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Introducción.
La incapacidad para mantener el orden interno y la ineficacia para defender la soberanía frente
a los peligros externos fueron los temas centrales del argumento de la ineficacia.
El temor a la expansión mundial del comunismo y la conducta del gobierno frente a los
conflictos limítrofes con Chile fueron los componentes de la dimensión internacional. El temor
al probable triunfo peronista en el 67, la expansión de la guerrilla y el comunismo y la crítica a
la gestión económica y social fueron las dimensiones internas.
El gobierno radical fue más bien poco efectivo (incapaz de alcanzar con sus políticas los
resultados deseados)
El argumento era que ante la ineficacia del sistema de partidos para hacer frente al liderazgo
de Perón, era necesario construir un contraliderazgo a fin de confrontarlo con éxito. La
constitución de un contraliderazgo aparecía como la solución para resolver la incapacidad del
sistema de partidos argentinos para derrotar a la mayoría electoral del peronismo. La
experiencia había mostrado que el antiperonismo no podía ser el argumento convocante del
nuevo liderazgo. Su éxito dependía de la posibilidad de aparecer desligado de las partes de la
tradicional antinomia, un tercero con independencia de los polos y ser una instancia
superadora.
Onganía cumplía con esos requisitos. Era visto como un "outsider" de la política, en ese
contexto caracterizado por el desprestigio de las instituciones representativas, su
extrañamiento del sistema político partidario era una virtud. Cada uno de los actores pudo
atribuirle la capacidad para resolver los más variados enigmas de la política argentina.
Las respuestas del gobierno aparecieron como reacciones ingenuas y ajenas a los tiempos que
le tocaba enfrentar. La oposición señalaba al comunismo como un enemigo tenaz y con formas
sutiles de infiltración. El gobierno respondía que se lo combate con las armas de la ley. Para
aquellos que pedían medidas drásticas, las respuestas del gobierno resultaban inoperantes en
el corto plazo. La acción del gobierno se convirtió en incompetencia.
A fines de 1965 cuando la crisis tucumana no había concluido surgió un nuevo conflicto. 40
carabineros chilenos irrumpieron en Santa Cruz, izaron una bandera chilena y detuvieron al
propietario de una estancia. Ante la noticia, el Gral. Onganía ordenó el traslado de efectivos a
la zona. 150 gendarmes fueron a la zona. Mientras tanto, el presidente Illia tuvo un cordial
encuentro con Frei (chile) quienes permanecieron ajenos al incidente.
El 6 de noviembre se produce un enfrentamiento armado entre carabineros chilenos y
gendarmes argentinos.
Legitimidad alternativa.
En abril de 1966 debía tener lugar los comicios para el gobernador de Mendoza.
A partir de 1962, se habían sucedido enfrentamientos entre Vandor y Perón por el control
político local del movimiento. Vandor: " Es necesario enfrentar a Perón para salvar a Perón".
Perón y Vandor necesitaban un test que definiera su suerte. El gobierno a su vez debía
demostrar que era posible derrotar electoralmente al peronismo y que este ya no era el
mismo.
Era necesario introducir un artilugio que asegurara el triunfo de algún partido no peronista. Se
modificó la elección por un sistema indirecto. Así los radicales y demócratas podrían juntar
fuerzas en caso de ser necesario y evitar un triunfo justicialista.
Era probable que los militares intentaran un golpe preventivo antes que volver a protagonizar
el desastre institucional de 1962.
Luego de os resultados de Mendoza, se produjo una unificación de las fuerzas del peronismo y
neoperonismo bajo la conducción de Perón y el partido "oficial".
Vandor reconsideró las ventajas del golpe, no sólo porque consideró que un golpe era
inevitable sino porque era la única opción que le permitiría resguardarse de los embates de
Perón. El incuestionado ganador de las elecciones de Mendoza fue Perón.
Perón sabía que luego de Mendoza, la ocurrencia de un golpe era casi inevitable. ¿Cómo
evitar la marginación? Perón declara antes del golpe que el golpe militar era la mejor opción
para la lucha contra el comunismo. Intentaba preservar su lugar de árbitro y decisor. Para los
miliares la difusión de las declaraciones tenía por objeto mostrar a los peronistas su aval
implícito al golpe y garantizar la apatía y el consenso de estos.
Fracasada la salida institucional que el gobierno intentaba promover, los escasos cuadros
legalistas se vieron superados por los golpistas.
Una de las razones que explican la intensidad que adquirió la cuestión es el desacuerdo que
existió en la definición de los problemas que necesitaban de la acción gubernamental. La
oposición partidaria, la prensa y las FFAA hablaron de la inoperancia gubernamental donde el
gobierno ni siquiera consideraba necesaria su presencia. Para el gobierno la ineficacia no
existía porque el problema que según sus críticos requería soluciones no existía.
Cuando la respuesta del gobierno se alejaba de la solución esperada por los demandantes, la
acción gubernamental fue juzgaba como ineficaz. Más que eficacia, fue un problema de
respuesta a las demandas de los actores La oposición pudo transformar el carácter particular
de sus mejor organizados. La oposición pudo transformar el carácter particular de sus reclamos
en demandas generales y abstractas. El argumento podía sumar descontentos. La ambigüedad
de la definición de "respuesta eficaz" permitió generalizar y sumar adeptos al reclamo.
En este esquema, metas como el desarrollo y la modernización aparecían como objetivos que
en sí mismo justificaban y legitimaban el abandono de los procedimientos democráticos.
Se sostenía que la eficacia en la gestión, garantizada a través del accionar de una nueva elite
dirigente "moderna" con aptitudes técnicas, libre de lealtades políticas preexistentes y
conducida por un líder fuerte, permitiría llevar adelante la gran transformación nacional. La
promesa de los resultados eficaces cuya realización dependía de líderes con capacidad de
mando e independientes de las lealtades políticas tradicionales permitió a las FFAA y a
Onganía presentare como por encima de la política.
Los resultados de las elecciones mendocinas mostraron un nuevo fracaso de los recurrentes
intentos de resolución de la cuestión peronista. Llevó a la mayoría de los actores a concluir que
la salida a la crisis argentina no podía tener lugar dentro de las posibilidades que ofrecía el
sistema de partidos. La impugnación global al sistema de partidos do lugar a una fórmula
alternativa: el desarrollo y la modernidad se convirtieron en las precondiciones para la
construcción de un orden político estable. La eliminación de la política partidaria se volvió un
corolario que los militares pudieron imponer, sin demasiados esfuerzos. El sistema de partidos
casi no tuvo defensores porque cada uno de los actores creyó posible cooptar a los nuevos
militares gobernantes. Hasta que el enigma empezó a develarse, cada uno de ellos creyó que
el golpe que se avecinaba se convertiría en su propio golpe.
Resumen: