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IBAD-VRAEM
FAMILIA CRISTIANA
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Para el desarrollo de estos tópicos, el presente curso ha sido dividido en doce unidades de
estudio que abarca un promedio de 32 horas de clases teóricas más las 11 horas para las tareas
(académicas) prácticas, incluyendo el desarrollo del cuestionario.
2. OBJETIVO GENERAL
3. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
3.1. Proveer los principios bíblicos referentes al matrimonio, así como las actitudes y
comportamientos para ayudar a fortalecer la unión matrimonial y familiar.
3.2. Abrir un espacio para el dialogo y la reflexión, a fin de profundizar y enriquecer la relación
matrimonial y el Hogar Cristiano, a la luz de la Palabra de Dios.
3.3. Detectar las actitudes, los factores y la conducta que inciden de forma negativa en el seno
conyugal y familiar, y a la vez, proveer una sana orientación que permita el
enriquecimiento en las relaciones de pareja, así como en la responsabilidad de padres.
4. METODOLOGÍA
El presente curso se llevará a cabo mediante clases expositivas, procurando la interacción
profesor - alumno. Dicha interacción puede darse mediante:
4.1. Participación directa del estudiante (en clases).
4.2. Integrando grupos de exposición y sustentación de los temas asignados por el profesor del
curso.
4.3. Lectura de temas asignados por el profesor.
4.4. Entrega de resúmenes escritos de temas asignados.
4.5. Lectura anticipada del cuadernillo.
5. EVALUACIÓN
Para aprobar el curso es indispensable que el estudiante cumpla las siguientes evaluaciones.
5.1. Exámenes parciales y finales. 30%
5.2. Entrega del cuestionario resuelto. 20%
5.3. Tareas asignadas por el profesor. 20%
5.4. Participación en clase. 10%
5.5. Asistencia. 20%
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INDICE
UNIDAD I ................................................................................................................................................. 4
LA FAMILIA EN EL PLAN DE DIOS ....................................................................................................... 4
UNIDAD II ................................................................................................................................................ 6
LA FAMILIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO ...................................................................................... 6
UNIDAD III ............................................................................................................................................... 9
LA FAMILIA EN EL NUEVO TESTAMENTO .......................................................................................... 9
UNIDAD IV ............................................................................................................................................ 11
LA FAMILIA CRISTIANA ....................................................................................................................... 11
UNIDAD V ............................................................................................................................................. 19
LA FAMILIA, ESTRUCTURA Y AUTORIDAD ....................................................................................... 19
UNIDAD VI ............................................................................................................................................ 23
LA FAMILIA Y EL PROPÓSITO DEL SEXO ......................................................................................... 23
UNIDAD VII ........................................................................................................................................... 25
LA COMUNICACIÓN Y EL DIALOGO EN EL MATRIMONIO .............................................................. 25
UNIDAD IX ............................................................................................................................................ 34
LA FAMILIA Y LOS CONSEJOS BÍBLICOS ......................................................................................... 34
UNIDAD X ............................................................................................................................................. 38
EL ROL DE LOS SUEGROS ................................................................................................................ 38
UNIDAD XI ............................................................................................................................................ 41
TIPOS DE FAMILIAS ............................................................................................................................ 41
UNIDAD XII ........................................................................................................................................... 42
LAS SIETE ETAPAS EN EL DESARROLLO DE LA PAREJA ............................................................. 42
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UNIDAD I
Para los sociólogos, la familia es una estructura, socialmente aceptada, que tiene por fin la
procreación y la posterior socialización de los hijos. A diferencia de los animales, los seres humanos,
además de trasmitir la vida física, trasmiten la cultura: creencias, valores, manera de vivir y ser. La
familia, como grupo social constituido por la unión estable y duradera de un hombre y una mujer,
está socialmente reconocida y aprobada como tal. En la familia nacemos y crecemos. Sin ella los
hombres no podrían subsistir. La familia pues se constituye en la base de la vida social y su núcleo
natural. En mayor o menor grado, la familia cumple estas funciones:
1.1. Cambios sociales y la familia. Es un hecho constatado que la familia con el transcurso
de los años ha sufrido y sufre constantes modificaciones. Además de los procesos de
industrialización y urbanización, han habido una serie de fenómenos que han actuado directamente
en estos cambios de la familia. Por ejemplo, el trabajo generalizado de la mujer fuera del hogar es
uno de los principales factores de los cambios operados en la familia moderna, así tenemos:
1.2. Los fines de la familia. La familia no puede parecerse en nada a una empresa o a
un hotel. En vez de hacer una lista de derechos y deberes, lo que hay que atender y cuidar es el
ambiente, el clima y la atmósfera de amor, confianza, sinceridad y mutuo respeto. La casa, además
de ser el espacio vital donde se come, se duerme y se arregla uno, sigue cumpliendo, entre otras
finalidades, las siguientes:
• Es el lugar de reposo. Donde se descansa de las tensiones que crea la vida moderna.
• Es el refugio. Frente al asedio que ejercen contra nuestras personas la mentira, la agresividad,
la irresponsabilidad y la corrupción.
Al enfocar la familia desde una perspectiva cristiana, partimos de la convicción de que la familia
no es el fruto meramente de una necesidad biológica de perpetuar la especie, ni solamente la unidad
económica que sustenta a los individuos, ni tan solo el medio más efectivo de trasmitir la cultura, ni
siquiera el resultado de un contrato social. La familia tampoco es solamente el resultado natural de
dos seres que se aman, por más romántico que esto fuere. Cuando hablamos de la familia estamos
hablando de algo que tiene raíces y responsabilidades trascendentes, es decir, que va más allá de
nosotros mismos. Estamos tocando un tema que tiene su origen en Dios mismo.
caída del hombre (Gn. 1: 26 -28). Génesis capítulos 1 y 2 establecen la relación matrimonial y la
estructura familiar como una ordenanza de Dios, para llevar adelante a través del tiempo su creación
continua de la familia humana. Esto nos hace pensar que la familia no es meramente un fenómeno
cultural, social o una institución transitoria, sino una realidad universal que tiene raíces muy
profundas en la naturaleza humana, pues Dios mismo desde la creación lo estableció así.
De modo que, cuando hablamos de la familia, estamos entrando en el ámbito de lo sagrado. Con
razón el apóstol Pablo dice que estamos frente a un misterio (Ef. 5:32) y lo compara con la relación
de Cristo y la iglesia. "Misterio" en el sentido bíblico quiere decir un valor, una significación y una
riqueza que es difíciles de conocer aparte de la revelación divina. En este sentido, sólo los creyentes
pueden entender, vivir y gozar plenamente este "misterio". Por eso, la doctrina católica ha elevado el
matrimonio al nivel ae sacramento, o sea imagen y presencia de algo santo.
UNIDAD II
1. BASES ESCRITURALES
Los hombres que Dios usó para que escribieran la Biblia no fueron sociólogos, ni psicólogos, sino
personas que conocieron a Dios y que estuvieron interesados en la manera como Dios se relaciona
con el hombre en la historia de la salvación, a fin de que el hombre le reconozca y le adore. Sin
embargo, sus escritos contienen innumerables referencias a la familia, sus estructuras, sus funciones
y sus relaciones.
2. BASES TEOLÓGICAS
3. BASES HISTÓRICAS
bendecidos por Dios en la relación familiar, no hay ugar para la vergüenza, por lo que "ambos
estaban desnudos y no se avergonzaban".
4. BASES HERMENÉUTICAS
El uso de las palabras "hueso de mis huesos y carne de mi carne" en el Antiguo Testamento se
relaciona no sólo con la procedencia biológica, sino también con la relación de parentesco, de lazos
familiares (Gn. 29:14, Jue. 9:2; Neh. 5:5a.} y muestran que los términos "hueso" y "carne" en el
ambiente hebreo significaba relación familiar y no sólo marital. En estos términos reconocemos que
la familia como tal es una institución establecida por Dios mismo, por su voluntad y acto creativo, y
no meramente un fenómeno cultural. Además, en Génesis 1 y 2 se establece la relación
monogámica de la familia. Aunque no siempre se observa tal principio en el Antiguo Testamento,
las palabras de Jesús en Mt. 19:3-9 lo confirman definitivamente.
Génesis 3 describe lo que se conoce como la "caída del hombre". El pecado de Adán y Eva no
fue la relación sexual como a veces se ha popularizado. El pecado consistió en la desobediencia
explícita a un mandamiento de Dios. Es más, el pecado fue un acto de rebeldía contra el Creador,
desconfianza de lo que el Señor había dicho y un deseo de sacudirse de su autoridad, para llegar a
ser "como Dios" (Gn. 3:5). Por supuesto que esto produjo el juicio de Dios sobre nuestros primeros
padres y la relación familiar ha quedado afectada hasta hoy. La vergüenza aparece en la pareja
(Gn. 3:7, 10). El temor les incita a esconderse de Dios (Gn. 3:8, 10). La acusación y la evasión de
responsabilidades se hacen presentes (Gn. 3:13). Los hijos vienen al mundo con dolor y el pan
cotidiano se gana con esfuerzo (Gn. 3:16). Además la rivalidad y la violencia entre hermanos es un
golpe mortal a la primera familia (Gn. 4:8).
Aunque el pecado afectó todas las relaciones del hombre, mayormente sus relaciones familiares,
es en el contexto de la familia que Dios pronuncia la primera promesa de redención (Gn. 1:15). Es la
"simiente" (Hebreo: "zera"; Griego: "sperma") de la mujer, la raza humana continuada por medio de
la familia, que proveerá el medio para que el Redentor del mundo se encarne (Gál. 4:4). De modo
que la vida humana, el pecado humano y la relación humana, están íntimamente ligadas a la familia.
Es por medio de una familia, la familia de Noé, que Dios preserva la vida sobre la tierra y la raza
humana continúa (Gn. 6:9-8:22). Es a través de Abraham y su familia que Dios quiere bendecir a
"todas las familias de la tierra" (Gn. 12:3). Para el pueblo de Israel, el matrimonio y la familia
mantuvieron un sentido teológico muy profundo y estuvieron íntimamente relacionados con la fe en
Jehová,el Dios del pacto, y con el cumplimiento de las promesas hechas en el mismo. El pacto
hecho a Abraham es ratificado a su familia a su hijo Isaac y a su nieto Jacob (Sal. 105:-10). El Salmo
105 es clave en vincular el pacto hecho con Abraham y el pacto hecho con todo el pueblo de Israel
en el Monte Sinaí. Este último viene a ser el desarrollo y el cumplimiento del primero. El pacto en el
Sinaí fue interpretado posteriormente por Oseas y otros profetas, figurativamente como el pacto de
matrimonio entre Jehová e Israel (Os. 2:19-23). De modo que la relación de Dios con su pueblo
mediante el Pacto, gira alrededor de la idea del matrimonio y de la familia.
5. BASES SOCIOLÓGICAS
6. BASES RELIGIOSAS
Cuando el pueblo de Israel se rebelaba contra Dios, la familia que estaba llamada a ser el altar
de la fe y de la instrucción espiritual, se convertía en el foco de desorientación (Jr. 9:13-14; Am. 2:4).
