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UNIDAD 3. LOS SOFISTAS Y SÓCRATES.

PRELIMINARES. EL PERÍODO ANTROPOLÓGICO DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA


A la etapa de predominio cosmológico en las preocupaciones filosóficas, sigue una época
caracterizada por centrarse la reflexión y la discusión en cuestiones relacionadas con el
ser humano y su vida en sociedad. El nuevo repertorio temático, cultivado por los
sofistas, recibe atención por parte de Sócrates, quien comparte muchas inquietudes que
movían a los maestros de la sofística, colocándose por encima de ellos gracias a una
comprensión más elevada de lo humano, que supera los estrechos horizontes de lo
meramente pragmático o utilitario.
No existe, en realidad, un corte cronológico neto entre los apartados cosmológico y
antropológico que es usual presentar por separado en los manuales de historia de la
filosofía antigua, pues varios personajes de relieve en un campo o en el otro resultan ser
contemporáneos entre sí. Por otra parte, como hemos visto en la Unidad anterior,
determinadas cuestiones de orden antropológico habían preocupado ya hondamente a más
de un presocrático. Recordemos, por ejemplo, las teorizaciones de los pitagóricos o de
Empédocles sobre el origen del hombre, la naturaleza del alma, la necesidad de
purificación y otras cuestiones afines. El hombre y su destino no fueron temas que los
presocráticos hayan marginado. Por otra parte, el estudio del universo material siguió
siendo cultivado por más de un sofista, recibió cierta atención de parte de Sócrates y
pertenecerá al temario de sus principales sucesores.

1. LOS SOFISTAS. VALORACIÓN DE SUS ACTIVIDADES Y ENSEÑANZAS


Los sofistas eran maestros ambulantes de “sabiduría”. Viajaban de ciudad en ciudad.
Cobraban un salario por la enseñanza que ofrecían. La sabiduría que brindaban a sus
alumnos comprendía tanto conocimientos teóricos, como el entrenamiento en
determinadas destrezas. Prometían a quien siguiera sus cursos que saldría más sabio,
diestro y poderoso. Hablaban de virtud, acomodando el concepto a sus concepciones.
Contribuyó al éxito de los sofistas el hecho de que venían a suplir un producto que estaba
haciendo falta. En efecto, las costumbres judiciales imponían que tanto el acusador como
el acusado presentaran personalmente sus respectivas posiciones en la vista pública del
caso. Resulta, por tanto, natural que hubiera demanda de preparación para estos fines, e
igualmente para otros que se relacionaban con el uso de la palabra en público, por
ejemplo, en las asambleas de la comunidad.
Así, resulta comprensible que la Retórica fuera una de las principales especialidades
desarrolladas por el sofista. En este orden, no sólo entrenaba al que tenía que presentarse
en público, sino que también podía hacer el oficio de logógrafo, o sea, redactor de
discursos.
La aportación de los sofistas a las artes del lenguaje resultó significativa, no sólo en
cuanto a retórica propiamente dicha, sino en la sistematización de la gramática. También
se ocuparon de la dialéctica, disciplina tan relacionada con el lenguaje y con el
pensamiento.

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Hay un detalle negativo, que no puede pasarse por alto: los sofistas no ponían la palabra
necesariamente al servicio de la verdad. Más bien, se dedicaron a desarrollar
procedimientos para convertir el argumento débil en argumento fuerte; dicho de otro
modo, el sofista sabía cómo tergiversar las cosas para que una causa que no lleva la razón
se pudiera convertir en una causa triunfadora.
Podemos relacionar este desdén por la verdad con las posiciones filosóficas defendidas
por los sofistas, a propósito de la verdad, y de la fundamentación de las normas, o sea, en
los terrenos de la teoría del conocimiento y de la ética. En cuanto a la verdad,
desconfiando de que existiera una verdad objetiva, universalmente válida, se ubicaron en
posiciones que oscilan entre el relativismo y el escepticismo total. Y en la discusión sobre
la fundamentación de las normas que rigen la vida en sociedad, consideraban que eran
fruto de pura convención, sin fundamento racional que las apoyara. Era posible así
concluir que la razón la tiene el que puede imponerse por la fuerza.
Los sofistas mostraron interés por el conocimiento empírico, lo que explica, por ejemplo,
la dedicación de algunos a la investigación documental en historia, campo en el que se
debe a los sofistas ciertos logros significativos.

PROTÁGORAS, GORGIAS, PRÓDICOS

Protágoras, 480-400 a.C. Quedan fragmentos de algunas de sus obras. Una de ellas se
titulaba Sobre la verdad. Protágoras es conocido, sobre todo, por su afirmación de que “el
hombre es la medida de todas las cosas”. Esta sentencia suele interpretarse en sentido
relativista, sea relativismo individual (el hombre = un hombre en particular), o en sentido
sociológico (el hombre = los seres humanos). Otra de sus sentencias apunta a lo que
podríamos llamar agnosticismo: “En cuanto a los dioses, no puedo saber si existen o no
existen”.
Gorgias. Era nativo de Sicilia. Enviado a Atenas como embajador, se quedó a enseñar en
la ciudad. Estuvo en contacto con Pericles. Se hizo muy rico, llevaba una vida fastuosa,
se hizo representar en una estatua de oro. En filosofía, es representante de un
escepticismo radical. (Ver lectura: Las tesis de Gorgias enjuiciadas por Bochenski.)
Pródicos. Se ocupó sobre todo de moral. Sócrates siguió sus lecciones. Utilizaba el mito
de Heracles en la encrucijada, ante el doble camino del vicio y de la virtud.

LECTURAS

03-1. SEMBLANZA DE GORGIAS

Gorgias (483-375 a.C.) era oriundo de Leontino, en Sicilia. Fue discípulo de Empédocles,
del que imitó la presentación ostentosa. Vino a Atenas, como embajador de su ciudad,
para pedir ayuda contra Siracusa. Gorgias fue uno de los mejores oradores de toda la
antigüedad griega. [...]
En su obra Sobre el no-ser o sobre la naturaleza, que delata su conocimiento de
Parménides y Zenón, defiende tres tesis.

