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INFANCIA Y MALTRATO: CONCEPTOS BÁSICOS

La actual Constitución de 1978, asegura “la protección social, económica y jurídica de la


familia” (artículo 39), por parte de los poderes públicos. De esta manera, nuestro
ordenamiento jurídico actual otorga:

 Derechos a los menores: Constituyéndose el Estado como garante y representante.


 Derechos y deberes a los padres.

Los elementos fundamentales que sustentan y dirigen la actuación de poderes públicos en


atención a la infancia son:

 El concepto supremo interés del menor.


 Las nociones del riesgo social y desamparo.
 El concepto de maltrato.

1. EL INTERÉS DEL MENOR

1.1 DELIMITACIÓN DEL CONCEPTO

A continuación, aunque no exista unanimidad en el concepto de interés del menor, vamos a


exponer una serie de puntos importantes respecto a este tema:

 El interés del menor es un concepto jurídico indeterminado: Este planteamiento nos


permite obtener tanto ventajas como inconvenientes:

- Ventajas: Posibilita la actuación a un amplio abanico de posibilidades y realidades


sociales.
- Inconveniente: Su aplicación concreta precisa criterios personales y subjetivos, en
función de las convicciones, ideologías, sensibilidad, concepción del mundo… de
quien hace la valoración.

 Conlleva en la práctica una doble labor: Precisar el significado y el contenido del


concepto y después comprobar en qué situación o circunstancias concretas de las
posibles es la que más interesa al mismo:

- Precisar el contenido y el significado de interés del menor: La ley no lo aclara,


sólo existe algunas ideas o valoraciones generales, que hacen referencia al
desarrollo de la personalidad y la salvaguarda de las necesidades primarias
(seguridad, salud, necesidades físicas), con validez presuntamente objetivas y de
valor universal.
- Concretar que situaciones y circunstancias son las que más conviene al menor:
No existe consenso respecto a este tema.

 Algunas de las opiniones críticas acerca de las dificultades de la aplicación del


concepto de interés del menor (recogidas por Lázaro, 2002, Rivero, 2000) son:
- Detrás de este interés a veces se encuentran concepciones e ideas muy variadas, a
veces incluso egoístas.
- Sus conclusiones dependen en buena medida de ciertas convenciones aceptadas
socialmente: la indeterminación conlleva al relativismo y al subjetivismo.
- La ambigüedad del concepto convierte en relevante la participación de la persona
que lo va a interpretar y aplicar: Las decisiones concretas se basan en buena
medida en convicciones y predilecciones de los jueces y/o profesionales.

1.2 LAS REPERCUSIONES DEL CONCEPTO LEGAL

La Ley 21/1987 es la que se ocupa de regular el proceso adoptivo, donde se concreta este
principio, en los siguientes aspectos:

 La primacía del interés del adoptado, sobre los adoptantes y el de sus padres.
 La ruptura del vínculo jurídico del adoptado con su familia anterior.
 La necesidad de contar con el consentimiento del menor, para ser acogido o adoptado
a partir de los doce años.

En este contexto de reglamentar la adopción, se entiende que prevalezca el interés del menor
sobre el de sus progenitores, con el fin de facilitar una nueva y plena integración familiar.

Posteriormente, la Ley 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, amplía y generaliza este
principio a todas las actuaciones relacionadas con la infancia, pasando así de la aplicación a un
ámbito determinado a uno más general, sin quitar ni añadir nuevos matices.

De esta manera se incluyen unas premisas implícitas que se exponen a continuación:

 La representación del menor como entidad independiente de sus padres.


 La distinción entre el interés del menor y el interés de la familia.
 La supremacía del interés del niño por encima de cualquier otro, incluido el de sus
padres.

A este respecto la sentencia del Tribunal Supremo (Sala 1ª), de 24 de abril de 2000, en la que
se expone que: “el interés del menor no consiste en procurarle el mejor núcleo familiar
(alternativo) posible…, sino en su mantenimiento en el núcleo familiar de pertenencia por
razón de nacimiento, que es el naturalmente llamado a proporcionar los mayores lazos
afectivos y donde ha de desarrollarse con mayor potencialidad su personalidad”.

El hecho de que se considere prioritario el interés del menor no justifica que este deba
prevalecer en todo caso, sino que será necesario armonizarlo con las circunstancias, “dejando
siempre suficientemente garantizada la seguridad jurídica de todos los interesados”.

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