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Simposio de teología

Crecimiento mutuo

1era expositora: Karen buenaños

Monitor: Hoy Señor, estamos presentes ante Ti, para adorarte y alabarte en esta Hostia Santa
que te hace presente entre nosotros y nos llena de tu amor infinito.

Exposición del Santísimo Sacramento


El celebrante o ministro acólito lleva el Santísimo Sacramento al altar y lo expone
solemnemente en la custodia, mientras todo el pueblo de rodillas entona el canto inicial. Es
conveniente, además, que inciense el Santísimo Sacramento de la forma acostumbrada.

De rodillas

Canto de entrada: Altísimo Señor

Altísimo Señor, que supisteis juntar


a un tiempo en el altar, ser Cordero y Pastor,
quisiera con fervor, amar y recibir,
a quien por mí, quiso morir.

Cordero divinal, por nuestro sumo bien,


inmolado en Salem, en tu puro raudal,
de gracia celestial, lava mi corazón,
que fiel te rinde adoración.

Monitor: Señor, aquí estamos en tu presencia, adorándote y alabándote, ayúdanos para que
podamos siempre estar junto a Ti, aumenta en nosotros la fe y danos la perseverancia para no
perdernos por el camino del mal, sino que, crezca en cada uno de nosotros la fe.

Celebrante: Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…

Celebrante: En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.

Asamblea: El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

Monitor: Señor, te pedimos que nunca perdamos la esperanza, que día a día se acreciente y
podamos estar dándote gracias por todas las bendiciones que nos das y en especial por
haberte quedado en el Santísimo Sacramento.

Celebrante: Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…

Celebrante: En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.

Asamblea: El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

Monitor: Señor, te amamos, te bendecimos y por eso estamos hoy aquí. Danos tu gracia para
que nunca perdamos el valor de amar, que seamos capaces de ayudarnos unos a otros y de
vivir siempre en el amor.

Celebrante: Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…

Celebrante: En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.

Asamblea: El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

Canto: Hoy en oración

Hoy en oración, quiero preguntar, Señor,


quiero escuchar tu voz, tus palabras con amor.
Ser como eres Tú, servidor de los demás,
dime cómo, en qué lugar, te hago falta más.

Dime Señor, en qué te puedo servir, déjame conocer tu voluntad.


Dime Señor, en ti yo quiero vivir, quiero aprender de Ti, saber amar.

Hoy quiero seguir tus caminos tu bondad,


tus palabras, tu verdad, ser imagen de Ti.
Ser como eres Tú, servidor de los demás,
dime cómo, en qué lugar, te hago falta más.

Dime Señor, en qué te puedo servir…

Sentados.

Lector: De la Primera Carta del apóstol San Juan (1 Jn 4, 7-16)

Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
Miren como se manifestó el amor de Dios entre nosotros. Dios envió a su Hijo único a este
mundo para que tengamos vida por medio de Él. En esto está el amor: no es que nosotros
hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por
nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos
amarnos mutuamente. A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros,
Dios está entre nosotros y su amor se activa entre nosotros. Y ¿cómo sabemos que
permanecemos en Dios y Él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu. Pero también
hemos visto nosotros y declaramos que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo.
Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Por nuestra
parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en el Él. Dios es amor: el
que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. Palabra de Dios.

Asamblea: Te alabamos, Señor.

Reflexión
Celebrante: Esta lectura nos lleva a entender que Dios es el AMOR en toda la extensión de la
palabra y nos invita a vivir en Él.

Nuestra confianza como cristianos al vivir nuestro bautismo es sabernos creados a imagen de
Dios, por tanto seres capaces de amar, como dice la misma escritura “Nadie tiene más amor
que aquel que da la vida por los demás”. Prueba de ello es nuestro Señor Jesucristo que por
amor a cada uno de nosotros dio su vida.

¿Cómo corresponder a ese amor?, dándonos en un servicio continuo a los demás y de una
manera especial pidiendo por todos los hombres del mundo, por los que conocemos a Dios y
por los que no lo conocen; por los ricos y los pobres; por los sanos y los enfermos; por los
buenos y los malos, y por tantos hombres y mujeres que desgastan su vida en tierra de misión
llevando la verdad en el conocimiento de Dios.