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1. «Nada existe.» Si existiera algo, tendría que haber sido: o creado, cosa que,
según Parménides, es imposible, o eterno. Si fuera eterno, tendría que ser también
infinito. Ahora bien, un infinito no puede estar ni en algún lugar, ni en ningún lugar; por
tanto, no existe en absoluto. De donde se sigue que la naturaleza es el no-ser.
2. «Si algo existiera, no sería cognoscible.» Pensar y ser son, según Parménides,
lo mismo. Si uno dice: “Allá fuera, sobre el mar, se da una carrera de cuadrigas”, así es,
porque alguien lo piensa. Esto es absurdo. Luego, nunca podemos decir si a nuestro
pensamiento corresponde algo fuera.
3. «Si algo pudiera ser conocido, no podría ser expresado.» ¿Cómo comunicar a
otro con una palabra un color? El oído del otro recibe sin duda sonidos, pero no color. Lo
mismo sucede con todos los signos de expresión, que son siempre cosa distinta de lo que
con ellos se expresa. ¿Cómo puede estar la idea que yo tengo a la vez en mí y en otro? En
tal caso, sería mía y no mía, lo cual es absurdo.
¿Creyó Gorgias en sus tesis? En el dialéctico Zenón y en él se da un hecho trágico: las
palabras se desligan de las cosas y se tornan una cuando no se crea ya en la verdad.
El discurso deslumbrante es su espléndida prestación. Gorgias compuso discursos de
alabanza y vituperio sobre los mismos temas. Estaba dispuesto a improvisar un discurso
sobre cualquier tema, en pro o en contra, a gusto del consumidor.
Fischl, J. Manual de Historia de la Filosofía. 8ª. edic. Barcelona: Herder, 2002, pp. 56-57.

03-2. LAS TESIS DE GORGIAS ENJUICIADAS POR BOCHENSKI

A finales del siglo V antes de Cristo vivió en Sicilia un filósofo griego llamado Gorgias
de Leontino. Dé él se dice que sentó y defendió hábilmente las tres tesis siguientes: 1ª.
Nada existe. 2ª. Si existe algo, no lo podemos conocer. 3ª. Supuesto que existiera algo y
lo pudiéramos conocer, no lo podríamos comunicar a los otros. No es del todo seguro que
Gorgias mismo tomara en serio estas afirmaciones. Hay eruditos que dicen tratarse sólo
de una broma. Lo cierto es que de él se nos han transmitido estas tesis, y desde entonces,
es decir, desde hace veinticuatro siglos, se nos ponen delante como una invitación a la
reflexión. (...) Realmente pudiera pensarse que tales dudas escépticas son puro juego sin
importancia real para la vida. Pero no es así. Porque para quien aceptara estas tesis,
desaparecería toda la seriedad de la vida. Todo sería para él fantasmagoría y engaño. Con
ello desaparecería también toda diferencia entre lo verdadero y lo falso, entre lo recto y lo
torcido, entre el bien y el mal. Se trata de un asunto serio. A ello se añade que no faltan en
modo alguno razones que abogan por Gorgias y contra nuestra ordinaria certeza de que
existen las cosas y son conocibles.

CÓMO REBATIR LAS TESIS ESCÉPTICAS

“Primeramente podemos ver si el escéptico no se contradice.” “En segundo lugar,


podemos ver cómo se verifican sus hipótesis. ¿Coinciden con nuestra experiencia? Así
proceden los físicos cuando quieren verificar sus hipótesis.” “Finalmente, podemos ver si
estas tres cosas que Gorgias niega no son evidentes, es decir, tan claras como nosotros
creemos.

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CONTRAPROPUESTA A LAS TESIS DE GORGIAS

Yo sentaría contra Gorgias las tres tesis siguientes: 1ª. Existe con toda certeza algo. 2ª.
Podemos con toda certeza conocer algo de lo que existe. 3ª. Es igualmente evidente y
cierto que podemos comunicar a los otros algo de lo que conocemos.

¿HAY ALGO DE VERDAD EN LAS TESIS DE GORGIAS?


Lo que el escéptico dice es ciertamente exageración monstruosa y, por tanto,
sencillamente falso. Pero esta exageración tiene su núcleo de verdad. Éste consiste en que
las posibilidades de nuestro conocimiento son muy escasas, yo diría trágicamente
escasas. Sabemos muy poco y, aun lo que sabemos, se nos da con harta frecuencia de
manera superficial e incierta. La mayor parte de nuestro saber es sólo probabilidad. Hay
certezas absolutas, sin distingos, pero son raras. El hombre se mueve en el mundo como
un ciego a tientas, con raras evidencias o intuiciones claras y con raros resultados
seguros. El que creyera que lo sabemos todo completamente y que podemos comunicar
todo lo que sabemos cometería una exageración tan grande y tan falsa como el escéptico.

(Bochenski, “El pensamiento”, Introducción al Pensamiento Filosófico, Adaptación)

LECTURA 03-3: NATURALEZA Y CONVENCIÓN EN LOS SOFISTAS POSTERIORES

Los sofistas más recientes desarrollaron el relativismo de sus predecesores hasta un


naturalismo radical. Si sólo la naturaleza puede imponer normas obligatorias y
permanentes, hemos de sacudir todas las cadenas de las tradiciones humanas y dirigir la
mirada al estado natural puro. En él domina el fuerte, sin preocuparse de derecho ni
moral. Fomenta y satisface sus apetitos, sin que le importen los medios, lícitos o ilícitos.
El que es bastante fuerte para romper todas las ataduras, sería ignominioso que sirviera a
nadie. Por eso dice Calicles: «La disolución, independencia y libertad, que pueden
imponerse, son virtud y felicidad; todo lo demás son melindres, ordenaciones humanas
contra naturaleza y vana palabrería.» Según Trasímaco, todo el que domina mira a los
dominados como a bestias, que trata de explotar para su mayor provecho. Dígase sobre la
tiranía lo que se quiera: para el que la ejerce es la suprema felicidad. También en la
democracia se dan las leyes por razón de utilidad, y son sólo un muro de protección de
los muchos débiles, que sólo así pueden defenderse contra los más fuertes. Para impedir a
los fuertes no sólo que obren violentamente, sino incluso que piensen en la violencia, se
han inventado los dioses , que conocen y castigan hasta esos pensamientos. Critias, el
pariente de Platón, que fue el más importante y violento de los 30 tiranos, trató, lo mismo
que Alcibíades y Lisandro, de llevar a la práctica estas ideas, pero perdió la vida el 403
a.C., en la lucha contra los demócratas. En la época moderna, ni Maquiavelo ni Nietzsche
pudieron ya añadir apenas nada a esencial a esta glorificación de la naturaleza por los
sofistas. Se comprende que en éstos viera Nietzsche la cima más alta de la filosofía
griega.
También Antifonte partió de la distinción de «naturaleza» y «convención»; pero de ahí
dedujo, en cierto contraste con todos los demás, de la manera más radical, una ciudadanía
universal que abarca todos los hombres sin excepción alguna. Para la naturaleza todos los
hombres son iguales. Para ella no hay nobles ni plebeyos, libres ni esclavos. «Todos

