1991-2004)
pamiento y renta per cápita, mientras que Para completar este análisis se mues-
en Europa son más fuertes las mejoras de tran los niveles de intensidad energética
eficiencia, sobre todo en calefacción, tal y de España y la UE15 en el cuadro n.o 1. Se
como sucede en el sector servicios. debe tener en cuenta que las variaciones
de intensidad se han trasladado a la IE to-
Mediante esta desagregación de la in-
tal en función del peso de cada sector so-
tensidad sectorial por sectores y por efec-
bre el consumo energético y PIB.
tos, se ha podido verificar que para la
UE15 la reducción de la IE muestra signos En España, la IE de la energía es más
de encaminarse hacia un modelo energéti- alta y la mezcla de tecnologías de genera-
co más eficiente, puesto que relativamente ción eléctrica ha tenido una influencia muy
consigue crecer con menos energía e in- importante en el indicador, como se co-
cluso se está produciendo una contención mentará en el siguiente apartado. La in-
de la emisiones. Sin embargo, la evolución dustria española aumenta su IE, alejándose
en el caso español muestra un aumento aún más de los niveles europeos, y para el
de la intensidad energética, que da lugar al transporte la cifra comparable con la de la
crecimiento de las emisiones. UE15 es en 2004 un 44% superior al dato
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
Cuadro n.o 1
Comparación de la intensidad energética en España y en la UE15
(tep/M€ cte 95)
España UE15
Cuadro n.o 2
Generación de electricidad en España y en la UE15
Una de las razones de esta evolución es cidad significa que la eficiencia energética
que las actividades industriales más inten- final pasa del 36% al 56% y 100% respec-
sivas en energía han cobrado mucho pro- tivamente, como se refleja en la tabla n.o 2,
tagonismo en los últimos años en España pero esta mejora podría producirse a costa
a diferencia de otros países: la construc- del empeoramiento de la IE del sector eléc-
ción (incluyendo aquí la rama de minerales trico, que tiene que producir esa electrici-
no metálicos) y la siderurgia y metalurgia. dad a partir de las energías disponibles.
En España estos sectores aportan el 13%
del VAB y consumen el 34% del CE, mien- 375
c) Transporte
tras que en la UE15 estos sectores tienen
una menor importancia en la economía, El transporte por carretera supone un
con un 9% del VAB y un 6% del CE. Estos 80% de los consumos del sector, y sus
datos indican que en Europa se ha evolu- mejoras de eficiencia no han conseguido
cionado hacia una producción económi- contener el crecimiento provocado por el
ca en actividades de mayor valor añadido aumento de su actividad, que entre 1990
(lo que podría deberse a la deslocalización y 2004 ha provocado un 64% más de con-
de actividades intensivas en energía) y, por sumo de energía.
otro lado, que la fuerte actividad construc-
Por lo que se refiere al transporte de
tora de los últimos años en España ha teni-
mercancías, el fuerte crecimiento de la ac-
do una repercusión importante en el CE de
tividad comercial con Europa supone un in-
estos sectores.
cremento del 60% de los kilómetros reco-
No obstante, en España existe todavía rridos entre 1990 y 2004, que se deriva de
potencial de reducción de la IE industrial una mayor integración de los mercados y
(Aranda et al., 2003) pero el efecto rebote la globalización del consumo, y que supera
ha hecho que los ahorros producidos por las mejoras de eficiencia que se han con-
las mejoras de eficiencia y los bajos pre- seguido en estos años. Una de las diferen-
cios de la energía (sobre todo de la electri- cias con Europa es que existe una mayor
cidad) se destinen a mejorar la calidad del fragmentación de empresas transportistas
producto, lo que conlleva un incremento y de pasajeros en España, lo cual puede
del CE. En este sentido, resulta destacable explicar una parte de las diferencias y deja
cómo la regulación del sector eléctrico pro- cierto margen para futuras mejoras de efi-
duce efectos perniciosos, ya que los gran- ciencia.
des consumidores industriales disfrutan
Otro aspecto que podría influir en el in-
de unas tarifas muy reducidas y alejadas
dicador es la larga distancia de recorrido
del precio del mercado, lo cual fomenta su
para acceder a mercados europeos, como
competitividad internacional, pero al mismo
también sucede en otros países periféricos
tiempo, induce a un círculo vicioso del con-
y la ubicación geográfica en el eje norte-sur
sumo energético.
de transporte de mercancías, que convier-
Por último, la fuerte penetración del gas te a nuestro país en lugar de paso, por lo
y la electricidad en la industria (70% de los que se consume energía en España pero
consumos) ha tenido un efecto muy posi- se genera VAB en otros países (esta carac-
tivo en la IE final del sector, ya que la sus- terística sucede también en otros países
titución del carbón por el gas y la electri- como Francia).