El deterioro de la familia era un poderoso recordatorio para "volverse a Dios" (Mi. 7:6-7). Así varios
de los profetas levantaron sus voces para hacer volver al pueblo a una relación familiar más
satisfactoria, como parte de su compromiso con Dios. Oseas fue un testimonio viviente de la
preocupación de Dios por la "monogamia". Miqueas abogó por el amor en la familia y el respeto por
los progenitores. Isaías proclamó la fidelidad conyugal de Yahveh, el esposo hacia Israel. Ezequiel
continuó favoreciendo el matrimonio "monoqámico" y el reconocimiento de un sitial más alto para la
mujer, tanto en la familia como en la sociedad.
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UNIDAD III
1. JESÚS Y LA INSTITUCIÓN DE LA
FAMILIA
El Nuevo Testamento sigue la trayectoria del Antiguo Testamento al usar el término "casa"
("oikos", en griego) para describir la familia. Se habla por ejemplo de "la casa de Israel" (Mt. 10:6;
Hch. 2:36; Heb. 8:8-10) y de "la casa de David" (Le. 1:27, 69; 2:4) para indicar la línea de familia o el
linaje.
Aunque Jesús cuestionó el concepto de que la descendencia biológica judía era suficiente para la
membresía en el Reino de Dios (Mt. 12:48-50), mucho de su ministerio público estuvo dirigido a la
familia. Enseñó enfáticamente que el cuarto mandamiento, honrar padre y madre, permanecía válido
(Mr. 7:10-13). Restableció claramente la igualdad del derecho entre el hombre y la mujer en el
matrimonio y al negar al marido el repudio y la poligamia (Mt. 19:3-8; Mr. 10:2-9), privilegios
patriarcales generalmente reconocidos en el mundo antiguo. Su primer milagro lo realizó en una boda
(Jn. 2:1-12). Su lugar favorito para descansar fue el hogar de Marta, María y Lázaro en Betania (Le.
10:38-42' Jn. 11). Nos enseñó a llamar a Dios "Padre nuestro" (Mt. 6:9) y lo presento como el padre
que espera alerta el retorno del hijo pródigo (Le. 15:11-32). En la cruz se preocupó por la seguridad
de su madre encargándola al discípulo que amaba (Jn. 19:26). Es decir que, aunque la intención de
Jesús fue la de demostrar que en el Reino de Dios los lazos de sangre han sido reemplazados por
los lazos espirituales de la fe, en la misión del Reino la familia (oikos) es la unidad clave.
Tanto Jesús como Pablo y los demás escritores del Nuevo Testamento estuvieron familiarizados
con los patrones de autoridad familiar que prevalecían en el ambiente de su tiempo. Aparentemente
aceptaron las normas existentes y no abogaron por cambios en la estructura social. Sin embargo, por
medio de sus enseñanzas y sus hechos hicieron evidente su convicción respecto al lugar apropiado
que les corresponde a la mujer y a los niños. En un ambiente en que los judíos hacían su oración
matutina dando gracias a Dios "porque no habían nacido gentiles o mujeres, o esclavos", y
donde las mujeres se sentaban en los últimos asientos de las sinagogas detrás de una cortina, ellos
hablaron con mujeres, les instruyeron con respecto al Reino de Dios, ministraron a sus necesidades y
les encomendaron un lugar en la obra del Reino (Jn. 4:1-42; Le. 18;l-8, 15-17; Hch. 1:14; 16:13-14;
etc.).
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La estructura social patriarcal no fue puesta a un lado por Jesús y los apóstoles. La estructura
familiar de aquella época, como la comunidad de personas relacionadas por vínculos de matrimonio y
parentesco y regidos por la autoridad del padre, fue reconocida y puesta al servicio de Dios y la
edificación de la Iglesia del Nuevo Testamento. El libro de Hechos de los Apóstoles, narra casos de
familias enteras aceptando el Evangelio y siendo bautizadas (Hch. 10:24, 48; 16:31-33; 18:8). Esto
da testimonio no sólo de la unidad familiar de los que se convertían al Señor, sino también de que el
padre de familia era el portavoz de toda su casa delante de Dios y de la comunidad (Jn. 4:53; Le.
19:9; Fil. 1-2).
Algunos de los apóstoles eran hombres de familias (1 Co. 9:5). Aunque San Pablo prefirió quedar
solo por causa del Evangelio, él honró el matrimonio de otros (1 Co. 7:7-10; 1 Tim. 4:1, 3). Aconsejó
a las esposas cristianas a permanecer en unión a sus esposos, aunque éstos no fueran creyentes (1
Co. 7:10-16). La buena marcha de la familia fue uno de los medios de reconocer a pastores y
diáconos (1 Tim. 3:1-13; Tit. 1:5-7). La hospitalidad en hogares cristianos era una virtud muy
apreciada (Ro. 12:13; 1 P. 4:9). Las relaciones cristianas en los círculos familiares de los creyentes
eran un poderoso testimonio a los inconversos (1 P. 3:1-7). Allí en la familia, las virtudes abstractas
de amor, perdón, gozo, paz, benignidad, dominio propio, etc. (Gál. 5:22) se hacen realidades
concretas.
Esto indica que el Evangelio no arrancó bruscamente a los primeros cristianos de su sistema
habitual de familia, ni los aisló inútilmente de la sociedad en que vivían. Más bien reconoció los
valores de la familia (al igual que reconocían los valores de la cultura) cuando estos preservaban el
orden y la dirección establecidos por Dios. Al mismo tiempo, el Evangelio evaluó y juzgó tanto el
ambiente social como el familiar, cuando estos no estaban de acuerdo a la voluntad de Dios.
Es más, el vocabulario que el Nuevo Testamento usa para referirse a la Redención es tomado de
las relaciones familiares. Por creer en Jesucristo somos hechos hijos del Padre celestial (Jn. 1:12-
13). Al ser parte de la familia de Dios, estamos en la comunión de hermanos, en la cual Cristo es "el
primogénito entre muchos hermanos" (Ro. 8:29). Una evidencia de pertenecer a "la familia de Dios"
(Ef. 2:18; Gál. 6:10) es la demostración del amor en la comunidad de hermanos (1 Jn. 3:14-16).
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UNIDAD IV
LA FAMILIA CRISTIANA
El Nuevo Testamento nos dice que el matrimonio es honroso (Hebreos 13: 4). Esta afirmación
bíblica rechaza la postura moderna de la "unión libre", según la postura liberal la "unión libre" es una
práctica permisible para la formación del hogar, por tanto, el matrimonio está fuera de moda y es
anticuado".
Ya hemos indicado que la única base para establecer el hogar, es el matrimonio y que su autor
es Dios y que si bien existe una interpretación sociológica de la familia, también existe una
interpretación bíblica.
Los cristianos evangélicos, no negamos que el matrimonio sea un contrato civil, pues el Señor
nos ordena obedecer a las autoridades humanas (Ro. 13:5) y acatar las leyes que ordena la
autoridad civil. Pero para los cristianos evangélicos el matrimonio significa algo más que un simple
contrato social entre dos personas. Es un pacto absoluto y sagrado entre un hombre y una mujer,
confirmado delante de Dios por un ministro del evangelio y ante la presencia de testigos, y la iglesia
en general, donde ambos contrayentes establecen votos de fidelidad y amor, hasta que la muerte los
separe;
De manera que los contratos civiles pueden romperse con bastante facilidad, no así el
matrimonio cristiano, pues es un pacto solemne y sagrado delante del Señor (Mal. 2:14), ya que
en él se establece un vínculo indisoluble, no por razones legales, sino por disposición divina.
En el verdadero hogar debe existir cierta cualidad de relaciones que los una en los lazos de
amor, como son: la ayuda mutua, la consideración, la comprensión y el sacrificio de intereses
personales a favor del bienestar de toda la familia. Además debe ser la meta de cualquier matrimonio
cristiano, establecer un hogar que llegue a ser un refugio y lugar de descanso para toda la familia;
donde todos sus miembros puedan vivir juntos con felicidad y armonía, donde se promueva el
máximo desarrollo de cada uno, teniendo como centro, su relación personal con Jesucristo y que el
fruto del Espíritu Santo, se manifieste más y más (Gá. 5:22-23).
Según el plan divino, el matrimonio no lo constituye la unión de dos, sino de tres personas: Dios,
el esposo y la esposa. El secreto de la felicidad matrimonial, se encuentra en la conservación de una
relación sólida y firme entre sus tres miembros, de lo contrario la relación matrimonial se debilita y la
bendición de Dios sobre el hogar no permanece. Los siguientes diagramas representan las diferentes
relaciones que pueden existir dentro del matrimonio.
Esta pareja es un matrimonio cristiano que ha incluido a Dios en su unión. Vive una buena
relación entre sí y está en armonía con Dios.
Antes de desarrollar este punto, es bueno aclarar que la felicidad, no es el fin principal del
matrimonio, ella viene como resultado natural de seguir la voluntad de Dios.
Según Efesios 1:3-14, se repite 3 veces el fin que tiene el hombre, según el propósito de Dios. El
pasaje enseña que todas las bendiciones espirituales que Dios nos ha dado son "Para la alabanza
de su gloria". Si el matrimonio constituye, la relación primaria y básica del hombre y tiene este mismo
fin, entonces la gloria de Dios y no la felicidad personal, debe ser el fin principal del matrimonio
cristiano. Examinemos los pasajes bíblicos que iremos mencionando para descubrir los propósitos
por los cuales Dios instituyó el matrimonio (Gn. 2:18 -24).
4.1. Primer propósito: Compañerismo (Gn. 2:18). En el versículo 18, se encuentran dos
partes del plan divino, la primera es: "No es bueno que el hombre esté sólo". Cuando fue creado
el hombre, carecía de compañerismo, de alguien con quien dialogar y compartir su vida. Para llenar
este vacío en su vida, Dios formó a la mujer y se la dio a Adán, para que sea su compañera y evitar
su soledad, y así llenar su necesidad de ayuda idónea.
4.2. Segundo propósito: Complemento (Gn. 2:18). La última parte del vers. 18 del cap. 2 de
Génesis dice: "...le haré ayuda idónea". Cuando Dios llevó a Adán ante los animales, aunque estos
podían servirle en sus labores, no encontró a ninguno como su ayuda idónea. En Gn. 2:19-22,
encontramos la respuesta adecuada y la alfombra para nuestro entendimiento.
Dios formó a la mujer de la costilla de Adán, para que ella lo complementara. Pues, el
hombre solo, se encontraba incompleto. Tal es así que Adán expresa emocionado al recibir a la
mujer de la mano de Dios: "Esta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será
llamada varona porque del varón fue tomada" (Gn. 2:23).
Dios al formar a la mujer, lo hizo de tal manera apta para Adán. El sabía cual temperamento y
cual carácter, equilibraban y completaban el temperamento y carácter del otro. En la idoneidad entre
el hombre y la mujer, también existe una interdependencia entre ambos. Ella es débil donde él es
fuerte; ella es fuerte, donde él es débil. Los dos se ayudan mutuamente a crecer y madurar hasta
encontrar cada uno su desarrollo máximo y llegar a ser personas completas.
4.3. Tercer propósito: Unión (Gn. 2:24). Al unir a la primera pareja humana, Dios declara
que en el matrimonio los cónyuges, llegan a ser una sola carne. Esto indica no sólo unidad física sino
también psicológica y espiritual.
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• La palabra "carne" en su interpretación más común, es la unión sexual, sin duda esto expresa un
aspecto de la unión conyugal.
