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1. INTRODUCCIÓN
La obligación romana nació en tiempos arcaicos dentro del terreno de los delitos.
Originalmente, la comisión de un delito hacía surgir a favor de la víctima o de su
familia, un derecho de venganza, el cual, mediante una composición podía
transformarse en el derecho de la víctima o de su familia a exigir cierta prestación del
culpable o de su familia. Como garantía del cumplimiento de tal prestación, un
miembro de la familia del culpable quedaba obligatus, o sea, “atado” en la domus de la
víctima como una especie de rehén. Por tanto, la obligación antigua era una atadura
en garantía de cumplimiento de prestaciones nacidas de los delitos.
Una persona se vincula o se somete a otro por el acto del nexum. Este acto está
relacionado con la mancipatio, consistente en una automancipación o sometimiento de
una persona a otra para garantizar una deuda propia o ajena. Una lex Poetelia Papiria
del 263 a. C. abolió el nexum y sustituyó el sometimiento personal del deudor por el de
sus bienes, transformando así la vinculación personal en patrimonial.
En una primera fase sólo existen las obligaciones tuteladas para acciones reconocidas
en el ius civile. Para Gayo una acción es personal cuando reclamamos, contra el que
nos está obligando, a causa de un contrato o un delito; es decir, cuando pretendemos
que debe dar, hacer o prestar (dare, facere, praestare, oportere. Oportere hace
siempre referencia a una deuda por derecho civil).
En las relaciones tituladas por el pretor, se habla de estar sujeto o sometido a la
acción (actione teneri). En derecho clásico se denominan obligaciones a las relaciones
personales defendidas por acciones pretorias. Desde el siglo I a. C. el pretor concede
una serie de acciones in factum, para reprimir conductas en las que intervienen dolo.
En su mayoría son acciones penales; otras deben incluirse entre los créditos y otras
entre las acciones de buena fe, como la de gestión de negocios o de depósito. En
derecho
Las obligaciones en el Derecho Romano nacieron para que los hombres cumplieran
determinadas conductas, siendo para éstos un deber jurídico, de lo contrario si no
obedecían, eran sancionadas como delitos. Justiniano1 las definió como “la obligación
es un vínculo jurídico por el cual somos constreñidos con la necesidad de pagar
alguna cosa según las leyes de nuestra ciudad (obligatio est iurus vinculum, quo
necesítate adstringimur alicuius solcendae rei, secundum nostrae civitatis iura)”.2
Sin embargo, puede darse el caso de que el deudor no cumpla o de que se retrase en
el cumplimiento; es decir, que incurra en mora.
5.1. Mora
Sin embargo, para el Derecho romano, también el acreedor podía incurrir en mora;
esto sucedía cuando rechazaba, sin justa causa, el pago ofrecido por el deudor.
así, el derecho romano, nos presenta la mora debitoris, a cargo del derecho y la mora
creditoris, a cargo del acreedor.
Para que el deudor incurriera en mora era necesario que el retraso le fuera inevitable y
que la deuda estuviera vencida. Para aquellas obligaciones no sujetas a plazo, era
necesario que el acreedor hubiera requerido el pago mediante una interpelación
(interpellatio); además, incurra en mora sin interpelación la persona que obtenga un
objeto de forma ilícita, como el ladrón, por ejemplo. El deudor moroso debía pagar al
1
Emperador bizantino
2
Morineau Iduarte Marta y otro, Derecho romano, p. 143
acreedor los daños y perjuicios que su retraso le hubiera ocasionado, respondía hasta
por fuerza mayor y además el acreedor se hace dueño de los frutos del objeto debido
desde el momento en que el deudor se constituyó en mora.
Mora creditoria
Dolo
Culpa
Existen diferentes grados de la culpa y así tenemos, en primer lugar la culpa lata, o
sea la culpa grave o excesiva negligencia (Ulpiano, D. 50, 16, 43, 2).
Además existe la culpa levis, que es menos grave y que a su vez podía ser in
abstracto o in concreto.
En la cesión de créditos tenemos la sustitución del acreedor por otra persona quien se
le transmiten los derechos nacidos del vínculo obligacional.
La cesión de créditos se hacía por renovación o por una procuratio in rem suam.
A.- Novación. La novación es la sustitución de una antigua obligación por una nueva,
cambiando uno de los elementos de la primera, en este caso el acreedor. Era
necesario el consentimiento del deudor, quien debía prometer el pago al nuevo
acreedor (Gayo. 2, 38).
