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Esta especie no tiene sinónimos científicos registrados.
Nombres comunes
DESCRIPCIÓN CIENTÍFICA
¿En que otra parte del mundo se puede encontrar una ciudad de factura
imposible como Tiahuanaco? ¿Y por qué en los Andes? Y es que las
ruinas que se encuentran en el actual territorio boliviano, a unos 20
kilómetros al sur del lago Titicaca, verdadero mar mediterráneo,
otrora sagrado para los incas, para los aimara y para los colla, el
aguerrido pueblo que dio nombre a esta región, no son un simple montón
de ruinas. Para comenzar, la altitud en que se encuentra esta ciudad,
4.000 m. sobre el nivel del mar, es una verdadera tortura para quienes
no están acostumbrados a vivir con menos oxígeno del normal. Nadie
sabe con exactitud cuándo fue construida ni cómo. Aunque los
arqueólogos dicen que data de entre los años 200 a. de C y 600 de
nuestra Era, lo cierto es que hay suficientes evidencias como para
pensar que su hechura es mucho más vieja de lo que se cree. Los
bloques que componen sus construcciones son enormes y algunos de ellos
pesan cientos de toneladas. Se han encontrado las canteras de donde
provienen, y están a distancias que oscilan entre los 100 y los 200
km., sin embargo, ello no resuelve el problema del cómo y el cuándo y
el porqué de su transporte a distancias tan grandes y a un lugar tan
inhóspito, y el misterio permanece congelado por el tiempo y la
frialdad del Altiplano.
Figura 19. Una puerta a la nada, esta estructura lítica parece unir
este mundo con no sabemos que otro lugar...
Foto obtenida del portal Ancient and Lost Civilizations.
Cuando los incas llegaron a esta zona en el siglo XV, esta ciudad ya
estaba abandonada desde hacia mucho tiempo. Los lugareños ni siquiera
sabían como se llamaba originalmente. Una leyenda cuenta que el inca
Mayta Capac, el conquistador del Collao, envió un Chasqui (mensajero)
al Cusco para que diera noticia de la nueva conquista. Cuando el
hombre regresó a los pocos días, el gobernante, admirado por su
fortaleza física, exclamó: "¡Tiay-wanaco!", voz compuesta que en
quechua significa: "¡siéntate y descansa, guanaco!". Y así pasó a
llamarse esta ciudad desierta. En el siglo XVI, los españoles que
llegaron hasta estos parajes recibieron la misma impresión: soledad y
misterio. Los cronistas hispanos recuerdan las leyendas que los incas
les contaron sobre el origen de esta ciudad. Éstas afirmaban que
Tiahuanaco había sido construida por hombres blancos y barbudos,
dirigidos por el dios Tiki Viracocha, nombre que después sirvió de
inspiración a Thor Heyerdahl, quien en 1947 bautizó a su balsa como
Kon-Tiki porque estaba convencido que ese mismo pueblo se había hecho
a la mar en dirección al oeste, para fundar la sociedad constructora
de estatuas de la isla de Pascua.
Figura 24. El dios Kon Tiki –¿el mismo Tiki Viracocha?—, que inspiró a
Thor Heyerdahl su aventura marina. Obsérvese la barba que lleva este
personaje.
Ilustración del portal PlayasPeru.
De igual modo sorprenden también sus pórticos -puertas por donde sopla
la brisa gélida de la puna desolada, entradas mágicas por donde se
cuelan las estrellas de las noches infinitas-, como la célebre Puerta
del Sol, increíble monolito de 3 metros de altura, 4 de anchura, medio
metro de grosor, y tallado en una sola piedra; en esta estructura
maciza, la puerta y las falsas ventanas han sido cortadas con el
cincel, y las esculturas del friso -que aparece coronado por el
altorrelieve de un ignoto personaje flanqueado por una serie de
figuras talladas a ambos lados, que algunos han visto como una
escritura desconocida o un misterioso "calendario venusino"- están
esculpidas en la misma roca y su peso es de más de 10 toneladas. Otra
estatua, de una sola pieza, tiene 8 metros de alto, 1 de espesor y
pesa 20 toneladas. Pero esto no es nada comparado con aquellos bloques
que se resisten a la lógica.
¡Pitiwe! ¡Pitiwe!"
Pero esta historia empezó mucho antes. Las leyendas de muchos pueblos
precolombinos peruanos aseguran que los dioses les habían hecho dos
regalos a los nativos para que pudiesen levantar colosales obras
arquitectónicas como Sacsayhuaman (3) o Machu Picchu (4). Dichos
regalos, según el padre Lira, habrían sido, en primer lugar, la hoja
de la coca, un poderoso anestésico que permitía a los obreros resistir
el dolor y el agotamiento físico –es de imaginar el esfuerzo que debió
haber requerido la construcción de semejantes monumentos— y el segundo
habría sido otra planta, de increíbles propiedades que, mezclada con
diversos componentes, convertía las rocas más duras en una sustancia
pastosa y moldeable.
"Durante catorce años –escribe Juanjo Pérez— el padre Lira estudió la
leyenda de los antiguos andinos y, finalmente, consiguió identificar
el arbusto de la jotcha como la planta que, tras ser mezclada y
tratada con otros vegetales y sustancias, era capaz de convertir la
piedra en barro. "Los antiguos indios dominaban la técnica de la
masificación –afirma el padre Lira en uno de sus artículos—,
reblandeciendo la piedra que reducían a una masa blanda que podían
moldear con facilidad".
Entre los mapuche (7) corre una extraña leyenda, esta vez la del
pájaro Pitiwe, un ave de curiosas costumbres. En el portal de
divulgación de la obra del notable antropólogo argentino de origen
mapuche, Aukanaw (8), este autor cuenta que en su territorio habita un
pájaro carpintero que guarda un profundo secreto. "Secreto –escribe
Aukanaw— que celosamente comparte con los "renil" (sabios y sacerdotes
mapuche): la planta que disuelve la piedra y el hierro". A este pájaro
los mapuche lo llaman P’chiu, Pitu o Pitiwe; también se le conoce por
Pitio, Pito o Pitihue (9). Los aimaras del Altiplano lo llaman
Yarakaka, y los quechuas: Akkakllu. Su nombre científico es Colaptus
pitius, y la clasifican dentro del orden de las pisciformes, familia
de las Picidae, que agrupa a unas 30 especies en Argentina, 4 en Chile
y 2 en Perú, siendo una de éstas el Colaptes rupícola, una especie de
pájaro carpintero adaptado a climas extremos y considerada como una
variedad muy escasa y en peligro de extinción dentro del enorme
contingente aviar de este país andino.
