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PROCEDIMENTO ABREVIADO

1. CONCEPTO DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO

Otra salida alternativa está constituida por el procedimiento abreviado


que tiene los mismos efectos de las ya estudiadas: Sin embargo es
bueno tener en cuenta que en el procedimiento abreviado nos
encontramos en presencia de un verdadero juicio penal que con
características propias, con la presentación de pruebas y con la
SENTENCIA que dicta el juez, la misma que puede llegar a tener la
calidad de COSA JUZGADA.

Con ésta nueva Institución únicamente se prescinde de un juicio


CONTRADICTORIO, a través del cual el imputado tendrá todas las
garantías constitucionales y podrá objetar la prueba.

2. DERECHO COMPARADO

En el Código de Procedimiento Penal de Costa Rica el trámite tiene


mayores formalidades, incluso no se puede solicitar éste procedimiento
para cualquier delito, incluso el fiscal se encuentra atado en relación al
cómputo de las pena a solicitar.

Al ahorrarse el Estado de tener que seguir un juicio oral, contradictorio


público, con éste procedimiento, incluso ahorra recursos humanos y
logra una eficiencia que es importante en la naturaleza del mismo
Derecho.

No obstante los beneficios que tiene como lo veremos, en la doctrina


existieron procesalistas que lo atacaron como el Dr. Chinchilla de Costa
Rica con el argumento de que se está condenando al imputado sin que
se realice un juicio oral y público en que se haya demostrado su
culpabilidad, (Proceso Penal pp 97´104) .

También podemos citar a Teresa Armenta que expresa: “La propuesta


conlleva , en tal sentido , un agravamiento de las consecuencias para el
acusado , que puede hacer difícil la justificación de la renuncia a
derechos tan elementales como el del proceso debido y la publicidad del
mismo , pese al por otra parte inexcusable – acuerdo del acusado y su
defensor ( Mecanismos Procesales pp. 359. Sin embargo la autora no
considera que en el Procedimiento Abreviado tiene que haber publicidad,
y también debemos considerar que el Procedimiento Abreviado al estar
consignado ya en el Código de Procedimiento Penal que lo regula
correctamente, de ninguna manera estaría violando el principio del
“debido proceso”.

En el Derecho Comparado existe una tendencia a darle relevancia a los


acuerdos entre el Ministerio Público y el imputado, de modo que a través
de los mismos se pueda imponer sanciones sin un “juicio contradictorio”,
ésta tendencia tiene su origen en modo especial en el Código Procesal
Penal Italiano del año 1.988, que en sus Arts. 438-443 consigna el
Procedimiento Abreviado.

En su obra “Derecho Penal Comentado” Javier Llobet Rodríguez. quien


tiene gran conocimiento del Derecho Alemán ya que hizo un doctorado
en la Universidad de Friburgo en Brisgovia (Alemania) bajo la dirección
del Profesor Dr. Albin Eserl, expresa lo siguiente “ DEBO RECONOCER
QUE EXISTE UNA TENDENCIA EN LA PRACTICA ALEMANA A DARLE
RELEVANCIA A LOS ACUERDOS ENTRE EL MINISTERIO PUBLICO Y EL
IMPUTADO , ELLO AUN SIN BASE LEGAL , LO QUE, SIN EMBARGO, HA SI
TOLERADO . A TRAVES DE ELLO SE LLEGA A UN ACUERDO SOBRE LA
PENA A IMPONER” Pág. 755. Es decir que el maestro Llobet Rodríguez
nos estaría manifestando que de igual manera en Alemania existe un
Procedimiento Abreviado aunque no se encuentra debidamente
regulado, es decir que deberá existir una petición en éste sentido al
Tribunal y la aceptación del tribunal a posteriori emite lo que se llama
“orden penal” en la que se determina las consecuencias jurídicas. Al final
existe una sentencia condenatoria emitida por el juez; a posteriori podrá
intervenir el imputado oponiéndose a la orden penal.

En definitiva dentro el ámbito de la doctrina y de la legislación vigente,


el Procedimiento Abreviado está vigente en muchos países, y su origen
remoto se encuentra en el derecho anglosajón que está vigente en
Inglaterra y los EE.UU. DE NA. Principalmente, que al presente tiene
gran influencia en el sistema continental europeo. Este hecho llamó a la
reflexión de muchos procesalistas de Europa a la marcha triunfal de
dicho sistema anglosajón en el mundo entero. A éste propósito Llobet
Rodríguez cita a Bernd Schunemann

En éste sentido podemos afirmar que el Procedimiento Abreviado tiene


como antecedente en el “plea bargaining” del Derecho estadounidense,
con la salvedad que dichos acuerdos no tienen la misma amplitud en el
sistema continental europeo, menos en los sistemas procesales
latinoamericanos que son mas restrictivos, al respecto basta citar que en
el sistema anglosajón estadounidense la negociación no solo es de la
pena sino también del delito, cosa que está prohibida en nuestra
legislación así como en el resto. Es decir se estaría sustituyendo a la
verdad material por la verdad consensual.

No obstante de que el sistema “plea bargaining” utilizado en el derecho


estadounidense tuvo y tiene gran existo, lo mismos se puede decir de
aquellos países que tienen ésta Institución, existieron y existen
detractores doctrinales del mismo a éste respecto podemos citar a John
Langbein , que piensa que el sistema está relacionado con época
inquisitiva medieval, donde existía la tortura, como en la gran Venecia
donde se torturaban a los imputados hasta lograr que confiesen el delito
y luego de confesar eran sentenciados a muerte. El autor señala que la
voluntad del imputado no es libre y que se encuentra sometido a una
gran presión. Este vicio de la confesión que produce el plea bargaining
en Estados Unidos de Norte Americana, tiene como compartida la
amenaza de una pena mas dura si se niega a confesar o no accede a
confesión.

Al respecto el gran procesalista Alberto Bovino manifiesta que las


afirmaciones vertidas supra por parte de John Langhein son una
exageración , ya que solo se están comparando resultados y se deja de
lado de principios de conducta . Alberto Bovino Composición Pág. 139.

Creemos que evidentemente es demasiada exageración pretender


comparar la tortura del medioevo con el acuerdo al cual pueden llegar
imputado y fiscal, sobretodo si consideramos que en nuestra legislación
el imputado desde el momento de la investigación y su correspondiente
imputación tiene derecho a estar asistido de un abogado hasta el
momento en que tenga una sentencia con calidad de cosa juzgada.
Incluso a posteriori cuando se encuentre en un recinto penitenciario,
podrá tener su abogado para tramitar su libertad condicional,
internamientos médicos y otros que deberán efectuarlos ante el Juez de
Vigilancia.

Sin embargo de todo lo expresado, en el derecho estadounidense éste


Instituto es el mas eficiente ya que de las estadísticas que se tienen el
90% de los casos son solucionados a través del plea bargaining , en ésta
tesitura son pocos los imputados que solicitan ir a un juicio oral con
todas las garantías reconocidas en la Constitución Política del Estado
según expresa Schmid Strafverfahren. Pág. 59. Es decir que en el
sistema estadounidense solo un 10% ingresan a un juicio oral, público
con todas las garantías, indudablemente, debemos reconocer que ese
hecho necesariamente tiene que descongestionar sus sistema judicial.

Este Instituto al presente se encuentra vigente en Costa Rica, El


Salvador desde 1.998, Ecuador 1.999, Venezuela 1999, Honduras 1999,
Guatemala 1.994.

3. PROCEDENCIA DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO


Para que se pueda efectivizar el procedimiento abreviado , el fiscal tiene
dos momentos bien precisos; 1.-) Al término de la investigación
preliminar, al analizar el contenido de las actuaciones preliminares, vale
decir cuando recibe las actuaciones policiales , luego de analizarlas,
según reza el Art. 301 Inc. 4 del Código Adjetivo Penal. A la conclusión
de la investigación , es decir cuando presenta su requerimiento
conclusivo que lo dirige al Juez de Instrucción en lo Penal, Art. 373 en
concordancia con los Arts. 325 y 326 del citado cuerpo de leyes, es decir
en la audiencia conclusiva.

En nuestra legislación no existe ninguna restricción sobre el tipo penal,


en este sentido puede ser homicidio como delitos de sustancias
controladas.

3.1 NEGOCIACIÓN

Previo a la presentación del requerimiento fiscal debe existir una


negociación entre el fiscal y el imputado acompañado siempre de su
abogado, a efectos de precisar el delito y el monto de la pena. Sin
embargo también puede participar de la misma la víctima; aunque el
fiscal tiene amplios poderes para requerir por un procedimiento
abreviado aun con la oposición de la víctima. En ésta negociación se
debatirá principalmente el monto de la pena verbigracia si es un delito
que tiene una pena privativa de libertad de 1 a 5 cinco años, el fiscal
puede pedir cuatro años en consideración a las circunstancias en que se
produjo, con la posibilidad de la suspensión condicional de la pena,
previos los requisitos de ley. En ningún caso el fiscal puede requerir una
pena menor del mínimo legal que señala el Código Penal.