María Mendiluce Villanueva
Gráfico n.o 5
Transporte de mercancías, pasajeros y privado
Por lo que se refiere al transporte resi- cercana a la media europea, que presenta
dencial, el consumo de energía no ha pa- sin embargo una reducción del 14%.
rado de crecer (un 57% en el período ana-
Una de las principales diferencias es que
lizado), debido principalmente al aumento
la contribución al PIB de este sector es
del 54% en la propiedad de vehículos, por
más baja que en otros países (58% frente
el incremento de la renta per cápita. En
al 62% en la UE 15) aunque también el CE
otros países europeos se empiezan a apre-
es reducido por las menores necesidades
ciar signos de saturación.
de calefacción (al igual que en otros países
El incremento de la movilidad se produ- mediterráneos). Pero así como en los paí- 377
ce por el aumento de la renta per capita y, ses del norte y centroeuropeos se ha podi-
como hay más vehículos por habitantes, do aumentar la eficiencia de la calefacción,
los vehículos tienen una baja ocupación. en los países mediterráneos la capacidad
La mayor movilidad se ha visto parcialmen- de mejora es más reducida por su limita-
te compensada por las mejoras de eficien- do uso, debido al clima más cálido y a que
cia de los vehículos, aunque al reducir el existe un mayor potencial de crecimiento
coste por km, inducen por el efecto rebote por el proceso de convergencia con Euro-
a un mayor CE. Además, el consumo se ha pa que conlleva mayores necesidades de
visto acrecentado por los bajos precios de climatización.
los combustibles, que no han incentivado
Por otro lado, la fuerte penetración del
comportamientos eficientes, ni la racionali-
consumo de electricidad en todos los paí-
dad en el uso de los vehículos.
ses se explica por el crecimiento de la ac-
En España, además de la convergen- tividad y la penetración de las tecnologías
cia con los niveles europeos de transpor- de la información. En países como Espa-
te en el período analizado, se da la parti- ña donde la entrada del gas ha sido tardía,
cularidad de que se produce un aumento la electricidad se utiliza también para cale-
del transporte vacacional y que el turismo facción, lo cual unido a los consumos en
tiene una fuerte repercusión en los consu- climatización, aparatos eléctricos e ilumi-
mos totales. nación, hace que en torno al 65% de la de-
manda de los servicios se cubra con esta
En definitiva, la IE del transporte privado
fuente energética.
ha crecido un 15% en el período analizado
y no existen todavía indicios de que esta Finalmente, aunque las oficinas han au-
tendencia se modere o se llegue a un nivel mentado considerablemente su CE en los
de saturación. Por ello, el transporte priva- últimos años, el sector turístico contribuye
do se encuentra en una contradicción per- especialmente al incremento de la IE sec-
manente en una sociedad que demanda torial, ya que las actividades de hostelería y
mayor movimiento pero que soporta peor restauración son más intensivas en energía
sus efectos negativos. y además el modelo de negocio turístico de
baja rentabilidad unitaria genera un VAB re-
lativamente menor que el que se produce
d) Terciario
en otras actividades terciarias, lo cual cons-
La IE del sector servicios ha crecido un tituye una de las principales diferencias con
57% desde 1990, situándose en 2004 muy los países del centro y norte de Europa.