"Es un ave trepadora –prosigue el autor— que anida desde el valle del
Huasco a Llanquihue por el Pacífico, y también la región andino
patagónica argentina. Su nombre mapuche, del que derivan los nombres
criollos, proviene del pitido agudo que emite: Este pitido suena a los
oídos mapuche claramente como:
¡Pitiwe! ¡Pitiwe!
ó
¡Pitíu-pitíu!
En septiembre, cuando es la época de celo, varios machos cortejan a
una misma hembra. No luchan, sino que abren la cola en abanico y se
pasean contorneándose, erizando en corona las negras plumas de la
nuca. La hembra elige su preferido con un arrumaco, y los demás parten
en busca de mejor suerte. "Antaño en Chile –prosigue Aukanaw—, los
criollos contrataban niños espantapájaros, para que no dejaran posarse
a estos pájaros en los sembrados, sobre todo cuando el trigo estaba
nuevo, a pesar de que los mapuche aprecian gustosamente su carne."
"Entre los williche de San Juan de la Costa –nos dice Viviana Lemui—
cuando el Pitiwe viene volando desde muy lejos y viene a posarse en
una casa: es señal de visita que viene de lejos. También dice la gente
que, cuando llega una visita de repente se asombran y le dicen:
Cuando el Pitiwe viene a llorar cerca de una casa es señal de que esa
familia va a morir pronto, de igual manera, cuando el Pitiwe pasa
llorando en la noche, frente a una casa, pronto va a morir un miembro
de la familia.
La teoría es fundamentada con los datos que se revelan en los escritos que
resultaron de la Exploración Fawcett. El explorador y arqueólogo inglés Percy
Harrison Fawcett y su hijo desaparecieron misteriosamente en 1925 en las
selvas amazónicas.
En su libro titulado En el corazón de América del Sur describe que el viaje tuvo,
entre otros objetivos, el reconocimiento de la cuenca amazónica con el
inventario de sus riquezas naturales. Se cree que existió una misión paralela
dirigida por Simone Waisbard, otro investigador, que en su texto Tiahuanacu,
publicado en 1851, se refiere a que el conde Francis de Castelnau presentó la
versión de que “los indios de los Andes le aseguraron que sus antepasados
incas sabían el secreto de ablandar las piedras con el jugo de algunas plantas
silvestres”.
Lange dice que una pasta vegetal fue usada en tiempos remotos para
“ablandar” toda clase de rocas.
Algunos investigadores aseguran que en Perú estas plantas que disuelven los
huesos y el organismo interno de los animales son conocidas con los nombres
de q’ero q’ero, cola de caballo, condorsava, likchanga, pachatara, phinco
phinco, suelda suelda y además de otros.
SIN EXPLICAR
Trepanaciones. Lange asume que si las plantas podían ablandar las piedras,
también fueron usadas en la trepanación craneana de los tiwanacotas.
En Bolivia existen miles de plantas que son usadas por la medicina tradicional,
principalmente por la cultura kallawaya. Muchas de ellas no fueron aún
clasificadas ni registradas; entre ellas puede encontrarse la fórmula secreta
para el ablandamiento de las piedras.
MOLDEADORES DE PIEDRA
¿Y si hubiera algo de verdad en las leyendas que señalan que los pueblos
antiguos
monumentos imposibles...
Miramos, por ejemplo, a la fortaleza de Sacsayhuaman o en la ciudad inca de Machu Pichu,
para darnos cuenta de cómo sus constructores fueron capaces de unir, en portentosos
muros,
piedras de decenas de toneladas de peso que engarzaban unas con otras como un puzzle
tridimensional perfecto. Entre las piedras unidas no puede introducirse ni siquiera una
cuchilla de afeitar.
También en Egipto existen restos similares, como las conocidas rocas de Assuan.
Nadie sabe cómo aquellos hombres trabajaron la piedra, cómo la utilizaban con tal destreza,
como si fuera maleable, como si fuera barro.
La misma reina del antiguo Egipto, Hatswpsut, lo dejó escrito en relación al
enorme monolito de Karnac: “Las generaciones futuras –decía- se preguntarán sobre la
técnica
e izado de este gran monolito” Y vaya si tenía razón.
Muchos expertos prefieren eludir la cuestión. No les sobran razones: preguntarse tal
cosa significa avanzar por un terreno resbaladizo que, nada más y nada menos,
conduce a una conclusión que parece sacada de la ciencia ficción, porque incas
y egiptos pudieron haber desarrollado un sistema para ablandar la piedra y trabajar
con ella antes de que se endureciera.
Las leyendas no siempre son mitos. A veces esconden verdades metaforizadas. Y dicen esas
leyendas que los dioses hicieron a los indios nativos americanos dos regalos. Gracias a
ambos presentes –prosiguen esas “historias” floreadas- podrían elevar gigantescas
fortificaciones.
La primera fue la coca, gracias a la cual, indicaron los dioses, los obreros trabajarían
impulsados por una poderosa fuerza. Bien que lo sabían... Y es que las drogas no son cosa
moderna ni antaño tuvieron el estúpido uso que el hombre moderno les ha dado.
La otra fue la hoja del arbusto jotcha, que trataba con otros vegetales y sustancias tenía una
fascinante aplicación: servía para ablandar la piedra y convertirla en una masa blanca.
Un experto en folklore andino, el americanista Jorge Lira, trató de reproducir lo que los
indios locales llaman “masificación”. Lo hizo utilizando ese arbusto, la jotcha, y siguiendo el
método de ablandamiento que narra las leyendas...Y lo logró.
No es broma: consiguió convertir una roca dura en barro moldeable. No todo fueron buenas
noticias: no supo dar con la fórmula para invertir el proceso y endurecer la roca una vez que
había sido trabajada.Seguramente, se aproximó al secreto de muchas de las construcciones
incas, pese a lo cual no quiso calificar como un éxito su hallazgo.
Más inquietantes resultan las investigaciones llevadas a cabo por el científico y experto en
materiales Joseph Davidovit. Sometió a análisis microscópicos y a rayos X varias piedras
extraídas de monumentos egipcios, entre ellos algunos bloques pertenecientes a las
pirámides de Gizeh.
Descubrió algo más que sugerente: en el interior de aquellas rocas había fibras, cabellos,
bolsas de aire...
Aquellos respondía a una sola explicación: esos hombres lograron ablandar la piedra y,
cuando se endureció, algunos elementos ajenos quedaron atrapados en la roca.
