Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Decidirse a ser maestro no es una tarea fácil, muchos, al momento de enfrentarse a la realidad
de definir su proyecto profesional, no dimensionan lo complejo que puede ser el proceso de
la enseñanza. Ni siquiera en la formación misma del maestro se comprende lo que implica la
labor del docente y la cantidad de incertidumbres a las que se enfrentará en el ejercicio del
día a día. ¿Qué nos mueve a ser maestros? ¿Es la vocación o acaso se es maestro porque no
existen otras oportunidades laborales? ¿Es una decisión consciente o solo se ejerce como
parte de una tradición social o familiar? ¿Es el amor por la pedagogía, el interés por un campo
del conocimiento científico, una combinación de ambos, o ninguno?
Freire (2004) nos enseña que la autonomía es la base de la toma de conciencia del trabajo del
maestro, de las decisiones que enfrenta y la reflexión continua que debe hacer desde lo que
sabe y hace. Definirse como maestro implica establecer para sí mismo un lugar en el mundo
y un sentido a la existencia misma. Hallarse como el mediador entre la enseñanza y el
aprendizaje exige una especificidad humana que involucra la seguridad y la competencia
profesional, pero también la generosidad, el compromiso y la libertad.
El acto de conciencia de pensarse como maestro es un ejercicio racional que implica verse
como sujeto que interviene en el mundo, intervención que, aunque en apariencia pequeña,
incide en la transformación de las realidades y en la vida misma de las personas.
En ese sentido, el maestro es un profesional reflexivo que analiza sus propias prácticas,
resuelve problemas e inventa estrategias, en un proceso metacognitivo que le exige identificar
sus conocimientos y habilidades al momento de comunicarse con sus estudiantes; es capaz
de gestionar las condiciones de aprendizaje y de interactuar a través del tratamiento de la
información para que cobre sentido en el aula.
La práctica pedagógica debe estar sujeta a cambios acordes con las exigencias de la sociedad
actual. En ese sentido, la construcción de saberes es un acto consciente para el maestro, el
cual lo hace más maduro y honesto en su práctica. El maestro es fuente de saber y su actitud
y esfuerzo transforman vidas y tienen una influencia en los estudiantes que de una forma u
otra adquieren y forman su pensamiento, la transformación de la educación es una misión.
El trabajo del maestro trae consigo una reflexión permanente que justifica su labor. Las
preguntas sobre su quehacer van del qué al quién enseñar y del para qué y el cómo enseñar.
Este es el punto al concepto de saber pedagógico. En el entendido de que el saber
pedagógico se centra en la enseñanza, es posible comprender su trascendencia cuando se
observan las circunstancias específicas del maestro en torno a su historia personal, su proceso
formativo, el contexto escolar en el que se desenvuelve, la institución, el aula de clase y el
grupo de estudiantes. En ese sentido, la relación del maestro con el saber pasa por la
percepción que este tiene de su identidad, de su grado de conciencia y de reflexión.