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TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCION E HIPERACTIVIDAD (TDAH) EN

NIÑOS EN ETAPA ESCOLAR

POLITECNICO GRANCOLOMBIANO
PSICOLOGIA EVOLUTIVA
BOGOTA D.C.
2015

Introducción

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos más


frecuentes en la infancia, con un estimado de afectación poblacional del 3 al 6%. En los
Estados Unidos de América (EUA) se ha comprobado que el 20% de los niños
hospitalizados en una unidad psiquiátrica y que el 44% de los niños que reciben educación
especial, cursan con este trastorno. Según las investigaciones, esta dificultad tiene un origen
genético e influido por factores ambientales no completamente conocidos. Se han
encontrado alteraciones en la estructura, función y neurotransmisión cerebral en pacientes
con TDAH (Esperón, 2008).

En Colombia, el TDAH es el trastorno neuropsiquiátrico infantil más común, cuya


prevalencia se estima alrededor del 5% en escolares. La posibilidad de que persista en los
años siguientes supera el 70%, y su pronóstico depende en gran medida de su detección
temprana y sus comorbilidades, la intensidad de los síntomas y de un tratamiento oportuno
y adecuado (Martínez, 2009).

En el pasado, el TDAH recibía otros nombres: disfunción cerebral mínima,


hiperquinesia, trastorno hiperquinético, entre otros. El TDAH es una enfermedad crónica,
que inicia en la infancia y que en la mayoría de las ocasiones persiste en la adolescencia y
en la vida adulta. Se caracteriza por una tríada sintomatológica: inatención, hiperactividad e
impulsividad que producen deterioro en el funcionamiento familiar, académico, social o
laboral.

La creencia que las medicinas usadas por los psiquiatras sean adictivas y
potencialmente causen daños, probablemente se funda en el desconocimiento que tiene la
gente de los beneficios de las medicinas y de conceptos equivocados sobre la adicción. La
adicción es un fenómeno que se genera en personas cuando consumen sustancias que
alteran su biología, su psicología y su forma general de ver al mundo de forma negativa, les
entorpecen su funcionamiento en la escuela, el trabajo o la familia y les generan daños
evidentes en su organismo. La adicción a la que nos referimos es la asociada al consumo
del alcohol, la marihuana, la cocaína, los inhalantes y otras sustancias similares. Las
medicinas que se administran a quienes padecen el TDAH buscan que mejore la atención,
disminuya la hiperactividad y la impulsividad y consecuentemente mejore la calidad de
vida en la escuela, la calle y la familia. Cuando las medicinas son correctamente
administradas los riesgos de automedicación son bajos. Como otras enfermedades crónicas,
la necesidad del medicamento puede ser prolongada, por meses o años, sin que esto
signifique adicción (De la Pena, 2000).

El tratamiento de los niños, con TDAH, debe ser multisistémico, es decir,


farmacológico y psicosocial, esto último incluye terapias psicopedagógicas,
neuropsicológicas, cognitivas, conductuales y familiares entre otras que puedan disminuir
los síntomas.

Planteamiento del Problema

Hoy por Hoy, cada vez más vemos y escuchamos que los niños están presentando
problemas para prestar atención, que a los niños se les dificulta quedarse quietos o
simplemente se les imposibilita controlar su comportamiento. Para algunos niños estos
pueden ser síntomas de “Trastorno de déficit de atención e hiperactividad “. Es por eso que
hemos elegido este tema y realizar una revisión teórica en el campo psicoconductual de los
pequeños ante este trastorno.

Nos centraremos en la población infantil en etapa de desarrollo con trastorno de


déficit de hiperactividad, posibles causas, consecuencias y un plan de acción desde la
perspectiva estudiantil, bajo la proyección en conjunto como profesionales en psicología
para el tratamiento del TDAH.