A la luz de este descubrimiento podría pensarse que la supuesta fórmula mágica no era tal.
En definitiva, que respondía a la realidad. Cree haberce encontrado, muy cerca de Assuan,
parte de la solución al misterio. Está en la llamada Estela Química de Jun, que data de la
época faraónica. Allí, los 2.600 jeroglíficos encontrados muestran una receta dictada por los
dioses gracias a la cual podía ablandarse la roca.
Davidovits, partiendo de esas instrucciones, y del contenido de la parte de los jeroglíficos
que ha podido descifrar, trató de obrar el milagro. Sólo en parte...
Porque al igual que le ocurrió al investigador peruano Jorge Lira, no fue capaz de volver a
convertir en roca el barro resultante de la operación química. Lo que nadie puede negarle es
que se aproximó a esa auténtica “piedra filosofal” que hoy sigue constituyendo un
insondable misterio, pero que a los antiguos incas y egipcios les permitió levantar
gigantescos monumentos.
Los ablandadores de piedras, otras fuentes de informacion.
Gigantescas piedras encajadas como las piezas de un colosal puzle, enormes bloques
de granito moldeados como si fuesen de barro, moles de cientos de toneladas
enigmática e inexplicablemente transportados desde yacimientos lejanos, esculpidos y
encajados con una perfección que ni una hoja de afeitar cabe entre ellos. ¿Cómo lo
consiguieron?
¿Y si hubiera algo de verdad en las leyendas que señalan que los pueblos antiguos
lograron ablandar la piedra?
En 1983, antes de fallecer, en una entrevista para un programa de televisión, el padre
Jorge Lira, un sacerdote católico y uno de los más prestigiosos expertos en folklore
andino, autor de numerosos libros y artículos, elaboró el que tal vez fue el primer erudito
diccionario del quechua al castellano, afirmaba haber descubierto la forma para
reblandecer las piedras.
Existe una leyenda entre muchos de los pueblos precolombinos, que dice que los dioses
hicieron dos regalos a los indios nativos para que pudiesen construir colosales obras
arquitectónicas.
Según el padre Lira, dicho regalo se trataría en realidad de dos plantas con
sorprendentes propiedades.
La hoja de Coca sería una de ellas, capaz de anestesiar el dolor y el agotamiento de los
obreros, que podrían resistir así el gigantesco esfuerzo físico que debió exigirles tan
extraordinarias construcciones. La segunda sería otra planta que, mezclada con
diversos componentes, convertiría las rocas más duras en ligeras pastas fácilmente
manipulables.
Durante catorce años el padre Lira estudió la leyenda de los antiguos andinos y,
finalmente, consiguió identificar el arbusto de la Jotcha como la planta que, tras ser
mezclada y tratada con otros vegetales y sustancias, era capaz de convertir la piedra en
barro. "Los antiguos indios dominaban la técnica de la masificación –afirmaba el padre
Lira– reblandeciendo la piedra que reducían a una masa blanda que podían moldear con
facilidad."
El sacerdote realizó
varios experimentos con el arbusto de la Jotcha y llegó a conseguir que una sólida roca
se ablandase hasta casi licuarse. Sin embargo, no logró volver a endurecerla, por lo que
consideró su experimento como un fracaso. Pero, a pesar de esa parcial decepción, el
padre Lira si logró demostrar que la técnica del reblandecimiento era posible. Así se
explicaría los sorprendentes ensamblajes de algunas de las colosales rocas que
componen las murallas de Sacsayhuamán u otras fortalezas precolombinas.
Ruinas megalíticas recién encontradas en Rusia contienen los bloques de piedra más
grandes jamás vistos
Tambien parecen como echos en moldes.
Un increíble descubrimiento que se ha hecho recientemente en Rusia amenaza con
hacer añicos las teorías convencionales sobre la historia del planeta. En el Monte Shoria
en el sur de Siberia, los investigadores han encontrado una pared absolutamente masiva
de piedras de granito. Algunas de estas gigantescas piedras de granito se estima que
pesa más de 3.000 toneladas (algunos estiman que hay piedras de 4000 toneladas), y
como se verá más adelante, muchas de ellas fueron cortadas “con superficies planas,
ángulos rectos y esquinas afiladas”. Nada de tal magnitud ha sido descubierto antes.
La piedra más grande encontrada en las ruinas megalíticas de Baalbek, Líbano pesa algo
menos de 1.500 toneladas. Entonces, ¿Quién en este planeta ha podido cortar piedras de
granito de 3.000 ó 4000 tonelada con extrema precisión, transportarlos por la ladera de
una montaña y apilarlas a 40 metros de altura?
De acuerdo con la versión comúnmente aceptada de la historia, sería imposible para los
seres humanos antiguos con tecnología muy limitada poder llevar a cabo tal proeza.
¿Qué dirán nuestros arqueólogos oficialistas?… ¿que con cuerdas vegetales y planos
inclinados se puede manipular grácilmente 3000 toneladas con unas cuantas manos?…
o quizás insistan diciéndonos que con herramientas de bronce y cobre se puede tallar
semejantes monstruos.
Aparentemente, los súper megalitos y fotografiados por primera vez por Georgy Sidorov
en una reciente expedición a las montañas de Siberia del sur. Las siguientes imágenes
son de la página web rusa Valery Uvarov.
Sencillamente BRUTAL !!!
Esas extrañas piedras...
El investigador viajero canadiense Richard Nisbet (13), que estuvo
una larga temporada en la región de Cusco y Puno, realizó una
concienzuda indagación sobre este misterio. Embrujado por la
leyenda y la agreste geografía de esta región del sur peruano,
comenzó a recoger diversos testimonios sobre la existencia de una
técnica utilizada por los incas para ablandar las piedras. Su
compañero de viaje, Kurt Bennett, tomó una serie de fotografías
realmente impactantes que dan pie al asombro y la polémica. Las
imágenes de algunas de ellas –y sus leyendas— hablan por si solas.
"La mayor parte de las historias que nos hablan de las huacas
cusqueñas proviene del sacerdote Bernabé Cobo, el jesuita que
escribió de ellos muchos años después de la Conquista. Cada uno de
estos lugares recibió la asistencia de una familia. Cada dacha había
prescrito los sacrificios que se harán en días especiales. La mayoría
de los sacrificios no eran humanos, pero Cobo denunció que en 32
de estos lugares requirieron sacrificio humano, generalmente de
niños. Esto es cuestionado por muchos que ven en su estadística
una racionalización para la Conquista, que era, después de todo,
una excusa para traer una religión verdadera a los nativos."
Figura 9. Escaleras a la nada.
