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Ética

1. Consideraciones de los estudios morales en Sócrates.

Es difícil acercarnos a la figura de Sócrates pues nunca escribió nada y todo lo que sabemos es por
los escritos de Platón, y otros autores.
Para acercarnos al problema moral en Sócrates, debemos estudiar la disputa de Sócrates con los
sofistas. Veremos que en la respuesta de Sócrates a los sofistas ya vemos un antecedente muy
importante para tratar el problema moral.
La pregunta disparadora para el estudio moral es ¿cuál fue el problema moral que dio lugar al
estudio moral?
Protágoras, uno de los sofistas, planteó lo siguiente y Aristóteles lo cita en la Metafísica.

Próximo a las opiniones expuestas está también el dicho de Protágoras. Pues éste dijo también
que el hombre es medida de todas las cosas… La afirmación de Protágoras trae muchos
problemas. Podemos decir que, según esta concepción de Protágoras, el hombre conforma el
criterio según el cual se miden todas las cosas. Pues, medida no es otra cosa que aquello conforme
a lo cual se establecen todas las cosas. Las cosas dependen totalmente del sujeto. Es cierto que no
hay conocimiento sin sujeto, pero en Protágoras el sujeto es el factor determinante del objeto. El
sujeto al establecer su mirada está impregnando el objeto de lo que es el objeto.
Según lo dicho por Protágoras, Aristóteles establece tres conclusiones. La primera conclusión es
la subjetividad, pues cuando dice que lo que a cada cual le parece, eso también es firmemente está
afirmando una subjetividad en la afirmación Protagórica. Del subjetivismo pasa al relativismo
moral cuando dice: pero si esto es así, sucede que la misma cosa es y no es, es mala y buena, y
los demás predicados que corresponden a expresiones opuestas. Y el paso del relativismo al
escepticismo se da casi necesariamente según el mismo Aristóteles pues esta cosa les parece ser
bella a unos y a otros lo contrario, y que la medida es lo que a cada cual le parece.
CONLCUSION:Desde el punto de vista ontológico, el ser es contradictorio en la argumentación
de Protágoras, y la realidad termina siendo ininteligible.
A partir de aquí podemos establecer algunas consideraciones. El problema de los sofistas y en
general de los presocráticos es una consideración corta de la realidad. Los sofistas consideran la
realidad solo desde su aspecto dinámico, sin considerar lo que permanece, lo que es inmutable.
Si aceptamos que lo único real que existe es lo fenoménico o móvil, entonces estamos de acuerdo
con Protágoras. Estaríamos forzados a reconocer la postura de Protágoras porque no considero
algo que trascienda mi subjetividad.
Si Sócrates da una respuesta a Protágoras, entonces debe establecer la vía de justificación
a la postura en contra de la postura de Protágoras en los matices gnoseológico, ontológico y ético-
político. Si Protágoras está en lo correcto, ya no hay episteme, solo doxa.
La respuesta de Sócrates al problema moral se encuentra en su apología. Veamos algunos
fragmentos:
Éste es el deber del juez, el del orador, decir la verdad.
Sócrates distingue la palabrería del orador y la suya propia. Dice que la suya es un discurso
con verdad porque dice vais a oír de mí toda la verdad y su sustento para la verdad es que él mismo
pondrá en contradicción las palabras de los acusadores con la realidad.
La acusación central de los jueces a Sócrates es de impiedad, porque igualan a Sócrates
con los físicos, porque se dedican al estudio de los astros. Los físicos son acusados de ir en contra
de los dioses tradicionales. Sócrates al buscar un plano que supere las realidades fenoménicas
también es acusado por lo mismo.
Sócrates presenta la verdadera sabiduría que no solo es aparentar ser verdad. La sabiduría
no es considerarse a sí mismo que uno es sabio.
Me pareció que otras muchas personas creían que ese hombre era sabio y, especialmente,
lo creía él mismo, pero que no lo era.
Sócrates presenta la verdadera sabiduría no como alguien que no sabe y cree saber,
sino como alguien que no sabe, pero tampoco cree saber.
Pone en boca del dios lo siguiente: Es el más sabio el que de entre vosotros hombres conoce
como Sócrates que en verdad es digno de nada respecto de la sabiduría.
Para Sócrates el hombre sabio no sabe nada y reconocerse como tal. La sabiduría es
reconocer no saber nada. La sabiduría es una posesión divina según la cual reconozco mi
incapacidad de conocer todo, sin embargo, Sócrates piensa que el hombre puede tener una cierta
participación o semejanza en la sabiduría. La sabiduría humana es el reconocimiento de la
ignorancia entendida como reconocer la limitación del conocimiento.
La ignorancia, por tanto, es considerarse poseedor de la sabiduría. La ignorancia no
expresa la falta de conocimiento, sino no sabiendo nada, considerarse poseedor de la sabiduría.
¿Por qué es grave la ignorancia? ¿Cuál es el problema de no saber ni querer saber?
Cuando me creo poseedor de la sabiduría, no intento buscar algo más. En definitiva, no me
conozco a mí mismo. Si estoy en un caos, no sé qué soy.
Si estoy inmerso en un mundo mutable y no conozco nada, tampoco sé quién soy. Hay una
dificultad de encontrar quién es el hombre y su naturaleza si no se sabe nada.
Si el hombre cree que sabe y su saber es sabiduría dentro de lo mutable, hay un peligro.
Sin el reconocimiento de la ignorancia, no hay espacio para lo que realmente no sé: mi propia
naturaleza.
Ahora bien, ¿cuál es el contenido de lo que debo conocer? La respuesta es el
conocimiento de sí mismo. El hombre no solo descubre su individualidad, sino que llega a
descubrir otro plano de sí que existe en sí mismo. Es la humanidad. Conozco un universal en un
particular.
Sócrates encuentra la vía refutativa a Protágoras porque presenta un nuevo concepto de
realidad. Tras su yo subjetivo hay una realidad trascendente. La condición de universalidad que
sostiene su subjetividad. Esta condición de universalidad dará lugar a los valores que sustentan.
Cuando Sócrates exhorta al conocimiento de sí mismo, no exhorta al conocimiento del
individuo. Exhorta al conocimiento de la condición de naturaleza humana. ¿Por qué el
conocimiento del universal refuta la idea de Protágoras?
Porque hay una distinción de planos+ de realidad. Si tomamos la concepción de realidad
de Protágoras, diremos lo que Protágoras.
Lo que encontramos en Sócrates es un concepto de realidad de unidad y estabilidad. El
bien puede ser objetivo porque hay algo que permanece en el ser.
Sócrates es el fundador de la ciencia moral porque bosqueja un concepto de realidad que
permite sostener una episteme sobre la moral. Propone algo no mutable, una permanencia.
La muerte para Sócrates es una ganancia, pues o es un sueño eterno o es un lugar de juicio
con jueces justos, por uno y por otro, un hombre virtuoso considera la muerte como una ganancia.
(41a). para el hombre justo la vida y la muerte son una ganancia.

