Desarrolla paz y serenidad, discernimiento, paciencia y tolerancia,
seguridad interior, e intensifica la fuerza vital y activa el sistema inmunitario. Corrige la ira y el enfado excesivos, el perfeccionismo excesivos, el perfeccionismo, el ir de maestro por la vida, los disgustos, las explosiones emocionales, la confusión, la astenia física, el cansancio excesivo, trastornos circulatorios, insomnio, anemias rebeldes, y enfermedades causadas por el frío.
Rubí
Acción psíquica
Es el remedio para los casos más graves de debilidad psíquica y física
conjuntamente. Los sentidos se ven afectados, el individuo se pone laxo y siente que su cerebro se niega a funcionar, tiene incoordinación de movimientos, tropieza, se le caen las cosas de las manos; yerra en la apreciación de las distancias. Hay una sensible agravación después de la relación sexual, lo que ca sumiendo a la persona en gran desaliento y depresión. tensión emocional subconsciente. Espíritu deprimido, tendencia a magnificar sus males. Deseo de evasión ante los problemas, sólo los enfrenta cuando éstos pasan los límites de su control o ya es demasiado tarde. Insomnio con gran afluencia de ideas perturbadoras.
Acción emotiva
La energía del rubí incentiva notablemente los ánimos alicaídos y
desalentados. Trastornos de la memoria subsiguientes a un shock traumático o emocional. Angustia consecuente de crisis efectivas. Incapacidad de tomar decisiones en situaciones de shock. Disfunciones sexuales de origen somático o por agotamiento energético.
Acción energética
Descongestiona el sistema energético, impidiendo cualquier bloqueo
o congestión, vitalizando los centros inferiores, Base y Sacro.
Toda la energía de la persona se ve influída por la fuerza de este
remedio que logra así barrer con los bloqueos en el plano energético, en el nivel etérico/emocional, y con problemas asociados con el frío.
Su efecto es la fusión.
“Gemoterapia. Manual práctico y clínico” Pedro Crea