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RESUMEN SOBRE BATLLISMO

Al referiremos al batllismo en realidad nos estamos remitiendo al primer battlismo que se extiende desde
1903 y finaliza en 1929; con la crisis mundial económica y la muerte de José Batlle y Ordóñez.
Este periodo comprende la primera presidencia de Batlle (1903-1907), luego la presidencia de Claudio
Williman (1905-1911), la segunda presidencia de Batlle (1911-1915), la presidencia Feliciano Viera (1915-
1919), la presidencia de Baltasar Brum (1919-1923), la presidencia de José Serrato (1923-1927) y por último
la presidencia de Juan Campisteguy (1927-1931).
En el último tercio del siglo XIX la vida política uruguaya había cristalizado a ciertos rasgos: el bipartidismo
(blanco-colorados), la tradición histórica como fundamento de bandos o partidos, centralización de la disputa
política en torno a la cuota de poder que correspondía a la oposición y el policlascismo en ambos bandos,
relegando al bando gremial.
El estado interventor batllista del s XX, nació en el seno del Estado liberal del siglo XIX en un clima intelectual
ya preparado y dentro de un organismo – EL ESTADO- habituado y hasta capacitado burocráticamente
para sustituir o alentar la empresa privada.
Hay una modernización del sistema político de partidos, donde hacen aparición en las elecciones de 1910
dos partidos “de ideas” la Unión Cívica y el Partido socialista, se abandona la abstención del Partido Nacional
en las elecciones de 1913 y el nacimiento del movimiento batllista dentro del Partido colorado.
El batllismo habría representado de este modo la trasformación total del Partido Colorado y su conversión
en un “partido de ideas” y de las clases “populares”, opuesto a los intereses conservadores de la sociedad
cuya defensa habría correspondido solo a sus adversarios (el riverismo y el viejo Partido Nacional)
Según Yaffe, el batllismo era portador de un “modelo de país” que era una formulación intermedia entre lo
filosófico-doctrinal y la política pragmática. La acción económica del gobierno respondía a objetivos políticos
que a su vez se inspiraban en principios filosóficos. Parte de la respuesta a esta pregunta debe atender al
desarrollo de la ciencia económica en Uruguay hacia comienzos de siglo.

Estas fases de crecimiento tienen lugar en el marco de dos estructuras económicas diferentes, con
predominios sectoriales muy disímiles, en la medida en que difieren los pesos relativos de los diversos
sectores de la economía (en particular, la participación de la industria con relación a la ganadería). Ambas
constataciones confirman la existencia de dos modelos diferentes de crecimiento y desarrollo cuyas
características señalaremos a continuación: las dos primeras fases de crecimiento (1902-1912 y 1922-
1930) se desarrollan bajo la vigencia de un modelo; la tercera (1944-1957) bajo la de otro. Una buena parte
de la historiografía nacional –y también la producción desde el campo de la ciencia económica– caracterizó,
en la década de 1960, a los dos primeros escenarios como el resultado de la dinámica del “modelo
de crecimiento hacia afuera” y al tercero como la consecuencia del triunfo del “modelo de crecimiento
hacia adentro”. En los últimos tiempos, cambios en el paradigma interpretativo y la generación de nuevas
evidencias, permiten ubicar de otra manera la historia económica del Uruguay en el contexto
internacional, y mejorar sustantivamente la comprensión de su evolución.

Como resultado, se han ido generalizando otros conceptos para referirse al modelo de desarrollo que
caracteriza a los dos primeros períodos, tales como “modelo agro-exportador”, “crecimiento
inducido por las exportaciones”, “inserción virtuosa”. Asimismo, el papel que jugó la industria en el
tercer escenario de crecimiento llevó, para caracterizarlo, a utilizar el concepto de modelo de
“industrialización sustitutiva de importaciones” (ISI).

