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Oriente de Bs. As. a los 30 del mes de Septiembre 2007 (e:.v:.), 6007(v:.l:.)

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QQ

S O B R E E L R I T U A L
P R I M E R PA R T E : S U G É N E S I S F U N D A N T E

Debemos entender al rito como la repetición de un fragmento del tiempo original, el


cual sirve de modelo a todos los tiempos. Lo que sucedió una vez se repite sin cesar. Este
modelo arcaico y arquetípico se conoce con el nombre de mito. En función de lo dicho, el
rito se instituye como la expresión manifiesta y externa de un mito, y de los símbolos que lo
componen.

Dada nuestra condición de masones, y para comprender en su significación profunda


los planos sobre los que se desarrolla nuestro ritual, así como su permanente realidad
evocadora, debemos penetrar en un camino altamente simbólico, ya que el mismo es
inherente al carácter especulativo de nuestro accionar. En este sentido, vamos a entender por
símbolo una magnitud desconocida, de difícil comprensión y, en última instancia, nunca
determinable por completo, debido a la polivalencia que lo tipifica como tal.

Con frecuencia, leemos en nuestros manuales que la Masonería no es una religión pero
que sí es religiosa, en el mas elevado sentido de la expresión, es decir que dentro de sus
aspiraciones se halla la de unir, ligar a los hombres entre sí. El término latino religare, del
cual deviene el más conocido de religión, es el apropiado para concebir este propósito. Ahora
bien, todos comprendemos que el ritual masónico es un aspecto sumamente importante, si
bien no el único, en que nos vemos comprometidos, religados a partir de un espacio que
originalmente profano, sacralizamos, convertimos en sagrado. Este concepto, por extensión,
implica al juego de los opuestos, ya que también hay algo de carácter profano que no debe
hallarse presente durante el transcurso de los trabajos.

Como sostiene Mircea Eliade, citado a menudo por escritores masónicos, la noción de
espacio sagrado implica la idea de la repetición de una hierofanía primordial que consagró

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ese espacio transfigurándolo, singularizándolo, al aislarlo del espacio profano que lo rodea,
incluyendo en esta adjetivación a aquellos que al no ser masones intenten violarlo con su
sola presencia. Por lo tanto, debemos recordar que un espacio sagrado toma su validez de la
permanencia de la hierofanía que lo consagró una vez. Ejemplo de esto es nuestro lugar de
trabajo, al que llamamos taller, o logia; la alegórica alusión al Templo de Salomón y a las
características que, tanto arquitectónicas, como simbólicas poseía y que son re-creadas en
cada tenida. Como lo señalan todas las tradiciones, los templos son concebidos
simbólicamente como "centros del mundo", por donde pasa lo que se denomina el axis
mundi, el eje del mundo.

El ritual, en función de su repetición rítmica, asegura el momento mítico del suceso


convocado, el que se halla, de acuerdo a una acertada expresión latina, in illo tempore. De
esa manera, el espacio y el tiempo se transmutan en una fuente inagotable de fuerza,
sacralidad y energía, lo que permite a quienes participan de éste penetrar en los diversos
planos simbólicos del mismo. Debemos considerar, a su vez, que el ritual supone poner en
acto una técnica tradicional, nacida de un sistema cosmológico en el que se halla fundada. La
repetición consciente de gestos paradigmáticos, determinados a través de movimientos
previamente establecidos, también nos remite a una ontología original, donde los actores se
unen en una realidad trascendente. Así, los movimientos que fueron llevados a cabo
ceremonialmente cobran sentido y obtienen realidad, en la medida en que renuevan, como ya
señaláramos, una acción primordial, arquetípica.

Resumiendo, y a los efectos de ejemplificar, recordemos que uno de los más antiguos
documentos referidos al arquetipo de un santuario, es la inscripción de Gudea relacionada
con el templo levantado en Lagash, antigua Sumeria. Allí podemos ver como el rey ve en
sueño a la diosa Nidaba que le muestra un panel en el cual se mencionan las estrellas
benéficas, y a un dios que le revela el plano del Templo. Lo mismo proclama Salomón:

Y dijiste que edificaría un templo en tu santo Nombre y un altar en la


ciudad de tu morada, a semejanza de tu santo tabernáculo, que tú preparaste
desde el principio (Sabiduría,9,8 ).