María Mendiluce Villanueva
ANEXO I
Método de desagregación de índices
/
9
¤ ]Ì ]Ì , (1)
9/ 9 ]Ì 9/ 9/
Ì ¥
´ 9 ]Ì
¥9 ´ ¥
´
` ¤` ¦ ]Ì µ ¤ ]Ì ` ¦ ]Ì µ ` ¦ , µ
9Ì § 9 ]Ì ¶ 9/ 9 ]Ì § 9/ ¶ § 9/ ¶
1 El planteamiento del modelo parte del modelo propuesto por Schäfer (2005) y el método LMCDI
Ì ¥
´ 9 ]Ì
]Ì 9 ¥9 ´ 9 ]Ì
]Ì 9/ ¥
´
9
` ` ¦ ]Ì µ
/
` ¦ ]Ì µ `¦ , µ , /
9Ì § 9 ]Ì ¶ 9/ 9 ]Ì
/ § 9/ 9 9
¶ / ]Ì /
§ 9/ ¶ 9/
/
¤ ¤ ¤
/
]Ì 9 ]Ì
, 381
9/ 9 ]Ì 9/ 9/
Ì ¥
´¥
´
¥9 ´ ¥
´ ¥
´¥
´
` ¤` ¦ 9 ]Ì µ ¦
]Ì µ ¤ 9 ]Ì ` ¦ 9 ]Ì µ ¦
]Ì µ `¦ , µ¦ , µ
9Ì § ]Ì ¶ § / ¶ ]Ì § / ¶§ / ¶ § 9/ ¶ §
/ ¶
/ ¥
]Ì ´ ¥ 9 ]Ì ´ ¥
, ´
9/ ¦ µ ¦ µ ¦9 µ
§ 9 ]Ì ¶ § 9/ ¶ § / ¶
£ `Ý
Teniendo en cuenta que: ` } Ý `Ý y que a log x = log xa.
Ý Ý
¨ ¥
]Ì ´
¦ µ
¥
]Ì ´
¦ µ
¥
, ´ ·
¦ µ
© ¥
´ §
/ ¶ ¥ 9 ´ §
/ ¶ ¥
§
/ ¶ ¸
´
` } Ì ` © ¤}¦ ]Ì µ ¤}¦ ]Ì µ ¤}¦ , µ ¸ (2)
9Ì © § 9 ]Ì ¶ § 9/ ¶ § 9/ ¶ ¸
©ª ¸¹
¥
]Ì ´ ¥
]Ì ´ ¥
, ´
¦ µ ¦ µ ¦ µ
Ì ¥
´§
/ ¶ ¥9 ´§
/ ¶ ¥
´§
/ ¶
$ } ¤ $}¦ ]Ì µ ¤ $}¦ ]Ì µ ¤ $}¦ , µ (3)
9Ì § 9 ]Ì ¶ § 9/ ¶ § 9/ ¶
¥
/ ´
/ ¦9 µ
Ì ¥
´ ¥
´ § Ì ¶/
° } 9 }¦ / µ
}¦ / µ }
ä Ì § 9Ì ¶ / § 9Ì ¶ ä ¥
/ ´
¦9 µ
§ Ì ¶ä
María Mendiluce Villanueva
¨ ¥
¦
]Ì
´
µ
¥
]Ì ´
¦ µ
· ¨ ¥
¦
]Ì
´
µ
¥
]Ì ´
¦ µ
·
© ¥
]Ì ´ §
/ ¶ ¥
´§
/ ¶ ¸ © ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥9 ´§
/ ¶ ¸
¤ ¦9 µ
© }
}¦ ]Ì µ ¸ ¤ ©}¦ µ
}¦ ]Ì µ ¸
© § ]Ì ¶ / § 9 ]Ì ¶ ä ¸ © § 9/ ¶ / § 9/ ¶ ä ¸
©ª ¸¹ ©ª ¸¹
¥
]Ì ´ ¥
]Ì ´ ¥
, ´
¦ µ ¦ µ ¦ µ
¥
]Ì ´ §
/ ¶ ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
/ ¶
¨ ¥
¦
,
´
µ
¥
´ ·
¦ µ
, ¦ µ ¦ µ ¦9 µ
© ¥
, ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
¶ ¸
/ § 9 ]Ì ¶ / § 9/ ¶ / § / ¶/
¤ ©}¦§ 9 µ¶
}¦ µ
§ 9/ ¶ ä ¸
¸ } ¥
´
} ¥
]Ì ´
} ¥
, ´
©
]Ì
/ / ¦ µ ¦ µ ¦ µ
©ª ¸¹ ¥
]Ì
´ §
/ ¶ ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
/ ¶
¦ µ ¦ µ ¦9 µ
§ 9 ]Ì ¶ ä § 9/ ¶ ä § / ¶ä
¨ ¥
]Ì ´
¦ µ
¥
]Ì ´
¦ µ
¥
, ´ ·
¦ µ
¨ ¥
´ · © ¥
]Ì ´§
/ ¶ ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
/ ¶
¸
© ¦ / µ ¸ © ¦ µ ¦ µ ¦9 µ ¸
© § 9Ì ¶/ ¸ © § 9 ]Ì ¶/ § 9/ ¶ / § / ¶/ ¸
iÝ« ©} ¸ iÝ« ©} ¥
]Ì ´ ¥
]Ì ´ ¥
, ´ ¸
© ¥
/ ´ ¸ ©
¥
]Ì
¦
´§
µ ¦
¥ 9 ]Ì ´ §
µ ¦
¥
, ´ §
µ ¸
© ¦§ 9 µ ¸
¶ä ¹ © / ¶ / ¶ / ¶
¸
ª Ì
© ¦ µ ¦ µ ¦9 µ ¸
ª § 9 ]Ì ¶ä § 9/ ¶ ä § / ¶ä
¹
¥
]Ì ´ ¥
]Ì ´ ¥
, ´
¦ µ ¦ µ ¦ µ
¥
/ ´ ¥
]Ì ´ §
/ ¶ ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
/ ¶
