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A lo largo de los años se ha ido estudiando el porqué de la insatisfacción en las oficinas de trabajo
referente a lo térmico y aire. La evidencia nos dice que la polución del aire viene a ser un problema
general, pero su impacto psicológico ha sido poco estudiado. La contaminación del aire conlleva
insatisfacción y disgusto, pudiendo llegar a crear estrés. Algunos tipos de contaminación afectan a
algunos tipos de tareas. Un ejemplo es el humo del tabaco, a algunos trabajadores les genera
disgusto a la hora de trabajar. A medida que las condiciones se desvían del rango de confort, los
trabajadores experimentan insatisfacción durante un período de tiempo antes de verse afectado el
rendimiento en su tarea. Los problemas de confort son complicados por las diferencias de opiniones
de personas por lo que se refiere a condiciones climáticas. De hecho, es prácticamente imposible
que en una oficina o fábrica no se manifieste ninguna queja en cuanto al ambiente térmico.
Aquellos empleados a quienes no les atienden sus quejas pasan a sufrir una insatisfacción no sólo
con el entorno físico, sino también con la empresa responsable que parece no importarle sus
necesidades. Así pues, el entorno físico puede desembocar en un grave problema si no se le presta
la atención adecuada. Un ambiente térmico confortable en la oficina es esencial para sentirse bien
y para obtener el máximo de eficacia.
El estrés térmico corresponde a la carga neta de calor a la que los trabajadores están expuestos y
que resulta de la contribución combinada de las condiciones ambientales del lugar donde trabajan,
la actividad física que realizan y las características de la ropa que llevan. La sobrecarga térmica es la
respuesta fisiológica del cuerpo humano al estrés térmico y corresponde al coste que le supone al
cuerpo humano el ajuste necesario para mantener la temperatura interna en el rango adecuado.
Un aspecto a destacar es que la sobrecarga térmica no se puede predecir de manera fiable a partir
solamente del estudio del estrés térmico, ya que las mediciones del ambiente térmico no permiten
determinar con precisión cual será la respuesta fisiológica que sufrirá el individuo o el grado de
peligro al que se enfrenta una persona en cualquier momento. Esto es debido a que la sobrecarga
térmica depende de factores propios de cada persona que incluso puede variar en el tiempo, por lo
que estos factores o características personales son los que determinan la capacidad fisiológica de
respuesta al calor.
A efectos prácticos, se considera que el ambiente térmico puede ser de cuatro tipos:
En el caso de las oficinas, difícilmente se alcanzan situaciones críticas y en caso de ocurrir esto, se
hace imposible continuar la labor mental, que la persona se ve obligada a abandonarla. La
exposición a ambientes calurosos severos e incluso poco severos, desde el punto de vista conductual
y especialmente en trabajos de oficina, provoca la pérdida de motivación por la actividad,
disminución de la concentración y de la atención, con el incremento de los errores y disminución de
la calidad del trabajo y del rendimiento, que puede decaer hasta en un 40%, mientras que la
exposición excesiva a ambientes fríos puede provocar malestar general, torpeza manual, elevación
del umbral táctil y en consecuencia, errores, etc.
Intervalo de temperaturas del cuerpo humano con límites superior e inferior de supervivencia
Independientemente de que las labores con importante carga deben ser realizadas en condiciones
de confort, la permanencia de la persona en condiciones de confort térmico de forma permanente
durante las 24 horas del día, es perjudicial para su salud. El organismo necesita estar entrenado y
utilizar sus mecanismos de adaptación dentro de límites razonables, de lo contrario, al perderlos
por falta de uso, quedaría indefenso ante posibles situaciones inesperadas, además de perder la
posibilidad de continuar desarrollándose como ser vivo. Por ejemplo: la sudoración es necesaria no
sólo para lograr el balance térmico, sino como un mecanismo eliminador de residuos metabólicos y
un acondicionador de la piel.
Fig 1 Intervalo de T° del cuerpo humano con límites superior e inferior de supervivencia
El centro encargado de regular las temperaturas en todas las partes del cuerpo radica en el
hipotálamo, el cual se informa de la situación térmica en cualquier parte del organismo
Sobrecarga calórica
En condiciones de sobrecarga calórica el centro termorregulador ordena al sistema cardiovascular
incrementar el flujo sanguíneo cargado del exceso de calor interno hacia los vasos capilares de la
piel. De esta forma la piel aumenta su temperatura facilitando la evacuación de calor hacia el
entorno por convección y por radiación.
- Sexo
- Constitución Corporal
- Edad
- Ropa
- Etnia
BIBLIOGRAFÍA
E. Monroy Martí, 2011. “Estrés térmico y sobrecarga térmica: evaluación de los riesgos (I)”. Instituto
Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.