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GEOPOLITICA: La Región Pampeana como “Hartland” de la Argentina

La academia argentina tiene una intervención importante sobre los distintos problemas que aquejan a la realidad
social y política nacional en general. Pero poco se escribe, acepta y discute de la producción de las realidades
provinciales y esto es porque el pensamiento está en función de una tradición político epistemológica que logró
imponerse, que ingenuamente se preocupa por poner sus pluma a punto para intervenir desde los paper teórica y
prácticamente sobre la realidad nacional.
Es importante alcanzar un análisis nacional ‘integral’, ya que las provincias y sus poderes constituidos, no son islas
en el escenario federal. Al incorporar las problemáticas subnacionales, se obtienen núcleos de la realidad argentina
que no se pueden desconocer para pensar en una explicación más acabada de la situación del país. En este sentido
hay que superar dos tipos de estudios o tienden a ser técnicos y a un nivel municipal, o los estudios que son
generales a nivel nacional sin tener en cuneta lo particular.
EL punto de partida es el territorio, es la base natural del estado y de alguna manera establece sus potencialidades y
debilidades, al hablar del territorios entendemos el espacio organizado políticamente y por esto discutir hoy al
Estado Argentino es discutir las consecuencias territoriales del neoliberalismo. Y discutir esto necesariamente es
poner en juego nuevamente la relación estado-mercado, ya que esta relación no puede cambiar de fondo si no nos
basamos en una comprensión y reestructuración del territorio, de la organización institucional, de los recursos
político y naturales. Poner en juego esta relación nos lleva a pensar un proyecto estratégico serio, que discuta la
articulación y funcionalidad del estado y el mercado, abriendo así el debate del estado y su articulación con otros
aspectos fundamentales de la vida del hombre.
Para un proyecto estratégico del Estado Nacional se necesita remarcar la idea de “estrategia”, connotación
referente a una racionalidad que permita conocer un camino u horizonte. Esta idea puede estar sesgada por el peso
de una la tradición pragmática y racionalista, pero es fundamental reivindicar el peso de este concepto para enhebrar
distintos sentidos de la acción, sin dejar de lado la correlación de fuerzas, los recursos humanos, los recursos
naturales que pueden explicar el manejo del poder en determinadas circunstancias.
Para discutir la Argentina en este sentido, entonces, tenemos que diferenciar tres momentos: lo provincial, lo
regional y lo nacional.
Puestos en esta tarea, principiamos definiendo el concepto de región el que, como se verá, ocupa un lugar crucial
en nuestro marco conceptual. En nuestro caso, lo consideramos como un recorte territorial de nivel subnacional
construido alrededor de articulaciones naturales, sociales, económicas y políticas, que constituyen un subsistema en
donde se dan fenómenos bajo una lógica diferente a la que rige en el sistema nacional o el entramado provincial.
Definir así a la región, no significa desconocer las relaciones que esta tiene con el sistema social nacional, del cual
es inseparable como el provincial. Como corolario de esta situación, la realidad regional argentina permite constatar
un proceso de conformación desigual, en donde conviven ámbitos territoriales notoriamente heterogéneos.
Las regiones conceptualmente tienen características concretas sobre las cuales se asientan la provincias que son la
base de articulación concreta de la vida nacional, es decir la nación argentina se da en la articulación de distintas
provincias basadas en distintas regiones geográficas.
Por esto, para pensar la Argentina hoy desde una perspectiva estratégica se vuelve necesario incorporar la
problemática geopolítica, sobre las que se asientan las provincias. Es fundamental incorporar al análisis una
perspectiva que asuma lo espacial como el terreno de disputas, esto es, comprender los recursos fundamentales que
se disputan las provincias y las regiones del país. Porque no partimos de una construcción del Estado ingenua, sino
que creemos que el proyecto estratégico argentino de estado nación se estructura con el triunfo de un centro
geográfico, económico y político que logra articular y subordinar a otros espacios y actores alrededor de un
proyecto, logrando así una dinámica virtuosa de poder, concentrando poder político, social y económico provocando
un efecto multiplicador sobre la periferia que subordina.
Es importante comprender cómo se organiza el territorio y quiénes se benefician de esta organización, y a la vez