En Génesis 2:24, Dios menciona que ha hecho, dos provisiones para proteger la
inviolabilidad del matrimonio:
4.3.1. El primero: "Dejará el hombre padre y madre" (v. 24a). Esto no implica
abandonar ni descuidar a los padres, sino que es más saludable, vivir aparte, estableciendo su
propio hogar. Esto para salvaguardar la estabilidad conyugal. Al vivir juntas dos familias, siempre hay
el peligro que sucedan conflictos personales, entre la lealtad a los padres y la lealtad al cónyuge.
4.3.2. El segundo: "Los dos serán una sola carne" (v. 24c). Para proteger el
matrimonio, a fin de que ésta sea una fusión única y permanente, Dios prohíbe terminantemente toda
unión fuera del matrimonio (adulterio), porque no sólo afecta profundamente su personalidad y toda
la vida de los cónyuges (He. 13:4), también ofende a Dios, trae vergüenza y deshonra a su Nombre,
frena el avance de la obra y debilita el buen testimonio cristiano.
4.4. Cuarto propósito: Procreación (Gn. 1: 26-28). En el vers. 28, tenemos dos propósitos
divinos para el matrimonio:
Los bendijo Dios con el mandato de multiplicarse (procrear). Los hijos son una bendición
(Sal. 127:3-5). También reciben la orden divina de ejercer autoridad y dominio sobre la creación
(orden, disciplina, control, etc.), es decir, que junto con la procreación, debe tomarse en cuenta, las
provisiones (responsables), físicas, intelectuales y espirituales para los hijos.
4.5. Quinto propósito: Dominio (Gn. 1:28). El dominio sobre la creación incluye las siguientes
obligaciones:
• La protección del ambiente; la ecología estudia el balance delicado que existe entre los
organismos vivos y el ambiente. Por irresponsabilidad o por ignorancia de los seres humanos, los
recursos naturales se van agotando o deteriorando, el problema alarmante de hoy en día es la
contaminación del medio ambiente.
• La planificación familiar; existen razones poderosas para que todo ser humano actúe con
responsabilidad en cuanto a la procreación. He aquí algunas razones:
• La explosión demográfica, es alarmante. Los entendidos indican que a partir del año 2,000 habrá
en la tierra, 8,000 millones de seres humanos.
• La hambruna en el mundo, por falta de alimentos, ocasionada por la sequía y otros factores en
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• El dominio propio en favor de los demás. Para proteger el medio ambiente y el procrear hijos,
es necesario el control de si mismo. Según Gal. 5:22-23, una de las manifestaciones del fruto del
Espíritu es la templanza, que significa el dominio propio.
• El control de los hijos, es encomendado por Dios a todo matrimonio. Es responsabilidad de los
padres el control y crianza de los hijos en disciplina y amonestación del Señor (Ef. 6:4).
4.6. Sexto propósito: Testimonio (Ef. 5:22-27). Este pasaje contiene valiosas enseñanzas,
en cuanto a las relaciones entre los cónyuges. Pablo compara las relaciones entre los esposos, con
la relación que existe entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, ambos sirven como ministros de la
reconciliación del mundo con Dios. Si el esposo ama verdaderamente a su esposa así como Cristo
ama a la Iglesia y la esposa responde a ese amor, sometiéndose voluntariamente a la posición de
autoridad del marido en el hogar, entonces los demás serán impactados y atraídos a Dios por el
testimonio de la pareja cristiana.
5. EL HOGAR CRISTIANO
En el primer libro de la Biblia leemos lo siguiente: "Varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios"
(Gn. 1:27-28). Pero al contemplar en el presente orden de cosas, la crisis devastadora por la que
atraviesan los hogares, nos damos cuenta que algo anda mal entre nosotros. E) plan de Dios todavía
es bendecir los hogares. Y lo hará siempre que el hogar sea lo que El quiso que fuese. Porque él es
fiel a su designio y a su Palabra.
No mas Dos sino Uno. Dios ofició el primer matrimonio en el Edén. No hubo allá vestido blanco,
ni arroz, ni pajes, ni anillos, ni campanas. Esta fue la sentencia divina que sancionó el momento
sublime.: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una
sola carne" (Gn. 2:24). Como vemos es allí donde en realidad tiene su inicio la institución divina del
matrimonio. Por eso las páginas del Nuevo Testamento no hacen sino reafirmar esta realidad
inalterable; en Mateo 19:6, se enfatiza la indisolubilidad del matrimonio; en 1 Tesalonicenses 4:3, 4,
nos recuerda la exclusividad mutua entre la pareja; y en Hebreos 13:4, la pureza debe ser la
característica de todo matrimonio cristiano.
Así mismo, toda vez que los recién casados esten viviendo la angustia y la depresión por la
falta de una relación sexual satisfactoria, es preciso revisar la perspectiva bíblica referente al
propósito santo, bueno y justo de todo lo creado, incluyendo el sexo (Gn. 1:31; Ec. 3:11).
La Palabra bendita de Dios con su luz diáfana, puede iluminar el sendero de la vida de
aquellos que por temor, prejuicio, represión o frustración, son víctimas de los espectros de la
impotencia, causada por conceptos erróneos que afectan el desarrollo integral y la expresión de su
sexualidad como una dádiva de Dios para el disfrute sano, santo y bueno, dentro del matrimonio.
Los patrones culturales muchas veces se convierten en "ataduras", éstas pueden quemarse
con la verdad bíblica y el amor. Pero el sexo no es un fin en sí mismo. Nos pronunciamos
absolutamente contra la corriente hedonista y la perniciosa filosofía liberal de la así llamada "nueva
moralidad", porque tenemos la luz que no sólo conduce al punto de partida, sino que también es
fanal que alumbra el camino (Jn. 14:6; Sal. 119:105).
5.1. El camino del amor. No podrá brotar la semilla de la perversión cuando el terreno de
cultivo en el hogar ha sido regado incesantemente con el rocío del amor.
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La Palabra señala enfáticamente y con toda claridad que el esposo debe amar a su esposa
como a su mismo cuerpo. Cierto joven se quejaba ante uno de sus maestros en el Instituto Bíblico de
amar excesivamente a su esposa. El maestro le preguntó si la amaba como Cristo ama a la Iglesia.
El joven contesto: "!Ah! Por supuesto que no", -"Pues es mejor que comiences a hacerlo", le
recomendó el veterano.
La exhortación bíblica al respecto nos declara: "El amor es sufrido, es benigno, no tiene
envidia. No se goza de la injusticia, más se goza de la verdad" (1 Co. 13:4-6). Es abnegado, se
entrega. No hiere ni mortifica con el silencio. No bloquea los canales de comunicación. Siempre
escucha y siempre- responde. Romper la comunicación anula la unidad de los que deben ser uno.
Los esposos podrán enfrentar todos los problemas si están unidos el uno al otro, como la luz
al sol, es decir, no sólo físicamente, sino también social, psicológico y espiritualmente.
5.2. Una casa construida sobre peña. Pocas cosas podrán ser más lamentables que perder
en nuestro hogar la parte afectiva, moral y sobre todo lo espiritual. ¿Qué poaría dolemos más que
esta pérdida?. Sin embargo, puede suceder y de hecho ocurre todos los días.
No basta asistir al templo. Nuestra familia puede perderse, aun mientras uno canta y
participa, ocupando un lugar en las bancas del templo. Si deseamos evitar la catástrofe, hay que
edificar nuestro hogar sobre una base sólida: Jesucristo el Señor.
Así mismo, tenemos que ordenar nuestro hogar conforme al plan establecido por Dios, si
queremos que nuestro hogar funcione armoniosamente. Para la pareja de esposos: Pero quiero que
sepáis que Cristo es la Cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer" (1 Co. 11:3). Para
los hijos: "Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor" (Col. 3:20). De
lo anterior apuntamos lo siguiente:
• La esposa es ayuda idónea del esposo, y autoridad también sobre los hijos.
Reflexionemos: Una mujer piadosa como Sara, que respetuosamente de acuerdo con las
costumbres de su tiempo llamaba a su marido "mi señor Abraham", es de más estima que joyas
preciosas (Prov. 31:10). Hemos dicho que Dios quiere bendecir el hogar, pero en el orden que él
estableció. Esto es precisamente parte de la historia de Abraham. Dios le había prometido: "Haré de
ti una nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición" (Gn. 12:2). Y Sara
fue su mejor ayuda para alcanzar la promesa porque creyó con él (Heb. 11:11). Y porque creyó que
en la obediencia a la voluntad de Dios, mostrada en el respeto y obediencia a su marido, Dios obraría
en ella, en su esposo (y en su descendencia, bendiciendo a toda la familia. Y esto fue precisamente lo
que ocurrió (Gn.13:2).
Ahora bien, el marido debe oír a su esposa (Gn. 21:12), pero él debe tomar finalmente la
decisión y afrontar la responsabilidad para cumplir el plan de Dios. El marido falla cuando se
evade, se enajena, o cae en la irresponsabilidad. El esposo debe estar presente y dirigir el hogar
(Gn. 16:5-9).
mente, y hacen un fuerte contraste. La primera es que cuando me levantaba temprano por la mañana
para repartir periódicos, veía a mi padre de rodillas orando. Esto me causaba una impresión
profunda. La segunda cosa es haberlo visto rodando por el suelo mientras reía con nosotros. ¡Qué
combinación hermosa e inolvidable!
La honra que los hijos deben a los padres tiene que ser ganada por éstos, amándolos (Col.
3:21), protegiéndolos (2 Co. 12:14; Mt. 7:9,^ 10), constándolos (1 Tes. 2:11), y manteniendo una
relación íntima con el Señor. Esto último no sólo es realmente necesario sino vital (1 Jn. 2:13).
Los padres tienen también la responsabilidad de educar a sus hijos. No basta el alimento
diario o un lindo traje nuevo. Les deben la instrucción. Esto no significa solamente formación
religiosa, aunque implica necesariamente. Incluye formación e instrucción moral, social y académica,
tanto sistemática como asistemática.
Es bueno recordarles a los hijos: "No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres" (1 Co. 15:33). Pero vale mucho más una vida consecuente, un ejemplo que refrende el
consejo, un puente tendido entre la concepción teórica y la praxis. Porque no es lo mismo decirles a
nuestros hijos que Cristo viene, que llevar una vida expectante del retorno de nuestro Salvador, ante
la vista de ellos. Así sobre esta roca, nuestro hogar estará firme cuando azote el vendaval, y nada
podrá derribarla
5.3. La iglesia está en la casa. Es afortunado el que tiene una familia. Pero más dichoso es
ver que sus hijos anden en la verdad. Debemos ministrar en el hogar. La Palabra de Dios debe
compartirse primeramente en el hogar.
Clamemos con Moisés: "Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre tus hijos. Sea la luz
de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestros manos confirme sobre nosotros; si la
obra de nuestras manos confirma" (Sal. 90:16, 17).
6. CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA
Cuando nos referimos a la familia cristiana, lo primero que se nos viene a la mente es ¿Qué
significa ser cristiano? "Ser cristiano significa reconocer a Jesucristo como su Señor y Dios". Este
reconocimiento implica que los impulsos, los deseos y las aspiraciones personales están
subordinadas a la voluntad, a la dirección y a los propósitos de Dios para nosotros en esta tierra.