Es importante resaltar que a través de este estudio podremos investigar sus factores
de riesgo, el efecto que produce en el niño, su manifestación y las problemáticas que
derivan de éste; obviamente sin alejarnos de la parte psicosocial, la manera como se
desenvuelve el individuo en su entorno, así como la manera como se relaciona en la
sociedad en general.

Se determina al TDAH como un síndrome de origen evolutivo ya que se contempla


como aquel síndrome que contiene características particulares de los pacientes que lo
padecen. Sus manifestaciones aparecen a temprana edad y el síndrome está estrechamente
vinculado con factores hereditarios que terminan modificando el neurodesarrollo del niño a
lo largo de la vida. Así sucesivamente se han planteado muchas teorías ante el TDAH.

Objetivos

Objetivo General

Analizar y comprender, lo más acercado a nuestra realidad, como estudiantes de psicología,


algunos estudios sobre las causas que produce el Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad en niños de etapa escolar.
Objetivos Específicos

1. Conocer las manifestaciones que presentan los niños de etapa escolar


afectados por el TDAH.

2. Entender los efectos, evolución y desarrollo del TDAH.

3. Descubrir intervenciones asertivas que ayuden al tratamiento del TDAH en


niños de etapa escolar.

Marco Teórico

Es importante definir que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH),


puede presentarse con hiperactividad o sin ella; los niños afectados por este trastorno tienen
menos capacidad para atender, se mueven más de lo normal y hablan en exceso. Esta
patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así como a
otros aspectos de su vida familiar y social.
Desde su origen hasta la actualidad, investigadores, psicólogos y especialistas de la
materia han establecido el concepto del trastorno por déficit de atención e Hiperactividad
bajo la sigla TDAH. A lo largo del tiempo se han establecido muchos conceptos del porqué
de este trastorno. Se llegó a pensar que este trastorno se originaba por una lesión cerebral o
disfunción cerebral, sin embargo al realizar un sin número de investigaciones se concluyó
a través de diversas hipótesis, que ésta no era una razón válida del TDAH (Seidman, 2005).

Sus manifestaciones comienzan a temprana edad y está estrechamente vinculado a


factores hereditarios (Quintero, 2009). No obstante, determinar este origen es complicado
ya que la patología no la causa un solo gen y además estos genes interactúan entre ellos.
Quintero enuncia también que esta condición requiere un estudio cuidadoso, ya que algunos
persisten con el problema en la vida adulta, pero que esta edad es la mejor época para
intervenir y producir los cambios necesarios.

En Colombia, se han realizado algunos estudios de prevalencia del TDAH, entre


ellos se encuentra el realizado con 263 niños de 5 a 7 años, en el municipio de
Manizales. La prevalencia del trastorno fue del 8,2 %. Estos datos corroboraron los
suministrados por las diferentes fuentes bibliográficas, encontrando que el trastorno
fue más frecuente en niños que tenían 6 años de edad; con una relación hombre/
mujer fue 5 a 1; la edad de aparición más frecuente de los síntomas, según los
padres, fue a los 5 años y, según los profesores, a los 6 años. Posteriormente en
2001, estos mismos autores realizaron una segunda fase con niños de 8 a 12 años,
encontrándose que la prevalencia fue del 7,1 %. Comparativamente, esta
prevalencia fue menor que la encontrada en el primer estudio, siendo la variable
diferencial entre ambos la edad de los sujetos. Ambos estudios sugieren, además, la
importancia del problema del TDAH en esta ciudad de Colombia y la necesidad de
continuar avanzando en el conocimiento de dicho problema (Pineda, 2001).

Lo más alarmantes es que en Colombia, según (Vidarte, 2009), existe una


prevalencia generalmente mayor que en otros lugares del mundo (hasta un 16,1% de la
población). Varios factores podrían explicar la diferencia: el uso de criterios menos
restrictivos en el establecimiento del diagnóstico; la existencia de factores de riesgo
psicosocial en el entorno poblacional del que se extraen las muestras o que se produzca un
‘sobre diagnóstico’, pues sólo el 7,4% de los niños con TDA recibe un diagnóstico de
confirmación mediante una entrevista psiquiátrica estructurada.