Foto: Kurt Bennett.
"No todas estas tallas eran parte de la religión oficial inca. Algunas
eran personales, familiares. Si un pariente amó sentarse en una
roca particular mientras estaba vivo, su familia pudo tallar un
asiento allí como monumento.
Eso no lo hace él, "como ese", resulta más obvio.
De hecho, no tienen al parecer una idea de cómo hacerlo más."
Figuras 11a -- 11b. "Banco".
Fotos: Kurt Bennet.
"Dos medidas con cinta métrica cerca del "banco". Nótese los
bordes redondeados y el aspecto general del envejecimiento de la
piedra. Algunos piensan que la talla fue realizada antes del glaciar
pasado que lo "talló" hace millares de años."
Figura 12. ¿Templo lunar?
Foto: Kurt Bennet.
"No lejos de Cusco, hay una colina que llaman "el Templo de la
Luna". La colina tiene varias cuevas y muchas tallas oscilantes.
Algunas de las tallas aquí demuestran desgaste por la extrema
acción atmosférica.
Nótese la barra horizontal cerca del centro de la fotografía. Por la
carencia de una palabra mejor, la llamaremos un "banco".
Figura 13. Monolitos de Ollantaytambo.
Foto: Kurt Bennett.
La leyenda acerca del “ablandador” de piedras inca se inicia con un supuesto debelado hace
mucho tiempo: poco tiempo después del re-descubrimiento de las ruinas de Macchu Pichu,
surgió la historia que descendientes de los incas, habían revelado el secreto de las
construcciones incas en piedra. Según la historia, mientras los incas trataban de construir
Sacsayhuamán, sufrieron gran mortalidad a causa del tremendo esfuerzo y los constantes
accidentes al manipular las moles de piedra. El Sumo Sacerdote inca, afligido, se pasó tres
días y tres noches en el Koricancha, rogando al Inti, el Dios Sol, por una solución. Finalmente
se cuenta que el dios se le apareció en sueños, revelándole el secreto: el jugo de una planta y
qué más adicionarle, para poder ablandar la roca.
Los científicos dicen que es imposible… No así los alquimistas, quienes conocían de una
sustancia que trasmutaba los metales… y esto no es fantasía..! Ya que se tiene una prueba de
alquimia: En el Museo Británico existe una moneda que tiene una historia…
Se cuenta que un alquimista estaba transmutando una pieza de hierro en oro, introduciendo
el objeto en un recipiente que contenía un polvo rojo… Al momento de la operación, el
alquimista fue sorprendido por los inquisidores que lo apresaron para ser llevado a la
hoguera por brujo… La prueba en el juicio fue el objeto mitad hierro y mitad oro que se
conserva en el Museo de Londres, y que científicamente no puede ser explicado, ya que no
hay manera de unir el oro y el hierro sin soldadura.
Igualmente se dice que en el Museo del Hombre en Berlín, se exhiben unos curiosos envases
forrados en mica, que contienen un polvo rojo, que se supone tiene la cualidad de ablandar la
piedra, y se han mantenido en el más absoluto secreto… Fue encontrado por arqueólogos
alemanes en ruinas no identificadas del Perú… Curiosamente la “mica” es un material
resistente a la electricidad, los rayos cósmicos y la radioactividad, que también usaban los
teotihuacanos para forrar con láminas de mica los pisos de los palacios y la pirámide del sol
en Teotihuacan – México.
Ya Hiram Bingham, quién dio a conocer al mundo las ruinas de Machu Picchu en 24 de julio
de 1911, hablaba de esta misteriosa sustancia que le había sido narrada por los nativos, y
que explica el curioso abultamiento que presentan las piedras que soportan en su base las
moles pétreas de de Saqsahuamán en Cuzco.
Es la única explicación para el abultamiento que muestra la muralla Inca en cada una de sus
piedras y más en las rocas inferiores que soportan la mayoría de la carga.
“Diez minutos después me incliné sobre la roca sobre la cual se había derramado el líquido...
y sorpresa..! ya no había líquido..! Toda la superficie de rocas se había ablandado en una
consistencia tan pegajosa como el cemento; es decir, que la piedra se derritió como cera
expuesta al sol”
La fortaleza de Tiahuanaco a orillas del Titicaca también fue construida con esta misteriosa
química, que se supone, fue llevada a Egipto donde se han encontrado muestras de “piedras
blandas” usadas por los constructores de las pirámides… Cabe recordar, que a principios de
1990, la toxicóloga forense Dra. Svetla Balavanova revolucionó a los científicos ortodoxos,
cuando publicó el resultado de sus investigaciones en siete momias egipcias con más de
3500 años de antigüedad:
“Al someter al espectrómetro muestras de tejidos y cabellos, se determinó que los cuerpos
contenían sustancias de coca y tabaco. Como se sabe, estas drogas son originarias de
América y sólo conocidas en Europa hacia el siglo XVII”
De lo poco que se sabe de esta misteriosa sustancia, es que era preparada de un tipo de
plantas de color rojo traída del Amazonas, y que es referida en algunas leyendas que se
recogen de los nativos yanomamis,...
El enigma se acrecentó con el paso del tiempo, dado a la imposibilidad de los arqueólogos, al
descubrir las herramientas con las que los incas labraban la roca. Hoy en día es bien sabido
que los incas debían su secreto a un profundo conocimiento de la roca: utilizaban otras rocas
como martillos aprovechando su mayor dureza, aunado esto a la combinación de pulso,
precisión y la gravedad,... si bien esto explica la gran mayoría de los trabajos monumentales
de los incas,... no explica los trabajos ne piedra más finos y elaborados, hallados a lo largo
de toda América. Al parecer, el misterio aún quedará sin resolver, al menos, por un buen
tiempo,...
¿ABLANDABAN LA PIEDRA
incas y egipcios para construir
sus colosales monumentos?
¿FÓRMULA SECRETA?
8 septiembre, 2016
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Piramide de Micerinos
Pero esa no era la razón por la que el doctor Jiménez del Oso se había
desplazado hasta aquel pequeño pueblo cercano a Cuzco. El padre Lira
afirmaba haber descubierto la forma para reblandecer las piedras…
Sacsayhuamán
Machu-Picchu
Pero, a pesar de ese parcial fracaso, el padre Lira si logró demostrar que
la técnica del reblandecimiento es posible.