Entonces, ser cristiano significa no solamente haber puesto la vida sino también la familia bajo el
señorío de Cristo. Por tanto las normas y los principios que rigen el hogar cristiano no son dictados
por el medio ambiente, sino por las demandas y los designios del Evangelio del Reino. A
continuación veamos algunas características esenciales de la familia cristiana.
Esencialmente, es "en Cristo" que cada persona llega a ser una nueva criatura (2 Co. 5:17). Pues "en
Cristo" hemos sido bautizados (Ro. 6:3) y estamos "vivos para Dios" (Ro. 6:11). Y es "en el temor de
Dios" en que se espera la sujeción de los creyentes en general y de la familia en particular (Ef. 5:21-
23).
17
Reafirmamos lo expresado anteriormente, una familia es cristiana cuando los miembros que la
componen están "en Cristo", y cuando sus relaciones se establecen "en Cristo" y por estar "en
Cristo", la vida de cada persona y familia en general se nutre de la vida de Dios, como las ramas de
la planta de uvas descritas en Juan 15:1-10.
La familia que está "en Cristo" puede hablar con seguridad de "Cristo en la familia". Cristo, el
único "mediador entre Dios y los hombres" (1 Ti. 2:5), llega a ser también el mediador entre los
miembros de la familia cristiana. De tal manera que su presencia trascenderá la totalidad de las
relaciones de la familia.
No debemos olvidar que, el amor en la familia cristiana es al mismo tiempo un don y un arte.
Como un don, el amor se acepta ya que es parte de la providencia de Dios y, en la familia cristiana,
se puede experimentar este fruto del Espíritu Santo (Gal. 5:22). Como arte, el amor necesita
aprenderse y requiere conocimiento y esfuerzo. Es decir, "el amor es un sentimiento que debe
aprenderse".
Por tanto, ya que el amor proviene de Dios, los esposos no establecen la familia simplemente
en el amor que se profesan, como si ésta fuera invento de ellos o solamente sea el resultado de la
tendencia instintiva de procrear, sino que el AMOR, es Dios mismo (1 Jn. 4:8) y es El quien
fundamenta la familia en amor. Marido y esposa, padres e hijos cristianos están llamados a "andar en
amor"... como imitadores de Dios (Ef. 5:1-2).
6.3. La familia cristiana reconoce un orden de funciones establecido por Dios, para el
buen funcionamiento de la familia y lo respeta. El apóstol Pablo en 1 Co. 11:3 y en Ef. 5:21-23
describe un orden de autoridad para la familia cristiana. De estos pasajes se extraen ciertos
principios que sería bueno tenerlos siempre presentes: a la cabeza de toda autoridad esta Dios
mismo: "Dios (es) la cabeza de Cristo". "Cristo es la cabeza de todo varón", y "el varón la cabeza de
la mujer" (1 Co. 11:3).
Efesios 5:21-23 señala que así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella,
el marido debe amar a su esposa. A la vez, así como la iglesia está sujeta a Cristo se pide que la
esposa se sujete a su marido.
En nuestro siglo donde la ciencia y la tecnología con sus descubrimientos y avances están
asombrando al mundo, el asunto de la sujeción suena como un tema anticuado y provoca mucha
resistencia. Nadie quiere estar sujeto a nadie. La libertad se ha tomado ilusoriamente como un
asunto de hacer lo que uno quiere sin tener que dar cuenta a nadie. Notemos en los pasajes
anteriores que la sujeción no es una responsabilidad netamente femenina. Igual énfasis se hace en la
sujeción del creyente (varón) a Cristo y en la sujeción mutua (Ef. 5:21).
2 AMOR. El Nuevo Testamento distingue varios tipos de amor que la palabra en español no alcanza a distinguir. Se habla de afecto o
cariño (Storge, en griego) como amor. También la amistad (Philia) se define como amor entre amigos. La atracción física o erótica
(eros) también se llama amor. Y por supuesto el amor sobrenatural (ágape) como el amor de Dios que se da sin esperar recompensa se
le designa ágape (amor).
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La creación está sujeta a Dios (Fil. 3:2), Cristo está sujeto a Dios (Fil. 3:2) Entonces podemos
afirmar que sujeción no significa inferioridad o servilismo sino más bien el arreglo de cosas, una
cuidadosa organización a fin de que todo funcione bien para un propósito específico. En conclusión,
sujeción es una buena palabra, es parte natural de la convivencia humana.
6.4. La familia cristiana participa en la misión de Dios en el mundo. Los primeros cristianos
del nuevo testamento iniciaron sus cultos en los hogares y grupos familiares (1 Ti.. 3:15; 1 P. 4:17;
Hch. 2:46; 11:14; 15:15; 16:31; etc.). Hemos visto como la familia ha tenido un papel central en el
actuar de Dios en la historia. La familia sigue siendo parte de los planes de Dios para la redención de
la humanidad y para el servicio al prójimo. Así como la iglesia no existe para sí misma, sino para
llevar a cabo la misión de Dios. La familia cristiana tampoco existe para sí misma sino para la gloria
de Dios, participando en la misión. Entendemos por misión todo lo que Dios quiere hacer en esta
tierra y todo lo que él ha mandado a sus siervos a hacer, lo que incluye, tanto la evangelización como
el servicio al prójimo.
19
UNIDAD V
Se entiende que la familia es un organismo donde se permite el crecimiento integral de todos sus
miembros. Este crecimiento integral implica la satisfacción de las necesidades fundamentales (no
sólo las primarias o secundarias), las cuales las ubicamos en las siguientes áreas: afectiva (Ef. 6:1-
4), sexual (Gn. 1:27-28), e intelectual (Le. 2:21-38; 2:52). Así vemos a la familia cumpliendo
funciones básicas, como es el de: Reproducción y nutrición; las educativas y de socialización. La
familia para lograr un crecimiento adecuado, ha de contar con algunos elementos básicos que a
continuación detallaremos.
Como ya hemos tenido la ocasión de estudiar en el capítulo anterior, el esposo y la esposa han
de relacionarse mutuamente sobre la base del amor (Ef. 5:21ss). Este amor establecerá el marco de
referencia que no solamente modelará el patrón de relación entre los diferentes miembros de la
familia, sino que, a su vez permite un sano crecimiento de los mismos. Esta relación de amor
equilibrará el sentido de responsabilidad, dando paso a un co-liderazgo frente al sistema familiar:
"vosotros padres" (Ef. 6:4)). Asi el sistema estará liderado por "ambos", dando lugar a la congruencia
y evitando el desbalance en las relaciones familiares. Veamos las relaciones conyugales a la luz de
la Palabra
El orden divino para el ejercicio de la autoridad en el hogar, según estos versículos dan la
siguiente estructura de autoridad, no de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba:
Por recibir la autoridad de Jesús mismo, el esposo es responsable por la forma en la que maneja
el hogar; no tiene autoridad por sí mismo, pues algún día tendrá que rendir cuentas a Cristo por la
forma en la que ha cuidado de su esposa e hijos. También para la esposa, la autoridad es más
responsabilidad que un privilegio. En lo referente a los hijos y al manejo del hogar, ella le es
responsable a su marido.
En muchos hogares no se sigue el orden divino de autoridad. En muchos hogares, son las
mujeres las que toman las riendas y dominan. En otras, los hijos toman el control y dominan a sus
padres. El trastocar el orden de autoridad establecido por Dios para el hogar, trae consecuencias
fatales a corto, mediano y largo plazo.
• Según Efesios 5:21-33, el deber más importante del esposo hacia su esposa es amarla. Pablo, en
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los vv. 25 y 28, hace dos comparaciones, para explicar por qué el esposo debe amar a su esposa. El
amor del esposo a su esposa, debe ser como Jesús amó a la Iglesia con su amor de sacrificio.
Además, Jesús amó a la Iglesia, con un amor santificado. También, Jesús amó a la Iglesia, con un
amor sustentador.
Para que el hogar funcione armoniosamente y cumpla el propósito que Dios ha determinado para
la familia en la tierra, ha establecido que el esposo sea cabeza de la misma. Por lo que el esposo
debe ser consciente que esta autoridad es una obligación, y a la vez, una responsabilidad delante de
su Señor. Debe pues, asumir su rol de Jefe con humildad. Olvidar que la sumisión es un
sometimiento de los dos (Ef. 5:21).
2. Sin dejar de preocuparse por su apariencia externa, la esposa debe saber que la hermosura
interna es la más importante (3:3,4).
3. Pedro hace una exhortación a los esposos, con relación a sus esposas, de vivir con ella
sabiamente, dando honor a la mujer, como a vaso más frágil, protegiéndola y estimándola, como
coheredera de la gracia de la vida (3:7).
2.1. Permitir que la esposa sea socia igualitaria en el matrimonio. El éxito del matrimonio
no depende solamente del esposo, o de la esposa sino de ambos. Las decisiones importantes del
hogar, no las toma el esposo por separado, sino que debe hacerse en dialogo con la esposa. Esto
permite que se estimen y se consideren mutuamente. Ambos aceptan la responsabilidad del buen
funcionamiento del hogar. Se fortalece el compañerismo y el respeto y se deja de lado el egoísmo.
• Debe aceptar las responsabilidades que implica su posición. Responde ante Dios por el
bienestar físico, emocional y espiritual de los que están a su cuidado (Mt. 6:33; 1 Ti. 5:8; Dt. 6:5-
9).
• Debe ejercer su autoridad con un espíritu de amor (Col. 3:19). No en forma áspera, ni
autocrática (dictador), sino siempre en amor y buscando el bienestar de toda la familia; aunque
esto no implica ausencia de disciplina y autoridad.
2.3. Amar verdaderamente a su esposa. El amor es como una planta fina y delicada, que no
puede florecer, sin cuidarla y alimentarla constantemente. El esposo tiene que dar el ejemplo,
cultivándola. En cuanto más cultive y perfeccione el esposo su amor hacia su esposa, más
responderá ella con amor, trayendo paz y felicidad al hogar.
La esposa debe amar a su esposo y aceptarlo como cabeza del hogar. Las mujeres deben
prestar atención a los consejos bíblicos con respecto a su función de esposa:
3.1. El ministerio de amor. El verdadero amor, siempre busca ministrar a las necesidades del
ser amado (Hch. 20:35). La esposa debe empeñarse en descubrir las necesidades, los gustos y las
21
3.2. El arte de la sumisión. Es un arte porque requiere un verdadero esfuerzo para ser sumisa
y aceptar su posición bajo la autoridad del esposo, siendo a la vez una verdadera compañera para
él. Aun cuando el esposo no sea creyente, debe estarle sujeta sin ser servil (1 P. 3:1-2).
Se someterá a la autoridad del esposo, como al Señor, pero no permitirá que su esposo la
humille y deje de respetar su dignidad. Tampoco permitirá que su esposo la conduzca al pecado bajo
el pretexto de tener que obedecerlo.
3.3. Debe aceptar las responsabilidades de la maternidad (Ti. 2:4). Desde el comienzo de
la raza humana, Dios encomendó a la mujer la tarea de la maternidad. Esto tiene varios aspectos
importantes: Dar a luz, alimentar al hijo, cuidarlo, suplir sus necesidades físicas y emocionales, así
como educarlo y disciplinarlo.