No se trata de simples cambios de denominación, sino de intentos de reinterpretación de la historia


económica del país. En las últimas décadas del siglo XIX los cambios en la estructura económica y
los arreglos institucionales concretados en el marco de la modernización del Estado, hicieron posible
la inserción de la economía uruguaya en el mercado mundial capitalista. El patrón de comercio
internacional predominante entonces y durante las primeras décadas del siglo XX, ofreció la
oportunidad de participar activamente como proveedor de bienes primarios, especialmente cueros,
lana y carne. Por lo tanto, al comenzar el siglo XX Uruguay había encontrado la manera de insertarse
en forma relativamente exitosa en el comercio mundial y su economía crecía inducida por la dinámica
exportadora. Este modelo agro-exportador concretó un proceso de crecimiento del PBI del orden del 3,3%
anual entre 1902 y 1912. La crisis de 1913 y la Primera Guerra Mundial abrieron un paréntesis de una
década en esa fase de crecimiento. Después de 1922, el modelo –aunque maltrecho– da muestras de
vitalidad y ofrece algunos resultados positivos. Sin embargo, la coyuntura internacional y la situación interna
ya no eran las mismas. El crecimiento de la primera posguerra fue –sin duda– inducido por la buena
performance exportadora, especialmente después de 1925, pero el mercado interno cobró, desde
entonces, una dinámica importante y fue en gran medida responsable de los primeros síntomas de
cambio estructural. Cuando el orden mundial se dislocó, luego del crack del 29, el modelo de crecimiento,
que ya mostraba síntomas de agotamiento, no resistió y cayó. Más de una década llevó recomponer la
economía del país para hacer frente a la nueva situación internacional (la “gran depresión” de los
treinta y la Segunda Guerra Mundial). Pero, a diferencia de otros países latinoamericanos e incluso los
propios Estados Unidos, el Estado uruguayo mostró una celeridad particular en la búsqueda y concreción
de respuestas alternativas.

En el marco del modelo pecuario-exportador heredado del siglo XIX, el batllismo impulsó a partir de 1903 –
más enfáticamente a partir de 1911– un extenso plan de reformas económicas y sociales que, de concretarse
en su totalidad, hubieran transformado la estructura económico-social hasta el punto de configurar un modelo
claramente diferente de aquel. En efecto, el elenco político encabezado por José Batlle y Ordóñez se
propuso modernizar, diversificar y nacionalizar la economía uruguaya al mismo tiempo que expandir
el bienestar social. En ese sentido, por un lado, se fomentó, con acentos y avances diversos, la
modernización de la producción ganadera, el desarrollo de la agricultura, de la industria, de los servicios y
la reforma de la estructura fiscal. Por otro, se postuló el reconocimiento de los derechos sociales de los
trabajadores, la necesidad de elevar sus ingresos y de desarrollar un conjunto de servicios sociales para
mejorar las condiciones generales de trabajo y de vida. De igual forma, se impulsó una completa reubicación
del Estado en el proceso económico y social, promoviendo un intervencionismo cuya expresión concreta fue
la decidida política de nacionalizaciones y estatizaciones

Este panorama de crisis social urbana indica la pista para la resolución de la aparente paradoja. La
localización urbana del deterioro señala una diferenciación económico-geográfica relevante para el problema
en cuestión. Mientras que la economía y la sociedad urbanas recibieron, sin mediaciones de ninguna
especie, todo el peso de las restricciones impuestas por la crisis y la guerra, la economía y la sociedad
ganaderas se beneficiaron ampliamente, también sin mediaciones, del notable incremento del valor de
nuestras exportaciones. El enriquecimiento durante la guerra tuvo un claro carácter clasista: se enriqueció
directamente el sector ganadero y hubo cierta distribución al interior de la sociedad rural.

El proyecto pude analizarse básicamente en tres planos:


A) Proyecto político:
El sistema político uruguayo del momento estaba regido por un pensamiento liberal (República liberal); en
el cual el Estado cumple únicamente el rol de juez y gendarme. Existía un bipartidismo monopolizado por el
partido colorado y el partido nacional; los cuales eran partidos poli-clasistas, es decir que representaban a
todas las clases sociales. Dentro del partido colorado se marcaban dos tendencias: el batllismo y los
riveristas (Partido Colorado Gral. Rivera). Estos últimos se caracterizaban por desear un retorno a las fuentes
coloradas puras, a la más ortodoxa tradición partidaria; discrepando con la ideología social de Batlle. Por
otra parte, se encuentra el Partido Nacional liderado por L.A de Herrera. Esta situación va a cambiar hacia
1910, con el surgimiento de los partidos de ideas como ser: la Unión Cívica de carácter católico; el Partido
Socialista y ya en 1921 el Partido Comunista. Batlle en su propuesta política proponía un poder ejecutivo
colegiado; no queriendo la presencia de un solo presidente ya que la constitución le otorgaba mucho poder.
El colegiado permitiría eliminar el peligro de una dictadura; del abuso de poder (que es natural en una función
que tantos poderes tiene). La división del poder entre 9 hombres (que conformarían una Junta de Gobierno,
todos del partido triunfante) evitaría la concentración y abuso de poder. La Junta desempeñaría sus
funciones durante 9 años; ya que según Batlle en 4 años cualquier presidente era incapaz de desarrollar
libremente su labor; bastaba con que el nuevo presidente tuviera otras ideas para frenar o dar marcha atrás
al progreso de la República. Además, al surgir los candidatos para el nuevo periodo la gestión del presidente
se veía perturbada.
