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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN PENAL

Magistrada Ponente
PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

SP591-2019
Radicación N° 51942
(Aprobado Acta Nº 52)

Bogotá D.C., veintisiete (27) de febrero de dos mil


diecinueve (2019)

VISTOS

Se pronuncia la Corte sobre los recursos de apelación


interpuestos tanto por el procesado DIDIER ROBERTO
MUÑOZ VÉLEZ y su defensor, como por la víctima Jaime
Gonzales Patiño contra la sentencia proferida el 16 de
agosto de 2017 por la Sala Penal del Tribunal Superior de
Popayán, en la que aquél fue condenado por prevaricato por
acción –conducta que le fue atribuida en su condición de fiscal-, y
absuelto de los demás cargos de la acusación.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

I. DESCRIPCIÓN FÁCTICA OBJETO DEL PROCESO

1.1. Jaime Gonzales Patiño -propietario de cincuenta y un


(51) reses “cebú cruzado” de 20 meses de edad- celebró contrato de

“compañía ganadera” con Albeiro Antonio López Bustamante,

suscrito el 6 de febrero de 2011, por cuyo objeto el primero


entregó al segundo los semovientes mencionados –evaluados
para efectos del negocio en “$838.800” cada uno y “$42.738.600” la
totalidad- con destino a la “ceba” o engorde, por lapso de 12

meses, para que, cumplido ese tiempo, se realizara la venta


de común acuerdo y distribuyera las utilidades -en
proporción del 50% para cada uno- previo reembolso del valor

inicial a Gonzales Patiño.

El ganado debía permanecer durante el mencionado


periodo en la hacienda Yerbabuena ubicada en el municipio
de Patía por cuenta de López Bustamante, quien se obligó a
suministrarle alimento, los medicamentos requeridos y el
cuidado inherente a la ganadería, así como a no disponer
del mismo “a su arbitrio” ni a “enajenarlo, pignorarlo, etc., sin
autorización escrita del propietario” .

1.2. Jaime Gonzales Patiño formuló querella por abuso


de confianza en contra de López Bustamante el 17 de mayo
de 2011, por cuanto éste vendió 49 reses -de las atrás
referidas- al señor Proceso Rojas Jiménez, las cuales ubicó

en la hacienda Cerro de Oro, localizada frente al predio


“Yerbabuena” antes mencionado.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

La indagación fue adelantada tanto por el Fiscal


Segundo Local de El Bordo -Cauca- DIDIER ROBERTO
MUÑOZ VÉLEZ, quien ejerció el cargo del 16 de diciembre
de 2010 al 29 de noviembre de 2011 y del 1º de enero de
2013 “hasta la actualidad”; como por Rubiela Zúñiga Caicedo,
quien ocupó el mismo empleo del 30 de noviembre de 2011
al 31 de diciembre de 2012.

MUÑOZ VÉLEZ el día de la querella -17 de mayo de 2011-


ordenó la “incautación” del ganado como medida encaminada
al restablecimiento del derecho, para cuyo efecto dispuso
dejar los semovientes en “depósito provisional” del tercero
comprador a través del mayordomo de la hacienda Cerro de
Oro, con orden expresa de no enajenar los animales o
sacarlos del lugar sin la autorización del ente investigador.

Rubiela Zúñiga Caicedo, en calidad de Fiscal


encargada del despacho 2º Local de El Bordo, el 22 de
marzo de 2012 dispuso la entrega de los 49 semovientes a
su propietario Jaime Gonzales Patiño. Sin embargo la
funcionaria antes del cumplimiento de su decisión, por
petición de Proceso Rojas, quien adujo que la competencia
para emitir la mencionada orden era del juez de control de
garantías, solicitó el pronunciamiento del Juzgado
Promiscuo Municipal con Función de Control de Garantías
de Patía, El Bordo –Cauca-, cuyo titular -en audiencia
preliminar adelantada el 4 de junio de 2012- resolvió denegar “por

improcedente la aplicación del artículo 22 del C. de P. P.” , en

consideración a que la determinación requerida


correspondía a la Fiscalía General de la Nación.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Apelada la decisión, el Juzgado Penal del Circuito de


Patía decretó la nulidad de lo actuado para que el juez de
primer grado decidiera si es competente y en caso negativo
impulsara el trámite de definición de competencias.

El 22 de agosto de 2012 el Juez Promiscuo Municipal


de Patía se declaró sin competencia y remitió la actuación a
la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, la cual, el 1º
de noviembre de 2012, decidió “declarar que la competencia para
conocer de la solicitud de entrega en estas diligencias corresponde a la
Fiscalía (…)”.

1.3. DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ –tras reasumir el


cargo de Fiscal Segundo Local de El Bordo-, frente a la solicitud

de entrega definitiva formulada el 4 de enero de 2013 por


Proceso Rojas, el 14 de enero ídem dispuso: (i) “revocar” la
orden de restablecimiento del derecho impartida el 22 de
marzo de 2012 por su antecesora -la Fiscal Local encargada
Rubiela Zúñiga Caicedo- y (ii) “acceder” a que Proceso Rojas

Jiménez constituya póliza judicial por valor de $41.607.606


a fin de que con esta se garantice el restablecimiento del
derecho de la víctima, en sustitución de las 49 reses
dejadas en depósito provisional.

La precitada decisión es señalada en la acusación de


(i) estar fundada en argumentos manifiestamente ilegales y
(ii) ser contraria a lo dispuesto en el parágrafo del artículo
161 de la Ley 906 de 2004 “en la medida que los fiscales

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

delegados (…) no profieren autos, sino órdenes y contra estas no


procede ningún tipo de recurso”.

1.4. Adicionalmente, el 1º de marzo de 2013 el Fiscal


MUÑOZ VÉLEZ a partir de establecer que no estaba
acreditada la tipicidad objetiva del delito de abuso de
confianza y reconocer a Proceso Rojas la calidad de tercero
comprador de buena fe, dispuso el levantamiento de la
medida provisional de “incautación”.

La Fiscalía acusa este acto de estar fundado -de manera


acomodada- en la premisa según la cual, entre el querellante

y López Bustamante finalmente se celebró un contrato de


compraventa respecto de las cincuenta y un (51) cabezas de
ganado objeto del inicial contrato de “compañía ganadera”, por
lo cual negó terminantemente el restablecimiento del
derecho reclamado por Gonzales Patiño, “para en su lugar
reconocer al señor Proceso Rojas Jiménez como tercero comprador de
buena fe, disponiendo en su favor la entrega definitiva del lote de
ganado y con ello el levantamiento de la medida de incautación
decretada, resultando a todas luces tal decisión manifiestamente
contraria a la Ley”.

1.5. DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ también fue


acusado de “omitir” el cumplimiento de sus funciones, por
cuanto no restableció el derecho de la víctima de manera
inmediata ni dentro de los 6 meses subsiguientes a la
querella, incumpliendo su deber de resolver este asunto de
conformidad con los lineamientos señalados en los artículos

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

228 de la Constitución Política, 22, 881, 99.12 138 –


numerales 1 y 2- y 156 de la Ley 906 de 2004, así como el

Manual de Funciones, Competencias Laborales y Requisitos


de los Cargos de la Fiscalía General de la Nación –“apartado
III. Funciones Esenciales, numerales 93 y 104”-.

II. ACTUACIÓN RELEVANTE

Por los anteriores hechos, en audiencia celebrada el 14


de mayo de 2015 ante el Juzgado Primero Penal Municipal
con Funciones de Control de Garantías de Popayán, la
Fiscalía imputó cargos contra DIDIER ROBERTO MUÑOZ
VÉLEZ como autor responsable del concurso de dos
prevaricatos por acción (artículo 413 del Código Penal) y un
prevaricato por omisión (artículo 414 ídem), a los cuales éste
no se allanó. El ente acusador se abstuvo de solicitar la
imposición de medida de aseguramiento.

Surtida la fase de investigación formal, la Fiscalía


presentó escrito de cargos el 4 de septiembre de 20155 y

1
“Artículo 88. Devolución de Bienes. <Apartes tachados inexequibles> Además de lo
previsto en otras disposiciones de este código, antes de formularse la acusación y
por orden del fiscal, y en un término que no puede exceder de seis meses, serán
devueltos los bienes y recursos incautados u ocupados a quien tenga derecho a
recibirlos cuando no sean necesarios para la indagación o investigación, o se
determine que no se encuentran en una circunstancia en la cual procede su comiso;
sin embargo, en caso de requerirse para promover acción de extinción de dominio
dispondrá lo pertinente para dicho fin”.

2“Artículo 99. Medidas patrimoniales a favor de las víctimas. El fiscal, a solicitud


del interesado, podrá: 1. Ordenar la restitución inmediata a la víctima de los bienes
objeto del delito que hubieren sido recuperados. 2. (…)”

3 “Propender por el restablecimiento del derecho y la reparación integral a los


afectados con el delito”.

4“Resolver o solicitar ante las autoridades competentes las medidas respecto de los
bienes involucrados en el ejercicio de la acción penal”.

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

formuló la acusación en audiencia del 30 de los mismos mes


y año ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Popayán,
para cuyo efecto mantuvo la descripción fáctica y calificación
jurídica comunicadas en la diligencia de imputación.

La audiencia preparatoria se llevó a cabo los días 29 de


febrero, 11 de marzo, 4 de abril, 14 y 15 de julio de 2016.

El juicio tuvo lugar en sesiones adelantadas los días 10


de noviembre de 2016, 11 ídem, 18 de enero de 2017, 20
ídem, 14 de marzo y 14 de agosto del mismo año, al final del
cual el Tribunal emitió sentido de fallo condenatorio en
relación con uno de los cargos de prevaricato por acción y
absolutorio por las demás conductas atribuidas en la
acusación.

El Tribunal emitió la correspondiente sentencia el 16 de


agosto de 2017, la cual fue oportunamente apelada tanto por
el procesado MUÑOZ VÉLEZ y su defensor, como por la
víctima Jaime Gonzales Patiño. Vencido el término de
traslado para los no recurrentes, la carpeta fue remitida a la
Corte Suprema de Justicia.

III. DECISIÓN APELADA

El Tribunal Superior de Popayán resolvió (i) condenar


a DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ a las penas principales
de 48 meses de prisión -sin beneficio de la suspensión
condicional de la ejecución de la pena-, multa de 66,6 salarios

5 Folio 24 del cuaderno No. 1.

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

mínimos legales mensuales vigentes e inhabilitación para el


ejercicio de derechos y funciones públicas por lapso de 60
meses, como autor responsable de prevaricato por acción,
en punto de la orden emitida el 14 de enero de 2013; (ii)
absolver al acusado tanto del cargo por prevaricato por
acción respecto de la orden emitida el 1º de marzo de 2013,
como de prevaricato por omisión; (iii) negar “el subrogado
penal”; (iv) conceder “la prisión domiciliaria (…) en los términos del

artículo 38 del C. P. –Ley 1453 de 2011, (…)” y (iv) librar orden de

captura, una vez ejecutoriada la sentencia.

3.1. En punto de la condena, el a quo consideró que la


decisión adoptada el 14 de enero de 2013 por DIDIER
ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ en calidad de fiscal local -dentro de
la investigación No. 201200037-, “es manifiestamente irregular porque no
trasluce un por qué claro para entender revocada tácitamente la orden
del 22 de marzo de 2012, tanto así que el propio Fiscal Segundo Local
la concibió y halló vinculante, porque obviamente la representación
oficial de la FGN no es personalizada, y en esas revocó en forma
expresiva y explícita la proyección hacia el derecho del señor Jaime
Gonzales, reflexión que así lo entendió el aquí procesado, puesto que a
través de la orden de 14 de enero de 2013 arguyó, en forma torticera,
que su antecesora la había revocado tácitamente, al abstenerse de
ejecutarla por acudir ante los jueces de control de garantías; cuando en
esas él fue quien finalmente y de modo expreso resolvió revocarla” .

Consideró que “en el evento era claro que –MUÑOZ VÉLEZ-


debió cumplir con la entrega de bienes al señor Jaime Gonzales
Patiño”, porque los elementos materiales probatorios “sólo”

evidenciaban la tipicidad del abuso de confianza del que


éste fue víctima, la carencia de buena fe en el tercero y

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

emergían desvirtuadas las excusas de Albeiro Antonio


López.

3.2. En relación con la decisión de MUÑOZ VÉLEZ


adoptada en la misma orden del 14 de enero de 2013,
consistente en acceder a la “caución sustituta”, consideró que
no hubo distorsión de la ley, porque el artículo 678 del
Código Civil lo posibilita.

3.3. De la acusación por prevaricato por omisión fue


absuelto el procesado toda vez que, si bien en su calidad de
fiscal ordenó como medida provisional para garantizar el
restablecimiento del derecho la “incautación” de los 49
semovientes objeto de la querella por abuso de confianza,
“ello no implicaba (…) que (…) –éste- ‘ipso facto’ los regresara al señor
Jaime Gonzales por la letra del artículo 99.1 de la Ley 906 de 2004;
puesto que aquellos actos de investigación dieron asomo de un tercero
comprador del dicho número de reses”, tal como el mismo

querellante lo había puesto de presente el 17 de mayo de


2011, por lo cual “era razonable” el que entonces procediera
con las “medidas patrimoniales” provisionales (artículo 99.2
ídem) y “ordenara (19 de mayo) otros actos de investigación” para
esclarecer la situación, lo cual “no carecía de fundamento
objetivo” ni respondía al “capricho” del fiscal acusado.