Debe amar a sus hijos, enseñándoles las normas que Dios ha dado para que los hijos
respeten y obedezcan a sus padres, pero la madre debe respetar el individualismo y la personalidad
de sus hijos. Debe convertir la casa en hogar (Ti. 2:4-5). Pablo, indica además de las
responsabilidades hacia el esposo y los hijos, la esposa tiene el deber de cuidar su hogar.
La esposa debe cultivar una atmósfera de amor, aceptación y cariño, para el bienestar
familiar, donde el clima emocional sea lo más importante. La administración del hogar requiere de la
mujer mucha inteligencia e imaginación, creatividad y flexibilidad, para que funcione en todos sus
aspectos.
Por lo que es necesario que antes de salir a trabajar, las esposas dialoguen a fondo, sobre todo
los efectos que podría producir esta decisión en la vida familiar. Considerando los valores y
prioridades que tienen en la vida, a fin de no afectar, aquello que está por encima de las cosas
materiales. Se recomienda antes de la determinación final al respecto, someterlo en oración al Señor
por un tiempo prudencial.
Además se debe tomar en cuenta que las personas varían en sus capacidades e intereses. No
hay dos parejas ¡guales en cuanto a sus talentos, capacidades e intereses. Dentro de ciertos límites,
los esposos deben tener en cuenta su individualidad y dejar que cada cual desarrolle los dones que
Dios le ha dado. Cada pareja tiene que descubrir su propio patrón de relaciones en el hogar, para
suplir mejor las necesidades, con los dones que cada uno trae al matrimonio.
Es importante para el desarrollo sano de los hijos, la provisión afectiva, ésta provisión no viene
expresada en la abundancia de regalos para con los hijos, sino en la calidad de la relación
establecida con ellos. Es decir, hacerse presente, hacerse disponible a los hijos para legitimar y
satisfacer sus necesidades físicas espirituales y psicológicas.
El manejo de los recursos como la "gracia" v el amor de los padres serán definitivos en la
formación y el desarrollo de la identidad del ser. De los padres se espera una participación activa
22
que tenga en cuenta la disciplina y la amonestación del Señor (Ef. 6:4), pero a la vez los padres
están llamados a "no provocar a ira" ni "exasperar" a los hijos (Ef. 6:4; Col. 3:21); ira y exasperación
con frecuencia vienen como resultados de una posición inflexible que se apega a la regla y no se
abre al diálogo, que es la mejor alternativa para la solución aun de los problemas familiares.
En cuanto al deber de los hijos para con los padres, se espera un rol de obediencia mediada por
los mandamientos de Dios (Ef. 6:1-3). En estos versículos, el apóstol Pablo anima a los hijos a
obedecer y respetar a los padres. El hijo debe reconocer a sus padres como la primera fuente de
autoridad. Al avanzar en edad verán otras fuentes, tales como los profesores, y las autoridades
civiles. Pero si el hijo no aprende a respetar y obedecer a la autoridad de los padres, hay menos
posibilidad de que aprenda tal lección de otros. Algunos países están cosechando los frutos de la
falta de respeto a la autoridad, y esto es el resultado de que los padres no demandaron obediencia
de los hijos. La delincuencia juvenil es un problema mundial que tiene sus raíces en el fracaso de
muchos hogares.
La disciplina es un elemento muy importante para el hijo. La disciplina debe ser firme,
consistente y bondadosa. No hay lugar para el trato cruel que caracterizaba a algunos padres en el
pasado. Si el hijo tiene la seguridad de que los padres están disciplinándolo con amor, el respetará la
disciplina y no incubará resentimiento hacia ellos. Sería bueno que los padres no olviden nunca la
advertencia del apóstol Pablo descrita en Colosenses 3:21.
7. LA PATERNIDAD RESPONSABLE
La responsabilidad de los padres respecto a los hijos va más allá que el simple sostenimiento y
la instrucción. Alcanza hasta la procreación. No se puede coaccionar, ni siquiera presionar a nadie
para aumentar o limitar el tamaño de su prole o descendencia. Como personas humanas y como
creyentes, los cónyuges pueden y deben planear y regular la procreación, según lo demanda su
economía, su salud, etc.
Es cierto que la Biblia no dice nada sobre el control de la natalidad. Más aún, textos como los de
Salmos 128:3; Eclesiastés 6:3 y otros muchos textos que presentan la multitud de hijos como una
bendición para el marido; así como en Ira. Timoteo 2:15, presenta el criar hijos como una bendición
salvífica para la mujer. Sin embargo, no hay motivo para prohibir los anticonceptivos, con tal que
prevengan la concepción más allá de los hijos que uno pueda criar, alimentar y educarlos
debidamente.
Por ejemplo, en nuestra sociedad de hoy la desproporción entre los hijos deseados y los hijos
reales da lugar entre las mujeres a acciones desesperadas con graves consecuencias sobre su
salud, como es el someterse a abortos realizados en las condiciones menos imaginables, o el
infanticidio, el abandono, el maltrato y todas las lacras que ocurren aún en nuestra sociedad.
Aunque no está de más recordarles a las personas que en algún momento opten por alguno de
los métodos de control, el que previamente deban obtener una amplia y detallada información
médica hay las ventajas y desventajas de estos métodos de control y que no alteren su salud y
su ritmo normal de vida. Se admite como sabio evitar el uso de métodos microabortivos.
23
UNIDAD VI
Hay muchos factores que influyen en la felicidad conyugal, uno de estos, es el sexo y juega un
papel importante en el matrimonio.
1.2. ¿A qué se refiere la palabra "Sexo"? Qué significa?. Sin duda el término implica mucho
más que al simple acto sexual. Abarca todo lo que distingue al hombre de la mujer, tanto en sus
diferencias espirituales y emocionales, como en sus diferencias físicas.
Algunos opinan que el cuerpo humano y en especial el sexo son malo en sí. Por ejemplo, los
filósofos griegos como Platón, enseñaron así y esto influyó en el mundo de aquel entonces por
muchos siglos y aún influyen hoy en día. Decían que el cuerpo no es sino la prisión del espíritu
humano y por lo tanto culpable de toda clase de problemas, como la enfermedad, la lujuria, las
guerras, etc. Entre los padres de la Iglesia, como San Agustín (siglo V) enseñaban que el acto
sexual, obstaculiza la santidad de la persona.
Según Gn. 1:27 y 31, la Biblia enseña que el cuerpo no es malo ni que sea la fuente de toda
maldad. Al contrario, afirma que cuando Dios creó al hombre y a la mujer, vio Dios que todo lo que
había hecho era bueno. 1 Co. 6:19 indica-que el cuerpo es templo del Espíritu Santo. Pablo, 1 Co.15
lo dedica al tema de la resurrección corporal y que éste, después de la resurrección será
transformado y que el cuerpo en sí no es malo. Además el apóstol indica en Gál. 5:19, que la fuente
de la naturaleza pecaminosa es la "carne"; y lo que contamina al hombre, (Mr. 7:20-23), es el
corazón (alma).
3.1. El primer propósito es la unión (Mt. 19:5 y Ef. 5:31). Según Génesis 1:28, la creación
del sexo tuvo el propósito de promover la unión conyugal, "Y serán una sola carne". Esto no sólo se
enfatiza en el Antiguo Testamento, sino también en el Nuevo Testamento: por Jesús y Pablo. Dios
puso en el corazón del esposo y de la esposa, la necesidad profunda de amarse, consolarse y
ayudarse mutuamente, aunque existe entre los dos una interdependencia. 1 Co. 7:5, indica el papel
importante que juega el sexo dentro del matrimonio. Únicamente bajo consentimiento mutuo y
durante un tiempo limitado, deben los esposos negarse el uno al otro. Por lo tanto, el deseo de Dios
para los esposos, es que tengan relaciones sexuales para conservar su unidad.
He. 13:4, demuestra que Dios condena como pecado, la unión sexual fuera del matrimonio; por
lo tanto, solo en el matrimonio es válido. En segundo lugar, ésta relación debe ser una expresión de
amor. Cualesquiera que sea la pasión, la lujuria o los intereses personales egoístas los que
impulsen el acto sexual, perderá su significado moral, espiritual y caerá a su nivel animal.
25
UNIDAD VII
1. LA COMUNICACIÓN
1.2. La comunicación del amor. En todo hogar cristiano feliz, es necesario alimentar el amor,
experimentar el amor, expresar el amor. Esta meta no es tan fácil como parece.
2. EL DIALOGO
El diálogo también juega un rol de suma importancia en la buena marcha del hogar. Veamos su
importancia en el matrimonio:
• El diálogo facilita el crecimiento personal; cada cual aprende a conocerse así mismo,
experimentan en su relación con nuevas ideas, compartir sus problemas más profundos, pedir y
recibir consuelo, consejos y perdón, etc.
• El diálogo ayuda a resolver conflictos, entre esposos e hijos. Los conflictos ocurren en unos más
que en otros. Muchos matrimonios han fracasado porque nunca encontraron la forma de resolver sus
conflictos de una manera justa y madura por ambas partes. Pero a la vez, muchos han encontrado la
manera creativa para solucionar desacuerdos surgidos entre ambos y el dialogo provee la salida
para las dificultades que se nos presentan en el quehacer diario.
3.1. Los dos aspectos del diálogo (Ec. 3:1; Stg. 1:19)
• Hablar.
26
• Escuchar.
• Con atención; responder con preguntas inteligentes, buscando la clarificación (Pr. 15:28).
• Con paciencia; la persona que escucha guarda silencio y demuestra interés en lo que el otro
dice (Pr. 18:13).
• Con simpatía; significa proveer una atmósfera de aceptación que permita a la otra persona tener
confianza (Ro 12:15).
4. LA COMUNICACIÓN CONYUGAL
Según Thomas Hora: "El hombre para entenderse a sí mismo, necesita ser entendido por otros".
"Para ser entendido por otros el hombre necesita entender a otros".
¿Qué es la comunicación? ¿En qué consiste la conciencia psicológica de este arte? ¿Cómo
podemos mejorar nuestras habilidades en la comunicación?. Según Proverbios 15:23: "El corazón
del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios".
El libro de Génesis nos dice tocante a la primera pareja: "Por tanto, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne" (Gn. 2:24). La palabra "carne" no
se refiere de modo primario a la unión sexual. En el hebreo significaba también "ser" o "persona".
Por consiguiente el convertirse en una sola carne significaba llegar a ser una sola persona. Lo que
permite esa unificación entre las parejas no es solamente la ceremonia matrimonial, el que vivan
juntos en una casa, el que coman juntos en una mesa, sino la capacidad que tengan de
comunicar sus sentimientos, sus sueños, sus frustraciones el uno al otro. La unidad conyugal
se forja a través de la comunicación nítida.
La fuente debe también probar correctamente el silencio del receptor o cualquier otro "ruido"
que pudiera perjudicar. A veces los malos entendidos afectan momentos de tranquilidad y recreación
entre los cónyuges. Se precisa una verificación del mensaje dado que sea fiel a la idea original de la
fuente. Los deberes del receptor básicamente son dos:
2. Adquirir información. Debe tenerse mucho cuidado en este aspecto, ya que muchas veces se
oye lo que se quiere oír únicamente. No se toma en cuenta el resto de las palabras que se
comunican. El papel del receptor es concentrase a decodificar o interpretar los datos que ha
compartido su fuente.
