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UNIDAD 4: IDEOLOGIA.

APUNTE DE CATEDRA:

IDEOLOGIA Y PRODUCCIÓN SOCIAL EN LA VIDA COTIDIANA:

Existe una relación entre “ideologi” y “realidad” donde se establece una diferenciación entre el significado atribuido a la
ideología por el “sentido común” y la conceptualización de la ideología realizada desde una perspectiva teorica rigurosa

CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO:

Ideología a mediados del siglo XVIII como disciplina filosófica que tenia como objeto el estudio de las ideas y de las
sensaciones.

La ideología, según Destutt de Tracy, era una ciencia fundamental que tenía por objeto los conocimientos. Ella estaba
íntimamente ligada a la “gramática general” (disciplina preocupada por los métodos de conocimiento) y a la lógica que trata
de la aplicación del pensamiento a la realidad.2

Desde otra perspectiva filosófica, Hegel (1770 – 1831)3 planteó la idea de la separación de la conciencia respecto de sí
misma, especialmente en el proceso histórico. En este proceso, afirma, aparece la “conciencia escindida” o conciencia
desgarrada, así como la “conciencia infeliz” o desdichada, indicando con ello la posibilidad de que la conciencia pueda ser
lo que no es y no sea lo que es. En esta línea filosófica iniciada por Hegel y su idea de separación de la conciencia
respecto de sí misma, podemos situar el pensamiento de Marx que se refiere a Hegel en un sentido particular cuando
plantea la noción de “falsa conciencia”.

SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO E IDEOLOGÍA, DE LEFEBVRE:

Henri Lefebvre es un autor francés (1901-1991) enrolado en lo que se denomina “marxismo humanista” en oposición al
llamado “marxismo estructuralista” orientado por Althusser

Diversos puntos relevantes:

• En principio, es importante situar las dos “consideraciones previas” que el autor menciona:

a) el origen filosófico del término “ideología” y la transformación que Marx opera sobre él, y

b) los “elementos de conocimiento” que identifica Marx: “transparencia” (presencia) y “opacidad” (representación).

• Luego son relevantes las dos definiciones que Lefebvre extrae de Marx. Una (vinculada al párrafo que citamos
renglones arriba de La ideología alemana) en oposición a “lo real”. Es decir, la ideología como “inversión”, como
deformación de lo real.

Y otra vinculada a la definición de los conceptos de división del trabajo y al concepto de lenguaje en Marx. Dicha definición
“rectifica notablemente”, según Lefebvre, la concepción anterior.

• Lefebvre realiza una comparación con Durkheim, comparando el concepto de ideología con el concepto
durkheminiano de conciencia colectiva
• Enfatiza la definición emparentada con la historia y la praxis. Praxis como practica transformadora, practica
conciente que realiza el individuo de manera reflexiva

CONCEPTO DE IDEOLOGÍA EN ALTHUSSER:

Ejes del texto:

En principio, hay que remarcar la pertinencia teórica de presentar el concepto de ideología profundamente
enlazado con la producción social en la vida cotidiana (su tesis material);
en segundo término (que en el texto aparece en primera instancia), el desarrollo del concepto de ideología a partir
de la inclusión del concepto de deformación imaginaria (tesis 1 en el texto)
y por último, sería conveniente hacer visible ciertos enlaces teóricos que vinculan la problemática central de la
“reproducción de las relaciones de producción” con el concepto de ideología (tesis central – interpelación).

En el texto, los ejes antes presentados están expresados de la siguiente manera:

 Tesis 1: la ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia.
La concepción de “lo imaginario” como deformante y las “condiciones reales”, que planteamos junto a Marx en
otras unidades, servirán de guía en este punto.
 Tesis 2: la ideología tiene una existencia material. Las ideas y representaciones se plasman en la vida concreta de
los individuos
 Tesis central: la interpelación. Los conceptos de sujeto, de estructura y de determinación son fundamentales aquí
para entender el planteo del autor.

DUBY Y SU MODO DE APLICAR EL CONCEPTO:

Georges Duby (1919-1996)7 es un historiador francés que se especializó en el estudio del período de la Edad Media.