Pese a que desde la fecha de la querella (17 de mayo


de 2011) hasta el último día que el acusado ejerció
inicialmente el cargo de Fiscal Segundo Local de El Bordo

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

(29 de noviembre de 2011) 6 transcurrieron 6 meses y 12


días, sin que se hubiese dispuesto la “devolución de bienes” en
el plazo de 6 meses señalado en el artículo 88 del Código de
Procedimiento Penal de 2004; el tiempo transcurrido
encuentra justificación en los actos de investigación que
para su esclarecimiento debieron adelantarse debido tanto
a lo actuado por el tercero “con posibles derechos sobre los 49
vacunos”, como a la existencia de dos versiones
contrapuestas; sumado “al trabajo ordinario del -funcionario- en
los demás asuntos de su competencia” .

3.4. Respecto de la orden emitida el 1º de marzo de


2013, observó el Tribunal que no se estructuró la conducta
de prevaricato por acción, por cuanto el Fiscal MUÑOZ
VÉLEZ “hizo relación con motivación de todos los EMP”, en cuyo
análisis de adecuación típica de los hechos no halló
“fundamento de ilicitud por abuso de confianza”, y la valoración no

fue “manifiestamente irrazonable”.

Precisó que el acusado sin poner en duda el “contrato de


compañía ganadera”, del cual dijo “perdió vigencia por el nuevo

contrato de compraventa”, restó valor probatorio a las


manifestaciones de Jaime Gonzales, teniendo (…) como
fundamento (i) “las entrevistas a los dependientes del señor Proceso
Rojas”; (ii) “la solicitud de pesaje del ganando en El Estrecho para
darse cuenta si había aumentado o no de peso, puesto que el señor
Albeiro Antonio propuso compra de los 51 novillos al señor Jaime
Gonzales y éste diligenció la colilla del cheque Nº 401679 pagadero el 7
de mayo de 2011 con su nombre y fecha”, quien (iii) “no concurrió a la

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A Partir del 30 de noviembre pasó a desempeñarse como Fiscal Seccional de
Bolívar.

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

conciliación para encarar al señor Albeiro”, y (iv) “un cheque faltante


está dentro del margen de fechas en que ocurrió la negociación del
ganado”. Contexto dentro del cual no estableció el abuso de

confianza y, por lo mismo, “no hizo ‘restablecimiento del derecho’


al denunciante”, al tiempo que concluyó “la propiedad del ganado

estaba en cabeza del comprador Proceso Rojas”.

IV. SÍNTESIS DE LAS APELACIONES

4.1. Sustentación del defensor.

En farragoso memorial de impugnación solicita la


revocatoria de la decisión condenatoria por prevaricato por
acción impuesta contra DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ,
para que en su lugar se disponga su absolución. Las
inconformidades y razones de disenso expresadas contra la
sentencia, son las que a continuación se relacionan:

4.1.1. Cuestiona la premisa acogida por el Tribunal


según la cual, la decisión emitida el 14 de enero de 2013
por el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ -consistente en revocar la orden
proferida el 22 de marzo de 2012 por su antecesora Rubiela Zúñiga
Caicedo, en la que había dispuesto restablecer el derecho a favor de
Jaime Gonzales Patiño-, es “manifiestamente contraria a la ley,

porque esta última (…) era vinculante”.

4.1.1.1. Señala que la anterior consideración de la


sentencia carece “de sustento legal, en cuanto los funcionarios
judiciales dentro de una actuación pueden cambiar de criterio, o al

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

asumir el conocimiento de un asunto por entrar a reemplazar a otro,


perfectamente pueden tener un criterio diferente, sin que ello comporte
un comportamiento (sic) irregular o indebido o reñido con la ley”,
porque respecto de las órdenes la ley no consagra su
“ejecutoria o firmeza”.

Esto, toda vez que “la Ley procesal penal –en los artículos
161 y 162- no dice que las órdenes sean inmodificables o preclusivas
(…) o que adquieran firmeza o ejecutoria que las torne en irrevocables;
lo cual queda, por tanto, a estimación del intérprete dadas las
circunstancias del proceso en el que se profieren y los resultados del
avance de la actuación.

“Sobre el particular la sentencia impugnada cita dos precedentes


que admiten que el funcionario que llega a un despacho ‘no queda
comprometido con los criterios sostenidos por su antecesor’ y que si
advierte un error, no está en la obligación de persistir en él (…)”

“(…) [D]e tal suerte que (…) si el fiscal advierte que una orden (…)
de un antecesor no es correcta, bien puede modificarla o dejarla sin
efectos, que fue justamente lo que ocurrió en el presente caso si
atendemos el testimonio –de- DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ, (…) no
(…) tenido en consideración en el análisis del Tribunal, que se limita a
decir que el precedente judicial no es aplicable en este caso, en cuanto
el acusado no valoró unos elementos materiales probatorios, –cuando

éste- en su narración nos dice que (i) encontró múltiples elementos


materiales probatorios que se referían a los derechos de un tercero
comprador de buena fe, el señor Proceso Rojas”, entre los que se

cuentan la entrevista a José Antonio Valencia, la


declaración extra juicio de Jhon Félix Urbano Pérez y la
entrevista a Luciano Mellizo, quienes hicieron referencia al
negocio entre Albeiro López y Jaime Gonzales; “y (ii) que la
orden proferida por la Dra. Rubiela Zúñiga no había hecho ningún

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

pronunciamiento sobre esos derechos, es decir, no se había referido


para nada a los derechos que le asistían al señor Proceso Rojas en
relación con las 49 cabezas de ganado que había comprado al señor
Albeiro López”.

4.1.1.2. Afirma que “el fiscal DIDIER ROBERTO MUÑOZ


VÉLEZ –encontró- que su antecesora emitió la orden de entregar los
semovientes a Gonzales Patiño, pero no la ejecutó y sí acudió ante un
juez de control de garantías a efectos de que decidiera sobre el
particular”; e “interpretó” ese proceder como una revocatoria

tácita de la decisión de la entonces fiscal; interpretación que


se advierte “razonable”, porque si ésta hubiese considerado
que su orden era “procedente”, pues “la hubiera ejecutado”.

El acto de la funcionaria de acudir al juez podía


“interpretarse como una reconsideración de su determinación”,
máxime cuando, después de que la Corte Suprema de
Justicia asignó la competencia a la Fiscalía, tampoco la
“ejecutó”, lo cual fue “indicativo de que no estaba segura de la
resolución que había ordenado”.

Además el procesado acudió a consultar a sus


compañeros de la Fiscalía y jueces civiles, quienes le
hicieron énfasis en que debía ser cuidadoso con el respeto
de los derechos de buena fe, como concretamente así lo
atestiguó “el señor Fiscal Seccional de El Bordo para la época de los
hechos, Dr. Diego Felipe Fernández Córdoba”, en audiencia del 18

de enero de 2017.

4.1.1.3. Aduce que el Tribunal consideró irregular el


proceder del Fiscal DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

porque, a partir de los elementos materiales probatorios,


habían razones “para descartar la buena fe del comprador”; sin
embargo, todo indica que sólo se trata de “una diferencia de
criterios entre el Tribunal y el acusado, -pues- tanto uno como otro

tienen razones para sustentar sus puntos de vista”, lo cual “no da


lugar a derivar responsabilidad por el delito de prevaricato”.

Asegura que DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ “no fue


arbitrario ni caprichoso (…) cuando consideró que el tercero era un
comprador de buena fe, ya que puso de presente en la misma orden las
razones que lo llevaron a esa conclusión, afirmando que lo considera tal
(sic) ‘no solo por la admisión directa de las partes involucradas en la
compraventa, sino con documentos y entrevistas y/o declaraciones de
personas que indican sobre la legítima negociación, así como por el
hecho inequívoco de la posesión de los semovientes con ejercicios de
actos de señor y dueño, (…) circunstancia que pone de manifiesto la
adquisición trasparente y de buena fe del ganado, mantenida además
durante el tiempo en que se ha desarrollado la investigación’. Además,
en su testimonio explica con claridad que consideró comprador de
buena fe al señor Proceso Rojas ‘porque fue un aspecto que nunca fue
controvertido. (…) no ofreció ninguna duda, (…) porque así lo indicó (…)
el propio denunciado, (…) lo manifestó el mismo comprador; -y lo-
manifiestan diversas personas que estuvieron haciendo parte de la
negociación de Albeiro y Proceso Rojas; Proceso Rojas lo pagó (…) en la
misma finca donde pastaba el ganado y lo puso al frente de esa finca y
en esta fue incautado’”.

Además, conforme con los artículos 83 de la


Constitución Política y 769 del Código Civil, la buena fe se
presume, principio que irradia las relaciones jurídicas entre
particulares, así como con el Estado, de modo que en una
actuación procesal “quien desee controvertirla debe desvirtuarla. Y
resulta que en la investigación que adelantó DIDIER ROBERTO MUÑOZ

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

VÉLEZ –insiste el defensor- nunca se cuestionó la conducta del


señor Proceso Rojas como para endilgarle la categoría de comprador de
mala fe; y esa circunstancia también lo llevó a considerar al señor
Rojas como un tercero comprador de buena fe a quien había que
salvaguardarle su derecho (…)”, máxime cuando “debía garantizar

los derechos adquiridos de acuerdo con las leyes civiles”.

El procesado en su testimonio también indicó que


había duda respecto de “la existencia del tipo objetivo de abuso de
confianza” debido a que “existen dos versiones contrapuestas que
indican que Albeiro López vendió el ganado a Proceso Rojas una vez lo
negoció con Jaime Gonzales Patiño y, la otra, sostenida por éste, según
la cual, tal negociación entre él y Albeiro López no existió ”;

circunstancia en la que “no era procedente el restablecimiento del


derecho”.

Concluyó que el acusado no emitió orden


manifiestamente ilegal, máxime que la emitida por “la Fiscal
Rubiela Zúñiga no tenía en cuenta los derechos del tercero de buena
fe”.

4.1.1.4. De otra parte se pregunta ¿Cuáles son las


normas de derecho llamadas a gobernar la orden señalada
de prevaricadora, de las que el procesado se distanció? A lo
cual responde, que “no lo dijo la acusación ni lo expresó la
providencia recurrida. En cambio sí hay precedentes judiciales de
obligatorio acatamiento que autorizan al funcionario a cambiar de
criterio en razón de las decisiones por él adoptadas o por su antecesor.
Luego por este aspecto tampoco se estructura el tipo de prevaricato por
acción”.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

4.1.1.5. El Tribunal cuestionó la “falta de análisis


probatorio en la orden del 14 de enero de 2013”. Sin embargo, -

alega el apelante - en la misma no se trató de tomar una


decisión definitiva respecto de los derechos sobre el ganado,
sino “de aceptar una póliza de garantía (…) con miras a garantizar
una posterior decisión sobre el particular” . Por tanto, “no era

necesaria una valoración probatoria” , pues MUÑOZ VÉLEZ se

fundó “en la controversia –relacionada con- la configuración del


delito de abuso de confianza, o sea, la presencia en el proceso de dos
versiones y en la no consideración de los derechos de un tercero de
buena fe”.

Además, contario a lo estimado en la sentencia, “la


revocatoria de la orden resulta compatible con la decisión de constituir
la póliza por el valor del ganado, porque ella tenía como finalidad
garantizar el restablecimiento del derecho a quien la justicia
determinara posteriormente”.

4.1.1.6. El Tribunal al señalar “que en la orden del 14 de


enero de 2013 el encausado debió reconocer el restablecimiento del
derecho a Jaime Gonzales Patiño de acuerdo con los elementos
materiales probatorios que analiza, y que violó la ley porque se apartó
de la realidad probatoria (…), hace su propia valoración y en la medida
que no la encuentra en la orden proferida por el Fiscal DIDIER
ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ, concluye que se apartó de los elementos
materiales probatorios existentes en el proceso. Pero si hubiera hecho
un análisis de contexto y considerado el análisis plasmado por el
doctor DIDIER MUÑOZ VÉLEZ en la orden del 1º de marzo de 2013,
tendría que haber concluido que allí se encuentra el análisis de los
elementos de los cuales afirma se apartó. Y que, compártanse o no las
conclusiones a que llegó el señor Fiscal Segundo Local de El Bordo, hay

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

un análisis razonado que indica que no obró de manera arbitraria o


caprichosa”.

Si se analiza conjuntamente “el contexto en que la decisión


se produce, mediante una evaluación ex ante de la conducta” el

restablecimiento del derecho no era procedente, porque


existían “dos versiones encontradas”.

4.1.1.7. Agrega que el acusado no violó el artículo 22


del Código de Procedimiento Penal de 2004, toda vez que el
restablecimiento del derecho tiene cabida “cuando sea

procedente” adoptar las medidas necesarias para hacer cesar

los efectos producidos por el delito y las cosas vuelvan al


estado anterior “si ello fuere posible”, y DIDIER ROBERTO
MUÑOZ VÉLEZ consideró que el restablecimiento del
derecho no era procedente por cuanto no se hallaba
probado el tipo objetivo de abuso de confianza dado que,
insiste, habían dos versiones encontradas, al tiempo que
Proceso Rojas argumentaba “ser comprador de buena fe”, lo cual
hacía imposible que las cosas volvieran a su estado
anterior.

