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Actividad evaluativa –Taller

Nombre del taller: : construyendo el Éxito en el desempeño


laboral.

Objetivo de aprendizaje: : Aplicar unas de las 9 técnicas para el


desarrollo de las habilidades blandas en pro
del éxito profesional.

Desarrollo del taller


1. Conformación del grupo:
 KAREN CRUZ
 CARLOS BERMUDEZ
 HERNANDO URECHE
 FERNELY GUTIERREZ
2. Elegir una de las 9 técnicas de creatividad e innovación.
El grupo escogió la Estrategia 4: la comunicación, la oratoria, la redacción, la
persuasión y las relaciones humanas.

3. Desarrollo de la Estrategia.
La comunicación: es uno de los aspectos esenciales para un abogado. Los
principales conflictos que surgen en el despacho y generan mayor estrés se
relacionan con la falta de claridad en la comunicación, ya sea con el cliente, un
compañero de despacho o algún abogado contrario. ¿Conoces las claves para
una comunicación eficaz?
Todas estas características se complementan con una serie de aspectos que son
determinantes para lograr una comunicación efectiva:
1. Conocer el lenguaje no verbal además del lenguaje verbal
El lenguaje no verbal tiene una importancia fundamental en la comunicación con el
otro ya que representa el 55% de la comunicación sumado al 38% con la voz. Si
no sabes interpretar el lenguaje verbal o simplemente estás centrado en la
comunicación verbal, que únicamente representa un 7% del total de la
comunicación, puedes llegar a perderte mucha información sobre tu interlocutor.
2. Escuchar verdaderamente al otro
Éste segundo aspecto, a pesar de ser una obviedad, resulta verdaderamente difícil
de llevar a la práctica. Escuchar al otro es lograr detener nuestra “charla” interna y
centrarnos en conseguir la máxima información necesaria para el caso por parte
del cliente. Para ello, es importante propiciar un ambiente de confianza y cercanía
en el que el cliente pueda llegar a sentirse cómodo para manifestar todo aquello
que le preocupa.

3. Construir relaciones con facilidad


En los últimos tiempos la figura del abogado enfrascado en los temas del
despacho ha de complementarse con mantener la relación con clientes, con
compañeros de profesión, además de con potenciales clientes para poder ganarte
su confianza.
Para ello no es necesario convertirte en quien no eres. Muestra tu honestidad, tu
conocimiento y tu ayuda. Dale razones para confiar en ti. En la confianza radica el
éxito de una buena relación. Por tanto, sé honesto con los demás, no des falsas
expectativas ya sea con tus clientes o con tus compañeros, porque de nada sirve
construir una imagen que es falsa. La manera en que construyas tus relaciones
está vinculada a cómo construyes tu negocio y, por tanto, tu prestigio profesional.
4. Conocer cuál es tu rol y qué es lo que se espera de ti
Situar y conocer tu rol es uno de los aspectos principales en tu ejercicio como
abogado. Es importante saber cuál es tu posición en el despacho para el que
colaboras. ¿Sabes lo que se espera de ti? Si no lo tienes claro corrobóralo con tu
socio o superior. Establecer una buena comunicación con él será fundamental
para la construcción de tu carrera profesional.
5. Estar presente y atento
La atención y la presencia son fundamentales para una comunicación eficiente y
efectiva. Presta atención a las conversaciones que mantengas, pon el foco en la
persona y evita distracciones y pensamientos que puedan alejarte del foco de la
conversación.
Las suposiciones y las conjeturas son invenciones de la mente y te alejan de la
presencia y de la atención a la conversación. Antes de asumir, pregunta y
corrobora que has entendido el mensaje de la conversación.