Si la Misión implica a todos, todo y siempre, pensemos que Dios tiene un proyecto de vida para
cada uno. En el silencio de nuestro sagrario (Dios y yo), pregúntese cada quien, «¿cuál es mi
proyecto de misión?» No olvidemos que a todos nos corresponde hacer misión, cumplir con el
mandato de Jesús de llevar su mensaje a todo el mundo.

Momento de silencio.
CANTO: Gracias quiero darte

Gracias quiero darte, por amarte, gracias quiero darte yo a Ti, Señor.
Hoy soy feliz, porque te conocí, gracias por amarme a mí también.

Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero,


toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser, un vaso nuevo.

Te conocí y te amé, te pedí perdón y me escuchaste,


si te ofendí, perdóname, Señor, pues te amo y nunca te olvidaré.

Yo quiero ser…

Letanías
De pie.

Celebrante: Pidamos al Padre para que llegue a todos el pan espiritual y material, para que nos
alimentemos del Cuerpo de Jesucristo y para que nos fortalezca el alma. También pidamos que
el pan para el cuerpo nos de fuerza para seguir trabajando en la misión de cada día.

Asamblea: ¡Danos el pan de cada día!

Monitor:

Por los hambrientos de paz y de justicia.


Por los que no tienen voz y son marginados.
Por los que les sobra el pan y lo tiran en lugar de compartirlo.
Por los que se fatigan de buscar trabajo digno y no lo encuentran.
Por los profetas y misioneros que defienden al débil.
Por los que sueñan y trabajan por alcanzar un mundo mejor para todos.
Por los que ejercen la paternidad responsable.
Por los que son solidarios con el dolor de los pobres y enfermos.
Por los calumniados y perseguidos por hablar la verdad.
Por todos los misioneros que en cada continente anuncian tu Palabra.
Padre que nos das tu Palabra y tu Eucaristía.

Asamblea:¡Perdónanos Señor!

Monitor:

Por los causantes de las guerras y del narcotráfico.


Por los que se refugian en los vicios y placeres del mundo.
Por los que violentan a la sociedad con sus leyes inhumanas.
Por los que viven de la corrupción y de la mentira.
Por los que venden su conciencia y promueven la injusticia y la impunidad.
Por los patrones que no pagan el salario digno y justo.
Por los cristianos tibios y mediocres que no toman en serio tu mensaje.
Por los que no se comprometen en nada y se vuelven cómplices del egoísmo.
Por los incrédulos que han perdido la esperanza.

Celebrante: Terminemos nuestra oración rezando juntos la oración que Cristo nos enseñó:
Padre Nuestro …

De rodillas para la bendición.

Canto: Cantemos al amor de los amores

El celebrante, mientras se entona el canto, es conveniente que inciense al Santísimo


Sacramento.

Celebrante: Nos diste Señor el pan del cielo.

Asamblea: Que contiene en sí toda dulzura.

El celebrante, si es ministro ordenado, de pie ante el Santísimo Sacramento y con las manos
extendidas dice o canta la siguiente oración. Si es laico, la hace de rodilla y con las manos
juntas.

Celebrante: Señor nuestro, Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y
de tu sangre que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Asamblea: Amén.

El celebrante, si es ministro ordenado, y una vez recibido el paño de hombros, da la bendición


al pueblo con el Santísimo Sacramento de la forma prescrita por el ritual. Si es laico,
simplemente OMITE esta parte.

A continuación, de rodillas, el celebrante y la asamblea dicen de forma litánica las “Alabanzas


al Santísimo Sacramento”.

Alabanzas al Santísimo Sacramento

Bendito sea Dios


Bendito sea su santo nombre
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre
Bendito sea el nombre de Jesús
Bendito sea su sacratísimo corazón
Bendita sea su preciosísima sangre
Bendito sea Jesús en el santísimo sacramento del altar
Bendito sea el Espíritu Santo consolador
Bendita sea la gran madre de Dios María santísima
Bendita sea su santa e inmaculada concepción
Bendita sea su gloriosa asunción
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre
Bendito sea San José, su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos

Reserva del Santísimo Sacramento


Con toda reverencia se entona un canto mientras el celebrante o ministro traslada el Santísimo
Sacramento al lugar de la reserva.

Cuando se retira el Santísimo Sacramento, todos se ponen de pie y el celebrante con los
ministros, después de haber hecho reverencia a la cruz, salen del recinto.

Hna. María Roselia Tamez Tamez mrf


Secretaria Nacional de OSPA y UEM
OMPE México

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