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TEM : Delitos contra la Tranquilidad

Pública y Delitos contra la Humanidad


AGRADECIMIENTO

Agradecer a Dios, por ser mi padre y amigo, por darnos la


oportunidad de superarnos y porque a pesar de nuestros
tropiezos siempre está con nosotros.

A nuestro docente por habernos dado la oportunidad de realizar


este trabajo y por sus sabias enseñanzas que marcan el destino
de nuestra vida profesional.

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INTRODUCCIÓN

Siendo la delincuencia un fenómeno grave cuando se agrupan varias personas para cometer un
hecho delictuoso determinado, es más grave aún y extraordinario cuando por esa conjunción de
voluntades se propone cometer varios hechos indeterminados, crear
un estado de inseguridad entre las gentes y aumentar la magnitud del peligro social, puesto que
la gran potencia que da la asociación para la realización del mal, y porque la unión de pluralidades
de almas perversas genera un verdadero fermento maléfico capaz de hacer revivir las viejas
tendencias de crímenes salvajes, fortificándolas con una especie de organización y disciplina, y
por la vanidad que en ese caso impulsa a los criminales a cometer atrocidades, que
individualmente repugnarían a sus autores si no estuvieran asociados.

Nos adentramos en la problemática de la asociación para delinquir, fuente de peligro e


inseguridad social, con el fin de estudiar juiciosamente su mecanismo y operación que torna difícil
su estudio por la escasez de material consultivo existente al respecto. La mayoría de los países
del mundo tratan este asunto, pero no profundizan en él, no buscan la génesis de esas
disposiciones y no analizan sus propiedades con detenimiento.
La función de los policías es evitar que se turbe la tranquilidad pública; pero los policías no
pueden obrar con leyes arbitrarias, ya que si eso sucediera se abriría una puerta a la tiranía.
Se deben manejarse con un código que circule entre las manos de todos los ciudadanos, de
modo, que los ciudadanos sepan cuando son culpables, y cuando son inocentes.

¿Qué hemos de entender por “Tranquilidad Pública”?. La tranquilidad pública, anota Peña
Cabrera, es la sustitución subjetiva de sosiego espiritual del público, o de lo que es lo mismo, de
las personas en general. La naturaleza subjetiva del bien ofendido por los delitos contra la
tranquilidad pública, condice con la naturaleza de los hechos que la lesionan.

De lo anterior, se colige que la constitución recoge una perspectiva no en puridad individual, sino
también social del hombre, en cuanto a una vocación pacifista de la convivencia humana.

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Se ha dicho con razón, que la tranquilidad pública es una “situación subjetiva”. Sensación de
sosiego de las personas integrantes de la sociedad, nacida de la confianza de que pueden vivir
en una atmosfera de paz social, puesto que sus individuos ajustaran sus conductas a las reglas
fundamentales de la convivencia.

Nadie puede ser condenado por lo que es, sino por lo que hizo, no por estigmas sociales o
pronósticos de peligrosidad, sino por haber desobedecido las máximas del ordenamiento jurídico,
mediando la infracción de mandatos y/o prohibiciones que el legislador ha reglado en los
preceptos penales especiales.

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DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA

CAPITULO I DELITOS CONTRA LA PAZ PÚBLICA

 DISTURBIOS

Art. 315.- “El que en una reunión tumultuaria, atenta contra la integridad física de las
personas y/o mediante violencia causa grave daño a la propiedad pública o privada, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de ocho años.

En los casos en que el agente utiliza indebidamente prendas o símbolos distintivos de las
Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional del Perú, la pena privativa de la libertad será no
menor de ocho ni mayor de diez años”.

1.- BIEN JURÍDICO

La acepción “Estado de Derecho” gravita sustancialmente en las relaciones Estado – Ciudadano,


dichos efectos irradiantes suponen el reconocimiento de concretos ámbitos de “libertad
ciudadana”; entre estos, el derecho de reunión, de agruparse pacíficamente en lugares públicos,
como una manifestación esencial del Sistema Democrático.

El uso de los derechos constitucionales consagrados, ha de materializarse con arreglo a los


principios de razonabilidad y ponderabilidad, descartando cualquier tipo de manifestación
violenta.

Dicho de otro modo: el ejercicio del derecho de reunión será licito siempre y cuando su concreción
se ajusta a los límites que la propia constitución delimita, con ello, la seguridad ciudadana y el
orden público, que no pueden verse alterados, pretexto de una manifestación democrática, dando
lugar a la preponderancia de los bienes jurídicos de valor superior.

Es de verse, entonces, que en el marco de estas asonadas públicas, sobre todo cuando sus
participantes son los miembros de las denominadas barras bravas o de sectores sociales
acostumbrados a los actos vandálicos, se producen afectaciones a la propiedad pública y/o
privada, así también sucesos de sangre, en cuanto a la lesión de los bienes jurídicos
fundamentales (la vida, el cuerpo y la salud), así como la integridad del patrimonio.
Por lo expuesto, estamos ente un bien jurídico de naturaleza supraindividual que ha de ser
comprendido por aquel estado de seguridad ciudadana, de que las personas puedan
desenvolverse normalmente en las urbes y ciudades, de no verse afectados por ciertas reuniones

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tumultuarias que, en su proceder, no dudan en lesionar los intereses jurídicos de mayor raigambre
constitucional, aprovechando las ventajas que les otorga la muchedumbre, con propiedad la
predisposición a delinquir, ya desde un factor criminológico.

Advertimos que en el artículo 315º del CP, tiende a tutelar una serie de bines jurídicos de forma
onmicomprensiva, al develarse que aparte del interés jurídico espiritualizado (“Tranquilidad
Pública”), también se protege la integridad física de las personas, así como el patrimonio público
y privado, configurándose un tipo penal pluriofensivo, de modo que la naturaleza de esta figura
delictiva, ha de verse desde el siguiente plano a saber: de que los efectos perjudiciales de la
conducta antijurídica (injusto penal de disturbios) ha de afectar en forma simultanea el bien
jurídico colectivo, así como los intereses jurídicos personales; si esto no es así, se dará una
tentativa de este delito, siempre y cuando la acción prohibida haya tomado lugar en una “reunión
tumultuaria”

2.- TIPICIDAD OBJETIVA

a. Sujeto activo

Autor de esta figura delictiva puede ser cualquier persona, no es indispensable algún tipo de
cualidad especial, por lo que constituye una tipificación común, quien haya de responder
como autor, debe primero estar incurso en una reunión tumultuaria y, segundo,
aprovechando dicha configuración colectiva, afectar la integridad física e una persona y/o el
patrimonio (público y/o privado).

No necesariamente debe pertenecer a una banda, organización delictiva u otra estructura


criminal, pues puede infiltrarse en una reunión, donde los miembros se identifican con una
determinada asociación de personas, para afectar los bienes jurídicos comprendidos en la
articulación, más por lo general. Se trata de individuos acostumbrados a actuar en bloque,
que se agrupan para cometer esta clase de fechorías, mediando la coraza que le otorga la
muchedumbre y así evitar ser descubiertos.
También puede aparecer en escena una Autoría Mediata, siempre que el hombre de adelante
pueda ser percibido como un instrumento

b. Sujeto pasivo

Al erigirse en un bien jurídico de orden colectivo, será la sociedad en su conjunto, sin dejar
de lado, la identificación de agraviados directos por las lesiones y/o los daños, quienes serían
victimas de dicho delitos, por los Disturbios será el Estado, que asuma los intereses públicos
afectados.

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c. Modalidad típica

Primer punto a saber, es que debemos entender por “reunión tumultuaria”; no puede tratarse
de un grupo reducido, de dos o tres personas, debe tomar lugar a partir de un número
significativo de personas, agrupadas a fines de diversa índole, no siempre con motivos
delictivos.

Concurrirá el fin de atentar contra la paz pública allí donde esta quede necesaria o
probablemente dañada a consecuencia de los hechos y, sin embargo, y pese a conocerlo
así, se actué.

La calidad tumultuaria significa el congestionamiento de una pluralidad de personas, cuya


numerosidad impide la debida identificación de los sujetos actuantes, así como su captura y
persecución.

Conforme lo anotado, si la tipicidad objetiva del delito está condicionada a un “atentado contra
la integridad física”, dicha circunstancia ha de revelar un verdadero estado de afectación a
su estructura fisiológica de la víctima, que para cobijarse a los alcances normativos del
artículo 315º, debe revelar una lesión determinativa de delito y no de falta.

3.- FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN

Es de verse que la perfección delictiva de las dos modalidades del injusto que se agrupan en el
artículo 315º, requiere de la efectiva producción de un resultado lesivo (antijuricidad material), en
cuanto a un atentado concreto a la integridad física de una o varias personas o la afectación a la
estructura original de un bien.
La primera conducta toma lugar a partir de un daño a la integridad física de un determinado sujeto
(s), una merma en la estructura fisiológica del agraviado, que pueda al menos ser constitutivo de
lesiones leves; si el daño no se logró producir, sea por la intervención de un tercero, es decir, por
toda circunstancia ajena a la esfera organizativa del agente, importa un delito tentado.

La segunda conducta del injusto adquiere consumación cuando el bien es dañado, destruido o
inutilizado; será un delito tentado, cuando el autor no logra perpetrar su plan criminal, habiendo
dado inicio a los actos ejecutivos del delito.

4.- TIPO SUBJETIVO

La figura delictiva sub examine solo resulta reprimible a título de dolo, conciencia y voluntad de
realización típica. El agente sabe perfectamente que está atentando contra la integridad física de
personas inocentes o dañando la propiedad (pública o privada), en el marco de una reunión; es

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decir, el autor dirige dicha conducción de desvalor, aprovechando el enjambre de vandalismo que
se manifiesta con la violencia que perpetra los miembros de la agrupación.

5.- CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE

En los casos en que el agente utilice indebidamente prendas o símbolos distintivos de las
Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional del Perú, la pena privativa de libertad será no
menor de ocho ni mayor de diez años.

Se presenta una mayor ofensa de disvalor cuando el autor perpetra el injusto de Disturbios,
portando prendas o símbolos distintivos de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional; en tales
circunstancias se atenta contra el decoro; el buen nombre y el prestigio de las instituciones
castrenses y policiales, tomando en cuenta que personas inescrupulosas, al hacer uso de dichas
investiduras, propician también un marco de confusión en la ciudadanía, pues pueden verse
engañados de que dichos sujetos pertenecen a las instituciones tutelares de la Defensa Nacional
y el Orden Público.

Los símbolos, insignias e indumentaria de las instituciones castrenses, deben ser reales, a
efectos de que puedan generar cierta percepción hacia la ciudadanía, una apariencia que es
aprovechada por dichos agentes para facilitar el emprendimiento criminal.

6.- PENALIDAD

El sujeto activo del presente injusto penal será merecedor de una pena privativa de libertad en su
modalidad atenuada no menor de tres ni mayor de seis ni mayor de 8 años.

En su modalidad agravada la pena privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de 10


años.

 APOLOGÍA

Art. 316º.- “El que públicamente hace la apología de un delito o de la persona que haya
sido condenada como su autor o participe, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de uno ni mayor de cuatro años.

1. Si la apología de hace de delito previsto en los artículos 152º al 153º- A, 200º, 273º al
279º- D, 296º al 298º, 315, 317, 318- A, 325º al 333º, 346º al 350º o en la Ley Nº 27765,
Ley Penal contra el Lavado de Activos o de la persona que haya sido condenada como
su autor o participe, la pena será no menor de cuatro ni mayor de seis años, doscientos

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cincuenta días multa, e inhabilitación conforme a los incisos 2, 4 y 8 del artículo 36 del
Código Penal.
2. Si la apología de hace de delito de terrorismo o de la persona que haya sido condenada
como su autor o participe, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años. Si se
realiza a través de medios de comunicación social o mediante el uso de tecnologías
de la información y comunicación, como Internet u otros análogos, la pena será no
menor de ocho ni mayor de quince años, imponiéndose trescientos sesenta días multa
e inhabilitación conforme a los incisos 2, 4 y 8 del artículo 36 del Código Penal.

1.- A MODO DE INTRODUCCIÓN

La transformación del Estado liberal al Estado Social ha supuesto el entroncamiento de las


libertades fundamentales, como los valores consagrados en la cúspide constitucional, cuya
manifestación más importante ha de verse en la denominada “Libertad de Expresión”, que
consiste en la libertad de todo ciudadano de pronunciarse sobre cualquier tema político, social,
económico, cultural.

La idea de un Estado de Derecho, parte del respeto por la diversidad ideológica, cultural, política,
religiosa, en el sentido de que la opción a tomar por el individuo no puede desencadenar ningún
tipo de persecución, amordazamiento, censura, deportación o cualquier tipo de amenaza contra
dichas libertades, la legitimidad de la coacción estatal tiene que ver con concretos estados de
desvalor, que en principio no pueden ser generados por la mera profesión d una idea u opinión.
La constitución Política consagra el derecho de las libertades públicas en su artículo 2º inciso 4.

Un individuo solo puede ser sancionado punitivamente, si es que con su obrar ha puesto en
peligro las bases mínimas de una convivencia social pacifica, conforme el artículo IV del Titulo
Preliminar del CP.