El diagnóstico del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)


requiere que algunos de los síntomas que causan alteraciones o deterioro estén presentes en
dos o más contextos, por ejemplo, en la escuela, o en el trabajo, y en casa (American
Psychiatric Association [APA], 1995).

Con lo anterior, se hace evidente que el diagnóstico se debe recoger desde diferentes
ambientes. De esta manera, profesores y padres se convierten en parte fundamental para
obtener información valiosa de los niños.

Las escalas de valoración son, generalmente, los instrumentos más utilizados para
recoger esta información. Algunas de estas escalas han incorporado como ítems los
síntomas propuestos en el DSM-IV (APA, 1995), por ejemplo, las Escalas de
Conners revisadas (Conners, 1997) o el SNAP-IV Teacher and Parent Ratings Scale
(Swanson, 2003). ( Citado por Amador J. , 2006, p.1).

Diversos estudios demuestran que las conductas relacionadas con el TDAH, varían según el
desarrollo del niño, siendo la frecuencia e intensidad las variables con las que se pueden
medir dichos cambios y que dependen también de la edad y del sexo.

Padres y profesores consideran que los niños en edad preescolar presentan más
síntomas de hiperactividad-impulsividad que de desatención (Amador, Forns,
Guàrdia y Peró, 2006; Du Paul et al., 1997; Du- Paul et al., 1998). Los niños de
Preescolar también reciben puntuaciones más elevadas en los síntomas de
hiperactividad-impulsividad que los de mayor edad (Amador et al., 2006). Los
síntomas de desatención son más frecuentes en los niños de 5 a 12-14 años, y menos
frecuentes en los de 4 a 5 y 14 a 18 años (Du Paul et al., 1998). Los niños presentan
mayor número de síntomas de TDAH que las niñas (Amador et al., 2006; Du Paul et
al., 1997; Du Paul et al., 1998), aunque en algún estudio no se han encontrado
diferencias significativas según la edad y el sexo (Rohde, Barbosa, Polancyk et al.,
2001). ( Citado por Amador J, 2006, p2)

En un abstract Pediátrico con derechos de the American Academy of Pediatrics


llamado “ Sleep and Neurobehavioral characteristics of 5 to 7 year old children with
parentally reported symtoms of attention déficit/ hiperactivity disorder”, nos arroja unos
datos interesantes sobre niños con edades de entre 5 y 7 años con desorden de atención e
hiperactividad y su relación con el sueño.

El método se hacía por medio de cuestionarios donde se preguntaba a los padres de


estos niños si creían que sus hijos padecían del trastorno o si mas bien se los consideraba
hiperactivos. Luego se seleccionaban de manera aleatoria a los niños que no padecían el
trastorno con los que si y se les invitó a dormir una noche en el “Sleep medicine centre” y
se les practicaba además un test neurocognitivo.

Los resultados arrojaron que unos 673 (11.3%) niños reportaron ronquidos con
frecuencia. Adicionalmente 418 (7.3%) niños dijeron tener ADHD, 313 (76.5%) de ellos
eran niños varones. Después de un calificación y diagnóstico con el Conners’ Parent Rating
Scale se tenía como resultado que 44 niños tenían significativos síntomas de padecer
ADHD, 27 de ellos con un leve desorden y 39 fueron catalogados como no tener ningún
síntoma. La polisomnografía nocturna arrojó que solo el 5% de los niños que padecían
ADHD presentaron apnea del sueño. Un 26 % de los niños con leve desorden presentaron
apnea del sueño y de nuevo un 5 % para los que no padecían la enfermedad.

