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Protágoras, 480-400 a.C. Quedan fragmentos de algunas de sus obras. Una de ellas se
titulaba Sobre la verdad. Protágoras es conocido, sobre todo, por su afirmación de que “el
hombre es la medida de todas las cosas”. Esta sentencia suele interpretarse en sentido
relativista, sea relativismo individual (el hombre = un hombre en particular), o en sentido
sociológico (el hombre = los seres humanos). Otra de sus sentencias apunta a lo que
podríamos llamar agnosticismo: “En cuanto a los dioses, no puedo saber si existen o no
existen”.
Gorgias. Era nativo de Sicilia. Enviado a Atenas como embajador, se quedó a enseñar en
la ciudad. Estuvo en contacto con Pericles. Se hizo muy rico, llevaba una vida fastuosa,
se hizo representar en una estatua de oro. En filosofía, es representante de un
escepticismo radical. (Ver lectura: Las tesis de Gorgias enjuiciadas por Bochenski.)
Pródicos. Se ocupó sobre todo de moral. Sócrates siguió sus lecciones. Utilizaba el mito
de Heracles en la encrucijada, ante el doble camino del vicio y de la virtud.
LECTURAS
Gorgias (483-375 a.C.) era oriundo de Leontino, en Sicilia. Fue discípulo de Empédocles,
del que imitó la presentación ostentosa. Vino a Atenas, como embajador de su ciudad,
para pedir ayuda contra Siracusa. Gorgias fue uno de los mejores oradores de toda la
antigüedad griega. [...]
En su obra Sobre el no-ser o sobre la naturaleza, que delata su conocimiento de
Parménides y Zenón, defiende tres tesis.
A finales del siglo V antes de Cristo vivió en Sicilia un filósofo griego llamado Gorgias
de Leontino. Dé él se dice que sentó y defendió hábilmente las tres tesis siguientes: 1ª.
Nada existe. 2ª. Si existe algo, no lo podemos conocer. 3ª. Supuesto que existiera algo y
lo pudiéramos conocer, no lo podríamos comunicar a los otros. No es del todo seguro que
Gorgias mismo tomara en serio estas afirmaciones. Hay eruditos que dicen tratarse sólo
de una broma. Lo cierto es que de él se nos han transmitido estas tesis, y desde entonces,
es decir, desde hace veinticuatro siglos, se nos ponen delante como una invitación a la
reflexión. (...) Realmente pudiera pensarse que tales dudas escépticas son puro juego sin
importancia real para la vida. Pero no es así. Porque para quien aceptara estas tesis,
desaparecería toda la seriedad de la vida. Todo sería para él fantasmagoría y engaño. Con
ello desaparecería también toda diferencia entre lo verdadero y lo falso, entre lo recto y lo
torcido, entre el bien y el mal. Se trata de un asunto serio. A ello se añade que no faltan en
modo alguno razones que abogan por Gorgias y contra nuestra ordinaria certeza de que
existen las cosas y son conocibles.
Yo sentaría contra Gorgias las tres tesis siguientes: 1ª. Existe con toda certeza algo. 2ª.
Podemos con toda certeza conocer algo de lo que existe. 3ª. Es igualmente evidente y
cierto que podemos comunicar a los otros algo de lo que conocemos.
NOTAS
Los Treinta Tiranos. Gobierno oligárquico de corta duración establecido en Atenas hacia el final
de la Guerra del Peloponeso. Hizo ejecutar unas mil quinientas personas; la mayoría de sus
miembros murió dentro del año siguiente a la caída de los Treinta.
Antifonte (448-411 a.C.). Orador; autor de discursos para ser pronunciados por clientes. Uno de
los creadores de la prosa ática. Pensador y político. Fue cerebro principal de la conspiración
contra la democracia que tuvo como resultado el efímero gobierno del Consejo de los 400.
«Respecto al problema de la relación entre nómos y physis propio de la sofística, Antifonte fue un
defensor de la physis frente al nómos. La ley es un acuerdo antinatural, artificial, que es
respetado únicamente cuando tenemos miedo a las consecuencias de su violación. // Las leyes
no se fundan en la naturaleza, son convenciones sujetas al cambio continuo. Hay cosas buenas
por naturaleza y cosas buenas por nómos. Los hombres debemos seguir los preceptos de la
naturaleza antes que los de las leyes.»
[http://cibernous.com/autores/sofistas/teoria/antifonte.html]
Alcidamante, siglo IV. Retórico y sofista. Su discurso A favor de los mesenios contiene esta
sentencia: «Dios ha establecido a todos los hombres libres, la naturaleza ha hecho que ningún
hombre sea esclavo.»