Tampoco quebrantó las normas contenidas en los


artículos 88 y 99 de la Ley 906 de 2004, pues la primera no
es aplicable en el presente caso, porque, conforme lo aclaró
la sentencia C-591 de 2014, hace referencia a los bienes
sujetos a comiso, lo cual no era el caso. Y la segunda “indica
que para el fiscal es facultativo, más no imperativo, tomar las medidas
que allí se indican, porque obviamente deben analizarse circunstancias
que se presenten en la actuación, como puede ser la presencia de

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Didier Roberto Muñoz Vélez.

terceros de buena fe, haciendo valer sus derechos, que fue justamente
lo que se presentó desde el inicio de la investigación (…)”.

4.1.2. Propone el defensor que la conducta de MUÑOZ


VÉLEZ no puede calificarse de dolosa, dado que no tuvo voluntad de
violar conscientemente la ley”, pues se basó en precedentes

jurisprudenciales.

“Además hay circunstancias que indican que el acusado actuó


inspirado en el ánimo de acertar (…)” , por cuanto éste atestiguó

cómo (i) cuando se separó temporalmente del cargo “nunca


insinuó a su reemplazante el sentido de las decisiones a tomar en el
caso (…)”; (ii) “consultó a otros fiscales sobre los elementos a tener en

cuenta para decidir sobre bienes dentro del proceso penal ” e hizo

averiguaciones en los juzgados civiles sobre el tema; y (iii)


“no se notó que tuviera el propósito de favorecer a alguna de las partes
del proceso”, tal como lo declararon el Fiscal Ary López

Valencia y su homólogo Diego Fernández Córdoba, último


de los cuales advirtió que MUÑOZ VÉLEZ “estuvo como muy
cauteloso en la decisión que debía tomar, (…) muy atento a ilustrarse
sobre el particular”. Hechos que “analizados en su conjunto develan

ánimo desprevenido de cualquier injerencia indebida en el caso (…), -

y- su ánimo de proceder con acierto y rectitud, lo que descarta


cualquier actuación dolosa”.

Máxime que la situación presentada en el proceso era


compleja y, “si bien MUÑOZ VÉLEZ tenía experiencia como fiscal, no
se ha acreditado que la tuviera en materia de conocimiento y aplicación
de las normas sobre bienes en el proceso penal, tan es así que se vio en
la necesidad de buscar asesoría en otros fiscales de mayor experiencia
(…) –y en- los jueces civiles”, los cuales “le mandaron tener mucha
precaución con los derechos de los terceros de buena fe; el fiscal en el

18
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

desarrollo de la actuación ordenó recoger elementos materiales


probatorios encaminados a esclarecer la verdad (…)”.

Además, hay que tener en cuenta que la Corte


Suprema de Justicia en sentencia penal 14499-2014,
radicado No. 39538 “sostuvo que para la configuración del delito de
prevaricato el sujeto activo tenía que estar encaminado a cometer un
acto de corrupción, el cual no se evidencia en el presente caso” .

4.1.3. Acusa la providencia impugnada de estar


incursa en violación al debido proceso por desconocimiento
del precedente edificado por la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia en sentencias del 28 de
noviembre de 2012, 23 de octubre de 2014 y 1º de marzo de
2017, las cuales en su orden señalan que: (i) para la
procedencia del restablecimiento del derecho a favor de la
víctima del injusto es necesario que esté demostrado el tipo
objetivo, “en este caso el del presunto abuso de confianza, situación
que no era clara pues (…) el doctor MUÑOZ se encontraba frente a dos
versiones contrapuestas”; (ii) para la configuración del delito de

prevaricato por acción “debe estar demostrado que el servidor


público que emite la providencia o resolución manifiestamente ilegal, lo
hace persiguiendo (…) fines de corrupción”, lo cual, precisa, no

está demostrado en el proceso; y (iii), en el examen de la


conducta es necesario tener en cuenta el contexto en el que
se expide la decisión acusada de prevaricadora, y en el
asunto objeto del proceso “el contexto se traducía (sic) en un caso
que le ofreció duda a mi defendido en cuanto existían dos versiones
contrapuestas”, situación a la que no hizo referencia el

Tribunal.

19
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

También censura la inobservancia de la sentencia C-


591 de 2014, la cual enseña que el artículo 88 de la Ley 906
de 2004 hace referencia a “los bienes sujetos a comiso”, esto es,
a aquellos que “por no ser de libre comercio o tratarse de medios
para cometer el punible deben pasar a poder del Estado”. Por tanto

aquella norma no era aplicable a los semovientes que


motivaron la investigación por abuso de confianza
adelantada por el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ, y por lo mismo, no
podía considerarse quebrantada con la orden por éste
emitida el 14 de enero de 2013.

4.1.4. Se queja de que la sentencia incurrió en “defecto


fáctico” por violación al principio de “unidad de la prueba, que
obliga al juez a valorar todas las pruebas decretadas en su conjunto,
cotejándolas y apreciándolas conforme a las reglas de la sana crítica” ,

toda vez que no fueron valorados los testimonios de DIDIER


ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ ni el de Rubiela Zúñiga Caicedo,
en cuanto no indicó “porqué motivo, razón o circunstancia no les –
dio- la credibilidad correspondiente”.

4.1.5. Señala que la sentencia incurrió en “violación


directa de la Constitución” en cuanto desconoció los principios

de buena fe, independencia y autonomía judicial, porque el


Tribunal (i) tuvo como punto de partida que el acusado en
este trámite debía presumir la mala fe del señor Proceso
Rojas, cuando el artículo 83 de la Constitución Política
establece lo contrario, “la presunción de la buena fe, es decir que
la mala fe deberá probarse”, con lo cual (ii) desconoció que

MUÑOZ VÉLEZ al amparo de su autonomía judicial “tomó

20
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

una decisión en derecho atendiendo las normas que regulaban los


derechos de los terceros de buena fe”.

4.2. Sustentación del procesado.

Solicita la revocatoria –de manera principal- del numeral


1 de la parte resolutiva de la sentencia para que se
disponga la absolución del cargo de prevaricato por acción
por el cual fue condenado; y –subsidiariamente- del numeral 3
ídem, en el que le fue denegado “el subrogado penal”, para que
en su lugar le sea concedida la suspensión condicional de la
ejecución de la pena.

4.2.1. El apelante difiere de la “apreciación probatoria


efectuada por el Tribunal” por la cual sentó las premisas según

las cuales (i) la orden por él adoptada el 14 de marzo de


2013 es “manifiestamente contraria a la ley” y (ii) “actuó con dolo”
cuando profirió la decisión.

4.2.1.1. Se manifiesta inconforme con el argumento de


la sentencia según el cual, la orden emitida el 22 de marzo
de 2012 era vinculante para el acusado dado que la
representación de la Fiscalía “es institucional (…) no personal”,
porque pese a ser cierta esta última afirmación, la
responsabilidad del funcionario es personal, como quiera
que quien suscribe las órdenes o resoluciones será la
persona que deba responder penalmente por su autoría.

Asegura que la orden antes mencionada no lo


vinculaba, “puesto que ni siquiera fue vinculante para la propia fiscal

21
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

que la adoptó, ya que nunca la materializó, muy a pesar de que tuvo la


posibilidad de hacerlo (…)”.

Reitera lo expuesto por su defensor en el sentido de


que fue razonable, no “torticera” o desprovista de razón,
haber considerado que la orden de 22 de marzo de 2012 fue
“tácitamente” revocada o desistida por su antecesora, por
cuanto ésta (i) no la ejecutó, sino que la retiró del CTI, (ii)
acudió al juez de control de garantías para que decidiera
respecto de la entrega, (iii) ordenó el recaudo de unos
elementos materiales de prueba que tenían como objeto
establecer la conducta, sus autores y “obtener el

restablecimiento del derecho de la víctima”; y (iv) frente a la

petición de entrega formulada por Jaime Gonzales Patiño,


respondió que hasta que la Corte Suprema de Justicia no
dirimiera el “conflicto negativo de competencia”, la Fiscalía no
podía pronunciarse al respecto.

Además, Zúñiga Caicedo el 17 de diciembre de 2012


no accedió a la solicitud formulada por el apoderado de
Jaime Gonzales Patiño, consistente en que se levantara la
custodia del ganado a quien la estaba ejerciendo y en su
lugar le fuera a aquél atribuida.

Recordó haber señalado en el juicio, que él emitió la


orden del 14 de enero de 2013 porque urgía decidir respecto
del ganado objeto de investigación, debido a que: (i) el
Director Seccional de Fiscalías del Cauca le solicitó definir
pronto la cuestión a fin de no exponer a la Fiscalía a
responder por los semovientes, y (ii) así también lo exigía la

22
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

sequía que se vivía en la región por la que tenía ocurrencia


“la muerte de varios miles de reses”.

Escenario en el que, sin embargo, “faltaban (…) elementos


de trascendental importancia para la definición cierta del asunto, como
era básicamente obtener de manera total y no parcial (…) los cheques
girados por el señor Albeiro Antonio López Bustamante en el año
2011”, pues sólo conociendo la totalidad de los mismos, mas

no unos cuantos, podría realmente afirmarse que ninguno


había sido “girado a nombre de Jaime Gonzales Patiño” y que, por
tanto, López había mentido.

Por esta razón, “la solución más inmediata” era aceptar la


póliza que ofrecía el tercero “para garantizar con ella el derecho
de restablecimiento a quien correspondiere en el caso de adoptarse la
decisión”.

En este sentido, el Tribunal no acertó “en considerar que


como –en la orden- había anunciado que era el propósito sustituir la

garantía, no era posible hacer ninguna otra consideración”; pues

tomar la legal decisión de aceptar la caución ofrecida por


Proceso Rojas, precisamente “para que –éste- pudiera disponer –
del- ganado”, resultaba opuesta a la antes adoptada por la
fiscal Zúñiga Caicedo.

Teniendo en consideración que la pluralidad de


situaciones reseñaba que la precitada funcionaria había
desistido de la orden del 22 de marzo de 2012, consideró
que no era necesario referirse a todos ellos para declararlo,

23
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

sino sólo al principal, cual fue que la fiscal acudió al juez de


control de garantías.

Sugiere que bien pudo haber omitido pronunciarse


respecto de la revocatoria, y simplemente adoptar las demás
determinaciones, del mismo modo como siempre lo hizo la
fiscal Zúñiga Caicedo, así éstas fueran opuestas a la inicial
orden. Sin embargo, aclara, subsistiría el peligro de que en
el futuro se adujera que habían dos pronunciamientos
divergentes respecto de un mismo tema.

Afirma, no había razón para hacer un análisis


probatorio a fin de expedir la orden del 14 de enero de
2013, ni entrar a decidir de fondo respecto del
restablecimiento del derecho, pues precisamente en esa
oportunidad indicó que dicho examen lo llevaría a cabo una
vez arrimadas “las pruebas solicitadas”, lo que en efecto hizo el
1º de marzo de 2013, como lo corroboró el Tribunal en la
sentencia.

Acusa el fallo de haber pasado por alto que la Fiscal


Zúñiga Caicedo, pese a haber emitido la orden del 22 de
marzo de 2012, realmente no reconoció a favor de Jaime
Gonzales derecho sobre los semovientes, pues condicionó
aquella decisión a que, “en caso de que sobrevenga decisión
contraria”, éste pusiera lo entregado a disposición de
autoridad competente o, “en su defecto, reintegre el mismo valor
de los semovientes recibidos, o realice entrega de otros semovientes de
la misma especie y por el mismo valor”. Por tanto, no resulta

cierto que con la decisión señalada de prevaricadora se

24
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

“perjudicó al señor Jaime Gonzales por privarlo de sus legítimos


derechos”.

Sería jurídicamente insostenible que como fiscal


simplemente hubiese procedido a ejecutar la orden del 22
de marzo de 2012, pues habría tenido que argumentar “que,
bien o mal adoptada, no era de mi resorte (sic) valorarla sino
simplemente materializarla, cuando yo (sic) y nadie más era para aquel
momento el director del despacho fiscal, y nadie más la persona
responsable de las actuaciones de la Fiscalía Segunda Local de El
Bordo Patía”.

Añade cómo, de la simple lectura de la decisión de


entrega del ganado, se aprecia que la fiscal Zúñiga Caicedo
se sustrajo de considerar y ponderar los derechos de
Proceso Rojas, y esa irregularidad se extendería a quien
ejecutara la orden por estar de acuerdo con ella.

Con la decisión del 14 de enero de 2013, de una parte,


él entregaba de manera provisional el ganado a quien lo
llevaba teniendo en su poder de tiempo atrás y, de otra,
garantizaba los derechos del señor Jaime Gonzales Patiño
mediante la constitución de una “póliza bancaria”, en el
evento de salir avante cuando se decidiera de fondo el
asunto; es decir que la resolución sólo tenía el propósito de
resolver transitoriamente la tenencia de los vacunos, mas
no la titularidad definitiva.

Con lo cual se adoptó una solución transitoria del


litigio “plausible en términos jurídicos, como quiera que los derechos
patrimoniales de Jaime Gonzales Patiño se mantenían (…)

25
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

garantizados (…) mediante una póliza bancaria” que Proceso Rojas

debía constituir antes de la entrega a su favor, pues de lo


contrario no había lugar a esto último, como en efecto
sucedió porque no se surtió la garantía exigida.