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respiramos el mismo aire por nariz y boca y necesitamos de la misma comida.» Por ley
de naturaleza somos todos ciudadanos del mismo imperio: sólo las convenciones
humanas nos dispersan en la multitud de Estados y las varias clases sociales. Las
convenciones humanas son enemigas de la naturaleza, hemos de sacudirlas y retornar a la
naturaleza pura. Alcidamante, discípulo de Gorgias, pide valientemente la manumisión de
todos los esclavos. Estos ilustradores no tienen sentido de los datos históricos, de la moral
de la fe de los padres. Todo debe justificarse ante la naturaleza, todo está en trance de
trastornarse. Y justamente cuando amenazaba el caos, apareció Sócrates, que pudo
contener el derrumbamiento.
La honda crítica de los sofistas condujo a un replanteamiento de toda la filosofía anterior.,
que fue llevado a cabo por la constelación luminosa de Sócrates, Platón y Aristóteles,
creadores de los grandes sistemas en que culminó para siempre la filosofía griega.
Fischl, J. Manual de Historia de la Filosofía. 8ª. edic. Barcelona: Herder, 2002, pp. 58-60.

NOTAS
Los Treinta Tiranos. Gobierno oligárquico de corta duración establecido en Atenas hacia el final
de la Guerra del Peloponeso. Hizo ejecutar unas mil quinientas personas; la mayoría de sus
miembros murió dentro del año siguiente a la caída de los Treinta.
Antifonte (448-411 a.C.). Orador; autor de discursos para ser pronunciados por clientes. Uno de
los creadores de la prosa ática. Pensador y político. Fue cerebro principal de la conspiración
contra la democracia que tuvo como resultado el efímero gobierno del Consejo de los 400.
«Respecto al problema de la relación entre nómos y physis propio de la sofística, Antifonte fue un
defensor de la physis frente al nómos. La ley es un acuerdo antinatural, artificial, que es
respetado únicamente cuando tenemos miedo a las consecuencias de su violación. // Las leyes
no se fundan en la naturaleza, son convenciones sujetas al cambio continuo. Hay cosas buenas
por naturaleza y cosas buenas por nómos. Los hombres debemos seguir los preceptos de la
naturaleza antes que los de las leyes.»
[http://cibernous.com/autores/sofistas/teoria/antifonte.html]
Alcidamante, siglo IV. Retórico y sofista. Su discurso A favor de los mesenios contiene esta
sentencia: «Dios ha establecido a todos los hombres libres, la naturaleza ha hecho que ningún
hombre sea esclavo.»

EJERCICIO: Comente, basándose en la lectura 03-3, las distintas conclusiones que


sacaron los sofistas de la distinción entre “naturaleza” y “convención”.

2. SÓCRATES (470/469 - 399 a.C.)


“Nos encontramos ante una figura emblemática en la historia del pensamiento. A pesar
de que no escribió nada, su personalidad y su doctrina nos han sido transmitidas, en
primer lugar y ante todo, por el genio de Platón, y en la modernidad su figura recobró el
relieve que en la Edad Media había perdido.” (Cerezo)
Sócrates nació en una circunscripción suburbana de Atenas. Fueron sus padres el escultor
Sofronisco y la partera Fenareta. Gozaban de una situación económica holgada.
Fue contemporáneo de la hegemonía de Atenas (tiempo de Pericles), pero también de los
cruentos años de la Guerra del Peloponeso, que terminó en derrota para Atenas,

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perdiendo para siempre su liderazgo político y militar y debiendo soportar el gobierno
tiránico impuesto por la vencedora Esparta. El restablecimiento de la democracia resultó
trágico para Sócrates; en efecto, fue este régimen el que lo juzgó y condenó a muerte.
Fue un hombre valiente, que prestó el servicio militar que le correspondía como
ciudadano. Aseguraba tener un “daimonion” interior que lo guiaba.
Sócrates no fundó escuela, ni escribió libros. Cumplió con su misión filosófica
interpelando a sus conciudanos en el ágora y demás sitios públicos. Este comportamiento
resultaba inquietante para muchos.
Exigía la definición precisa del concepto sobre el que versaba la discusión. De aquí que
se le considere descubridor de la definición.
Se le atribuye un intelectualismo ético, que equipara virtud con conocimiento: quien
conoce el bien es incapaz de obrar mal.
La figura histórica de Sócrates fue interpretada diversamente por sus contemporáneos.
Platón, en sus diálogos, lo presenta como un hombre justo, propulsor de la ética, provisto
de una elevada espiritualidad. Jenofonte lo dibuja como un buen consejero en cuestiones
de orden práctico, pero sin profundidad filosófica. Aristófanes, en su comedia Las Nubes,
hace de Sócrates un vulgar sofista, engañador e impío. La investigación histórica
moderna suele inclinarse a favor del testimonio de Platón. No obstante, quedan por
resolver muchos detalles del “problema de Sócrates”, por ejemplo: ¿hasta qué punto
estaba convencido de no saber nada?, ¿era su ironía un simple procedimiento?, ¿cuáles de
las ideas filosóficas que Platón le atribuye corresponden en realidad al pensamiento de
Sócrates? La herencia de Sócrates fue recogida y continuada en distintas direcciones por
varias escuelas filosóficas de la Antigüedad, como la Academia de Platón y las llamadas
escuelas socráticas menores.

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

DINÁMICA DE APROXIMACIÓN A LA FIGURA DE SÓCRATES

Nombre del personaje: Sócrates


Escenario principal de su vida:
Año de nacimiento:
Año de muerte:
Circunstancias histórico-culturales de la época:
¿Se conserva el nombre de algún libro escrito
por Sócrates? ¿Por qué?

