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Voces: ACERVO HEREDITARIO ~ ACTO DE CONSERVACION ~ CARACTERES DE LA POSESION ~

COHEREDERO ~ INTERVERSION DEL TITULO ~ PLAZO DE PRESCRIPCION ~ POSESION ~


POSESION CONTINUA ~ POSESION PACIFICA ~ POSESION PUBLICA ~ PRESCRIPCION
ADQUISITIVA ~ SUCESION INDIVISA
Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Común de
Concepción(CCivyComercialComunConcepcion)
Fecha: 18/09/2015
Partes: A., J. A. s/ prescripción adquisitiva
Publicado en: La Ley Online;
Cita Online: AR/JUR/36449/2015

Hechos:
El heredero del titular dominial de un inmueble inició acción de prescripción adquisitiva contra su
co-heredera, sosteniendo ser poseedor del inmueble por más de cincuenta años. El juez rechazó la demanda al
considerar que no se encontraba acreditada la interversión del título. La Cámara confirmó la sentencia.

Sumarios:
1. La declaración efectuada por uno de los herederos en el proceso sucesorio de su padre referente a su posesión
con ánimo de único y exclusivo dueño sobre un bien componente del acervo y oponerse a la partición de la
herencia invocando la prescripción adquisitiva constituyen un actos inequívocos de interversión del título, pues
resultan concluyentes acerca de su intención de privar a la co-heredera de disponer de la cosa, sin perjuicio de que,
en el caso, no se encuentre cumplido –a partir de aquél acto– el plazo de 20 años de posesión ostensible y continua
requerido por la ley.

Jurisprudencia Relacionada(*)
Ver Tambien
Cámara 4a de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributaria de Mendoza, ―R., M. H.
c. Sucesores de R., A. H. s/ prescripción adquisitiva‖, 13/03/2014, La Ley Online AR/JUR/2078/2014;
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 2a Nominación de Santiago del Estero, ―Azar,
Silvia S. c. Sucesión de Felipe Sesin Azar‖, 02/12/2004, La Ley Online AR/JUR/5551/2004.
(*) Información a la época del fallo

2. La demanda de prescripción adquisitiva entablada por uno de los herederos del titular del inmueble contra los
restantes debe rechazarse, pues el actor no logró demostrar la interversión de su título y la consecuente posesión
exclusiva y excluyente sobre la cosa, toda vez que los actos realizados –ampliaciones y remodelaciones en la
vivienda, pago de impuestos y servicios– son inherentes al derecho de propiedad común de los herederos, hacen al
uso y goce de la cosa conforme a un ejercicio regular del derecho que se tiene como comunero.

Texto Completo: 2ª Instancia.- Tucumán, septiembre 18 de 2015.


Considerando:
La doctora Posse dijo:
1.- Viene a conocimiento y resolución de este Tribunal el recurso de apelación interpuesto a fs. 710 por la
letrada M. H. B., apoderada de la parte actora, en contra de la sentencia n° 122 del 9 de abril de 2015 (fs. 704/707)
que resolvió no hacer lugar a la presente demanda de prescripción adquisitiva interpuesta por J. A. A. sobre el
inmueble ubicado en calle ... N° ... de la ciudad de..., de esta provincia, e impuso las costas al actor.
Al expresar agravios, la recurrente señaló que la sentencia es contradictoria ya que por un lado reconoce que se
ha acreditado el pago del impuesto inmobiliario provincial y municipal entre los años 1980 y 2009 citando

