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LA PREDICACION

IGLESIA DE DIOS
(7° DIA) A. R.

REPUBLICA MEXICANA
2 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.
Contenido

Sección Página

Introducción....................................................................................................................... 5

1. Tema I. .......El principio......................................................................................... 7

2. Tema II........¿Por qué Fracasan los Predicadores?................................. 9

3. Tema III. .....¿Cómo se que estoy realizando correctamente

la función de Predicar?.......................................................................................14

4. Tema IV. .....Antes de preparar el Sermón.................................................14

5. Tema V. ......Distíngase de la multitud.........................................................15

6. Tema VI. .....Preguntas importantes..............................................................16

7. Tema VII. ....Para captar la atención...............................................................17

8. Tema VIII. ..Recomendaciones generales.................................................18

9. Tema IX. ....El carácter de la Predicación...................................................18

10. Tema X. ......La Predicación como un acto comunicativo...............22

11. Tema XI .....La invención del Sermón..........................................................23

12. Tema XII. ...Arreglo del Sermón......................................................................31

13. Tema XIII. ..Ideas para preparar y presentar el Sermón...................35

14. Tema XIV. ..Evite estos defectos comunes...............................................47


15. Tema XV. El Predicador como persona..................................................49

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Introducción

“Predica la Palabra: persiste en hacerlo, sea o nos sea oportuno, co-


rrige, reprende y anima con mucha paciencia y sin dejar de enseñar”
(2 Timoteo 4:2).
¿Qué Predicador, llegado el momento de que exponga el mensaje,
irá con la firme seguridad de saber hacerlo bien?
Creo que todos los Predicadores sentimos un miedo reverencial
ya que lo que decimos es a nombre de Dios, y nunca quisiéramos
dar un mensaje contrario a la voluntad de él, como algunos hombres
lo hicieron y a quienes el Señor reprendió y dijo: «No han hablado
rectamente por mí» (Job 42:8). Sin embargo, no obstante la delica-
deza de esta misión aquí estamos, y lo menos que podemos hacer es
esforzarnos para que sea el Señor quien ponga en nuestro corazón,
mente y labios, la Palabra que su pueblo necesita oir.
Existen muchos libros y tratados sobre este tema y sé que algunos
de ellos han sido consultados y aprendidos. Mi propósito es ofrecer a
quienes se inician en este duro trabajo, algunas ideas que les permitan
conocer el camino; no rápido y fácil sino práctico para elaborar su
Sermón, así como evitar los errores que algunos hemos cometido.
Considero que nunca está de más una palabra a los más experi-
mentados y a quienes cuentan con las herramientas y el tiempo para
utilizarlas en la elaboración de un Sermón.
La gran mayoría de nuestros Predicadores son hombres con sus
propias ocupaciones y que, sin embargo, amorosamente han asumi-
do la responsabilidad de pastorear y predicar; hombres, valientes y
humildes que algunas veces en el trayecto de la oficina, taller, fábrica,
mercado, o aún del campo al templo, mentalmente van pensado de
qué hablar a la iglesia.
Los admiro porque se mantienen cuando lo más fácil sería renunciar;
pero también los exhorto para que tal amor y sacrifico no sea vano,
tratando de evitar algunas cosas y haciendo su parte en el ministerio.

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No dejen de consultar y estudiar el tratado que sobre este tema
elaboró el departamento Nacional de Educación Cristiana, lo cual
enriquecerá más aun sus posibilidades y habilidades para Predicar.

«Predicar es venir a formar parte de un evento dinámico en el cual el


Dios viviente, el Dios redentor, reproduce su acto de redención en un
encuentro viviente entre él y los que escuchan a través del Predicador»
(Donald G. Miller)

Con aprecio
Min. David Rojas Aldaco

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Tema I. El principio
Yo tenía 21 años cuando acepte pastorear la congregación en el puerto
de Veracruz. Mi preparación académica y ministerial era escasa pero
no mis deseos de servir.

La iglesia en Veracruz había sufrido una separación de varios con-


gregantes y al llegar, como no había obreros, yo tenía que predicar y
dirigir en todos los cultos; así que después de un mes yo había expuesto
32 sermones y mi repertorio se agotó. Un sábado al terminar el culto
mi mente estaba en blanco, por más que buscaba de qué hablar al
siguiente día en el culto de oración no me venía ninguna idea, y aun-
que leía la Biblia tampoco venía algún pensamiento. Me sentía muy
angustiado y cuando todos se fueron apagué las luces y me quedé
a orar y a llorar con angustia. Al notar mi ausencia mi esposa fue a
buscarme, al ver a alguien arrodillado preguntó si era yo; le respondí,
encendió las luces y me dijo: «¿Qué sucede? ¿Porqué estás llorando?».
«Es que no se qué Predicar mañana» -contesté. «¿Cómo que no sabes
que predicar?» -repuso. «No lo sé» -concluí-. Al ver mi condición, me
recordó que Dios lo sabía y que si lo había pedido sin duda ayudaría.

Dios ayudó y ha ayudado, y aprendí que no consiste solo en leer.


Cristo dijo a los escribas: «ustedes escudriñan las Escrituras porque
creen que haciéndolo encontrarán vida eterna y no se dan cuenta
que ellas dan testimonio de mi» (Juan 5:39). Es Dios y no nuestro
conocimiento de la Palabra lo que nos hará buenos Predicadores. Por
favor no me mal interpreten, no estoy menospreciando la Palabra, ni
tampoco Jesucristo lo hizo al reprochar la actividad de los escribas
sino la ubicó en su lugar. Por medio de ella sabemos de Dios y Jesu-
cristo, pero nuestra relación personal y vida devocional solo nos harán
conocerlos y ser guiados por su Santo Espíritu. Esto hace la diferencia
entre un Predicador exitoso y una Predicación exitosa.

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Existen muchos Ministros que buscan ser Predicadores exitosos y
algunos lo logran, pero la Predicación quizá pierde su verdadera esencia.

¿Cómo es la Predicación en cuyo seno está el afán de éxito personal?

El Predicador que sólo busca su propio éxito:


- Busca adquirir una buena elocuencia.
- Tiene don de gentes. Busca construir una simpatía entre su per-
sona y quienes lo oyen.
- La gente acude cuando se trata de él porque es ameno y divertido.
- Pierde contacto con el ser humano.
- Se torna arrogante.
- Es un buen actor.
- Se cotizan muy caras sus participaciones.
- Su mensaje conmueve, gusta, emociona, anima, pero no transforma.
- Depende de su propia habilidad y conocimiento.
- Al terminar de predicar pregunta: «¿Qué te pareció el mensaje?
¿Cómo lo hice? ¿Estuve bien?».

Cuando el Predicador busca el éxito de la Predicación:


- Busca constantemente al Señor, no obstante ser un hombre
preparado y elocuente
- Tiene carisma (mejor que don de gentes).
- Entiende que su propósito no es divertir sino despertar pasión
por el Evangelio.
- Motiva a que la gente escuche la Palabra de Dios, aunque no sea
él quien la exponga.
- La carencia de recursos no limitan su mensaje.
- Es sensible y convive con las personas.
- Es sencillo como reflejo del poder de Dios en él.
- No representa un papel, la gente sabe que vive lo que predica.
- Predica donde hay necesidad sin condiciones económicas.
- Su mensaje, además de conmover y entusiasmar, provoca reac-

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ciones y cambios en el pensar y actuar de los oyentes.
- Nunca pregunta: «¿Cómo lo hice? ¿Estuve bien? ¿Qué te pareció
el mensaje?». Porque se reconoce un instrumento de Dios y, sin
embargo, cuando alguien espontáneamente lo elogia reconoce
y agradece con humildad.

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”


Proverbios 1:7

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Tema II. ¿Por qué fracasan los predicadores?
Porque confunden su misión con la de un conferencista.
Nunca olvide que aunque la preparación y elocuencia son necesarias
nunca suplirán a una vida reverente y santa en comunión con Jesu-
cristo y el Padre.