Articulación entre la “conceptualización de la ideología” y “la historia de las sociedades”

Ejes fundamentales del texto:

 En principio hay que subrayar la “discordancia” entre “estructuras materiales” y “fenómenos mentales”.
Discordancia que justifica la incorporación del concepto de ideología al estudio de la historia. “Ideología”,
“fenómenos mentales” y “sistemas de valores” como referencia ineludible para el historiador a la hora de encarar el
estudio de las sociedades.
 Características de las ideologías:

Globalizantes,

Deformantes

concurrentes,

estabilizantes (conservadoras)

y prácticas.

El objetivo de estudiar las ideologías y sus características reside en que son uno de los objetos de la historia (al decir de
Duby) en la medida que le permiten al historiador completar de esta manera el análisis fundado en las estructuras
materiales de una sociedad.

 Un punto de suma importancia es la dificultad que ofrecen las “culturas populares” frente al estudio histórico. Ellas,
en tanto no tuvieron acceso a los diferentes medios culturales que pudieran reflejar una visión del mundo
(ideología), son de difícil acceso al historiador.
 organizar la investigación en dos etapas:
• Atención a la “cronología de las disonancias” y
• a las “distancias de temporalidad”.
HENRI LEFEBVRE

El término ideología procede de una escuela filosófica que tuvo lugar a finales del siglo 18. Para los filósofos de esta
escuela hay una ciencia de las ideas, es decir, de los conceptos abstractos.

Las ideologías parten de una determinada realidad parcial ya que la totalidad escapa a la conciencia. Refractan la realidad
a través de las representaciones sostenidas por los grupos dominantes. Parten de la praxis, de la totalidad real,
sustituyéndola por una totalidad abstracta, irreal y ficticia. Las proporciones de realidad e irrealidad de las ideologías varían
según las épocas, las condiciones y las relaciones de clase. Poseen por una parte un carácter general, especulativo y
abstracto y por otra uno representativo de intereses definidos, limitados y particulares. Imponen valores, concepciones del
mundo y maneras de vivir. Las representaciones ideológicas son siempre instrumentos en la lucha de clases pero se
disfrazan sus intereses elevándolos al nivel de la totalidad y de la universalidad. Influyen en el lenguaje. Las ideologías
constituyen la mediación entre la praxis y la conciencia. El individuo se entrega a la ideología, se aliena; no advierta en
seguida este hecho. La ideología se ha convertido en un arma manejada conscientemente en la lucha de clases.

Las praxis sociales (prácticas conscientes que realizan los individuos de manera reflexiva) producen representaciones en
estructuras sociales y modos de producción determinados. Las representaciones se forman mediante la formulación de las
condiciones que permiten la primacía de determinado grupo o clase. Los individuos actúan en la praxis excluyendo las
representaciones que no les convienen. Sus ideas son las ideas dominantes de su época.

LOUIS ALTHUSSER

Tesis 1: se refiere a la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia. Las representaciones
ideológicas reflejan la relación imaginaria de los individuos con las relaciones reales en que viven. Esto se debe a los AIE y
a interpelación que amarran al sujeto a la ideología dominante para garantizar la reproducción de la relación de
producción.

Tesis 2: plantea que la ideología tiene una existencia material, es decir, que las representaciones imaginarias se traducen
en actos materiales. La existencia de las ideas del sujeto es material ya que esas ideas son actos materiales insertos en
prácticas materiales reguladas por rituales materiales definidos por el aparato ideológico material del que proceden esas
ideas. De este modo, el sujeto conduce los actos de su vida cotidiana en función de sus ideas. A través de la realización
de actos y prácticas de la ideología dominante (propia de los dueños de los medios de producción) contribuye a la
reproducción de las relaciones de producción. Los modos de actuar en nuestra vida cotidiana varían según la concepción
ideológica del mundo reinante en determinado momento histórico aunque los hombres no lo adviertan. Hasta los más
pequeños actos de nuestra vida cotidiana están atravesados por las ideas que dominan una sociedad.