De esta manera, se concluye que los niños con ADHD(TDAH) tienen las mismas
manifestaciones al dormir que los niños que se catalogan como sanos. Y que los que
presentaron desordenes en el sueño son los que tenían leves manifestaciones del trastorno.
Recuperado de
http://pediatrics.aappublications.org/content/111/3/554?sso=1&sso_redirect_count=1&nfstatus=401
&nftoken=00000000-0000-0000-0000-
000000000000&nfstatusdescription=ERROR%3a+No+local+token
Cubero,C. (2006) manifiesta que la escuela es un espacio decisivo para el desarrollo, social
y personal de la niñez y la adolescencia para aquellas personas que tienen trastornos por
déficit de atención con o sin hiperactividad y, que el apoyo que la Institución y los docentes
informados puedan ofrecer, se convierte en un factor determinante para su desarrollo socio
afectivo. Dice así:
La conducta impredecible vista sobre todo por el maestro en el sentido de que a
veces ésta es adecuada y a veces no lo es. En algunas ocasiones el niño puede
responder positivamente ante el aprendizaje y en otras ocasiones no. Esta situación
puede crear falta de credibilidad en la existencia real del trastorno. La falta de
autocontrol que caracteriza a los niños con trastornos de la atención con o sin
hiperactividad, no se debe a que exista una lesión y menos a que esta sea
permanente, como para esperar que siempre se presente, por el contrario lo que le
caracteriza es la inconsistencia del síntoma en este caso la falta de control. No
obstante, es necesario ayudarle a descubrir sus habilidades; el hecho de que el
estudiante tenga dificultades para autor-regular el comportamiento no descarta que
tenga numerosas habilidades, él es un niño como cualquier otro. Es necesario buscar
y resaltar sus fortalezas. Estas habilidades tienen el potencial de ser fuente de
orgullo y logros. Más importantes aún, las mismas pueden llegar a ser más
prominentes en la vida del niño que sus propias dificultades. Para un profesional en
educación, conocer que las dificultades de autorregulación son partes de un
trastorno y no propias de la voluntad del niño, permite replantear su trabajo desde la
perspectiva del apoyo al desarrollo integral y facilitar los procesos con dosis de
compromiso y responsabilidad que son fundamentales para alcanzar el éxito escolar.
(Cubero, C. 2006, revista electrónica volumen 6).

Metodología
En la revista científica de la Asociación Española de Neuropsiquiatría podemos
encontrar un interesante estudio metodológico sobre esta gran temática.

Grandes profesionales y especialistas en la materia han tomado muestras de 90 casos


en niños desde los 6 hasta los 16 años, basándose en un diseño seccional (método que busca
la mayor información del objeto de estudio ya sea de una población o de alguna muestra en
un momento dado), a la vez buscan a través de comparaciones transversales determinar
variables para concluir resultados sobre estas variables diferenciales en los niños con TDAH
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad - (TDAH).

Cabe anotar que toda esta investigación diferencial se ha enfocado en las edades de
los niños, evidenciando a través de las etapas desde la infancia hasta la adolescencia,
permitiendo evaluar los factores de riesgo, los problemas generados según el grado de
cognitividad, la dificultad presentada a nivel académico y los problemas clínicos
relacionados.

Otro método interesante de estudio es el DSM-IV - por sus siglas en inglés- (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders) ya que a través de éste se pueden hallar descripciones específicas de las
categorías a diagnosticar y es de gran utilidad para los clínicos e investigadores. Por medio
de esta herramienta se puede analizar, diagnosticar, estudiar e inclusive intercambiar
información para sacar mayores resultados en cuanto a criterios destacados en el DSM-IV.

Los puntos más relevantes a tratar son los perfiles intelectuales, los resultados
académicos, las dimensiones relacionales y la comorbilidad.

El primer aporte que quisieron observar de esta gran investigación fue básicamente la
evolución en función de la edad, de ésta pudieron obtener variables clínicas, relacionales y
académicas.