El ser humano no es una computadora; es una persona. No es sólo cabeza, sino también
corazón. En Ja comunicación se debe tomar en cuenta no sólo lo que se dice, sino también
cómo se dice. Jesús dijo: "Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Le. 6:45). En el
corazón se asientan las actitudes, las emociones y los sentimientos del hombre. Estas realidades
espirituales afloran a través de cada palabra. El desafío para todo cónyuge es entender su mundo
emocional, identificar sus sentimientos, estar conciente de la actitud con que trasmite su mensaje.
Cinco elementos se conjugan en el proceso de la comunicación:
1. Interpretación. Son todos aquellos significados que se realizan en la mente para entenderse a
uno mismo, a otras personas, y situaciones determinadas. Implica un proceso de comprensión.
2. Percepción. Es una sensación interior provocada por la información de afuera que viene a
través de los sentidos. Los sentidos dan noticia de los datos crudos que palpan, huelen, gustan,
oyen y miran. Trabajan como un reportero de noticias.
3. Sentimiento. La conciencia íntima tiene una actitud emocional, una emoción. Puede tener un
sentimiento de debilidad, pesar, aflicción. Esta experiencia envuelve una sensación inmediata al
cuerpo físico. Los sentimientos son como un barómetro. Alertan lo que pasa y de esta manera
ayudan a la persona a reaccionar en circunstancias determinadas.
4. Voluntad. Tiene que ver con lo que uno quiere en alguna situación. La voluntad es la firmeza del
alma en lo que desea: amar, perdonar, odiar. Implica una actitud de movimiento hacia algo o
alejamiento de ello. La prerrogativa de la voluntad es revisar diferentes alternativas de acción antes
de tomar libremente una decisión final.
5. Acción. Es lo que se hace ahora, o lo que se hizo o se hará más tarde. No se debe confundir
con la voluntad. Aquí se habla de qué hacer y no de la intención.
1. La atención. Por mucho tiempo el escuchar era el único medio de aprendizaje. En nuestros
tiempos esta capacidad está en un pobre subdesarrollo. Los colegios y universidades con frecuencia
ofrecen seminarios sobre: "Cómo hablar en público", 'Cómo incrementar la rapidez en la lectura",
pero nunca he oído algo sobre "Cómo mejorar la habilidad de escuchar". Es una realidad paradójica
28
Comúnmente las palabras "oír" y "escuchar" se aceptan como sinónimos. Pero tienen una
marcada diferencia. "Oír" es percibir un sonido. "Escuchar" implica un proceso continuo de
percepción, interpretación, asociación, asimilación y reacción. El escuchar demanda una
atención concentrada. Se puede oír la música de un radio, mientras se debe escuchar al cónyuge.
2. Confrontación. Las desavenencias en los hogares son normales. Aunque el camino hacia la
solución es un poco escabroso, podemos encontrar algunas guías. Hay que reconocer los
sentimientos que uno mismo tiene, describir nuestra experiencia emotiva y compartirla con nuestro
cónyuge.
En segundo lugar, se puede usar la imaginación y pensar como si uno mismo se estuviera
confrontando. Hay que preguntarse: ¿Cómo aceptaría yo una confrontación como ésta?. No es malo
repetir algunas frases como una forma de poner énfasis y clarificar. Ante todo debemos tomar en
cuenta el consejo de la Palabra de Dios que dice: "siguiendo la verdad en amor" (Ef. 4:15). Tomemos
esta actitud para discutir cualquier desavenencia conyugal.
Para asegurar una interpretación correcta podemos observar tres formas de hacerlo: 1) Captar el
mensaje básico. Resumir la idea principal del mensaje; 2) Parafrasear esta idea para confirmarla;
3)Sumar el propio entendimiento de lo que significan los mensajes en términos de nuestra propia
explicación de los motivos, defensas, necesidades o la manera en que fueron expresados.
Procuremos entender a fondo y con sinceridad el mensaje oído.
Por otro lado, se debe invertir tiempo en palabras que redunden en el respeto y la estima entre
ambos. A veces la esposa se siente como una empleada sin salario, sin ninguna trascendencia
significativa. El marido por su parte reduce su imagen a alguien que trae el dinero a la casa para el
mantenimiento. El concepto de la familia es bien pobre.
La Palabra de Dios nos ofrece modelos de mensaje que pueden revitalizar la imagen que se tiene
de uno mismo, transformar el concepto a un plano superior. De la esposa, la Biblia dice: "Amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella", "El que
ama a su mujer a sí mismo se ama", Vivir con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
tengan estorbos" (1 P. 3:1-7).
Pensemos en la dignidad que Dios ha dado a la esposa. Formulemos mensajes que cultiven el
concepto bíblico de la esposa. Se debe contrarrestar el concepto comercializado y bajo de nuestra
sociedad.
En cuanto al esposo, la Biblia dice: "Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor,
porque el marido es la cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
29
En cierta ocasión un esposo había tenido un día muy agotador. Atendió diligencias pastorales.
Grabó tres programas de radio. Predicó en el culto de la noche. Más tarde estudió la tarea por
correspondencia hasta las horas de la madrugada. AMía siguiente tenía que levantarse temprano
porque debía dictar clase en el Instituto Bíblico. Se despertó cansado. Sentado sobre la cama sin
tener ganas para nada, oyó que su esposa muy alegre preguntó: "¿Cómo amaneció mi rey esta
mañana?". Estas palabras le inyectaron ánimo, actitudes nuevas. Su día fue transformado.
Revitalicemos la vida de nuestro cónyuge con nuestros mensajes. "Manzana de oro con figuras de
plata es la palabra dicha como conviene" (Prov. 25:11).
30
UNIDAD VIII
• Cuidar las actitudes, la Biblia enseña mucho acerca de la importancia de las actitudes (Pr. 10:12;
20:22; 24:29; 25:12 y 15; Ef. 4:31-32). El alumno debe llenar los espacios según las indicaciones
del profesor.
Actitudes Condenables
1.- ___________________________________________________________
2.-___________________________________________________________
3.-___________________________________________________________
1.
2.
• Se debe tener sumo cuidado en el empleo de las palabras, pues éstas pueden exaltar aun los
ánimos, así como apaciguarlos (Prov. 15:1; Ef. 4:25, 29,31,32; 5:4, 6, 12,19, 20.
Algunos de estos factores están presentes en todo matrimonio y se acumulan hasta terminar en
conflicto abierto: las diferencias de opinión, las tensiones producidas por alguna crisis familiar, las
aspiraciones frustradas o las pequeñas heridas e irritaciones, descuidos, desconsideraciones que se
cometen en la vida diaria.
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2.1. El Ataque Directo. Muchas personas responden al enojo, en forma inmediata y directa, en
palabra u obra, físico o psicológico:
2.2. El regaño continuo. Esta táctica tiene por objeto controlar a la otra persona para
conseguir lo que se desea. Los regaños continuos tienden a minar o herir la resistencia o paciencia
de la otra persona. Ejemplo: "Siempre haces lo que te da la gana; Nunca obedeces lo que te indico".
2.3. La Rabieta. Así como actúan algunos niños, hay adultos que utilizan esta táctica para salir
con su gusto o ganar la discusión con su cónyuge.
Se ponen de mal genio; amenazan con abandonar el hogar o guardar silencio melancólico y
no quieren comer, con tal de que su pareja se compadezca y ceda a sus deseos.
2.4. La Colección de ofensas. Son personas que nunca olvidan una ofensa y las van
acumulando poco a poco, dejando que el enojo hierva a fuego lento. Cuando estalla el problema,
muchas veces son tan desproporcionados con la ofensa inicial que comenzó.
2.5. El Silencio. Es una arma peligrosísima. La persona que no contesta, no mira a la otra
persona, tratándola como si no existiera. Esta actitud es infantil y crea otros problemas.
2.6. El Escape. Cuando la persona está frente al problema o conflicto, en lugar de buscar la
solución, trata de salir del problema evadiéndolo. Esta actitud genera en la otra, frustración. Si desea
enfrentar el problema y realmente buscar una solución, jamás se debe recurrir a esta treta.
El enojo no es malo en sí (Ef. 4:26). Veamos cómo manejar de forma constructiva, las riñas que
puedan surgir en el hogar y que produzcan resultados positivos en la vida matrimonial.
3.1. El Diálogo. Es el proceso más eficaz para resolver el conflicto conyugal. El matrimonio
que ha aprendido a dialogar como parte normal de su vida común, no tendrá dificultades cuando
confronte los conflictos que presente. Hay que tener presente algunas reglas:
• Tratar un sólo problema a la vez. Si hay otros problemas, déjelo para otra ocasión y vaya
directamente al punto principal del problema más inmediato.
• Tener presente las metas y prioridades. Las personas maduras reconocen que ambos
cónyuges tienen algo de culpa. Lo importante es que se suplan, las necesidades de ambos y que
la armonía conyugal se restaure.
• Continuar hasta dar solución al problema. El conflicto no se considerará resuelto hasta que
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ambas partes lleguen a un acuerdo mutuo sobre la solución. Para ello se requiere un triple
esfuerzo de ambos:
- Los dos tienen que tomar parte en las decisiones que se tomen para resolver el problema.
• Hacer las paces. Este paso no será difícil para las parejas que han dado los cuatro pasos
anteriores. No habrá rencor en su corazón. La reconciliación debe ser un hecho y las
expresiones de amor de ambos, curarán las heridas producidas, dispuestos a pedir perdón a su
cónyuge.
• Poner en práctica las decisiones tomadas. Una cosa es tomar decisiones, otra es cumplirlas.
En algunos casos, han vuelto a la situación de antes. El conflicto surgido y superado indica la
necesidad de hacer algunos cambios.
3.2. El Perdón
• Lo que si es perdonar: el significado cristiano del perdón, va más allá del significado legal y
psicológico del término.
• En el concepto cristiano; es más que todo un acto de sustitución. El cristiano acepta el peso
y lleva sobre sí el dolor del hecho de la otra persona, tal como lo hizo Jesús en la cruz. El pagó el
precio total por el perdón. Así debe ser el perdón en el matrimonio.
4.1. Cuando el amor se ha enfriado. Éste es el más delicado de todos los problemas. Es un
proceso que empieza con el enfriamiento gradual del amor a causa del descuido en todas las
relaciones conyugales. Se permiten que se vayan acumulando una multitud de pequeñas quejas y
agravios hasta que esto no soporta más. Parece que la última chispa del amor se ha apagado. La
única solución: separación.
4.2. Medidas para salvar el matrimonio. Buscar la reconciliación a través del diálogo. Ambos
deben reconocer que cada uno de ellos tienen parte de culpa. Consagrarse de nuevo al Señor. No
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volver a cometer las mismas faltas. Buscar ayuda consultando algunos libros sobre el matrimonio.
Buscar ayuda de una tercera persona: el Pastor o un consejero matrimonial.
4.3. Recursos espirituales. Sin pretender ser exhaustivos, creemos que los recursos más
decisivos son: la gracia, la revelación, el Espíritu Santo, la Iglesia.
4.3.1. La Gracia. Es a través de ella que Dios ha decidido tratar al hombre ("Por gracia
sois salvos"). Gracia es la expresión del favor inmerecido de Dios para con un nombre caído.
Mediante la gracia el hombre y la mujer han sido aceptados; por ella hemos recibido esto.