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jurisprudencia de la Excma. Corte de la Provincia que le otorga a dicho un valor meramente complementario; pero
por otro lado no se valoró tal circunstancia con el resto de las pruebas aportadas. Y añadió que tampoco se le dio la
adecuada relevancia a otra decisiva prueba documental complementarla consistente en las copias de los
documentos de identidad de C. del V. y A. del C. A. (hijas de su mandante), en los que constan como su domicilio
al 23/08/1979 (fs. 13) y al 22/07/1980 (fs. 14) respectivamente, el del inmueble objeto de la litis, es decir, desde
hace aproximadamente treinta y cinco años. Añadió que le agravia también que la Sra. Juez a quo a fs. 705 vta.
incurrió en un error al mencionar a J. A. A., en lugar de decir A. del C. A., lo que revela la ausencia de una
adecuada valoración de esta prueba.
Se agravió además de que no se haya dado la debida valoración de las pruebas testificales, limitándose a decir
que: ―...C. M. O. declara ―... en dicho inmueble vive J. A. A. a quien lo conoce desde hace más de cincuenta años,
en carácter de dueño‖. Los demás testigos declaran en forma similar (fs. 624/630)‖ sin considerar que el actor ha
poseído el inmueble de la litis a nombre propio y en forma única y exclusiva, tal como enfáticamente emerge de
las declaraciones del testigo P. F. A. L. (fs. 629), quien pone de resalto esa circunstancia al contestar la tercera
pregunta del interrogatorio de fs. 621 en la que dijo: ―... Toda la vida vivió don J. A. hace más de cincuenta años
que lo hace en carácter de dueño, jamás vi a nadie que no sea don A.‖. Indicó que ello demuestra el desacierto de
la Sra. Juez que, soslayando la circunstancia de que todos los demás testigos fueron claros, concretos, veraces, que
dieron razón de sus dichos y que no fueron tachados, ha transgredido la observancia de las reglas de la sana crítica
racional a que se encontraba obligada como lo ordena imperativamente el art. 40 del Cód. Proc. Civ. y Comercial.
Agregó que la Sentenciante realizó una arbitraria valoración de la inspección ocular al indicar que las
ampliaciones y renovaciones de la vivienda habitada por el actor datan de aproximadamente 30 años y que ―quién
se ocupó del cuidado y manutención de la propiedad es J. A. A.‖, pero que ―No obstante, dicha prueba no puede
ser concluyente‖.
Sostuvo que le agravia además el decisorio al expresar que el actor debió ―intervertir la causa de su posesión y
demostrarlo en los presentes autos, es decir que poseyó el bien en carácter de único dueño, excluyendo así a sus
coherederas‖ sin tener presente que conforme se probó el actor intervirtió su título desde 1979 y desde esa fecha
posee el inmueble objeto de la litis como único y exclusivo dueño, no habiendo demostrado la demandada P. J. A.
que desde dicho año 1979 detenta la posesión en forma exclusiva y/o concurrente con el accionante.
Manifestó que se ha soslayado la aplicación de los arts. 3460 y 4020 del Cód. Civil, por lo que la pretensión de
los peticionantes carece de toda juridicidad y consistencia, y quedó neutralizada a tenor de la categórica
preceptiva citada. Indicó que en la doctrina se ha discutido si el del presente artículo es un supuesto de
prescripción liberatoria o adquisitiva. Pero mayoritariamente se entiende que es un supuesto de prescripción
adquisitiva, atento a que la misma aparece supeditada a la posesión excluyente de un coheredero frente a los
demás. No se trata entonces de la prescriptibilidad de la acción de partición a los veinte años, como un término de
prescripción liberatoria; sino, muy por el contrario, de la extinción de dicha acción en razón de haberse
consumado vía usucapión la adquisición del dominio por el heredero del bien o de los bienes particulares
integrantes del haber sucesorio, que estuvo poseyendo en nombre propio durante veinte años. Por otra parte, esa
posesión del heredero debe haber recaído sobre alguno o algunos de los bienes que formaban parte de la herencia,
dado que ésta, como universalidad jurídica que es, no es susceptible de posesión.
En base a tales argumentos solicitó que se haga lugar a la demanda en todas sus partes y se declare prescripto
a favor de su mandante el inmueble de la litis, con costas de ambas instancias a los vencidos.
Corrido el traslado de ley, con fecha 17/06/2015 la demandada P. de J. A. contestó los agravios y manifestó
que niega cada uno de los dichos de la recurrente. Asimismo solicitó que se rechacen los mismos por ser una
reproducción de las exposiciones efectuadas con anterioridad en el proceso y finalmente expresó que debe
confirmarse la sentencia apelada por ser ajustada a derecho.
Elevados los autos a esta alzada, con fecha 30/06/2015 emitió dictamen la Sra. Fiscal de Cámara Civil y
expresó que la disconformidad del apelante con la solución legal dada al pleito y con la valoración de los
elementos de juicio agregados a la causa, no justifica la revocación de la sentencia y estimó que corresponde el