Porque no tienen nada que decir, nada interesante, nada nuevo,


nada que concierna a la gente.
Los Predicadores no debemos permanecer ajenos a los sucesos en
el mundo y a los conflictos humanos. La mayoría de congregantes
fueron adoctrinados antes de bautizarse, así que conocieron lo más
esencial de nuestras prácticas; sin embargo, todavía siguen escuchando
sermones sobre «La Ley de la Alimentación», «El Reino en la Tierra»,
«los Sueños de Nabucodonosor», «las Plagas en Egipto», «¿Existe el
Infierno?», «La Batalla del Armagedón», etc. No que estos temas no
sean buenos sino que quizá pueden llegar a ser tan repetitivos o
inoportunos. El Predicador debe esforzarse por conocer a su grupo y
tratar de entender sus necesidades, que bien pueden ser: consuelo,
animo, confianza, seguridad, esperanza, fe, o respuestas a situaciones
y problemas de la vida, como:
- Vivir con el cónyuge inconverso alcohólico.
- Ayudar a una madre soltera.
- Vencer las tentaciones.
- Relacionarse con los compañeros de trabajo inconversos.
- Mejorar el matrimonio.
- Vencer el pecado.
- Orar.
- Soportar la enfermedad.
- Educar a los hijos.
- La relación de la fe con asuntos como:
- La eutanasia.
- La ecología.

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- Los desastres naturales.
- Política.
- La pena de muerte.
- Las guerras.
- La donación de órganos humanos.

Porque no saben de qué están hablando, no se toman tiempo para


profundizar, investigar o comprobar.
Escuché un mensaje sobre Romanos 5:20 «Cuando el pecado creció,
creció más la gracia» y el Predicador enseñaba que si alguien sigue
pecando Dios lo ama más porque aunque sea mucho su pecado ja-
más será más grande que el amor de Dios. Si ese Predicador hubiera
leído más hubiera llegado a Romanos 6:1, 2 lo cual contradice su
punto de vista.
Otro Predicador, mal interpretando las palabras de Isaías 64:6, decía
que todos éramos sucios y nada útil podíamos hacer, lo cual contradice
al mensaje de Dios al llamarnos “gente santa, sacerdotes reales linaje
escogido, hijos de Dios” (1 Pedro 2:9).
Otros dan mensajes tan evidentes que no denotan esfuerzo o
estudio. Es como si alguien nos dijera: «Les voy a hablar acerca de los
autos: Bueno los automóviles tienen 4 llantas, algunos tienen dos o
cuatro puertas, tienen volante, pedal para frenar y acelerar y algunos
otros tienen aire acondicionado». ¿Está diciéndonos algo interesante?
¿Algo que a simple vista no se pueda ver?. Si él se esforzara e investigara
entonces su plática sería interesante si nos dijera: «Hoy voy a explicarles
cómo es que la gasolina hace mover a un auto y seguiremos paso a
paso el recorrido de ésta, desde que se deposita en el tanque y cómo
se transforma en gas». Lo mismo sucede con algunos sermones, no
dicen nada que no se pueda saber a simple vista, nada que demuestre
un punto de vista distinto o como resultado de oración e investigación
o detenida y atenta observación.

Porque cuando expone, no despierta atención ni atracción; im-

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provisa mucho.
Hay Predicadores que dan la impresión de angustia, enfado, petulancia
o simpleza, no disfrutan el privilegio de enseñar o principian diciendo
frases como: «aunque no soy digno», «aunque no se predicar», «no
tuve tiempo de preparar el Sermón», «lo que voy a decir a ustedes ya
lo saben», «No voy a decir nada nuevo» no se percibe la presencia de
Dios en ellos.

Porque no explican lo que desean que haga la iglesia, ni cómo lo


deben hacer.
Uno puede comenzar a hablar de la falta de compromiso y solo criticar
a quienes nada mas vienen a sentarse o no asisten entre semana, y
condenan pero nunca dicen las distintas actividades que hay además
de enseñar, dirigir, predicar o tocar un instrumento; hablan de santidad
pero no dicen como vivirla; condenan al pecado pero no dicen como
vencerlo; reprenden a quienes no diezman pero no les enseñan a
administrar sus recursos económicos.

Porque dicen todo al principio y después solo parlotean sin orden,


ni coherencia.
Debemos procurar una introducción, el tema central, las propuestas,
cómo hacerlo, cómo superar obstáculos, cómo obtener los beneficios
de hacer lo que oímos.

Porque no muestran al hablar ningún sentimiento, son monótonos.


Todo nuestro ser debe transmitir el mensaje, nuestros ojos, la expre-
sión del rostro, el tono de voz, los ademanes, el volumen, la expresión
(consulte las recomendaciones en el tema de Director de Culto).

Porque no demuestran que tienen autoridad espiritual.


Aquí no se trata de tener una voz potente sino de hablar trasmitiendo
el sentir de una vida fiel y ejemplar. Esto lo perciben los oyentes por
la acción del Espíritu Santo. Es algo como que los oyentes también

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escuchen una voz interna que les dice acerca del Predicador: «Este es
mi hijo amado con el cual yo me siento contento».

Porque más que como siervos de Dios actúan como actores.


Hay quienes están más interesados en parecer chistoso que en im-
pactar con el mensaje.

Porque no se superan ni espiritual ni culturalmente.


¿Conoce a algún predicador que ha dejado de ver durante años y
al encontrarse con él percibe que sus sermones siguen siendo los
mismos, con las mismas ilustraciones y mismos textos?.

Porque no saben la diferencia entre reconvenir y ofender.


Hay Predicadores que les place poner en evidencia a quienes se
duermen en el templo, llegan tarde, han cometido una falta; otros se
atreven a decir frases como: «aquí no queremos que vengan a calen-
tar las bancas», «la puerta esta muy ancha para los que quieran irse»,
«nadie es indispensable».
Qué maravilloso y elocuente Sermón dio el profeta Nathán al rey
David a quien sin ofender le señaló su pecado y lo motivó al arrepen-
timiento.

Porque su mensaje solo proporciona entretenimiento o información.


Nuestros mensajes deben proponer también lo que vamos a hacer
con la información recibida. Cómo se aplica a nosotros lo sucedido a
Abraham, David, Pablo, Pedro, etcétera.

Porque su mensaje no contiene ninguna propuesta, ningún reto.


Cada vez que predicamos creemos que Dios ha dado un mensaje a la
iglesia; pero: ¿Qué responde la iglesia a Dios? ¿Qué va a hacer la iglesia
como consecuencia del mensaje oído? Nosotros también debemos
plantear propuestas e invitar a la iglesia a comprometerse con ellas.

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Porque solo están interesados en alimentar su orgullo y vanidad,
esperando ser admirados o felicitados.

Porque su vida es un antitestimonio de lo que predica.


Una mala conducta no puede ocultarse por mucho tiempo ante la
iglesia, y menos aún, delante de Dios; tal condición tiene efectos
negativos en los congregantes quienes consideran que es una burla
o una oportunidad para que ellos también pequen.

Tales son algunas de las causas que impiden el éxito de la Predicación.

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Tema III. ¿Cómo se que estoy realizando co-
rrectamente la función de predicar?

Si al final del Sermón la gente dice algo como:


- «Está absolutamente acertado».
- «Estoy profundamente arrepentido».
- «Debe hacerse algo al respecto».
- «¿Cómo puedo ayudar?».
- «¿Qué desea que haga?».
- «¿Cuándo quiere que lo haga?».
- «Este Predicador sí que sabe de qué está hablando».
- «Me siento mejor».
- «Gracias Señor por hablarme».

Entonces usted sabrá que Dios está satisfecho por su labor.

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Tema IV. Antes de preprarar su sermón no
se pregunte ¿de qué les hablo?, e
lugar de ello, pregúntese:
- «¿Qué quiero que hagan?».
- «¿Qué quiero que piensen?».
- «¿Cómo harán lo que deseo?».
- «¿Cuándo lo harán?».
- «¿Qué ganan haciendo lo que digo, o pierden si no siguen mi
consejo?».
- «¿Estoy pidiendo demasiado?».
- «¿Tienen tiempo para hacer lo que les pido?».
- «¿Son capaces de hacerlo?».
- «¿Es algo que pueden hacer sin dificultades?».
- «¿Tienen interés en mi tema?».
- «¿Existe probabilidad de oposición, apoyo o neutralidad?».
- «¿Puede causar dificultades mi tema?».
- «¿Qué conducta se corregirá con mi tema?».
- «¿Qué es lo que están necesitando actualmente?».