Sócrates y la virtud:
LECTURA 03-4
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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates
SEMBLANZA DE SÓCRATES
“Sólo sé que no sé nada”.
Es una frase atribuida a Sócrates para indicar el fundamento de la verdadera sabiduría:
sólo aquella persona que reconoce su ignorancia está abierta al conocimiento. Se cuenta
que Querefonte, amigo de Sócrates, acudió a Delfos a consultar al oráculo para saber si
había alguien más sabio que Sócrates; y el oráculo respondió negativamente. Sócrates
interpretó que el oráculo quería dar a entender que el principio de la sabiduría es el
reconocimiento de la propia ignorancia.
El método socrático.
Sócrates comparte con los sofistas el ideal pedagógico, pero su práctica difiere mucho de
ellos. En primer lugar, él no admite pago por sus enseñanzas y, sobre todo, piensa que él
no puede enseñar nada, pues la verdad radica en nuestro interior. Su labor consiste
simplemente en ayudar a las personas a descubrir la verdad. Para Sócrates, la dialéctica es
el método de descubrir la verdad a través de la palabra, del diálogo. Y utiliza dos
procedimientos.
La ironía. Consiste en hacer dudar al interlocutor de la exactitud de sus conocimientos.
Sócrates se presenta como aquel “que no sabe”, y en su ignorancia pregunta al que “sabe”
(o cree saber). La sucesión de preguntas en el proceso irónico produce inquietud en el
interlocutor, que pierde la seguridad en sus afirmaciones y llega a declarar: “No lo sé”.
Entonces ya está preparado para descubrir la verdad.
La mayéutica. (…) Es el método de ayudar al interlocutor a descubrir y formular la
verdad [estimulándolo, por medio de una serie de preguntas a encontrar las verdades que
lleva en su interior]. Se dice que esto lo aprendió Sócrates de su madre que era
comadrona [en gr. “maia”, de donde “mayéutica” = “arte de la comadrona o partera].
Pero la verdad es que Sócrates interpreta el aforismo griego “Conócete a ti mismo” en el
sentido de que un auténtico conocimiento personal, fruto de una introspección y una
búsqueda sincera, pone de manifiesto la verdad.
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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates
El juicio de Sócrates.
Sócrates fue acusado ante el tribunal y, considerado culpable, condenado a muerte
bebiendo cicuta. ¿De qué se le acusaba? Según Platón, se le acusó de:
corromper a la juventud,
no reconocer a los dioses de la ciudad,
sostener extrañas creencias e introducir nuevas divinidades.
En cierto sentido, estas acusaciones son verdaderas. En efecto, de manera semejante a
Anaxágoras, Sócrates considera que hay una Mente o Dios ordenador del mundo, al que
están supeditados todos los dioses tradicionales. Con todo, la acusación de “impiedad”,
que también se hizo contra Anaxágoras, es un pretexto para ocultar el verdadero motivo:
“la malevolencia y la envidia de tanta gente”. La acusación de “corromper a la juventud”
implica, según los acusadores, que Sócrates hace que los jóvenes sean críticos con
respecto a la política y tradiciones de Atenas. Es cierto que muchos jóvenes siguen a
Sócrates. Pero él les propone una educación para practicar la virtud, para conocerse a sí
mismos y descubrir la verdad.
Terminada su defensa, el jurado consideró a Sócrates culpable. Las leyes atenienses
estipulaban que el acusado tenía derecho a proponer una pena sustitutoria de la pena de
muerte. Y Sócrates propuso “ser mantenido a costa del Estado”, puesto que no se creía
merecedor de condena alguna. El jurado ratificó la condena (ver la reconstrucción de los
detalles del juicio en la “Apología” o “Defensa de Sócrates”).
Sócrates insiste en rechazar con argumentos agudos y tajantes el plan ideado por sus
amigos para ayudarle a escapar de la cárcel (ver diálogo “Critón”). Según cuenta Platón
en el diálogo “Fedón”, fue el encargado de la custodia de los presos quien vino a
anunciarle que había llegado la hora de tomar la cicuta. Ante el llanto de sus amigos,
Sócrates los animó a que se calmaran y estuvieran fuertes. Poco a poco, el veneno fue
haciendo su efecto. Y así murió “el más sensato y justo de los hombres de su tiempo”.
J. J. Cerezo, Historia de la Filosofía I, Acento, pp. 52-55 (adaptación)
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PERSONAJES DEL DIÁLOGO. Critón y Sócrates. El Logos y las Leyes, evocados por
Sócrates contra Critón.