Lo que dijo de Sócrates el oráculo de Delfos:

Cómo reaccionó Sócrates ante el dicho del


oráculo:

Mayéutica, en el caso de la madre de


Sócrates:

Mayéutica, en el caso de Sócrates:

¿A qué se llama ironía socrática?

¿Tiene Sócrates algo que ver con el concepto


de “definición”?

Sócrates y la virtud:

¿Qué opinaba Sócrates sobre las teorías


cosmológicas de Anaxágoras?

Semejanzas y/o diferencias entre Sócrates y


los sofistas:

¿En qué consistió el proceso judicial seguido


contra Sócrates?

La figura de Sócrates según los testimonios de


Platón, Aristófanes y Jenofonte:

¿Tuvieron los antiguos escritores cristianos


una opinión positiva sobre Sócrates?

Datos e ideas que usted quiera añadir:

¿Hay razón para considerar a Sócrates como


una figura ejemplar de la humanidad?

LECTURA 03-4

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

SEMBLANZA DE SÓCRATES
“Sólo sé que no sé nada”.
Es una frase atribuida a Sócrates para indicar el fundamento de la verdadera sabiduría:
sólo aquella persona que reconoce su ignorancia está abierta al conocimiento. Se cuenta
que Querefonte, amigo de Sócrates, acudió a Delfos a consultar al oráculo para saber si
había alguien más sabio que Sócrates; y el oráculo respondió negativamente. Sócrates
interpretó que el oráculo quería dar a entender que el principio de la sabiduría es el
reconocimiento de la propia ignorancia.

El método socrático.
Sócrates comparte con los sofistas el ideal pedagógico, pero su práctica difiere mucho de
ellos. En primer lugar, él no admite pago por sus enseñanzas y, sobre todo, piensa que él
no puede enseñar nada, pues la verdad radica en nuestro interior. Su labor consiste
simplemente en ayudar a las personas a descubrir la verdad. Para Sócrates, la dialéctica es
el método de descubrir la verdad a través de la palabra, del diálogo. Y utiliza dos
procedimientos.
La ironía. Consiste en hacer dudar al interlocutor de la exactitud de sus conocimientos.
Sócrates se presenta como aquel “que no sabe”, y en su ignorancia pregunta al que “sabe”
(o cree saber). La sucesión de preguntas en el proceso irónico produce inquietud en el
interlocutor, que pierde la seguridad en sus afirmaciones y llega a declarar: “No lo sé”.
Entonces ya está preparado para descubrir la verdad.
La mayéutica. (…) Es el método de ayudar al interlocutor a descubrir y formular la
verdad [estimulándolo, por medio de una serie de preguntas a encontrar las verdades que
lleva en su interior]. Se dice que esto lo aprendió Sócrates de su madre que era
comadrona [en gr. “maia”, de donde “mayéutica” = “arte de la comadrona o partera].
Pero la verdad es que Sócrates interpreta el aforismo griego “Conócete a ti mismo” en el
sentido de que un auténtico conocimiento personal, fruto de una introspección y una
búsqueda sincera, pone de manifiesto la verdad.

La verdad que busca Sócrates.


Aplicando su método dialéctico, Sócrates pregunta: “¿Qué es…?, buscando una respuesta
que sea válida para todos los casos y que describa la “naturaleza última” del objeto
preguntado. Se avanza inductivamente a través de definiciones incompletas hasta una
“definición universal. El hecho de que la mente humana sea capaz de formular tal
definición es manifestación de que la verdad es única y universal (contradiciendo el
relativismo sofista), como una es la naturaleza humana. No es un “invento” de la mente,
sino una “invención”, un descubrimiento: la verdad radica en la naturaleza humana, y el
hombre es capaz de descubrirla.
La verdad que busca Sócrates es la ética, el bien. Una verdad práctica que regula la
actuación del hombre con vistas a su desarrollo personal y social. Esa verdad-bien,
formulable en definiciones universales, se puede conocer de manera indudable, y puede
dar origen a principios universales de comportamiento. Es más, una persona que conoce
el bien no actuará mal, porque nadie actúa conscientemente contra su naturaleza, y si lo

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

hace es porque erróneamente considera que su acción le reportará un bien. Este


pensamiento de Sócrates se conoce como “intelectualismo moral”.
Una verdad práctica, objetiva y universal que el hombre descubre en su interior; tal es,
brevemente formulada, una de las convicciones básicas que impulsan a Sócrates a su
acción pedagógica. (…) La educación socrática es una paideia para la polis, que permite
al hombre vivir en ella.
Situando de este modo el bien en la base de la vida política, la libertad adquiere una
nueva dimensión. Para Sócrates, a diferencia de los sofistas, el hombre libre es aquel que
actúa de acuerdo con la razón y su naturaleza, aquel que realiza el bien. Esto implica una
concepción antropológica en la que el alma sea, además de principio de vida y de
conocimiento, principio de actuación: el alma rige al cuerpo, lo gobierna y en definitiva
lo domina.

El juicio de Sócrates.
Sócrates fue acusado ante el tribunal y, considerado culpable, condenado a muerte
bebiendo cicuta. ¿De qué se le acusaba? Según Platón, se le acusó de:
corromper a la juventud,
no reconocer a los dioses de la ciudad,
sostener extrañas creencias e introducir nuevas divinidades.
En cierto sentido, estas acusaciones son verdaderas. En efecto, de manera semejante a
Anaxágoras, Sócrates considera que hay una Mente o Dios ordenador del mundo, al que
están supeditados todos los dioses tradicionales. Con todo, la acusación de “impiedad”,
que también se hizo contra Anaxágoras, es un pretexto para ocultar el verdadero motivo:
“la malevolencia y la envidia de tanta gente”. La acusación de “corromper a la juventud”
implica, según los acusadores, que Sócrates hace que los jóvenes sean críticos con
respecto a la política y tradiciones de Atenas. Es cierto que muchos jóvenes siguen a
Sócrates. Pero él les propone una educación para practicar la virtud, para conocerse a sí
mismos y descubrir la verdad.
Terminada su defensa, el jurado consideró a Sócrates culpable. Las leyes atenienses
estipulaban que el acusado tenía derecho a proponer una pena sustitutoria de la pena de
muerte. Y Sócrates propuso “ser mantenido a costa del Estado”, puesto que no se creía
merecedor de condena alguna. El jurado ratificó la condena (ver la reconstrucción de los
detalles del juicio en la “Apología” o “Defensa de Sócrates”).
Sócrates insiste en rechazar con argumentos agudos y tajantes el plan ideado por sus
amigos para ayudarle a escapar de la cárcel (ver diálogo “Critón”). Según cuenta Platón
en el diálogo “Fedón”, fue el encargado de la custodia de los presos quien vino a
anunciarle que había llegado la hora de tomar la cicuta. Ante el llanto de sus amigos,
Sócrates los animó a que se calmaran y estuvieran fuertes. Poco a poco, el veneno fue
haciendo su efecto. Y así murió “el más sensato y justo de los hombres de su tiempo”.
J. J. Cerezo, Historia de la Filosofía I, Acento, pp. 52-55 (adaptación)