2. La cuestión moral en la perspectiva de Platón.

Así como Sócrates considera un plano de realidad para el tratamiento del problema moral,
Platón también presenta una visión acerca de la realidad. Sócrates establece algo inmutable que es
sustento de lo mutable que es la misma naturaleza humana. Sin embargo, Platón establece algo
inmutable ya no en la naturaleza humana sino en la realidad misma. Así el sustento de la realidad
moral y el bien objetivo está en la misma realidad de las cosas.
No vamos a encontrar una ética sólida en términos de objetividad si no concebimos un
concepto de metafísica que sea base de esta ética. Esto es necesario porque el concepto de bien
presupone un concepto de ser.
El estudio de la moral en Platón parte del estudio de su concepción del cosmos, el cambio y
el devenir.
Platón afirma en el Crátilo que no existe el conocimiento si todas las cosas cambian y nada
permanece (440 a)
Si no hubiese planos de realidad, no se explicaría lo fenoménico. El cambio no puede ser causa
de sí mismo, tiene que estar en el mundo sensible o en el mundo separado.
En los textos de Platón se ve una visión de todo el mundo y el hombre. Existe en Sócrates una
concepción de la naturaleza que refuta a Protágoras. El Platón encontramos metodológicamente el
mismo planteo.
¿Cuál es el concepto de realidad y de hombre en Platón?
No podemos hablar del fin del hombre en la acción moral sin antes hablar de la naturaleza del
hombre. No podemos explicar el bien moral sin explicar antes el concepto de ser.
Algo es cognoscible en cuanto está en acto.
En la consideración platónica del hombre siempre se entendió de manera poco correcta a
Platón. El dualismo platónico no es la consideración de dos naturalezas en el hombre una de las
cuales es mala y la otra es buena, sino dos elementos en tensión, dos elementos desarmónicos.
El cuerpo en el hombre no es malo, pues Platón afirma que no hay nada en el mundo que no esté
penetrado por la forma y tiende a ella. Platón no es el sustento del maniqueísmo, por el contrario,
es opuesto a ella. El cuerpo es obstáculo del alma, pero no en el sentido que es malo, sino que es
de una naturaleza inferior al alma.
El alma desciendo a una zona donde lo real tiene corporeidad. El cosmos no es una sombra de
la realidad, sino que es un mundo en donde lo real es corpóreo y mutable.
El logos del hombre que es un alma que es divina cae en algo inferior en naturaleza. Al caer,
los dioses inferiores le dan al hombre dos partes del alma: irascible y concupiscible.
El hombre librado a su espontaneidad es un loco e ignorante, está profundamente confundido.
El areté para Platón es vivir de acuerdo a lo que es propio de la condición humana. El logos
debe volver a conocer la naturaleza de lo que es el hombre, que no existe en el cosmos, sino que
existe en el mundo de las ideas. El logos no conoce lo que es propiamente humano porque está
unida a la materia.

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