Satisfechos a este nivel, hombre y mujer se encuentran libres para poder darse incondicionalmente y
este darse determinará su mutua aceptación y valoración. Por la "gracia" evitamos, pues, desarrollar
relaciones posesivas o dominantes; esta nos hace libres para relacionarnos sin quedar "fusionados".
4.3.2. La Palabra. Pablo, en una de sus cartas, expresa: "Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir en justicia..." (1 Tim. 3:16). La
pareja es el primer grupo humano que nabló con Dios. Ella, pues, tiene una larga historia de
sensibilidad espiritual. Ella, más que cualquier otro grupo humano, está llamada a apreciar el valor de
la salvación. La Palabra en manos de la pareja cumpliría un papel instructivo, responsable,
amplificador y modificador. En la Palabra vemos, pues, un recurso de carácter preventivo, de
intervención, regulador. Por este recurso la pareja cobra visión, enfrenta las crisis, regula su
interrelación y futuro.
Los recursos de la Gracia y la Palabra nos parece que son indispensables. Gracia
y Palabra afectan a la persona humana y le dan su valor y le capacitan para realizarse
independientemente de la estructura matrimonial. Y es que para la Biblia somos primeramente
personas antes que parejas.
4.3.3. El Espíritu Santo. Nos referimos en especial al "fruto" del Espíritu Santo (Gál.
5:22-25). Involucrados dentro de la estructura de la pareja, garantizarán, entre muchas cosas, la
fidelidad, la pasión, la generosidad, la comunicación, aceptación y restauración con dignidad (Ef.
4:31-32) y, sobre todo, como lo ha dicho el Doctor Douglas Miller, el crecimiento, goce y riqueza de
la sexualidad.
4.3.4. La Iglesia. Vemos en este recurso la provisión de la "familia extendida" como una
opción para la pareja moderna que está perdiendo el vínculo con su "familia extendida", pérdida a la
cual varios autores le atribuyen parte de la crisis de la pareja moderna. Ubicados dentro del Cuerpo
de Cristo, la pareja tiene al acceso de personas con dones especiales: fe, discernimiento,
consolación, consejo, el uso de otras experiencias, personas adultas, a la participación de
programas de enriquecimiento, y sobre todo, a una gran oportunidad de servir a otros y así cobrar
aprecio por sus propios logros y méritos. La iglesia se presenta también como un recurso valiosísimo
para los separados o divorciados. Aquí podrían encontrar aceptación, sanidad emocional, apoyo y
recursos para encarar la realidad de enfrentar solos un hogar y, sobre todo, oportunidad de socializar
sanamente y evitar la marginación del resto de la sociedad, por considerárseles un estigma.
UNIDAD IX
La esposa del pastor está casada con el personaje más visible de toda la congregación. Sin
embargo, ella es la persona a quien menos se toma en cuenta. Consultas, peticiones, comentarios,
para todo lo buscan a "el". La situación es tensa y se acentúa cuando la esposa es también ministro.
Es difícil salir de escena, dejar el papel principal y desempeñar otro no tan notorio. La mujer
obrera al casarse declina al primer puesto, de ahí en adelante desempeñará su ministerio a la
sombra del esposo. No es lugar sobresaliente, atractivo, pero es un papel tan importante que el
obrero no sería el mismo sin ella.
La sabiduría divina establece que la mujer está sujeta a su marido. ¿Debe entonces sujetarse
aún en el ministerio? ¿Qué ventajas ofrece la sujeción?
1.1. Seguridad. La naturaleza del ministerio demanda una actitud personal libre de toda
condenación. Ceñirse a la voluntad de Dios es el único camino. La sujeción constituye sólida
plataforma desde donde se proyecta el ministerio. Cuando la mujer sabe que actúa correctamente,
se siente segura, protegida, respaldada. No se trata cíe competir con el varón en la obra. La
competición saca chispas, ocasiona roces y deja un amargo sabor de tristeza en el corazón. La
mujer se siente discriminada, rechazada. La sujeción le autoriza a ejercer el ministerio pleno con
todos los recursos espirituales a la mano y le brinda el respaldo de Dios.
1.2. Descanso. Espiritual, mental y físico. En la obra surgen situaciones de mucha tensión. En
el nivel espiritual se desarrollan luchas colosales. El enemigo bombardea la mente con dudas y
reproches, aún el cuerpo parece desfallecer. Después de un trabajo intenso y bendecido, es fácil
sentirse como Elias. Agotado y miserable. Pero el saber que se actúa correctamente, alivia y da paz,
bendita paz que permite levantar la cabeza ante Dios y darle gloria. El saber que se está en la
voluntad del Señor renueva aún la fuerza física. Mientras ja obrera está ministrando, ni hombre ni
ángel podrán reclamarle nada si lo hace en sujeción, en acuerdo con su esposo.
1.3. Gozo. El gozo es elemento indispensable de la felicidad. La mujer ministro que sabe
sujetarse, dar al esposo el lugar que le corresponde, logra en su matrimonio un deseable nivel de
comprensión y entendimiento, que produce gozo y tranquilidad. También se disfruta a través del
respeto mutuo que trae la sujeción.
1.4. Sujeción. El ser humano considera que sujetarse a otro es rebajarse a si mismo. De
ninguna manera sucede esto con la mujer en el matrimonio. Es simplemente ocupar su sitio,
desempeñar la función para la cual fue creada. La mujer se engrandece cuando ocupa su lugar.
Llega a ser reconocida, amada y respetada.
1.4.4. Reconociendo que él es la cabeza del hogar y responsable de la iglesia ante Dios.
• Para quien una flor entregada con un beso, tenga más valor que un ramo enviado con un
mensajero.
• Que tenga siempre sus brazos extendidos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta
inseguro.
• Para quien cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente, aceptando el dolor
y la alegría con igual serenidad.
• Para quien los contratiempos sean más bien estimulo que adversidad, que goce dando y sepa
recibir.
• Que no tenga miedo de amar, ni se envanezca porque es amada, cuando la encuentre: la amaré
intensamente.
El papel que la mujer desempeña actualmente dentro y fuera del hogar, está siendo muy
discutido. Hay quienes representan una línea que podríamos llamar tradicional y afirman que el lugar
de las mujeres está en su casa. Otros, que los tiempos han cambiado y que la mujer está capacitada
para desenvolverse fuera del hogar, en la vida profesional y del trabajo, las mismas mujeres no están
de acuerdo a este respecto. Así podemos decir, que el papel de la mujer en el mundo actual está en
crisis.
2.1. La mujer como esposa. No podemos considerar a la esposa sin tener que remitirnos a las
Sagradas Escrituras, pues nos interesa sobre manera lo que ella nos dice sobre el matrimonio y el
hogar.
Que una persona se aparte de los vínculos paternos, para unirse íntima y perdurablemente
con otra que antes le había sido extraña, demanda un grado considerable de madurez. Esta madurez
se expresa en un amor que se entrega y en la capacidad de compresión que implica el compromiso
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de la vida de uno hacia otra persona. Por eso el matrimonio no es para niños, sino para personas que
"han crecido". El déficit de madurez que llevan los contrayentes al matrimonio, es difícil de
compensar.
No olvidar que antes de que el hombre sea apto para el matrimonio, en su familia ha
conocido ya estas dos relaciones en su propia casa, aunque como espectador. Cuando el hombre y
la mujer aceptan el vínculo matrimonial, ambos llevan a su nuevo hogar las experiencias de las
familias de las que proceden. Estas experiencias pueden ser una ayuda o una hipoteca, Pues el
ejemplo del matrimonio de los padres tiene una marcada influencia sobre el nuevo matrimonio de la
que normalmente se cree o se quiere aceptar.
En la creación Dios hace la observación, de que "no es bueno de que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea para él"(Gn. 2:18). Es decir: en los planes de Dios, la mujer es la ayuda idónea,
que vale por capaz, suficiente, con buena disposición e increíbles potencialidades. Hombre y mujer
se complementan en el matrimonio, brindándose ayuda mutua.
En la Torá, el libro de la ley judía, traducen "ayuda idónea" por "ayuda pareja" Una yunta de
bueyes, para que sirva, tienen que jalar parejo.
Cuando la esposa pierde la identidad como ayuda idónea del hombre, viene una crisis que
me atrevo a llamar "teológica", porque deja de cumplir el propósito para el cual fue creada por Dios.
Esta idoneidad, en la Biblia, se presenta con diferentes matices. Mencionaremos algunos, aunque
sea ligeramente.
2.2. La mujer como ama de casa. Los quehaceres que la esposa desempeña en la casa, son
elementos de influencia unificadora y educativa: dan sentido de estabilidad y seguridad en el hogar,
particularmente a los hijos. Es la esposa la que hace de una casa, un hogar. Ella hace grata la
estadía de la familia en el hogar, donde lo importante es la convivencia y la unión de la familia, que
dependen principalmente de la actitud y disposición de la esposa. No importa que viva en una casa
modesta y de pocos recursos: la esposa determina el ambiente grato y confortable del hogar.
Proverbios, 31 nos da el retrato de una perfecta esposa y ama de casa.
2.2.1. Con voluntad trabaja con sus manos, (v.13). La casa está limpia, ordenada. La
mujer trabaja, no está perezosa. Y trabaja, "con voluntad", de buen grado, no a la fuerza, ni
repelando, su "neurosis" doméstica.
2.2.2. Trae pan de lejos (v.14). El pan es el alimento diario, Aquí se habla del ministerio de
la cocina; es la cocina un ministerio? Sin lugar a dudas, Si La cocina es muy importante para hacer
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2.2.3. Se levanta temprano (v.15). Para que el tiempo ajuste, hay que madrugar. Tiene
que ser una buena administradora del tiempo.
2.2.4. Considera la heredad (v. 16). Es considerada en todos los aspectos. El dinero es
causa de dificultades en los matrimonios. La mujer debe saber manejar el dinero y considerar lo que
tiene, con lo que cuenta, y de acuerdo a eso, distribuir. Para que el dinero rinda, hay que darle la
primera parte al Señor. Pueden haber angustias económicas, pero el dinero no lo es todo en la vida:
el Señor provee para nuestras necesidades (Fil. 4:19). No andar "dando lastima": "mi marido no me
da". O "como mi marido no gana mucho, el pobrecito no tiene...". Es considerada en cuanto al
trabajo del esposo.
2.3. La mujer como esposa idónea. El concepto de idónea es la señal o marca que una
persona imprime a través de su modo peculiar de ser; y se dice también que es el conjunto de
cualidades morales, heredadas adquiridas, que condicionan la conducta de una persona,
distinguiéndola de las demás. Tenemos nuevamente el libro de Proverbios para presentar algunas
características de la esposa idónea.
• Es prudente (31:26), prudente vale por moderada, mesurada, modesta, discreta, sensata,
juiciosa, formal, reflexiva, cuerda,... Prudente en sus palabras (31:26). Porque "abre su boca con
sabiduría.... La ley de clemencia está en su lengua".
• Es Leal (31:11,12). "El corazón de su marido está en ella confiado... le da ella bien no mal todos
los días de su vida". La lealtad de la esposa a su marido es básica. No se trata de no engañarlo, ni
siquiera lo planteamos, sino saber "guardarle la espalda". Pésima costumbre de la esposa, es el
estar siempre quejándose de su marido. Desacreditándolo en público y poniendo en ocasiones al
descubierto cuestiones intimas del hogar. ¿Cómo puede estar confiado el corazón de un marido en
una mujer así?.