Entonces si hemos convenido que las ideas, los pensamientos, así como las posturas políticas
no pueden ingresar al ámbito de punición, nos preguntamos inmediatamente lo siguiente ¿Cómo
es que en un régimen de libertades, puede ser penalizada la “Apología a delinquir”? respuesta
nada fácil de elaborar, considerando la tensión que se produce entre el bien jurídico que tutela el
artículo 316º del CP, con el derecho que se vería mermado (“libertad de expresión”) con la puesta
en escena de la presente penalización.

Vemos que apología como tal revela una connotación ideológica, que se conduce a la alabanza,
a enarbolar las banderas de aquellos grupos sociales agitadores, de aquellas organizaciones que
han hecho de la violencia su modus operando, aniquilando las bases de cualquier sistema
político, destruyendo las formas como se conduce la discusión política e ideológica. Nos referimos
a las organizaciones subversivas y/o terroristas que tienen por cometido el desmantelamiento del
sistema jurídico estatal, implantando constitucionalmente a través de las armas, colocando en un

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estado de pánico y zozobra permanente a la población, a partir de los atentados terroristas que
cometen en un territorio nacional, no dudando en cegar vidas de seres inocentes e indefensos,
que nada tienen que ver en sus supuestos reivindicaciones sociales y políticas.

2.- CONCEPTO DE APOLOGÍA

Por “Apología” debemos entender aquel acto, en virtud del cual una persona alaba y/o enarbola
un determinado hecho, mediante la palabra hablada, la escritura o un discurso apologético, que
de ser decepcionado por una cantidad indeterminada de individuos.

El delito de apología tiene como razón de ser el sancionar a quien promueva de forma pública e
inequívoca la realización de conductas sancionadas penalmente.

A nuestro entender, la Apología, para ser constitutiva de delito, requiere más que una alabanza
a la comisión de un hecho punible determinado, pues es indispensable que manifiesta una
incitación a delinquir, una provocación a que otras personas sean convencidas a cometer
determinados delitos, para tal efecto, esta debe llegar a una serie de destinatarios, debe ser en
todo caso público, suponiendo que el mensaje sea transmitido, difundido por un medio de
comunicación social, a su vez debe ser directa, que se orienta a transmitir un mensaje provocador
de la violencia terrorista. Por ejemplo, no tendrá dicho efecto cuando el contenido es confuso,
ambiguo, donde lo que expresa su autor es más que una postura ideológica.

3.- DIFERENCIA DE LA APOLOGÍA CON LA INSTIGACIÓN

Como es sabido, nuestro texto punitivo, regula en su artículo 24° La denominada “instigación”.
En virtud de la cual una persona llamada instigador, determina a otra a delinquir. Esta última
denominada instigado, siendo esta ultima la que lleva adelante el plan criminal, ejecutando la
acción típica que da lugar a la lesión y/o la puesta en peligro del bien jurídico tutelado – por la
norma penal -. No se trata del mero consejo, recomendación u opinión, sino de una privación
directa a delinquir, generando el dolo en el autor inmediato, donde es el instigado quien detenta
el dominio funcional del hecho.

Determina a otro a cometer el delito el que lo influye psíquicamente persuadiéndolo a que lo


cometa o reforzándolo en la idea de cometerlo ya posee, cuando no ha decidido por si mismo

Por lo dicho, la instigación sería una incitación a delinquir, por lo que se diría que la apología sería
una especie de incitación directa cuya represión que se convierta en una incitación directa, es
decir, cuando se convierta en una provocación.

La apología solo será delictiva como forma de provocación y si por su naturaleza y circunstancia
constituye una incitación directa a cometer el delito, la incitación debe referirse concretamente al
delito responderá a título de instigador

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El TC, en el fundamento 88 de la sentencia tantas veces mencionadas, señalo lo siguiente: la
aplicación de este artículo 316° del código penal ha de realizarse tomando en consideración los
criterios de merecimiento de pena en función de la gravedad de hecho. De ahí que no cualquier
expresión de opinión favorable sobre una acto terrorista, o su autor, constituya delito; sino que
deben respetarse ciertos límites. Estos son:

a) Que la exaltación se refiera a un acto terrorista ya realizado


b) Que cuando la apología se refiera a la persona que haya cometido el delito, esta debe
tener la condición de condenada por sentencia firme;
c) Que el medio utilizado por el apologista sea capaz de lograra la publicidad exigida por el
tipo ´penal, es decir que debe tratarse de una vía idónea para propalar el elogio a un
número indeterminado de personas,
d) Que la exaltación afecte las reglas democráticas de pluralidad, tolerancia y búsqueda de
consenso

4.- CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE

1. Si la apología se hace de delito previsto en los artículos 152 al 153-A, 200, 273, al 279-
D, 296 AL 298, 315. 317, 318-A, 325 al 333; 346 al 350 o en la ley N° 277765, ley penal
contra el lavado de activos o de la persona que haya sido condenada como su autor o
participe

Como sostuvimos líneas atrás, el legislador se inclino por norma una apología ”genérica”
aplicable a toda clase de delito, que a nuestro entender colisiona con los fundamentos
democráticos del DERECHO PENAL; de modo que pueda darse una provocación ilícita,
insolvencia punible, pánico financiero , fraude de divisas, chantaje, omisión a la asistencia
alimenticia , daños, usura , etc. toda una amplitud de la admisión del discurso apologético, cuyos
reparos no solo son de ordenes dogmaticos , sino también de naturaleza criminológica.

Ahora bien, el legislador- fiel a su estilo, ha propuesto normatividad, la agravación de la sanción


punitiva, cuando en la retorica apologética se dirige a incitar a la comisión de los siguientes
delitos: secuestro, trata de personas, extorsión, de peligro común, tráfico ilícito de drogas,
disturbios, tráfico ilegal de órganos y tejidos, seguridad nacional y tradición a la patria, poderes
del estado y el orden constitucional así como el lavado de activos.

Según lo anotado el criterio fundamentado del injusto agravado seria la prevalencia y/o la
preponderancia (jerarquía) del bien jurídico protegido según la compaginación de valores-
consagrados constitucionalmente-mas vemos que los delitos que atentan contra la vida humana
(homicidio y sus derivados) no están incluidos en el listado, así tampoco los delitos de lesa
humanidad; se supone que la vida humana, la pervivencia de la raza humana, son los intereses
jurídicos más importantes en una comunidad social, no obstante, parece que para el legislador,

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el patrimonio y la libertad persona cuentan con mayor valor. Este es el problema que se suscita,
cuando el parlamento pretende abarcar el mayor número de supuestos, dejando de lados otros,
que revelen una mayor justificación penalizadora.

El delito de apología debió haberse reservado de lege lata a los delitos de terrorismo

Se dice en el precepto in examine, que la apología también puede tomar lugar cuando se dirige
hacia una persona que haya sido condenado como autor y/o participe de ellos ,delitos
comprendidos en la norma

Si hemos afirmado que la provocación requiere que una incitación directa e inequívoca hacia
determinado hecho o persona , dicha firmeza ha de basarse solo en una resolución jurisdiccional
que haya adquirido la calidad de cosa juzgada (consentida y/o ejecutoriedad), así aun no
estamos en dicho nivel, se trata de un estado de incertidumbre , pues el condenado (primera
instancia), tiene la posibilidad de impugnar la sentencia de condena y así, poder mejorar su
situación jurídica, inclusive puede ser absuelto en segunda instancia , sea por un recurso de
nulidad o de apelación C DE PP, como también puede suceder con el nuevo CPP , entonces ,
como se podría hablar de una alabanza a un hecho delictivo , cuando sobre el supuesto no ha
recaído una resolución jurisdiccional de condena inalterable en sus efectos
La ejecución de la sentencia es entonces aquella fase donde se ejecutan los términos de la
misma-aquellos que ameritan titulo ejecutivo-efectos que per se recaen directamente sobre los
bienes jurídicos del condenado, referidos a la punibilidad y a los costes de la reparación civil post
delito

Luego, nos dice el precepto que el agente, a quien refiere la retorica apologética, puede ser un
autor y/o participe. La calidad de autor, desde una visión restrictiva, no solo comprenden al autor
inmediato, sino que la visión extensiva contenida en el artículo 23° del CP , determina su
aplicación al co-autor y al mediato, en base al co –dominio funcional del hecho y el dominio de la
voluntad que ejerce el hombre de atrás sobre el hombre de adelante
“participes”, según el principio de acesoriedad en la participación del injusto penal, hace alusión
a todos aquellos que sin contar con el dominio funcional del hecho, aportan una contribución
importante, a efecto de que el autor, pueda perpetrar el hecho punible (cómplice), o, quien sin
tener el dominio del curso del evento típico , determina al autor inmediato a que lesiona y/o ponga
en peligro un bien jurídico (instigador)

2. Si la apología se hace deleito de terrorismo o de la persona que haya siso condenada


como su autor o participe, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años. Si se
realiza a través de medios de comunicación social o mediante el uso de tecnologías
de la información y comunicaciones , como internet u otros análogos , la pena será no
menor de ocho años ni mayor de quince años; imponiéndose trescientos sesenta días
multas e inhabilitación conforme a los incisos 2, 4 y 8 del artículo 36 del código penal.

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Un delito tan controversial como la apología ha de aplicarse sobre todo, en crímenes como
“terrorismo” donde las acciones violentas que se comete a través del aparato criminal, vienen
infundidas con cierto matiz ideológico - político, donde el acoplamiento de un pluralidad de
personas, permite a estas organizaciones, asegurar con una gran probabilidad el éxito de sus
acciones delictivas, dependiendo del grado de automatismo con que se ha estructurado su marco
operativo, a su vez, la visión pluri-ofensiva que se manifiesta en estos injustos (DL N° 25475),
pospone una política criminal basada en un significativo adelantamiento de las barreras de
intervención punitiva, a su vez, en merito a los viene s jurídicos puesto a en tutela por la norma
legal
El estado formula una política criminal particular para hacer frente a la criminalidad subversiva,
de manera que en el derecho comparado se tipifica la figura delictiva e la apología para los casos
de terrorismo.
Se sostuvo que la retorica apologética puede tomar lugar por una serie de medios, lo importante
es que sean idóneos para poder transmitir el mensaje de pluralidad de personas (discurso en una
plaza publica, el reparto de un escrito); si es que la comunicación es conocida por un escaso
número de individuos, no se configura el delito de apología.

Se dice en el proceso in comento, que la agravación ha de tomar lugar, cuando se dirige hacia
“un delito de terrorismo o personas que haya sido condenado como autor y/o participé de
terrorismo”

La alabanza debe dirigirse a un acto (hecho) que haya sido calificado como un delito de
terrorismo; un hecho que, de forma indubitable, revele dicha condición jurídico-penal, que solo
puede configurar por intermedio de una resolución jurisdiccional firme y/o consentida. No se
puede elogiar un acto que aún no ha sido definido como tal, máxime si puede presentarse un
mecanismo procesal que desvirtué dicho carácter. No obstante, debe decirse que sentencia
absolutoria, que indique la no responsabilidad del acusado (inocencia), no necesariamente da
cuenta de la no comisión del hecho punible, pues una cuestión distinta, es que los medios de
prueba sean eficaces para demostrar la culpabilidad del imputado
En lo que respecta a la segunda opción, nos remitimos a todo lo dicho en el apartado anterior.

 ASOCIACIÓN ILÍCITA

Art. 317.- “el que constituya, promueva o integre una organización de dos o más personas
destinadas a cometer delitos será reprimido por el solo hecho de ser miembro de la misma,
con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años. La pena será no
menor de ocho, ni mayor de quince años, de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco
días-multas e inhabilitación conforme a los incisos 1), 2) y 4) del artículo 36, imponiéndose
además, de ser el caso, las consecuencias accesorias previstos en los incisos 2 y 4 del

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artículo 105, debiéndose dictar las medidas cautelares que correspondan, en los
siguientes casos:

a. Cuando la organización esté destinada a cometer los delitos previstos en los artículos
106, 108, 108-C, 108-D, 116, 152,153, 162, 183-A, 186, 188, 189, 195, 200, 202, 204, 207-
B, 207-C, 222, 252, 253, 254, 279, 279-A, 279-B, 279 –C, 279-D, 294-A, 294-B, 307-A, 307-
B,307-C,307-D,307-D, 307-E, 310- A, 310-B, 310-C, 317-A, 319, 320, 321, 324, 382, 383,
384, 387, 393, 393-A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400, 401, 427 primer párrafo y
en la Sección II del Capítulo III del Título XII del Libro Segundo del Código Penal; en
los artículos 1,2,3,4,5 y 6 del Decreto Legislativo 1106, de lucha eficaz contra el lavado
de activos y otros actos relacionados a la minería ilegal y crimen organizado y en la
ley 28008, Ley de los Delitos Aduaneros, y sus respectivas normas modificatorias.
b. Cuando el integrante fuera el líder, jefe o dirigente de la organización.
c. Cuando el agente es quién financia la organización.