poder discutir cómo se genera el poder de las provincias y regiones hegemónicas en Argentina, para entender la
estrategia de dominación y para pensar las estrategias más realistas que se tendrían que tener en cuenta para cambiar
la lógica de dominación dentro del país.
En este sentido abordaremos el análisis de la Región Pampeana Argentina, ya que ésta es la región más importante
del país. Siguiendo a Sir Lord Mackinder, la pensamos como un “hartland” (zona pívot o de mayor importancia),
éste sostenía que Eurasia era la parte más importante del mundo civilizado, y quien quiera controlar este “hartland”
por definición controla al resto del mundo, por la concentración que había allí de población y recursos.
Si bien este concepto es pensado por Mackinder para el análisis de la geopolítica mundial, creemos que se puede
utilizar para pensar una geopolítica argentina, que nos de cómo resultado una forma realista de comprender la
realidad social, política y económica, y polemizar con los análisis políticos y económicos estructurales, que, aunque
se presenten a sí mismos como críticos, solo llegan a captar el problema en general sin poder pensar los
condicionamientos concretos.
Intentar comprender la geopolítica regional significa aceptar que existe una contienda entre grandes poderes y
aspirantes a ejercer el poder por controlar territorios, recursos y posiciones geográficas importantes, tales como
puertos canales, sistemas de ríos, oasis y otras fuentes de riqueza e influencias que el estado nacional no puede
ignorar ni dejar de participar, ya que se configura un mapa articulado de una Argentina profundamente
desequilibrada y vulnerable.
En este sentido pensamos que en la Región Pampeana están las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y
Entre Ríos, juntas cumplen la función de “hartland”,o zona decisiva, es decir concentran los recursos más
importantes del país, transformándose en la región hegemónica que logra subordinar al resto con tanta fuerza que
cuando pensamos en políticas nacionales, simplemente pensar más hacia el interior de estas que por su poderío
hegemónico dan una sensación de que es para todos. Tal es así que se clasifica a las demás regiones como
inferiores por su falta de recursos o su escasez y, en realidad, no se da cuenta de que son distintas, por que se mide
todo el territorio con la vara pampeana.
Algunos datos generales que ilustran el poderío de la región:
En la historia Argentina hay un fuerte continuidad de la con respecto a la Región Pampeana como región decisiva,
la desigualdad regional es estructural en la Argentina, ésta no sólo no se corrigió, sino que se agravó, para dar una
imagen de la importancia de las diferencias interprovinciales digamos que la distancia entre las jurisdicciones de
mayor y menor Producto Bruto Geográfico per cápita (Ciudad de Buenos Aires vs. Formosa, año 2001 – ProvInfo,
2003) es de 11,6 a 1, mientras que en Estados Unidos y Canadá, por considerar dos países federales desarrollados,
esta diferencia es del orden de 2 a 1 (U.S. Census Bureau, 2003 y Statistics Canada, 2003).
La región es la unidad ambiental más artificializada de nuestro país, debido a que casi toda su extensión es objeto
de explotación agrícola-ganadero, y eso modificó casi completamente su tapiz vegetal originario, compuesta de
hierbas, pastizales, montes de tala y espinillos. El grado de artificialización de este ambiente también se evidencia
en la notable y densa red de ciudades, vías férreas y caminos que se desarrollan en él.
El límite de la región está, entre, el chaco al norte, y la pampa al sur. El límite no está dado por diferencias de
relieve, sino por distintos tipos de vegetación. El Chaco es una zona predominantemente boscosa; en lengua
indígena la palabra chaco significa cacería, mientras que pampa significa llanura sin árboles. La pampa es una
llanura de gran amplitud, de alrededor de 700.000 km2 y 1,2 millones de km2 de llanuras templadas. Su superficie
Agropecuaria es de 279 mil. Has.
El fenómeno de la dispersión geográfica del proceso productivo argentino nos muestra la centralidad de esta
región, ya que muchos de estos procesos comienzan en una provincia de una región del país y terminan dentro de
otra, generalmente Bs. As., o de la urbes de la pampa húmeda. Este proceso de dispersión de la producción muestra
de la marcada subordinación del resto de las regiones a la pampeana. Los mayores beneficios generados por la
actividad agrícola quedan en manos de los agentes económicos que tienen capacidad para encarar la etapa industrial
y comercial; generalmente, están ubicados fuera de la región de origen de materia prima. (Como el caso del
algodón, o el fraccionamiento del vino de cuyo que las grandes fraccionadores se encuentran en Córdoba o Bs. As.)

