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I- RITO DE ENTRADA
Los candidatos con sus padrinos y con la comunidad se reúnen en el lugar escogido, al cual
acude el presbítero o el diácono revestido con el alba o sobrepelliz y la estola, o también si
quiere, con el pluvial de color festivo, mientras, los fieles entonan un salmo o himno
apropiado.
1- SALUDO Y MONICIÓN
El ministro saluda cordialmente a los candidatos y manifiesta a todos los presentes el
reconocimiento y el gozo de la Iglesia, y, si parece oportuno recuerda ante los padrinos y los
amigos la experiencia personal y el sentido religioso que ha movido a los candidatos a dar este
paso en su camino espiritual.
Después, invita a los padrinos y candidatos para que se acerquen. Mientras vienen a ocupar su
sitio frente al ministro, se entona un canto apropiado, por ejemplo, el salmo 62,1-9.
2- DIÁLOGO
El Ministro puede preguntar a cada candidato su(s) nombre(s) (y apellido). Los candidatos
responden personalmente, aunque el Ministro, si los candidatos son muchos, pregunte en
general una sola vez.
(si es un catecúmeno)
N., recibe la cruz en la frente: Cristo te fortalece con el signo de su amor
(de su victoria). Aprende ahora a conocerlo y a seguirlo.
(si es un bautizado)
N., recibe la cruz en la frente: Cristo te fortalece con el signo de su amor
(de su victoria). Aprende ahora a conocerlo y a seguirlo.
Si son muchos los candidatos, el Ministro puede ser ayudado por otro, sea presbítero o
diácono.
A continuación, se hace la signación de los sentidos. El gesto de signar cada uno de los
sentidos lo realizan los padrinos o catequistas, pero las fórmulas siempre las pronuncia el
Ministro.
Ministro:
Mientras signan los oídos:
Reciban el signo de la cruz en los oídos, para que oigan la voz del Señor.
Mientras signan los ojos:
Reciban el signo de la cruz en los ojos, para que vean la luz de Dios.
ientras signan la boca:
M
Ministro: Oremos:
Padre de bondad,
escucha benignamente nuestras oraciones
y a estos catecúmenos e hijos tuyos, N y N,
a quienes hemos marcado con la señal de la cruz de
Cristo,
protégelos con su fuerza, para que,
prosiguiendo el camino de su iniciación salvadora,
puedan llegar, por la observancia de los mandamientos,
a la gloria de la regeneración bautismal.
Por Jesucristo nuestro Señor.
T
odos: Amén.
6- ENTRADA EN LA IGLESIA
El Ministro invita a los catecúmenos, bautizados y a los padrinos a entrar en la Iglesia, o en el
lugar de la reunión, con estas palabras u otras semejantes:
1-LECTURAS
Las lecturas pueden escogerse entre las que se proponen a continuación; también pueden
escogerse las más apropiadas del Leccionario para la iniciación cristiana fuera de la Vigilia
pascual.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Ezequiel
Os tomare de entre las naciones, os recogeré de todos los países y
os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis
purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os
purificaré. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu
nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón
de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis
según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. Habitareis la
tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré
vuestro Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL32
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.
¡Dichoso al que perdonan su culpa
y queda cubierto su pecado!
Dichoso el hombre a quien Yahvé
no le imputa delito,
y no hay fraude en su interior. R
.
Guardaba silencio y se consumía mi cuerpo,
cansado de gemir todo el día,
pues descargadas día y noche tu mano sobre mí;
mi corazón cambiaba como un campo
que sufre los ardores del estío. R.
Reconocí mi pecado y no te oculté mi culpa;
me dije: “Confesaré a Yahvé mis rebeldías”.
y tú absolviste mi culpa,
perdonaste mi pecado. R .
Por eso, quien te ama te suplica
llegada la hora de la angustia.
Y aunque aguas caudalosas se desborden
jamás le alcanzaran.
Tu eres mi cobijo,
me guardaste de la angustia,
me rodeas para salvarme. R.
“Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir;
sin quitarte los ojos de encima, seré tu consejero”
No seas lo mismo que caballero o mulo sin sentida,
rienda y freno hacen falta para domar su brío. R.
Copiosas son las penas del malvado,
mas quien confía en Yahvé lo protege su amor.
¡Alegraos en Yahvé, justos, exultad,
gritad de gozo los de recto corazón! R
.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según San Marcos 12,28c-31
“¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le contestó: “El
primero es: Escucha, Israel el Señor nuestro Dios es un único Señor.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento más importante que
estos.”
Palabra del Señor.
2- Homilía:
3- ENTREGA DE LOS EVANGELIOS
En seguida, el Ministro entrega a los candidatos el libro de los evangelios, diciendo estas
palabras u otras semejantes.
M
inistro: Recibe la cruz de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Candidato: Amén.
4- SÚPLICA POR LOS CATECÚMENOS
Toda la comunidad hace la siguiente plegaria, u otra semejante, por los catecúmenos y
bautizados, en la cual se añadirán las peticiones acostumbradas por las necesidades de la
Iglesia y de todo el mundo.
5- ORACIÓN CONCLUSIVA
El Ministro, con sus manos extendidas hacia los catecúmenos, dice una de las siguiente
oración:
Ministro: Oremos:
Oh, Dios de nuestros padres, Creador de todas las cosas
te rogamos mires con bondad a estos hijos tuyos N. y N.,
para que siempre sean fervorosos de espíritu, alegres
por la esperanza y servidores de tu nombre;
condúcelos Señor al baño de regeneración bautismal,
para que, unidos a la comunidad de los creyentes,
lleven una vida feliz y logren los bienes eternos que nos
has prometido. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Si la celebracion se realiza fuera de la Misa:
7- CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
Si todos los ritos precedentes se han realizado en una celebración Eucarística, ésta continúa
con la preparación de los dones. Por razones pastorales puede omitirse el Credo.