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PROJECT MANAGEMENT
Autores:
Diaz Lozada Jean
Barturen Montenegro Carlos
López Córdova Adderly
Peña Espinoza joseph
Asesor:
Delgado Contreras Genaro
Chilayo-Perú
( 2019)
ECONOMIA SOCIAL DE MERCADO
1. Preguntas Frecuentes
Es preciso decir que su configuración teórica se relaciona ante todo con los nombres de Walter
Eucken y Alfred Müller-Armack, y su implementación política con el de Ludwig Erhard. Tal
implantación ha sido considerablemente reconocida en el mundo pues el cambio operado en
Alemania, la cual vivía una economía de guerra, ha sido visible (hasta en estos días). “El sistema
que impulsó es la Economía de Mercado, con sus lineamientos fundamentales de estabilidad y
libertad monetaria manteniendo con ello una moneda fuerte y sólida, un régimen económico
de amplia competencia, bajo el cual no podrían progresar los monopolios ni el proteccionismo,
ni los subsidios, ni los privilegios. La rentabilidad de las empresas dependía de su eficiencia, de
su competitividad, y solamente podían lograr utilidades por medio de la reducción de costos de
operación y de producción, aumentando la productividad y elevando los salarios reales”. Es así
que su enorme desarrollo y su estabilidad política han contribuido para que este sistema
económico sea el más idóneo para los países en vías de desarrollo como el nuestro.
El concepto de “economía de mercado” del siglo XIX se basaba, teóricamente, como se ha dicho
en lo que se dominó “competencia perfecta”.
En otras palabras, en el libre juego de la “oferta y demanda”, sin las interferencias de los
monopolios, oligopolios, carteles, tarifas arancelarias y parancelarias, fijaciones arbitrarias del
tipo de cambio y de cambios múltiples, precios oficiales arbitrarios para las mercaderías y
servicios, distorsiones de precios, acaparamientos especulativos con expectativas inflacionarias
y devaluaciones. Crecientes déficit fiscales fabricados con la maquinita de imprimir billetes.
Se trataba de la aplicación de una política económica novedosa basa en las ideas de la naciente
«Economía Social de Mercado», la misma que acepta que el mercado es el mejor sistema para
propiciar el progreso económico, porque incentiva la competencia creadora e impulsa la
innovación, pero a su vez se sostiene que el Estado debe garantizar que los mecanismos del
mercado funcionen en un marco de responsabilidad social, cuyas alteraciones nocivas deben ser
controladas y corregidas para garantizar la libre competencia, que debe ser la esencia del
sistema.
En resumen, la economía social de mercado parte de la aceptación del mercado como el mejor
sistema para propiciar el progreso de los pueblos – precepto liberal (y neoliberal)-, por
considerarlo superior a todos los otros en la medida en que promueve el despliegue de las
iniciativas de los seres humanos, incentiva la competencia creadora e impulsa las innovaciones.
Pero a la vez, a la autoridad pública le corresponde crear condiciones para que las actividades
económicas privadas se desarrollen de manera libre y competitiva, requisito necesario para que
puedan ser eficientes, producir los bienes demandados por la sociedad y garantizar buenos
precios a los consumidores. Significa que el Estado debe garantizar las libertades de los medios
de producción, dentro del marco de su responsabilidad social y favorecer un alto grado de
apertura de los mercados en los ámbitos interno y externo. También está obligado a evitar
intervenciones innecesarias que limiten la acción positiva del mercado, a no ser que se
produzcan imperfecciones que sea necesario corregir, por ejemplo, en el caso de alianzas y
fusiones que favorezcan la aparición de monopolios, mismos que atentan contra la libre
competencia. Y lo más importante, debe fijar un conjunto de reglas -normas jurídicas-, que
delimiten el ámbito dentro del cual pueden desarrollarse las actividades económicas.
¿Qué busca la Economía Social de Mercado?
Este sistema socioeconómico busca antes de todo acercarse de la “paz social”. Más allá de lo
económico, históricamente, este sistema busca la convivencia de varias ideologías y
representaciones abstractas de la realidad social: el liberalismo, el socialismo, el protestantismo
y el catolicismo. La economía social de mercado señala que el mercado en combinación con la
propiedad privada de los medios de producción constituye tanto la modalidad más eficiente de
coordinación económica, como también una condición necesaria para garantizar la máxima
libertad política. En otras palabras, el Estado debe velar por el buen funcionamiento del mercado
lo cual significa, antes que nada, que el Estado le confiere al mercado un margen de acción
suficiente y que por principio no interfiere en el "juego" de la oferta y de la demanda.
La decisión en favor de un régimen de economía de mercado implica una limitación del Estado.
Sin embargo, también compromete al Estado a intervenir activamente en el mercado cada vez
que allí se configuren constelaciones de poder, tales como monopolios y cárteles, pues éstas
afectan seriamente la competencia y al mismo tiempo la eficiencia superior del mercado en la
generación de bienestar social.
En que caso de que existieran monopolios y cárteles es deber del Estado que desaparezcan para
ello se requiere de un Estado suficientemente fuerte para poder actuar en contra de los que
tienen poder económico.