• En la región se genera el 77,6% de PBI. Sabemos que nuestras regiones no están balanceadas: el norte
representa casi el 10% del PB nacional, mientras que el área pampeana concentra más de las tres
cuartas partes del total. Como contraste las cuatro provincias del nordeste argentino están
sucesivamente perdiendo peso relativo dentro de la Argentina. En 1950 el NEA representaba el 5%
del PB nacional. En este momento sólo representa el 4,7%. Y esto ocurre a pesar de que la provincia
de Misiones está creciendo mucho, hallándose en una verdadera situación de despegue. Si Misiones
crece, significa que las otras tres provincias, Corrientes, Chaco y Formosa, han empeorado. En el
NOA ocurre algo semejante. A lo largo de 44 años, esa región descendió un punto en su peso político-
económico respecto al total nacional.
• Condiciones hidrográficas: Se encuentra el tramo final de la Cuenca del Plata; su importancia es: riqueza
comercial por los ríos navegables tienen puertos son de cabotaje y de ultramar, vías de comunicación,
atractivo turístico, riqueza ignícola, fuente de energía, favorece a los asentamientos humanos, a sus marines
se encuentran las poblaciones mas grandes del país y las industrias mas importantes.

• La agricultura: la región tiene el mayor número de explotaciones 50%, como la cantidad de superficie
explotada40%. En la región se localizan el 92% de los cultivos. El 75% de los cereales se embarcan en los
puertos de la región. Esta actividad genera el 10% del valor total de las exportaciones y el 2,4% del PBI.

• La ganadería: En la región se concentra el 80% de las vacunos, el 90% de los equinos, el 80% de los
porcinos, y el 75% de la producción avícola, el 90 % de la producción de lácteos. Esta actividad genera el
1,6% del PBI.

• La actividad pesquera: La pesca en la región es la más importante del país en el mar por ejemplo el puerto
más importante que obtiene el 42%, el de mayor actividad en todo el país por volúmenes de pesca y por
cantidad de empresas instaladas. En la pesca fluvial la región es protagonista. PBI 1%

• LA energía: 2% del PBI. Si bien la región es dependiente en energía es la que más consume concentrando
el 80% entre Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. También las destilerías más importantes están en la región
Campana, Doc Sud. Con respecto a la energía eléctrica la región consume los dos tercios y produce uno. Lo
mismo ocurre con el gas 0,15 PBI.

• En la actividad minera: no se producen minerales metalíferos pero sí producen minerales no metalíferos y


rocas de aplicación, Buenos Aires, Córdoba junto a Santiago del Estero forman un grupo que producen el
15 % y son la segunda región que más produce.

• Producción industrial: El 80% de la producción industrial actual están en Buenos Aires, Santa Fe y
Córdoba. El 78% del personal ocupado. En Buenos Aires y capital federal se producen dos tercios del valor
de la actividad. La región es el área de industrialización histórica del país. El área metropolitana es la más
importante de la región que se produce el 60 % de la industria nacional. 16, 1 PBI.