¦9 µ ¦ µ ¦ µ ¦9 µ
§ Ì ¶/ § 9 ]Ì ¶ / § 9/ ¶ / § / ¶/
iݫ (4)
¥
]Ì ´ ¥
]Ì ´ ¥
, ´
¥
/ ´ ¦ µ ¦ µ ¦ µ
¦9 µ ¥
]Ì ´§
/ ¶ ¥ 9 ]Ì ´ §
/ ¶ ¥
, ´ §
/ ¶
§ Ì ¶ä ¦ µ ¦ µ ¦9 µ
§ 9 ]Ì ¶ ä § 9/ ¶ ä § / ¶ä
A partir de esta ecuación final se obtienen los tres efectos definidos inicialmente:
¨ · ¨ ·
ÃÌÀ iÝ« © ¤7 a - ]/ É - ]ä ¸ Ì iÝ« © ¤7 a ]/ É ]ä ¸
ª ¹ ª ¹
¨ ·
ÀiÃ` iÝ« © ¤7 a
, ]/ É9/ É
/ ]ä É9ä ¸
ª ¹
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
383
7 a
/ É9/ ]
]ä É9ä
/ É9Ì ]
ä É9ä
siendo la media logarítmica de dos números positivos x e y definida como:
L(x,y) = ( y – x) / ln( y / x). Utilizamos la aproximación introducida por Ang porque
cumple las propiedades antes citadas. Así, la multiplicación de los tres efectos, tal
y como se ha definido, es igual a la variación total de la IE: Dtot ≅ Dstr * Dint * Dresid.
ANEXO II
Descripción de los datos utilizados
Los datos de VAB (a precios constantes con base 1995) son publicados por
EUROSTAT como NACE 6 y han sido complementados con la NACE 31. Para
España se utilizan las estadísticas del IDAE que vienen del INE.
Los datos de consumo energético provienen de los Balances Energéticos de
la IEA (2005), pero siguiendo la metodología del IDAE se excluyen los consumos
no energéticos, por ejemplo, la industria petroquímica. Para el transporte sólo se
dispone de la división del CE del transporte privado y de mercancías y viajeros
para España (IDAE, 2007), por lo que a efectos comparativos se utilizará un ratio
sobrevalorado entre la energía total. Otros investigadores consideran el transpor-
te como un servicio (Schäfer, 2005) y los organismos utilizan el PIB total (IDAE,
2005) para calcular su IE, pero ambos métodos pueden inducir a malas interpre-
taciones. Dentro del VAB del transporte EUROSTAT incluye para la UE15 el de las
«Comunicaciones», por lo que el indicador está infravalorado.
Por último, siguiendo la metodología del IDAE y ADEME, se excluyen del análi-
sis los usos no energéticos de la energía, por lo que además de no incluir el con-
sumo no energético publicado por el IEA dentro de los consumos finales, en la
«industria química» y en el «sector industria» se elimina la parte correspondiente a
la elaboración de materias primas de la «industria petroquímica».