¿Qué se busca?, pues el logro de un crecimiento económico permanente que promueva el pleno
empleo de manera sostenida, a través del cual cada individuo, mediante su esfuerzo, encuentre
la posibilidad de obtener el ingreso que necesita para sí, y por sí mismo atender sus necesidades.
Aquí el Estado debe velar por el bien común y corregir las desigualdades sociales, con el fin de
que todos, y no unos pocos, sean partícipes de los resultados del progreso. De aquí una de las
máximas de la economía social de mercado: “debe existir tanto mercado como sea posible y
tanto Estado como sea necesario”.
Un análisis más profundo nos demostraría que imitar modelos o ceder ante presiones
internacionales, no es el mejor de los camino puesto que podemos dar soluciones a nuestros
problemas con algo de sentido común. No hay recetas ni sistemas milagrosos. Aprendamos algo
de Ludwig Erhard, quien como segundo Canciller Alemán de la post guerra, al escuchar a los
economistas del mundo hablar del milagro alemán, se dignó en decir “esto no es fruto de un
milagro, esto es fruto del trabajo de todo un pueblo” Creo que se entiende el mensaje.
“En principio, esto quiere decir que el Estado le delega al mercado la función de asignar
los recursos de la manera más eficiente posible, para lo cual le confiere un margen de
acción suficiente y, en consecuencia, no interfiere en el libre juego de la oferta y de la
demanda. Por lo tanto, la decisión a favor de un régimen de economía de mercado
implica, esencialmente, una limitación en el accionar del Estado”
Competencia: El Estado que establece una economía social de mercado no sólo asegura
y confiere una libertad formal de mercado, sino que además se compromete a actuar
cada vez que existan situaciones que afecten la sana competencia. Mientras mayor sea
la competencia que se desarrolle en los agentes económicos mayor será la eficiencia en
el mercado y por lo tanto se alcanzará un mayor bienestar social.
“Al estado le corresponde, pues, generar información de referencia estable para los actores del
mercado, especialmente sobre el nivel general de precios, los impuestos, los subsidios, la
protección arancelaria y la regulación del empleo. De no ser así, las fluctuaciones constantes de
estos elementos de la política económica distorsionaran las señales al mercado y, en
consecuencia, modificarán los precios relativos. En otras palabras, para guarecerse de un
eventual cambio de reglas que los perjudique, los agentes económicos tienden a elevar los
precios de sus productos, lo que acarrea un comportamiento similar de otros agentes
económicos y provoca un clima de inestabilidad que afecta seriamente la economía, el
crecimiento y el bienestar de la población.”
2) Compensación por fallas del mercado: La economía social de mercado busca superar
algunos inconvenientes o fallas que se generen en el libre mercado. Estas fallas se pueden
agrupar en tres categorías.
1o Los monopolios naturales ejemplo de ellos son ciertos servicios como el agua o la
energía, que se generan puesto que no existe posibilidad de existencia de algún ofertante
más en el mercado.
2o La segunda falla del mercado se origina en el hecho de que ciertos productos o
servicios no generan una demanda individual. Es el caso, por ejemplo, de la producción de
información, la investigación básica, la infraestructura pública, la formación de recursos
humanos o la seguridad pública.
3o La tercera falla de mercado es la falta de capacidad empresarial para responder a
los deseos de los consumidores o a las oportunidades del mercado, tanto interno como
externo. El estado deberá tomar acción respecto de las actividades económicas
correspondientes.
La economía social de mercado estable que para alcanzar el bienestar de las mayorías es
absolutamente necesario que el mercado funcione eficientemente y que todos los agentes
económicos participen de manera activa.
Economía Social de Mercado tuvo como fuente a las ideas de los miembros de la escuela de
Friburgo, las cuales se desarrollaron en las décadas de 1930 y 1940. Pero la práctica de la misma
se inició luego de la Segunda Guerra Mundial. La Economía Social de Mercado durante la
vigencia de la Constitución de 1979, carta que consagraba los principales de este sistema
económico, fue objeto de cuestionamientos en el Perú. Las objeciones formuladas provenían de
distintas vertientes políticas y tenían, por consiguiente, contenidos distintos. Los podemos
resumir en los siguientes: (Texto extraído desde Cuaderno de Trabajo “LA ECONOMIA SOCIAL
DE MERCADO EN EL PERÚ”)
En el caso del Perú, es necesario recordar que tanto la Constitución de 1979 (Art. 115°), como la
de 1993 en su artículo 58, establecen que «la iniciativa privada es libre» y que «se ejerce en una
economía social de mercado». Además los grupos políticos que participaron en el Acuerdo
Nacional, han aprobado varios compromisos, siendo uno de ellos la Política 17 sobre
«Afirmación de la Economía Social de Mercado». Por todo esto, se amerita revisar los
fundamentos de una economía social de mercado.