La propuesta batllista del colegiado representó un punto de fricción; lo cual lo enfrentó no sólo al Partido
Nacional sino también a los propios riveristas. En realidad, esta postura anticolegialista era un
cuestionamiento al reformismo impulsado por Batlle. La polémica entre las ventajas o desventajas del
colegialismo se instaló rápidamente y las diferentes opiniones se podían apreciar en los diarios de las
diferentes tendencias: “El Día” del batllismo; “La Mañana” de los riveristas y “La Democracia” y “Diario del
Plata” de los nacionalistas.
La oposición; y aquí se mezclan los argumentos de los blancos y colorados discrepantes, alegaba que dicha
institución anulaba la naturaleza del Poder Ejecutivo; transformándolo en un órgano deliberativo incapaz de
tomar rápidas y medidas de acción tal como el gobierno lo requiere; que se convertiría en un senado más
en el cual las decisiones se aprobarían dificultosamente luego de debates; debilitando al poder ejecutivo y
por lo tanto perturbando la gestión del todo el Estado. Sostenían también que al tener los 9 integrantes el
mismo poder, la responsabilidad de las decisiones se diluiría y nadie podría ser llamado a rendir cuentas.
Otro factor que generaba oposición política fue la falta de representación proporcional de un partido (el P.N)
que luego se demostraría ser aproximadamente la mitad del país; es decir se oponían al “exclusivismo
colorado”. Pero no sólo existía oposición política al gobierno, también cabe destacar la oposición de los
principales grupos de presión:
La ARU; que luego crea un grupo más combativo FRU en 1915.
Liga de Defensa Comercial, vinculada al Alto Comercio
Liga Industrial
FORU; asociación obrera que por ejemplo en 1911 emprende una huelga general.
Dichos grupos de presión van a influir en las decisiones del gobierno tanto en el plano social como en el
plano económico.
La reforma de la Constitución de 1918:
Un factor esencial en el proyecto político del batllismo fue la reforma de la constitución. Se la puede estudiar
en diferentes ámbitos:
1) Ciudadanía y de los derechos electorales,
Son ciudadanos naturales de la República todos los hombres nacidos en su territorio los hijos de madre o
padre orientales con la condición de habitar en el país e inscribirse en el Registro Cívico Nacional.
El sufragio es para los mayores de 18 años y se eliminan las restricciones a peones, jornaleros, analfabetos
y sirvientes a sueldo.
El voto es secreto.
En esta Constitución es que se va previendo el voto femenino.
2) Organización de los poderes del Estado:
El poder Ejecutivo está formado por el Presidente de la República y el Consejo Nacional de Administración.
El Presidente de la República es elegido directamente por el pueblo, permaneciendo cuatro años en sus
funciones.
El Presidente se ocupa de tres ministerios: Interior Guerra Relaciones Exteriores
Es importante destacar que estos ministerios están relacionados con los fines primarios del Estado:
preservar la tranquilidad interior y mantener la seguridad de las fronteras. Tiene en sus manos la fuerza
militar y policial y la posibilidad de tomar las decisiones rápidas y expeditivas características de todo poder
ejecutivo.
El Consejo Nacional de Administración se integra con 9 miembros elegidos directamente por el
pueblo. Permanecen 6 años en funciones, renovándose por tercios cada dos años. Corresponde al
consejo todo lo relativo a:
Instrucción Pública, Obras Públicas, Trabajo. Industrias, Hacienda. Asistencia e Higiene
El Consejo se ocupa de las funciones secundarias del Estado. Cumple funciones administrativas y
no dispone de la fuerza armada.
3) El papel del Estado:
En esta Constitución se separa a la Iglesia del Estado, estableciendo la total libertad de cultos; es decir que
el Estado no respalda ni sostiene ninguna religión. En esta Constitución se aprecia no sólo una mayor
participación del Estado y la sociedad, sino que, en la Agenda política, los temas que se van a discutir no
son sólo políticos sino económicos y sociales. La creación de la figura de Entes Autónomos (Empresas del
Estado) reconocerá y regulará los cambios sucedidos en relación al Estado y su actividad económica.