El hecho de que las representaciones ideológicas adquieran características deformantes respecto de las condiciones
reales de vida hace que los sujetos desconozcan la estructura real de las relaciones de explotación. Esto garantiza que el
sujeto reproduzca en sus actos la ideología dominante y así la formación social capitalista.

Tesis central “La interpelación”: los individuos son interpelados por la ideología como sujetos. Se entiende por sujeto todo
ser sometido a una autoridad superior, despojado de toda libertad. La interpelación asegura la reproducción de las
relaciones de producción por medio de la sumisión de los hombres a la ideología dominante. La ideología se transforma en
dominante en los AIE. La interpelación en su función de reconocimiento amarra al sujeto a la ideología dominante.

GEORGES DUBY

Para comprender la historia de las sociedades humanas se debe prestar atención a los fenómenos mentales ya que los
hombres actúan según la imagen que se hacen de su condición verdadera. Se esfuerzan por adecuar su conducta a los
modos de comportamiento propios de la cultura. Las relaciones sociales se desarrollan en el marco de un sistema de
valores. Sobre él se fundan las obligaciones que cada uno espera que sean respetadas por los demás. Las ideologías son
globalizantes, deformantes, están en concurrencia ya que existen varios sistemas de representaciones, son estabilizantes
debido a que preservan las ventajas adquiridas por las clases dominantes y son prácticas. La máxima atención debe
prestarse a lo callado. Las ideologías y sus características son objetos de la historia porque permiten al historiador
completar el análisis fundado en las estructuras materiales de una sociedad.

DOCUMENTO DE CATEDRA:

EL CONCEPTO DE “IDEOLOGÍA” EN EL PENSAMIENTO DE LOUIS ALTHUSSER:

La formación social reproduce las condiciones que son necesarias para realizar (seguir realizando) la producción.

El rodeo que antes señalábamos indica el camino que Althusser trata de construir hasta llegar al concepto de ideología
como reproductora de las relaciones de producción.

Aclaremos este rodeo. Si el modo de producción capitalista necesita de condiciones que posibilitan la producción,
entonces habrá que garantizar la reproducción de dichas condiciones para que la producción (y con ella el sistema y la
formación social toda) no cese.

Los aparatos ideológicos de Estado (A.I.E) y el mecanismo de la interpelación los encargados de “amarrar” al sujeto a la
ideología dominante y de esta manera garantizar la reproducción de la relación de producción.

“cualquiera que sea la forma social del proceso de producción, éste tiene que ser necesariamente un proceso continuo o
recorrer periódica y repetitivamente las mismas fases. Ninguna sociedad puede dejar de consumir, ni tampoco, por tanto,
dejar de producir. Por consiguiente, todo proceso social de producción considerado en sus constantes vínculos y en el flujo
ininterrumpido de su renovación es, al mismo tiempo, un proceso de reproducción”3.

La reproducción debe asegurar, por un lado, la producción y fijación de las condiciones y, por otro, la reproducción misma
del capital y trabajo como nexo de la explotación bajo el capitalismo (reproducción de la relación de producción).

Para Althusser existen tres elementos prácticos: el económico, el ideológico y el político; los cuales deben reproducirse de
forma que la totalidad estructurada, que es el modo de producción, pueda así mismo reproducirse

IDEOLOGÍA, SU MATERIALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA VIDA COTIDIANA:

El autor se propone dar cuenta de la estructura y el funcionamiento de la ideología y para ello ordena la argumentación a
partir de tres tesis: una tesis central que se denomina Interpelación, una tesis (1) que se refiere a la relación imaginaria del
individuo con sus condiciones de existencia y una tesis (2) llamada material que afirma la transposición en actos de la
ideología
Althusser nos advierte que tanto la tesis (1) (relación imaginaria) como la tesis (2) (materialidad) son un paso teórico
necesario para abordar la tesis central que explicará la estructura (simbólica e imaginaria) y el funcionamiento de la
ideología (interpelación).

La relación imaginaria, sostiene Althusser, está dotada de "existencia material" y esto sucede así dado que las
representaciones (deformadas) que derivan de dicha relación se realizan, se traducen en actos materiales

El sujeto humano conduce los actos de su vida en función de sus ideas.