1.- CONCEPTOS GENERALES

La imputación jurídico-penal tiene que ver con la atribución personal de un injusto penal, a quien
con su obrar antijurídico, ha provocado un estado de lesión y/o de peligro para un bien jurídico
tutelado por el Derecho penal, es decir, para declarar a un sujeto como responsable de un delito,
se debe verificar que el resultado de disvalor obedece a una conducta que fue realizada por el
agente o por su inacción (omisión), en tanto no quede duda alguna que el resultado perjudicial se
haya producido como consecuencia de la acción generada por su autor.

Sin embargo, no siempre el delito es obra de una solo persona, en un mundo regido por seres
humanos imperfectos, ocurre también que los individuos se agrupan, se asocian no solo para
obtener objetivos lícitos, sino para cometer hechos delictivos.

La nueva descripción criminológica desborda un plano estrictamente personal de la imputación


penal, para ingresar a un contexto donde aparecen en escena las denominadas “Organizaciones
delictivas”, la “Criminalidad Organizada”, que pone en aprieto la política criminal del Estado,
representada por las instituciones tradicionales y convencionales, que se articulan para hacer
frente al crimen.

Las amenazas a la sociedad y a los Estados, en cuanto a la seguridad y paz jurídica, provienen
de estas asociaciones delictivas, al comprometer en su accionar la incolumidad de los bienes
jurídicos más importantes; ya no se habla de la banda delictiva, sino del “Crimen Organizado”.

2.- EL DELITO DE ASOCIACIÓN ILÍCITA COMO UNA FIGURA PENAL AUTONOMA Y/O
SUBSIDIARIA Y LA TECNICA DE TIPIFICACIÓN

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Una figura delictiva como la “Asociación Ilícita”, es incluida en el catalogo punitivo, en merito a
fines estrictamente de política criminal, de reglar un instrumento sustantivo idóneo para combatir
el Crimen Organizado; que aunque no se admita expresamente, constituye una respuesta estatal
a la ineficacia del sistema legal para perseguir y sancionar penalmente, a quienes integran mafias,
carteles u otro tipo de expresiones criminales, que amenazan la tranquilidad, la seguridad
ciudadana, con ello las bases coexistenciales de cualquier sociedad.

Estamos ante una construcción típica que, de forma singular y particular, penaliza la sola
pertenencia de un individuo a una organización delictiva, sin que sea necesario acreditar su
participación en un hecho punible de forma específica; por tales motivos, es claro que la intención
del legislador fue de dotar de plena autonomía tipificante a la figura de la organización a delinquir,
pudiendo ingresar en concurso delictivo con otros injustos penales, a nuestro entender, un
concurso ideal de delitos, considerando a la figura del articulo 317º, como un delito permanente,
cuya vigencia en rigor se inicia cuando la organización es constituida y cesa en sus efectos
antijurídicos cuando esta se disuelve, por lo que los otros delitos que se cometen, toman lugar en
el estadio mismo del delito de Organización delictiva, por lo que no se puede decir que exista una
pluralidad de acciones, que configuran un Concurso Real de delitos en sentido naturalistico
pueden existir, mas no en un plano normativo.

La constitucionalidad de este tipo legal, si bien puede generar cierta controversia, puede
fácilmente salvarse si es que los órganos que administrar justicia, interpretan con suficiente rigor
dogmatico la conducta que haya de cobijarse bajo los alcances normativos del artículo 317º del
CP. De que la sola pertenencia a la organización no sea suficiente para sostener la imputación
delictiva, sino que el agente haya acordado con el resto de los miembros, cometer una pluralidad
de delitos y, a la par, de que se cuente con los elementos mínimos para configurar una
organización delictiva, si no es así, meros conciertos criminales, que toman lugar de forma aislada
y pasajera, serán reputados como Organización a delinquir, en franca contravención al principio
de legalidad y a los principios de proporcionalidad y de culpabilidad. Debemos entender que esta
figura delictiva debe resultar una atentado contra la “Tranquilidad Pública”, por ende no puede
tratar de cualquier manifestación criminológica, donde aparecen una pluralidad de personas como
protagonistas.

3.- BIEN JURÍDICO

Constituye una labor de hermenéutica jurídica precisar con claridad el bien jurídico protegido, no
solo como valoración dogmatica, sino también de política criminal, determinar con precisión el
interés jurídico en todo listado delictivo, importa una tarea de primer orden, a efectos de definir
los contornos de la conducta provista de relevancia jurídico – penal. Máxime, si estamos ante
conductas delictivas muy alejadas a la visión material que proporcionan la dimensión de lesividad,
como criterio que reviste de sustantividad material al injusto penal; haciendo referencia a

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 15


conductas que llegan a un nivel preparatorio, de simple actividad, caracterizando a una propuesta
de técnica legislativa ligada a la construcción normativa de bienes jurídicos supra individuales.
Como lo declaramos, al inicio del presente apartado de la criminalidad, la presente titulación
tiende a proteger la denominada “Tranquilidad Pública”, que puede ser definido como aquel
estado de convivencia social pacífica, donde los comunitarios pueden desarrollar sus actividades
en un contexto de normal desarrollo, sin perturbaciones externas que, por su efectiva
potencialidad, generan un clima de pánico y/o alarma colectiva, producto de eventos, que por su
gravedad merecen ser penalizados de manera independiente al margen del resto de figuras
delictivas que pueden presentarse, cuando se conforman organizaciones delictivas, con el
objetivo de cometer una variedad de delitos.

Se hace alusión a un bien jurídico de naturaleza colectiva cuya trascendencia valorativa, si bien
tiene vinculación con los intereses jurídicos personales, adquiere plena autonomía, en merito a
su legitimación, según el marco ius-constitucional asentado sobre la obligación del Estado, de
asegurar una coexistencia social pacifica, por tales motivos, si tiene existencia real, si bien es
normativa, no es menos cierto que cuenta con plena legitimación desde una posición sistémica.

Hablamos de un interés jurídico desprovisto de la entidad material que caracteriza a otros bines
jurídicos de naturaleza inmaterial, cuyos matices han de responder a una orientación espiritual y,
a su vez, de percepción cognitiva por parte de los comunitarios, pues la Tranquilidad Pública
constituye una factor estimativo, perceptivo, que se manifiesta en procesos sensitivos. De orden
colectivo.

4.- PRESUPUESTOS DE CONFIGURACIÓN TÍPICA

Resulta importante, analizar cada uno de los elementos configuradores del presente injusto, en
la medida que la presencia y/o ausencia de algunos de ellos, incide en el plano de tipicidad penal,
a su vez, la mejor forma de advertir las distinciones con las bandas y otras concertaciones
criminales, con ello someter el examen al principio de legalidad.

a) Organización delictiva y número mínimo de integrantes


Una particularidad esencial en esta clase de fenomenologías criminales, constituye el cuerpo
delictivo, es decir, debemos adentrarnos a un plano que desborda la imputación tradicional
de los delitos, según el esquema personal e inclusive de los conciertos delictivos
tradicionales, acá no estamos hablando de una pluralidad de personas, que se agrupan de
forma ocasional, para cometer un determinado delito, sino de una conjunción de individuos,
que de forma organizada se agrupan, que de forma organizada se agrupan para facilitar la
perpetración de una serie de injustos.

Nuestra ley penal se inclinó por la cantidad de “dos o más personas”, un número que debe
ser suficiente para poder garantizar la operatividad de la organización, en todo caso deben

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 16


ser personas aptas y/o en condiciones suficientes, para poder perpetrar los planes criminales.
En tal entendido, dos personas son en nuestra opinión, insuficiente para que pueda operar
una organización delictiva.

Las personas que integran la organización deben actuar, eso si, con dolo, elemento
subjetivo que ha de ser acreditado con el acuerdo a delinquir, el “concierto de
voluntades” importa un dato fundamental a saber, pues si uno de sus integrantes
actúa sin saber que está inmerso en este tipo de agrupaciones, no se daría la tipicidad
in examine.

La calidad del sujeto, implica su capacidad decisoria, de conducirse conforme a sentido, de


ser portador de ciertas características, que permitan señalar que el injusto es una obra suya,
conforme el juicio de atribuilidad delictiva, por ende, ante sujetos plenamente incapaces
(inimputables, enajenados mentales) no cabe afirmar la vigencia de la organización, sin
embargo, una causal de exoneración de responsabilidad penal, como una autoría mediata
por coacciona si como el miembro adolescente, no determina la exclusión tipificadora.

b) Acuerdo a delinquir
La agrupación de personas, el colectivo de los individuos, no solo ha de verse vinculado y/o
relacionado, mediando actos, que objetivamente puedan revelar la existencia de una
organización delictiva. Sino que debe verificarse el denominado “Concierto Criminal”, que en
todos sus miembros haya existido un consenso sobre los fines que se asienta la estructura
criminal: la perpetración de una serie de delitos.

No puede admitirse un Acuerdo criminal, en los términos contenidos en el artículo 317º del
CP, cuando un individuo participa en un solo evento, prestando una determinada
colaboración al grupo para logar el éxito del plan criminal; sin defecto, que pueda responder
a titulo de co-autor por el delito en particular. La permanencia es un ingrediente indispensable
para dar por acreditada la pertenencia a la organización.

c) La permanencia
La “Asociación Ilícita” no es una asociación cualquiera de personas en concierto para
delinquir, en el sentido de que un aparato criminal, importa no solo un colectivo de personas,
predispuestos a delinquir, sino que ha de sumarse también el factor “tiempo”, de que la
vigencia de la organización haya de tomar lugar por un intervalo de tiempo significativo.

Dicho factor temporal no debe ser confundido, con aquellas reuniones esporádicas y/o
eventuales de los miembros de una banda, que de vez en cuando se agrupan para cometer
ciertos delitos (robo, secuestro, etc.); la ocasionalidad no encaja con la estructura de estas
organizaciones. No se puede hablar de un verdadero engranaje de personas, si es que no
se cuenta con un cuerpo permanente, dirigido a la consecución de ciertos fines; dicha

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 17


permanencia permite que el automatismo de la organización funcione a cabalidad y, que las
órdenes que emitan los miembros de la cúpula sean cumplidas por los órganos ejecutores
(verticalidad).

El carácter “permanente” de la organización consolida la idea de la voluntad a delinquir y la


adherencia al grupo, en tanto los miembros se afilian en la organización para obtener un
rendimiento y eficacia, en los fines en que se funda la misma. No podemos estar ante dicha
circunstancia, cuando los miembros se juntan para perfeccionar un determinado delito, luego
de ello, se quiebra la estructura criminal, situación que seria resuelto con la formula de Co-
delincuencia.

d) Organización instituida para cometer “delitos”


La figura supone por si, el manifiesto de una singular y especial político criminal, al propiciar
el adelantamiento de las barraras de intervención punitiva, a estadios muy apartados del
concepto de lesividad, al haberse confeccionando la construcción típica sobre la imagen de
los denominados actos preparatorios. Actos que manifiestan el acuerdo concertado a
delinquir. Es decir, las personas que se agrupan bajo el matiz de la organización, lo hacen
con la finalidad de perpetrar hechos punibles, pudiéndose haber organizado bajo una
estructura societaria, que les sirve de fachada legal, para encubrir los delitos que pretenden
acometer.

Señalamos que uno de los requisitos para la configuración del tipo penal contenido en el
articulo 317º del CP, es la permanencia y estabilidad de la organización, que se expresa en
la inequívoca voluntad del grupo de cometer delitos, de forma que este concierto delictivo ha
de regir el destino de la agrupación, sin necesidad de que haya de verificarse, en casos
concretos, la perpetración de algún hecho punible.

En cuanto a las clases de delitos, puede ser cualquier tipo de injusto personal, para el
legislador, la organización conformada para cometer los hechos punibles descritos en el
segundo párrafo del artículo 317º, dan lugar a una “circunstancia agravante”.

La Ley Penal hace alusión a delito, cuya definición con propiedad implica la acción u omisión
típica penalmente antijurídica, debemos dejar a un lado el reproche de carácter individual
que recae sobre el sujeto infractor (culpabilidad); en nuestra estimación se requiere verificar
únicamente el injusto penal, la lesividad y/o puesta en peligro de un bien jurídico y su evidente
anti-normatividad, al no concurrir un precepto autoritativo. De modo que no se configura la
Organización, si es que el acuerdo fue con la finalidad de cometer actos penalmente
justificados, aquella liga de asociados que tienen a operar en defensa de los derechos
fundamentales.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 18


Por lo demás, la pluralidad delictiva ha de ser entendida en el sentido de una organización
encaminada a cometer una variedad de tipologías penales, no dudamos en negar la
condición de Organización, cuando el colectivo se dedica a cometer una solo delito, aun
cuando tome lugar de forma reiterativa.

e) La Cosa Juzgada y el delito de Asociac ión Ilícita


Un aspecto muy controversial es lo concerniente a la posible aplicación plural del tipo penal
contenido en el artículo 317º del CP, a una o varias personas, problemática que aparece en
la praxis jurisprudencial, a instancias de la Organización Delictiva que opero en nuestro país,
en la década de los noventa, donde el crimen como organización apareció en toda su
expresión fáctica, habiéndose constituido un aparato criminal de gran envergadura, antes
inimaginables, al haber copado toda la espera publica, contando como miembros a un
presidente de la República, a Generales, a Ministros de Estado, funcionarios públicos de alto
nivel. Aspecto que incidió en la promoción de múltiples persecuciones penales, por parte de
las agencias estatales predispuestas, variadas causas penales, teniendo como protagonistas
principales (imputados) a casi las mismas personas, pues al detectarse su participación en
diversos hechos delictivos, importaba su procesamiento por separado. Así, es el caso del ex-
asesor presidencial, a quien se le juzga aun por su participación en muchos delitos de
Organización a Delinquir.