rechazo del recurso interpuesto (fs. 729 y vta.).
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2.- El actor inició la presente demanda de prescripción adquisitiva respecto del inmueble ubicado en calle ... n°
... de la ciudad de ..., provincia de Tucumán, de una superficie de 443,5878 m2, que mide 10,10 m. de frente y 9,90
m. de contrafrente por 44,60 m. de fondo, y linda al norte con Ricardo ..., al sur con Blanca ..., al este con calle ...
y al oeste con Efraín ..., todo conforme al plano de mensura N° ..., que acompaña, aprobado por la Dirección
General de Catastro con fecha 08/06/2009, bajo expediente N° 11098-R-09.
Alegó que detenta la posesión del inmueble ―a título de dueño en forma pública, pacífica, quieta, continuada e
ininterrumpida desde hace más de 50 años, habiendo efectuado en el inmueble toda clase de actos posesorios ...‖ y
añadió que ―...ha ejercido la posesión del citado inmueble en calidad de propietario, con ánimo de único y
exclusivo dueño...‖ y ―... que hizo toda clase de actos posesorios como ser la ampliación de la vivienda,
plantaciones, instalaciones de gas y cloacas y pago de impuestos‖. Seguidamente puntualizó que el inmueble se
encuentra inscripto a nombre de su progenitor ya fallecido -P. A. A.- y acreditó su condición de heredero con la
copia autenticada de la declaratoria de herederos dictada en el proceso sucesorio caratulado ―A. P. A. s/ Sucesión‖
que tramita ante el Juzgado Civil en Familia y Sucesiones de la IIª Nominación de este Centro Judicial, que dejó
ofrecido como prueba (ver demanda a fs. 525).
Explicó que es continuador de la posesión de su padre y el único y exclusivo poseedor a título de dueño del
inmueble, lo que lo legitima para promover a título individual y por derecho propio el juicio del rubro, respaldado
por los arts. 3460 y 4020 del CC. Invocó a su favor la prescripción veinteañal.
Con fecha 13/04/2011 el actor solicitó el traslado de la demanda a la coheredera P. de J. A., lo que se concretó
mediante cédula n° 2880 de fecha 01/06/2011 (fs. 600). Con fecha 17/06/2011 la accionada se apersonó en estos
autos y contestó la demanda (fs. 605/607). En su presentación negó los hechos invocados por el actor y el derecho
en que fundó la acción. Afirmó que es poseedora del inmueble de la litis a título de heredera de su difunto padre,
que nunca declinó la posesión y que el actor miente cuando afirma que es el único dueño a título universal y que
haya tenido la posesión por más de 50 años. Finalmente señaló que siempre obró de buena fe, que no hizo
abandono de la posesión y negó que el actor haya intervertido el título.
La sentencia de primera instancia rechazó la demanda al considerar que no existe prueba suficiente que
exteriorice la existencia de actos materiales demostrativos de la interversión del título requerida en el caso,
teniendo en cuenta que la adquisición de los inmuebles por prescripción es de carácter excepcional y de criterio
restrictivo. Las costas las impuso al actor vencido.
3.- Los agravios presentados por el actor pueden sintetizarse en dos cuestiones principales: a) Por una parte se
agravió de la arbitraria valoración de las pruebas efectuada por la Sra. Juez a quo, en especial el pago de
impuestos, las declaraciones testificales y la inspección ocular realizada en autos; y b) por el otro que se haya
desestimado la existencia de una interversión del título.
Entrando en el análisis del recurso, debe manifestarse de modo previo que este Tribunal ha señalado
recientemente sobre el tema que ―... Para obtener la declaración judicial de dominio de un inmueble mediante la
usucapión larga es necesario acreditar 20 años de posesión pública, ostensible y contínua, sin que sea necesario
justo título y buena fe conforme lo consagran los arts. 1899 y 1900 del CCyC de manera similar a las previsiones
de los arts. 4015 y 4016 del CC. Asimismo, y dado que la prescripción adquisitiva transforma una situación de
hecho, en una situación de derecho en relación al dominio de inmuebles, es de excepción y por tanto necesario
cumplir con los requisitos exigidos por la ley, de manera insospechable, clara y convincente, debiendo ser
estrictos en la apreciación de la prueba. Con ello queda claro que la prueba resulta de trascendental importancia,
ya que cualquiera sea la forma en que haya quedado trabada la litis, el actor nunca queda liberado de la carga de
probar los hechos en que funda su pretensión. Sobre todo si se tiene en cuenta que la adquisición a título de dueño
por prescripción importa, en derecho, la existencia de hechos y actos concretos, bien individualizados, ubicados
en el tiempo y en el espacio, los cuales deben manifestarse en el proceso a través del material probatorio traído,
reunido y producido en la etapa respectiva y que, en su conjunto, sustenta sólidamente la convicción de la verdad
y justicia de lo que el actor pretende obtener por medio de un fallo judicial‖ (Paz Roberto Enrique s/ Prescripción
Adquisitiva - Expte. n° 761/10, sentencia n° 159 del 04/09/2015).