Ahora bien, esa ideología “habla” en actos , el sujeto en sus actos "habla” de ideología, dado que la existencia de sus
ideas, de sus creencias es material "en tanto esas ideas son actos materiales insertos en prácticas materiales, reguladas
por rituales materiales definidos, a su vez, por el aparato ideológico material del que proceden las ideas de ese sujetos"

Los A.I.E son la realización de la ideología dominante y se convierte en dominante justamente a partir de ser la
"concepción" (las ideas) de la clase que detenta el poder y que recibe del Estado su legitimación jurídica. Por esta razón,
hablamos de A.I.E en tanto la ideología que circula en estos aparatos es la ideología de la clase dominante que encuentra
en el Estado el modo de asegurar legalmente la apropiación de los medios de producción.

Planteado esto, podemos articular la "deformación necesaria" con la materialidad de la ideología, dado que las
características "necesariamente deformantes" que adquieren las representaciones respecto de las condiciones reales de
vida y que ocultan la estructura real de las relaciones de explotación, se realizan en actos y prácticas insertos en la
ideología dominante. El sujeto "actuado" por la ideología (dominante) de los A.I.E, se encuentra en relación de
"desconocimiento" (efecto de la deformación necesaria) respecto de la estructura de las relaciones de producción.

Se garantiza así que el sujeto desde sus minúsculas actitudes cotidianas hasta sus prácticas sociales más elevadas
reproduzca (realice) en sus actos la ideología dominante que posibilita la permanencia de la clase propietaria de los
medios de producción en el poder, y así la reproducción de la formación social capitalista.

Todo hombre vive una determinada “vida cotidiana” y que de ninguna manera es algo “natural”, sino que se trata de una
construcción social.

Las ideas sostienen los actos, los actos de la vida están fundados consciente o inconscientemente en nuestra concepción
del mundo, en nuestros valores, en el modo en como nosotros entendemos la vida.

Como conclusión de esta primera aproximación, diremos entonces que la ideología tiene existencia material en la medida
que toda concepción de la vida se traduce en actos y prácticas concretas

EL CONCEPTO DE INTERPELACIÓN, LA CONSTITUCIÓN DEL SUJETO Y LA REPRODUCCIÓN DE LAS


RELACIONES DE PRODUCCIÓN:

La ideología interpela a los individuos como sujetos.

Los individuos son siempre –ya interpelados por la ideología como sujetos, lo cual necesariamente nos lleva a una ultima
proposición: los individuos con siempre –ya sujetos.

Dado que la interpelación se asocia con la función de “reconocimiento”, diremos que es necesario que un sujeto se
encuentre “caído o sujetado” a un código simbólico para que tenga efecto sobre él un “llamado” (por ejemplo), a la manera
de reconocerse en dicho llamado. De esta manera queda asociada la concepción del sujeto que estamos trabajando con
los fenómenos “evidentes” que se presentan en la relación de un sujeto con el “mundo”.

La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos elementos: la
concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.
El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.
En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.
El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.

En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución. La interpelación ideológica como reproductora de las relaciones de producción se entiende a partir de dos
elementos: la concepción de sujeto y la consideración de la ideología dominante.

El mecanismo interpelador constaría de dos instancias, cuyo “montaje” arrojaría la posibilidad de sujetar al sujeto a la
ideología dominante capitalista (por ejemplo) y permitir de esa manera que la formación social, cuyo modo de producción
es el capitalista, se reproduzca.

Estaríamos en presencia de una “duplicación”, en donde a partir de un sujeto concebido como efecto de determinados
elementos simbólicos, se montaría el “sentido”, el “significado” de dichos elementos y produciría entonces un sujeto
amarrado a dichos sentidos o significados; cuya determinación depende de la ideología dominante.
En otras palabras, entender al sujeto producido desde una matriz simbólica es la “condición de posibilidad” para que la
ideología dominante en la estructura social encuentre su anclaje y su realización. Doble movimiento, del cual debe
suprimirse rotundamente cualquier consideración temporal (cronológica), dado que es en el mismo acto constitutivo del
sujeto que se realiza su sujeción a la ideología dominante, vía los sentidos o significados que participen en dicha
constitución.

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