Proceso de secularización:
Ya desde presidencias anteriores a la de Batlle se habían tomado una serie de medidas orientadas a la
separación Iglesia- Estado; que se concluyen en la constitución. Pero anterior a esto se promulgaron algunas
medidas con el mismo fin, como ser: En 1911 se reactivó la ley de conventos de1885, al ser estos visitados
por inspectores gubernamentales. Secularización del juramento de la toma de cargo de los ediles de la Junta
Económico- Administrativa de la Capital. Eliminación de la prestación de honores militares en los actos
religiosos de la Iglesia Católica. Prohibición de la presencia de los militares, como institución, en actos
religiosos. Supresión del cargo de capellán en el ejército. Se ordenó que la bandera nacional no saludara ni
a personas ni a símbolos religiosos.
Ley de divorcio de 1912; admitía el divorcio por la solo voluntad de la mujer. Para los batllistas incluso el
matrimonio civil solo tenía sentido de ser como registro de los mismos por razones económicas
principalmente, ya que el matrimonio constituía una sociedad (conyugal).
B) Proyecto económico: Desde el punto de vista económico, las más profundas transformaciones se dieron
en el plano rural y en las nacionalizaciones y estatizaciones. En el ámbito rural se planteaban varios
problemas y uno de ellos era el latifundio, por lo tanto, había una gran concentración de la gran propiedad
en muy pocas manos. Según el censo de 1908, había 1394 predios mayores a de 2500 has, que ocupaban
casi el 40% del territorio del país. Los 1394 propietarios de 1908 solo representaban el 0.13%.
Otro problema era el minifundio, especialmente agrícola, pero también ganadero. La productividad en los
minifundios es baja, ya que el predio pequeño es inadecuado para emplear maquinaria agrícola, abonos,
semillas, riego, animales más finos, praderas mejoradas, el pequeño propietario no puede implantarlas
porque la escasa producción no le deja sobrante. Mientras que al propietario latifundista esas mejoras no le
interesan porque su ganancia (menor que si ejecutaba estas técnicas) era igualmente alta por la extensión
de sus tierras.
Con lo que respecta al problema de la tierra, Batlle lo enfrentó parcialmente. No percibiendo que, al no
hacerlo, quedaba comprometido el desarrollo del país, ya qué se daba la contradicción entre un medio
urbano económica y políticamente avanzado y un medio rural retrasado. Esto podía pasar inadvertido en
épocas de prosperidad, pero no en periodos de depresión. Se apreció cierta timidez por parte del Partido
Colorado para enfrentar el problema. Su partido estaba formado mayoritariamente por las clases medias,
preferentemente urbanas, respetuosas del derecho de la propiedad, no podía cuestionarlo porque sería
cuestionar el edificio jurídico y político en las cuales ellas se asentaban. Tampoco podía realizar grandes
trasformaciones en el latifundio, ya que los ganaderos se volcarían al partido opositor, que ya de por si no
estaban de acuerdo con sus políticas reformistas. Es aquí donde podemos citar las palabras de Carlos Real
de Azua: “el impulso y su freno”. El discurso de Batlle es mucho más radical, mientras que la constitución es
mucho más tímida. El “freno” es la sociedad, especialmente los grupos de presión: terratenientes (ARU,
Federación Rural), Obreros, Industriales.
Los planes para enfrentar el problema de la tierra fueron los siguientes:
Impuesto progresivo a la mayor extensión de la propiedad.
Recargo a los impuestos de herencia.
Planes de Colonización. En los Planes de Colonización el P Ejecutivo presentó varias propuestas:
La primera disponía de $500000 para comprar tierras que se fraccionaría en chacras y se revenderían a los
interesados a través del Banco Hipotecario. La segunda facultaba al PE a expropiar hasta 5000 has en los
pueblos con destino a la colonización agropecuaria, siempre que una asociación de agricultores o una
empresa particular tomara a su cargo el costo de la expropiación. El tercer proyecto facultaba al ejecutivo
para conceder el derecho de expropiar tierras a compañías particulares, no por menos de 15 has para
impulsar la colonización agropecuaria. Hubo otra ley que concedía premios en dinero y medallas a los
estancieros que fraccionaran sus propiedades para convertirlas en chacras. Sólo el primero de estos tres
planes era factible y se llevó a la práctica (los demás planes confiaban en el interés particular). Batlle creía
que la tendencia a la evolución económica conduciría por sí sola a la división de la propiedad. En la época
afirmaba su convicción en el hecho de que muchas grandes propiedades, pertenecientes a compañías
inglesas, habían ido parceladas en unidades menores desde 1900. Batlle tenía preferencia a la agricultura,
los cuales muchos pensaban que tenía un trasfondo político. La agricultura es una actividad sedentaria, que
ligaba a la tierra, viendo a ésta como un medio para aquietar al hombre de campo y volverlo reacio a
emprender levantamientos armados. En lo que se refiere a impuestos sobre la tierra, recién al final de su
mandato solicitó al Poder Ejecutivo un aumento en la Contribución Inmobiliaria y, su duplicación para los
propietarios domiciliados fuera del país. Los largos debates en la cámara hicieron que la reforma se aplazara.