Hermana, debe orar mucho y luchar para que digan de Ud.: "Se levantan sus hijos y la llaman
bienaventurada; y su marido también la alaba. Muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasas a
todas. La mujer que teme a Jehová, ésa sera alabada" (Proverbios 31:28-30).
• Reservar los fondos necesarios para varios días sin interrupciones, para la luna de miel. Dt. 24:5,
"Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosase le ocupará; libre
estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomo".
Ro. 13:8, "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros".
Ef. 5:31, "Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre..". La pareja no debe casarse sin el
consentimiento de los padres. Ef. 6:1.
Ef. 4:26, "No se ponga el sol sobre nuestro enojo". Co/. 3:13, "Soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros".
• Buscar consejo espiritual si no se puede solucionar un conflicto durante una semana. Gál. 6:31,
"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en una falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con
espíritu de mansedumbre...". He. 12:14,15, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie
verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna
raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados".
Col. 3:15-17, "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros". Ef. 5:26-27, "Habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por la palabra".
• El esposo debe estar 100% comprometido a amar a su esposa. La mujer debe estar 100%
comprometida a someterse (Ef. 5).
1 Co. 11:3, "Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la
cabeza de la mujer". Ef. 5;23, "Porque el marido es la cabeza de la mujer, así como Cristo es la
cabeza de la iglesia". 1 Ti. 3:4, "que gobierne bien su casa".
UNIDAD X
En la estabilidad y felicidad del hogar juegan un papel muy importante los suegros. Estos han
tenido que desprenderse, unos de un hijo y otros de una hija, y los miran formar un hogar. Sienten el
dolor de la independencia de una nueva generación. Puede ser que al principio surja resistencia; en
el caso del joven, la resistencia es pasiva; en el caso de la señorita la resistencia es activa.
En un noventa por ciento los padres de la señorita se han resistido tratando de negar la mano de
su hija. Es lógico. No es una gata la que va a regalar; sin embargo es una ley que se tiene que
cumplir. Cuando los padres niegan la mano de su hija para que se case, muchas veces esta actitud
negativa na traído consecuencias muy duras y penosas.
Si la joven quiere al muchacho y no se le permite, ya cuando han llegado a esta altura es difícil
detenerla; se saltan la cerca trayendo deshonra a sus padres. Lo recomendable es orientar a la hija
antes que se enamore. Pero si permito que fulano sea el novio de mi hija y cuando ellos decidan
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casarse me opongo, sería una locura. Lo más probable es que se van a fugar.
1. EL SUEGRO Y EL YERNO
Los yernos llegan a ser miembros de la familia de los suegros. Al reconocer esta verdad y
aceptarla se evitará esa falta de comprensión que ha hecho famosas a las suegras. Oí de uno que
venía arañado en la cara y con su ropa toda desgarrada. Un amigo le encuentra y le pregunta: -
¿Qué te ha sucedido?. Ei responde - pues, nada. Vengo de sepultar a mi suegra. - Pero ¿por qué te
encuentras con la ropa rota y la cara arañada?. - Es que la sepulté viva. En más de una ocasión he
oído a casadas decir: "Mi suegra me está destruyendo el hogar".
Cuando una pareja forma un hogar debe hacerlo fuera del hogar paterno. Los suegros deben
dejarlos llevar la vida por su cuenta. No deben entrometerse en el desarrollo de aquel nuevo hogar.
Si los recién casados tienen problemas, y los tendrán por cierto, que los resuelvan solos, que le
hagan frente a la situación para que aprendan y adquieran experiencia. Si los suegros están metidos
en todo de lo del nuevo nogar, los jóvenes no aprenderán y sus suegros harán el papel de muletas o
de estorbo.
Un hogar estaba al borde de la destrucción. Al investigar bien cuál era la razón. Se descubrió
que era la suegra del esposo. Esta señora llegaba constantemente a visitar a su hija. Como no vivía
en la misma posición económica del hogar paterno, le aconsejaba que volviera a casa, que allí no le
iba a faltar nada. "Hombres hay muchos, padres, sólo dos", le decía. Estas palabras habían creado
un clima de inconformidad en la joven esposa a tal grado que el pobre esposo no podía cumplir sus
exigencias. Las suegras no deben dirigir y gobernar el hogar de sus hijos. "Entre casados y
hermanos, nadie mete su mano". "El que se casó se apartó".
No quiero decir con esto que los suegros no deben estar pendientes de sus hijos casados.
Puede ser que de un momento necesiten ayuda y los suegros deben brindársela, pero no con el fin
de dirigir y gobernar aquel hogar. Aún más, si aquella ayuda va a servir para arruinar más, es mejor
no darla. Los suegros deben luchar por que aquel hogar no se disuelva.
3. COMUNIÓN Y COMUNICACIÓN
El hecho de que un hijo se case no quiere decir que ha sepultado a sus padres. Hay que
mantener estrecha comunión y comunicación con ellos. De la misma manera el padre que ha dado a
su hijo para casamiento no lo ha arrojado al olvido. Es ahora cuando debe haber más comunicación.
Es problema grave cuando a los suegros no les pasa el resentimiento de que éste les quitó a su hija,
o ésta les quitó a su hijo y miran con recelos al yerno o a la nuera, formando una valla entre sí,
aislando al que ha llegado a ser pariente a través de la unión con su hija. Una buena receta es la de
visitarse entre sí. Si el suegro se muestra indiferente hay que ganarlo siendo mejor esposo o
esposa. Que el suegro se dé cuenta de que el marido ama y cuida a su esposa, y que la esposa es
respetuosa y fiel a su marido. Esto hará cambiar la actitud a los suegros al darse cuenta de que el
hijo que salió de sus entrañas es bien apreciado y amado por su cónyuge.
Los abuelitos son un tesoro para los nietos. En vacaciones y en días libres hacen planes para ir a
ver a los abuelitos y éstos los esperan con ansias.
Hace falta que los abuelos tengan conocimiento de la disciplina aplicada en el hogar de sus
nietos, para que cuando éstos, por una u otra razón, estén a su lado puedan mantener la misma
disciplina. Se ha dado el caso de jovencitos que prefieren vivir con sus abuelos porque ellos les
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dejan pasar todo y les dan lo que los nietos les piden. "Mi abuelito me quiere más que usted", le
decía un jovencito a su padre, sólo porque con su abuelo podía hacer todo lo que en gana le viniera,
ventaja que al lado de sus padres no la tenía. Estos muchachos por la tolerancia de los abuelos son
problema en el hogar, se vuelven rebeldes y desobedientes, vagos y respondones.
Los abuelos bien pueden colaborar en la formación del carácter de sus nietos. Tienen la ventaja
de la experiencia y la puerta abierta de la confianza de ellos. Con mucha facilidad pueden aconsejar
y ser de gran ayuda, tanto a sus nietos como a los padres de éstos. El papel del abuelo para la
estabilidad de la familia y la formación del carácter de los niños es muy importante. En tiempos
antiguos el abuelo se adueñaba de los nietos tomándolos como sus hijos. No les quitaba el derecho
de la patria potestad a sus padres por supuesto, sino que colaboraba para el bienestar de la familia,
consciente de que la honra que da un hijo al hogar paterno es honra para el hogar de los abuelos.
Yo he oído de ancianos que dicen: "Fulano, es mi nieto, es hijo de mi hijo mayor". Lo dicen con
mucha arrogancia y con razón, si pusieron su granito de arena.
Oí testificar a un anciano que había procreado tres hijos, dos hombres y una mujer, que el deseo
de él era que, por lo menos, uno de los tres fuera médico. Pero ninguno de los tres quiso escoger
esta carrera. La hija mayor se casó. Pero todavía mantenía la esperanza de que en la familia hubiera
un médico. Con gran alegría nos informaba que su nieto estaba en la universidad estudiando
medicina. Y Dios contestó la oración. Los suegros pueden ser una bendición enorme o u/i problema
desalentador. Todo depende de: COMUNICACION, ORIENTACION, COMUNION y ORACION.
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UNIDAD XI
TIPOS DE FAMILIAS
1. FAMILIAS CONFLICTIVAS
• Autoestima: baja.
2. FAMILIAS NUTRIDORAS
• Autoestima: alta.
• Características:
3. Algunas veces es necesario las tensiones, las confrontaciones para después solucionar el
problema, pues esto permite una descarga emocional, liberándoles de las tensiones emocionales y
después perdonándonos se puede continuar trabajando sobre bases más sólidas, es decir, siempre
en cuando la verdad salga al aire (Prov. 27:5, 6).
42
UNIDAD XII
• Comienzo: Es la época del galanteo y se mantiene hasta cierto tiempo después de la boda.
• Características:
• Sueños e ilusiones.
• Relación simbiótica.
• Comienzo: Cuando uno o ambos cónyuges salen a trabajar para poder comer, pagar el arriendo
y cumplir obligaciones. Con frecuencia el primer hijo se viene en camino... y sin previo aviso.
• Características:
• Se acumulan los sentimientos de frustración. Se tiene la esperanza de que las cosas "vuelvan
a ser como antes".
• Hay fantasías de reciprocidad: "Si soy lo suficientemente bueno o buena, mi pareja también lo
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será".
• Comienzo: Cuando la persona deja de pedir o esperar, empieza a demandar que el otro cumpla
sus promesas.
• Características:
• Sistema de quejas: "He sido defraudado(a)", "Si no fuera por ti...", "Tú tienes la culpa...".
• Amenazas silenciosas: "Te voy a obligar a cumplir con las promesas que me hiciste".
• Comienzo: Cuando uno o ambos deciden que no vale la pena luchar por alcanzar el sueño de la
felicidad (al menos con esta persona).
• Características:
- Se separan en lo emotivo, sexual, físico, etc., y cada uno se dedica a "algo" para llenar el
vacío y el tiempo: mamá se dedica a hijos, negocio, amistades, club, grupo de mujeres en la
iglesia; papá se dedica al trabajo, al sindicato, a construir la casa, a los amigos, la iglesia, etc.
Comienzo: Cuando cada uno acepta su responsabilidad por lo que es y por lo que espera.
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Características:
• Comienzo: Cuando cada uno siente que puede compartir sin imponerse y sin temer ser
impuesto.
• Características:
- Se intensifica la intimidad
- Como pareja se busca nuevos amigos, nuevos pasatiempos y nuevos intereses mutuos.
• Comienzo: Cuando la pareja ya no está absorta por su propia relación y siente que se puede dar
a los demás sin menoscabo de su propia relación de pareja.
• Características:
• Se trabaja por las nuevas generaciones, por la comunidad, la iglesia, el Reino de Dios.
• Comienzo: Cuando cada uno siente que puede compartir sin imponerse y sin temer ser
impuesto.
• Características:
- Se intensifica la intimidad
- Como pareja se busca nuevos amigos, nuevos pasatiempos y nuevos intereses mutuos.
• Comienzo: Cuando la pareja ya no está absorta por su propia relación y siente que se puede dar
a los demás sin menoscabo de su propia relación de pareja.
• Características:
- Se trabaja por las nuevas generaciones, por la comunidad, la iglesia, el Reino de Dios.
BIBLIOGRAFÍA
GUTIERREZ, Edna de. Perfil Bíblico de la esposa (Revista la Luz Bautista) C.B. Mexicana, s.f.