De otro lado cabe resaltar que es fundamental el acuerdo del imputado,


caso contrario no podría seguir el Procedimiento Abreviado , este
acuerdo tiene dos elementos sustanciales:-

1) La admisión del hecho, es decir que el imputado manifiesta a viva voz


que el hecho efectivamente ocurrió y por tanto:
2) Su participación en el mismo .

3.2 TRÁMITE

Una vez que el Juez de Instrucción en lo Penal recibe el requerimiento


fiscal a efectos de una audiencia conclusiva donde concretamente se
pide el PROCEDIMIENTO ABREVIADO, el juez deberá tomar en cuenta el
Art.- 325 del Código Adjetivo Penal y dentro las 24 Hs. señalar la
audiencia, misma, que se efectuará, en el término no menor a los 5 días
ni mayor a los 20 días ordenando su notificación a las partes para la
audiencia oral y pública.

3.3 AUDIENCIA

Instalada la audiencia el juez en primer lugar pedirá que su secretaria


(o), informe sobre la legalidad de las notificaciones y la presencia de las
partes en la audiencia, luego ordenará que de lectura in extenso, al
requerimiento fiscal a continuación dará el uso de la palabra al fiscal
para que se ratifique en su requerimiento y si es el caso lo amplíe.

El fiscal durante su intervención deberá demostrar al Juez que


efectivamente hubo una investigación y que el hecho se produjo, a cuyo
efecto deberá presentar los elementos de convicción suficientes para
sostener sus afirmaciones. Caso contrario estaríamos en una audiencia
donde no se acredita ninguna investigación donde solo se escuchan
discursos sin ninguna prueba., aspecto que nada tiene que ver con el
procedimiento penal, que se basa y funda siempre en pruebas.

A continuación cederá la palabra al abogado del imputado a fin de tener


mayores elementos de juicio y seguido escuchará al imputado, quien
deberá encontrarse libre en su persona, sin ninguna presión física ni
moral a efectos de que relate lo ocurrido, sin embargo el imputado
necesariamente deberá hacer referencia a la existencia del hecho y a su
participación en el mismo, caso contrario el Juez tiene la obligación de
interrogarlo al respecto.
Otro elemento esencial que deberá tomar en cuenta el juez es que el
imputado está renunciando al juicio oral ordinario en forma voluntaria,
en caso de que no haya hecho referencia al mismo en su exposición el
juez de Instrucción lo interrogara directamente.

Continuando la audiencia deberá ceder el uso de la palabra a la víctima,


en caso de que exista víctima querellante también su abogado deberá
hacer uso de la palabra

3.4 OPOSICIÓN

En algunas legislaciones para que el Procedimiento Abreviado sea


admitido por el juez es necesario la CONFORMIDAD DE LA VÍCTIMA,
caso contrario no puede prosperar la misma, a guisa de ejemplo
señalamos el Art. 373 del Proceso Penal de Costa Rica, que por una
casualidad también corresponde al Art. 373 de nuestro Código de
Procedimiento Penal, pues bien, dicha norma jurídica dice: EL
MINISTERIO PÚBLICO Y EL QUERELLANTE MANIFIESTEN SU
CONFORMIDAD”. Motivo por el cual si la Víctima o el Ministerio Público
se oponen no procede el Procedimiento Abreviado.

Sin embargo en nuestro Código de Procedimiento Penal, la OPOSICIÓN


DE LA VÍCTIMA, no es óbice para que continúe la tramitación del
proceso, por lo siguiente:

1) La Víctima podría tener intereses subterráneos para seguirle un


proceso penal a una persona y que la opinión pública se entere del
mismo, podría querer a toda costa buscar una pena que sea mayor a la
que está pidiendo el fiscal.

2) Ocurre que en materia penal muchas veces se dieron la figuras


extorsivas por parte de la víctima y sus abogados, verbigracia en delitos
de giro de cheque en descubierto antes de la reforma, la víctima no
estaba de acuerdo con el pago consignado en el cheque sino buscaba
mayor resarcimiento económico, convirtiendo a la administración de
justicia, en agencias de cobros con buenos intereses y réditos

Este es el motivo por el cual la víctima cuando presenta oposición, tiene


que ser debidamente fundamentada, caso contrario el juez no tiene por
que darle curso a la misma, es decir no puede existir una oposición por
oponerse, sin fundamento serio. En nuestra administración de justicia
muchos procesos duraban hasta las “calendas griegas”, precisamente
porque muchos abogados, evitaban lograr arreglos. Por falta de ética y
por considerar a los procesos como “botines” que deben seguir al
infinito.

3.5 NEGACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO

El juez tiene facultades para negar un procedimiento abreviado, en


casos en los cuales la OPOSICION presentada por la víctima sea justa y
por tanto sea conveniente que el caso sea ventilado en un proceso
ordinario, contradictorio oral etc.

Otro caso en el cual el juez puede no aceptar este Procedimiento, es


cuando la pena que solicita el fiscal es muy tenue ,es ínfima en relación
a los hechos ventilados y en relación a la participación del imputado, en
ése caso el juez rechazara éste procedimiento para que se ordinarice en
un juicio contradictorio.

Otro caso que se puede plantear es que el imputado reconozca el hecho,


sine embargo le agrega atenuantes las mismas que pueden justificar ésa
participación al respecto citamos lo expresado por Bovino en su obra
Temas ..p.p. 153-154 “EL IMPUTADO PUEDE ACEPTAR EL HECHO
DESCRITO EN LA ACUSACION Y SU PARTICIPACION EN ÉL, POR
EJEMPLO, EN UN CASO DE LESIONES DOLOSAS Y, AL MISMO TIEMPO ,
ALEGAR QUE ESAS LESIOES FUERON PRODUCIDAS COMO RESPUESTA A
UNA AGRESION ILEGÍTIMA DE LA VICTIMA Y, EN CONSECUENCIA , ES
LEGITIMA DEFNSA.” En estos casos el juez podrá rechazar un
Procedimiento Abreviado ya que en un juicio la persona tiene la
posibilidad de salir con una sentencia absolutoria, por la legítima
defensa.

Cuando el Juez tenga duda en relación a la veracidad de la confesión del


imputado, puesto que puede confesar hechos que jamás cometió,
pongamos el caso que un hijo se incrimina en nombre de su padre, para
favorecerlo, sabemos que los delitos son “intuitae personae”, en éste
caso el juez tiene abierto el camino de rechazar éste procedimiento.

Estas afirmaciones señaladas supra se encuentran respaldadas también


por el PROYECTO DE CODIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL PARA
IBEROAMERICA de 1.988 que dice: “SI EL TRIBUNAL NO ADMITIERE LA
VIA SOLICITADA Y ESTIMARE CONVENIENTE EL PROCEDIMIENTO
COMUN , PARA UN MEJOR CONOCIMIENTO DE LOS HECHOS O ANTE LA
POSIBILIDAD DE QUE CORRESPONDA UNA PENA SUPERIOR A LA
REQUERIDA , RECHAZARA EL REQUERIMIENTO”

Otro caso en el cual el juez puede rechazar éste procedimiento es


cuando el fiscal no presenta suficientes pruebas que acrediten que el
imputado sea la persona que cometió el hecho delictual, es decir no
podemos condenar a un inocente al respecto con mucha propiedad
expresa Bovino lo siguiente: “EL JUEZ PODRA RECHAZAR LA SOLICITUD
DEL FISCAL , POR EJEMPLO, SI NO EXISTEN MEDIOSDE PRUEBA
SUFICIENTES QUE INDIQUEN LA PARTICIPACION DEL IMPUTADO EN EL
HECHO QUE SE LE IMPUTA. ELLO PUES EL “ACUERDO” NO PUEDE
PERMITIR, POR EJEMPLO, QUE SE CONDENE A UN INOCENTE, AUN
CUANDO ESTE LO CONSIENTA , COMO PODRIA SUCEDER SI EL HECHO
NO HUBIERA EXISTIDO O, TAMBIEN , SI EL IMPUTADO, ASUME
RESOSABILIDAD PENAL POR UN HECHO QUE HA COMETIDO OTRA
PERSONA “ Temas pp. 157-158

3.6 EFECTOS DE LA IMPROCEDENCIA

En caso de que el juez dicte un Auto rechazando el Procedimiento


Abreviado, el mismo deberá ir aun juicio ordinario oral y contradictorio,
sin embargo el requerimiento sobre la pena no obliga al fiscal ni crea
ningún vínculo, es decir que el fiscal con toda libertad podrá solicitar una
pena distinta de conformidad a como se desarrolle el juicio y que
pruebas presenta.