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Tema V. Distíngase de la multitud, planee y
organice lo que va a decir

a) Hará una mejor presentación (cuando se habla sin preparación,


se escapan muchas ideas).
b) Ayudará al oyente a comprender mejor (Podrá enumerar los pun-
tos, emplear un lenguaje adecuado al oyente, mostrará ayudas
visuales).
c) Demostrará al oyente que Usted se ha preparado (Para el oyente
es mucho más agradable oír: «He recopilado información», «He
hecho una investigación», «Tengo varias opiniones». En lugar de:
«Se me ocurre», «Yo creo», «Quizá», «Imagino», «Tal vez»).
d) Ahorrará tiempo, tanto suyo como el de los oyentes (Ponga
atención en cuanto dura un comercial de T.V. y cómo en tan poco
tiempo dicen mucho).
e) Hablará con más confianza (El nerviosismo se hace mayor cuando
no estamos preparados o hay inseguridad. A la gente no le gusta
oir la exposición de alguien que está sumamente nervioso).
f ) Parecerá más competente (Cuando usted hable y tenga una guía
por escrito demostrará que está preparado).
g) Tendrá oportunidad de revisar, corregir o agregar.

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Tema VI. Preguntas importantes
Concernientes a nuestro auditorio
- ¿Qué características sociales tienen?
- ¿Qué propósitos tienen?
- ¿Cuántos asistirán?
- ¿Son de diversas edades?
- ¿Qué ocupaciones estarán representadas?
- ¿Son congregantes de recién ingreso?
- ¿La reunión tiene un t ema?
- ¿Cuál es el nivel cultural?

Concernientes al interés del grupo


- ¿Qué interés tienen en mi tema?
- ¿Existe probabilidad de apoyo, oposición o neutralidad?
- ¿Pueden beneficiarse aceptando mi idea o abrazando mi causa?
- ¿Qué tanto puedo pedirles que hagan?, ¿tienen tiempo para
hacerlo?
- ¿Son capaces de hacerlo?, ¿es algo que pueden hacer sin dificul-
tades?
- ¿Existen algunos tabúes?
- ¿Qué temas pueden causar dificultades?

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Tema VII. Para captar la atención
Lo primero que debe conseguir el que habla a otros es ser escuchado.
La atención es una disposición interna y libre de receptor que puede
darla o negarla a quien quiera y cuando quiera. Nosotros somos im-
potentes para forzar mínimamente esa atención.
¿Por qué un hombre escucha a otro hombre? Pensar que es por
cortesía es una ilusión. La verdad es que si el tema no interesa nada,
la atención disminuirá hasta perderse del todo; aún en el supuesto
de que el Predicador hable correcta y aún brillantemente.
La atención no depende tanto de la forma como habla el Predicador
sino del interés de lo que dice. El qué y el cómo tienen una estrecha
dependencia. El receptor pondrá atención cuando lo que se habla es
más atrayente para él de lo que es aquello en lo que está pensando.

¿Qué recursos tiene el que habla?


- Actitud personal.
- Disposición cordial y abierta.
- Esforzarse en estar en el lugar de aquel cuya atención pretende
conseguir y establecer con ellos una relación empática.
- Excluir el fingimiento. Hay que hacer nuestro lo que estamos
diciendo ya que si fingimos entonces no respondemos a un
sentimiento profundo y real.
- Estar más pendientes de los demás que del lucimiento personal.

Debemos ser cuidadosos porque si nuestro auditorio es más culto y de


mayor madurez espiritual y psicológica, y capacidad crítica, entonces
notarán el deseo de manipular y no aceptarán dejarse influir, manejar
o deslumbrar por quién demuestre esos deseos.

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Tema VIII. Recomendaciones generales
- Esfuércese por hacer un profundo examen de las circunstancias
exteriores que rodean al hombre (económicas, culturales, socio-
políticas).
- De modo especial ponga atención a sus necesidades espirituales
y aspiraciones de manera concreta, aquí y ahora.
- Al hablar póngase en sintonía con las aspiraciones y necesidades
de quienes escuchan.
- Cuando hable, no dé la impresión que usted anda en las nubes
o que es parte de un mundo superior. De ser posible, viva en
contacto con la realidad de sus oyentes y conózcala a fondo. No
dé la impresión que se mueve en un nivel espiritual muy superior.
- Desarrolle hábitos de reflexión: ¿qué interesa o preocupa de los
demás? Esas manifestaciones de ira o complejos, ¿a qué se deben?
¿Qué encuentran en sus formas de distracción?
- Cultive un Espíritu de observación. Una situación externa bien
analizada puede convertirse en un tema.
- Procure estar al pendiente de los demás.
- Provoque actividades concretas para realizar las funciones de ob-
servación: mire, escuche, provoque conversaciones, lea intensa y
profundamente, escuche la radio, vea T.V., platique con personas
de distinto signo ideológico y que beban de distintas fuentes.

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Tema IX. El carácter de la predicación
Carácter teologal
La Predicación tiene su punto de partida en el amor de Dios y en la
revelación de ese amor. El origen de la autorevelación de Dios en su
infinito amor es causa de la Predicación.
La Predicación no debe centrarse en ideas humanas acerca de Dios
sino en lo que Dios ha hecho. La Predicación deriva su energía de Dios
y de él también recibe su autoridad. La Predicación viene a ser palabra
de Dios cuando se nota en ella la acción divina. Todo el propósito de
la Predicación debe ser llevar a los hombres al conocimiento de Dios.

Carácter Cristológico
Cristo es el núcleo de la Predicación y sin él no hay proclamación ni
salvación. La Predicación debe ser Cristocéntrica:

Orden socio económico


Político
Cultural CRISTO
Educativo
Religioso

La Predicación no sólo debe compartir ideas acerca de Cristo (su Seño-


río encarnación, muerte y resurrección, ascensión, segunda aparición)
sino la realidad de su persona; y esto sólo se logra por la experiencia
personal con Cristo y la saturación de su poder.

Carácter Evangélico
a) El Sermón no es un discurso moral, político o religioso sino la
comunicación del Evangelio de Cristo. Por tal razón su mensaje
debe tener relación con el Evangelio.
b) Se dice que un Sermón tiene carácter evangélico cuando:
- Se anuncia la actividad de Dios en Cristo a favor de la humanidad.

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- Su tema y propósito son: Obtener una respuesta de fe y dedi-
cación a Jesucristo.
- Cuando su mensaje anuncia las implicaciones del Evangelio
para toda la vida.

Carácter Antropológico
a) No debemos pasar por alto que el receptor de la Predicación
siempre será el ser humano.
b) Cuando la Predicación penetra en la vida de los hombres e influye
en su comportamiento es entonces cuando ésta cumple su fin.
c) Es esencial considerar a qué clase de receptores irá nuestro men-
saje.
d) El mensaje debe ir orientado tanto a quienes viven en el Reino de
Dios como a quienes viven fuera de sus fronteras para llamarlos
a la comunión con el Padre.
e) La Predicación tiene un carácter humano porque edifica, nutre,
ilumina, acompaña, protege, reúne y hace crecer a la iglesia.

Carácter Eclesial
a) La Predicación se lleva a cabo en el contexto de la iglesia y está
ligada a la existencia y misión de la misma.
b) Una Predicación acorde a la revelación de Dios produce recon-
ciliación.
c) La Predicación da origen a la iglesia, la hace crecer y la desarrolla.
d) La Predicación nos debe hacer conscientes de:
- La realidad de nuestra posición con Cristo.
- La vida actual.
- Nuestra pertenencia al pueblo de Dios.
- Que somos una nueva humanidad.
- Que somos un reino de sacerdotes y nación santa.
- Que somos una comunidad apostólica, profética y peregrina.
- Cómo estamos viviendo esta realidad.
- Cómo estamos cumpliendo el llamamiento.

LA PREDICACÓN 21
- Que somos la voz profética que procura que el pueblo reflexione
acerca de sus caminos delante de Dios.
- Que es necesario hacer un llamamiento a arrepentirse y con-
vertirse de sus malos caminos.

Carácter Escatológico
a) El mensaje debe invitar a los hombres a participar en la última
fase de la salvación.
b) Tiene que ver con el reino que anunciaba Jesús.
c) Confronta al hombre con dos posibilidades futuras, condenación
o salvación, y los obliga a tomar una decisión respecto a las op-
ciones de su futuro.

Caracter persuasivo
a) Predicar es comunicar la verdad divina con el fin de persuadir.
b) La persuación está orientada a cambiar las actitudes y creencias
de las personas.
c) El Predicador busca una transferencia de significados que influya
sobre el comportamiento de los oyentes para que cambien de
actitud con respecto a Cristo y su Evangelio y todo lo que ello
implica.

Carácter espiritual
a) Un buen mensaje no sólo está hecho de letra sino de Espíritu.
b) El Espíritu es el que finaliza y hace penetrar el mensaje de tal
forma que los oyentes sean persuadidos.
c) Sólo un mensaje puede convencer de pecado y de su necesidad
de Cristo.
d) Un mensaje espiritual es resultado de una vida de oración que
demuestra la medida en que dependemos de Dios. Es en la oración
que confesamos y admitimos nuestra debilidad e insuficiencia
para cumplir el propósito de la Predicación.