Luego de esta pequeña introducción, podemos indicar que la palabra ritual (voz
sánscrita rita), así como la manera en que el mismo se instrumenta en nuestras tenidas alude,
primordialmente, a poner de manifiesto la importancia de los aspectos relativos a la idea de
“lo solar” como mito fundante de los trabajos en taller. Basándonos en este punto de vista,

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señalaremos diversos ítems que, a nuestro entender, lo determinan dentro de esas
características:

a. Desde un comienzo, al final de la tenida magna de iniciación, inmediatamente después de


habérsele sacado la venda de los ojos, los aprendices ven momentáneamente una luz que
los enceguece, lo cual nos remite fundamentalmente en primer término al Sol y, en
segunda instancia, a la Luna y al VM, como factores de irradiación de una luz
trascendente, no física, que estos son. Dicho tránsito, que marca la necesidad de un pasaje
desde las tinieblas o ignorancia, hacia la luz o sabiduría, tiene al Sol como representación
insustituible de tal pasaje. Así entonces, el Sol como representante de la razón que
ilumina la inteligencia, la Luna de la imaginación y el V M ejemplificando con su
conducta el principio consciente que deviene por recibir la doble influencia Solilunar,
cobran el valor de agentes rectores de los comportamientos. Por ello, no es casual
entonces la ubicación en Logia de dicho dignatario, quien colocado al Oriente, simboliza
la aparición por el horizonte del luminar, quien al dar lugar a la apertura de los trabajos,
es quien mediatiza el Logos Solar.

b. Al considerar la traslación del astro rey, en el marco del tiempo diario, se han de tener
presentes dos momentos que, en clave simbólica, son indicados para señalar la apertura y
cierre de los trabajos en logia: mediodía y medianoche. El origen de esto, en lo que a la
tradición occidental respecta, estaría vinculado con el reformador religioso persa
Zoroastro, quien de acuerdo a la leyenda reunía a sus discípulos a mediodía y los despedía
a medianoche. Según tradiciones más antiguas aún, tal como nos lo han sido legadas por
medio de la sabiduría védica, el primer momento luego del amanecer es el que aporta la
energía más propicia para el despertar de la consciencia, ya que en esta instancia la Guna
Sattwa (sabiduría y bondad) es predominante. El segundo momento es a mediodía, en
donde comienza a prevalecer Rajas (fuerza e impulso), lo cual propicia el inicio de las
actividades. Téngase a bien observar, como ya se ha dicho, simbólicamente es en este
momento cuando en logia los trabajos se abren coincidiendo, a su vez, con el momento de
mayor gradiente solar. Finalmente, la conclusión del ritual tiene lugar a medianoche,
aconteciendo esto bajo la influencia de Tamas (oscuridad e ignorancia). Por ello, aquí es
donde el aspecto inercial, e inferior, predominante en el hombre lo lleva, luego del ágape
fraternal, a retirarse de la actividad consciente para dar lugar al reposo.

c. La tripartición cualitativa indicada por las Gunas en el ciclo diario, por otra parte, alude a
las edades del individuo. En el caso de los aprendices el número perfecto es el tres. Por
extensión, queda involucrada la evolución de la consciencia: infancia, juventud y adultez,
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donde podemos establecer varias analogías posibles, tal como quedan detalladas en el
siguiente cuadro:

El Mediodía La Medianoche El Amanecer


da paso a… da paso a… da paso a…
la apertura de el cierre de el trabajo del iniciado
los trabajos los trabajos en el fuero íntimo
en la logia en la logia de su templo interior
Tesis Antítesis Síntesis
Razón Imaginación Inteligencia
Juventud Infancia Adultez
Mente consciente Mente subconsciente Mente supraconsciente
RAJAS TAMAS SATTWA
(principio de la actividad) (principio del afecto) (principio de la verdad)

d. El ciclo anual que recorre el sol a lo largo de la eclíptica y la importancia atribuida a los
solsticios, de verano e invierno, así como a los equinoccios, de otoño y primavera. Lo que, no
hace mas que prefigurar, de un modo conspicuo, la matriz del zodíaco Sayana, ó tropical.

e. Prueba de esto es también la impronta áurea, divina proporción mediante, que determina
la relación espacial del templo.

Es todo VM

AprMas Néstor Costa


AprMas Trithemius
AprMas Gabriel Capitelli

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A L G D G A D U

Oriente de Bs. As. a los 30 del mes de Septiembre 2007 (e:.v:.), 6007(v:.l:.)