Entre los mapuche corre una extraña leyenda, esta vez la del pájaro
Pitiwe, un ave de curiosas costumbres. En el portal de divulgación de la
obra del notable antropólogo argentino de origen mapuche, Aukanaw,
este autor cuenta que en su territorio habita un pájaro carpintero que
guarda un profundo secreto
“Hay otros pájaros carpinteros, que llaman: Pito, del cuerpo de un tordo:
son pintados de negro, blanco y burilado y de ellos se derivó a la yerba
el nombre de yerba del Pitu, porque usan más de ella que los otros
pájaros.
“Tienen el pico tan fuerte, que rompen, y barrenan cualquier árbol, así
para sacar y comer los gusanos, que se crían en sus entrañas, como
para edificar sus nidos, abriendo una concavidad, en que se alojan con
toda su familia.
“Se han hecho célebres por la yerba, que con natural instinto hallaron,
para que se quebrante, y desmenuce el hierro, en que se han hecho
muchas experiencias, y adquirido su conocimiento con notable maña.
LA ALQUIMIA MINERAL
¿Como lo hacian?
Templo de Karnac
Obelisco del Templo de Karnac
Para Manuel Delqado, que además de Egipto también ha recorrido buena
parte del continente americano, se han encontrado evidencias de la
técnica del ablandamiento pétreo en México, Perú y otros países.
Pero a estas alturas nadie puede negar las evidencias de que nuestra
historia no es como nos la han contado..
Son muy interesantes las aplicaciones que los antiguos mapuche solían
darle a esta plantita, y especialmente por sus fines medicinales. La
capacidad de poder ablandar temporalmente la materia ósea, tiene
posibilidades insospechadas en el tratamientos de fracturas,
especialmente craneanas, muy habituales en los combates
precolombinos.
EXPLORACION FAWCETT
En éste libro, Percy Fawcett hace un pormenorizado memorial de sus
aventuras por las selvas más remotas del mundo. Sus descubrimientos
lo convencieron no sólo de la existencia de civilizaciones aún
desconocidas en las profundidades de la floresta amazónica, sino
también de un saber perdido y del hecho de que los incas no fueron los
primeros en conocer la técnica de ablandar las piedras, ni tampoco los
autores de muchas maravillas arquitectónicas que salpican toda la
geografía andina. De este libro se han extraído algunos párrafos que son
una verdadera sorpresa.
Los Incas heredaron las fortalezas y ciudades construidas por una raza
anterior y las restauró de la ruina sin mucha dificultad –escribe
convencido Fawcett, al recordar sus viajes por el Perú—. Ellos
construyeron con piedra en las regiones dónde éste era el material más
conveniente; en cambio, para el cinturón costero ellos usaron
generalmente el adobe. Los viejos constructores adoptaron las mismas e
increíbles junturas que son características de los edificios megalíticos
más viejos, pero los incas no hicieron ningún esfuerzo para usar la
piedra grande, previamente amasada por sus predecesores. Yo escuché
que los incas heredaron esta técnica y encajaron sus piedras gracias a
un líquido que ablandó las superficies a ser unidas a la consistencia de
arcilla.”
Fuente: http://www.taringa.net/posts/paranormal/19269692/Los-Incas-
y-Egipcios-ablandaban-piedra.html
¿Existe Una Pasta Para Ablandar
Las Piedras?
Coronel Percy H. Fawcett. Este aventurero pudo presenciar cómo mediante un líquido, elaborado
por los indígenas peruanos, la piedra se ablandaba como si fuera barro, recobrando unos
instantes más tardes su dureza habitual. ¿Pudo ser ésta la técnica utilizada por los egipcios para
crear los bloques de piedra en sus construcciones?
El ser humano es tan vanidoso, tan seguro de su superioridad -en especial los científicos
apegados al dogma- que se niega a creer en todo lo que vaya en contra de lo que aprendió en
los libros o en la universidad. Está convencido de que nada existe en el mundo fuera de lo que
conoce y que todo fue inventado ya.
Pero hace unos años, un investigador norteamericano declaró que al hombre le hace falta mucho
por aprender, siquiera en ciertos terrenos. Y aportó pruebas al respecto. Decía Hyatt Verrill que
en la Gran Pirámide, al igual que en las construcciones, incaicas y preincaicas, se utilizó una
técnica desconocida por los actuales arquitectos e ingenieros civiles: trabajaban los obreros la
piedra no con el cincel, sino con una pasta obtenida a partir de cierta planta sólo conocida por
los indios, que ablanda la piedra y la vuelve maleable durante un corto tiempo.
Este mismo descubrimiento había sido realizado por el coronel P.H. Fawcett, quien antes de
desaparecer misteriosamente en 1925 en las selvas brasileñas presenció algo increíble a corta
distancia de los montes peruanos. Cerca del cerro de Paseo, un geólogo norteamericano había
hallado un recipiente herméticamente cerrado, con forma de cabeza humana. En el Perú antiguo
utilizaban la huaca para conservar líquidos, granos y oro en polvo.
El geólogo pidió a un obrero indígena que abriese el recipiente, para conocer su contenido. El
hombre no sólo se negó a obedecer, sino que arrebató la huaca de manos del hombre blanco y
la estrelló contra el suelo y huyó a toda prisa. Al inclinarse para recoger los fragmentos de la
huaca vio con gran asombro que la piedra sobre la cual se derramó el líquido se ablandaba
como si fuera de barro. Unos minutos más tarde recobraba su dureza habitual.
Así se expresó el explorador Fawcett y en apoyo de sus palabras están las piedras que se
conservan en el Museo de Cochabamba, Bolivia, en las cuales hay impresas unas manos. Un
sacerdote peruano, el padre Jorge Lira, informaría por su parte en junio de 1967 que los incas
conocían el secreto de una planta cuyo jugo ablandaba las piedras más duras.
¿Fue utilizando una planta semejante a la peruana que los constructores de la Gran Pirámide
acomodaron los bloques para lograr un perfecto ensamblaje? Y de ser así, ¿quedaría demostrado
que los incas aprendieron el secreto de los egipcios, o se trata de una pura coincidencia?
foroparapsicologia.com
LOS ABLANDADORES DE PIEDRAS 1
Fuente: paleoastronautica
Articulo original de Manuel Carballal
Gigantescas moles de piedra encajadas como las piezas de un colosal puzzle, enormes bloques
de granito moldeados como si fuesen de barro, cientos de toneladas de piedra enigmática
inexplicablemente transportados, esculpidos y encajados en distantes yacimientos
arqueológicos. A punto de entrar en el siglo XXI, la técnica del reblandecimiento de las piedras
continúa siendo un misterio.