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El derecho exige además, la existencia probada de actos posesorios ejercidos ―ánimus domini‖, que
manifiesten la aprehensión de un inmueble claramente identificado (arts. 1909, 1911, 1915, 1922, 1923 del
CCyCN) actos que deben ser ejercidos en forma pública, pacífica, sin contradictor, de manera ininterrumpida y
durante el tiempo necesario para conformar el derecho a la adquisición del dominio que se pretende (arts. 1926,
1929, 1930 y sgtes. del CCyCN, Ley 26.994), ya que no toda posesión es apta para llegar a la adquisición del
dominio de un inmueble.
―La prueba en materia de usucapión debe considerarse de manera integral, compuesta, global‖ (Cámara 1° en
lo Civil y Comercial de Tucumán, 1981/06/02, ―Gómez, Aniceto R. c. Ziperovich, Adolfo‖, JA,1. 982-II-218);
―No debe haber dudas de que realmente se ha tenido la posesión continua del bien durante el plazo de 20 años de
un modo efectivo, en forma quieta pública, pacífica, ininterrumpida, con ánimo de dueño y no la mera tenencia de
la cosa, ya que admitir lo contrario importaría confundir ocupación con posesión‖ (Conf. CNCiv., Sala D, mayo
4/84, ED, 111-540).
Como lo viene sosteniendo este Tribunal, es preciso que la conjunción de animus y corpus surja indubitable
que el poseedor ha tenido la cosa para sí, comportándose como lo hace un propietario, sólo así esa realidad fáctica
extendida en el tiempo que no se corresponde con la realidad del derecho dará lugar al cabo de veinte años al
nacimiento de una nueva situación jurídica que erige al poseedor en titular del derecho real (Darder, Mercedes
Isabel s/ Prescripción Adquisitiva - Expte. 356/07 Sentencia: 94 del 06/07/2012).
En la especie, al tratarse de un heredero que pretende usucapir contra otro, no puede soslayarse que ambos
entraron en posesión del bien objeto de la litis e integrante del acervo sucesorio, desde el día de la muerte de su
titular registral, sin ninguna formalidad o intervención de los jueces dado que el heredero es continuador de la
persona del causante y lo sucede tanto en la propiedad como en la posesión de los bienes relictos, sin necesidad de
acto material alguno de su parte sobre ellos (arts. 3410, 3416, 3417 y 348 del CC concordante con el art. 2337 del
CCyCN). Se trata de varias personas que ―son llamadas simultáneamente a una sucesión, donde cada una tiene los
derechos de su autor de una manera indivisible, en cuanto a la propiedad y a la posesión; si entonces la posesión de
uno aprovecha a los demás, la única manera de poseer de manera exclusiva y excluyente es intervirtiendo la causa
de la ocupación; si ello ocurre y se mantiene así por 20 años, frente a un reclamo de partición podría oponer el
poseedor la usucapión como defensa, tal como lo dispone el art. 3460/61 del CC‖ (Llambías - Méndez Costa.
―Cód. Civil anotado‖. To. V-B. Ed. Abeledo Perrot, p. 78).
―Partiéndose del principio de que nadie puede cambiar por sí mismo ni por el transcurso del tiempo la causa de
su posesión que fuera expresamente adoptada por el art. 2353 del CC (1915 del CCyCN), se considera norma
especialmente aplicable al caso de los coherederos cuya posesión es común al art. 2458 del mismo ordenamiento,
correspondiendo que quien invoque la interversión del título que derive en su posesión exclusiva deba acreditar
actos materiales inequívocos e individuales de exclusión de los coherederos. Puede señalarse que la prueba
deviene más estricta en el caso de que exista una comunidad hereditaria, ya que la conducta del usucapiente ha de