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Carácter litúrgico
a) Liturgia es el culto que la Iglesia le rinde a Dios o la adoración
pública de Dios como expresión de servicio.
b) La Predicación unifica la adoración pública y toma el lugar de
Dios al hablar al hombre, pero mientras el hombre no responda
ésta no se complementa.
c) La Predicación le da tema la culto, para que la adoración en el
culto posea una buena simetría.
La eficacia de nuestra Predicación descansa sobre la respuesta que
demos a las siguientes preguntas:

1. ¿Tienen nuestros sermones un carácter Teologal, Cristológico,


Evangélico, Antropológico, Eclesial, Escatológico, Persuasivo,
Espiritual y Litúrgico.

2. ¿Qué imagen tenemos de nuestra función como Predicadores?,


¿nos vemos como oradores o estrellas de un espectáculo? o
¿como siervos, instrumentos y heraldos de Dios?

Predicar es compartir a Jesucristo con otras personas y presentarlas a


Dios para que tengan una relación íntima con él.

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Tema X. La predicación como un acto co-
municativo

Vista así, la Predicación involucra un proceso mental y emocional y


constituye una experiencia de interacción social en la que se com-
parten: ideas, actitudes y sentimientos con otras personas con el fin
de modificar o influir en su conducta.

Obstáculos
a) Actividades del Predicador.
- Hacia sí mismo. - Hacia Dios
- Hacia la palabra. - Hacia la iglesia
- Su situación vivencial.
b) Actitudes de la congregación.
- Hacia el Predicador. - Hacia el mensaje
- Hacia el culto. - Hacia los congregantes.

De modo que la Predicación no es sólo un dar y recibir estático sino


una actitud dinámica y una experiencia social que afecta y es afectada
por el cuerpo y los sentidos, los sentimientos y las actitudes, el pen-
samiento y las palabras, los movimientos y las acciones, la atención
y el entendimiento tanto del Predicador como de la congregación.
Todo Sermón debe ser una respuesta a las necesidades específicas
de la congregación. Es la congregación quien debe ponerle la agenda
al Predicador y no viceversa. De lo contrario sólo será metal que retiñe
o címbalo que resuena.
El Predicador que sólo se preocupa por la preparación de su Sermón
es semejante al soldado que sólo se preocupa por cargar su rifle y dispara
sin pensar si está dando en el blanco o no. Necesitamos no sólo aprender
cómo preparar sermones sino también cómo exponerlos. Exige sobre
todo una aguda sensibilidad a las reacciones de la congregación a la
comunicación no verbal y a la dinámica del momento.

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Tema XI. La invención del Sermón
Considerando que: Retórica es la ciencia del bien decir para comunicar;
comprendemos la importancia de que todo Sermón tenga que estar
dentro de las fronteras de la retórica.
Tradicionalmente la retórica se ha caracterizado por cinco leyes
canónicas a saber:
1) La invención: Descubrir ideas para el discurso.
2) La disposición o arreglo: Organización del material descubierto
en orden lógico y progresivo.
3) La elocución o estilo: Manera de expresar las ideas.
4) La memoria: Retención de ideas o pensamientos en tal forma que
pueden ser reproducidos.
5) La presentación: La transmisión de las ideas descubiertas, arre-
gladas, fraseadas y memorizadas.

La invención es el aspecto más difícil de la construcción del Sermón


y uno de los más importantes. Es aquí donde el Predicador se satura
de lo que va a decir. La invención tiene que ver con el descubrimiento
y análisis de ideas y pensamientos para ser desarrollados fraseados y
presentados en forma lógica y persuasiva. Este proceso abarca por lo
menos los siguientes pasos:
a) La determinación del propósito.
b) La selección de una base bíblica.
e) El análisis del contexto.
f ) El análisis del texto.
c) La determinación del asunto.
g) El análisis del asunto.
d) La determinación del tema.

a) La determinación del propósito.


Todo mensaje requiere un «para qué». Debemos comprender que el
Sermón es sólo una herramienta y no un fin. El comprender claramente

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estos principios nos permitirá elegir de manera adecuada el texto.
El propósito tiene dos dimensiones: La primera y la más importante
es el individuo o individuos a quienes va dirigido el mensaje. Hay dos
clases de receptores: «intencionales» y «no intencionales».
La segunda dimensión es la clase de efecto que se espera producir y
para descubrirlo es necesario determinar si se persigue un propósito
consumado (que se alcanza en el momento de consumo) o instru-
mental (cuando no se busca una respuesta final sino la que sirva como
instrumento de mayor alcance).
Para determinar la clase de efecto que se espera producir es necesario
especificar «la clase de cambios» que se puede esperar. Puede ser que
en principio sólo pretendamos que el oyente pueda asimilar y retener
la información que se le dé, de tal manera que adquiera nuevas formas
de comportamiento en situaciones dadas. Por otra parte, también se
puede evaluar la respuesta, observando el comportamiento de los
oyentes de esta manera se mide la eficacia del mensaje.
Hay por lo menos cuatro formas de influir sobre el comportamiento
de otros:
- Por la transmisión de información.
- Por el reforzamiento de actitudes existentes.
- Por la promoción de nuevas actitudes.
- Por las alteraciones de actitudes existentes por nuevas actitudes.

Propósitos Generales.- Algunos hablan de cinco: Evangelizador, Doc-


trinal, Consagración, Etico- moral. Pero considero que es más adecua-
do hablar de ellos de manera general y no detallada, por lo que los
resumiremos en tres:

1. Propósito Kerygmatico. Tiene que ver con la presentación clara y


sencilla del Evangelio y con su aplicación a la necesidad de redención
del hombre.

2. Propósito Didáctico. Tiene que ver con la enseñanza directa de todo

26 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


el consejo de Dios y su aplicación a las necesidades humanas. Abarca
el desarrollo histórico del propósito salvífico de Dios: el llamamiento
y fracaso de Israel, la redención, la Iglesia, etc.

3. Propósito Pastoral. Tiene que ver con el análisis Teológico-Pastoral


de las crisis de la vida y de la solución que Dios ofrece en su Palabra
a esas crisis de carácter psicológico, social, espiritual. El Sermón debe
inspirar, consolar, conformar y sobre todo desafiar.

b) La selección de una base bíblica


Más que hablar de un versículo, hablamos de una porción o idea bíblica.
Para que un Sermón sea bíblico no necesariamente tiene que tener
un versículo que lo respalde sino que la idea esté fundamentada en
el mensaje general de la doctrina bíblica.

Principios para elegir una base Bíblica


1. Debe estar dentro de los límites del Predicador.
2. Debe satisfacer las necesidades de la congregación.
3. Debe estar guiada por la voluntad del Señor (Palabra, testimonio,
circunstancias).
4. Debe apoderarse del corazón del Predicador.
5. Debe responder a una dieta balanceada.
6. Debe hacer hincapié sobre aspectos positivos de la vida cristiana.
7. Debe ser una base que apele a la imaginación.

c) La determinación del asunto


El asunto es aquello sobre lo cual el pasaje establece la naturaleza del
contenido del Sermón. Por su amplitud y generalidad son limitados y
normalmente expresados en una palabra. Por ejemplo:
Acción de gracias. Adoración. Aflicción. Alabanza.
Amor. Angeles. Bautismo. Reino.
Compromiso. Comunión. Conciencia. Cristo.
Discipulado. Divorcio. Pecado. Perdón.

LA PREDICACÓN 27
Espíritu Santo. Esperanza. Expiación. Fe.
Gracia – Muerte. Juicio. Iglesia. Justificación.
Mayordomía. Ley. Misiones. Obediencia.
Segunda Venida. Paciencia. Paz. Trabajo.
Dominio propio. Redención. Resurrección. Sacrificio.
Santidad. Temor. Honor. Valentía.
Hermandad. Humildad. Idolatría. Testimonio
Preocupaciones. Unidad. Oración.

d) Determinación del tema


El tema es el aspecto particular del asunto que ha de ser desarro-
llado en el transcurso del mensaje. Mientras que un pasaje bíblico
normalmente tiene un asunto y varios temas, el Sermón sólo tiene
un asunto y un tema.
El tema del Sermón debe ser una frase breve y clara que comprende
la substancia del Sermón, por ejemplo: Asunto: LA ORACION.
Temas:
- ¿Qué es la oración?.
- Formas de orar.
- El alcance de la oración.
- El poder de la oración.
- El propósito de la oración.
- El valor de la oración.
- La oración por los enemigos.
- Estados de ánimo y la oración.
- Las necesidades de la oración.
- Los problemas de la oración.
- Los resultados de la oración.