Ese recurso al impuesto derivaba del “Georgismo” de Batlle. El fundador de esta doctrina fue el
estadounidense Henry George, quien sostenía que la valorización de la propiedad territorial era producto del
esfuerzo de la sociedad y no del propietario: por lo tanto, el Estado debía aplicar sobre la tierra un impuesto
progresivo que captara ese valor acumulado y lo distribuyera a toda la sociedad.
Sobre la tecnificación del medio rural
Para el proceso de perfeccionamiento de las razas animales, era imprescindible que se formaran técnicos
para ayudar al hacendado y al agricultor en el mejor modelo de explotación. Para ello el Estado disponía de
las recién fundadas Facultades de Agronomía, Veterinaria y además creo inspecciones del mismo nombre
y, con los mismos fines. Las inspecciones estaban integradas por inspectores técnicos que debían recorrer
las estancias y chacras del país para llevar ideas, extraer materiales de estudio, así como vigilar el estado
sanitario del ganado y los cultivos.
Hacia 1911 se crean tres estaciones agronómicas:
*Salto- fruticultura
*Paysandú- lechería
*Cerro largo- ganadería.
También se crearon:
*Vivero de Toledo- producción de árboles
*Instituto La Estanzuela- Investigación de semillas, cultivos, forrajes
Con esto, se pone énfasis, en la educación como forma de solución al problema agrario; pensando que la
educación y la evolución natural de la economía habrían de resolverlo por sí solo.
Intento de creación de un frigorífico estatal
Ante la declinación de los saladeros y la angustia de los estancieros para colocar su producción el PE
presenta un proyecto de ley en 1911 de creación de una gran planta frigorífica en combinación con capitales
ingleses. La planta sería extremadamente moderna “estilo Chicago” y se ocuparía del congelado, enfriado
conservas etc. El único frigorífico existente, “la frigorífica uruguaya” era un establecimiento poco
modernizado que solo congelaba la carne y no la enfriaba y estaba en manos de un consorcio anglo
argentino. El ejecutivo envío proyecto de Ley que otorgaba franquicias a los nuevos establecimientos.
A partir de estas ventajas se instala en 1912 el frigorífico Montevideo de la compañía estadounidense Swift,
lo que impulsó una rápida modernización de “la uruguaya” para no ser desplazado de la competencia.
Desde el punto de vista rural, no debe ser olvidada la creación de una marina Mercante. Nuestra producción
agropecuaria gastaba mucho dinero, como pago por los fletes que utilizaba nuestra producción agropecuaria
y los que se pagaban para la importación del carbón, que era la fuente de energía más utilizada. En 1911,
el Poder Ejecutivo solicita a las cámaras un crédito para adquirir dos buques de ultramar, un remolcador,
dos chatas y un depósito de carbón de piedra. Los barcos formarían parte de la marina de guerra y se
encargaría de transportar a Europa nuestros productos agropecuarios trayendo a la vuelta el carbón
necesario. Hacia 1912, se promulga un proyecto de Ley para aumentar los préstamos que el banco otorgaba
al medio rural. Se crea la Sección de Crédito Rural con un capital propio de $500.000, destinado a apoyar
las Cajas Rurales que concentrarían sus esfuerzos en la financiación de los pequeños y medianos
ganaderos y agricultores.
Estatismo & Nacionalización
La ideología de Batlle apuntaba a que los servicios públicos esenciales tenían que estar en manos del Estado
por las siguientes razones: por ser el organismo representativo de la sociedad y, por estar por encima de las
disputas sociales. El Estado debía intervenir donde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero,
porque no estaba guiado por el afán de lucro sino por el servicio público. Por lo tanto, el Estado tenía el
deber de sustituir en lo posible a las empresas extranjeras que se llevaban las ganancias fuera del país,
debilitándolo. La concepción Batllista sostenía que el capital privado manejando a una empresa pública
podía herir a la sociedad de varias maneras:
Poniendo el interés particular antes que los intereses generales de la población
Administración insuficiente o monopólica en desmedro del interés nacional, creando problemas sociales por
la continua oposición de obreros y funcionarios.