implicar actos capaces de provocar la exclusión de sus coherederos de manera que el excluido sienta la necesidad
de oponerse, pues resulta obvio que si uno de los coherederos se limita a usar y gozar del inmueble en forma
exclusiva, realiza un acto propio de su condición de tal (arg. arts. 3417, 3418 y 3420, Cód. Civil) y a lo sumo, se
beneficia con actos de mera tolerancia de sus comuneros, siendo que cada uno de ellos tiene un idéntico derecho
basado en su condición jurídica de heredero‖ (Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 2ª. Nominación
de Santiago del Estero. ―Azar, Silvia S. c. Sucesión de Felipe Sesin Azar‖. Fecha 02/12/2004. LA LEY NOA 2006
(marzo), 220).
Para que se configure la interversión del título no basta el cambio interno de la voluntad, ni siquiera su
exteriorización por simples actos unilaterales, sino que tiene lugar cuando el cambio se produce mediando
conformidad del propietario o actos exteriores suficientes de contradicción de su derecho. Lo primero porque
excluye la unilateralidad de la mutación y lo segundo con arreglo al principio del art. 2458 del Cód. Civil. (CS
―Glastra S. A. E. e I. c. Nación Argentina y otros‖, 07/10/1993; ED, 159223).
En el caso de comunidad de bienes, condominio o indivisión hereditaria, la prueba de la interversión se
complica, dado que el acto positivo de voluntad capaz de revelar la interversión no puede hallarse conformado por
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lo que a la postre resulta también el ejercicio de un derecho que se tiene como comunero. La conducta manifiesta
por actos exteriores que lleven consigo la intención de privar al coposeedor de disponer de la cosa, para que
produzca ese efecto, no debe aparecer igual en su exteriorización que el propio ejercicio regular de un derecho que
se acuerda por la ley, precisamente por la condición de comunero.
En autos, el actor invocó haber mutado la causa de la posesión y en tal sentido afirmó que detenta la posesión
a título de dueño en forma pública, pacífica y continua desde hace más de cincuenta años, habiendo realizado
ampliaciones y remodelaciones en la vivienda, pagado los impuestos a lo largo de todo ese tiempo, y haber
ejercido innumerables actos que traducen el ánimus dómini necesario para que proceda la presente acción (fs.
525).
No obstante, los actos que detalla el actor en la demanda no representan por sí mismas prueba de la
interversión del título y por ende de su posesión exclusiva, sino que contrariamente, y de acuerdo lo establecido
por el art. 2513 del CC y 1986 del CCyCN, dichos actos son inherentes al derecho de propiedad común de los
herederos, hacen al uso y goce de la cosa conforme a un ejercicio regular; sin que importen la exclusión de la
posesión ejercida por la coheredera P. de J. A.. Igualmente no es un hecho concluyente que el actor haya
acreditado que vivió en el inmueble desde el fallecimiento de sus padres, o que haya realizado actos posesorios en
él, pues ello podría ser simplemente el ejercicio de la facultad de servirse de toda la cosa, tal como lo prevé la
norma del art. 2684 del CC y 1990 del CCyCN, de manera indistinta para todos los comuneros. Asimismo el pago
de impuestos y servicios son actos de administración y conservación del condominio.
Ahora bien, conforme surge de las constancias de los autos ―A. P. A. s/Sucesión‖ traído a la vista a esta alzada,
luego de la apertura del sucesorio y de dictarse la declaratoria de herederos, con fecha 18 de febrero de 2009 se
realizó la audiencia de orden prevista por el art. 703 del Cód. Proc. Civ. y Comercial, en la que se apersonó la