María Mendiluce Villanueva
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALCANTARA, V. y DURO, J.A. (2004): «Inequality of purpose - COICOP 3-digit - Constant prices data-
energy intensities across OECD countries: a base, http://epp.eurostat.cec.eu.int, (11/4/2006).
note», Energy Policy n.o 32: 1257-1260. EUROSTAT (2006b): Breakdowns (main aggrega-
ALCANTARA, V. y PADILLA, E. (2002): Nota metodo- tes and employment by industry, investment by
lógica sobre la determinación de sectores «cla- product and consumption by purpose) - Cons-
ve» en el consumo de energía final: una primera tant prices database, http://epp.eurostat.cec.
aproximación al caso español, Universidad Au- eu.int, (11/4/2006).
tónoma de Barcelona, Documentos de trabajo, IDAE (2005): Boletín IDAE eficiencia energética y
http://ideas.repec.org/p/uab/wprdea/wp0205- energías renovables n. o 7, Septiembre 2005,
cast.html, (11/4/2006). IDAE, Madrid.
ANG, B. W. y ZHANG, F. Q (2000): «A survey of index IEA (2004): 30 years of Energy Use in IEA Coun-
decomposition analysis in energy and environ- tries, IEA/OCDE, Paris.
mental studies», Energy n.o 25: 1149-1176.
IEA (2005): Energy balances of OECD countries,
ANG, B. W., LIU, F.L. y CHEW, E.P. (2003): «Perfect de- IEA/OCDE, Paris.
composition techniques in energy and environmen-
KUZNETS, S. (1955): «Economic growth and income
tal analysis», Energy Policy n.o 31: 1561-1566.
inequality», American Economic Review n.o 45:
ANG, B. W. (2005): «The LMDI approach to decom- 1-28.
position analysis: a practical guide», Energy Poli-
L ABANDEIRA , X., L ABEAGA , J. M. y R ODRIGUEZ , M.
cy n.o 33: 867-871.
(2004): «Microsimulating the effects of house-
ANSUATEGI, A. y ARTO, I. (2003): La evolución de la hold energy price changes in Spain», Fondazione
intensidad energética de la industria vasca en- Eni Enrico Mattei, Working Paper n.o 161, http://
tre 1982 y 2001: un análisis de descomposición, www.feem.it/feem/pub/publications/wpapers/
http://econpapers.repec.org/, (11/4/2006). default.htm, (11/4/2006).
ARANDA, A., SCARPELLINI, S. y FEIJOO, M. (2003): LIU, F.L y ANG, B.W. (2003): «Eight methods for de-
«Análisis de la Eficiencia energética en la indus- composing the aggregate energy-intensity of in-
tria española y su potencial de ahorro», Econo- dustry», Applied Energy n.o 76: 15-23.
mía Industrial n.o 352: 11-24. MEADOWS, DL., RANDERS, J. y BEHRENS, W. (1972):
ARROW, K., B. BOLIN, R. COSTANZA, P. DASGUPTA, C. The Limits of Growth, Universe Press, Nueva York.
F OLKE , C.S. H OLLING , B.O. J ANSSON , S. L EVIN , MENDILUCE, M. (2006): «Cómo afectan los cambios
K.G., MALER, C. PERRINGS, D. PIMENTEL, (1995): estructurales a la intensidad energética en Espa-
«Economic Growth, Carrying Capacity, and the ña», Trabajo de Investigación Tutelada, Universi-
Environment», Science n.o 268: 520-521. dad de Comillas, Madrid, julio 2006.
BERNARDINI, O. y GALLI, R. (1993): «Dematerialization: MEDLOCK, K. y SOLIGO, R. (2001): «Economic Deve-
long-term trends in the intensity of use of mate- lopment and End-Use Energy Demand», Energy
rials and energy», Futures May 1993: 431-448. Journal, n.o 22 (2): 77-105.
CARPINTERO, O. (2003): «Los costes ambientales NEWELL, R.G, JAFFE, A. B. y STAVINS R.N (1999):
del sector servicios y la nueva economía: entre «The induced innovation hypothesis and energy-
la desmaterialización y el «efecto rebote»», Eco- saving technological change», Quarterly Journal
nomía Industrial, n.o 351: 59-76. of Economics n.o 114 (3): 941-975.
CLEVELAND, C. y RUTH, M. (1999): «Indicators of de- OCDE (2004), Purchasing power parities and real
materialization and the materials intensity of use», expenditures, OCDE, Paris.
Journal of Industrial Ecology, n.o 2(3): 15-50.