Los servicios son caros y malos, ya que en muchos casos no cubre áreas no redituables (no contempla el
interés nacional). El capital extranjero residente en el país, fundamentalmente inglés, era muy poderoso. Por
ello el Batllismo en algunos casos prefirió no enfrentar las poderosas corrientes de interés, sino rodearlas,
haciéndole la competencia, debilitándolas (carreteras paralelas a las vías férreas inglesas para competir con
ellas, creando los primeros ferrocarriles estatales con el mismo fin). La lucha del Estado con el “empréstito”
inglés, como lo denominaba Batlle, se vio facilitada porque recurrió a otra gran potencia mundial EEUU, en
busca de empréstitos y abastecimientos y por la guerra mundial que debilitó y le implicó mantener la
hegemonía económica en estas regiones.
Estatización del Banco República, 1911 y 1913.
En la carta orgánica fundacional del Banco (1896) se establecía su capital en 10 millones de pesos; 5 los
ponía el Estado y los otros 5 quedaban a disposición de los particulares que quisieran integrarlos. Esta
segunda serie de acciones nuca fue vendida, por lo que, a pesar de haber sido proyectado como un Banco
Mixto, se mantuvo siempre de propiedad estatal. En 1911 Batlle envía un proyecto de ley que la Asamblea
General aprobó, donde se establecían las siguientes modificaciones: elevar el capital bancario de 10 a 20
millones de pesos, integrándolo con el capital ya existente. Hacia 1912, se promulga un proyecto de Ley
para aumentar los préstamos que el banco otorgaba al medio rural. Se crea la Sección de Crédito Rural con
un capital propio de $500.000, destinado a apoyar las Cajas Rurales que concentrarían sus esfuerzos en la
financiación de los pequeños y medianos ganaderos y agricultores. En 1913 se elevó el capital total a $25
millones, completándose el proceso de estatización. Ninguna de las dos leyes, ni la de 1911 ni la
complementaria del 1913, levanto resistencias porque nunca había demostrado el capital privado interés en
integrar el Banco de la República.
Banco de seguros del Estado (1911).
En abril de 1911, el PE envío al Parlamento un proyecto de ley por el cual el Estado pasaba a monopolizar
todos los seguros que se realizaran en el país. El proyecto de Ley declaraba monopolio del Estado los
seguros de incendio, marítimos, agrícolas, ganaderos, de vida y en general contra todo riesgo. El PE fijaría
la fecha en que comenzaría a regir cada uno de estos monopolios y, mientras tanto, podrían seguir operando
provisoriamente las compañías particulares existentes. Hasta el momento, el negocio de los seguros era
explotado por algunas empresas nacionales y muchas inglesas. Como empresas cuya única finalidad es la
ganancia y no el servicio a la sociedad, cubrían los seguros más redituables y se negaban a tomar los que
aparejaban mayores riesgos. Así, el seguro más común que respaldaban era el contra incendios, olvidando
todos los vinculados a la previsión social y económica (granizo, accidentes de trabajo, etc.) Solo el Estado
que no buscaba la ganancia y que tenía la obligación de cumplir con una finalidad social, podía hacerse
cargo de este rubro con beneficio para la colectividad. Cubriendo todos los seguros, podía compensar las
pérdidas que produjera uno con las ganancias que podría obtener otro y la sociedad sería debidamente
amparada. Y se evitaría la remesa de las ganancias de las empresas inglesas al exterior. Estas medidas,
no fueron recibidas del todo bien por los ingleses ya que enfrentan al capital británico, por lo cual a través
del embajador presionan al gobierno uruguayo para que no tomen medidas que perjudiquen al capital inglés.
Banco hipotecario
La emisión de cedulas hipotecarias (sobre bienes inmuebles y territoriales) había sido libre en el país hasta
1887. En ese año fue entregado su monopolio al Banco Nacional y garantizado los títulos por el Estado.
Producida la quiebra de ese Banco en 1890, el Banco hipotecario, que era una de sus secciones, pasó a
manos de sus accionistas. Desde que la función del Banco era de regulación del crédito sobre inmuebles,
influyendo también en la industria de la construcción y en los negocios territoriales del medio rural, su papel
era demasiado importante como para que quedar en manos de ávidos especuladores en busca de fáciles
ganancias. De allí la rápida intervención del Estado a través de un proyecto de Ley enviado por el Ejecutivo
a la Asamblea General a mediados de 1912 para controlarlo y pasaron a sus manos
Proyecto social:
En los primeros siglos del siglo XX en Montevideo existía un movimiento obrero de importancia, debido a la
expansión de la industria y a la introducción de la ideología anarquista; surgiendo así los gremios y
sindicatos; a través de los cuales los obreros hicieron sentir sus reclamos de mejoras salariales.