Dicho lo anterior, debemos fijar las condiciones para que pueda observarse, la admisión de
un Concurso Real por el delito de Organización a delinquir, previo a ello, debemos remitirnos
nuevamente a los presupuestos que han de concurrir para que se verifique el tipo penal
contemplado en el articulo 317º del CP, no solo la existencia de una pluralidad de personas
(dos o más), que el aparato criminal sea constituida o se encubra en los velos de una
empresa, para cometer una diversidad de hechos punibles y la permanencia y estabilidad,
sobre todo, la estructura organizacional, no se puede reputar como Organización delictiva,
aquel conjunto de personas que se encuentren desprovistos de un determinado engranaje,
que permita asegurar el éxito de los planes criminales y, para ello, necesitamos de un cuadro
jerárquico, no puede haber un funcionamiento optimo, si es que no se cuenta con un poder
de mando que haya de imponer subordinación hacia los órganos ejecutores. La verticalidad
es un presupuesto indispensable en toda estructura criminal que pretenda ser organizado,
pues si lo que rige es una relación horizontal entre sus miembros, habríamos de calificar
dicho accionar como un típico caso de co-autoría; máxime, si distinguimos con propiedad lo
es que una asociación con una organización.

 ART. 317-A.- MARCAJE O REGLAJE

1. ANTECEDENTES
Obedeciendo a un proceso bajo la tendencia político-criminal de neocriminalización, mediante la
Ley Nº 29859, publicada el 03 de mayo de 2012, se ha incorporado el Art. 317°-A que contempla

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 19


el “delito de marcaje o reglaje”. Ya desde hace mucho tiempo el derecho penal ha dejado de
adoptar una visión mono-conductual de los tipos penales. Por el contrario, se ha observado en
muchos casos, delitos que sirven de medio para la comisión de otros delitos, como por ejemplo,
el delito de homicidio calificado o asesinato (Art. 108°, Inc. 2) que señala: “Para facilitar u ocultar
otro delito”. Así, encontramos que los antecedentes más próximos de la criminalización del delito
de reglaje o marcaje, que en la mayoría de casos hacen referencia directa a actos de suministro
de información o de facilitación de medios para la comisión de ciertos delitos, se encuentran en
la Ley N° 28760, publicada el 14 de junio de 2006, que incorporó al delito de secuestro (Art. 152°,
3er p), la siguiente fórmula: “La misma pena se aplicará al que con la finalidad de contribuir a la
comisión del delito de (...), suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de
sus funciones, cargo u oficio, o proporciona deliberadamente los medios para la perpetración del
delito”. Casi un año más tarde, el D.L. N° 982, publicado el 22 de julio de 2007, reproduciendo
íntegramente dicho texto legal, lo acopló a la estructura típica del delito de extorsión (Art. 200°,
2do p.), siendo que los criterios de dicha voluntad político-criminal fueron adecuadamente
plasmados en su Exposición de Motivos

2. NATURALEZA JURÍDICA
No cabe duda que las modalidades del nuevo delito de marcaje constituyen actos preparatorios
criminalizados autónomamente, pues si bien es cierto, al ser éstos actos equívocos o ineficaces
para obtener por sí mismos la consumación delictiva, si tienen el sentido de estar claramente
dirigidos a una finalidad delictiva, y podrían sancionarse en casos excepcionales en los que se
cuestiona abiertamente la vigencia de la norma2, como en el supuesto del Art. 317°-A. Pero en
este ámbito cabe preguntarnos si el delito de marcaje o reglaje constituye, en sus bases
estructurales más profundas, una forma de conspiración para delinquir. Previamente, resulta
trascendental abordar un comentario acerca de la “Memoria del Ministerio de Justicia prusiano”
del año 1933, que trató desde un punto de vista sistemático y de concepción la renovación
jurídico-penal nacionalsocialista que se proyectaba plasmar en un futuro Código Penal. En ella,
se propuso optimizar la protección de bienes jurídicos mediante la creación de “tipos penales de
peligro”. Se trató de evolucionar el hasta ahora Derecho Penal de lesión (en un Derecho Penal
del peligro, tomando como punto de referencia ya el comportamiento peligroso del autor. A la vez,
se trataba de un Derecho Penal de la voluntad, en cuanto el objeto central de reproche es la
puesta en marcha de la voluntad criminal del autor, el peligro de producción del resultado y no el
resultado “ocasionalmente” producido; y de un “Derecho Penal de la intención”, en cuanto atiende
a la intención para la imposición de la penal. Ahora bien, la conspiración obedece a una doble
naturaleza jurídico penal: i) para algunos sistemas jurídicos es una institución de la Parte General
, equivalente a una “coautoría anticipada”, y ii) en otros sistemas legales consiste en un delito
autónomo en la parte especial , equivalente a un tipo penal que criminaliza actos preparatorios,
es decir, un “delito de preparación”, tal como se encuentra en algunos casos en nuestro Código
Penal. Partir por hacer esta distinción resulta medular y crucial a la hora de analizar la fuente
legal y doctrinaria que estudie la conspiración.

3. TIPICIDAD OBJETIVA

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 20


3.1. Sujeto Activo

Es indudable que el delito de marcaje o reglaje posee los rasgos característicos del “Derecho
penal del enemigo” , porque en su estructura uno puede advertir tres particularidades concretas:

a) flexibilización de las garantías; b) incremento de las penas o gravedad en la medida; y c)


adelantamiento de la barrera de punibilidad. Siendo importante resaltar que ya la doctrina
nacional ha venido en los últimos años asimilando el análisis del Derecho penal del enemigo
respecto de nuestra normatividad penal.

Este ilícito penal puede ser cometido por cualquier persona, por lo que al no requerirse ninguna
cualidad especial al agente podemos sostener que es un “delito común”. Asimismo, es en mi
opinión, no es un tipo penal plurisubjetivo porque no requiere la corroboración de una pluralidad
de agentes, por consiguiente, el autor puede ser detenido, procesado y sancionado
individualmente, sin que tampoco sea necesario verificar su pertenencia o conexión a una
organización criminal o banda.

3.2. Conducta Típica

Existen puntualmente cuatro conductas típicas que podría desarrollar el agente: 1) “realizar actos
de acopio de información”, 2) “realizar actos de vigilancia de personas”, 3) “realizar actos de
seguimiento de personas”, y 4) “mantener en su poder armas, vehículos, teléfonos u otros
instrumentos para facilitar los delitos-fin”.

3.2.1. Actos de acopio de información

Por “actos de acopio” se han de entender aquellas acciones en las que el agente va a “acumular”,
“almacenar”, o “recolectar” información de las posibles víctimas. Para ello el autor podrá realizar
también los denominados “actos de averiguación”, a través de los cuales indagará por intermedio
de otras personas (terceros) datos relevantes que sirvan para la comisión o facilitación de los
delitos-fin. Así, por ejemplo, puede presentarse el caso que el agente al ser intervenido, se le
haya encontrado en su poder páginas impresas con datos de una potencial víctima, pero que ha
sido “bajada” de una página web con información restringida. Y precisamente, hoy que vivimos el
auge de la cibercriminalidad18 y su intrusión en varios espacios o segmentos de la criminalidad
organizada contemporánea, aparece la figura de los “hackers”, quienes pueden, cual virus
malsano, acceder a bases de datos prácticamente inaccesibles con mucha facilidad, a efectos de
cometer múltiples actos ilícitos. En nuestro ordenamiento, dicha tipología criminal se encuentra
prevista en el Art. 207°- A, el cual señala: “El que utiliza o ingresa indebidamente a una base de
datos, sistema o red de computadoras o cualquier parte de la misma, para (...) acceder o copiar
información en tránsito o contenida en una base de datos, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de dos años o con prestación de servicios comunitarios de cincuenta y dos a
ciento cuatro jornadas”. En efecto, al revisar dicho texto, advertimos la posibilidad, y muy alta por
cierto, de que dicho tipo penal entre en concurso con el delito de reglaje o marcaje. Si bien, es

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 21


evidente que protegen bienes jurídicos distintos, la principal diferencia entre ambos es la intención
o propósito que no aparece en el Art. 207°-A, pero que si lo tiene el Art. 317°-A, esto es, la
finalidad de cometer o facilitar los delitos-fin.

3.2.2 Actos de vigilancia de personas

Los actos de vigilancia están relacionados con una “actividad estática de observación” a víctimas
potenciales. Estos actos de vigilancia los realiza el agente en una posición que le permite
conseguir información acerca de las personas seleccionadas por éste desde un punto fijo, como
por ejemplo, permaneciendo por horas y sin levantar sospechas, en un local público frente al
domicilio, oficina o negocio de la víctima, a efectos de indagar las actividades y horarios que
realiza al interior de dichos lugares. Aquí también estarán comprendidos los actos donde el
agente realice las denominadas “señas ocultas” en las paredes de los domicilios de las posibles
víctimas, con el propósito de clasificar los inmuebles que han de estar seleccionados para ser el
blanco de robos. No podemos dejar de mencionar, que siempre habrá situaciones límite entre
esta conducta (como actos preparatorios de los delitos-fin), y la conducta per se del delito-fin.

3.2.3. Actos de seguimiento de personas

Por el contrario, los actos de seguimiento están vinculados con una “actividad dinámica de
observación” a víctimas potenciales. Aquí, el agente ejecuta dichos actos en un estado de
movimiento. Graficando esta modalidad, tenemos el caso de una persona que sigue a la víctima
potencial en un vehículo con lunas polarizadas, placas de rodaje clonadas o falsas, con una
videocámara para grabarle, etc. Otro caso podría presentarse cuando el agente sigue a pie a su
potencial víctima a efectos de conocer su itinerario habitual, la ruta que sigue desde que sale de
su casa, identificar las personas de su entorno, etc.

3.2.4. Actos de posesión de armas, vehículos, teléfonos u otros instrumentos para facilitar
los delitos-fin

Continuando con el estudio de las conductas típicas del delito de marcaje o reglaje, observamos
que el legislador también ha añadido una modalidad muy particular y que llama poderosamente
la atención: “actos de posesión de armas, vehículos, teléfonos u otros instrumentos para facilitar
los delitos-fin”. A efectos de mantener un orden sistemático y ordenado abordaremos su análisis
en forma individual.

A) Posesión de armas En torno a la “posesión de armas”, ha de adoptarse criterios de valoración


ya consolidados en la doctrina respecto al concepto de armas. Así, la doctrina nacional es
unánime en afirmar que por “arma” se entiende todo instrumento físico que cumple en realidad
una función de ataque o defensa para el que la porta, y que estén en disposición de funcionar
aunque lo hagan en forma defectuosa.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 22


B) Posesión de vehículos Respecto a la posesión de vehículos cabe hacer varias precisiones
en orden de interpretación. Para definir el término “vehículo automotor” podemos acudir al artículo
2 del Decreto Supremo Nº 016-2009-MTC, que define al vehículo automotor como el vehículo de
dos o más ruedas que tiene motor y tracción propia. Por ende, están comprendidos tanto los
automóviles, camiones, camionetas, así como las motocicletas lineales e incluso las conocidas
“trimotos” o “mototaxis”. Igualmente, resulta irrelevante la titularidad de los vehículos, pues
pueden tratarse de vehículos propios, robados, con placas clonadas, vehículos sin registro o
inmatriculados, e incluso “vehículos oficiales”, esto es, vehículos que siendo de propiedad del
Estado (policía nacional, ejército, ministerios, instituciones públicas, etc.), han sido facilitados por
malos funcionarios para la comisión de los delitos-fin.

C) Posesión de teléfonos En este dominio también se deben abordar algunas consideraciones


previas. Por “teléfonos” han de considerarse todos aquellos equipos de comunicación, tanto de
telefonía fija como celular. Del mismo modo, resulta relevante penalmente verificar la titularidad
del mismo, si tiene los accesorios clonados, o se trata de un equipo repotenciado o reensamblado.
Por otro lado, en la praxis resulta posible la aparición de un concurso aparente de leyes con el
segundo y tercer párrafo del Art. 368°-D, incorporado mediante Ley Nº 2986729 (Ley que
incorpora diversos artículos al Código Penal relativos a la Seguridad en los centros de detención
o reclusión), cuyo texto legal es el siguiente: “Si el agente posee, porta, usa o trafica con un
teléfono celular o fijo o cualquiera de sus accesorios que no esté expresamente autorizado, la
pena privativa de libertad será no menor de tres ni mayor de ocho años. (...) Si se demuestra que
del uso de estos aparatos se cometió o intentó cometer un ilícito penal, la pena será no menor de
diez ni mayor de quince años”.