• El sector transporte: 8,5 PBI. En la región el sector es en donde manifiesta más densidad, tanto de vías
férreas como de red vial. Tiene mejor accesibilidad y un mercado abastecido por un buen transporte. La
región tienen la mayor cantidad de peajes. El tren condiciona desde el comienzo beneficiando a la región. El
60% de los ferrocarriles está en la región, que es el 22% del territorio del país. Tiene cobertura casi total de
la Pampa Húmeda. El transporte metropolitano de pasajero representa el 95 %. La región tiene los
aeropuertos más grandes y cantidad de conexiones con el extranjero. La mayoría de las aportaciones pasan
por las puertos y ríos de la región, tiene entonces la mayoría y más importantes puertos fluviales, marítimos
de cabotaje. Los 5 puertos más importantes de ultramar están en la región. El 85% de los productos se
embarcan en los ríos de Paraná y Río de la Plata. Tienen la mayor cantidad de almacenamientos.

• Sistema urbano: la región es la más poblada Buenos Aires es 2 veces más grande que Rosario y Córdoba.
La diferencia entre la ciudad de Buenos Aires con una densidad de 14.000 habitantes por Km. 2, con Santa
cruz con 0,9 habitantes por Km. 2. Tan solo en la Región Pampeana (4 provincias) representa el 30% de la
superficie del país (654.880 Km2), encierra el casi 70% de la población Argentina 23.803.235 hab., y la
densidad de la población (hab/km2) es de 36,3. Si lo comparamos con el resto de las regiones del país (19
provincias) todas juntas llegan a una cantidad de la población de 12.375.712 hab. que significa casi 30% del
total del país, en una superficie de 2.095.740 Km2 que significa 70% del territorio, y la densidad de la
población (hab/km2) es de 5,9. El Sistema Urbano Argentino tiene dos características importantes 1) la
primacía de Buenos Aires y 2) la macrocefalia. La primacía se refiere a la aglomeración con mayor cantidad
de habitantes, el gran Buenos Aires es más de 10 veces más grande que Córdoba y Rosario, ciudades que le
siguen en tamaño. La macrocefalia se refiere al peso que tiene la población de la ciudad que ejerce su
primacía en el sistema urbano. En el caso de Argentina, el gran Buenos Aires reunía, si tomamos por
ejemplo el censo de 1991 el 37% de la población nacional. Y todas las ciudades con más de 50 mil
habitantes reunían el 33,6% de la población. Esto significa que la población del gran Buenos Aires
prácticamente equivalía a la suma de la población de todas las otras ciudades de más de 50mil habitantes.
Esta macrocefalia, sin embargo, se encuentra en proceso de disminución en las últimas décadas, ya que por
ejemplo, el gran Buenos Aires reunía 54,4% de la población total del país hacia 1950. El resto de las
ciudades de más de 50 mil habitantes en el mismo año apenas reunía el 15% de la población Argentina. La
región tiene los centro urbanos más importantes: Capital Federal y Gran Bs. Aires (casi 11 millones), y
Rosario y Córdoba (un millón cada una).
Con respecto a lo social la situación consiste en los equilibrios regionales relativos ya que hay indicios de
reconcentración económica en el Área Metropolitana. Esta situación de desigualdad creciente se manifiesta a partir
de datos oficiales del INDEC de octubre de 2002 que señalan que, en 1974, el 10% de la población más rica tenía el
28,2% del ingreso; en el 2002 alcanzó a 37,4%. En igual período, el 30% más pobre descendió del 11,3% al 8,0%.
El plan de convertibilidad de 1991 no detuvo este proceso ya que los más pobres bajaron de recibir el 5,7% en 1990
al 4,0% en el 2002. En los últimos años la brecha entre los más ricos y los más pobres pasó de 8 a 14 veces. La clase
baja y la media baja, que representan al 60% de la población Argentina (22 millones de habitantes) pasó de recibir
el 33,7% de la riqueza en 1974 a tan sólo el 26,0% en el 2002. En este mismo período, el 10% más rico de la
población argentina (3,6 millones de habitantes) trepó del 28,2% al 37,5%. Argentina quedó entre los primeros
quince países del mundo que tienen la peor distribución de la riqueza. Estos indicadores oficiales son una clara
muestra de la fuerte posibilidad de que el fenómeno se manifieste también territorialmente.

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