De otro lado se debe considerar que el juez de sentencia ni el tribunal de


sentencia por ningún motivo podrán fundar sus argumentos al momento
de dictar la sentencia, en la admisión de los hechos realizada en la
audiencia de procedimiento abreviado que fue rechazada, es decir todo
lo expresado es como si nunca hubiese existido en el campo jurídico.

3.7 SENTENCIA

En caso de que el juez tenga la convicción de que es procedente el


Procedimiento Abreviado, deberá dictar un Auto al respecto al término
del acta de la audiencia y de inmediato pasar a dictar la correspondiente
sentencia.

Esta es una verdadera sentencia que debe tener todas las formalidades
de ley señaladas en el Art. 360 del Código Adjetivo Penal, claro está en
forma sucinta obviando el numeral 3 ya que no se trata de juzgado
escabino, sin embargo es importante que se haga mención tanto al
hecho como a las circunstancias. Finalmente expresar que también
puede existir una sentencia absolutoria a éste propósito citamos al
Código de Procedimiento Penal para Ibero América de 1988 que dice:
“EL TRIBUNAL PODRA ABSOLVER O CONDENAR SEGÚN
CORRESOPONDA”. Al respecto también señala el maestro Javier Llobet
Rodríguez: “NO NECESARIAMENTE SE TIENE QUE DICTAR UNA
SENENCIA CONDENATORIA EN CONTRA DEL IMPUTADO LO QUE EL
IMPUTADO ACEPTA SON LOS HECHOS QUE SE LE ATRIBUYEN NO LA
CALIFICACION JURIDICA NI LA ANTIJURIDICIDAD DE LOS HECHOS .
POR ELLO PODRIA EL TRIBUNAL DICTAR UNA SENTENCIA ABSOLUTORIA
(Proceso Penal Comentado, Pág. 765).
Con éstas citas damos por terminado el Procedimiento Abreviado que
segurament4e será motivo de muchos otros análisis doctrinales y
publicaciones al respecto por lo novedoso que es y por la eficacia que
tiene en todos los países donde se encuentra vigente y estamos seguros
que Bolivia no será la excepción.

PROCEDIMENTO ABREVIADO

(Complemento)

1. EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO EN EL NUEVO CÓDIGO DE


PROCEDIMIENTO PENAL BOLIVIANO.

Por decisiones político criminales se busca simplificar el procedimiento


en su totalidad, para que el costo del servicio de administración de
justicia sea menor.

Entonces, una forma de abreviar el proceso penal se verifica en aquellos


casos en los que la admisión de los hechos por parte del imputado torna
innecesaria la realización del debate en un juicio contradictorio.

Según Binder -en su libro Introducción al Derecho Procesal Penal-, la


idea básica consiste en que, si el imputado ha admitido los hechos y,
además, ha manifestado su consentimiento para la realización de este
tipo de procedimiento, se pueda prescindir de toda la formalidad del
debate y dictarse sentencia de un modo simplificado.

Para Binder, estos mecanismos son muy útiles, pero deben ser
legislados y observados con cuidado, para que no se conviertan en una
forma de acabar con ese conjunto de garantías que significa el juicio oral
y público. Por tal motivo, sugiere que se establezcan resguardos claros
para preservar un consentimiento libre y seguro por parte del imputado;
inclusive, prever que el imputado cuente con el suficiente asesoramiento
y advertencia para tomar su decisión. Por otra parte, advierte que los
tribunales no deben aplicar estos mecanismos de un modo automático,
sino que siempre deben controlar que cumplan su cometido, que se
respeten las garantías e incluso, cuando exista alguna duda, se debe
preferir la realización del juicio oral, aún por encima de la voluntad
manifestada por el imputado.

1.1. NATURALEZA DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO BOLIVIANO.

Al analizar el Procedimiento Abreviado boliviano, William Herrera Añez,


catedrático de Derecho Procesal Penal de la Universidad Autónoma
boliviana «Gabriel René Moreno», dice lo siguiente: «…el legislador ha
creado el proceso penal abreviado para introducir expresamente la
figura, de origen anglosajón, de la conformidad del imputado(…). En el
viejo continente el proceso penal abreviado nace de la recomendación
Nro. 18 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, en la década de
los 80, y luego fue introducido en la mayoría de los países signatarios.
En España se denomina procedimiento abreviado al utilizado en
determinados delitos castigados con penas privativas de libertad no
superiores a 6 años y, por ende, para infracciones penales relativamente
leves (…) Aún cuando no existe ninguna explicación o justificación de
parte del legislador boliviano, el proceso penal abreviado, además de la
simplificación del procedimiento, se limita a introducir la figura de la
conformidad del imputado y de su defensor» [1].

Para Vicente Gimeno Sendra la «conformidad» es un acto unilateral de


postulación y de disposición de la pretensión, efectuado por la defensa y
realizado en el ejercicio del principio «puro» de oportunidad, por el que,
mediante el allanamiento a la más elevada petición de pena, que nunca
puede exceder a los 6 años de privación de libertad, se ocasiona la
finalización del procedimiento a través de una sentencia con todos los
efectos de la cosa juzgada.

De este concepto derivan las siguientes características más esenciales:

a. La conformidad es un allanamiento de la defensa a la petición de la


pena más grave, efectuada por la parte acusadora.

b. La conformidad es un acto procesal unilateral que sólo asiste a la


defensa.

c. La conformidad es una expresión del principio de oportunidad.

La primera característica de la conformidad es que, como acto procesal,


constituye una declaración de voluntad de poner fin a un proceso penal
ya iniciado, consistente en el reconocimiento y voluntad de la defensa de
cumplir la pena más grave de las solicitadas por las distintas partes
acusadoras. Por tal razón, la conformidad encierra siempre un
allanamiento de la defensa a la pretensión penal entendida como
petición de pena y no como hecho punible.

En tal sentido, no es correcta la posición que asume William Herrera


Añez cuando afirma que el procedimiento abreviado boliviano introduce
la figura de la «conformidad» -por lo menos a la española-, por las
siguientes razones:

Primero, como consecuencia del acuerdo suscitado con el Ministerio


Público -fundado en la admisión que hace el imputado del hecho
delictivo y su participación en él-, el imputado reconoce y admite su
culpabilidad y no simplemente se «allana» a la mera y simple petición de
pena que pueda hacer la parte acusadora. 2. En última instancia, el
acuerdo del fiscal con el imputado y su abogado defensor versa sobre el
quantum de la pena a ser solicitada al órgano jurisdiccional. En cambio,
mediante la figura de la «conformidad», el imputado no tiene posibilidad
de «negociar» el quantum de la pena, sino sólo de allanarse a la petición
de la pena más grave formulada por las distintas partes acusadoras.

La segunda característica de la «conformidad», es que se trata de un


acto procesal unilateral que jurídicamente asiste única y exclusivamente
a la defensa. Para Vicente Gimeno Sendra, la conformidad no constituye
un «negocio jurídico procesal», puesto que contiene siempre un
allanamiento de la defensa a la más alta petición de pena, circunstancia
ésta que la diferencia claramente de la transacción penal o plea
bargaining de los EE.UU. ya que en el ordenamiento español, informado
por el principio de legalidad, no se autoriza al ministerio fiscal transigir
sobre el ius puniendi del Estado[2].

Si la «conformidad» corresponde siempre a la defensa y no a la


acusación; es, por ende, un acto procesal unilateral exclusivo de la
defensa. Si esto es así, entonces William Herrera Añez asume una
posición errada al concebir que el procedimiento abreviado boliviano ha
introducido la figura procesal penal de la «conformidad».

El procedimiento abreviado boliviano se caracteriza no por la


introducción de la figura de la «conformidad», sino del «acuerdo» como
base para su procedencia. En tal virtud, el acuerdo es un acto procesal
bilateral y no unilateral, puesto que depende de la transacción que sobre
el quantum de la pena decidan, en última instancia, los sujetos
procesales legitimados para ello: el fiscal y el imputado asesorado por su
abogado defensor [3].

El Art. 373 del CPP establece que concluida la investigación, el fiscal


podrá solicitar al juez de la instrucción, en su requerimiento conclusivo,
que se aplique el procedimiento abreviado; y para que sea procedente,
deberá contar con el acuerdo del imputado y su defensor, y estar
fundado en la admisión del hecho y su participación en él.

Un dato revelador para indagar la naturaleza del procedimiento


abreviado se centra en el término «acuerdo». Para la viabilidad del
procedimiento abreviado tiene que existir previamente un acuerdo de
voluntades entre el fiscal y el imputado asesorado por su abogado
defensor.

