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I. INTRODUCCIÓN:
Los dientes poseen características anatómicas generales, pero también cada diente
posee características que los identifican según la función para la cual están hechos. Para
su estudio, se divide a la unidad anatómica, diente, en tres partes: corona, cuello y raíz.
Corona clínica o funcional: Es la porción del diente visible fuera de la encía que
trabaja directamente en el momento de la masticación, va desde la inserción
epitelial al borde incisal o cara oclusal; es inconstante ya que con la edad la
inserción epitelial cambia de lugar como consecuencia de una erupción pasiva,
provocando generalmente que la corona clínica tienda a ser más grande, se le
estudia solo dentro de la boca.
Corona anatómica: Es la parte del diente cubierta por esmalte, haya o no haya
hecho erupción el diente, va desde el contorno cervical o terminación del
esmalte; es constante y se le puede estudiar dentro y fuera de la boca.
Caras o superficies de una corona: Para nombrar las caras de la corona se toma en
cuenta la posición de éstas en relación con el mismo diente teniendo como referencia
la línea media del arco, además, debe considerarse el eje longitudinal del diente.
Caras axiales: Se les denomina axiales por estar paralelas al eje longitudinal del
diente. Son cuatro, dos están próximas o hacen contacto con los dientes contiguos
que forman el arco y se denominan proximales, mesial por estar más cerca de la línea
media y distal por estar más distante; las otras dos se llaman caras libres ya que no
tienen contacto con los dientes vecinos llamadas vestibular o labial y la opuesta es la
cara lingual o palatina.
Cara oclusal o masticatoria: En los dientes posteriores y borde incisal o cortante en
los dientes anteriores. Es la quinta cara de la corona y la más importante, ya que con
ella se efectúa el trabajo de triturar o incidir. Se localiza perpendicular al eje
longitudinal y a las cuatro caras axiales. En dientes anteriores es un borde con filo y
en los dientes posteriores es una superficie con eminencias y depresiones.
Cara cervical: Es opuesta a la cara oclusal y no puede verse, ya que es imaginaria y
corresponde a la parte del cuello que une a la corona y la raíz.
b) Cuello:
Es el contorno que marca la unión entre la corona y raíz. El cuello anatómico está
señalado por la línea de demarcación del esmalte. El cuello clínico es el punto
crítico de sustentación de un diente.
Línea gingival: Es la señalada por el borde libre de la encía que puede estar sobre
el esmalte o lejos de éste, pero limitando el cuello aparente, funcional o clínico.
No es constante.
Borde libre de la encía: Forma con la superficie del diente el surco gingival, el
cual tiene de 1 a 2 mm de profundidad, pero si es mayor puede considerarse
anormal o como resultado de algún padecimiento.
Línea cervical: También llamado contorno cervical en el diente, es constante,
marca el tamaño dela corona y la raíz anatómica.
c) Raíz:
La raíz del diente es la parte que le sirve de soporte. Está constituida por dentina y
cubierta por cemento en el cual se insertan las fibras del ligamento periodontal que
la sostiene y fija al alvéolo.
Examinaremos ahora las características de los dientes. Antes es necesario destacar que
tanto dichas características como la forma e implantación de los dientes, se presentan
con llamativa coincidencia en los grupos familiares, circunstancia que induce a pensar
en la existencia de factores hereditarios e incluso en la existencia de factores raciales.
III. COLOR:
Los incisivos son algo más claros que los molares. Cuanto más amarillo es el diente, más
calcificado está. Si el diente se ve blanquecino, lechoso o azulado, indica
hipocalcificación.
El sexo femenino tiene los dientes más blancos que el masculino. Los dientes veteados
(del blanco lechoso al marrón) son debidos a una coloración anómala del diente.
El color de un diente suele definirse por el color de la dentina que se deja ver a través
del esmalte que es translúcido y prácticamente carece de color.