El tema del Sermón puede hacerse a través de varios canales: Analizando


el asunto o mediante «enfoque múltiple», o sea, el análisis del pasaje, la
idea, la frase o el texto bíblico desde diferentes ángulos. Por ejemplo:
Tomemos el pasaje de Hechos 8:26-40.

28 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


Desde el punto de vista de Felipe:
«Condiciones básicas para dar un testimonio eficaz»
I. Debe haber sensibilidad a la dirección del Espíritu. (Versículos 26,
27, 29, 30).
II. Debe proceder con tacto. (Versículo 30).
III. Debe hacerse uso de las Escrituras. (Versículos 32-35).
IV. Debe presentarse a Jesucristo. (Versículo 35).
V. Debe hacer un proceso de continuación. (Versículos 27, 38).

Desde el punto de vista del etíope:


«Pasos para la salvación»
I. Estar abierto a la verdad. (Versículos 28-31.
II. Entender. (Versículo 37).
III. Crecer. (Versículo 37).
IV. Obedecer. (Versículo 38).

e) Análisis del contexto


Si se desea Predicar inteligentemente, el Predicador debe estar rela-
cionado con los datos históricos, culturales y geográficos del pasaje.
Es pertinente que por lo menos reúna el material referente a estos
siete datos:

I. Autor del Pasaje.


(1) ¿Quién habló las palabras del texto? ¿Dios? ¿Un profeta? ¿Un
incrédulo? ¿Satanás?. Es necesario notar la diferencia de cuando
la Biblia sólo hace notorio un suceso o cuando lo aprueba.
(2) ¿Qué clase de persona es el autor? ¿Cuál es su carácter? ¿Edad?
¿Condición?
(3) ¿cuál es el trasfondo histórico, antecesores, preparación, expe-
riencia?
(4) ¿qué relación hay entre él y aquellos a los cuales se dirige?

II. Recipientes del Mensaje.

LA PREDICACÓN 29
¿Quiénes son? ¿Qué clase de personas son espiritualmente? ¿Cuál
es su situación social, económica, política?

III. El Tiempo o la Epoca.


¿Cuándo (aproximadamente) y qué significado tiene la fecha en
relación con otros acontecimientos?.

IV. El Lugar.
¿Dónde? ¿Hay algo significativo en ese lugar?

V. La Ocasión.
¿Cuáles fueron las circunstancias que motivaron el mensaje?

VI. El Asunto.
¿Es doctrinal, narrativo, biográfico, ético?

f ) El análisis del texto


(1) Léase el pasaje la primera vez para descubrir el asunto y la historia
(narrativo, didáctico).
(2) Divida el pasaje en párrafos y extraiga de cada uno de ellos la idea
principal.
(3) Lea el párrafo todas las veces que sea necesario para descubrir las
ideas secundarias, tomando en cuenta la sucesión de oradores o
etapas sucesivas.
- Cualquier acumulación de ideas o principios.
- Todo paralelismo, agrupación o semejanzas.
- Contrastes, oposición o intercambios de ideas.
- Indicaciones de causa - efecto.
- Repetición de cláusulas.
- Frases tradicionales o palabras conectivas.

30 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


g) El análisis del asunto
1. Si es un Asunto de Carácter Biográfico o Narrativo:
(1) ¿Cuáles son las conclusiones del pasaje? ¿Termina en fracaso
o victoria? ¿Nos ofrece alguna experiencia decisiva de carácter
negativo o positivo?
(2) ¿Qué promesas directas o indirectas podemos encontrar?
(3) ¿Qué errores de la vida estamos exhortados a evitar?
(4) ¿Qué papel desempeña la fe en la vida y experiencia de este
individuo o incidente?
(5) ¿Cómo se relaciona el Señor con este asunto?

2. Si el Asunto es de Carácter Doctrinal:


(1) ¿Cuál es el significado de las palabras del asunto?
(2) ¿Cuál es la importancia de la doctrina en la experiencia de este
individuo?
(3) ¿Cuál es la relación entre fe y doctrina?
(4) ¿Cuál es la enseñanza general del pasaje sobre esta doctrina?

3. Si el Asunto es de Carácter Etico:


(1) ¿Qué quieren decir las palabras del asunto?
(2) Si ponemos por obra este principio ético, ¿qué relaciones establece
entre la persona y Dios y el prójimo?
(3) ¿Cómo se puede realizar este principio ético en la experiencia de
la persona y cuáles son las relaciones de este principio ético con
otros principios.

LA PREDICACÓN 31
Tema XII. Arreglo del Sermón
El Arreglo del Sermón.- Un Sermón será poderoso en la medida que
reine el orden en el, sólo cuando las partes que tiene un designio
común estén íntimamente unidas, ajustadas exactamente, cuando
mutuamente se ayudan y sostienen como las piedras de un mismo arco.

Para lograrlo es necesario seguir los siguientes procesos.

Narracción
Sucede en la Introducción mediante la cual se proporcionan datos
bíblicos del trasfondo espiritual o de acontecimientos contemporáneos.

Interpretación.
Se da en el cuerpo del Sermón y puede ser:
a) Por medio de paráfrasis, definición, amplificación o descripción.
b) Por medio de estas siete interrogantes:
- ¿Quién?: Introduce una secuencia de personas para ser enu-
meradas, identificadas o incluidas en la aplicación de algún
principio.
- ¿Cuál?: Introduce una secuencia de cosas seleccionadas o al-
ternativas.
- ¿Qué?: Induce una secuencia de significados, definiciones,
características, etcétera.
- ¿Por qué?: Introduce una secuencia de tiempo, etapas o condi-
ciones.
- ¿Dónde?: Introduce una secuencia de lugares, orígenes, fuentes.
- ¿Cómo?: Introduce una secuencia de métodos y formas.

Ilustración
Estas son como ventanas que arrojan luz sobre lo que se trata de comu-
nicar. Sirven para aclarar un punto o para aplicarlo a la vida cotidiana.

32 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


Aplicación
Se pude hacer en el cuerpo o en la conclusión. Una buena ilustración
sirve para ello.

Argumentación
No quiere decir polémica, sino más bien inducir al razonamiento lógico,
respuesta a interrogantes que la congregación levanta, anticipación
de situaciones y respuestas a objeciones, prueba lógica e introducción
de evidencias.

Exhortación.
Se usa para invitar al creyente a responder al mensaje. Es recomendable
hacerla al final del Sermón.

El corazón del sermón: «la preposición»


La proposición es el tema expresado en una oración gramatical com-
pleta, clara y concisa que resume el contenido del mensaje y anuncia
el curso a seguir o el propósito que se quiere alcanzar. Es como un
Sermón en miniatura. Siendo algo tan importante es necesario que:
- se formule con exactitud rigurosa.
- Se exprese en forma sencilla y templada.
- Sea muy clara.
- Abarque todo el pensamiento del Sermón.
- Exprese o implique una respuesta por parte del congregante.

Distintas Clases de Proposiciones


1. Proposición persuasiva: Esta es la que trata de modificar o cambiar
la actitud (o actitudes) y creencias de una o más personas. Hay
tres clases de proposiciones persuasivas:
a) Proposición de deber: persuade al oyente que debe hacer algo.
b) Proposición de habilidad: Se usa para persuadir al oyente de
que es capaz de hacer algo.
c) Proposición de valor: Se usa para mostrar al oyente que lo que

LA PREDICACÓN 33
se le propone es de mayor valor que cualquier otra propuesta.

2. Proposición didáctica. Es aquella que tiene como fin enseñar o


informar.

La introducción del sermón


Esta es la parte del Sermón que establece contacto con el auditorio,
por lo tanto, debe tener las siguientes características:
1. Interesar al oyente en el texto y/o el tema que ha de ser expuesto,
para ello deberá enfatizar su importancia y clarificar términos
pertinentes.
2. Remover prejuicios contra el Predicador o el tema. Es decir, la
introducción nos pone en buenas relaciones con la congregación.
3. Ayudar a traer calma al auditorio.
4. Eliminar la ignorancia de los oyentes en torno al tema anunciado
en el título, debe responder a la pregunta: ¿sobre qué ha de hablar
el Predicador?
5. Debe comenzar con lo natural, lo familiar o conocido y moverse
suavemente a lo desconocido o espiritual.
6. Introducir el pasaje bíblico correlacionándolo con la temática de
la introducción y resumiendo brevemente el contenido.
7. Moverse hacia la proposición enunciándola explícita o implícita-
mente durante la introducción.
8. Debe ser breve, amistosa, franca, sincera, clara, apropiada, modes-
ta, sencilla, llena de tacto, unificante, sugestiva variada, teniendo
como foco al auditorio.