A medida que ganan terreno, acercándose a la pirámide de Micerinos, los ojos de los
expedicionarios escrutan cada centímetro de arena en busca de unas piedras muy concretas. Por
fin, tras la intensa búsqueda, todo el equipo se reúne a la sombra de las pirámides-satélite de
Micerinos a fin de examinar los resultados del rastreo. Varias piedras, de diferentes tamaños,
son depositadas sobre una tela y Manuel Delgado las examina una a una. Una sonrisa se dibuja
en su rostro, bronceado por el sol del desierto egipcio que ha visitado en más de una veintena
de ocasiones.
Con gesto triunfal, Delgado ha seleccionado 5 o 6 piedras de gran dureza pero que,
incomprensiblemente, presentan formas redondeadas e, incluso, grabados. Se trata de piedras
moldeadas artificialmente que, según Delgado, fueron reblandecidas y posteriormente
endurecidas de nuevo mediante una milenaria técnica secreta, conocida tan sólo por algunos
sacerdotes del enigmático Egipto faraónico…
En 1983, durante la grabación de la serie de RTVE El otro Perú (parte de los documentales La
puerta del misterio, que hicieron famosos al doctor Jiménez del Oso en Iberoamérica), el
conocido psiquiatra e investigador conseguía grabar una breve pero intensa entrevista con un
sorprendente personaje antes de que éste falleciese. El padre Jorge Lira era un sacerdote católico
y uno de los más prestigiosos expertos en folklore andino. Autor de numerosos libros y
artículos, elaboró el que tal vez fue el primer erudito diccionario del quéchua al castellano. Pero
esa no era la razón por la que el doctor Jiménez del Oso se había desplazado hasta aquel
pequeño pueblo cercano a Cuzco. El padre Lira afirmaba haber descubierto la forma para
reblandecer las piedras… Existe una leyenda entre muchos de los pueblos precolombinos, según
la cual los dioses habrían hecho dos regalos a los indios nativos para que pudiesen construir
colosales obras arquitectónicas como la fortaleza de Sacsayhuamán o Machu-Picchu. Según el
padre Lira, dicho regalo se trataría en realidad de dos plantas con sorprendentes propiedades.
La hoja de Coca sería una de ellas, capaz de anestesiar el dolor y el agotamiento de los obreros,
que podrían resistir así el gigantesco esfuerzo físico que debió exigirles tan extraordinarias
construcciones. La segunda sería otra planta que, mezclada con diversos componentes,
convertiría las rocas más duras en ligeras pastas fácilmente manipulables.
Durante catorce años el padre Lira estudió la leyenda de los antiguos andinos y, finalmente,
consiguió identificar el arbusto de la Jotcha como la planta que, tras ser mezclada y tratada con
otros vegetales y sustancias, era capaz de convertir la piedra en barro. "Los antiguos indios
dominaban la técnica de la masificación – afirma el padre Lira en uno de sus artículos –,
reblandeciendo la piedra que reducían a una masa blanda que podían moldear con facilidad."El
sacerdote realizó varios experimentos con el arbusto de la Jotcha y llegó a conseguir que una
sólida roca se ablandase hasta casi licuarse. Sin embargo, no logró volver a endurecerla, por lo
que consideró su experimento como un fracaso. Pero, a pesar de ese parcial fracaso, el padre
Lira si logró demostrar que la técnica del reblandecimiento es posible. Así se explicarían los
sorprendentes ensamblajes de algunas de las colosales rocas que componen las murallas de
Sacsayhuamán u otras fortalezas precolombinas.
Mientras, en Egipto, a miles de kilómetros de distancia, otros investigadores del pasado han
realizado sorprendentes descubrimientos arqueológicos que también apuntan a la realidad de la
técnica del reblandecimiento…
Fuente: http://veritas-boss.blogspot.com.es/2013/07/existe-una-pasta-para-ablandar-las.html
Ablandadores de Piedras
Ablandadores de Piedras
Introducción
A lo largo y ancho de todo el planeta, hay miles de construcciones realizadas
en piedra, la gran mayoría tienen características que conducen a los
arqueólogos, historiadores, investigadores, etc. a preguntarse: ¿como pudieron
realizar dichas obras? en épocas que no existía ningún tipo de tecnología,
conocimiento profesional ni recurso para poder concebirlas.
Solo algunas de estas construcciones, poseen detalles que sugieren la
existencia de alguna técnica para ablandar la piedra y de esta forma poder
trabajarla.
Detalles Imposibles en piedra
Muestras que evidencian la imposibilidad de trabajos con técnicas
tradicionales para el tallado de la roca.
1) Encastres perfectos sin luz entre las uniones.
2) Encajes perfectos en profundidad y con desigualdad (macho hembra)
3) Redondeo de los bordes perfectos todos iguales
4) Salientes o tetones sin sentido.
5) Huellas de manos pies en la piedra
6) Un bloque formado por 2 tipos diferentes de roca, colores diferentes
7) Superficies super alisadas
8) Tallados exactos a 90º sin error
9) Escaleras y asientos hechos en roca pero sin ninguna función o sentido
10) Agujeros perfectos
11) Paredes formadas con bloques de roca, pero parece una sola pieza
12) Piedras de 12 ángulos sin un sentido aparente.
Estos son algunos de los rasgos encontrado en las construcciones en piedra,
que sin una técnica adecuada y especial, no sería posible realizarlo.
Todos los especialistas e investigadores que analizaron estas construcciones,
no llegan a entender como fueron realizadas estas maravillas, hoy no se tiene
respuesta a decenas de interrogantes sobre dicho arte.
Tampoco se sabe quienes fueron los constructores, no hay documentación
alguna que fundamente que pueblos fueron los responsables de dichos
trabajos.
Donde encontramos rocas con detalles imposibles
Fundamentalmente en América andina, Perú y Bolivia, pero también se
encuentran rocas con estas características en Egipto, Mediterráneo, Europa, y
casi en el resto del mundo.
Como pudieron ser construidas
Los diferentes relatos y fuentes que mencionan las técnicas de construcción.
1) Regalo de los dioses
2) Hiram Bingham
3) Jorge Lira
4) Mapuches Pitiwe (Aukanaw)
5) Oreste Plath (Aukanaw)
6) Percy Fawcett
7) Richard Nisbet
1. Regalo de los Dioses
Las leyendas de muchos pueblos precolombinos peruanos aseguran que los
dioses les habían hecho dos regalos a los nativos para que pudiesen levantar
colosales obras arquitectónicas como Sacsayhuaman o Machu Picchu.
En primer lugar, la hoja de la coca, un poderoso anestésico y el segundo
habría sido otra planta, de increíbles propiedades que, mezclada con diversos
componentes, convertía las rocas más duras en una sustancia pastosa y
moldeable.