PÉREZ-ARRIAGA, I., PARDO, M. y SANCHEZ DE TREM-
CLIMENT, F. y PARDO, E. (2006): «Decoupling factors BLEQUE, L.J. (2005): La gestión de la demanda
on the energy-output linkage: the Spanish case», de electricidad, Laboratorio Fundación Alterna-
Energy Policy, In Press, Corrected Proof. tivas, Madrid.
CUERDO, M. (2000): «El papel de la demanda inter- RAMOS-MARTÍN, J. (2003) «Intensidad energética de
media de energía en la industria española (1964- la economía Española: una perspectiva integra-
1990)». Economía Industrial n.o 331: 121. da», Economía Industrial, n.o 351: 59-72.
EUROSTAT (2006a): Breakdown of final consump- ROCA, J. Y PADILLA, E. (2003): «Emisiones atmos-
tion expenditure of households by consumption féricas y crecimiento económico en España. La
Cómo afectan los cambios estructurales a la intensidad energética en España.
curva de Kuznets ambiental y el Protocolo de cal interpretation», Annual Review Energy n.o 9:
Kyoto», Economía Industrial n.o 351: 73-86. 409-425.
SCHÄFER, A. (2005), «Structural change in energy S TERN , D. y C LEVELAND , C. (2004): «Energy and
use», Energy Policy n.o 33: 429-437. Economic Growth», Rensselaer Working papers
SCHIPPER, L. y GRUBB M. (2000): «On the rebound? in Economics, http://ideas.repec.org/p/rpi/rpiw-
Feedback between energy intensities and ener- pe/ 0410.html, (11/4/2006).
gy uses in IEA countries»,Energy Policy n.o 28: SUN, J.W. (2002): «The decrease in the differen-
367-388. ce of energy intensities between OECD coun-
SCHURR, S.H (1984): «Energy Use, technological tries from 1971 to 1998», Energy Policy n.o 30:
change and productive efficiency: an histori- 631-635.
385
387
AUTORES
CHAMORRO GOMEZ, José Manuel. Profesor Titular de Fundamentos del Análisis Eco-
nómico en la UPV/EHU y miembro del Instituto de Economía Pública. Premio Extraordinario
de Doctorado por el Campo de las Ciencias Sociales (UPV/EHU, 1991). Su tarea docente e
investigadora se ha centrado sobre todo en Macroeconomía y Finanzas. Ha publicado ar-
tículos en numerosas revistas especializadas de Economía. Así mismo, ha dirigido varias
tesis doctorales y participado en numerosos proyectos de investigación, públicos y priva-
dos. Últimamente trabaja en la valoración de inversiones en el área de los recursos natura-
les y ambientales.
GURREA IZA, Jone. Licenciada en Sociología por la Universidad del País Vasco (UPV).
Ha realizado el doctorado en la UPV obteniendo el Diploma de Estudios Avanzados (DEA)
en Modelos y áreas de Investigación en ciencias sociales. Ha sido miembro del equipo de
investigación sobre Responsabilidad Social Corporativa del departamento de Sociología II
de la UPV. Es coautora junto a Alfonso Unceta del libro Responsabilidad Social Corporati-
va en las pymes de Bizkaia (2005). En la actualidad trabaja como técnica de igualdad en el
Ayuntamiento de Elorrio,
LOZANO SOLER, Josep María. Profesor ordinario del Departamento de Ciencias Socia-
les y Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Universitat de Barcelona). Licenciado
en Teología (Facultat de Teologia de Catalunya) y Licenciado en Filosofía y Letras. Univer-
sidad de Barcelona. Sus áreas de investigación son: responsabilidad social de la empresa,
ética empresarial y valores y liderazgo en las organizaciones. Ha publicado cinco cuader-
nos y siete libros. Entre ellos, el libro «Danone en Ultzama» premiado con el Premio MSD
a la investigación ética empresarial (2005); el libro «Ètica i empresa» recibió el Premio Joan
Sardà Dexeus 1998 al mejor libro de economía de la empresa. Director del Observatorio de
los Fondos Éticos, Ecológicos y Solidarios en España. Es cofundador de Ética, Economía
y Dirección (la rama española del European Business Ethics Network); miembro del conse-
jo internacional de Ethical Perspectives y de Society and Business Review; y del patrona-
to o del consejo asesor de diversas fundaciones y asociaciones. Fue el representante de
ESADE en el consorcio de universidades europeas que creó la European Academy on Bu-
siness in Society (EABiS). Ha sido miembro de la Comisión para el debate sobre los valo-
res, creada por el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, y es miembro del Foro de Ex-
pertos en RSE del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales español. Ha sido reconocido
como highly commended runner-up en el Faculty Pioneer Award (2003), convocado por
EABiS y el Aspen Institute (EE.UU.). Es profesor de ESADE desde 1986.
