A mediados del siglo xx se ha presentado una problemática que está afectando a la

sociedad peruana. Las cifras del Ministerio de Salud nos revela que desde hace dos años en
diversas regiones del país; se han atendido a casi 2 millones de personas y llama mucho la
atención que el 70% de pacientes sean niños y jóvenes menores de 18 años.

Esta problemática es la salud mental que incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y
social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Puede afectar su capacidad
de relacionarse negativamente con los demás. Pero se puede hacer frente a todos estos
problemas estando físicamente saludable, teniendo relaciones sanas, dormir lo suficiente y
meditar. Las personas que toman en cuenta las pautas podrán fortalecerse físicamente
como psicológicamente y más aún los niños y jóvenes que son el futuro de una mejor
sociedad.

Muchas cosas que suceden en la vida pueden perturbar la salud mental. Esto puede llevar a
fuertes sentimientos de tristeza, estrés, ansiedad o ira. Incluso los cambios buenos o
deseados pueden ser tan estresantes como los cambios no deseados. Por esa razón, es muy
importante hacer frente a los desafíos de la vida teniendo en cuenta las siguientes
recomendaciones: expresar los sentimientos de manera apropiada, es decir, antes de
actuar se debe pensar en las consecuencias que traerá nuestros actos; debemos buscar el
equilibrio entre las actividades y el reposo, es decir, que cada persona debe realizar sus
responsabilidades pero debe tener muy en cuenta que es fundamental el descanso para no
generar estrés o ansiedades.

Tenemos que tener en cuenta que el estilo de vida influye en la salud emocional de cada
persona y que colaboran en el mantenimiento de la salud o de caso contrario aumentarán
el riesgo de padecer enfermedades y problemas psicológicos. Por ejemplo si algún miembro
de una familia tiene hábitos saludables como descansar lo suficiente, cuida su alimentación,
hace ejercicio, desarrolla la auto- disciplina; el niño de esa familia se va disponer a adoptar
los hábitos saludables y a rechazar las conductas nocivas.

La alimentación es una parte importante de nuestra vida tanto a nivel físico con a nivel
psicológico. El hecho de que en los últimos años hayan incrementado los casos de los
trastornos de la conducta alimentaria, la obesidad y la anemia ha hecho investigar las
soluciones para reducir la incidencia de estos trastornos. La conclusión de las
investigaciones es clara: consumir el almidón mejora el sistema cardiocirculatorio y se
comportan como fibras dietéticas; consumir frutas nos ayudara a controlar en sobrepeso,
además, que son buenos antioxidantes; consumir verduras y menestras, ya que, aportan
vitaminas, minerales y fibras, aparte que contienen hierro que son una barrera contra la
anemia; consumir carnes y huevos nos ayudará a aumentar las vitaminas B12, fósforo, yodo
y calcio, también que es una fuente importante de proteínas; también el consumo de agua
es muy importante ya que previene enfermedades y nos mantiene hidratados.