Diferentes Clases de Introducción:


1. Las que hacen referencia a la ocasión.
2. Las que hacen referencia al asunto.
3. Las que comienzan con una pregunta y proceden a contestarla.
4. Las que usan una declaración llamativa.
5. Las que giran en torno a un anécdota humorística.

34 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


6. Las que citan palabras de un personaje.
7. Las que giran en torno a un relato o ilustración real o hipotética.

La conclusión del sermón


La conclusión del Sermón es la parte que desenlaza su contenido y
hace su unidad claramente visible y puede tener uno o más de los
siguientes propósitos:
1. Resumir las ideas principales y refrescar la mente del auditorio.
2. Imprimir la verdad expuesta, con un impacto final en la memoria
del oyente.
3. Traerlo todo a un foco ardiente de encuentro personal con la vida
del oyente.
4. Entregar los asuntos vitales y eternos del Evangelio a la decisión
del oyente, persuadiéndolo a aceptar a Jesucristo.
5. Sugerir un camino de acción, o sea, medios y formas de aplicar
la verdad expuesta a la vida del oyente.
6. Indicar un contraste dichoso y favorable con una verdad rígida y
severa.

Diferentes Clases de Conclusiones:


1. Conclusión por resumen:
- Formal. De las divisiones principales del Sermón.
- Parafraseado: de los puntos principales.

2. Conclusiones por aplicación:


Esta se hace cuando todo el cuerpo del Sermón ha sido una
exposición y no ha habido aplicación.

3. Conclusión de motivación:
Se apela a los altos incentivos relacionando el mensaje a intereses
y valores personales.

4. Conclusión por contraste:

LA PREDICACÓN 35
Pensamientos inspiradores se contrastan con verdades severas.

5. Conclusiones por anticipación:


Se preven objeciones que los oyentes puedan hacer con respecto
al Evangelio y se da respuesta a cada una.

6. Conclusiones por combinación:


Una mezcla de las anteriores.
Instrumentos para la Conclusión:
- Alguna promesa.
- Declaraciones sorprendentes.
- Preguntas.
- Proverbios.
- Un himno o poema.
- Una buena cita.
- Una declaración más del texto.
- Una parábola o anécdota.

36 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


Tema XIII. Ideas para preparar y presentar un
sermón

Use preguntas como guía.


Una vez que haya elegido el tema, responda a estas preguntas y or-
ganizará mejor sus ideas concernientes a su objetivo.
a) ¿Cuál es mi objetivo?
b) ¿Cómo quiero que haga al respecto la iglesia?
c) ¿Cómo harán ellos lo que propongo?
d) ¿Cuándo lo harán?
e) ¿Qué ganan haciendo lo que digo, o pierden si no siguen mi
consejo?
Agregue otras preguntas a esta lista, ellas lo ayudan a dar forma a sus
pensamientos.

Haga una lista de puntos a desarrollar.


a) Enliste sus puntos
En una hoja haga una lista de los puntos que desee a cubrir. Incluya
cada idea que venga a su mente. Una vez que termine la lista descarte
aquellas ideas que no considere adecuadas; pero al principio enliste todo,
al final solo elija tres o cuatro puntos que considere más importantes.

b) Cómo seleccionar los puntos.


- Elimine los que carezcan de interés para usted.
- Elimine uno que no crea que tenga demasiado valor.
- Elimine uno que requiera demasiadas explicaciones.
- Elimine el que considere que es de relleno o muy obvio.
- Elimine el que requiera una disculpa como «sé que en la iglesia
no existen estos problemas pero...»
- Elimine uno que cause controversia a menos que considere
necesaria una controversia provocada.
- Elimine aquel que no domine o no tenga mucho que argumentar.

LA PREDICACÓN 37
c) Combine puntos secundarios bajo los principales.
Una vez que haya hecho su selección, señale tres o cuatro como prin-
cipales. Quizá a usted le parezca que los 10 ó 15 puntos que tiene son
de interés. Pero considere a los oyentes, ellos no podrán recordar 15
puntos. Recuerde que su interés principal debe estar en lo que puede
recordar la congregación, no en lo que quiere exponer.

d) Analice cada punto y justifique que esté allí. Las siguientes pre-
guntas le ayudarán para realizar este trabajo:
- ¿Cuál es su atractivo para la iglesia?
- ¿Cuánta explicación requiere?
- ¿Merece el tiempo que tengo que dedicarle?
- ¿Qué añado?
- ¿Qué puedo decir respecto a él que impresione?
- ¿Qué pierdo si no lo menciono?
- ¿Cuántos de estos puntos recordarán?
- ¿Estarán de acuerdo o en desacuerdo?
- ¿Porqué es de interés esto para la iglesia?

e) Arregle sus puntos para retener interés.


Pregúntese. «¿Debo presentar primero la idea básica o guardarla como
culminación?»
Cómo presentar sus ideas.
1. Primero buenas ideas.
2. Después ideas mejores.
3. Los puntos culminantes al último.

f ) Numere sus puntos


Los números ayudan a los oyentes a entender y recordar; es más
probable que quieran hacer suyas esas ideas.
Proyecte que va a decir a la iglesia:
- Tres beneficios de perdonar.
- Tres ventajas de leer la Palabra.

38 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


- Tres métodos para leer la Biblia.
- Tres razones para Evangelizar.
- Tres motivos para diezmar.
- Tres «cualquier tema».

Usted tendrá que decidir cuántos puntos tratará en su Sermón; pueden


en algunos casos ser más. Por ejemplo:
Causas de alejamiento de la Iglesia.
1. Incomprensión de la vida espiritual.
2. Actividades erróneas.
3. Maltrato del pastor o congregantes.
4. Desánimo.
5. Intereses materiales.
6. Indolencia.
7. Falta de calidad en los cultos.
3. Diga, Diga, Diga.

Le preguntaron a un Predicador: «¿Por qué atrae a tanta gente a oír


sus sermones?». Respondió: «no lo entiendo. Todo lo que hago es:
primero les digo lo que voy a decirles, después se los digo y luego
resumo diciéndoles lo que les dije».
Siga este modelo y tendrá una Predicación bien organizada.
Esta clase de Predicación de tres puntos debe tener cinco unidades.

Unidad 1. Una introducción que cite los tres puntos respecto a lo


que planea hablar.
Unidad 2. Predique sobre el punto 1.
Unidad 3. Predique sobre el punto 2.
Unidad 4. Predique sobre el punto 3.
Unidad 5. Resumen.

Cómo seguir estos pasos:


Principie su Predicación diciendo a los oyentes: «Voy a hablar de la

LA PREDICACÓN 39
murmuración, la indiferencia, y la avaricia y de cómo afectan a nuestra
iglesia».
Entonces inicia diciendo todo lo que quiere decir respeto a la
murmuración y el efecto que causa en nuestra vida. Cierre esta unidad
diciendo: «Así es como afecta a la iglesia».
Inicie la siguiente unidad diciendo: «La indiferencia nos afecta de
este modo». Ya no hable más sobre la murmuración. Culmine diciendo
cómo nos afecta la indiferencia.
Empiece ahora la tercer unidad con una afirmación tal como: «la
avaricia también afecta a la iglesia». Resuma esta unidad con una
proposición como: «por esto pueden ver cómo afecta a la iglesia la
avaricia».
Luego remate. Diga: «He cubierto mi tema, primero la murmuración,
segundo la indiferencia y tercero la avaricia. Espero haberles hecho
notar lo dañino que resultan a la vida de la iglesia». Haga tan breve
este resumen que no lo tiente a extenderlo como una repetición de
lo que ha dicho ya. Demasiados Predicadores en su resumen caen en
lo repetitivo y no se dan cuenta que hacer esto provoca que el interés
de los congregantes salga del templo.

Utilice un guión.
Esta técnica es utilizada por los publicistas quienes utilizan lo que
llaman «planeadores de comerciales». El procedimiento es el siguiente:
Toman un número de hojas tamaño carta, en cada hoja anotan
respecto a los puntos que desean desarrollar (una nota por hoja) y
las fijan con alfileres sobre una pared.
Las notas sobre las hojas enlistan los renglones que van a mencio-
nar y otras notas, o quizás algunas hojas sugieren las imágenes que
ilustrarán los temas.
El planeador observa todo lo que tiene y toma decisiones respecto
a sus puntos, alejándose y revisando sus hojas.
Por ejemplo:
- qué hace falta.