VALOR MARTÍNEZ, Carmen. Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, MBA por
la Universidad Carlos III y MSc Business and Community por la University of Bath. Profesor de
la Universidad Pontificia de Comillas (Departamento de Marketing) y Profesor Visitante en cur-
sos de postgrado de varias universidades (UNED, Universidad Complutense de Madrid, y Uni-
versity of Bath). Miembro investigador de varias instituciones, desarrollando proyectos relacio-
nados con la Responsabilidad Social de la Empresa. Miembro investigador de Observatorio
de la RSC, Fundación Economistas Sin Fronteras y CECOD. Su investigación ha sido publica-
da en libros, actas de congresos y numerosas revistas científicas internacionales.
DECLARACIÓN DE OBJETIVOS
Las revistas científicas son los principales medios de comunicación científica; poseen por
ello una gran responsabilidad en el avance del conocimiento científico. Su forma de contri-
buir a él es estableciendo una política editorial definida y transparente respecto de aspectos
cruciales como son los relativos a la ética de la investigación y publicación, al proceso de
evaluación y «arbitraje» científico y a una buena gestión profesional.
La revista Ekonomiaz, fundada en 1985, lleva casi un cuarto de siglo inmersa en la comu-
nidad científica económica. Sus objetivos fundamentales son: a) la promoción de la investi-
gación científica universitaria y la divulgación de sus resultados en los campos de la teoría y
la economía empírica y aplicada, con especial atención a los de la Economía, el Derecho y
la Administración del Sector Público; b) la divulgación de calidad de los avances científicos
conseguidos en las áreas que cultiva; c) la colaboración en la racionalidad del proceso de
toma de decisiones públicas en materia económica, facilitando explicaciones, fundamentos
y datos para respaldar el diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas económicas de
la Administración Pública vasca.
GESTIÓN EDITORIAL
Dichos criterios son utilizados por la base de datos DICE (Difusión y Calidad Editorial de
las Revistas Españolas de Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas) que tiene como
objetivo facilitar el conocimiento y la consulta de algunas de las características editoriales
de las revistas españolas de Humanidades y Ciencias Sociales más estrechamente ligadas
a la calidad. La base de datos DICE está desarrollada por el CINDOC (Centro de Informa-
ción y Documentación científica) y la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad
y Acreditación).
NORMAS DE PRESENTACIÓN
DE TEXTOS ORIGINALES
A LA REVISTA EKONOMIAZ
1. ORIGINALIDAD
La originalidad que exige Ekonomiaz obliga a que el contenido de los artículos no po-
drá haber sido publicado y tampoco figurar en otro trabajo que esté a punto de publicarse
o en proceso de publicación en cualquier otra revista nacional o extranjera (en una versión
similar traducida), ya sea de edición ordinaria o electrónica. Se entiende por publicación re-
petitiva no sólo el duplicado exacto de un artículo, sino también la publicación repetida de
esencialmente la misma información y análisis, así como formar parte de un libro del autor
o colectivo.
2. RIGOR Y CALIDAD
Los factores sobre los que se fundamenta la calidad exigida a los trabajos originales que
se presentan y, en consecuencia, la decisión sobre la aceptación y rechazo de los originales
por parte de Consejo de Redacción de Ekonomiaz son, básicamente, los siguientes:
3. ESTILO
4. EVALUACIÓN PRECEPTIVA
Los artículos originales recibidos son sometidos al proceso de doble evaluación anónima
mediante evaluadores profesionales externos, independientemente de si los trabajos han
sido presentados por los autores a la redacción sin solicitud previa o si han sido pedidos
expresamente por los editores o el coordinador nombrado para dirigir el monográfico. Eko-
nomiaz cuenta con una cartera de evaluadores de primer nivel, acreditados por su partici-
pación activa y regular en procesos de evaluación de publicaciones nacionales y extranjeras
de prestigio. El equipo de la redacción junto con el Consejo de Redacción supervisa y eva-
lúa la calidad de las revisiones y de los evaluadores externos.