B.- Procuratio in rem suam. A través de esta figura, la cesión se llevaba a cabo
haciendo uso de la representación procesal. El cedente le otorga un mandato al
cesionario autorizándole a cobrar el crédito en su nombre pero en beneficio propio,
cediéndole, de esta manera, más que el crédito el derecho de acción para poder
cobrarlo en un juicio.
En segundo lugar, el cesionario podía, mediante la actio doli, pedir una indemnización
al cedente que de mala fe hubiera revocado el mandato, perdonado la deuda o
concedido una prórroga al deudor.
Por último, se estableció que en caso de muerte del cedente no se extinguieran los
derechos del cesionario.
Para evitar la usura o los abusos que esa situación pudiera provocar, el derecho
posclásico estableció las siguientes limitaciones:
En la cesión de deudas, tenemos la sustitución del deudor por otra persona que
asume la deuda; es decir, que se compromete a pagar la deuda del primero. También
para transmitir las deudas se recurrió a la procuratio in rem suam, que ya conocemos,
y a la novación, que en este caso recibe el nombre de delegación (Ulpiano, D.
46,2,11).
El primer deudor o deudor original que sale de la relación, recibe el nombre del
delegante; el nuevo deudor, el de delegado, y el acreedor, que es el mismo el de
delegatario.
GARANTÍAS DE LAS OBLIGACIONES
Una obligación puede ser garantizada por medio de garantías personales (fianza) o
por medio de garantías reales (prenda e hipoteca). De estas últimas ya se ha tratado
en el capítulo de los derechos reales.
Clases de garantías
Garantías reales:
Consistía en la afectación de un determinado (Bien) objeto como garantía del
cumplimiento de la obligación. Podía ser una prenda o hipoteca o enajenación con
fiducia.
La doctrina distingue entre garantías reales y personales. Las reales atribuyen al
acreedor un derecho real sobre una cosa del deudor ó de un tercero, sobre la cual
podrá satisfacerse una vez tenga lugar el incumplimiento: son fundamentalmente la
prenda y la hipoteca, ya estudiadas en los derechos reales de garantía. Las garantías
personales consisten en la constitución de una relación accesoria de la obligación ya
constituida (llamada por ello principal), destinada a garantizar su cumplimiento.
Tales garantías son proporcionadas unas veces por el mismo deudor y otras por un
tercero. Entre las primeras citaremos las arras, la cláusula penal y el juramento; de las
segundas estudiaremos la fianza y el mandato de crédito.
Sponsio: Como su nombre lo indica se trata del contrato verbal, que sólo podía
celebrarse entre ciudadanos romanos.
Al fiador (sponsor) se le pregunta luego de celebrado el negocio principal: ¿prometes
darme lo mismo? La obligación contraída por el sponsor no se transmite a los
herederos.
Fidepromissio
Se realizaba por medio de una stipulattio accesoria —para que pudiera ser celebrada
por no ciudadanos—, rigiéndose por las mismas reglas que la sponsio. Varias leyes
reglamentaron en la República ambas clases de fianza. Así, la lex Apuleia disponía
que, habiendo varios fiadores, si uno de ellos pasaba más que su parte, podía haberse
reembolsar de los otros el excedente por medio de una acción.
Igualmente la lex Furia —que rigió sólo en Italia— limitaba la responsabilidad de esta
fianza a dos años, luego de los cuales se extinguía; también se establecía que cada
uno pagaba con su parte viril, y si uno de ellos era insolvente, no se cargaba sobre los
demás sino que se perjudicaba el acreedor.
Por la lex Cicerela se prescribía que el acreedor debía hacer saber públicamente la
clase de crédito, el monto y la cantidad de fiadores. De lo contrario, parece ser que
éstos quedaban liberados.
Fideiussio
Por medio del verbo empleado en la pregunta y respuesta (se sigue la mecánica de la
stipulatio) se da a entender que el fiador queda obligado por su fe y lealtad.
Efectos
Efectos de la Fianza entre el Acreedor y el Fiador: El acreedor puede perseguir al
fiador desde que la obligaciónse haya hecho exigible; no siendo necesario perseguir al
deudor principal (a no ser que este interponga el beneficio de excusión). El fiador,
antes de ser requerido de pago, puede pagar la deuda. Eneste caso, las obligaciones
del fiador son las siguientes:Entre fiador y acreedor,Obligaciones y derechos del
fiador, El fiador es el garante del deudor principal.
c) Puede oponer todas las excepciones que el deudor principal podría oponer.