En principio, el «acuerdo» de voluntades nos remite casi de inmediato a


la noción de contrato en materia civil. En efecto, el Art. 450 del Código
Civil boliviano indica que hay contrato cuando dos o más personas se
ponen de acuerdo para constituir, modificar o extinguir entre sí una
relación jurídica.

Aparentemente, el «acuerdo» al que hace referencia el Art. 373 del CPP


tendría como precedente un específico contrato bilateral, cual es la
transacción. El profesor italiano Domenico Barbero dice que «la
transacción es el contrato con que las partes, mediante concesiones
recíprocas, ponen fin a una litis o previenen una litis que puede surgir
entre ellos”[4]. Para este clásico autor italiano, el dato estructural
característico de la transacción, lo constituyen las «concesiones
recíprocas», el ceder y el retener cada una de las partes alguna cosa [5]
.

El Art. 945 del Código Civil boliviano da una noción de la transacción, al


decir que es un contrato por el cual mediante concesiones recíprocas se
dirimen derechos de cualquier clase ya para que se cumplan o
reconozcan, ya para poner término a litigios comenzados o por
comenzar, siempre que no esté prohibido por ley.

Como dice Messineo, el objeto de la transacción está en poner fin a una


litis, o en la prevención de ella; respecto de lo cual, las recíprocas
concesiones adquieren genuino carácter instrumental[6].

Además, según prevé el Art. 949 del Código Civil, una de las
características del contrato de transacción es que surte efectos de la
cosa juzgada entre las partes contratantes.
Si bien en el procedimiento abreviado el eje central lo constituye un acto
procesal de carácter bilateral, no es un contrato de transacción bilateral,
porque en el procedimiento abreviado el acuerdo de voluntades entre el
imputado y el Estado depende, para su consumación, de la aprobación
final del órgano jurisdiccional (juez instructor). Esto significa que el
acuerdo suscitado entre tales sujetos procesales no adquiere la calidad
de cosa juzgada (rasgo característico del contrato de transacción); por
cuanto no constituye propiamente una fuente de obligaciones para las
partes acordantes.

Bajo esta lógica, mientras el procedimiento abreviado no haya sido


formalmente admitido -en audiencia pública- por el juez instructor, el
Ministerio Público puede retirar su solicitud de aplicación del
procedimiento abreviado, porque -como ya se expuso precedentemente-
el previo acuerdo no importa la celebración de un contrato transaccional
que pueda generar recíprocas obligaciones con valor de cosa juzgada.

El tercer rasgo característico de la «conformidad» es que constituye una


manifestación del principio «puro» de oportunidad, puesto que -según
expresión de Vicente Gimeno Sendra- ni precisa de autorización u
homologación judicial ni jurídicamente queda condicionada al
cumplimiento de futuro por el acusado de prestación o condición alguna
(por ejemplo, la reparación de la víctima, realización de trabajos
sociales, etc), sino tan sólo al efectivo cumplimiento de la pena que en el
acto se le imponga.

En lo que respecta al ordenamiento procesal penal boliviano, no tiene en


él vigencia absoluta y excluyente el principio de legalidad procesal
porque con la reciente reforma procesal penal se ha introducido en el
Nuevo Código de Procedimiento Penal el principio de oportunidad reglado
en base a determinados criterios legalmente establecidos en el Art. 21
del CPP, lo que permite al Ministerio Público prescindir de la persecución
penal en ciertos delitos y en base a determinados parámetros
establecidos por ley, como son los de escasa relevancia social, pena
natural, saturación de la pena, previsibilidad del perdón judicial y la
cooperación internacional. Es más, con la vigencia del instituto jurídico-
procesal del Procedimiento Abreviado en el Nuevo Código de
Procedimiento Penal boliviano, se han incorporado los lineamientos del
principio de oportunidad.

El concepto más sencillo sobre el principio de oportunidad es el que -a


juicio mío- expresa Pablo Sánchez Velarde cuando dice que «en sentido
amplio, el principio de oportunidad supone la discrecionalidad de la
actuación en la persecución penal; es decir, la libertad absoluta para
decidir sobre el ejercicio de la acción o de la acusación penal» [7]. En el
sistema procesal penal boliviano, tal «discrecionalidad» se ve reflejada
en los criterios de oportunidad reglada; pero también en el
procedimiento abreviado.

1.2 LIMITACIONES A LA APLICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO


ABREVIADO.

William Herrera Añez, al analizar el procedimiento abreviado boliviano


afirma lo siguiente: «Aún cuando no existe ninguna explicación o
justificación de parte del legislador boliviano, el proceso penal abreviado,
además de la simplificación del procedimiento, se limita a introducir la
figura de la conformidad del imputado y de su defensor. Como no
especifica en qué casos o delitos, se entiende (hasta que la doctrina
vinculante de la Corte Suprema de Justicia disponga lo contrario) que se
debe adoptar para todos los delitos, si se cumplen los presupuestos
legales, al mejor estilo norteamericano» [8].

Para el trámite del procedimiento abreviado, el numeral 2) del Art. 374


del CPP prevé que el imputado renuncie voluntariamente al juicio oral
ordinario. De ello se llega a la conclusión de que -a diferencia de lo que
sostiene William Herrera Añez- el procedimiento abreviado no puede ser
aplicado a «todos» los delitos, sino sólo a aquellos hechos típicos que
sean susceptibles de ingresar a juicio oral y ordinario, y que tienen
señaladas, además, penas indeterminadas; es decir, aquellos delitos que
tienen previstas escalas sancionatorias oscilantes entre un mínimo y un
máximo legal. Sólo sobre la base de un delito de acción pública que
tiene prevista una pena privativa de libertad indeterminada podrían, el
fiscal y el imputado asesorado por su abogado defensor, llegar a un
acuerdo negociado; por lo que serían innegociables, por ejemplo, hechos
típicos que tengan penas determinadas o fijas.

En consecuencia, el procedimiento abreviado boliviano no sería admisible


para los siguientes delitos:

a) Los delitos de acción privada; porque éstos, si bien pueden ser objeto
de un juicio oral; sin embargo, no están sometidos a un procedimiento
ordinario, sino a uno especial previsto por el Art. 375 y sgtes. del CPP.

b) Los delitos que tienen señaladas penas determinadas; como ser, por
ejemplo, el asesinato, el parricidio, la traición a la patria y otros. Estos
delitos tienen penas fijas y determinadas, por lo que el quantum de la
pena a imponerse es prácticamente innegociable, siendo virtualmente
imposible que el juez instructor pueda imponer una sanción menor a la
requerida por el fiscal y sería, por lo demás, impensable que pudiese
excederse en dicha sanción, habida cuenta de que el Art. 17 de la
Constitución Política del Estado garantiza que la máxima pena privativa
de libertad en Bolivia es la de treinta años de presidio sin derecho a
indulto.

1.3 EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA ENTRE LA ACUSACIÓN Y LA


SENTENCIA EN EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

Son dos los principios que rigen la sentencia en materia penal: el de la


congruencia o correlación entre acusación y sentencia y el denominado
«iura novit curia». La correlación puede ser subjetiva y objetiva.

La congruencia o correlación subjetiva tiene directa relación con la regla


de que nadie puede ser condenado sin antes haber sido acusado; por
ello no habrá congruencia si en el fallo judicial se condena a una persona
que no ha sido previa y formalmente acusada por el fiscal.
La congruencia o correlación objetiva se refiere a que nadie puede ser
condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación.

Juan Mendoza Díaz dice que sobre este tema existen diferentes
posiciones doctrinales que no resultan coincidentes. La primera de las
posturas que él identifica es la de los que defienden que la congruencia
entre acusación y sentencia es la que necesariamente debe darse sobre
los aspectos objetivos del debate, que no son otros que los hechos que
han sido la base de la acusación, no así los aspectos relacionados con la
calificación, en los que impera el principio de iura novit curia, que hacen
que el Tribunal no debe hacer depender su criterio necesariamente del
delito calificado por la Fiscalía, sino que está sujeto al apego a la norma,
según su propio criterio de calificación.

Según Mendoza Díaz, la otra posición es partidaria de la existencia de


una absoluta congruencia entre el contenido de la pretensión punitiva y
la sentencia; considerando como objeto no sólo a los hechos sino a la
calificación y la pena.

En suma, existen posiciones divergentes sobre el tema de la congruencia


entre acusación y sentencia; pero, la eventual solución para resolver
esta incógnita tiene que ver con la certidumbre de saber identificar el
objeto del proceso penal.