EL SÓCRATES DE PLATÓN: FRAGMENTOS DEL DIÁLOGO “CRITÓN”

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

(Resumen preparado siguiendo los lineamientos de Grenet, pp. 103-104.


Fragmentos textuales tomados de la traducción E. López Castellón, Colección Austral)

PERSONAJES DEL DIÁLOGO. Critón y Sócrates. El Logos y las Leyes, evocados por
Sócrates contra Critón.

LUGAR Y TIEMPO. Critón ha venido a visitar a Sócrates en la cárcel, antes del


amanecer. Sócrates duerme todavía; cuando despierta, se traba la conversación.
–Sócrates: ¿Y cómo no me has despertado al llegar, en vez de quedarte ahí sentado y
en silencio?
–Critón: No, por Zeus. En una situación tan triste como la tuya, Sócrates, yo no
querría que me despertaran para ponerme a sufrir. […] Es que tengo que darte una
noticia muy triste y sobrecogedora, no para ti, por lo que veo, sino para mí y para
todos tus amigos. También, por lo que veo, nos va a ser muy difícil de sobrellevar.
–Sócrates: ¿Qué noticia es ésa? ¿Ya ha vuelto de Delos el barco a cuyo regreso
tengo que morir?
–Critón: No, aún no; pero creo que llegará hoy, porque la gente que viene de Sunio
dice que ayer estaba allí. Según esto, ese barco llegará hoy y mañana habrás de
poner fin a tu vida.

¿A QUÉ VINO CRITÓN? Critón ha venido con el intento de convencer a Sócrates de que
huya de la prisión y le aduce motivos como los siguientes:
o Escapa cuando menos por tus amigos. La opinión pública nos echará en cara
que no hicimos nada por ti.
o No temas consecuencias desagradables para los que te ayuden en la fuga.
o Si mueres, traicionas a tus hijos, dejándolos en el desamparo.

LA RESPUESTA DE SÓCRATES. Sócrates insiste en que seguirá fiel a su norma


habitual de conducta, o sea, no obedecer nunca más que al “logos” que, según mi
examen, aparezca el mejor. Sócrates se atiene a los siguientes principios: 1º. Lo esencial
no es vivir, sino vivir bien. 2º. El bien, lo bello, lo justo no son más que una misma cosa.
3º. No hacer nunca el mal voluntariamente. 4º. No hay que responder a la injusticia con la
injusticia. 5º. Cuando se ha convenido una cosa justa con alguien, es necesario siempre
mantener la palabra.

COMPROMISO DE SÓCRATES CON ATENAS. Sócrates ha elegido libremente vivir


en Atenas, cosa que implica someterse a las leyes de la ciudad. Por tanto debe cumplir
con este compromiso.

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

EVOCACIÓN DE LAS LEYES. Sócrates se figura que, si tomara la decisión de huir, las
Leyes se le aparecerían para quejarse y reprocharle.
–Sócrates (dirigiéndose a Critón) : Si cuando fuese a salir de aquí o a fugarme,
llámalo como quieras, se me aparecieran las leyes y la mayoría de los atenienses, y
poniéndose delante de mí me dijeran: « ¿Qué vas a hacer, Sócrates? ¿No es cierto
que con la acción que vas a realizar tratas, en la medida de tus posibilidades, de
destruirnos a las leyes y a toda la ciudad? ¿Crees que puede mantenerse en pie una
ciudad si sus sentencias judiciales no surten efecto alguno y son violadas o anuladas
por simples particulares? » […] ¿Qué podríamos responder, Critón a este y otros
reproches parecidos? No hace falta ser orador para ofrecer multitud de razones en
defensa de la ley que tratamos de violar, según la cual toda sentencia judicial debe
ser cumplida.

NO TE DEJES CONVENCER POR CRITÓN. La intervención, evocada, de las Leyes


ocupa un largo trecho del texto. Sócrates supone que, para finalizar su discurso, las Leyes
lo exhortarían así:
-Si mueres ahora, morirás víctima de una injusticia, no de las leyes, sino de los
hombres. Pero si huyes y cometes otra injusticia tan vergonzosa, devolviendo una
infamia por otra, violando tus compromisos con nosotras y perjudicando a quienes
debes mayor respeto –a ti mismo, a tus amigos, a tu patria y a nosotras–, mientras
vivas y cuando llegues al Hades, nuestras hermanas, las leyes que allí rigen, no te
recibirán con agrado, sabiendo que hiciste lo que estuvo en tu mano por destruirnos.
De modo, Sócrates, que no te dejes convencer por Critón, sino por nosotras.

EL FINAL DEL DIÁLOGO.


–Sócrates: Estas son, mi querido amigo, las palabras que me parece oír y que, como
les sucede a los coribantes con sus flautas, resuenan en mi alma sin dejarme
escuchar ningunas otras. Convéncete de que sería inútil cuanto me dijeras en contra
de ellas; al menos eso es lo que yo creo. Pero, de todos modos, si piensas que puedes
conseguir algo, habla.
–Critón: Realmente, Sócrates, no tengo nada que decir.
–Sócrates: Entonces, mi querido Critón, dejemos así las cosas y sigamos la senda
que el dios nos ha trazado.