Ya en la primera presidencia se presentaron proyectos sociales tanto por los batllistas como por los
nacionalistas; en los cuales se proponían cambios en las horas de trabajo, las condiciones de trabajos, etc.;
muchos de los cuales se concretaron recién la segunda presidencia de Batlle. Las condiciones de vida obrera
eras totalmente precarias: el trabajo adulto estaba mal remunerado y en muchas industrias se emplean
niños. En cuanto a los horarios la situación no era mucho mejor; existiendo empleos con jornadas de 15 a
19 horas.
En respuesta a este conflicto se aprobaron algunas leyes como ser:
Pensiones a la vejez (1914)
Indemnización por despidos (1914)
Ley de 8hs de trabajo (1915)
Luego del Alto de Viera en 1916; periodo en el cual se frenó el impulso reformista de Batlle, se tomaron
otra serie de medidas que contribuyeron con la calidad de vida del obrero:
Salario mínimo del peón rural y urbano
Descanso semanal obligatorio
Ley sobre prevención de accidentes de trabajo.
La protección de la sociedad a sus miembros débiles como deber del Estado fue uno de los principios que
se incorporó en la mentalidad colectiva uruguaya como “idea de común” debido a la propaganda periodística
y parlamentaria, a las obras del batllismo y al aporte del socialismo. Para Batlle el papel de árbitro del
conflicto social no se reducía a la neutralidad, sino que, todo lo contrario, debían inclinar la balanza al lado
débil; de manera que la reforma social quedaba justificada por razones sociales y no por la imposición de
una dinámica de la historia. Esa es una de la diferencia con el marxismo; el deber para con los oprimidos
era de índole moral no nacía de la imposición del proletariado; es más no se lo calificaba así, sino que se lo
prefería denominar “humilde” o “desamparado”. Pero el proyecto social del Batllismo no sólo se limitaba a
las leyes sociales obreras, sino que también incluyo reformas en el plano educativo. Los principios que
guiaron la acción del Estado en este terreno fueron principalmente dos: extender la educación al mayor
número posible de personas y reafirmar la gratuidad de la enseñanza.
La ideología del Batllismo fomentaba una estructura política del Estado y del partido que requería de una
amplia participación del pueblo en la vida política. Esta participación no podría concretarse sino se convertía
a cada hombre en un ciudadano instruido, consiente y capaz de reflexionar e intervenir activamente en la
vida pública. La formación del ciudadano consciente era la base de la democracia directa del pueblo. La
extensión de la enseñanza, a su vez, debía tener como requisito la absoluta gratuidad en los tres niveles:
primaria, secundaria y universitaria. Es a esos objetivos a los que apuntaban las iniciativas del Estado.
El problema de la enseñanza paga no representaba en al primer nivel ya que la primaria estatal siempre fue
gratuita (reforma impulsada por José Pedro Varela). Pero en cambio en la enseñanza secundaria como en
la universitaria el costo era bastante elevado (matrículas y exámenes) por lo que sólo los hijos de familias
de clase media acomodada y alta podían acceder a una formación profesional. Debido a esto en 1914 se
promulgó un proyecto de ley que establecía la exoneración de tributos en enseñanza secundaria y, la
facultad ampliar dicha exoneración a los universitarios. Dicho proyecto debido a la posición de algunos
nacionalistas recién pudo ser aprobado en 1916. Otra de las medidas orientadas a extender la educación
fue la creación de una sección especial dentro de la enseñanza secundaria y preparatoria destinada
exclusivamente para el sexo femenino (ya que era muy escasa la concurrencia de mujeres a la universidad
debido a los perjuicios sociales). Por otra parte, la educación también debía extenderse al interior del país y
evitar así el desarraigo de los alumnos, a través de la creación de liceos departamentales (1912). El
certificado de egreso de estos liceos los habilitaba a seguir cursos de Comercio, Agronomía y Veterinaria;
así como cursos preparatorios de la Sección de Enseñanza Secundaria. Los planes de estudio eran los
mismos que los liceos de Montevideo; lo cual representó un error; ya que los programas debían estar
adecuados de modo tal que los egresados pudieran encontrar futuro y trabajo en sus propios lugares de
estudio. Al solo prepararlos para las profesiones liberales el desarraigo no se evitaba ya que para proseguir
los estudios en la universidad debían trasladarse a Montevideo. Sin embargo, los liceos departamentales
lograron unos de sus objetivos: elevar el nivel cultural de las poblaciones del interior, democratizar la
educación y extender la cultura cívica. En un intento de transformar y reorganizar la Escuela de Artes y
Oficios el poder ejecutivo planteó la necesidad de crear varias escuelas industriales primarias y una superior.