4.2.1.2. Respecto del componente subjetivo del tipo, el


acusado se manifiesta inconforme con la sentencia porque
para considerar estructurado el dolo el Tribunal retoma los
argumentos con los que tuvo por acreditado el ingrediente
normativo; esto es, confundió “la existencia del dolo con la
apreciación del rompimiento grosero del ordenamiento jurídico” , de

manera que al considerarse cumplida la tipicidad objetiva,


automáticamente estaría colmada la tipicidad subjetiva,
“bajo una especie de inferencia indiciaria entre los dos componentes de
la tipicidad”.

Sostiene que la mala fe o malicia no se infiere en su


proceder al punto que el Tribunal no pudo ocuparse de tal
aspecto por sustracción de materia “debiendo enfilarse en el
carácter grosero del rompimiento con el ordenamiento jurídico” .

Contrariamente, sus “exteriorizaciones” nunca indicaron


algún propósito velado o expreso, sino un proceder
transparente para con las partes, al “propiciar que la forma
transitoria de solución del litigio que convocaba a los extremos
encontrados, pudiese ser conocida por otro funcionario judicial en sede
de apelación”, al cual le dio trámite con base en el “artículo 20

del Código de Procedimiento Penal”, lo cual refleja su querer de

ajustarse a la juridicidad imperante, bien mediante la


confirmación o revocatoria de su proveído, propósito que de

26
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

manera alguna tendría quien quisiese decididamente


anteponer su capricho sobre el ordenamiento jurídico.

Hecho que desatendió el Tribunal con el argumento de


que resultó inane ese actuar por no ser procedente la
segunda instancia en ese tipo de decisiones, con lo cual en
la sentencia se desconoció “el fondo para centrarse en la forma,
ya que el espíritu de tal determinación” pone en evidencia su

proceder diáfano.

4.2.2. Finalmente, recuerda cómo el Tribunal


consideró que “el subrogado penal” no tiene cabida a la luz de
la Ley 1474 de 2011, porque en su “artículo 13, inciso 2, (…)
excluyó de beneficios a los procesados por delitos contra la
administración pública, puesto que así lo destaca con el adverbio
‘tampoco’; y la Ley 1709 de 2014, artículo 19, también exceptúa en el
numeral 2 a quienes ‘hayan’ sido condenados por aquellos delitos,
expresión esa que no constituye forma verbal en pretérito perfecto
simple, porque no indica unívocamente un tiempo pasado; y en tal caso
tampoco es correcto crear una tercera norma con aquellas dos para
tomar de cada una lo favorable”.

Señala que la expresión “hayan”, contrariamente,


refiere un hecho pasado y así lo confirma la Real Academia
de la Lengua Española. Por eso el verdadero espíritu
plasmado en la norma por el Legislador, no tiene más que
una expresión de que también aquéllos casos en que las
personas hayan sido condenadas por delitos contra la
administración pública (entiéndase ejecutoriadas), sea cual
sea el tiempo transcurrido (ahí la diferencia con el inciso
primero) quedaran excluidas del beneficio.

27
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

De modo que en su caso la prohibición no lo cobija,


porque él no registra ni ha registrado antecedentes penales
por conductas contra la administración pública ni
cualquiera otra de las previstas en los incisos 1º y 2º del
artículo 68A del Código Penal. Aunado a que dentro de los
31 años de servicio a la Rama Judicial en diferentes cargos,
desde citador hasta fiscal, es la primera vez que se pone en
duda su transparencia, honestidad, buen juicio y rectitud.

Adicionalmente, el artículo 68A del Código Penal, “debe


compaginarse” con el principio rector del artículo 3 ídem, el

cual señala que la imposición de la pena (…) responderá a


los principios de necesidad, proporcionalidad y
razonabilidad, “lo cual exige realmente ponderar si tal pena tiene
efectivamente una verdadera razón de ser, para destruir la vida laboral
de un funcionario y el bienestar de toda una familia dependiente,
además del buen nombre del cual ha gozado a través de tantos años”.

En consecuencia, solicita subsidiariamente la


concesión de la suspensión condicional de la ejecución de la
pena.

4.3. Sustentación de la representante de la víctima.

4.3.1. En lo que concierne al delito de prevaricato por


omisión, señala cómo de la actuación emerge “claro” que el
fiscal investigado retardó injustificadamente un acto propio
de sus funciones, cual era restablecer el derecho al señor
Gonzales Patiño, quien fue víctima del delito de abuso de

28
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

confianza, perpetrado por Albeiro Antonio López


Bustamante.

No existía motivo válido alguno para abstenerse de


restablecer el derecho cuando el ganado estaba en poder de
Proceso Rojas, pues “era evidente” que éste lo tenía en su
poder sin establecer su legítima procedencia, en cuanto no
tenían “la marca de su vendedor López Bustamante”, sino la de su
“verdadero” propietario Gonzales Patiño.

Sumado a lo anterior, está el hecho de que el último de


los mencionados “con documento en mano” acreditó que el
ganado no le pertenecía a Albeiro Antonio López
Bustamante, sino que éste simplemente lo había recibido
para engorde, “con el compromiso de partir ganancias en un año, tal
y como reza en el contrato escrito de compañía ganadera”.

Por tanto, “no se puede decir que el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ no


incurrió en prevaricato por omisión, cuando teniendo en sus manos la
prueba contundente que le indicaba que (…) el señor Albeiro Antonio
López Bustamante (…) había incurrido en el delito de abuso de
confianza y (…) los vacunos objeto de tal ilicitud pertenecían al señor
Gonzales Patiño, dejó de restablecerle el derecho de inmediato al no
ordenar la devolución de sus semovientes, tornando así más gravosa
su situación”.

Fue así como el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ estando en el


deber de devolver los bienes y recursos incautados a quien
tenía derecho a recibirlos, en un término que no podía
exceder seis meses (artículo 88 de la Ley 906 de 2004), no
lo hizo, sin que su conducta se advierta excusada en que

29
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

debía esclarecer “quién tenía el derecho –a- recibirlos”, pues en la


correspondiente investigación “desde su inicio ya se había
establecido que el derecho (…) lo tenía (…) Jaime Gonzales Patiño por
ser el propietario del ganado y no haberlo enajenado a persona
alguna”.

4.3.2. Respecto del cargo de prevaricato por acción


relacionado con la orden del 1º de marzo de 2013, en la que
MUÑOZ VÉLEZ dispuso el levantamiento de la medida de
incautación y la entrega definitiva del ganado a favor del
señor Proceso Rojas, nada hay que permita eximirlo de
responsabilidad, por cuanto, sin contar con prueba alguna,
válida y contundente demostrativa de que López
Bustamante era dueño del ganado por haberlo comprado a
Jaime Gonzales Patiño, “reconoció tajantemente el haberse dado
entre estos dos” un contrato de “compraventa”, para de esta

manera y sin más consideraciones “tener a PROCESO ROJAS


como comprador de buena fe y proceder con base en ello a entregarle
definitivamente los semovientes”.

No se entiende cómo pudo decir el Fiscal Local MUÑOZ


VÉLEZ que Albeiro Antonio López Bustamante “tenía libre
disposición de los bienes en mención por haberlos comprado a Jaime
Gonzales Patiño”, cuando está demostrado que ese negocio

nunca existió, sino que “esto sólo lo dijo López Bustamante en su


afán de dar visos de legalidad a la venta que del ganado hizo a
Proceso Rojas, pero (…) como se puede ver en la investigación por el
delito del abuso de confianza, no tuvo el más mínimo respaldo, por el
contrario, se arrimaron pruebas que antes que sacarlo avante, lo
incriminaron aún más, como es el hecho de haberse probado que el
cheque con que dice haber pagado las reses a Gonzales Patiño nunca

30
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

fue extendido a nombre de éste y mucho menos por el valor de


$40.000.000, que dice fue parte del precio del presunto negocio”.

De manera que “el Fiscal acusado, contando con la prueba idónea y


suficiente que le indicaba que Jaime Gonzales Patiño era el propietario
legítimo de los bienes incautados y que nunca los transfirió a título de
venta al señor Albeiro Antonio López Bustamante”, optó por

entregarlos definitivamente al señor Proceso Rojas, con el


argumento de que los semovientes fueron de propiedad de
López Bustamante, quien “los había comprado a Gonzales Patiño
y que, por lo tanto, fue lícita la venta que de los mismos -López- hizo a
Rojas”.

V. INTERVENCIÓN DE LA DEFENSA TÉCNICA Y


MATERIAL FRENTE A LA APELACIÓN DE LA VÍCTIMA

Se oponen a que sean revocadas las decisiones


absolutorias por las razones que a continuación se
sintetizan:

5.1. Dice el defensor que la investigación desde sus


inicios se encaminó a determinar si existía tipo objetivo del
delito de abuso de confianza, lo cual impuso adelantar una
amplia labor investigativa que arrojó evidencias a favor de
las dos versiones contrapuestas, condiciones en las que no
era procedente el restablecimiento del derecho, porque no
se contaba con la demostración objetiva de la conducta
mencionada.

31
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

De otra parte, en punto de la absolución por


prevaricato por acción, indicó que el levantamiento de la
medida cautelar era procedente porque esta solo tiene
cabida respecto de bienes susceptibles de comiso. Además
que en la orden de 1º de marzo de 2013, no se dispuso la
entrega definitiva de los bienes al señor Proceso Rojas, sino
que al levantar la medida de incautación dejó en libertad a
los interesados de acudir a la vía civil.

Además, no es cierto que el acusado hubiese


simplemente señalado a Proceso Rojas como comprador de
buena fe, sin más consideraciones, pues esa determinación
fue consultada con colegas y jueces civiles, y estuvo
precedida de “un riguroso análisis de los elementos materiales
probatorios”.

5.2. Manifiesta el procesado que la víctima no ha


señalado objetivamente cuál era o debía ser frente a la
situación concreta, el acto propio de sus funciones que
estaba obligado a cumplir.

Indica que las medidas de restablecimiento del


derecho se adoptan únicamente cuando sean procedentes, y
obliga al funcionario a examinar la certeza de la
materialidad de la conducta y la no violación de normas
constitucionales, los principios rectores del Código Penal y
de Procedimiento Penal, entre otros atinentes, para cuya
demostración cita extensamente la sentencia T-666-2015
proferida por la Corte Constitucional y la providencia del 23

32
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

de noviembre de 2016 de la Sala de Casación Penal de la


Corte Suprema de Justicia.

De manera que su actuación fue encaminada a


esclarecer los hechos que se requería frente a (i) la
existencia de dos versiones contrapuestas que aún
permanecen y (ii) la presencia de un tercero de buena fe
provisto también de derechos fundamentales.

En punto del prevaricato por acción del que fue


absuelto, -indica- la representante de la víctima no señala
la norma de la cual se apartó al reconocer al tercero
comprador de buena fe.

Además nunca en la actuación dispuso entrega de


ganado a favor del tercero. Cuando ordenó su incautación,
se hizo en aplicación del principio de la buena fe respecto
de lo manifestado por el denunciante como mecanismo
urgente para garantizar la posibilidad del restablecimiento
del derecho. Sin embargo las averiguaciones fueron
revelando situaciones que impusieron primero acreditar la
calidad del tercero y establecer si se presentaba o no alguna
situación que desvirtuara el amparo constitucional de la
buena fe.

Una vez allegados los elementos materiales probatorios


que refirieron sin discusión la compra por parte del tercero
al señor Albeiro López, la incautación quedó sin soporte
jurídico.

33
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Basta con examinar la orden cuestionada para advertir


en ella la ponderación exhaustiva, fidedigna y concienzuda
que se hiciera para llegar a las conclusiones tanto sobre la
existencia del tercero de buena fe, como sobre la
inquebrantable duda que surgía sobre la materialidad de la
conducta de abuso de confianza; apegada la decisión a la
jurisprudencia antes citada.

No se puede decir de dónde podría sobresalir una


actitud dolosa, cuando siempre estuvo atento al
descubrimiento de la verdad, a la protección de los derechos
fundamentales, a la observancia de las normas
constitucionales y rectoras, así como al cabal ejercicio de la
administración de justicia.

Las afirmaciones de la recurrente como que está


demostrada la inexistencia de la compraventa entre el
denunciante y Albeiro Antonio López, anteponen
precisamente la presunción de culpabilidad.

VI. CONSIDERACIONES

6.1. Competencia.

La Sala es competente para resolver este asunto de


conformidad con lo dispuesto en el artículo 32-3 de la Ley
906 de 2004, por tratarse de la apelación contra la decisión
adoptada por un Tribunal Superior de Distrito Judicial para
concluir una actuación penal.

34
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

6.2. Del prevaricato por omisión.

El artículo 414 del Código Penal, establece:

“El servidor público que omita, retarde, rehúse o deniegue un acto


propio de sus funciones, incurrirá en prisión (…)”.

El supuesto de hecho objetivo de esta norma se


compone de: (i) un sujeto activo calificado, es decir, que se
trate de servidor público; (ii) que el mismo omita, retarde,
rehúse o deniegue, en el entendido que omitir es abstenerse
de hacer o pasarla en silencio; retardar es diferir, detener,
entorpecer o dilatar la ejecución de algo; rehusar es
excusar, no querer o no aceptar; y denegar es no conceder
lo que se pide o solicita (CSJ AP, 27 oct 2008, rad. 26243); y (iii)
que alguno de estos verbos rectores recaiga sobre algún
deber jurídico –de origen constitucional o legal- que haga parte
de las funciones del cargo que desempeña (CSJ AP, 21 feb 2007,

rad. 24053).

Es así como el prevaricato por omisión es uno de


aquellos tipos penales en blanco (CSJ SP, 28 feb 2007, rad.
19389), en los que es necesario integrarlo con la norma que
impone el deber funcional, para completar y concretar el
sentido de la conducta reprimida.