La dentina tiene un color amarillento por lo que un diente con espesores gruesos de
dentina tendrá más color (dientes amarillentos) que uno con espesores finos. Los
caninos al tener espesores gruesos de dentina son los dientes más oscuros del sector
anterior.
Un diente con espesores gruesos de esmalte ocultará más el color de la dentina que uno
con espesores finos. Los pacientes mayores tienen espesores finos de esmalte debido a
su desgaste y por ello un color más oscuro en los dientes.
Además hay que tener en cuenta que debido a la anatomía de los dientes el tercio
inferior o gingival de un diente tendrá un color más oscuro que el tercio superior o incisal
que aparentará azulado/grisáceo debido a la translucidez del esmalte.
IV. TAMAÑO:
El tamaño y forma de los dientes también es variable entre distintas personas. Varía
según el sexo (con dientes más finos y de forma redondeada en las mujeres), la dentición
(decidua con dientes más pequeños y anchos), la raza (negra con dientes más
prominentes), la forma de los arcos, la forma de los dientes posteriores, la forma de las
superficies articulares de la ATM, etc.
Se relacionan con las características físicas de la persona en cuanto al sexo y la raza. Las
razas provistas de macizos faciales muy amplios poseen dientes de gran tamaño con
raíces bien desarrollados, a la inversa de lo que ocurre en aquellas otras en las que el
desarrollo craneal predomina sobre el facial. Los dientes de individuos de sexo femenino
son en general más pequeños y delicados que los del sexo opuesto.
En relación con el sexo pueden anotarse algunas características especiales,
aprovechables en determinadas circunstancias para efectuar una determinación del
sexo. Por ejemplo: los diámetros mesiodistales de los incisivos centrales y laterales son
más desproporcionados en la mujer que en el hombre.
Según el tamaño de los dientes se los puede clasificar en:
Tan solo en uno de los diámetros de una o más de estos lóbulos si tomamos como punto
de partida un diente tipo comprobaremos que puede ocurrir:
Si solo registra un aumento de volumen de los lóbulos, por expansión
proporcional de sus tres diámetros, se conforman una pieza de mayor tamaño
sin que modifique la forma dentaria.
Si los lóbulos crecen longitudinalmente, aparece el diente largo.
Si lo hacen en sentido mesiodistal, se forma el diente ancho.
Cuando hay un déficit de desarrollo en las porciones cervicales de los lóbulos
mesial y distal, se produce el diámetro cervical y el diente adopta la forma
triangular o acampanada.
El sexo se manifiesta en la determinación de la forma dentaria. Los dientes
femeninos, sobre todo los anteriores, tiene características de mayor redondez
en su forma, en el diseño de sus ángulos, en sus superficies (especialmente en
vestibulares) y en una armoniosa relación en sus distintas caras.
Los dientes masculinos tienden a la forma cuboidea, con ángulos más marcados
y caras vestibulares más planas.
VI. DUREZA:
Los dientes son extremadamente duros, especialmente por la presencia del esmalte
cuya estructura debe estar preparada para resistir el esmalte fisicoquímico-microbiano,
representado por el trabajo masticatorio, la saliva y la flora microbiana bucal. La dureza
no es uniforme en todo el diente, dado que lo forman distintos tejidos.
Dado que los tejidos duros son buenos conductores y la pulpa dentaria está muy
inervada el diente reacciona notablemente ante los influjos eléctricos y las temperaturas
extremas estas condiciones son aprovechadas para formular métodos de diagnóstico
sobre el estado pulpar. Con calor o fríos intensos, el diente sano reacciona
dolorosamente mientras dura la causa. Los dientes con lesiones pulpares lo hace con
mayor o menor intensidad, rapidez y duración, de acuerdo con el tipo de afección. Lo
mismo ocurre con la excitación producida con corriente eléctrica. En dientes normales,
las variaciones se producen en función del espesor de las paredes que debe atravesar el
estímulo. Por ello el umbral de irritabilidad es más alto en los dientes adultos que en los
jóvenes en los permanentes que en los temporarios y en los molares que en los incisivos.