Extinción
Por haber ocurrido respecto de la fianza misma cualquiera de las causas por las que
se extinguen las obligaciones
Requisitos
Es requisito esencial de la prenda, la puesta en posesión del acreedor del bie
mueble ofrecido en garantía del crédito, que puede ser propiedad del deudor o de un
tercero, constituyéndose así, con ese desplazamiento de la posesión, la prenda sobre
el bien mueble entregado.
La prenda no otorga a quien la posee la posibilidad de venderla, puesto que la prenda
solo traslada la posesión y no el dominio del bien pignorado.
Extinción
La hipoteca
La hipoteca es un derecho real que gravita sobre un bien afectado al cumplimiento de
una obligación. Grava a una cosa en lugar de gravar a una persona. Por la hipoteca se
tiene un derecho real sobre el objeto que garantiza el crédito y da al acreedor un
derecho de preferencia por el cual escapa al concurso de los acreedores, se paga con
el objeto afectado a su crédito. El acreedor tiene también el derecho de persecución
sobre el objeto para que éste le sea entregado de manos de quien lo tenga,
desconociendo las enajenaciones y constituciones de derechos reales posteriores al
nacimiento de la hipoteca; finalmente, el acreedor tiene el derecho de vender la cosa
gravada (“ius vendendi” o “ius distrahendi”).
Los derechos reales son las relaciones jurídicas inmediatas entre una persona y una
cosa. La figura proviene del Derecho romano ius in re o derecho sobre
la cosa (ver Derecho de cosas). Es un término que se utiliza en contraposición a
los derechos personales o de crédito.
Características
La hipoteca es un derecho real de garantía: el derecho real de garantía es aquel que
tiene como finalidad asegurar el cumplimiento de una obligación, constituyendo trabas
para impedir la enajenación de la cosa que está destinada a responder al titular del
crédito o derecho. Esta garantía real hipotecaria en principio sólo puede constituirse
sobre bienes inmuebles, pero también puede constituirse sobre bienes muebles. El
derecho real de garantía es oponible a todos y permite al acreedor hipotecario ejercer
su poder sobre los bienes hipotecados, le confiere al acreedor hipotecario:
Constitución de la Hipoteca.
La hipoteca puede originarse por:
a) Pacto. El acuerdo entre las partes bastaba para crear el derecho real de hipoteca;
se trata de un pacto sancionado por el derecho pretorio (“pactum vestitum”).
b) Testamento. El de “cuius” utilizaba este modo de constituir la hipoteca sobre alguno
de los bienes hereditarios, cuando deseaba garantizar a su legatario una renta vitalicia
o una pensión alimenticia.
c) Hipotecas Tácitas. Las hipotecas tácitas son aquellas que la ley crea directamente,
de ordinario por interpretación de la voluntad de las partes, o por favor hacia un
acreedor incapaz.
Tiene una hipoteca tácita especial:
Tiene una hipoteca tácita general: 1) El fisco, sobre los bienes sus administradores y
deudores. 2) Los pupilos y los menores de veinticinco años sobre los bienes de sus
tutores y curadores; esta hipoteca creada por Constantino, fue extendida por
Justiniano a los locos. 3) La mujer casada y sus herederos, bajo Justiniano, sobre los
bienes del marido para garantizar la devolución de la dote.
Extinción de la Hipoteca.
La hipoteca se extingue por la vía de consecuencias o directamente. Por vía de
consecuencia cuando el acreedor es pagado y más generalmente todas las veces que
la deuda de la cual es el accesorio se extingue totalmente, bien por el derecho civil,
bien por el derecho pretorio, pues si sólo se extingue parcialmente, la hipoteca que es
indivisible, subsistirá entera.
La hipoteca se extingue directamente: 1) Por la venta de la cosa hecha por el acreedor
hipotecario; extingue así su hipoteca y las posteriores, si las hay, pero no las
anteriores. 2) Por la renuncia del acreedor, que puede ser expresa o tácita, como
cuando deja de vender el bien afectado sin ejercer su derecho. 3) Por confusión, es
decir, por la adquisición de la propiedad de la cosa hipotecada por el acreedor
hipotecario. 4) Por la pérdida de la cosa hipotecada. 5) Por la prescripción extintiva de
cuarenta años que es la más larga duración de la acción hipotecaria, según
disposición del emperador Justino. 6) Por las “praescriptio longi temporis” cuando el
bien hipotecado está en manos de un tercer adquirente de buena fe y con justo título
con relación al acreedor hipotecario, puede oponerle esta “praescriptio” a su acción
hipotecaria.