D) Posesión de otros instrumentos Cuando una norma penal hace referencia a una cláusula
de esta naturaleza se debe tener en consideración los alcances del Principio de legalidad penal,
en particular los parámetros de la “lex certa”. Sobre este ámbito ya el Tribunal Constitucional ha
sostenido que el derecho penal admite la posibilidad de existan tipos abiertos que, frente a la
indeterminación, sobre todo de los conceptos valorativos, delegan al juzgador la labor de
complementarios mediante la interpretación, y que el límite de los admisible, desde el punto de
vista constitucional, quedará sobrepasado en aquellos casos en que el tipo legal no contenga el
núcleo fundamental de la materia de prohibición y, por tanto, la complementación ya no sea sólo
cuantitativa, sino eminentemente cualitativa3.

3.3. LOS DELITOS-FIN

El tipo penal de marcaje o reglaje regula este ‘elemento objetivo’ con una fórmula cerrada o
catálogo numerus clausus: “...los delitos tipificados en los artículos 106, 107, 108, 121, 124-A,
152, 153, 170, 171, 172, 173, 173-A, 175, 176, 176-A, 177, 185, 186, 188, 189 o 200 del Código
Penal”. Se requiere hacer una revisión de los 20 delitos que componen la lista, abordándolos en
forma sistemática y en función a los bienes jurídicos protegidos, a efectos de verificar su
coherencia y armonía con el principio de proporcionalidad.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 23


4. TIPICIDAD SUBJETIVA

4.1. Dolo Abona importancia a este análisis la especial naturaleza de su tipicidad subjetiva, dado
que, si bien nos encontramos frente a un delito doloso, la especial condición de sus elementos
esenciales determinan para su configuración típica sólo el “dolo directo”, sin la posibilidad que
sean admisibles los casos de dolo eventual. 4.2. Tendencia interna trascendente Otro factor a
tomar en cuenta en nuestro análisis es su condición de “delito de tendencia interna trascendente”.
Ello se debe a que acompañando al dolo se encuentra una finalidad subjetiva o tendencia interna
perseguida por el autor: “para cometer o facilitar la comisión de los delitos tipificados en los
artículos: (...)”. En otros términos, dentro de la propia configuración delictiva se ha introducido,
ahora como parte de la tipicidad subjetiva, un elemento subjetivo adicional al dolo, es decir, un
elemento de tendencia interna trascendente, de finalidad o de proyección delictiva

5. CONSUMACIÓN

Para la consumación del delito analizado no se requiere de la verificación de ningún resultado,


por lo que sólo se necesita que el agente realice la conducta típica, razón por la cual es un “delito
de mera actividad”. Asimismo, es también un “delito instantáneo”, pues resulta relevante cuánto
tiempo el agente se haya encontrado realizando los actos de acopio de información, de vigilancia
o seguimiento, o mantenido en su poder objetos para la comisión de delitos, basta que los haya
ejecutado por un espacio de tiempo breve, o cuanto menos momentáneamente. Tampoco se
requiere confirmar la materialización de alguno de los “delitos-fin” (artículos 106, 107, 108, 121,
124-A, 152, 153, 170, 171, 172, 173, 173-A, 175, 176, 176-A, 177, 185, 186, 188, 189 o 200 del
Código Penal), siendo irrelevante por tanto que con posterioridad éstos hayan tenido éxito o no.

Adicionalmente, es un “delito de peligro abstracto” por cuanto la norma no señala o consigna


normativamente cuál es el peligro que debe realizar el sujeto activo, sino que existe un
merecimiento de pena por ser la conducta típicamente peligrosa por sí misma.

6. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES

Resumiendo el concepto de las circunstancias modificativas de la responsabilidad penal, el


maestro PRADO SALDARRIAGA señala: “Las circunstancias son factores o indicadores de
carácter objetivo o subjetivo que ayudan a la medición de la intensidad de un delito. Es decir,
posibilitan valorar la mayor o menor desvaloración de la conducta ilícita (antijuridicidad del hecho);
o el mayor o menor grado de reproche que cabe formular al autor de dicha conducta (culpabilidad
del agente). Mediante las circunstancias se puede apreciar, pues, si un delito es más o menos
grave y a partir de ello ponderar el alcance cualitativo y cuantitativo de la pena que debe
imponerse a su autor o partícipe. Por tanto, la función principal de las circunstancias no es otra
que coadyuvar a la graduación o determinación del quantum o extensión de la pena concreta
aplicable al hecho punible cometido”. Ahora bien, el segundo párrafo del artículo en análisis
contiene el siguiente texto, el cual contempla los supuestos de agravación: “Constituye

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 24


circunstancia agravante si el sujeto activo es funcionario o servidor público o mantiene o hubiese
mantenido vínculo laboral con el sujeto pasivo o mantiene o hubiese mantenido con este último
vínculo que lo impulse a depositar en él su confianza o utilice para su realización a un menor de
edad. En estos casos la pena privativa de libertad será no menor de seis ni mayor de diez años”.
A partir de ello, elaboraremos un estudio de las circunstancias agravantes del delito de marcaje
o reglaje, que tienen, casi en su mayoría, como punto nodal común la “condición del agente”.

6.1. Si el sujeto activo es funcionario o servidor público Este supuesto ha sido utilizado por el
legislador en varios tipos penales del Código Penal y leyes especiales, como por ejemplo el delito
de tráfico ilícito de drogas (inciso 1 del Art. 297°) y el delito de lavado de activos (inciso 1 del Art.
4° del D.L. N° 1106). Sin embargo, la fórmula planteada resulta insuficiente para justificar un
quantum punitivo más elevado por el mayor grado de reprochabilidad, pues no sólo debe de
verificarse la condición de funcionario o servidor público en base a los alcances del Art. 425°, sino
que además, se debería corroborar que el agente se prevalió de su posición especial para
cometer el injusto, esto es, debe configurarse un “delito de prevalimento”, es decir, el agente de
un delito toma ventaja de una concreta y especial situación de predominio, confianza, influencia
o autoridad con respecto a la víctima para poder ejecutar con éxito el tipo penal. Para subsanar
dicha deficiencia en la técnica legislativa proponemos de lege ferenda se reemplace dicho texto
por la fórmula “si el agente comete el hecho abusando del ejercicio de la función pública”.

6.2. Si mantiene o hubiese mantenido vínculo laboral con el sujeto pasivo En este supuesto
resulta irrelevante el tipo de vínculo laboral que se tuvo con el sujeto pasivo. No importa si hubo
contrato verbal o por escrito, o si la relación laboral tuvo corta o larga duración, si fue reciente o
se dio hace muchos años. El vínculo laboral puede ser directo o indirecto, es decir, puede realizar
personalmente con la potencial víctima, o con la familia, o incluso con un grupo de personas
donde lo integra la víctima, por ejemplo, la empleada del hogar contratada por la mamá de la
víctima, o el guardia de seguridad de una urbanización donde vive el agraviado.

6.3. Si mantiene o hubiese mantenido con este último vínculo que lo impulse a depositar en él su
confianza Este vínculo debe de ser de una naturaleza tal que impulse a la víctima a depositar su
confianza en aquél. Puede tratarse de una relación maestro y alumno, de vendedor a comprador,
de empresario y proveedor, amigos, vecinos, familiares cercanos o lejanos, repartidores de
diarios u otros productos, etc. En realidad se pueden tomar los mismos criterios dogmáticos
adoptados para el caso del delito de violación sexual de menor (Art. 173°, párrafo in fine): “si el
agente tuviere cualquier posición (...) que le dé particular autoridad sobre la víctima o le impulse
a depositar en él su confianza”.

6.4. Si utiliza para su realización a un menor de edad El sujeto activo puede utilizar un menor de
edad, ya sea por engaño o coacción, o en supuestos donde éstos tengan plena conciencia y
voluntad de realizar los actos de marcaje y reglaje. Sobre el segundo supuesto, debemos precisar
que la “justicia penal de menores” es un tema de amplio de debate en la doctrina, pues tal como
afirma ROXIN, lo correcto es afirmar que se trata de una regulación de la exclusión de la

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 25


responsabilidad que puede basarse bien en que el menor todavía no era normativamente
asequible o bien en que no existe ninguna necesidad preventiva de punición. Ahora bien, aún
cuando no son pasibles de penas ni medidas de seguridad, el Código de Niños y Adolescentes
(CNA) prevé la aplicación de “medidas de protección u otras socioeducativas”, dentro de los
límites dados por el Art. 3.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, ratificada por
el Perú mediante Res. Leg. Nº 25278. En la misma línea, como se sabe, los menores infractores
no pueden ser sometidos a un proceso penal, pues, aunque la exclusión de la responsabilidad se
halla en el terreno del Derecho material, la minoría de edad penal, procesalmente no conduce a
la absolución sino al sobreseimiento (corte de secuela), sin embargo, el CNA les ha previsto un
procedimiento especial donde se determinará su responsabilidad.

DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD

 GENOCIDIO

 GENERALIDADES

El genocidio es el “crimen de los crímenes”. Podría considerarse como el delito más serio de
todos los delitos de lesa humanidad, o el crimen último, la violación más grave de los derechos
del hombre que es posible cometer.

No es casualidad que el artículo 5 del Estatuto de la Corte Penal Internacional, que establece los
crímenes de la competencia de la Corte, considere en su enumeración al genocidio como el
primero de una serie de crímenes graves de trascendencia para la comunidad internacional en
su conjunto.

El delito de genocidio, en su carácter o dimensión internacional, se remonta a la historia, puesla


esencia o naturaleza de los actos que lo definen han sido generalmente reprobados en el ámbito
internacional.

 CONCEPTO

En conformidad a la naturaleza internacional del crimen de genocidio, entendemos por delito o


crimen internacional, toda “conducta que, infringiendo una norma internacional, lesiona opone en
peligro bienes jurídicos pertenecientes al orden jurídico internacional”. En este sentido, “es una
ofensa grave contra las leyes de las naciones, por la cual el perpetrador individual merece ser
castigado”.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 26


Se ha definido genocidio como “una denegación del derecho de existencia de grupos humanos
enteros”, o “acto dirigido contra un grupo humano con la intención de destruirlo o de impedir su
preservación o desarrollo”.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española entiende por genocidio, el “exterminio


o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de religión o de política”.

 ESTRUCTURA PENAL DEL GENOCIDIO

La noción de delito, esto es, toda conducta (acción u omisión) típica, antijurídica y culpable será
el punto de partida de nuestro análisis. Hemos dicho que delito o crimen según el derecho
internacional “es una ofensa grave contra las leyes de las naciones, por la cual el perpetrador
individual merece ser castigado”, es toda “conducta que, infringiendo una norma internacional,
lesiona o pone en peligro bienes jurídicos pertenecientes al orden jurídico internacional”.

En el contexto del estudio del delito de genocidio como crimen de derecho internacional,
denominaremos, para los efectos del análisis de su estructura, concepto “legal” de genocidio a
aquel consagrado en artículo 6° del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 1998,
recogido de la Convención de 1948 y que se encuentra en forma idéntica, en los artículos 4° y
2°del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y Rwanda, de 1993 y 1995,
respectivamente.

El genocidio presenta algunas características esenciales:

- Es un delito o crimen de carácter internacional.


- Que implica la mayor gravedad ya que viola textos internacionales que protegen a la persona
humana;
- Es cometido en tiempos de paz;
- Es un delito común y, por tanto, extraditable;
- Es un delito individual en cuanto a su comisión;
- De competencia de un Tribunal Penal Internacional en forma complementaria a las
jurisdicciones nacionales.

A pesar de la existencia de dicho concepto “legal” de genocidio contenido en los instrumentos de


derecho internacional ya mencionados, es posible advertir que las interpretaciones de su sentido
y alcance siguen siendo varias. A pesar de la existencia de un concepto legal unívoco de
genocidio, este se ve alterado en la elaboración jurisprudencial y doctrinal.

Así, tal como hemos dicho, por genocidio entendemos el “conjunto de actos u omisiones que
causen a los miembros de un grupo nacional, étnico, racial o religioso, la muerte, lesiones
físicas o psíquicas de carácter grave, o los sometan a condiciones de existencia
conducentes a su destrucción física, total o parcial, como asimismo que procuren
impedirlos nacimientos en el seno del grupo o que signifiquen el traslado por fuerza de

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niños del grupo a otro grupo, realizados con la intención específica de destruir, total o
parcialmente dicho grupo como tal”.

Revisaremos los aspectos del delito de genocidio a la luz de la ciencia penal aplicada a esta figura
en particular, y en especial, algunas de las consideraciones más problemáticas en cuanto a
interpretación se refiere.

 BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

Se sostiene que el aspecto más interesante del genocidio desde el punto de vista normativo es
que se trata de un tipo penal que no protege, como a veces se cree, el bien jurídico de la vida.

En palabras de la pensadora alemana Hannah Aréndt, el genocidio constituye el crimen de los


crímenes porque pretende destruir la característica clave de la condición humana, que es la
diversidad.

Se trataría de la existencia de un determinado grupo, nacional, étnico, racial o religioso, como tal.
Por tratarse de un bien jurídico internacional, la intervención del Derecho Internacional para su
protección se produciría cuando lo previsto en las legislaciones nacionales fuese insuficiente.

El crimen de genocidio no se identifica con la idea de una matanza colectiva. Lo protegido en la


figura del genocidio es la existencia del grupo, y la lesión de dicho bien consiste en destrucción
de grupo "como tal".