En complemento con la preocupación por la formación intelectual de los niños y adolescentes, se buscó la
difusión de la educación física. Debido a esto en 1911 se creó la Comisión Nacional de Educación Física
con el objetivo de organizar concursos deportivos, fundar campos de juego y plazas de deportes, planear la
educación física en primaria. En busca de la extensión de la cultura artística y musical se fundó la Escuela
Experimental de Arte Dramático y se creó una orquesta con el cometido de organizar conciertos a precios
populares y de entrada libre. Aunque la iniciativa fue modesta cabe destacarla para mostrar la existencia de
un plan educacional, que contemplaba la educación intelectual, industrial, física y artística.
Las reformas del batllismo (segunda presidencia, 1911-1915)
1911 – presentación del proyecto de ley que implantaba las 8 horas de trabajo, limitaba el trabajo de los
menores, establecía el descanso semanal obligatorio y un mes de licencia paga después del parto.
1911 – estatización del Banco de la República.
1911 – estatización de la Usina Eléctrica de Montevideo.
1911 – estatización del Banco Hipotecario.
1911 – ley de recargo aduanero para estimular el desarrollo industrial (proteccionismo).
1911 – creación del Instituto de Pesca.
1911 – creación del Instituto de Química Industrial.
1912 – creación del Instituto de Geología y Perforaciones.
1912 – ley de liberalización de importación de materias primas para abastecer a la industria.
1912 – creación del Banco de Seguros del Estado, rompiendo el monopolio de esa actividad que hasta
entonces tenían las empresas extranjeras.
1912 – creación de los liceos departamentales.
1912 – creación de un liceo femenino.
1913 – ley del divorcio por la sola voluntad de la mujer.
1913 – Batlle comenzó a publicar sus ideas acerca de la reforma constitucional: separar la Iglesia del Estado,
crear leyes para la administración de las empresas del Estado, sustituir al presidente por un Ejecutivo
Colegiado de 9 miembros.
1915 – luego de años de demoras y modificaciones se aprobó la ley de jornada máxima de 8 horas (no se
aplicó a trabajadores rurales y domésticos).
1919 – se aprobó la ley de pensiones a la vejez y a la invalidez.
Justificación batllista de las estatizaciones:
La fuga de capitales que representaba para el país el envío al exterior de las ganancias de las empresas
extranjeras. La mediocre calidad de los servicios prestados por ellas. El Estado podía mejorar la calidad de
los servicios y bajar las tarifas porque el interés social predominaba sobre la acumulación de beneficios.
Las empresas estatales contribuían a financiar los gastos del estado, aliviando de esta forma los impuestos
pagados por la población. El concepto de lo social que tenía Batlle explica sus iniciativas de legislación
social: El acuerdo entre los grupos sociales es siempre preferible a la lucha, y en ese acuerdo, el estado
debe ser el árbitro. Dado que las partes en conflicto no tenían las mismas fuerzas, el estado debía ser un
árbitro favorable "a los oprimidos del taller y del hogar" (trabajadores/as, mujeres, ancianos/as y niños/as).
Adelantándose a los tiempos, el estado tenía que promover reformas que evitaran conflictos y situaciones
injustas.

Las resistencias al batllismo


La acción del estado en materia de nacionalizaciones y estatizaciones no siempre encontró el camino
despejado. Las empresas extranjeras recurrieron incluso a la presión diplomática para impedir la acción del
estado. Por ejemplo, la presión ejercida por la embajada inglesa condujo a la modificación del proyecto
original de creación del Banco de Seguros. Los capitalistas locales, a su vez, veían con cierta desconfianza
una política que, si bien estimulaba el desarrollo industrial, por otro lado, manifestaba una vocación
industrialista tan extendida (el estado deseaba estar en todos los rubros de producción) que amenazaba con
dejar sin espacio a la empresa privada. Las iniciativas batllistas en materia de legislación laboral
representaron también un punto de enfrentamiento con los sectores empresariales y conservadores de la
sociedad. Batlle manifestó una tolerancia –insólita para la época- con respecto a los obreros en huelga. Por
ejemplo, durante los diez días que duró la huelga tranviaria de mayo de 1911, el gobierno obligó a las
empresas a pagar multas por incumplimiento de los servicios y tomó medidas para impedir que los patrones
sustituyeran a los huelguistas por nuevos trabajadores. Para los empresarios, Batlle estaba del lado de los
obreros.

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