2. Hiram Bingham
Le contaron sobre la existencia de una planta con cuyos jugos los incas
ablandaron las piedras para que pudieran encajar perfectamente. Hay registros
oficiales sobre esta planta, que incluye a los primeros Cronistas españoles.
Después comprobaría tal versión: Un día, mientras acampaba por un río
rocoso, él observó un pájaro parado sobre una roca que tenía una hoja en su
pico, vio como el ave depositó la hoja sobre la piedra y la picoteó. El pájaro
volvió al día siguiente. Para entonces se había formado una concavidad donde
antes estaba la hoja. Con este método, el ave creó una “taza” para coger y
beber las aguas que salpicaban del río.
3. Jorge Lira
Jorge Lira fue un sacerdote peruano, era uno de los mayores expertos en
folclore andino, fue autor de infinidad de libros y artículos y, sobre todo, del
primer diccionario del quechua al castellano. Vivía en un pueblito cercano al
Cusco.
En 1983, la cadena española RTVE emitió el documental televisivo El Otro
Perú, con el investigador Jiménez del Oso, quien entrevistó al Padre Lira
sobre una inquietante afirmación: el padre afirmaba haber descubierto el
secreto mejor guardado de los incas: una sustancia de origen vegetal capaz de
ablandar las piedras.
Durante 14 años, Lira estudió la leyenda de los antiguos andinos y,
finalmente, consiguió identificar el arbusto de la jotcha como la planta que,
tras ser mezclada y tratada con otros vegetales y sustancias, era capaz de
convertir la piedra en barro. “Los antiguos indios dominaban la técnica de la
masificación –afirma el padre Lira en uno de sus artículos—, reblandeciendo
la piedra que reducían a una masa blanda que podían moldear con facilidad”.
El sacerdote realizó varios experimentos con el arbusto de la jotcha y llegó a
conseguir que una sólida roca se ablande hasta casi licuarse. Sin embargo, no
logró volver a endurecerla, por lo que consideró su experimento como un
fracaso.
4. Mapuches (Pitiwe)
La leyenda de la hierba que ablanda la piedra parece retumbar también entre
los pueblos indígenas que viven aún muy al sur del Perú. Entre las regiones
centrales de Argentina y Chile, más precisamente en el pueblo mapuche.
Entre los mapuche corre una extraña leyenda, esta vez la del pájaro Pitu o
Pitiwe (4a), un ave de curiosas costumbres. En la obra del notable antropólogo
argentino de origen mapuche, Maestro Aukanaw (4b), este autor cuenta que
en su territorio habita un pájaro carpintero que guarda un profundo secreto que
celosamente comparte con los “renil” (sabios y sacerdotes mapuche): la planta
que disuelve la piedra y el hierro.
Los aimaras del Altiplano lo llaman Yarakaka, y los quechuas: Akkakllu.
Su nombre científico es Colaptus pitius (4c), considerada como una variedad
muy escasa y en peligro de extinción.
En Talagante (sur argentino) se dice que, si una piedra le obstruye a un Pitiwe
la entrada a su nido, éste irá a buscar una hierba y con ella frotará y destruirá
la piedra disolviéndola con los jugos de la planta.
El padre Diego de Rosales nació en Madrid, España, en 1601 y murió en Santiago,
Chile, en junio de 1677.
Diego de Rosales (4d) –cuenta Aukanaw—, en su obra: “Historia General del
Reyno de Chile”, describiendo las plantas medicinales mapuche, habla de una
hierba llamada Pito que es de las más raras encontradas en todo el mundo y
tiene gran valor medicinal.
Dice que esta planta, pequeña de tamaño y que crece pegada al suelo, recibe
su nombre de un pajarito que los mapuche llaman Pito porque come la planta.
Los españoles le dieron el nombre de Pájaro Carpintero. La planta pulverizada
disuelve el hierro.
5. Oreste Plath
En su clásico libro “El Lenguaje de los Pájaros Chilenos” anota lo siguiente:
Botánicos analizan la planta kechuca, que produce un jugo que hace gelatina
las piedras. Abunda allá en el Perú, Cuzco, por encima de los 4.500 metros.
Aukanaw también menciona a esta planta: Un dibujo en un huaco, (una ramita
graficada en los cántaros de arcilla), llevó al antropólogo a descubrir que la
kechuca era la rama que portaba el pájaro jakkacllopito, el que anida en
pequeñas oquedades de las rocas y le da forma a su nido con esta yerba, la que
con el calor del cuerpo produciría una secreción que tiene fuerza excavadora.
Y hay otra planta llamada el punco-punco, (¿Ephedra andina? (5a) Nota de
Aukanaw) a la que también se atribuye el poder de disolver piedras, que crece
más arriba, a 5.000 metros. Se parece a la caña brava.
Animales que la comen o la confunden con la caña brava se hinchan y sus
huesos se ablandan hasta hacerse una masa amorfa.
Existen en Bolivia, en el museo de Cochabamba, “piedras amasadas”. Es
decir, rocas generalmente graníticas, en las que los incas podían, por simple
presión, imprimir la huella de sus manos o de sus pies, como si el granito
hubiese sido tan blando como la manteca.
En la tradición Mapuche el Mareupuantü y los werken sagrados (mensajeros)
han dejado sus huellas impresas en la piedra en muchos lugares, por ejemplo
en la “Piedra Santa” (paraje El Morado, dpto. Norquín, Neuquen) y en el valle
del rio uco (Mendoza).
Los hombres del ande peruano insisten que hay una hierba de ramas y flores
rojizas que crece entre la puna y las selvas orientales y que era utilizada por
los incas para ablandar las piedras. Según éstos, sus antepasados, grandes
observadores de la naturaleza, descubrieron que el pájaro llamado Pito
utilizaba “la hierba del Pitu” para preparar sus nidos en las paredes rocosas,
con cuya savia “derretía” las piedras y hacia agujeros redondos en los
oquedales.
6. Percy Fawcett
En 1954, Brian Fawcett, hijo menor del famoso coronel inglés Percy H.
Fawcett (1867 – 1925), decidió publicar una obra de su ilustre padre, quien se
perdió sin dejar rastro en las selvas del Mato Grosso (Brasil) cuando estaba
buscando El Dorado. El coronel Fawcett se hizo célebre a comienzos del siglo
XX por sus expediciones a las regiones más remotas de América del Sur.
En este libro Fawcett expresa:
Los incas no fueron los primeros en conocer la técnica de ablandar las piedras,
ni tampoco los autores de muchas maravillas arquitectónicas que salpican toda
la geografía andina.