Ahora bien, para la configuración del ingrediente


subjetivo de la conducta penal descrita, resulta
indispensable que el infractor, esto es, quien tenga el deber
legal de ejecutar el acto, (i) siendo consciente del imperativo

35
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

que le asiste, (ii) en forma voluntaria omita, retarde, rehúse


o deniegue su cumplimiento.

6.3. Del prevaricato por acción.

El artículo 413 del Código Penal, señala:

“El servidor público que profiera resolución, dictamen o concepto


manifiestamente contrario a la ley, incurrirá en prisión (…)”.

El presupuesto fáctico objetivo del tipo penal


transcrito, como se ve, se encuentra constituido por tres
elementos, a saber: (i) un sujeto activo calificado, es decir,
que se trate de servidor público; (ii) que el mismo profiera
resolución, dictamen o concepto; y (iii) que alguno de estos
pronunciamientos sea manifiestamente contrario a la ley,
esto es, no basta que la providencia sea ilegal -por razón
sustancial (directa o indirecta) o de procedimiento- sino que la

disparidad del acto respecto de la comprensión de los textos


o enunciados contentivos del derecho positivo llamado a
imperar no admite justificación razonable alguna. (CSJ AP 29
Jul. 2015, Rad. 44131; AP 9 Sep. 2015, Rad. 44686; SP 16 Dic. 2015,
Rad. 44178; AP 20 Ene. 2016, Rad. 46806; AP 23 Jul. 2016, Rad.
47806, entre otros).

Para la estructuración del ingrediente subjetivo del


tipo de prevaricato por acción, se requiere en el servidor
público: (i) entendimiento de la manifiesta ilegalidad de la
resolución, dictamen o concepto proferido, según sea el
caso, y (ii) consciencia de que con tal acto se vulnera el bien
jurídico de la recta y equilibrada definición del asunto

36
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

sometido a su juicio para que su producto esté ajustado al


Ordenamiento.

Expresamente indicó la Corte en sentencia del 15 de


septiembre de 2004, radicado 21543:

[E]l actuar doloso en el prevaricato requiere entendimiento de la


manifiesta ilegalidad de la providencia proferida y consciencia de
que con tal decisión se vulnera sin derecho el bien jurídico de la
recta y equilibrada definición del conflicto que se estaba
sometiendo al conocimiento del servidor público, quien podía y
debía producir un pronunciamiento ceñido a la ley y a la justicia.
No es de la esencia de la figura la comprobación de una concreta
finalidad, que bien puede ser relevante en la determinación de la
culpabilidad, pero tampoco su falta de verificación conduce
inexorablemente a declarar irresponsabilidad en el delito.

En efecto, la Corporación ha dicho que aun tratándose de una


prevaricación con un fin jurídicamente irrelevante o incluso noble,
el delito no desaparece. Contrario a lo que sucedía en el Código
Penal de 1936, no se requiere actualmente de ingredientes
adicionales en lo que toca con la demostración del dolo en el
prevaricato, por ejemplo simpatía o animadversión hacia una de
las partes. Sólo es fundamental que se tenga conciencia de que el
pronunciamiento se aparta ostensiblemente del derecho, sin que
importe el motivo específico que el servidor público tenga para
actuar así.

6.4. Componentes fácticos y jurídicos de la


sentencia que no son objeto de impugnación.

En este asunto, no cabe duda y tampoco se discute: (i)


la identidad del procesado; (ii) su calidad de servidor
público como Fiscal Segundo Local de El Bordo, cuya
dignidad desempeñó del 16 de diciembre de 2010 al 29 de
noviembre de 2011 y del 1º de enero de 2013 “hasta la
actualidad”7; (iii) haber tenido a su cargo, en ejercicio de

7Estipulaciones 2 y 3 incorporadas al juicio el 10 de noviembre de 2016.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

sus funciones, la investigación con radicado Nº


195326000619201100132, originada de la noticia criminal
por abuso de confianza formulada el 17 de mayo de 2011
por Jaime Gonzales Patiño contra Albeiro Antonio López
Bustamante, respecto de 51 reses que aquél adujo de su
propiedad y que le había entregado para engorde, en virtud
de un contrato de “compañía ganadera”; (iv) sin que dispusiera
el restablecimiento del derecho a favor del denunciante; y
(v) haber proferido las órdenes del 14 de enero y 1º de
marzo de 2013 dentro de la investigación referida8
(señaladas de prevaricadoras en la presente actuación por
el ente acusador).

6.5. Respuesta a la apelación formulada por la


apoderada de quien funge como víctima, contra la
decisión absolutoria por prevaricato por omisión.

6.5.1. La representante de Gonzales Patiño insiste en


señalar que en la actuación emerge “claro” cómo el fiscal
investigado retardó injustificadamente un acto propio de
sus funciones, cual era restablecer el derecho de la víctima
del delito de abuso de confianza, perpetrado por Albeiro
Antonio López Bustamante.

Respecto del anterior alegato, el Tribunal en la


sentencia señaló que, tal como el mismo querellante lo puso
de presente el 17 de mayo de 2011, la indagación por abuso
de confianza evidenció un tercero comprador; y consideró

8 Las partes estipularon la autoría de la totalidad de los documentos contentivos de


la indagación con el CUI 2011 00132 (Estipulación No. 8).

38
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

razonable que el fiscal acusado haya dispuesto, de una


parte, la medida patrimonial provisional -del artículo 99.2 del
Código de Procedimiento Penal- y, de otra, los actos de
investigación para esclarecer la situación, los cuales
advirtió fundados.

Verificada la querella formulada por Jaime Gonzales


Patiño el 17 de mayo de 20119, ciertamente se advierte que,
tras relatar los pormenores del contrato de “compañía
ganadera” celebrado con Albeiro Antonio López Bustamante

sobre 51 reses, el querellante señaló que aquél, sin su


autorización, había vendido 49 al señor Proceso Rojas
Jiménez, y que cuando las encontró en una finca a cargo de
éste, el mismo le informó haberlas comprado y, por ello,
firmado una factura de venta.

Esta descripción fáctica expuesta por Jaime Gonzales


Patiño, sumado a que no se había dado aún la oportunidad
de escuchar la versión del indiciado, aconsejaba al director
de la indagación adelantar averiguaciones para corroborar
las manifestaciones incriminatorias del querellante. De
manera que la medida compatible con esa necesidad, no era
disponer el restablecimiento del derecho, sino la orden
patrimonial provisional adoptada por MUÑOZ VÉLEZ,
consistente en dejar los semovientes donde se hallaron en
depósito a cargo de Proceso Rojas a través de su
mayordomo, para garantizar el posible derecho del
denunciante y, a su vez, no afectar prematuramente al

9 Folio 4 del cuaderno No. 5, contentivo de la indagación por abuso de confianza,


adelantada por el fiscal acusado en este trámite. (La totalidad del mencionado
diligenciamiento obra como prueba).

39
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

tercero comprador, esto es, antes de determinar la


existencia del delito.

6.5.2. La impugnante señala como “evidente” que


Proceso Rojas poseía las 49 reses sin establecer su legítima
procedencia, en cuanto los animales no tenían la marca de
su vendedor López Bustamante, sino la de su “verdadero”
propietario Gonzales Patiño.

Cabe recordar que esa realidad fáctica no era


suficiente para concluir la procedencia ilícita del ganado,
toda vez que, de una parte, Proceso Rojas -en entrevista-10
además de señalar la manera en que pagó los semovientes y
que contaba con certificados de venta y de ICA, precisó que
Albeiro Antonio López Bustamante le dijo que el ganado
provenía de compra que le hizo a Jaime Gonzales Patiño, lo
cual, agrega la Corte, podía explicar el motivo por el cual los
animales contaban aún con el distintivo de su inicial
propietario. Versión que, de todos modos, se insiste, exigía
su corroboración antes de adoptar una decisión apresurada
de restablecimiento del derecho.

6.5.3. Agrega la representante de la víctima que el


restablecimiento del derecho también lo imponía el hecho
de que Jaime Gonzales Patiño “con documento en mano”
acreditó que el ganado no le pertenencia a Albeiro Antonio
López Bustamante, sino que éste simplemente lo había
recibido para engorde en virtud de un contrato de compañía
ganadera.

10
Obrante a folio 17 ibídem.

40
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Lo anterior sería de recibo, si no fuera porque,


precisamente, Albeiro Antonio López Bustamante en
interrogatorio a indiciado llevado a cabo el 31 de mayo de
2011, (i) se ratificó sobre lo manifestado a Proceso Rojas
Jiménez, en el sentido de haber comprado los 51 novillos en
abril de 2011, esto es, después de la celebración del
contrato de “compañía ganadera” al que alude Jaime Gonzales
Patiño –fechado 6 de febrero de 2011-11; y (ii) declaró hechos
que correspondía verificar al ente investigador, como que: el
negocio tuvo ocurrencia en el municipio de Timbío; el
ganado, para efectos de la compraventa, fue pesado en la
finca del Fondo Ganadero de El Estrecho por Hélmer
Vargas; pagó $4.000.000 en efectivo al vendedor Jaime
Gonzales Patiño delante de la esposa de este último, y
$40.000.000 en cheque postfechado -7 de mayo de 2011- del
Banco de Occidente, cuyo dinero admitió no haberlo hecho
efectivo.

En conclusión, no le asiste razón a la apelante, por


cuanto para el fiscal acusado no surgió el deber de disponer
-ni solicitar al juez de control de garantías- el restablecimiento del
derecho a favor de quien se postuló como víctima, sino el de
adoptar las medidas necesarias para garantizarlo, como
efectivamente lo hizo con la orden de depósito provisional
emitida el 17 de mayo de 2011, mientras se ejecutaron
razonables actos de investigación encaminados a verificar
las manifestaciones del querellante, el indiciado y el tercero
comprador.

11 Folio 14 ibídem.

41
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

De manera que la Sala confirmará la absolución


sentenciada por el a quo, pues las pruebas revelan
desvirtuada la omisión señalada de prevaricadora en la
acusación.

Máxime que, como se verá más adelante, los elementos


de convicción allegados a la indagación adelantada por el
Fiscal MUÑOZ VÉLEZ, dan cuenta de que el abuso de
confianza por él investigado no se estructuró; situación por
la cual tampoco podía tener lugar el restablecimiento del
derecho que echó de menos la Fiscalía Delegada ante el
Tribunal.

6.6. Respuesta a la apelación formulada por la


víctima, contra la decisión absolutoria por prevaricato
por acción relacionado con la orden del 1º de marzo de
2013.

6.6.1. Señala la representante de la víctima que en la


actuación no hay nada que permita eximir de
responsabilidad a MUÑOZ VÉLEZ, por cuanto el mismo sin
contar con prueba válida y contundente demostrativa de
que López Bustamante era el dueño del ganado, sin más
consideraciones tuvo a Proceso Rojas como comprador de
buena fe y, fundado en ello, procedió a entregarle
definitivamente los semovientes.

Diferente a lo expuesto por la apelante, la orden del 1º


de marzo de 2013, de una parte, no dispone la entrega de

42
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

bienes a favor de Proceso Rojas, sino “levantar la medida de


incautación (sic) decretada sobre los 49 semovientes afectados en esta
indagación”; y, de otra, no se basa exclusivamente en la

calidad del tercero comprador, sino, principalmente, en que


está desestimado el hecho investigado o por lo menos
permanece en duda su ocurrencia.

Esta premisa el fiscal acusado la fijó como a


continuación se trascribe:

Todo lo anterior no nos permite afirmar a ciencia cierta que


estemos ante una conducta de abuso de confianza y, antes bien,
lo que a criterio de este fiscal ofrece mayor credibilidad es (…) la
manifestación del indiciado respecto a que negociaron el ganado y
lo pagó parte en efectivo y parte con un cheque postfechado, que
finalmente no pudo hacerle efectivo (…).

Es de este contexto de elementos (…) que la Fiscalía encuentra que


sin haberse logrado determinar con convicción y a ciencia cierta la
existencia de una conducta de abuso de confianza y, antes bien,
hallando desestimada o por lo menos en duda (…) su ocurrencia,
se desvanece la posibilidad de restablecer el derecho del
denunciante (…).

La cual, además, fue producto de la valoración de los


elementos de convicción, como se demostrará en el
siguiente numeral.

6.6.2. Dice la impugnante que nunca existió el negocio


de compraventa manifestado por Albeiro Antonio López,
sino que “esto sólo lo dijo (…) en su afán de dar visos de legalidad a
la venta que del ganado hizo a Proceso Rojas, pero (…) como se puede
ver en la investigación por el delito de abuso de confianza, no tuvo el
más mínimo respaldo”.

43
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

En la orden del 1º de marzo de 2013, el fiscal acusado


señaló que si bien Jaime Gonzales Patiño aportó un
contrato de compañía ganadera, consideró dudosa su
vigencia por la existencia de un posterior contrato de
compraventa, excluyente de la posibilidad de que se
constituyera la conducta de abuso de confianza.