5. NORMAS DE PRESENTACIÓN FORMAL DE MANUSCRITOS
1. Los originales, que podrán estar escritos en español, inglés o euskera, deberán remi-
tirse en versión electrónica (en disquete de 3,5» o en CD-Rom, en formato MICROSOFT
WORD® o compatible) a la siguiente dirección:
Revista EKONOMIAZ
Dirección de Economía y Planificación
Departamento de Hacienda y Administración Pública
Eusko Jaurlaritza / Gobierno Vasco
Donostia-San Sebastián, 1
01010 Vitoria-Gasteiz
4. Cada original incluirá, en una hoja independiente, un resumen del trabajo de no más de
125 palabras en español y en inglés, un índice del contenido, una lista de palabras clave (al
menos dos y no más de cinco) y las referencias correspondientes a la clasificación del Jour-
nal of Economic Literature.
9. Las notas que se intercalen en el texto deberán limitarse por criterios de estricta opor-
tunidad, de acuerdo con el desarrollo del trabajo. Para referenciar las notas que pudieran in-
cluirse en tablas o cuadros se usarán letras minúsculas (a, b, etc.), presentado su contenido
al pie del respectivo cuadro o gráfico. Los agradecimientos y cualquier otra información que
pudiera incorporarse figurarán referenciadas mediante un asterisco asociado al título del ar-
tículo o al nombre del autor o autores según corresponda.
10. Las referencias a la literatura científica invocadas en el trabajo figurarán tras la última
sección del artículo y bajo la rúbrica Referencias bibliográficas. Se detallarán por orden alfa-
bético de autores (no numerada). Su correcta verificación es responsabilidad del autor. Las
citas aparecerán en el texto según el formato «autor-fecha», distinguiendo mediante letras
minúsculas consecutivas si existen coincidencias de autor y año. Las referencias en el tex-
to que incluyan hasta dos autores deben ser completas, usándose la fórmula et al. para un
mayor número de autores.
13. Los autores recibirán dos ejemplares del número de la revista en el que se publique el
original, así como la versión definitiva en PDF de su artículo.
ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS
33. Economía de la Participación
34. El Reparto de Trabajo
35. El Debate Económico Actual
36. Comercio Exterior: Tendencias Recientes
37. Competencia y Regulación de Mercados
38. El Dilema Fiscal
39. Medir en Economía. Lo que sabemos que no sabemos
40. Economía e Igualdad
41. Economía y Territorio
42. El Futuro del Estado de Bienestar
43. Capital Humano y Transiciones Laborales de los Jóvenes
44. Competitividad y empleo en la economía vasca
45. La Economía del conocimiento
46. Panorama de las industrias de red
47. La empresa innovadora
48. Globalización y sistema financiero: los desafíos ante el
nuevo milenio
49. Medio ambiente y recursos naturales: nuevas aportaciones
50. El gobierno de la empresa
51. La propiedad intelectual en la sociedad de la información
52. Lecciones de la deflación: Estados Unidos frente a Japón
53. La política de clusters en el País Vasco
54. El siglo XX en la historia económica del País Vasco: de la gran
empresa a las pymes
55. Inversión extranjera directa y procesos de deslocalización
56. Ciencia, tecnología, innovación y sociedad
57. Valoración de activos ambientales: la catástrofe del Prestige
58. Ciudades Región Globales. Espacios Creativos y Nueva
Gobernanza
59. Capital Social. Innovación Organizativa y Desarrollo
Económico
60. La evaluación de las políticas públicas
61. Economía y derecho de la competencia
62. La actividad emprendedora como motor de desarrollo
económico
63. Infraestructuras tecnológicas. Soporte de la Economía
del siglo XXI
64. Desarrollo sostenible y Agenda 21 Local
BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN
Nombre o Razón Social. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Domicilio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Localidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . D.P. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Provincia o País. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
DNI/NIF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tfno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
• Particulares: 18 €.
• Instituciones y empresas: 30 €.
• Números sueltos: 12 €.
• Estudiantes 20% de descuento
Firma o Sello
• Bereziak: 18 €.
• Erakunde eta enpresak: 30 €.
• Ale solteak: 12 €.
• Ikasleentzat %20ko beherapena