Si se parte del supuesto de que el objeto del proceso, es el hecho


histórico, entonces, éste es el único aspecto que no puede ser
modificado o alterado; por lo que el tribunal tendría libertad para
efectuar la calificación jurídica e imponer la sanción de acuerdo a su
convicción, los antecedentes del caso y la ley.

En cambio, si se parte de la premisa de que el objeto del proceso penal


está constituido por la triada: hechos, calificación jurídica y pena, habría
que admitir que el tribunal está sometido a la pretensión penal de las
partes acusadoras y, por ende, vinculado incluso a errores negligentes
en la percepción y relato de los hechos, en la labor mental y técnica de
encuadrar los hechos al derecho y en la petición de la pena a imponerse
al imputado.

En lo que respecta al principio de congruencia en la legislación procesal


penal boliviana, el Art. 362 del CPP. prevé de manera expresa que el
imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en
la acusación o su ampliación. Este artículo, aunque lacónico en su
formulación, da la única pauta para afirmar que el principio de
congruencia así establecido se adscribe a la posición doctrinal de que el
juez o tribunal de sentencia puede ampararse en el principio iura novit
curia a tiempo de pronunciar la correspondiente sentencia, ya que lo
único inamovible, inmodificable e imperturbable es el hecho histórico y
fáctico que constituye el objeto del proceso en el sistema procesal penal
boliviano; por lo que el juez o tribunal de sentencia estaría en libertad
de efectuar la calificación jurídica que creyere la más adecuada para
encuadrar el hecho juzgado al tipo penal, e incluso de imponer aún pena
más grave que la solicitada por el Ministerio Público. Esto significa que
si, por ejemplo, el Ministerio Público acusa por el delito de homicidio,
pidiendo consiguientemente la imposición de una pena indeterminada;
después del debate en juicio oral y de la deliberación, el tribunal de
sentencia puede hacer uso del principio iura novit curia decidiendo que
la calificación jurídica más adecuada del hecho juzgado es la de
asesinato, en lugar de la de homicidio y, en consecuencia, deberá
imponer la pena determinada o fija de 30 años de presidio sin derecho a
indulto.

A esta conclusión se puede llegar si se analiza el tercer párrafo del Art.


374 del CPP cuando dice que: «Aceptado el procedimiento la sentencia
se fundará en el hecho admitido por el imputado, pero la condena no
podrá superar la pena requerida por el fiscal». Aquí puede haber lugar a
interpretar que única y exclusivamente en el procedimiento abreviado, el
órgano jurisdiccional no puede imponer una sanción superior a la
solicitada por el Ministerio Público. En cambio, en el procedimiento
ordinario sí podría el Juez o Tribunal de Sentencia imponer una pena que
exceda a la pretensión penal del Ministerio Público porque, además, en
el contenido de la acusación (Art. 341 del CPP) no es necesario
consignar el quantum de la pena a ser solicitada por el fiscal.

Si se toma en cuenta que el procedimiento abreviado es una modalidad


derivada del principio de oportunidad, entonces es admisible que el
Ministerio Público, en su calidad de titular de la acción penal pública,
pueda negociar con la parte imputada y su abogado defensor uno de los
elementos integrantes de su pretensión punitiva: el quantum de la pena.
Si esto es así, en el caso específico del procedimiento abreviado, se
puede decir que el objeto de este proceso especial es el conjunto de
elementos que integran la pretensión punitiva del Ministerio Público,
traducidos en el binomio: hecho y pena.

1.4 LA INSUFICIENCIA DE LA SIMPLE «SOLICITUD» PARA LA


APLICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

Tanto en el procedimiento común como en el abreviado se debe partir de


la premisa de que no hay sentencia sin previa acusación. En tal virtud, la
redacción del primer párrafo del Art. 373 del CPP merece particular
observación, ya que no es correcto concebir que sólo a través de una
simple «solicitud» se pueda viabilizar el procedimiento abreviado.

En efecto, dos son los momentos procesales en que el fiscal puede


promover la sustanciación del procedimiento abreviado:

a. Al vencimiento de la investigación preliminar (Art. 300 del CPP),


cuando el representante del Ministerio Público analiza el contenido de las
actuaciones policiales (Art. 301 num. 4 del CPP).

b. A la conclusión de la etapa preparatoria, cuando el fiscal concluye la


investigación y emite su requerimiento conclusivo (Art. 323 num. 2,
concordante con el Art. 373 del CPP).

De la interpretación gramatical de los Arts. 301, 323 y 373 del CPP,


aparentemente, se llegarían a inferir que la sustanciación o aplicación
del procedimiento abreviado se promueve a simple solicitud o
requerimiento del Ministerio Público. Sin embargo, la sentencia en el
procedimiento abreviado no puede pronunciarse en base a una mera
«solicitud» del fiscal. Técnicamente hablando, no puede existir sentencia
sin previa acusación, ya que ésta se constituye en presupuesto de
aquella. En consecuencia, cuando el fiscal solicita al juez instructor la
aplicación del procedimiento abreviado, necesariamente tendrá que
hacerlo sobre la base de una acusación interpuesta con las formalidades
previstas por el 341 del CPP, con el aditamento importante de que dicha
acusación deberá necesariamente contener una pena concreta que se
solicita sea impuesta al imputado en el procedimiento abreviado.

1.5 LA ADMISIÓN DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO POR EL


JUEZ INSTRUCTOR COMO PRESUPUESTO PARA LA NECESARIA
CONDENA DEL IMPUTADO.

Otro aspecto más complicado surge de la siguiente interrogante: ¿podría


el juez instructor pronunciar sentencia absolutoria en el procedimiento
abreviado? [9]. El Art. 374 del CPP expresa que «…Aceptado el
procedimiento la sentencia se fundará en el hecho admitido por el
imputado pero la condena no podrá superar la pena requerida por el
fiscal…»; lo que significa que una vez admitido el procedimiento
abreviado por el juez instructor no tiene otra alternativa que pronunciar
sentencia condenatoria. Además, el tercer párrafo del Art. 373 del
Código de Procedimiento Penal determina concretamente que si el
procedimiento común permite un mejor conocimiento de los hechos, el
juez podrá negar la aplicación del procedimiento abreviado.

En consecuencia, el juez instructor debería negar la aplicación del


procedimiento abreviado en los siguientes casos:

a. Cuando el hecho acusado no esté tipificado como delito.

b. Cuando no existan pruebas que demuestren el hecho o la


participación del imputado en él.
c. Cuando los elementos probatorios hayan sido obtenidos por medios
ilícitos.

d. Cuando concurran causas eximentes de la responsabilidad penal o


excusas absolutorias.

e. Cuando exista evidencia de que el imputado ha reconocido su


culpabilidad no de forma libre ni voluntaria.

f. Cuando exista la probabilidad de que, en juicio oral, público y


contradictorio, se pueda definir la absolución del imputado.

Admitir la aplicación del procedimiento abreviado para, finalmente,


absolver de pena y culpa al imputado, importaría contravenir la letra y el
espíritu del tercer párrafo del Art. 374 del CPP. Es decir, el único
resultado posible de la aplicación del procedimiento abreviado es la
condena del imputado, sólo así se justificaría la subyacente lógica
utilitaria y pragmática de este instituto jurídico procesal penal.

1.6 EL DERECHO IRRENUNCIABLE DEL IMPUTADO A UNA


ASISTENCIA TÉCNICA LEGAL.

El parágrafo III del Art. 16 de la Constitución Política del Estado


establece la garantía fundamental de la asistencia legal que le
corresponde a un imputado desde el momento de su detención o
apresamiento.

El Art. 8 del CPP incorpora la figura de la defensa material, al disponer


que el imputado, sin perjuicio de la defensa técnica, tendrá derecho a
defenderse por sí mismo, a intervenir en todos los actos del proceso que
incorporen elementos de prueba y a formular las peticiones y
observaciones que considere oportunas. El Art. 9 del CPP. se refiere a la
defensa técnica, al establecer que todo imputado tiene derecho a la
asistencia y defensa de un abogado desde el primer acto del proceso
hasta el fin de la ejecución de la sentencia; determinando de modo
expreso que este derecho es irrenunciable.

1.6.1. LA ASISTENCIA TÉCNICA LEGAL DEL IMPUTADO EN EL


PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

En lo que respecta al procedimiento abreviado, el Art. 373 del CPP dice


que para que sea procedente deberá contar con el acuerdo del imputado
y su defensor, el que deberá estar fundado en la admisión del hecho y
su participación en él. Aquí la norma es expresa, no hay posibilidad
alguna para que el acuerdo se efectúe al margen de la participación del
abogado defensor, ni se verifique en ausencia o a espaldas del
imputado.