Esta proposición la soportó en que sobre ese negocio


se refirió el indiciado, cuya versión encuentra respaldo en (i)
la declaración rendida en entrevista por José Antonio
Valencia Ibarra, -comisionista en compra y venta de ganado-
quien aseguró que Jaime Gonzales Patiño le reconoció
haber vendido el ganado a Albeiro Antonio López, aunque
“argumentándole” que no lo había autorizado a sacarlo hasta

que no se lo terminara de pagar12; (ii) la declaración


juramentada ante notario rendida por Jhon Félix Urbano
Pérez, quien afirmó ser testigo del momento en el que
Albeiro Antonio López le propuso a Gonzales Patiño
comprarle el ganado que tenía en compañía ganadera, y
tras el acuerdo al que arribaron, procedieron al pesaje del
ganado; y (iii) la declaración de Proceso Rojas Jiménez,
quien indica que, ciertamente, Albeiro Antonio López le
informó haber comprado el ganado a Gonzales Patiño.

Estas manifestaciones encontraron respaldo en la


siguiente valoración llevada a cabo por MUÑOZ VÉLEZ:

12
Entrevista obrante a folio 190 del cuaderno No. 5, contentivo de la indagación por
abuso de confianza, adelantada por el fiscal acusado en este trámite. (todo el
diligenciamiento obra como prueba).

44
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

(i) Gonzales Patiño aportó un documento en el que


consta datos sobre dos pesajes realizados a los semovientes,
el primero se hizo para el inicio del contrato de compañía
ganadera y, el segundo, tanto Albeiro Antonio López como
Urbano Pérez indican que tuvo lugar para concretar el
contrato de compraventa entre aquél y López Bustamante.

(ii) Si bien Jaime Gonzales sostiene que el segundo


pesaje lo habría solicitado simplemente para darse cuenta
si el ganado había o no aumentado de peso, no resulta
creíble esa explicación porque, pese a que ese tipo de pesaje
tiene sentido en ganaderías tecnificadas y controladas con
medios para llevar estadísticas de rendimiento, no es de
común ocurrencia que se hagan desplazamientos de
vacunos de una finca a otra, acorralamientos y se incurra
en costos como el de alquiler de báscula, con el riesgo de la
movilización y pérdida de peso por ese proceder, para el
simple fin de examinar si las reses habían aumentado
kilogramos, sin ningún concreto propósito adicional. Por lo
cual no puede evitarse pensar que el segundo pesaje pudo
tener lugar para finiquitar los términos de la negociación de
la que hablan tanto el indiciado López Bustamante como los
testigos antes mencionados.

(iii) El querellante reconoció que Albeiro López en


aquella ocasión del segundo pesaje le propuso comprar los
semovientes, propuesta que dijo haber aceptado pero si le
daba la suma de $44.000.000 de contado 13.

Jaime Gonzales Patiño en el juicio declaró sobre el segundo pesaje y que en ese
13

momento Albeiro Antonio López Bustamante le propuso que le vendiera el ganado.

45
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Coincidentemente Albeiro López manifestó haber pagado el


ganado con $4.000.000 en efectivo y $40.000.000 en
cheque, “pagadero” el 7 de mayo de 2011, y aportó una
colilla de cheque diligenciada con el nombre de Gonzales
Patiño y la fecha precitada.

(iv) El investigador José Luis Llanos dejó constancia de


que inicialmente Gonzales Patiño negó haber llenado la
colilla atrás mencionada, pero después, frente a la misma,
aceptó que en el documento estaba su nombre y la fecha
escrita con su letra. (Este último hecho también fue
reconocido por Gonzales Patiño en el juicio adelantado
contra MUÑOZ VÉLEZ).

(v) La explicación que sobre ese documento ofrece


Jaime Gonzales, es que llamó a Albeiro Antonio para que le
comprara 3 novillos porque necesitaba dinero para sus
gastos personales, quien respondió que sí; de inmediato se
desplazó hasta Timbío, donde los negociaron, y “hecho el
acuerdo él sacó la chequera, me la pasó y alcancé a escribir en la colilla
el nombre mío y esa fecha que aparece en la colilla 14 del cheque Nº
401679, pero al momento me puse a pensar y desistí de recibir el
cheque y le manifesté que si no tenía mejor la plata en efectivo, a lo que
me respondió que no. Yo le manifesté que yo necesitaba era el dinero
en efectivo porque no podía esperarme hasta el lunes para cobrarle el
cheque y que los gastos que necesitaba hacer eran inmediatos, le pedí
disculpas y desistí del negocio y me retiré” . (De esta explicación

también se ratificó Jaime Gonzales Patiño en el juicio oral).

14 La colilla se puede ver a folio 211 ibídem.

46
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

MUÑOZ VÉLEZ indicó que “aún sin consideración del hecho


poco probable de la retractación en un negocio ganadero, mucho menos
tratándose de persona adulta, con presunción de juicio y seriedad, que
además se ha tomado el trabajo de llamar y desplazarse con apremio
de una ciudad a otra y de acordar precio y aceptar pago en cheque,
cuyo diligenciamiento él mismo inicia, no resulta de buen recibo de
acuerdo (…) a la experiencia y el sentido común, que se aduzca que se
deshace de un negocio, simplemente porque a esas alturas (…) se
acordó que necesitaba la plata (…) en efectivo. Además si el asunto era
la necesidad de efectivo, ninguna garantía habría de conseguirlo
reiniciando un proceso para conseguir otro comprador y, mucho menos,
cuando ni siquiera está determinado que los semovientes en venta
estuvieran en ese momento a la vista de (…) presuntos compradores”.

(vi) Si bien Jaime Gonzales en escrito del 30 de


septiembre de 2011, se reafirma en que el 15 de abril de
2011, fecha en la que pesaron el ganado en el Estrecho,
Albeiro López le propuso que le vendiera el ganado, a lo cual
respondió que sí, pero si se lo pagaba “de contado y en
efectivo”; esta conveniente exigencia de “efectivo”, “solo pone de
manifiesto su interés de continuar encubriendo y deformando la
verdadera realidad sobresaliente de la compraventa del ganado”,
porque, si bien sería entendible que hubiese pedido pago de
contado y a corto plazo, como es común en este tipo de
negocios ganaderos, “no hay razón para que la exigencia fuera en
efectivo, si ha dicho que con posterioridad, aceptó recibirle un cheque
por otro negocio y que después se retractó, menos si para la fecha del
segundo pesaje Albeiro Antonio López todavía gozaba de su confianza
y de la imagen de un hombre adinerado”.

(vii) La manifestación de Jaime Gonzales Patiño según


la cual, “de haberse realizado el negocio y me hubiera pagado el

47
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

ganado como prueba irrefutable e incontrovertible, yo de mi parte, sin


que él me lo hubiera tenido que solicitar, le había dado y firmado la
autorización de que podía disponer del ganado como reza en el
contrato, cosa que nunca sucedió, porque si es como aduce este
señor que él me compró el ganado, ha debido de pagármelo para
poder disponer de él”15, solo refleja que el querellante
simplemente considera continuar siendo propietario del
ganado, “porque el comprador finalmente no se lo pagó, lo cual no
hace más que darle crédito a lo afirmado por el testigo José Antonio
Valencia Ibarra, quien escuchó decir al propio Jaime Gonzales que
había vendido el ganado a Albeiro, pero que no le había autorizado de
sacarlo, sino hasta que se lo terminara de pagar”.

“Esto es, el señor Jaime Gonzales Patiño, en procura de recobrar


su capital, ha querido ocultar la negociación de los semovientes y
extender y hacer recobrar validez al finiquitado contrato de compañía
ganadera”.

Recordó MUÑOZ VÉLEZ que el contrato de


compraventa de los bienes muebles, conforme con los
artículos 1849 y siguientes del Código Civil y 905 y
posteriores del Código de Comercio, se perfecciona cuando
hay acuerdo respecto de la cosa y el precio en dinero, en el
que una parte se obliga a entregar el bien mueble y, la otra,
a pagar el precio convenido, pero no se exige que se
verifique la efectividad del pago.

Como se ve, contrario a lo expuesto por la apelante, el


fiscal acusado contaba en la indagación con elementos de
conocimiento para tener por demostrado el contrato de

15 Resaltado en el original.

48
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

compraventa entre Gonzales Patiño y López Bustamante al


que éste hizo referencia.

6.6.3. Aduce la impugnante que en la indagación


adelantada por abuso de confianza, se arrimaron pruebas
que en lugar de corroborar las excusas de Albero Antonio
López Bustamante, lo incriminaron aún más, pues está
probado que el cheque con el que dijo haber pagado las
reses a Gonzales Patiño no fue girado a nombre de éste y
mucho menos por el valor de $40.000.000.

En la decisión del 1º de marzo de 2013, ciertamente el


Fiscal MUÑOZ VÉLEZ como circunstancia relevante destacó
el hecho que la colilla No 401676 no coincide con los datos
diligenciados en el cheque correspondiente, el cual
realmente fue girado casi 2 años atrás por valor de
$8.000.000 y a nombre de otra persona. No obstante
consideró que esa disparidad pudo obedecer a que Gonzales
Patiño simplemente diligenció su nombre y fecha -7 de mayo
de 2011- en la colilla equivocada, la cual no pertenecía al

cheque que le fue entregado. Esto por cuanto:

“[D]e las respuestas e informaciones emitidas por el banco,


curiosamente parciales, en principio, ya que no se dio toda la
información, está finalmente dejando entrever que en la secuencia
numérica de cheques girados por el señor Albeiro Antonio López
Bustamante en el año 2011 está faltando un cheque, esto es, el
número 406209, sin embargo aparecen reportados los cheques
406206, 406207, 406208 y 406210. El reporte indica que el
cheque anterior al faltante, esto es el 406208 fue girado el 29 de
marzo de 2011 y el cheque posterior, esto es el 406210, fue girado
el 17 de junio de 2013. Es decir que el cheque faltante está dentro
del margen de fechas en que se aduce ocurrió la negociación del
ganado”.

49
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Verificada la respuesta del Banco de Occidente allegada


al trámite de indagación por abuso de confianza16, obrante
como prueba en este proceso, la Sala verifica que
corresponde fielmente a la información a la que hizo
referencia el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ.

Además se observa razonable la inferencia del acusado,


máxime que con la misma (i) encuentra sentido el hecho de
que Gonzales Patiño haya diligenciado en el 2011 una
colilla de un cheque girado por López Bustamante en el
“2009”17 a otra persona y (ii) resulta compatible con la

restante valoración llevada a cabo en la orden del 1º de


marzo de 2013, expuesta en el numeral anterior.

De manera que la Sala no encuentra razón en la


representante de quien funge como víctima, ni en el juicio
se evidencia acreditada la ilegalidad de la orden antes
mencionada en punto de la fundamentación fáctica por la
cual MUÑOZ VÉLEZ resolvió levantar la medida provisional
inicialmente impuesta, como quiera que (i) no pretermitió o
ignoró los elementos de convicción que militaban a favor del
hecho denunciado por Gonzales Patiño; (ii) no tergiversó
algún contenido fáctico tomado directamente de los medios
de concomimiento; (iii) hizo una valoración integral de los
mismos y (iv) las inferencias realizadas se observan
respetuosas de los criterios de la sana crítica.

16 Folios 260 a 263 del cuaderno 5.


17
Folio 261 del cuaderno número 5 ibídem.

50
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Situación que impone confirmar la absolución


decretada por el a quo, pues no se estructura el elemento
normativo del tipo de prevaricato por acción.

6.7. Respuesta a los motivos de inconformidad


expuestos por la defensa técnica y material, contra la
condena impuesta por prevaricato por acción en
relación con la orden del 14 de enero de 2013.

6.7.1. Afirma el defensor que el fiscal DIDIER


ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ encontró que su antecesora si
bien emitió la orden de entregar los semovientes a Gonzales
Patiño, no la ejecutó y sí acudió ante un juez de control de
garantías a efectos de que decidiera ese asunto; por lo que
aquél “interpretó” ese proceder como una revocatoria tácita de
la decisión de la entonces fiscal, cuyo entendimiento es
“razonable”, porque si ésta hubiese considerado que su orden

era procedente, pues la hubiera ejecutado.

El entendimiento del acusado no se observa razonable,


por cuanto el Estado de derecho impone a los servidores
públicos en general, y a los que integran la rama judicial en
particular, adoptar sus decisiones conforme con el
ordenamiento jurídico; y el instituto en el que se sustentó -
revocatoria tácita-, no cuenta con respaldo normativo alguno

para ser aplicado a providencias judiciales, ni a órdenes de


restablecimiento emitidas por fiscales en los trámites
adelantados por la Ley 906 de 2004.

51
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

6.7.2. Dice el defensor que el acto de la funcionaria


Zúñiga Caicedo de acudir al juez podía interpretarse como
una reconsideración de su determinación.

El que la Fiscal Zúñiga Caicedo hubiese acudido ante


el juez de control de garantías, indica que le surgió duda
relacionada con la competencia, pero no sobre su decisión
sustancial. Cabe recordar que la funcionaria acudió ante el
juez precisamente para pedir lo mismo que ya había
ordenado, esto es, se dispusiera la entrega de los 49
semovientes.

Por consiguiente, el actuar de la Fiscal Zúñiga Caicedo


puesta de presente por el impugnante de ninguna manera
podía interpretarse como una reconsideración de su
determinación.

Además, cabe precisar, que si bien la Fiscal Rubiela


Zúñiga Caicedo -tras disponer el 22 de marzo de 2012 la entrega
de las 49 reses a favor de Jaime Gonzales Patiño- acudió al juez de

control de garantías –donde se originó el trámite de definición de


competencia-, cuando el fiscal DIDIER ROBERTO MUÑOZ

dispuso la revocatoria del mencionado restablecimiento,


esto es el 14 de enero de 2013, la competencia ya había
sido radicada en la Fiscalía por la Sala Plena de la Corte
Suprema de Justicia en providencia del 1º de noviembre de
2012.