COMENTARIO DE GRENET: “Diálogo de la fidelidad y el enraizamiento, el Critón solamente


convencerá a aquellos que en su corazón hayan escogido, como Sócrates, la solidaridad con la
patria en la suerte y en la desgracia, en lo mejor y en lo peor.”

EL SÓCRATES DE ARISTÓFANES: LAS NUBES (Resumen)

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

En la obra se ridiculiza a Sócrates como un sofista típico y propagador corrupto de ideas nuevas
y ridículas. Estrepsíades ("retorcido"), un campesino poco honesto entrado en años, se ha visto
en bancarrota por los caprichos de su mujer y la pasión por las carreras de caballos de su hijo
Fidípides. Ha oído hablar de Sócrates, un hombre capaz de hacer que la causa peor parezca la
mejor, y alberga la esperanza de que enseñe a su hijo cómo engañar a sus acreedores. Como el
hijo se niega a entrar en la escuela de Sócrates, el Phrontisterion ("el Pensatorio"), Estrepsíades
se decide a acudir él mismo. Se le dice que debe renunciar al trabajo duro y a la vida sencilla, y
es presentado a las Nubes, que resultan ser las deidades que provocan el trueno y la lluvia (no
Zeus, como se creía generalmente). Pero Estrepsíades es demasiado tonto y está demasiado
atareado con sus deudas como para aprender mucho; así que Fidípides debe ocupar su puesto
como alumno. Sócrates lleva a Fidípides a que le enseñen el Razonamiento Justo y el
Razonamiento Injusto en persona. Sigue una disputa entre estos dos […] en la que triunfa el
Razonamiento Injusto. Estrepsíades, con la ayuda de lo poquito que aprendió, es capaz de
confundir a sus acreedores. Pero se cambian las tornas cuando, como resultado de las mismas
enseñanzas, Fidípides comienza a golpear a su padre (y amenaza con golpear también a su
madre) y demuestra que tiene razón al actuar así. Estrepsíades, decepcionado con la nueva
educación y arrepentido de su falta de honradez, prende fuego a la escuela de Sócrates y
expulsa a sus alumnos.
Extraído de: http://www.ual.es/personal/fjgarcia/Bib_Ari_Nub.htm

EL SÓCRATES DE JENOFONTE: LOS RECUERDOS DE SÓCRATES

SOBRE LOS RECUERDOS DE SÓCRATES.

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

Los Recuerdos de Sócrates de Jenofonte son una serie de relatos tomados de la literatura
socrática hoy perdida. Jenofonte tomó notas de las declaraciones de amigos suyos en su
juventud. Aunque la obra no sigue un plan orgánico, y, no está bien compuesta, por su sencillez y
mentalidad práctica, constituye una presentación precisa de Sócrates tal como aparecía a los
ojos del hombre de la calle frente a los diálogos platónicos, en los que el maestro a menudo es
sólo portavoz de su gran sucesor.
Los Recuerdos constan de 4 libros: Los libros I y II muestran una serie de conversaciones
imaginarias que no demuestran precisamente que Jenofonte haya sido uno de los compañeros
íntimos de Sócrates. Lo mismo puede decirse del contenido de los libros III y IV.
El libro III nos muestra a Sócrates conversando con distintos individuos sobre sus específicas
ocupaciones o profesiones […]
El objetivo de Jenofonte en el libro IV es demostrar que el sistema educativo inculcado por
Sócrates era el mejor posible; en cambio, es completamente contradictorio con el que el mismo
Sócrates preconiza para los «guardianes» en la República de Platón.
(Jenofonte. Biblioteca Clásica Gredos)
Extraído de:
http://www.paginasobrefilosofia.com/html/RinconSocratico/TemasComplementarios/jenofonte/ind
ex.htm

DEL LIBRO I DE LOS RECUERDOS DE SÓCRATES


A menudo me he preguntado sorprendido con qué razones pudieron convencer a los
atenienses quienes acusaron a Sócrates de merecer la muerte a los ojos de la ciudad.
Porque la acusación pública formulada contra él decía lo siguiente: «Sócrates es culpable
de no reconocer a los dioses en los que cree la ciudad, introduciendo, en cambio, nuevas
divinidades. También es culpable de corromper a la juventud».
En cuanto al primer punto, que no reconocía a los dioses que reconoce la ciudad, ¿qué
prueba utilizaron? Porque era evidente que hacía frecuentes sacrificios en su casa, los
hacía a menudo también en los altares públicos de la ciudad, y tampoco era un secreto
que utilizaba la adivinación. […] / […] Trataba a sus amigos de la siguiente manera: en
los asuntos inevitables, aconsejaba actuar como creía que tendría mejor resultado, y en
cuanto a los de resultado incierto, les enviaba a consultar al oráculo para saber lo que
debían hacer. […] Decía que se debe aprender lo que los dioses concedieron aprender a
hacer, pero lo que está oculto a los mortales debemos intentar averiguarlo por medio de
los dioses. […]
Por lo demás, Sócrates siempre estaba en público. Muy de mañana iba a los paseos y
gimnasios, y cuando la plaza estaba llena, allí se le veía, y el resto del día siempre estaba
donde pudiera encontrarse con más gente. Por lo general, hablaba, y los que querían
podían escucharle. Nadie vio nunca ni oyó a Sócrates hacer o decir nada impío o ilícito.