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S O B R E E L R I T U A L
S E G U N D A PA R T E : E L C I R C U I T O D E L A E N E R G Í A

Detallaremos a continuación, como ya fue mencionado en la primer parte del trabajo,


los temas simbólicos que refieren a la circulación de la energía:

a. La estricta evocación del mito, tiene que ver con la correcta realización del ritual. De lo
que se desprende que la energía circulante tiene una dirección unívoca, a saber:

1- El circuito triangular dado por el orden de la instrumentación de la palabra, antes de


abrirse los trabajos: VM, PriVig, SegVig 1 .
2- El momento de abrirse los trabajos es el instante de mayor energía, dado que ocurre
cuando el sol está en el cenit. Una vez iniciados los trabajos, los H H se suman
conformando un aumento del plano de la sinergia.
3- Es importante destacar que durante las Ten  Ord en Prim Gra y luego de
cualquier trabajo en Lo la instrumentación de la palabra toma una forma geométrica
rectangular, a saber: la palabra parte de Or hacia Occ (hacia el valle). Luego de la
repetición de la palabra por los VV, la misma pasa al Norte y luego al Sur, para
volver al punto de partida. Ocurre lo mismo cuando el H M de C o el HH
(en la modalidad sin ceremonia) intervienen.
4- Las tres pequeñas luces que gobiernan la logia representan, en el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado: el VM a la Sabiduría (Pilar de Orden Jónico), el PV a la
Fuerza (Pilar de Orden Dórico) y el SV a la Belleza (Pilar de Orden Corintio).

b. Los ritos que se ponen en práctica a través de los rituales, son tradicionales, esotéricos e
iniciáticos. Son tradicionales pues emanan de ritos ancestrales donde los mitos de origen,
con su correspondencia energética, dominan su contenido. Son portadores de una
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Dado que aún los trabajos no se hallan abiertos, el desplazamiento del H:.E:. no respeta el desplazamiento ritual.
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sabiduría inmemorial. Son al mismo tiempo esotéricos, pues transmiten la enseñanza
masónica, no en forma directa, sino por la práctica y estudio paciente del ritual expresado
en lenguaje simbólico, que sirven al Masón para su construcción moral e intelectual. Por
último, son iniciáticos, pues para practicarlos hace falta haber sido iniciado luego de una
profunda reflexión previa y de su correspondiente paso voluntario. Es un rito de
significado. Y aquí esta contenida la energía, la energía de lo simbólico. Dicho ritual a la
vista del mundo profano, desde un simple espectador, está desprovisto de significado, de
toda energía simbólica, y por lo tanto de contenido, pudiendo parecer a la vista de un no
iniciado, una teatralización sin sentido.

c. La tradición iniciática nos enseña que el despertar a la realidad del conocimiento, es


simultáneo a la apertura de los diversos centros de energía o chakras, localizados
simbólicamente a lo largo de la columna vertebral. Cada centro es un receptor de una
determinada Energía cósmica vivenciada en el hombre como un estado de conciencia y
que constituye el fundamento mismo de la ciencia simbólica, pues gracias a ello podemos
hacer las analogías entre el micro y el macrocosmos, entre lo individual y lo universal,
entre la realidad concreta y el templo masónico simbólico. La columna vertebral como eje
del mundo, el gradiente Oriente-Occidente, Luz-oscuridad, sabiduría-fuerza y belleza
permiten la posibilidad de concentración de la energía, para un pasaje a un estadío
superior.

d. En la Masonería los centros energéticos se ubican en puntos concretos señalados por


signos gestuales mediante una determinada posición de manos, signos llamados de
reconocimiento y de penalización. (Signo penal del chakra tiroideo).

Como corolario, nos parece interesante agregar algunos comentarios de René


Guenón 2 :

“No obstante, no queremos decir con ello, que la Masonería, para ser ortodoxa, deba
ceñirse a un formalismo estrecho, en que lo ritual deba ser algo absolutamente
inflexible, dentro de lo cual no se pueda añadir ni suprimir nada sin hacerse acreedor
de algún tipo de sacrilegio; esto sería dar muestra de un dogmatismo que resulta del
todo extraño e incluso contrario al espíritu masónico. La Tradición no excluye de
ningún modo la evolución ni el progreso, los rituales pueden y deben ser modificados
todas las veces que sea necesario para adaptarse a las condiciones variables del tiempo
y del lugar pero, bien entendido, únicamente en la medida en que estas modificaciones
no afecten a ningún aspecto esencial. El cambio en los detalles del ritual importa poco
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Guenón, R. LA ORTODOXIA MASONICA Perteneciente al volumen II de Etudes sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage.

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siempre y cuando la enseñanza iniciática que se desprenda de ellos no sufra ninguna
alteración; y la multiplicidad de Ritos no tendría graves inconvenientes, quizá incluso
tendría ciertas ventajas, si desgraciadamente no tuviera demasiado a menudo como
consecuencia, sirviendo de pretexto a enojosas disensiones entre Obediencias rivales,
comprometer la unidad, si se quiere ideal, pero con todo real, de la Masonería
universal.”

Es todo VM

AprMas Néstor Costa


AprMas Trithemius
AprMas Gabriel Capitelli

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