En consecuencia, en las conversaciones para arribar a un acuerdo que


pueda viabilizar el procedimiento abreviado, deberán participar
necesariamente, por una parte, el Ministerio Público y, por otra, el
imputado con su abogado defensor. La constancia de estas
conversaciones que tienen por finalidad la materialización del
procedimiento abreviado deberá constar en el respectivo cuaderno de
investigación, en la forma prevista por el Art. 280 del CPP. Sólo de esta
manera, el juez instructor que resolverá la solicitud de aplicación del
procedimiento abreviado, tendrá certeza de que en las conversaciones
previas dirigidas al procedimiento abreviado sí participaron activamente
el fiscal, el imputado y su abogado defensor. Esta constancia, que puede
materializarse en acta escrita y ser incorporada al cuaderno de
investigación, tendría la virtud de impedir conductas antiéticas del fiscal
y del abogado defensor quienes, en la práctica real, tienden a entablar
conversaciones, e incluso establecer acuerdos preliminares o definitivos,
para arribar al procedimiento abreviado con total prescindencia de la
participación y anuencia del imputado.

La previsión del Art. 373 del CPP en sentido de que para la procedencia
del procedimiento abreviado se contará no sólo con el acuerdo del
imputado, sino también con el de su abogado defensor, tiene dos
fundamentos:

1. La preservación del derecho a la defensa material que le asiste a todo


imputado, desde el primer acto del proceso hasta su finalización.

2. La confirmación de que el derecho de defensa técnica es


irrenunciable, bajo la premisa de que, por lo general, el imputado no es
perito en materia de derecho penal sustantivo, ni tiene versación en
materia procesal.

La asistencia técnica legal del imputado en el procedimiento abreviado


es tan determinante que su inobservancia, omisión o burla puede
conllevar el estigma de la actividad procesal defectuosa. En efecto,
según prevé el numeral 2) del Art. 169 del Código de Procedimiento
Penal, no son susceptibles de convalidación -por existir defecto absoluto-
los defectos concernientes a la intervención, asistencia, y representación
del imputado, en los casos y formas que el Código establece. Esto
significa que incurrir en el mencionado defecto absoluto puede dar lugar
a la interposición de la apelación restringida prevista por el Art. 407 del
Código de Procedimiento Penal.

1.6.2. LA OBLIGACIÓN ÉTICA Y PROFESIONAL A PRESTAR UNA


ASISTENCIA TÉCNICA LEGAL EFICIENTE AL IMPUTADO EN EL
PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

Tomando en cuenta que para el acuerdo negociado es inevitable y


obligatorio el asesoramiento técnico del abogado de la defensa, ¿qué
ocurre si tal asesoramiento es realmente deficiente y contrario a los
intereses del imputado? [10].

Si en la legislación procesal penal boliviana es inadmisible que el


imputado pueda renunciar a la asistencia técnica legal, ¿por qué el
imputado tendría que pagar las consecuencias del asesoramiento
deficiente de su abogado defensor, con la privación de su libertad?
Para evitar un daño de proporciones a su propio cliente, el abogado de la
defensa debe asumir la obligación de explicarle las posibles defensas, de
descubrir evidencia de descargo o exculpatoria que pudiera cambiar su
recomendación de admisión del hecho. Entonces, para garantizar una
asistencia legal eficiente, el abogado defensor debe examinar todo lo
relacionado con las circunstancias del caso y los eventos fácticos por
medio de procedimientos como la entrevista al propio imputado y, si
fuera posible, a los testigos del hecho. Además, antes de aconsejar a su
defendido acceder a una alegación de admisión de su culpabilidad, el
abogado debiera analizar con su cliente todos los aspectos legales, las
opciones y sus consecuencias, incluyendo la pena en su escala mínima y
máxima. Entre las opciones a ser evaluadas, el abogado defensor junto a
su cliente deben considerar también las ofertas del Ministerio Público y
cómo éstas afectarán su situación procesal una vez sea condenado el
imputado.

El abogado de la defensa no deberá descuidar en su asesoramiento


técnico al imputado y en la negociación con el fiscal la posibilidad cierta
de que su cliente con su alegación de admisión de culpabilidad pueda
acogerse a la suspensión condicional de la pena y al perdón judicial,
previstos en los Arts. 366,367 y 368 del CPP, siempre y cuando la pena
solicitada por el Ministerio Público no sea superior a tres y dos años,
respectivamente[11]. Además, el abogado defensor deberá tomar en
cuenta para fines de un asesoramiento eficiente que debe prestar a su
defendido, la posibilidad de que éste pueda acogerse a la libertad
condicional prevista por el Art. 434 del CPP [12].

1.7 LA VÍCTIMA EN EL PROCESO PENAL.

En el caso boliviano, en el Código de Procedimiento Penal abrogado de


1973, la víctima no intervenía de modo directo en el proceso, sino que
previamente debía constituirse en querellante o parte civil. Ello implicaba
que si no intervenía en el proceso, prácticamente era ignorada y no
tenía derecho a ser escuchada ni informada. Sin embargo, con la
vigencia plena del Nuevo Código de Procedimiento Penal, se ha
revalorizado la centralidad de la víctima en el proceso penal, ya que ella
tiene ahora derecho a ser informada sobre el desarrollo del proceso por
las autoridades competentes aunque no se haya querellado y tiene
también el derecho a ser escuchada antes de cada decisión y a
impugnarla si corresponde. Asimismo, tiene derecho a la reparación del
daño así no haya participado en el proceso.

1.7.1 EL CONCEPTO JURÍDICO PENAL DE LA VÍCTIMA EN LA


DECLARACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS.

La resolución No. 40/34 de las Naciones Unidas de 29 de noviembre de


1985 aprobó la Declaración sobre los principios fundamentales de
justicia para las víctimas de delitos y de abuso del poder. Esta
Declaración hace una distinción entre las víctimas de delitos y las
víctimas del abuso de poder.

La referida Declaración entiende por víctimas de delitos, las personas


que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones
físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como
consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal
vigente en los Estados miembros. En la expresión «víctima» se incluye,
además, a los familiares o personas a cargo que tengan relación
inmediata con la víctima directa y a las personas que hayan sufrido
daños al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la
victimización.

La Declaración entiende por víctimas del abuso de poder, las personas


que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones
físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como
consecuencia de acciones u omisiones que no lleguen a constituir
violaciones del derecho penal nacional, pero violen normas
internacionalmente reconocidas relativas a los derechos humanos.
En cuanto se refiere a los principios fundamentales de justicia para las
víctimas de delitos y del abuso de poder, la Declaración de las Naciones
Unidas de 1985 contempla esos principios en cuatro áreas: Acceso a la
justicia y trato justo; resarcimiento; indemnización y asistencia.

1.7.2 LOS DERECHOS DE LA VÍCTIMA EN EL PROCESO PENAL.

El nuevo Código de Procedimiento Penal contiene los siguientes


lineamientos básicos que permiten confirmar la revalorización del papel
de la víctima en el proceso penal:

1. Derecho a intervenir en el proceso penal. Este derecho se ejerce por


la víctima como sujeto procesal legitimado para hacerlo, en calidad de
persona natural o jurídica, según las modalidades previstas por el Art.
76 del CPP.

2. Derecho a ser informada sobre sus derechos y sobre los resultados


del proceso. En efecto, el Art. 77 del CPP establece que aún cuando la
víctima no hubiera intervenido en el proceso, deberá ser informada por
la autoridad responsable de la persecución penal sobre sus derechos y
por el juez o tribunal sobre los resultados del proceso, bajo
responsabilidad que corresponda en caso de incumplimiento.

3. Derecho a ser escuchada antes de que se adopten decisiones


jurisdiccionales que beneficien al imputado. La víctima no sólo deberá
ser escuchada a los efectos de la aplicación de un criterio de oportunidad
reglado o de una salida alternativa al proceso penal, sino que conforme
prevé el Art. 374 del CPP, el juez instructor antes de aceptar o negar la
aplicación del procedimiento abreviado escuchará, en audiencia oral, a
los sujetos procesales, incluida la víctima.

4. Derecho a impugnar la decisión jurisdiccional. El Art. 11 del CPP indica


que las partes tendrán igualdad de oportunidades para ejercer durante
el proceso las facultades y derechos que les asisten. Al respecto, el Art.
394 del CPP prevé que el derecho de recurrir corresponde a quien le sea
expresamente permitido por ley, incluida la víctima aunque no se
hubiere constituido como querellante.

1.7.3 FACULTADES DE LA VÍCTIMA EN EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

El Art. 373 del CPP faculta a la víctima a suscitar oposición fundada ante
la solicitud planteada por el Fiscal para la aplicación del procedimiento
abreviado. En efecto, de conformidad al Art. 374 del CPP en audiencia
oral el juez instructor escuchará al fiscal, al imputado y a la víctima o al
querellante a los efectos de aceptar o rechazar el procedimiento
abreviado requerido por el ministerio público.