¿A QUÉ VINO CRITÓN? Critón ha venido con el intento de convencer a Sócrates de que
huya de la prisión y le aduce motivos como los siguientes:
o Escapa cuando menos por tus amigos. La opinión pública nos echará en cara
que no hicimos nada por ti.
o No temas consecuencias desagradables para los que te ayuden en la fuga.
o Si mueres, traicionas a tus hijos, dejándolos en el desamparo.
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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates
EVOCACIÓN DE LAS LEYES. Sócrates se figura que, si tomara la decisión de huir, las
Leyes se le aparecerían para quejarse y reprocharle.
–Sócrates (dirigiéndose a Critón) : Si cuando fuese a salir de aquí o a fugarme,
llámalo como quieras, se me aparecieran las leyes y la mayoría de los atenienses, y
poniéndose delante de mí me dijeran: « ¿Qué vas a hacer, Sócrates? ¿No es cierto
que con la acción que vas a realizar tratas, en la medida de tus posibilidades, de
destruirnos a las leyes y a toda la ciudad? ¿Crees que puede mantenerse en pie una
ciudad si sus sentencias judiciales no surten efecto alguno y son violadas o anuladas
por simples particulares? » […] ¿Qué podríamos responder, Critón a este y otros
reproches parecidos? No hace falta ser orador para ofrecer multitud de razones en
defensa de la ley que tratamos de violar, según la cual toda sentencia judicial debe
ser cumplida.
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En la obra se ridiculiza a Sócrates como un sofista típico y propagador corrupto de ideas nuevas
y ridículas. Estrepsíades ("retorcido"), un campesino poco honesto entrado en años, se ha visto
en bancarrota por los caprichos de su mujer y la pasión por las carreras de caballos de su hijo
Fidípides. Ha oído hablar de Sócrates, un hombre capaz de hacer que la causa peor parezca la
mejor, y alberga la esperanza de que enseñe a su hijo cómo engañar a sus acreedores. Como el
hijo se niega a entrar en la escuela de Sócrates, el Phrontisterion ("el Pensatorio"), Estrepsíades
se decide a acudir él mismo. Se le dice que debe renunciar al trabajo duro y a la vida sencilla, y
es presentado a las Nubes, que resultan ser las deidades que provocan el trueno y la lluvia (no
Zeus, como se creía generalmente). Pero Estrepsíades es demasiado tonto y está demasiado
atareado con sus deudas como para aprender mucho; así que Fidípides debe ocupar su puesto
como alumno. Sócrates lleva a Fidípides a que le enseñen el Razonamiento Justo y el
Razonamiento Injusto en persona. Sigue una disputa entre estos dos […] en la que triunfa el
Razonamiento Injusto. Estrepsíades, con la ayuda de lo poquito que aprendió, es capaz de
confundir a sus acreedores. Pero se cambian las tornas cuando, como resultado de las mismas
enseñanzas, Fidípides comienza a golpear a su padre (y amenaza con golpear también a su
madre) y demuestra que tiene razón al actuar así. Estrepsíades, decepcionado con la nueva
educación y arrepentido de su falta de honradez, prende fuego a la escuela de Sócrates y
expulsa a sus alumnos.
Extraído de: http://www.ual.es/personal/fjgarcia/Bib_Ari_Nub.htm
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Los Recuerdos de Sócrates de Jenofonte son una serie de relatos tomados de la literatura
socrática hoy perdida. Jenofonte tomó notas de las declaraciones de amigos suyos en su
juventud. Aunque la obra no sigue un plan orgánico, y, no está bien compuesta, por su sencillez y
mentalidad práctica, constituye una presentación precisa de Sócrates tal como aparecía a los
ojos del hombre de la calle frente a los diálogos platónicos, en los que el maestro a menudo es
sólo portavoz de su gran sucesor.
Los Recuerdos constan de 4 libros: Los libros I y II muestran una serie de conversaciones
imaginarias que no demuestran precisamente que Jenofonte haya sido uno de los compañeros
íntimos de Sócrates. Lo mismo puede decirse del contenido de los libros III y IV.
El libro III nos muestra a Sócrates conversando con distintos individuos sobre sus específicas
ocupaciones o profesiones […]
El objetivo de Jenofonte en el libro IV es demostrar que el sistema educativo inculcado por
Sócrates era el mejor posible; en cambio, es completamente contradictorio con el que el mismo
Sócrates preconiza para los «guardianes» en la República de Platón.
