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planetas

Etimológicamente, la palabra "planeta" proviene del latín planeta, que a su vez deriva del griego
πλανήτης ('planētēs' que en griego tiene dos acepciones: «vagabundo» y «errante»). Esto se debe
a que en la antigüedad, siguiendo la teoría geocéntrica de Claudio Ptolomeo (siglo I y/o II), se creía
que en torno a la Tierra giraban (además del Sol y la Luna) las luminarias/estrellas, entre las que se
diferenciaban las luminarias (estrellas) conocidas como las cinco estrellas/luminarias
errantes/planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), llamadas/descritas estas cinco
luminarias así: "planetas" (errantes, vagabundas) por carecer de una trayectoria (circular, o
cíclica...) ...predecible y por desplazarse a "gran velocidad" (en comparación...). Estas cinco no
seguían una trayectoria predecible, cíclica, etc, y se desplazaban con rapidez si se comparaban con
el resto de estrellas/luminarias que no eran "planetas" (que no vagabundeaban/viajaban, ni eran
errantes, ...por el cielo/firmamento). Expresado de otro modo: a esas cinco luminarias se las
consideraba y llamaba "errantes/vagabundas" (se las llamaba planetas) debido a que,
aparentemente, no trazaban ningún círculo o ciclo o simplemente algún tipo de trayectoria..., que
resultasen predecibles observándolos desde la Tierra,

Satélites

Los satélites son conocidos como objetos que orbitan alrededor del Sol, pero lo
cierto es que pueden ser naturales o artificiales, de modo que vamos a explicaros
ahora Qué es un satélite, cómo se origina y qué son aquellos que ha hecho el
hombre.

Un satélite es un objeto en el espacio que orbita o da vueltas alrededor de un


objeto más grande. Hay dos tipos de satélites: naturales (como la luna que orbita
la Tierra) o artificiales (como la Estación Espacial Internacional que orbita la
Tierra).
Hay docenas y docenas de satélites naturales en el sistema solar, y casi todos los
planetas tienen al menos una luna. Saturno, por ejemplo, tiene al menos 53
satélites naturales , y entre 2004 y 2017, también tuvo uno artificial: la nave espacial
Cassini , que exploró el planeta anillado y sus lunas.
meteoritos

La mayoría de los meteoroides se desintegran al incorporarse en la atmósfera de la Tierra; no


obstante, se estima que 100 meteoritos de diverso tamaño (desde pequeños guijarros hasta
grandes rocas del tamaño de una pelota de baloncesto) entran en la superficie terrestre cada
año; normalmente solo 5 o 6 de estos son recuperados y son descubiertos por científicos.
Pocos meteoritos son lo bastante grandes para crear cráteres que evidencian un impacto. En
vez de esto, solo llegan a la superficie a su velocidad terminal (caída libre), y la mayoría tan
solo crea un hoyo pequeño (véase:capacidad de penetración). Sin embargo, algunos de los meteoritos
que caen han causado daño a inmuebles, ganado, e incluso a la gente.
Los grandes meteoroides podrían chocar con la Tierra con una fracción de su velocidad
cósmica, originando un cráter de hipervelocidad de impacto. El tamaño y tipo del cráter
dependerá del tamaño, de la composición, del grado de fragmentación, y del ángulo entrante
del meteorito. La fuerza de tales colisiones tiene el potencial de causar una destrucción
extensa.56 Los choques a hipervelocidad más frecuentes, normalmente son causados por
un meteorito metálico, los cuales son más resistentes y transitan intactos en la atmósfera
terrestre. Algunos ejemplos de cráteres causados por meteoroides metálicos incluyen al cráter
Barringer, los cráteres de Wabar, y el cráter de Wolfe Creek, ya que en estos cráteres se
encontró un meteorito metálico o sus fragmentos. En contraste, incluso los cuerpos
pedregosos o helados que son relativamente grandes (como los cometas pequeños o los
asteroides) y que llegan a pesar millones de toneladas, son frenados en la atmósfera, y por lo
tanto no hacen cráteres de impacto.7 Aunque tales acontecimientos no son frecuentes, pueden
provocar una considerable conmoción; el famoso evento de Tunguska probablemente resultó
de tal incidente.

Asteroides

Un asteroide es un cuerpo rocoso, más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide.
La mayoría orbita entre Marte y Júpiter, en la región del sistema solar conocida como cinturón
de asteroides; otros se acumulan en los puntos de Lagrange de Júpiter, y la mayor parte del
resto cruza las órbitas de los planetas.
La palabra asteroide procede del griego, ἀστεροειδής, y significa «de figura estelar», en
referencia al aspecto que presentan cuando son vistos con un telescopio. Fue acuñada
por William Herschel en 1802, aunque durante la mayor parte del siglo XIX los astrónomos los
denominaran planetas. Hasta el 24 de marzo de 2006 a los asteroides se les llamaba
también planetoides o planetas menores. Sin embargo, estos términos han caído en desuso.1

Agujeros nejros

Un agujero negro1 es una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración
de masa lo suficientemente elevada y densa como para generar un campo gravitatorio tal que
ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella. Sin embargo, los agujeros
negros pueden ser capaces de emitir radiación, lo cual fue conjeturado por Stephen
Hawking en la década de 1970. La radiación emitida por agujeros negros como Cygnus X-1 no
procede del propio agujero negro sino de su disco de acreción.2
La gravedad de un agujero negro, o «curvatura del espacio-tiempo», provoca
una singularidad envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de sucesos. Esto es
previsto por las ecuaciones del campo de Einstein. El horizonte de sucesos separa la región
del agujero negro del resto del universo y a partir de la cual ninguna partícula puede salir,
incluyendo los fotones. Dicha curvatura es estudiada por la relatividad general, la que predijo
la existencia de los agujeros negros y fue su primer indicio. En la década de 1970, Stephen
Hawking, Ellis y Penrose demostraron varios teoremas importantes sobre la ocurrencia y
geometría de los agujeros negros.3 Previamente, en 1963, Roy Kerr había demostrado que en
un espacio-tiempo de cuatro dimensiones todos los agujeros negros debían tener
una geometría cuasiesférica determinada por tres parámetros: su masa M, su carga eléctrica
total e y su momento angular L.

Cometas

Los cometas son los cuerpos celestes constituidos por hielo, polvo y rocas que orbitan
alrededor del Sol siguiendo diferentes trayectorias elípticas, parabólicas o hiperbólicas. Los
cometas, junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte del sistema solar. La
mayoría de estos cuerpos celestes describen órbitas elípticas de gran excentricidad, lo que
produce su acercamiento al Sol con un período considerable. A diferencia de los asteroides,
los cometas son cuerpos sólidos compuestos de materiales que se subliman en las cercanías
del Sol. A gran distancia (a partir de 5-10 UA) desarrollan una atmósfera que envuelve al
núcleo, llamada coma o cabellera, que está formada por gas y polvo. A medida que el cometa
se acerca al Sol, el viento solar azota la coma y se genera la cola característica, la cual está
formada por polvo y el gas de la coma ionizado.
Fue después del invento del telescopio cuando los astrónomos comenzaron a estudiar a los
cometas con más detalle, advirtiendo entonces que la mayoría tienen apariciones
periódicas. Edmund Halley fue el primero en darse cuenta de ello y pronosticó en 1705 la
aparición del cometa Halley en 1758, para el cual calculó que tenía un periodo de 76 años,
aunque murió antes de comprobar su predicción. Debido a su pequeño tamaño y órbita muy
alargada, solo es posible ver los cometas cuando están cerca del Sol y por un corto periodo de
tiempo.

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