REFLEXIÓN PELICULA: TODO SOBRE MI MADRE

OFELIA ARNEDO DE AVILA.

La película en cuestión refleja diversas situaciones de la vida cotidiana, las cuales son
cargadas por mujeres, teniendo en cuenta que la mayoría del reparto está constituido
por estas, sin mayor participación de hombres, en ese sentido se visualiza experiencias
de vida de mujeres que llevan una lucha, un dolor, angustia o amargura, ya sea por la
muerte de un hijo, de la soledad o de la enfermedad. En este sentido el producto
audiovisual además de las representaciones dichas muestra la solidaridad y el
acompañamiento que se genera entre estas mujeres, además de la diversidad que se
contempla en ellas.
En cuanto al impacto que produce el VIH en las familias protagonistas se puede decir
que se mira desde dos polos totalmente opuestos, en primer lugar desde la solidaridad,
la compañía y en segundo lugar desde el prejuicio y el rechazo. En el primer caso
relacionamos la conducta de Manuela ya que al enterarse de la enfermedad de Rosa,
se dedica a cuidarla y acompañarla, convirtiéndose en su familia, ya que era la única
persona en la que Rosa guardaba confianza, además aun después de la muerte de
esta Manuela siguió de protectora con su hijo, brindándole mucho amor. El segundo
lugar y como una actitud opuesta a la ejercida por Manuela, se encuentra la madre de
Rosa, quien fue presa de miedos y prejuicios sobre el VIH, alejándose incluso de su
nieto para no contagiarse, lo que pone en evidencia el desconocimiento sobre la
enfermedad y su formas de contagio.

La película es un llamado a la reflexión sobre lo que representa el VIH en la sociedad y

la necesidad de adquirir conciencia real a lo que esta enfermedad supone, sus riesgos
y demás. Es un llamado a que pensemos que es de gran importancia el
acompañamiento familiar en esta situación, el respeto, la solidaridad y el amor para que
se conlleve la enfermedad de mejor manera. En este sentido los lazos familiares ante
una situación de VIH deben fortalecerse. La enfermedad debería significar unión en las
familias y no fragmentación de sus vínculos.
De acuerdo a lo planteado anteriormente y teniendo conocimiento que las reacciones
de las familias en relación a la personas afectada con VIH pueden situarse desde la
solidaridad y desde el rechazo es menester pensar estrategias que fortalezcan la
primera situación (solidaridad) y deconstruya la segunda (rechazo).

Es importante entonces que además de la atención a la persona afectada por VIH, esta
también sea dirigida al círculo familiar donde exista un apoyo psicológico y de Trabajo
Social que permita la concientización de la enfermedad, del manejo adecuado a este y
del fortalecimiento de los lazos a través de la comunicación. De igual forma es
necesario que desde un ámbito de salud se les eduque a las familias respecto al trato,
tratamiento, alimentación, higiene que debe darse a la persona con VIH.