La Oratoria:

Sean cuales fueran las tareas específicas que el orador deba realizar en una
disertación y aunque muchas de ellas puedan parecer mecánicas o rutinarias, no
puede pasarse por alto la importancia del abogado, por esto el orador no sólo se
valora la aptitud para el desempeño de las funciones como expositor sino también
la idoneidad a través de una serie de cualidades que a nuestro entender debe
poseer un orador de éxito.
Estas cualidades tienen que ver con la apariencia personal del orador, no involucra
que sea hermoso o de físico impresionante. Implica el cumplimiento de una serie de
pautas sencillas que le permitan resaltar su personalidad, de tal forma que
constituya un conjunto armonioso y estético ante los ojos de los demás

Los fines de la oratoria.


Es importante precisar que la oratoria, como toda ciencia o arte, tiene una serie de
propósitos que anhela alcanzar a través de su práctica efectiva. Estos propósitos
que también podemos llamar fines, han sido materia de debate desde los tiempos
antiguos. Rememorar la diversidad de opiniones en torno a los fines de la oratoria,
sería caer en una bizantina y fatigosa enumeración.
La divergencia de opinión suele tener sus orígenes en el tiempo y en el espacio
geográfico en el que le toca desarrollarse. En esencia cuatro son los fines de la
oratoria:
1. Persuadir.
2. Enseñar.
3. Conmover.
4. Agradar.

La persuasión.
Mucho de lo que hacemos los abogados tiene que ver con la persuasión hacia los
demás. Con frecuencia, cuando nos dirigimos a jueces u otras autoridades,
queremos convencerlos de que nos asiste la razón y de que harían bien en emitir
una decisión que adopte nuestra postura.
Incluso cuando tratamos con nuestros clientes, intentamos convencerlos de que
les conviene contratar nuestros servicios y de que ningún otro abogado se hará
cargo de sus problemas de la forma en la que lo haremos nosotros.
Saber persuadir y tener capacidad de convencimiento es, por tanto, algo esencial
para cualquier abogado. ¿Pero sabemos de qué manera hacerlo? ¿Conocemos
los mecanismos cerebrales y sociales que hacen que sea más fácil convencer a
una persona con la que estamos tratando?
Hasta donde tengo información, en ninguna escuela y facultad de derecho se
preocupan por enseñarnos a convencer de la mejor manera posible. Quizá es
porque se piensa que basta con que sepamos lo que dicen las leyes y los códigos
para que el juez nos termine dando la razón. Lo cierto es que hacen falta fuerte
dosis de poder de convencimiento, si queremos ser abogados exitosos.
Los estudios más reconocidos a nivel internacional sostienen que hay seis criterios
principales a partir de los cuales se puede convencer o persuadir a las personas,
con el objeto de que cambien su punto de vista o adopten una conducta más
favorable o parecida a la que nosotros queremos. Son los siguientes criterios:
1. Reciprocidad: la mayor parte de las personas se sienten obligadas a
corresponder a los demás cuando reciben un favor o cuando son tratadas de
forma correcta o educada.

2. Autoridad:
Cuando hay algo que no comprendemos o que
nos genera duda, las personas suelen buscar
el consejo de los expertos. Muchas veces no
importa tanto la metodología utilizada por el
experto, sino que basta que su currículum o su
experiencia acrediten que sabe mucho sobre
un determinado tema.

3. Compromiso/consistencia: las personas tienden a actuar de manera


consistente con sus creencias y con los compromisos que han realizado.
Cuando una persona se define como miembro de un partido político, es mucho
más probable que adopte su ideología sin cuestionarla, ya que de esa manera
aparecerá ante los demás como alguien congruente o consistente con
determinados valores o con cierta forma de pensar.
4. Escasez: está comprobado. Lo que tenemos en abundancia no siempre lo
valoramos, pero cuando algo comienza a escasear tal parece que cobra un
nuevo valor ante nuestros ojos. Cuanto menos algo esté disponible en grandes
cantidades, más lo vamos a querer.

5. Gusto: cuando una persona nos gusta, en el sentido de que nos cae bien o de
que nos sentimos atraídos por su apariencia o su forma de ser, es mucho más
probable que nos dejemos convencer por ella. Por eso es que, en la profesión
de abogado y en muchas otras, la apariencia es fundamental para transmitir
cierto mensaje a los clientes. No a todos los abogados les queda claro, pero
cuidar la imagen personal es también una buena estrategia de marketing.