En estricta aplicación de este mandato constitucional deberíamos estar en condiciones de
sostener que los problemas sociales fundamentales ya se hallan debidamente cautelados. Para
el ejercicio de la función de fiscalización y regulación del mercado se han creado y se hallan en
funciones diversos organismos sectoriales especializados como Osinerg, Ositran, Ociptel,
Sunass, Indecopi, Inrena, etc. cuya función, si fuera eficiente tendríamos totalmente
garantizados los derechos de los consumidores, sobre todo en los principales servicios públicos
que son prestados por empresas privadas o públicas que operan en condiciones monopólicas.
¿Cuáles son los elementos característicos de la Economía Social de Mercado en el Perú?
La Economía Social de mercado cumple con principios básicos; cuando esto no ocurre, los
agentes económicos resultan perjudicados, de allí la necesidad de establecer parámetros o
regulaciones.
a) El mercado
La función esencial del estado es establecer y asegurar el marco legal de funcionamiento del
mercado y por lo tanto de la competencia. Para que este orden competitivo funcione, es
necesario un estado fuerte que imponga un sistema de reglas claras y que además establezca
unas políticas de compensación a favor de los grupos sociales más necesitados.
b) El elemento social
En este contexto el estado debe corregir las distorsiones que se pueden presentar en el
funcionamiento del mercado, especialmente cuando existan situaciones monopólicas, cuando
se presenten externalidades con efectos negativos o positivos y en la implementación de los
seguros sociales.
Mucho se ha escuchado en estos días sobre que el sustento de las propuestas de ley destinadas
a regular precios de medicamentos, imponer controles a las fusiones o adquisiciones
empresariales, o regular la forma de publicitar o comercializar ciertos productos alimenticios, es
que nos encontramos en una economía social de mercado, y es el componente “social” el que
permite ese nivel de injerencia estatal. Sin duda, una interpretación antojadiza que permitiría
aplicar medidas que justamente este principio constitucional pretende evitar.
Así pues, el concepto de economía social de mercado, cuyo origen se remonta a la Alemania
post segunda guerra mundial, parte de la premisa de que un mercado donde primen la libre
competencia y el respeto irrestricto a la propiedad privada constituye la modalidad más
eficiente de coordinación económica y la condición necesaria para lograr un crecimiento
económico permanente, que promueva el pleno empleo de manera sostenida, a través del cual
cada ciudadano, mediante su propio esfuerzo, tenga las mismas oportunidades de obtener los
recursos para atender sus necesidades. Por su parte, el Estado debe garantizar que se cumplan
estas condiciones de libre competencia y propiedad privada, como medio para conseguir el fin
último de asegurar el bienestar del ciudadano. He ahí la importancia de la connotación social.
Y es justamente como consecuencia de este concepto que se desarrolla un marco legal de
defensa de la competencia y de protección al consumidor, así como de regulación de
determinados servicios públicos básicos, de modo que el Estado no intervenga directamente en
el mercado, sino que garantice que este funcione de la mejor manera posible, mediante la
sanción a las prácticas anticompetitivas que lo ponen en riesgo.
Tener claros estos conceptos, así como ser conscientes de la vasta evidencia que ha demostrado
las bondades de este modelo, nos permitirá desarrollar las políticas públicas que el país
realmente necesita y no distraernos en el falso maniqueísmo de mercado vs. Interés social, que
no solo es errado, sino que poco o nada ayuda al desarrollo económico del país, que finalmente
redunda en el bienestar social.
¿Concepto básico histórico y características más relevantes?
Antes, hace ya varias décadas, dos teorías económicas opuestas luchaban, en la teoría y en la
práctica, por dominar el mundo: el capitalismo y el comunismo. Dos sistemas, dos ideologías y
dos mundos totalmente distintos: la propiedad privada y el bien común; la economía de
mercado y la economía nacional. La lucha se remonta a un par de siglos atrás; sin embargo, es
hacia mediados del siglo XX que empiezan a surgir nuevos pensamientos, pensamientos
intermedios, mixtos. Es así que en los años 40, en Alemania, se oyen de las teorías ordoliberales,
más adelante se oiría sobre la socialdemocracia, el socialcristianismo y las economías más
“light”.
Los nuevos bloques económicos, entre los que destaca el BRICS, están avanzando a pasos
agigantados, demostrando que la economía social de mercado (excepto China, que tiene una
economía socialista de mercado) está dando resultados. Y estos resultados no solo se ven en los
momentos de auge o desarrollo económico, sino también en momentos de crisis, como han sido
las políticas brasileñas con respecto a los planes de inversión en zonas rurales. Del mismo modo,
países como Argentina, Ecuador, India y Rusia ponen en práctica los mecanismos de la economía
social de mercado, fortaleciendo a sus respectivos Estados e invirtiendo en cubrir las
necesidades de sus naciones.
En el caso del Perú, el Estado viene promoviendo economías más sociales en donde funciona
como normador, promotor y garante de los procesos económicos, pero los conflictos sociales
suscitados por dar privilegios a empresas extranjeras y no escuchar a una sociedad que resultaría
afectada, evidencian que falta mucho por lograr una política en la que prime el equilibrio entre
la sociedad, medio ambiente y la economía.