letrada M. H. B., en representación de J. A. A., y manifestó que su mandante ―ha ejercido la posesión del inmueble
ubicado en calle ... n° ... de la ciudad de Juan B. Alberdi, desde hace más de veinte años, con ánimo de único y
exclusivo dueño...‖ y luego expresó que ―la coheredera P. A. carece de todo derecho con respecto al antes referido
inmueble por encontrarse prescripto por el transcurso del tiempo cualquier derecho que la misma intentare o
pretendiere indebidamente‖.
No caben dudas de que tal declaración constituye a los fines que nos ocupa, un acto inequívoco de interversión
del título por el que el actor manifestó su intención de excluir a la coheredera P. de J. A. de todo derecho de
propiedad sobre el inmueble de la litis. Tal exteriorización es concluyente y expresa la intención clara del actor de
privar a la demandada de disponer de la cosa. La Jurisprudencia ha señalado al respecto que ―El acto positivo de
voluntad no debe dejar la más mínima duda de la voluntad de provocar la pérdida de la posesión y de la intención
de privar al poseedor de su facultad de disponer de ella. Es necesario que se lo exteriorice de modo tal que el
poseedor la conozca o pueda conocerla, todo lo cual debe ser apreciado en forma rigurosa, no bastando a tal fin la
prueba de la mera ocupación, ni el pago de servicios‖ (Cám. Nac. Apel. Civil, Capital Federal - Sala F, ―Casco,
Elpidia c. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires s/Prescripción Adquisitiva‖. 18/05/2011).
En la especie, tal exteriorización quedó evidenciada al oponerse el actor a la partición de la herencia
invocando la prescripción contemplada en los arts. 3460 y 4020 del CC. Sin embargo, puede observarse que dicha
manifestación se realizó el día 18/02/2009, sin que a la fecha se encuentre cumplido el plazo de 20 años de
posesión ostensible y continua que exigen las disposiciones de los arts. 4015 y 4016 del CC y arts. 1897, 1899 y
1990 del CCyCN. La prueba del momento de inicio de la posesión es el único medio hábil para satisfacer la
exigencia temporal que la ley impone. Pues bien, de ninguna de las pruebas agregadas a la causa se observa una
posesión que satisfaga tal exigencia legal. En efecto, aún cuando el actor acompañó comprobantes de pago de
impuestos y servicios que recaen sobre la propiedad expedidos a su nombre, lo que prima facie puede constituir
una prueba del animus domini, dichos pagos se verificaron a partir del año 1998, resultando insuficiente para tener
por cumplido el plazo legal para prescribir.
En virtud de lo expuesto, corresponde rechazar el recurso de apelación deducido por la letrada M. H. B.,
apoderada de J. A. A., en contra de la sentencia n° 122 del 9 de abril de 2015 (fs. 704/707).

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Las costas, atento al resultado del recurso intentado, se imponen al recurrente vencido (arts. 105 y 107 del
Cód. Proc. Civ. y Comercial).
Es mi voto.
La doctora Ibáñez de Córdoba dijo:
Que por estar de acuerdo con los fundamentos del voto de la Sra. Vocal preopinante, votan en idéntico sentido.
Visto, el resultado del presente acuerdo, se resuelve: I. No hacer lugar al recurso de apelación interpuesto a fs.
710 por la letrada M. H. B., apoderada de J. A. A., en contra de la sentencia n° 122 del 9 de abril de 2015 (fs.
704/707). II. Costas: al recurrente vencido (arts. 105 y 107 del Cód. Proc. Civ. y Comercial). III. Reservar
pronunciamiento sobre honorarios. Hágase saber. — María J. Posse. — Mirtha I. Ibáñez de Córdoba.

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