40 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


- Qué debe ser omitido.
- En qué orden deben aparecer para una mejor presentación.
Una vez que han decidido el contenido y el orden llaman a los super-
visores, compañeros o clientes para obtener su aprobación y sugerir
cambios, adiciones o eliminaciones.
Si usted utiliza esta forma de organizar los puntos a tratar en su
Sermón podrá hacer cambios o adiciones.
Compruebe la efectividad de este procedimiento, estudiando los
comerciales de televisión, observe cómo en tan poco tiempo nos
dan un mensaje claro.
No es necesario que usted utilice tantas hojas quizá una sola hoja
le ayude a su desarrollo. Todo lo que necesita es espacio suficiente en
rectángulos para escribir sus títulos o notas principales.

LA PREDICACÓN 41
Planee por unidades lo que va a decir
Ejemplo: Imagine que el tema es la ingratitud. Utilicemos el siguiente.
Boceto del Sermón.
1. Introducción... diga a los oyentes de lo que va hablar.
2. Hable respecto a la ingratitud... su relato de ejemplos de ingratitud
(los leprosos sanos que no agradecieron al Señor, por ejemplo).
3. Hable sobre la gratitud. Ponga ejemplos de agradecimiento (bí-
blicos o anecdóticos).
4. Resumen... unas palabras respecto a lo fácil que es ser agradecido
y cómo compensa serlo.

Formulas para las unidades.


La estructura de una unidad sobre un tema como la «ingratitud» puede
ser simple o elaborada. Sus elementos básicos son estos tres pasos:

1. Establezca su premisa (propuesta, fundamento, base).


Aquí usted comenta sobre cómo la ingratitud se da en la familia,
en la sociedad, en la iglesia y aún con el Señor.
2. Incluya su evidencia.
Cite ejemplos de cómo raras veces damos las gracias o correspon-
demos la atención recibida, lo mal que nos portamos con quienes
han hecho tanto por nosotros, la ingratitud hacia el Señor.
3. Aquí usted dice: «Por eso afirmo que hay ingratitud en nuestra
vida, la familia, iglesia». Diga y señale lo fácil que es pedir perdón
y cambiar a partir de hoy.

Un Sermón expuesto con los pasos anteriores hizo lo siguiente:


1. Expuso que había ingratitud.
2. Explico sus razones para esta creencia, citó ejemplos, indicó que
cada oyente ha tenido actitudes de ingratitud y tuvieron que
aceptarlo por las evidencias.
3. Presentó una idea que quizá no se le había ocurrido, hizo que
pidieran perdón y se comprometieran a ser distintos ahora mismo.

42 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


Método del profeta.
Los profetas decían al pueblo lo que a otros les había sucedido, después
hacían una denuncia de la condición presente y concluían diciendo
cuáles serían las consecuencias, ya fuera que se mantuvieran en su
desobediencia o cambiaran de actitud.
Ellos hablaban del:
1. Pasado
2. Presente
3. Futuro

Este es un método muy útil cuando tenemos que preparar un Sermón


rápidamente porque nos vemos obligados a ello.
El Plan del Método del profeta es así.
1. Ayer era así...
2. Hoy es así...
3. Mañana puede ser así...

Proyecte su Sermón sobre preguntas y respuestas.


¿Porqué se dan los divorcios entre creyentes? Piense por un instante
en las contestaciones que daría a esa pregunta.
¿Cuáles son sus ideas, sus pensamientos, sus convicciones? Estos
pensamientos, ideas y creencias suyas constituyen un buen material
para sus sermones.
Casi cualquier pregunta provocará un flujo de ideas. Piense en esta
por ejemplo:
¿Por qué algunos no diezman? Esta es una pregunta relativa a la
iglesia y cuando las preguntas son relativas a ellos debemos por lo
menos hacernos 3 preguntas.

¿Qué deben saber?


- Que han aminorado los ingresos.
- Que se está descuidando el mantenimiento del edificio.
- Que se han retrasado los pagos.

LA PREDICACÓN 43
- Que los gastos han aumentado.
- Que hay necesidad de renovar equipo
- Que los programas se han detenido.

¿Por qué estarán interesados?


Es un templo, no del pastor o del Consejo Local o de ningún otro
grupo, es de ellos y de cada uno de ellos. La única esperanza está
en ellos, son quienes deben resolver el problema, obtener el dinero,
saben cómo han aumentado los gastos en casa, lo mismo sucede en
la iglesia y tienen que hacer algo al respeto.

¿Qué pueden hacer para ayudar?


Poner al día sus promesas, si el 60% que se han retrasado hicieran lo
necesario se evitarian las emergencias. Quienes no han prometido
nada pueden hacer aportaciones. Organizar ventas, levantar una
ofrenda especial.
Proyecte su Sermón basado en una pregunta: ¿Por qué algunos
no diezman?
1. Desconfían del manejo del dinero.
2. Tienen muchos compromisos económicos.
3. No saben establecer prioridades.
4. Creen que en la iglesia hay mucho dinero.
5. No informan qué se hace con el dinero.
6. Dudan de las promesas divinas.
7. Son avaros.
8. Tienen un corazón egoísta.
9. No trabajan.
10. Están pasando por apuros económicos.

Cuando haya enlistado todos sus puntos arréglelos en orden para


incrementar su interés. Después de su Sermón haga una sesión de
preguntas.
Tenga cuidado de preparar esta sesión ya que no se trata de sacar

44 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


al aire la preguntas sino prepararse para ellas y cómo responderá. Haga
lo siguiente como preparación:
- Elija algunas preguntas que usted y la iglesia quieren oír contes-
tadas.
- Prepare sus respuestas.
- Piense cómo comprobarán si su contestación es entendida o no.
- Permita que el auditorio haga preguntas que haya cubierto usted.

La sesión de preguntas y respuestas puede ser empleada para.


a) Hacer intervenir a los congregantes.
A ellos les gusta que tomen en cuenta sus opiniones o lo que
sienten, se sienten parte del grupo.
b) Mostrar cuánto han retenido.
Si el Sermón fue informativo, esta sesión muestra cuánto han
retenido.
c) Mostrar lo que está claro y lo que no está claro.
Si las repuestas durante la sesión de interrogatorio muestran que
el oyente no comprende, el Predicador puede aclarar o repetir
su explicación.
d) Repetir y revisar puntos importantes.

El Predicador puede hacer preguntas sobre los puntos más importantes


para enfatizarlos ante la congregación.
e) Iniciar una discusión.
Una discusión guiada sobre un tema puede significar más para
los oyentes que una disertación.
Siga estos pasos al responder a una pregunta.
1. Escuche Todo. Es posible que con las primeras palabras le indi-
que a usted cuál es su pregunta; sin embargo, óigala toda, no lo
interrumpa. Esto es cortesía común.
2. Haga Saber al Hermano que Usted lo está Escuchando. No se dis-
traiga buscando entre sus notas. Aguarde a que haya terminado.
3. Muestre Intéres. Diga «esa es una buena pregunta» o «me alegra

LA PREDICACÓN 45
que haya preguntado eso».
4. Repita la Pregunta. Haga la misma pregunta con sus propias
palabras. Esto proporciona al otro una oportunidad de convenir
en que usted entiende la pregunta. Además de dar al resto del
grupo una oportunidad de escuchar la pregunta hecha que en
ocasiones no fue escuchada la primera vez que se planteo. Si
alguien dirige la sesión asegúrese de que repetirá la pregunta ya
que esto también le proporciona un corto tiempo para pensar
la contestación.
5. Responda a la Pregunta.
6. Compruebe su Contestación: Pregunte. «¿Eso responde a su
pregunta?».