Los Incas heredaron las fortalezas y ciudades construidas por una raza anterior
y las restauró de la ruina sin mucha dificultad.
Ellos construyeron con piedra en las regiones dónde éste era el material más
conveniente; en cambio, para el cinturón costero ellos usaron generalmente el
adobe.
Los viejos constructores adoptaron las mismas e increíbles junturas que son
características de los edificios megalíticos más viejos, pero los incas no
hicieron ningún esfuerzo para usar la piedra grande, previamente amasada por
sus predecesores. Yo escuché que los incas heredaron esta técnica y encajaron
sus piedras gracias a un líquido que ablandó las superficies a ser unidas a la
consistencia de arcilla.
Trabajando en el campamento minero de Cerro de Pasco (4000 mts altura)
encontraron unas tumbas y una vasija de barro con un liquido espeso en su
interior. Rompieron el sello que llevaba y sacaron el tapón y en una accidente
se derramo sobre una roca. 10 minutos después sobre el charco derramado
parecía haber más liquido que antes, pero lo que había sucedido es que la roca
estaba totalmente lisa suve como cemento fresco.
Fawcett expresaba a un lugareño que vivía hace 25 años allí: que suerte la de
los pájaros que encuentran agujeros en la roca para poder hacer sus nidos,
pero el lugareño respondió, Los agujeros los hacen ellos.
Yo he visto como ellos llevan una hoja en su pico y pasado un tiempo logran
ablandar la piedra y ahuecarla.
7. Richard Nisbet
El investigador viajero canadiense Richard Nisbet (13), que estuvo una larga
temporada en la región de Cusco y Puno, realizó una concienzuda indagación
sobre este misterio. Comenzó a recoger diversos testimonios sobre la
existencia de una técnica utilizada por los incas para ablandar las piedras. Su
compañero de viaje, Kurt Bennett, tomó una serie de fotografías realmente
impactantes.
Teniendo en cuenta el hecho de que el liquen ablanda la piedra para atar sus
raíces bajo tierra, y quizás considerando la extinción continuada de especies
de esta planta, esta noción no es más que improbable”. Richard Nisbet
Resumiendo
La misteriosa ave
Es posible que el Pitiwe de la Patagonia Argentina, el Pittio del norte Chileno
o el Pito peruano sea el mismo ejemplar, el cual son mencionados por las
respectivas tradiciones.
Esta ave podría ser el Colates Pitius – nombres científicos.
Tanto Hiram Bingham como Brian Fawcett hablan del pájaro Pito.
La Planta Mágica
La planta Jotcha mencionada por el padre Lira no es posible saber cual es.
Ephedra andina (nombre botánico) podría ser la plana que menciona
Aukanaw, considerada medicinal por los Mapuches.
En la Argentina se la conoce como Solupe (Sulupe).
No en vano, por instinto, los animales la evitan, pues ya se ha visto lo que les
sucede cuando la ingieren: se conoce de pequeños mamíferos como zorros y
cuyes que han sucumbido con sus cuerpos hinchados y sus huesos deshechos
por los jugos de las ramas y hojas.
Egipto: Técnica del dios Jnum
América (a través de los Incas) no es la única que posee indicios de
ablandadores de piedras.
En Egipto también encontramos esta técnica:
Tanto en rocas que muestran esta característica de haber estado reblandecida
en algún momento.
Como también un escrito único que marca la forma y origen de este
conocimiento.
Origen de la piedra y el conocimiento
En 1889 Charles Wilbour descubrió una piedra, con 2.600 jeroglíficos en 32
columnas.
Es uno de los documentos más reveladores y polémicos a la vez.
Traducida por primera vez en 1891, debido a su tan extraño contenido fue
replanteada su traducción en varias oportunidades hasta su última ocasión en
1953.
La Estela de Famine data del reinado de Ptolomeo V Epifanes (205-182 a. C.)
y, relata hechos del 2500 a. C., o sea tiempo del faraón Zoser (dinastía III).
Pero ¿qué pueden decir estas inscripciones para considerarlas como un
indicador único?
Simplemente relatan la forma de fabricar piedras artificialmente con la
posibilidad de lograr el ablandamiento temporal de esas rocas para ser
trabajadas a fácil voluntad y más tarde quedar endurecida en forma definitiva.
Estas fórmulas fueron dadas por el dios Jnum a Zoser a través de sueños
determinando unos 650 tipos de minerales para dicha fabricación.
También se la llama Estela química de Junum, por que en ella se encuentra el
recetario químico para ablandar la roca.
Muestras
Se encontraron rocas, que al analizarse se hallaron pelos en su interior, bolsas
de aire, un porcentaje de agua mucho mayor que el normal, fibras textiles, esto
solo pudo suceder si en algún momento la roca estaba ablandada.
Pero existen otros muchos indicios que lo corroboran, como las hendiduras
artificiales de ciertos monumentos o los emplastes añadidos a algunas
construcciones, mastabas e incluso pirámides. Como si un alfarero corrigiese
algún error en su obra, añadiendo trozos de barro sobre los defectos, así
aparecen algunos trozos de roca ’incrustados” en huecos o aparentes fallos en
ciertas necrópolis o monumentos faraónicos.
Pruebas y experiencias
El doctor Joseph Davidovits reconstruyo la formula y logro ablandar rocas
pero no logro que se solidifique en forma pareja, igual le sucedió a Lira.
Toda su experiencia fue volcada en el libro: Las Pirámides el enigma resuelto.
OOPart
El termino Oopart proviene de la palabra inglesa Out of Place Artefact (Artefacto fuera
de lugar).
Término propuesto por el zoólogo americano Ivan T. Sanderson que hace referencia a
objetos paleontológicos y arqueológicos encontrados en lugares donde se cree imposible
que los crearan o fabricaran en dicha época y lugar por no tener ni la tecnología ni el
conocimiento para ello.
Por lo tanto tienen un denominador en común, no pertenecen a una época tan poco
evolucionada tecnológicamente, es decir, son objetos aparentemente modernos o
complejos, datados en épocas muy antiguas.
Nosotros los exponemos como Lo Imposible
Importante
A lo largo de los 10 apartados en la sección de historia con todos los elementos y
características denominados “imposibles”, se muestra una larga lista de interrogantes y
enigmas no resueltos actualmente por la historia o ciencia según corresponda el caso.
Todos estos componentes inexplicables son resueltos y revelados, a través de tesis
presentadas en el libro: “7 Tesis que cambian la historia y futuro de la humanidad”