52
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Por tanto, al acusado tampoco podía embargarle


incertidumbre sobre la validez de la orden del 22 de marzo
de 2012 en punto de la competencia.

6.7.3. Afirma la defensa que la Fiscal Zúñiga Caicedo,


pese a que la Corte Suprema de Justicia asignó la
competencia a la Fiscalía, tampoco ejecutó su orden de
restablecimiento del derecho, lo cual resultó indicativo de
que no estaba segura de la resolución que había ordenado.

Ciertamente la Fiscal Zúñiga Caicedo no dispuso la


ejecución de la orden del 22 de marzo de 2012, antes ni
después de que el 1º de noviembre de 2013 la Sala Plena de
la Corte Suprema de Justicia asignara a la Fiscalía la
competencia para resolver sobre la solicitud de entrega de
los bienes, formulada por Gonzales Patiño.

Esta realidad, sin embargo, no hace legal la aplicación


de la revocatoria tácita en las actuaciones regidas por el
Código de Procedimiento Penal, al margen del motivo que
haya estado presente en la Fiscal Zúñiga Caicedo en
diciembre de 2012.

No obstante, este hecho será considerado más


adelante por la Sala, no para examinar la configuración de
la tipicidad objetiva -como desatinadamente lo propone el
apelante-, sino para verificar la estructuración del tipo

subjetivo.

53
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

6.7.4. Alega el apelante que el Tribunal erró al señalar


que en la orden del 14 de enero de 2013 el encausado debió
reconocer el restablecimiento del derecho a Jaime Gonzales
Patiño de acuerdo con los elementos materiales probatorios y
que violó la ley porque se apartó de la realidad probatoria,
pues si hubiera hecho un análisis de contexto y considerado
la valoración del doctor DIDIER MUÑOZ VÉLEZ llevada a
cabo en la orden del 1º de marzo de 2013, hubiese
concluido que allí se encuentra un examen razonado de los
elementos de convicción, indicativo de que éste no obró de
manera arbitraria o caprichosa.

El a quo, entre otras consideraciones dirigidas a


sustentar la manifiesta ilegalidad de la decisión del 14 de
enero de 2013, señaló que la misma: “está indiscutiblemente
alejada de –la- realidad probatoria, puesto que –los- EMP sólo
destellan la tipicidad del abuso de confianza, (…) no la buena fe de
aquel tercero –Proceso Rojas Jiménez-, puesto que la buena fe no
consiste en actuar desprovisto de dolo o de intención positiva de irrogar
un perjuicio a otro, –sino que- el concepto involucra también
conducirse sin culpa, esto es con un mínimo de prudencia, de atención,
de cuidado, a fin de evitar tal perjuicio”.

El Fiscal MUÑOZ VÉLEZ el 14 de enero de 2013 revocó


la orden de restablecimiento emitida por la Fiscal Zúñiga
Caicedo el 22 de marzo de 2012, basado en una
argumentación jurídicamente inaceptable –revocatoria tácita-
y sin consideración alguna a los elementos de conocimiento
arrimados a la indagación -lo cual tornó ilegal su determinación-.
Sin embargo, no es acertado indicar que la decisión estuvo

54
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

“indiscutiblemente alejada de –la- realidad probatoria, puesto que –

los- EMP sólo destellan la tipicidad del abuso de confianza”.

El Tribunal no demostró esta última afirmación, sino


que la supuso a partir de la valoración hallada en la orden
del 22 de marzo de 2012, por la cual la Fiscal Zúñiga
Caicedo dispuso la entrega de los semovientes a favor del
querellante. Esta decisión se basó en que (i) Gonzales
Patiño acreditó la existencia del contrato de compañía
ganadera –de fecha 6 de febrero de 2011- por el cual le entregó
para engorde 51 reses a López Bustamante; (ii) éste vendió
49 reses a Proceso Rojas Jiménez, y (iii) si bien López
Bustamante indicó haber comprado las 51 reses a Gonzales
Patiño en abril de 2011, para cuyo pago parcial giró un
cheque postfechado 7 de mayo de 2011 por $40.000.000 y
aportó la colilla del cheque, el Banco de Occidente certificó
que la “colilla” corresponde a un cheque girado a otra
persona en el año 2009 y por valor diferente18, por lo cual
está desvirtuada la excusa de la compraventa y, por lo
mismo, se configura el delito de abuso de confianza.

La Sala advierte, que los elementos de convicción con


los que se contaba en la indagación por abuso de confianza
el 14 de enero de 2013, revelan componentes fácticos que

18 Concretamente dice la sentencia: “En contrario, los derechos del señor Jaime
Gonzales Patiño sí fueron considerados en la orden de 22 de marzo de 2012, puesto
que la señora fiscal (...) concluyó que las manifestaciones del señor Albeiro Antonio
López respecto del negocio de los 51 novillos que sostenía había realizado con el
señor Jaime Gonzales Patiño estaban desvirtuadas (…), porque el Banco de Occidente
certificó la relación detallada de todos los cheques que el citado había girado -4 en
total- en el año 2011 y concretándose al 401679 (…) aparece como beneficiario Luis
Fernando Estrada González con fecha 1 de julio de 2009 por $8.000.000 sin que en
ninguno de los 3 cheques aparezca como beneficiario Jaime Gonzales Patiño. (…)”.

55
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

imposibilitaban afirmar que los mismos “sólo destellan la


tipicidad del abuso de confianza”, como se pasa a demostrar:

(i) Si bien la colilla que López Bustamante aportó como


prueba resultó corresponder a un cheque girado tiempo
atrás –en el 2009- a otra persona, la Sala no puede pasar
inadvertido que en dicha colilla Gonzales Patiño fue quien
escribió su propio nombre y la fecha 7 de mayo de 2011 (hecho
reconocido por éste tanto en aquella investigación como en
el juicio surtido contra MUÑOZ VÉLEZ).

¿Por qué motivo Jaime Gonzales Patiño tendría que


diligenciar en el 2011 una colilla de la chequera de López
Bustamante con fecha 7 de mayo del mismo año, pero
correspondiente a un cheque girado por éste a otra persona
en el 2009?

Sobre ese punto Gonzales Patiño no ofreció ninguna


justificación. Simplemente indicó (tanto en la indagación
adelantada por abuso de confianza como en el presente
proceso) haber puesto esos datos en una colilla de la
chequera de López Bustamante porque, tras convenir la
compraventa de 3 novillos, éste le pasó la chequera para
que llenara el cheque, por lo que procedió a escribir tanto
su nombre como la fecha 7 de mayo de 2011, pero en ese
instante desistió del negocio.

Lo anterior, sin embargo, no explica por qué Jaime


Gonzales diligenció la colilla de un cheque girado a otra
persona de tiempo atrás –en el 2009-, como tampoco la Sala

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

encuentra razón distinta a la advertida por el Fiscal MUÑOZ


VÉLEZ -en la orden del 1º de marzo de 2013 y en el juicio por
prevaricato-, cual es que cuando aquél se dispuso a escribir

en la colilla del cheque que le sería –o le fue- girado en el


2011 con fecha 7 de mayo del mismo año, lo hizo sobre la
colilla equivocada correspondiente a un cheque previamente
girado en el 2009.

Hecho frente al cual no podía tenerse por desvirtuada


la manifestación de López Bustamante en el sentido de que
giró un cheque por $40.000.000 para el pago del ganado
que había comprado a Gonzales Patiño.

(ii) Ahora, el que Gonzales Patiño haya puesto su


nombre y fecha 7 de mayo de 2011 en una colilla de la
chequera de López Bustamante, aunado a su declaración
según la cual, éste le pasó la chequera para que llenara el
cheque -no para que suscribiera la colilla, ni para que diligenciara la
colilla de otro cheque ya girado a otra persona de tiempo atrás-,

indica que el primero sí llenó un cheque en el 2011


proveniente de la chequera del segundo, sólo que, como ya
se indicó, cuando se dispuso a diligenciar su nombre y
fecha en la colilla, lo hizo sobre una equivocada.

Este yerro de Gonzales Patiño indica que al momento


de diligenciar la colilla del cheque que le sería girado en el
2011, ya estaba desprendido del talonario, pues de haber
estado adherido sería poco probable que hubiese incurrido
en el error, toda vez que aquél declaró haber realizado
múltiples negocios mediante cheque por ser un asiduo

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

comerciante de ganado, lo cual lo califica como una persona


experimentada en el tratamiento de ese tipo de documentos.

Las anteriores premisas -obtenidas unas directamente de


los elementos de conocimiento de la indagación adelantada por abuso
de confianza y otras mediante construcción indiciaria a partir de los
mismos-, según las cuales: (a.) Gonzales Patiño manifestó

haber puesto su nombre y fecha 7 de mayo de 2011 en una


colilla de la chequera de López Bustamante cuando éste se
la pasó para que llenara el cheque; (b.) Gonzales Patiño se
equivocó en cuanto diligenció una colilla ya girada en el
2009; (c.) el cheque al que alude López Bustamante fue
llenado por Gonzales Patiño; (d.) el cheque fue desprendido
de su talonario; son indicativas de que López Bustamante sí
giró un cheque en el 2011 a Gonzales Patiño con fecha 7 de
mayo de 2011, máxime cuando, de una parte, en el informe
del Banco de Occidente se advierte un cheque faltante en
un lapso en el que precisamente encaja el día 7 de mayo de
2011 (ver numeral 6.6.3.) y, de otra, no resultó creíble la
excusa de Gonzales Patiño por la cual dijo haber llenado la
colilla con su nombre y fecha 7 de mayo, sin recibir cheque
alguno (ver valoración llevada a cabo el 1º de marzo de 2013
por el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ, reseñada en esta providencia
en el numeral 6.6.2. (v)).

(iii) Gonzales Patiño admitió que López Bustamante el


día en que fue pesado el ganado -en abril de 2011-, pidió se lo
vendiera, por lo cual le fijó precio -$44,000.000-; y éste
aseguró haber comprado los semovientes, para lo cual
procedieron a pesarlo, cuya medición resultó cierta.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Dicho pesaje en ese contexto de oferta de compra y


fijación de precio –sobre las que no hay discusión-, se constituye
en un hecho indicador de que la aducida compra sí se
perfeccionó, porque (a.) es indispensable para concretar el
negocio de compraventa de ganado de ceba y (b.) no resultó
creíble la excusa de Gonzales Patiño por la cual dijo
disponer del pesaje del ganado, como tampoco goza de
credibilidad su aducida exigencia de efectivo para no
realizar el negocio el día del pesaje, por las razones
advertidas por MUÑOZ VÉLEZ, ya reseñadas en esta
providencia en los numerales 6.6.2. (ii) y 6.6.2. (vi)
respectivamente, cuya razonabilidad no fue desvirtuada en
la sentencia, tampoco por el ente acusador ni por los demás
intervinientes.

(iv) De otra parte, López Bustamante manifestó que


debido a la compraventa pagó $4.000.000 en efectivo y giró
un cheque por $40.000.000. Por su parte Gonzales Patiño
admitió haber (a.) pedido $44.000.000 por el ganado; (b.)
diligenciado una colilla de la chequera de López
Bustamante con su nombre y fecha 7 de mayo de 2011, y
(c.) que ese diligenciamiento lo hizo cuando éste le pasó la
chequera para que llenara el cheque.

Estos hechos son indicativos de que el contrato de


compraventa aducido por López Bustamante sí se
perfeccionó, toda vez que la justificación de Gonzales Patiño
para proceder a llenar la colilla antes mencionada no

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

resultó creíble por lo expuesto por MUÑOZ VÉLEZ el 1º de


marzo de 2013 (ver numeral 6.6.2. (v) de esta providencia).

(v) Armónico con lo anterior, José Antonio Valencia


Ibarra afirmó, en la indagación adelantada por abuso de
confianza, que Jaime Gonzales le manifestó haberle vendido
el ganado a Albeiro Antonio López, pero “para que lo dejara ahí
en la hacienda y cuando se lo acabara de pagar lo sacara”.
Declaración a la que MUÑOZ VÉLEZ asignó credibilidad el
1º de marzo de 2013 (ver numeral 6.6.2. (vii) de esta
providencia), sin que esa valoración se advierta desvirtuada.

De lo expuesto se concluye que los elementos de


conocimiento recaudados en la indagación adelantada por
abuso de confianza al 14 de enero de 2013, permitían tener
por acreditado, al menos en grado de alta probabilidad, el
contrato de compraventa al que siempre hizo referencia
López Bustamante.

En este orden de ideas, no había manera de considerar


estructurado el tipo objetivo de abuso de confianza, el cual
exige en la conducta del sujeto activo la apropiación de una
cosa mueble “ajena” que se le haya entregado por un “título no
traslativo de dominio”.

Premisa necesaria para que sea procedente el


restablecimiento del derecho a favor de quien se postula
como víctima, pues si el delito no se observa configurado al
menos en su estructura típica objetiva, lógicamente
tampoco puede haber víctima del mismo.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

De lo anterior se sigue que si bien es cierto el Fiscal


MUÑOZ VÉLEZ no soportó su decisión del 14 de enero de
2013 en los elementos de conocimiento, también lo es que
la determinación sustancial allí contenida de revocar la
orden del 22 de marzo de 2013, no resultó violatoria del
derecho material al restablecimiento del derecho alegado
por Gonzales Patiño pues, como viene de verse, aquellos no
permitían tener por estructurado el tipo objetivo de abuso
de confianza.