Para adquirir estos resultados tuvieron que realizarlo en dos fases:

 Primera fase:

Se tomaron muestras individuales para analizar la evolución de las variables,


contrarrestando las diferencias encontradas en 3 grupos de edades (6-8 años), (9-12 años) y
(13 y 16 años), luego ajustaron parcialmente siguiendo el parámetro formulado por Jean
Piaget (pensamiento preoperatorio, operaciones concretas y operaciones formales).

 Segunda Fase:

Se estableció el algoritmo en todas las variables explicativas, determinando el valor que


más se aproxime con la edad.
Para estas dos fases el diseño de trabajo utilizado es el seccional donde también se
realizan comparaciones transversales y se siguen todos los criterios de investigación
diferencial, multivariable vs multigrupo.

Adicionalmente fueron utilizados análisis estadísticos descriptivos y exploratorios con la


intención de implementar procedimientos de tipo regresión lineal.
“http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0211-57352004000300005&script=sci_arttext”

En la población infantil se pudo observar mayor número de esquemas clínicos, hallando


problemas tales como morbilidad y disfuncionalidad. En estudios recientes se pudo analizar
que la tasa de mayor prevalencia en la edad escolar (oscila entre 3% - 7% y su rango se
encuentra entre 1,9% y el 17,8 y otras métricas realizadas se aproxima entre el 5% y el 10%).

Cabe anotar que diversos autores se enfocaron en el periodo vital entre la infancia y la
adolescencia.

Es importante tener claro que el TDAH se analiza como patrón persistente de desatención
y/o Hiperactividad, sus síntomas se pueden presentar en dos o más ambientes. Los pacientes
que presentan un fuerte deterioro clínico se ven afectados en su actividad social, académica
e inclusive hasta en lo laboral.

Todo esto puede ser analizado por la recolección de datos escogidos y seleccionados
previamente.

De esta manera le podrá dar a los especialistas (médicos de familia, pediatras,


neuropediatras, psicólogos y psiquiatras infantiles) un cuadro clínico más acertado y se puede
diagnosticar un tratamiento de acuerdo a la edad de la persona. (Infancia, adolescencia o vida
adulta).

Resultados

Se puede deducir y determinar que la edad juega un papel importante en cuanto a la


variabilidad en el proceso de evolución cognitivo, académico y en casos clínicos
relacionados, presentando una alteración en sus dimensiones.

Conclusiones

Se determina que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en


etapa escolar se presenta en mayor número en varones que en mujeres con una relación de 5
a 1 para el caso colombiano; además de que es uno de los trastornos más comunes en la
infancia.

Podemos inferir que aún se tiene poco conocimiento por parte de los profesores de
las instituciones educativas así como de los padres de familia de esta problemática, por lo
cual es común escuchar términos como malcriados o desobedientes; siendo de vital
importancia su conocimiento para lograr en el niño un desarrollo integral.

Como el trastorno es hereditario en muchos de los casos, al detectarlo en algún niño,


también se puede determinar si alguno de los padres lo poseen. Lo anterior conlleva a que
los padres sientan cierta culpa por lo que les sucede a su hijo, por lo que se debe tratar con
profesionalidad para tranquilidad de éstos.

Los pacientes afectados por este trastorno verán alteradas sus vidas en todos los
contextos, sobre todo su etapa escolar, pero también su desempeño social, afectivo, laboral

Con el paso del tiempo los síntomas del trastorno de hiperactividad tiende a
desaparecer, sin embargo se puede ser proclive a padecer otras patologías, como adicción a
las drogas.

A pesar de que se adelantado mucho en la materia, aún se estudia el fenómeno, por


lo que tenemos mucho trecho por escudriñar, con miras a un mejor calidad de vida de
nuestros niños, buscando que en su adultez sean una personas felices y que desempeñen sus
roles de forma normal. Es una tarea en conjunto: padres, profesores, cuidadores, etc.

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