DEL LIBRO III DE LOS RECUERDOS DE SÓCRATES

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

Al ver que Cármides era un hombre digno de tenerse en cuenta y mucho más capaz que
quienes entonces se dedicaban a la política, pero que temía presentarse ante la asamblea e
intervenir en los asuntos públicos, le dijo:
- Dime, Cármides, si un hombre estuviera en condiciones de conseguir coronas en los
juegos olímpicos y lograr con ello honra para él y aumentar en Grecia la fama de su
patria, pero no quisiera competir, ¿en qué concepto lo tendrías?
- Evidentemente lo tendría por hombre blando y cobarde.
-Y si alguien apto para intervenir en los asuntos de la ciudad, hacerla prosperar y
conseguir honores personales con su actitud, vacilara en hacerla, ¿no habría que
considerarlo con razón cobarde?
- Es posible, pero ¿por qué me lo preguntas?
- Porque en mi opinión tú eres apto, pero vacilas en interesarte incluso en materias en las
que tienes obligación de participar por el hecho de ser ciudadano.
- Pero ¿en qué actividad has advertido mi aptitud para que ahora me condenes?
- En las reuniones que tienes con los hombres de Estado, pues cuando te comunican algún
asunto veo que das buenos consejos, y cuando se equivocan en algo les haces las
correcciones adecuadas.
- Pero no es lo mismo, Sócrates, tener una conversación privada que mantener un debate
público.
- Sin embargo, uno que es capaz de calcular, no cuenta peor en público que él solo, y los
que mejor tocan la cítara solos son los mismos que también destacan en público.
- ¿Es que no ves que la vergüenza y el miedo son innatos en las personas y les afectan
mucho más ante multitudes que en reuniones privadas?
- Estoy dispuesto a demostrarte que a ti, que no te avergüenzas ante los más inteligentes
ni sientes temor de los más fuertes, te da vergüenza hablar en presencia de los más
insensatos y más débiles. Porque ¿de quiénes de ellos te da vergüenza?, ¿de los bataneros,
de los zapateros, de los albañiles, de los herreros, de los campesinos, de los comerciantes
o de los que andan traficando por el ágora preocupados de comprar algo barato para
venderlo a más precio? Porque son todos ellos los que componen la asamblea. ¿En qué
crees que se diferencia tu conducta de la de un luchador que siendo superior a atletas
entrenados tuviera miedo de los aficionados? Porque tú conversas con la mayor facilidad
con los que están al frente de la ciudad, algunos de los cuales te desprecian, y, aunque
estás muy por encima de los que se dedican a dirigirse a la ciudad, temes hablar entre
personas que nunca se han ocupado de política ni siquiera te han despreciado nunca, por
miedo a que se rían de ti.
- ¿Cómo? ¿No crees que a menudo los de la asamblea se ríen de los que hablan
correctamente?
- Y también los demás. Por eso me sorprende en ti que sepas manejar fácilmente a unos
cuando lo hacen y, en cambio, pienses que no serás capaz de enfrentarte de ninguna
manera a otros. No te desconozcas a ti mismo, mi querido amigo, ni cometas el error que
comete la mayoría, pues muchos, lanzados a averiguar los asuntos de los otros, no se

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

vuelven a examinarse a sí mismos. No te dejes arrastrar por la pereza, sino más bien
esfuérzate en poner más atención a ti mismo. No te desentiendas más de los asuntos
públicos, si es que pueden marchar mejor por obra tuya. Porque si van bien, no sólo los
otros ciudadanos sino también tus amigos y tú mismo os beneficiaréis no poco.

EJERCICIO DE APLICACIÓN
1. ¿En qué consiste el problema de Cármides? ¿Qué opina Sócrates al respecto?
2. ¿Qué justificación da Cármides para no querer presentarse ante la asamblea? ¿Qué le
replica Sócrates?
3. Comentar la exhortación final de Sócrates a Cármides.
4. ¿Estima usted que Cármides era cobarde y perezoso?
5. Relacionar la escena descrita en el texto con alguna situación conocida por usted.

DEL LIBRO IV DE LOS RECUERDOS DE SÓCRATES


En cuanto a las materias que le convenía saber a un hombre de bien, [Sócrates] enseñaba
con el mayor interés lo que él mismo sabía, y en lo que era más inexperto los dirigía a
quienes sabían de ello. Les mostraba hasta qué punto debía ser experto en cada tema un
hombre correctamente formado. Por ejemplo, de geometría afirmaba que se debe
aprender lo suficiente para llegar a ser capaz, en caso de necesidad, de medir
correctamente un trozo de tierra, tomar posesión de ella, transmitirla, repartirla, justificar
la renta. Tan fácil resulta de aprender esta parte, que si se presta atención a la medida se
conoce al mismo tiempo el tamaño de la finca y se acaba sabiendo cómo se ha medido.
En cambio, desaprobaba el seguir aprendiendo geometría hasta llegar a las figuras
incomprensibles, pues decía que no veía para qué podía servir. Sin embargo, él no las
ignoraba, pero decía que tales estudios consumían la vida entera de un hombre,
impidiéndole aprender otras muchas enseñanzas útiles.
También recomendaba familiarizarse con el estudio de la astronomía, aunque de ésta sólo
hasta ser capaces de reconocer las partes de la noche, del mes y del año, para poder
aplicarlo en los viajes por tierra y por mar, en las guardias y en cuantas demás actividades
se llevan a cabo durante la noche, el mes o el año, para poder emplearlas como señales,
reconociendo las divisiones ya marcadas. Decía que también esto es fácil de aprender de
los cazadores nocturnos, pilotos y otros muchos a quienes interesa saberlo. En cambio,
trataba de disuadir enérgicamente de que se aprendiera astronomía hasta llegar a conocer
incluso los astros que no giran en la misma esfera, los planetas y estrellas errantes, y
consumirse investigando sobre su distancia de la tierra, sus recorridos y las causas de
éstos, pues decía que tampoco veía ninguna utilidad en ello. Sin embargo, tampoco era un
ignorante en estos temas, aunque aseguraba que son estudios capaces de consumir la vida
de un hombre y de apartarle de otras muchas enseñanzas útiles.
Resumiendo, disuadía de la meditación sobre cómo maneja la divinidad cada uno de los
fenómenos celestes, pues decía que ni los hombres podían llegar a descubrirlo, ni pensaba
que a los dioses les agradaría que un hombre investigara lo que ellos no querían aclarar.
Decía que también había el peligro de que perdiera el juicio quien se entregaba a tales

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

cavilaciones, como le había ocurrido a Anaxágoras, que tanto se jactaba de haber


explicado los mecanismos de los dioses. Él sostenía que eran una misma cosa el fuego y
el sol, sin darse cuenta de que los hombres ven el fuego, pero no pueden mirar al sol, ni
de que a fuerza de recibir los rayos del sol se les pone más negra la piel, cosa que no
ocurre con el fuego. Ignoraba también que las plantas de la tierra no pueden progresar sin
los rayos del sol, mientras que bajo el efecto del fuego perecen todas. Afirmaba también
que el sol es una piedra incandescente, ignorando que una piedra puesta al fuego ni
resplandece ni aguanta mucho tiempo, mientras que el sol permanece todo el tiempo más
resplandeciente que ninguna otra cosa.
Recomendaba también aprender cuentas, pero tanto en esta materia como en otras
aconsejaba evitar esfuerzos vanos, y él personalmente lo examinaba todo y lo discutía
con sus acompañantes hasta donde era provechoso.
Insistía mucho a sus seguidores en el cuidado de la salud, haciéndoles aprender de los
entendidos cuanto era posible, prestando cada uno atención a sí mismo durante toda su
vida sobre qué alimento, qué bebida, qué clase de trabajo le convenía, y qué uso debía
hacer de ello para conservarse sano. Decía que observándose uno de ese modo le
resultaría trabajoso encontrar un médico que diagnosticara mejor que él mismo lo que le
convenía para su salud.
Y si alguien quería conseguir mayor ayuda que la que podía proporcionar la sabiduría
humana, le aconsejaba practicar el arte adivinatorio. Porque el que sabe los medios por
los que los dioses dan indicaciones a los hombres sobre sus avatares nunca quedará
privado del consejo de los dioses.