 TIPICIDAD

El tipo penal puede definirse como la descripción legal de la conducta prohibida u ordenada por
una norma. En cambio, la tipicidad es la cualidad del hecho concreto en cuanto a subsumirse en
la descripción legal. El estudio de la tipicidad implica un proceso de subsunción del complejo real
(hechos) en la descripción abstracta y general del tipo legal.
La subsunción es precisamente la adecuación de la conducta (hecho de la realidad) con la
descripción legal (la descripción abstracta hecha por el legislador).En rigor, no son los delitos los
que se adecuan típicamente, sino las conductas concretas realizadas por los particulares.

 ELEMENTOS TÍPICOS COMUNES A LAS FIGURAS DE GENOCIDIO.

Es posible rescatar algunos elementos comunes a cada una de las figuras de genocidio en cuanto
a su tipicidad, los que pasamos a analizar a continuación.

 ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL TIPO

 Comisión Dolosa

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En cuanto a los elementos subjetivos (mens rea) del tipo de genocidio, en primer lugar debemos
precisar que el Estatuto de la Corte Penal Internacional contempla la existencia de dolo en el
autor como exigencia típica en cada uno de los crímenes de su competencia. Esto es, los
crímenes establecidos en el Estatuto deber ser cometidos con intención y conocimiento.

Señala su artículo 30: “Elemento de intencionalidad” Salvo disposición en contrario, una persona
será penalmente responsable y podrá ser penada por un crimen de la competencia de la Corte
únicamente si actúa con intención y conocimiento de los elementos materiales del crimen.

A los efectos del presente artículo, se entiende que actúa intencionalmente quien: En relación
con una conducta, se propone incurrir en ella; En relación con una consecuencia, se propone
causarla o es consciente de que se producirá en el curso normal de los acontecimientos. A los
efectos del presente artículo, por "conocimiento" se entiende la conciencia de que existe una
circunstancia o se va a producir una consecuencia en el curso normal de los acontecimientos.

Las palabras "a sabiendas" y "con conocimiento" se entenderán en el mismo sentido”. En los
Elementos del Crimen se corrobora lo anterior, pues “como lo señala el artículo, salvo disposición
en contrario una persona será penalmente responsable y podrá ser penada por un crimen de la
competencia de la Corte únicamente si los elementos materiales del crimen se realizaron con
intención y conocimiento. Cuando no se hace referencia en los elementos de los crímenes a un
elemento de intencionalidad para una conducta, consecuencia o circunstancia indicada, se
entenderá aplicable el elemento de intencionalidad que corresponda según el artículo 30, esto
es, la intención, el conocimiento o ambos”. Se indica además que “la existencia de la intención y
el conocimiento puede inferirse de los hechos y las circunstancias del caso”.

Para la determinación de la intención se distingue si debe referirse al comportamiento incriminado


o a la consecuencia provocada. En el primer caso, la persona en cuestión debe querer el
comportamiento. En el último caso, debe querer causar el resultado o ser consciente de que se
producirá según un curso normal de los acontecimientos. De modo análogo, por saber o
conocimiento se entenderá la conciencia de que existe una circunstancia o de que se producirá
el resultado según un curso normal de los acontecimientos.

En segundo lugar, el crimen de genocidio, se distingue de los otros crímenes por un "dolo
especial", entendido como "elemento constitutivo del crimen que exige que el criminal haya
claramente buscado provocar el resultado incriminado", y que comprende como tal, la existencia
de la intención en el agresor de destruir total o parcialmente a un grupo específico, nacional,
étnico, racial o religioso.

Para que se cumpla el tipo de genocidio, ha de concurrir simultáneamente el dolo y el momento


anímico integrante del elemento subjetivo del injusto, esto es, que el autor haya tenido la intención
de destruir, total o parcialmente, a ese grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal. Si faltase
alguno de estos componentes no se apreciaría la existencia del injusto.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 29


El fin no tiene que ser necesariamente la destrucción total del grupo. Así, el genocidio no está
caracterizado necesariamente por la intención de destruir a un grupo entero; basta con que el
propósito sea eliminar porciones de la población marcadas por rasgos específicos raciales,
religiosos, nacionales o étnicos. Debe subrayarse que la posibilidad de que la intención criminal
abarque la destrucción de todo el grupo o sólo una parte del mismo, debe ser interpretada en el
"sentido de que basta que se limite a la destrucción de un subgrupo dentro de una raza, etnia,
nacionalidad o religión", como por ejemplo los musulmanes de Bosnia-Herzegovina. Es cierto que
el "subgrupo" deberá tener una determinada entidad numérica, pero esta determinación precisa
"de qué subgrupo se considera suficientemente amplio para que el ataque contra el mismo
constituya genocidio", es algo cuya solución última solamente puede estar a cargo de los jueces
penales competentes en la materia.

Tratándose de la cuestión de saber cómo se puede determinar la intención específica de la gente,


la Sala de primera instancia del Tribunal Penal Internacional para Rwanda considera quela
intención es un factor de orden psicológico difícil, o incluso imposible, de poder aprender.

Esta es la razón por la cual, a falta de una confesión por parte del acusado, su intención puede
ser deducida de un cierto número de hechos. Por ejemplo, la Sala estima que es posible deducir
la intención genocida prevaleciente en la comisión de un acto particular incriminado, del conjunto
de actos y proclamas del acusado, o también del contexto general en que se perpetraron otros
actos del acusado, o incluso del contexto general de realización de otros actos reprensibles,
sistemáticamente dirigidos contra el mismo grupo, y ya sea que estos otros actos fuesen
cometidos por la misma u otras personas o agentes.

 Comisión Culposa.

En el caso de la comisión imprudente del delito estudiado, la doctrina mayoritaria establece que
esto es imposible, básicamente por los medios comisivos y las exigentes consideraciones
subjetivas del tipo del crimen de genocidio. Sin embargo, lo acertado en esta materia es advertir
lo dispuesto en el artículo 28 del Estatuto de la Corte Penal Internacional, en el sentido de
reconocer la posibilidad de comisión por omisión en el crimen de genocidio.

De hecho, en esta norma se recoge la doctrina de la command responsability. Al Comandante


militar (de hecho) se le imputan los crímenes de grupos que estén bajo su control efectivo que se
hayan cometido como consecuencia de la falta de desempeño de este control, cuando sabía o
hubiera debido saber que sus fuerzas cometían tales delitos y omitió emprender cualesquiera de
las medidas necesarias y razonables para prevenir la comisión, impedirla o someter la cuestión
a la investigación de los cargos competentes. Se introduce, de esta manera, una medida de
imprudencia, en tanto que ya la posibilidad de conocimiento o el simple deber conocer de los
crímenes de los subordinados redunda en reproche para el jefe militar. Además, la
responsabilidad de cualquiera de otros superiores (civiles) se diferencia de ello, desde una

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 30


perspectiva subjetiva, en que se exige una especie de imprudencia consciente en el sentido de
criterio tradicional, por tanto, más que la simple imprudencia

 ELEMENTOS OBJETIVOS DEL TIPO

 Sujeto Activo.

Es sujeto activo quien lleva a cabo la actividad descrita en el tipo legal. Sobre este punto,
preliminarmente debemos precisar que el crimen de genocidio es de carácter individual en cuanto
a la titularidad activa de su comisión, y que no implica en caso alguno, la responsabilidad del
Estado. Además, no existe excusa válida alguna por la investidura o el cargo que detente el sujeto
activo.

En el caso de la intervención del Estado la posible responsabilidad de éste ha sido objeto de


discusión doctrinal. Sin embargo, es aceptado generalmente que en caso de intervención del
Estado o de organizaciones con carácter delictivo, será en los representantes de las mismas o
en los que actúen en su nombre, sobre los que recaiga la responsabilidad individual.

Dicho principio está consagrado expresamente en el Estatuto de la Corte Penal Internacional,


pues establece en su artículo 25, la responsabilidad penal individual: “1. De conformidad con el
presente Estatuto, la Corte tendrá competencia respecto de las personas naturales.2. Quien
cometa un crimen de la competencia de la Corte será responsable individualmente y podrá ser
penado de conformidad con el presente Estatuto”.

Además, en la misma norma se excluye por completo la posibilidad de perseguir algún tipo de
responsabilidad del Estado: “Nada de lo dispuesto en el presente Estatuto respecto de la
responsabilidad penal de las personas naturales afectará a la responsabilidad del Estado
conforme al derecho internacional”.

La responsabilidad penal de las personas jurídicas fue finalmente rechazada en el Estatuto de la


Corte Penal Internacional - a pesar de la limitación a los órganos de dirección de empresas
privadas - por las razones siguientes: su reconocimiento se hubiera apartado de la
responsabilidad individual del autor, así como hubiera puesto, y en consecuencia exigido
demasiado, a la Corte frente a problemas de prueba insalvables; por lo demás, la responsabilidad
de las personas jurídicas ni se reconoce universalmente ni existen reglas de imputación
consensuadas.

Toda persona que haya cometido genocidio puede ser juzgada por ello, cualquiera que sea su
cargo. Es decir, que se considera culpable no sólo al jefe de Estado o al ministro que haya
planeado u ordenado el acto, sino también a quien lo haya cometido, sea un simple soldado o un
ciudadano de a pie.

 Sujeto Pasivo.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 31


Es el destinatario de la protección del bien jurídico, el titular del bien jurídico protegido; es decir
el conjunto de personas que forman el grupo cuya existencia se ataca. Donde se presentan
problemas de interpretación y de asignación de significado, es en el delineamiento del sujeto
pluripersonal o colectivo que es sujeto pasivo del obrar criminoso.

En este caso sujeto pasivo y objeto material no son uno. Mientras que el primero hace referencia
al grupo; el segundo se concreta en la persona individual sobre la que se produce el resultado
típico. Todo miembro de un grupo nacional, étnico, racial o religioso puede ser víctima de
genocidio. El acto debe estar dirigido hacia la destrucción de un grupo. Los grupos se componen
de individuos y, por consiguiente, en último análisis, la acción destructiva debe estar dirigida
contra los individuos. Sin embargo, estos individuos son importantes no per se sino sólo como
miembros del grupo al cual pertenecen.

 Acción.
Recordemos que es acción toda conducta humana exterior evitable. Del requisito que sea
exterior, deducimos que no constituyen delito el simple pensamiento, ni la mera resolución
delictiva no puesta de manifiesto externamente, ni la simple disposición de ánimo. Es el principio
básico de que no se castigan los meros pensamientos o ideas. Que sea evitable apunta al hecho
de que el sujeto debe haber tenido la posibilidad de abstenerse de la conducta y, así, de haber
actuado conforme a derecho. Sólo si la conducta era evitable puede afirmarse respecto de ella el
poder de autodeterminación del sujeto y que corresponde a un fin determinado por él mismo, lo
que constituye la esencia de toda acción.

Al delito de genocidio podríamos encuadrarlo dentro de los delitos de consumación anticipada en


su modalidad de resultado cortado. Se trata de un acto completo pero acompañado de un
elemento subjetivo adicional al dolo y que consiste en el ánimo de realizar un 2º acto, el cual el
sujeto no realiza (no destruye totalmente al grupo), sino que espera a que se desarrolle. Podemos
ver como la acción genocida incorpora una relación causal entre la acción y el daño producido y
otra final en el acontecer causal: “la destrucción del grupo”. Estaríamos hablando de la supra
determinación final del acontecer causal.

 Resultado.

La definición del artículo 6° del Estatuto de la Corte Penal Internacional no esclarece la cuestión
perenne de qué cantidad de personas tiene que ser asesinada antes de que se califique el hecho
como genocidio. Algunos verán esta omisión como un defecto mayor en términos del nivel de
precisión requerido en derecho penal. Sin embargo, la pregunta de la cantidad parece formularse
sobre la base de una premisa incorrecta de que tiene que haber por lo menos una persona muerta
antes de que el acto de genocidio se cometa.

Debería tenerse en mente que la definición legal de genocidio no puede equipararse con el uso
de la palabra “genocidio” en el lenguaje coloquial. En otras palabras, ¿es necesario destruir o

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 32


intentar destruir a un grupo entero o a una parte considerable de él para que el acto constituya
genocidio? No. Basta con que el acusado haya intentado destruir a gran número de miembros
del grupo en una comunidad particular, como una ciudad o pueblo, debido a la identidad del
grupo. Se ha afirmado, acertadamente, que ni una sola persona tiene que morir para que se
considere cometido un acto de genocidio, debido al hecho de que la definición se refiere a
cualquiera de los actos extremos que también cuentan como actos de genocidio, a saber, la lesión
grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, el sometimiento intencional del
grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, las
medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo y el traslado por fuerza de
niños del grupo a otro grupo, enumeración lo suficientemente clara y precisa en términos jurídico
–penales.
Esta interpretación encuadra también con el objeto de la Convención de 1948, cual es el de
prevenir que el genocidio se practique, no sólo castigar a sus autores una vez que el mundo se
detuvo y los observó cometerlo.

