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En el distrito de Catacaos y la ciudad de Piura es casi ley comer este potaje durante la
semana santa algunos refieren que este plato es contundente para continuar luego con
las diversas actividades que se desarrollan por estas fechas las cuales abarcan casi todo
el día.
En algunos lugares de Piura este potaje se suele servir en platos que en realidad son
depósito de calabaza seca que llevan por nombre Poto, esto con la finalidad de mantener
una tradición, pues este accesorio también se emplea para beber la chicha de jora.
Como nos indican algunas personas dedicas a la cocina no hay una regla de presentación
para este potaje es decir el fríjol puede ser bayo o blanco, el pescado ser frito, sudado o
salpreso, pero lo que no varia es la mezcla del plátano maduro sancochado, aderezado y
revuelto con queso fresco.
Los piuranos coincidimos en señalar que este plato cada vez toma más prestancia en la
mesa de muchas familias incluso donde no se comparte la misma creencia religiosa que
en algún momento fue clave para la difusión de la malarrabia, un plato que debemos
probar todos
La historia de este plato se remonta, según cuentan algunos antiguos a la época de las
haciendas, en donde un patrón les ordenaba a sus sirvientas un plato especial todos los
viernes de cuaresma, ningún plato fue de su agrado y el patrón se ponía rabioso.
Uno de sus sirvientes hizo esta masa de plátano que acompañó con arroz y pescado. El
patrón quedó maravillado y en honor a ese momento, se le bautizó con el nombre de
malarrabia.
Otra historia
Una mujer casada con un hombre muy tacaño, sufría por el hecho que siempre el esposo
le daba poco dinero para comprar alimentos, pero exigiendo que sea servido de deliciosa
comida.
Un día la mujer no tuvo con qué acompañar al arroz, pues lo único que tenía era pescado,
plátanos maduros y queso, se le ocurrió mezclarlos (utilizando la cólera que llevaba por
dentro) y guisar el pescado obteniendo como resultado un delicioso platillo, el cual le
encantó a su esposo.
El marido muy satisfecho, le preguntó a su mujer que plato había preparado a lo que ella
le respondió: “malarrabia es lo que te doy”.