EJERCICIO DE APLICACIÓN
1. ¿Sócrates se comporta en el texto como un sabelotodo? Fundamente su respuesta.
2. ¿Estimula Sócrates, en el texto, al estudio “desinteresado” de ciencias como la
geometría, la astronomía y la aritmética?
3. Comparar la crítica que hace el Sócrates de Jenofonte a las doctrinas de Anaxágoras
con la postura del Sócrates de Aristófanes a propósito de los temas cosmológicos.
4. Comentar las ideas sobre la salud y sobre la adivinación contenidas en el texto.
5. Tomando el texto como punto de referencia, ¿hay base para sostener que Sócrates es
presentado por Jenofonte como un hombre práctico?

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

3. LOS CONTINUADORES DE SÓCRATES


“El principal discípulo de Sócrates, pero no el único, fue Platón. Junto a él hay que situar
a los llamados socráticos menores: Jenofonte, Esquino, Antístenes, Aristipo, Euclides y
Fedón. Estos personajes, salvo Jenofonte y Esquino, fueron los fundadores de cuatro
escuelas filosóficas distintas, aunque todas ellas en conexión mayor o menor con la
doctrina socrática, que entienden e interpretan cada uno a su manera.” (Yarza, p. 77)
Es común la opinión de que “los socráticos menores captan de modo superficial, o al
menos parcial, el mensaje del maestro y son capaces de imitarlo en los aspectos externos
de su conducta, aunque a la larga –como la historia de la filosofía muestra– llegan a
traicionar la esencia de su mensaje. Sólo Platón y Aristóteles comprenderán que Sócrates
es el primer ético no tanto por ocuparse de las cosas humanas, sino sobre todo por su
actitud vital. […] La gran lección de Sócrates fue precisamente su existencia filosófica,
su seriedad intelectual.” (Yarza, p. 78)
Las escuelas socráticas menores son contemporáneas del clasicismo ático, y su actividad
se prolonga más allá de la época de Platón y Aristóteles. Fue considerable el influjo de las
enseñanzas y actitudes de los representantes de estas escuelas sobre determinadas
corrientes de la filosofía del helenismo. Sirva de ejemplo la línea que parte de Antístenes,
tiene continuación en Diógenes y llega hasta los estoicos.

ANTÍSTENES CITAS DE ANTÍSTENES


Antístenes fue el primero en definir «Consulta el ojo de tu enemigo,
el enunciado como “aquello que dice porque es el primero que ve tus
lo que algo es o era”. defectos».
Afirmaba que “el que conoce el «Los cuervos devoran a los muertos y
nombre conoce la cosa”. No conoce los aduladores a los vivos».
la esencia de la cosa
«No te imagines que los demás
Platón y Aristóteles no apreciaron tienen tanto interés en escucharte
mucho la filosofía de Antístenes. como el que tú tienes de hablar».
http://es.wikipedia.org/wiki/Ant http://es.wikiquote.org/wiki/Ant
%C3%ADstenes %C3%ADstenes

DIÓGENES Observar en la imagen la lámpara de Diógenes,


el tonel donde vivía y las cebollas.
Διογένης ὁ
Σινωπεύς Representación de Diógenes
por John William Waterhouse.

Extraído de:
http://en.wikipedia.org/wiki/Diogenes_of_Sinope

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FIL-327 Historia de la Filosofía I (Antigua) Unidad 3: Los sofistas y Sócrates

LAS ESCUELAS SOCRÁTICAS MENORES


ver Goñi, pp. 109-112

Fundadores de Escuelas Doctrina Otros representantes


escuela

ANTÍSTENES ESCUELA Retorno a un estado de -Diógenes, m. h. 324


(445-365 a.C.), CÍNICA(Perro, naturaleza, sin deberes ni a.C.: vivía en un
“el Sócrates del griego) instituciones. Hombre tonel; buscaba al
demente”. virtuoso: el que menos “hombre” con una
Enseñaba en un necesita; es linterna. Ver
gimnasio autosuficiente,(Autarquía) anécdota de su
llamado “El independiente, encuentro con
sepulcro del cosmopolita, capaz de Alejandro Magno.
perro”, o “El dominarse a sí mismo. -Crates de Tebas:
perro ágil”, de arrojó todos sus
ahí el nombre de bienes al mar y llevó
“los cínicos”, una vida de
literalmente “los vagabundo.maestro
del perro”. de simón de zitior,
fundador de los
estoicos.

ARISTIPO (435- ESCUELA Relativismo materialista. -Hegesías, “el


355 a.C.). CIRENAICA Todo conocimiento es predicador de la
Discípulo de sensorial. Hedonismo muerte”. Evolucionó
Protágoras. Fue (Placer) radical, al pesimismo.
sofista. Luego controlado por la Encarcelado por su
siguió a prudencia. insistencia en
Sócrates, y a la predicar el suicidio.
muerte de éste
regresó a Cirene.

EUCLIDES ESCUELA DE Euclides intentó la síntesis -Eubúlides. Negador


(450-340 a.C.) MEGARA entre Parménides y de la potencialidad.
Sócrates. Ser uno e Autor de famosos
inmutable: el Bien. sofismas.

FEDÓN ESCUELA La filosofía es la salud del Menedemo. Trasladó


DE ELIS alma y el camino para la la escuela a Eretria.
auténtica libertad.

Estilpón maestro de simón de zitior.

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