Extinción de las obligaciones
Las obligaciones se extinguen por una serie de hechos que han sido reunidos bajo el
título de modos de extinción de las obligaciones, que no tiene un carácter uniforme y
que no poseen toda una eficacia igual. El Vínculo de derecho entre el acreedor y el
deudor no estaba llamado a perpetuarse indefinidamente. Debía llegar un momento en
que el deudor se libertara de la carga de su obligación y entonces esta última quedaba
extinguida.
El medio propio y natural de extinguirse toda obligación era el pago, es decir, la
satisfacción del objeto de aquella por parte del deudor.
La doctrina suele distinguir entre modos de extinción: ipso iure y modo de extinción
ope exceptionis.
Dentro de los modos de extinción ipso iure, estudiaremos en primer lugar la aceptilatio
y el contrario consensus, basados en el principio del contrarius actus, esto es, en el
principio de la correlación, en virtud del cual, la obligación puede extinguirse mediante
un procedimiento inverso a su constitución: Paulo (D. 50, 17, 100) lo expresa muy bien
cuando afirma que “cualquiera que sean los modos con que nos obligamos, nos
liberamos por los mismos actos contrarios”. Inmediatamente después abordaremos el
pago y la novación, formas más generales de extinguir la obligación. Entre los modos
de extinción ope exceptionis estudiaremos tan solo la compensación y el pactum de
non petendo.
.
MODOS DE EXTINCIÓN IPSO IURE: Son aquellos que hace desaparecer la
obligación total y definitiva de una manera perpetua. Por ejemplo: el pago.
Según Gayo: "Se extingue una obligación, ante todo, por medio del pago de aquello
que es debido".
¿Que debe pagarse? La regla general es que debe pagarse todo lo que se
debe y lo que se debe.
El pago debía ser hecho a la persona del acreedor, su mandatario; si era incapaz, a su
tutor, curador o en caso de que hubiese un gestor de negocios.
En lo referente al objeto de la obligación, esta debía cumplirse pagando la misma cosa
que se había prometido, entregándose esta en su totalidad.El pago tiene por efecto
extinguir de pleno derecho la obligación.
Características:
Pérdida de la cosa debida: En principio, una obligación no puede existir sin objeto. La
pérdida de la cosa debida extingue, pues, la obligación de pleno derecho. Pero esta
solución no es absoluta, pues en lugar de la cosa que ha perecido, el deudor puede
deber daños o intereses.
1. Cuando la obligación tiene por objeto cosas in genere, la pérdida de las cosas que
el deudor destinaba al pago no le libera, pues puede proporcionar otras de la
misma especie. Es distinto si el acreedor está en demora y la pérdida sobreviene
por caso fortuito.
Capiti deminutio: Era una injusticia para con el acreedor, por lo que el pretor dio a
este, acción contra el que adquirió los bienes del deudor y hasta el monto de dichos
bienes.
Son aquellos que no extinguen de raís la obligación, sino que confieren únicamente el
derecho a paralizar mediante una excepción la acción del acreedor, ya sea temporal o
definitivamente. Los modos de extinguir ope exceptionc a menudo dejan subsistir una
obligación natural; Ejemplo: pacto de no pedir, compensación , prescripción extintiva.
Juramento Era un modo de extinguir las obligaciones consistentes en que cuando dos
personas disputaban acerca de la existencia de un derecho, acordaban atenerse a lo
que jurase una de ellas
Conforme a ello la condena no solamente puede abarcar el daño directo producido por
la inejecución (clamnum emergens), sino también la utilidad que se esperaba obtener
y que por el incumplimiento no se obtuvo (lucrutn cessans).
Justiniano determinó que los daños y perjuicios no podrían superar el doble del monto
del valor determinado de la prestación.
Podía ocurrir a veces que las partes hubiesen convenido con anticipación —para evitar
la incertidumbre de la fijación por el juez— el monto de los perjuicios a pagar en caso
de incumplimiento. A esto se lo denominaba stipulatio poenae (cláusula penal).
El deudor respondía sólo por los daños que eran consecuencia necesaria de la
ejecución, fuesen directos o indirectos, siempre que él hubiese previsto o hubiese
podido prever tales consecuencias al momento del nacimiento de la obligación.
Stipulatio Poenae
En estos casos, la obligación se perpetúa, aunque con un objeto necesariamente
modificado, ya que la prestación inicial resulta reemplazada por una suma de dinero
que representa el interés patrimonial que tenía el acreedor en la obligación. Esta
puede ser establecida previamente por las mismas partes mediante la llamada
cláusula penal (stipulatio poenae), que consiste en la predeterminación del
resarcimiento por medio de una suma de dinero a pagarse en caso de incumplimiento.