El término “en su totalidad o en parte” significa que un acto aislado de violencia racista no
constituye genocidio. Deberá existir la intención de eliminar en grandes cantidades a un grupo,
aunque no se logre la destrucción completa de éste. Sin lugar a dudas, un solo asesinato puede
llegar a ser constitutivo de "crimen de genocidio", pero única y exclusivamente si se prueba que
existía la intención específica de querer destruir "el grupo", ya sea parcial o totalmente. Ahora
bien, esta deducción se revela harto difícil, si no se acompaña el hecho mismo de otra serie de
circunstancias o "indicadores" que posibiliten precisamente la operación lógica susodicha.

CASOS DE GENOCIDIO EN EL PERÚ

EL CASO “COLINA”:
Entre la década del 80 y la primera parte de la década de los noventa se formaron grupos con
respaldo de altos funcionario y autoridades del Estado Peruano los que tenían la finalidad de
llevar graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de Lesa Humanidad y uno de ellos
fue el Grupo Colina o también llamado Destacamento Colina. En su Informe Final de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación (CVR) al referirse al Grupo Colina señaló: "según el análisis y los
testimonios recogidos por CVR, el llamado Grupo Colina no actuó al margen de institución militar
sino que fue un destacamento orgánico y funcional ubicado durante este gobierno [del ex
presidente Alberto Fujimori] en la estructura del ejercito en la medida que utilizaba los recursos
humanos logísticos de la dirección de Inteligencia del Ejercito (DINTE), del Servicio de Inteligencia
del Ejercito (SIE) y del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).

Por lo tanto, para su constitución y funcionamiento debía contar con una partida secreta que
cubriera los requerimientos de un contingente militar dedicado en exclusividad a una actividad
ilícita que implico graves violaciones" también se conoce que las acciones realizadas por éste
grupo se centraron en ejecuciones extrajudiciales desapariciones forzadas y actos de tortura,
cuyas víctimas fueron civiles; la ejecución del periodista Pedro Yauri, la Cantuta, el Santa y la

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 33


matanza de Barrios Altos. Respecto al modus operandi del Grupo Colina, la Comisión de la
Verdad y Reconciliación concluyó.

El Grupo Colina utilizó el "terrorismo" como una modalidad de operaciones especiales de


inteligencia, ejerciendo violencia o amenaza de violencia para obtener objetivos, frecuentemente
de naturaleza política o ideológica, a través de la implementación del terror o coacción, dirigido a
influenciar en cierta cantidad de personas por medio de victimas inmediatas.

En los Barrios Altos, Santa, Pedo Yauri y Cantuta las principales violaciones a los derechos
humanos cometidas por el Grupo Colina fueron contra los derechos a la vida, la integridad, la
libertad y seguridad personal.

Las víctimas eran identificadas y seleccionadas por sus actividades políticas – entre estudiantes,
profesores, dirigentes sindicales, periodistas – y porque algunas previamente habían sido
detenidas bajo cargos de terrorismo por presuntos vínculos con Sendero Luminoso o el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Sin embargo en ninguno de los casos la Dirección
Contra el Terrorismo –DINCOTE ni los órganos jurisdiccionales lograron comprobar su
responsabilidad ni participación en dichas organizaciones terroristas.

Su actuación fue de un escuadrón de la muerte pues en varias oportunidades operaban


premunidos de palas y picos, elementos necesarios para inhumaciones clandestinas en las
cuales además, se buscaba dificultar al máximo el reconocimiento de los restos con el uso de cal
en la eventualidad de que fueran encontradas las tumbas, como ocurrió en los casos Cantuta y
Santa.

En cuanto a las características de los autores, concurría pluralidad de personas uniformadas o


vestidas de Civil pero claramente identificables como efectivos militares, quienes actuaban
fuertemente armados y en la mayoría de los casos usaban gorros, pasamontañas que les cubrían
el rostro.

Las víctimas eran detenidas para luego ser ejecutadas o desaparecidas, o ejecutadas
directamente, sin importar la presencia de testigos utilizando armas de fuego con silenciador.
Algunas ejecuciones y desapariciones fueron consumadas indiscriminadamente, sin tener en
cuenta el sexo o la edad llegando incluso a afectar grupos familiares.

Las víctimas eran previamente doblegadas, se encontraban indefensas y desarmados bajos el


poder de los agentes de inteligencia y muchas habían sido torturadas. Según los análisis y los
testimonios recogidos por la CVR, el llamado Grupo Colina no actuó al margen” de la Sentencia
emitida por la sala Penal Permanente Suprema Presidida por el Juez Supremo Villa Stein de
Grupo Colina.

De la calidad de las victimas.- se tiene de la Sentencia "162. Es decir, dicha política del Estado
no era contra la población civil, sino dirigida contra los mandos y delincuentes terroristas, que no

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 34


forman parte de la población civil; en consecuencia los delitos atribuidos a los procesados, tales
como asesinatos y lesiones producidas a los agraviados, vulneraron sus derechos humanos; sin
embargo, no configuran el crimen de lesa humanidad, por no cumplir el requisito".

Se desprende de éste párrafo que los actos del grupo Colina en los casos de Barrios Altos, el
Santa y Pedro Yauri no pueden ser calificados como crímenes de Lesa Humanidad, porque estas
muertes no forman parte de la Población Civil; pero hasta la fecha a éstas personas nunca se les
probó que estuviesen vinculados con grupos terroristas. Además el Tribunal constitucional y La
Corte Interamericana de Derechos Humanos han calificado sus acciones como crímenes de Lesa
Humanidad, independientemente de la situación particular de las víctimas y su pertenencia o no
al grupo terrorista.

Del derecho de defensa de los imputados.- Se tiene de la Sentencia de Villa Stein "de la revisión
de los autos se advierte que, iniciados el proceso Penal en cuestión, conforme se verifica de la
denuncias Fiscales y Auto de Apertura de instrucción, así como de sus ampliaciones, las
conductas imputadas a los encausados se encontraban subsumidas en los delitos de homicidio
calificado, secuestro y asociación ilícita; siendo recién en el dictamen acusatorio emitido por el
representante del Ministerio Público donde se formuló acusación con los ilícitos antes referidos,
alegando que éstos constituyen crímenes de lesa Humanidad; sin tener en consideración que
dicha naturaleza (…) no fue materia de denuncia, ni instrucción, siendo recién en la acusación en
la que se consignó, afectando con ello en derecho de defensa… ".

Se tiene en el Artículo 349 de NCPP inciso 2 " La acusación sólo puede referirse a hechos y
personas incluidos en la Disposición de formalización de la Investigación preparatoria, aunque se
efectuare una distinta calificación jurídica." Con tal acusación no se estaría vulnerando el derecho
de defensa de los Acusados, a menos que se éste modificando los hechos objeto de acusación,
lo que no es así. Esta interpretación se hace conforme al Sistema garantista – acusatorio que va
encaminado Nuestro País.

Si tenemos en consideración la nueva tendencia de no afectar el derecho de defensa del


Imputado o Acusado por falta de un Imputación necesaria, se refiere solamente a los hechos y a
las partes; mas no a la calificación Jurídica. Por tanto el Representante del Ministerio Público
deberá Exponer los Hechos y las personas incluidas hasta antes de la Acusación para no afectar
el derecho de Defensa de las Partes, en caso de que se aumentara nuevos hechos en la
Acusación o se modifique; ésta si perjudicaría el derecho de defensa, lo que no es así en la
sentencia cuestionada.

Además cuando la sala sostiene que los miembros del Grupo colina fueron acusados sin tener el
derecho de defensa por no encontrarse el nomen iuris en la denuncia, ni en la instrucción, solo
se intenta desvirtuar la gravedad de los hechos; pero se advierte que se denunció y existe un
auto Apertorio por los delitos de homicidio calificado, secuestro y asociación ilícita los cuales son
delitos de Lesa Humanidad, por las circunstancias analizadas; por lo cual se tiene una Sentencia

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 35


condenatoria por los delitos de homicidio calificado y secuestro en los hechos de Barrios Altos,
Santa, Pedro Yauri y la Cantuta que son delitos de Lesa Humanidad.

 DESAPARICION FORZADA

 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La desaparición forzada surgió como una práctica generalizada de los Estados totalitarios, con el
fin de eliminar a disidentes políticos, cuyos antecedentes se remontan a técnicas de represión
empleadas por Luis XVI, Napoleón Bonaparte, Stalin y Hitler.

La desaparición forzada es una práctica que se acentuó después de la segunda guerra mundial
–más propiamente en el contexto de la "Guerra Fría"– en países con regímenes dictatoriales o
autoritarios. En América Latina, la desaparición forzada se aplicó principalmente durante las
dictaduras militares o en los gobiernos que experimentaron procesos de violencia política interna,
en los años sesenta, setenta y ochenta. De hecho la región del Cono Sur de América Latina,
estuvo convulsionada durante esta etapa, entre los bloques capitalistas y socialistas,
representados por EEUU y la URSS, respectivamente.

 DEFINICIONES DE DESAPARICIÓN FORZADA

La desaparición forzada de personas ha sido considerada a lo largo de la historia como un crimen


de Estado, una práctica del gobierno o de agentes de éste, con el objetivo de deshacerse de
opositores políticos, eliminar evidencias de asesinatos y luego negar cualquier información sobre
el paradero de los desaparecidos. La persona desparecida es privada legal o ilegalmente de su
libertad y se desconoce su paradero, bien porque se niega la desaparición por parte de los
autores del hecho o porque no se informa a los interesados del lugar en el que el sujeto se
encuentra.

Según la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones
Forzadas, aprobada por la Asamblea General de la ONU, en su resolución 47/133 de 18 de
diciembre de 1992, una desaparición forzada se produce cuando "se arreste, detenga o traslade
contra su voluntad a las personas, o que éstas resulten privadas de su libertad de alguna otra
forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por
particulares que actúan en nombre del gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización
o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a
reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley".

De la declaración, puede concluirse que la desaparición forzada se produce cuando se dan de


manera sucesiva tres hechos:

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 36


1. La privación de la libertad de una persona por agentes del gobierno o particulares apoyados
por éste.

2. La negativa a revelar la suerte o el paradero de la persona retenida o a reconocer la privación


de la libertad, con lo que se configuraría el ocultamiento.

3. La sustracción de la víctima del amparo legal.

Según la Convención Interamericana sobre la Desaparición Forzada de Personas aprobada por


la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, una desaparición forzada
es "la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por
agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo
o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer
dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide
el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes".

ANÁLISIS DOGMÁTICO DEL DELITO (ART. 320° DEL CP PERUANO)

El artículo 320° del Código Penal Peruano, tipifica y sanciona el delito de desaparición forzada
de personas así:

"El funcionario o servidor público que prive a una persona de su libertad, ordenando o ejecutando
acciones que tengan por resultado su desaparición debidamente comprobada será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de quince años e inhabilitación, conforme al artículo 36º,
incisos 1 y 2".

 BIEN JURÍDICO TUTELADO

Para Kai Ambos los bienes jurídicos protegidos en el delito de desaparición forzada son
pluriofensivos como la integridad física, la libertad personal y la vida, precisa además que se fue
ampliando los bienes jurídicos protegidos en el desarrollo de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana, considerando como ámbito de protección a los familiares por el sufrimiento que
atraviesan en su afán de lograr información sobre el paradero del desaparecido y el derecho a la
verdad.

"El bien jurídico afectado por la desaparición forzada es múltiple, y puede diferenciarse en tres
aspectos, a saber: En el individual se afecta en primer término el ámbito físico – psíquico de la
víctima (p. ej. Privación de la libertad, lesiones, maltrato, en última instancia la muerte) y en
segundo término su seguridad en sentido general, incluso su seguridad jurídica y su derecho a
ejercer los recursos necesarios para hacer reconocer y defender, precisamente, sus derechos.
En el familiar se afecta el derecho de los allegados a conocer de la situación, actuar jurídicamente
en defensa de los derechos de la persona detenida – desaparecida y, en su caso conocer el
destino corrido por ella y recuperar sus restos mortales. En este segundo aspecto, por tanto, no

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 37


se trataría de la víctima material (la del individual) sino de un sujeto pasivo que llamaremos victima
afectiva. El tercer y último aspecto de afectación es el colectivo, en el cual es la sociedad en su
conjunto la que se ve afectada por el debilitamiento institucional que causa la obstrucción de los
mecanismos de administración de justicia y por la imposibilidad de reconstrucción de la verdad
histórico – social. Se trata así de la sociedad como sujeto pasivo del delito."

 SUJETO ACTIVO

Por ser considerado como un crimen de Estado, y además teniendo en cuenta la descripción
típica de la norma penal bajo análisis, se trata de una conducta de sujeto activo cualificado. Sin
embargo, dadas las especiales condiciones del país, un sector de la doctrina sostiene que no
siempre puede considerarse como un delito imputable al Estado, sino que puede ejecutarse por
otros sujetos que actúen independientemente, ello en correspondencia con los instrumentos
Internacionales y las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La redacción
del tipo penal de nuestro código, restringe la calidad de sujeto activo al "funcionario o servidor
público".

El artículo 320° de nuestro Código Penal limita el sujeto activo al funcionario o servidor público.
Esta tipificación no contiene todas las formas de participación delictiva que se incluyen en el
artículo II de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas ni en el
Estatuto de Roma, resultando así incompleta, al no contemplar a los particulares o grupos que
actúan con el apoyo, la tolerancia o la aquiescencia del Estado como también a agentes no
estatales, en especial organizaciones políticas.