Lo que llama la atención es que en ninguna de las dos disposiciones


pertinentes a la procedencia, trámite y resolución del procedimiento
abreviado, el legislador haya contemplado la posibilidad de que la
víctima pueda impugnar la decisión del juez instructor en caso de admitir
el procedimiento abreviado. Esta omisión puede dar lugar a interpretar
que la decisión del juez instructor de aceptar o rechazar la aplicación del
procedimiento abreviado es una decisión irrevisable, lo cual haría del
juez instructor una autoridad omnímoda, ya que sus actos no podrían
ser revisados por ningún órgano jurisdiccional jerárquicamente superior.

1.8 EL DERECHO A IMPUGNAR LA DECISIÓN DEL JUEZ


INSTRUCTOR QUE ADMITE O RECHAZA LA APLICACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

Conceptualmente, el procedimiento abreviado es una simplificación de


los trámites procesales, de modo que con el consentimiento del
imputado y su defensor, se prescinde del juicio oral ordinario para dictar
una sentencia condenatoria sobre la base de la admisión de los hechos,
su participación en los mismos y el requerimiento de la pena efectuada
por el fiscal. Para la procedencia del Procedimiento Abreviado es
imprescindible que exista previamente una negociación entre el fiscal, el
imputado y su defensor respecto de la admisión de culpabilidad y la
pena a ser impuesta.
El Art. 373 del nuevo Código de Procedimiento Penal prevé que el juez
instructor podrá negar el Procedimiento Abreviado cuando el
procedimiento común permita un mejor conocimiento de los hechos y
cuando la víctima suscite oposición fundada. Sin embargo, esta
disposición legal no prevé la procedencia de medio impugnativo alguno
contra tal decisión judicial.

En efecto, ante la ausencia de un medio de impugnación en el trámite


del Procedimiento Abreviado, pueden darse los siguientes casos
conflictivos:

a. Si el juez instructor niega -sin que medie oposición de la víctima- la


aplicación del procedimiento abreviado por considerar que el
procedimiento común puede permitir un mejor conocimiento de los
hechos, el representante del Ministerio Público y el imputado se
quedarían sin la posibilidad de impugnar esa decisión jurisdiccional.

b. Si el juez decide aplicar el Procedimiento Abreviado, tampoco la


víctima tendría posibilidad de impugnar esa decisión.

c. En caso de que la víctima suscitara oposición fundada y el juez la


admitiera para negar la aplicación del procedimiento especial, igual el
fiscal y el imputado estarían imposibilitados de impugnar la decisión
judicial.

d. Si el juez instructor decidiera no admitir la oposición suscitada por la


víctima y aplicar el Procedimiento Abreviado, ella tampoco podría
impugnar tal decisión.

La legislación procesal penal boliviana establece como norma general


que las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos
expresamente establecidos por el Código de Procedimiento Penal; pero
ocurre que ninguna de las decisiones judiciales hipotéticamente descritas
precedentemente se encuentran expresamente previstas en el Art. 403
del Código de Procedimiento Penal como resoluciones jurisdiccionales
que darían lugar a la interposición del recurso de apelación incidental.

1.9 EL DERECHO A IMPUGNAR LA SENTENCIA EN EL


PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

William Herrera Añez en su libro Derecho Procesal Penal (El Nuevo


Proceso Penal), afirma que en el procedimiento abreviado la sentencia
no admite recursos. Sobre este particular, el nombrado autor boliviano
dice textualmente lo siguiente: «como el reconocimiento de culpabilidad
y demás presupuestos legales, en el fondo, constituyen una declaración
de voluntad unilateral del imputado y de su defensa, no se puede alegar,
al mismo tiempo, la vulneración de los derechos fundamentales y de las
garantías del debido proceso ni se puede apelar de la sentencia, ya que
impera, también, el principio de que nadie puede ir contra sus propios
actos; de tal suerte que, reconocido un hecho, no puede posteriormente
el imputado negarlo o modificarlo, menos impugnarlo, salvo en el
extremo de que se hubieran vulnerado, precisamente, las previsiones
contenidas para estos casos en el código procesal»[13]

El precedente criterio sostenido por William Herrera Añez es


consecuencia de su errónea percepción de que la figura de la
«conformidad» se encuentra inscrita en el procedimiento abreviado
boliviano. Todo parece indicar que su percepción halla fundamento en la
visión que tiene el español Vicente Gimeno Sendra acerca de los efectos
de la «conformidad» en el derecho procesal español. Para el nombrado
autor español: «Los efectos de la sentencia de conformidad son los
propios de cualquier sentencia firme: los de la cosa juzgada. Contra las
sentencias de estricta conformidad no cabe recurso alguno porque
«nadie puede ir contra sus propios actos»; en cambio si la sentencia es
absolutoria o contiene menos quantum de pena que el solicitado por las
partes acusadoras pueden dichas partes ejercitar contra la sentencia de
conformidad los medios de impugnación pertinentes…» [14].
En el caso boliviano, es norma general para los recursos -Art. 394 del
CPP- que las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos
expresamente establecidos por el Código adjetivo. El procedimiento
abreviado está regulado por los arts. 373 y 374 del CPP y en ninguna de
estas dos únicas disposiciones legales de carácter adjetivo se ha
contemplado expresamente la procedencia de un medio de impugnación
que pueda interponerse contra la sentencia pronunciada por el juez
instructor en dicho procedimiento especial.

Lo único que el Art. 374 del CPP prevé es que, aceptado el


procedimiento abreviado por el juez instructor, la sentencia se fundará
en el hecho admitido por el imputado pero la condena no podrá superar
la pena requerida por el fiscal. Aquí se puede vislumbrar que a diferencia
de lo que sucede en el procedimiento común, en el procedimiento
abreviado sí es condición sine qua non que la acusación del fiscal
contemple no sólo el hecho histórico como objeto del proceso, sino
también el quantum de la pena que debe imponerse al imputado. En tal
virtud, el objeto del procedimiento penal abreviado estaría integrado por
el binomio: hecho histórico y quantum de la pena.

Lo peculiar del procedimiento abreviado es que, negociadamente, el


imputado admitirá la comisión del hecho o su participación en él, a
cambio de que el fiscal requiera al juez instructor la imposición de una
pena más benigna. Como el quantum de la pena es, en el procedimiento
abreviado, el elemento decisivo para sellar el acuerdo entre el fiscal y el
imputado asesorado por su abogado defensor, el juez instructor no debe
imponer una pena que exceda el límite acordado.

No obstante el principio de congruencia que debe regir entre sentencia y


acusación, en la práctica judicial podrían darse las siguientes situaciones
anómalas en la aplicación del procedimiento abreviado:

1. El juez instructor condene al imputado por un hecho distinto al


atribuido en la acusación fiscal.
2. El juez instructor condene al imputado por el mismo hecho acusado,
pero le imponga una pena más grave que la solicitada por el fiscal.

3. El juez instructor condene al imputado por el mismo hecho acusado,


pero le imponga una pena más leve que la requerida por el Ministerio
Público.

4. El juez instructor, en aplicación del iura novit curia, modifique la


calificación a un tipo penal más benigno que el acusado por el fiscal e
imponga al imputado una pena más leve que la solicitada.

5. El juez instructor absuelva al imputado.

Como no corresponde que se conciba a la «conformidad» como esencia


del procedimiento abreviado boliviano, entonces no puede afirmarse que
la sentencia pronunciada en un procedimiento abreviado adquiere la
calidad de cosa juzgada, contra la que no procede interponer medio
impugnatorio alguno.

[1] HERRERA AÑEZ, William: Op. Cit., pp. 362-363.

[2] GIMENO SENDRA, Vicente: Op. Cit., p. 329.

[3] En el texto elaborado por el Instituto de la Judicatura de Bolivia,


Programa de Selección y Capacitación Inicial, Curso de Capacitación
Inicial a Jueces Instructores, Area Ordinaria, Derecho Penal, Docente:
Dr. Carlos Sánchez Castelú, Convocatoria Pública Nro. 01/2001, de 1ro.
de marzo de 2001, Sucre-Bolivia, se hace el comentario de que en su
obra «Derecho Penal Comentado», Javier Llobet Rodriguez, quien hizo
su doctorado en la Universidad de Freiburg (Alemania), bajo la dirección
del Profesor Albin Eser, reconoce que en la práctica alemana existe una
tendencia a dar relevancia a los acuerdos entre el Ministerio Público y el
imputado, ello aún sin base legal, sin embargo, ha sido tolerado, y que a
través de ello se llega a un acuerdo sobre la pena a imponer.