(Jenofonte. Biblioteca Clásica Gredos)
Extraído de:
http://www.paginasobrefilosofia.com/html/RinconSocratico/TemasComplementarios/jenofonte/ind
ex.htm
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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates
Al ver que Cármides era un hombre digno de tenerse en cuenta y mucho más capaz que
quienes entonces se dedicaban a la política, pero que temía presentarse ante la asamblea e
intervenir en los asuntos públicos, le dijo:
- Dime, Cármides, si un hombre estuviera en condiciones de conseguir coronas en los
juegos olímpicos y lograr con ello honra para él y aumentar en Grecia la fama de su
patria, pero no quisiera competir, ¿en qué concepto lo tendrías?
- Evidentemente lo tendría por hombre blando y cobarde.
-Y si alguien apto para intervenir en los asuntos de la ciudad, hacerla prosperar y
conseguir honores personales con su actitud, vacilara en hacerla, ¿no habría que
considerarlo con razón cobarde?
- Es posible, pero ¿por qué me lo preguntas?
- Porque en mi opinión tú eres apto, pero vacilas en interesarte incluso en materias en las
que tienes obligación de participar por el hecho de ser ciudadano.
- Pero ¿en qué actividad has advertido mi aptitud para que ahora me condenes?
- En las reuniones que tienes con los hombres de Estado, pues cuando te comunican algún
asunto veo que das buenos consejos, y cuando se equivocan en algo les haces las
correcciones adecuadas.
- Pero no es lo mismo, Sócrates, tener una conversación privada que mantener un debate
público.
- Sin embargo, uno que es capaz de calcular, no cuenta peor en público que él solo, y los
que mejor tocan la cítara solos son los mismos que también destacan en público.
- ¿Es que no ves que la vergüenza y el miedo son innatos en las personas y les afectan
mucho más ante multitudes que en reuniones privadas?
- Estoy dispuesto a demostrarte que a ti, que no te avergüenzas ante los más inteligentes
ni sientes temor de los más fuertes, te da vergüenza hablar en presencia de los más
insensatos y más débiles. Porque ¿de quiénes de ellos te da vergüenza?, ¿de los bataneros,
de los zapateros, de los albañiles, de los herreros, de los campesinos, de los comerciantes
o de los que andan traficando por el ágora preocupados de comprar algo barato para
venderlo a más precio? Porque son todos ellos los que componen la asamblea. ¿En qué
crees que se diferencia tu conducta de la de un luchador que siendo superior a atletas
entrenados tuviera miedo de los aficionados? Porque tú conversas con la mayor facilidad
con los que están al frente de la ciudad, algunos de los cuales te desprecian, y, aunque
estás muy por encima de los que se dedican a dirigirse a la ciudad, temes hablar entre
personas que nunca se han ocupado de política ni siquiera te han despreciado nunca, por
miedo a que se rían de ti.
- ¿Cómo? ¿No crees que a menudo los de la asamblea se ríen de los que hablan
correctamente?
- Y también los demás. Por eso me sorprende en ti que sepas manejar fácilmente a unos
cuando lo hacen y, en cambio, pienses que no serás capaz de enfrentarte de ninguna
manera a otros. No te desconozcas a ti mismo, mi querido amigo, ni cometas el error que
comete la mayoría, pues muchos, lanzados a averiguar los asuntos de los otros, no se
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vuelven a examinarse a sí mismos. No te dejes arrastrar por la pereza, sino más bien
esfuérzate en poner más atención a ti mismo. No te desentiendas más de los asuntos
públicos, si es que pueden marchar mejor por obra tuya. Porque si van bien, no sólo los
otros ciudadanos sino también tus amigos y tú mismo os beneficiaréis no poco.
EJERCICIO DE APLICACIÓN
1. ¿En qué consiste el problema de Cármides? ¿Qué opina Sócrates al respecto?
2. ¿Qué justificación da Cármides para no querer presentarse ante la asamblea? ¿Qué le
replica Sócrates?
3. Comentar la exhortación final de Sócrates a Cármides.
4. ¿Estima usted que Cármides era cobarde y perezoso?
5. Relacionar la escena descrita en el texto con alguna situación conocida por usted.
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EJERCICIO DE APLICACIÓN
1. ¿Sócrates se comporta en el texto como un sabelotodo? Fundamente su respuesta.
2. ¿Estimula Sócrates, en el texto, al estudio “desinteresado” de ciencias como la
geometría, la astronomía y la aritmética?
3. Comparar la crítica que hace el Sócrates de Jenofonte a las doctrinas de Anaxágoras
con la postura del Sócrates de Aristófanes a propósito de los temas cosmológicos.
4. Comentar las ideas sobre la salud y sobre la adivinación contenidas en el texto.
5. Tomando el texto como punto de referencia, ¿hay base para sostener que Sócrates es
presentado por Jenofonte como un hombre práctico?
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Extraído de:
http://en.wikipedia.org/wiki/Diogenes_of_Sinope
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