Errores que debo evitar


No dicte un Sermón al Responder. Usted ya ha predicado. No esté
tentado por una pregunta a repetirlo. Conteste tan brevemente como
sea posible. Pregunte si usted ya contestó. Solicite luego la pregunta
siguiente.
No Discuta. Si alguien quiere discutir con usted, dígale que le
gustaría escuchar su opinión y sugiera que lo hará cuando termine el
culto. Felicítelo por pensar en ese aspecto pero no discuta.
No permita que se Desvíen del Tema. Cuando un oyente principia
una pregunta diciendo: «Sé que no es el tema pero...», no responda
a la pregunta. Dijo que no era el tema, déjelo así, dígale que lo verá
después del culto. Si contesta a una pregunta que no se aplica, quedará
abierto para otras preguntas que no deben ser incluidas.
No Intente Responder si no conoce la Contestación. Si usted no
conoce la respuesta y sólo intenta alardear con una respuesta. La
iglesia notará que está simulando. Diga al oyente. «No conozco la
contestación a eso, ¿quiere anotarme la pregunta y dármela después
de la reunión? Buscaré la respuesta y se la daré posteriormente».
Nada de Critícas o Bromas. Si acaso usted lo hace sólo por poner
en su lugar a un interlocutor considere que siempre habrá algunos

46 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


hermanos que se pongan del lado de él y usted quedará mal.
No deje que un Congregante Monopolice las Preguntas. Si un her-
mano hace muchas preguntas, tal vez pueda estar más interesado en
exhibirse que en la respuesta a sus preguntas. Dígale «Hermano, usted
ya hizo dos preguntas, oigamos una de otro». La misma precaución
debemos tomar para no repetir una respuesta.
No tome todas las Preguntas de las primeras Bancas. Distribuya las
preguntas en todo el templo y tome alguna de las últimas bancas.
Ayude a todo Participante a verse Bien. Quizás haya quien no puede
plantear correctamente la pregunta, ayúdelo diciendo: «usted quiere
decir esto, ¿verdad?».
No Claudique. Algunos congregantes, aunque tienen dudas, temen
expresar su pregunta. Insista amablemente, sin bromas ni ironías y
ayude a plantearlas.

Predique sobre ventajas y desventajas.


Empiece con una hoja en blanco y trace una línea vertical de arriba
abajo por el centro del papel en un lado arriba en el centro ponga
el título y del lado izquierdo anote las desventajas y del derecho las
ventajas. Puede usar otros términos como pros y contras, más o menos,
positivo y negativo, pérdida y ganancia, verdadero y falso, bueno y malo.

LA PREDICACÓN 47
Tema XIV. Evite estos defectos comunes
1. La inseguridad. El Predicador no parece saber cómo va a comenzar.
Indica que es una misión difícil y desagradable. No ordena sus notas
hasta que esté en el púlpito ni hojee la Biblia como si buscara un texto.

2. El desprecio. Menosprecia sus cualidades para hablar del tema,


dice que no ha tenido tiempo para prepararse adecuadamente,
o que el tiempo de que dispone no es suficiente.

3. La enfermedad o indisposición. Está resfriado o tiene algo en el


ojo que le impide leer bien y usted tiene que disculparlo, o dice
que está desvelado.

4. La agresión. El Predicador agresivo empieza con una serie de exigen-


cias: «A mi no me gusta que estén entrando y saliendo», «quiero que
nadie haga ruido», «no me gusta que se duerman», «Voy a enseñarles
a...», «esto nunca lo han escuchado». Estas y otras expresiones simila-
res hacen que los oyentes se desconecten por lo que el Predicador
estará hablando sin que verdaderamente le pongan atención.

5. La adulación. Hay quienes desperdician el tiempo valioso, hablando de


las personalidades y cómo es que las conocieron o qué piensan de ellos.

6. La arrogancia. El Predicador inicia hablando de sí mismo y de lo


importante que es, utiliza mucho el pronombre «yo». Los relatos
que hace son de sus viajes y trato con personalidades, nunca con
gente común siempre con tipos grandes.

7. El chistoso. Lo peor es que no tiene la chispa para hacer reir y


sólo hace el ridículo. Contar algo gracioso es una habilidad y si
usted no la tiene no lo intente en el púlpito y si acaso es hábil
para hacerlo, no abuse de ello.

48 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


Tema XV. El predicador como persona
«la Predicación es un acto multidimensional. De ahí que necesite
entenderse no sólo en su sentido retórico, es decir, como un discurso
basado en la teología cristiana, sino también su sentido sociológico
como la expresión de conceptos, actitudes y sentimientos a través
de una personalidad».

¿Qué es la personalidad?
- La organización integral y dinámica de las cualidades físicas,
mentales y sociales del Individuo en su manifestación a otras
personas.
- En la dádiva y recibimiento de la vida social.
- Comprende los impulsos y hábitos naturales y adquiridos.
- Los intereses y complejos.
- Los sentimientos e ideales.
- Las opiniones y creencias.

Todo esto manifiesto en sus relaciones con el ambiente social.


La personalidad abarca, pues, tanto el estado presente del individuo
como sus experiencias pasadas. Es de gran importancia en la Predi-
cación ya que determina en gran parte la manera en cómo ésta será
percibida por la congregación.
La Predicación depende no sólo de las palabras del Predicador
sino también la forma como usa y expresa dichas palabras. No sólo
es importante el «qué» sino también el «cómo».

Observe a los anunciadores de televisión.


Una forma de comprobar cómo afectan los modales, la voz y la actitud
de un orador, es observar a un anunciador de televisión que no le
simpatice, intente deducir porqué no le agrada. Coteje estos puntos:
1. Su aspecto... ¿parece un hombre en quien se pueda confiar?
2. Su voz... ¿es agradable... o difícil de escuchar?

LA PREDICACÓN 49
3. Su actitud... ¿da la impresión de que es mejor que usted? ¿De que
usted es un tonto si no acepta lo que dice?
4. Su entusiasmo... ¿parece creerle cuando le dice que su plan es
bueno, mejor u óptimo para usted?
5. Sus palabras... ¿utiliza palabras que lo irritan?
6. Sus modales... ¿aparece serio respecto a su tema o lo maneja
ligeramente?
7. ¿Parece sincero? o ¿Tiene actitudes que lo señalan como un
hombre del que hay que cuidarse?

Haga la misma observación de un anunciador que le simpatice. ¿Cuál


es la diferencia? Note que las razones que enlista para que no le agrade
son cosas sencillas. No acusa al hombre de maltratar a su esposa e
hijos. Le desagrada porque parece malo, actúa de manera petulante,
o tiene algún defecto menor que puede ser corregido fácilmente.

Ahora obsérvese usted mismo.


No es fácil hacer esto, pero trate de pensar en sus defectos, ¿tiene
algunos defectos del tipo a quien nominó como un tipo malo? Si es
así, principie a trabajar para eliminarlos, de lo contrario se convertirán
en un obstáculo para persuadir a los oyentes. La mayoría de las pre-
dicaciones tendrán más éxito si usted tiene una buena relación con
el Señor y goza de la simpatía de la iglesia.
El grado de madurez que poseamos influirá mucho en nuestras
actitudes y pensamientos como elementos de la Predicación. ¿Qué
tan maduro se considera?
Analícese a la luz de los siguientes puntos que definen la madurez:

¿Qué es la madurez?
1. Poder trabajar cada día por una cantidad razonable de horas, sin
fatigarse, o estar bajo tensión y sentir que su trabajo está sirviendo
a un propósito provechoso.
2. Poder aceptar y disfrutar de muchas amistades duraderas.

50 IGLESIA DE DIOS (7° DÍA) A. R.


3. Tener tal confianza en sí mismo que no se sienta perseguido por
la culpa, la duda o la indecisión.
4. Ser lo más libre posible del prejuicio y tratar a todos los hombres
y mujeres con respeto apropiado.
5. Poder amar y ser amado con gozo en una manera convencional
y heterosexual libre de culpa o inhibición.
6. Extender su interés en un círculo cada vez más amplio de sí mismo
a su familia, sus amigos, su comunidad y país y procurar contribuir
al bienestar general de la humanidad.
7. Interesarse por el avance de su propio bienestar sin explotar a su
prójimo.
8. Poder alternar el trabajo con el recreo, el juego, las lecturas y el
disfrute de la naturaleza, la poesía, el arte y la música.
9. Ser libre del esfuerzo y la tensión excesiva del cuerpo tanto en la
ejecución de sus responsabilidades diarias como en la confron-
tación con la adversidad.
10. Ser confiable, veraz, abierto y empapado de una filosofía de vida
que incluya la disponibilidad de sufrir un poco para poder crecer,
mejorar y adquirir sabiduría.
11. Interesarse por trasmitir sus conocimientos adquiridos por el
arduo esfuerzo a los jóvenes.

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Tomado y adaptado de:
• «Comunicación por medio de la predicación» Orlando Costas,
Editorial Caribe
• «Guía de orardores de éxito» Edward Hegarty, Editorial Diana
Notas de: Min. David Rojas Aldaco.

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