[4] BARBERO, Domenico: Sistema del Derecho Privado, Tomo IV,


Contratos, Traducción de Santiago Sentis Melendo, Ediciones Jurídicas
Europa-América, Buenos Aires, 1967, p. 542.

[5] Barbero comenta que, por ejemplo, se puede transigir sobre los
juicios civiles de falsedad, pero que siendo la materia de interés también
público, se exige la homologación por parte del tribunal, oído
previamente el ministerio público, sin lo cual la transacción no adquiere
eficacia, con el advertido de que el tribunal no viene a ser parte en la
transacción. Por otro lado, según criterio de Barbero, también se puede
transigir sobre la acción civil proveniente de delito, salvo, la prosecución
de la acción penal cuando el delito sea perseguible de oficio; pero que si
el delito es perseguible a querella de parte, la transacción implicaría
remisión de la querella. Ahora bien, en lo que concierne al Nuevo Código
de Procedimiento Penal boliviano, el numeral 5) del Art. 27 prevé la
extinción de la acción penal como efecto del desistimiento o abandono
de la querella, respecto de los delitos de acción privada. Además, el
numeral 6) del mismo Art. 27 posibilita también la extinción de la acción
penal por la reparación integral del daño particular o social causado,
realizada hasta la audiencia conclusiva, en los delitos de contenido
patrimonial o en los delitos culposos que no tengan por resultado la
muerte, siempre que lo admita la víctima o el fiscal, según el caso. En el
trasfondo de estas disposiciones legales, se puede vislumbrar la
existencia de acuerdos transaccionales entre la parte acusadora y
acusada que buscan dar fin a la litis.

[6] MESSINEO, Franceso: Manual de Derecho Civil y Comercial,


Traducción de Santiago Sentis Melendo, Tomo VI, Ediciones Jurídicas
Europa-América, Buenos Aires, 1979, p. 209
[7] SANCHEZ VELARDE, Pablo: Estudios de Derecho Procesal Penal, Ed.
Alternativas, Lima, 1993, p. 133.

8 HERRERA AÑEZ, William: Op. Cit., pp. 360-361.

[9] Según el texto del Instituto de la Judicatura de Bolivia, Programa de


Selección y Capacitación Inicial, Curso de Capacitación Inicial a Jueces
Instructores, Area Ordinaria, Derecho Penal, Docente: Dr. Carlos
Sánchez Castelú, Convocatoria Pública No. 01/2001, Sucre-Bolivia, p.
76, en el procedimiento abreviado también puede existir una sentencia
absolutoria y para sustentar esta afirmación, se hace cita del Código de
Procedimiento Penal para Iberoamérica de 1988 que dice: «El tribunal
podrá absolver o condenar según corresponda. Al margen de que dicho
texto se refiere a la opinión expresada por Javier Llobet Rodriguez en su
libro Proceso Penal Comentado, cuando dice que: No necesariamente se
tiene que dictar una sentencia condenatoria en contra del imputado; lo
que el imputado acepta son los hechos que se le atribuyen, no la
calificación jurídica ni la antijuridicidad de los hechos, por ello podría el
tribunal dictar una sentencia absolutoria».

[10] Tanto la jurisprudencia de Puerto Rico como la federal han


permitido la anulación de una alegación de culpabilidad cuando la misma
ha sido producto de una asistencia ineficiente. De acuerdo con la
doctrina expresada en Hill v. Lockhart, la asistencia legal no es eficiente
si se demuestra que el error de la defensa fue la causa sine qua non
para que el acusado aceptara declararse culpable. En otras palabras, el
acusado debe demostrar que existe una probabilidad razonable que, de
no haber sido por los errores de la defensa, no se hubiera declarado
culpable y hubiera insistido en la celebración del juicio.

11. La autora boliviana María del Carmen Arellano en su libro Manual


para la Ejecución Penal, Edit. Luis de Fuentes, Tarija-Bolivia, 2001, p.
87, dice que la suspensión condicional de la pena es una figura jurídica
por la que el Juez o Tribunal, al dictar la sentencia dispone la suspensión
de su ejecución, la que se mantiene pendiente durante todo el tiempo
que el beneficiario cumpla con las obligaciones impuestas conforme el
Art. 24 del CPP, que se refiere a la prohibición de cambio de domicilio,
no frecuentar algunos lugares, prohibición de consumir drogas y alcohol,
someterse a vigilancia, prestar trabajo a favor del Estado, tratamiento
médico, adoptar oficio arte o profesión, prohibición de conducir
vehículos, prohibición de portar armas. Por otro lado, en su libro
mencionado, p. 63, la misma autora concibe a la libertad condicional
como una institución que consiste en la excarcelación de los condenados
previo cumplimiento de ciertos requisitos, para que puedan cumplir la
pena privativa de libertad hasta el tiempo total señalado en la sentencia,
fuera del régimen de todo establecimiento penitenciario.

12. Otro aspecto relacionado con la eficiencia de la asistencia legal, se


encuentra en la existencia de un conflicto de intereses por parte del
abogado de la defensa. Esta controversia aflora cuando el abogado
asume la defensa de varios coacusados. En Pueblo v. Gordon, el Tribunal
Supremo de Puerto Rico señaló cómo estos conflictos pueden aparecer
en la etapa de la negociación, ilustrando la situación en que uno de los
acusados se declara culpable de un delito menor incluido en el cargo
original a cambio de cooperación con el fiscal, afectando así la defensa
del otro acusado.

[13] HERRERA AÑEZ, William: Op. Cit., p. 365.

[14] GIMENO SENDRA, Vicente: Op. Cit., p. 336.

Cómo funciona

Guerrero sostuvo que el procedimiento abreviado procede cuando el


Fiscal, el imputado y su abogado defensor se ponen de acuerdo para
obviar el juicio oral y acortar el camino procesal para llegar a una
sentencia justa. Esta salida alternativa es absolutamente voluntaria,
para su aplicación deben concurrir muchos filtros, el primero de ellos
es que antes se debe realizar una averiguación completa de la verdad
material del hecho. Un segundo filtro es la evidencia de que el
imputado es el autor del delito. Esto debe operarse en base a los
elementos probatorios acopiados en la investigación. Luego recién se
puede operar un acuerdo voluntario entre el imputado, su abogado
defensor y el fiscal para la aplicación de la salida alternativa. Aquí
juega un rol decisivo, la voluntad del imputado y la aceptación de su
defensor.

Una vez que se superan estos filtros, se puede, siempre en base a las
pruebas obtenidas y a la verdad material del hecho debidamente
sustentada, acordar la pena que no es discrecional ni del Fiscal ni de
la autoridad jurisdiccional. Si bien se efectúa un acuerdo para la pena
a imponerse, esta debe necesariamente estar dentro de los
parámetros máximo y mínimo establecidos en el Código Penal para el
delito que se está procesando.

Pero no solo ello, Guerrero explicó que los juicios abreviados también
deben estar acordes a las circunstancias atenuantes, agravantes que
se hubieran detectado en la investigación. Para eso están el Fiscal y el
abogado defensor que asesora técnicamente al imputado.

Después se presenta la solicitud por el Fiscal ante el juez cautelar si


es en etapa preparatoria o ante el Tribunal de Sentencia o Juez de
Sentencia en etapa de juicio y éste en audiencia pública, previa
citación a la víctima, determina la aplicación o no de esta salida
alternativa.

La víctima tiene una participación importante en la aplicación de esta


salida alternativa, ya que puede oponerse fundadamente a la
aplicación del procedimiento abreviado. De ser así el Juez podrá
negar la aplicación de esta salida alternativa y continuar el proceso
hasta el juicio oral. En caso desfavorable, la víctima puede activar
medios de impugnación ordinarios (apelación) o extraordinarios
(acciones de defensa constitucional).

Ramiro Guerrero explicó que el juez ya sea cautelar o el Tribunal de


Sentencia, tienen en sus manos la decisión de aplicar o no el
procedimiento abreviado, y aclaró el Fisal General, «puede negarlo
también cuando el procedimiento común permita un mejor
conocimiento de los hechos».
La autoridad jurisdiccional encargada de aplicar la salida alternativa de
procedimiento abreviado, debe previamente constatar la existencia del
hecho y verdad material, la participación del imputado, que el
imputado voluntariamente renuncia al juicio oral ordinario, que el
reconocimiento de culpabilidad fue voluntario y que la víctima no se
opone a la aplicación de esta salida alternativa.

Cumplidos estos pasos, se podrá recién emitir la sentencia


correspondiente. En todo caso la pena acordada entre Ministerio
Público e imputado no obliga al juez a dictar sentencia en uno u otro
sentido. Él se reserva la última decisión.

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