6. Tendencia social: cuando tenemos dudas sobre la forma en la que debemos


comportarnos o sobre algo que debemos elegir, procuramos fijarnos en lo que
hacen los demás. Los seres humanos tendemos a imitar a los demás respecto de
ciertas conductas. La forma en la que las demás personas se conducen influye
sobre nuestros propios actos.
Las relaciones Humanas.
La palabra abogado tiene su origen en el latín “advocare” cuyo significado literal es
convocar, es decir, el abogado está llamado a ser, dentro de su ejercicio profesional,
alguien que sirva como un intercesor o un mediador entre quienes en un momento
dado pudieran requerir de sus servicios o asesoría como profesional. Procurar por
superar la conflictividad y prestar asesoramiento a quienes en una determinada
circunstancia necesitan conocer sobre el verdadero sentido de aplicación de una
ley.

Para entender mejor la real misión social del abogado cabe anotar que en principio
la función del abogado se destacado en la sociedad como un profundo y
especializado conocedor del derecho, era a quien se consultaba los más
importantes asuntos de interés de la sociedad de aquel entonces y su versada
opinión era considerada como un criterio irrefutable e inapelable que debía ser
respetado por todos. Por otra parte la palabra abogado significa rectitud de
proceder, es lo equivalente a recto, lo contrario a torcido y sinuoso, lo que no se
bambolea o anda de un lado a otro, de cuyo significado se infiere que
contrariamente a lo que socialmente se percibe, el abogado está muy lejos de ser
un promotor o instigador de conflictos, de desencuentros entre personas, un
fabricante de problemas, alguien que perniciosamente busca cómo enfrentar unos
a otros, sino que más bien y esa es su razón de ser, debe procurar se superen esas
diferencias de criterios o de intereses, buscando con sus conocimientos y utilizando
la sana y saludable disposición de la ley solucionar aquellos desacuerdos o
conflictos entre personas o entre personas y grupos, instituciones u organizaciones
de la sociedad.
4. argumentación:
Nos Permite al alumno adquirir un conocimiento y aprendizaje de las técnicas de
comunicación, oratoria, persuasión y relaciones humanas. De las nuevas
tecnologías en el ejercicio de la abogacía. Estos instrumentos y técnicas de
creatividad e innovación, son necesarias para el ejercicio de la abogacía tanto
procesal como extraprocesalmente, y han de permitirle desarrollar su capacidad de
exposición tanto oral como escrita de hechos, y extraer argumentalmente
consecuencias jurídicas, en atención al contexto y al destinatario al que vayan
dirigidas, de acuerdo en su caso con las modalidades propias de cada ámbito
procedimental o de ejercicio profesional. Los contenidos permitirán al alumno
manejar con destreza y precisión el lenguaje jurídico y la terminología propia de las
distintas ramas del derecho, pudiendo redactar de forma ordenada y comprensible
documentos jurídicos, pudiendo comunicar oralmente y por escrito ideas,
argumentaciones y razonamientos jurídicos usando los registros adecuados en
cada contexto; y finalmente, pudiendo exponer de forma oral y escrita hechos, y
extraer argumentalmente consecuencias jurídicas, en atención al contexto y al
destinatario al que vayan dirigidas, de acuerdo en su caso con las modalidades
propias de cada ámbito procedimental. También han de permitirle hacer un uso de
las nuevas tecnologías dentro de su ejercicio profesional que se ajuste plenamente
a los requisitos legales de la protección de datos de carácter personal, atendiendo
a que las Tics cada vez están más presentes en el ejercicio de la abogacía.
RESULTADOS DEL APRENDIZAJE:
1. Capacidad de análisis y síntesis.
2. Capacidad de comunicación oral y escrita.
3. Capacidad de gestión de la información.
4. Capacidad de toma de decisiones.
5. Capacidad de trabajo en un contexto internacional.
6. Capacidad de razonamiento crítico.
7. Motivación por la calidad.
8. Capacidad de negociación

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