Atendiendo al principio de taxatividad, el tipo penal debe definir claramente la conducta prohibida
en todos sus aspectos, así, la Desaparición Forzada de personas tal como se encuentra tipificada
en la actualidad no contempla el principal elemento constitutivo del injusto como la negativa u
ocultamiento de información sobre el paradero de la víctima por parte del agente. Así, se hace
necesaria una norma integral que comprenda un concepto del delito que contenga todos los
elementos constitutivos del ilícito penal.

 SUJETO PASIVO

Respecto al Sujeto Pasivo de la Desaparición Forzada de personas, la norma lo restringe a la


víctima, sin comprender ni a su entorno familiar, ni social, desconociendo que el titular del bien
jurídico protegido contra este tipo de delito no sólo es la víctima sino la Sociedad. Desde esta
perspectiva, el Sujeto Pasivo de este delito sería macro social todos y cada uno de los miembros
de la sociedad, siendo el "desaparecido" el sujeto sobre el que recae la acción típica.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 38


La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido a los familiares de las víctimas de
desapariciones forzadas su calidad de víctimas por violación de su derecho a la integridad
psíquica y moral.

 TIPICIDAD OBJETIVA

La acción consiste en privar al sujeto pasivo de la liberad, ocultándolo posteriormente para


sustraerlo del amparo de la ley. El delito entonces se perfeccionará con la privación de la libertad,
seguida del ocultamiento, que debe ser "forzado", lo que significa, que no medie voluntad de la
víctima. Se recalca que la privación de la libertad es tan solo un medio material, para que pueda
verificarse el tipo, porque este vendrá a perfeccionarse cuando se configure el ocultamiento.

El ocultamiento implica la sustracción de la persona de su mundo normal; que se ignore su suerte,


su paradero, etc. Para que ese ocultamiento se haga efectivo serán necesarias cualquiera de
estas dos conductas:

• Que se niegue la captura: Es decir que los sujetos que tienen privada de la libertad a la víctima
no reconozcan el hecho o,

• Que se omita dar información: No necesariamente tiene que existir negación del hecho. Puede
simplemente omitirse informar sobre la captura, guardar silencio acerca de la misma o del
paradero de la víctima

La privación de la libertad puede ser en principio legal y luego surgir dolo en la acción del agente
(suponiendo que el sujeto activo sea un funcionario público), es decir que el dolo puede ser
sobreviniente. De la misma manera, la conducta puede ser ilegitima desde el principio, al no
mediar ninguna orden escrita emitida por una autoridad competente.

El delito analizado es de ejecución permanente; sigue consumándose mientras que la víctima se


encuentre privada de la libertad y oculta, aunque la captura se prolongue por largo tiempo. Es un
tipo de resultado, es decir que se perfecciona cuando se produce el ocultamiento, en cualquiera
de las dos formas mencionadas anteriormente, por lo cual se admite la tentativa.

Para Córdoba Triviño existen en esta conducta cuatro momentos especiales que la describen,
siendo éstos:

1) Se debe someter a una persona a la privación de su libertad, de manera legal o ilegal.

2) Se sigue el ocultamiento de la víctima, que implica que la persona no se encuentre en centros


de detención públicos y no se conozca su paradero.

3) Una vez oculta la persona, el agente niega tenerla en su poder, o se abstiene de dar
información de su paradero.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 39


4) La negación de la captura se concreta en la sustracción del amparo legal, lo que implica la
imposibilidad de ejercer recursos como el mecanismo de búsqueda urgente o el habeas corpus.

En la descripción típica del Art. 320° del CP Peruano, se menciona dos formas de ejecución de
la acción, contenidas en los verbos rectores "ordenar" acciones que causen la desaparición
forzada y "ejecutar" acciones que den como consecuencia el mismo resultado.

En la primera modalidad citada se plantea como principal problema el de la determinación de la


autoría y participación de los diversos sujetos que intervengan en los hechos. En realidad, en tal
supuesto no se está más que configurando un caso de coautoría donde participarían, por un lado
aquel funcionario que emite la orden, y el autor material de la desaparición, esto es, el funcionario
subordinado que ejecuta directamente la orden impartida.

Con relación a la característica debidamente comprobada planteada en la descripción normativa


del delito de Desaparición Forzada (artículo 320 del C.P.), dicha frase constituye una condición
objetiva de punibilidad y por tanto debe ser entendida como indicios razonables de la comisión
del delito. Asimismo, siendo innecesaria su incorporación desde el punto de vista del tipo objetivo
y la punibilidad, esta frase normativa debe eliminarse del tipo penal y adecuarse a los estándares
internacionales de regulación en materia de Desaparición Forzada de personas.

 TIPICIDAD SUBJETIVA

En la figura bajo análisis, la tipicidad subjetiva, está determinada por el dolo, entendido como
conciencia y voluntad de querer realizar la conducta descrita en el Art. 320° del Código Penal.
Esta conducta implica un dolo complejo: La intención de privar de la libertad, pero esta acción es
tan solo el medio para obtener el resultado querido por el agente, cual es el ocultamiento, con el
fin de reprimir a un sujeto que se opone a los diversos propósitos del Estado o del grupo.

Para Sampedro Arrubla, la desaparición forzada no se dirige a privar de la libertad a la persona,


aunque ésta se afecte evidentemente y sea un requisito previo a la acción; la intención del agente
se concreta en el ocultamiento del paradero de la persona privada de la libertad BRAMONT
ARIAS, anota, que el sujeto activo sabe y quiere que la persona previamente detenida quede
oculta y separada del resto de la comunidad, sin posibilidad de que ésta tenga conocimiento de
su paradero.

 TORTURA

 DEFINICIÓN

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 40


En el primer artículo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes del 10 de diciembre de 1984 se da una acertada definición del vocablo
"tortura" y cómo debe entenderse en materia de Derechos Humanos.

El artículo en cuestión dice lo siguiente:

Artículo 1º

A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término "tortura" todo acto por el
cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla
por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a
esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando
dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el
ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No
se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de
sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.

De esta definición se pueden separar los siguientes puntos:

Todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves,
sean físicos o mentales:

Esto significa que la agresión contra la integridad física o psíquica del sometido debe cumplir con
dos características agravantes que le darán el carácter de tortura son la gravedad que ésta tiene
y la intencionalidad de infligirla. Es por eso que no podría considerarse tortura las incomodidades
que el preso cumple en la cárcel, las cuales son algo inherentes al confinamiento

Con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un
acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa
persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación:

La finalidad que tiene el acto son generalmente una o varias de las señaladas en la definición, ya
que a no ser que se trate de un acto sádico, la tortura tiene un fin de por sí y es lograr de manera
rápida de lograr castigar o forzar a alguien a autoinculparse. Se incluye además cualquier razón
basada en cualquier tipo de discriminación

Cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en
el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.

Aquí podemos notar la connotación de política de estado que adquiere la tortura, ya que ésta es
generalmente cometida por los estados para llevar a cabo sus propias políticas

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 41


En el artículo segundo de la Convención se establece que no podrá invocarse como excusa el
estado de necesidad o de guerra en que se hayan producido estos hechos, así como tampoco
acepta como evasión de responsabilidad el haber obedecido una orden superior en caso de los
militares, lo cual tiene directa relación con la función policial.

 POR SU PARTE, EL CÓDIGO PENAL PERUANO TIPIFICA LA TORTURA EN EL


ARTÍCULO 321º DE LA SIGUIENTE MANERA:
Artículo 321.- Tortura: El funcionario o servidor público o cualquier persona, con el
consentimiento o aquiescencia de aquél, que inflija a otro dolores o sufrimientos graves, sean
físicos o mentales, o lo someta a condiciones o métodos que anulen su personalidad o
disminuyan su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o aflicción psíquica, con
el fin de obtener de la víctima o de un tercero una confesión o información, o de castigarla por
cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que ha cometido, o de intimidarla o de
coaccionarla, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez
años.

Si la tortura causa la muerte del agraviado o le produce lesión grave y el agente pudo prever este
resultado, la pena privativa de libertad será respectivamente no menor de ocho ni mayor de veinte
años, ni menor de seis ni mayor de doce años.

De dicha norma penal se aprecia que las características del referido tipo penal, son las
siguientes:

- Se extiende o comprende no sólo a agentes estatales sino también a particulares, que actúen
con el consentimiento o aquiescencia de aquellos.

- Exige dolores o sufrimientos graves o que se someta a alguien a condiciones o métodos que
anulen la personalidad de la víctima o disminuyan su capacidad física o mental. Sobre la segunda
modalidad de tortura, contemplada en el Código Penal, cabe señalar que se toma como referencia
lo previsto en la Convención Interamericana sobre la materia, pero conviene precisar que lo hace
en forme imperfecta, pues el referido instrumento internacional sólo exige que los métodos
utilizados sean tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física
o mental. Es decir, no obliga a que se produzca el resultado a diferencia de lo establecido en la
legislación penal peruana, lo que posibilita importantes márgenes de impunidad en la instancia
nacional.

- Los fines de la tortura en el Código comprenden 4 hipótesis: Obtener información, castigar a la


víctima, intimidarla o coaccionarla. No se ha previsto otras finalidades, con lo cual sería
problemático encuadrar una conducta en la que se perpetre, por ejemplo, tortura por razones
gratuitas o por un fin discriminatorio. En este aspecto tanto la Convención Internacional contra la
Tortura como la Convención Interamericana sobre la materia tienen una regulación más amplia
sobre los fines que puede pretender el agente al cometer el delito.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 42


- Impone pena privativa de libertad, pero no es proporcionalmente coherente con la sanción
prevista en otros delitos (secuestro o robo agravado, por ejemplo). La tortura prevé una pena que
no será menor de 5 años y ni mayor de 20 años si causa la muerte; en el caso del Secuestro la
pena mínima es de 20 años y la máxima es de cadena perpetua; de igual manera el Robo
agravado prevé una pena mínima de 12 años y la máxima es de cadena perpetua.

– A pesar de ser una grave violación a los derechos humanos, el Código Penal no ha previsto
expresamente la imprescriptibilidad, sino que por el contrario, sujeta el delito a los plazos
ordinarios del mismo Código. Ni siquiera se ha previsto un plazo de prescripción más largo. Ello
es incoherente con lo establecido en los tratados internacionales sobre la materia.

– Además, el Código no ha previsto la tipificación del delito de tratos crueles, inhumanos o


degradantes, contrariando lo dispuesto por la Convención Internacional contra la Tortura en su
artículo 16.

CONCLUSIONES

 Nuestra legislación peruana con la cual nos regimos tiene la finalidad de buscar con
este tipo penal la protección de este bien jurídico tan importante para la sociedad como
es “La Tranquilidad Pública”. En términos más concretos “La Paz Pública”.

 Si bien tenemos derecho a la libertad de expresión, eso no nos da la libertad de hacer


apología de un delito o de una persona que fue condenada como su autor, ya que lo
que se busca es la tranquilidad de las personas.

 Si bien el tipo penal protege la vida y la tranquilidad, también protege la memoria de


quienes ya no se encuentran en la tierra, es decir aquellos intereses de aspecto
estrictamente espirituales que son los muertos, la cual nuestra legislación busca
también proteger.

 Cada persona tiene la decisión de hacer con su cuerpo lo que mejor le parezca, con
esto queremos decir a que nadie tiene el derecho a aprovecharse de la necesidad
ajena, en términos estrictos a lucrar con el sufrimiento y la desgracia ajena, de ese
prójimo que está necesitado de un órgano para poder sobrevivir, como son nuestros
órganos y tejidos.

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 43


 Por todos estas razones este tipo penal sanciona a aquel o aquellas personas que sin
el consentimiento realizan estos hechos que están prohibidos, ya que lo que se busca
el regular el comportamiento de la persona ante la sociedad, para poder tener
tranquilidad y paz.

 Es posible sostener que los elementos que configuran los crímenes contra la
humanidad, pueden presentarse en hechos o actos que transcurran en
cualquier contexto y circunstancia ajena a los conflictos armados, como pueden
ser las manifestaciones públicas o las protestas sociales. El crimen contra la
humanidad puede cometerse en tiempos de guerra o en tiempos de paz.

BIBLIOGRAFÍA

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Editorial Moreno S.A 2010.

 http://www.definicionabc.com/politica/estado-social.php

 http://es.wikipedia.org/wiki/Delito_pluriofensivo

 ROXIN, Claus, "La Autoría Mediata por Dominio en la Organización", y "Las Formas
de Participación en el Delito", Ara Editores. Primera Edición. Lima 2004.

 CODIGO PENAL PARTE ESPECIAL DE RAMIRO SALINAS SICCHAR

 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

 CODIGO CIVIL PERUANO. EDI. JURISTAS 2010. Cit. p. 46

 http://es.wikipedia.org/wiki/Hurto

Delitos contra la Tranquilidad Pública y Delitos contra la Humanidad 44


 ALCÓCER POVIS, Eduardo, “La Inclusión del Enemigo en el Derecho Penal”, Editorial
Reforma, Lima, 2009.

 BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto/ GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen,


“Manual de Derecho Penal. Parte Especial”, 4ta edición, Editorial San Marcos, Lima,
2010.

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