Tampoco el ente acusador demostró ni planteó en la


acusación, cómo a partir de los elementos de conocimiento
MUÑOZ VÉLEZ debía tener por estructurado algún otro tipo
penal que obligara una decisión diferente a la de revocar la
orden del 22 de marzo de 2012.

En consecuencia, la única ilegalidad que permanece


en la orden del 14 de enero de 2013, es la de estar
motivada, no en los elementos de convicción allegados a la
indagación, sino en el instituto de la revocatoria tácita.

6.7.5. Se queja el acusado de que el Tribunal para


sustentar el dolo retomó los mismos argumentos con los
que tuvo por acreditado el ingrediente normativo; esto es,
confundió “la existencia del dolo con la apreciación del rompimiento
grosero del ordenamiento jurídico”, de manera que al
considerarse cumplida la tipicidad objetiva,
automáticamente estaría colmada la tipicidad subjetiva,

61
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

“bajo una especie de inferencia indiciaria entre los dos componentes de


la tipicidad”.

El Tribunal consideró estructurado el dolo de la


siguiente manera:

(…) el incriminado no consideró a la víctima (…) en la orden del 14


de enero de 2013 y (…) tampoco fundamentó estimación o
desestimación de los argumentos y conclusiones de la orden de 22
de marzo, comprobándose así una acción orientada a desobedecer
de modo ostensible la ley, por su ninguna correspondencia
objetiva con la valoración debida de la prueba, lo cual infiere
voluntad maliciosa o intencionada por desprendida de las
circunstancias externas del evento transgrediendo explícitamente
el ordenamiento legal, lo cual lo ubica incurso en la conducta
prevaricadora al proferir la orden de revocatoria del
restablecimiento del derecho, haciéndose en esas inútil cualquier
análisis interpretativo por error, negligencia o equivocación,
fulgurando en suma el capricho y el dolo del encausado por
resolver revocar con distanciamiento manifiesto del contenido de
los EMP (artículos 22, 88, 99, 161 Parágrafo y 162 Ley 906 de
2004).

Con todo lo anterior, es procedente el juicio de reproche al


enjuiciado por separado de forma arbitraria e intencionada de los
EMP y el ordenamiento jurídico (artículos 22, 88, 99, 161
parágrafo y 162 de la Ley 906 de 2004), sin que nada nos diga
que tenía el propósito de acertar, porque las circunstancias
externas y ex ante a la orden de 14 de enero infieren el
arrinconamiento que hizo de los EMP, por no tenerlos en cuenta
como manda el derecho (…).

Como se ve, el Tribunal realmente entiende por


estructurado el dolo a partir de los mismos componentes
fácticos por los cuales consideró configurado el elemento
normativo del tipo, esto es, haber revocado el
restablecimiento del derecho alejado de (i) los “EMP” y (ii) de
la realidad fáctica que los mismos revelan; de los cuales,
incluso, el último no se configura, de acuerdo con lo atrás
indicado en el numeral 6.7.4.

62
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Cierto es que la decisión emitida el 14 de enero de


2013 es manifiestamente ilegal por no haberla motivado el
Fiscal MUÑOZ VÉLEZ en los elementos de conocimiento
que entonces tenía a su alcance, sin embargo los
componentes fácticos antecedentes, concomitantes y
posteriores a esa determinación, no permiten advertir
voluntad maliciosa en el funcionario en orden a quebrantar
las normas que le imponían el deber de, en lo posible,
garantizar y restablecer el derecho de la víctima de un
delito, como se verá:

(i) El 17 de mayo de 2011 el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ


dispuso dejar en depósito provisional del tercero comprador
las reses objeto de la querella formulada el mismo día por
Jaime Gonzales Patiño contra Albeiro Antonio López
Bustamante, con la expresa prohibición para el depositario
de no disponer de las mismas sin autorización de la
Fiscalía. Esto para garantizar el eventual restablecimiento
del derecho a que hubiera lugar.

(ii) A pesar de que Zúñiga Caicedo remplazó a MUÑOZ


VÉLEZ desde el 30 de noviembre de 2011 hasta el 31 de
diciembre de 2012 en el cargo de Fiscal Segundo Local de El
Bordo, aquella declaró en el juicio no haber recibido
instrucción alguna del acusado, que pueda entenderse
orientada a favorecer o afectar alguno de los intereses en
juego en la indagación adelantada por abuso de confianza.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

(iii) El Fiscal MUÑOZ VÉLEZ, si bien en la orden


acusada de prevaricadora del 14 de enero de 2013, dispuso
la revocatoria del restablecimiento del derecho decretado el
22 de marzo de 2012 por su antecesora, en la misma
accedió a la solicitud formulada por Proceso Rojas Jiménez
de sustituir las 49 reses dejadas a su cargo en depósito
provisional “por una caución o constitución de póliza judicial por valor
de (…) $41.607.606”, para con esta garantizar “el restablecimiento

a favor de la víctima con mejor derecho” y advirtió que sólo en

firme la decisión y “prestada la caución o póliza judicial (…)


quedará autorizado el señor Proceso Rojas para disponer libremente de
los semovientes” (folio 292 de la indagación adelantada por

abuso de confianza obrante como prueba en este proceso).

Como se ve, con la caución decretada el Fiscal MUÑOZ


VÉLEZ dejó materialmente a salvo el restablecimiento del
derecho que pudiera emerger de la valoración que
posteriormente haría de los elementos de conocimiento y
que, en efecto llevó a cabo el 1º de marzo de 2013, la cual
no fue encontrada prevaricadora por el Tribunal, ni por la
Corte al examinar el recurso de apelación interpuesto por la
representante de quien funge como víctima (ver numeral
6.6. de esta providencia).

(iv) MUÑOZ VÉLEZ en su declaración rendida en el


juicio, explicó que (a.) cuando adoptó la decisión del 14 de
enero de 2013, conocía en la indagación dos versiones
encontradas sobre los hechos, que ponían en duda la
configuración del delito de abuso confianza; (b.) esa duda
también la advirtió en su antecesora -lo cual observó en los

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

actos de investigación por ella ordenados y las respuestas que


suministró a las reclamaciones de Gonzales Patiño-, motivo por el

que, entendió, ésta se abstuvo de ejecutar la orden del 22


de marzo de 2012 y (c.) en los primeros días de enero fue
requerido telefónicamente por el Director Seccional de
Fiscalías de Popayán para que definiera pronto la cuestión
en disputa, con el fin de no comprometer la responsabilidad
patrimonial de la Fiscalía General de la Nación, debido a la
sequía que para la época dejaba reses muertas en la región.

Las anteriores manifestaciones del acusado


encuentran respaldo (a.) en el testimonio del Fiscal Ary José
López Valencia, quien indicó haber sido consultado por
MUÑOZ VÉLEZ cuando se disponía a resolver el asunto
relacionado con cabezas de ganado reclamadas por dos
partes interesadas, y que tanto éste como la Fiscal Zúñiga
Caicedo tenían dudas sobre lo que evidenciaban los
elementos de convicción, y (b.) la declaración del entonces
Fiscal Diego Felipe Fernández Córdoba, quien escuchó
comentar al acusado sobre la llamada institucional en la
que le solicitaron resolver la cuestión de las reses objeto de
controversia.

Estos testimonios, a su vez, se observan creíbles por lo


hallado en la carpeta de la indagación adelantada por abuso
de confianza, en la cual se verifica que (a.) Jaime Gonzales
Patiño ciertamente había informado al Director Seccional de
Fiscalías de Popayán respecto de su situación y le solicitó
ordenar a la “Fiscalía de El Bordo” disponer la entrega del
ganado a su favor (se pueden ver oficios a folios 197 y 230 de la

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

carpeta de la indagación adelantada por abuso de confianza, obrante


como prueba en este trámite); (b.) la Fiscal Zúñiga Caicedo

realmente nunca materializó la orden que había proferido el


22 de marzo de 2012, sino que, contrariamente, de una
parte, adelantó actos de investigación en orden a establecer
si se estructuraba la tipicidad objetiva de abuso de
confianza19 y, de otra, no accedió a la solicitud formulada
mediante apoderado por Jaime Gonzales Patiño dirigida a
que dispusiera levantar la “custodia” del ganado para que le
fuera a él asignada20; y (c.) en la orden del 14 de enero de
2013 el acusado advirtió sobre “la imposibilidad de dar dinámica
pronta al derecho, a pesar de la existencia de un bien representado en
49 semovientes –debido- a las dificultades a las que se ha visto
sometido el ente investigador para determinar la realidad de los
acontecimientos, frente a las dos versiones claramente contrapuestas
que se han vertido al informativo, y que precisamente ponen en duda
cuál de las dos víctimas (sic) es la que mejor derecho tiene sobre los
bienes”, cuyas versiones sintetizó así:

Mientras de un lado el señor Jaime Gonzales Patiño denunció al


señor Albeiro Antonio López Bustamante porque éste abusando de
su confianza, sin ninguna autorización, vendió un ganado de su
propiedad que le había dado en compañía, (…) el señor Proceso
Rojas concurre igualmente a demostrar no sólo que es un
comprador de buena fe en posesión de los semovientes, sino a dar
a conocer que, previamente a esa compra, el señor Jaime Gonzales
había vendido al señor Albeiro López dicho ganado, y que su
reclamación actual es sencillamente porque éste no se lo pagó,
correspondiéndole, por tanto, interponer otras acciones de índole
civil directamente contra el señor Albeiro Antonio López.

19 En audiencia llevada a cabo el 18 de noviembre de 2012, el Juez Promiscuo


Municipal de Patía, El Bordo, por petición de la Fiscal Rubiela Zúñiga Caicedo,
ordenó al Banco de Occidente de Popayán suministrar información detallada de las
cuentas y cheques girados por Albeiro Antonio López Bustamante. (Folios 245 y 246
del cuaderno No. 5, contentivo de la indagación adelantada por abuso de confianza.
20 Folio 224 de la indagación adelantada por abuso de confianza.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

De otra parte, la Fiscalía Delegada ante el Tribunal no


logró desvirtuar las manifestaciones de los testigos Ary José
López Valencia y Diego Felipe Fernández Córdoba a través
del contrainterrogatorio, ni mediante algún otro medio de
prueba, como tampoco la Sala advierte en ellos algún
interés o motivo como para pensar que se hayan prestado a
declarar en el juicio faltando a la verdad.

En consecuencia, la Sala tiene por probado que la


decisión del 14 de enero de 2013 fue adoptada por el Fiscal
MUÑOZ VÉLEZ (a.) apresuradamente, presionado por la
exigencia del Director Seccional de Fiscalías y la sequía a la
que hizo referencia; (b.) convencido de que los elementos de
conocimiento de la indagación adelantada por abuso de
confianza generaban dudas sobre la estructuración de la
tipicidad objetiva de esta conducta y (c.) persuadido de que
a su antecesora también le embargaba la misma duda y que
había reconsiderado su decisión del 22 de marzo de 2012,
motivo por el que ella nunca la materializó.

(v) Ciertamente el Fiscal MUÑOZ VÉLEZ en la orden


del 14 de enero de 2013, revocó la decisión del 22 de marzo
de 2012 sin acudir a los elementos de convicción. No
obstante, éste tras ordenar el 4 de febrero de 2013 actos de
investigación adicionales –entrevistas en el lugar donde se llevó a
cabo el pesaje del ganado- para intentar dilucidar la cuestión

investigada, sin que finalmente arrojara mayor


conocimiento al existente el 14 de enero de 2013, llevó a
cabo el 1º de marzo de 2013 una juiciosa valoración integral
de los elementos de conocimiento.

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Esto permite inferir que la voluntad del acusado no fue


la de pretermitir el examen de los elementos materiales de
prueba, evidencia física e información recaudada en la
indagación, pues esa actividad echada de menos en la
orden del 14 de enero de 2013, finalmente sí la llevó a cabo
el 1º de marzo de 2013.

En consecuencia, las anteriores premisas, que dan


cuenta del actuar del procesado antes, durante y después
del acto señalado de prevaricador, permiten verificar que en
el mismo no hubo voluntad determinada a vulnerar el bien
jurídico de la recta y equilibrada definición del conflicto que
le correspondió definir en la indagación adelantada por
abuso de confianza en contra de Albeiro Antonio López
Bustamante. De manera que los hechos probados no
satisfacen la tipicidad subjetiva de la conducta de
prevaricato por acción objeto de la acusación.

Por tanto, la decisión que se impone es la de revocar la


condena impuesta al acusado por prevaricato por acción,
para en su lugar disponer su absolución.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

Primero. REVOCAR la decisión condenatoria impuesta


en la sentencia apelada, proferida el 16 de agosto de 2017
por el Tribunal Superior de Popayán y, en su lugar, absolver
al doctor DIDIER ROBERTO MUÑOZ VÉLEZ del cargo de
prevaricato por acción del que fue acusado en relación con
la decisión que, en calidad de fiscal, profirió el 14 de enero
de 2013.

Segundo. CONFIRMAR las determinaciones


absolutorias de la sentencia apelada.

Tercero. REVOCAR la orden de captura.

Contra esta decisión no procede recurso alguno.

Comuníquese y cúmplase

EYDER PATIÑO CABRERA

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO

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Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

70
Segunda instancia No. 51942
Didier Roberto Muñoz Vélez.

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