Para evitar el fraude a los acreedores se establecieron remedios. Uno de ellos fue el
interdicto restitutorio que otorgó el pretor para que, dentro de un año útil desde el día
de la enajenación, pudiesen los acreedores conseguir del tercer adquirente de mala fe
la restitución de los bienes fraudulentamente enajenados por el deudor. Si el tercero
no cumplía la obligación de restituir, se concedía a los acreedores un interdicto
fraudatorium (relativo al fraude) para obtener el valor del objeto y de los frutos
pendientes al tiempo de la enajenación. Otro pudo ser la in integrum restitutio, pero se
trata de un expediente difícil de conocer por las modificaciones e interpolaciones de
los compiladores. Pudo utilizarse en los casos de empobrecimiento no derivado de la
enajenación de bienes corporales.
En primer lugar, era menester que el deudor hubiese ejecutado un acto positivo o
negativo que determinare un empobrecimiento de su patrimonio.
En el derecho posclásico estos dos remedios parecen haberse refundido en una actio
in factum amplia, vulgarmente llamada Pauliana, la cual tiene por objeto revocar todos
los actos realizados fraudulentamente por el deudor en perjuicio de sus acreedores.
Consecuencias que se pueden producir a raíz de que existe una obligación; hace
alusión a consecuencias jurídicas, lo que puede suceder, las posibilidades de efecto.
Los romanistas concluyen que el Dº romano distinguía tres efectos en las
obligaciones:
[Lectura del Topasio 337 – 338 – 339 Respuestas de los jurisconsultos a preguntas
tales como ¿Quién puede pagar? El deudor, el representante o mandatario, un tercero
¿Quién puede recibir un pago? El acreedor, representante o mandatario. El lugar
dependerá si es o no obligación contractual, si es mueble o inmueble. La oportunidad,
apenas se hace exigible, de inmediato en caso de las obligaciones puras y simples o
sujeta a modalidad o algún tipo de plazo. Por ejemplo: te pagaré todos los meses los
primeros cinco días de cada mes: la obligación se hace exigible el día 1, y el día 6 está
en mora. La prueba de pago en caso de juicio, la excepción de pago. Ejemplo: el
acreedor considera que el deudor no cumplió e interpone la acción personal; el deudor
interpone la excepción o excepciones. Si la pretensión jurídica del acreedor es que el
juez lo condene a pagar la prestación original, o la sustitutoria más perjuicios, el
deudor puede afirmar ante el juez que sí cumplió la prestación, por lo tanto sobre él
recae el onus probandi pues afirma que pagó, mientras el acreedor dice que NO
cumplió, y lo que no ha sucedido no puede probarse. El deudor prueba con el recibo
de pago o declaración de testigos…Todo en la lectura de topasio]
CAUSALES DE INCUMPLIMIENTO:
• DOLO
• CULPA
[El dolo y culpa cumplen los mismos roles jurídicos. El dolo entre otras cosas,
determina el delito. En el ámbito privado es cuando se causa intencionalmente un
daño. Cumple otro rol, dolo es cuando hay vicio en la voluntad; la voluntad debe ser
libre y se vicia por el dolo, por engaño intencional por el que se obliga a un individuo a
exteriorizar su voluntad. Hay dolo también como causal de incumplimiento al igual que
la culpa]
• LA CONDONACIÓN DEL DOLO FUTURO NO VALE: dentro de los efectos del dolo
en el plano contractual, es decir cuando un contrato es el que genera la obligación
incumplida, el Dº romano establece un principio en virtud del cual la condonación del
dolo futuro NO vale; significa que si al momento de celebrar el contrato las partes
acuerdan que el deudor NO será responsable por su incumplimiento doloso, ese pacto
es nulo, no produce efecto alguno, se tiene por no acordado. Lo que sí está permitido
en roma y hoy es que producido el incumplimiento doloso del deudor, el acreedor lo
perdone renunciando a la interposición de la acción personal.
CULPA GRAVE O LATA: consiste en no manejar los negocios ajenos con la diligencia
que aún las personas negligentes y de poca prudencia emplean en sus propios
negocios.
Existe culpa grave cuando el deudor no empleó la más mínima diligencia en cumplir la
prestación, fue extremadamente negligente. Equipara la culpa grave al dolo.
Significa que toda prestación necesita de un cierto grado de diligencia para ser
cumplida de forma satisfactoria, a eso se le llama la “debida diligencia”
La culpa leve se configura cuando el deudor, si bien empleó un cierto cuidado, no
alcanzó la debida diligencia.